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CONSEJERIA CRISTIANA

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CONSEJERÍA CRISTIANA
RE 204
NOTAS
(CON PREGUNTAS DE ESTUDIO)
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CONSEJERÍA CRISTIANA, RE 204
REQUISITOS DEL CURSO
Libro de Texto: Consejería Cristiana Efectiva. Autor: Dr. Gary Collins, Ph.D.
Texto Complementario: Capacitado para Orientar. Autor: Dr. Jay Adams
I. DESCRIPCIÓN DEL CURSO.
El presente curso de Consejería Cristiana es una introducción a los principios y
prácticas básicos de la consejería pastoral. La Consejería Pastoral consiste en ayudar a
individuos, familias o grupos, a enfrentar las presiones y las crisis de la vida. Utiliza una
variedad de métodos para ayudar a las personas a enfrentar los problemas de maneras que
sean consistentes con la enseñanza bíblica. Desde la perspectiva de la enseñanza bíblica,
se cree que todos los creyentes deben llevar las cargas los unos de los otros y que la
consejería pastoral es responsabilidad de todos los cristianos. En este curso se
considerarán brevemente las diversas teorías, tanto seculares como cristianas. Habrá
reportes de clase y práctica de las destrezas del proceso de consejería.
II. OBJETIVOS DEL CURSO.
1. Aumentar y fortalecer la confianza del pueblo de Dios en la suficiencia,
superioridad y practicidad de las Sagradas Escrituras para tratar con todos los
aspectos de la vida.
2. Animar a los cristianos a pensar bíblicamente sobre los todos aspectos
relacionados con la consejería.
3. Ayudar a los cristianos a entender a las personas y sus problemas por medio del
uso de las Escrituras.
4. Demostrar cómo nuestros métodos de consejería deben ser consistentes con
nuestras convicciones teológicas.
5. Proveer lineamientos bíblicos para aconsejar de manera efectiva a las personas
que están luchando con sus problemas.
6. Motivar a los cristianos a involucrarse en el ministerio de consejería y
capacitarlos para ser más competentes en este trabajo.
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III. REQUISITOS DEL CURSO.
1. Leer el texto Consejería Cristiana Efectiva, de Gary R. Collins, Ph.D.
2. Elaborar un cuaderno donde mantener los apuntes, el programa del curso, las
preguntas de estudio, artículos, reportes y otros materiales relativos al curso.
3. Contestar las Preguntas de Estudio provistas al final de cada lección. Todas las
respuestas se encuentran en las Guías de Estudio.
4. Leer las Guías de Estudio provistas para cada lección.
5. Completar el Reporte de Actividades, certificando el cumplimiento de todos los
requisitos.
6. Leer la sección del libro de texto de Gary Collins que trata sobre Ansiedad, Ira,
Depresión y Soledad, y escribir un comentario de media página en el que
exprese su opinión acerca de las soluciones propuestas por el autor, si le
parecen adecuadas o no, y cuál considera usted que sería la mejor manera de
resolver cada uno de estos problemas.
7. Leer las lecturas complementarias y certificar el cumplimiento de este
requisito. No se requiere presentar reportes.
IV. ADMINISTRACIÓN DEL CURSO.
Habrá dos exámenes a lo largo del curso de Consejería Cristiana. Habrá un
examen parcial al finalizar la Lección 7 y un examen final al concluir la Lección 15.
1. Las respuestas para todas las Preguntas de Estudio se encuentran en las Guías
de Estudio y, por ende, todas las preguntas de examen se encuentran en las
Guías de Estudio y en las correspondientes Preguntas de Estudio y sus
respectivas Guías de Respuestas. Las preguntas de los exámenes pueden ser
objetivas o narrativas, pero serán desarrolladas en las lecciones, tal como se ha
indicado.
2. Una vez que el estudiante ha completado la Lección 7 y está listo para el
Examen Parcial, se debe notificar al Profesor Guía / Coordinador Estudiantil y
la lista de Preguntas de Estudio para el examen se enviará a un Supervisor, el
cual administrará el examen y lo enviará de vuelta al Profesor Guía para ser
calificado.
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3. Si el estudiante no obtiene la calificación mínima necesaria para aprobar el
examen, se le aconsejará que estudie nuevamente los materiales y solicite
presentar un examen alternativo.
4. El mismo procedimiento se seguirá al concluir la Lección 15.
5. Una vez que el Examen Final ha sido realizado con éxito, el estudiante enviará
el Reporte de Actividades al Profesor Guía para certificar que todas las lecturas
y/o asignaciones hayan sido completadas. Los cuatro reportes de lectura
deberán ser enviados junto con el Reporte de Actividades.
6. Una vez completados todos los requisitos, se le otorgará al estudiante un
Certificado de Conclusión de Curso, junto con la calificación.
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PROGRAMA DEL CURSO
Lección 1
Leer la Guía de Estudio, Lección 1 - “Introducción”
Responder las Preguntas de Estudio, Lección 1
Lección 2
Revisar las Preguntas de Estudio, Lección 1
Leer la Guía de Estudio, Lección 2 - “El Consejero y la Consejería”
Responder las Preguntas de Estudio, Lección 2
Lección 3
Revisar las Preguntas de Estudio, Lección 2
Leer la Guía de Estudio, Lección 3 - “La Comunidad y la Consejería”
Responder las Preguntas de Estudio, Lección 3
Lección 4
Revisar las Preguntas de Estudio, Lección 3
Leer la Guía de Estudio, Lección 4 - “La Crianza de los Niños y la
Orientación a los Padres” y “La Adolescencia”
Responder las Preguntas de Estudio, Lección 4
Reporte # 1 – La Ansiedad
Lección 5
Revisar las Preguntas de Estudio, Lección 4
Leer la Guía de Estudio, Lección 5 - “El Adulto Joven”, “La Mediana
Edad” y “El Adulto Mayor”
Responder las Preguntas de Estudio, Lección 5
Lección 6
Revisar las Preguntas de Estudio, Lección 5
Leer la Guía de Estudio, Lección 6 - “Relaciones Interpersonales”
Responder las Preguntas de Estudio, Lección 6
Reporte # 2 – La Ira
Lección 7
Revisar las Preguntas de Estudio, Lección 6
Leer la Guía de Estudio, Lección 7 - “El Sexo Dentro del Matrimonio” y
“Violencia y Abuso”
Responder las Preguntas de Estudio, Lección 7
Lección 8
Revisar las Preguntas de Estudio, Lección 7
Leer la Guía de Estudio, Lección 8 - “Inferioridad y Autoestima”
Responder las Preguntas de Estudio, Lección 8
Reporte # 3 – La Depresión
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Lección 9
Revisar las Preguntas de Estudio, Lección 8
Leer la Guía de Estudio, Lección 9 - “Enfermedad Física” y “Duelo”
Responder las Preguntas de Estudio, Lección 9
Lección 10
Revisar las Preguntas de Estudio, Lección 9
Leer la Guía de Estudio, Lección 10 - “La Soltería” y “Escogiendo Pareja
para el Matrimonio”
Responder las Preguntas de Estudio, Lección 10
Reporte # 4 – La Soledad
Lección 11
Revisar las Preguntas de Estudio, Lección 10
Leer la Guía de Estudio, Lección 11 - “Consejería Prematrimonial” y
“Problemas Matrimoniales”
Responder las Preguntas de Estudio, Lección 11
Lección 12
Revisar las Preguntas de Estudio, Lección 11
Leer la Guía de Estudio, Lección 12 - “Problemas Familiares”
Responder las Preguntas de Estudio, Lección 12
Lección 13
Revisar las Preguntas de Estudio, Lección 12
Leer la Guía de Estudio, Lección 13 - “Trastornos Mentales”,
“Alcoholismo” y “Adicciones”
Responder las Preguntas de Estudio, Lección 13
Lección 14
Revisar las Preguntas de Estudio, Lección 13
Leer la Guía de Estudio, Lección 14 - “Consejería Financiera” y
“Consejería Vocacional”
Responder las Preguntas de Estudio, Lección 14
Lección 15
Revisar las Preguntas de Estudio, Lección 14
Leer la Guía de Estudio, Lección 15 - “Problemas Espirituales”, “Otros
Problemas” y “Aconsejando al Consejero”
Responder las Preguntas de Estudio, Lección 15
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REPORTE DE ACTIVIDADES
FECHA EN QUE COMPLETA
CADA ACTIVIDAD
Lección 1
Lectura de Guía de Estudio, Lección 1
Contestar las Preguntas de Estudio, Lección 1
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Lección 2
Lectura de Guía de Estudio, Lección 2
Contestar las Preguntas de Estudio, Lección 2
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Lección 3
Lectura de Guía de Estudio, Lección 3
Contestar las Preguntas de Estudio, Lección 3
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Lección 4
Lectura de Guía de Estudio, Lección 4
Contestar las Preguntas de Estudio, Lección 4
Reporte # 1 – La Ansiedad
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Lección 5
Lectura de Guía de Estudio, Lección 5
Contestar las Preguntas de Estudio, Lección 5
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Lección 6
Lectura de Guía de Estudio, Lección 6
Contestar las Preguntas de Estudio, Lección 6
Reporte # 2 – La Ira
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Lección 7
Lectura de Guía de Estudio, Lección 7
Contestar las Preguntas de Estudio, Lección 7
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Lección 8
Lectura de Guía de Estudio, Lección 8
Contestar las Preguntas de Estudio, Lección 8
Reporte # 3 – La Depresión
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Lección 9
Lectura de Guía de Estudio, Lección 9
Contestar las Preguntas de Estudio, Lección 9
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Lección 10
Lectura de Guía de Estudio, Lección 10
Contestar las Preguntas de Estudio, Lección 10
Reporte # 4 – La Soledad
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Lección 11
Lectura de Guía de Estudio, Lección 11
Contestar las Preguntas de Estudio, Lección 11
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Lección 12
Lectura de Guía de Estudio, Lección 12
Contestar las Preguntas de Estudio, Lección 12
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Lección 13
Lectura de Guía de Estudio, Lección 13
Contestar las Preguntas de Estudio, Lección 13
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Lección 14
Lectura de Guía de Estudio, Lección 14
Contestar las Preguntas de Estudio, Lección 14
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____________
Lección 15
Lectura de Guía de Estudio, Lección 15
Contestar las Preguntas de Estudio, Lección 15
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Reporte de Lecturas:
1. Lectura completa del libro de texto Consejería Cristiana Efectiva
____________
2. Lectura del texto complementario Capacitado para Orientar
____________
3. Lectura de “Introducción a la Consejería Pastoral”, por Rev. Esteban
____________
Hight en Archivo Celestial, Instituto Bíblico, Programa para Certificado
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LECCIÓN 1 – GUÍA DE ESTUDIO
Introducción
Libro de Texto: Consejería Cristiana Efectiva. Autor: Dr. Gary Collins, Ph.D.
Texto Complementario: Capacitado para Orientar. Autor: Dr. Jay Adams
En palabras del Dr. Gary Collins, “El mayor legado de todo consejero cristiano es
ser un siervo fiel – dando de sí mismo para honrar a Dios y para servirle al servir a los
demás. No puede haber mejor objetivo para los consejeros ni mayor indicador de éxito”.
La consejería cristiana, que es bíblica, intenta acercar a las personas y sus
problemas al Dios vivo. Debe estar basada en las siguientes convicciones: (1) La Palabra
de Dios debe ser nuestra autoridad para aconsejar; (2) la consejería es una parte del
ministerio de discipulado básico de la iglesia local; y (3) el pueblo de Dios puede y debe
ser capacitado para aconsejar de manera efectiva. La consejería cristiana es para todo el
pueblo de Dios – para todos los obreros que aman y sirven a Dios y que están
involucrados en el ministerio. No es fácil aconsejar de manera hábil y disciplinada en
este tiempo en el que vivimos, en el que los problemas son tan diversos, las necesidades
son tan grandes y las técnicas de consejería disponibles muchas veces son confusas y
contradictorias. Literalmente, hoy en día se utilizan miles de métodos de consejería.
Libros y artículos sobre terapia y consejería se publican con una regularidad
perturbadora. Parece haber tantas teorías y enfoques de consejería como consejeros. Si
una cosa sabemos es que no hay consenso sobre la forma correcta o incorrecta de
aconsejar, por lo que encontramos una cacofonía de sonidos proveniente de la comunidad
de consejeros. Con tantos criterios y tanta actividad, incluso los profesionales de tiempo
completo pueden sentirse abrumados.
Sería excelente si todas estas publicaciones, teorías y recursos de capacitación
ayudaran a los consejeros a ser más efectivos, pero algunos de los libros y seminarios de
consejería son de una validez cuestionable. Escritores bien intencionados, pero ingenuos,
han propuesto “nuevos métodos” simplistas que afirman ser originalmente Cristianos,
pero no logran ser efectivos.
El pastor Richard Exley, quien ha ayudado a muchas personas a través de tiempos
de crisis, dice: “No hay nada más significativo en la vida que trabajar con Dios en la
reconstrucción de una vida destrozada”. El pastor Exley dice que algunas personas
llaman a esto consejería, pero él lo llama ministerio. Y nos recuerda una verdad que no
debemos perder de vista, que siempre se trata de un esfuerzo conjunto entre las tres
personas involucradas – Dios, la persona aconsejada y el consejero. Al aconsejar, o al
ministrar a las necesidades de aquellos que sufren problemas, debemos entender que no
siempre logramos una solución a los problemas de la gente. Esto se debe principalmente
a que algunas personas buscan respuestas y soluciones que son extensiones de deseos que
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no son espirituales ni bíblicos. No obstante, el hecho de que no toda consejería resulte
ser exitosa no es razón para rendirse y dejar de aconsejar. Jesús, nuestro modelo a seguir,
pasó muchas horas hablando con grupos de personas necesitadas en un contacto cara a
cara. En unas ocasiones esto resultó en éxito y en otras no. El apóstol Pablo, que era
muy sensible a las necesidades de las personas que sufrían, escribió que los que somos
fuertes debemos soportar las debilidades y ayudar a llevar las cargas de aquellos que son
más débiles. Probablemente Pablo estaba escribiendo acerca de personas que tenían
dudas, temores y estilos de vida pecaminosos, pero su preocupación compasiva se
extendía a casi todo tipo de problemas que los consejeros pueden encontrar hoy día.
Los escritores bíblicos no presentan el “ayudar a las personas” como una opción.
Es una responsabilidad de cada creyente, incluyendo los líderes de la iglesia. En
ocasiones la consejería puede parecer una pérdida de tiempo, pero es un mandato bíblico,
y puede ser una parte efectiva y necesaria de cualquier ministerio.
No todos tenemos dones en esta área y ciertamente no todos somos efectivos con
toda clase de personas. Aconsejar no es sencillo, pero hay más y más evidencia que
comprueba que personas con diferentes trasfondos, con la ayuda de Dios, pueden
aprender destrezas efectivas para aconsejar.
Morris identifica dos enfoques de la consejería – el enfoque humanista y el
enfoque cristiano. Ambos reconocen que los pensamientos del hombre determinan la
dirección de sus acciones. El consejero cristiano desea ayudar al aconsejado a encontrar
la manera de cambiar sus patrones de pensamiento. El enfoque humanista o secular es
limitado en su habilidad para hacer esto porque este enfoque requiere que el hombre use
su intelecto y sus propios esfuerzos para cambiarse a sí mismo. Podríamos describir esto
como “tratar de levantarse a sí mismo tirando de las cuerdas de sus propios zapatos”, lo
cual significa que es virtualmente imposible. Los problemas del hombre son causados
por su propia voluntad o por su incapacidad para romper un patrón de vida. Para lograr
un cambio se requiere introducir una fuerza externa. Por lo tanto, el enfoque cristiano de
la consejería hace de la relación de la persona con Dios el objetivo supremo de cada
experiencia. Esto requiere la presencia y el poder del Espíritu Santo.
Dios desea recrear al ser humano a Su imagen, para que éste pueda “llegar a la
plenitud de vida en él (Cristo)” (Colosenses 2:10). Jesús es el Admirable Consejero
(Isaías 9:6). Cuando Jesús regresó al Padre prometió enviar otro Consolador (Juan
14:16). Este Consolador estaría disponible y proveería ayuda en todas y cada una de las
circunstancias de la vida. El consejero cristiano busca llevar a las personas a una relación
personal con Jesucristo y ayudarles a encontrar perdón y liberación de los efectos
destructivos del pecado y la culpa. Todos los cristianos han sido llamados al ministerio
de animar y ayudar a las personas, y especialmente a los de la familia de la fe. De
acuerdo con otro reconocido consejero cristiano, el Dr. Larry Crabbe, no necesitamos
más conferencias y libros sobre aspectos esotéricos de la teoría de consejería;
“necesitamos desafiar, animar y ayudar a los miembros de las iglesias locales a cumplir
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con la tarea de amarse unos a otros, llevar las cargas los unos de los otros, y orar unos por
otros”.
Cuidado y Consejería
La consejería procura proveer ánimo y orientación a aquellos que están
enfrentando pérdidas, decisiones o decepciones. La consejería puede estimular el
crecimiento y el desarrollo de la personalidad; ayudar a las personas a enfrentar de
manera más efectiva los problemas de la vida, los conflictos internos y las emociones
destructivas; ayudar a individuos, matrimonios y miembros de familia a resolver
tensiones interpersonales o a relacionarse adecuadamente unos con otros; y ayudar a
aquellas personas cuyos patrones de vida son auto-destructivos y causantes de infelicidad.
Sobre todas las cosas, el cristiano busca ayudar a otros a convertirse en discípulos de
Cristo y en discipuladores de otros. El dar ánimo es una forma de ministerio de
consejería disponible para todo cristiano. Todos los cristianos tienen la oportunidad y la
responsabilidad especial de enseñar principios bíblicos para la vida. Esta es una segunda
forma de consejería. Algunos cristianos reciben además una capacitación específica para
un ministerio de consejería especializado que involucra una exploración más profunda de
problemas persistentes. Esta es una tercera forma de consejería. Técnicamente hablando,
estas tres formas de consejería se han denominado: (1) Cuidado Pastoral, (2) Consejería
Pastoral y (3) Psicoterapia Pastoral.
(1) Al hablar de Cuidado Pastoral nos referimos al ministerio general de la iglesia
de brindar sanidad, ánimo y guía, y de reconciliar a las personas con Dios y unos con
otros. En ocasiones a esto se le llama “el cuidado de las almas”, e incluye los ministerios
de predicación, enseñanza y discipulado, la administración de los sacramentos, el
fortalecimiento de los creyentes y el cuidado en tiempos de necesidad. Desde los tiempos
de Cristo los cristianos se han comprometido con este ministerio de cuidado.
(2) La Consejería Pastoral es una parte más especializada del cuidado pastoral,
que involucra el ayudar a individuos, familias o grupos a hacer frente a las presiones y las
crisis de la vida. La consejería pastoral utiliza una variedad de métodos para ayudar a las
personas a enfrentar sus problemas de maneras que sean consistentes con la enseñanza
bíblica. El objetivo supremo es ayudar a los aconsejados a experimentar sanidad,
aprendizaje, y crecimiento y madurez personal y espiritual. Desde el punto de vista de la
enseñanza bíblica de que todos los creyentes deben llevar las cargas los unos de los otros,
la consejería pastoral no es responsabilidad del “pastor” únicamente, sino que es la
responsabilidad de todos los cristianos. De ahí que los términos consejería pastoral y
consejería cristiana se utilizan de manera intercambiable.
(3) La Psicoterapia Pastoral es un proceso prolongado y profundo de ayuda que
procura llevar a cambios fundamentales en la personalidad, los valores espirituales y la
manera de pensar del aconsejado. Es una forma de prestar ayuda que busca remover
obstáculos, muchas veces del pasado, que inhiben el crecimiento personal y espiritual.
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La Singularidad de la Consejería Cristiana
Los consejeros cristianos utilizan muchas técnicas que han sido desarrolladas y
utilizadas por no creyentes, pero la consejería cristiana tiene por lo menos cuatro
características distintivas.
(1) Puntos de Partida Singulares. Ningún consejero es completamente objetivo
o neutral en términos de presupuestos. Cada consejero lleva sus propios puntos de vista a
la situación de consejería y éstos influencian sus juicios y comentarios, ya sea que lo
reconozca o no. A pesar de las diferencias teológicas, la mayoría de los consejeros que se
llaman cristianos tienen (o deberían tener) creencias acerca de los atributos de Dios, la
naturaleza de los seres humanos, la autoridad de las Escrituras, la realidad de pecado, el
perdón de Dios y la esperanza futura. Nuestra vida y nuestra consejería serán diferentes
si creemos que Dios ha hablado a la raza humana, que ha creado el universo por medio de
Su Hijo, que ha hecho provisión para el perdón de pecados, y que sustenta todas las cosas
por el asombroso poder de su mandato.
(2) Metas Singulares. Al igual que nuestros colegas seculares, los consejeros
cristianos procuran ayudar al aconsejado a cambiar su conducta, sus actitudes, valores y/o
percepciones. Procuran enseñar destrezas, incluyendo destrezas sociales; estimular el
reconocimiento y la expresión de las emociones; brindar apoyo en tiempos de necesidad;
enseñar responsabilidad; ofrecer discernimiento; guiar en la toma de decisiones; ayudar al
aconsejado a movilizar recursos internos y ambientales en tiempos de crisis; enseñar
destrezas para la resolución de conflictos; e incrementar la competencia y la “autoactualización” del aconsejado.
Sin embargo, el consejero cristiano va más allá. Procura estimular el crecimiento
espiritual del aconsejado; estimular la confesión de pecados y la experiencia del perdón
divino; modelar estándares, actitudes, valores y estilos de vida cristianos; presentar el
mensaje del evangelio, instando al aconsejado a entregar su vida a Jesucristo; y estimular
al aconsejado a desarrollar valores y vivir una vida basada en las enseñanzas bíblicas, en
vez de vivir de acuerdo con los estándares relativistas del humanismo.
(3) Métodos Singulares. Todas las técnicas de consejería tienen al menos cuatro
características. Buscan despertar la convicción de que la ayuda es posible, corregir las
creencias erróneas acerca del mundo, desarrollar competencias para la vida social, y
ayudar al aconsejado a aceptarse a sí mismo como una persona de valor. Para alcanzar
estos objetivos, los consejeros utilizan de modo consistente ciertas técnicas básicas como
escuchar, mostrar interés, tratar de comprender y, al menos ocasionalmente, proveer
dirección. Con mucha frecuencia los consejeros cristianos y los no cristianos utilizan los
mismos métodos de ayuda. Sin embargo, el consejero cristiano no utiliza técnicas de
consejería que se consideran inmorales o inconsistentes con la enseñanza bíblica. Todos
los valores anti-bíblicos deben ser evitados, sin importar si los terapeutas seculares hacen
uso de ellos. El consejero cristiano utiliza técnicas que son distintivamente cristianas.
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Algunos ejemplos comunes de estas técnicas son la oración durante la sesión de
consejería, la lectura de las Escrituras, la confrontación amable con las verdades
cristianas, y la motivación al aconsejado para involucrarse en una iglesia local.
(4) Características Singulares del Consejero. En toda situación de consejería, el
consejero debe plantear al menos cuatro preguntas: (1) ¿Cuál es el problema?, (2) ¿Debo
intervenir y tratar de ayudar?, (3) ¿Qué puedo hacer para ayudar? Y (4) ¿Hay alguien más
que esté mejor calificado para brindar ayuda en esta situación? Es importante que el
consejero cristiano tenga un entendimiento de los problemas (cómo surgen y cómo se
pueden resolver), un conocimiento de la enseñanza bíblica acerca de los problemas, y que
esté familiarizado con las técnicas de la consejería.
En el corazón de toda ayuda cristiana verdadera, sea privada o pública, se
encuentra la influencia del Espíritu Santo. Su presencia e influencia hacen de la
consejería cristiana algo verdaderamente singular. Él es quien imparte al consejero las
características más efectivas: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre y templanza. El es el Consolador o Ayudador que nos enseña “todas las
cosas”, nos recuerda las palabras de Cristo, convence a la gente de pecado y nos guía a
toda verdad. Por medio de la oración, el estudio de las Escrituras, el crecimiento en la
gracia y la madurez espiritual, el consejero-maestro se convierte en un instrumento a
través del cual el Espíritu Santo puede trabajar para consolar, ayudar, enseñar, convencer
o guiar a otro ser humano. Esta debe ser la meta de todo creyente – ser usado por el
Espíritu Santo para tocar vidas, transformarlas, y guiar a otros hacia la madurez espiritual
y psicológica.
La Iglesia como una Comunidad Sanadora
Como ya sabemos, en numerosas ocasiones Jesús habló con individuos acerca de
sus necesidades personales y también se reunió con grupos pequeños. Principalmente
compartió con el pequeño grupo de discípulos a quienes preparó para continuar Su obra
después de Su ascensión al cielo. En los años posteriores a Su ascensión, el cuerpo de los
creyentes continuó el ministerio de enseñanza, evangelización, ministración y consejería.
Estas actividades no eran consideradas como la responsabilidad especial de los líderes
“superestrella” de la iglesia, sino que eran llevadas a cabo por creyentes ordinarios que
trabajaban, compartían y cuidaban unos de otros y de los no creyentes fuera del cuerpo.
Al leer el libro de los Hechos y las epístolas se observa con claridad que la iglesia no sólo
era una comunidad evangelizadora, educadora y discipuladora – también era una
comunidad sanadora. Una comunidad sanadora es un grupo de personas caracterizado
por un profundo compromiso con el grupo y por un interés común por ayudar a las
personas psicológica, conductual y espiritualmente.
La iglesia fue creada para cumplir la gran comisión de hacer discípulos (esto
incluye el evangelismo) y enseñar. Los primeros creyentes estaban unidos en un
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LECTURE NOTES
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compañerismo que incluía una relación de comunidad unos con otros, una sociedad que
activamente promovía el evangelio y edificaba a los creyentes, y un compartir mutuo de
experiencias, aprendizajes, adoración, necesidades y posesiones materiales. Cristo
resumió Sus enseñanzas en dos leyes: amar a Dios y amar a los demás. Esto debe tener
lugar dentro de los confines de un grupo de creyentes, cada uno de los cuales ha recibido
dones y habilidades necesarios para la edificación de la iglesia. Como grupo, los obreros
dirigen su atención y actividades hacia Dios a través de la adoración, hacia aquellos fuera
del grupo a través del evangelismo, y hacia el interior del grupo a través de la enseñanza,
el compañerismo y el llevar las cargas unos de otros. Cuando alguno de estos elementos
falta, el grupo pierde balance y los creyentes están incompletos.
Como cristianos que compartimos las cargas unos con otros, nos damos cuenta de
que hay problemas que interfieren con la adoración, el evangelismo, la enseñanza, el
compañerismo, el crecimiento, las relaciones significativas, la madurez individual y el
gozo personal. Es importante considerar qué causa los problemas, cómo las personas son
afectadas por ellos, cómo los problemas se pueden reducir o eliminar a través de la
consejería especialmente, cómo podemos evitar que se vuelvan recurrentes y dónde
podemos obtener más información. A la vez que consideramos la investigación
psicológica y los descubrimientos recientes que son relevantes en la actualidad, es
importante que aprendamos cuál es la enseñanza bíblica acerca de las situaciones que
enfrentamos en la vida.
“Psicología Cristiana”
Con el fin de incrementar su efectividad en la consejería, muchos líderes de la
iglesia han recurrido a los conocimientos de psicólogos y otros profesionales de la salud
mental. La psicología es un campo de estudio altamente complejo que trata con la
conducta tanto humana como animal. El estudiante universitario que toma un curso
introductorio de psicología general con frecuencia se encuentra con un cúmulo de
estadísticas, términos técnicos e “información científica” acerca de una gran cantidad de
temas aparentemente irrelevantes. Los seminarios de consejería pastoral tienden a ser
más relevantes y más centrados en las personas, pero aún así el estudiante (y en ocasiones
el profesor) puede perderse en un laberinto de teorías y técnicas que no son muy útiles
cuando uno se encuentra frente a frente con un ser humano confundido y herido. Esto ha
llevado a algunos autores a rechazar la psicología, incluyendo el campo de la consejería,
y a concluir que la Biblia es todo lo que el cristiano necesita para ayudar a los demás. Jay
Adams argumenta que los psiquiatras (y presumiblemente los psicólogos) han usurpado
el trabajo de los predicadores y se han dedicado a la peligrosa ocupación de tratar de
cambiar la conducta y los valores de las personas de una manera impía. Dirigiéndose a
los pastores, Adams sostiene que “por medio del estudio cuidadoso de la Palabra de Dios,
observando cómo los principios bíblicos describen a las personas que usted aconseja…
usted puede obtener toda la información y la experiencia que necesita para convertirse en
un consejero cristiano competente y confiable, sin el estudio de la psicología”. A su vez,
el Dr. John MacArthur, autor, pastor y profesor de seminario, dice que la “Psicología
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Cristiana” es un oxímoron (lo cual significa que es absolutamente una contradicción)
porque la palabra psicología no se refiere al estudio del alma; mas bien describe una
agrupación de diversas terapias y teorías que son fundamentalmente humanistas. Como
se mencionó anteriormente, el peligro en el campo de la consejería es que ésta puede
tornarse humanista en vez de cristiana. El Dr. MacArthur afirma que la premura de
nuestros días por abrazar la psicología dentro de la iglesia es desconcertante, puesto que
han sido enemigos desde el principio. En la década de 1950, los psicoterapistas creían
poseer un conocimiento superior y terapias más efectivas que las que la consejería
espiritual tradicional podía ofrecer. De manera muy directa afirmaban que los consejeros
espirituales y el clero debían mantenerse fuera de su territorio. Si bien es cierto que ha
habido un acercamiento entre algunos pastores y psicólogos, a lo largo de los últimos
cuarenta años demasiados pastores han cedido ante la creencia de que los pastores no
están “calificados” para aconsejar. En la actualidad la psicología “cristiana” ha salido de
la iglesia para establecerse en clínicas y es un negocio de billones de dólares. De este
modo, el Dr. MacArthur, Jay Adams y otros consejeros cristianos conservadores nos
exhortan a renovar nuestro énfasis en la consejería bíblica y a no usar una psicología
teñida con palabras y frases bíblicas, sino más bien a hacer un esfuerzo diligente para
ayudar a las personas a resolver sus problemas guiándolas a la verdad objetiva y
transformadora de las Escrituras.
El Dr. Collins enfatiza que al estudiar las técnicas y estrategias de la consejería
cristiana debemos estar conscientes de que toda verdad proviene de Dios, incluyendo la
verdad acerca de las personas que Él ha creado. Él ha revelado esta verdad a través de la
Biblia, la Palabra escrita de Dios para los seres humanos, y también nos ha permitido
descubrir la verdad a través de la experiencia y de métodos de investigación científica.
La verdad descubierta por estos medios siempre debe ser consistente con y corroborada
por la norma de la verdad bíblica revelada. A la vez que aceptamos el hecho de que la
psicología puede ser de gran ayuda para el consejero cristiano, también debemos
encontrar los aportes que verdaderamente son de ayuda. Como guías a los cuales seguir
debemos buscar personas que sean seguidores comprometidos de Jesucristo, que estén
familiarizados con la literatura sobre psicología y consejería, y capacitados en consejería
y en métodos de investigación, y que sean efectivos como consejeros. Es de suma
importancia que los guías reconozcan la inspiración y la autoridad de la Biblia, tanto
como el estándar con el cual toda psicología debe ser probada, y como la Palabra escrita
de Dios con la cual toda consejería válida debe concordar. La iglesia debe recobrar su
confianza en los recursos espirituales que Dios provee. Debemos regresar a la convicción
de que solamente la Escritura es “inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir,
para corregir, para instruir en justicia” (2 Timoteo 3:16). Los evangélicos deben
redescubrir la consejería bíblica y reinstaurar la Palabra de Dios en el lugar que le
corresponde como la autoridad suprema que discierne y corrige los pensamientos y las
intenciones del corazón.
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CONSEJERÍA CRISTIANA, RE 204
LECCIÓN 1- PREGUNTAS DE ESTUDIO
Introducción
1. ¿Qué procura hacer el consejero cristiano?
2. ¿Cuál es la diferencia entre (1) Cuidado Pastoral, (2) Consejería Pastoral, y (3)
Psicoterapia Pastoral?
3. ¿Cuáles son cuatro características que hacen que la consejería cristiana sea singular?
4. ¿Cuáles son cuatro preguntas que el consejero cristiano debe plantear en toda situación
de consejería?
5. ¿Cuáles son tres cosas que el consejero cristiano debe entender?
6. ¿Qué es una comunidad sanadora?
7. ¿Cuál debe ser la meta de todo creyente?
8. Como grupo, ¿cómo dirigen los creyentes su atención y sus actividades?
9. ¿Cómo podemos evitar caer el pantano de técnicas, teorías y términos técnicos para
encontrar los aportes de la psicología que verdaderamente son de ayuda?
10. ¿Qué es de suma importancia para aquellos que han de servirnos como guías en el
campo de la psicología?
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CONSEJERÍA CRISTIANA, RE 204
LECCIÓN 2- GUÍA DE ESTUDIO
El Consejero y la Consejería
Libro de Texto: Consejería Cristiana Efectiva. Autor: Dr. Gary Collins, Ph.D.
Texto Complementario: Capacitado para Orientar. Autor: Dr. Jay Adams
Hay algo básicamente atractivo acerca de ser un consejero. Muchas personas ven
la consejería como una actividad glamorosa que consiste en dar consejo, sanar relaciones
rotas y ayudar a la gente a resolver sus problemas. Aconsejar puede ser una labor muy
gratificante. Sin embargo, no toma mucho tiempo descubrir que también puede ser una
tarea difícil y emocionalmente extenuante. Moisés descubrió esto cuando los hijos de
Israel estaban acampados al pie del monte Horeb, en su travesía desde Egipto hacia la
Tierra Prometida. Allí Moisés recibió la visita de su suegro, Jetro (Éxodo 18:1-7). El
anciano se alegró al escuchar los detalles acerca de la salida y el viaje desde Egipto, pero
también se sintió angustiado al saber que Moisés pasaba días enteros escuchando quejas y
“juzgando” al pueblo. Entonces, tal como los suegros en ocasiones suelen hacer, Jetro
decidió ofrecer su consejo a Moisés. Él dijo a Moisés que estaba desgastándose, y le
sugirió que escogiera “varones de virtud” para atender los asuntos de menor seriedad.
Estos hombres debían ser honestos y temerosos de Dios (Éxodo 18:21), estar disponibles
“en todo tiempo” (Éxodo 18:22) y dispuestos a referir a Moisés los problemas más
complejos (Éxodo 18:26).
La consejería se puede definir como una relación entre dos ó más personas, en la
cual una persona (el consejero) busca aconsejar, animar y/o asistir a otra persona o
personas (el aconsejado) para hacer frente de manera más efectiva a los problemas de la
vida. La consejería puede tener varios objetivos, incluyendo lograr cambios en la
conducta, las actitudes o los valores del aconsejado; evitar que se desarrollen problemas
más serios; enseñar habilidades sociales; promover la expresión de las emociones;
brindar apoyo en tiempos de necesidad; proveer discernimiento y orientación en la toma
de decisiones; enseñar responsabilidad; estimular el crecimiento espiritual; y ayudar al
aconsejado a poner a trabajar sus recursos internos en tiempos de crisis. A diferencia de
la psicoterapia, la consejería rara vez tiene como objetivo alterar radicalmente o
modificar la personalidad. Y la consejería cristiana difiere de otros tipos de consejería en
un aspecto fundamental, que es la inclusión de la dimensión religiosa. El objetivo de la
consejería espiritual es guiar a hombres y mujeres a una relación correcta con Dios y
llevarlos a experimentar la vida abundante. “En el griego, el término salvar significa
sanar o traer sanidad; por lo tanto, la salvación es plenitud, sanidad y liberación de todo
aquello que destruye y pervierte la personalidad humana e impide tener comunión con
Dios”. El consejero cristiano procura ser un experto en crecimiento espiritual, para poder
ser de especial ayuda a las personas que están interesadas en Dios y en aspectos como los
valores, el pecado, el perdón, la culpa, y otros temas religiosos.
I. La Motivación del Consejero. Con el fin de ayudar a otros, el consejero cristiano
debe conocerse a sí mismo. ¿Por qué queremos aconsejar? Como cristianos, no es
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inusual que algunas personas acudan a nosotros de manera espontánea en busca de ayuda
con sus problemas. Algunos consejeros reciben capacitación especial y se convierten,
más o menos, en consejeros a tiempo completo, porque se dan cuenta de que la consejería
puede ser una de las maneras más efectivas de ministrar a la gente. Hemos visto que la
Biblia nos manda a cuidarnos unos a otros y esto definitivamente incluye la consejería.
No somos psicólogos, sin embargo, puede ser que nos busquen para consejería
psicológica. No somos consejeros vocacionales, pero quizás alguien nos pida ayuda en
esta área. No somos consejeros educacionales, pero con frecuencia los jóvenes vienen a
nosotros con problemas relacionados con sus estudios. Somos conscientes de que no
somos psiquiatras calificados, sin embargo en ocasiones nos vemos confrontados con las
profundas necesidades de personas que necesitan atención psiquiátrica, y debemos por lo
tanto, conocer las manifestaciones de este tipo de problemas para poder referirlos
adecuadamente. No obstante, sobre todo lo demás, debemos saber cómo aconsejar
personas con problemas religiosos, para lo cual debemos procurar estar lo mejor
preparados posible en esta área.
Un sincero deseo de ayudar a las personas es una razón válida para convertirse en
consejero. Sin embargo, hay ciertos aspectos que pueden interferir con nuestra
efectividad. No podemos aconsejar primeramente para satisfacer nuestras propias
necesidades. So lo hiciéramos, no estaríamos siendo de ayuda para los demás. El Dr.
Collins enumera cinco “necesidades” que, si el consejero las tiene, le impedirán ser de
ayuda para el aconsejado. Estas “necesidades” son:
A. La Necesidad de Relaciones. Los consejeros que no tienen amigos cercanos
pueden usar a sus aconsejados para llenar esa necesidad de amistad. En casos como este,
el consejero no desea realmente que el aconsejado mejore, sino que quiere que continúe
siendo dependiente de él, para poder tener oportunidades continuas de relacionarse
socialmente.
B. La Necesidad de Control. Al consejero autoritario le gusta “enderezar” a otros,
dar consejo (aunque no se lo hayan pedido), y desempeñar el rol del que soluciona los
problemas.
A algunos aconsejados dependientes les puede gustar esto, pero
eventualmente la mayoría de las personas se resisten a los consejeros de tipo controlador,
porque en realidad no son de ayuda.
C. La Necesidad de Rescatar. El rescatador con frecuencia tiene un deseo sincero
de ayudar, pero este consejero le quita la responsabilidad al aconsejado mostrando una
actitud que dice: “Tú no puedes manejar esto, déjame hacerlo por ti”.
D. La Necesidad de Información. Al describir sus problemas, con frecuencia los
aconsejados comparten información interesante que probablemente no sería revelada
fuera del contexto de la consejería. Cuando un consejero es curioso, en ocasiones se
olvida del aconsejado, presiona para obtener información adicional y con frecuencia es
incapaz de guardar la confidencialidad. Los consejeros curiosos rara vez son de ayuda y
eventualmente las personas dejan de acudir a ellos.
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E. La Necesidad de Sanidad Personal. La mayoría de nosotros carga con
necesidades e inseguridades ocultas que interfieren con nuestra misión de ayudar a las
personas.
Cuando las personas buscan consejería asumen el riesgo de compartir información
personal y encomendarse al cuidado del consejero. El consejero viola esta confianza y
socava la efectividad de la consejería si utiliza esta relación para satisfacer primeramente
sus propias necesidades.
II. El Rol del Consejero. En ocasiones la consejería se vuelve inefectiva porque el
consejero no tiene un claro entendimiento de cuáles son sus roles y responsabilidades.
Algunas áreas potenciales de confusión de roles son: 1. Visita en vez de consejería; 2.
Precipitarse en vez de reflexionar; 3. Ser irrespetuoso en vez de simpático; 4. Emitir
juicios en vez de ser imparcial; 5. Ser directivo en vez de interpretativo (decirle a alguien
qué hacer como si fuera la voluntad de Dios); 6. Estar sobre-involucrado
emocionalmente en vez de permanecer objetivo; 7. Ser impaciente en vez de realista; 8.
Ser artificial en vez de auténtico; 9. Ser defensivo en vez de empático.
El consejero debe mantener una actitud vigilante si quiere evitar obstáculos como
estos. Como servidores cristianos, honramos a Dios al hacer el mejor trabajo posible, al
disculparnos cuando cometemos errores, y al usar nuestros errores como situaciones de
aprendizaje y como oportunidades para mejorar. Los errores y la confusión de roles no
son tragedias irreversibles. Una buena relación con el aconsejado puede cubrir multitud
de errores al aconsejar, pero no debemos usar esto como excusa para una consejería
descuidada e incompetente. El concepto más importante que debemos tener en mente es
que Cristo es realmente el Consejero y nosotros somos Sus agentes haciendo Su obra, en
representación Suya. Su Espíritu Santo es nuestro Consolador y Guía, Él nos guiará para
liberar a aquellos que Él ha traído a nosotros en busca de ayuda.
