GUÍA EXTRA LITERATURA I (140206)

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CENTRO DE ESTUDIOS DE BACHILLERATO 2/4
“LIC. JESUS REYES HEROLES”
GUIA DE ESTUDIO
LITERATURA I
Nota: El material que se pone en tus manos es requisito indispensable para que puedas
presentar el examen de recuperación de la asignatura pero, no se considerará dentro del
proceso de evaluación. Así mismo, deberás realizar la lectura obligatoria de alguna de las
siguientes novelas: Aura de Carlos Fuentes, Pedro Páramo de Juan Rulfo, o bien la siguiente
selección de cuentos: “Continuidad de los parques” de Julio Cortázar, “Los caballos de Abdera”
de Leopoldo Lugones, “El rubí” de Rubén Darío que se anexan al final de la presente guía.
NOMBRE:____________________________________________________ GRUPO:_______
OBJETIVO DE LA ASIGNATURA:
LITERATURA I contribuye ampliamente al desarrollo de las competencias genéricas en el
estudiante, cuando es sensible al arte y participa en la apreciación e interpretación de sus
expresiones en distintos géneros. Se autodetermina y cuida de sí al expresar sus emociones y
manejarlas de forma constructiva tanto en mensajes orales como escritos, cultiva la comunicación
interpersonal que contribuye a su desarrollo humano y de quienes lo rodean; se expresa y se
comunica al utilizar los textos, tanto los que le sirven de modelo como los elaborados por él
mismo, los cuales, pueden llevar una enorme carga emocional, con la cual se identifica e
identifica su entorno; piensa crítica y reflexivamente al trabajar con organizadores de ideas,
ordena información de acuerdo con categorías, jerarquías y relaciones, así como cuando valora
una hipótesis o selecciona las ideas principales de un texto; aprende de forma autónoma
cuando en los procesos comunicativos y en el análisis de textos define metas y da
seguimiento a sus procesos de construcción de conocimiento; trabaja en forma colaborativa al
entablar diálogos o realizar dramatizaciones y asume una actitud constructiva, congruente con los
conocimientos y habilidades con los que cuenta dentro de distintos equipos de trabajo; participa
con responsabilidad en la sociedad cuando establece una comunicación informativa que refleja su
vida cotidiana, dialoga y aprende de personas con distintos puntos de vista y tradiciones
culturales.
BLOQUE I: IDENTIFICAS LA LITERATURA COMO ARTE.
Ubica al alumnado en las dimensiones del arte para identificar a la Literatura como expresión
artística y reconoce su intención comunicativa.
Objetos de aprendizaje:
Literatura: Intención comunicativa
Marcas de literalidad:
1
Lenguaje literario
Función poética
Formas de presentación
Competencia lingüística:
Manejo del lenguaje
Presentación del discurso
Épocas literarias:
 Literatura antigua
 Literatura moderna
 Literatura Contemporánea
Literatura: Intención comunicativa
En semestres anteriores has manejado distintos tipos de texto, siempre con una intención o una
finalidad práctica: obtener información, transmitir opiniones, realizar alguna diligencia cotidiana.
Pero no todos los escritos tienen esos objetivos tan funcionales, por ejemplo, los textos que se
escriben, simplemente, para ser disfrutados por sí mismos, son los textos literarios. Éstos nos
cuentan historias de mundos y tiempos lejanos, que nos permiten echar a volar la imaginación y
olvidarnos, por un momento, de la rutina que nos rodea, o historias de mundos tan cercanos que
podrían tratarse de nuestras propias historias; textos que nos hacen partícipes de los sentimientos
de su autor y nos emocionan, textos que nos hacen reflexionar sobre el mundo en que vivimos y
nos ayudan a comprenderlo un poco mejor.
El lenguaje utilizado en estos textos se aleja bastante del lenguaje común y tiene una función,
primordialmente, estética o, por decirlo de otra forma, se encargan de embellecer la palabra. Se
trata, por tanto, de un lenguaje elaborado, que se permite ciertas licencias y que presenta una
mayor
abundancia
de
figuras
estilísticas
que
el
lenguaje
común.
En un texto literario las palabras no sólo se eligen por su significado, sino también por su forma y
se juega con ellas: con su forma, sus significados y con su orden en los enunciados. Los autores
literarios utilizan constantemente imágenes, estableciendo relaciones entre distintos elementos
que el lector debe interpretar.
El resultado es un mensaje polisémico, es decir, con múltiples significados, cargado de
connotaciones que (lo que conocemos como sentido figurado), a menudo, cuesta esclarecer. Pero
esa mayor complejidad de los textos literarios no debe intimidar e impedir que disfrutemos con su
lectura, tan sólo implica un pequeño esfuerzo por nuestra parte que bien merece la pena.
A continuación te presentamos un pequeño fragmento de un texto literario del autor Edagar Allan
Poe:
EL CUERVO
(Fragmento)
Una vez, en una taciturna media noche,
mientras meditaba débil y fatigado,
sobre un curioso y extraño volumen
de sabiduría antigua,
mientras cabeceaba, soñoliento,
de repente algo sonó,
como el rumor de alguien llamando
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suavemente a la puerta de mi habitación.
>> Es alguien que viene a visitarme - murmuré
y llama a la puerta de mi habitación.
Sólo eso, nada más. <<
Ah, recuerdo claramente
que era en el negro Diciembre.
Y que cada chispazo de los truenos hacía
danzar en el suelo su espectro.
Ardientemente deseaba la aurora;
vagamente me proponía extraer
de mis libros una distracción para mi tristeza,
para mi tristeza para mi Leonor perdida,
la rara y radiante joven
a quien los ángeles llamaban Leonor,
para quien, aquí, nunca más habrá nombre.
Y el incierto y triste crujir de la seda
de cada cortinaje de púrpura
me estremecía, me llenaba
de fantásticos temores nunca sentidos,
por lo que, a fin de calmar los latidos
de mi corazón, me embelesaba repitiendo:
>> Será un visitante que quiere entrar
y llama a la puerta de mi habitación.
Algún visitante retrasado que quiere entrar
y llama a la puerta de mi habitación.
Eso debe ser, y nada más <<
Edgar Allan Poe
A partir de lo anterior, puede afirmarse que la literatura consiste en emplear el lenguaje con
destreza técnica para cumplir una intención comunicativa; y se le considera un arte, dado que
involucra la creatividad, el conocimiento y la habilidad técnica, el dominio de un instrumento (el
lenguaje), y la provocación de una experiencia estética (conmover al lector).
Lo que debes de recordar de este tipo de textos es:


El objetivo principal de los textos literarios no es transmitir información, sino proporcionar
disfrute y enriquecimiento personal.
El lenguaje literario tiene unas peculiaridades y unas cualidades estéticas que no se dan en
el lenguaje común.
La literatura, antes de ser considerada un arte, ha sido un medio fundamental de expresión y
comunicación entre individuos y culturas. Por lo tanto, puede decirse que la literatura posee una
intención comunicativa; el escritor no sólo trabaja por el logro que le representa su obra, sino que
también le resulta importante lo que puede manifestar e incluso puede crear realidades
alternativas.
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A la forma específica de emplear el lenguaje en literatura, se le conoce como función poética,
aclarando que no se refiere a la idea convencional que tenemos de la poesía como un texto
rimado de tema íntimo, sino que la función poética, tal como la determina el lingüista Roma
Jakobson (1963), se refiere a la expresión de la belleza técnica del lenguaje, puede ser su sonido o
por los significados bellos que con él se crean, en sí, es la armonía o intensidad con la que un
escritor construye su texto para tocar con eficacia la sensibilidad del lector, empleando para ello la
cualidad estética del lenguaje. Al hacer esto, es que el autor expresa y desarrolla su propio,
característica del creador literario.
La literariedad consiste en que el texto posee un conjunto de características que lo inscriben en la
categoría de la literatura. Helena Berenstain lo define como “un sistema estructurado y
jerarquizado de procedimientos artísticos. Esa jerarquía cambia con la evolución de la literatura”
Esto significa que el hecho de que un texto sea literatura, obedece a su cualidad de manejo
artístico del lenguaje, ligada a los valores estéticos de una época.
Lenguaje literario
En la literatura, en específico, en el género narrativo las marcas de literariedad, es decir el
lenguaje literario, está formado por cinco elementos:
1. Ocurren acciones, la historia está expresada de tal forma que las situaciones o personajes
se mueven y no se puede determinar el final, de esta manera provoca la curiosidad.
2. La narrativa desarrolla las acciones sobre un tiempo, en el cual el autor va creando la
intriga en el lector. El manejo del tiempo en la narrativa emplea juegos de saltos e
inversiones temporales.
3. Tiene un uso poético y no literal del lenguaje. La literatura no expresa de manera textual
y racional un mensaje, sino que emplea figuras de lenguaje como la metáfora, el símil, la
hipérbole, etc., lo cual se aplica tanto para la poesía como para la prosa.
4. Figuras retóricas y símbolos. Dado que no es literal, la literatura emplea las figuras
retóricas para dar sentido estético y profundidad a su lenguaje. Tal como ocurre con los
sueños, las figuras literarias no deben ser consideradas como imágenes, sino como
representaciones que están expresando una relación no evidente, por ejemplo: gaviotalibertad, tormenta-conflicto, etc.
5. Múltiples significados y niveles expresivos. Un rasgo de las obras literarias es que no
tienen un mensaje textual, ni tampoco un único significado; su misma riqueza de lenguaje,
así como la implicación individual del creador en el texto hacen que la literatura posea
polisemia, es decir, en cada obra existen múltiples significados.
Actividad: Lee el siguiente fragmento del texto “La Cena” de Alfonso Reyes y responde las
preguntas a partir de tu intuición lectora, es decir, qué te sugiere el texto:
LA CENA
Tuve que correr a través de calles desconocidas. El término de mi marcha parecía correr delante
de mis pasos, y la hora de la cita palpitaba ya en los relojes públicos. Las calles estaban solas.
Serpientes de focos eléctricos bailaban delante de mis ojos. A cada instante surgían glorietas
circulares, sembrados arriates, cuya verdura, a la luz artificial de la noche, cobraba una elegancia
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irreal. Creo haber visto multitud de torres —no sé si en las casas, si en las glorietas— que
ostentaban a los cuatro vientos, por una iluminación interior, cuatro redondas esferas de reloj.
Yo corría, azuzado por un sentimiento supersticioso de la hora. Si las nueve campanadas, me dije,
me sorprenden sin tener la mano sobre la aldaba de la puerta, algo funesto acontecerá. Y corría
frenéticamente, mientras recordaba haber corrido a igual hora por aquel sitio y con un anhelo
semejante. ¿Cuándo?
Al fin los deleites de aquella falsa recordación me absorbieron de manera que volví a mi paso
normal sin darme cuenta. De cuando en cuando, desde las intermitencias de mi meditación, veía
que me hallaba en otro sitio, y que se desarrollaban ante mí nuevas perspectivas de focos, de
placetas sembradas, de relojes iluminados… No sé cuánto tiempo transcurrió, en tanto que yo
dormía en el mareo de mi respiración agitada.
De pronto, nueve campanadas sonoras resbalaron con metálico frío sobre mi epidermis. Mis ojos,
en la última esperanza, cayeron sobre la puerta más cercana: aquél era el término.
Alfonso Reyes
1. ¿Se trata de un texto literario? ¿Por qué?
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2. ¿Qué emociones expresa el personaje?
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Las formas de presentar el texto literario son diversas, a continuación te presentamos un pequeño
cuadro para que distingas en qué consiste cada una:
Forma de presentación
El texto en prosa
Características
El lenguaje no se usa con
métrica ni rima, las acciones
tienen un orden y se
relacionan entre sí.
Ejemplo
La mañana del jueves los
náufragos habían perdido ya el
sentido del tiempo.
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El texto en verso
Texto narrativo
Texto descriptivo
Texto en diálogo
El lenguaje crea rimas, es
decir, juegos fonéticos de
repetición, para que el efecto
se aprecie. Cada frase tiene
una extensión precisa, en lugar
d párrafos, las líneas integran
estrofas.
El énfasis está en la exposición
de acciones, por lo tanto
predomina el uso de los
verbos.
El énfasis está en proporcionar
al lector detalles y
características que le permitan
visualizar lo escrito,
predomina el uso de adjetivos.
El texto reproduce el habla de
los personajes, por lo cual
trata de reproducir la riqueza y
veracidad de la comunicación
oral. Emplea guiones para
separar la participación de los
distintos hablantes.
La confusa sombra del tiempo
se aleja
detrás de los restos del barco
perdido
los náufragos saben, la
memoria es vieja
jóvenes rumores del mar en su
oído
En su intento por salvar la vida
el hombre había dejado que
los escasos alimentos se
hundieran con el barco, ahora,
que había llegado a tierra
firme, comenzaba a pensar si
no sería mejor haberse
perdido en el agua.
La tarde había caído
dulcemente sobre la arena. El
rumor de las olas se hacía más
fuerte, entonces apareció un
viento que daba bocanadas de
fresco y esperanza al hombre,
perdido en su paisaje solitario.
-¡No, no y no! No me voy a
quedar aquí esperando a que
vuelvas, sólo para que no seas
la única engañada…
-Pues tú sabes lo que haces,
nada más acuérdate que yo sí
te he esperado.
Competencia lingüística
La competencia lingüística se refiere a la habilidad o capacidad para construir con el lenguaje una
situación comunicativa. Implica un conocimiento y destreza en el uso de las normas lingüísticas y
gramaticales. En literatura esta intención comunicativa mediante la cual un autor, a través de su
discurso, logra comunicarse con sus lectores, pasa por lo que los autores franceses llaman le mot
juste, es decir, la elección de la palabra precisa, la más exacta para comunicar e mensaje y
favorecer que el lector lo sienta de la forma en que el escritor lo planeó.
La competencia lingüística de un autor, expresada en un texto narrativo, se manifiesta de
manera general por ciertas características como:
 Los personajes parecen existir por la manera en que maneja el lenguaje.
 El lenguaje empleado es capaz de evocar imágenes, ambientes y descripciones en la
mente del lector.
 La trama (el desarrollo de las acciones) no es predecible, por lo que despierta la curiosidad
del lector.
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Épocas literarias
La historia de la literatura puede explicarse de acuerdo con las etapas sociales y políticas, en las
cuales predominaron ciertos rasgos o estilos a los que se denominan movimientos literarios o
corrientes literarias.
Un movimiento literario comprende un conjunto de características dominantes de estilo en una
época, pero estas características no sólo son técnicas de uso del lenguaje, sino que obedecen a
una intención comunicativa de la literatura, es decir, la mayoría de los movimientos difieren entre
sí, en la idea de lo que la literatura debe provocar en sus lectores o público.
Literatura antigua
La literatura antigua se remonta incluso a 2000 años a. C., y por tanto, a un tiempo en el cual eran
escasas las culturas que habían desarrollado ya un sistema de escritura. En sus inicios se trataba de
textos rimados, a manera de cantos, cuyos temas se ligan con los procesos históricos, la fundación
de las culturas y los elementos de su religión. En la mayoría de los casos estos textos se
transmitían de manera oral y no había una precisión sobre quién era su autor o autores, se
consideraban más bien como parte del patrimonio cultural de un pueblo. Esta característica se
presenta en los textos de la antigua India, China y Egipto, al igual que con la primera literatura
hebrea, de donde se deriva lo que hoy conocemos como el Antiguo Testamento de la Biblia. En
nuestra cultura occidental, en la literatura de Grecia y posteriormente de Roma, se ubican los
antecedentes más antiguos del español, y a estos pueblos se les considera los creadores de una
primera teoría literaria. La creación literaria “clásica” inicia en Grecia alrededor del siglo VIII a. C., y
los principales textos teóricos aparecen alrededor del siglo VI, ligados con la obra de los filósofos.
