Subido por Carolina Cordoba

Urano CarolinaCordoba

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Dedicado a todas aquellas
personas que han amado a un
ser de otro planeta “para
siempre”.
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1
Cuando abrió los ojos estaba recostada sobre el pasto, en
un campo lleno de flores de distintos tipos. El ambiente
estaba húmedo y en las hojas se podían ver aún gotitas
de rocío. Siempre le gustó el olor a tierra mojada, sobre
todo a la hora de la luz mágica: ese momento de transición
del día a la noche.
Sentía mucha pereza, acompañada de esa satisfacción
interna luego haber tomado una buena siesta.
Sin levantar su brazo del suelo, empezó a jugar con el
césped. Miraba cómo sus dedos cortaban pedacitos
verdes y los lanzaban. Los movimientos casi
imperceptibles liberaban una carga de tensión que
recorría su cuerpo y se concentraba en sus manos
empeñadas en su tarea.
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De un suspiro se sentó. Estiró sus brazos mientras
bostezaba profundamente y veía una mariposa azul
jugando entre dientes de león. Su cabello castaño claro y
ondulado estaba revuelto. Los mechones llegaban al suelo
en forma de resortes. Sintió el suelo bajo sus pies
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Es hora de ir a casa.
Caminó hasta la masa azul plata de agua, donde se
reflejaban las nubes. No había personas a la vista. El
perfume del pasto cortado se mezclaba con la humedad.
Miró al cielo que poco a poco se iba cubriendo de nubes
grises. Una gota cayó en su nariz, otra se deslizó por su
brazo izquierdo, una pasó delicadamente por su mejilla y
siguió contorneando su cuello. Las gotas eran escasas
aún pero sabía que debía irse antes de la tormenta.
Emprendió su regreso cuando de pronto se sorprendió al
ver un tronco hueco, en posición horizontal, en medio del
camino. Decidió sentarse y seguir contemplando el espejo
de agua. El viento desparramó las nubes y los débiles
rayos que anunciaban el final de la tarde, se las arreglaron
para formar un arco iris en el cielo. Para ella todo era
hermoso, y apreciaba cada detalle de la naturaleza como
si fuera la primera vez que lo veía, aunque ya lo hubiera
visto un millón cincuenta y tres mil veces antes.
Decidí salir de mi escondite y tomar asiento a su lado. Lo
hice con mucho cuidado para no asustarla, aunque para
mi sorpresa no se dió por aludida. Me inquietaba no poder
-
Hola. - le dije
Hola. - me respondió, sin mover la cabeza ni
perder de vista el arco iris.
Después de ese saludo nos quedamos en silencio. Sus
ojos estaban llenos de lágrimas, hasta que al fin una se le
escapó. Solo una. Su expresión cambió en segundos: de
una niña ingenua a una mujer tosca. Me sorprende su
habilidad de cambiar sus gestos en pocos segundos, sin
fruncir el ceño. Suspiró mientras cerraba los ojos y movía
la cabeza en círculos suaves. Sus labios carnosos y
colorados parecían sonreír aunque yo sabía que no lo
estaba haciendo, era solo un efecto provocado por las
comisuras hacia arriba. No podía dejar de mirarla. Mi
corazón latía fuerte, pero estaba seguro que ella no lo oía.
Me levanté. Busqué una piedra para golpear el tronco al
ritmo acelerado de mis latidos.
Ella me miró y acompañó mi ritmo con su respiración. El
viento movía su cabello por su cara. Podía ver cómo se
expandía y relajaba su pecho con el aire. Nuestras
miradas se quedaron congeladas. Me sentía nervioso. Su
mirada fija en mí con sus labios entre abiertos me
atemorizaba. Hacía mucho que no sentía miedo. Me
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El sol todavía estaba en el cielo, y los escasos rayos
golpeaban en sus ojos marrones que aparentaban ser
rojizos. Aparentemente seguía con sueño, con mucho
sueño.
conocer lo que estaba pasando o sintiendo. Sus ojos
parecían contemplar un pasado de tristeza acompañado
de esperanza en el futuro. Tristes, compasivos, incrédulos
y llenos de amor. Sin decir nada, sus ojos cantaban las
más bellas canciones.
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descalzos, encontraba un placer insuperable en mover
sus deditos entre el pasto. Se calzó sus sandalias y
decidió seguir a la mariposa que se alejaba entre los
árboles.
quedé inmóvil sin dejar de mirarla fijamente. Ella hizo un
gesto despectivo y burlesco para cambiar su foco de mis
ojos al cielo.
El azul marino de la noche permitía ver la luna llena y las
constelaciones, duplicadas en el manto de agua.
-
La lluvia desapareció - dijo con su voz dulce y
en un tono suave.
¿Qué estás haciendo aquí? - pregunté
fríamente
Ella me ignoró. Otra vez quedé viéndola fijamente
mientras ella contemplaba el cielo.
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Empezó a tararear una canción. Una canción triste que
hacía muchos años no escuchaba. Creí que la había
olvidado...como a ella. Sin embargo esa tarde descubrí
que el corazón con simples latidos cuenta la historia que
la mente ingenuamente, pretende olvidar.
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“Si no pretendés amarme, al menos evitá seguir
rompiéndome.”
intensidad que quiero que desaparezca de mi vida y de mi
alma. Quisiera desprenderla de mí. No quiero una vida a
su lado, no quiero depender de este amor que me lastima,
me vuelve débil, me impacienta, me inquieta.
