Subido por Jorge R. Hospinal

EL RECURSO DE ANULACIÓN DE LAUDO ARBITRAL

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EL RECURSO DE ANULACIÓN DE LAUDO ARBITRAL:
PRINCIPIOS, CAUSALES, CONDICIONES Y CONSECUENCIAS
El arbitraje es un mecanismo mediante el cual se resuelven las controversias a través
de un tercero ajeno al Poder Judicial, llamado tribunal arbitral (unipersonal o
colegiado), en mérito al poder que le otorgan las partes en conflicto, quienes lo
envisten de jurisdicción, de acuerdo con las reglas que ellos mismos pactan o de
acuerdo con las reglas que establece una institución arbitral, sea ad hoc o
institucional.
Sumario: 1. Introducción; 2. Recurso de anulación; 3. Principios del recurso de
anulación; 3.1. Principio de irrevisabilidad del criterio arbitral; 3.2. Principio de
legalidad en la determinación de las causales; 3.3. Principio de iniciativa de parte en
la alegación y acreditación de las causales de anulación; 3.4. Principio de reclamo
previo; 4. Causales de anulación; 5. Condiciones y consecuencias de la anulación de
laudo; 6. Amparo contra laudos arbitrales; 7. Bibliografía.
1. INTRODUCCIÓN
El arbitraje es un mecanismo mediante el cual se resuelven las controversias a
través de un tercero ajeno al Poder Judicial, llamado tribunal arbitral (unipersonal o
colegiado), en mérito al poder que le otorgan las partes en conflicto, quienes lo
envisten de jurisdicción, de acuerdo con las reglas que ellos mismos pactan o de
acuerdo con las reglas que establece una institución arbitral, sea ad hoc o
institucional. La Constitución Política del Estado le reconoce función jurisdiccional,
lo que lo convierte en autónomo e independiente con una mínima injerencia del
poder estatal.
Mario Castillo Freyre lo define como “la manifestación más elemental de la
administración de justicia. En el presente estado de la evolución histórica, sólo
puede ser concebido como una sustracción legalmente autorizada a la jurisdicción
estatal. Se origina mediante un contrato privado por el que dos o más sujetos de
derechos deciden someter un conflicto con relevancia jurídica a la decisión
resolutoria, definitiva y exclusiva, de uno o más terceros denominados árbitros, que
son designados por las partes o por algún mecanismo establecido por ellas. Así, la
decisión resolutoria de los árbitros o laudo, será de cumplimiento obligatorio para
las partes en virtud de que el ordenamiento jurídico establece que los contratos son
ley entre las partes. La ejecución de la decisión arbitral, en caso ésta sea necesaria,
queda siempre en manos del Estado”. (Manual de Arbitraje ARBITRA PERÚ, 2014:
16).
Pero al igual que en la jurisdicción ordinaria, la parte vencida en la contienda
arbitral busca cuestionar lo resuelto por el tribunal arbitral, con o sin razón; y para
ello la ley ha previsto el mecanismo de anulación de laudo, el cual puede
demandarse ante el Poder Judicial.
Es pues la anulación de laudo, el único mecanismo por el cual la parte afectada
puede acudir ante la jurisdicción ordinaria con la finalidad de cuestionar la decisión
arbitral por causales expresamente previstas en la ley, siendo restringido a los jueces
el entrar a conocer el fondo de lo resuelto. La característica esencial de la anulación
de laudo es la exigencia de haber formulado reclamo previo ante el tribunal arbitral
mediante petición de integración, exclusión, interpretación o rectificación; e incluso
al interior del proceso arbitral, haberse formulado y dejado constancia de un reclamo
previo, y que este haya sido desestimado.
En las líneas siguientes se tratará sobre la regulación legal que se le da al
llamado recurso de anulación, siguiendo las exigencias de la Ley de
Arbitraje, Decreto Legislativo 1071, norma se diferencia de la derogada Ley 26572,
Ley General de Arbitraje en tanto esta establecía la posibilidad de interponer recurso
de apelación ante una segunda instancia arbitral o ante el Poder Judicial.
Es importante asimismo mencionar que anular un laudo es diferente a no
reconocerlo judicialmente; y que, incluso tratándose de arbitrajes internacionales, es
posible que se renuncie expresamente a interponer este y otros mecanismos que
tiendan a cuestionar la decisión o decisiones del tribunal arbitral.