Para el mundo clásico, la literatura era el medio para exhibir el heroísmo y el valor del propio
pueblo. En la Edad Media, a la caída del imperio, se da una violenta reestructuración de las
naciones y fronteras, la literatura de esta época se desarrolla también en torno al héroe y a la
nación, representada por la monarquía.
Características de la literatura antigua:
 El héroe como figura protagónica
 Un sentido de trascendencia en las acciones (tono dramático)
 Presencia de elementos míticos religiosos
 Estructurada en cantos (rimas)
 Sentimiento nacionalista
 Anonimato de los autores
 Modos rituales de transmitirse en sociedad (fiestas, eventos religiosos, eventos
artísticos).
Un ejemplo de esta época literaria sería el siguiente fragmento de La Odisea de Homero:
" Entretanto la sólida nave en su curso ligero
se enfrentó a las Sirenas: un soplo feliz la impelía
mas de pronto cesó aquella brisa, una calma profunda
se sintió alrededor: algún dios alisaba las olas.
Levantáronse entonces mis hombres, plegaron la vela,
la dejaron caer al fondo del barco y, sentándose al remo,
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blanqueaban de espumas el mar con las palas pulidas.
Yo entretanto cogí el bronce agudo, corté un pan de cera
y, partiéndolo en trozos pequeños, los fui pellizcando
con mi mano robusta: ablandáronse pronto, que eran
poderosos mis dedos y el fuego del sol de lo alto.
Uno a uno a mis hombres con ellos tapé los oídos
y, a su vez, me ataron de piernas y manos
en el mástil, derecho, con fuertes maromas y, luego,
a azotar con los remos volvieron al mar espumante.
Ya distaba la costa no más que el alcance de un grito
y la nave crucera volaba, mas bien percibieron
las Sirenas su paso y alzaron su canto sonoro:
"Llega acá, de los dánaos honor, gloriosísimo Ulises,
de tu marcha refrena el ardor para oír nuestro canto,
porque nadie en su negro bajel pasa aquí sin que atienda
a esta voz que en dulzores de miel de los labios nos fluye.
Quien la escucha contento se va conociendo mil cosas:
los trabajos sabemos que allá por la Tróade y sus campos
de los dioses impuso el poder a troyanos y argivos
y aún aquello que ocurre doquier en la tierra fecunda".
Época moderna
Se considera literatura moderna o literatura de la Edad Moderna a las obras surgidas a partir de
finales del siglo XV, con el Renacimiento, y hasta la primera mitad del siglo XVIII, con el
Neoclasicismo. Este periodo de la literatura, igual al arte en general, es denominado así gracias a
las grandes transformaciones de la Edad Moderna en Europa: El renacimiento y la Ilustración.
En esta época literaria, el Renacimiento, es el momento cumbre en el que se logra la mejor
ejecución de las normas técnicas establecidas con anterioridad. Los autores renacentistas leyeron
a los griegos y romanos clásicos, desarrollando apropiaciones de gran valor artístico, como es el
caso de Dante Alighieri, William Shakespeare y Miguel de Cervantes Saavedra, entre otros.
Características de la literatura moderna:
 Se reconoce la herencia de la tradición grecorromana
 Se le conoce como la edad de la razón, ya que es una literatura de ideas
 Se consolida el ensayo como género literario
 Se le da mayor importancia a la crítica por medio de la literatura
 Con la llegada del romanticismo cambian los paradigmas.
Un ejemplo de un texto literario de la literatura moderna es La divina comedia, del autor Dante
Alighieri:
Canto XIII del Purgatorio
(Fragmento)
Llegados al segundo círculo, los dos poetas oyen ignotas voces que celebran ejemplos de caridad,
y después ven las almas de los envidiosos que, revestidos de vil cilicio y con un alambre, están
sentados en torno al costado del monte. Entre ellas se encuentran a la sienesa Suia, de los
Saracini.
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Estábamos en lo alto de la escala
Donde por segunda vez se replega
El monte, que subiendo nos descarga:
Allí también con una cornisa cerca
En torno al poyo, como la primera,
Sólo que el arco suyo antes se cierra
No hay signos ni esculturas que aparezcan;
Tiene la orilla y el camino franco
El lívido color de aquella piedra.
Época contemporánea
Literatura contemporánea, que puede considerarse a partir del siglo XIX y hasta nuestros días,
reconfigura muchas de las aportaciones técnicas de la literatura anterior. Es difícil hablar de ella en
general, ya que una de sus características principales es su gran diversidad.
La actitud modernista en el arte y en la literatura se caracteriza por su interés en los lenguajes y
formas no tradicionalmente artísticas: la calle, la guerra, los individuos marginados, las máquinas,
etc. Entre fines del siglo XIX y principios del XX surgen los movimientos artísticos conocidos como
las vanguardias, que en general, proponían una ruptura con las formas tradicionales de hacer e
incluso de exponer el arte. La presencia de las guerras mundiales, la revolución soviética y la
guerra civil española, todo ella en la misma época, acentúan la actitud de rebeldía innovadora de
estos grupos.
Vanguardia
Expresionismo
País de origen
Alemania
Dadaísmo
Alemania
Cubismo
Francia
Surrealismo
Francia
Futurismo
Italia
Creacionismos
Francia
Existencialismo
Francia
Características
Emocionalidad
pesimistas.
Sentido de juego e
ironía
Estructura
de
realidades
simultáneas.
Exploración de lo
irracional y sensorial
Estética
de
las
máquinas, la industria
y la guerra.
Uso innovador del
lenguaje alejado de
su sentido racional
Pesimismo,
cuestionamiento ético
de la sociedad.
Autores
 James Joyce
 Franz Kafka
 Tristán Tzara
 Paul Valery
 Guillaume
Apollinaire
 André Breton
 Paul Eluard
 Filippo
Tomasso
Marinetii
 Vicente
Huidobro
 Pierre
Reverdy
 Jean
Paul
Sartre
 Albert Camus
 Henrich Böll
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Características de la literatura de vanguardia:
1. Se pasa de la figura del héroe a la del hombre común.
2. Se abordan conflictos urbanos y cotidianos
3. Interés por la psicología y la individualidad
4. Libertad en cuanto a estructuras normativas del lenguaje
5. El lenguaje se dirige hacia la improvisación y lo coloquial
6. Rechazo al orden y la racionalidad, se exploran el humor y el absurdo
7. El sentimiento nacionalista es abandonado, numerosos escritores son migrantes y los
grupos artísticos integran autores de nacionalidades distintas.
Ejemplo:
La muerte, el amor, la vida…
Creí que me rompería lo inmenso lo profundo.
Con mi pena desnuda, sin contacto, sin eco,
Me tendí en mí prisión de puertas vírgenes
Como un muerto sensato que había sabido morir.
Un muerto coronado sólo de su nada…
Me tendí sobre las olas absurdas del verano
Absorbido por amor a la ceniza.
La soledad me pareció más viva que la sangre.
Paul Éluard.
Características de la literatura contemporánea:
 Los protagonistas son personajes comunes, sin idealización
 Los conflictos se abordan desde la psicología, mas se relacionan con grandes con grandes
conflictos sociales como la migración y la vida urbana.
 Predomina su sentido del humor negro, que sustituye al dramatismo o pesimismo
 Se abordan los grandes conflictos históricos desde la experiencia de los individuos
 Los textos hacen evidente su relación y la influencia recibida de otros textos
 Permanece el sentimiento de soledad y cosmopolitismo, sobre el sentido nacionalista
 Los autores apuestan por la sencillez en el lenguaje, para favorecer la cercanía con sus
lectores.
El avión de la bella durmiente
Gabriel García Márquez
(Fragmento)
Era bella, elástica, con una piel tierna de color de pan y ojos de almendras verdes, y tenía el
cabello liso y negro y largo hasta la espalda, y una aura de antigüedad que lo mismo podía ser de
Indonesia que de los Andes. Estaba vestida con un gusto sutil: chaqueta de lince, blusa de seda
natural con flores muy tenues, pantalones de lino crudo, y unos zapatos lineales del color de las
bugambilias. “Esta es la mujer más bella que he visto en mi vida”, pensé cuando la vi pasa con sus
sigilosos trancos de leona, mientras yo hacía cola para abordar el avión de Nueva York en el
aeropuerto Charles de Gaulle de París. Fue una aparición sobrenatural que existió sólo un instante
y, desapareció en la muchedumbre del vestíbulo.
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Instrucción: A partir de las épocas literarias y, en función de los datos proporcionados sobre las
características de cada una de ellas, lee los siguientes textos y coloca sobre la línea que aparece
bajo de ellos la época a la que corresponde. Con el propósito de tengas más elementos para
complementar la actividad que se solicita, investiga la biografía del autor de cada texto.
Argumenta el por qué de tu respuesta.
Instrucciones para llorar
Julio Cortázar
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto
un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe
semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido
espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el
momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted
mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior,
piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no
entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la
palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en
un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.
FIN
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Desde Creta ven, Afrodita
Safo
Desde Creta ven, Afrodita, aquí
a este sacro templo, que un bello bosque
de manzanos hay, y el incienso humea
ya en los altares;
suena fresca el agua por los manzanos
y las rosas dan al lugar su sombra,
y un profundo sueño de aquellas hojas
trémulas baja;
pasto de caballos, el prado allí
lleno está de flores de primavera
y las brisas soplan oliendo a miel...
Ven, Chipriota, aquí y, tras tomar guirnaldas,
en doradas copas alegremente
mezclarás el néctar para escanciarlo
con la alegría
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Capítulo XXXIII
Donde se cuenta la novela del Curioso impertinente
Miguel de Cervantes Saavedra
(Fragmento)
En Florencia, ciudad rica y famosa de Italia, en la provincia que llaman Toscana, vivían Anselmo y
Lotario, dos caballeros ricos y principales, y tan amigos, que por excelencia y antonomasia de
todos los que los conocían "los dos amigos" eran llamados. Eran solteros, mozos de una misma
edad y de unas mismas costumbres, todo lo cual era bastante causa a que los dos con recíproca
amistad se correspondiesen. Bien es verdad que el Anselmo era algo más inclinado a los
pasatiempos amorosos que el Lotario, al cual llevaban tras sí los de la caza. Pero cuando se ofrecía
dejaba Anselmo de acudir a sus gustos por seguir los de Lotario, y Lotario dejaba los suyos por
acudir a los de Anselmo; y de esta manera andaban tan a una sus voluntades, que no había
concertado reloj que así lo anduviese.
Andaba Anselmo perdido de amores de una doncella principal y hermosa de la misma ciudad, hija
de tan buenos padres, y tan buena ella por sí, que se determinó, con el parecer de su amigo
Lotario, sin el cual ninguna cosa hacía, de pedirla por esposa a sus padres; y, así, lo puso en
ejecución; y el que llevó la embajada fue Lotario, y el que concluyó el negocio tan a gusto de su
amigo, que en breve tiempo se vio puesto en la posesión que deseaba, y Camila tan contenta de
haber alcanzado a Anselmo por esposo, que no cesaba de dar gracias al cielo y a Lotario, por cuyo
medio tanto bien le había venido.
Los primeros días, como todos los de boda suelen ser alegres, continuó Lotario, como solía, la casa
de su amigo Anselmo, procurando honrarle, festejarle y regocijarle con todo aquello que a él le fue
posible. Pero acabadas las bodas, y sosegada ya la frecuencia de las visitas y parabienes, comenzó
Lotario a descuidarse con cuidado de las idas en casa de Anselmo, por parecerle a él, como es
razón que parezca a todos los que fueren discretos, que no se han de visitar ni continuar las casas
de los amigos casados de la misma manera que cuando eran solteros; porque aunque la buena y
verdadera amistad no puede ni debe de ser sospechosa en nada, con todo esto es tan delicada la
honra del casado, que parece que se puede ofender aun de los mismos hermanos, cuanto más de
los amigos.
Notó Anselmo la remisión de Lotario, y formó de él quejas grandes, diciéndole que si él supiera
que el casarse había de ser parte para no comunicarle como solía, que jamás lo hubiera hecho; y
que si por la buena correspondencia que los dos tenían mientras él fue soltero habían alcanzado
tan dulce nombre como el de ser llamados "los dos amigos", que no permitiese por querer hacer
del circunspecto, sin otra ocasión alguna, que tan famoso y tan agradable nombre se perdiese; y
que, así, le suplicaba, si era lícito que tal término de hablar se usase entre ellos, que volviese a ser
señor de su casa y a entrar y salir en ella como de antes, asegurándole que su esposa Camila no
tenía otro gusto ni otra voluntad que la que él quería que tuviese; y que por haber sabido ella con
cuántas veras los dos se amaban, estaba confusa de ver en él tanta esquivez.
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BLOQUE II RECONOCES EL GENERO NARRATIVO
Género narrativo
Subgéneros menores:
Fábula
Leyenda
Mito
Epopeya
Subgéneros mayores:
Novela
Cuento
Estructura de la narración
Narrador
Ordenación de los hechos
Personajes
Tipos de narrador
GENEROS LITERARIOS
Como vimos en el bloque anterior, los griegos dividieron la producción literaria en tres grandes
géneros: la épica, la lírica y el drama, que a su vez tenía dos subgéneros. Posteriormente el
desarrollo de la cultura clásica, durante la etapa de la literatura, cultivó de manera particular los
subgéneros literarios, que se sustentan ante todo en el texto oral, más que en el escrito, y se
derivan todos ellos de la Épica, ya que en este género es en que las acciones ocurridas tienen el
papel principal en el texto. Actualmente la narrativa se divide en subgéneros menores: fábula,
leyenda, mito y epopeya; y los llamados subgéneros mayores: cuento y novela. El género narrativo
tiene su origen en los subgéneros menores. Sin embargo, a la par que se lograba consolidar al
cultura y la lengua de cada pueblo, también se desarrollaban nuevas formas de contar historias.
Fue hasta finales de la Edad Media que la narrativa se consolida, tal y como la conocemos ahora
con la aparición de la novela.
Se denomina género literario a cada una de las clases en que se dividen los textos literarios,
escritos por los autores con una finalidad determinada. Cada género literario comprende, a su vez,
otros subgéneros literarios.
Cada género tiene sus rasgos característicos:
1. Género lírico: Se usa para expresar sentimientos y para ello, emplea generalmente el
verso.
2. Género dramático: Es aquél destinado a ser representado ante unos espectadores. Los
personajes intervienen sin la mediación de ningún narrador, siguiendo las indicaciones
sobre vestuario, gestos, movimientos, etc. que contienen las acotaciones del texto teatral.
13
3. Género narrativo: Se utiliza para presentar historias realizadas por personajes que pueden
intervenir mediante el diálogo. El narrador cuenta la historia y para ello puede utilizar
distintas formas de elocución, esto es, la narración, la descripción, la exposición o la
argumentación.
Pero sigamos ampliando las características del género narrativo para que lo conozcas a
profundidad:
1.
2.
3.
4.
