Subido por aylen nuñez

monografia derecho sexual

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INDICE
1. INTRODUCCION ……………………………………………….. Pág. 2
2. DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS ..………… Pág 3
3. LA OMS Y LOS DERECHOS SEXUALES ..……………….... Pág 7
4. IDENTIDAD DE GENERO Y ORIENTACION SEXUAL …… Pág 8
5. LIBERTAD Y SEGURIDAD DE EXPRESION ……………… Pág 11
6. CONCLUSIONES …………………………………………….. Pág 12
7. BIBLIOGRAFIA ……………………………………………….. Pág 14
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INTRODUCCION
El siguiente trabajo tiene como finalidad identificar los derechos sexuales y
reproductivos, como así también la identidad de género y orientación sexual de
las y los adolescentes para que sean reconocidos, garantizados y respetados
en el marco de los Derechos Humanos. Previo a ello, se definirán algunos
conceptos relacionados.
La coexistencia de distintos grupos culturales en una comunidad política
plantea un problema de la concepción de la ciudadanía. Para el liberalismo, lo
que distingue a la ciudadanía democrática es que trata a las personas como
individuos con iguales derechos ante la ley. En cambio, el reconocimiento de
las minorías lleva a que los derechos de sus miembros, dependan, al menos en
parte, de su pertenencia a un grupo.
Acerca de si son conciliables ambas posturas, Will Kymlicka, lo intenta en su
libro “Ciudadanía Multicultural”.
En ciudadanía multicultural, Kymlicka realiza un análisis de la integración de las
minorías culturales en sociedades con una cultura mayoritaria dominante.
Con independencia de que se compartan o no algunas de sus opiniones, buena
parte del libro se nutre de datos históricos documentados que contribuyen a
aumentar los conocimientos de cualquier persona. De moto tal que es un buen
aporte para aquellos que exageran el derecho a su cultura y no respetan los
derechos de los demás, y para quienes escapan a las diferencias.
Kymlicka parte de una teoría liberal del Estado, pero a la vez intercede por la
identidad cultural de los grupos sociales.
Conviene aclarar que el liberalismo que defiende no es que el hoy se identifica
con el neoliberalismo económico. Cuando a lo largo del texto se habla de
“principios liberales”, en muchas ocasiones ese término equivale a defender los
derechos civiles individuales, que fueron reclamados por el liberalismo.
Este liberalismo insiste en que la base de las sociedades democráticas
modernas es el respeto a todas las personas consideradas como libres e
iguales.
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Kymlicka intenta demostrar que la teoría política liberal no debe defender sólo
los derechos de los individuos, sino también los derechos de los diferentes
grupos culturales. Sostiene que "una teoría liberal de los derechos de las
minorías debe explicar cómo coexisten los derechos de las minorías con los
derechos humanos, y también cómo los derechos de las minorías están
limitados por los principios de libertad individual, democracia y justicia social.
Tal explicación constituye justamente el objetivo de este libro.
Los derechos sexuales y reproductivos están en un constante proceso de
reconocimiento y legitimación a nivel mundial. Cabe señalar que mucho de lo
que se ha logrado hoy en día ha sido gracias a los esfuerzos de los
movimientos de mujeres en todo el mundo para que sean reconocidos sus
derechos, no solo sexuales y reproductivos, sino el derecho a
la no
discriminación en cualquier aspecto de la vida diaria, equidad de género, etc.
No hay que olvidar que durante mucho tiempo, las mujeres han sido
consideradas una minoría y en relación de subordinación frente al hombre,
donde el rol principal en sociedad era el de ser madres.
DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS
Los derechos sexuales y reproductivos son Derechos Humanos, y estos han
ido cobrando mayor vigencia en todo el mundo a través de las diversas
Conferencias Internacionales convocadas por la Organización de las Naciones
Unidas. En ellas se detectó la necesidad, en sus primeros momentos para que
los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres sean reconocidos por
la sociedad, así como por parte del Estado. Sin embargo, con el transcurso de
los años, estas Conferencias han puesto énfasis en la importancia de que los
derechos sexuales y reproductivos de las y los adolescentes sean igualmente
reconocidos y garantizados, e instan a los países a que emprendan
las acciones pertinentes al respecto.