2. RECURSO DE ANULACIÓN
El laudo arbitral es una suerte de símil de una sentencia judicial. Resuelve en
definitiva la o las controversias puestas en conocimiento del tribunal arbitral. Es un
acto procesal al cual arriba dicho tribunal luego de haber agotado todas las etapas y
plazos; y debe emitirse y notificarse necesariamente en el plazo fijado por las partes
o en el reglamento institucional respectivo.
Roque Caivano señala que:
(…) el laudo constituye el acto con el que concluye la intervención de los árbitros.
Su emisión implica dejar agotado su cometido y su jurisdicción, lo que determina
otra diferencia importante entre las atribuciones de árbitros y jueces. Como se ha
dicho, los jueces estatales están revestidos de una jurisdicción que por provenir de
la organización misma del Estado, tiene carácter permanente y genérica –si bien
acotada por las limitaciones derivadas de su competencia territorial y funcional– y
no se agota con el dictado de la sentencia definitiva. El juez conserva su potestad
para ejecutarla y aun para ejercer facultades condenatorias o correctivas, con el
límite que impone, por razones de seguridad jurídica, el principio de la cosa
juzgada. Los árbitros, por el contrario, tienen jurisdicción nacida de fuente
convencional y por lo tanto limitada al caso. Son las mismas partes –en virtud de
que el Estado lo admite con carácter general– quienes crean la instancia y otorgan
a los árbitros el carácter de jueces. Y al hacerlo, tienen un objetivo primordial:
encomendarles la resolución de un caso concreto. Se deriva de ello, que una vez
producido el resultado previsto, desaparecen sus facultades. (Caivano, 1998: 289)
Por su parte, el recurso es un mecanismo para materializar una impugnación.
Impugnar o impugnación proviene del latín impugnare e impugnatio, que significa
atacar y ataque, asaltar y asalto. Existe tanto una impugnación interna como una
impugnación externa. La primera hace referencia a alguna revisión del
procedimiento seguido, o del laudo arbitral mismo; mientras que la segunda se
refiere al mecanismo de impugnación ante un tribunal jurisdiccional. Así, con el
recurso de anulación nos encontramos ante una impugnación externa.
Es conveniente precisar que la doctrina destaca la presunción de validez del laudo
arbitral. Fernando Cantuarias, establece que: “Si tenemos presente que el Poder
Judicial no puede revisar el fondo de la controversia, que las causales de anulación
o de no reconocimiento y ejecución son taxativas y deben ser interpretadas de
manera restrictiva, y que, en principio, deben ser invocadas y probadas por quien
solicita la anulación o se opone al reconocimiento y la ejecución, según
corresponda, necesariamente debemos interpretar que las legislaciones arbitrales,
como la Convención de Nueva York, sancionan una presunción de validez del laudo
arbitral.” (Cantuarias, 2007: 471)
En tanto que el recurso en estricto persigue que sea una instancia superior la que
revise tanto forma y fondo, a través de la impugnación, existe discusión en la
doctrina respecto al término correcto que debe darse a la figura de la anulación. La
Ley de Arbitraje nomina al recurso de anulación y establece que es la única vía de
impugnación del laudo.
Se afirma que el recurso de anulación es una acción autónoma que se ejercita fuera
del ámbito del arbitraje. Es decir, constituye un auténtico proceso, y no un recurso;
al cuestionar un laudo arbitral, no se está formulando un recurso propiamente dicho,
sino que se inicia un proceso judicial autónomo dirigido a cuestionar la validez del
mismo. Entonces, ¿es en estricto la anulación un recurso? o ¿es una demanda? La
ley española sobre la materia hace referencia a la acción de anulación.
3. PRINCIPIOS DEL RECURSO DE ANULACIÓN
3.1. Principio de irrevisabilidad del criterio arbitral
Este principio afirma que el Poder Judicial no puede entrar a revisar el fondo de lo
decidido por el tribunal arbitral, en tanto que por mandato expreso de la ley debe
ceñirse únicamente a observar las causales taxativas previstas en la ley, y estas
corresponden solo a aspectos de forma.
El Tribunal Constitucional en su sentencia pronunciada en el Exp. N° 00189-1999AA/TC, ha establecido sobre la irrevisabilidad que “(…) Si este Tribunal,
rompiendo lo que ha sido su línea de respeto por las controversias de fondo, se
permitiera decirles a los jueces arbitrales (y aún a los jueces de la justicia ordinaria
o privativa) cómo deben fallar en los asuntos que sólo a ellos les corresponden,
estaría convirtiendo —como se dijo anteriormente— el proceso constitucional en
una suprainstancia casatoria capaz de desarticular por completo el principio de la
cosa juzgada”.
