Palabras inicio Secretario Gobernación Cundinamarca

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Primer Congreso Internacional: Innovación Pedagógica, Digitalidad y
Desarrollo Regional
Palabras del Secretario de Educación de Cundinamarca, doctor Álvaro Díaz
Garavito
Es para mí motivo de inmensa satisfacción participar en la apertura del Primer
Congreso Internacional sobre innovación pedagógica, digitalidad y desarrollo
regional de la Escuela Normal Superior de Ubaté, evento que convoca en el día
de hoy, no solamente a la comunidad educativa de la provincia y del
Departamento, sino a expertos de otras latitudes.
Las sociedades de hoy, caracterizadas por la globalización de todos sus procesos
y el nuevo ordenamiento de la economía
generan grandes exigencias en la
formación y cualificación de todos los ciudadanos, para que de manera equitativa
se desempeñen en un mundo cada vez más competitivo.
Y una de las formas de democratizar el conocimiento y posibilitar la inclusión de
todos al conocimiento es viabilizar el acceso a las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación.
Qué importante que sea precisamente una escuela normal superior, una
institución formadora de formadores, la que impulse en la región el auge de estas
competencias y se proyecte como centro de desarrollo pedagógico, para estudiar
y mejorar los procesos de acceso y gestión de conocimiento.
La sociedad del conocimiento, la información y el aprendizaje permanente obligan
a los maestros a plantear en el aula estrategias estimulantes y actualizadas, que
apunten a formar estudiantes competitivos para un entorno global.
De allí la importancia de aproximarse al uso de las tecnologías de la información y
la comunicación desde dos dimensiones: una, que consiste en un proceso de
apropiación personal, y otra, de apropiación profesional o uso pedagógico, a
través del cual se potencia el desarrollo de competencias comunicativas,
colaborativas, pedagógicas, técnicas, tecnológicas y éticas, de manera que se
pueda desarrollar el quehacer pedagógico con eficiencia y eficacia.
Así será posible gestionar conocimiento y aprovechar las oportunidades para
participar del trabajo en redes y comunidades virtuales, que permitan diversificar
los procesos y crear situaciones de aprendizaje que estimulan las potencialidades
propias y de sus estudiantes.
Por otra parte, la participación que debe formar parte de todo proyecto educativo,
se ve reforzada con la democratización de la información a la cual es cada vez
más fácil acceder y resulta más factible para todos, en lo que puede considerarse
una revolución tecnológica.
Esta revolución constituye un elemento esencial para comprender el fenómeno de
la modernidad, en la medida en que crea nuevas formas de socialización y nuevas
formas de definir la identidad individual y colectiva. Con la extensión de las
tecnologías, y de las redes informáticas se favorece la comunicación con los
demás, a veces a escala mundial. Sin embargo, para algunos el mundo virtual
puede llevar a una pérdida del sentido de la realidad.
Lo cierto es que el conocimiento hoy transita por las autopistas de la información
y su repercusión en nuestras maneras de informarnos y aprender es inevitable y
masiva.
Es importante comprender la naturaleza de las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación y tener claridad sobre los interrogantes
fundamentales: los contenidos, la interactividad que se genera, la relación entre
las necesidades de encontrar la información y la exploración en la red, las nuevas
formas de funcionamiento social, las nuevas relaciones se generan entre los
individuos, las nuevas tensiones entre controles y libertades, etcétera.
Un riesgo posible consiste en la generación de desequilibrios ocasionados entre
las sociedades y los grupos que se adapten a esas tecnologías y los que no lo
logran por falta de recursos financieros o de voluntad política. Pero también es
posible prever «saltos tecnológicos» que permitan a los países y regiones en
desarrollo apropiarse de tecnologías modernas, con enormes perspectivas para el
progreso, a partir de la ruptura del aislamiento y de la apertura a la comunicación
con todo el mundo.
En el campo de la investigación científica, se puede dar acceso a bases de datos
que permiten a los investigadores de los países en desarrollo continuar sus
trabajos en sus países de origen evitando el éxodo de profesionales.
Para tratar de conjurar el peligro de las desigualdades entre quienes puedan
acceder a las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones y
quienes no tengan esa posibilidad,
se presenta a los responsables de los
sistemas educativos un doble reto: proporcionar a todos los ciudadanos el acceso
a la tecnología de la información y la comunicación y dotarlos de las capacidades
para seleccionar y jerarquizar los contenidos con sentido crítico, de manera que
se alcance el objetivo de la apropiación de los conocimientos.
Las tecnologías de la información y de la comunicación se pueden convertir en
medio de apertura muy importante en el campo de la educación no formal como
expresión de la democratización del conocimiento en la perspectiva de una
educación prolongada durante toda la vida. Y de esta forma el conocimiento ya no
será solamente uno de los principales polos de desarrollo, sino un factor de
realización personal.
De ahí la importancia de que todas las posibilidades que contienen las nuevas
tecnologías de la información y de la comunicación se pongan al servicio de la
educación.
Invito a los participantes en este evento tan importante a la reflexión juiciosa
sobre la responsabilidad que encarna colocarse a la altura de los avances de la
época y reconocerlos como una de las mayores revoluciones en la historia de la
humanidad, de la que solo seremos protagonistas si abrimos a ella nuestra mente
y nuestra voluntad.
UBATÉ, 8 DE AGOSTO DE 2011
Fuentes:
1. Delácote, G., Savoir apprendre. Les nouvelles méthodes, Paris, Odile
Jacob, 1996.
2. Urzúa, Raúl;
de Puelles,
Manuel y Torreblanca,
José Ignacio. “La
Educación como factor de desarrollo”, documento de consulta
presentado a la V Conferencia Iberoamericana de Educación. Buenos Aires
7 y 8 de septiembre de 1995.
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