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Historia del piano

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Historia del piano
Escuela de Tecnología Pianística de Buenos Aires
Cursos de afinación y reparación de pianos
www.tecnopiano.com
© 2015 Hugo José Landolfi – Todos los derechos reservados
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© 2015 Hugo J. Landolfi – Todos los derechos reservados
Escuela de Tecnología Pianística de Buenos Aires
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Sobre el autor: Prof. Lic. Hugo Landolfi
Hugo Landolfi es fundador y director de la Escuela de Tecnología Pianística de Buenos
Aires (www.tecnopiano.com), una escuela de formación de técnicos de pianos
profesionales que ha sido fundada en el año 1997 en Buenos Aires y que ya ha formado
centenares de técnicos profesionales de pianos en más de 30 distintos países del mundo.
Dicha escuela ofrece cursos de formación a distancia, mediante un moderno y novedoso
sistema educativo, en afinación, reparación y regulación profesional de pianos. Hugo es
autor exclusivo de los cursos que allí se dictan, siendo estos el Curso de afinación
profesional de pianos, el Curso de reparación profesional de pianos y el Curso de
regulación profesional de pianos. Dichos cursos han recibido numerosos premios a la
excelencia educativa y han sido recomendados por grandes maestros internaciones en
tecnología pianística incluyendo a Jim Coleman Sr., entre otros.
Hugo es técnico de pianos desde hace más de 20 años, ofreciendo uno de los servicios
más profesionales de servicio a pianos en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Su
amplia formación incluye el haberse graduado como técnico profesional de pianos en
las mejores escuelas del mundo y el haberse formado en las más famosas fábricas de
pianos como Steinway and Sons y Mason and Hamlin, entre otras.
Hugo posee también una profunda formación filosófica y pedagógica universitaria,
poseyendo los grados de Bachiller Universitario en Filosofía, Profesor Universitario en
Filosofía y Licenciado en Filosofía, todos por la Universidad del Norte Santo Tomás de
Aquino de Argentina. También es post graduado del curso de post grado en Liderazgo y
coaching organizacional por la Universidad de Belgrano, de Argentina.
Es autor de más de una veintena de libros, algunos de ellos best sellers, entre los que se
encuentran: De víctima a protagonista, Construye tu obra y rómpete, La esencia del
liderazgo y El hombre ante el olvido de Dios, entre otros. Entre los libros que ha
publicado que se encuentran relacionados con los pianos encontramos Teoría de
afinación de pianos, Evaluación de pianos usados e Historia del piano, entre otros.
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Breve historia del piano
Antecesores conceptuales y evolutivos del piano
Para conocer el origen del instrumento que nos ocupa debemos remontarnos a la
consideración de algunos otros instrumentos musicales más antiguos de los cuales el
piano es, de alguna manera, una evolución. Debemos mencionar, sin embargo, que
existen instrumentos que pueden considerarse antecesores del piano, en cuanto al
concepto de su construcción, tanto en occidente como en oriente. Es verdaderamente
complejo conocer con certeza cuáles de dichos instrumentos han sido antecesores
evolutivos del piano en occidente. A pesar de ello, mencionaremos aquellos
instrumentos que por su tipo de construcción y desarrollo hayan podido contribuir al
desarrollo posterior del piano.
Por otro lado se ha de mencionar que pueden considerarse antecesores del piano a
todos aquellos instrumentos antiguos que tensaban sus cuerdas sobre un arco o
plataforma. Dentro de ellos se encuentran dos grupos bien diferenciados: aquellos cuyas
cuerdas eran pulsadas con los dedos de la mano, por un lado, y aquellos cuyas cuerdas
eran percutidas con algún otro objeto, como un trozo de madera, por el otro.
El más antiguo instrumento musical que inicia la línea evolutiva que culmina en lo que
hoy conocemos como piano es el arpa, el cual es uno de los instrumentos musicales más
antiguos. Sus cuerdas eran pulsadas con los dedos de las manos, y las mismas se hallaban
dispuestas y tensadas sobre un bastidor o marco que podía construirse de diversos
elementos, aunque la madera era el más común. Varios historiadores indican que ya
existían formas rudimentarias de arpas en la prehistoria. La descripción más antigua de
un arpa de la que se tenga confirmación cierta proviene del antiguo Egipto, hace unos
4000 años antes de Cristo.
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Imagen de un antiguo arpista egipcio
En la imagen precedente se ilustra, ni más ni menos, a un arpista con un arco curvado y
con unas cuerdas tensadas sobre el mismo, las cuales eran pulsadas por el
instrumentista con los dedos de sus manos. Posteriormente se encuentra al arpa en
Sumeria, hacia el año 3500 antes de Cristo, y en Persia hacia el año 3000 a.C.
Por otro lado, como otro antiquísimo antecesor del piano, debemos considerar a la lira,
el cual es un instrumento que proviene de la antigua Grecia. Se tiene noticia de la imagen
más antigua de una lira, la cual proviene del sarcófago de Hagia Triada, el cual data del
año 1400 a.C. Se cree, sin embargo, que este instrumento es mucho más antiguo,
ubicando su nacimiento algunos historiadores, hacia el año 2000 o 2500 a.C.
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Fotografía del sarcófago de Hagia Triada donde se
pueden apreciar varias personas tocando la lira
La cítara es, finalmente, el tercero de este pequeño grupo de instrumentos que
suponemos como antecesores del piano. De la cítara también se dice que es uno de los
instrumentos más antiguos de la humanidad, llegando sus raíces históricas hasta la Edad
de Bronce, aproximadamente hacia el año 3000 a.C. La cítara se constituía como una
cuerda o conjunto de cuerdas tensadas entre dos puentes, pudiendo ser las cuerdas
pulsadas o golpeadas.