3.2. Principio de legalidad en la determinación de las causales
El recurso de anulación no es un recurso abierto, no se puede crear más causales que
las expresadas en la ley; en ese sentido, solamente se podrá recurrir ante el Poder
Judicial para demandar la anulación de laudo por las causales taxativamente
señaladas en la ley.
“Las causales para anular un laudo arbitral dictado en el foro o para no reconocer y
ejecutar un laudo arbitral extranjero son taxativas y deben ser interpretadas de
manera restrictiva.” (Cantuarias. 2007: 467)
3.3. Principio de iniciativa de parte en la alegación y acreditación de las
causales de anulación
La ley exige que nadie más que la parte sea la que se encuentra legitimada para
alegar y acreditar la causal de anulación del laudo; es decir, a ella le corresponde la
carga de la prueba. Esta lectura se desprende de lo dispuesto por el artículo 63° de la
Ley de Arbitraje, y se confirma con el enunciado del artículo 64° del mismo cuerpo
legal, cuando señala que la causal o causales deben fundamentarse y acreditarse
con los medios probatorios correspondientes.
Esta alegación corresponde a aquellas causales de interés privado, ya que en cuanto
a las de interés público, si bien pueden ser alegadas por la parte, el juez de oficio las
deberá observar. La casual de interés público es aquella que corresponde a la
violación del orden público internacional en el caso de arbitrajes internacionales.
3.4. Principio de reclamo previo
Se exige que para poder recurrir a la vía judicial, la parte que se considere afectada
con la decisión contenida en el laudo arbitral, debió haber formulado reclamación,
observación u otro mecanismo que permita advertir al tribunal arbitral los errores en
que ha incurrido, con la finalidad de que al interior del mismo pueda salvarse o
superarse el vicio.
Específicamente, al interior del proceso arbitral se ha previsto la figura de la
reconsideración, lo que vendría ser una impugnación interna, el que es recogido en
la Ley de Arbitraje en el artículo 49°, al establecer que las decisiones distintas al
laudo pueden ser sujetas de reconsideración por razones debidamente motivadas;
esta razones pueden ser de forma o de fondo. No formular reclamo previo ante el
tribunal arbitral implica que la parte presuntamente afectada ha convalidado el error
u omisión, deviniendo por ende la presunción legal de la renuncia a objetar. La
consecuencia de no haber formulado reclamo previo es que el recurso de anulación
de laudo devenga en ser declarado improcedente.
Por otro lado, antes de recurrir ante la autoridad judicial para demandar la anulación
de laudo, deberá de solicitarse cualquiera de las siguientes figuras: integración,
interpretación, rectificación, o la exclusión de laudo. El primero referido a alguna
omisión en que haya incurrido el tribunal arbitral de pronunciarse sobre algún
extremo controvertido; el segundo, para solicitar que se aclare algún extremo
oscuro, dudoso o impreciso; el tercero, para que se subsane algún error de cálculo,
numérico, de redacción, etc.; y finalmente el cuarto en el caso que el tribunal arbitral
se haya pronunciado sobre un extremo no solicitado o no sometido a controversia.
Es importante mencionar que no existe la “aclaración” de laudo. Sobre ello, por
ejemplo, la Sala Especializada en lo Civil y Afines de la Corte Superior de Justicia
de Ucayali en su sentencia (Exp. N° 00092-2013-0-2402-SP-CI-01) del 10 de junio
de 2014 señaló “(…) La “ACLARACIÓN” solicitada no existe como figura
susceptible de ser aplicada al Laudo, en el caso concreto, según resolvió el Tribunal
Arbitral competente, cuya decisión es inmutable sobre el particular en el contexto
del Arbitraje ya culminado, y no puede ser desmerecida en instancia jurisdiccional
al no figurar como causal de anulación, bajo responsabilidad (…)”.
4. Causales de anulación
En tanto que el laudo solo puede ser materia de anulación por las causales
taxativamente previstas en la ley, a continuación, se mencionan cada una de estas,
previstas en el artículo 63° de la Ley de Arbitraje.