La sexualidad es parte de la personalidad, la manera de expresarla y vivirla es
diferente en cada persona, en tanto, la adolescencia, como etapa del ciclo vital
humano, se caracteriza por cambios biológicos, psicológicos y sociales.
La sexualidad es una parte integral de la personalidad, está presente durante
toda la vida del ser humano desde el nacimiento hasta la muerte y la manera
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de manifestarla y vivirla es diferente en cada persona, así como su forma de
expresión varían según cada época de la vida.
Los Derechos Sexuales y Reproductivos en las y los adolescentes implican el
tener acceso a información y servicios de calidad que les ayuden a alcanzar el
grado de madurez necesario para adoptar decisiones en forma responsable,
comprender su sexualidad y protegerse contra los embarazos no deseados,
infecciones de transmisión sexual, e incluso contra abusos sexuales.
De esta manera se fomenta una conducta reproductiva y sexual, responsable y
sana, y al mismo tiempo acceder a todos los medios necesarios para vivir una
vida plena.
Los derechos reproductivos abarcan ciertos derechos humanos que ya están
reconocidos en las leyes nacionales, en los documentos internacionales sobre
derechos humanos y en otros documentos pertinentes de las Naciones Unidas
aprobados por consenso. Se basan en el reconocimiento del derecho básico de
todas las parejas e individuos a decidir libre y responsablemente el número de
hijos, el espaciamiento de los nacimientos y el intervalo entre éstos y a
disponer de la información y de los medios para ello y el derecho a alcanzar el
nivel más elevado de salud sexual y reproductiva.
Se establece también que dentro de esta definición se incluye el derecho a
"adoptar decisiones relativas a la reproducción sin sufrir discriminación,
coacciones ni violencia, de conformidad con lo establecido en los documentos
de derechos humanos. Como parte de este compromiso, se debe prestar plena
atención, a la promoción de relaciones de respeto mutuo e igualdad entre
hombres y mujeres.
Los Derechos Reproductivos comprenden, sin que la enumeración sea
limitativa:
-
Derecho de las personas para controlar y decidir sobre su propio cuerpo.
-
Derecho a recibir servicios de salud de calidad donde no exista
discriminación en relación con la edad, sexo, orientación sexual, estado
civil.
-
Derecho a recibir información sobre métodos de planificación familiar
seguros, tener acceso a ellos y poder elegirlos libremente sin ningún tipo
de coacción.
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-
Derecho a recibir tratamiento en caso de infertilidad.
-
Derecho a la atención durante el embarazo, el parto y después de un
aborto, entre otros.
En cuanto a los derechos sexuales:
-
Derecho a disfrutar de la sexualidad sin necesidad de procrear.
-
Derecho a la libre elección de prácticas sexuales.
-
Derecho a formar o no una familia y a elegir libremente la estructura de
ésta.
-
Derecho a vivir una vida libre de violencia sexual: libertad para decidir
tener relaciones sexuales o no, el momento y la pareja.
-
Derecho a que se respete en la intimidad.
-
Derecho a la libre expresión de su orientación sexual, así como la
regulación de las distintas situaciones que se desprenden de su ejercicio
cotidiano.
-
Derecho a recibir información y/o educación sobre sexualidad, entre
otros.
La Asociación Mundial de Sexología, en su Declaración sobre los Derechos
Sexuales define a los mismos como "derechos humanos universales basados
en la libertad, dignidad e igualdad inherentes a todos los seres humanos."
Asimismo señala que como la salud es un derecho humano fundamental, "la
salud sexual debe ser un derecho humano básico". Del mismo modo expresa
que la salud sexual es el resultado de un ambiente que reconoce respeta y
ejerce los siguientes derechos sexuales que deben ser reconocidos,
respetados y defendidos:
-
El derecho a la libertad sexual: La libertad sexual abarca la posibilidad
de la plena expresión del potencial sexual de los individuos. Sin
embargo, esto excluye toda forma de coerción, explotación y abuso
sexuales en cualquier tiempo y situación de la vida.
-
El derecho a la autonomía, integridad y seguridad sexuales del cuerpo:
Este derecho incluye la capacidad de tomar decisiones autónomas sobre
la propia vida sexual dentro del contexto de la ética personal y social.