Utilicemos un poco nuestra imaginación y tratemos de pensar en un instrumento
musical que sea como una gran lira, como una gran arpa, o como una gran cítara, que
contenga una gran cantidad de cuerdas que, en lugar de ser puestas a vibrar por las uñas
de los dedos o por algún elemento punzante, sean puestas a vibrar mediante la
percusión de un pequeño martillo sobre las mismas. Si colocamos todo eso dentro de
un mueble fijo y estático, el instrumento imaginado será bastante similar a un piano. En
función de esto se puede lograr comprender la influencia que los instrumentos antiguos
mencionados han tenido en el desarrollo conceptual y evolutivo posterior del piano y, si
bien, no puede saberse de qué manera ha influido cada uno de ellos, sí podemos
vislumbrar en los mismos ciertas semillas conceptuales que luego van a germinar para
culminar dando con el piano, previo paso por otros instrumentos que le anteceden.
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Monocordio
Un instrumento posterior a los ya mencionados, aunque con ligeras variaciones, fue el
Monocordio. De un concepto similar a la cítara, su construcción se basaba en la
colocación de una sola cuerda (de allí su nombre: Mono: una, Cordio: cuerda)
considerablemente más larga que las de la lira y el arpa, vibrando sobre una pequeña
caja de resonancia construida de madera. Sobre este instrumento fue que los
pitagóricos, la famosa escuela de filosofía griega de la que in extenso hablaremos luego,
realizaron sus estudios sobre las relaciones entre los intervalos musicales y la longitud
de las cuerdas, entre otros estudios.
Salterio
El siguiente paso evolutivo lo constituyó el Salterio, un instrumento construido sobre los
principios del arpa pero con una forma trapezoidal en función de las distintas longitudes
de sus cuerdas. Poseía una rudimentaria tabla armónica y pequeños puentes tonales.
Estos dos elementos van a tener una importancia muy grande en la configuración del
sonido del piano. La forma trapezoidal del Salterio es la que más tarde se hace presente
en el diseño de los primeros Harpiscordios.
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Dulcimer
Una variación del salterio la encontramos en el Dulcimer el cual, siguiendo básicamente
los mismos principios de construcción que el salterio, estaba pensado para que sus
cuerdas no sean tocadas con las manos o con algún elemento punzante sino para que
sean percutidas mediante unos palillos de madera, análogos, de alguna manera, a los
posteriores martillos de los pianos.
El piano tal cual lo conocemos hoy en día se basa, entonces, en la integración de los
principios conceptuales de construcción de los instrumentos antiguos mencionados,
pero siendo diferente en el modo en que las cuerdas eran percutidas en el Dulcimer, que
no ya con las manos sino con un accesorio intermedio, lo cual en el piano se realiza
mediante martillos, los cuales son la culminación dinámica de un complejo mecanismo
que comienza en las teclas.
Se debe tener presente que los elementos conceptuales provenientes de los
instrumentos antiguos que han influido en la construcción del piano, han ido variando
de forma, tamaño y materiales de construcción, y han ido mutando a elementos más
complejos y eficientes. Estos elementos se pueden resumir en los siguientes: un bastidor
o marco, un esqueleto o estructura, unos puentes sobre los que se tensaban las cuerdas,
y un variado número de cuerdas tensadas a través de los mismos que vibran a una
determinada altura de una tabla o caja que se ocupa de amplificar su sonido. En los
instrumentos más antiguos, salvo en el Dulcimer, estas cuerdas, afinadas
convenientemente y de muy distintas maneras a lo largo de la historia y de las regiones
geográficas, eran tocadas, como dijimos, con los dedos.
Antecesores inmediatos del piano
La idea de interponer algún tipo de artefacto mecánico entre las cuerdas y los dedos, de
tal modo que aquellas no tengan ya que tocarse directamente con estos o con algún
accesorio, no es tan antigua y conforma uno de los últimos pasos en la evolución del
piano. Se supone que los primeros intentos en este sentido tuvieron lugar alrededor de
los siglos XII y XIII.
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Clavicordio
Entre estos instrumentos encontramos al Clavicordio, un instrumento en el cual las
cuerdas eran puestas a vibrar mediante una pieza metálica llamada “tangente” o
“brazo”. Dicha pieza tenía una forma similar a la de un destornillador plano. La misma
se apoyaba –no golpeaba– sobre las cuerdas y se quedaba en contacto con las mismas
durante la producción del sonido.
Brazo o tangente del Clavicordio apoyada sobre las cuerdas
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El Harpiscordio, en cambio, enganchaba las cuerdas con una especie de clavo o aguja.
Este clavo o aguja era puesto en movimiento desde un teclado accionado por los dedos.
Dicho teclado, mediante sistemas más o menos complejos de piezas de madera o metal,
resortes y paños, transmitía su movimiento al clavo o aguja. Este último “enganchaba”
la cuerda y la liberaba inmediatamente poniéndola a vibrar. Su mecanismo permitía una
muy rudimentaria variación sonora del volumen de cada nota, según con qué fuerza se
presionaran las teclas.
En el esquema precedente se pueden apreciar claramente los cuatro pasos de llevan al
accionamiento del mecanismo de los instrumentos de la familia del Harpiscordio, los
cuales se encuentran indicados con las letras A, B, C y D. Los números indican las partes
del mismo las cuales son:
1) Cabeza del apagador.
2) Paño del apagador.
3) Amortiguador.
4) Cuerda individual.
5) Plectro o púa.
6) Lengüeta.
7) Eje de la lengüeta.
8) Resorte de repetición.
9) Pulsador.