4.1. Convenio arbitral inexistente, nulo, anulable, inválido o ineficaz
El convenio arbitral será nulo cuando esté incurso en cualquiera de las causales
previstas en el artículo 219° del Código Civil sobre acto jurídico. En los demás
supuestos se observa también lo previsto en el citado código.
Esta causal está ligada a la voluntad de las partes; dado que en tanto éstas libremente
han de someterse al arbitraje, esta causal se refiere a la ausencia del acuerdo de las
partes, por ende, el tribunal arbitral no cuenta con aquella delegación y poder para
conocer y resolver la controversia.
4.2. Indebida notificación a una de las partes del nombramiento de un árbitro o de
las actuaciones arbitrales, o que no ha podido por cualquier otra razón hacer
valer sus derechos
Esta causal se encuentra relacionada con la inobservancia y vulneración del debido
proceso y el atentado contra el derecho de defensa de la parte, lo cual tiene que
haber causado un estado de indefensión.
El derecho de defensa es una garantía de la función jurisdiccional, reconocido en la
Constitución Política del Perú, y su vulneración acarrea la nulidad de las actuaciones
jurisdiccionales; en el caso de la jurisdicción arbitral ello no es ajeno a esta
exigencia.
4.3. La composición del tribunal arbitral o las actuaciones arbitrales no se han
ajustado al acuerdo entre las partes o al reglamento arbitral aplicable, salvo que
dicho acuerdo o disposición estuviera en conflicto con una disposición de la Ley
de Arbitraje del que las partes pudieran apartarse o en defecto de dicho acuerdo o
reglamento, que no se han ajustado a la establecido en la citada ley
Esta es otra causal relacionada íntimamente con la prevalencia y respeto de la
voluntad de las partes; y es precisamente que se trata de salvaguardar esa libertad
cuando se anularía un laudo por no haberse respetado el procedimiento previamente
fijado por ellas o por las normas a las que se sometieron. Es un reconocimiento de
poder a las partes el cual “no sólo implica la capacidad de darlo por terminado o de
suspenderlo, a las cuales hace referencia la cita anterior, sino que, además, lleva
consigo la necesidad de reconocer a las partes la facultad dar forma y regular
libremente el procedimiento arbitral (Santistevan de Noriega. 2007: 5).
4.4. El tribunal arbitral ha resuelto sobre materias no sometidas a su jurisdicción
El tribunal arbitral solo deberá emitir pronunciamiento respecto de las controversias
que las partes han acordado poner bajo su competencia y jurisdicción; entonces,
tienen restringido pronunciarse sobre asuntos no puestos en su conocimiento (extra
petita) o pronunciarse de forma excesiva o más allá de la controversia planteada
(ultra petita).
4.5. El tribunal arbitral ha resuelto sobre materias que, de acuerdo a ley, son
manifiestamente no susceptibles de arbitraje, tratándose de un arbitraje nacional
La materia tratada y resuelta por el tribunal arbitral se requiere que sea de libre
disponibilidad; la libre disponibilidad está relacionada en su mayoría con el carácter
patrimonial de la controversia, básicamente, y aquellas que la ley así lo señalan. No
podría ser sometida a arbitraje las acciones de garantía constitucional o aquellas
derivadas de delitos, entre otras. En la doctrina, lo dicho se conoce como
la competencia objetiva de los árbitros.
4.6. Según las leyes de la República, el objeto de la controversia no es susceptible
de arbitraje o el laudo es contrario al orden público internacional, tratándose de
arbitraje internacional
Esta causal encierra dos supuestos: (i) que la materia decidida no sea sujeta a
arbitraje dentro del territorio de la República; y (ii) que el laudo contravenga el
orden público internacional, si es arbitraje internacional.
Por ejemplo, se atenta contra el orden público internacional cuando se convalida
actos de corrupción, en acciones lesivas a la justicia y la moralidad, cuando hay
abuso del derecho, atentado a la buena fe, infracción a la fuerza obligatoria de un
contrato, no observancia de la prohibición de discriminación, etc.