Se relata una historia en la que ocurren acciones
La historia es contada, existe algún tipo de narrador
Existe una relación de conflicto entre acciones o intenciones (conflicto central)
Dicha relación de fuerza establece los roles del protagonista y el antagonista, que son los
principales personajes que viven la ficción
5. La historia ocurre a lo largo de un tiempo que tiene una importancia en el desarrollo y las
consecuencias de las acciones
6. El desarrollo de las acciones va creando una relación afectiva entre el lector y los
personajes (empatía, antipatía)
7. El desenlace, sobre todo para el lector, constituye en cierre de la intriga creada con el
conflicto central. Así el lector al final sabe qué ocurrió o puede predecir lo que va a ocurrir.
Subgéneros literarios
Llamamos subgéneros literarios a cada uno de los tipos de textos que se incluyen en los
anteriores géneros señalados, caracterizados porque todos tienen rasgos comunes del
género al que pertenecen.
A continuación te presentamos un cuadro sinóptico con los subgéneros que constituyen al
género narrativo.
SUBGENERO NARRATIVO



Fábula



Leyenda


CARACTERISTICAS
Es un relato breve, cuyas acciones
principales les ocurren a animales o plantas
Su objetivo es exponer los vicios y virtudes
de los seres humanos en forma reflexiva
Presenta valores contrapuestos para
ofrecer al lector una enseñanza moral
Esta enseñanza se llama moraleja y suele
aparecer al final del texto
Su origen se remonta a las culturas
antiguas y hasta nuestros días prevalece
con ciertas variantes
Se trata de un texto breve de transmisión
originalmente oral
Se le considera anónimo, es patrimonio de
una comunidad, por lo tanto puede haber
variaciones dentro de una misma leyenda
Está basada en hechos, personajes y
lugares reales, las leyendas dan referencias
geográficas o temporales
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



Mito




Epopeya




Cuento



Expresa los valores y la forma de vida de la
comunidad que las crea
Por lo general, muestra hechos
exagerados, inverosímiles, a manera de
símbolos; hay una relación entre lo
humano y lo sobrenatural.
Su origen es la tradición oral, aunque
muchos de ellos permanecen hoy escritos y
dan sustento a distintas religiones
Abordan un tema complejo de explicar y
trascendente para la cultura que lo crea
(origen de su pueblo, la muerte, la creación
de la tierra, etc.).
Son protagonizados por personajes
sobrenaturales o extraordinarios, como
dioses o héroes que simbolizan diferentes
valores
Se transmitía de manera oral, como forma
de difundir los hechos heroicos realizados
en su comunidad o nación
A su protagonista se le llana “héroe total”,
ya que reúne todas las cualidades
apreciadas en una cultura
Relata acciones bélicas encabezadas por un
héroe, entre cuyos valores destacan el
nacionalismo y la fidelidad a su gobernante
Emplea elementos sobrenaturales para
destacar la grandeza del héroe y la
magnitud de los peligros que enfrenta
Está basado en personajes o sucesos
reales, trascendentes para la historia de la
comunidad.
Tiene su origen en la tradición oral, se
caracteriza por narrar un solo conflicto en
concreto
Su temática ha variado profundamente con
el tiempo. En su origen, los cuentos
infantiles promovían algún tipo de
enseñanza
Se caracteriza por contar con pocos
personajes, todos ellos ligados en torno a
una acción principal.
La narración es ágil, de tal forma que el
texto puede ser contado o leído todo de
una sola vez.
Texto que se aparece en forma escrita, se
15

Novela




caracteriza por ser extenso y poseer una
trama compleja
Aborda múltiples conflictos en los cuales
destaca tonto el protagonista como los
personajes secundarios
Se ocupa de un periodo extenso en la vida
de su personaje protagónico
Posee numerosos personajes y acciones
Profundiza en la psicología de los
personajes
Se da una trasformación en el personaje
protagónico, entre el principio de la
historia y su desenlace
En el género narrativo existe una gran importancia en cuanto a cada uno de los elementos que
constituyen a la historia, en ella conocemos el conflicto central, eje de la trama, ya que las
acciones se desencadenan a partir de este asunto. Por lo tanto, a continuación, tematizaremos en
qué consisten cada una de las partes que componen, estructuralmente, al género narrativo.
Tipos de personaje
Personaje protagonista: es aquel o aquellos que realizan o a quienes les ocurre el conflicto
central. Este personaje se muestra a profundidad y con frecuencia en el texto, crear determinada
empatía con el lector.
Personaje antagónico: es aquel que se opone a los deseos del protagonista y establece con él un
duelo simbólico, dicho duelo es el motivo principal para el desarrollo del conflicto central. El
antagonista de un texto narrativo puede no ser una persona en sí, sino un animal, un objeto, una
condición climática o una característica del propio protagonista.
Personaje secundario: es un personaje cercano al protagonista, al antagonista o directamente al
conflicto central; sus acciones, producto de sus decisiones, afectan el desarrollo de la historia.
Personaje ambiental: es un personaje que aparece para complementar la situación, de tal manera
que resulte verosímil, sin embargo, sus acciones son irrelevantes para el conflicto central. Este tipo
de personaje se conoce mínimamente, ya que no se relaciona con el interés de la historia.
Caracterización y características de los personajes
Al proceso mediante el cual un autor da a conocer a sus personajes, es decir, la estrategia para
que lo imaginemos, se le llama caracterización. En este proceso el autor otorga características al
personaje, que pueden ser internas como carácter, personalidad, experiencias, rasgos
psicológicos, etc.; o bien, externas que se refiere a su forma física, edad, modo de vestir, de andar,
gestos, cicatrices o rasgos que lo distinguen de manera particular, etc.
Conflicto: es la fuerza que desencadena la historia. Es el campo de tensión entre un personaje
protagonista y un personaje o elemento antagonista. Los conflictos pueden ser internos o
externos.
Tiempo
La temporalidad en la cual el autor sitúa su historia determina el ritmo con el que se desarrolla la
trama, por lo tanto es fundamental que sepas apreciar cómo se da en la obra o relato que lees.
16
Existen dos temporalidades principales: tiempo de fábula o lineal, es cuando la historia transcurre
en orden cronológico de principio a fin; en otro orden temporal se le conoce como tiempo de
intriga, debido a que existen saltos temporales en el planteamiento de la historia, es decir, el
personaje o voz narrativa, puede ir del presente al pasado o bien, recurrir a un proyección de su
vida hacia un futuro, por lo tanto, no existe un orden cronológico o lineal. En relación con el
tiempo, se puede jugar con distintas técnicas y recursos narrativos como se muestra en las
siguientes tablas:
Tiempo lineal
Tiempo cíclico
Tiempo invertido
Diario o epistolario
Elipsis
Ralentí
Analepsis
Prolepsis
TECNICAS
El tiempo lineal transcurre en orden cronológico de principio a fin.
La historia reinicia en el punto mismo en el que empezó.
La historia comienza en un punto y desarrolla los hechos hacia el
pasado.
La historia se cuenta con los escritos o cartas de él o los
personajes, en los cuales se van indicando las fechas con precisión.
RECURSOS
Constituye un salto temporal, se omite en la narración un periodo
que resulta irrelevante para el desarrollo del conflicto.
Es el recurso contrario del anterior, la narración divaga detenido
en la acción y alargando el tiempo, lo cual contribuye a crear
suspenso.
Se hace un traslado hacia atrás en el tiempo, usualmente
siguiendo el recuerdo de alguno de los personajes, o bien,
aportando los antecedentes del conflicto central que ya se ha
presentado.
Se hace un salto hacia adelante en el tiempo, sin seguir un orden
lineal; se adelanta la situación de los personajes hacia el futuro,
después de lo cual, el curso de las acciones puede volver al orden
temporal que había venido desarrollando antes.
La diferencia entre una técnica y un recurso literario, es que la técnica se emplea para estructurar
totalmente el texto, mientras que los recursos se aplican en ciertos momentos, y no en la obra
completa.
El narrador, al contar las acciones del relato, puede hacerlo en tiempo pasado, presente o futuro,
según el uso que haga de los verbos. Esto provoca impresiones distintas en el lector, el pasado
crea un tono de nostalgia, mientras que el presente tiene un efecto más vivo y el futuro logra
suspenso, pues supone que la acción se desarrolla en el momento en el cual se lee.
Dado que un texto narrativo relata acciones se requiere que en su estructura de un narrador (voz
que cuenta la historia); si éste está fuera de la historia se le conoce cono narrador heterodiegético;
si participa en la historia se le conoce como narrador homodiegético. Según su relación con las
acciones centrales le narrador puede ser de distintos tipos:
TIPOS DE NARRADOR
Es un narrador que nunca se muestra en la
historia, no habla de sí mismo, no interviene en
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Narrador Omnisciente
Narrador protagonista
Narrador personaje
Narrador testigo
absoluto en la acción central del relato, sino
que está “fuera de él”, por lo tanto se dice que
“lo sabe todo”. Él conoce los pensamientos y las
acciones de todos los personajes y las va
soltando de poco a poco para generar intriga.
Es el caso contrario del narrador omnisciente.
Este narrador está dentro de la historia y es el
centro de las acciones. A él, o entorno a su
persona es que ocurre el conflicto central del
relato, y es él mismo quien establece una lucha
de fuerzas con el antagonista. Este es un
narrador homodiegético; está totalmente
implicado en los conflictos, por eso sólo pude
hacer una narración subjetiva de ellos.
Está en la historia pero no es el personaje
central al que le ocurren los hechos, aunque sí
está involucrado con ellos, de tal manera que su
presencia en la trama modifica el curso del
conflicto central. Se trata de un conocido,
familiar o compañero de los personajes
principales. Conoce los detalles del asunto pero
no lo ve con objetividad, sino de acuerdo con
sus emociones o intereses que pone en juego
en la situación.
Conoce los hechos de primera mano, pero no
tiene ningún vínculo directo con el conflicto
central o con el desarrollo de la historia, pero
no involucrado afectivamente en ella; se incluye
en la narración sólo como un observador que
presencia los hechos.
Instrucción: A partir de la lectura del siguiente texto determina de qué subgénero narrativo se
trata. Realiza las caracterizaciones de los personajes, tanto físicas como psicológicas y finalmente,
explica qué tipo de narrador se encuentra en el relato.
JUAN DARIEN
Horacio Quiroga
Aquí se cuenta la historia de un tigre que se crió y educó entre los hombres, y que se llamaba Juan
Darién. Asistió cuatro años a la escuela vestido de pantalón y camisa, y dio sus lecciones
correctamente, aunque era un tigre de las selvas; pero esto se debe a que su figura era de
hombre, conforme se narra en las siguientes líneas.
Una vez, a principio de otoño, la viruela visitó un pueblo de un país lejano y mató a muchas
personas. Los hermanos perdieron a sus hermanitas, y las criaturas que comenzaban a caminar
quedaron sin padre ni madre. Las madres perdieron a su vez a sus hijos, y una pobre mujer joven y
viuda llevó ella misma a enterrar a su hijito, lo único que tenía en este mundo. Cuando volvió a su
casa, se quedó sentada pensando en su chiquillo. Y murmuraba:
18
-Dios debía haber tenido más compasión de mí, y me ha llevado a mi hijo. En el cielo podrá haber
ángeles, pero mi hijo no los conoce. Y a quien él conoce bien es a mí, ¡pobre hijo mío!
Y miraba a lo lejos, pues estaba sentada en el fondo de su casa, frente a un portoncito donde se
veía la selva.
Ahora bien; en la selva había muchos animales feroces que rugían al caer la noche y al amanecer. Y
la pobre mujer, que continuaba sentada, alcanzó a ver en la oscuridad una cosa chiquita y
vacilante que entraba por la puerta, como un gatito que apenas tuviera fuerzas para caminar. La
mujer se agachó y levantó en las manos un tigrecito de pocos días, pues aún tenía los ojos
cerrados. Y cuando el mísero cachorro sintió el contacto de las manos, runruneó de contento,
porque ya no estaba solo. La madre tuvo largo rato suspendido en el aire aquel pequeño enemigo
de los hombres, a aquella fiera indefensa que tan fácil le hubiera sido exterminar. Pero quedó
pensativa ante el desvalido cachorro que venía quién sabe de dónde y cuya madre con seguridad
había muerto. Sin pensar bien en lo que hacía llevó al cachorrito a su seno y lo rodeó con sus
grandes manos. Y el tigrecito, al sentir el calor del pecho, buscó postura cómoda, runruneó
tranquilo y se durmió con la garganta adherida al seno maternal.
La mujer, pensativa siempre, entró en la casa. Y en el resto de la noche, al oír los gemidos de
hambre del cachorrito, y al ver cómo buscaba su seno con los ojos cerrados, sintió en su corazón
herido que, ante la suprema ley del Universo, una vida equivale a otra vida.
Y dio de mamar al tigrecito.
El cachorro estaba salvado, y la madre había hallado un inmenso consuelo. Tan grande su
consuelo, que vio con terror el momento en que aquél le sería arrebatado, porque si se llegaba a
saber en el pueblo que ella amamantaba a un ser salvaje, matarían con seguridad a la pequeña
fiera. ¿Qué hacer? El cachorro, suave y cariñoso -pues jugaba con ella sobre su pecho- era ahora su
propio hijo.
En estas circunstancias, un hombre que una noche de lluvia pasaba corriendo ante la casa de la
mujer, oyó un gemido áspero -el ronco gemido de las fieras que, aún recién nacidas, sobresaltan al
ser humano-. El hombre se detuvo bruscamente, y mientras buscaba a tientas el revólver, golpeó
la puerta. La madre, que había oído los pasos, corrió loca de angustia a ocultar el tigrecito en el
jardín. Pero su buena suerte quiso que al abrir la puerta del fondo se hallara ante una mansa, vieja
y sabia serpiente que le cerraba el paso. La desgraciada mujer iba a gritar de terror, cuando la
serpiente habló así:
-Nada temas, mujer -le dijo-. Tu corazón de madre te ha permitido salvar una vida del Universo,
donde todas las vidas tienen el mismo valor. Pero los hombres no te comprenderán, y querrán
matar a tu nuevo hijo. Nada temas, ve tranquila. Desde este momento tu hijo tiene forma
humana; nunca lo reconocerán. Forma su corazón, enséñale a ser bueno como tú, y él no sabrá
jamás que no es hombre. A menos... a menos que una madre de entre los hombres lo acuse; a
menos que una madre no le exija que devuelva con su sangre lo que tú has dado por él, tu hijo
será siempre digno de tí. Ve tranquila, madre, y apresúrate, que el hombre va a echar la puerta
abajo.
19
Y la madre creyó a la serpiente, porque en todas las religiones de los hombres la serpiente conoce
el misterio de las vidas que pueblan los mundos. Fue, pues, corriendo a abrir la puerta, y el
hombre, furioso, entró con el revólver en la mano y buscó por todas partes sin hallar nada. Cuando
salió, la mujer abrió, temblando, el rebozo bajo el cual ocultaba al tigrecito sobre su seno, y en su
lugar vio a un niño que dormía tranquilo. Traspasada de dicha, lloró largo rato en silencio sobre su
salvaje hijo hecho hombre; lágrimas de gratitud que doce años más tarde ese mismo hijo debía
pagar con sangre sobre su tumba.
Pasó el tiempo. El nuevo niño necesitaba un nombre: se le puso Juan Darién. Necesitaba
alimentos, ropa, calzado: se le dotó de todo, para lo cual la madre trabajaba día y noche. Ella era
aún muy joven, y podría haberse vuelto a casar, si hubiera querido; pero le bastaba el amor
entrañable de su hijo, amor que ella devolvía con todo su corazón.