III. Las Características Personales del Consejero. El consejero cristiano sabe que aún
no ha llegado a ser todo lo que puede ser (Filipenses 3:12). Sabe que para ser un
consejero efectivo debe crecer en auto-conocimiento.
A. Auto-Conocimiento. Jesús advirtió acerca de las personas que tratan de
corregir los errores de los demás sin estar dispuestos a conocerse a sí mismos
honestamente (Lucas 6:41-42). Él los describió como “ciegos guiando a ciegos”. El
consejero no puede ayudar a otra persona a conocerse a sí misma a menos que él se
conozca a sí mismo. Para ser un consejero efectivo, el consejero cristiano debe ser capaz
de:
1. Escapar de sus propios prejuicios. El consejero debe ser consciente de
sus propios prejuicios y de los esfuerzos que está haciendo para vencerlos antes de poder
ayudar a otros que tienen problemas relacionados con prejuicios.
2. Entender sus propios sentimientos. ¿Por qué ciertas personas lo irritan?
¿Por qué se siente nervioso al hablar con algunas personas? ¿Por qué se enoja cuando
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ciertas personas hacen ciertas cosas? ¿Está haciendo algún esfuerzo para reconocer sus
sentimientos y comprenderlos?
3. Saber cuáles son sus convicciones y sus valores. Lo que creemos tiene
gran influencia sobre nuestras relaciones interpersonales – incluyendo la consejería – de
modo que debemos también reconocer y aceptar nuestras inclinaciones, e incluso, en
algún momento, hablar de ellas con el aconsejado.
4. Reconocer sus limitaciones y sus fortalezas. ¿Puede ser objetivo
respecto a sus emociones y sentimientos? ¿Puede sentir empatía por los demás? ¿Puede
reconocer el punto a partir del cual ya no puede seguir dando ayuda y estar dispuesto a
referir al aconsejado a alguien más?
5. Mantener un balance en su vida. ¿Puede administrar su tiempo
sabiamente? ¿Dedica tiempo a otras áreas de su vida aparte de la labor de consejería?
¿Tiene amigos que puedan ser sus consejeros?
6. Construir una relación consistente de consejería con Dios. ¿Es un
aconsejado sensible a la voz de su Consejero (el Señor)? ¿Es capaz de depositar sus
cargas en las manos de Dios? ¿Es capaz de entregar a Dios sus frustraciones y
ansiedades? ¿Puede orar por otros con libertad porque tiene un sentido de aceptación
delante de Dios?
7. Cultivar un programa de desarrollo espiritual.
8. Resolver el problema de estar demasiado ocupado.
9. Mostrar interés por las personas y por su bienestar.
10. Perdonar y olvidar. Si el consejero no puede perdonarse a sí mismo y
perdonar a otros, no será capaz de identificarse y atender los problemas emocionales de
las personas que acuden a él en busca de ayuda. Uno debe aprender a “examinarse” a sí
mismo en todo momento. Hay dos palabras clave que se pueden usar: cómo y qué.
Cómo se refiere a la manera en que el consejero se está relacionando con una persona en
un momento dado; qué se refiere al mensaje que le está enviando a esa persona. La
emoción que uno siente al relacionarse con una persona es lo que le está comunicando a
esa persona. El mensaje es enviado a través de la forma en que uno camina, se viste,
siente o piensa. Este es el auto-examen que el consejero debe realizar si ha de
relacionarse adecuadamente con los demás. Desarrollar el hábito de auto-examinarse le
ayudará a crecer y a deshacerse de patrones de conducta inaceptables al relacionarse con
otras personas.
Todas estas características son deseables y vale la pena desarrollarlas; sin
embargo, es poco probable que una persona las posea todas o que sea necesario poseerlas
todas para desarrollar un ministerio de consejería exitoso.
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B. Características de Madurez. La madurez es un proceso, no un logro. Puesto
que cada persona es un individuo único con un trasfondo, circunstancias y problemas
distintos, no puede haber un patrón establecido de maduración. Maduración se define
como la aparición de características personales y patrones de conducta a través de
procesos de crecimiento. El hombre está sujeto al cambio y cambia constantemente. La
madurez no se alcanza por completo en esta tierra. Esto es aún más cierto para los
cristianos, quienes continuamente deben crecer “en la gracia y el conocimiento de
nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Pedro 3:18). Pablo ve la vida como un continuo
crecimiento “…en todo en aquel que es la cabeza” (Efesios 4:15-16). Madurez es
básicamente el proceso de aprender a auto-disciplinarse y de asumir responsabilidad
personal. No es únicamente un asunto de la mente. También involucra las emociones.
Una persona puede tener una mente brillante y a la vez estar llena de prejuicios, tener mal
genio, ser auto-compasiva y extremadamente sensible. A medida que una persona
madura, se aleja del egoísmo, del sentimiento de ser perseguido o discriminado y de la
auto-compasión. Viene a ser capaz de admitir sus errores y es más abierto a nuevas
ideas. Tiene la capacidad de aceptarse a sí mismo y a los demás. Algunas características
que identifican la madurez son: (1) Una actitud constructiva; (2) Adaptabilidad; (3)
Libertad de la destrucción emocional; (4) Generosidad; (5) Integración social; (6)
Creatividad; (7) Amor; (8) Determinación; (9) Honestidad; (10) Valor; (11)
Responsabilidad; y (12) Relaciones – de las cuales la más esencial es una relación
significativa con Dios.
C. Características Espirituales. El consejero cristiano efectivo debe poseer
credenciales espirituales. En primer lugar, debe ser un cristiano que haya experimentado
personalmente el nuevo nacimiento (Juan 3:3) al creer que el Cristo resucitado es el Hijo
de Dios. Además, como en los días de Moisés, el consejero cristiano debe ser capaz,
temeroso de Dios y honesto; debe estar disponible y dispuesto a buscar ayuda cuando
encuentra casos difíciles. El consejero también debe ser estudioso de la Biblia y estar
profundamente familiarizado con la Palabra de Dios, y ser una persona que procura
seguir a Cristo, Cuyo nombre es “Admirable Consejero” (Isaías 9:6).
IV. La Ética del Consejero. Los consejeros cristianos procuran apegarse a los códigos
de ética de las instituciones de consejería, sin embargo, aceptan las Sagradas Escrituras
como el máximo estándar al cual deben apegarse todas las decisiones éticas. El consejero
cristiano respeta a cada individuo como una persona digna, creada por Dios a Su imagen,
marcada por la caída de la humanidad en el pecado, pero amada por Dios, y objeto de la
redención divina. Cada persona tiene sentimientos, pensamientos, voluntad y libertad
para conducirse de la manera que desee.
Como alguien que procura ayudar a otros, el consejero busca sinceramente lo que
es mejor para el bienestar del aconsejado y no trata de manipular ni de entrometerse en la
vida del aconsejado. Como siervo de Dios, el consejero tiene la responsabilidad de vivir,
actuar y aconsejar en concordancia con los principios bíblicos. Cuando todas las partes
involucradas en una situación de consejería tienen valores y presunciones similares, el
trabajo del consejero se lleva a cabo con facilidad. Los problemas éticos surgen cuando
hay conflicto de valores o cuando se deben tomar decisiones diferentes. Muchas (aunque
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no todas) de estas decisiones involucran asuntos confidenciales. El consejero ético se
refrena de dar consejos médicos o legales, y de ofrecer servicios para los cuales no está
capacitado ni calificado.
V. El Agotamiento del Consejero. Aconsejar es una tarea difícil y muchos aconsejados
no llegan a mejorar. El estar constantemente involucrado en los problemas y penurias de
otros es psicológica, física y en ocasiones espiritualmente extenuante. Esto contribuye al
agotamiento del consejero – una condición descrita por un autor como “una pérdida
progresiva de idealismo, energía y propósito” que experimentan las personas dedicadas a
brindar ayuda profesional, como consecuencia de su trabajo. Bíblicamente, podemos
describir lo anterior como “desgastarse haciendo el bien”. El agotamiento es común en
todos los profesionales que se dedican a ayudar a otros, incluyendo al ministro. Ocurre
con mayor frecuencia en personas perfeccionistas que son idealistas, profundamente
comprometidas con su trabajo, renuentes a decir no y con inclinación a ser trabajadores
compulsivos. Hay seis sugerencias para evitar el agotamiento:
1. Necesitamos la fortaleza espiritual que se obtiene a través de períodos regulares
de oración y meditación en las Escrituras.
2. Necesitamos el apoyo de unas pocas personas que nos acepten por quienes
somos y no por lo que hacemos. Cada uno de nosotros necesita al menos una persona
amorosa y comprensiva con quien poder llorar; una persona que conozca nuestras
debilidades, pero en quien podamos confiar de que no usará dicho conocimiento en
contra nuestra.
3. Cada uno de nosotros debe evaluar constantemente el impulso fundamental de
alcanzar el éxito. Necesitamos recordar que nuestro valor personal proviene de Dios y no
de la necesidad de producir o ser exitosos.
4. Necesitamos tomar tiempo libre – períodos regulares lejos de personas
demandantes y horarios de trabajo.
5. Mejorar nuestras destrezas ministeriales es de gran ayuda para evitar el
agotamiento – aprender cómo manejar el conflicto, cómo aconsejar mejor, o cómo decir
“no”.
6. Podemos compartir la carga animando a otros creyentes a ser consejeros laicos
sensibles y a ayudar a otros a llevar sus cargas.
VI. Los Consejeros del Consejero. La mayor fuente de fortaleza y sabiduría que el
consejero cristiano tiene a su disposición es el Espíritu Santo, el cual habita en la vida de
cada creyente y le provee guía y dirección. Los cristianos pueden estar tan preocupados
por las teorías y los tecnicismos de la consejería, que llegan a olvidar la fuente de la cual
proviene toda ayuda perdurable – el Señor mismo.
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La Biblia describe a Jesucristo como Admirable Consejero. Él es el Consejero del
consejero – siempre disponible para animar y para dar dirección y sabiduría a los
consejeros humanos. La disciplina diaria de la oración y la lectura de la Biblia nos
mantiene en comunicación activa con Aquel que es nuestro Consejero y nuestro
Ayudador.
A través de la Biblia vemos que Dios también trabaja por medio de otros seres
humanos. En la Iglesia primitiva, los creyentes tenían comunión unos con otros y
compartían unos con otros a través de una relación espiritual muy cercana.
La consejería puede ser una labor que produce un sentido de realización, pero no
es una tarea sencilla. Si usted puede reconocer este hecho y enfrentarlo con honestidad,
su ministerio de consejería será más satisfactorio y usted podrá ser un consejero cristiano
más efectivo.
El Corazón de la Consejería
Los consejeros más efectivos hoy en día son personas que se caracterizan por una
personalidad que irradia sinceridad, comprensión y compasión, y por la habilidad de
confrontar de una manera genuina y constructiva. Estos consejeros son hábiles en el uso
de técnicas que ayudan al aconsejado a avanzar hacia la consecución de metas
específicas. Estas son las técnicas que procuramos desarrollar y mejorar.
I. Los Objetivos de la Consejería. ¿Por qué las personas buscan consejería? Los
consejeros cristianos podrían esperar que las personas que acuden a ellos traigan
problemas relacionados con la oración, la doctrina, el crecimiento espiritual, las dudas
personales o la culpa asociada a una conducta pecaminosa. Sin embargo, un estudio
descubrió que sólo el 10% de la consejería cristiana (o pastoral) trata con asuntos
religiosos como los mencionados. Con mayor frecuencia las personas vienen con
tensiones matrimoniales, crisis, depresión, conflictos interpersonales, confusión, y otros
problemas relacionados con el diario vivir. Jesús estaba interesado en esta clase de
problemas. Él declaró que había venido para dar vida en abundancia y en toda su
plenitud. Jesús tenía dos objetivos para los individuos: vida abundante en la tierra y vida
eterna en el cielo. El consejero que sigue a Cristo tiene los mismos objetivos supremos:
mostrar a las personas cómo tener una vida abundante y guiarlas hacia la vida eterna que
ha sido prometida a los creyentes. Si tomamos la Gran Comisión con seriedad,
tendremos un fuerte deseo de ver a todos nuestros aconsejados convertirse en discípulos
de Jesucristo. Si tomamos en serio las palabras de Jesús, seguramente llegaremos a la
conclusión de que una vida abundante y plena la obtienen solamente quienes buscan vivir
de acuerdo con Sus enseñanzas.
El evangelismo y el discipulado son los objetivos supremos del consejero
cristiano, pero no son los únicos objetivos. Otros objetivos para el aconsejado incluyen:
(1) Auto-conocimiento; (2) Comunicación; (3) Aprendizaje y cambio de conducta; (4)
Auto-actualización; (5) Apoyo; (6) Integridad espiritual.
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Es importante considerar el objetivo de integridad espiritual porque con
frecuencia el aconsejado tiene dificultad para ver o admitir que todos los problemas
humanos tienen una dimensión espiritual. La conclusión de Carl Jung con respecto a sus
pacientes mayores de treinta y cinco años, la cual es citada muy a menudo, dice que “no
ha habido uno solo cuyo problema no fuera, en última instancia, el de encontrar una
perspectiva religiosa acerca de la vida”. Por lo tanto, el consejero cristiano viene a ser un
líder espiritual que guía el crecimiento espiritual, ayuda al aconsejado a hacer frente a sus
luchas espirituales y lo capacita para encontrar creencias y valores significativos. En
lugar de un diálogo entre consejero y aconsejado, el consejero cristiano procura una
conversación de tres partes, reconociendo la presencia de Dios en el corazón del
ministerio de consejería efectivo.
II. La Relación en la Consejería. Muchas personas son renuentes a buscar consejería.
No es sencillo para ninguno de nosotros admitir que necesitamos ayuda. El buen
consejero está consciente de estas inseguridades y trata de ayudar al aconsejado a
relajarse. Esto se puede lograr a través de una “atmósfera terapéutica” en la que el
aconsejado se sienta cómodo y donde haya pocas distracciones e interrupciones. Sin
embargo, más importante que el lugar donde se brinda la consejería es la relación entre el
consejero y el aconsejado. Muchos consejeros estarían de acuerdo con el Dr. Collins,
quien afirma que la relación es “el corazón de la consejería”.
¿Cómo se construye esta relación terapéutica? Un estudio realizado hace algún
tiempo a lo largo de cuatro años con pacientes de hospital y una variedad de consejeros
demostró que las relaciones crecían y los pacientes mejoraban cuando los terapistas
mostraban altos niveles de calidez, autenticidad, comprensión y empatía. Cuando estas
cualidades no estaban presentes en el consejero, los pacientes del hospital empeoraban.
El corazón de la relación de consejería pasa a un primer plano al considerar las
características del consejero. La calidez, la autenticidad y la empatía se encuentran entre
los atributos de un buen consejero que se mencionan con mayor frecuencia; sin embargo,
hay otras características importantes. Los consejeros efectivos por lo general son capaces
de manejar sus propios problemas. Son relativamente libres para “congelar” los
conflictos, inseguridades y complejos personales. El consejero efectivo también es
compasivo, muestra interés por las personas, es consciente de sus propios sentimientos y
motivaciones, está dispuesto a auto-revelarse en vez de auto-encubrirse, es digno de
confianza, le agrada a la gente y cuenta con preparación en el campo de la consejería. La
cualidad más importante es el amor, y el consejero cristiano efectivo busca desarrollar
relaciones de consejería basadas en el amor, pero también procura capacitarse en el
conocimiento y el uso de las técnicas básicas de la consejería.
III. Las Técnicas de la Consejería. En muchos aspectos el consejero y el aconsejado se
convierten en amigos que trabajan juntos para resolver un problema. No existe una
fórmula sencilla para resumir de qué manera se brinda esta ayuda. El proceso de brindar
ayuda puede ser complicado y no se puede resumir fácilmente; sin embargo, hay algunas
técnicas básicas utilizadas en la mayoría de situaciones de consejería.
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A. Prestar atención. El consejero debe tratar de prestar completa atención al
aconsejado.
B. Escuchar. No hay que permitir que la mente divague, ni caer en el error de
hablar o aconsejar en exceso.
C. Responder. Mientras escucha, la ayuda del consejero también debe estar
caracterizada por acciones y respuestas verbales específicas, como las de Jesús. Esto se
puede lograr de diversas maneras, tales como guiar, reflexionar, cuestionar, confrontar,
informar, interpretar, apoyar y animar.
D. Enseñar. Todas estas técnicas mencionadas son formas especializadas de
educación psicológica. El consejero es un educador que enseña por medio de la
instrucción, del ejemplo y de la orientación al aconsejado mientras éste aprende por
experiencia a enfrentar los problemas de la vida. Al igual que otras formas de educación
menos personales, la consejería es más efectiva cuando las conversaciones no son vagas,
sino específicas, y cuando se enfocan en situaciones concretas (“¿Cómo puedo controlar
mi carácter cuando mi esposa me critica?”) en vez de girar en torno a objetivos
demasiado vagos (“Quiero que mi vida sea más feliz”).
E. Filtrar. Los buenos consejeros no son personas escépticas que no creen nada
de lo que el aconsejado dice; sin embargo, también es sabio recordar que el aconsejado
no siempre cuenta toda la historia y no siempre dice lo que realmente quiere o necesita.
En este punto, el consejero cristiano reconoce la necesidad de sabiduría y discernimiento.
Hasta cierto punto esto se desarrolla con la experiencia, pero el consejero cristiano sabe
que esta sensibilidad se desarrolla mayormente al orar, pidiendo a Dios discernimiento,
guía y la percepción adecuada que proviene del Espíritu Santo.
IV. El Proceso de Aconsejar. Aconsejar no es un proceso que se lleva a cabo a través
de una serie de pasos consecutivos, como hornear un pastel o cambiar un neumático.
Cada aconsejado es un individuo único, con problemas, actitudes, valores, expectativas y
experiencias distintas a las de los demás. El curso de la consejería varía de persona a
persona; sin embargo, existen varios pasos o fases que se presentan en toda relación de
consejería. Algunos de estos pasos pueden repetirse varias veces conforme los problemas
son considerados o reconsiderados.
A. Conexión. Este paso incluye iniciar, construir y mantener una relación entre el
consejero y el aconsejado.
B. Exploración. El aconsejado necesita “contar su historia”, a través de lo cual
revela detalles acerca de situaciones problemáticas, oportunidades perdidas y
experiencias frustrantes.
C. Planificación. Con el tiempo, el aconsejado empieza a ver el problema desde
una óptica diferente, y la conversación avanza hacia objetivos y acciones que se pueden
tomar para encontrar soluciones.
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D. Progreso. Una vez que la persona decide lo que necesita hacer, es necesario
animarla para que empiece a avanzar hacia el logro de los objetivos propuestos.
E. Conclusión. La consejería no debe prolongarse indefinidamente. Con el
tiempo, tanto el consejero como el aconsejado ponen término a esta relación enfocada
intensamente en la solución de problemas.
V. Las Teorías de Consejería. Es imposible dar un estimado preciso del número de
teorías de consejería que existen en la actualidad. Entre las teorías más conocidas se
encuentran la teoría de Adler, el análisis de Carl Jung, la terapia existencial, la terapia
centrada en el cliente de Carl Rogers, la terapia Gestalt, el análisis transaccional, la
terapia de realidad de Glasser, la terapia racional-emotiva de Albert Ellis, las diversas
terapias de conducta, la teoría del aprendizaje social y la terapia de sistemas familiares.
Además, varios autores cristianos han propuesto enfoques bíblicos sobre la consejería,
entre ellos la consejería noutética de Jay Adams, la consejería bíblica de Lawrence
Crabb, la terapia espiritual de Charles Solomon y la consejería de crecimiento de Howard
Clinebell.
Usted podrá preguntarse por qué tomarse la molestia de considerar la teoría. Las
teorías son como los sistemas de la teología – resumen lo que sabemos y creemos, lo que
buscamos lograr y la manera de alcanzar nuestros objetivos. Las teorías nos ayudan a
incorporar todos los hechos de la conducta y los problemas humanos en alguna especie de
marco integrado, comprensible y útil. Los enfoques teóricos nos proveen orientación
cuando buscamos ayudar a las personas a enfrentar sus problemas. No podemos decir
que alguno de los teóricos cristianos está absolutamente en lo correcto. Muchos siguen a
uno u otro de los teóricos cristianos actuales y muchos se definen como “eclécticos”.
Esta palabra describe a aquellos que prefieren extraer conceptos y técnicas de una
variedad de enfoques en lugar de restringirse a una única teoría. El eclecticismo no
consiste en coleccionar ideas de manera fortuita e intelectualmente perezosa. Más bien es
un enfoque que toma de diversas fuentes de manera concienzuda y que permite, con el
tiempo, llegar a desarrollar su propio estilo de aconsejar. No hay una única manera de
hacer esto, así como no hay una única manera correcta de aconsejar. Jesús utilizó una
variedad de enfoques, dependiendo de las necesidades de las personas que acudían a Él.
Los consejeros cristianos, incluso aquellos que con mayor diligencia procurar ser
bíblicos, utilizan una variedad de enfoques y en ocasiones están en desacuerdo con los
puntos de vista teóricos de sus colegas cristianos. Es importante comprender las distintas
teorías, pero en última instancia cada uno de nosotros debe depender del Espíritu Santo
para que Él trabaje a través de nuestra personalidad y nuestras perspectivas y nos capacite
para ayudar a otros de manera más efectiva.
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CONSEJERÍA CRISTIANA, RE 204
LECCIÓN 2- PREGUNTAS DE ESTUDIO
El Consejero y la Consejería
1. ¿Cómo se puede definir la consejería?
2. ¿En qué difiere la consejería cristiana de otros tipos de consejería?
3. ¿Cuáles son las nueve áreas potenciales de confusión de roles?
4. ¿Cuál es la definición de madurez?
5. ¿Cuáles son las características que identifican la madurez?
6. ¿Cuáles son las características espirituales del consejero cristiano efectivo?
7. ¿Cuáles son los dos objetivos que Jesús tenía para los individuos?
8. ¿Cuáles son los dos objetivos supremos del consejero cristiano?
9. ¿Qué es el agotamiento del consejero?
10. ¿Cuáles son los cinco pasos que se presentan en toda relación de consejería?
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LECCIÓN 3 – GUÍA DE ESTUDIO
La Comunidad y la Consejería
Libro de Texto: Consejería Cristiana Efectiva. Autor: Dr. Gary Collins, Ph.D.
Texto Complementario: Capacitado para Orientar. Autor: Dr. Jay Adams
En una de sus primeras declaraciones acerca de los seres humanos Dios dijo: “No
es bueno que el hombre esté solo”. Entonces Dios creó a la mujer y así dio inicio la raza
humana. No tomó mucho tiempo para que las personas tuvieran conflictos entre sí. La
rivalidad entre dos hermanos, Caín y Abel, llevó al asesinato. Más tarde la tierra se llenó
de violencia y maldad, lo cual resultó en la destrucción de toda la civilización por medio
de un gran diluvio, con excepción de la familia de Noé. Después del diluvio los
conflictos continuaron y han persistido hasta nuestros días. A lo largo de los siglos unos
cuantos ermitaños han buscado vivir vidas solitarias, lejos de las multitudes exasperantes.
Los seres humanos pueden ser competitivos entre sí y vivir en conflicto unos con otros,
pero también se necesitan unos a otros. No es bueno ni saludable vivir en aislamiento.
A pesar de esta conclusión, muchas personas tienden a valorar la independencia y
el individualismo. Hablamos de cooperación y apoyo mutuo, pero admiramos al hombre
o la mujer que “se ha hecho a sí mismo” y con frecuencia asumimos que los problemas
personales se manejan mejor a solas. Hasta hace poco tiempo, la consejería era
usualmente una relación de uno a uno: un consejero, un aconsejado, una hora de
duración, una sesión por semana.
Esta clase de consejería individual puede ser beneficiosa, pero los beneficios
tienden a ser mayores cuando el aconsejado es parte de uno o más grupos de apoyo y
cuidado. Muchas veces la familia provee esta clase de apoyo. También puede provenir
de amigos o compañeros de trabajo. Sin embargo, lo ideal es que el cuerpo local de
creyentes sea el recurso principal donde encontrar un grupo de apoyo y cuidado para los
creyentes, tanto para los nuevos como para los más maduros. El cuerpo local de
creyentes debería brindar la mayor parte del compañerismo, la instrucción,
retroalimentación, guía, aceptación y apoyo que los individuos necesitan. Algo falta
cuando la consejería cristiana ignora la comunión entre los creyentes e intenta ayudar a
las personas completamente aparte de la comunidad de fe.
Consejería Comunitaria
Los consejeros por lo general concuerdan en que la conducta, incluyendo la
conducta problemática, es influenciada por el entorno físico y social del aconsejado. A
esto se le ha llamado la perspectiva ecológica de la consejería. A diferencia de los
puntos de vista tradicionales que buscan dentro del aconsejado para encontrar la causa de
los problemas, la perspectiva ecológica propone una interacción entre cada uno de
nosotros y nuestro entorno. Presupone que los problemas humanos surgen algunas veces
del interior de la persona, otras veces del entorno y con mucha frecuencia de ambos.
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Con frecuencia la consejería efectiva tiene una variedad de énfasis. El consejero
y el aconsejado todavía conversan en privado acerca de las luchas e inseguridades
internas, pero en ocasiones algunos familiares o personas de la comunidad participan en
el proceso de resolución de problemas. Hay un reconocimiento del hecho de que la
comunidad que a veces crea problemas también puede ser una fuente de apoyo, un lugar
de aprendizaje y un ambiente para sanidad.
La consejería comunitaria como enfoque para la resolución de problemas puede
incluir:
(1) La enseñanza de destrezas sociales para que las personas sean más
competentes en el manejo del estrés, en sus relaciones con los demás y en la manera de
conducir su propia vida.
(2) La construcción de una red de apoyo social al promover una mayor
cooperación, comunicación y unidad en una familia u organización comunitaria
(incluyendo la iglesia), para que haya mayor apoyo y menos aislamiento entre los
miembros.
(3) El equipamiento de laicos, brindándoles capacitación y motivación
para que puedan proveer consejería, educación, asistencia material, grupos de apoyo para
auto-ayuda y otras formas de ayuda a las personas necesitadas de sus comunidades.
(4) La obtención de ayuda proveniente de otras personas, al pedir la
asistencia o recurrir a la sabiduría de personas de la comunidad que pueden contribuir al
proceso de resolución de problemas del aconsejado.
(5) La prevención de problemas anticipando el futuro y ayudando a
individuos y a grupos de personas a desarrollar las destrezas y efectuar los cambios de
vida que prevendrán el desarrollo de problemas futuros.
(6) La transformación de la comunidad, en ocasiones tomando acción
social, política u otro tipo de acción para reducir la pobreza, el estrés, el desempleo, la
violencia, la ignorancia, la conducta pecaminosa y otras influencias causantes de
problemas en el entorno.
La consejería comunitaria es un enfoque que busca mejorar el entorno en vez de
concentrarse únicamente en ayudar a las víctimas de las deficiencias de la comunidad. El
consejero comunitario debe (1) aprender a tratar con grupos grandes así como con
individuos, (2) convertirse en educador así como consejero y (3) tratar con el entorno así
como con la persona afectada por éste. Estas son “palabras mayores” y no parece posible
alcanzar todas estas metas. Los problemas humanos son complejos y muchos de ellos
provienen de influencias psicológicas que requieren la intervención de un profesional
capacitado. Los consejeros comunitarios también pueden aconsejar individuos en una
oficina privada, pero desafían la suposición de que esta sea la única o la mejor manera de
ayudar a las personas. En ocasiones la consejería tiene que salir para incluir a la
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comunidad e intervenir en ella. “Una onza de prevención vale una libra de cura”, dice un
viejo adagio que se aplica a esta situación. Capacitar, apoyar, establecer, nutrir y guiar,
especialmente a los de la familia de la fe, ayudará a desarrollar el carácter cristiano y a
prevenir problemas que podrían surgir a causa de la inmadurez espiritual y la inseguridad.
La iglesia es una parte importante de esta comunidad. El cuerpo de creyentes
puede brindar el amor, la esperanza, la paz, la motivación y el apoyo que capacita a los
individuos para hacer frente a las presiones y complejidades de la vida. La consejería
cristiana es una contradicción de términos si no toma en cuenta al cuerpo de creyentes, el
cual debería existir para cuidar de los necesitados, acoger a los extraños, hacer el bien a
todos, sanar a los quebrantados de corazón, perdonar al arrepentido, consolar al que sufre,
sostener al débil y llevar a todos a Cristo.
Sistemas y Redes Sociales
Los sistemas son los grupos sociales a los cuales pertenecen los individuos y con
frecuencia éstos coinciden para formar una red de grupos. Cada uno de nosotros puede
formar parte de diversos grupos, por ejemplo, de una familia, de un vecindario, de una
iglesia, de un ambiente de trabajo, de un grupo de estudio bíblico, o de otro grupo
pequeño de personas. Cada uno de estos sistemas o redes puede ser causa de estrés o
tensión personal, pero cada uno de ellos puede también proveer ayuda en tiempos de
necesidad. En un estudio los investigadores trataron de descubrir por qué algunas
personas se angustian por los cambios importantes de la vida mientras que otras parecen
recuperarse muy rápidamente. Las personas que se ajustan mejor a los cambios son
aquellas que tienen una variedad de relaciones sociales. Hay seis formas de ayuda que
toda persona necesita ocasionalmente:
(1) Ayuda material, en forma de dinero, comida u otros objetos.
(2) Asistencia física, que puede incluir ayuda para proveer transporte,
cortar el césped, escribir una carta, empujar una silla de ruedas o
colaborar en otras tareas.
(3) Guía, que consiste en ofrecer consejo o sugerencias prácticas.
(4) Ser escuchado mientras expresa sentimientos,
personales, frustraciones y temores.
preocupaciones
(5) Retroalimentación, dando a las personas información acerca de ellos
mismos.
(6) Participación social, que incluye la conversación informal, el descanso
y la distracción temporal lejos de las condiciones difíciles y
demandantes.
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Recientemente se señaló que hay una excelente manera en que nuestra sociedad
puede lograr avances significativos en la prestación de servicios de salud mental.
Debemos encontrar, capacitar, motivar y utilizar la ayuda de voluntarios no remunerados
que puedan servir como trabajadores comunitarios en el área de la salud mental. Si bien
es cierto que ésta es una necesidad dentro de la comunidad en general, ¡cuánto más
necesario es dentro de la comunidad de creyentes!
Los Otros Ayudantes
En los últimos veinte o treinta años la consejería se ha vuelto tan popular que los
programas de capacitación en universidades, seminarios e instituciones educativas están
inundados con solicitudes de matrícula de personas que desean ingresar. Programas de
consejería desarrollados por laicos han surgido en escuelas, iglesias, centros telefónicos
para el manejo de crisis, negocios e incluso en cárceles. Ha surgido un sinfín de teorías
nuevas, técnicas innovadoras, consejeros capacitados profesionalmente y centros de
consejería en expansión. A pesar de toda esta actividad todavía escuchamos de un déficit
continuo de consejeros profesionales. Para llenar este vacío existe un grupo que se puede
llamar “otros ayudantes”, los cuales han estado presentes desde hace mucho tiempo, pero
ahora son considerados como ayudantes importantes en todo ministerio de consejería; y
hay evidencia que señala que los consejeros no profesionales pueden ser efectivos, e
incluso en ocasiones más efectivos que los profesionales. Algunas personas se sienten
menos amenazadas y más a gusto conversando con un consejero no profesional. Otros
prefieren buscar ayuda en artículos de revista o en programas de entrevistas de radio y
televisión. Y otros prefieren hablar con el pastor o con los miembros de un grupo de
auto-ayuda de la iglesia. Estos “otros ayudantes” incluyen: (1) Profesionales médicos;
(2) Agentes comunitarios; 83) Grupos de ayuda mutua (tales como Alcohólicos
Anónimos, Cuida-kilos, entre otros); (4) Familiares y amigos; y (4) Ayuda a través de los
medios de comunicación masiva (televisión, radio, periódicos, libros y revistas), la cual
puede ser buena o mala. Hay otro grupo al que muchos recurren, el cual incluye adivinos
y los que leen la palma de la mano, líderes de sectas, exorcistas, espiritistas, entre otros.
Estas personas son reverenciadas especialmente por personas pobres y sin educación, y
los consejeros cristianos no recomiendan a este grupo. Muchos de ellos suelen estar
involucrados en prácticas ocultas y se debe tener un cuidado extremo para mantener tales
influencias fuera de su consejería.
Llevando la Consejería al Hogar
La ayuda no debe estar restringida a la sala de consejería. Hay evidencia de que
cada uno de nosotros tiene una forma especial de aprender. Algunas personas aprenden
mejor escuchando – escuchando las palabras de otros. Otras personas aprenden mejor
viendo – leyendo libros, viendo películas y observando diagramas. Otros prefieren
aprender haciendo – realizando proyectos, interpretando roles o manifestando sus
sentimientos en formas concretas. Jay Adams, un reconocido consejero cristiano
conservador, dice que la esencia de la buena consejería es la tarea que se asigna al
aconsejado. Él afirma que aprender a asignar una buena tarea, una tarea que sea bíblica,
concreta y que se ajuste creativamente a la situación, requiere tiempo y esfuerzo, pero
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vale la pena. Hay varios tipos de tareas que se utilizan frecuentemente: (1) Evaluaciones,
(2) Guías de estudio y discusión, (3) Asignaciones de conducta, (4) Lecturas, (5)
Grabaciones y (6) Asignaciones en computadora.
El Entorno y la Consejería
Hay cuatro influencias del entorno que son de especial importancia:
1. El ruido. Algunos sonidos (como la música suave) pueden ser
tranquilizadores y relajantes, mientras que otros sonidos pueden aumentar la tensión y la
irritabilidad, obstaculizar el buen dormir, interferir con el desempeño laboral e incluso
conducir a una disminución del impulso sexual o a una pérdida del apetito. Las personas
que viven en ambientes ruidosos con frecuencia opinan que el ruido continuo puede ser
molesto, perturbador y causante de estrés.
2. Las aglomeraciones. Nos gusta estar cerca de la gente, pero no nos
gusta estar en medio de una aglomeración de personas. A veces necesitamos un lugar
tranquilo donde poder retirarnos y disfrutar de un tiempo de soledad.
3. La arquitectura. Desde hace mucho tiempo se ha reconocido que la
forma y el color de las habitaciones, el estilo y el arreglo de los muebles, la decoración, la
temperatura y la iluminación pueden afectar psicológicamente a las personas. Las
relaciones interpersonales, las actitudes, las emociones y el grado en el que la gente se
siente a gusto afectan la productividad laboral y las emociones.
4. Clima. Es bien sabido que el clima puede tener una gran influencia
sobre el comportamiento humano. Las personas pueden sentirse cansadas y aletargadas
cuando el calor y la humedad son intensos. Se ha demostrado que el clima puede ejercer
influencia sobre los índices de suicidios, crímenes y accidentes, sobre el desempeño
académico y la productividad, y sobre el nivel de participación en actividades sociales, el
estado de ánimo, los sentimientos sujetivos y las actitudes.
Estas influencias del entorno influyen en la consejería de dos maneras
importantes: (1) Pueden producir estrés y complicar la consejería y (2) el lugar donde se
realiza la consejería cobra verdadera importancia.
Los Grupos y la Consejería
Es probable que los primeros cristianos no se reunieran en un entorno con
condiciones ideales, pero se reunían en grupos pequeños para la enseñanza, el
compañerismo, el partimiento del pan y la oración descritos en Hechos 2:42. Sin lugar a
duda había apoyo mutuo, ánimo, compañerismo y un compromiso de llevar las cargas los
unos de los otros. Para los cristianos este fue el comienzo de la ayuda grupal.
En nuestros días, los grupos pueden proveer una serie de “factores curativos”,
tales como: (1) Infunden esperanza y optimismo; (2) Disminuyen la sensación de cada
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participante de que está solo con su problema; (3) Imparten información acerca de
problemas específicos del aconsejado; (4) Crean una atmósfera altruista donde cada uno
puede brindar ayuda, apoyo, ánimo y amor a los demás; (5) Dan retroalimentación; (6)
Enseñan nuevas ideas acerca de la modificación de la conducta; (7) Ayudan a las
personas adquirir y practicar destrezas sociales, (8) Proveen modelos de conducta
efectiva; (9) Brindan oportunidades para la expresión de los sentimientos; (10) Proveen
un sentido de pertenencia, aceptación y cohesión, (11) Ayudan a las personas a tratar con
asuntos significativos; y (12) Brindan oportunidad para que los creyentes oren, lean las
Escrituras y busquen juntos dirección divina.
La Consejería Comunitaria y el Cristiano
En vista de las tendencias recientes en la consejería comunitaria, es emocionante
pensar en cómo la consejería cristiana podría cambiar en el futuro. Como individuos que
viven en comunidades y buscan obedecer las enseñanzas bíblicas, los cristianos –
incluyendo los consejeros – deben tener una preocupación activa con respecto al hambre,
la pobreza, la injusticia, el crimen, la pornografía, la violencia doméstica, la decadencia
de los estándares morales, el desempleo y muchos otros males sociales que ocasionan los
problemas que requieren consejería. La iglesia, como comunidad dentro de una
comunidad, debe preguntarse cómo puede tener un impacto en la vida de los no creyentes
así como en la vida los que pertenecen a la familia de la fe. A continuación está la
instrucción bíblica, frecuentemente citada, de que debemos llevar las cargas los unos de
los otros. Pablo escribió: “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo
segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a
todos, y mayormente a los de la familia de la fe” (Gálatas 6:9-10).
Las Crisis en la Consejería
Buena parte del Nuevo Testamento está orientado hacia la crisis. En particular,
varias de las epístolas fueron escritas para atender situaciones de crisis en la vida de
individuos e iglesias. Estas crisis incluían problemas de todo tipo – herejía, apostasía,
división congregacional, demandas legales, desorden, muerte, persecución, inmoralidad...
De una forma u otra se encuentran aquí casi todas las clases de problemas que existen.
De este modo, los consejeros cristianos tienen el privilegio de contar con los recursos
bíblicos a los cuales pueden recurrir. Sin lugar a duda, en la Biblia hay un rico depósito
de información, tanto teórica como práctica, disponible para el consejero de crisis. Al
ministrar la Palabra de Dios a los que nos rodean, cada uno de nosotros debe ayudar a
otros a enfrentar las muchas crisis que inevitablemente surgen en un mundo pecaminoso.
Una crisis es un punto de inflexión que no se puede evitar. Las situaciones de
crisis pueden ser previstas o inesperadas, reales o imaginarias, actuales (como la muerte
de un ser querido) o potenciales (como la posibilidad de que un ser querido muera
pronto). Con frecuencia se menciona que en chino la palabra “crisis” se compone de dos
caracteres – uno que significa peligro y otro que significa oportunidad. Las crisis están
llenas de peligro porque alteran la vida y amenazan con agobiar a las personas a las que
afectan. Conforme vamos madurando, cada uno de nosotros desarrolla una serie de
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técnicas de resolución de problemas basadas en nuestras experiencias pasadas, nuestra
formación y nuestras características de personalidad. Todos experimentamos altibajos
emocionales y espirituales y hay momentos en los que debemos aprender cómo hacerle
frente a las emergencias y los problemas inesperados.
Las crisis, sin embargo, ofrecen a las personas la oportunidad de cambiar, de
crecer y de desarrollar mejores formas de manejar las situaciones de la vida. No
obstante, en medio de la crisis algunas personas se sienten confundidas y necesitan ayuda
externa, incluyendo la ayuda que proviene de Dios y del consejero cristiano.
La Biblia y los Tipos de Crisis
Los escritores contemporáneos han identificado tres tipos de crisis, cada uno de
los cuales tiene ejemplos bíblicos y modernos.
1. Crisis accidentales o situacionales. Este tipo de crisis ocurre cuando
hay una amenaza repentina, un evento intensamente perturbador o una pérdida
inesperada. En los tiempos bíblicos, ésta fue la experiencia de Job. Job estaba
confundido acerca del por qué un Dios amoroso permitiría que tantas cosas malas le
sucedieran a una persona buena.
2. Crisis del desarrollo. Este tipo de crisis se presenta durante el curso
normal del desarrollo humano – el inicio de la etapa escolar, el ajuste a la vida
matrimonial y a la responsabilidad de ser padres, el manejo de la crítica, la etapa de la
jubilación o del deterioro de la salud. Abraham y Sara, por ejemplo, tuvieron que lidiar
con la partida hacia un nuevo lugar, con la crítica, con muchos años sin poder tener hijos,
con estrés familiar y aún con el mandato de Dios de que el joven Isaac debía ser
sacrificado.
3. Crisis existenciales. Este tipo de crisis puede coincidir con los otros
dos, pero ocurre cuando nos vemos enfrentados con verdades perturbadoras, muchas
veces acerca de nosotros mismos – “Soy un fracaso, no obtuve el ascenso”; “Mi vida no
tiene propósito”; “Soy muy viejo para alcanzar las metas que tenía en mi vida”.
Cuando las personas preguntan sobre el por qué de sus crisis es difícil, si no
imposible, dar una respuesta definitiva. Sabemos que las crisis pueden ser experiencias
de aprendizaje que moldean el carácter, nos enseñan acerca de Dios y Sus recursos, y
estimulan el crecimiento. Sin embargo, puede ser que nunca lleguemos a conocer las
razones fundamentales de las crisis específicas de la vida mientras vivamos en esta tierra.
