Subido por Wilfredo Ttito Wtc

INTRODUCCION DE CLASIFICACION Y TIPOS

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INTRODUCCION DE CLASIFICACION
Existen diferentes formas de cumplir estos objetivos, de manera que podemos clasificar las
presas atendiendo a múltiples criterios: según el material en el que se ejecute, según
su morfología y la forma de resistir los esfuerzos, según su tamaño, o incluso en función
del riesgo potencial ante su rotura.
Otra clasificación de las presas podría realizarse en función del uso al que va destinada el
agua. Sin embargo, esto no es una característica propia de la presa como tal, sino del
embalse en su conjunto, por lo que se trataría, de una forma más precisa, de
una clasificación de los embalses.
Clasificación de las presas por materiales
Una represa puede construirse con diferentes materiales. Los más utilizados son las
tierras, escollera y el hormigón. Por tanto, la clasificación de las presas según material es:
Presas de hormigón o de fábrica
Se construyen enteras de hormigón y se pueden clasificar según la forma de resistir las
acciones. A diferencia de las de materiales sueltos, permiten que se vierta agua sobre el
cuerpo de presa, pero son más caras y requieren una cimentación mejor.
Presas de materiales sueltos
Las presas de materiales sueltos son las que se construyen con gravas, rocas y tierras
naturales. Pueden ser homogéneas o heterogéneas y tener una pantalla impermeable asfáltica
o de hormigón.
Tipos de presas de hormigón según la forma de resistir los empujes
Dentro de las presas de hormigón podemos establecer una nueva clasificación tipológica según
su forma de resistencia:
Presas de gravedad: su peso propio es el que aguanta los empujes hidrostáticos. Dentro de
ellas podemos establecer una subclasificación según si son macizas o aligeradas. Las macizas
tienen un perfil triangular o con forma de trapecio y pueden ser de hormigón vibrado o
compactado. Las aligeradas distribuyen la masa de hormigón de forma que se logre un mayor
momento de inercia en la sección horizontal y pueden ser de contrafuertes o de pantalla plana
(Ambursen).
Presas arco: resisten transmitiendo los empujes del agua a las laderas de la cerrada. Pueden
tener curvatura sólo horizontal, en cuyo caso se conocen como presas de bóveda, o curvatura
vertical y horizontal, conocidas como presas cúpula.
Presas arco-gravedad: son una tipología entre las dos anteriores. Se utilizan cuando la acción
de la curvatura no es suficiente para resistir los empujes.
Presas de bóvedas múltiples: son presas de contrafuertes en las que la pantalla tiene forma de
bóveda o cúpula, lo que permite una mayor separación entre contrafuertes y emplear un
menor volumen de hormigón.
Clasificación de las presas de materiales sueltos
Dentro de las presas de materiales sueltos, en función de la disposición de los materiales
dentro de la misma podemos distinguir varias tipologías. De una forma muy esquemática:
Presas homogéneas: están ejecutadas con un único material que debe ser impermeable y
resistente al mismo tiempo.
Presas heterogéneas o de núcleo: al contrario que las anteriores tienen diferentes materiales.
Por una parte tienen un material resistente, normalmente escollera, pero debido a su
permeabilidad, se requiere de otro material para realizar una función impermeabilizadora
(generalmente arcillas). A este último se le llama núcleo y suele estar en la parte central del
cuerpo de presa, pudiendo ser vertical o inclinado.
Presas de pantalla o diafragma: al igual que las anteriores, tienen un elemento diferenciador
que permite garantizar la impermeabilidad, pero en este caso no se trata de un material
natural, sino que cuentan con una pantalla. La pantalla suele colocarse en el paramento de
aguas arriba, aunque también puede ser interior. Suele ejecutarse con material bituminoso u
hormigón, aunque estas últimas tienen el inconveniente de su posible fisuración ante los
asientos.
Tipos de presas según la normativa
Además de las clasificaciones anteriores, la normativa establece otras para tratar de forma
diferente, a efectos normativos y de seguridad, a cada una de las presas:
Según su tamaño o dimensiones
Grandes presas: según el Título VII del Reglamento del Dominio Público Hidráulico, se
considera gran presa aquella cuya altura es superior a 15 metros y la que, teniendo una altura
comprendida entre 10 y 15 metros, tenga una capacidad de embalse superior a 1 hectómetro
cúbico (1.000.000 de metros cúbicos).
Pequeñas presas: las que no cumplen la definición de gran presa.
En función del riesgo potencial que pueda derivarse de su posible rotura o funcionamiento
incorrecto.
Igualmente, según el riesgo asociado a la rotura, el Reglamento del Dominio Público Hidráulico
distingue entre:
Categoría A: presas cuya rotura o funcionamiento incorrecto pueden afectar gravemente a
núcleos urbanos o a servicios esenciales, o producir daños materiales o medioambientales muy
importantes.
Categoría B: presas cuya rotura o funcionamiento incorrecto puede ocasionar daños
materiales o medioambientales importantes o afectar a un número reducido de viviendas.
Categoría C: presas cuya rotura o funcionamiento incorrecto puede producir daños materiales
de moderada importancia y sólo incidentalmente pérdidas de vidas humanas. En todo caso, a
esta categoría pertenecerán todas las presas no incluidas en las categorías A o B.
Tipos de embalses
Tal y como se comentó en la introducción, también puede establecerse una clasificación de las
presas en función del uso que se le de al agua, pero esto sería una clasificación de los
embalses, y no de las presas como tal.
De esta forma, podemos encontrarnos:
Embalses de laminación: cuyo objetivo es simplemente el de retener el agua cuando sea
necesario para evitar que se produzcan inundaciones en otras zonas.
Embalses de Almacenamiento y Regulación: se utilizan para almacenar los recursos hídricos y
utilizarlos cuando sean necesarios, generalmente para regar o para abastecimiento a
poblaciones (para beber, ducharse, llenar piscinas). También puede ser la industria quien
utilice el agua.
Embalses de producción hidroeléctrica: su objetivo es crear un salto de agua y utilizar esa
energía para producir electricidad. Dentro de estos podemos diferenciar también los embalses
reversibles, que son aquellos en los que se dispone de una balsa en la parte baja de la presa
que permite almacenar el agua turbinada por la central hidroeléctrica, de tal manera que en
situaciones de energía más barata o de excedente de energía en la red se eleva el agua de
nuevo al embalse para turbinarse en periodos de mayor demanda.
Embalses mixtos: los que tienen varios usos de los que se han mencionado.
Por último a veces se utilizan con fines lúdicos o recreativos como la navegación, la pesca
deportiva e incluso de aventura (como el rafting) con desembalses controlados para que
puedan llevarse a cabo estas actividades.
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