Juan Darién era, efectivamente, digno de ser querido: noble, bueno y generoso como nadie. Por su
madre, en particular, tenía una veneración profunda. No mentía jamás. ¿Acaso por ser un ser
salvaje en el fondo de su naturaleza? Es posible; pues no se sabe aún qué influencia puede tener
en un animal recién nacido la pureza de un alma bebida con la leche en el seno de una santa
mujer.
Tal era Juan Darién. E iba a la escuela con los chicos de su edad, los que se burlaban a menudo de
él, a causa de su pelo áspero y su timidez. Juan Darién no era muy inteligente; pero compensaba
esto con su gran amor al estudio.
Así las cosas, cuando la criatura iba a cumplir diez años, su madre murió. Juan Darién sufrió lo que
no es decible, hasta que el tiempo apaciguó su pena. Pero fue en adelante un muchacho triste,
que sólo deseaba instruirse.
Algo debemos confesar ahora: a Juan Darién no se le amaba en el pueblo. La gente de los pueblos
encerrados en la selva no gustan de los muchachos demasiado generosos y que estudian con toda
el alma. Era, además, el primer alumno de la escuela. Y este conjunto precipitó el desenlace con
un acontecimiento que dio razón a la profecía de la serpiente.
Aprontábase el pueblo a celebrar una gran fiesta, y de la ciudad distante habían mandado fuegos
artificiales. En la escuela se dio un repaso general a los chicos, pues un inspector debía venir a
observar las clases. Cuando el inspector llegó, el maestro hizo dar la lección al primero de todos: a
Juan Darién. Juan Darién era el alumno más aventajado; pero con la emoción del caso, tartamudeó
y la lengua se le trabó con un sonido extraño. El inspector observó al alumno un largo rato, y habló
en seguida en voz baja con el maestro.
-¿Quién es ese muchacho? -le preguntó-. ¿De dónde ha salido?
-Se llama Juan Darién -respondió el maestro- y lo crió una mujer que ya ha muerto; pero nadie
sabe de dónde ha venido.
-Es extraño, muy extraño... -murmuró el inspector, observando el pelo áspero y el reflejo verdoso
que tenían los ojos de Juan Darién cuando estaba en la sombra.
20
El inspector sabía que en el mundo hay cosas mucho más extrañas que las que nadie puede
inventar, y sabía al mismo tiempo que con preguntas a Juan Darién nunca podría averiguar si el
alumno había sido antes lo que él temía: esto es, un animal salvaje. Pero así como hay hombres
que en estados especiales recuerdan cosas que les han pasado a sus abuelos, así era también
posible que, bajo una sugestión hipnótica, Juan Darién recordara su vida de bestia salvaje. Y los
chicos que lean esto y no sepan de qué se habla, pueden preguntarlo a las personas grandes.
Por lo cual el inspector subió a la tarima y habló así:
-Bien, niño. Deseo ahora que uno de ustedes nos describa la selva. Ustedes se han criado casi en
ella y la conocen bien. ¿Cómo es la selva? ¿Qué pasa en ella? Esto es lo que quiero saber. Vamos a
ver, tú -añadió dirigiéndose a un alumno cualquiera-. Sube a la tarima y cuéntanos lo que hayas
visto.
El chico subió, y aunque estaba asustado, habló un rato. Dijo que en el bosque hay árboles
gigantes, enredaderas y florecillas. Cuando concluyó, pasó otro chico a la tarima, después otro. Y
aunque todos conocían bien la selva, respondieron lo mismo, porque los chicos y muchos hombres
no cuentan lo que ven, sino lo que han leído sobre lo mismo que acaban de ver. Y al fin el
inspector dijo:
-Ahora le toca al alumno Juan Darién.
Juan Darién subió a la tarima, se sentó y dijo más o menos lo que los otros. Pero el inspector,
poniéndole la mano sobre el hombro, exclamó:
-No, no. Quiero que tú recuerdes bien lo que has visto. Cierra los ojos.
Juan Darién cerró los ojos.
-Bien -prosiguió el inspector-. Dime lo que ves en la selva.
Juan Darién, siempre con los ojos cerrados, demoró un instante en contestar.
-No veo nada -dijo al fin.
-Pronto vas a ver. Figurémonos que son las tres de la mañana, poco antes del amanecer. Hemos
concluido de comer, por ejemplo... estamos en la selva, en la oscuridad... Delante de nosotros hay
un arroyo... ¿Qué ves?
Juan Darién pasó otro momento en silencio. Y en la clase y en el bosque próximo había también un
gran silencio. De pronto Juan Darién se estremeció, y con voz lenta, como si soñara, dijo:
-Veo las piedras que pasan y las ramas que se doblan. .. Y el suelo. .. Y veo las hojas secas que se
quedan aplastadas sobre las piedras...
-¡Un momento! -le interrumpió el inspector-. Las piedras y las hojas que pasan: ¿a qué altura las
ves?
21
El inspector preguntaba esto porque si Juan Darién estaba "viendo" efectivamente lo que él hacía
en la selva cuando era animal salvaje e iba a beber después de haber comido, vería también que
las piedras que encuentra un tigre o una pantera que se acercan muy agachados al río pasan a la
altura de los ojos. Y repitió:
-¿A qué altura ves las piedras?
Y Juan Darién, siempre con los ojos cerrados, respondió:
-Pasan sobre el suelo. . . Rozan las orejas. . . Y las hojas sueltas se mueven con el aliento... Y siento
la humedad del barro en...
La voz de Juan Darién se cortó.
-¿En dónde? -preguntó con voz firme el inspector- ¿Dónde sientes la humedad del agua?
-¡En los bigotes!-dijo con voz ronca Juan Darién, abriendo los ojos espantado.
Comenzaba el crepúsculo, y por la ventana se veía cerca la selva ya lóbrega. Los alumnos no
comprendieron lo terrible de aquella evocación; pero tampoco se rieron de esos extraordinarios
bigotes de Juan Darién, que no tenía bigote alguno. Y no se rieron, porque el rostro de la criatura
estaba pálido y ansioso.
La clase había concluido. El inspector no era un mal hombre; pero, como todos los hombres que
viven muy cerca de la selva, odiaba ciegamente a los tigres; por lo cual dijo en voz baja al maestro:
-Es preciso matar a Juan Darién. Es una fiera del bosque, posiblemente un tigre. Debemos matarlo,
porque si no, él, tarde o temprano, nos matará a todos. Hasta ahora su maldad de fiera no ha
despertado; pero explotará un día u otro, y entonces nos devorará a todos, puesto que le
permitimos vivir con nosotros. Debemos, pues, matarlo. La dificultad está en que no podemos
hacerlo mientras tenga forma humana, porque no podremos probar ante todos que es un tigre.
Parece un hombre, y con los hombres hay que proceder con cuidado. Yo sé que en la ciudad hay
un domador de fieras. Llamémoslo, y él hallará modo de que Juan Darién vuelva a su cuerpo de
tigre. Y aunque no pueda convertirlo en tigre, las gentes nos creerán y podremos echarlo a la
selva. Llamemos en seguida al domador, antes que Juan Darién se escape.
Pero Juan Darién pensaba en todo, menos en escaparse, porque no se daba cuenta de nada.
¿Cómo podía creer que él no era hombre, cuando jamás había sentido otra cosa que amor a todos,
y ni siquiera tenía odio a los animales dañinos?
Mas las voces fueron corriendo de boca en boca, y Juan Darién comenzó a sufrir sus efectos. No le
respondían una palabra, se apartaban vivamente a su paso, y lo seguían desde lejos de noche.
-¿Qué tendré? ¿Por qué son así conmigo? -se preguntaba Juan Darién.
Y ya no solamente huían de él, sino que los muchachos le gritaban:
-¡Fuera de aquí! ¡Vuélvete donde has venido! ¡Fuera!
22
Los grandes también, las personas mayores, no estaban menos enfurecidas que los muchachos.
Quién sabe qué llega a pasar si la misma tarde de la fiesta no hubiera llegado por fin el ansiado
domador de fieras. Juan Darién estaba en su casa preparándose la pobre sopa que tomaba,
cuando oyó la gritería de las gentes que avanzaban precipitadas hacia su casa. Apenas tuvo tiempo
de salir a ver qué era: Se apoderaron de él, arrastrándolo hasta la casa del domador.
-¡Aquí está! -gritaban, sacudiéndolo- ¡Es éste! ¡Es un tigre! ¡No queremos saber nada con tigres!
¡Quítele su figura de hombre y lo mataremos!
Y los muchachos, sus condiscípulos a quienes más quería, y las mismas personas viejas, gritaban:
-¡Es un tigre! ¡Juan Darién nos va a devorar! ¡Muera Juan Darién!
Juan Darién protestaba y lloraba porque los golpes llovían sobre él, y era una criatura de doce
años. Pero en ese momento la gente se apartó, y el domador, con grandes botas de charol, levita
roja y un látigo en la mano, surgió ante Juan Darién. E1 domador lo miró fijamente, y apretó con
fuerza el puño del látigo.
-¡Ah! -exclamó-. ¡Te reconozco bien! ¡A todos puedes engañar, menos a mí! ¡Te estoy viendo, hijo
de tigres! ¡Bajo tu camisa estoy viendo las rayas del tigre! ¡Fuera la camisa, y traigan los perros
cazadores! ¡Veremos ahora si los perros te reconocen como hombre o como tigre!
En un segundo arrancaron toda la ropa a Juan Darién y lo arrojaron dentro de la jaula para fieras.
-¡Suelten los perros, pronto! -gritó el domador-. ¡Y encomiéndate a los dioses de tu selva, Juan
Darién!
Y cuatro feroces perros cazadores de tigres fueron lanzados dentro de la jaula.
El domador hizo esto porque los perros reconocen siempre el olor del tigre; y en cuanto olfatearan
a Juan Darién sin ropa, lo harían pedazos, pues podrían ver con sus ojos de perros cazadores las
rayas de tigre ocultas bajo la piel de hombre.
Pero los perros no vieron otra cosa en Juan Darién que el muchacho bueno que quería hasta a los
mismos animales dañinos. Y movían apacibles la cola al olerlo
-¡Devóralo! ¡Es un tigre! ¡Toca! ¡Toca! -gritaban a los perros-. Y los perros ladraban y saltaban
enloquecidos por la jaula, sin saber a qué atacar.
La prueba no había dado resultado.
-¡Muy bien! -exclamó entonces el domador-. Estos son perros bastardos, de casta de tigre. No le
reconocen. Pero yo te reconozco, Juan Darién, y ahora nos vamos a ver nosotros.
Y así diciendo entró él en la jaula y levantó el látigo.
23
-¡Tigre! -gritó-. ¡Estás ante un hombre, y tú eres un tigre! ¡Allí estoy viendo, bajo tu piel robada de
hombre, las rayas de tigre! ¡Muestra las rayas!
Y cruzó el cuerpo de Juan Darién de un feroz latigazo. La pobre criatura desnuda lanzó un alarido
de dolor, mientras las gentes, enfurecidas, repetían.
-¡Muestra las rayas de tigre!
Durante un rato prosiguió el atroz suplicio; y no deseo que los niños que me oyen vean martirizar
de este modo a ser alguno.
-¡Por favor! ¡Me muero! -clamaba Juan Darién.
-¡Muestra las rayas! -le respondían.
Por fin el suplicio concluyó. En el fondo de la jaula, arrinconado, aniquilado en un rincón, sólo
quedaba su cuerpecito sangriento de niño, que había sido Juan Darién. Vivía aún, y aún podía
caminar cuando se le sacó de allí; pero lleno de tales sufrimientos como nadie los sentirá nunca.
Lo sacaron de la jaula, y empujándolo por el medio de la calle, lo echaban del pueblo. Iba
cayéndose a cada momento, y detrás de él iban los muchachos, las mujeres y los hombres
maduros, empujándolo.
-¡Fuera de aquí, Juan Darién! ¡Vuélvete a la selva, hijo de tigre y corazón de tigre! ¡Fuera, Juan
Darién!
Y los que estaban lejos y no podían pegarle, le tiraban piedras.
Juan Darién cayó del todo, por fin, tendiendo en busca de apoyo sus pobres manos de niño. Y su
cruel destino quiso que una mujer, que estaba parada a la puerta de su casa sosteniendo en los
brazos a una inocente criatura, interpretara mal ese ademán de súplica.
-¡Me ha querido robar a mi hijo! -gritó la mujer-. ¡Ha tendido las manos para matarlo! ¡Es un tigre!
¡Matémosle en seguida, antes que él mate a nuestros hijos!
Así dijo la mujer. Y de este modo se cumplía la profecía de la serpiente: Juan Darién moriría
cuando una madre de los hombres le exigiera la vida y el corazón de hombre que otra madre le
había dado con su pecho.
No era necesaria otra acusación para decidir a las gentes enfurecidas. Y veinte brazos con piedras
en la mano se levantaban ya para aplastar a Juan Darién cuando el domador ordenó desde atrás
con voz ronca:
-¡Marquémoslo con rayas de fuego! ¡Quemémoslo en los fuegos artificiales!
Ya comenzaba a oscurecer, y cuando llegaron a la plaza era noche cerrada. En la plaza habían
levantado un castillo de fuegos de artificio, con ruedas, coronas y luces de bengala. Ataron en lo
alto del centro a Juan Darién, y prendieron la mecha desde un extremo. El hilo de fuego corrió
24
velozmente subiendo y bajando, y encendió el castillo entero. Y entre las estrellas fijas y las ruedas
gigantes de todos colores, se vio allá arriba a Juan Darién sacrificado.
-¡Es tu último día de hombre, Juan Darién! -clamaban todos-. ¡Muestra las rayas!
-¡Perdón, perdón! -gritaba la criatura, retorciéndose entre las chispas y las nubes de humo. Las
ruedas amarillas, rojas y verdes giraban vertiginosamente, unas a la derecha y otras a la izquierda.
Los chorros de fuego tangente trazaban grandes circunferencias; y en el medio, quemado por los
regueros de chispas que le cruzaban el cuerpo, se retorcía Juan Darién.
-¡Muestra las rayas! -rugían aún de abajo.
-¡No, perdón! ¡Yo soy hombre! -tuvo aún tiempo de clamar la infeliz criatura. Y tras un nuevo
surco de fuego, se pudo ver que su cuerpo se sacudía convulsivamente; que sus gemidos adquirían
un timbre profundo y ronco; y que su cuerpo cambiaba poco a poco de forma. Y la muchedumbre,
con un grito salvaje de triunfo, pudo ver surgir por fin, bajo la piel del hombre, las rayas negras,
paralelas y fatales del tigre.
La atroz obra de crueldad se había cumplido; habían conseguido lo que querían. En vez de la
criatura inocente de toda culpa, allá arriba no había sino un cuerpo de tigre que agonizaba
rugiendo.
Las luces de bengala se iban también apagando. Un último chorro de chispas con que moría una
rueda alcanzó la soga atada a las muñecas (no: a las patas del tigre, pues Juan Darién había
concluido), y el cuerpo cayó pesadamente al suelo. Las gentes lo arrastraron hasta la linde del
bosque, abandonándolo allí para que los chacales devoraran su cadáver y su corazón de fiera.