Intervención de Crisis
La intervención de crisis es una manera de proveer ayuda emocional inmediata y
temporal a las víctimas de traumas físicos y psicológicos. Hay varios objetivos en la
consejería para el manejo de la crisis: Ayudar a la persona a hacer frente a la situación de
crisis de manera efectiva y a regresar a su nivel normal de funcionamiento; disminuir la
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ansiedad, el temor y otras inseguridades que pueden persistir durante la crisis y después
que ésta ha pasado; enseñar técnicas de manejo de crisis para que la persona esté mejor
preparada para anticipar y enfrentar crisis futuras; considerar las enseñanzas bíblicas
respecto a la crisis para que la persona pueda aprender de ella y como resultado
experimentar crecimiento personal.
Si bien es cierto que existen muchas diferencias entre los aconsejados, el
consejero puede intervenir de varias maneras durante los tiempos de crisis: (1) Hacer
contacto, (2) Reducir la ansiedad, (3) Enfocarse en los problemas, (4) Evaluar recursos –
espirituales, personales e interpersonales, (5) Planificar una intervención, (6) Motivar a la
acción, (7) Infundir esperanza y (8) Dar seguimiento.
Referencia
En los casos en que sea necesario hacer una referencia, es mejor referir a los
aconsejados únicamente a profesionales que sean competentes y cristianos. Una vez
hecha la referencia es bueno mantener un interés por el aconsejado, pero se debe recordar
que ahora otra persona es la responsable de la consejería.
Evitando los Extremos
Algunos consejeros creen que los problemas surgen por inseguridades y conflictos
psíquicos internos. Entre los consejeros cristianos, el debate acerca de las causas y curas
de los problemas personales con frecuencia se centra en torno a la fisiología, la teología y
la demonología.
1. Fisiología. ¿Hasta qué punto los problemas de personalidad y los
desórdenes psicológicos son causados por desequilibrios químicos, mal funcionamiento
glandular, influencias genéticas, enfermedades u otros factores físicos?
2. Teología. ¿Son todos los problemas el resultado del pecado
individual en la vida del aconsejado? Muchos consejeros y teólogos sostienen este punto
de vista. Sin embargo, nosotros no asumimos que todos los problemas, ni que la mayoría
de ellos, provienen principalmente de una conducta o pensamiento pecaminoso específico
en la vida del aconsejado.
3. Demonología. Dentro de la iglesia siempre han existido aquellos
que asumen que los problemas surgen de la influencia demoníaca y deben ser tratados por
medio de exorcismo y de otras formas de batalla espiritual. Efesios 6 enseña claramente
que los cristianos están en medio de una batalla espiritual. Sabemos que existen fuerzas
demoníacas y que los agentes del diablo siguen activos hoy en día. C.S. Lewis dice que
hay dos errores opuestos en nuestras creencias acerca de los demonios. Uno es no creer
en su existencia. El otro es creer en su existencia y sentir que todo lo que sucede es su
culpa. Ambas posiciones son incorrectas. El consejero cristiano no debe caer en ninguna
de estas trampas, pues si lo hiciera perjudicaría al aconsejado. Aceptamos la realidad de
los poderes demoníacos, pero sabemos que Dios es más grande que las fuerzas de
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Satanás; y aunque los demonios tienen la facultad de afligir al pueblo de Dios e incluso
provocar tensiones y conflictos interpersonales, su poder es limitado y serán finalmente
derrotados.
Mirando hacia el Futuro
La consejería tradicional se ha dividido en tres áreas: correctiva, preventiva y
educativa. La consejería correctiva consiste en ayudar a las personas a hacer frente a los
problemas existentes de la vida. La consejería preventiva busca evitar que los problemas
se agraven o incluso prevenir que ocurran. La consejería educativa consiste en la
enseñanza de principios de salud mental a grupos grandes por parte del consejero.
Aunque la consejería correctiva no va a desaparecer, la iglesia hace énfasis en la
consejería preventiva y educativa para ayudar al individuo a encontrar salud espiritual y
mental. Nuestro estudio continuará reflejando los tres enfoques: (1) transmitir un
entendimiento de cada área problemática, (2) presentar lineamientos para ayudar a
aquellos que están experimentando problemas y (3) sugerir maneras de educar a los
cristianos para poder evitar los problemas en el futuro.
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LECCIÓN 3- PREGUNTAS DE ESTUDIO
La Comunidad y la Consejería
1. ¿Qué se entiende por la perspectiva ecológica de la consejería?
2. ¿En qué consiste el enfoque de consejería comunitaria?
3. ¿Cuáles son tres cosas que el consejero comunitario debe aprender?
4. ¿Cuándo es la consejería cristiana una contradicción?
5. ¿Cuál es una excelente manera en que nuestra sociedad puede lograr avances
significativos en la prestación de servicios de salud mental?
6. ¿Cuáles son cuatro influencias del entorno en la consejería?
7. ¿Cuáles son los dos caracteres que componen el término chino que se traduce como
“crisis”y qué significa cada uno?
8. ¿Cuáles son los tres tipos de crisis?
9. ¿Qué provee la intervención de crisis?
10. ¿Cuáles son las tres áreas de la consejería tradicional y en qué consiste cada una?
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CONSEJERÍA CRISTIANA, RE 204
LECCIÓN 4 – GUÍA DE ESTUDIO
La Crianza de los Niños, la Orientación a los Padres y la Adolescencia
Libro de Texto: Consejería Cristiana Efectiva. Autor: Dr. Gary Collins, Ph.D.
Texto Complementario: Capacitado para Orientar. Autor: Dr. Jay Adams
Una joven pareja esperaba el nacimiento de su primer hijo, por lo que se
dedicaron a leer gran cantidad de libros sobre la crianza de los niños, y también le
escribieron a un reconocido psicólogo para pedir su consejo. El psicólogo respondió:
“Lean todos los libros cuidadosamente, y cuando hayan terminado, tírenlos todos y hagan
lo que iban a hacer en primer lugar”. Éste probablemente es un buen consejo. En Su
infinita sabiduría, Dios escogió encomendar la tierna vida de los niños a la guía de
adultos (incluyendo algunos adultos muy inmaduros) que tienen poca o ninguna
experiencia en la crianza de los niños, y que se enfrentan a una gran variedad de retos y,
posiblemente, a una variedad aún mayor de libros sobre la crianza de los hijos. Algunos
padres devoran estos libros e incluso les escriben a los autores, en un intento por ser
mejores padres y madres. Otros padres ignoran el consejo de los profesionales y tratan de
hacer “lo que les parece natural”. Probablemente el mejor enfoque es el de reunir
información y motivación de los libros y de otros padres más experimentados, y luego,
con la ayuda divina, tratar de hacer el mejor trabajo posible en la tarea de instruir a los
niños en su camino.
En algunas ocasiones el consejero cristiano debe brindar consejería a los niños
directamente, pero el énfasis se da con mayor frecuencia en la orientación para los
padres. Ésta consiste en la tarea de ofrecer a los padres ánimo, información, consejo,
aclaración, apoyo u otro tipo de ayuda que indirectamente beneficiará al niño. La
orientación a los padres reconoce que los padres pueden influenciar la vida de los niños
de manera más profunda que cualquier consejero. Por lo tanto, establece una alianza de
trabajo y cooperación entre los padres y el consejero, quienes se interesan en el bienestar
y en el sano desarrollo del niño.
Literalmente, se han sido escrito miles de libros acerca de los niños y la crianza de
los hijos. Freud, Erickson, Piaget, Fowler, Driekurs, Gesell, Spock y muchos otros han
elaborado teorías del desarrollo infantil. Autores cristianos como James Dobson, Kevin
Leman, Grace Ketterman y Ross Campbell están entre los muchos escritores y
conferencistas que han ofrecido orientación para ayudar a los padres con sus problemas
en la crianza de los niños. Innumerables estudios han investigado las habilidades y la
maduración psicológica de los niños en desarrollo, mientras que otras investigaciones se
han dedicado al estudio del mal funcionamiento físico, el retardo psicológico y la
patología infantil. La pediatría, reconocida especialidad médica, ha sido complementada
por la psiquiatría infantil, la psicología infantil y otras especialidades relacionadas.
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La Biblia y la Crianza de los Niños
Poco después de la creación Dios instruyó a Adán y Eva con estas palabras:
“fructificad y multiplicaos”. A diferencia de la mayoría de los mandatos divinos, éste fue
obedecido y rápidamente el mundo de llenó de gente. En los tiempos del Antiguo
Testamento una familia numerosa era considerada una fuente de bendición especial de
parte de Dios, mientras que el no tener hijos era visto con desaprobación. En Sus
enseñanzas, Jesús prestó atención especial a los niños y alabó su sencillez y su confianza.
La enseñanza bíblica con respecto a los niños y a la orientación para los padres se puede
dividir en dos categorías: comentarios sobre los niños y comentarios sobre los padres y la
tarea de crianza.
1. Niños. En la Biblia los niños son vistos como regalos de Dios que pueden traer
tanto alegría como dolor. Los niños deben ser amados, honrados y respetados como
personas, pero también tienen el deber de honrar y respetar a sus padres, amarlos,
escucharlos y ser obedientes. Sin embargo, si los padres demandan obediencia en algo
que va en contra de las enseñanzas bíblicas, se debe recordar que las leyes de Dios
siempre tienen prioridad sobre la instrucción humana.
2. Padres. Padres y madres tienen la responsabilidad de modelar una conducta
cristiana madura, amar a sus hijos, atender sus necesidades, instruirlos y disciplinarlos
justamente.
Desde la perspectiva bíblica, la crianza de los niños incluye cuatro aspectos muy
importantes: (1) Prestar atención a los mandamientos de Dios, (2) Obedecer los decretos
y mandamientos de Dios, (3) Amar al Señor de todo corazón, y (4) Instruir a nuestros
hijos. La instrucción se debe llevar a cabo de cuatro maneras – diligente, repetida,
natural y personalmente.
Las Causas de los Problemas en la Crianza de los Niños
Varios temas aparecen repetidamente en las discusiones acerca de la causas de los
problemas en la crianza de los niños: (1) Descuido o abuso de lo espiritual, (2)
Inestabilidad en el hogar, (3) Abuso psicológico, (4) Necesidades insatisfechas, (5)
Influencias físicas (incluyendo retardo mental y síndrome de déficit atencional), y (6)
Otras influencias, tales como experiencias traumáticas tempranas, rechazo por parte de
compañeros, enfermedades serias o muerte, y la frustración o el fracaso.
Padres y consejeros se preguntan si es posible criar a un niño exitosamente y sin
el desarrollo de problemas severos. Quizás sea cierto que todos somos heridos en el
camino a la vida adulta.
Sin embargo, al considerar estos aspectos, hay dos hechos que se deben tener en
cuenta. Primero, al parecer la mayoría de los niños crecen de manera normal a pesar de
los errores y fracasos de los padres. Las situaciones difíciles en el hogar no siempre
producen niños problemáticos. Segundo, en ocasiones surgen problemas aunque no hay
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falta por parte de los padres. Comprender esto puede ser una fuente de ánimo y de
desafío para los padres de niños problemáticos.
Los Efectos de los Problemas en la Crianza de los Niños
Cuando surgen problemas entre padres e hijos, éstos pueden tener influencia sobre
los padres y sobre los niños, y en ocasiones pueden dar lugar a patologías infantiles.
1. Efectos en los padres. Es difícil tener hijos que resultan ser diferentes de lo
que los padres habían esperado. Con frecuencia padres y madres sienten – con o sin
evidencia válida – que los problemas que presentan los niños son un monumento a la
incompetencia de los padres.
2. Efectos en los niños. Cuando hay problemas entre padres e hijos, en ocasiones
los niños actúan de manera similar a los padres. Ira, hostilidad hacia los padres y otros
miembros de la familia, culpa y temor, son efectos que pueden presentarse en los niños.
3. Efectos patológicos. Algunas veces se desarrollan alteraciones más severas
que indican la existencia de problemas en los niños, y algunas de ellas (no todas) indican
que hay problemas en el hogar. Aún cuando la relación entre padres e hijos es buena,
estas condiciones causan tensión en la familia y con frecuencia indican la necesidad de
consejería. Todos estos efectos son tratados por médicos, psicólogos, educadores y otros
profesionales capacitados para atender los problemas de los niños. A menos que el
consejero cristiano sea especialista en alguna de estas áreas, por lo general buscará
consultar con un profesional o referirá al niño y sus padres a un especialista en
desórdenes infantiles.
La Consejería y los Problemas en la Crianza de los Niños
Al trabajar con problemas en los niños, los consejeros cristianos tienen tres
responsabilidades: (1) aconsejar a los niños, (2) aconsejar a los padres, y (3) hacer
referencias cuando la situación lo amerita. Según el caso, puede ser necesario cumplir
con una, dos, o con las tres responsabilidades.
1. Aconsejando a los niños. Los consejeros infantiles deben recordar el hecho
obvio, pero muchas veces olvidado, de que los niños son personas. Los niños tienen
sentimientos, necesidades e inseguridades. A veces tratan de manipular a los adultos,
pero responden al amor y la firmeza. Los niños necesitan ser tratados con sensibilidad,
empatía, calidez, consideración y con un respeto que no los trate con desdén ni les
transmita un sentido de superioridad por parte de los adultos. También se debe recordar
que la consejería infantil casi siempre se lleva a cabo en conjunto con la consejería de los
padres.
2. Aconsejando a los padres. Cuando se aconseja a niños es muy importante
trabajar también con los padres, pues la consejería puede ser socavada rápidamente por
padres que no desean cooperar o que están mal informados. En ocasiones la mejor
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manera de ayudar al niño es ayudar a toda la familia a funcionar mejor. Hay varios
lineamientos para trabajar con los padres, independientemente de cuál sea el problema
específico. Estos lineamientos incluyen: (1) Valorar la posición de los padres, (2)
Utilizar varios enfoques, (3) Ser sensible a las necesidades de los padres, (4) Estar
consciente de la dinámica familiar, (5) Modelar el rol de los padres, y (6) Reconocer que
usted, como consejero, es prescindible. El consejero es el facilitador en el proceso de
promover la madurez y una relación centrada en Cristo entre los miembros de la familia.
Alguien ha dicho que un padre efectivo es el consejero más importante del niño. Si esto
es cierto, entonces una manera muy efectiva de ayudar a los niños es enseñar a los padres
cómo ayudar a sus hijos e hijas. Esta enseñanza se conoce como terapia filial.
Teológicamente, la familia es realmente la Iglesia en miniatura. Los asuntos
que son de interés para la Iglesia (el evangelismo, la educación cristiana, la enseñanza de
estándares morales y de compasión, la ayuda a los jóvenes para comprender el
significado de la vida y la muerte) son asuntos que los padres también deben enfrentar al
criar a sus hijos. El consejero cristiano debe estar dispuesto a plantear y discutir éstos y
otros asuntos teológicos y morales.
Psicológicamente, hay varios aspectos que surgen comúnmente al aconsejar a
los padres. Éstos son: (1) La necesidad de comprensión, (2) Las familias deberían recibir
ayuda en cuanto a la comunicación, y (3) El manejo de la conducta es de interés para
muchos padres.
Previniendo Problemas en la Crianza de los Niños
En toda nuestra sociedad no hay institución que pueda compararse a la Iglesia
en su potencial para ejercer influencia sobre la niñez, la crianza de los hijos y el
desarrollo familiar. Familias enteras asisten a la iglesia. Los padres traen a sus bebés
para ser dedicados y muchos asisten regularmente a los servicios de iglesia y a las clases
de escuela dominical, en busca de compañerismo y ayuda espiritual en tiempos de
necesidad. La iglesia puede prevenir los problemas familiares de muchas maneras a
través de su influencia en la crianza de los niños. La iglesia provee capacitación
espiritual, enriquecimiento matrimonial, y capacitación y motivación para los padres.
Hay que recordar que, si bien es cierto que la crianza de los hijos es una
responsabilidad muy seria, todos los padres cometen errores, y aquellos padres que son
demasiados rígidos o estrictos probablemente crean problemas debido a su ansiedad e
inflexibilidad. Un hombre fue invitado para hablar a un grupo de adolescentes, por lo
que le preguntó a su hija qué debía decir. La hija le respondió: “Diles que tengan
paciencia, porque sus padres están aprendiendo cómo criar chicos”.
La Adolescencia
Todos hemos sido adolescentes y la mayoría de nosotros puede recordar aquellos
años estresantes y emocionantes a la vez, cuando atravesamos esa etapa de la vida que un
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psiquiatra ha llamado “la fase más confusa, desafiante, frustrante y fascinante del
desarrollo humano”.
La palabra “adolescencia” significa un “período de crecimiento hacia la
madurez”. Se inicia con la pubertad (el inicio de la última etapa de crecimiento corporal
y de la maduración sexual) y se extiende hasta los diecinueve años o principios de la
década de los veinte. Algunos han descrito la adolescencia como un período de grandes
alteraciones caracterizado por la rebeldía, la agitación constante y turbulentos períodos de
tensión. Muchos estudios e investigaciones han confirmado que la adolescencia es un
período de rápido crecimiento y cambios constantes; sin embargo, probablemente sea
cierto que “vistos como un todo, los adolescentes no están confundidos, no están
profundamente perturbados, no se encuentran a merced de sus impulsos, no se oponen a
los valores de sus padres, no son políticamente activos, y no son rebeldes”. Un estudio
realizado con adolescentes demostró que la gran mayoría de ellos se encontraba libre de
problemas; sólo alrededor de un 15% estaba plagado de problemas y confusión.
Usualmente la adolescencia se divide en tres períodos: la preadolescencia – que
se inicia alrededor de los diez u once años y continúa al menos por dos años más; la
adolescencia media – el período entre los catorce y los dieciocho años, cuando los
jóvenes cursan la secundaria; y la post-adolescencia – el período que se extiende desde
los dieciocho o diecinueve años hasta el inicio de la década de los veinte.
La fase de la preadolescencia ha venido cambiando y durante los últimos cien
años se ha observado un descenso constante en la edad en la que se ubica el inicio de la
adolescencia.
En la fase de la adolescencia media hay pocos cambios físicos, pero el
adolescente debe adaptarse a su nueva identidad como persona con un cuerpo de adulto.
Durante este período tres influencias se tornan importantes: el sexo, las drogas y los
vehículos de motor. Cada una de estas influencias está relacionada con la presión de
grupo, los cambios físicos, las inseguridades y las luchas de los adolescentes por
encontrar su identidad.
Al llegar a la fase de la post-adolescencia, una vez terminada la secundaria, los
jóvenes no son niños ni adultos, y necesitan responder cuatro preguntas cruciales durante
este período de la vida: (1) La pregunta sobre su identidad – ¿Quién soy yo? (2) La
pregunta sobre las relaciones – ¿Cómo me relaciono con los demás? (3) La pregunta
sobre el futuro – ¿Cuál es mi lugar? y (4) La pregunta sobre su ideología – ¿En qué creo
yo? Con demasiada frecuencia la sociedad y las personas mayores aportan poco en
cuanto a valores claros y ayuda práctica. De ahí que no resulte sorprendente el hecho de
que muchos adolescentes luchen con sentimientos de un vacío interno, de confusión,
tensión interpersonal y ansiedad.
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La Biblia y la Adolescencia
La Biblia habla de los jóvenes. El autor de Eclesiastés le aconseja a los jóvenes
que sean felices, que disfruten la vida, que hagan todo lo que deseen, pero les recuerda
que deberán rendir cuentas a Dios de todo lo que hagan. En la Biblia los jóvenes son
descritos como visionarios, fuertes, capaces de incorporar la Palabra de Dios a sus vidas,
capaces de vencer a Satanás, sumisos a sus mayores, con dominio propio e instruidos
para humillarse “bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere
tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”.
Estas pocas frases, al igual que las enseñanzas de toda la Biblia, pueden ser útiles para los
consejeros que trabajan con jóvenes que están luchando con la adolescencia.
Las Causas de los Problemas en la Adolescencia
Si padres, maestros y consejeros buscamos lo peor de los adolescentes y
esperamos lo peor de ellos, puede ser que lleguemos a ver lo peor y que sutilmente
impulsemos a los adolescentes a involucrarse en aquellas conductas que más tememos y
que esperamos que ellos eviten. La sociedad adolescente cambia rápidamente y la
mayoría de los adultos se encuentran “desconectados” de los adolescentes
contemporáneos. Sin embargo, a pesar de los cambios, hay varios aspectos que persisten
y causan problemas a los adolescentes, independientemente de la época en que viven.
1. Cambios físicos. Investigaciones recientes sugieren que los adolescentes,
como grupo, no tienen buena salud: muchos están fuera de forma, tienen sobrepeso,
presentan una mala condición física, y son víctimas de la falta de ejercicio o de hábitos
nutricionales deficientes. Todo esto puede conducir a problemas de ajuste social y a
sentimientos de rechazo.
2. Cambios sexuales. A pesar de que los jóvenes están a la expectativa de los
cambios sexuales de la adolescencia, la mayoría de ellos experimenta ansiedad por los
cambios físicos en su cuerpo, los crecientes impulsos eróticos internos y la confusión
sobre la conducta sexual. Nuestra sociedad se caracteriza por la libertad sexual, el fácil
acceso a películas sexualmente explícitas y eróticamente provocativas, la renuencia de los
padres a dar una educación sexual clara a sus hijos, y abundantes oportunidades para
involucrarse en situaciones de experimentación sexual impulsiva. Todo esto puede
conducir a una pérdida del dominio propio, sentimientos de culpa, embarazos y traumas
emocionales.
3. Cambios interpersonales. La adolescencia es una época en la que se dan
cambios en las relaciones con los padres, los compañeros y con otras personas en la
sociedad. Cuando no hay una orientación clara por parte de los padres, o cuando el
mundo interno y el mundo externo parecen ambos ser inestables, los adolescentes por lo
general se sienten confundidos, ansiosos y enojados.
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4. Cambios en los valores, los principios morales y las creencias religiosas.
Antes de la adolescencia los niños aceptan los estándares establecidos por los padres sin
cuestionarlos ni desafiarlos. Sin embargo, conforme van creciendo, los adolescentes
comienzan a cuestionar los puntos de vista de los padres, y los amigos comienzan a tener
mayor influencia en la definición de creencias y valores. Muchas veces los adolescentes
no reciben ayuda en el proceso de clarificación de valores, con excepción de la ayuda de
sus amigos, quienes experimentan las mismas luchas y la misma confusión. Las dudas
religiosas, la disminución de la participación en actividades de la iglesia y el interés en
otra fe (al menos temporalmente) son situaciones comunes en la adolescencia, para
angustia de los padres y los líderes de la iglesia.
5. El avance hacia la independencia. La adolescencia, como hemos visto, es un
período de crecimiento hacia la madurez. Conscientes de que ya no son niños, los
adolescentes quieren grandes dosis de libertad, pero la manejan mejor en dosis pequeñas
que van aumentando lentamente. Un viejo refrán dice que para los padres es más fácil
dar raíces a sus hijos que darles alas.
6. Adquisición de destrezas y desarrollo de la auto-estima. De acuerdo con
James Dobson, los adolescentes no se sienten bien consigo mismos a menos que posean
atractivo físico, inteligencia (que en ocasiones se traduce en habilidad académica) y
dinero.
7. Preocupación por el futuro. La post-adolescencia ha sido llamada un período
de “moratoria psicosocial” en el que los jóvenes tienen la libertad de reagruparse
psicológica y socialmente mientras tratan de encontrar su nicho en la sociedad.
Los Efectos de los Problemas en la Adolescencia
Aunque la mayoría de los adolescentes efectivamente crece y tiene una vida
adulta relativamente normal (a veces para el asombro de sus preocupados padres), las
presiones de la adolescencia pueden dejar su huella en algunas personas. Las
inseguridades y los sentimientos de culpa, inferioridad, soledad y rechazo de la
adolescencia pueden persistir aun durante la vida adulta; a muchas personas los
problemas de la adolescencia continúan afectándoles por largo tiempo aun después de
haberse convertido en adultos. Algunos de estos problemas de la adolescencia son: (1)
Ocultar los problemas – algunos adolescentes luchan solos con sus problemas y buscan la
soledad, se distancian, se alejan de los amigos, etc. (2) Reaccionar ante los problemas –
con frecuencia los adolescentes reaccionan ante los problemas en formas que no son
aprobadas socialmente y que tienen el efecto de oponerse a los padres y afirmar su
independencia. Algunas veces esto se manifiesta en formas como consumo de alcohol o
drogas, mentira, robo, crimen, conducta de “pandilla” y otras formas de delincuencia o
rebeldía. (3) Huir de los problemas – cada año un gran número de adolescentes,
mayormente mujeres entre los quince y los diecisiete años de edad, huyen de casa. Por lo
general estos jóvenes se sienten frustrados en el colegio, son incapaces de comunicar su
frustración, tienen conflictos con sus padres, tienen una baja autoestima, o son víctimas
de familiares abusivos. Otros se alejan del mundo a través de las drogas y el alcohol.
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Otros intentan alejarse a través del suicidio. (4) Enfrentar los problemas – no todos los
adolescentes ocultan, reaccionan o huyen de sus problemas. Muchos adolescentes
enfrentan los desafíos, hablan de sus problemas con amigos o con adultos de confianza,
leen acerca del estrés en la adolescencia, reaccionan al fracaso poniendo más empeño la
próxima vez, aprenden de sus errores y pasan la época de la adolescencia de forma
relativamente tranquila. Estos jóvenes y sus padres podrían beneficiarse de una
consejería preventiva, educativa y de apoyo, pero rara vez necesitan buscar ayuda. Por lo
general los consejeros cristianos tratan con adolescentes cuyos problemas de ajuste son
más perjudiciales para sí mismos, sus familias y la sociedad.
La Consejería y los Problemas de la Adolescencia
Hay dos maneras de atender los problemas de los adolescentes – una es
aconsejar al adolescente y la otra es ayudar a los padres. En ambos casos el consejero
debe demostrar que tiene un amplio entendimiento de las luchas que experimentan los
adolescentes y un conocimiento de los tipos de tensiones que se acumulan dentro del
aconsejado así como dentro de su hogar. Los adolescentes y sus padres necesitan una
persona sabia, cariñosa y segura de sí misma que pueda proveer un refugio de calma y
orientación en tiempos de fuerte conmoción.
En última instancia, el consejero cristiano busca ayudar a los jóvenes a crecer
hacia la madurez y a convertirse en adultos que honran a Cristo con su estilo de vida, sus
creencias, su serenidad interior y sus relaciones interpersonales. Para ayudar al
aconsejado a alcanzar esta meta es necesario enfocarse en los problemas presentes y más
inmediatos. Algunas veces esto se logra guiando al aconsejado mientras éste va
cambiando su manera de pensar, sus percepciones y su conducta. Hay ocasiones en las
que el consejero sugiere una consejería de grupo. Esta técnica puede ser de especial
ayuda para los adolescentes que tienen problemas interpersonales, que tienden a
distanciarse o que tienen problemas que otros también comparten, tales como abuso
familiar, un padre alcohólico o un pariente con una enfermedad terminal. Las relaciones
y el compartir mutuo que se da en la consejería grupal pueden brindar apoyo y enseñar a
los adolescentes la importante lección de cómo relacionarse con otros de manera efectiva.
Con frecuencia esto los libera para avanzar hacia el crecimiento espiritual que trae
respuestas definitivas a los problemas de la vida.
Previniendo los Problemas de la Adolescencia
Es un hecho conocido que los pollitos luchan para abrirse paso con el pico a
través de la cáscara del huevo. Si un observador compasivo trata de ayudar rompiendo la
cáscara, el pollito sale más rápido, pero no experimenta las luchas ni desarrolla la fuerza
que lo preparan para enfrentar las tensiones de la vida.
En cierto modo los adolescentes son parecidos a los pollitos. Puede ser difícil
y doloroso salir de los límites de la niñez, pero con cada desafío el adolescente puede
ganar confianza, competencia y conocimiento, incluso cuando hay fracaso. Los padres y
otros adultos compasivos a veces tratan de minimizar y prevenir los problemas, y de
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proteger a los adolescentes de las presiones de la vida, pero esto no sólo es imposible,
sino que resulta en una pobre formación para la vida. Por el contrario, deberíamos
procurar ayudar a los jóvenes a madurar sin las consecuencias dolorosas e innecesarias
que tienen lugar cuando hay irrespeto de la ley, inmoralidad sexual, alteraciones
emocionales severas, incapacidad de tener un buen desempeño académico, conflictos
interpersonales, o pérdida de la fe. Hay varias maneras en que los consejeros y otros
líderes cristianos pueden ayudar a los padres a prepararse para la adolescencia, así como
ayudar a los jóvenes a madurar sin caer en las dolorosas trampas de los años de la
adolescencia. Estos objetivos se logran por medio de: (1) la construcción de un
fundamento espiritual, (2) la educación, (3) el ejemplo y la estabilidad familiar, (4) el
apoyo interpersonal y (5) la orientación.
No es fácil ser adolescente, ni ayudar a los jóvenes a través de sus años de
adolescencia, pero debemos tener en mente que la mayoría de los jóvenes llegan a la edad
adulta en condiciones notablemente buenas. En vez de tratar de forzar a los adolescentes
a encajar dentro de moldes preconcebidos, nuestra tarea como consejeros y padres es
ayudarles a crecer hacia la madurez personal cristiana. Pocas tareas pueden ser más
importantes, desafiantes y gratificantes.
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LECCIÓN 4- PREGUNTAS DE ESTUDIO
La Crianza de los Niños, la Orientación a los Padres y la Adolescencia
1. Desde la perspectiva bíblica, ¿cuáles son cuatro aspectos que incluye la crianza de los
hijos?
2. ¿De qué maneras se debe llevar a cabo la instrucción?
3. ¿Cuáles son seis causas comunes de los problemas en la crianza de los hijos?
4. ¿Cuáles son tres responsabilidades que los consejeros cristianos tienen al trabajar con
problemas en los niños?
5.
¿Cuáles son seis lineamientos generales para trabajar
independientemente de cuál sea el problema específico?
con
los
padres,
6. ¿Qué se entiende por terapia filial?
7. ¿Cómo puede la iglesia prevenir los problemas familiares a través de su influencia en
la crianza de los hijos?
8. ¿Qué se entiende por el término “adolescencia”? ¿Cuándo se inicia y cuándo concluye
este período?
9. ¿Cuáles son los tres períodos de la adolescencia y qué edades abarca cada uno?
10. ¿Cuáles son cuatro preguntas cruciales que los jóvenes deben responder antes de
entrar a la vida adulta?
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LECCIÓN 5 – GUÍA DE ESTUDIO
El Adulto Joven, la Mediana Edad y el Adulto Mayor
Libro de Texto: Consejería Cristiana Efectiva. Autor: Dr. Gary Collins, Ph.D.
Texto Complementario: Capacitado para Orientar. Autor: Dr. Jay Adams
El Adulto Joven
Los adultos jóvenes constituyen una tercera parte de nuestra población y la
mayoría son padres de niños pequeños. Constituyen una buena parte de la fuerza laboral,
así como un grupo con influencia política y poder de compra masivos – de lo cual están
conscientes los analistas de mercado. Los adultos jóvenes ocupan una posición
intermedia entre los adultos de mediana edad y los adolescentes que tanta atención atraen
de los medios, y aunque tienen sus propios problemas y necesidades particulares, son el
grupo de edad más olvidado por los autores de libros de psiquiatría, psicología y
consejería. Esta primera etapa de la edad adulta se extiende desde los dos o tres años
previos al inicio de la década de los veinte hasta el fin de la década de los treinta. Ha
sido descrita como un tiempo de rica satisfacción en términos de amor, sexualidad, vida
familiar, realización profesional, creatividad y consecución de los principales objetivos
de la vida; pero también puede ser un tiempo de intensa tensión.
La edad adulta temprana se divide en cuatro períodos, cada uno de los cuales tiene
una duración de cinco a siete años. La edad adulta temprana se inicia con lo que se
conoce como la transición hacia el adulto joven, que tiene lugar entre los diecisiete y los
veintidós años de edad. Al avanzar desde la adolescencia hacia la edad adulta, en este
punto de la vida los jóvenes toman decisiones acerca del futuro. Las decisiones son
difíciles, la separación de los padres puede ser dolorosa, pero para la mayoría este es un
tiempo desafiante, emocionante, difícil y atemorizante – todo a la vez.
Cuando los jóvenes llegan a la edad de veintiún años, se encuentran a sí mismos
entrando al mundo de los adultos con la necesidad de tomar decisiones prácticas. A
menudo hay toda una variedad de alternativas para explorar y en ocasiones las decisiones
se toman de manera muy apresurada o con base en las circunstancias, lo cual se lamenta
después.
La transición hacia los treinta se inicia alrededor de los veintiocho años y se
extiende hasta los primeros años de la década de los treinta. Para muchas personas este
es un tiempo de evaluación, en el que las escogencias del pasado son examinadas y a
veces modificadas. Entre los treinta y tres y los cuarenta años de edad la mayoría de los
individuos atraviesa un período de establecimiento. La vida en la década de los treinta
siempre es diferente de lo que era una década antes. Las demandas de la familia, la
comunidad y el trabajo están en su punto más alto. Durante este período, al menos en
nuestra sociedad, a menudo hay una fuerte competencia por el progreso profesional y
económico, y muchas personas desarrollan una preocupación creciente por lograr una
mayor autonomía, independencia y auto-suficiencia.
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Es una estadística bien conocida que muchos adultos jóvenes se alejan de la
iglesia durante los años que siguen a la secundaria y más tarde regresan, cuando se
convierten en padres. Muchas iglesias tienden a pasar por alto los desafíos de los adultos
jóvenes.
La Biblia y el Adulto Joven
Aunque en la Biblia no se menciona a los adultos jóvenes específicamente por
este nombre, muchos de los problemas y preocupaciones de este grupo de edad son
mencionados frecuentemente. La ansiedad, el desánimo, el matrimonio, el sexo, la
administración del dinero, la profesión, las relaciones entre padres e hijos, la tentación y
el crecimiento espiritual son temas mencionados en la Biblia que son de especial interés
para las personas durante los primeros años de la edad adulta.
Las Causas de los Problemas del Adulto Joven
Los desafíos de los primeros años de la edad adulta se pueden agrupar en cuatro
categorías principales, cada una de las cuales puede convertirse en fuente de problemas
para los adultos jóvenes.
1. Competencia. La mayor parte de la niñez se pasa aprendiendo las
destrezas necesarias para sobrevivir y tener buenas relaciones con los demás. Conforme
vamos creciendo aprendemos cómo estudiar, cómo resolver problemas, cómo manejar el
estrés y las emociones como el enojo o la ansiedad, y cómo relacionarnos con nuestros
padres y compañeros. Muchos fracasos personales se dan porque no hemos aprendido las
destrezas necesarias para funcionar bien en esta cultura compleja en la que vivimos. Si
las personas quieren vivir exitosamente como adultos, deben continuar desarrollando
competencias en distintas áreas de destreza – destrezas físicas e intelectuales, destrezas
para la resolución de conflictos y la auto-administración, destrezas emocionales,
espirituales e interpersonales.
2. Independencia. El adulto joven necesita desarrollar un sentido de
autonomía. El desafío de llegar a ser independiente involucra al menos cuatro tareas que
se deben realizar de manera continua y simultánea: desarrollar la auto-suficiencia,
construir una identidad, definir valores y aprender a valerse por sí mismo de manera
efectiva.
3. Intimidad. Nadie es totalmente independiente ni completamente libre
de otros seres humanos. El individuo que avanza hacia la madurez procura desarrollar
una interdependencia saludable. Confía en sus habilidades para funcionar por sí mismo,
pero a la vez se permite necesitar y ser necesitado por otros. Las personas en nuestra vida
se pueden dividir en tres grupos – conocidos, amigos y amigos íntimos.
4. Dirección. Hay dos decisiones principales que el adulto joven debe
tomar si quiere atravesar este período sin contratiempos. Debe escoger una profesión y
tomar una decisión en cuanto al matrimonio.
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Estos desafíos del adulto joven – competencia, independencia, intimidad y
dirección – pueden ser emocionantes y al mismo tiempo pueden ser causa de problemas.
Cuando los consejeros entienden los desafíos que enfrenta la gente joven, están mejor
preparados para brindar la orientación y la ayuda que las personas necesitan durante la
tercera y cuarta décadas de su vida.
Los Efectos de los Problemas del Adulto Joven
¿Qué sucede cuando alguien empieza el largo camino de la edad adulta temprana
y tropieza? La mayoría de las personas se levantan y continúan, pero para cuando
alcanzan la mediana edad muchos están luchando con los fracasos del pasado,
enfrentando desilusiones acerca de la vida, y pasando un tiempo complicado y doloroso
de reevaluación de su vida. Cuando los jóvenes atraviesan esta etapa necesitan mantener
varias opciones abiertas, enfocar su atención primordialmente en una o dos, y dejar las
demás para el futuro. De lo contrario, el joven podría verse abrumado por las presiones y
los conflictos que parecen surgir con una intensidad especial durante esta época de la
vida.
Aconsejando al Adulto Joven
Este grupo de edad en particular presenta problemas de depresión, incertidumbre
profesional, ansiedad, conflictos interpersonales y otros problemas que no se limitan a un
único grupo de edad. Sin embargo, si se comparan con personas de mayor edad, los
adultos jóvenes por lo general son más flexibles, entusiastas y dispuestos a cambiar, y se
sienten menos amenazados por la idea de la consejería. El enfoque de tres partes
recomendado para ayudar a las personas a cambiar consiste en: (1) Toma de conciencia –
No es probable que las personas cambien mientras no tengan una clara conciencia de su
problema. (2) Alternativas – Se debe seleccionar una o dos estrategias que se puedan
probar y luego se debe evaluar cuidadosamente. (3) Aceptación – Al ir aprendiendo
nuevas destrezas, el aconsejado necesita trabajar, con la ayuda de Dios, para efectuar
cambios en su vida.
Previniendo los Problemas del Adulto Joven
La investigación ha calificado las décadas de los años veinte y treinta como la
época más abundante y a la vez más estresante del ciclo de vida. Sin embargo, hay
mucho que se puede hacer para reducir el estrés excesivo y facilitar el cumplimiento de
las tareas de desarrollo tales como encontrar un trabajo y un ambiente para vivir en los
que el desarrollo personal y profesional pueda ser estimulado y no obstaculizado.
Cuando hay problemas, en ocasiones la mejor terapia puede ser ayudar al adulto joven a
cambiar de ambiente. Existen al menos otros cinco enfoques preventivos, llamados
terapias preventivas:
1. Educación y Motivación – Las clases de orientación en la universidad,
las clases de Escuela Dominical, los grupos de estudio bíblico, y otros grupos donde los
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jóvenes pueden recibir recomendaciones para manejar la presión, proveen oportunidades
para la discusión, la interacción y el aliento mutuo entre compañeros.
2. Más Mentoreo. Es un mito concluir que las personas deben tener
mentores para tener éxito, pero hay evidencia abundante de que el mentoreo puede ser
muy beneficioso.
3. Desarrollo de los Sueños. Para convertir los Sueños (aquellas
posibilidades imaginadas que generan emoción y vitalidad) en realidad, el adulto joven
debe pensar, planificar y efectuar acciones paso por paso para alcanzar sus metas. Este
proceso se inicia cuando uno se pregunta “¿Qué me gustaría estar haciendo en diez
años?” “¿Es esto lo que Dios quiere que haga?” “¿Qué pasos debo dar para realizar mi
Sueño?” Cuando el adulto joven trabaja hacia la realización de un Sueño tiene menos
probabilidad de desarrollar patrones de vida frustrantes o auto-destructivos.
4. Paciencia de los Padres. No es fácil para los padres de adultos jóvenes
ver a sus hijos tropezar mientras luchan con los problemas emergentes de la vida adulta.
Los padres deben animar y apoyar a sus hijos, y darles una clara indicación de que están
disponibles y dispuestos para conversar. Sin embargo, los padres deberían resistirse al
impulso de rescatar a sus hijos adultos con ofrecimientos de dinero u otras provisiones
que les permitirían evadir su responsabilidad.
5. Apoyo Espiritual. Un lema para todo consejero cristiano, incluyendo a
los padres que aconsejan a sus hijos es: “La oración previene problemas potenciales”.
Los adultos jóvenes son ignorados en muchos libros de consejería; sin embargo
esta es una etapa de crucial importancia en el desarrollo humano. En esta etapa de la
vida puede haber problemas y a menudo se presenta la necesidad de buscar consejería; y
ayudar adultos jóvenes puede ser una de las experiencias más gratificantes del consejero
cristiano.
La Mediana Edad
La mediana edad se define como el período que se extiende desde el final de la
década de los años treinta hasta el final de la década de los cincuenta. Esta es una época
en la que las personas tienen más libertad para dedicarse a otras cosas porque en gran
medida han cumplido con las tareas de “criar a los niños, proteger el nido y ganar dinero
y posición social”. Algunos definen la mediana edad como un tiempo en el que hay una
conciencia creciente de que no todas las metas se podrán alcanzar, de que el tiempo se
está agotando, y de que uno debe decidir si continúa avanzando en la misma dirección o
si necesita hacer cambios antes de que sea demasiado tarde. Por lo tanto, la mediana
edad puede tener significados distintos para diferentes personas. Alrededor de los
cuarenta años de edad se inicia un período de vida caracterizado por el auto-examen, la
reevaluación de creencias y valores, el ajuste a los cambios físicos, y la reconsideración
del estilo de vida, el rumbo profesional y las prioridades.