10) Rotación de la lengüeta.
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Harpiscordio
Al Harpiscordio también se lo conoce con el nombre de Clavecín, Arpicémbalo,
Clavicémbalo, Gravicémbalo o simplemente Clave. La diferencia que encontramos entre
ambos, es decir, entre el Clavicordio y el Harpiscordio, es que en este último las cuerdas
eran puestas a vibrar mediante un plectro o mediante la nervadura de plumas de aves y
en el primero, como dijimos, por la “tangente” o “brazo”. Otra de las diferencias que
poseía con el Clavicordio era que usualmente tenía dos teclados, uno encima de otro,
aunque los había también de un solo teclado. Su mecanismo no permitía variar la
intensidad del sonido en función de que tan fuerte se presionara la tecla, a diferencia
del Clavicordio en el cual era posible variar levemente la potencia del sonido, lo cual
coloca al mecanismo de dicho instrumento mucho más cerca evolutivamente del
posterior Piano-Forte.
De este modo, en los años previos a la aparición del primer piano, se encuentran una
gran cantidad de instrumentos de cuerdas y teclado, como los Clavicordios, los
Harpiscordios, las Espinetas y los Virginales.
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¿Inventó Cristofori el piano?
Es interesante notar, antes de avanzar en el siguiente tema con la “supuesta” invención
del primer piano por el italiano Bartolomeo Cristofori, que algunos autores1 sostienen
con importantes argumentos y razones, que el piano, o al menos sus elementos
esenciales, ya se habían desarrollado antes de Cristofori. Analicemos dichas razones.
Ante todo debemos mencionar que lo que distingue al piano del resto de sus
predecesores es el hecho de que el piano percute las cuerdas con una especie de
martillo. En esto se diferencia de sus predecesores inmediatos, entre los cuales debemos
notar al clavicordio que tocaba las cuerdas con una tangente metálica, y dicha tangente
se mantenía apoyada contra las cuerdas en la medida en que la tecla estaba presionada
y, por ende, mientras se estaba generando el sonido. El Harpiscordio, en cambio,
enganchaba las cuerdas con un clavo o aguja. Así, entonces, tenemos tres tipos de
instrumentos: por un lado la familia de los Clavicordios que poseían la tangente que se
apoyaba en las cuerdas. Por otro lado la familia de los Harpiscordios que enganchaban
las cuerdas y, finalmente, la familia de los pianos o Pianofortes, que percutían las
cuerdas.
Existe un interesante manuscrito escrito en 1440 por Henricus Arnaut de Zwolle que
sostiene que instrumentos de las tres familias mencionadas, a saber, Clavicordios,
Harpiscordios y Pianofortes, existían a principios del siglo XV. Sin embargo, por alguna
razón que no queda clara, los Pianofortes, que, repetimos, su existencia se encuentra
claramente indicada en el manuscrito citado de 1440, cayeron en desuso y casi se
extinguieron. El texto de dicho manuscrito se encuentra en el apéndice segundo del
presente texto para que el lector pueda sacar sus propias conclusiones al respecto.
Arnaut fue físico, astrónomo y músico en la corte de Felipe el bueno en Dijon, actual
Francia. Su documento refiere la existencia de un instrumento llamado Dulce Melos2, el
cual podría haber sido en verdad el primer piano.
El Dulce Melos
Este nombre fue atribuido por Arnaut a un instrumento de teclado inspirado en el
antiguo Dulcimer, cuyas teclas se percutían con unos martillos de mano, en el cual existía
un muy rudimentario mecanismo que producía que los martillos golpearan las teclas.
Aparentemente no ha sobrevivido ninguno de estos instrumentos, por lo cual Arnaut es
casi la única fuente probatoria de su existencia. Según puede deducirse del manuscrito
de Arnaut que citamos en al apéndice segundo, el Dulce Melos era un instrumento
híbrido que incluía un mecanismo que era capaz de golpear las cuerdas. Dicho
instrumento tenía veinte pares de cuerdas y una extensión de teclado aproximada de
1
2
Pollens, Stewart, The early pianoforte, Cambridge University Press, Gran Bretaña, 2009.
Cfr., Op. Cit., (Pollens), Pág. 15.
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tres octavas. Dicha extensión de cuerdas se lograba colocando puentes tonales debajo
de cada grupo de cuerdas que conformaban una octava, cada uno de los cuales generaba
longitudes útiles de vibración que tenían la mitad del segmento anterior. De este modo
cada octava duplicaba la frecuencia de la anterior.
Algunos historiadores sostienen que este instrumento fue una invención del propio
Arnaut, mientras que otros no están tan seguros incluso de que se haya construido
alguno, dado que el texto a veces habla en términos potenciales. Diciendo por ejemplo
que “es posible construir”, de tal modo que no quedaría probado que el instrumento
haya pasado de la fase de simplemente “posible” a la de “realmente existente”. Más allá
del debate, la mayoría de los especialistas sostienen que dicho instrumento realmente
existió.
El texto de Arnaut provee la evidencia necesaria para sostener que el Dulce Melos habría
sido el primer piano, de lo cual no puede deducirse que Cristofori lo habría conocido o
que haya tomado conocimiento alguna vez de su existencia.
Otros “Pianos” previos al de Cristofori
Otros instrumentos que parecen tener las características de un piano y ser, a la vez,
previos a la fecha oficial de su invento por Cristofori, son el instromento piano e’ forte
citado por Hipolitto Cricca en 1576 y 1598 y el Spinettino de Bonafinis de 1585.