Pero el tigre no había muerto. Con la frescura nocturna volvió en sí, y arrastrándose presa de
horribles tormentos se internó en la selva. Durante un mes entero no abandonó su guarida en lo
más tupido del bosque, esperando con sombría paciencia de fiera que sus heridas curaran. Todas
cicatrizaron por fin, menos una, una profunda quemadura en el costado, que no cerraba, y que el
tigre vendó con grandes hojas.
Porque había conservado de su forma recién perdida tres cosas: el recuerdo vivo del pasado, la
habilidad de sus manos, que manejaba como un hombre, y el lenguaje. Pero en el resto,
absolutamente en todo, era una fiera, que no se distinguía en lo más mínimo de los otros tigres.
Cuando se sintió por fin curado, pasó la voz a los demás tigres de la selva para que esa misma
noche se reunieran delante del gran cañaveral que lindaba con los cultivos. Y al entrar la noche se
encaminó silenciosamente al pueblo. Trepó a un árbol de los alrededores y esperó largo tiempo
inmóvil. Vio pasar bajo él sin inquietarse a mirar siquiera, pobres mujeres y labradores fatigados,
de aspecto miserable; hasta que al fin vio avanzar por el camino a un hombre de grandes botas y
levita roja.
El tigre no movió una sola ramita al recogerse para saltar. Saltó sobre el domador; de una
manotada lo derribó desmayado, y cogiéndolo entre los dientes por la cintura, lo llevó sin hacerle
daño hasta el juncal.
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Allí, al pie de las inmensas cañas que se alzaban invisibles, estaban los tigres de la selva
moviéndose en la oscuridad, y sus ojos brillaban como luces que van de un lado para otro. El
hombre proseguía desmayado. El tigre dijo entonces:
-Hermanos: Yo viví doce años entre los hombres, como un hombre mismo. Y yo soy un tigre. Tal
vez pueda con mi proceder borrar más tarde esta mancha. Hermanos: esta noche rompo el último
lazo que me liga al pasado.
Y después de hablar así, recogió en la boca al hombre, que proseguía desmayado, y trepó con él a
lo más alto del cañaveral, donde lo dejó atado entre dos bambúes. Luego prendió fuego a las hojas
secas del suelo, y pronto una llamarada crujiente ascendió. Los tigres retrocedían espantados ante
el fuego. Pero el tigre les dijo: "¡Paz, hermanos!", y aquéllos se apaciguaron, sentándose de vientre
con las patas cruzadas a mirar.
El juncal ardía como un inmenso castillo de artificio. Las cañas estallaban como bombas, y sus
gases se cruzaban en agudas flechas de color. Las llamaradas ascendían en bruscas y sordas
bocanadas, dejando bajo ella lívidos huecos; y en la cúspide, donde aún no llegaba el fuego, las
cañas se balanceaban crispadas por el calor.
Pero el hombre, tocado por las llamas, había vuelto en sí. Vio allá abajo a los tigres con los ojos
cárdenos alzados a él, y lo comprendió todo.
-¡Perdón, perdóname! -aulló retorciéndose-. ¡Pido perdón por todo!
Nadie contestó. El hombre se sintió entonces abandonado de Dios, y gritó con toda su alma:
-¡Perdón, Juan Darién!
Al oír esto, Juan Darién alzó la cabeza y dijo fríamente:
-Aquí no hay nadie que se llame Juan Darién. No conozco a Juan Darién. Éste es un nombre de
hombre, y aquí somos todos tigres.
Y volviéndose a sus compañeros, como si no comprendiera, preguntó:
-¿Alguno de ustedes se llama Juan Darién?
Pero ya las llamas habían abrasado el castillo hasta el cielo. Y entre las agudas luces de bengala
que entrecruzaban la pared ardiente, se pudo ver allá arriba un cuerpo negro que se quemaba
humeando.
-Ya estoy pronto, hermanos-dijo el tigre-. Pero aún me queda algo por hacer.
Y se encaminó de nuevo al pueblo, seguido por los tigres sin que él lo notara. Se detuvo ante un
pobre y triste jardín, saltó la pared, y pasando al costado de muchas cruces y lápidas, fue a
detenerse ante un pedazo de tierra sin ningún adorno, donde estaba enterrada la mujer a quien
había llamado madre ocho años. Se arrodilló -se arrodilló como un hombre-, y durante un rato no
se oyó nada.
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-¡Madre! -murmuró por fin el tigre con profunda ternura-. Tú sola supiste, entre todos los
hombres, los sagrados derechos a la vida de todos los seres del Universo. Tú sola comprendiste
que el hombre y el tigre se diferencian únicamente por el corazón. Y tú me enseñaste a amar, a
comprender, a perdonar. ¡Madre!, estoy seguro de que me oyes. Soy tu hijo siempre, a pesar de lo
que pase en adelante pero de ti sólo. ¡Adiós, madre mía!
Y viendo al incorporarse los ojos cárdenos de sus hermanos que lo observaban tras la tapia, se
unió otra vez a ellos.
El viento cálido les trajo en ese momento, desde el fondo de la noche, el estampido de un tiro.
-Es en la selva -dijo el tigre-. Son los hombres. Están cazando, matando, degollando.
Volviéndose entonces hacia el pueblo que iluminaba el reflejo de la selva encendida, exclamó:
-¡Raza sin redención! ¡Ahora me toca a mí!
Y retornando a la tumba en que acaba de orar, arrancóse de un manotón la venda de la herida y
escribió en la cruz con su propia sangre, en grandes caracteres, debajo del nombre de su madre:
Y
JUAN DARIÉN
-Ya estamos en paz -dijo. Y enviando con sus hermanos un rugido de desafío al pueblo aterrado,
concluyó:
-Ahora, a la selva. ¡Y tigre para siempre!
1.-Subgénero al que pertenece el relato:_______________________________________________
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2.- Características físicas y psicológicas de los personajes:
Juan Darién_______________________________________________________________________
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Mamá de Juan Darién______________________________________________________________
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Inspector que visita la escuela________________________________________________________
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Narrador_________________________________________________________________________
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BLOQUE III RECONOCES Y DEMUESTRAS LAS DIFERENCIAS ENTRE LA FÁBULA Y LA EPOPEYA
Objetos de aprendizaje:
Fábula
Epopeya
Características y Diferencias estructurales entre la fábula y la epopeya
Diferencias lingüísticas entre la fábula y la epopeya
En este bloque vamos a trabajar sobre dos de los subgéneros menores: la fábula y la epopeya,
para conocer más a fondo cómo fueron evolucionando, cuál es la estructura que emplean y cómo
hoy siguen funcionando en la sociedad. Los dos subgéneros provienen de la tradición oral, sin
embargo, el primero, la fábula, consiste en una narración breve, que pretende dar una enseñanza
mostrando ejemplos negativos, es decir, personajes cuyas fallas y vicios los llevan aun final
desafortunado, mientras que la epopeya consiste en una narración más extensa cuyo protagonista
es un ideal y un ejemplo a seguir por la sociedad.
La fábula es un subgénero menor que forma parte de la tradición oral. Su finalidad principal es dar
una enseñanza y por ello se trata de un texto breve y sencillo, en el cual por lo general se emplean
animales como personajes que representan los vicios y las virtudes de las conductas humanas.
Esta idea de representar al ser humano mediante acciones de animales al parecer se ha dado en
casi todas las civilizaciones, aunque de formas distintas. Se dice que la primera fábula en Grecia,
fue contada por Hesiodo alrededor del siglo VIII a. C., con la intención de hacer reflexionar sobre la
justicia. Posteriormente aparecen las fábulas de Esopo que estaban rimadas y hacían explícita su
moraleja. Los textos escritos que conocemos como las Fábulas de Esopo recuperan la tradición
oral.
En la Edad Media continúa la tradición de la fábula, con frecuencia de creación anónima, el
predominio del pensamiento religioso encuentra útil la fábula como formato de enseñanza moral.
En las historias del Ysengrinus, del poema flamenco Nivard de Gand, se confrontan valores del
zorro y el lobo, para hacer una crítica de los defectos morales de la sociedad feudal. La fábula se
transforma aquí en una comedia animal.
En Europa, durante el Renacimiento, se dio una fuerte influencia literaria por parte de culturas
orientales, cuyas obras, muchas de corte religioso y filosófico, incluían a la fábula entre sus
géneros. Posteriormente, durante la ilustración, la fábula vuelve a protagonizar la intención
didáctica de la literatura en la obra de Jean de La Fontaine.
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Más adelante, en el siglo XIX, la fábula continúa siendo importante y se desarrolla en muchas
naciones: Rusia, Francia, España, Norteamérica, Gran Bretaña y México. Las obras de esta época,
además de pretender dar una enseñanza, desarrollaron más su tarea crítica de la situación social,
dado el intenso ambiente político que vivía en estas naciones.
La fábula como tal es renovada en el siglo XX por autores de distintas nacionalidades como Franz
Kafka, Augusto Monterroso, Juan José Arreola, Jorge Luis Borges, Juan García Ponce entre otros
que hacen adaptaciones propias del género. En términos generales, en los siglos XX y XXI la fábula
se ha transformado en un texto en prosa por lo general breve en el cual se exhibe un conflicto que
pone en juego los valores, para dar como resultado una enseñanza.
ESTAS SON LAS PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DE LAS FÁBULAS:
El género
Las fábulas pueden estar escritas en verso o en prosa.
La brevedad
Suelen ser historias breves.
La presencia de los elementos esenciales de la narración
Acostumbra a haber un narrador que cuenta lo que les sucede (acción) a unos personajes en
un lugar y en un tiempo indeterminados. Las fábulas, como los cuentos populares, no se
sitúan en una época concreta. Son intemporales.
Una estructura sencilla
El esquema de muchas fábulas empieza con la presentación de una situación inicial, tras la
cual se plantea un problema, que unas veces tiene solución y otras no. La historia finaliza con
una moraleja.
Los personajes
Los personajes son, en su mayoría, animales u objetos humanizados.
Los temas
Los vicios son los temas tratados en las fábulas (la envidia, la avaricia, la arrogancia, la
mentira…).
La intención
Detrás de cada fábula hay una crítica hacia ciertos comportamientos y actitudes, que se
disimula con el uso de personajes humanizados.
La moraleja
La moraleja es una enseñanza moral, es decir, un consejo o pauta de conducta. La moraleja
puede ser una frase o una estrofa.
Un ejemplo de fábula sería “El perro y la liebre” de Esopo:
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“El perro y la liebre”
Un perro de caza atrapó un día a una liebre, y a ratos la mordía y a ratos le lamía el hocico.
Cansada la liebre de esa cambiante actitud, le dijo:
-¡Deja ya de morderme o de besarme, para saber yo si eres mi amigo o mi enemigo!
Sé consistente en tus principios.
Actividad: Tomando en cuenta las características de la fábula elabora una de tu propia autoría, en
donde evidencies una virtud o, bien, un vicio. No olvides la moraleja, pues es la enseñanza que
quieres promover.
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Epopeya
La narración épica se trata, en su origen, de un largo poema de carácter anónimo y popular, cuya
intención es narrar las hazañas de un héroe en sus diversas variantes. La epopeya es una historia
de batallas en la que abundan los retos y aventuras, por tanto, mantiene con facilidad el interés
del lector en las hazañas del relato, aunque ya se sabe que, aun en la muerte, los héroes épicos
son siempre bienaventurados.
En la literatura occidental se considera a La Iliada y La odisea como los primero poemas épicos,
que se le atribuyen a Homero, un autor griego que debe haber vivido alrededor de siete siglos
antes de Cristo. Estos dos largos poemas relatan las aventuras de los triunfadores de las grandes
batallas griegas de la antigüedad. La Iliada narra la guerra contra Troya, y la segunda se enfoca en
las aventuras que vive el héroe para regresar a su patria. Aun cuando se basan en hechos
históricos, el énfasis de la narración de las epopeyas está dado en las pruebas sobrenaturales que
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confrontan los héroes. Son obras de gran simbolismo poético con el cual se exaltan las virtudes de
los hombres y su victoria sobre distintas formas del mal.
Durante la Eda Media la epopeya fue uno de los géneros más desarrollados, la reconstrucción de
las nacionalidades y la abundancia de guerras favoreció la evolución de las antiguas mitologías
nórdicas en expresivos relatos épicos denominados cantares de gesta. En el revuelto panorama
político de la Edad Media, la epopeya se convierte en un medio popular para la comunicación de
los resultados de las batallas, y posteriormente en un medio artístico de reafirmación de la
identidad. Los juglares o trovadores tenían un lugar en la vida de la sociedad, los primeros
cantaban ante los reyes las épicas y, probablemente, creaban otras bajo sus órdenes para
engrandecer a los héroes; mientras los trovadores iban por las calles divulgando los hechos de
guerra mediante sus cantos e, igualmente, fortaleciendo la identidad de guerreros y pobladores.
Probablemente algunos cantares de gestas fueron auténticos cantos de guerra que los ejércitos
entonaban camino a la batalla.
Características de la epopeya:
 Se trata de un poema largo, por lo cual se divide en cantos o episodios.
 El protagonista es un héroe que reúne los más altos valores de una cultura.
 El protagonista se caracteriza por su lealtad al rey, a la patria o a la sociedad; no actúa por
interés propio, sin por el bien común.
 Tiene una gran riqueza en las descripciones, las cuales con frecuencia presentan seres
sobrenaturales.
 Se basa en hechos de guerra y justifica mediante el héroe, la grandeza de algunas naciones
sobre otras.
 El protagonista siempre conquista la gloria, aun cuando pueda perder la vida, lo cual lo
convierte en un héroe de calidad moral mayor.
 Maneja la intriga y la emocionalidad del lector mediante la intensidad del tono y las
descripciones.
 Sus características originales dejaron de emplearse cuando, en la literatura moderna,
perdieron vigencia los valores que sustentaban a la epopeya.
 Por lo general se narra en tiempo pasado.
 Comúnmente emplea un narrador omnisciente.
Un ejemplo de este subgénero de es El Cantar del mío Cid.
CANTAR TERCERO
La afrenta de Corpes
Tirada 112
Suéltase el león del Cid
Miedo de los infantes de Carrión
El Cid amansa al león
Vergüenza de los infantes
Estaba el Cid con los suyos en Valencia la mayor
y con él ambos sus yernos, los infantes de Carrión.
Acostado en un escaño dormía el Campeador,
ahora veréis qué sorpresa mala les aconteció.
31
De su jaula se ha escapado, y andaba suelto el león,
al saberlo por la corte un gran espanto cundió.
Embrazan sus mantos las gentes del Campeador
y rodean el escaño protegiendo a su señor.
Pero Fernando González, el infante de Carrión,
no encuentra dónde meterse, todo cerrado lo halló,
metióse bajo el escaño, tan grande era su terror.
El otro, Diego González, por la puerta se escapó
gritando con grandes: "No volveré a ver Carrión."
Detrás de una gruesa viga metióse con gran pavor
y, de allí túnica y manto todos sucios los sacó.
Estando en esto despierta el que en buena hora nació
y ve cercado el escaño suyo por tanto varón.
"¿Qué es esto, decid, mesnadas? ¿Qué hacéis aquí alrededor?"
"Un gran susto nos ha dado, señor honrado, el león."
Se incorpora Mío Cid y presto se levantó,
y sin quitarse ni el manto se dirige hacia el león:
la fiera cuando le ve mucho se atemorizó,
baja ante el Cid la cabeza, por tierra la cara hincó.