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La Biblia y la Mediana Edad
El consejero cristiano encontrará gran ayuda en aquellos pasajes bíblicos que
hablan acerca de los principales problemas que experimentan las personas de mediana
edad – problemas de buenos y malos matrimonios, problemas de autoestima o de
propósito en la vida, problemas en el trabajo o en la relación con los hijos y con padres
que van envejeciendo, problemas de madurez espiritual, impaciencia, enfermedades
físicas, decepciones y otros similares. Las enseñanzas y los principios bíblicos para la
vida se aplican universalmente, pero los individuos – incluyendo a las personas de
mediana edad – pueden requerir ayuda para entender cómo las Escrituras son relevantes
para atender sus necesidades personales particulares.
Las Causas de los Problemas en la Mediana Edad
La edad adulta ha sido considerada como una serie de fases, cada una con sus
propios beneficios y responsabilidades. La fase de la mediana edad comienza alrededor
de los cuarenta años e involucra un período de auto-examen y reevaluación. La mediana
edad activa nuestras más profundas ansiedades respecto al deterioro físico y la muerte, y
por lo general es considerada como un período transitorio definido primordialmente en
términos negativos. El adulto de mediana edad ya no es joven, pero aún no es viejo. Al
enfrentar los cambios y las realidades de la mediana edad, hay cuatro aspectos que
determinan si éste será o no un tiempo de crisis. Estos aspectos son: situación, autopercepción, apoyos y estrategias.
1. Situación – se refiere a la manera en la que uno ve la vida. ¿Tiene el
individuo esperanza y un optimismo expectante de que las cosas van a mejorar, o hay
desesperación y un sentimiento de estar atrapado?
2. Auto-Percepción – este aspecto es importante al responder estas
preguntas: ¿Cómo es el adulto de mediana edad? ¿Posee las destrezas, la experiencia y la
confianza para enfrentar las tensiones de la mediana edad?
3. Apoyos – este aspecto se refiere a los bienes financieros, la
estabilidad laboral y las creencias religiosas de una persona, en conjunto con el apoyo de
la familia y de amigos cercanos, mentores y compañeros de trabajo. Siempre que
enfrentamos transiciones, incluyendo los cambios de la mediana edad, es de gran ayuda
tener a nuestro alrededor personas que nos brindan apoyo.
4. Estrategias – son las técnicas que las personas utilizan para hacer
frente a las situaciones de la vida. Las personas que enfrentan las situaciones de manera
creativa y exitosa utilizan diversas estrategias. Son conscientes de que no existe una
manera única, mágica y siempre exitosa de hacer frente al cambio.
Los problemas de la mediana edad puede tener una variedad de causas, pero éstas
se pueden clasificar en cuatro categorías de cambios: (1) Cambios físicos: Al vivir en una
sociedad que valora la juventud, muchos se resisten a aceptar los cambios físicos que
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vienen con la mediana edad – canas, calvicie, deterioro de la piel, ojeras, menor
flexibilidad en el movimiento, disminución del vigor y la fuerza física, pérdida de la
apariencia juvenil y cambios en la estructura corporal. Todos estos cambios ocurren en la
mediana edad y son recordatorios visibles de que estamos envejeciendo. (2) Cambios
psicológicos: En la mediana edad el aprendizaje es más lento, la capacidad de memoria
disminuye ligeramente y el pensamiento es menos flexible. Sin embargo, la persona de
mediana edad posee más experiencia que la que tenía en años anteriores. Para muchos,
esta etapa es “la flor de la vida”, cuando las personas se encuentran en el punto más alto
de su influencia, creatividad, logros personales y capacidad económica. Cualesquiera que
sean las circunstancias, la mediana edad puede ser un tiempo de aburrimiento y temor.
Frecuentemente éstos provocan luchas en los aspectos paralelos de la vocación y el
matrimonio, y la persona debe trabajar con estos dos aspectos si ha de lograr una
resolución exitosa de los problemas de la mediana edad. (3) Cambios vocacionales:
Independientemente de la vocación y del grado de éxito o fracaso que haya tenido una
persona, es bueno recordar que toda línea de trabajo tiene sus características menos
atractivas. Éstas se tornan más evidentes cuanto más permanecemos en un trabajo.
Cuando nos sentimos aburridos, sin desafíos, relegados, presionados, o temerosos de
fracasar, es más fácil experimentar enojo, decepción y desilusión. A menudo hay una
lucha intelectual en torno a la decisión de permanecer en un trabajo seguro pero
insatisfactorio, o renunciar y enfrentar el riesgo de encontrar algo mejor. (4) Cambios
Matrimoniales y Familiares: Toda persona necesita trabajar y amar. Si no encontramos
realización en estas áreas nuestra vida estará incompleta. (a) Hijos: Cuando los hijos
dejan el hogar algunos padres se sienten deprimidos, vacíos e inclinados al sufrimiento.
Otros padres experimentan un sentimiento de alivio, libertad y vigor renovado. Cuando
los hijos se van, los padres deben enfrentarse uno al otro y evaluar de manera realista el
estado de su matrimonio. (b) Padres Mayores: Los adultos de mediana edad se
encuentran en lo que se ha llamado la generación “sándwich”, una etapa de la vida en la
que se sienten atrapados y a veces divididos entre dos generaciones, una mayor y otra
menor, las cuales necesitan ayuda y orientación. Esto puede crear una presión adicional
en la mediana edad, además de los continuos recordatorios de que estamos envejeciendo.
(c) Matrimonio: La mediana edad puede ser una etapa de la vida en la que hay tensiones
inusuales en el matrimonio. En esta etapa muchos esposos y esposas concluyen que su
matrimonio se encuentra en un estado de inestabilidad y de crisis matrimonial de mediana
edad. Con frecuencia hay una disminución de la intimidad, de la afinidad de intereses y
de la habilidad para comunicarse. Como resultado, algunas veces las parejas se resignan
a una vida de aburrimiento matrimonial; otras optan por el divorcio, o llegan a descubrir
que uno de los cónyuges (o ambos) se ha involucrado en una relación de adulterio.
Hemos observado un incremento en la tasa de divorcios, no sólo entre parejas jóvenes,
sino también entre parejas de mediana edad. Este es un verdadero problema dentro de
nuestra sociedad, el cual afecta tanto a creyentes como a no creyentes. (d) Vida sexual:
“¿Hay vida sexual después de los cuarenta años?” Algunos podrían concluir que una
vida sexual satisfactoria después de los cuarenta es poco común; sin embargo, esto no se
aplica a la relación amorosa de una pareja comprometida con Dios. La vida sexual
después de los cuarenta y después de la menopausia no sólo es posible – puede ser mejor
y más satisfactoria que en los primeros años de matrimonio.
CHRISTIAN COUNSELING, RE 204
LECTURE NOTES
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Este énfasis en el matrimonio y la familia no debe ignorar el hecho de que las
personas solteras también llegan a la mediana edad. Muchos de los desafíos particulares
de la soltería, incluyendo el divorcio y las dificultades de ser padres solteros, se presentan
en la vida de las personas que no están casadas e intensifican sus luchas durante la
mediana edad. Por lo tanto, la etapa de la mediana edad afecta a cada persona – sea
casada o soltera – de una manera única.
Los libros de consejería tienden a enfocarse en lo malo de la vida y se olvidan de
mencionar lo bueno. Mientras que algunas personas luchan con los problemas a lo largo
del camino de los cuarenta a los cincuenta, otros mantienen una actitud positiva a pesar
de las tensiones que invaden nuestra vida.
El Adulto Mayor
Es comúnmente aceptado (al menos por las personas más jóvenes) que la vejez se
inicia entre los sesenta y los sesenta cinco años de edad. Algunos consideran el período
de los veinte años siguientes como “vejez temprana”, y sugieren que las personas
mayores de ochenta cinco años son “ancianos”. A la mayoría de profesionales les
disgusta esta clasificación, porque no toma en cuenta que las personas envejecen a ritmos
diferentes, tanto física como psicológicamente. Por ejemplo, entre las personas de
sesenta cinco años de edad hay grandes diferencias en cuanto a salud, actitudes,
habilidades, creencias, apariencia física, agilidad intelectual, madurez espiritual y
capacidad para manejar estrés y para administrar su propia vida.
La Biblia y el Adulto Mayor
Eclesiastés 12 es quizás la imagen bíblica más clara de la vejez, y aun si se le
considera como la descripción más pesimista de la vejez jamás escrita, también es una
descripción realista. Leemos que las personas no encuentran “contentamiento” en los
años de la vejez. Los días pueden tornarse oscuros, las fuerzas fallan, a menudo no hay
nada qué hacer, la vista y el oído se deterioran, aumentan los temores, y se despierta una
nueva conciencia de la cercanía de la muerte. Sin embargo, no todo es una “vanidad de
vanidades” moderna. Toda persona, incluyendo el adulto mayor, puede encontrar
significado en la vida cuando teme a Dios y guarda Sus mandamientos. Mientras que los
jóvenes tienen fuerza, los mayores deben ser respetados por su sabiduría y experiencia.
A su vez, los adultos mayores deben ser moderados, respetables, sensatos, íntegros en la
fe, en el amor, y en la constancia, deben enseñar lo bueno y no ser calumniadores ni
abusar de la bebida. Los cristianos tenemos el mandato de honrar a nuestros padres
“…para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra”. Esta es una promesa
claramente positiva.
De este modo, la Biblia es realista al describir la vejez, positiva en su actitud
hacia el valor de los adultos mayores, y específica en sus mandatos concernientes a la
manera como debemos tratar a las personas mayores. Los adultos mayores deben ser
respetados, atendidos y amados como seres humanos. Los cristianos no tenemos otra
alternativa.
CHRISTIAN COUNSELING, RE 204
LECTURE NOTES
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Las Causas de los Problemas del Adulto Mayor
No todas las personas mayores de sesenta cinco años están solas, enfermas,
aburridas o deprimidas, ni son todas pobres, explotadas o intelectualmente pasivas. Para
muchos esta etapa de la vida es un tiempo de realización y felicidad. Sin embargo, hay
problemas que surgen en estos años. Estos problemas se pueden agrupar en las siguientes
categorías: (1) Causas físicas que son el resultado de cambios cosméticos, cambios
sensoriales, cambios en el funcionamiento del organismo y cambios sexuales, así como
de enfermedades. (2) Causas mentales que incluyen un deterioro en términos de
creatividad, memoria, capacidad intelectual y habilidad de aprender cosas nuevas. (3)
Causas económicas que son consecuencia de la jubilación, tales como la disminución de
los ingresos, estándares de vida más limitados y otros ajustes. (4) Causas interpersonales
debido a la pérdida de amigos y parientes, incluyendo el cónyuge. (5) Causas
relacionadas con la autoestima, cuando el adulto mayor es tratado como alguien que ya
no es importante y que no tiene nada que aportar a la sociedad. (6) Causas especiales
como cambios tecnológicos y ajustes a la vida durante la vejez, la cual se ve complicada
por muchos aspectos sociales. (7) Causas espirituales y existenciales: muchos adultos
mayores no pueden asistir a los servicios de adoración, y cuando asisten, no se sienten
queridos o bienvenidos en congregaciones que enfatizan los programas para jóvenes y los
ministerios para la familia y los matrimonios.
Previniendo los Problemas del Adulto Mayor
No siempre es posible retrasar el proceso de envejecimiento, pero podemos
ayudar a las personas a enfrentarlo de manera más efectiva y a evitar las actitudes
negativas que a menudo aceleran el proceso de deterioro físico y psicológico. La
prevención de los problemas del adulto mayor requiere motivar a las personas en cuatro
áreas:
1. Estimular una Planificación Realista. La planificación realista debe
considerar cómo se puede ayudar a las personas a prepararse para la jubilación. Es mejor
comenzar con las personas entre los cuarenta y los cincuenta años, cuando están
físicamente saludables y apenas conscientes de los cambios graduales que vienen con la
edad.
2. Estimular Actitudes Realistas. Es necesario combatir los mitos acerca
del envejecimiento. La Biblia respeta a los adultos mayores, y los seguidores de Cristo
deben hacer lo mismo. Una manera de promover el desarrollo de buenas actitudes hacia
el envejecimiento es poner a la congregación en contacto con los adultos mayores y hacer
que se involucre en programas de ayuda dirigidos a ellos.
3. Estimular la Educación y la Actividad. Las personas pueden evitar
algunos de los problemas del envejecimiento si son motivados a usar su mente, a ejercitar
su cuerpo, a planificar su dieta, a hacer un uso adecuado de su tiempo libre y a encontrar
formas creativas de servir a otros. La actividad física y mental puede contribuir en gran
medida a evitar que las personas se vuelvan apáticas, letárgicas y seniles.
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4. Estimular el Crecimiento Espiritual. Nunca se es demasiado viejo para
tener un encuentro con Cristo o para madurar espiritualmente. Una relación creciente con
Jesucristo no previene los problemas de la vida, pero el creyente comprometido debería
ser capaz de manejar el estrés de manera más efectiva, porque ha puesto su confianza en
un Dios Soberano y Todopoderoso. Las personas de todas las edades necesitan
motivación para orar, leer la Biblia, adorar y tener compañerismo con otros creyentes
regularmente, y para involucrarse – en la medida de lo posible – en el servicio activo. El
creyente que, con la ayuda de Dios, puede regocijarse en las primeras etapas de la vida,
será capaz de conservar la misma actitud gozosa en los años de la vejez.
Se ha estimado que una quinta parte de la población de los Estados Unidos sufre
de “gerontofobia” (temor a envejecer). Hay cinco temores que agobian a las personas a
medida que van envejeciendo: el temor de no sentirse necesitado; el temor de perder el
sentido de propósito; el temor de perder el control de su propio destino; el temor de no
ser amado; y el temor de no recibir afecto de los demás. La preparación para la vejez
debe comenzar cuando estamos más jóvenes, con las actitudes, el estilo de vida, las
actividades y la madurez espiritual. Platón dijo: “Aquel que es de naturaleza tranquila y
feliz difícilmente sentirá la presión de la vejez, pero para el que es de disposición
opuesta, la juventud y la vejez son por igual una carga”. Para los aconsejados y sus
consejeros, el tiempo para empezar a pensar en los años de la vejez es ahora.
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CONSEJERÍA CRISTIANA, RE 204
LECCIÓN 5- PREGUNTAS DE ESTUDIO
El Adulto Joven, la Mediana Edad y el Adulto Mayor
1. ¿Cuáles son los cuatro períodos de la edad adulta temprana y cuáles son
aproximadamente las edades que abarcan?
2. ¿Cuáles son algunos temas mencionados en la Biblia que son de especial interés para
las personas durante los primeros años de la edad adulta?
3. ¿Cuáles son las cuatro categorías principales en las que se pueden agrupar los desafíos
del adulto joven y cuáles son los problemas que se derivan de cada una?
4. ¿Cuáles son cinco enfoques en la prevención de los problemas del adulto joven?
5. ¿Cuándo se inicia la mediana edad y por qué se caracteriza este período de la vida?
6. ¿Cuáles son algunos problemas que se mencionan en la Biblia que son relevantes para
las personas de mediana edad?
7. ¿Cuáles son los cuatro aspectos que determinan si la mediana edad será o no un tiempo
de crisis?
8. ¿Cuáles son cuatro categorías de cambios que ocasionan la mayoría de los problemas
durante la mediana edad?
9. ¿Cuáles son cuatro áreas de motivación para prevenir los problemas del adulto mayor?
10. ¿Cuál es el significado del término “gerontofobia”?
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LECTURE NOTES
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CONSEJERÍA CRISTIANA, RE 204
LECCIÓN 6 – GUÍA DE ESTUDIO
Relaciones Interpersonales
Libro de Texto: Consejería Cristiana Efectiva. Autor: Dr. Gary Collins, Ph.D.
Texto Complementario: Capacitado para Orientar. Autor: Dr. Jay Adams
Los seres humanos son seres sociales. En el momento de la creación, Dios dijo
que no era bueno que los seres humanos estuvieran solos. Así, Dios le dio a Adán una
compañera, dio a la raza humana la instrucción de multiplicarse y le ha permitido
expandirse hasta los miles de millones de personas que hoy ocupamos el planeta Tierra.
Los hombres y las mujeres modernos se enorgullecen de su individualismo, su
independencia y su autodeterminación; sin embargo, en ocasiones estas características
nos alejan de los demás y nos hacen insensibles, solitarios e incapaces de establecer
buenas relaciones con otras personas. La manera cómo las personas se relacionan entre
sí, incluyendo cómo se comunican, debe ser un tema de sumo interés para todo consejero
cristiano.
La Biblia y las Relaciones Interpersonales
La Biblia registra una larga historia humana de problemas interpersonales y
rupturas de comunicación. Aunque la Biblia registra muchos ejemplos de contiendas,
tales conflictos interpersonales nunca son justificados ni pasados por alto. Por el
contrario, la Biblia prohíbe las riñas de manera enfática, y en ella se mencionan
frecuentemente los principios para las buenas relaciones interpersonales. El libro de
Proverbios nos instruye a refrenar nuestra lengua y evitar la calumnia, a decir la verdad, a
hablar gentilmente, a pensar antes de hablar, a escuchar cuidadosamente, a resistir la
tentación del chisme, a evitar las adulaciones y a confiar en Dios. La ira desenfrenada,
las palabras groseras, el orgullo personal, la deshonestidad, la envidia, la lucha por las
riquezas, y muchos otros atributos nocivos se mencionan como fuente de tensión. Varios
temas sobresalen al considerar las numerosas declaraciones bíblicas acerca de las
relaciones interpersonales:
1. Las Buenas Relaciones Interpersonales Comienzan con Jesucristo. A los
seguidores de Jesús se les ha prometido una paz interior sobrenatural que produce una
estabilidad interna, aún en tiempos de agitación y tensión interpersonal. Esta paz debería
darnos tranquilidad en tiempos de conflicto interpersonal.
Entonces, ¿por qué tan a menudo los cristianos parecen estar en conflicto unos
con otros y con personas no creyentes? ¿Por qué tantos creyentes tienen dificultad para
llevarse bien con los demás?
2. Las Buenas Relaciones Interpersonales Dependen de las Características
Personales. No hay nada de malo con la negociación entre individuos en conflicto, entre
facciones políticas, entre los protagonistas de disputas laborales o entre naciones. Tales
CHRISTIAN COUNSELING, RE 204
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esfuerzos en procura de la paz pueden ser útiles, pero la Biblia hace mayor énfasis en las
actitudes y características de las personas involucradas en los conflictos.
En su primera carta a los Corintios, Pablo divide a las personas en tres categorías:
(1) Personas no creyentes. Estas personas se caracterizan por la inmoralidad
sexual, el libertinaje, la participación en prácticas ocultas, el odio, la discordia, los celos,
la ira desenfrenada, la ambición egoísta, la disensión, la envidia y la falta de dominio
propio.
(2) Personas Mundanas. Estas personas han entregado su vida a Cristo, pero
nunca han crecido espiritualmente. Actúan como los no creyentes y con frecuencia
recurren a los celos y las peleas.
(3) Personas Espirituales. Estas personas son cristianos que han rendido su vida
al control divino y que procuran pensar y vivir como Cristo. Han entregado su vida a
Cristo, tienen tiempos regulares de adoración, oración y meditación en la Palabra de
Dios, y al experimentar una transformación interna, se inicia un proceso de cambio
gradual en su conducta externa. Estos cambios no se producen de la noche a la mañana,
porque en ellos está involucrada la personalidad; sin embargo, la vida de estas personas
muestra, cada vez con más frecuencia, la evidencia creciente del “fruto del Espíritu”, que
incluye amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza.
3. Las Buenas Relaciones Interpersonales Requieren Determinación, Esfuerzo y
Destreza. Las buenas relaciones interpersonales no siempre ocurren automáticamente,
aún entre cristianos comprometidos. La Biblia y la psicología concuerdan en que las
buenas relaciones dependen del desarrollo y la aplicación consistente de destrezas tales
como escuchar cuidadosamente, observar, el entendimiento de sí mismo y de los demás,
refrenarse de comentarios hirientes o arrebatos emocionales, y comunicarse de forma
correcta. Todo esto se aprende y puede ser enseñado por un consejero cristiano
perceptivo.
Las Causas de los Problemas en las Relaciones Interpersonales
¿Por qué las personas no pueden llevarse bien unas con otras? Esto se ha
discutido por siglos y las respuestas por lo general varían de situación a situación. Sin
embargo, las causas se pueden resumir en varias categorías:
1. Influencia Satánica. A nivel personal, Satanás tiene un interés particular en
todas las relaciones y sistemas cristianos, ya sea para hacerlos caer o para corromperlos.
En el corazón de todo conflicto interpersonal se encuentra siempre la mano sutil y
manipuladora de Satanás. Sin embargo, él no es todopoderoso. Los creyentes saben que
Dios es más grande que las fuerzas satánicas.
2. Atributos Personales, Actitudes y Acciones. No existen personas perfectas;
sin embargo, hay personas con las que es más fácil llevarse bien. A menudo la tensión
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interpersonal se inicia y aumenta con personas cuyos rasgos de personalidad, actitudes,
percepciones, sentimientos y conductas crean conflicto y desconfianza. Jesús nos
advirtió acerca de encontrar faltas en los demás cuando hay faltas aún mayores en
nosotros mismos.
3. Patrones de Conflicto. El conflicto involucra una lucha que ocurre cuando dos
o más personas tienen objetivos que parecen ser incompatibles. Aunque los conflictos
muchas veces son destructivos y amenazantes, también pueden cumplir un propósito útil
de aclarar objetivos, unificar grupos y en ocasiones llevar desacuerdos previamente
ignorados a un punto de discusión y resolución.
4. Falta de Compromiso. Muchas personas parecen tener temor de asumir
compromisos. La lealtad a los amigos, la familia, la iglesia, los socios de negocios y la
patria, es sólo una promesa de labios que es desechada cuando se interpone en el camino
de la auto-realización y el avance personal. Las personas no están dispuestas a
comprometerse y abandonan fácilmente las promesas verbales cuando se presenta algo
más atractivo. Muchos se sentirían incómodos con las palabras de un autor anónimo que
nos instó a considerar la estampilla postal: “Su utilidad consiste en su habilidad de
adherirse a una cosa hasta que llega a su destino”.
Hay diversas razones para la tensión interpersonal, pero una causa común es la
falta de disposición para hacer compromisos y sostenerlos. Aún cuando las personas
tratan de evitar los compromisos, en realidad se están comprometiendo con algo más por
omisión. Cuando nos rehusamos a comprometernos con otra persona, con una causa, o
con Dios, o cuando libremente abandonamos nuestros compromisos verbales, nos
estamos comprometiendo con la soledad, la falta de intimidad, el fracaso personal y una
variedad de tensiones o frustraciones interpersonales.
5. Fallas en la Comunicación.
La esencia de las buenas relaciones
interpersonales es una buena comunicación. Cuando la comunicación es ineficiente o se
encuentra al borde de una ruptura, a menudo surgen de inmediato las tensiones
interpersonales. Aún cuando dos personas desean comunicarse puede haber varias
razones para el fracaso de la comunicación. En el nivel más simple, un emisor intenta
comunicar un mensaje a un receptor. Además de la comunicación verbal existe el
llamado “lenguaje corporal”, el cual consiste en expresión facial, tono de voz, gestos,
entre otros. Estos elementos aceleran la comunicación, pero también crean el potencial
para malos entendidos porque las personas prestan atención a los gestos, la expresión
facial y el tono de voz en vez de escuchar el mensaje o al mensajero.
6. Irritantes Sociales. Eventos o condiciones en la sociedad pueden impedir u
obstaculizar las buenas relaciones interpersonales. Los problemas del diario vivir pueden
causar agotamiento o provocar enojo, temor, celos, culpa u otras emociones. Cuando no
hay oportunidad para alejarse del ruido, de las demandas de un ambiente de trabajo
difícil, o de otras personas (incluyendo la familia), a menudo la tensión se va acumulando
y como resultado surgen conflictos interpersonales.
CHRISTIAN COUNSELING, RE 204
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Los Efectos de las Relaciones Interpersonales Deficientes
Las personas reaccionan de diferentes maneras ante las tensiones interpersonales.
Algunas personas las resisten, otras las evitan; muchos se sienten profundamente
angustiados por ellas, algunos se sienten abrumados y hay otros que parecen crecer a
través de ellas. Dichas tensiones constituyen amenazas potenciales, por lo que a menudo
actuamos de manera que podamos protegernos. Por ejemplo, escondemos nuestros
verdaderos sentimientos e inseguridades, y sutilmente tratamos de manipular a otros o
fingimos ser algo que no somos. Todas estas tácticas tienen sus consecuencias y nos
pueden afectar físicamente – causando dolores de cabeza, trastornos digestivos y otros
tipos de reacciones biológicas; psicológicamente – actuando como detonantes de
emociones y acciones que llevan a las personas a decir y hacer cosas que luego lamentan;
socialmente – incluyendo agresión verbal, violencia, distanciamiento y ruptura de
relaciones previas; y espiritualmente – porque, en un sentido amplio, toda tensión
interpersonal es resultado y reflejo del pecado, utilizado por Satanás para derrotar a los
hijos de Dios si éstos sucumben ante la tentación de actuar de manera incorrecta o con
motivos egoístas.
La Consejería y la Relaciones Interpersonales
Las buenas relaciones entre las personas requieren el desarrollo de características
personales tales como auto-conciencia, amabilidad, interés por los demás, sensibilidad y
paciencia. Las buenas relaciones interpersonales también requieren destrezas que
incluyen las habilidades de escuchar, comunicar y entender. Estas efectivas destrezas
interpersonales no aparecen por arte de magia. Más bien se aprenden, en ocasiones con
la ayuda de un consejero sensible. Esta ayuda se puede brindar en diversas áreas.
1. Empezando con lo Básico. El amor pocas veces se menciona en la
literatura de consejería, pero domina el Nuevo Testamento. Nuestro objetivo en
consejería es ayudar a las personas a ser más amorosas. Necesitamos señalar que la
rendición total a Cristo puede transformar nuestras actitudes y por ende nuestras
relaciones con los demás. Sería un error insinuar que los problemas interpersonales
desaparecen automáticamente cuando nos rendimos a Cristo. La adquisición de destrezas
también es importante, pero las destrezas interpersonales son más efectivas cuando la
persona que las utiliza se caracteriza por un espíritu de amor, paciencia, dominio propio y
demás frutos del Espíritu. El consejero cristiano sensible también reconoce que la
influencia satánica está en la base de la tensión interpersonal. El poder del diablo no cede
antes las técnicas de consejería a menos que el consejero esté siendo fortalecido y guiado
diariamente por el Espíritu Santo, sea conocedor de la Palabra de Dios y esté orando
constantemente “por todos los santos”, incluyendo a sus aconsejados.
2. Transformando al Individuo. Puesto que los conflictos interpersonales
a menudo son el resultado de los atributos, las actitudes y las acciones ásperas de las
personas, es valioso trabajar para transformar al individuo. El consejero cristiano sabe
que los cambios más básicos y duraderos en los individuos provienen de Dios. Para
aconsejados y consejeros, una relación constante y creciente con Jesucristo puede ayudar
CHRISTIAN COUNSELING, RE 204
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a derribar las barreras entre las personas y ayudarles a deshacerse de la amargura y la
insensibilidad que los divide, y puede contribuir a la paz y la unidad interpersonal.
3. Modelando Buenas Relaciones.
Algunos aconsejados no han
experimentado el respeto mutuo o una buena relación con otro ser humano. Por lo tanto,
la interacción entre consejero y aconsejado puede ser un modelo de cariño, respeto y de
una interacción positiva. En ocasiones estas relaciones modelo pueden involucrar la
confrontación y discusión de temas dolorosos, pero el consejero también procura animar
constantemente al aconsejado.
4. Enseñando Cómo Resolver los Conflictos. El conflicto es natural,
normal, neutral y en ocasiones incluso agradable. Dependiendo de la forma cómo se
manejen, los conflictos no necesitan terminar de manera desastrosa. No es el conflicto lo
que debe preocuparnos, sino la forma cómo manejamos el conflicto. La forma cómo
percibimos, tratamos y resolvemos nuestras diferencias determina – en gran medida –
todo nuestro patrón de vida. Se puede ayudar a las personas a ver los conflictos como
diferencias honestas. Estas diferencias pueden ser resueltas por aquellas personas que
están dispuestas a tratarse unas a otras con respecto y a confrontarse unas a otras con la
verdad expresada de manera amorosa. Al enfrentar el conflicto es necesario aclarar los
objetivos, reconciliar las diferencias y encontrar formas de resolver el conflicto.
(I) Aclaración de los Objetivos. A menudo las personas que están
en conflicto comparten los mismos objetivos a pesar de sus diferencias. Cuando los
objetivos son similares, la resolución del conflicto es más fácil.
(II) Reconciliación de las Diferencias. Hablando a Sus discípulos,
Jesús señaló un procedimiento para restaurar las relaciones entre cristianos que están
enemistados. Quizás estos principios no se aplican a personas que no son creyentes, pero
son específicos para los seguidores de Cristo. El paso uno es tomar la iniciativa y buscar
a la persona que nos ha hecho daño. Al dar este paso lo mejor es acercarse a la persona
con un espíritu de humildad, con la disposición de escuchar, con la determinación de no
actuar a la defensiva y con el deseo de perdonar. El paso dos consiste en llamar a
algunos testigos. Si la otra persona no quiere escuchar o cambiar su conducta, se debe
hacer una segunda visita con uno o dos testigos presentes. Estos testigos deben escuchar,
evaluar, determinar los hechos y tratar de arbitrar y facilitar una resolución al conflicto.
El paso tres es comunicar el asunto a la iglesia. Si la persona todavía se rehúsa a
escuchar, a cambiar su conducta o a cooperar para resolver la disputa, puede ser
excomulgada. Hoy en día las iglesias prefieren ignorar el pecado de sus miembros y
algunos cristianos incluso hacen bromas acerca de los pleitos internos en sus iglesias.
No es fácil poner en práctica los principios bíblicos para las relaciones
interpersonales. Perdonar setenta veces siete, poner la otra mejilla, pagar bien por mal,
orar por los que nos persiguen – éstos y otros principios son difíciles de implementar en
nuestra cultura moderna. El creyente debería esforzarse por cumplir estos principios
bíblicos aunque sea difícil. El consejero y el aconsejado deben juntos considerar qué
haría Jesús hoy si estuviera en la misma situación del aconsejado.
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(III) Resolución de los Conflictos. Cuando individuos, grupos o
naciones están en conflicto, tienen cuatro alternativas en cuanto a la dirección que pueden
tomar. Pueden elegir evitar el conflicto, mantenerlo en su estado actual, aumentarlo o
reducirlo. Con frecuencia la resolución de conflictos involucra al consejero en la
negociación y mediación entre las partes. No siempre es sabio involucrarse en el
conflicto de otra persona, incluso si le han pedido que lo haga. La persona que interviene
sentirá presión para tomar partido, se le pedirá que tome decisiones analíticas
rápidamente y será responsable de mantener la comunicación abierta.
De acuerdo con un equipo de negociadores, la probabilidad de que la resolución
de conflictos sea exitosa es mayor si se utiliza un método de cuatro pasos. Paso uno:
Separar a las personas del problema. Las partes involucradas en el conflicto deberían
verse a sí mismas como socios trabajando en conjunto en la difícil tarea de encontrar un
acuerdo justo y ventajoso para todos. Paso dos: Enfocarse en los aspectos concretos del
conflicto, no en las posiciones. Paso tres: Pensar en varias alternativas que podrían
solucionar el problema. Cada parte puede hacer sugerencias en una o dos sesiones de
lluvia de ideas. Cada alternativa puede ser evaluada posteriormente. Paso cuatro:
Insistir en un criterio objetivo. Si las partes acuerdan acatar la resolución de un árbitro,
puede ser que el resultado final no sea igualmente satisfactorio para todos, sin embargo
las partes aceptan la resolución porque fue determinada por métodos justos, objetivos y
mutuamente aceptados. El consejero cristiano tratará de mantenerse objetivo; sin
embargo, debe cuestionar aquellas decisiones que no sean bíblicas. Aún cuando las
partes hayan logrado un acuerdo, si la solución propuesta no es consistente con las
enseñanzas bíblicas, el consejero cristiano debe cuestionarla.
5. Enseñando Destrezas de Comunicación. La crítica (cuando una
persona hace comentarios desfavorables, desagradables o acusadores acerca de otra) ha
causado más infelicidad, destruido más matrimonios, marcado más niños, desanimado a
más personas y detenido más progreso que cualquier otra arma. La crítica busca lo malo
de las personas y entonces, con amargura y sarcasmo, les llama la atención al respecto.
Las personas que atacan a otras verbalmente utilizan palabras para herir y crear tensión.
Todos necesitamos que nos recuerden periódicamente que hay principios para la
comunicación efectiva. Cuando estos principios se aplican de manera consistente, la
comunicación y las relaciones interpersonales tienden a ser agradables, las diferencias se
discuten honestamente, se evita la crítica destructiva, y los conflictos se resuelven
satisfactoriamente.
6. Cambiando el Entorno. Puesto que el entorno contribuye a la
tensión interpersonal, consejeros y aconsejados deberían tratar de cambiar las
condiciones que generan estrés. Siempre que sea posible, es conveniente discutir la
resolución de conflictos en un lugar tranquilo y cómodo, donde no haya demasiada gente
y el ruido sea mínimo.
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Previniendo las Relaciones Interpersonales Deficientes
El Cristianismo es una religión de relaciones. Su fundador es el Dios de amor, y
el amor es su principal característica distintiva. Este amor no es un afecto sentimental y
caprichoso. Es un amor poderoso, sacrificial y entregado, que posee las características
descritas en 1 Corintios 13 y que refleja el amor de Dios, quien envió a Su Hijo a un
mundo pecaminoso a morir por individuos pecadores.
Dios ha establecido algunos principios específicos para demostrar este amor. En
las páginas de la Biblia encontramos muchos consejos, y además Dios nos ha permitido
descubrir principios adicionales para establecer buenas relaciones y comunicarnos de
manera efectiva. Las relaciones interpersonales pueden mejorar y muchas tensiones
interpersonales se pueden prevenir cuando se enseña y anima a las personas de todas las
edades a poner en práctica de manera consistente: (1) Las enseñanzas bíblicas sobre las
buenas relaciones; (2) un caminar diario con Cristo; (3) la práctica del auto-examen; (4)
un entendimiento del conflicto y la práctica de aquellas tácticas que reducen el conflicto;
(5) los principios para una comunicación efectiva; y (6) la reducción, evasión o
eliminación de los elementos del entorno que ocasionan conflictos.
Conclusiones Acerca de las Relaciones Interpersonales
Los seres humanos somos criaturas complejas con personalidades individuales y
voluntades firmes. Estamos abarrotados en un planeta que parece estar sobre-poblado
con individuos cuya naturaleza pecaminosa los pone en enemistad con Dios y con sus
semejantes. Muchos queremos llevarnos bien con los demás, pero no es fácil.
Probablemente el apóstol Pablo estaba pensando en esto cuando escribió la
siguiente exhortación inspirada: “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en
paz con todos los hombres”. Estas palabras se encuentran al final de una serie de
párrafos dedicados a las reglas prácticas para mantener buenas relaciones interpersonales:
amarse unos a otros sinceramente con amor fraternal, honrarse unos a otros, compartir
con los demás, practicar el amor fraternal y la hospitalidad, vivir en armonía unos con
otros, estar dispuestos a relacionarnos con las personas más humildes, no ser altivos, no
pagar a nadie mal por mal, y procurar hacer el bien a todas las personas.
Ciertamente es interesante que la instrucción de vivir en paz es precedida por dos
frases condicionantes: “Si es posible…” y “…en cuanto dependa de vosotros”. La
primera de estas frases insinúa que a veces no es posible vivir en armonía con otras
personas. No obstante, la segunda frase implica que cada persona es responsable por sus
propias actitudes y por su conducta. En cuanto dependa de nosotros, debemos vivir en
paz. Con la ayuda del Espíritu Santo, los consejeros cristianos procuran establecer esta
paz y prevenir la tensión que caracteriza a muchas relaciones interpersonales.
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LECTURE NOTES
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CONSEJERÍA CRISTIANA, RE 204
LECCIÓN 6- PREGUNTAS DE ESTUDIO
Relaciones Interpersonales
1. ¿De qué se enorgullecen los hombres y las mujeres modernos y cuál es el resultado de
tales características?
2. ¿Cuál debe ser un tema de sumo interés para todo consejero cristiano?
3. ¿Qué nos instruye a hacer el libro de Proverbios y cuáles atributos nocivos se
mencionan como fuentes de tensión?
4. ¿Cuáles temas sobresalen en la Biblia acerca de las relaciones interpersonales?
5. ¿Cuáles son seis causas de problemas en las relaciones interpersonales?
6. ¿Cuáles son las características personales y las destrezas que se deben desarrollar para
poder mantener buenas relaciones interpersonales?
7. ¿Cuáles son seis áreas en las que un consejero cristiano sensible puede ayudar al
aconsejado a aprender las destrezas necesarias para las relaciones interpersonales?
8. ¿Cuáles son tres pasos importantes al enseñar cómo resolver los conflictos?
9. ¿Cuál es el método de cuatro pasos recomendado para la resolución de conflictos?
10. ¿Cuáles son dos condicionantes dadas por el apóstol Pablo al exhortarnos a estar “en
paz con todos los hombres?
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LECTURE NOTES
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CONSEJERÍA CRISTIANA, RE 204
LECCIÓN 7 – GUÍA DE ESTUDIO
El Sexo dentro del Matrimonio
Violencia y Abuso
Libro de Texto: Consejería Cristiana Efectiva. Autor: Dr. Gary Collins, Ph.D.
Texto Complementario: Capacitado para Orientar. Autor: Dr. Jay Adams
El Sexo Dentro del Matrimonio
El sexo ha sido descrito solamente como un hilo de la cuerda que une al esposo y
la esposa, pero el sexo es un hilo central que está íntimamente entrelazado con otros
aspectos de la relación matrimonial.
La Biblia y el Sexo dentro del Matrimonio
El sexo no es un tema tabú en la Biblia. Casi todos los libros de la Biblia dicen
algo acerca de este tema y algunas descripciones son explícitas (por ejemplo en el libro
de Cantar de los Cantares). No podemos considerar aquí todas estas referencias, pero
algunas de ellas tienen gran relevancia y representan con claridad la enseñanza bíblica
con respecto al sexo dentro del matrimonio:
1. El sexo fue creado por Dios y es bueno. 2. El sexo es para la procreación y el
placer. 3. El sexo es para el matrimonio. 4. La inmoralidad sexual se condena
severamente. El libertinaje sexual es tolerado en nuestra sociedad, pero en la Biblia es
condenado con vehemencia.
Las Causas de los Problemas Sexuales en el Matrimonio
Probablemente la mayoría de las personas llegan al matrimonio con entusiasmo
por la libertad sexual que éste conlleva. Muchas de estas mismas personas se sienten
decepcionadas cuando descubren que el sexo dentro del matrimonio no es continuamente
excitante o placentero, al menos no como lo esperaban. Hay muchas causas que llevan a
esta situación: (1) Información errónea – los instintos e impulsos sexuales son innatos,
pero el conocimiento sobre cómo tener relaciones sexuales se debe aprender. Cuando el
aprendizaje es inadecuado surgen problemas sexuales de ajuste. (2) Actitudes culturales
– los estándares culturales, la explosión de información sexual en los medios, las
expectativas sexuales cambiantes, las experiencias sexuales negativas del pasado y las
actitudes previamente aprendidas pueden contribuir a problemas sexuales posteriores. (3)
Estrés – Cuando las situaciones del trabajo producen ansiedad y el trabajo agota nuestra
energía, el interés en las relaciones íntimas tiende a disminuir. (4) La fatiga, el ritmo de
vida acelerado y la falta de oportunidad – estas son causas comunes de insatisfacción
sexual. La satisfacción en las relaciones íntimas requiere una actitud relajada y tranquila,
sin mayor preocupación por el tiempo. (5) Aburrimiento – Cuando una pareja ha estado
casada por algún tiempo se acostumbran el uno al otro, y necesitan mantener el romance
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en su relación. (6) Causas físicas – en ocasiones los problemas sexuales tienen un origen
físico. (7) Barreras psicológicas – los conflictos en la relación matrimonial, los malos
entendidos, los desacuerdos y la desconfianza pueden obstaculizar los sentimientos
mutuos de amor, confianza e intimidad. (8) Conflicto matrimonial. (9) Causas varias –
como depresión, fatiga, distracciones que surgen de la preocupación, o un bajo concepto
de sí mismo, las cuales pueden causar problemas en esta área.