Si Bartolomeo Cristofori sabía de la existencia o no de este tipo de instrumentos es algo
que nunca se sabrá. Lo que sí puede sostenerse con cierta certeza es que el diálogo que
las ideas humanas van teniendo entre sí a lo largo de los tiempos históricos, son diálogos
en el cual los inventores van colocando sus voces y acentos particulares. Pero no es solo
su voz la que se escucha, sino la de un coro. Cada generación humana va dialogando con
su predecesora y, a través de dicho diálogo, va generándose un desarrollo y un
crecimiento en las características del pensamiento humano mismo. Cada hombre no es
una isla ni saca sus inventos de una galera mágica aunque a veces parezca así. Al
contrario, vive inmerso en un mundo de ideas que temporalmente le precede, ideas con
las cuales él tendrá que dialogar, inevitablemente dejarse influir, y, en todo caso, hacer
su aporte: decir su palabra.
El primer piano “oficial”
Alrededor del año 1695, un italiano nacido en Padua llamado Bartolomeo Cristofori,
comenzó a construir en Florencia un instrumento que, aunque básicamente era de una
especie similar al Clavicordio y al Harpiscordio, intentaba combinar las ventajas
particulares de cada uno, a la vez que evolucionaba desde los mismos hasta el punto de
incluir en el diseño de su mecanismo un concepto revolucionario. Cristofori trabajaba
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como constructor de instrumentos musicales en la corte del príncipe Ferdinando María
de Medici, y fue allí donde desarrolló una innovación mecánica que dio a luz al piano, el
cual inicialmente fue llamado “Arpicémbalo… di nuova inventione, che fa’ il piano, e il
forte”3. Recordemos que “Arpicémbalo” significa harpiscordio.
Piano de Bartolomeo Cristofori
Puesto que tanto el Clavicordio como el Harpiscordio ponían a vibrar las cuerdas
mediante algún tipo de púa o plectro, o mediante la tangente, las cuerdas comenzaban
a vibrar siempre casi con el mismo volumen y tono, independientemente de cuan rápida
o lentamente se presionaran las teclas. Se debe hacer notar la excepción mencionada
del Clavicordio, que permitía una muy leve variación sonora.
Además, en el instrumento desarrollado por Cristofori, el elemento que ponía las
cuerdas a vibrar era una pieza de madera con la forma de un martillo, cuya cabeza estaba
recubierta de cuero. Esto no producía ya un sonido metálico y estridente como en el
Clavicordio y el Harpiscordio, sino un sonido mucho más dulce y sostenido.
3
Parakilas, James y otros, Piano roles. A new history of the piano, Yale University Press, 2002, Pág. 7.
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Mecanismo del piano de Cristofori
Además, el mencionado martillo tenía un sistema rudimentario de escape mediante el
cual era posible variar, tanto el volumen como así también el tono del sonido, en forma
mucho más amplia de lo que rudimentariamente permitía el Clavicordio. Por ende, en
este nuevo instrumento estaba notablemente aumentada la capacidad expresiva
musical, ya que en él no era solamente posible producir un determinado sonido casi
siempre al mismo volumen y tono, como se mencionó acerca de los dos instrumentos
que anteceden al piano, sino que también era posible producir sonidos con más o menos
volumen que otros, y producir una muy importante variación tonal. Y todo esto, claro
está, era posible hacerlo desde el teclado, según como éste se tocara. Movimientos
rápidos y bruscos de la tecla producían sonidos de gran volumen y brillantes;
movimientos lentos y apaciguados producían sonidos de menor volumen y más dulces
en cuanto al tono.
Este fue entonces el primer piano que se construyó. El señor Bartolomeo Cristofori lo
llamó, como dijimos, “Arpicémbalo… di nuova inventione, che fa’ il piano, e il forte”,
nombre que no significaba nada más que el hacer referencia a lo que acabamos de decir
como sus principales características: que el instrumento podía producir sonidos fuertes
–forte– y suaves –piano–. Hoy en día utilizamos más comúnmente la palabra Piano para
referirnos a este instrumento en su versión moderna.
No se sabe con exactitud cuántos instrumentos de este tipo construyó Bartolomeo
Cristofori. Solamente se conservan tres de ellos, el más antiguo de los cuales se conserva
en el Museo Metropolitano de Arte de New York y data del año 1720.
Desde los primeros pianos del italiano hasta los pianos actuales se han implementado
muchas mejoras y avances, pero el concepto y la idea fundamental para su construcción
continúan siendo los mismos. Se han optimizado sus materiales constructivos para
lograr una mejor calidad de sonido, se ha aumentado paulatinamente el número de
notas para ampliar la capacidad musical del instrumento y se ha mejorado el diseño para
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lograr una mejor performance. Pero el concepto fundamental de Forte-Piano como un
instrumento capaz de lograr sonidos fuertes y suaves con un timbre suave y dulce
permanece sin cambios.
La difusión del piano en sus primeros tiempos fue compleja, dado que construir un
instrumento de estos no se asemejaba en nada a la concepción que hoy en día tenemos
con respecto a la construcción de instrumentos musicales en general, y de pianos en
particular. El piano era en aquella época el instrumento más difícil de construir,
especialmente por la complejidad y cantidad de piezas de su mecanismo, que era todo
de madera. Cada pieza de alta precisión del mismo, recordemos que por cada tecla había
aproximadamente de veinte a treinta piezas distintas, debía hacerse a mano, lo cual
llevaba gran cantidad de tiempo. Sumado a esto, la realización del mueble, que era casi
una pieza de arte, junto con el resto de la estructura del piano, hacía que a veces se
demora años en culminar un instrumento. Esto hizo que, si bien la noticia de su
invención se conociera rápidamente, especialmente en algunas zonas de Italia y en
muchos otros países de Europa, llevara bastante tiempo hasta que este tipo de
instrumentos comenzaran a verse en diversas salas de conciertos.