El Campeador entonces por el cuello le cogió,
como quien lleva un caballo en la jaula lo metió.
ACTIVIDAD: Investiga de qué trata el Cantar del mío Cid y coloca sobre las siguientes líneas las
características del personaje central, Ruy Díaz, mío Cid. Posteriormente explica por qué este relato
es una epopeya.
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BLOQUE IV RECONOCES Y DEMUESTRAS LAS DIFERENCIAS ENTRE LA LEYENDA Y EL MITO
Objetos de aprendizaje:
Leyenda
Mito
Diferencias estructurales entre leyenda y mito
Diferencias lingüísticas entre leyenda y mito
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Aspectos contextuales de la leyenda y el mito:
Lugar, época y cultura en que aparece
Características ideológicas, religiosas, sociales, políticas, etc. Aspectos textuales de la leyenda y el
mito:
Estructura
Personajes
Narrador
Lenguaje
La Leyenda
Las leyendas son narraciones de carácter oral, que tienen la peculiaridad de situarse en el espacio
y en el tiempo. Mencionan siempre una ubicación geográfica y hechos reales, a pesar de que el
centro de la narración, es decir, el conflicto, consiste en un hecho sobrenatural. Ente otras
funciones, la leyenda justamente le da presencia e historia a los lugares naturales valorados en
una cultura: montañas, lagos, monumentos, o bien ciertas áreas de las ciudades, o determinadas
obras arquitectónicas.
La leyenda es un subgénero que se cultivó en el Asia de antes de Cristo, concretamente en China,
India y Arabia; igualmente se desarrolló en Grecia y en Roma bajo un ambiente de violencia,
donde el género se enriqueció.
Durante el periodo de la Edad Media la leyenda tuvo mucho auge. Las religiones y las formas
tradicionales de pensamiento de los pueblos se convirtieron en las naciones europeas,
promovieron la creación de numerosas leyendas, entre las cuales aún hoy se conserva, por
ejemplo, la del Monstruo de Lago Ness, en Escocia.
En el renacimiento, la mezcla cultural, propia de España que había sido conquistada por árabes y
judíos, da lugar a numerosas leyendas que se heredan, y otras muchas que se desarrollan en la
Nueva España, dando origen a la belleza poética de las leyendas mexicanas.
Posteriormente, cuando surge el movimiento literario romántico en el siglo XVIII, tanto en Europa
como en América Latina, se recobra el interés en la elaboración de leyendas, dado el carácter
fantástico de este tipo de narración. En esta época se escriben las versiones originales de textos
como Drácula de Bram Stoker y Frankenstein de Mary Shelley. Numerosos relatos de terror tienen
su origen en leyendas ubicadas en espacios particulares, como es el caso del castillo de
Transilvania, en Hungría, en donde vivió el personaje que dio lugar a la leyenda del Conde Drácula.
Con el desarrollo del conocimiento científico las leyendas perdieron validez como explicaciones,
sin embargo, continúan apareciendo y conservándose como un rico subgénero literario.
Características de la leyenda:
 El conflicto central del relato se trata de una situación sobrenatural e inexplicable
 Representa la confrontación de valores y el cuestionamiento a la racionalidad
 Se vincula con un espacio geográfico y/o con una época determinada, pretende recrear el
ambiente y las características.
 Emplea generalmente un narrador omnisciente en tercera persona
 Además de seres sobrenaturales suelen aparecer hombres y mujeres comunes, e incluso
personajes históricos reconocidos en una comunidad
 La forma en que maneja los datos y los detalles descriptivos, intenta dar un efecto de
realidad, es decir, no se presenta como literatura, son como un hecho que
verdaderamente ocurrió.
33
 Por lo general, presenta ricas descripciones del espacio y el clima en el que ocurren los
hechos narrados, los elementos de la naturaleza son empleados como símbolos.
El monstruo del lago Ness
La leyenda cuenta que el misionero irlandés San Columbano, evangelizador de Escocia, fue el
primero que relató un encuentro con el monstruo en el año 565 de nuestra era. La bestia había
atacado a un vecino en el río Ness, que desemboca en el lago y el hombre santo exhortó a la bestia
a que no atacase a las personas. Probablementee, la influencia del santo varón fue determinante,
pues aunque los avistamientos de este monstruo se han seguido produciendo, no hay noticias
significativas de ataques a humanos. Por suerte para los vecinos de la zona, las costumbres de esta
bestia parecen ser bastante pacíficas. De todas formas, no fue hasta los años treinta de nuestro
siglo cuando los testimonios de avistamientos del monstruo se hicieron más frecuentes. Es más
que probable que una causa directa de este mayor número de observaciones fuese la construcción
de una carretera que bordea al lago y que lo hace, por lo tanto, mucho más accesible a los
visitantes. Precisamente, mientras viajaban por esa carretera, George Spicer y su esposa vieron el
22 de julio de 1933 lo que describieron como una enorme y oscura criatura con un largo cuello.
Unos meses después, el 12 de noviembre, un trabajador de la compañía British Aluminium
llamado Hugh Gray, afirmó que había visto un objeto de grandes dimensiones en el lago, al que
consiguió fotografiar. La imagen, no demasiado clara, dio la vuelta al mundo, y al año siguiente ya
se registraron medio centenar de observaciones de esa enigmática criatura.
Actividad: A partir de la lectura de la leyenda de “El monstruo de Lago Ness” completa la siguiente
tabla:
Aspectos reales mencionados
Aspectos
mágicos
sobrenaturales
o Valores que representan estos
aspectos
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EL MITO
El mito es probablemente el subgénero más antiguo de la literatura y de la tradición oral. Explica
los temas más importantes para una sociedad, que recurre a la literatura para buscar explicaciones
a preguntas que no pueden ser respondidas de otra manera.
El mito empela tanto personajes humanos como fantásticos de todo tipo, dioses y diosas,
monstruos, animales, plantas y otros elementos, a los cuales con frecuencia sitúa en un tiempo
inmemorial, en el origen de la cultura y la civilización. Constituyen relatos de gran belleza poética,
por los numerosos símbolos que emplean para representar valores, que van a confrontarse para
dar lugar a un nuevo orden. En el caso de la Grecia clásica, su mitología también se conserva y
contribuye a explicar los valores morales y sociales que para este pueblo eran importantes.
El imperio Romano, al conquistar Grecia, se interesa por su mitología y la adopta, cambiando sólo
el nombre de los dioses, del griego a su versión latina, así, los relatos sobre la formación del
mundo, lo océanos, etc., se conservan en Roma tal como se habían elaborado por la cultura griega.
Además de ello, los romanos agregaron mitos relacionados con su ciudad y con los sucesos que se
iban viviendo.
En la Edad Media la mitología griega y romana cae en desuso y se recuperan los mitos que
sustentan las religiones de los llamados “pueblos bárbaros”, con distintas variaciones. Puede
decirse que en general se trata de una mitología muy cercana a los elementos de la naturaleza,
que incluyen tanto dioses como diosas, y en donde destaca como protagónico el dios de la guerra.
La mitología medieval se divulgaba en forma de largos poemas o cantos.
A partir de la ilustración, el desarrollo del pensamiento racional y el conocimiento científico
provocan que el mito sea un subgénero al que ya no se recurre para explicar la historia. Sin
embargo, se conserva y se aprecia la calidad literaria y la profundidad de contenido que se
encuentra en las mitologías tradicionales.
Características del mito:
 Se trata de un texto en verso o prosa con descripciones y símbolos.
 Su función principal es dar explicación a situaciones que no alcanzan a justificarse
mediante el conocimiento racional.
 Son protagonizados por seres sobrenaturales.
 Tiene un valor fundamental para la cultura que lo crea, casi como si los consideraran
verdaderos.
 Muestra en una confrontación los principales valores y fortalezas que eran importantes en
una época y cultura, por ejemplo: la guerra, la gratitud, la prudencia, la valentía, etc.
 Por lo regular emplea un lenguaje culto y formal.
 No se ubica en espacios determinados, se relatan como si se tratara de hechos
universales, más allá de las medidas humanas del tiempo y del espacio geográfico.
A continuación te presentamos dos tablas con las diferencias estructurales entre la leyenda y el
mito, así como las diferencias lingüísticas entre ambos relatos.
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DIFERENCIAS ESTRUCTURALES
LEYENDA
MITO
Texto breve con un solo conflicto central
Texto extenso que se relaciona con otros textos
del mismo grupo por ejemplo, el origen del
universo relacionado, a su vez, con el origen del
hombre, etc.
Se narra como si hubiera ocurrido, situándola Se narra en pasado, como si hubiera ocurrido
en un tiempo y un lugar geográfico antes o afuera de las medidas humanas del
determinados.
tiempo y el espacio.
La narración se ocupa de las descripciones La narración se centra en las acciones de los
detalladas de los espacios, para tratar de personajes, ya que sus consecuencias tienen
transmitir un ambiente y un estado de ánimo.
efectos e importancia para toda la sociedad.
Presentan situaciones que se oponen a la lógica Presentan situaciones en las que se ve una
y la razón, abriendo posibilidades a lo clara confrontación entre dos valores o
fantástico, lo divino, etc.
actitudes que representan el bien y el mal.
Los personajes y las situaciones sobrenaturales La intervención del personaje o los personajes
que
se
presentan,
aparecen
como principales implica una transformación radical
permanentes, se presume que aún continúan del entorno: hay una diferencia entre lo que es
en donde ocurrieron.
la realidad antes de lo que ocurre en el relato, y
cómo va a ser ésta después.
DIFERENCIAS LIGNÜÍSTICAS
LEYENDA
Suele usarse un narrador de tipo testigo o
protagonista, como si las acciones se contaran
por alguien que las vivió.
Puede tener un tono informal, cotidiano o
como de “chisme”-.
Su estructura puede ir variando con el tiempo,
y su principal fuete de transmisión es oral.
MITO
Se narra en tercera persona, dado que los
protagonistas no son humanos (dioses,
elementos, etc.).
Tiene un tono formal gradilocuente, ya que
trata de lo más tradicional de una cultura.
Aunque procede de la tradición oral, hay una
preocupación en plasmarlo por escrito y
conservar los detalles de su estructura original.
Antes de pasar al siguiente ejercicio habrá que agregar algo más, para que entiendas la
importancia y trascendencia de un texto literario, debes saber que existen dos elementos que te
permitirán entender el porqué los autores escriben de tal o cual forma. Tú y yo formamos parte de
un momento histórico determinado, que marcan las reglas o normas de comportamiento social; al
igual que nosotros, el autor de una obra sigue los mismos parámetros o cánones sociales, es por
ello que para interpretar o entender el todo en un texto es necesario ubicar al autor o relato en su
época original, en su contexto de creación, todos estas características sociales, políticas,
culturales, económicas y religiosas están presentes en las obras literarias y son reflejo de la vida
del autor. No lo olvides. A este tipo de rasgos se le conoce como aspectos contextuales y se ubican
fuera de la obra.
Por otra parte, existe también otro tema relevante dentro del análisis de una obra literaria y que
corresponden justamente a la obra en sí, a esta serie de características se le llama aspectos
textuales y, se relacionan, con cómo se estructura la obra: espacio, tiempo, personajes, tipo de
narrador, etc.
36
ACTIVIDAD: Con base en la lectura del siguiente texto contesta los reactivos que se presentan a
continuación.
Orfeo, hijo de Apolo (y nieto de Zeus) y de Calíope, musa de la poesía épica y de la elocuencia,
poseía el don de la música y de la poesía.
Eurídice era una dríade (ninfa) de los valles de Tracia.
Enamorado perdidamente de Eurídice, la convierte felizmente en su esposa.
Una vez en que la bella Eurídice caminaba en uno de sus paseos, por un prado de Tracia fue vista según Virgilio- por Aristeo, quien prendado inmediatamente de ella, la persigue para hacerla suya.
Ella escapa con gran velocidad y miedo, pues su corazón sólo le pertenece a Orfeo. En su huída,
Eurídice es mordida por una serpiente y muere.
Orfeo, desconsolado la llora y su desesperación no encuentra consuelo, por lo que toma la
arriesgada decisión de ir en busca de su dulce y amada esposa al Hades, la tierra de los muertos.
Con su dulce canto y su poesías, Orfeo logró conmover a Caronte, quien lo deja atravesar el río
Estigia, límite entre el mundo de los vivos y los muertos. Después, también con sus habilidades
artísticas Orfeo logra convencer a Perséfone y a Hades de que le permitan llevarse a Eurídice.
Las divinidades subterráneas aceptan que se la lleve, pero Orfeo debe prometer que no intentará
ver a su esposa hasta que la haya llevado a la luz del sol.
Entonces, según lo convenido, Eurídice seguía a Orfeo en el camino hacia la luz, y en el momento
en que estaban a punto de abandonar las oscuras profundidades, Orfeo tuvo dudas.
Así, empezó a pensar en la posibilidad de que Perséfone lo hubiera engañado y que Eurídice no
viniera tras él, por lo que no pudo soportar la tentación y se volvió para mirarla y corroborar que
ella venía con él.
Cuando esto ocurrió, Eurídice fue arrastrada por una fuerza irresistible otra vez hacia el Hades.
Orfeo, desesperado, intenta ir de nuevo a rescatar a su amada, pero esta vez Caronte no se lo
permite.
Orfeo regresó a la Tierra solo y desamparado y mantuvo fidelidad a su esposa hasta su muerte.
1.- ¿Según el análisis y reflexión de esta lectura, a qué subgénero literario pertenece este texto?
a) Cuento
b) Leyenda
c) Epopeya
d) Mito
2.- Este género se caracteriza por:
a) Tanto el lenguaje como el tono empleados son formales y grandilocuentes.
b) Es protagonizado por seres sobrenaturales
c) Se ubica más allá de las medidas humanas de tiempo y espacio geográfico.
d) Ninguna de las anteriores.
3.- En la lectura, ¿quién es Hades?
a) Dios de la mitología griega, encargado del inframundo.
b) Dios de la mitología romana, encargado del inframundo
c) Padre de Eurídice
d) Padre de Orfeo
4.- ¿Quién es Creonte?
a) Encargado de evitar que los vivos atraviesen el río Arqueronte.
b) Encargado de conducir a los muertos a través del río Aqueronte hasta el reino de Hades.
c) El guardia del reino de Ades y por lo tanto de los muertos.
d) Encargado de evitar que Orfeo se lleve con vida a Euridice.
37
BLOQUE V COMPRENDES Y ANALIZAS LAS CARACTERÍSTICAS DEL CUENTO
Objetos de aprendizaje:
Cuento
Estructura externa e interna:
Contexto: aspectos externos
Texto: aspectos internos
Nivel contextual:
Autor
Contexto histórico, social, cultural, etc.
Corriente literaria
Nivel intertextual:
Tema e idea
Personajes
Narrador
Hechos
Espacio
Tiempo
Lenguaje: estilo y formas de expresión
EL CUENTO
El cuento es un subgénero literario tan antiguo como todos los que hemos visto, pero tiene la
peculiaridad de haberse transformado en una amplia posibilidad de formas y estilos, sin haber
perdido su esencia y sin haber pasado nunca de moda. Los cuentos tienen entre sus funciones en
la sociedad de entretenimiento, tanto para niños como para personas de cualquier edad. Algunos
teóricos refieren al cuento como un género recreativo, porque todas las culturas ha sido una
manera común de pasar el tiempo de una forma amena, y en el caso de los cuentos infantiles, con
frecuencia hoy se emplea para transmitir algún tipo de enseñanza.