Los Efectos de los Problemas Sexuales en el Matrimonio
Cuando surgen problemas sexuales, algunas parejas simplemente se dan por
vencidos y no tratan de resolver sus dificultades. Además de la evasión de la intimidad
sexual, las dificultades sexuales en el matrimonio pueden tener otros efectos principales:
(1) Incapacidad de funcionar en el área sexual; (2) Pérdida de auto-estima; (3) Selección
de sustitutos; (4) Relaciones deterioradas; y - el único efecto positivo - (5) Mayor
motivación. Algunas parejas enfrentan sus problemas sexuales con una nueva
determinación de hacer que el sexo sea mejor. Con una actitud de apertura a las
sugerencias, de renuencia a culparse uno al otro y de disposición para trabajar en la
solución del problema, estas parejas, invariablemente, logran mejorar sus relaciones
sexuales y su matrimonio.
La Consejería y los Problemas Sexuales en el Matrimonio
Para los aconsejados puede ser vergonzoso hablar con otras personas sobre los
detalles de su vida íntima. Las pautas para la consejería en esta área incluyen las
siguientes: (1) Escucha con aceptación y comprensión; (2) Reunir información; (3)
Recomendar un examen físico; (4) Dar información precisa; (5) Tratar los problemas
relacionados (temores, vergüenza, culpa y enojo); y (6) Estar atento a la necesidad de
referir a otro profesional.
Previniendo Problemas Sexuales en el Matrimonio
Las actitudes hacia el sexo están cambiando. ¿Cómo podemos enseñar a la gente
a ver el sexo como una relación monógama que es a la vez satisfactoria y consistente con
la moral bíblica cuando se mantiene exclusivamente dentro de la relación matrimonial?
Hay varias formas para tratar de lograrlo:
1. Educación sexual. Lo ideal es que esta información sea provista por los
padres en el hogar, mucho antes de que los hijos empiecen a pensar en el matrimonio.
Sin embargo, es bien sabido que para muchas personas no hay educación sexual en el
hogar. Por ende, la iglesia puede animar e instruir a los padres para dar educación sexual
a sus hijos, y puede brindarles ayuda en esta área.
2. Orientación moral. Muchas personas luchan con las decisiones morales
acerca de lo que es correcto e incorrecto, y con frecuencia encuentran muy poca ayuda en
la iglesia. La ética, incluyendo la ética sexual, debe ser práctica, y debe ser enseñada en
la iglesia antes, no después, de que la gente incurra en conductas inmorales.
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3. Consejería prematrimonial. Cuando los problemas y las frustraciones
sexuales son tratados a tiempo, antes de que compliquen, es menos probable que se
desarrollen dificultades serias. Los temas que se deben tratar son aquellos que tienen el
potencial de causar estrés en el matrimonio. Una investigación realizada con varios
cientos de personas casadas reveló que las áreas más difíciles de ajuste matrimonial son:
primero, el ajuste sexual, seguido por el manejo de las finanzas, la elección de
actividades sociales y recreativas, los problemas en la relación con la familia del
cónyuge, las diferencias de creencias y valores religiosos, y los conflictos en torno a la
elección de amigos – en ese orden. Mucho antes del día de la boda los futuros esposos
deberían ser advertidos sobre estas cuestiones y motivados a discutirlas ampliamente de
manera abierta, y honesta. Las actitudes y expectativas que cada uno tiene con respecto a
estas áreas difíciles deben ser expresadas, con la intención de prevenir los conflictos.
4. Comunicación. Una manera de prevenir los problemas sexuales es
enseñar a las personas, y especialmente a las parejas, a comunicarse. No se exagera al
enfatizar con firmeza que la mayoría de los problemas que se presentan antes y durante el
matrimonio se puede resolver adecuadamente si las parejas aprenden a comunicarse.
Ciertamente se requiere un esfuerzo para escuchar cuidadosamente, para tratar de
comprender correctamente, y para expresarse honestamente con una actitud de amor y
respeto mutuo. Sin embargo, el resultado final es una relación matrimonial más sana y
esto hace que el esfuerzo valga la pena. La comunicación de actitudes, sentimientos,
frustraciones e inseguridades es tan importante como la comunicación de amor y respeto.
Sin embargo, tal comunicación no comienza en la luna de miel; comienza mucho antes
del matrimonio, y el consejero prematrimonial debería hacer todo lo posible para motivar
y guiar a las parejas en el desarrollo de la habilidad de comunicación.
5. Esfuerzo e higiene. La higiene y la determinación de hacer que el sexo
en el matrimonio sea mejor son medidas preventivas.
6. Enriquecimiento matrimonial. En años recientes se han desarrollado
programas de enriquecimiento matrimonial y de encuentros para matrimonios, con el
propósito de mejorar los matrimonios y prevenir los problemas matrimoniales.
Conclusiones acerca del Sexo dentro del Matrimonio
La plenitud sexual no sólo es el plan de Dios para los matrimonios, sino que
también enseña acerca de la intimidad y la cercanía con Él. Hay un vínculo entre la
sexualidad y la espiritualidad, y las parejas que comparten el llamado espiritual el uno del
otro casi inevitablemente llegan a apreciarse mutuamente más que como meros
compañeros sexuales – y ese aprecio, a su vez, por lo general les ayuda a convertirse en
mejores compañeros sexuales.
Ayudar a las personas a resolver los problemas sexuales dentro del matrimonio no
debe ser una distracción de la espiritualidad ni una defensa de una gratificación
egocéntrica. Más bien, se trata de ayudar al esposo y la esposa a relacionarse entre sí de
manera más efectiva, a experimentar la intimidad matrimonial que Dios diseñó y a
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liberarse de las ataduras sexuales para poder amar a Dios y servir a los demás más
efectivamente. La investigación demuestra que las familias que oran y adoran juntas
permanecen unidas y tienen una tasa de separación o divorcio mucho más baja que las
familias no religiosas. Sin embargo, la religión contribuye a la estabilidad matrimonial
sólo en la medida en que es compartida por ambos cónyuges. Nuestro deseo es construir
lazos familiares fuertes sobre el fundamento espiritual de la Palabra de Dios y el servicio
a Dios.
Violencia y Abuso
La violencia y el abuso, especialmente en el hogar, parecen estar en aumento.
Estamos conscientes de que hay mayor cobertura por parte de los medios; sin embargo,
las autoridades creen que los problemas de abuso no sólo están recibiendo más atención,
sino que están empeorando.
El abuso es difícil de definir, quizás porque el término abarca tantas formas de
maltrato físico y psicológico. Sin embargo, existen básicamente cuatro tipos de abuso:
(1) Abuso infantil – incluye el maltrato físico o mental, el abuso o la explotación
sexual, el trato negligente o el maltrato de un menor de edad, por parte de una persona
que es responsable por el bienestar del niño y bajo circunstancias que perjudican o
amenazan la salud o el bienestar del niño.
(2) Abuso conyugal – la mayoría de las veces la esposa es la víctima; incluye la
agresión física deliberada, amenazas de violencia, el abuso emocional (incluyendo burla,
negligencia y otras conductas denigrantes) y la participación forzada en actos sexuales.
(3) Abuso de ancianos – el maltrato de ancianos incluye el trato grosero, golpes,
negligencia, agresión verbal, privación de alimentos o medicinas, explotación financiera,
maltrato sexual, y el ignorar las necesidades de comodidad y contacto humano que tienen
las personas ancianas.
(4) Abuso sexual – puede coincidir con cualquiera de las otras áreas de abuso e
incluye el exhibicionismo, el coito forzado u otra forma de comportamiento sexual al que
la víctima se resiste, y el acariciar los órganos genitales de un menor o de una persona
discapacitada o incapaz de oponer resistencia.
Así como el abuso es difícil de definir, su incidencia es difícil de medir. Muchas
víctimas se rehúsan a denunciar el abuso, especialmente cuando el abusador es un
miembro de la familia. Con frecuencia los niños y los ancianos no son capaces de
denunciar el abuso por sí mismos y algunas personas ni siquiera están conscientes de que
el dolor que experimentan es una forma de abuso. Hubo un tiempo cuando los creyentes
descartaban todo esto como algo que rara vez ocurría en los hogares cristianos, pero esto
ya no es verdad.
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La Biblia y el Abuso
Si bien es cierto que la Biblia habla sobre el perdón, las Escrituras no nos
instruyen a abandonar la defensa personal ni a permanecer pasivos mientras nuestros
niños y ancianos son abusados por otros miembros de la familia. Refiriéndose al pasaje
de Mateo 5:38-42, William Barclay escribe lo siguiente: “Vez tras vez la vida nos trae
insultos, sean grandes o pequeños, y Jesús aquí está diciendo que el verdadero cristiano
ha aprendido a no resentir ningún insulto y a no buscar represalias por ningún desprecio”.
Con la ayuda de Dios las personas pueden, con el tiempo, aprender a amar sus
perseguidores, a orar por sus enemigos, a perdonar a sus abusadores y a confiar en Dios
para tener paz interior en medio de las situaciones difíciles de la vida. Esto no impide
que las víctimas y sus consejeros tomen acción para prevenir abusos posteriores, proteger
a las víctimas de un daño mayor, y proclamar los ideales opuestos al abuso que las
Escrituras claramente enseñan.
Las Causas del Abuso
Es importante desechar un concepto equivocado que las víctimas de abuso y sus
familias a menudo creen. No es correcto asumir que las víctimas de abuso por lo general
se lo buscan al hacer insinuaciones sutiles dando a entender que quieren ser maltratadas.
Entonces, ¿qué es lo que causa el abuso? Las razones son numerosas y complejas;
algunas causas descubiertas por los consejeros son las siguientes:
(1) Estrés ambiental. Se ha sugerido que la violencia inducida por estrés a
menudo ocurre en tres etapas – Primero, la etapa de escalada de la tensión, en la que el
estrés va en aumento y las técnicas para manejarlo se tornan cada vez menos efectivas.
Segundo, la etapa de explosión de la violencia. Con frecuencia el estallido es irracional y
el abusador debe ser sometido físicamente para que se detenga. Tercero, la etapa de
remordimiento posterior al ataque.
(2) Abuso aprendido. Con frecuencia los niños que son víctimas de abuso o que
presencian actos de violencia en su hogar, al crecer se convierten en abusadores.
(3) Inseguridad personal. A menudo las investigaciones revelan que los
abusadores son personas inseguras, impulsivas, que se sienten amenazadas y por lo
general tienen un concepto muy bajo de sí mismos.
Puede haber otras causas de abuso. Estudios recientes han demostrado que las
películas sexualmente violentas, el material pornográfico y los programas de televisión
pueden promover – y de hecho promueven – la violencia, especialmente contra las
mujeres.
Los Efectos del Abuso
El abuso tiende a afectar profundamente a las víctimas y con frecuencia tiene una
influencia que perdura a lo largo de toda la vida. Los distintos efectos del abuso se
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pueden agrupar en tres categorías generales. El abuso tiene influencia sobre (1) los
sentimientos, (2) la manera de pensar y (3) las acciones de la víctima.
Los sentimientos de las víctimas a menudo son de ira, temor, vergüenza, culpa,
confusión e indignidad.
La manera de pensar de las personas que han sido abusadas se caracteriza por una
baja autoestima; las víctimas de abuso se consideran poco atractivas, incompetentes,
inadecuadas, dependientes y no queridas por otros.
En cuanto a sus acciones, las víctimas de abuso tienden a desarrollar conductas
antisociales, problemas de aprendizaje, tensiones interpersonales, desempeño deficiente
en el trabajo y, como hemos visto, una tendencia a convertirse en personas violentas y
abusivas.
No deberíamos olvidar al abusador. Muchas veces estas personas sienten un
remordimiento profundo y constante, especialmente después de que su conducta abusiva
llega a ser conocida públicamente.
La Consejería y el Abuso
Puede ser difícil aconsejar tanto al abusador como a la víctima. En ocasiones los
consejeros tienen dificultad para decidir si deben creer las denuncias de abuso
interpuestas por niños pequeños o por ancianos. A pesar de estos problemas, la
recuperación del abuso se puede considerar como un proceso que se compone de cuatro
etapas:
(1) La etapa de impacto. Puede durar desde unas pocas horas hasta varios días y
se caracteriza por la conmoción, la ansiedad, el temor y la incredulidad.
(2) La etapa de negación. Para poder manejar el estrés la víctima trata de dejar de
lado el trauma del abuso y retornar a una etapa previa de funcionamiento.
(3) La etapa de procesamiento. Esta etapa se inicia cuando la experiencia de
abuso ya no puede ser reprimida.
(4) La etapa de integración. Esta etapa tiene lugar cuando el individuo ya no se
siente controlado o dominado por los efectos de las agresiones.
Previniendo el Abuso
En los últimos años el abuso y la violencia se han vuelto tan prominentes que un
gran número de consejeros profesionales y grupos comunitarios han dirigido su atención
a la prevención. Se han establecido líneas telefónicas de asistencia y grupos de apoyo
para ayudar tanto a las víctimas como a los abusadores. Las sugerencias para prevenir el
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abuso incluyen: (1) la educación, (2) el estímulo de la estabilidad individual y familiar,
(3) la enseñanza de destrezas interpersonales y (4) la acción social.
Todo esto puede parecer ajeno al trabajo del consejero cristiano y al ministerio de
la iglesia local. Sin embargo, a lo largo de la Biblia se hace énfasis en el deber de ayudar
al extranjero, al huérfano, a la viuda, al pobre, al indefenso y a todos aquellos que están
en necesidad. En la sociedad actual, ciertamente, no existe persona más impotente que la
víctima de abuso. El seguidor de Cristo tiene la responsabilidad de ayudar y proteger a
aquellos que, por distintas razones, han sido abusados o se han convertido en abusadores.
Conclusión sobre el Abuso
El abuso y la violencia intrafamiliar son temas de gran relevancia. Son realidades
que ninguna iglesia o consejero cristiano puede ignorar – y mucho menos quienes hemos
sido advertidos sobre las profundas necesidades de aquellos que son las víctimas y los
perpetradores del abuso.
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LECCIÓN 7- PREGUNTAS DE ESTUDIO
El Sexo dentro del Matrimonio
Violencia y Abuso
1. ¿Cuáles son cuatro puntos de la enseñanza bíblica con respecto al sexo dentro del
matrimonio?
2 ¿Cuáles son nueve causas de los problemas sexuales en el matrimonio?
3 ¿Cuáles son cinco efectos de los problemas sexuales en el matrimonio?
4 ¿Cuáles son seis formas de prevenir los problemas sexuales en el matrimonio?
5. ¿Cuáles son los cuatro tipos de abuso? (Nómbrelos y defínalos)
6. ¿Cuáles son tres causas comunes de abuso?
7. ¿Cuáles son las tres categorías generales en las que se agrupan los efectos del abuso
sobre sus víctimas?
8. ¿Cuáles son las cuatro etapas que componen el proceso de recuperación del abuso?
9. ¿Qué están haciendo los grupos comunitarios para prevenir el abuso?
10. Identifique y defina las sugerencias para la prevención del abuso.
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LECCIÓN 8 – GUÍA DE ESTUDIO
Inferioridad y Autoestima
Libro de Texto: Consejería Cristiana Efectiva. Autor: Dr. Gary Collins, Ph.D.
Texto Complementario: Capacitado para Orientar. Autor: Dr. Jay Adams
Hace muchos años un psiquiatra europeo escribió que todas las personas tienen
sentimientos de inferioridad. En ocasiones estos sentimientos nos motivan a emprender
acciones y alcanzar metas saludables; sin embargo, los sentimientos de inferioridad
también pueden ser tan abrumadores que nos llevan a alejarnos de los demás y a
desarrollar lo que se conoce como un “complejo de inferioridad”.
Las personas que se sienten inadecuadas e inferiores (un estimado sugiere que
podría ser el 95 por ciento de la población) tienden a compararse con otras personas de
manera desfavorable. Estas comparaciones pueden conducir a un alto nivel de miseria
humana y a sentimientos de incapacidad. Adler creía que la única manera de escapar de
la trampa de la inferioridad consiste en dejar de compararse con otros y renunciar al
deseo común de ser superior. Autores más recientes han argumentado que los individuos
vencen la inferioridad al desarrollar una autoestima positiva y sana.
La palabra “autoestima” a menudo aparece en relación con términos como “autoimagen” y “auto-concepto”, que hacen referencia a la imagen que tenemos de nosotros
mismos. Esta incluye los pensamientos, actitudes y sentimientos que tenemos acerca de
nosotros mismos. El término autoestima tiene un significado ligeramente distinto. Este
término se refiere a la evaluación que un individuo hace de su valor, competencia e
importancia. Mientras que la auto-imagen y el auto-concepto implican una autodescripción, la autoestima implica una auto-evaluación. Ayudar a las personas a vencer
la inferioridad y a construir una autoestima sana es un tema que ha emergido en la
actualidad con gran relevancia para la consejería, tanto secular como pastoral.
La Biblia y la Autoestima
Como consejeros cristianos es probable que encontremos a muchas personas que
se sienten inferiores y tienen baja autoestima. Algunas personas están confundidas por el
debate en torno a la autoestima. Algunos psicólogos y consejeros creen que el énfasis en
la autoestima es incorrecto y condenan el “movimiento” de la autoestima. Escuchamos
algunas predicaciones que condenan el valor propio y otras que lo exaltan. Es vital, por
lo tanto, que entendamos y compartamos la enseñanza bíblica acerca del valor humano.
De este modo podremos ser más efectivos al ayudar a las personas a vencer sus
sentimientos de inferioridad. De este modo podremos también desarrollar autopercepciones basadas en las verdades de las Escrituras.
1. La Enseñanza Bíblica sobre el Valor Humano. A través de sus páginas
la Biblia afirma constantemente que los seres humanos son valiosos a los ojos de Dios.
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Fuimos creados a imagen de Dios, con habilidades intelectuales, con la capacidad de
comunicarnos, la libertad de hacer escogencias, el conocimiento del bien y el mal, y la
responsabilidad de administrar y gobernar sobre el resto de la creación. Bruce Narramore
escribió: “Puesto que somos creados a imagen de Dios poseemos gran valor, importancia
y dignidad. Somos amados por Dios y merecedores del amor nuestro y el de los demás”.
2. La Enseñanza Bíblica sobre el Pecado Humano. La Biblia enseña que
como resultado del pecado de Adán, todos lo seres humanos son pecadores que están
separados de Dios y condenados por su naturaleza y sus acciones pecaminosas. El
pecado es rebelión contra Dios. El pecado conduce al conflicto interpersonal, la autojustificación, la tendencia a culpar a otros por nuestras debilidades, problemas
psicosomáticos, agresión verbal y física, tensión y falta de respeto hacia Dios. Todo esto
ciertamente tiene influencia sobre la manera como nos sentimos respecto a nosotros
mismos, con frecuencia produce culpabilidad y, sin lugar a duda, disminuye nuestra
autoestima. El pecado rompe la relación del ser humano con Dios, pero el pecado no
niega el hecho de que a la vista de Dios aun somos seres humanos, corona de la creación
divina, de inmenso valor y estima.
3. La Enseñanza Bíblica sobre el Orgullo. Algunos cristianos que
enfatizan la depravación humana argumentan que la autoestima es una forma de orgullo.
Dado que el orgullo es aborrecido por Dios, estos creyentes asumen que la autocondenación y la inferioridad son actitudes que nos mantienen humildes. El orgullo se
caracteriza por un deseo exagerado de llamar la atención y recibir la alabanza de los
demás. En contraste, la humildad se caracteriza por una auto-valoración precisa, una
apertura a la opinión de los demás y una disposición de alabar a otros en vez de demandar
reconocimiento para sí.
El apóstol Pablo, por ejemplo, estaba profundamente consciente de su pasado
pecaminoso y de sus continuas imperfecciones, pero también reconocía sus logros
considerables. El reconocía que había sido redimido y usado grandemente por Dios.
Tenía una imagen realista de sí mismo, que no se caracterizaba por el orgullo, sino por
una evaluación humilde de lo que Dios había hecho y estaba haciendo a través de él. La
autoestima, una auto-valoración realista y la humildad van de la mano.
4. La Enseñanza Bíblica sobre el Amor Propio. La Biblia supone que
nos amamos a nosotros mismos. Esta es una conclusión difícil de aceptar para algunos
cristianos que consideran que el amor propio es lo mismo que una actitud de
superioridad, una voluntad obstinada o un orgullo egocéntrico. Sin embargo, el amor
propio significa que nos vemos a nosotros mismos como pecadores que han sido salvados
por gracia, como personas creadas, valoradas y amadas por Dios, miembros valiosos del
cuerpo de Cristo (si somos cristianos) y portadores de la imagen divina. Podemos
amarnos a nosotros mismos porque Dios nos ama, y no negamos las habilidades y
oportunidades que Dios nos ha dado. La perspectiva bíblica del amor propio debe ser el
fundamento de la autoestima.
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Las Causas de la Inferioridad y la Baja Autoestima
Las enseñanzas bíblicas y las discusiones teológicas sobre la autoestima se
encuentran en la base de muchos problemas de inferioridad y de auto-concepto. Sin
embargo, las razones de una baja autoestima pueden ser distintas para cada aconsejado.
Entre las causas probables se incluyen las siguientes:
1. Una Teología Errónea. Muchas personas se sienten inferiores porque
asumen que los seres humanos no tienen valor alguno, que el pecado nos hace
insignificantes para Dios y que la manera de ser humildes es condenarnos a nosotros
mismos y negar los dones y habilidades que el Señor ha dado a cada uno de Sus hijos.
Estos puntos de vista son sostenidos por personas sinceras, muchas de las cuales parecen
asumir, erróneamente, que la autoestima es mala o que los sentimientos de inferioridad
deberían caracterizar a los cristianos comprometidos.
2. El Pecado y la Culpa. Cuando violamos los principios de Dios somos
culpables y como resultado sentimos remordimiento y decepción de nosotros mismos.
Esto contribuye al desarrollo de los sentimientos de inferioridad y socava la autoestima.
3. Las Experiencias del Pasado. En una sociedad que valora el éxito es
difícil experimentar el fracaso, el rechazo y la crítica. En ocasiones el fracaso ocurre, no
porque intentamos y fracasamos, sino porque otros esperan que fracasemos. Cuando ni
siquiera intentamos, el fracaso es seguro y la autoestima se deteriora aun más.
4. La Relación entre Padres e Hijos. Los consejeros en general
concuerdan en que el fundamento de la autoestima de un niño se forma durante los
primeros años de vida. De modo que la inferioridad y la baja autoestima a menudo
surgen en el hogar. Muchos padres son inconsistentes en cuanto a la criaza de los hijos y
a sus sentimientos hacia los niños. Hasta el padre más paciente explota en crítica de vez
en cuando, o deja de demostrar afecto y aceptación por un breve lapso. Por lo general los
niños no se ven afectados por este tipo de fluctuaciones menores de los padres; sin
embargo, verdaderos sentimientos de inferioridad surgen cuando los padres: (1) Critican,
avergüenzan, rechazan y regañan repetidamente; (2) Establecen estándares y expectativas
que no son realistas; (3) Expresan la expectativa de que probablemente el niño va a
fracasar; (4) Castigan repetida y severamente; (5) Insinúan que los niños son fastidiosos,
estúpidos o incompetentes; (6) Evitan las caricias, los abrazos y el contacto físico
afectuoso; y (7) Sobreprotegen o dominan a los niños, lo que los lleva a fracasar
posteriormente en la vida, cuando se ven en la necesidad de valerse por sí mismos.
5. Expectativas Poco Realistas. Al crecer la mayoría de nosotros
desarrolla expectativas para el futuro e ideales que nos gustaría alcanzar. Cuando
establecemos expectativas e ideales demasiado elevados y poco realistas, nos
condenamos al fracaso y a los sentimientos de inferioridad que éste conlleva.
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6. Pensamientos Erróneos. Algunas personas asumen que la gente
triunfadora y exitosa rara vez duda de sus habilidades y su capacidad, pero esto no
necesariamente es cierto.
7. Influencias de la Comunidad. Toda sociedad tiene valores que son
enfatizados por los medios de comunicación masiva y demostrados en hogares, escuelas,
gobiernos, negocios y demás escenarios sociales.
Los Efectos de la Inferioridad y la Baja Autoestima
Numerosos libros, discursos y sermones están llenos de historias inspiradoras de
personas que enfrentaron grandes desventajas y obstáculos, pero que, con determinación
inquebrantable, se levantaron y vencieron los obstáculos. Pensamos en personas como
Abraham Lincoln, Teodoro Roosevelt, Franklin Roosevelt, Helen Keller y Winston
Churchill. Todos ellos enfrentaron experiencias difíciles en la vida, pero utilizaron estas
experiencias como un trampolín que los impulsó a vencer sus inferioridades. Menos
admirable quizás, pero más evidente, es el caso de las personas que tratan de ocultar sus
sentimientos de inferioridad y construyen una frágil autoestima por medio de una fachada
engañosa de poder o éxito.
Todo el mundo se siente inferior de vez en cuando; pero cuando los sentimientos
de inferioridad son intensos o permanentes, prácticamente todas las acciones,
sentimientos, actitudes, pensamientos y valores se ven afectados.
Aconsejando a Personas con Sentimientos de Inferioridad y Baja Autoestima
Los sentimientos de inferioridad y baja autoestima se acumulan a lo largo de
muchos años. Por lo tanto, es poco realista esperar que el cambio se produzca
rápidamente. No obstante, a través de un período de tiempo, los consejeros pueden
ayudar de distintas maneras:
1. Brindando apoyo, aceptación y aprobación genuinos.
2. Procurando desarrollar un entendimiento.
3. Compartiendo la perspectiva bíblica sobre la autoestima.
4. Motivando a la auto-revelación y a una auto-evaluación realista.
5. Estimulando una revaloración de experiencias, objetivos y prioridades.
6. Enseñando nuevas destrezas.
7. Ayudando al aconsejado a evitar tendencias destructivas.
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8. Estimulando el apoyo grupal.
9. Enseñando al aconsejado a enfrentar el pecado.
Es imposible sentirnos bien con nosotros mismos cuando deliberadamente
desobedecemos los principios de Dios para nuestra vida. El pecado, en última instancia,
genera culpa, auto-condenación, depresión y pérdida de la autoestima. Por lo tanto, es
necesario ayudar al aconsejado a enfrentar su pecado con honestidad, confesarlo a Dios y
recordar que Dios perdona y olvida.
La incapacidad para perdonar, especialmente la incapacidad para perdonarse uno
mismo, también puede socavar la autoestima. Es necesario recordar que la venganza y la
administración de justicia son responsabilidades de Dios, no nuestras. Debemos pedirle a
Dios que nos ayude a perdonar, a entregar nuestros rencores y a aceptar verdaderamente
el hecho de que podemos entregar la maldad y la injusticia en las manos de Dios, quien
perdonará a quienes se arrepientan y aplicará justicia a los que hacen mal sin
remordimiento. Hay ocasiones en las que nuestra mayor contribución a la autoestima de
un aconsejado es ayudarle a aceptar el perdón y aprender a perdonar.
Previniendo la Inferioridad y la Baja Autoestima
En términos ideales, la iglesia local es un cuerpo de creyentes que están
comprometidos con la adoración y la evangelización mundial, y que comparten la
determinación de enseñar, cuidar, edificar y hacer buenas obras unos a otros, libres de las
luchas de poder, la manipulación y la búsqueda de estatus que caracteriza a gran parte de
nuestra sociedad. Las comunidades cristianas pueden tener una poderosa influencia para
cambiar el auto-concepto de los individuos y prevenir el desarrollo de sentimientos de
inferioridad. Esto se puede lograr a través de la enseñanza, el apoyo a los individuos y la
orientación a los padres, todo dentro del contexto de la comunidad de creyentes.
Conclusiones sobre la Inferioridad y la Autoestima
Walter Trobisch, un hombre de Dios extraordinario, escribió: “El amor propio es
el fundamento de nuestro amor por los demás, y cuando carecemos de amor propio el
resultado es una multitud de problemas personales”. Esto no significa que neguemos las
enseñanzas bíblicas sobre la auto-negación y el auto-sacrificio. La vida de Jesús
demuestra que podemos aceptarnos a nosotros mismos sin ser egoístas; podemos
negarnos a nosotros mismos y sacrificarnos sin negar la obra de Cristo en nuestra vida ni
desechar los dones espirituales que Él nos ha dado.
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LECCIÓN 8- PREGUNTAS DE ESTUDIO
Inferioridad y Autoestima
1. ¿Cuáles son dos resultados de los sentimientos de inferioridad?
2. ¿Cuál es la diferencia entre “autoestima” y “auto-imagen” y “auto-concepto”?
3. ¿Qué enseña la Biblia sobre el valor humano?
4. ¿Qué es el pecado y cómo nos afecta?
5. ¿Cuáles son las distintas causas probables de una baja autoestima?
6. ¿De qué manera los padres hacen que los niños desarrollen sentimientos de
inferioridad?
7. ¿Cuáles son las formas en que los consejeros pueden ayudar a sus aconsejados a
vencer los sentimientos de inferioridad y la baja autoestima?
8. En ciertas ocasiones, ¿cuál es la mayor contribución que el consejero puede hacer a la
autoestima del aconsejado?
9. ¿Cómo pueden las comunidades cristianas locales ayudar a prevenir el desarrollo de
sentimientos de inferioridad en los individuos?
10. ¿Cuál es el fundamento de nuestro amor por los demás y qué sucede cuando
carecemos de este fundamento?
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LECCIÓN 9 – GUÍA DE ESTUDIO
Enfermedad Física
Duelo
Libro de Texto: Consejería Cristiana Efectiva. Autor: Dr. Gary Collins, Ph.D.
Texto Complementario: Capacitado para Orientar. Autor: Dr. Jay Adams
La Enfermedad Física
Como todos sabemos, el cuerpo humano es un organismo extraordinario; pero el
cuerpo no dura para siempre, al menos no en este mundo. No pensamos mucho en esto
cuando estamos saludables, y nos resulta muy difícil hacer frente a le enfermedad cuando
ésta nos limita, inhibe nuestra actividad y nos hace la vida más difícil. Con frecuencia la
enfermedad se acompaña de enojo, desánimo, soledad, desesperación, amargura y
confusión. Aconsejar a personas enfermas y sus familias es un desafío importante para el
consejero cristiano.
La Biblia y la Enfermedad Física
La enfermedad es un tema que se encuentra a través de las páginas de la Biblia.
El énfasis bíblico respecto a la enfermedad física apunta a varias conclusiones que
pueden ser útiles para el consejero cristiano:
1. La enfermedad es parte de la vida. Al parecer la enfermedad entró en
la raza humana como resultado de la caída, y desde entonces las personas han sabido lo
que es estar enfermo. En todos los casos de enfermedad hay estrés tanto psicológico
como físico.
2. El cuidado de los enfermos, la compasión y la sanidad son importantes
para los cristianos. Jesús dijo que cuando ayudamos a una persona enferma es como si
lo estuviéramos ministrando a Él. Los creyentes han recibido el mandato de orar por los
enfermos y de ayudarlos en formas prácticas. El cristiano tiene la responsabilidad de
cuidar de aquellas personas que no están bien de salud.
3. La enfermedad, el pecado y la fe no necesariamente están
relacionados. Algunas veces la enfermedad física y el pecado personal están
relacionados, pero no podemos concluir que cada caso individual de enfermedad es
necesariamente resultado del pecado de la persona enferma. La Biblia no provee
respaldo alguno a aquellos cristianos que afirman que las personas enfermas, en general,
están fuera de la voluntad de Dios o tienen falta de fe. Dios nunca ha prometido sanar
todas nuestras enfermedades en esta vida, y es incorrecto y cruel a la vez enseñar que
todos aquellos enfermos cuya fe sea fuerte recibirán una sanidad instantánea.
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4. La enfermedad plantea algunas preguntas difíciles y cruciales respecto
al sufrimiento. Volúmenes enteros se han escrito para responder a estas dos preguntas:
(1) Si Dios es bueno, ¿por qué permite el sufrimiento? y (2) Si Dios es Todopoderoso,
¿por qué no detiene el sufrimiento?
Para la mayoría de nosotros el dolor y el sufrimiento no tienen sentido. Hacemos
todo lo que está a nuestro alcance para disminuir el dolor en nuestra vida y en la de otros,
y oramos para que el dolor se vaya. La Biblia nos da luz respecto a este tema cuando
enseña que el sufrimiento nos mantiene humildes, refina nuestra fe, nos conforma a la
imagen de Cristo, nos enseña acerca de Dios, y produce paciencia, madurez,
perseverancia y carácter. El sufrimiento también nos enseña a ser más amables y
compasivos.
5. Las enfermedades más graves a menudo plantean el tema sobre el
derecho a morir. Por razones que aun no entendemos con claridad, algunas personas
parecen llegar a un momento en el que dejan ir la vida y mueren, aunque no hayan estado
enfermas. Al parecer, para estos individuos un sistema cardiovascular saludable tiene
menos peso que su conclusión de que ya no vale la pena vivir, así que se dejan morir.
Sin embargo, es más común el caso de las personas que desarrollan enfermedades
tan severas, dolorosas y prolongadas, que desean morir pero no pueden. Esto ha dado
lugar a un aumento creciente en las solicitudes de “suicidio asistido”. El consejero
cristiano necesita abordar temas como éste. Los cristianos creemos que toda vida
procede de Dios y es quitada según Su voluntad. A la eutanasia – término que el debate
actual tiende a evitar – se oponen aquellas personas que valoran la vida humana. Este
término significa el acto de matar a una persona sin dolor por misericordia. Ciertamente
no puede haber respaldo bíblico para la acción de apresurar la muerte porque el paciente
desea morir, de permitir que una persona muera de inanición porque su enfermedad
dificulta su cuidado, o de negar atención médica a alguien que se encuentra en estado de
coma o de muerte cerebral. ¿No utilizamos todos los medios médicos y tecnológicos
disponibles para mantener vivo, a veces con dolor, a alguien que en el pasado habría
muerto por causas naturales? Estas preguntas no tienen respuestas sencillas, pero los
consejeros cristianos necesitan estar conscientes de estos y otros temas relacionados con
el cuidado de la salud, que surgen en momentos cuando las personas enfrentan
enfermedades físicas serias.
Cuando una persona está enferma, todo su ser se afecta – el ámbito físico, el
psicológico y el espiritual. Jesús mostró interés en el ser integral de las personas; además
de ministrar a las necesidades espirituales, Jesús demostró un interés profundo y práctico
en el sufrimiento individual, las condiciones sociales, las luchas mentales y las
enfermedades físicas de la gente. Como seguidores de Jesús, nosotros debemos tener el
mismo interés compasivo en las personas a nivel integral. Separar los aspectos físico,
psicológico, social y espiritual de una persona no sólo no es bíblico, sino que además es
imposible. Tal enfoque nos impediría aconsejar de manera efectiva a los enfermos y sus
familias.
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El Duelo
El duelo es una respuesta normal ante la pérdida de cualquier persona, objeto u
oportunidad significativa. Es una experiencia de privación y ansiedad que se puede
manifestar en la conducta, el pensamiento y las emociones de las personas, así como en
su estado físico, sus relaciones interpersonales y su espiritualidad. La mayoría de las
discusiones acerca del duelo tienen que ver con la pérdida que se experimenta cuando un
ser querido u otra persona significativa muere. El proceso de duelo nunca es fácil y le
plantea al consejero el difícil y a la vez gratificante desafío de ayudar a las personas a
lidiar con la muerte.
La Biblia y el Duelo
La Biblia describe la muerte de muchas personas y el duelo respectivo. En el
Nuevo Testamento encontramos muchos pasajes que hablan de la muerte y el duelo, los
cuales se pueden agrupar en dos categorías. Cada una de ellas revela la influencia de
Cristo:
1. Cristo ha cambiado el significado del duelo. Para el cristiano, la
muerte no es el fin de la existencia, sino el comienzo de la vida eterna. El que cree en
Cristo sabe que los cristianos estarán con el Señor para siempre. La muerte física seguirá
estando presente mientras al diablo se le permita tener el poder de la muerte; pero a través
de Su crucifixión y resurrección, Cristo ha vencido la muerte y ha prometido que el que
vive y cree en Él nunca morirá.
2. Cristo ha demostrado la importancia del duelo. Al inicio de Su
ministerio Jesús predicó el Sermón del Monte, y en él habló acerca del duelo.
“Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación”. Aún para el
cristiano el duelo es normal y saludable. Pero el duelo también puede tornarse patológico
y enfermizo, lo cual se tratará más adelante como un tema de especial interés para todo
consejero cristiano.
Las Causas del Duelo
El duelo surge cuando algo o alguien valioso se ha perdido, y quien sufre la
pérdida se enfrenta al vacío y a la difícil tarea de reajustar su vida. La persona que pasa
por un proceso de duelo se enfrenta a cuatro tareas difíciles que requieren tiempo: (1)
aceptar la realidad de la pérdida; (2) sentir y conscientemente admitir el dolor de la
pérdida (esto incluye soltarse de los lazos que lo unían a la persona fallecida); (3)
ajustarse a un entorno en el que la persona fallecida ya no está; y (4) establecer nuevas
relaciones. La última etapa parece ser la más difícil, porque las personas se sienten
culpables e inseguras en cuanto a reinvertir sus energías en nuevas relaciones. Aunque las
personas que viven un duelo quizás nunca se recuperen por completo de la pérdida, la
mayoría de la gente eventualmente retorna a un estado de productividad y a la
restauración de su bienestar físico y mental. Los consejeros de duelo en ocasiones se
refieren a este proceso normal como “duelo no complicado”.
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Sin embargo, en ocasiones el duelo es anormal, patológico y complicado. Este es
un duelo intensificado, excesivamente prolongado, negado, o de algún modo desviado de
las expresiones normales de dolor. ¿Por qué cierto duelo es normal mientras que otro es
patológico? Aunque rara vez es posible identificar una causa del duelo patológico,
diversas influencias parecen determinan la manera cómo las personas reaccionan ante una
pérdida.
1. Anticipación previa. Hay alguna evidencia que sugiere que el duelo es
más difícil cuando la pérdida es inesperada, prematura, traumática y repentina. Sin
embargo, no hay certeza de que el duelo sea más sencillo cuando la muerte ha sido
anticipada.
2. Tipo de pérdida. Cada tipo de pérdida parece traer su propia clase de
sufrimiento y reacción. En la vida adulta, la muerte de los padres es el tipo de pérdida
más común y el que la gente suele manejar mejor; es también el tipo de duelo con menor
probabilidad de volverse patológico. La pérdida del esposo o la esposa es mucho más
difícil. Las cargas que antes eran compartidas ahora se deben llevar a solas, lo cual puede
causar mucho estrés. Aún más difícil es la pérdida de un hijo.
3. Creencias. Con el deseo de ayudar a otros, muchas personas que han
vivido procesos de duelo han escrito libros sobre su propio sufrimiento y sus luchas con
el reajuste. La religión les ha dado apoyo, significado y esperanza para el futuro. Los
cristianos creemos que el Espíritu Santo, que vive en cada creyente, nos da consuelo y
paz sobrenatural en tiempos de duelo.
4. Trasfondo y Personalidad.
La mayoría de los psicólogos
probablemente estarían de acuerdo en que “el mejor pronóstico de la conducta futura de
una persona es su conducta pasada”.
5. Entorno Social. La mayoría de las culturas – si no todas – tienen
formas socialmente aceptadas para atender las necesidades en tiempo de duelo. Estas
costumbres sociales se han establecido en torno a las creencias y prácticas religiosas y al
trasfondo racial o étnico de los dolientes.
6. Circunstancias que acompañan la muerte. La muerte de un líder
venerado y respetado puede causar dolor a miles de personas, especialmente si el líder
simbolizaba las esperanzas y expectativas de quienes lamentan su muerte. La cercanía
con la persona fallecida, una muerte repentina y la edad de la persona fallecida son sólo
algunos de los factores que tienen influencia en el proceso de duelo.
Los Efectos del Duelo
El duelo a menudo se inicia con un período de conmoción, aturdimiento,
negación, llanto intenso y a veces colapso. Luego continúa con un período prolongado de
tristeza, inquietud, apatía, soledad, trastornos del sueño y recuerdo de memorias del
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pasado. Posteriormente los síntomas del duelo van desapareciendo lentamente y la
persona vuelve a asumir las actividades de la vida normal. A pesar de estas tendencias
generales, muchos consejeros se resisten a identificar etapas específicas del duelo. Sin
embargo, el duelo puede tener efectos físicos, emocionales-cognitivos, sociales y
patológicos. Existe consenso general en que el duelo más intenso se completa en un
período de uno a dos años. Cuando el duelo se prolonga por más tiempo y es
acompañado por conductas patológicas, entonces hay un fuerte indicio de que este duelo
no es normal.
La Consejería y el Duelo
Las personas que viven un proceso de duelo no están buscando respuestas de
gente que viene para hablar más que para escuchar. Más bien, estas personas necesitan
comprensión, consuelo y contacto con personas sensibles que se preocupan por ellos.
1. La consejería y el duelo normal. El duelo normal es un proceso de
sanidad difícil y prolongado que no necesita de ayuda especial, sino que se desarrolla de
manera espontánea, y con el tiempo la persona que lo vive se recupera. Los recursos
comúnmente disponibles donde la persona doliente puede encontrar ayuda son miembros
de la familia, amigos, ministros y médicos. Debemos recordar que nuestro deseo es
brindar apoyo a la persona que sufre y no establecer una dependencia enfermiza, evadir la
realidad o estimular la negación. Con el tiempo, el apoyo y cuidado de los amigos ayuda
a la persona doliente a superar el proceso de duelo y a asumir nuevamente las actividades
normales de la vida.