4.7. La controversia ha sido decidida fuera del plazo pactado por las partes,
previsto en el reglamento arbitral aplicable o establecido por el tribunal arbitral
Al tribunal arbitral se le enviste de poderes y funciones jurisdiccionales por un
determinado plazo; el peligro de emitirse un laudo arbitral fuera del plazo señalado,
deviene en la invalidez del mismo por haberse dictado por quien ya no tenía
jurisdicción ni competencia para hacerlo. “El plazo vincula a los árbitros, de tal
forma que fija los límites de la potestad misma arbitral, dado que, al aceptar el
árbitro su nombramiento, se somete a la voluntad de los comprometientes, que son,
por la índole sustancialmente contractual de la institución, los que establecen el
término en que los árbitros han de desempeñar su cometido, y a los mismos les
obliga por la eficacia contractual del pacto” (Cantuarias. 2007: 521).
5. Condiciones y consecuencias de la anulación de laudo
La ley ha previsto distintas consecuencias derivadas de la anulación aplicables a
cada una de las diferentes causales, las que para mejor ilustración se detallan:
6. Amparo contra laudos arbitrales
En materia de amparo contra laudos arbitrales, el Tribunal Constitucional ha dejado
establecido en la sentencia del Exp. N° 00142-2011-PA/TC los siguientes
precedentes vinculantes respecto a la improcedencia del amparo arbitral:
a) El recurso de anulación previsto en la actual Ley de Arbitraje, así como
los recursos de apelación y anulación previstos en la derogada Ley N° 26572
constituyen vías procedimentales igualmente satisfactorias para la protección de
derechos constitucionales;
b) De acuerdo con el inciso b) del artículo 63º de la Ley de Arbitraje, no procede el
amparo para la protección de derechos constitucionales aun cuando éstos
constituyan parte del debido proceso o de la tutela procesal efectiva.
c) No procede el amparo cuando se cuestiona la falta de convenio arbitral; la vía
idónea es el recurso de anulación, o el recurso de apelación y anulación en caso de la
derogada Ley N° 26572;
d) Cuando a pesar de haberse aceptado la jurisdicción arbitral, las materias sobre las
que ha de decidirse tienen que ver con derechos fundamentales de carácter
indisponible o que no se encuentran sujetas a posibilidad de negociación alguna,
procederá el recurso de anulación, o los recursos de apelación y anulación, según
corresponda.
Los supuestos de procedencia del amparo arbitral son:
a) Cuando se invoca la vulneración directa o frontal de los precedentes vinculantes
establecidos por el Tribunal Constitucional.
b) Cuando en el laudo arbitral se ha ejercido control difuso sobre una norma
declarada constitucional por el Tribunal Constitucional o el Poder Judicial, según
corresponda.
c) Cuando el amparo sea interpuesto por un tercero que no forma parte del convenio
arbitral y se sustente en la afectación directa y manifiesta de sus derechos
constitucionales a consecuencia del laudo, salvo que dicho tercero esté comprendido
en el supuesto del artículo 14º de la Ley de Arbitraje.
En los dos primeros supuestos es necesario que previamente se haya formulado
reclamo ante el tribunal arbitral, y que haya sido desestimado.
En esa línea, el Tribunal Constitucional ha precisado su pronunciamiento, indicando
a quién no resulta aplicable tales precedentes; así, mediante sentencia pronunciada
en el Exp. N° 08448-2013-PA/TC ha dispuesto:
(…) 11. Que, sin embargo, el referido precedente vinculante no resulta aplicable a
los supuestos en los que, como ocurre en el presente caso, el alegado agravio a los
derechos fundamentales proviene de resoluciones arbitrales distintas al laudo
arbitral, concretamente de resoluciones arbitrales expedidas en la fase de ejecución
del laudo arbitral. Asimismo, conviene destacar que, en situaciones como la aquí
descrita, esto es, cuando se emite una resolución arbitral que desconoce, incumple,
desnaturaliza o inejecuta el laudo arbitral emitido, no existe mecanismo recursivo
alguno por promover, toda vez que el recurso de anulación, según la norma de
arbitraje, sólo procede contra los laudos arbitrales. 12. Que por ello, sobre la base
de los fundamentos que subyacen para la impugnación de laudos arbitrales ante el
Poder Judicial, es posible sostener que procede el proceso de amparo para
cuestionar las resoluciones arbitrales, distintas al laudo, expedidas por el Tribunal
Arbitral en fase de ejecución del laudo arbitral, siempre que se trate de una
resolución que carezca de sustento normativo o sea emitida con manifiesto agravio
a los derechos fundamentales, caso contrario, será declarado improcedente. En
estos casos el objeto de control constitucional lo constituye la resolución arbitral
que desconoce, incumple, desnaturaliza o inejecuta el laudo arbitral.(…).
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