El origen del piano en su contexto histórico
Si nos quedáramos con el relato precedente con respecto al origen del piano podríamos
caer en la ilusión de que el contexto histórico y socio cultural en el cual estaba inmerso
Bartolomeo Cristofori no influyó en dicho inventor, sino que el mismo, casi como de la
nada, ideó la revolucionaria innovación que llevó del Arpicémbalo a secas, al
Arpicémbalo… che fa´ il forte, e il piano. Si bien a veces eso sucede, y de hecho los
inventores parecen sacar sus ideas inventivas casi de la nada, en general existe un cierto
contexto de invención y desarrollo que favorece dichas invenciones. Las características
de dicho contexto trataremos de analizar seguidamente.
Usualmente, en primer lugar, suele haber un problema que se quiere solucionar,
problema en el cual el inventor se encuentra metido. En el caso del piano, dicho
problema era la falta de expresividad de los Harpiscordios con respecto a la voz humana
y a otros instrumentos. Este tema puntual lo analizaremos en el apartado que sigue. Sin
embargo, nos detendremos aquí en un punto: todo problema irresuelto en la conciencia
de las personas conlleva a una crisis. Dicha crisis requiere de una solución novedosa para
ser superada y dicha solución a veces parece salir de la nada. La solución simplemente
se le ocurre al científico o inventor cuando medita y piensa, a veces en medio de la
noche, sobre el problema que lo aqueja. El filósofo de la ciencia Thomas Kuhn lo expresó
así:
“En cambio, el nuevo paradigma o un indicio suficiente para permitir su
articulación posterior, surge repentinamente, a veces en medio de la noche, en la
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mente de un hombre sumergido profundamente en la crisis. Lo que es la
naturaleza de esta etapa final –cómo inventa un individuo (o descubre que ha
inventado) un modo nuevo de ordenar datos totalmente reunidos ya–, deberá
permanecer inescrutable aquí y ese estado es posible que sea permanente.”4
El nuevo paradigma, al decir de nuestro autor, es la nueva idea o solución que al inventor
se le ocurre. El cómo inventa una persona, cuál es la esencia última del inventar, es tema
de muy difícil apreciación. Sin embargo, el contexto de un problema insoluble ante el
cual se entra en crisis dispara en el inventor la nueva idea: el intento de solución.
Otro filósofo de la ciencia, Karl Popper, expresa de este modo el misterio de la invención
humana:
“Sin embargo, mi opinión sobre el asunto –valga lo que valiere– es que no existe,
en absoluto, un método lógico de tener nuevas ideas, ni una reconstrucción lógica
de este proceso. Puede expresarse mi parecer diciendo que todo descubrimiento
contiene “un elemento irracional” o “una intuición creadora” en el sentido de
Bergson.”5
Por otro lado, y en cuanto a las condiciones en las que se encontraba nuestro autor,
recordemos, además, algo que ya mencionamos: Cristofori trabajaba como constructor
de instrumentos musicales para la corte del príncipe Ferdinando María de Medici del
Gran Ducado de Toscana. Este dato en sí mismo es ya fuertemente iluminador, pues
nuestro inventor se hallaba en una posición ideal para el desarrollo e implementación
de nuevas ideas y soluciones, dado que el dinero y los recursos fluían hacia él con
holgura. Además, tenía a su servicio numerosos ayudantes que disminuían sus cargas de
trabajo manual. Las horas ahorradas a ese tipo de trabajos bien podía usarlas para idear
nuevos instrumentos musicales o soluciones a los problemas que los mismos
planteaban. En aquellos tiempos, si no se tenía fortuna personal o familiar, una de las
pocas maneras que se tenía para acceder a recursos que financiaran la inventiva
implicaba trabajar en las cortes reales. Como si esto fuera poco, no estaba al servicio de
cualquier príncipe. Ferdinando María de Medici era, no solamente muy rico, sino que
además amaba la música con especial predilección. Esto permitió que, luego de la
invención del primer piano, Cristofori tuviera casi un ejército de personas trabajando
para él en la construcción de pianos por varias décadas. Este hecho, por supuesto,
favoreció la difusión del piano luego de ser inventado, aunque las exigencias de construir
cada piano completamente a mano, exigencias que ya mencionamos, nunca pudieron
4
Kuhn, Thomas, La estructura de las revoluciones científicas, Fondo de cultura económica, México, 1971,
Pág. 146.
5
Popper, Karl, La lógica de la investigación científica, Editorial Tecnos, 2da edición, Madrid, 2008, Pág. 39.
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lograr que se fabricaran demasiadas unidades. De hecho, es estima que aun con tantas
facilidades, Cristofori no podía fabricar más de un piano por año6.
En cuanto al contexto comunicacional de la época, el mismo fue muy favorable dado
que en aquellos tiempos la vida cultural de Europa se reflejaba insistentemente en todos
los periódicos del continente. Esto favoreció la difusión informativa de la existencia del
piano y permitió que diversas personas, además de comprarlos, se lanzaran a construir
sus propias versiones. Este hecho se favoreció especialmente por el dedicado trabajo
con que el mismo Cristofori describió su nuevo invento, descripción que en sí misma,
por lo detallada y rigurosa, permitió a muchos otros artesanos comenzar a construir
pianos. Pero, dado que era conciente que con solo una detallada descripción de su parte
no era suficiente para que las características del invento se divulgaran todo lo que él
anhelaba, se decidió a contratar a una persona experta en dichos trabajos de
divulgación. Para lograr este cometido Cristofori encargó al periodista Scipione Maffei
dicho trabajo, el cual lo realizó con sobrada eficacia. Maffei publicó la información sobre
el piano en un famoso artículo de autoría propia en 1711 en una revista que estaba muy
de moda entre las elites intelectuales de Italia: el Giornale de’ letterati d’Italia en
Venecia 7 . Luego este artículo se republicó en varios otros sitios, incluyendo una
traducción alemana en 1725 en la revista Critica musica. Esto último favoreció la
construcción de pianos en Alemania que comenzaron a ver la luz a partir de 1930,
especialmente de la mano de Gottfried Silbermann, quien en 1936 mostró el nuevo
instrumento a Johann Sebastian Bach. La influencia de Maffei en la difusión del nuevo
invento fue fundamental para su conocimiento en tierras lejanas.