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También están incluidas la capacidad de control y disfrute de nuestros
cuerpos, libres de tortura, mutilación y violencia de cualquier tipo.
-
El derecho a la privacidad sexual: Este involucra el derecho a las
decisiones y conductas individuales realizadas en el ámbito de la
intimidad siempre y cuando no interfieran en los derechos sexuales de
otros.
-
El derecho a la equidad sexual: Este derecho se refiere a la oposición a
todas las formas de discriminación, independientemente del sexo,
género, orientación sexual, edad, raza, clase social, religión o limitación
física o emocional.
-
El derecho al placer sexual: El placer sexual, incluyendo el autoerotismo,
es fuente de bienestar físico, psicológico, intelectual y espiritual.
-
El derecho a la expresión sexual emocional: La expresión sexual va más
allá del placer erótico o los actos sexuales. Todo individuo tiene derecho
a expresar su sexualidad a través de la comunicación, el contacto, la
expresión emocional y el amor.
-
El derecho a la libre asociación sexual: Significa la posibilidad de
contraer o no matrimonio, de divorciarse y de establecer otros tipos de
asociaciones sexuales responsables.
-
El derecho a la toma de decisiones reproductivas, libres y responsables:
Esto abarca el derecho a decidir tener o no hijos, el número y
espaciamiento entre cada uno, y el derecho al acceso pleno a los
métodos de regulación de la fecundidad.
-
El derecho a información basada en el conocimiento científico: Este
derecho implica que la información sexual debe ser generada a través
de la investigación científica libre y ética, así como el derecho a la
difusión apropiada en todos los niveles sociales.
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-
El derecho a la educación sexual integral: Este es un proceso que se
inicia con el nacimiento y dura toda la vida y que debería involucrar a
todas las instituciones sociales.
-
El derecho a la atención de la salud sexual: La atención de la salud
sexual debe estar disponible para la prevención y el tratamiento de todos
los problemas, preocupaciones y trastornos sexuales.
LA OMS Y LOS DERECHOS SEXUALES
En al año 1975 la OMS realizó la primera reunión de expertos en materia de
sexología, en esa época todavía no se hablaba de derechos sexuales, pero
estos estaban presentes de manera implícita en sus recomendaciones.
Según esta organización, “los derechos sexuales abarcan derechos humanos
reconocidos por leyes nacionales, documentos internacionales y otros
acuerdos de consenso que incluyen el derecho de todas las personas, libres de
coerción, discriminación y violencia y un mayor estándar de salud, en relación a
la sexualidad, incluyendo el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva”.
Para la OMS, resulta evidente que, la conculcación de los derechos sexuales,
puede producir un impacto negativo en numerosos aspectos de las relaciones:
sobre la salud en general; causar sufrimiento y traumatismos físicos y
psicológicos; aumento de las infecciones de transmisión sexual, como riesgo
de VIH incluyendo a la descendencia; embarazos no deseados; anticoncepción
y abortos no seguros; violencia sexual en ambos sexos, mucho más frecuente
en la mujer; tráfico sexual y prostitución infantil; violencia sexual durante los
conflictos armados; prácticas tradicionales nocivas, como las mutilaciones
genitales y los matrimonios forzados de niñas y adolescentes; impacto muy
negativo sobre la salud de la infancia y adolescencia; soportar relaciones
sexuales machistas sin ningún respeto a sus derechos y a su libertad; etc.
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IDENTIDAD DE GÉNERO Y ORIENTACIÓN SEXUAL
La clave para comprender los límites a la titularidad y el ejercicio de derechos
por parte de personas no heterosexuales pasa por la división entre lo público y
lo privado. Desde la Constitución Nacional de 1853, todo aquello que depende
del orden privado de los individuos, en la medida en que no afecte el orden
público, se considera legalmente permitido. Para el derecho, basándose en el
artículo 19 de la Constitución Nacional, las relaciones de dos personas libres y
capaces que no ofenden la "moral pública" integran el ámbito de su privacidad,
por lo que ninguna persona puede ser perseguida penalmente ni discriminada
arbitrariamente en razón de su orientación sexual
La igualdad jurídica es una condición necesaria para que existan sujetos de
derechos sexuales sin distinción de sexo u orientación sexual. Como
contrapartida, la desigualdad jurídica ha condicionado el ejercicio de una vida
sexual placentera y segura.