2. La consejería y el duelo patológico. En la mayoría de los casos se
busca la ayuda de los consejeros para trabajar con personas que manifiestan reacciones de
un duelo patológico. Estas personas por lo general se resisten a recibir ayuda, pero la
tarea del consejero es impulsar la transformación del duelo anormal en un duelo más
normal. Esto se puede lograr (1) motivando al aconsejado a hablar de su relación con la
persona fallecida; (2) estimulando la expresión de sentimientos y actitudes; (3) ayudando
al aconsejado a entender el proceso de duelo; y (4) animando al aconsejado a hablar sobre
el futuro.
3. La consejería de niños que viven procesos de duelo. En medio del
duelo, con frecuencia las familias tratan de proteger a los niños de la realidad y la tristeza
de la muerte. Sin embargo, debemos recordar que los niños también tienen la necesidad
de vivir el duelo y de entender este proceso lo mejor que puedan según su capacidad.
Muchos consejeros concuerdan en que, con excepción de los más pequeños, los niños
deberían estar presentes en el funeral, porque ellos, al igual que los adultos, necesitan
apoyo emocional y la oportunidad de aceptar la realidad de la pérdida.
4. La consejería ante la muerte de un niño. Siempre es difícil enfrentar la
muerte de un ser querido, pero cuando quien fallece es un niño, la experiencia es
especialmente perturbadora. Al igual que con otras formas de duelo, las personas que
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han perdido un hijo necesitan recibir ayuda para expresar sus sentimientos, aceptar la
pérdida y aprender a reajustar su vida. A menudo esta ayuda proviene de vecinos y
amigos, de miembros de la iglesia y de otros padres que entienden lo que están viviendo
porque han experimentado una pérdida similar en el pasado.
La Prevención y el Duelo.
El duelo, por supuesto, no se puede y no se debe prevenir. Cuando las personas
que sobreviven al fallecido no demuestran dolor es posible que no haya existido una
relación cercana con él, pero también es posible que el proceso de duelo esté siendo
negado o evadido. Esto puede llevar a un duelo patológico, la clase de duelo anormal que
queremos prevenir.
1. Antes del momento de la muerte. La prevención previa a la muerte
puede incluir:
(a) Desarrollar actitudes saludables en el hogar – Sean niños o adultos,
nadie puede estar completamente preparado para enfrentar la muerte de un ser querido,
pero una actitud abierta en el hogar facilita la comunicación y hace que las
conversaciones sobre la muerte se manejen de manera más natural.
(b) Restaurar las relaciones familiares – Algunas veces el duelo se
complica por los sentimientos de culpa, enojo, celos, amargura, competitividad y otras
situaciones familiares que no se resuelven antes de la muerte. Esto se puede prevenir, de
modo que posteriormente el duelo sea más llevadero, si antes de la muerte los miembros
de la familia (1) aprenden a expresar sus sentimientos y a conversar sobre sus
frustraciones; (2) perdonan verbalmente y aceptan el perdón unos de otros; (3) expresan
amor, aprecio y respeto; y (4) desarrollan un interdependencia saludable que evite la
manipulación y las relaciones inmaduras de dependencia.
(c) Establecer relaciones de amistad – El duelo es más difícil cuando
no se tiene establecida una red de amigos que brindan su apoyo.
(d) Mantenerse activo – Las personas que están involucradas en
diversas actividades se dan cuenta de que esos espacios les ayudan a aliviar el dolor de la
muerte y de otras pérdidas.
(e) Estimular la salud mental – Las personas bien adaptadas, que han
aprendido a manejar con éxito las pequeñas crisis de la vida, por lo general también
enfrentan el duelo de manera exitosa.
(f) Anticipar y aprender sobre la muerte.
(g) Entendimiento teológico. Después del funeral no es el momento
para empezar a preguntar sobre la vida eterna y la realidad del cielo y el infierno. Las
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verdades bíblicas pueden ser reconfortantes, especialmente si se aprenden y se asimilan
antes de que inicie el proceso de duelo.
2. En el momento de la muerte. Las horas y días posteriores a la muerte
de un ser querido pueden tener una gran influencia en la manera cómo se ha de manejar
el proceso de duelo.
3. Después del momento de la muerte. La presencia continua de personas
que brindan apoyo y cuidado a los dolientes, incluyendo consejeros pastorales, puede ser
de gran ayuda durante los meses posteriores a la muerte.
4. La Iglesia y la preparación para la muerte. Puede haber una
preparación indirecta a través del fortalecimiento de la comunicación familiar, el estímulo
de la honestidad expresada en amor, y la motivación para que las personas expresen sus
sentimientos y hablen con libertad acerca de la muerte.
5. Fortalecimiento del Consejero. Si somos seres humanos sensibles, hay
momentos en los que no podemos, ni debemos, contener las lágrimas. Tal muestra de
empatía e menudo ayuda al aconsejado, a menos que el consejero parezca haber perdido
el control, de modo que ya no da la impresión de ser capaz de brindar ayuda.
Se han sugerido tres pautas para ayudar a los consejeros de duelo a lidiar con sus
propias necesidades: (1) Debe conocer sus limitaciones en cuanto al número de personas
con las que puede trabajar a la vez; (2) Debe permitirse sentir dolor; y (3) Debe
desarrollar la práctica de buscar apoyo y ayuda de otras personas.
Conclusiones acerca del Duelo
El duelo es una experiencia universal. Pocos escapan de él, algunos quedan
atrapados en él, y aquellos que lo superan a menudo sienten que han vivido una dolorosa
experiencia refinadora. El duelo no es una experiencia que buscamos o que aceptamos
voluntariamente. A veces llega sin avisar y se recibe con reticencia, y la única manera en
que se puede conquistar es enfrentándolo honestamente, con la ayuda divina y con el
apoyo de otros seres humanos.
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LECCIÓN 9- PREGUNTAS DE ESTUDIO
Enfermedad Física
Duelo
1. ¿Cuáles son algunas conclusiones que pueden ser útiles para el consejero cristiano?
2. ¿De qué manera responderíamos a aquellos que dicen que las personas enfermas están
fuera de la voluntad de Dios o tienen falta de fe?
3. ¿Cuáles son las dos preguntas cruciales planteadas por la enfermedad y el sufrimiento?
4. ¿Qué es la eutanasia y por qué los cristianos se oponen a ella?
5. ¿Qué nos impide aconsejar de manera efectiva a los enfermos y a sus familias?
6. ¿Cuáles son las dos categorías en las que se agrupan los pasajes del Nuevo Testamento
que hablan de la muerte y el duelo?
7. ¿Cuáles son cuatro tareas difíciles que enfrenta la persona que pasa por un proceso de
duelo?
8. ¿Por qué deberían los niños asistir a los funerales?
9. ¿En qué formas se puede ayudar a lograr el objetivo de transformar el duelo anormal
en un duelo normal?
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10. ¿Cuáles son las tres pautas que se han sugerido para ayudar a los consejeros de duelo
a lidiar con sus propias necesidades?
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LECCIÓN 10 – GUÍA DE ESTUDIO
La Soltería
Escogiendo Pareja para el Matrimonio
Libro de Texto: Consejería Cristiana Efectiva. Autor: Dr. Gary Collins, Ph.D.
Texto Complementario: Capacitado para Orientar. Autor: Dr. Jay Adams
La Soltería
La cifra de adultos solteros es astronómica y sigue aumentando rápidamente.
Alimentada por la alta tasa de divorcios y la tendencia a casarse a una edad mayor, la
explosión de solteros está alterando el mercado inmobiliario, cambiando nuestros valores
e inspirando decenas de nuevos servicios y productos que van desde citas por Internet
hasta comidas empacadas que vienen en porciones individuales. Este grupo creciente de
nuestra población incluye a las personas que nunca han estado casadas y a aquellas que
anteriormente estaban casadas, pero que perdieron a su cónyuge por muerte o por
divorcio. Este grupo incluye padres y madres solteros, personas viudas (hay más de 10
millones en Estados Unidos), sacerdotes y monjas célibes, la mayoría de estudiantes
universitarios, muchos homosexuales, personas que legalmente siguen casadas pero viven
separadas de su cónyuge, personas que han escogido no casarse y aquellas que pasan su
vida esperando el día en que caminarán hacia el altar. La cifra de adultos solteros no
incluye a aquellos esposos y esposas cuyo matrimonio se ha vuelto tan frío y distante que,
aunque coexisten bajo el mismo techo, viven vidas aisladas el uno del otro, lo que en la
práctica hace que pudieran ser considerados como solteros.
Plagados por la soledad, la inseguridad, la baja autoestima y a veces el rechazo,
muchos solteros enfrentan constantes recordatorios de que no están en sintonía con la
sociedad. Las personas solteras tienden a pagar impuestos más altos y con frecuencia
tienen dificultad para obtener crédito, seguros, préstamos, ascensos, o incluso una buena
mesa en un restaurante.
Conocer a otros solteros también puede ser un problema. Los contactos en bares
y centros nocturnos para solteros pueden ser pasajeros y destructivos, por lo que algunas
personas recurren a la iglesia. Sin embargo, muchos sienten que no son bienvenidos o
que son apenas tolerados por miembros de la iglesia que no entienden a las personas
solteras, no saben cómo relacionarse con ellas, y en ocasiones las rechazan abiertamente,
en especial si son divorciadas. Muchos solteros viven vidas satisfactorias, productivas y
llenas de significado. Consideremos a Jesús, por ejemplo. Para muchos otros, sin
embargo, es difícil ser solteros; para ellos la consejería puede ser beneficiosa.
La Biblia y la Soltería
Adán fue la primera persona que experimentó la soltería, pero no por mucho
tiempo. Dios declaró que “no es bueno que el hombre esté solo”, así que creó a la mujer
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y Adán se convirtió en el primer hombre casado. Claramente el matrimonio era la
intención de Dios para la raza humana. Dios esperaba que el hombre y la mujer se
unieran para tener compañerismo e intimidad sexual, para perpetuar la raza humana y
para trabajar juntos en el uso y control del entorno.
Tanto Jesús como el apóstol Pablo llamaron a la soltería un “don”. Muchos
individuos bien adaptados son solteros, aunque no perciben su estado de soltería como un
don. En 1 Corintios 7, Pablo exalta la soltería como una forma de vida en la que las
personas pueden dar su completa devoción a Cristo, ya que están libres de las grandes
responsabilidades y las presiones financieras que a menudo vienen con el matrimonio.
Pero, ¿cuántos cristianos solteros ven la vida de esta manera? En vez de dar “su
completa devoción” al Señor, muchos están ocupados lamentando su destino, tratando de
encontrar la forma de calzar en la sociedad, luchando con sentimientos de inadecuación,
tratando con “completa devoción” de encontrar pareja, y en ocasiones resistiendo las
presiones de los padres, que critican a sus hijos adultos solteros. Esto nos lleva a
considerar los problemas de la soltería.
Las Causas de los Problemas de la Soltería
¿Por qué algunas personas no se casan? ¿Por qué la soltería ocasiona problemas?
Para responder a estas preguntas podemos considerar las cinco categorías principales de
personas solteras. Cada categoría tiene un conjunto de desafíos particulares relacionados
con el hecho de no estar casados.
1. Algunas personas no han encontrado pareja o han decidido posponer
el matrimonio. En años recientes se ha observado una tendencia creciente entre los
adultos jóvenes a posponer el matrimonio. El movimiento feminista ha contribuido a
hacer aceptable y financieramente posible el hecho de que las mujeres vivan solas y
experimenten independencia antes de establecerse en el matrimonio. Las cambiantes
actitudes sociales respecto al sexo han llevado a muchas personas a concluir que no hay
necesidad de casarse ni de permanecer fiel a una sola pareja sexual.
2. Algunas personas escogen no casarse. Esta puede ser una decisión
deliberada de permanecer solteros o puede darse como una conciencia y una aceptación
gradual del hecho que el matrimonio no es probable. Un estudio reveló que el 12% de las
mujeres nacidas a mediados de la década de 1950 no se casó, en contraste con el 4% de
mujeres nacidas veinte años atrás.
3. Algunas personas han experimentado la ruptura de su matrimonio. Si
un matrimonio ha sido infeliz por largo tiempo, el fin de la relación puede traer un
sentido temporal de alivio. Sin embargo, la vida no es fácil para las personas que vuelven
a “ser solteras” a causa de una separación o un divorcio. Muchas de ellas experimentan
soledad, dificultad para ajustarse a la transición del matrimonio a la soltería, intensos
sentimientos de fracaso, culpa y amargura, y dificultades con su auto-imagen.
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4. Algunas personas han perdido a su cónyuge. Esta experiencia conlleva
dolor, soledad y un sentido de pérdida grande que sólo aquellos que lo han vivido pueden
realmente comprender.
5. Algunas personas tienen otras razones para permanecer solteras.
Algunas de estas razones incluyen: (1) Enfermedades crónicas y discapacidades, tanto
físicas como mentales, que reducen el potencial para el matrimonio; y (2) Inmadurez,
incluyendo una incapacidad para dar y una falta de disposición para aceptar
responsabilidades y hacer compromisos.
Los Efectos de la Soltería
Es importante enfatizar que la soltería en sí no es un problema para todos los
solteros. Así como algunas personas casadas tienen problemas en el matrimonio mientras
que otras no, así también algunas personas solteras tienen problemas relacionados con la
soltería que otros solteros no experimentan. Todos conocemos personas solteras, en su
mayoría mujeres, que verdaderamente han dado “su completa devoción” al Señor y que
dedican su vida al servicio de los demás.
En ciertas conferencias se le pide a los solteros que enumeren sus mayores fuentes
de estrés y frustración. Con frecuencia los aspectos incluidos en la lista no tienen nada
que ver con la soltería, sino que se trata de problemas similares a los de las personas
casadas. El estrés del trabajo, las finanzas, las relaciones con personas difíciles, el
manejo del tiempo, el control del peso y la búsqueda de dirección en la vida son
problemas comunes a personas casadas y solteras. No obstante, hay algunas situaciones
que se presentan más frecuentemente entre solteros; situaciones que probablemente han
de surgir durante una sesión de consejería.
1. Problemas de Soledad. Intensos sentimientos de soledad a menudo
agobian a las personas solteras, especialmente a aquellas que viven solas y que no tienen
un hombro en que llorar, alguien con quien reír o alguien que les diga “Te comprendo”.
Hay personas que desconfían del ministerio de un soltero, especialmente si el ministro es
hombre. Piensan que si el ministro no está casado algo debe andar mal y creen que no
podrá entender sus problemas por no estar casado. Esto nos lleva al siguiente problema,
que es el tema de la autoestima.
2. Problemas de Autoestima. Cuando las personas a tu alrededor
desconfían de ti, piensan que algo anda mal contigo, no te aceptan, no toman en cuenta
tus opiniones, y no quieren tener una cita contigo o tenerte como pareja en el matrimonio,
es fácil llegar a la conclusión de que “aparentemente no soy muy atractivo ni valioso”.
3. Problemas de Identidad y Dirección. Muchos solteros podrían
identificarse con la persona que escribió: “Como adulto soltero, no sé cómo calzar en un
mundo en el que, si no tienes pareja, es difícil ser aceptado socialmente, en un trabajo o
incluso en la iglesia”.
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4. Problemas Emocionales. Siempre que las personas tienen problemas
que no pueden ser resueltos satisfactoriamente, hay una tendencia a enojarse. En
ocasiones esta hostilidad es dirigida hacia Dios, o hacia otras personas que son sólo
espectadores inocentes. De acuerdo con la Biblia, tal amargura puede causar problemas y
llevar a acciones pecaminosas.
El temor también es común entre los solteros: temor de estar solo, temor al
rechazo, temor de que la soltería sea una evidencia de la desaprobación de Dios, temor de
tomar decisiones insensatas por no tener a nadie con quien discutir sus planes.
Aconsejando a los Solteros
En ocasiones las personas solteras parecen estar felices en su estado de soltería,
pero en el fondo puede haber sentimientos ocultos de duda personal, de culpa por
relaciones vacías y de falta de confianza en sí mismos. Con frecuencia es terapéutico
para el aconsejado descubrir que no necesariamente él es culpable de su soltería, que es
normal tener conflictos emocionales, y que necesita entender que no todos sus problemas
provienen de la niñez, donde ya no pueden ser resueltos. La depresión por lo general
resulta de la falta de esperanza y el aislamiento. También puede ser beneficioso ayudar al
aconsejado mientras lucha con la soledad, el enojo, la culpa, las relaciones
interpersonales y los problemas de autoestima.
(1) El consejero debe considerar su propia actitud hacia los solteros. Cada
soltero, al igual que cada persona casada, es un ser humano único con fortalezas y
necesidades individuales. Algunos tienen muchos problemas por su soltería; pero la
mayoría no los tienen. (2) El aconsejado soltero necesita apoyo y aceptación, un oído
dispuesto a escuchar su historia, y en ocasiones, una persona que pueda entender su
dolor, su amargura y sus luchas sin condenar. (3) El consejero debe ayudar al aconsejado
a definir planes claros para el futuro, además de hacer frente a los problemas presentes
con honestidad. (4) Puesto que la persona soltera no tiene pareja, necesita ayuda para
cultivar amistades aparte del matrimonio. Suena fácil, pero en realidad no lo es. (5) Los
padres solteros necesitan ayuda, porque en ocasiones se sienten abrumados y frustrados
con la crianza de los hijos. (6) Los consejeros deben ayudar a las personas a esperar.
Esperar para encontrar a la persona correcta no es fácil, especialmente en esta era de
velocidad, eficiencia e impaciencia ante los inconvenientes. Las personas solteras
necesitan tener paciencia en vez de apresurarse e involucrarse en una relación que luego
lamentarán.
Conclusiones Acerca de la Soltería
La soltería no es una enfermedad ni una maldición para los muchos solteros que
viven vidas realizadas y productivas. Millones de adultos en el mundo son solteros –
unos nunca se han casado y otros estuvieron casados anteriormente – y muchos de ellos
permanecerán así. Los solteros tienen las mismas luchas y enfrentan en parte los mismos
problemas de las personas casadas, pero hay desafíos singulares que resultan de ser
soltero. Estos problemas deben ser comprendidos y enfrentados con honestidad por cada
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individuo, sea casado o soltero, con la ayuda de su consejero. La iglesia juega un papel
importante en hacer que la vida sea satisfactoria para los solteros. Los solteros pueden
encontrar gran ayuda al acercarse a Dios y al tener la actitud de colocar su vida y sus
relaciones en las manos de Dios y estar dispuestos a dejar que Él los guíe, aún si eso
significa que permanezcan solteros. Los consejeros cristianos, los líderes de la iglesia y
los miembros de la congregación deben recordar que las personas solteras son miembros
importantes y valiosos del cuerpo de Cristo. Los adultos solteros deberían recibir plena
aceptación en la comunidad de fe.
Los adultos solteros deben ser integrados a vida de la iglesia, pero también puede
haber programas para atender sus necesidades particulares. Los grupos de solteros en la
iglesia son de gran ayuda, especialmente cuando acogen a los nuevos, evitan el énfasis en
promover citas y hacer parejas, proveen espacios para los hijos de los solteros y en
ocasiones los involucran en las reuniones sociales, son sensibles a las necesidades
personales y espirituales de los miembros del grupo, y son dirigidos por líderes maduros,
sensibles y preferiblemente solteros. Los solteros tienen necesidades e intereses distintos.
Ser soltero no significa ser persona de segunda categoría. A pesar de las
desventajas y las decepciones, ser soltero tiene sus ventajas, y los consejeros no deben
olvidarlo. Los solteros tienen todo el potencial para desarrollar estilos de vida plenos,
significativos y Cristo-céntricos. Los consejeros y la iglesia pueden hacer de esta
posibilidad una realidad.
Escogiendo Pareja para el Matrimonio
Muchos cristianos estarían de acuerdo en que la decisión más importante en la
vida es la de aceptar o rechazar a Cristo Jesús como Señor y Salvador. En segundo lugar
está la elección de la persona que será nuestro compañero o compañera para toda la vida.
En nuestra sociedad, el matrimonio ya no es considerado por muchos como una
institución sagrada y permanente. Sin embargo, los cristianos todavía reconocemos la
permanencia del matrimonio, en teoría al menos, si no en la práctica. Aunque es cada vez
más común, el divorcio no se promueve, y las personas solteras toman la elección de una
pareja con mucha seriedad. Con el propósito de escoger sabiamente, muchas personas
solteras buscan la guía de un amigo, de un matrimonio con experiencia, o de un pastor o
consejero profesional. Los libros de consejería tienden a ignorar este tema, pero ayudar a
una persona a elegir un compañero de vida puede ser una de las tareas más gratificantes
del consejero.
La Biblia y la Elección de la Pareja
La Biblia dice poco acerca de la elección de pareja. Tanto Jesús como Pablo
expresaron su aprobación del matrimonio, pero ninguno mencionó cómo debería elegirse
la pareja. Se ha planteado la pregunta de si tenemos directrices bíblicas para escoger
pareja hoy en día. Se ha sugerido que hay solamente un criterio – los creyentes deben
casarse sólo con otros creyentes; los cristianos no deberían casarse con personas
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inconversas. Pablo escribió: “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque
¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia?” Esta es una advertencia: los
cristianos y los inconversos no pueden caminar en una misma dirección como socios de
negocios ni como cónyuges.
¿Qué papel juega la guía divina en la elección de pareja? La mayoría de los
cristianos estarían de acuerdo en que podemos esperar que Dios nos guíe en la elección
de una pareja, del mismo modo que confiamos en Él en todos los demás aspectos
importantes de nuestra vida. Sin embargo, la opinión de los cristianos está dividida en
cuanto al tema de si Dios tiene sólo una escogencia posible para la persona que está
buscando un compañero de vida. De acuerdo con la enseñanza bíblica, tanto el
matrimonio como la soltería son aceptables delante de Dios y la elección de pareja se rige
solamente por el requisito de que los creyentes se casen con creyentes. Más allá de este
requisito, los cristianos tienen libertad para escoger pareja con base en su propia reflexión
cuidadosa y en los aportes concienzudos de otras personas, incluyendo consejeros
cristianos.
Las Causas de Una Buena o Mala Elección de Pareja
La elección de pareja para el matrimonio ha sido calificada como “una de las
decisiones más gratificantes” de la vida; “es también una de las más difíciles”. Para
ayudar a las personas a elegir sabiamente y a disminuir el riesgo de cometer un error, los
consejeros podrían considerar las respuestas a cinco preguntas importantes:
1. ¿Por qué las personas escogen una pareja para el matrimonio?
Algunos responderían que la mayoría de las personas se casan porque están enamoradas.
“Amor” puede ser una de las palabras más confusas y ambiguas de nuestro lenguaje.
2. ¿Por qué algunas personas no escogen pareja para el matrimonio? El
mismo Dios que creó el matrimonio aparentemente no esperaba que todo el mundo
encontrara pareja. Algunas de las razones más comunes por las que algunas personas no
se casan son: (1) Algunas personas no tienen oportunidades para conocer personas
elegibles. (2) Otras no aprovechan las oportunidades que se les presentan. (3) En una
tercera categoría se encuentran las personas que son poco atractivas para el sexo opuesto,
posiblemente por características mentales, físicas o psicológicas. (4) Algunas personas
nunca llegan a desarrollar independencia emocional. (5) Otras prefieren encontrar
intimidad aparte del matrimonio tradicional. (6) Algunas personas simplemente no
quieren casarse.
3. ¿Dónde encuentra pareja la gente? Varias décadas de investigación
han confirmado que en su mayoría, las personas eligen parejas de clase social, nivel
económico y educativo, ocupación, grupo de edad, raza, trasfondo religioso y área de
residencia similares.
4. ¿Por qué algunas personas escogen de manera insensata? Aunque la
elección de una pareja es una de las decisiones más importantes de la vida, pocas veces se
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toma de manera lógica y analítica. Cuando una pareja se casa por motivos equivocados,
es probable que más tarde lamenten esta decisión.
5. ¿Por qué algunas personas escogen sabiamente? A pesar de todo el
potencial para el fracaso, algunas personas eligen su pareja sabiamente. Algunas razones
para esto son: (1) Convicciones cristianas; (2) Trasfondos similares y necesidades
complementarias; (3) Compatibilidad emocional; (4) Habilidades para el matrimonio. Un
consejero cristiano ha enumerado siete características que se observan en matrimonios
saludables: tiempo compartido en pareja, intereses espirituales mutuos, habilidad para
negociar, madurez, juego y humor, intimidad (incluyendo expresiones de aprecio mutuo y
el compartir de pensamientos y sentimientos internos), y la disposición de hacer
compromisos.
Los Efectos de una Buena o Mala Elección de Pareja
Las buenas escogencias no siempre llevan a buenos matrimonios, pero la elección
cuidadosa de la pareja provee un fundamento sólido para construir una buena relación de
esposo y esposa. El matrimonio involucra esfuerzo, riesgo y a veces decepción. Esto
nunca es fácil de experimentar, pero es más placentero y alentador trabajar con un
compañero de vida compatible, que con alguien que aparentemente fue una decisión
equivocada.
La Consejería y la Elección de Pareja
A pesar de su importancia, la elección de una pareja para el matrimonio pocas
veces se realiza de manera cuidadosa, objetiva y racional. Cuando las personas se
enamoran tienden a pasar por alto los defectos de la otra persona, a ignorar las señales de
peligro y a desechar el consejo de personas más objetivas. Se cuenta la historia del “Tío
Buddy” Robinson, un gran predicador de antaño, quien conoció a una joven llamada
Sally y se enamoró de ella. Empezó a orar al respecto y dijo: “¡Señor, haz tu voluntad,
pero Señor, dame a Sally!”
Para el consejero, hay varios objetivos que deben ser tomados en cuenta: (1)
Evaluación espiritual. La Biblia es muy clara en su enseñanza de que los creyentes sólo
deben casarse con creyentes, por lo que esto se debe enfatizar repetidamente. (2)
Afirmación. En ocasiones las personas acuden a un consejero con el temor de que nunca
se casarán. Piensan que algo anda mal con ellos o que Dios los ha defraudado al no
permitirles casarse. Es necesario motivar a estas personas a vivir su vida a plenitud en el
presente. Si encuentran pareja, perfecto. Pero si no llegan a encontrar pareja, aún así su
vida puede ser productiva y gratificante. (3) Orientación en la elección de pareja.
Algunas personas necesitan orientación práctica para encontrar opciones de pareja
elegibles. Esto involucra dos aspectos: encontrar lugares donde haya otros solteros y
aprender a relacionarse. (4) Evaluación de motivos, ideales y madurez. ¿Por qué quiere
el aconsejado encontrar una pareja? o ¿por qué no quiere casarse? En ocasiones las
respuestas del aconsejado a estas preguntas no son lo que el consejero espera, pero
pueden ser útiles al aconsejar. (5) Enseñar acerca de la elección de pareja. De muchas
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maneras la consejería es una forma especializada de educación. (6) Estimular la
paciencia. En todo este proceso se debe animar al aconsejado a ser paciente, a orar
regularmente por una pareja para el matrimonio, a confiar en la guía y el tiempo de Dios,
y a estar alerta ante las oportunidades de conocer personas que podrían ser opciones
potenciales de pareja.
Previniendo una Mala Elección de Pareja
En la elección de pareja para el matrimonio, la mejor protección contra la
equivocación es estar bien prevenido. Mientras más pronto se presente y se discuta la
información, mejor, porque hemos notado que una vez que las personas se enamoran, los
hechos concernientes a la elección de pareja tienden a perder relevancia e influencia.
Conclusiones Sobre la Elección de Pareja
En nuestra sociedad, el cristiano reconoce que el matrimonio involucra más que
hacer un pacto matrimonial. Es la unión de dos individuos que vienen a ser uno, a la vez
que conservan sus personalidades únicas, pero entrelazadas. Probablemente no sea cierto
que en este mundo hay sólo una persona perfecta, designada por Dios, para cada uno de
nosotros; pero ciertamente es verdad que Dios puede, y a menudo lo hace, guiar a las
personas a encontrar la pareja que llenará sus necesidades y con quien podrán unirse de
por vida. Con frecuencia Dios guía a través de consejeros que están dispuestos a ofrecer
orientación a las personas solteras en el proceso de escoger una pareja.
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LECCIÓN 10 – PREGUNTAS DE ESTUDIO
La Soltería
Escogiendo Pareja para el Matrimonio
1. ¿Quién fue la primera persona que experimentó la soltería y qué dijo Dios al respecto?
2. ¿Cuáles son las cinco categorías principales de personas solteras?
3. ¿Cuáles son los principales problemas de las personas solteras?
4. ¿Cuáles son los temores más comunes de los solteros?
5. Aún cuando los solteros parecen estar felices, ¿qué se encuentra oculto algunas veces?
6. De acuerdo con la mayoría de los cristianos, ¿cuál es la decisión más importante en la
vida? ¿Cuál es la segunda decisión más importante?
7. ¿Cuál es la única directriz bíblica para la elección de una pareja?
8. ¿Cuáles son seis razones comunes por las que las personas no se casan?
9. ¿Cuáles son cuatro razones por las que algunas personas escogen pareja sabiamente?
10. ¿Cuáles son dos aspectos involucrados en la orientación práctica para encontrar
opciones de pareja elegibles?
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LECCIÓN 11 – GUÍA DE ESTUDIO
Consejería Prematrimonial
Problemas Matrimoniales
Libro de Texto: Consejería Cristiana Efectiva. Autor: Dr. Gary Collins, Ph.D.
Texto Complementario: Capacitado para Orientar. Autor: Dr. Jay Adams
Consejería Prematrimonial
En cierta ocasión, el psicólogo Carl Rogers expresó una perspectiva sobre el
matrimonio que nos pone a pensar. “Si el 50 o el 75 por ciento de los carros de Ford o
General Motors dejaran de funcionar por completo durante los primeros años de su vida
útil…”, escribió Rogers, “…las protestas del público serían abrumadoras, y se tomarían
medidas drásticas para corregir la situación.” Esto sucede con muchos matrimonios, pero
casi nadie protesta por ello. El divorcio es frecuente, menos de la mitad de los
matrimonios que permanecen juntos se pueden considerar exitosos, y con frecuencia las
parejas parecen no poder o no querer corregir la situación.
Hay muchas razones para la inestabilidad actual de los matrimonios, pero una
causa puede ser la falta de cuidado con la que se unen muchas parejas. Fundamentados
principalmente en la atracción sexual, el deseo de escapar de una situación familiar
difícil, un vago sentimiento de amor, o algún otro motivo igualmente pasajero, muchas
relaciones matrimoniales son demasiado frágiles para sobrevivir las presiones, desafíos y
tormentas del diario vivir. Muchas parejas se casan sin estar preparadas para las
tensiones o para el esfuerzo y determinación que se requiere para hacer que el
matrimonio funcione, por lo que muchos prefieren darse por vencidos y terminar la
relación. Aquello que fue diseñado para ser significativo y satisfactorio se convierte en
una experiencia frustrante y personalmente devastadora.
Las sociedades modernas, especialmente en Occidente, no demandan ni esperan
mucho del matrimonio. En muchos lugares es más fácil obtener una licencia para
efectuar matrimonios que un permiso para conducir. Puede ser que el novio y la novia no
sepan nada acerca del matrimonio. Con frecuencia nadie le dice nada a una pareja de
novios que parece haber tomado una mala decisión en cuanto a su elección de pareja.
Las mismas personas que invierten horas planificando sus vacaciones, su carrera
profesional, las compras importantes, la recepción de la boda y la luna de miel, muchas
veces rechazan la sugerencia de que podrían beneficiarse de un poco de orientación en la
preparación para el matrimonio.
La consejería prematrimonial es principalmente preventiva. Se enfoca en la
educación y la información. Se interesa más en construir una unión capaz de sobrevivir
los ataques futuros que en sanar heridas existentes. A pocas personas les entusiasma la
consejería preventiva – la mayoría cree que “los problemas afectan a otros, pero a
nosotros nunca nos sucederá” – por lo que hay una tendencia a rechazar esta ayuda; a
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algunos incluso les molesta que les sugieran buscar este tipo de consejería. A menudo los
consejeros se desilusionan de la consejería prematrimonial. Muchos se preguntan si el
esfuerzo vale la pena. Un experimentado consejero llegó a la conclusión de que la
consejería prematrimonial era inútil, porque la mayoría de las parejas en su iglesia
acudían a ella con una actitud de “tolerancia adormecida”. En dicha iglesia los futuros
esposos se comprometían a buscar un consejero matrimonial o ministro competente a la
primera señal de problemas. No obstante, si las parejas se resisten a la consejería
prematrimonial, es poco probable que busquen consejería a la primera señal de dificultad
en el matrimonio.
La Biblia y la Consejería Prematrimonial
En toda la Escritura, la referencia más cercana a la consejería prematrimonial que
encontramos es el consejo de Pablo en 1 Corintios 7. Pablo anima a las personas a
permanecer solteras, pero reconoce que es mejor casarse que quemarse de deseo.
Advierte que el matrimonio traerá desafíos y presiones, y señala que es difícil para las
personas casadas servir al Señor de todo corazón. En otras partes del Nuevo Testamento
leemos acerca de cómo debe ser un matrimonio ideal, qué roles deben desempeñar el
esposo y la esposa, y cómo deben funcionar como padres. La Biblia advierte acerca de la
tensión matrimonial y presenta la descripción de Dios del matrimonio ideal como el
objetivo al que toda pareja debe aspirar. Más allá de esto no hay instrucciones
específicas para la orientación prematrimonial.
Razones para la Orientación Prematrimonial
En nuestra sociedad existe la tendencia a dedicar más tiempo a la preparación de
la boda que a prepararse para el matrimonio. Como resultado, muchas bodas hermosas
son seguidas por años de miseria o, en el mejor de los casos, de felicidad mínima. Por lo
tanto, hay varias razones por las que es importante ayudar a las personas a prepararse
para el matrimonio. Estas son:
1. Expectativas poco realistas que pueden llevar al desencanto. Al
acercarse al matrimonio, quizás la mayoría de las parejas asume que tienen una relación
única. Muchas parejas esperan que el matrimonio les provea desarrollo y realización
personal, expresiones mutuas de afecto, satisfacción de las necesidades sexuales, un
compartir de las responsabilidades de la crianza de los hijos, un disfrute mutuo de estatus,
pertenencias y seguridad, e intereses compartidos en cuanto a amigos, recreación y
adoración. Sin embargo, nunca en la historia de la raza humana tantas personas han
esperado tanto del matrimonio y la vida familiar.
2. Inmadurez personal que puede llevar a la insensibilidad. Las personas
inmaduras tienden a ser egocéntricas. En diferentes momentos estas personas pueden ser
manipuladoras (sea sutil o abiertamente), explotadoras o competitivas con su pareja, todo
en un intento de satisfacer sus propias necesidades emocionales.
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3. Roles cambiantes que pueden llevar a la confusión. Hubo una época
cuando los roles del esposo y la esposa estaban claramente definidos y eran ampliamente
aceptados en nuestra sociedad. Esto ha cambiado, aún en la iglesia.
4. Estilos alternativos de matrimonio que pueden llevar a la
incertidumbre. La familia tradicional está en problemas, y una de las causas de esto
podría ser nuestra actitud inflexible. Muchas de las alternativas al matrimonio tradicional
– como los matrimonios en los que tanto el esposo como la esposa trabajan, los
matrimonios en los que la pareja decide no tener hijos, o la vida comunal en la cual todo
es compartido – pueden ser consistentes con la enseñanza bíblica. Otras alternativas,
como las uniones de hecho, los matrimonios abiertos y los matrimonios homosexuales,
son abiertamente opuestos a la enseñanza bíblica y no pueden ser aprobados por los
cristianos.
5. Estándares sexuales libertinos que pueden llevar a la inmoralidad. El
sexo antes del matrimonio no es nuevo y tampoco es raro, incluso entre cristianos. Lo
que sí es nuevo es la creciente aprobación y aceptación del sexo prematrimonial, el
creciente número de personas que mantienen relaciones sexuales fuera del matrimonio, y
el cúmulo de argumentos utilizados, a menudo en forma casual, para justificar un
comportamiento que es claramente condenado en las Escrituras.
6. Experiencias previas que pueden llevar al exceso de confianza. Los
libros de consejería prematrimonial con frecuencia asumen que la mayoría de las parejas
que están por casarse son jóvenes, inexpertos y van a casarse por primera vez. Esto no
siempre es así. Muchos futuros esposos y esposas han estado casados anteriormente.
Algunos han tenido experiencias previas desagradables y ahora esperan algo mejor.
Probablemente no hay nada que pueda crear más caos en un nuevo matrimonio que el
exceso de confianza en las experiencias matrimoniales del pasado.
7. Circunstancias que pueden llevar a la miseria. Algunas personas, al
llegar al matrimonio, traen lo que un consejero llama situaciones de bandera roja, que
necesitan escrutinio y evaluación especial. Algunas de estas circunstancias incluyen:
embarazo de la novia, el que uno de los futuros esposos, o ambos, venga arrastrando una
decepción de un matrimonio o relación anterior, problemas serios de drogas, problemas
emocionales o inestabilidad mental, serias discapacidades físicas o mentales,
inestabilidad financiera, trasfondos culturales o creencias religiosas contrastantes,
grandes diferencias de nivel educativo o de edad, y el hecho de tener poco tiempo de
conocerse.
8. Altas tasas de divorcio que pueden llevar a la infelicidad. Es bien
sabido que muchos matrimonios no sobreviven, y parte del problema puede provenir de
las actitudes modernas hacia el matrimonio. El divorcio siempre es doloroso, por lo que
el consejero prematrimonial procura ayudar a las parejas a desarrollar actitudes y
conductas estables que provean un cimiento firme para los nuevos matrimonios y les
ayuden a perseverar. Algunos investigadores han concluido (en un lenguaje un tanto
académico) que “mientras mayor sea la probabilidad de que la motivación para casarse
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sea independiente de factores problemáticos circunstanciales, incluyendo presiones
internas y externas, mayor será la calidad de la relación matrimonial”.
Los Efectos de la Consejería Prematrimonial
¿La consejería prematrimonial realmente mejora los matrimonios y reduce la
incidencia de divorcios y desintegración familiar? Se han realizado muchos estudios,
pero ninguno de ellos es concluyente. No obstante, el consejero cristiano tiene la
responsabilidad delante de Dios de ayudar a las parejas a vivir vidas satisfactorias y
agradables a Dios. Cuando las personas encuentran realización en su matrimonio y su
familia, están mejor preparadas para servir al Señor de manera efectiva, y para criar y
educar a sus hijos de una manera que honre a Cristo. La verdadera consejería
prematrimonial comprende mucho más que unas pocas reuniones con el pastor previas a
la ceremonia. Si se considera en su contexto más amplio, la consejería prematrimonial es
una parte del discipulado cristiano. Esta amplia formación para el matrimonio no ha sido
estudiada empíricamente, pero ha sido ordenada bíblicamente.
La Consejería Prematrimonial
Como consejeros, si queremos ser útiles y efectivos, debemos estar convencidos
de que la consejería prematrimonial cumple algunos propósitos útiles.
1. Propósitos. La consejería prematrimonial busca ayudar a individuos,
parejas y grupos de parejas a prepararse para construir matrimonios exitosos, felices y
satisfactorios, que honren a Cristo. Hay varios objetivos:
a. Evaluar la preparación para el matrimonio.
b. Enseñar los principios bíblicos para el matrimonio.
c. Guiar la auto-evaluación.
d. Estimular las destrezas para la comunicación efectiva.
e. Anticipar y conversar sobre tensiones potenciales.
f. Proveer información.
g. Planificar la boda.
h. Ganar experiencia con los consejeros.
2. Formato. El consejero no puede lograr todos estos objetivos durante
una breve entrevista. La mayoría de los autores recomienda tener al menos cinco o seis
sesiones de una hora antes de la boda.
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a. Sesión uno. En la primera sesión se anima a la pareja a hablar
de sí mismos, sus trasfondos e intereses.
b. Sesión dos. Se discute la perspectiva bíblica del matrimonio: su
origen (Génesis 2:18-24), sus propósitos (tales como el compañerismo, la unión sexual, la
crianza de los hijos y el reflejo de la relación de Dios con la iglesia), y su permanencia
(Mateo 19:3-9).
c. Sesiones tres y cuatro. Se consideran algunos temas prácticos
del diario vivir.
d. Sesión cinco. Se discute el significado del amor (1 Corintios
13:4-8) y su relación con el sexo.
e. Sesión seis. En esta sesión se conversa sobre la ceremonia de
boda, los requisitos legales, la recepción y sus costos, y los planes para la luna de miel.
3. Variaciones. La consejería prematrimonial debe ser flexible. Los
aconsejados necesitan apoyo, ánimo y orientación para la toma de decisiones cruciales
para el futuro.
Conclusiones Sobre la Consejería Prematrimonial
Los consejeros cristianos tienen la responsabilidad de demostrar que la consejería
prematrimonial realmente funciona y de enseñar la manera en se puede llevar a cabo.