La mayoría de las cortes europeas comenzaron a encargar pianos, incluso al mismo
Cristofori, como la corte de Lisboa en Portugal.
El problema de la expresividad en los instrumentos de teclado
Los instrumentos de teclado previos al piano no permitían la expresividad musical a
través de la variación del volumen de las notas como sí lo permitían muchos otros
instrumentos y, por supuesto, la voz humana. Esto colocaba a los instrumentos de
teclado en cierta desventaja frente al resto de los instrumentos. El Clavicordio tenía un
accesorio que, al ser accionado, permitía subir el volumen en ciertos pasajes, pero era
muy tosco y no permitía una verdadera expresividad a través del teclado.
Por ende, la demanda de la época previa al piano estaba orientada a darle a los
Cémbalos o Harpiscordios la posibilidad de poder expresar a través de la fuerza aplicada
a las teclas distintos volúmenes sonoros. Este es, precisamente, el problema que
resolvió Cristofori, estando inmerso en una sociedad como la italiana especialmente
6
Cfr., Op. Cit., (Pollens), Pág. 88.
Dada la importancia histórica de dicha publicación, reproducimos el artículo íntegro en el apéndice
tercero de la presente obra.
7
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susceptible a la expresividad musical. El primer piano permitió, y solo en eso consistió la
novedad, aunque no fue poco, algo que hasta ese momento parecía imposible: que un
Harpiscordio permitiera, a través de las distintas fuerzas aplicadas sobre las teclas por
el músico, lograr sonidos de diferentes volúmenes, es decir, sonidos fuertes y suaves en
diferentes matices.
Esto colocó al naciente piano a la vanguardia de los instrumentos musicales, lo cual
provocó en las décadas sucesivas que se transforme en el rey de los instrumentos
musicales lo cual llevó que en el Siglo XIX casi todos los compositores tocaran o
compusieran directamente en el piano. El amplio dominio del piano como instrumento
musical provocó que los desarrollos de los sistemas de afinación que se hicieron para el
mismo, y que tenían en cuenta el hecho de que era un instrumento de afinación fija, se
transformen en un paradigma de afinación también para el resto de los instrumentos
musicales, incluyendo a aquellos que no tenían sistemas de afinación fija. Este tema lo
trataremos en detalle más adelante.
Desde el piano de Cristofori hasta el piano contemporáneo
Como recientemente mencionamos, el piano de Cristofori fue el primero en poseer un
sistema de mecanismo con martillo que podía lograr tanto sonidos fuertes como suaves.
Además, generaba un sonido dulce y sostenido, a diferencia del sonido corto y
estridente tanto del Clavicordio como del Harpiscordio. Esto, en sí mismo, era
verdaderamente revolucionario.
En 1711, si resumimos brevemente lo que vinimos diciendo hasta ahora, Scipione
Maffei, un periodista, dramaturgo y erudito italiano, describió por encargo uno de los
primeros pianos de Cristofori simplemente como un “Gravicémbalo col piano e forte“,
es decir, como un “Gravicémbalo que produce sonidos fuertes y suaves”. Maffei fue en
parte uno de los responsables de que el piano se haya ido imponiendo en la sociedad de
aquella época. En un famoso artículo suyo publicado en 1711, defiende al nuevo invento
e invita a sus contemporáneos a darle un lugar de preponderancia.
Hacia 1726, Cristofori introdujo un nuevo elemento en sus pianos, el sistema “una
corda”, que permanece hasta nuestros días. Se basaba en la posibilidad de permitir al
ejecutante, mediante un comando especial, que en los pianos contemporáneos de cola
se acciona mediante un pedal, desplazar el mecanismo de tal modo que cada martillo
golpee solamente sobre una cuerda, logrando de este modo un sonido muy suave.
Recordemos que este sistema se contrapone a lo que habitualmente el martillo hace en
su estado normal, que es golpear sobre dos o tres cuerdas. En los pianos modernos
actuales, el sistema “una corda” se encuentra solamente disponible en los pianos de
cola y permite, como ya se mencionó, que el martillo del piano golpee sobre solo una
cuerda de cada grupo de tres o de dos.
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Las primeras composiciones específicas para pianos hacen su aparición en 1732. Son las
famosas 12 sonatas para piano de Giustini, aclarando el mismo autor que eran para el
“Cembalo di piano e forte, detto volgarmente di martelletti”. Juan Sebastián Bach toma
contacto por primera vez con un piano hacia el año 1736. Dicho piano estaba construido
por Gottfried Silbermann, quien construía pianos desde 1730. Este señor era un
constructor de órganos de la ciudad de Freiberg, en Saxonia. Tomó contacto con el piano
de Cristofori hacia finales de la década de 1720, a través del artículo original de Maffei
traducido al alemán en la revista Critica musica que ya mencionamos, lo que lo inspiró
a construir los suyos propios. Bach se puso en contacto con él y, no satisfecho del todo
con la nueva invención, le pidió que alivianara el mecanismo del instrumento y que
reforzara el volumen del sonido en las octavas superiores. Silbermann concretó el
pedido aparentemente hacia el año 1747, lo que produjo que Bach se convirtiera en
agente de ventas de dichos pianos. Por otro lado, se responsabiliza a Silbermann por
haber sido quien favoreció la segunda oleada de popularización de piano, habiendo sido
la primera la iniciada por la dupla Cristofori-Maffei. Al morir Cristofori en 1732, la
primera oleada había llegado a su fin.
