Subido por beraca.atr

Eva una mujer que se descuidó en su relación

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Actividad a realiza: 1) Una hoja y colocar las cosas que realizo en el día.
2) A quien se parece su hijo? Y usted?
Génesis 3:1-5
Eva una mujer que se descuidó en su
relación, y debido a eso se relacionó con
quien no debía, ella había sido creada con
un propósito y puesta en un lugar, especifico.
Todo cristiano, ya sea líder o miembro activo de una iglesia, debemos
tener claro y entender a la perfección la importancia de tener una relación
íntima con Dios como la base de nuestro liderazgo y llevar a la práctica
pasos específicos para profundizar esa relación.
QUE ES LO QUE PIDE DIOS???
INTIMIDAD.
Intimidad es: El resultado de un deseo mutuo, a Él le interesa y a mi
también incluye una relación de absoluta confianza, sin ningún temor.
Moisés es un ejemplo claro, de cuanta confianza depositada en Dios. La
Biblia nos dice que moisés hablaba con Él cara a cara. En el libro de
Éxodo podemos leer: Ex 34:27-35. Cara a cara con DIOS Núm.6:25.
Miremos Juan 17:21-22
Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos
también estén en nosotros.¿ A quién se parecía JESÚS?
La relación entre Padre e Hijo, es a la misma vez modelo de intimidad
humana y divina. Una petición que tengamos nosotras la misma
experiencia. Ahora bien, en una relación íntima de amistad con Dios
pueden surgir barreras que nos impidan desarrollarla.
BARRERAS A LA INTIMIDAD.
1. Superficialidad.
Esta se manifiesta en la falta de compromiso y seriedad… Muchas veces
actuamos de esta manera, no dándole la importancia debida a nuestra
relación con Dios.
A veces los afanes diarios, el de venir e ir del mundo nos absorbe y
solamente dedicamos una pequeña porción de nuestro tiempo para
acercarnos al trono de la gracia.
En Mateo 13:5-6 nos ilustra esto de la siguiente manera:
Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó
pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se
quemó; y porque no tenía raíz, se secó.
La respuesta de Dios, ante esto es que debemos invertir tiempo para
profundizar nuestra relación con Él.
En el entendido que muchas de las bendiciones y verdades para
nuestras vidas más grandes para nosotros, se encuentran en las
profundidades donde la mayoría de personas no se toman el tiempo de
descubrirlas.
Ahora:
¿CONOCEMOS
SUPERFICIALMENTE?
A
DIOS
PROFUNDAMENTE
O
2. Las prioridades
El mundo nos envuelve en lo que podría llamar la “tiranía de lo
urgente”, es una cultura, donde todo es para “YA”. Nos absorbe tanto
que nos afecta en nuestro ser interior, dejándonos estresados,
haciéndonos impacientes, a veces resentidos y peor aún, vacíos.
Nuestras vidas giran en torno a compromisos, ya sean laborales, de
estudio, ministeriales; y no nos damos un respiro para escuchar la voz
apacible de Dios,
3. Enfocarnos en Información en vez de Intimidad.
Podemos saber mucho acerca de Dios y de la santidad sin realmente
conocerle a Él.
A veces creemos que con recopilar todo tipo de información referente a
Dios, estamos en el camino de conocerlo. Esto obviamente, no significa
que no debemos instruirnos en el conocimiento de Él. Al contrario somos
llamadas a prepararnos para llevar a cabo la tarea que se nos ha
encomendado. Para poder llevar a cabo una relación con Dios más
efectiva, es necesario practicar disciplinas de oración y lectura. Estas
nos acercaran a Dios porque se enfoca en Él, en vez de solo en
conocimiento.
La intimidad con Dios es… una elección y un compromiso. La
elección es nuestra.
Cultivar una profunda relación con Dios y llevar una vida interior
plenamente llena del Espíritu Santo nos ayudara a convertir nuestro
desierto espiritual, en ríos de agua viva.
Si invertimos tiempo en la Oración y en la Meditación de su palabra,
ya que a través de estas crecemos espiritualmente y nuestra vida
será una vida efectiva, llevando fruto y sumamente VICTORIOSA EN
EL.
Ser santos porque yo soy santo
Como tenemos estas promesas, queridos hermanos, purifiquémonos de todo
lo que contamina el cuerpo y el espíritu, para completar en el temor de Dios
la obra de nuestra santificación.
2 Corintios 7:1
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