La condición de travesti (o de "trans" en sentido amplio) parece obliterar el
"derecho a tener derechos" que por principio gozan todos los ciudadanos: la
discriminación juega un papel tan determinante que limita o directamente anula
el ejercicio de derechos tales como a la educación, a la salud en sentido
estricto y sentido amplio, a un trabajo digno, a circular libremente, a la vivienda,
al reconocimiento de su identidad de género en hospitales, prisiones, etc. El
sistema de salud argentino no brinda servicios específicos para las travestis,
tales como implantación de siliconas o tratamientos hormonales, los cuales son
realizados en condiciones riesgosas.
Respecto de las intervenciones quirúrgicas, existen al menos dos tipos de
casos: los de personas intersexuales y los de personas transexuales. A riesgo
de esquematizar un debate complejo, se puede decir que los "estados
intersexuales" implican discordancias entre las distintas dimensiones biológicas
del sexo de una persona, por lo que se requiere una intervención quirúrgica
para definir o determinar cierto sexo y rectificar la documentación. Por su parte,
la persona transexual no presenta ambigüedad sexual o genital desde el punto
de vista estrictamente biológico; lo que sucede es que la persona se identifica
con un género distinto a su sexo biológico, por lo que demanda un cambio o
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adecuación al otro sexo mediante intervenciones quirúrgicas o, en el caso de
ya haber sido operada, solicita una rectificación documental.
Ahora bien, ¿Qué sucede con los niños y adolescentes transgénero y el acceso
a la justicia?
Para realizar un análisis más detallado de este aspecto, tomaremos el texto de
“Acceso a la Justicia de Niñxs y Adolescentes transgénero” por Laura Saldivia
Menajovsky.
En el mismo se analiza la experiencia de “Nati”, quien con solo catorce años,
contando con el apoyo de sus Padres, solicitó la autorización judicial para el
cambio de nombre en su documento nacional de identidad. Y no sólo su
cambio de nombre, sino que también solicito autorización para que se le
practique una intervención quirúrgica feminizante de sus órganos genitales.
En este caso se puede ver como el Juez demoró tres años para tomar una
decisión, lo cual hizo luego de que la Cámara de Apelación de Córdoba le
ordenara que se pronunciara.
Nati obtuvo de manera favorable el pedido de reconocimiento de su derecho a
la identidad de género. A pesar de ello, la adolescente tuvo que exponerse al
examen posmenorizado tanto médico como judicial, no solo de su vida sino
también de su identidad y su cuerpo.
A pesar de su pedido de que se reconozca su identidad femenina, el Juez
insistió
en
llamarla
como
“varón”,
todo
ello,
cargado
de
prejuicio,
estigmatización y violencia.
Esta experiencia, pertenece a la época anterior a la ley, en la cual los jueces
determinaban el género de una persona independientemente de su propia
voluntad.
En el panorama actual de la legislación convergen las características de
nuestro ordenamiento jurídico y político; el trabajo de los movimientos sociales,
como el del movimiento de mujeres y las organizaciones de la sociedad civil,
para lograr tanto la sanción como la implementación de las leyes; las
discusiones académicas de las últimas décadas sobre salud y derechos, y
sexualidad y reproducción y, finalmente, la hasta ahora irresoluble discrepancia
entre los sectores que apoyan la autodeterminación sexual y reproductiva y los
más conservadores de esta sociedad, que no desisten de sus intentos de
impedirla.
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En síntesis, uno de los puntos débiles no es la ausencia de leyes de salud
sexual y reproductiva sino de políticas públicas, ya sea por la falta de voluntad
política, la permanencia de conflictos que estaban presentes en la redacción de
las leyes, y la brecha – por cuestiones presupuestarias, burocráticas o propias
de la dinámica jurídica, como los vetos totales o parciales, las modificaciones
de artículos, entre otros aspectos – que se produce entre formular e
implementar una política.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la organización Panamericana
de la Salud (OPS) proponen las siguientes definiciones:
Por un lado, la identidad de género define el grado en que cada persona se
identifica como masculina o femenina, o alguna combinación de ambos. Es el
marco de referencia interno, construido a través del tiempo, que permite a los
individuos organizar un autoconcepto y comportarse socialmente en relación
con la percepción de su propio sexo y género.