Mecanismo Vienés de la escuela vienesa
A partir del año 1760 el piano, que hasta ese momento había estado expandiéndose en
círculos musicales reservados y exclusivos, como las cortes de los reyes y las audiciones
de músicos importantes, comenzó a llegar al gran público a través de conciertos públicos
en los que se los utilizaba. Son memorables conciertos realizados en Viena en 1763, en
Londres en 1766 y en París en 1768.
Desde el taller de Gottfried Silbermann se desarrollaron las famosas escuelas de
construcción de pianos conocidas como la Escuela vienesa y la Escuela inglesa. Dos
discípulos de Silbermann, llamados Johannes Zumpe y Americus Backers, emigraron a
Londres donde desarrollaron un piano que poseía el mismo mecanismo que el de
Cristofori, aunque con notables modificaciones. Este mecanismo evolucionado fue el
más tarde se llamó “Mecanismo inglés” y en función del mismo se desarrolló la escuela
inglesa de construcción de pianos.
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Mecanismo Inglés de la escuela inglesa
Otro discípulo de Silbermann, llamado Johann Andreas Stein, tal vez el más notable de
sus discípulos, realizó otras variantes al mecanismo original en Austria. Su mecanismo
ha sido llamado “Prellmechanik” con escape, y su novedad era que el martillo se
acostaba con la cabeza hacia el frente de la tecla, recostado sobre la misma. Este
mecanismo fue el que más tarde se conoció como “Mecanismo Vienes” y dio lugar a la
escuela vienesa de construcción de pianos. Otra innovación de Stein fue el sistema de
apagadores controlados por un pedal, logrando levantar todo el conjunto de los mismos
con solo presionarlo. Esta innovación ha llegado hasta los pianos actuales y ha
permanecido como una de sus características más importantes.
Entre los años 1760 a 1830 hubo una gran expansión en la construcción de pianos y en
la publicación de música especialmente compuesta para piano. También se publicaron
numerosas piezas para Harpiscordios adaptadas a las posibilidades del piano. En 1762
se produjo el primer concierto de piano en toda la historia, realizado por Henry Walsh
en Dublin.
El piano cuadrado, una variante especial del piano de cola, hizo su debut en 1776 por
construcción de Sebastián Erard, aunque se cree que su inventor fue Johannes Zumpe
de quien Erard copió el modelo. Algunos de estos pianos son posibles de ver aún hoy en
día, a pesar de que hace muchas décadas que no se construyen.
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Piano Cuadrado
En 1773 se publicaron las famosas sonatas para piano Opus 2 de Muzio Clementi, que
intentaron utilizar al máximo los recursos del piano. En 1775 se construye el primer
piano en los Estados Unidos de América en una fábrica instalada en Filadelfia.
En 1795 se desarrolla en Londres en primer piano vertical. Su diseñador era William
Stodart. Londres tendría una responsabilidad importantísima en la difusión del piano.
En 1808 Sebastián Erard, un diseñador de pianos Francés de origen alemán que
recientemente mencionamos, patenta su famoso mecanismo de simple repetición y
presenta el “agrafe”, un artefacto que permitía permanecer a las cuerdas en su exacto
lugar luego del golpe de martillo. En 1810 Sebastián diseña el mecanismo de pedales tal
como llega hasta nuestros días. En 1822 introduce su mecanismo de doble repetición
que permitía una gran velocidad de repetición entre sus teclas. Esta patente sería luego
comprada por Steinway para incorporarla a sus pianos. Actualmente, todos los
mecanismos de los pianos de cola son de doble repetición.
En el año 1828, Ignaz Bösendorfer funda su fábrica en Austria. Estos pianos se
encuentran actualmente entre los más destacados del mundo. El año 1853 marca un
hito en lo que se refiere a formación de fábricas de pianos que hoy son de renombre. El
alemán Heinrich Steinweg emigra a los Estados Unidos de América y funda Steinway &
Sons en New York. Steinweg, al llegar a Estados Unidos, modifica su apellido a Steinway
para que suene más “agiornado” al estilo americano. Por esa época Julius Blüthner
funda su fábrica en Leipzig y Carl Bechstein hace lo suyo en Berlín.
En 1863 Steinway diseña y construye el piano vertical moderno con cuerdas cruzadas y
una sola tabla armónica. En 1874 perfecciona el pedal Sostenuto, un curioso sistema
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mediante el cual al presionarse un pedal, el sistema de apagadores quedaba levantado
salvo en la notas del teclado que se habían presionado al momento de apretar el pedal.
En ese mismo año Julius Blüthner patenta su famoso sistema “aliquot”, que
incrementaba la resonancia de las cuerdas al introducir una cuarta cuerda adicional a
cada grupo de tres, aunque más elevada. Esta cuerda no es percutida por el martillo sino
que vibra por simpatía.
En 1880 Steinway inaugura una sucursal en Hamburgo comenzando a pelear el mercado
europeo con sus dos fuertes contrincantes: Bechstein y Blüthner.
A partir de dicho año ya se puede hablar del piano contemporáneo, tal como lo
conocemos hoy en día. Si bien encontramos desarrollos posteriores en diseño y estilo,
estos no han sido de tal magnitud que hayan logrado cambiar considerablemente al
instrumento.
