En los últimos diez años la población inmigrante en Madrid

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En relación a la interesante ponencia realizada por Carmen Olavaria González1 en el IV
Congreso de Profesionales de Comercio Exterior el pasado 17 de junio, me gustaría con este
breve artículo resaltar el papel de los inmigrantes a la hora de la internacionalización de la
empresa española y su influencia en el comercio.
En los últimos 10 años la población total crecía en 6.451.741 empadronados, los registrados
por el padrón a quienes este atribuye origen extranjero crecieron en 4.785.061. Esto supone
que el 74,17% del crecimiento de la población en España se debe a la población extranjera
que creció por encima del 10% año tras año entre el 2000 y 2007. Desde el 2008 a causa de
la crisis y la mala situación del mercado laboral ese flujo de gente se ha ralentizado. Por ello,
España se ha convertido en el décimo país del mundo en volumen de inmigración
(comunitaria y no comunitaria)2. Incluso, España en el año 2008 se situó a la cabeza de los
países de la UE en cuanto al porcentaje de personas de nacionalidad extranjera3.
Se puede observar en el caso de Marruecos como el flujo de inmigrantes procedentes del
país magrebí ha ido en aumento, consolidándose como el principal país de origen de la
inmigración española. Comparando los datos del 2007 y 2009, en el que el número total de
inmigrantes era de 648.735, representado un 16,3% del total de inmigrantes residentes en
España, y 767.7844 respectivamente, vemos un crecimiento en el número de inmigrantes
que residen en nuestro país. De la misma forma, se puede observar como el número total de
exportaciones españolas ha ido creciendo, llegando en el 2007 a un total de 3.064 millones
de euros, de 3.663 millones de euros en el 2008, y de 3.085 millones de euros en el 2009.
De estos datos podríamos sacar la conclusión de que el aumento del número de inmigrantes
en el país favorece el aumento de las exportaciones al país de origen de la inmigración. Esto
se debe, en gran parte, a la participación de los inmigrantes en el proceso de exportación,
mediante la creación de negocios o la provisión de información primordial en cuanto al
proceso comercial con el país de destino. Los inmigrantes constituyen un factor más a la
hora de comercializar con países culturalmente diferentes a España y con lazos
históricamente inexistentes.
La creación de empresas y negocios es una de las muchas formas de integración en el país,
facilitando la mayoría de las veces trabajo a personas del mismo país, y favoreciendo el
impulso económico y emprendedor en el país de destino.
Algunas de estas empresas comercializan directamente con el país de origen. Hay que tener
en cuenta que estos inmigrantes están fuertemente influidos por sus vínculos con su país de
origen o por redes sociales que sobrepasan las fronteras nacionales (Levitt y Glick Schiller,
2004). Por ello, las relaciones económicas, políticas y sociales son constantes, acercando la
realidad del migrante con la del país de origen. Un ejemplo nos lo encontramos cada vez que
se convocan elecciones en los países sudamericanos, los índices de participación en las
ciudades españolas donde se encuentran consulados y embajadas son cada año más altos,
mostrando y recalcando el vínculo que mantienen con el país de origen.
El transnacionalismo de tipo económico, que se forja entre origen y destino, es relevante a la
hora de referirnos a las relaciones existentes entre los distintos países que conforman la
realidad del inmigrante. Es importante señalar, que no todos los inmigrantes se pueden
encuadrar dentro de este tipo de transnacionalismo, ya que solamente las remesas y las
empresas transnacionales se encuentran dentro de este tipo.
La utilización de redes transnacionales de doble sentido es la herramienta utilizada por los
inmigrantes cuando hablamos de creación de empresas en el país de destino. Son los
vínculos familiares y sociales, a diferencia de los económicos, los que prevalecen en la
creación de estas redes.
Estas redes son clave para poder recabar información sobre el mercado de destino. Uno de
los problemas de la PYME española es el miedo a salir al exterior por el tedioso proceso que
1
Jefe de la Sección de Codesarrollo y Emergencias. Departamento de Cooperación al Desarrollo. Ayto de
Madrid.
2
Informe sobre la situación de la integración social de los inmigrantes y los refugiados.
3
Eurostat coloca a España en el año 2008 en el sexto lugar de los países de la UE con mayor porcentaje
de extranjeros (12,3%).
4
Observatorio permanente de la Inmigración. Secretaría de Estado de Inmigración y Emigración.
supone la internacionalización. Dicho proceso se encuentra lleno de barreras, dependiendo
del país de implantación. Uno de los problemas cuando se sale a países no pertenecientes a
la Unión Europea es el proceso legal, fiscal y financiero, el idioma, y las costumbres
comerciales. Uno de los medios para superar estas barreras es el de disponer de una
persona que conozca el país de destino.
La utilización de interlocutores conocedores del país y sus costumbres es un valor añadido a
la labor comercial que se disponga a realizar en cualquier país. Dicho interlocutor tendrá
mayor facilidad a la hora de vender productos en su país de origen, ya que obviamente
conoce mejor la cultura y las necesidades locales. La utilización de un buen interlocutor
conocedor del país supone un ahorro de tiempo a emplear en todo el proceso de exportación,
comercialización o instauración de la empresa.
Dicho interlocutor puede incluso aparecer como la figura de un importador que compra
productos procedentes del país de destino para su posterior venta en España. Esta figura
sería conocedor, cuanto menos, de todo el proceso de exportador e importación desde el país
de origen hacia España, por lo que la información que podamos sustraer de esta figura se
hace imprescindible. Otra posibilidad a tener en cuenta sería la complementariedad con los
productos del importador, ya sea nuestro objetivo exportar hacia destino o importar. La
complementariedad nos daría un valor en nuestra cartera de productos y en nuestro proceso
de comercialización o penetración, ya que al contar con un conocedor de los trámites y
documentos necesarios nos daría mayor agilidad.
“The availability of accurate information on foreign markets lessens the perceived risk on the
part of the suppliers” (Henderson et al, 1995). Una de las claves en el proceso de
comercialización es la posesión de la información precisa de todas las variables que
conforman dicho proceso. Este hecho nos puede hacer ser conocedores de información
primordial a la hora de realizar una comercialización con éxito en el país de destino, como
puede ser: distintos socios comerciales en el país de destino que mejor se adecuen con el
tipo de producto y sector, redes de comercialización para ese producto y sector, competencia
nacional e internacional asentada en el país de origen, costumbres y tipo de vida en el país
de origen.
Sin embargo, son varios los factores que definen dicha información: el nivel cultural de
interlocutor inmigrante y su conocimiento del producto o sector, tipo de producto, relación
entre el país de origen del inmigrante con el de destino, y la actualización de la información.
El análisis de estos factores es imprescindible a la hora de acotar el estudio de este tema,
aunque esto será en otro artículo.
Por lo tanto, la relación entre inmigración y comercio es clara, y el uso de información
procedente de interlocutores inmigrantes es otra de las vías a la hora de conocer el país en
donde vamos a hacer negocio.
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