Los primeros cuentos que se conocen proceden de Egipto, alrededor de 2000 años a. C.;
posteriormente el género permaneció en la Grecia y la Roma clásicas, con influencia de cuentos
orientales con elementos fantásticos, casi todos ellos con final impredecible. En esta época, siglo V
d.C., se piensa que fue creada la famosa colección de cuentos árabes Las mil y una noches, que
trata de los relatos de Scherezada comenzaba a contar al sultán cada noche, y los dejaba
inconclusos para evitar que la matara.
Puede decirse entonces, que el cuento surge en la antigüedad y que los orígenes del género no
son propiamente europeos. Sin embargo, durante la Edad Media, Europa desarrolla una profunda
tradición de cuentos, tanto relatos infantiles como cuentos para adultos en los que se ridiculizan
los defectos de la sociedad. En esta época aparecen Los fabliaux, una colección de cuentos de
humor irónico, anónimos, en los que se hace burla de los típicos personajes de la sociedad: el
campesino, el avaro, el marido engañado, etc.
Durante el Renacimiento, en el siglo XIV en Italia, Bocaccio, publica El Decamerón; para algunos
autores este texto consolida el sentido moderno del cuento. Dos siglos después, durante el auge
de la literatura renacentista inglesa, Geoffrey Chaucer publica Los cuentos de Canterbury.
Posteriormente en Francia, Jean de la Fontaine, publica Contes.
El Romanticismo recupera las temáticas sobrenaturales, su principal exponente es Edgar Allan Poe,
a quien se le considera el creador del cuento de suspenso y el cuento negro, subgénero policiaco,
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en el cual el delincuente es el protagonista. En este mismo periodo, Hans Christian Andersen,
rescata diversos cuentos de la tradición oral que fueron reunidos en el volumen Cuentos para
niños, publicado en 1835.
El movimiento literario Realista es donde más destacan las aportaciones de Rusia a la literatura
con autores como: Alexander Puschkin, Fedor Dostoievsi, Nicolás Gogol y León Tolstoi. Estos
autores consolidan el cuento en prosa, retoman su estructura y la proveen de exactitud en los
ritmos de las acciones. Antón Chejov considerado un maestro de cuento.
Durante el siglo XX el género se continúa desarrollando con importantes creaciones en Italia con
Leonardo Sciascia e Italo Calvino, y en España con Camilo José Cela y Juan José Millás. De manera
general se cultiva el género en toda Europa bajo el clima de las guerras mundiales, las
reivindicaciones nacionales y el cosmopolitismo.
El siglo XX es el momento más importante para el cuento latinoamericano, en el cual destacan a
nivel mundial obras como las de Juan Carlos Onetti, José Lezama Lima, Gabriel García Márquez,
Carlos Fuentes, Augusto Roa Bastos, Juan José Arreola, Mario Benedetti, Luisa Valenzuela y Arturo
Uslar Pietri, entre otros.
Características del cuento:
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El cuento se basa en un solo conflicto central
Tiene pocos personajes
Se centra en la acción, no en la descripción
Evita las divagaciones y digresiones, es concreto
Es breve, como para ser leído todo de una sola vez
No profundiza en la psicología de los personajes
Se ocupa de un periodo breve en la vida de sus personajes
Tiene un desenlace intenso o sorpresivo
La estructura interna de un cuento se refiere a lo que hemos llamado características de la forma o
características técnicas. Tipo de narrador, persona de la narración, caracterización de los
personajes, manejo del tiempo, descripciones, diálogos, etc.
Actividad: Realiza la lectura del siguiente cuento del autor Carlos Fuentes y responde las
preguntas que se anexan al final de la mismo.
Chac Mool
Hace poco tiempo, Filiberto murió ahogado en Acapulco. Sucedió en Semana Santa. Aunque había
sido despedido de su empleo en la Secretaría, Filiberto no pudo resistir la tentación burocrática de
ir, como todos los años, a la pensión alemana, comer el choucrout endulzado por los sudores de la
cocina tropical, bailar el Sábado de Gloria en La Quebrada y sentirse “gente conocida” en el oscuro
anonimato vespertino de la Playa de Hornos. Claro, sabíamos que en su juventud había nadado
bien; pero ahora, a los cuarenta, y tan desmejorado como se le veía, ¡intentar salvar, a la
medianoche, el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta! Frau Müller no permitió que se le
velara, a pesar de ser un cliente tan antiguo, en la pensión; por el contrario, esa noche organizó un
baile en la terracita sofocada, mientras Filiberto esperaba, muy pálido dentro de su caja, a que
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saliera el camión matutino de la terminal, y pasó acompañado de huacales y fardos la primera
noche de su nueva vida. Cuando llegué, muy temprano, a vigilar el embarque del féretro, Filiberto
estaba bajo un túmulo de cocos: el chofer dijo que lo acomodáramos rápidamente en el toldo y lo
cubriéramos con lonas, para que no se espantaran los pasajeros, y a ver si no le habíamos echado
la sal al viaje.
Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera. Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la
luz. Mientras desayunaba huevos y chorizo abrí el cartapacio de Filiberto, recogido el día anterior,
junto con sus otras pertenencias, en la pensión de los Müller. Doscientos pesos. Un periódico
derogado de la ciudad de México. Cachos de lotería. El pasaje de ida -¿sólo de ida? Y el cuaderno
barato, de hojas cuadriculadas y tapas de papel mármol.
Me aventuré a leerlo, a pesar de las curvas, el hedor a vómitos y cierto sentimiento natural de
respeto por la vida privada de mi difunto amigo. Recordaría -sí, empezaba con eso- nuestra
cotidiana labor en la oficina; quizá sabría, al fin, por qué fue declinado, olvidando sus deberes, por
qué dictaba oficios sin sentido, ni número, ni “Sufragio Efectivo No Reelección”. Por qué, en fin,
fue corrido, olvidaba la pensión, sin respetar los escalafones.
“Hoy fui a arreglar lo de mi pensión. El Licenciado, amabilísimo. Salí tan contento que decidí gastar
cinco pesos en un café. Es el mismo al que íbamos de jóvenes y al que ahora nunca concurro,
porque me recuerda que a los veinte años podía darme más lujos que a los cuarenta. Entonces
todos estábamos en un mismo plano, hubiéramos rechazado con energía cualquier opinión
peyorativa hacia los compañeros; de hecho, librábamos la batalla por aquellos a quienes en la casa
discutían por su baja extracción o falta de elegancia. Yo sabía que muchos de ellos (quizá los más
humildes) llegarían muy alto y aquí, en la Escuela, se iban a forjar las amistades duraderas en cuya
compañía cursaríamos el mar bravío. No, no fue así. No hubo reglas. Muchos de los humildes se
quedaron allí, muchos llegaron más arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas,
amables tertulias. Otros, que parecíamos prometerlo todo, nos quedamos a la mitad del camino,
destripados en un examen extracurricular, aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y
de los que nada alcanzaron. En fin, hoy volví a sentarme en las sillas modernizadas -también hay,
como barricada de una invasión, una fuente de sodas- y pretendí leer expedientes. Vi a muchos
antiguos compañeros, cambiados, amnésicos, retocados de luz neón, prósperos. Con el café que
casi no reconocía, con la ciudad misma, habían ido cincelándose a ritmo distinto del mío. No, ya no
me reconocían; o no me querían reconocer. A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y rápida sobre
el hombro. Adiós viejo, qué tal. Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club.
Me disfracé detrás de los expedientes. Desfilaron en mi memoria los años de las grandes ilusiones,
de los pronósticos felices y, también todas las omisiones que impidieron su realización. Sentí la
angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de algún rompecabezas
abandonado; pero el arcón de los juguetes se va olvidando y, al cabo, ¿quién sabrá dónde fueron a
dar los soldados de plomo, los cascos, las espadas de madera? Los disfraces tan queridos, no
fueron más que eso. Y sin embargo, había habido constancia, disciplina, apego al deber. ¿No era
suficiente, o sobraba? En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke. La gran recompensa de la
aventura de juventud debe ser la muerte; jóvenes, debemos partir con todos nuestros secretos.
Hoy, no tendría que volver la mirada a las ciudades de sal. ¿Cinco pesos? Dos de propina.”
“Pepe, aparte de su pasión por el derecho mercantil, gusta de teorizar. Me vio salir de Catedral, y
juntos nos encaminamos a Palacio. Él es descreído, pero no le basta; en media cuadra tuvo que
fabricar una teoría. Que si yo no fuera mexicano, no adoraría a Cristo y -No, mira, parece evidente.
Llegan los españoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coágulo, con el costado
herido, clavado en una cruz. Sacrificado. Ofrendado. ¿Qué cosa más natural que aceptar un
sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial, a toda tu vida?... figúrate, en cambio, que México
hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos. No es concebible que nuestros indios
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veneraran a un individuo que murió de indigestión. Pero un Dios al que no le basta que se
sacrifiquen por él, sino que incluso va a que le arranquen el corazón, ¡caramba, jaque mate a
Huitzilopochtli! El cristianismo, en su sentido cálido, sangriento, de sacrificio y liturgia, se vuelve
una prolongación natural y novedosa de la religión indígena. Los aspectos caridad, amor y la otra
mejilla, en cambio, son rechazados. Y todo en México es eso: hay que matar a los hombres para
poder creer en ellos.
“Pepe conocía mi afición, desde joven, por ciertas formas de arte indígena mexicana. Yo
colecciono estatuillas, ídolos, cacharros. Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en
Teotihuacán. Acaso por esto le guste relacionar todas las teorías que elabora para mi consumo con
estos temas. Por cierto que busco una réplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo, y hoy
Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato. Voy
a ir el domingo.
“Un guasón pintó de rojo el agua del garrafón en la oficina, con la consiguiente perturbación de las
labores. He debido consignarlo al Director, a quien sólo le dio mucha risa. El culpable se ha valido
de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el día entero, todos en torno al agua.
Ch...”
“Hoy domingo, aproveché para ir a la Lagunilla. Encontré el Chac Mool en la tienducha que me
señaló Pepe. Es una pieza preciosa, de tamaño natural, y aunque el marchante asegura su
originalidad, lo dudo. La piedra es corriente, pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo
macizo del bloque. El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al ídolo para
convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura.
“El traslado a la casa me costó más que la
adquisición. Pero ya está aquí, por el momento en el
sótano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a
fin de darle cabida. Estas figuras necesitan sol
vertical y fogoso; ese fue su elemento y condición.
Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del
sótano; allí, es un simple bulto agónico, y su mueca
parece reprocharme que le niegue la luz. El
comerciante tenía un foco que iluminaba
verticalmente en la escultura, recortando todas sus
aristas y dándole una expresión más amable. Habrá que seguir su ejemplo.”
“Amanecí con la tubería descompuesta. Incauto, dejé correr el agua de la cocina y se desbordó,
corrió por el piso y llego hasta el sótano, sin que me percatara. El Chac Mool resiste la humedad,
pero mis maletas sufrieron. Todo esto, en día de labores, me obligó a llegar tarde a la oficina.”
“Vinieron, por fin, a arreglar la tubería. Las maletas, torcidas. Y el Chac Mool, con lama en la base.”
“Desperté a la una: había escuchado un quejido terrible. Pensé en ladrones. Pura imaginación.”
“Los lamentos nocturnos han seguido. No sé a qué atribuirlo, pero estoy nervioso. Para colmo de
males, la tubería volvió a descomponerse, y las lluvias se han colado, inundando el sótano.”
“El plomero no viene; estoy desesperado. Del Departamento del Distrito Federal, más vale no
hablar. Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi
sótano. Los quejidos han cesado: vaya una cosa por otra.”
“Secaron el sótano, y el Chac Mool está cubierto de lama. Le da un aspecto grotesco, porque toda
la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde, salvo los ojos, que han
permanecido de piedra. Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo. Pepe me ha
recomendado cambiarme a una casa de apartamentos, y tomar el piso más alto, para evitar estas
tragedias acuáticas. Pero yo no puedo dejar este caserón, ciertamente es muy grande para mí
solo, un poco lúgubre en su arquitectura porfiriana. Pero es la única herencia y recuerdo de mis
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padres. No sé qué me daría ver una fuente de sodas con sinfonola en el sótano y una tienda de
decoración en la planta baja.”
“Fui a raspar el musgo del Chac Mool con una espátula. Parecía ser ya parte de la piedra; fue labor
de más de una hora, y sólo a las seis de la tarde pude terminar. No se distinguía muy bien la
penumbra; al finalizar el trabajo, seguí con la mano los contornos de la piedra. Cada vez que lo
repasaba, el bloque parecía reblandecerse. No quise creerlo: era ya casi una pasta. Este mercader
de la Lagunilla me ha timado. Su escultura precolombina es puro yeso, y la humedad acabará por
arruinarla. Le he echado encima unos trapos; mañana la pasaré a la pieza de arriba, antes de que
sufra un deterioro total.”
“Los trapos han caído al suelo, increíble. Volví a palpar el Chac Mool. Se ha endurecido pero no
vuelve a la consistencia de la piedra. No quiero escribirlo: hay en el torso algo de la textura de la
carne, al apretar los brazos los siento de goma, siento que algo circula por esa figura recostada...
Volví a bajar en la noche. No cabe duda: el Chac Mool tiene vello en los brazos.”
“Esto nunca me había sucedido. Tergiversé los asuntos en la oficina, giré una orden de pago que
no estaba autorizada, y el Director tuvo que llamarme la atención. Quizá me mostré hasta
descortés con los compañeros. Tendré que ver a un médico, saber si es mi imaginación o delirio o
qué, y deshacerme de ese maldito Chac Mool.”
Hasta aquí la escritura de Filiberto era la antigua, la que tantas veces vi en formas y memoranda,
ancha y ovalada. La entrada del 25 de agosto, sin embargo, parecía escrita por otra persona. A
veces como niño, separando trabajosamente cada letra; otras, nerviosa, hasta diluirse en lo
ininteligible. Hay tres días vacíos, y el relato continúa:
“Todo es tan natural; y luego se cree en lo real... pero esto lo es, más que lo creído por mí. Si es
real un garrafón, y más, porque nos damos mejor cuenta de su existencia, o estar, si un bromista
pinta el agua de rojo... Real bocanada de cigarro efímera, real imagen monstruosa en un espejo de
circo, reales, ¿no lo son todos los muertos, presentes y olvidados?... si un hombre atravesara el
paraíso en un sueño, y le dieran una flor como prueba de que había estado allí, y si al despertar
encontrara esa flor en su mano... ¿entonces, qué?... Realidad: cierto día la quebraron en mil
pedazos, la cabeza fue a dar allá, la cola aquí y nosotros no conocemos más que uno de los trozos
desprendidos de su gran cuerpo. Océano libre y ficticio, sólo real cuando se le aprisiona en el
rumor de un caracol marino. Hasta hace tres días, mi realidad lo era al grado de haberse borrado
hoy; era movimiento reflejo, rutina, memoria, cartapacio. Y luego, como la tierra que un día
tiembla para que recordemos su poder, o como la muerte que un día llegará, recriminando mi
olvido de toda la vida, se presenta otra realidad: sabíamos que estaba allí, mostrenca; ahora nos
sacude para hacerse viva y presente. Pensé, nuevamente, que era pura imaginación: el Chac Mool,
blando y elegante, había cambiado de color en una noche; amarillo, casi dorado, parecía indicarme
que era un dios, por ahora laxo, con las rodillas menos tensas que antes, con la sonrisa más
benévola. Y ayer, por fin, un despertar sobresaltado, con esa seguridad espantosa de que hay dos
respiraciones en la noche, de que en la oscuridad laten más pulsos que el propio. Sí, se escuchaban
pasos en la escalera. Pesadilla. Vuelta a dormir... No sé cuánto tiempo pretendí dormir. Cuando
volvía a abrir los ojos, aún no amanecía. El cuarto olía a horror, a incienso y sangre. Con la mirada
negra, recorrí la recámara, hasta detenerme en dos orificios de luz parpadeante, en dos flámulas
crueles y amarillas.