Esto incluye ayudar a las personas a anticipar las dificultades en el matrimonio y en la
vida familiar, enseñarles a comunicarse y resolver sus problemas de manera efectiva, y
enseñarles cómo construir matrimonios que viven conforme al plan de Dios revelado en
la Biblia.
Problemas Matrimoniales
El matrimonio no es una institución muy estable – al menos en el mundo
occidental. En los Estados Unidos, la duración promedio de un matrimonio es de sólo 9.4
años. Más de un millón de parejas se divorcian cada año. No obstante, algunos
matrimonios son felices. En nuestro esfuerzo por ayudar a personas cuya relación
matrimonial está en problemas, a veces olvidamos que hay muchas personas que tienen
matrimonios duraderos y mutuamente satisfactorios. En un estudio reciente con parejas
que habían estado casadas durante al menos quince años, se les preguntó por qué se
consideraban “felizmente casados”. La respuesta más frecuente fue “tener una actitud
generalmente positiva hacia el cónyuge” y considerarlo como su mejor amigo. La
segunda fue una creencia en la importancia del compromiso.
La investigación ha demostrado consistentemente que más personas buscan
consejería por problemas matrimoniales que por cualquier otra situación. Los consejeros
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saben que este es uno de los desafíos más complejos, pero también puede ser una de las
experiencias de consejería más gratificantes.
La Biblia y los Problemas Matrimoniales
El matrimonio es uno de los primeros temas tratados en la Biblia. Es mencionado
a lo largo de sus páginas y es considerado a profundidad en el Nuevo Testamento. Sin
embargo, la Biblia dice muy poco sobre los problemas matrimoniales y las formas de
ayudar a los matrimonios que están en problemas. Cabe recordar que los conflictos
matrimoniales a menudo son un síntoma de algo más profundo, tal como egoísmo, falta
de amor, falta de disposición para perdonar, enojo, amargura, problemas de
comunicación, ansiedad, abuso sexual, alcoholismo, sentimientos de inferioridad, pecado
y rechazo deliberado de la voluntad de Dios. Todo esto puede causar tensión en el
matrimonio. Así, mientras que las Escrituras tratan con los conflictos matrimoniales sólo
de forma indirecta, las situaciones que subyacen a los problemas matrimoniales son
consideradas en detalle.
Las Causas de los Problemas Matrimoniales
En Génesis 2:24 leemos que en el matrimonio “…dejará el hombre a su padre y a
su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. En este versículo encontramos
tres verbos– “dejará”, “unirá” y “serán” – que indican tres propósitos del matrimonio.
Hoy en día esta clase de pensamiento no es común ni popular. La gente quiere felicidad,
quiere tener una vida plena y la oportunidad de desarrollar su potencial, pero no se da
cuenta de que estas metas contemporáneas, y hasta cierto punto egocéntricas, pocas veces
son alcanzadas por los matrimonios que ignoran los principios bíblicos. Por el contrario,
los problemas matrimoniales a menudo surgen porque el esposo y la esposa se han
apartado de los estándares bíblicos mencionados en Génesis 2:24 y expuestos con más
detalle en porciones posteriores de las Escrituras. La psicología moderna, la sociología y
otras disciplinas relacionadas han aclarado algunas de las formas en que las personas se
apartan de los estándares bíblicos para el matrimonio. Estas incluyen: (1) Comunicación
deficiente; (2) Relaciones sub-integradas o sobre-integradas. (En los matrimonios subintegrados, los cónyuges parecen distanciarse con los años. No están dispuestos a
compartir confidencias ni a desarrollar metas de vida en conjunto. En los matrimonios
sobre-integrados la relación se ha vuelto tan envolvente que ambos cónyuges han perdido
su identidad y se sienten atrapados); (3) Tensiones interpersonales (con respecto al sexo,
roles, dinero, inflexibilidad, religión, valores, necesidades y diferencias de personalidad);
(4) Presiones externas (incluyendo las que provienen de suegros, hijos y amigos, o de
crisis, exigencias laborales y profesionales, y dificultades financieras); (5) Aburrimiento.
Los Efectos de los Problemas Matrimoniales
Aunque hay un círculo vicioso entre causa y efecto, el consejero puede observar
varios efectos específicos de la tensión matrimonial: (1) Confusión, desesperación y falta
de esperanza; (2) Aislamiento; (3) Deserción; y (4) Separación o divorcio.
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La Consejería y los Problemas Matrimoniales
Aconsejar a una persona es una tarea difícil; aconsejar a parejas de esposos es aún
más difícil y requiere destrezas especiales y una actitud alerta por parte del consejero.
Alguien dijo que la consejería matrimonial es “una de las terapias más difíciles y
delicadas – llena de sorpresas y trampas psicológicas”. Antes de iniciar la consejería (y
constantemente durante el proceso) los consejeros deben evaluarse a sí mismos para
aclarar sus propias actitudes, prejuicios, motivaciones y vulnerabilidades. (1) Esté atento
a sí mismo. (2) Esté atento a situaciones especiales. (3) Evalúe el matrimonio. (4)
Determine los objetivos de la consejería. (5) Enfóquese en las personas. (6) Enfóquese
en los problemas. (7) Enfóquese en los procesos. Como consejeros cristianos, nuestro
mayor éxito se alcanza cuando las parejas aprenden a construir matrimonios sujetos a
Jesucristo, basados en los principios bíblicos, caracterizados por un compromiso mutuo y
por un crecimiento constante, en la medida en que los esposos trabajan juntos
continuamente en el desarrollo de destrezas para la comunicación, la obtención de
objetivos comunes y la resolución de conflictos.
Previniendo los Problemas Matrimoniales
En años recientes se ha observado un incremento dramático en el número de
cursos de consejería matrimonial y familiar de nivel universitario. Los seminarios han
desarrollado cursos de educación para la vida familiar y las iglesias están tomando
conciencia de la necesidad de una mayor enseñanza sobre temas relacionados con el
matrimonio y la familia. Varias acciones preventivas se pueden tomar, especialmente en
las iglesias, incluyendo grupos de discusión y clases de escuela dominical:
1. Enseñanza de los principios bíblicos para el matrimonio.
2. Énfasis en la importancia del matrimonio, el enriquecimiento
matrimonial y el compromiso matrimonial.
3. Enseñanza de principios de comunicación y resolución de conflictos.
4. Motivación para buscar consejería cuando sea necesario.
Conclusiones Acerca de los Problemas Matrimoniales
El matrimonio es la más íntima de todas las relaciones humanas. Cuando esta
relación es buena y creciente, proporciona una de las mayores satisfacciones de la vida.
Cuando es deficiente, o incluso estática y rutinaria, puede ser fuente de gran frustración y
miseria. Sin lugar a duda Dios desea que los matrimonios sean buenos, y un modelo de
la hermosa relación que existe entre Cristo y Su iglesia. El consejero cristiano que
entiende la enseñanza bíblica y conoce las técnicas de consejería está mejor preparado
para ayudar a las parejas a alcanzar el ideal bíblico para el matrimonio.
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CONSEJERÍA CRISTIANA, RE 204
LECCIÓN 11- PREGUNTAS DE ESTUDIO
Consejería Prematrimonial
Problemas Matrimoniales
1. ¿Cuáles son ocho razones de la importancia de la orientación prematrimonial para
ayudar a las personas a prepararse para el matrimonio?
2. ¿Cuáles son ocho objetivos de la consejería prematrimonial?
3. ¿Cuántas sesiones se recomiendan para la consejería prematrimonial y cuál es el
contenido sugerido para cada sesión?
4. De acuerdo con las parejas que se consideran “felizmente casadas”, ¿cuáles son las dos
razones más frecuentes de dicha felicidad?
5. En Génesis 2:24, ¿cuáles son los tres verbos que indican los tres propósitos del
matrimonio?
6. ¿Cuáles son cinco formas en que las personas se apartan de los estándares bíblicos para
el matrimonio?
7. ¿Qué se entiende por relaciones “sub-integradas” y “sobre-integradas”?
8. ¿Cuáles son cuatro efectos específicos de la tensión matrimonial?
9. Como consejeros cristianos, ¿cuándo alcanzamos nuestro mayor éxito en lo que a la
consejería matrimonial se refiere?
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10. ¿Cuáles son cuatro acciones preventivas que se pueden tomar, especialmente en las
iglesias, para prevenir los problemas matrimoniales?
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CONSEJERÍA CRISTIANA, RE 204
LECCIÓN 12 – GUÍA DE ESTUDIO
Problemas Familiares
Libro de Texto: Consejería Cristiana Efectiva. Autor: Dr. Gary Collins, Ph.D.
Texto Complementario: Capacitado para Orientar. Autor: Dr. Jay Adams
Desde el inicio de los tiempos encontramos problemas y tensiones familiares.
Ahora, como entonces, enfrentamos conflictos entre los miembros de la familia,
favoritismo entre los hijos, sufrimientos dentro de la familia, la muerte de un hijo,
rebeldía de los hijos, desobediencia y discordia.
A menudo los terapeutas profesionales están entrenados para hacer énfasis en el
individuo lleno de “defensas trabajando contra los impulsos y luchando con un súperego”. Más bien, deberían ser entrenados como miembros de una familia y “para pensar
en la familia como un medio a través del cual las personas trabajan juntas, aprenden unas
de otras, reciben fortaleza mutua, y en ocasiones fracasan colectivamente, pero aún así
perseveran”.
La Biblia y los Problemas Familiares
Las familias se mencionan frecuentemente en la Biblia, y en sus páginas
encontramos muchos ejemplos de tensiones familiares (Caín, Agar, Lot, Absalón, los
hijos de Elí, entre otros). A pesar de los conflictos familiares, tales como los
mencionados, la Biblia dice relativamente poco sobre cómo deberían funcionar las
familias. Aunque las referencias son escasas y breves, la enseñanza bíblica sobre la
familia parece apoyar varias conclusiones: (1) El padre es la cabeza del hogar, cuyas
responsabilidades incluyen amar a su esposa de tal manera que demuestre el amor de
Dios por Sus hijos. (2) Dentro del hogar debe haber sumisión y compromiso mutuos
entre el esposo y la esposa. (3) Los padres, a su vez, son responsables de disciplinar a sus
hijos de tal manera que aprendan a obedecer, pero sin desanimarlos ni generar en ellos
amargura.
Cada familia es única, y esto afecta la manera en que se manejan los problemas,
así como la forma en que se les puede ayudar. Algunas de las influencias que afectan a
las familias son: influencias del pasado, influencias del presente, la visión del mundo de
los miembros de la familia, las expectativas para el futuro, el impacto de ciertas
decisiones, el impacto de las etapas familiares, las características raciales y culturales, y
el lugar que ocupa Dios en la vida familiar. En algunas familias Dios no tiene un lugar,
lo cual afecta la forma cómo dichas familias manejan el estrés. Otras familias creen en
Dios, pero quizás tienen perspectivas teológicas que pueden crear más estrés y culpa.
Independientemente de cuáles sean sus creencias, cada familia está bajo la mano de Dios,
quien es soberano, a pesar de la forma en que es percibido por los miembros de la
familia.
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Esto nos lleva a la conclusión de que las enseñanzas bíblicas sobre las relaciones
interpersonales, el amor, perdón, la resolución de conflictos, la auto-negación, la
integridad personal, la enseñanza de los principios bíblicos, la madurez y el crecimiento
espiritual, deben ser aplicadas a la familia.
Las Causas de los Problemas Familiares
Al aconsejar a los miembros de una familia, se utiliza la ecuación abc = x, en la
cual “a” representa el evento o situación estresante, “b” representa los recursos de la
familia y “c” es la forma en que los miembros de la familia ven la situación. En
conjunto, estas tres influencias determinan la seriedad de la crisis, representada por “x”.
De este modo, la consejería familiar involucra (1) ayudar a las personas a reducir el estrés
(“a”); (2) aprender mejores destrezas para hacer frente a la situación (“b”); y (3)
aprender a ver la situación desde una perspectiva nueva o diferente (“c”). No todo el
estrés es malo. Hay estrés familiar y hay recursos familiares, fortalezas y destrezas.
Estos incluyen los temas de los estilos de comunicación, la intimidad, las normas, la
historia familiar o personal, los objetivos personales y familiares, los valores, el
compromiso y la definición de roles. Todos estos temas pueden contribuir al estrés
familiar, sin embargo todos son áreas en las que la consejería puede añadir fortaleza a la
familia.
Es probable que el consejero cristiano encuentre una o más de las siguientes
situaciones en la mayoría de las familias que buscan consejería:
1. Falta de destrezas interpersonales y de manejo de conflictos.
2. Falta de compromiso para con la familia.
3. Falta de claridad en la definición de roles.
4. Falta de estabilidad en el entorno familiar.
Los Efectos de los Problemas Familiares
Hace más de 2,300 años Platón sugirió que los niños recién nacidos se comunican
con los adultos que cuidan de ellos por medio de llantos y gritos. Esta idea es
ampliamente aceptada hoy en día, pero menos común es la idea de que niños mayores y
adultos también se comunican, en ocasiones, por medio de una conducta inusual o
antisocial.
La Consejería y los Problemas Familiares
Los consejeros tienden a enfocarse en lo negativo. Sin embargo, los expertos han
señalado recientemente que no todos los aspectos de la familia cambiante son
necesariamente negativos. A pesar de las altas tasas de divorcio, las altas tasas de
embarazo en adolescentes y la gran cantidad de niños que pasan muchas horas sin
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supervisión de sus padres u otros adultos responsables, el tener familias más pequeñas ha
permitido que muchos niños tengan más contacto íntimo con sus padres; además, las
oportunidades educativas son mejores, y muchas mujeres han podido combinar con éxito
la maternidad y su carrera profesional.
Hay dos maneras principales de considerar a la familia en consejería. La familia
puede ser un sistema de apoyo en el cual los miembros brindan ayuda y orientación unos
a otros; o la familia como una unidad puede ser considerada como un sistema de terapia
que puede recibir ayuda y tratamiento a través de la consejería. Al igual que con otras
formas de consejería, las familias trabajan mejor cuando hay al menos un mínimo de
dirección. Un terapeuta altamente experimentado sugiere un proceso de siete pasos: (1)
Responder a la emergencia, (2) Encontrar un punto de enfoque familiar, (3) Definir la
crisis, (4) Tranquilizar a todas las personas involucradas en el proceso, (5) Sugerir
cambios, (6) Enfrentar la resistencia al cambio, y (7) Concluir el proceso (determinar
cuando ya no hay necesidad de consejería).
Previniendo los Problemas Familiares
El consejero cristiano debe aprender a ser creativo en la prevención de los
problemas familiares. Además de los programas de prevención desarrollados en las
iglesias, es recomendable trabajar con escuelas, organizaciones de padres y maestros,
clubes de servicio comunitario, agencias de gobierno, medios de comunicación y
ministerios familiares ya establecidos. Las agencias seculares pueden tener valores y
puntos de vista sobre la familia que difieren de los valores y perspectivas cristianos, pero
a menos que podamos penetrar la comunidad con principios para la vida familiar, es
probable que continuemos observando los mismos problemas que llevan a tantas
personas a buscar consejería familiar.
Conclusiones sobre los Problemas Familiares
Ningún consejero puede estar familiarizado con todos los distintos problemas y
necesidades de las familias; sin embargo, cada consejero puede escuchar y aprender de
las familias, incluso mientras trabaja con ellas. La meta del consejero es estar disponible
y dispuesto para ser usado por Dios para tocar vidas, y ser sensible a la guía del Espíritu
Santo mientras busca traer sanidad a las familias que necesitan ayuda.
Las familias tienen muchos problemas, pero es útil recordar que la mayoría de las
familias no son disfuncionales; en su mayoría las familias tienen luchas, pero en última
instancia sus miembros se entienden bien entre sí. La Biblia presenta varios ejemplos
detallados de familias disfuncionales – con mucha frecuencia se trata de las familias de
líderes espirituales respetados. En contraste, hay sólo unas pocas directrices bíblicas para
construir familias sanas. Esto puede ser porque las enseñanzas bíblicas sobre la iglesia y
la vida cristiana se aplican igualmente a la familia, por lo que no es necesario dar
instrucciones especiales para la vida familiar.
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La prevención de los problemas familiares se puede llevar a cabo a través de la
consejería, la iglesia y la participación en programas comunitarios.
Al aconsejar se debe recordar que los distintos grupos familiares tienen
necesidades y problemas únicos. Algunos casos especiales pueden incluir familias
inmigrantes, familias militares y familias en las que un miembro tiene problemas de
abuso de drogas o una enfermedad incurable.
Una verdad importante sobre las familias que debemos recordar es que Dios se
interesa por cada familia.
A menudo la consejería familiar trata con familias que están siendo destruidas por
la tensión, el conflicto, la desconfianza y la inestabilidad. Pero, por otra parte, también
hay verdades acerca de la familia que son positivas y pueden ser de ayuda si los
consejeros y las familias las toman en cuenta.
Verdades para Nuestras Familias
El autor de nuestro libro de texto recomendado, el Dr. Gary Collins, presenta las
siguientes Verdades para Nuestras Familias:
1. A pesar de todo el cambio y la confusión que destruyen la vida familiar, Dios está al
tanto de lo que está sucediendo y Él aún está en control.
2. Si tuvieran que hacerlo de nuevo, la mayoría de las personas se casarían con la misma
pareja que tienen.
3. Las tasas de divorcio son altas, pero la mayoría de los matrimonios están intactos.
4. Mientras que algunas mujeres (y hombres) experimentan al menos un incidente de
violencia doméstica al año, la mayoría de la gente no tiene este problema.
5. La mayoría de las familias no son seriamente disfuncionales ni necesitan
recuperación.
6. Ninguna familia es perfecta ni está exenta de problemas o crisis periódicas.
7. Todos los padres cometen errores, pero la mayoría de los niños sobreviven bien, sin
necesidad de terapia o programas de doce pasos.
8. Cuando las familias y los matrimonios tienen problemas, por lo general los consejeros
pueden ayudar.
9. Puede ser difícil, pero es posible tener un buen matrimonio, una familia saludable y
niños estables, aún cuando se vive en un ambiente malo o en medio de una sociedad
caótica que rechaza a Dios.
10. Podemos criar a nuestros hijos exitosamente, a pesar de no tener todas las respuestas.
11. Podemos criar a nuestros hijos exitosamente, aunque no hayamos leído libros sobre el
matrimonio y la paternidad, y aunque no somos perfectos.
12. En ocasiones buenos padres tienen hijos rebeldes.
13. En ocasiones padres malos tienen hijos emocionalmente saludables y bien adaptados.
14. Cuando las cosas no van bien en la familia, no significa que no hay esperanza.
15. No vamos a poder entender todo lo que nos pasa en la vida.
16. Dios se interesa por nuestra familia.
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LECCIÓN 12- PREGUNTAS DE ESTUDIO
Problemas Familiares
1. ¿Cómo debería el consejero pensar en la familia?
2. ¿Cuáles son tres enseñanzas bíblicas sobre la familia?
3. ¿Qué se entiende por la ecuación “abc = x”?
4. ¿Cuál es el proceso de siete pasos sugerido por un terapeuta altamente experimentado
para la consejería familiar?
5. ¿Cuáles son cuatro carencias observadas por la mayoría de los consejeros familiares
cristianos?
6. ¿Cuáles son los beneficios de tener familias más pequeñas?
7. ¿Cuáles son las dos maneras principales de considerar a la familia en consejería?
8. ¿Cuáles recursos puede utilizar el consejero cristiano para prevenir los problemas
familiares?
9. ¿Por qué hay pocas enseñanzas bíblicas acerca de la familia?
10. ¿Cuál es una verdad importante sobre las familias que debemos recordar?
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LECCIÓN 13 – GUÍA DE ESTUDIO
Trastornos Mentales
Alcoholismo
Adicciones
Libro de Texto: Consejería Cristiana Efectiva. Autor: Dr. Gary Collins, Ph.D.
Texto Complementario: Capacitado para Orientar. Autor: Dr. Jay Adams
Trastornos Mentales
¿Qué se entiende por enfermedad mental? Este término describe una amplia
variedad de síntomas que producen angustia y/o discapacidad en la vida personal, social o
laboral de un individuo. La angustia y la discapacidad pueden ser moderadas y ocasionar
molestias mínimas, pero también pueden ser más perjudiciales y, en ocasiones, de severa
intensidad. Lo que algunos llaman enfermedad mental, locura o colapso nervioso, los
consejeros profesionales por lo general lo denominan psicopatología, perturbación
emocional o trastorno mental.
Los trastornos mentales no son todos iguales. Se han identificado varios cientos
de trastornos mentales, los cuales han sido clasificados en categorías de acuerdo con los
síntomas y la gravedad de la discapacidad. La esquizofrenia, por ejemplo, es un trastorno
que afecta aproximadamente a uno de cada cien estadounidenses alguna vez durante el
transcurso de su vida.
La Biblia y los Trastornos Mentales
La Biblia dice poco sobre los trastornos mentales, pero la psicopatología era
reconocida, y posiblemente común, especialmente cuando no había medicamentos
psicoterapéuticos ni modernos métodos de tratamiento. La Biblia no dice que todos los
trastornos mentales provienen del pecado deliberado en la vida de la persona afectada.
Mientras que algunas personas son como Nabucodonosor, cuyos problemas mentales
surgieron a raíz de una negación deliberada a obedecer a Dios, otros son como Job, que
era un hombre temeroso de Dios y moralmente correcto, cuyos problemas físicos y
emocionales surgieron por razones distintas al pecado personal.
Las Causas de los Trastornos Mentales
De acuerdo con un estudio multimillonario realizado por el Instituto Nacional de
Salud Mental, en un momento dado casi uno de cada cinco adultos sufre de un trastorno
psiquiátrico. La gravedad de estos trastornos oscila desde la ansiedad moderada hasta la
esquizofrenia severa. Por lo general, los trastornos mentales afectan por igual a hombres
y mujeres, aunque hay diferencias en el tipo de problema. Las mujeres sufren más de
depresión y fobias; los hombres tienen más problemas de abuso de drogas y alcohol, y de
conductas antisociales.
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Aunque cada caso es único, los trastornos mentales surgen de la combinación del
estrés actual y las influencias del pasado que causan predisposición en ciertos individuos.
1. Estrés actual. Las tensiones que llevan a la enfermedad mental se
pueden dividir al menos en tres categorías: biológicas, psicológicas y sociales.
2. Influencias del pasado que causan predisposición. Las personas
responden en formas distintas ante las situaciones de la vida, con base en su trasfondo y
sus experiencias pasadas.
3. Pecado y responsabilidad. Algunos escritores y consejeros cristianos
asumen que en su mayoría, los trastornos mentales resultan del pecado personal, y que la
consejería implica instar a las personas a confesar sus pecados y a cambiar su conducta.
Esta perspectiva simplista e ingenua no logra apreciar la complejidad de los trastornos
mentales ni la influencia profundamente penetrante del pecado.
El pecado puede ser visto desde dos perspectivas: los pecados conscientes y
deliberados que las personas cometen, y la pecaminosidad innata que es parte de la
naturaleza humana.
4. El suicidio. Algunas veces las presiones de la vida se vuelven muy
intensas y algunos individuos deciden quitarse la vida. La mayoría de las personas que
cometen suicidio han contemplado la idea durante semanas o meses. Los actos de
suicidio rara vez son repentinos, impulsivos o fortuitos (aunque hay casos trágicos como
las epidemias de suicidio entre adolescentes, en las que la atención que recibe el suicidio
de un joven impulsa a otros a intentar algo similar). Es probable que la mayoría de las
personas que intentan suicidarse o que efectivamente cometen suicidio no sean enfermos
mentales.
Los Efectos de los Trastornos Mentales
Los trastornos mentales constituyen un problema social de gran escala, cuyas
consecuencias y atención consumen millones de dólares; los trastornos mentales tienen
un costo millonario en términos de ingresos perdidos, ausentismo, ineficiencia, conducta
criminal y costosos tratamientos. Estos trastornos caracterizan a la mitad o más de los
indigentes que deambulan por las calles de los Estados Unidos, traen miseria continua a
los millones de personas que caen en sus garras, y causan increíbles tensiones a las
familias, muchas de las cuales no entienden o no saben cómo ayudar a sus parientes
perturbados.
Aunque los efectos de los trastornos mentales se pueden medir en dólares, número
de casos y otras estadísticas, el consejero procura observar la manera en que los
trastornos mentales afectan a los individuos y cómo sus familias sufren y luchan para
hacer frente a la situación.
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Los efectos de los trastornos mentales en el individuo incluyen: (1) emociones,
(2) sensación y percepción, (3) pensamiento, y (4) conducta. Las familias también se ven
afectadas en gran manera y tratan de hacer frente a la situación de diferentes maneras.
La Consejería y los Trastornos Mentales
Debido a los avances en las técnicas de tratamiento, la mayoría de los trastornos
mentales hoy en día son tratados por profesionales; no obstante, los principios de
tratamiento moral aún pueden ser útiles.
La vida puede ser muy difícil para aquellos que deben que vivir con alguien que
está profundamente deprimido, que tiene inclinación a la violencia o al suicidio, o que
sufre de una discapacidad mental severa. Estas familias necesitan (1) apoyo, (2)
educación, y (3) consejería.
Previniendo los Trastornos Mentales
No hay persona, consejero, comunidad o iglesia que pueda hacerlo todo, pero
cada uno de nosotros puede concentrarse en un área de necesidad y trabajar para prevenir
los problemas desde su origen. La iglesia tiene un papel que cumplir en esta tarea. Al
predicar el evangelio y llamar a la gente al arrepentimiento, Jesús mostró compasión,
interés y preocupación social.
Conclusiones Acerca de los Trastornos Mentales
En una ocasión Jesús dijo que los pobres siempre estarían con nosotros. Quizás
se podría decir lo mismo de las personas con trastornos mentales. Sin embargo, así como
el evangelio puede alcanzar al pobre (al igual que al rico), de igual manera la palabra de
Dios puede traer consuelo y orientación a las personas que sufren de una discapacidad
mental, así como a las que están sanas. Ayudar a los enfermos mentales y a sus familias
es uno de los mayores desafíos del consejero cristiano.
Alcoholismo
El abuso del alcohol es un serio problema social, moral y de salud. Altera a las
familias, arruina carreras, destruye el cuerpo, arruina relaciones de amistad y lleva a una
miseria humana indescriptible. Las estadísticas varían de año a año y de lugar a lugar,
pero en los Estados Unidos el abuso del alcohol está relacionado al menos con la mitad
de los accidentes de tránsito fatales, muertes por fuego y por ahogamiento, arrestos,
asesinatos, abusos a menores e incidentes de violencia doméstica. Se ha dicho que una
de cada cuatro familias tiene problemas por el abuso del alcohol. En la actualidad, cerca
de 10 millones de estadounidenses son alcohólicos. Esta cifra está integrada por personas
provenientes de todos los estratos socioeconómicos, de la mayoría de grupos étnicos, y de
casi todos los grupos de edad, incluyendo uno de cada cinco adolescentes y un número
creciente de ancianos. El abuso del alcohol destruye personas fuera de la iglesia, así
como dentro de ella, incluyendo cristianos evangélicos. Es un asesino a gran escala, que
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ocupa el tercer lugar en causas de muerte, después de las enfermedades cardiovasculares
y el cáncer. Ocasiona veinticinco veces más muertes que las atribuidas en conjunto al
uso de drogas como la cocaína, la heroína y otras drogas ilegales. En los Estados Unidos,
dos de cada tres personas mayores de quince años consumen bebidas alcohólicas
ocasionalmente. Esto incluye el 95% de los estudiantes universitarios, cerca de la mitad
de los ministros, y una tercera parte de aquellos que dicen ser evangélicos.
¿Qué es el alcoholismo? No existe un acuerdo entre los expertos respecto a este
tema. Algunos dicen que el alcoholismo es una enfermedad. De hecho, la mayoría de los
consejeros y médicos, y el 87% de las personas entrevistadas en una encuesta reciente
realizada por la empresa Gallup, están de acuerdo con esta afirmación. De acuerdo con
una definición, el alcoholismo es una enfermedad compleja, crónica y progresiva, en la
cual el consumo de alcohol interfiere de manera creciente con la salud y el
funcionamiento social y económico de una persona. Hay quienes han cuestionado este
concepto de enfermedad y prefieren ver el alcoholismo como un fenómeno social, un
trastorno de la conducta, o como una clara evidencia de pecado.
¿Es el alcoholismo enfermedad o pecado? El alcoholismo es una adicción
progresiva que consume a sus víctimas física y psicológicamente; pero el alcoholismo es
también una condición moral por la cual el bebedor es al menos parcialmente
responsable. Es tanto simplista como extremo concluir que el alcoholismo es sólo una
enfermedad o sólo un caso evidente de pecado. El alcoholismo es a la vez enfermedad y
pecado. Ambos elementos están involucrados en el desarrollo de la adicción al alcohol y
ambos deben ser tomados en cuenta en el tratamiento.
La Biblia y el Alcoholismo
A lo largo de las páginas de la Biblia se condena el beber en exceso.
Probablemente no hay pasaje bíblico más poderoso y más descriptivo del abuso del
alcohol que Proverbios 23:29-35. Hoy en día muchos cristianos podrían concluir que la
moderación es buena, pero la abstinencia es mejor, especialmente en vista de los claros
peligros inherentes a la bebida. El alcohol es una droga que altera la mente y en algunos
casos se puede tornar física y psicológicamente adictiva.
Las Causas del Alcoholismo
No existe una única razón causante del alcoholismo. En la mayoría de los casos,
una combinación de los siguientes problemas hace que algunas personas sean
particularmente propensas a la adicción: (1) Fisiología y herencia; (2) Influencias del
ambiente – el ambiente del hogar y las expectativas culturales; (3) Estrés actual; (4)
Influencias persistentes; y (5) influencias espirituales.
Se puede argumentar que los seres humanos tienen una necesidad interna de una
relación real y creciente con Dios. Cuando esta necesidad no es reconocida, o no se
satisface, surge una búsqueda de algo más para llenar el vacío.
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Los Efectos del Alcoholismo
El consumo excesivo de alcohol no afecta a todas las personas de la misma
manera. Es bien sabido, por ejemplo, que algunas personas se vuelven encantadoras
después de unas pocas copas, mientras que otros se tornan groseros y agresivos. No
obstante, a pesar de estas diferencias, los alcohólicos en desarrollo presentan muchos
efectos similares de la adicción, tanto en el aspecto físico como en su conducta.
1. Efectos físicos. Siempre que se ingiere una sustancia química, al entrar
en el cuerpo ésta produce una reacción fisiológica. La naturaleza de esta reacción
depende de la condición física de la persona, del tipo de sustancia, la cantidad y la
frecuencia con que se ingiere. El alcohol es una toxina (veneno) que afecta la mayoría de
las células del cuerpo, daña el hígado, el cerebro y el sistema nervioso, y ocasiona
numerosas enfermedades gastrointestinales. Debido a estos aspectos físicos de la
adicción, la intervención médica es una parte crucial del tratamiento.
2. Efectos psicológicos y sociales. Conforme la condición empeora, la
persona niega que exista un problema, y a partir de ahí la vida gira en torno a la
necesidad de consumir suficiente alcohol; todo lo demás pasa a un segundo plano.
3. Efectos familiares. Los efectos familiares del abuso del alcohol son
terribles. Primero las familias tratan de proteger, controlar y culpar al alcohólico.
Después asumen las responsabilidades del alcohólico, al tiempo que viven con tensión,
temor, inseguridad y vergüenza. Con frecuencia el sentimiento de vergüenza lleva a las
familias a alejarse de las personas que los rodean. Como resultado experimentan soledad
y aislamiento social.
4. Efectos espirituales. Es imposible crecer espiritualmente cuando se es
dependiente de una droga y se vive controlado por ella. Muchos alcohólicos están
conscientes de esto, pero parecen no tener el poder para cambiar. Como resultado, se
produce una mayor separación de Dios. El alcohol se convierte en un objeto de
adoración, en lo más importante para el alcohólico. Esto puede tener una influencia
espiritual adversa en la familia, aunque algunas familias parecen acercarse más a Dios
durante los tiempos de crisis.
La Consejería y el Alcoholismo
A menudo el tratamiento del alcoholismo se ve complicado por una serie de
problemas paralelos, cada uno de los cuales necesita ser tratado. Evidentemente, la
intervención médica al inicio del proceso es de gran importancia.
1. Lleve al alcohólico a admitir que necesita ayuda.
2. Lleve al alcohólico a detener el consumo de alcohol.
3. Provea apoyo.
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4. Ayude con el manejo del estrés.
5. Estimule el auto-conocimiento y el cambio de estilo de vida.
6. Aconseje a la familia.
7. Esté preparado para recaídas.
8. Reconozca que el evangelismo y el discipulado son esenciales.
Previniendo el Alcoholismo
La prevención del alcoholismo se ha convertido en una preocupación primordial
para quienes ocupan posiciones de liderazgo a nivel de gobierno, negocios, educación,
fuerzas armadas y la iglesia. Existen varias medidas preventivas que pueden ser útiles:
1. Estimular una vida familiar saludable.
2. Inculcar una fe religiosa sana.
3. Proveer educación sobre el alcoholismo y el abuso del licor.
4. Enseñar a las personas a hacer frente a las situaciones difíciles de la
vida.
Conclusiones sobre el Alcoholismo
El teólogo Reinhold Niebuhr escribió que no es tarea fácil enfrentar de manera
realista la confusión moral de nuestros tiempos, ya sea desde el púlpito o desde la banca,
y al mismo tiempo evitar la apariencia de cinismo, y posiblemente el peligro real de
asumir tal posición. Ayudar a las personas a enfrentar la realidad y los peligros del
alcoholismo puede parecer un ejercicio frustrante e inútil.
Adicciones
En muchas sociedades, pero especialmente en la nuestra, miles de individuos son
adictos al alcohol, las drogas, la televisión, el consumismo compulsivo, la inmoralidad
sexual, el cigarrillo, el comer en exceso, y a una amplia gama de otras formas de
conducta. La adicción al trabajo casi se ha convertido en una especie de insignia portada
con orgullo por aquellas personas que quieren alcanzar el éxito. Los desórdenes
alimenticios, una forma especializada de adicción, se convirtieron en una gran
preocupación en la década pasada. Algunas personas parecen tener adicción a la política,
al ejercicio físico o incluso a la religión.
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Una adicción es cualquier pensamiento o conducta que es habitual, repetitiva y
difícil o imposible de controlar. Las adicciones tienden a ser condiciones progresivas que
lentamente ejercen más y más poder y control sobre el individuo.
La Biblia y las Adicciones
La Biblia condena el alcoholismo y el abuso del licor, pero no hace referencia
específica al uso de drogas, a los desórdenes alimenticios, a la adicción al trabajo, ni a la
mayoría de las adicciones que nos preocupan hoy en día. Sin embargo, principios
bíblicos como los que se mencionan a continuación pueden aplicarse al tema de las
adicciones:
1. No se dejen dominar por nada.
2. Obedezcan la Ley.
3. No asuman que las drogas u otras adicciones resuelven los problemas
y disminuyen las tensiones.
4. Mantengan el cuerpo puro.
5. No esperen llegar a Dios a través de las drogas.
6. Practiquen la moderación, la auto-disciplina y el dominio propio.
7. No se embriaguen.
8. Sean llenos del Espíritu Santo.
Las Causas de la Adicción
El abuso de sustancias, los desórdenes alimenticios y otras conductas adictivas
parecen tener causas particulares.
1. Causas del abuso de sustancias. Todas las sustancias químicas
adictivas tienen una cosa en común: cambian el estado de ánimo.
2. Causas de los desórdenes alimenticios. Muchas personas, al menos en
algunas partes del mundo occidental, parecen tener una preocupación continua por el
peso. La obesidad y otros desórdenes alimenticios afectan la condición física de las
personas. Un psiquiatra cristiano experto en desórdenes alimenticios dijo que todos sus
pacientes tendían a mostrar, en mayor o menor grado, ocho características comunes: (1)
perfeccionismo, (2) baja auto-estima, (3) confusión en cuanto a su identidad sexual, (4)
depresión, (5) decepción, (6) luchas de poder, (7) interdependencia, y (8) problemas
fisiológicos.
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3. Causas de las conductas adictivas. El alcoholismo, el uso de drogas y
los desórdenes alimenticios por lo general reciben mayor atención por parte de los
medios y de los consejeros; pero hay miles de personas que luchan con otras adicciones
menos comunes. Muchas de estas adicciones no tienen una causa física aparente. Más
bien son conductas que van cobrando cada vez más importancia y se vuelven cada vez
más difíciles de controlar. Algunas personas, por ejemplo, son adictas al trabajo, al
ejercicio físico, al sexo, a la pornografía y al hurto (cleptomanía). Otros tienen adicción a
ciertos tipos de comida (como el chocolate) y muchos son adictos a las apuestas. Es bien
sabido que las adicciones no son igualmente perjudiciales. El alcoholismo y la anorexia
son más peligrosos que la adicción a correr, a jugar golf o a ver deportes por televisión.
No obstante, cualquier comportamiento que sea compulsivo y que sobrepase la capacidad
del individuo para controlarlo puede ser perjudicial.
La Consejería y la Adicción
Se han utilizado varios enfoques para tratar la adicción:
1. Aconsejando a drogadictos. Los drogadictos son mejor atendidos por
equipos de especialistas que combinan sus áreas de conocimiento. A los consejeros
cristianos les preocupa el crecimiento espiritual del aconsejado, por lo que puede haber
interés en seguir los siete pasos hacia la recuperación propuestos por un grupo de
experimentados consejeros: (1) Ayudar a la persona a admitir que no puede controlar el
uso de las drogas; (2) Animar al aconsejado a entregar el control de su vida y ponerlo en
las manos de Dios; (3) Guiar al aconsejado a través de una auto-evaluación; (4) Animar
al adicto a permitir que Dios lo cambie; (5) Enseñar al aconsejado cómo puede vivir
responsablemente, sin poner excusas, sino asumiendo su responsabilidad ante los demás;
(6) Orientar el crecimiento espiritual; y (7) Mostrar a la persona cómo ayudar a otros.
2. La consejería y la obesidad. En parte, combatir la obesidad es difícil
porque el cuerpo se resiste a las dietas y a la pérdida de peso. Si se restringe demasiado
la ingesta de calorías el cuerpo (1) baja su metabolismo de modo que necesite menos
calorías para mantener el peso, (2) se vuelve más inactivo, en un esfuerzo por mantener el
peso corporal, (3) desarrolla límites a la pérdida de peso, y (4) hace que la persona piense
más en la comida, de modo que se le hace cada vez más difícil resistirse a comer cuando
la comida está al alcance.
3. La consejería de personas con anorexia y bulimia requiere tratamiento
médico, modificación de la conducta, consejería individual, consejería familiar,
consejería grupal y consejería espiritual.
4. La consejería y las conductas adictivas. Las apuestas compulsivas, la
adicción al trabajo y otras deficiencias de dominio propio algunas veces tienen un origen
físico y necesitan tratamiento médico. Muchas conductas adictivas ceden ante una
solución de tres pasos: determinación, sustitución y satisfacción de la necesidad.
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Previniendo la Adicción
(1) Decir no; (2) Aprender destrezas; y (3) Satisfacer las necesidades. La gran
disponibilidad y el uso generalizado de drogas han llevado a continuas solicitudes de
pruebas obligatorias de uso de drogas. Sin embargo, hay poca evidencia de que el uso de
estas pruebas realmente previene el abuso de sustancias. Se habla mucho de prevención,
pero ésta pocas veces se practica, en parte porque no sabemos en realidad cómo prevenir
las adicciones.
Conclusiones sobre la Adicción
Nadie sabe con exactitud cuántas personas están atrapadas en las garras de las
adicciones. Ayudar a las personas lidiar con las conductas adictivas es uno de los
mayores y más importantes desafíos que enfrentan los consejeros cristianos y la iglesia.
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LECCIÓN 13- PREGUNTAS DE ESTUDIO
Trastornos Mentales
Alcoholismo
Adicciones
1. ¿Qué se entiende por enfermedad mental?
2. ¿Cuál es la diferencia entre los problemas mentales de Nabucodonosor y los de Job?
3. ¿De qué surgen los trastornos mentales?
4. ¿Cuáles son ocho maneras de ayudar a un alcohólico?
5. ¿Cuáles son cuatro maneras de prevenir el alcoholismo?
6. ¿Cuál es la definición de adicción?
7. ¿Cuáles son ocho principios bíblicos que se aplican al tema de la adicción?
8. ¿Cuáles son ocho características comunes entre los pacientes con anorexia y bulimia?
9. ¿Cuáles son los siete pasos hacia la recuperación del adicto, propuestos por un grupo
de experimentados consejeros?
10. ¿Cuáles son tres formas de prevenir las adicciones?
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LECCIÓN 14 – GUÍA DE ESTUDIO
Consejería Financiera
Consejería Vocacional
Libro de Texto: Consejería Cristiana Efectiva. Autor: Dr. Gary Collins, Ph.D.