La identidad de género determina la forma en que las personas experimentan
su género, y contribuye al sentido de identidad, singularidad y pertenencia.
Por otro lado, en cuanto a la orientación sexual, esta es la organización
específica del erotismo y el vínculo emocional de un individuo en relación con
el género de la pareja involucrada en la actividad sexual. La orientación sexual
puede manifestarse en forma de comportamientos, pensamientos, fantasías o
deseos sexuales, o a través de una combinación de estos elementos.
La orientación sexual es diferente de la conducta sexual porque se refiere a los
sentimientos y al concepto de uno mismo. Las personas pueden o no expresar
su orientación sexual en sus conductas.
Existen muchas teorías acerca de los orígenes de la orientación sexual de una
persona. La mayoría de los científicos en la actualidad acuerdan que la
orientación sexual es más probablemente el resultado de una interacción
compleja de factores biológicos, cognitivos y del entorno. En la mayoría de las
personas, la orientación sexual se moldea a una edad temprana.
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LIBERTAD Y SEGURIDAD DE EXPRESION
La confianza, la libertad y la seguridad para expresar ideas, opiniones y pedir
ayuda en cuanto a la orientación sexual adquiere una relevante importancia en
la vida de los seres humanos, ya que compartir ese aspecto de sí mismos con
los demás es central para la salud mental.
De hecho, se detectó que el proceso de desarrollo de identidad de las
lesbianas, hombres gay y bisexuales denominado "destape" (revelación de su
orientación sexual) se encuentra totalmente relacionado con la adaptación
psicológica; cuanto más positiva es la identidad gay, lesbiana o bisexual, mejor
es la salud mental de una persona y mayor es su autoestima.
Para algunas personas gay y bisexuales el proceso de "destape" es difícil pero
para otras no lo es. Con frecuencia, las personas lesbianas, gay y bisexuales
sienten miedo, se sienten diferentes y solas cuando se dan cuenta de que su
orientación sexual es diferente de la norma imperante en la comunidad. Esto
resulta especialmente cierto para personas que perciben su orientación gay,
lesbiana o bisexual en la niñez o adolescencia, lo que no es raro. Y
dependiendo de sus familias y comunidades, pueden tener que luchar contra
los prejuicios y la falta de información sobre la homosexualidad.
Los niños y adolescentes pueden sentirse especialmente vulnerables a los
efectos nocivos de los prejuicios y estereotipos. También pueden temer ser
rechazados por la familia, amigos, compañeros de trabajo e instituciones
religiosas. Algunas personas gay deben preocuparse por perder sus empleos o
ser objeto de actos de hostilidad en la escuela si se descubre su orientación
sexual.
Lamentablemente, las personas gay, lesbianas y bisexuales tienen un mayor
riesgo de ser objeto de ataques físicos y violencia que las heterosexuales.
Estudios realizados indicaron que casi una quinta parte de todas las lesbianas
y más de una cuarta parte de todos los hombres gay que participaron en el
mismo, fueron víctimas de un delito motivado por odio basado en su orientación
sexual. La mitad de todos los jóvenes participantes en el estudio admitieron
alguna forma de agresión antigay, que va desde insultos hasta violencia física.
En el capítulo de “Las Facetas de la Justicia” por Mariano Fernández Valle, del
texto Travestis, Mujeres Transexuales y Tribunales, es posible observar este
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problema a través de entrevistas que fueron realizadas a diversas personas en
relación con el sistema de justicia.
Estas experiencias presentan la misma característica, y es que están
vinculadas con la violencia institucional que sufren travestis y mujeres
transexuales. Esta violencia no es sólo por su identidad de género, sino
también por otras variables como su situación socioeconómica, nacionalidad,
condición migratoria, etnia, edad, entre otras. Todas ellas, definen un acceso
desigual a derechos.
Es probable que al concienciar a todas las personas sobre su orientación
sexual y homosexualidad se reduzcan estos prejuicios. La información precisa
sobre la homosexualidad resulta especialmente importante para los jóvenes
que están apenas descubriendo y buscando entender su sexualidad.