El impacto de la revolución industrial en la difusión del piano
El piano tuvo sus orígenes en una época donde todo se realizaba artesanalmente. No
existían los procesos automatizados que son tan comunes en nuestro tiempo, ni
tampoco las líneas de producción en serie que caracterizan a nuestras fábricas. Por
ende, construir un piano, no solamente llevaba mucho tiempo, sino que requería de la
labor y mano de obra de mucha gente. Esto hacía, especialmente en los Siglos XVI y XVII,
que los pianos fueran escasos y, por ende, económicamente caros, lo que los hacía
prohibitivos para la mayoría de las personas. Recordemos que en la época de Cristofori,
y aún durante algunas décadas posteriores a su muerte, los pianos solamente estaban
disponibles en las cortes de los reyes y príncipes, y en las casas de personas muy
acaudaladas o de músicos muy reconocidos. Fuera de esos ambientes el piano se
encontraba ausente. Era una pieza musical de lujo solamente disponible para las elites.
En los párrafos anteriores hemos visto que a partir de mediados del Siglo XVIII el piano
comenzó a tener mayor difusión entre el gran público. También hemos explicado que se
formaron numerosas fábricas de pianos que hicieron posible que el piano comience a
estar cada vez más a la mano de la gente común. Lo que no hemos manifestado, y que
queremos explicar ahora, es el contexto que hizo posible dicho cambio, que fue gradual,
y que permitió una gran difusión del piano que facilitó su dominio por sobre el resto de
los instrumentos musicales. Nos referimos a la revolución industrial.
La revolución industrial se inicia primeramente en Inglaterra debido, entre otras
razones, a que había ganado numerosas guerras y a que su propio territorio había
sufrido pocas devastaciones por las mismas8. Además, dichos éxitos armamentísticos le
permitió el control de los mares lo cual facilitó la colonización de ciertos territorios. De
muchos de esos territorios prevenían materiales en bruto que requerían un
8
Cfr., Durant, Will and Ariel, The story of civilization, MJF Books, New York, 1967, Tomo 10, Pág. 669 ss.
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procesamiento industrial para ser consumidos. Luego de iniciarse en Inglaterra, la
revolución industrial fue paulatinamente trasladándose también hacia Europa
continental. Dicha revolución abarcó un periodo aproximado que fue desde mediados
del Siglo XVIII hasta fines del Siglo XIX. El periodo se caracterizó por haber ido
reemplazando paulatinamente los trabajos manuales por los trabajos industriales y de
manufactura en serie. Aparece la “máquina” como nuevo elemento de producción
industrial, siendo la locomotora la máquina más destacada y paradigmática de la época.
Sin embargo es importante mencionar también el importante desarrollo que tuvieron
las maquinarias especialmente diseñadas para la produccion industrial dentro de las
fábricas. La industria textil es la primera que recibe el beneficio de las primeras
máquinas, las cuales estaban construidas por otro de los elementos importantes del
periodo: el hierro. La proliferación de máquinas e invenciones relacionadas produjo una
disminución notable en los costos de producción por cada unidad producida, lo cual
facilitó el acceso del gran público a productos que anteriormente, por su elevado costo,
no podían acceder. El piano fue uno de esos productos. Las fábricas de pianos comienzan
paulatinamente a producir en forma industrializada y en serie dichos instrumentos, lo
cual produjo que aumente la cantidad de pianos producidos y baje notablemente el
precio por unidad. Esto facilitó notablemente la difusión del piano y fue decisivo para
que en el Siglo XIX se transforme en un instrumento fácilmente asequible, lo que hizo
que casi todos los compositores de dicho siglo sean pianistas o compusieran su música
en el piano.
En aquella época los sistemas económicos comenzaron a migrar desde los sindicatos
altamente regulados hacia el libre mercado, donde los grandes capitales mundiales se
invertían en fábricas e industrias muy diversas. La gran multiplicación de fábricas de
pianos en todo el mundo, especialmente durante el Siglo XIX, tiene por esta a una de
sus razones fundacionales.
Otra de las características de la época que facilitó la difusión del piano fue la mejora en
los sistemas de transporte. Nuevas rutas y carreteras, sumados al desarrollo de
especiales barcos de carga, permitían transportar muchos pianos a lugares alejados del
mundo por precios razonables.
Un hecho que no puede dejar de mencionarse es que las nuevas fábricas requerían de
personal cada vez más especializado, lo cual hacía que las personas tengan que aprender
y educarse técnicamente. Esto hizo que dichas personas tengan salarios elevados, lo cual
les permitía tener un nivel de vida que permitía que sus hijos puedan tomar clases de
música, de piano, y, por supuesto, les permitía también poseer uno de dichos
instrumentos. La difusión del piano no solamente requería que el mismo piano, es decir,
el piano como instrumento musical se difunda, sino también que haya cada vez más
personas que puedan tocar el piano. La revolución industrial permitió esto también,
dado que la gran cantidad de personas que trabajaban en las industrias tenían un poder
adquisitivo comparativamente mayor al de épocas previas, lo cual les permitía educar
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muchas veces a todos sus hijos en música y otros temas culturales, lo cual produjo que
muchas personas se volcaran a tocar el piano. La revolución industrial hizo que, no ya
los músicos profesionales pudieran tocar y tener un piano, sino también que casi
cualquier persona con una condición socio-económica normal pudiera hacerlo. Cientos
de miles de personas en todo el mundo se volcaron al aprendizaje del piano y, por ende,
a la compra de los instrumentos que las nacientes fábricas de pianos producían en serie.
El siglo dorado del piano había comenzado.
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