Texto Complementario: Capacitado para Orientar. Autor: Dr. Jay Adams
Consejería Financiera
En los libros de consejería casi nunca se menciona el dinero. La Biblia advierte
que “…raíz de todos los males es el amor al dinero”; y los consejeros a menudo
descubren que el abuso y mal manejo del dinero es la raíz de toda clase de problemas
humanos. No obstante, rara vez se trata este tema en las revistas profesionales, a pesar de
que la tensión individual, el conflicto familiar, los conflictos interpersonales, el enojo, la
frustración, el impulso de la ambición, la preocupación, la ansiedad, el suicidio, y muchos
otros problemas en ocasiones están relacionados directa o indirectamente con la búsqueda
y la administración del dinero.
El dinero en sí no es el problema. Necesitamos el dinero para comerciar y para
satisfacer necesidades individuales. Los problemas surgen a raíz de nuestras actitudes
hacia el dinero y de nuestra ineficiencia en el manejo sabio de las finanzas. Algunas
veces las finanzas se señalan como el problema principal, pero con mayor frecuencia las
luchas financieras se presentan como parte de un problema más amplio, tal como la
ansiedad, el conflicto matrimonial o el ajuste a la jubilación. De este modo, las
preocupaciones relativas al dinero a menudo se manifiestan en la consejería.
La Biblia y las Finanzas
La Biblia dice mucho acerca del dinero, las posesiones y el manejo de las
finanzas. Estas declaraciones bíblicas se pueden resumir en varios principios básicos:
1. El dinero y las posesiones deben ser considerados de manera realista.
De acuerdo con las Escrituras, el dinero es pasajero. En última instancia, el dinero no
satisface, ni trae felicidad y estabilidad. La Biblia no condena el dinero, pero afirma
claramente que el amor al dinero y la dependencia en las riquezas son actitudes
incorrectas.
2. El dinero y las posesiones son provistos por Dios. Dios suple todas
nuestras necesidades y espera que nosotros confiemos en Él en cuanto a nuestras
finanzas; Jesús enseñó que no debemos estar ansiosos o preocupados por tener lo
necesario.
3. El dinero y las posesiones pueden ser perjudiciales. Jesús enseñó que
no podemos amar a Dios y a las riquezas. Eventualmente llegaremos al punto de amar a
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uno y odiar al otro. Las riquezas pueden hacer que nos olvidemos de Dios, y en
ocasiones el deseo de tener cosas puede llevar a las personas incluso a robar (ver 1
Timoteo 6:6-11).
4. El dinero y las posesiones se deben administrar sabiamente. En la
parábola de los talentos Jesús advierte sobre la mala administración de nuestros recursos;
la parábola termina con la imagen del siervo infiel siendo separado de sus amigos.
Los recursos sabiamente administrados deben ser: (1) ganados honestamente, (2)
cuidadosamente invertidos, (3) utilizados de forma realista, y (4) gozosamente
compartidos.
Las Causas de los Problemas Financieros
Muchas personas parecen vivir esperando el próximo día de pago; viven con
abundancia en ciertos momentos del mes, mientras que en otros están completamente
quebrados. Algunos podrían argumentar que las presiones financieras surgen porque los
ingresos son pocos y los gastos son muchos. Sin embargo, las dificultades financieras
aparecen en todos los niveles socioeconómicos. Para los más acaudalados, los problemas
financieros involucran sumas mayores de dinero, pero las causas de fondo de tales
dificultades son similares a las de los problemas que enfrentan otras personas menos
prósperas.
1. Valores distorsionados. La forma como una persona maneja el dinero
puede ser un buen indicador de cuáles son sus valores. Aún los cristianos en ocasiones
aceptan deseos y valores que son anti-bíblicos y perjudiciales.
a. Materialismo. El diccionario define este término como una
actitud de “devoción a las cosas materiales en vez de a objetos, necesidades y
consideraciones espirituales”. El materialismo es una actitud que nos lleva a buscar el
dinero, las posesiones, el placer y las cosas buenas de la vida. Algunos de los grandes
líderes espirituales de los tiempos bíblicos poseían riquezas considerables. Sin embargo,
nunca dieron evidencia de un afán por buscar la riqueza, sino que reconocían su
abundancia como dada por Dios, y buscaban conocerle y servirle mejor. Hoy en día hay
muchas personas ricas que tienen actitudes similares hacia sus posesiones y que dedican
gran parte de sus recursos a apoyar el avance del reino de Dios.
b. Codicia y Avaricia. Estas palabras implican un deseo de poseer
más, aún cuando ello signifique empobrecer a otros.
c. Deseo de enriquecerse rápidamente. A la gente siempre le ha
atraído la idea de que es posible ganar mucho dinero rápidamente y con poco esfuerzo.
Las Escrituras advierten en contra de esto.
d. Orgullo y Resentimiento. La iglesia de Laodicea asumió una
actitud de orgullo porque era rica y no tenía necesidad de nada. Hoy en día esta actitud
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de superioridad caracteriza a algunas personas ricas y exitosas que no se dan cuenta de
que en realidad son pobres, necesitadas, desdichadas y miserables porque ignoran a Dios,
porque no reconocen que las posesiones y el éxito vienen de Él, sino que dependen de sus
riquezas para sentirse seguros y felices.
Todos estos valores sugieren que la causa de los problemas financieros no es tanto
la posesión o la no posesión de cosas materiales, sino las actitudes que tenemos hacia el
dinero y las posesiones.
2. Decisiones financieras insensatas.
Hay muchas maneras de
desperdiciar el dinero que no nos sobra. Muchas veces este desperdicio se debe a
decisiones financieras insensatas, entre las cuales se incluye: (1) Comprar de manera
compulsiva – ver y comprar algo sin revisar la calidad o el precio, y sin siquiera pensar si
lo que va a comprar es realmente necesario. (2) Descuido – algunas personas no hacen
un presupuesto, sino que gastan el dinero descuidadamente, y luego se sorprenden cuando
ven que sus billeteras están vacías o que sus cuentas bancarias están sobregiradas. (3)
Especulación – si no puede correr el riesgo de perder su dinero, ¡entonces no especule
con él! (4) Ser fiador – firmar un documento en el que se compromete a pagar la deuda
de otra persona si ésta no puede o deja de pagarla. (5) Pereza – cuando las personas son
perezosas para trabajar o para manejar un presupuesto, casi siempre enfrentan problemas
financieros.
(6) Mala administración del tiempo – cuando las personas son
desorganizadas, indisciplinadas o tienden a malgastar su tiempo, el resultado casi siempre
es una pérdida de ingresos. (7) Descuido de la propiedad – cuando las personas no dan
mantenimiento a sus propiedades, el deterioro es más rápido, lo que resulta en
reparaciones costosas y la necesidad de gastar dinero que se podría utilizar en otras cosas.
(8) Compras a crédito – es fácil comprar a crédito, y esta es una de las causas principales
de los problemas financieros.
3. Falta de un presupuesto. Un presupuesto es otro término para referirse
a un plan de gastos. Cuando tenemos un plan, hay un control de los gastos, hay menos
compras impulsivas y menos deudas.
4. Falta de generosidad. No es correcto acumular riquezas en forma
egoísta, y la persona que se rehúsa a dar difícilmente puede esperar recibir la bendición y
la guía financiera de Dios. De acuerdo con las Escrituras, los creyentes deben dar en tres
áreas: (1) a Dios; (2) a otros creyentes; y (3) a los pobres. No hay garantía de que
aquellos que dan a su vez recibirán de Dios abundantes cosas materiales, pero el creyente
que no obedece la instrucción bíblica de dar, ciertamente se expone a sufrir problemas
financieros.
Los Efectos de los Problemas Financieros
Las presiones financieras conllevan varias consecuencias, las cuales incluyen: (1)
Preocupación por el dinero y por cómo pagar las cuentas; (2) Conflictos matrimoniales y
familiares; (3) Culpa, envidia, celos, resentimiento y orgullo; (4) Infelicidad y vacío
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emocional; y (5) Pérdida de vitalidad espiritual que viene como resultado de estar
demasiado preocupados por el dinero.
La Consejería y los Problemas Financieros
Al aconsejar a personas que enfrentan problemas financieros, el siguiente plan
puede ser de ayuda: (1) Ayude al aconsejado a reconocer el problema y a tomar la
determinación de resolverlo. Parece extraño, pero en casi todas las áreas de la vida, a
menos que la persona reconozca que hay un problema, no es posible ayudarla. (2)
Busque la guía divina junto con el aconsejado. (3) Enseñe los principios bíblicos sobre
las finanzas – todo le pertenece a Dios; robar es malo; codiciar es malo; es bueno dar y
administrar el dinero sabiamente. (4) Ayude al aconsejado a desarrollar y seguir un plan
financiero. Para hacer esto es necesario: (a) determinar los hechos; (b) establecer
objetivos; (c) establecer prioridades; y (d) desarrollar un presupuesto. (5) Mantenga un
registro cuidadoso de sus propios asuntos financieros. Antes de animar a otros a ahorrar,
diezmar, presupuestar o seguir un programa financiero, es útil detenerse un momento a
considerar el manejo de sus propios recursos.
Previniendo los Problemas Financieros
Al tratar con los problemas personales de los aconsejados, nos damos cuenta de
que no todos son alcohólicos, tienen problemas de adicción, están profundamente
deprimidos o tienen problemas matrimoniales. Sin embargo, todo el mundo maneja
dinero. La mayoría de nosotros tiene problemas financieros (al menos periódicamente), y
el consejero cristiano tiene la responsabilidad de ayudar a las personas administrar mejor
sus posesiones. Esto se puede lograr de cuatro maneras:
1. Enseñando valores bíblicos relativos a las finanzas. Estos valores se
pueden enseñar desde el púlpito, en reuniones de grupos (incluyendo reuniones de
jóvenes), en las clases de escuela dominical y en conversaciones individuales.
2. Enseñando lineamientos prácticos para administrar el dinero. Esto
implica enseñar a las personas cómo presupuestar (incluyendo el diezmo y el ahorro),
motivándolas a hacerlo y a compartir sus experiencias con otros creyentes.
3. Enfatizando el tema de
las finanzas en la consejería
prematrimonial. Es importante enseñar a las parejas que están próximas a casarse a ver
sus recursos a través de los ojos de la realidad. Planteando preguntas relacionadas con las
finanzas, el consejero prematrimonial puede prevenir futuros conflictos sobre asuntos de
dinero y posesiones.
4. Planteando el tema de las finanzas siempre que hay una crisis o un
cambio importante en la vida. Los cambios importantes en la vida – tales como el inicio
de la universidad, un cambio de trabajo, una mudanza, la jubilación, una enfermedad
prolongada, o una muerte en la familia – pueden ocasionar presiones financieras. Si estas
situaciones financieras son previstas de antemano y analizadas informalmente, los
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problemas se pueden enfrentar y solucionar antes de que se conviertan en dificultades
mayores.
Conclusiones Acerca de los Problemas Financieros
La Biblia no condena el dinero ni la posesión de bienes materiales, pero sí habla
en contra de la codicia, la avaricia y la mala administración del dinero. Ayudar a las
personas a salir de deudas y a alcanzar la libertad financiera puede ser una gratificante
experiencia de consejería. Para el consejero, ésta puede ser una forma práctica de ayudar
a las personas a vivir más en concordancia con los principios de las Escrituras,
incluyendo los principios para la buena administración del dinero.
Consejería Vocacional
Hubo una época en que la elección de carrera era vista como un acontecimiento
único en la vida que tenía lugar en la etapa final de la adolescencia o al inicio de la edad
adulta. Sin embargo, hoy en día esto ha cambiado. Las decisiones vocacionales son de
vital importancia, con frecuencia son decisiones difíciles, y rara vez son acontecimientos
únicos en la vida. Las decisiones vocacionales se presentan cada vez que alguien solicita
un empleo, recibe una oferta de trabajo, recibe un ascenso, cambia de trabajo, es
despedido, reevalúa su carrera profesional o se aproxima a la jubilación. Para el
cristiano, todas estas situaciones están influenciadas por la convicción de que sus
decisiones vocacionales deben estar de acuerdo con la voluntad de Dios.
La Biblia y las Decisiones Vocacionales
¿Por qué deben trabajar las personas? La Biblia da algunas respuestas
notablemente comprehensivas y penetrantes, las cuales tienen poco que ver con la
satisfacción de necesidades, la realización profesional, el éxito personal y la acumulación
de riqueza. El trabajo es ordenado por Dios, es parte de Su intención original para los
seres humanos. Muchos cristianos han perdido la perspectiva bíblica y han aceptado el
pensamiento secular concerniente al trabajo.
El trabajo siempre ha sido parte del plan de Dios para la raza humana. Después
de la caída el trabajo se hizo más difícil, pero siempre ha sido ordenado por Dios y una
responsabilidad humana. Las descripciones bíblicas del trabajo nos llevan a varias
conclusiones:
1. El trabajo es honorable; la pereza es condenada. Salomón advirtió
sobre la pobreza y la insensatez que caracterizan a la gente perezosa; y Pablo afirmó
claramente que “…si alguno no quiere trabajar, tampoco coma”. No obstante, nada de
esto sugiere que el trabajo deba ser idolatrado o adorado como un fin en sí mismo.
Algunos de los primeros defensores de la ética de trabajo protestante afirmaban que el
trabajo duro y la vida austera eran buenos para el alma.
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2. El trabajo debe ser alternado con tiempos de descanso. La Biblia
aprueba la diligencia y la calidad en el trabajo, pero no justifica a las personas obsesivas
con el trabajo, que nunca descansan ni toman vacaciones. Tenemos el precedente bíblico
para seguir el ejemplo de Jesús y de los líderes espirituales en la historia judeocristiana,
quienes apartaban un día de la semana para adorar, descansar y relajarse.
3. El trabajo debe ser de alta calidad. Empleados y otros trabajadores
tienen la responsabilidad de trabajar honesta y diligentemente, no simplemente para
agradar a otros, sino para honrar a Cristo.
4. El trabajo es particular a cada individuo y su propósito es el bien
común. Al igual que los consejeros vocacionales modernos, que enfatizan las diferencias
de intereses y habilidades humanas, la Biblia también señala que cada uno de nosotros
tiene habilidades y responsabilidades particulares. Cuando una persona se convierte a
Cristo, recibe uno o más dones espirituales. Estos dones deben ser desarrollados,
utilizados para el bien común, y aplicados para la edificación de otros creyentes en el
cuerpo de Cristo.
5. El trabajo y las decisiones vocacionales son guiados por Dios.
Muchos cristianos estarían de acuerdo en que Dios llama al menos a algunas personas a
ministerios y lugares de servicio específicos. Cada trabajador cristiano debe partir de dos
presupuestos: “Debo aceptar el hecho de que mi futuro profesional está en las manos de
Dios y es guiado por Su Espíritu Santo”, pero a la vez, “Sé que tengo en mis manos la
responsabilidad de ser un buen mayordomo y de desarrollar mis talentos, aptitudes y
habilidades”.
El consejero vocacional cristiano utiliza técnicas modernas para ayudar a las
personas a escoger o cambiar su carrera profesional. El consejero cristiano lleva a cabo
esta tarea convencido de que el Dios soberano puede y quiere guiar a los consejeros y
aconsejados que desean la guía divina para la toma de decisiones concernientes a su vida
laboral y profesional.
Causas de las Buenas y Malas Decisiones Vocacionales
La orientación vocacional debe ser un proceso continuo que involucra a todos, no
sólo a los consejeros profesionales. Con o sin esta clase de orientación, algunas personas
toman buenas decisiones vocacionales, mientras que otros toman decisiones insensatas.
Algunas razones probables de esto son: (1) Influencias familiares y sociales; (2)
Influencias de personalidad; (3) Intereses; (4) Aptitudes o habilidades; (5) Valores; (6)
Obstáculos; y (7) Dirección divina. Probablemente no se trata de una única influencia
que contribuye a una buena o mala decisión vocacional. Las influencias sociales y
familiares, los rasgos de personalidad, los intereses, aptitudes, habilidades, valores,
obstáculos, circunstancias, y la sensibilidad a la dirección de Dios, se combinan con la
disponibilidad de trabajo y las oportunidades de capacitación para influenciar la
naturaleza y el rumbo de la carrera profesional de un individuo. Debido a que este tema
puede ser muy difícil y complejo, muchas personas toman decisiones equivocadas y
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terminan en un trabajo o profesión que no les satisface. Cuando esto sucede, todas las
áreas de la vida se ven afectadas.
La Consejería y las Decisiones Vocacionales
El consejero vocacional efectivo debe tener un conocimiento del mundo laboral,
un conocimiento del aconsejado, y la habilidad de guiar con sutileza a aquellos que están
tomando decisiones específicas. Este proceso debe estar dentro del contexto de una
búsqueda de la voluntad de Dios.
1. Conociendo el mundo laboral. Hay dos formas en que el consejero
cristiano puede ayudar: compartiendo fuentes a las que el aconsejado puede recurrir para
obtener información, y sugiriendo formas de utilizar dicha información.
2. Conociendo el Aconsejado. Esto se puede lograr realizando
entrevistas y pruebas – pruebas de habilidad mental, pruebas de aptitud, pruebas de
intereses y de personalidad.
3. Guiando decisiones vocacionales. No es responsabilidad del
consejero decirle al aconsejado qué decisión tomar, sino ayudar al aconsejado a tomar y
evaluar sus propias decisiones con base en la información disponible y la reflexión
personal.
4. Conociendo la voluntad de Dios. Los siguientes son principios
básicos respecto a conocer la voluntad de Dios: (1) Desearla; (2) Esperarla; (3) Buscarla;
(4) Aceptarla. Es importante recordar a los aconsejados que todos comentemos errores,
pero Dios nos perdona, nos restaura y nos ayuda a regresar al camino correcto; también
debemos recordarles que Dios, en Su sabiduría y en Su tiempo, nos permite estar donde
Él quiere que estemos. Él espera que le sirvamos diligentemente donde quiera que
estemos y bajo cualquier circunstancia.
Previniendo las Malas Decisiones Vocacionales
La orientación vocacional debe dirigirse a personas de todas las edades y debe
incluir la consideración de los siguientes aspectos: (1) Las enseñanzas bíblicas sobre el
trabajo; (2) Las causas de las buenas y malas decisiones vocacionales; (3) Cómo
encontrar la dirección de Dios (desearla, esperarla, buscarla y aceptarla); (4) Cómo
obtener información acerca de las distintas opciones profesionales y el mundo laboral; y
(5) Cómo conocerse mejor a sí mismo (incluyendo la posibilidad de realizar evaluaciones
psicológicas).
En este proceso educativo se debe enfatizar que la elección de carrera no es un
acontecimiento único en la vida. Anime a las personas a continuar capacitándose y a
evaluar periódicamente sus prioridades, sus objetivos de vida y su satisfacción en el
trabajo. No obstante, los cambios de carrera profesional tienden a ser más difíciles y
riesgosos conforme aumenta la edad de las personas.
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Conclusiones sobre las Decisiones Vocacionales
La elección vocacional es una de las decisiones más importantes en la vida.
Ayudar a las personas a tomar esta decisión sabiamente puede ser una de las partes más
satisfactorias y gratificantes del trabajo del consejero cristiano.
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LECCIÓN 14- PREGUNTAS DE ESTUDIO
Consejería Financiera
Consejería Vocacional
1. Si el dinero en sí no es el problema, entonces ¿por qué surgen los problemas?
2. ¿Cuáles son cuatro afirmaciones que resumen la enseñanza bíblica sobre el dinero, las
posesiones y la administración de las finanzas?
3. ¿Cuáles son cuatro cosas necesarias para administrar los recursos sabiamente?
4. ¿Cuáles son las cuatro causas principales de los problemas financieros?
5. ¿Cuál es la definición de materialismo?
6. ¿Cuáles valores distorsionados sugieren que la causa de los problemas financieros no
es tanto la posesión o la no posesión de cosas materiales, sino nuestras actitudes hacia
el dinero y las posesiones?
7. ¿Cuáles son cuatro maneras de prevenir los problemas financieros?
8. ¿Cuáles son cinco cosas que la Biblia dice sobre el trabajo?
9. ¿Qué características debe tener el consejero vocacional efectivo?
10. ¿Cuáles son cuatro principios básicos respecto a conocer la voluntad de Dios?
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CONSEJERÍA CRISTIANA, RE 204
LECCIÓN 15 – GUÍA DE ESTUDIO
Problemas Espirituales
Otros Problemas
Aconsejando al Consejero
Libro de Texto: Consejería Cristiana Efectiva. Autor: Dr. Gary Collins, Ph.D.
Texto Complementario: Capacitado para Orientar. Autor: Dr. Jay Adams
Problemas Espirituales
Como grupo, los consejeros profesionales por lo general no simpatizan con los
asuntos religiosos. La mayoría de ellos no entiende la terminología religiosa, pocos han
recibido capacitación para ayudar a personas que experimentan luchas espirituales,
muchos no entienden la forma de pensar de las personas religiosas y algunos todavía
aceptan el muy citado punto de vista de Freud, según el cual la religión es perjudicial e
indicativa de neurosis. Los consejeros seculares prefieren evitar los asuntos religiosos,
procuran buscarles una explicación natural, y en ocasiones prefieren referir a los
aconsejados que son religiosos a consejeros que tienen creencias similares.
En ocasiones los consejeros cristianos también tienen dificultad con la consejería
sobre temas religiosos. No siempre es fácil ayudar a las personas con sus luchas
espirituales. A menudo no hay respuestas claras a las preguntas teológicas que los
aconsejados buscan entender.
Para hacer el asunto un poco más complicado, los creyentes tienden a usar una
terminología que puede ser confusa. Por ejemplo, hablamos constantemente del amor y
estamos de acuerdo en que el amor es la marca del cristiano, pero no siempre actuamos
en formas que demuestran amor, y ni siquiera estamos de acuerdo sobre el significado de
esta palabra. Parece que algunas veces olvidamos que el amor que es fundamento del
cristianismo no es el sentimentalismo egocéntrico y pasajero del que hablan tantas
canciones de amor modernas. El amor cristiano es dadivoso, paciente y centrado en los
demás; honra a Cristo y es divinamente otorgado; es el amor que vemos claramente en la
vida de Jesús y que es descrito a lo largo de las páginas de las Escrituras.
Es triste ver que muchos cristianos no son personas amorosas; sus palabras y
acciones no expresan una actitud amorosa. Muchos creyentes se sienten derrotados por el
pecado, los conflictos internos y las presiones de la vida. Algunos están frustrados
porque sienten que avanzan muy lentamente en su crecimiento espiritual. Otros se
preocupan porque en su vida no hay gozo, no hay pasión en su adoración y se sienten
atrapados en una red de sequía espiritual. Leen la Biblia, pero las palabras les parecen
vacías e irrelevantes. Oran, más por costumbre que por deseo, y sus oraciones parecen no
tener respuesta. Quieren hacer el bien y mostrar amor, pero sus acciones no lo
demuestran, y parecen tener la conciencia insensible y adormecida. Dicen que quieren
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que sus hijos crezcan en los caminos del Señor, pero adoptan estilos de vida que les
permiten “disfrutar de los placeres del pecado ocasionalmente”.
A pesar de que esto no es lo que Dios desea, estas experiencias son comunes,
quizás incluso en la vida de los consejeros y de consejeros potenciales. Aconsejar
personas con problemas espirituales es un desafío en todo momento, pero es aún más
difícil cuando el consejero está luchando con problemas similares a los del aconsejado.
Walter Trobisch escribió que “nadie sabe qué es realmente la desesperación” hasta que se
enfrenta a otro ser humano que clama por ayuda que el consejero no puede darle porque
en su interior se siente “completamente vacío” y espiritualmente seco.
La Biblia y los Problemas Espirituales
Para muchos de nosotros es difícil entender que Dios, cuyo conocimiento excede
todas las bases de datos del mundo, nunca tiene prisa. Su objetivo es que cada creyente
madure en la semejanza de Cristo, pero sabe que ninguno de nosotros alcanzará este
objetivo por completo mientras estemos en este mundo. Dios quiere que seamos santos y
que sigamos las pisadas de Cristo. El objetivo de la vida cristiana es ser semejantes a
Cristo en adoración, carácter y servicio. Nuestra entrega continúa a Dios, junto con la
alabanza verbal y la obediencia fiel, es la manera en la que adoramos. Sin embargo, la
adoración también involucra un cambio constante en nuestro carácter. No debemos
conformarnos a los estándares de este mundo. La vida del cristiano no debe estar
centrada únicamente en Dios y en sí mismo. También debe haber servicio a los demás.
Ser semejantes a Cristo en adoración, carácter y servicio es el objetivo de la vida
cristiana.
Las Causas de los Problemas Espirituales
La religión aún es popular en Estados Unidos. Las estadísticas son diferentes en
otros países, pero el 40% de los estadounidenses asisten a servicios religiosos por lo
menos una vez a la semana; el 60% son miembros de alguna iglesia o sinagoga; y el 95%
afirma creer en Dios. Externamente somos personas religiosas, pero internamente
nuestras creencias religiosas no hacen diferencia alguna en nuestra manera de vivir. El
cristianismo se interesa más por nuestra naturaleza interna que por nuestra conducta
exterior. Está más interesado en lo que somos que en lo que hacemos. Jesús dirigió sus
ataques más fuertes a condenar el pecado y a combatir lo que más le disgustaba: el
legalismo religioso.
A lo largo de la historia de la Iglesia, los cristianos han luchado con tres
problemas principales que parecen socavar o reprimir el crecimiento espiritual más que
cualquier otro tipo de problema: (1) la avaricia y el abuso del dinero; (2) la lujuria y el
abuso del sexo; y (3) el orgullo y el abuso del poder.
Al parecer la mayoría de los problemas humanos comienzan en la mente, de modo
que lo que pensamos es muy importante. Nuestros pensamientos son los que nos llevan a
la auto-suficiencia, el orgullo, la amargura y los valores anti-cristianos, cada uno de los
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cuales puede crear o intensificar los problemas espirituales. En contraste con la autosuficiencia, el orgullo, la amargura y los valores distorsionados, la persona que está
creciendo en madurez espiritual es transformada mentalmente para que sus pensamientos
busquen y procuren hacer la “buena, agradable y perfecta” voluntad de Dios.
Los problemas de salud y el deterioro físico se presentan cuando hay falta de
alimento, aire, descanso y otras necesidades físicas. De modo similar, los problemas
espirituales son causados por una falta de los ingredientes básicos necesarios para la
salud y el crecimiento cristianos. En este sentido, las carencias que dan lugar a los
problemas espirituales son: (1) Falta de entendimiento; (2) Falta de alimento espiritual;
(3) Falta de generosidad; (4) Falta de equilibrio; (5) Falta de compromiso; (6) Falta de
sencillez; (7) Falta del poder del Espíritu Santo; y (8) Falta de compañerismo cristiano.
Los Efectos de los Problemas Espirituales
Algunas veces es difícil separar las causas y los efectos, sin embargo, los
problemas espirituales tienen como resultado: (1) Efectos espirituales – el cambio
verdadero sólo tiene lugar en aquellos que se entregan al Señor para llegar a ser más
como Cristo. (2) Efectos físicos – la tensión y los conflictos espirituales pueden
influenciar el cuerpo físicamente. (3) Efectos psicológicos – los sentimientos de culpa y
el desánimo, entre otros, son reacciones que pueden resultar de la debilidad espiritual.
(4) Efectos sociales – el compañerismo cristiano puede ser una experiencia hermosa, pero
las “peleas” cristianas pueden ser despiadadas. Describiendo la inmadurez espiritual, el
apóstol Pablo mencionó dos temas de especial importancia: los celos y las contiendas.
Cuando hay crecimiento espiritual, las barreras entre las personas se desintegran; pero
cuando hay problemas espirituales, la crítica destructiva, el cinismo y las tensiones
interpersonales (celos y contiendas) están entre los primeros y más claros signos de
problemas. (5) Efectos en el evangelismo – el verdadero discípulo guía a las personas a
Cristo y busca tener parte en la edificación de un cuerpo de creyentes cuya vida esté
centrada en Cristo y no en seres humanos.
La consejería y los Problemas Espirituales
La forma de abordar y desarrollar el proceso de consejería depende de la
naturaleza del problema del aconsejado. La consejería espiritual probablemente
involucrará: (1) oración; (2) modelaje de principios bíblicos; (3) exhortación; y (4)
enseñanza.
Muy pocas veces los aconsejados crecen o aprenden a resolver problemas con
base en el consejo de otros. El crecimiento y la renovación espiritual son procesos de
cuidado del alma que requieren mucho tiempo y que frecuentemente implican caminar a
través de los tiempos de dificultad y oscuridad espiritual con la sutil instrucción de un
guía sabio.
En una ocasión el apóstol Pablo expresó en dos oraciones su propósito supremo
en la vida: (1) “…a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo
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hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre”; (2)
“…para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa
poderosamente en mí.” (Colosenses 1:28-29)
Previniendo los Problemas Espirituales
El término espiritualidad es utilizado de diferentes maneras y por personas de
diferentes religiones. La mayoría de nosotros anhela una “vida espiritual intensa”, pero
no sabemos lo que eso significa; tampoco sabemos cómo obtenerla ni qué hacer para no
perderla. Sin embargo, estamos de acuerdo en que la espiritualidad implica ser
semejantes a Cristo. También implica disciplina.
Conclusiones sobre los Problemas Espirituales
Los problemas espirituales tienen causas y soluciones que en su mayoría se
encuentran descritas en las Escrituras. Sin embargo, la Biblia no es un manual de
diagnóstico psiquiátrico ni un libro de texto de consejería. Si bien es cierto que, en
última instancia, todos los problemas se derivan de la caída de la raza humana, no todos
los problemas humanos son espirituales, en el sentido de que no todos involucran la
relación específica del aconsejado con Dios. Aconsejar personas puede involucrar el uso
de técnicas derivadas de las Escrituras; sin embargo, en la mayoría de los casos el
consejero utilizará métodos consistentes con las enseñanzas y los valores bíblicos, pero
que han sido descubiertos y desarrollados por la ciencia social y el sentido común.
Otros Problemas
El aprendizaje y la capacitación para la consejería nunca terminan. A menudo los
aconsejados presentan una combinación de distintos problemas. La persona que enfrenta
dificultades en el matrimonio puede además estar deprimida, ansiosa y luchando para
salir adelante con las finanzas. Por su parte, los consejeros necesitan un mayor
conocimiento para aconsejar a personas de grupos étnicos, trasfondos culturales,
orientación sexual o nivel socioeconómico distintos a los suyos. Los consejeros no son
robots; necesitan ser responsables, sensibles y flexibles para atender personas con
diferentes problemas y necesidades.
Aconsejando a Personas con Discapacidades Físicas. Por lo general se utiliza
el término discapacitado para referirse a aquellas personas cuyas discapacidades
interfieren con un ajuste de vida óptimo. Estas discapacidades pueden variar desde
defectos menores que casi no se notan, hasta discapacidades severas que inhiben el
desarrollo de una vida normal. La palabra discapacidad se refiere a cualquier condición
(defecto o impedimento) física, mental o emocional que puede limitar la capacidad de
una persona para funcionar de manera normal.
Jesús mostró un gran interés por las personas discapacitadas: cojos, ciegos,
sordos, epilépticos y mutilados. Los aceptó completamente y atendió sus necesidades. El
consejero cristiano debe hacer lo mismo. La consejería puede requerir el desarrollo de
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formas de acercamiento creativas, el abandono de algunas técnicas favoritas y la creación
de una red de ayudantes. A pesar de su complejidad, esta puede ser una labor muy
gratificante, especialmente si el consejero ve a la persona discapacitada crecer en
destrezas, en estabilidad psicológica y madurez espiritual.
Aconsejando a Personas con Discapacidad Mental. El retardo mental es un
funcionamiento intelectual inferior al nivel promedio que se hace evidente antes de los
dieciocho años de edad y que interfiere seriamente con la capacidad de una persona para
alcanzar niveles de independencia personal y de responsabilidad social apropiados para
su edad y su cultura. Dependiendo del grado de impedimento, muchas personas con
discapacidad mental pueden desarrollar al menos algunas destrezas para hacerse cargo de
sí mismos, y algunos pueden desempeñar ocupaciones sencillas y satisfactorias. Las
familias de las personas con discapacidad mental deben aprender a convivir con ellos, de
la misma manera que muchas familias aprenden a aceptar la responsabilidad por el
cuidado y la atención de sus miembros de edad avanzada o que padecen enfermedades
crónicas. Estas familias a menudo necesitan apoyo y orientación práctica para ayudarles
a hacer frente a la situación.
Aconsejando a las Minorías.
La consejería transcultural es posible,
especialmente cuando el consejero está consciente de sus propios valores, tiene
conocimiento de la cultura y las formas de pensamiento de los grupos minoritarios, es
sensible a las diferencias individuales y a las expectativas del aconsejado, se siente
cómodo a pesar de las diferencias que existen entre él y el aconsejado, está dispuesto a
ser flexible en el uso de las técnicas de consejería y tiene un verdadero espíritu de
humildad y disposición de aprender.
Aconsejando a los Miembros de las Fuerzas Armadas. Como toda buena
consejería, la esencia de trabajar de manera efectiva con personas que sirven en las
fuerzas armadas es ser sensible al estrés que los afecta y estar dispuesto a comprender la
singularidad de la vida militar.
Aconsejando a Prisioneros y sus Familias. Esta clase de consejería requiere
métodos de acercamiento específicos que no se aplican en ninguna otra área de
consejería. Los prisioneros y sus familias viven bajo mucho estrés, pero tienen más
libertad para controlar algunas de sus propias circunstancias y planificar para el futuro.
Para que la consejería sea realmente efectiva es esencial comprender las circunstancias
particulares de los aconsejados.
La Consejería y el Síndrome Premenstrual. Las mujeres lo han experimentado
por siglos; algunas personas desinformadas e insensibles (usualmente hombres) han
hecho bromas sobre él; e incluso algunos médicos lo han descartado como una condición
mayormente psicológica. Sin embargo, hay creciente evidencia que demuestra que el
síndrome premenstrual es una condición real, basada en factores biológicos, que mes a
mes causa miseria a millones de mujeres. El consejero sensible debería estar consciente
de la realidad del síndrome premenstrual y debería reconocer que esta condición orgánica
recurrente puede hacer la vida miserable tanto para la mujer que la sufre como para su
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familia. Esta es una de las muchas condiciones físicas que pueden tener implicaciones
importantes en la consejería para personas de ambos sexos.
La Consejería y el SIDA. El SIDA es una enfermedad infecciosa causada por un
virus que ataca el sistema inmunológico y disminuye la capacidad del cuerpo para
combatir otras enfermedades. El curso de la enfermedad es impredecible y varía de
persona a persona. La mayoría de los investigadores concuerdan en que la prevención se
logra a través de la educación y el cambio de conducta. Los consejeros de personas
enfermas de SIDA han identificado varias situaciones terapéuticas que comúnmente
surgen al aconsejar a estos pacientes: (1) Hay sentimientos de ansiedad, ira, temor,
negación y desesperación. (2) A menudo hay un sentido de aislamiento y enajenación.
(3) Con frecuencia hay una disminución severa de la autoestima, especialmente si el
enfermo de SIDA siente culpa por la conducta sexual que lo llevó a contraer la
enfermedad. (4) Algunas personas se apresuran a sacar conclusiones basadas más en
rumores y en información equivocada que en hechos concretos. (5) Es difícil hablar con
la familia sobre la enfermedad, relacionarse con los padres y enfrentar el cúmulo de
emociones de los miembros de la familia.
La Amargura y la Pregunta del Por Qué. La amargura es una actitud de enojo
y resentimiento sobre lo que parece ser una queja justificada. Es fácil sentir amargura
cuando la vida parece ser injusta. Hay momentos en los que experimentamos dolor
debido a nuestras propias acciones. Sin embargo, no podemos saber con certeza por qué
las personas sufren. Lo que sí sabemos es que la amargura y la actitud de venganza no
hacen que las cosas mejoren. Sabemos que Dios es compasivo, omnisciente,
absolutamente sabio, completamente justo y siempre está presente. Tanto el aconsejado
como el consejero deben reconocer la verdad absoluta de que el Dios del universo,
soberano y compasivo, está consciente de nuestros problemas y Él siempre está en
control.
Aconsejando al Consejero
La consejería cristiana puede tener una variedad de objetivos, pero en el corazón
de la consejería está el esfuerzo de ayudar a las personas a encontrar paz con Dios, paz
con los demás y paz consigo mismos. La verdadera paz, para el aconsejado y para el
consejero, proviene de Dios. Al igual que con todos los demás frutos del Espíritu Santo,
la paz se adquiere a través del ejercicio y la disciplina espirituales – meditando en la
Palabra de Dios y aplicándola a nuestra vida bajo la dirección de un maestro, el Espíritu
Santo.
La Espiritualidad del Consejero
Muchos consejeros acaban agotados en sus esfuerzos por ayudar a otros. Ninguna
persona puede hacerlo todo y nadie puede dar indefinidamente. Tratar de hacerlo
conduce al agotamiento físico y a la sequedad espiritual. Para prevenir esto, o para
ayudarnos cuando las demandas de los demás nos han dejado vacíos, necesitamos ser
renovados. Esta renovación viene de diversas fuentes: (1) Retirarse – En ocasiones, en
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medio de un ministerio ocupado, Jesús tomó tiempo para retirarse. Las personas lo
buscaban, y muchos necesitaban sanidad, pero Jesús tomó el tiempo para recibir la
renovación que necesitaba. (2) Prioridades. No es fácil tomar decisiones sobre nuestras
prioridades. Algunas veces esto implica decir no, lo cual puede hacernos sentir
culpables, especialmente cuando amigos creyentes, aconsejados potenciales, mentores, u
otras personas nos hacen sentir culpables. Sin embargo, debemos vivir una vida centrada
en Dios y dirigida por Dios, no una vida centrada en la necesidad. (3) Personas. Quienes
trabajamos con personas a menudo queremos alejarnos de ellas al final de un día
ocupado. La espiritualidad cristiana, la integridad personal y la estabilidad mental rara
vez (si es que alguna vez) sobreviven en aislamiento. (4) Poder. La oración constante y
la meditación diaria en la Palabra de Dios nos permiten conocer a Dios, y nos capacitan
para obedecerle y servirle más plenamente como sus siervos y consejeros.
El Estilo de Vida del Consejero
Nuestra vida debe estar caracterizada por el servicio y la santidad. Somos
llamados a vivir en semejanza a Cristo y a realizar acciones que demuestren Su amor. Si
queremos maximizar nuestra efectividad como consejeros debemos procurar la santidad,
ejerciendo control sobre nuestro propio estilo de vida y nuestra manera de pensar.
La Relevancia del Consejero
Es importante que el consejero se mantenga actualizado en su profesión. Esto se
puede lograr a través de (1) conferencias y seminarios, (2) revistas, (3) libros, y (4) otros
recursos como capacitación continua, cursos por correspondencia, boletines informativos,
recursos de audio y video, entre otros.
El Legado del Consejero
Se ha dicho que el diccionario es el único lugar donde el éxito se encuentra antes
que el trabajo. Esto es cierto en casi todos los caminos de la vida, y más especialmente
en el campo de la consejería. El trabajo y el éxito del consejero se miden en vidas
cambiadas. En ocasiones vemos estos cambios; a menudo no los vemos. Algunas veces
nos anima nuestro trabajo, aunque no con frecuencia. El legado supremo de todo
consejero cristiano es ser un siervo fiel – entregarse a sí mismo para honrar a Dios y
servirle al servir a otros. No hay mejor objetivo ni mayor señal de éxito para el
consejero.
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CONSEJERÍA CRISTIANA, RE 204
LECCIÓN 15- PREGUNTAS DE ESTUDIO
Problemas Espirituales
Otros Problemas
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1. ¿Cuál es el punto de vista de Freud con respecto a la religión que es aun aceptado por
algunos consejeros?
2. ¿Cuál es el objetivo de la vida cristiana?
3. ¿Hacia qué iban dirigidos los ataques más fuertes de Jesús durante su tiempo en la
tierra?
4. ¿Cuáles son los tres problemas principales con los que han luchado los cristianos y que
parecen socavar o reprimir el crecimiento espiritual?
5. ¿Cuáles son las nueve carencias de los ingredientes básicos necesarios para la salud y
el crecimiento cristianos?
6. ¿Cuáles son las dos oraciones en las que Pablo expresó su propósito en la vida?
7. ¿Cuáles son cuatro elementos que involucra la consejería espiritual?
8. ¿Qué se entiende por el término “discapacidad”?
9. ¿Cuáles son cinco situaciones terapéuticas que comúnmente surgen al aconsejar a
personas enfermas de sida?
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10. ¿Qué se encuentra en el corazón de la consejería cristiana?
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CONSEJERÍA CRISTIANA, RE 204
BIBLIOGRAFÍA
Adams, Jay E.
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Mack, Wayne A.
Nelson, Carol
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Tucker, Ruth
Capacitado para Orientar
La Gran Sombrilla
Manual del Consejero Cristiano
Consejería Cristiana
Baby Boomer Blues
Family Shock
Consejería Cristiana Efectiva
Consejería Bíblica Efectiva
Plain Talks on Parenting
Raising Teenagers Right
Disciplina con Amor
Point Man
El Líder Cristiano como Consejero
Introducción a la Consejería Bíblica
Dear Angie, Your Family is Getting a Divorce
Consejería Pastoral
Escogencias Múltiples
(Este curso fue desarrollado, compilado y editado por Charles y Lottie Tryon, Bible
Fellowship Colleges).
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