Aproximadamente el 83% de las personas trans y travestis han sido víctimas
de graves actos de violencia y discriminación policial. La población trans y
travesti tiene, actualmente, un promedio de vida de entre 38 y 45 años y se
estima que el 80% de las mujeres trans y travestis se encuentran en situación
de prostitución.
El retroceso durante los últimos dos años en relación a la garantización de los
derechos de las personas trans ha sido notable, y se hace complejo pensar,
por ahora, en que la Ley de cupo llegue a tener alcance nacional.
Las declaraciones relevadas en cuanto a la posibilidad de interponer denuncias
por violencia institucional, son poco alentadoras y manifiestan estos prejuicios
sociales e institucionales hacia ciertos colectivos sociales en particular.
CONCLUSIONES
Las acciones educativas sobre sexualidad en la adolescencia permiten a los
jóvenes tomar decisiones fundamentadas sobre su sexualidad y su salud,
prepararse para la vida y mejorar su conducta hacia modos de actuación
responsables, con lo cual logran preservar la salud, la calidad de vida.
La labor de los actores responsables de formar a los adolescentes, o sea, la
familia, la escuela y la comunidad, no debe encaminarse a privar al
adolescente del derecho a elegir las formas de vivir su sexualidad, pero sí debe
dirigirse a capacitarlos para que logren una elección que no perjudique sus
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proyecciones sociales pues al estar insertados en la sociedad, deben ser
conscientes y responsables de sus conductas y actitudes individuales y
grupales.
Las y los adolescentes como sujetos de derechos, gozan de todos los derechos
humanos y por tanto gozan de derechos sexuales y reproductivos. No obstante,
debe entenderse el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos en las y
los adolescentes en concordancia con el Principio del Interés Superior del Niño,
reconocido en la Convención sobre los Derechos del Niño así como en nuestra
legislación nacional. El mismo responde según la "capacidad evolutiva" del
niño, condición de vida y normas culturales.
La violación e impedimentos al ejercicio de estos derechos por parte de
individuos y de Estados, puede limitar el que las y los adolescentes realicen un
proyecto de vida.
Sobre los Derechos Sexuales vale la pena señalar que los mismos abarcan
temas que anteriormente no se mencionaban por considerárseles tabú, tales
como la orientación sexual, el placer sexual o la privacidad sexual.
Cabe resaltar que si bien el tema de reproducción ha estado siempre
relacionado con la mujer, los derechos sexuales y reproductivos abarcan
también y en igual medida a los hombres.
El desarrollo pleno de la sexualidad es esencial para el bienestar individual,
interpersonal y social. Los derechos sexuales son derechos humanos
universales basados en la libertad, dignidad e igualdad inherentes a todos los
seres humanos. Dado que la salud es un derecho humano fundamental, la
salud sexual debe ser un derecho humano básico. Para asegurar el desarrollo
de una sexualidad saludable en los seres humanos y las sociedades, los
derechos sexuales, expuestos a continuación, deben ser reconocidos,
promovidos, respetados y defendidos por todas las sociedades con todos sus
medios.
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BIBLIOGRAFIA
Aguirre Baztan, Angel. Psicología de la Adolescencia. Editorial Boixareu
Universitaria. España, 1994
Bodnar, Paula. Derechos Reproductivos de la Población Adolescente. Debate
Legislativo de la Ley de Salud Reproductiva y Procreación Responsable.
Síntesis de Investigación. Buenos Aires. Mayo, 2000
Rodríguez García Y, Oliva Díaz JA, Gil Hernández A. La sexualidad en los
adolescentes: algunas consideraciones.
Kymlicka, Will, “Ciudadanía multicultural. Una teoría liberal de los derechos de
las minorías”, Paidós, Barcelona, Capítulos 2 y 3, Año 1996.
Travestis, mujeres transexuales y tribunales: Hacer Justicia en la Ciudad de
Buenos Aires. Capítulos XXX, Editorial Jusbaries, Año 2018, textos
seleccionados. (“Las Facetas de la Justicia” por Mariano Fernández Valle;
“Acceso a la Justicia de Niñxs y Adolescentes transgénero” por Laura Saldivia
Menajovsky).
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