“Casi sin aliento, encendí la luz.
“Allí estaba Chac Mool, erguido, sonriente, ocre, con su barriga encarnada. Me paralizaron los dos
ojillos casi bizcos, muy pegados al caballete de la nariz triangular. Los dientes inferiores mordían el
labio superior, inmóviles; sólo el brillo del casuelón cuadrado sobre la cabeza anormalmente
voluminosa, delataba vida. Chac Mool avanzó hacia mi cama; entonces empezó a llover.”
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Recuerdo que a fines de agosto, Filiberto fue despedido de la Secretaría, con una recriminación
pública del Director y rumores de locura y hasta de robo. Esto no lo creí. Sí pude ver unos oficios
descabellados, preguntándole al Oficial Mayor si el agua podía olerse, ofreciendo sus servicios al
Secretario de Recursos Hidráulicos para hacer llover en el desierto. No supe qué explicación darme
a mí mismo; pensé que las lluvias excepcionalmente fuertes, de ese verano, habían enervado a mi
amigo. O que alguna depresión moral debía producir la vida en aquel caserón antiguo, con la
mitad de los cuartos bajo llave y empolvados, sin criados ni vida de familia. Los apuntes siguientes
son de fines de septiembre:
“Chac Mool puede ser simpático cuando quiere, ‘...un gluglú de agua embelesada’... Sabe historias
fantásticas sobre los monzones, las lluvias ecuatoriales y el castigo de los desiertos; cada planta
arranca de su paternidad mítica: el sauce es su hija descarriada, los lotos, sus niños mimados; su
suegra, el cacto. Lo que no puedo tolerar es el olor, extrahumano, que emana de esa carne que no
lo es, de las sandalias flamantes de vejez. Con risa estridente, Chac Mool revela cómo fue
descubierto por Le Plongeon y puesto físicamente en contacto de hombres de otros símbolos. Su
espíritu ha vivido en el cántaro y en la tempestad, naturalmente; otra cosa es su piedra, y haberla
arrancado del escondite maya en el que yacía es artificial y cruel. Creo que Chac Mool nunca lo
perdonará. Él sabe de la inminencia del hecho estético.
“He debido proporcionarle sapolio para que se lave el vientre que el mercader, al creerlo azteca, le
untó de salsa ketchup. No pareció gustarle mi pregunta sobre su parentesco con Tlaloc1, y cuando
se enoja, sus dientes, de por sí repulsivos, se afilan y brillan. Los primeros días, bajó a dormir al
sótano; desde ayer, lo hace en mi cama.”
“Hoy empezó la temporada seca. Ayer, desde la sala donde ahora duermo, comencé a oír los
mismos lamentos roncos del principio, seguidos de ruidos terribles. Subí; entreabrí la puerta de la
recámara: Chac Mool estaba rompiendo las lámparas, los muebles; al verme, saltó hacia la puerta
con las manos arañadas, y apenas pude cerrar e irme a esconder al baño. Luego bajó, jadeante, y
pidió agua; todo el día tiene corriendo los grifos, no queda un centímetro seco en la casa. Tengo
que dormir muy abrigado, y le he pedido que no empape más la sala2.”
“El Chac inundó hoy la sala. Exasperado, le dije que lo iba a devolver al mercado de la Lagunilla.
Tan terrible como su risilla -horrorosamente distinta a cualquier risa de hombre o de animal- fue la
bofetada que me dio, con ese brazo cargado de pesados brazaletes. Debo reconocerlo: soy su
prisionero. Mi idea original era bien distinta: yo dominaría a Chac Mool, como se domina a un
juguete; era, acaso, una prolongación de mi seguridad infantil; pero la niñez -¿quién lo dijo?- es
fruto comido por los años, y yo no me he dado cuenta... Ha tomado mi ropa y se pone la bata
cuando empieza a brotarle musgo verde. El Chac Mool está acostumbrado a que se le obedezca,
desde siempre y para siempre; yo, que nunca he debido mandar, sólo puedo doblegarme ante él.
Mientras no llueva -¿y su poder mágico?- vivirá colérico e irritable.”
“Hoy decidí que en las noches Chac Mool sale de la casa. Siempre, al oscurecer, canta una tonada
chirriona y antigua, más vieja que el canto mismo. Luego cesa. Toqué varias veces a su puerta, y
como no me contestó, me atreví a entrar. No había vuelto a ver la recámara desde el día en que la
estatua trató de atacarme: está en ruinas, y allí se concentra ese olor a incienso y sangre que ha
permeado la casa. Pero detrás de la puerta, hay huesos: huesos de perros, de ratones y gatos. Esto
es lo que roba en la noche el Chac Mool para sustentarse. Esto explica los ladridos espantosos de
todas las madrugadas.”
“Febrero, seco. Chac Mool vigila cada paso mío; me ha obligado a telefonear a una fonda para que
diariamente me traigan un portaviandas. Pero el dinero sustraído de la oficina ya se va a acabar.
Sucedió lo inevitable: desde el día primero, cortaron el agua y la luz por falta de pago. Pero Chac
Mool ha descubierto una fuente pública a dos cuadras de aquí; todos los días hago diez o doce
viajes por agua, y él me observa desde la azotea. Dice que si intento huir me fulminará: también es
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Dios del Rayo. Lo que él no sabe es que estoy al tanto de sus correrías nocturnas... Como no hay
luz, debo acostarme a las ocho. Ya debería estar acostumbrado al Chac Mool, pero hace poco, en
la oscuridad, me topé con él en la escalera, sentí sus brazos helados, las escamas de su piel
renovada y quise gritar.”
“Si no llueve pronto, el Chac Mool va a convertirse otra vez en piedra. He notado sus dificultades
recientes para moverse; a veces se reclina durante horas, paralizado, contra la pared y parece ser,
de nuevo, un ídolo inerme, por más dios de la tempestad y el trueno que se le considere. Pero
estos reposos sólo le dan nuevas fuerzas para vejarme, arañarme como si pudiese arrancar algún
líquido de mi carne. Ya no tienen lugar aquellos intermedios amables durante los cuales relataba
viejos cuentos; creo notar en él una especie de resentimiento concentrado. Ha habido otros
indicios que me han puesto a pensar: los vinos de mi bodega se están acabando; Chac Mool
acaricia la seda de la bata; quiere que traiga una criada a la casa, me ha hecho enseñarle a usar
jabón y lociones. Incluso hay algo viejo en su cara que antes parecía eterna. Aquí puede estar mi
salvación: si el Chac cae en tentaciones, si se humaniza, posiblemente todos sus siglos de vida se
acumulen en un instante y caiga fulminado por el poder aplazado del tiempo. Pero también me
pongo a pensar en algo terrible: el Chac no querrá que yo asista a su derrumbe, no querrá un
testigo..., es posible que desee matarme.”
“Hoy aprovecharé la excursión nocturna de Chac para huir. Me iré a Acapulco; veremos qué puede
hacerse para conseguir trabajo y esperar la muerte de Chac Mool; sí, se avecina; está canoso,
abotagado. Yo necesito asolearme, nadar y recuperar fuerzas. Me quedan cuatrocientos pesos. Iré
a la Pensión Müller, que es barata y cómoda. Que se adueñe de todo Chac Mool: a ver cuánto dura
sin mis baldes de agua.”
Aquí termina el diario de Filiberto. No quise pensar más en su relato; dormí hasta Cuernavaca. De
ahí a México pretendí dar coherencia al escrito, relacionarlo con exceso de trabajo, con algún
motivo sicológico. Cuando, a las nueve de la noche, llegamos a la terminal, aún no podía
explicarme la locura de mi amigo. Contraté una camioneta para llevar el féretro a casa de Filiberto,
y después de allí ordenar el entierro.
Antes de que pudiera introducir la llave en la cerradura, la puerta se abrió. Apareció un indio
amarillo, en bata de casa, con bufanda. Su aspecto no podía ser más repulsivo; despedía un olor a
loción barata, quería cubrir las arrugas con la cara polveada; tenía la boca embarrada de lápiz
labial mal aplicado, y el pelo daba la impresión de estar teñido.
-Perdone... no sabía que Filiberto hubiera...
-No importa; lo sé todo. Dígale a los hombres que lleven el cadáver al sótano.
FIN
1.- ¿De qué trata el cuento?
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2.- ¿Cuál es el tema que plantea?
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3.- Realiza la caracterización física y psicológica del personaje protagónico del relato
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4.-Describe cómo es el personaje antagónico
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5.- Explica las características del narrador del relato
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6.- Realiza una caracterización del espacio de Filiberto y el Chac Mool
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7.- ¿Cómo es el tiempo del relato, de fábula o de intriga? Explica tu respuesta.
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BLOQUE VI IDENTIFICAS Y ANALIZAS LAS CARACTERÍSTICAS DE LA NOVELA
Objetos de aprendizaje:
Novela
Estructura externa e interna:
Contexto: aspectos externos
Texto: aspectos internos
Elementos y características:
Personajes: clasificación y características
Ambiente: escenario, época y atmósfera
Acción: tiempo, espacio y relación
Narrador: clasificación y características
Nivel retórico:
Figuras literarias utilizadas con frecuencia.
Tipos de novela según su contenido temático
La novela como obra de arte
LA NOVELA
La característica de la novela es su diversidad, por lo que puede afirmarse que puede incluir en sí
mismo cualquiera de los otros subgéneros y puede abordar cualquier temática; por su origen y sus
características se le considera un subgénero moderno.
Se trata de un relato largo en prosa que narra múltiples conflictos; en ese sentido tal vez su
antecedente más cercano sea la epopeya. Sin embargo, es característica de la novela el hecho de
que no propone uno sólo, sino múltiples puntos de vista sobre los hechos narrados. Las
posibilidades literarias para construir una obra de este tipo son diversas, por lo que en la novela
cobra mucha importancia la cuestión del estilo: cómo cada escritor propone elabora la estructura
de su historia.
Durante los siglos XVII Y XVIII se desarrolla la novela histórica. Cabe mencionar que por tratarse de
textos extenso, con frecuencia las novelas se publican en barios tomos, o bien por capítulos que se
iban incluyendo en publicaciones periodísticas o folletines, llegando a lectores de muy diversos
grupos sociales. Para el realismo y el naturalismo la novela va a ser uno de los géneros más
socorridos, destacando Madame Bovary, de Gustave Flaubert. El naturalismo surge con la novela
Nana del francés, Emille Zola. La prosa descriptiva de la novela era útil para el espíritu objetivo y
los detalles que manejaban los autores realistas y naturalistas, quienes también trabajaron el
cuento. El género novel por su diversidad, ya permite mostrar la complejidad de la vida moderna
en las ciudades con la influencia de diversos tipos sociales e igual denota, de manera muy fuerte,
la influencia de la psicología en el ámbito literario.
La novela entonces se dice que surge ya como un género de autor y no anónimo, ya que el escritor
puede narrar hechos reales o ficticios pero lo hace asumiendo su subjetividad. Varios autores
coinciden en que el Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha es la primera novel en el sentido
más concreto del término. Para la época de la ilustración y para el romanticismo, la novela se
consolida como género; uno de los textos más representativos lo constituye El Fausto de Goethe,
Los miserables de Víctor Hugo y La dama de las Camelias de Alejandro Dumas.
En este género también se destacan los escritores Rusos por su empleo concreto del lenguaje
como Fiodor Dostoiebsky, León Tolstoi y Máximo Gorki, etc. Como género moderno la novela es lo
que más se publica y se difunde a finales del siglo XIX y durante el siglo XX, cuando son ya
innumerables los autores que la cultivan logrando una difusión mundial.
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Aspectos externos de la novela
 La época, las condiciones sociales y culturales predominantes en el momento en que se
escribió
 Las situaciones de la vida real que enmarcan los conflictos y acciones narradas en la novela
 Las influencias literarias y las experiencias personales del autor
 El movimiento literario al que pertenece el texto
 Ell contexto en el cual la novela es publicada y leída, que puede distar mucho de la época y
lugar en el cual se escribió, y en el que se sitúan las acciones de la historia
Aspectos internos de la novela
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Profundiza en la psicología de los personajes
Juega con el tiempo de la narración
Plantea numerosos conflictos
Elabora descripciones detalladas
Con frecuencia tiene digresiones de la trama central (divaga), a tal grado que puede ser
difícil precisar cuál es el tema o asunto total de la novela.
Personajes Principales
Personajes secundarios
Personajes ambientales
PERSONAJES
En el caso de la novela el protagonista puede
ser un grupo, una comunidad, una familia o una
generación de una misma familia. En el caso de
los antagonistas sucede lo mismo, puede ser un
grupo o varias situaciones obstaculizando los
deseos del protagonista.
Este tipo de personajes, en la novela tienen
mayor trascendencia, ya que el texto se ocupa
detalladamente de sus conflictos y los relaciona
con los que ocurren a los personajes
principales.
En la novela suelen ser numerosos y tener
mayor participación en las acciones.
Ambiente
o La novela se caracteriza por ofrecer detalladas descripciones de los entornos en los que
ocurre la acción, es decir, de los espacios.
o La descripción que se elabora en este género permite que los textos tengan una concreta
ubicación en una época, de la cual ofrecen datos sobre los hábitos y formas de vida. En
este aspecto, puede hacerse una distinción entre las novelas que e ubican en la propia
época en la que fueron escritas y las que tratan de épocas anteriores, llamadas novelas
históricas, para las cuales el autor debe realizar una investigación para reproducir la época
con fidelidad.
o La atmósfera de una novela se refiere al conjunto de emociones que transcurren dentro
de la historia, y se le define como la suma de las acciones, los espacios y las descripciones.
o El ambiente de una novela define el mundo propio que elabora el texto, el estado de
ánimo general en el que se mueven los personajes y que va a ser compartido por el lector
al adentrarse en el texto.
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Instrucciones: A partir de la lectura de la novela Aura de Carlos Fuentes o Pedro Páramo de Juan
Rulfo, realiza la caracterización del ambiente en dónde se desarrolla la historia. Así como la
descripción de la atmósfera que envuelve a la novela.
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Bibliografía básica de consulta:
VARELA, Cabra, Laura Elisa, Literatura I, BookMart, México, 2012.
Referencias electrónicas:
http://web.educastur.princast.es/proyectos/formadultos/unidades/lengua4/ud4/1_1_1_caracteri
sticas.html
http://www.literaberinto.com/vueltamundo/cuervopoe.htm
http://www.auladeletras.net/material/litera.PDF
http://cvc.cervantes.es/literatura/escritores/a_reyes/antologia/cena.htm
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/quiroga/juan_darien.htm
http://www.materialesdelengua.org/LITERATURA/TEXTOS_LITERARIOS/CUENTOS/contar/fabula_c
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http://www.taringa.net/posts/arte/4522068/El-mito-de-orfeo-y-euridice.html
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/fuentes/chac_mool.htm
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