Lunes, Luna.
Martes, Marte.
Recuerdo la noche que me lo dijo. Estaba sentada en una
hamaca en el jardín del hotel donde paramos ese 14 de
febrero. Tenía puesta una colcha multicolor para cubrirse
del frío de los valles. La luna y las estrellas brillaban en el
cielo provocando una claridad que permitía distinguir los
siete colores del cerro.
Miércoles, Mercurio.
Jueves, Júpiter
Viernes, Venus.
No importó jamás cuántas veces me hiciese la misma
pregunta, la respuesta siempre era si, si si. Cada vez con
mayor intensidad y para siempre.
Ella necesitaba que se lo repita una y otra vez. Nunca lo
dudé. La amaba y aún la amo. La amo con la misma
-
Me gusta el sabor a final que tienen los Viernes.
Es un final de algo pesado e inicio del festejo.
Me dijo una tarde observando el calendario de
una tarjeta que nos dejó un niño en la mesa del
bar en donde tomamos la cena.
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¿Me amás?
Con todas las fuerzas de mi alma. Le respodía
¿Mucho mucho?. Insistía ella.
Sí, más que mucho.
¿Para siempre?
Siempre, Siempre. Hasta la luna, ida y vuelta en
tortuga. Le respondía entre risas.
Domingo, Sol.
Página
-
Sábado, Saturno.
-
A veces nos sentábamos a inventar cuentos. Ella me
miraba y continuaba con la historia...casi siempre el final
llegaba precipitado y era trágico.
-
Quizá lo sea para vos, pero para mí los finales
son
nuevos
comienzos,
implican
transformación, cambio, otra cosa, una cosa
nueva que viene por otra. El final de una vida, el
comienzo de otra. Me dijo con seriedad luego de
percibir perplejidad en mi rostro.
Sus ideas me provocaban pensar que buscaba la muerte
de manera constante, aunque su amor a la vida la sujetaba
aún más.
-
Hoy vimos una mariposa azul. Me dijo
mirándome fijamente a los ojos. ¿Te imaginás si
ella se hubiera desesperado por estar en su
capullo?
Seguramente
las
orugas
claustrofóbicas demoran su metamorfosis. Sin
embargo saben que por mucho que la aplacen,
el final de esa vida que conocen está cerca, y
-
-
8
Le costaba pensar inicios... pero finales, era lo que mejor
se le daban.
-
viene un nuevo inicio de algo que desconocen y
que quizás (solo quizás) sea mejor.
Es mejor, se vuelven hermosas y pueden volar.
Le dije, solo para oír otra de sus ocurrencias.
Te estás basando en tu deseo de tener alas
para afirmar que a todas las mariposas les gusta
volar, pero no es un dato confirmado Respondió con solemnidad. - Por otro lado,
según tus parámetros de belleza y fealdad, la
mariposa es más linda que la oruga, ¿te
preguntaste alguna vez si estos parámetros
existen en el reino animal? Francamente no lo
creo. Están demasiado concentrados en la
naturalidad del ciclo de la vida; las cuestiones
superficiales no deben tener relevancia. Pero
desconozco este dato también por lo que no
puedo afirmar lo que estoy diciendo. Te diría
que son impresiones, o corazonadas: “a
algunas mariposas no les gusta volar” y “existen
orugas claustrofóbicas”.
Y ¿transformarse es morir? – pregunté con
curiosidad.
Si. Muere tu antiguo ser, para dar lugar al nuevo.
Aunque en tu esencia más profunda siempre
vas a ser vos. ¿Cuándo muera vas a seguir
amándome?
Siempre te voy a amar. Pero no creo que
mueras, no ahora. – Respondí.
O que me transforme...la muerte es
transformación y la transformación es muerte.
Dijo con aires de erudita.
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Le gustaba la idea del “final de las cosas”. Incluso
fantaseaba finales: de nuestra relación, de mi vida, de la
suya, del día, del año, de un viaje.
-
-
Quizás deje de amarte si te volvés distinta,
incluso podría marcharme.
No me preocupa que te vayas. Respondió ella
con fingida frialdad. - Vos podes estar donde
desees y con quien desees. Lo importante es
que a pesar de todo, sigas amándome. Que
estés conmigo no significa que me ames, y al
revés, que me ames no significa que estés
conmigo. Prefiero ser para toda la existencia el
amor de tu vida, antes que tu dama de
compañía.
¿Y ambas? – interpelé.
Ahora si soy yo quien no puede asegurarte que
me quede a tu lado para siempre. Lo estático
me asusta. Quizá por eso me sorprenden tanto
las mariposas.
“Que estés conmigo no significa que me ames, y al revés,
que me ames no significa que estés conmigo”.
Me amarga recordar el caudal de ego y narcisismo que
cargaron siempre sus palabras. Tardé mucho en notarlo,
tal vez, demasiado.
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Un día, simplemente me senté a pensar en las mariposas
y me enojé. Desconocía de dónde venía tanta ira. Me
imaginé su rostro, escuché su empalagosa voz en mi
cabeza, recordé algunos de sus delirios. Si. Delirios. Mi
amor estaba cubierto de rabia. Ella dejó de ser la poeta
exótica de la que me había enamorado para tornar en una
loca de mierda. Y la alejé de mí, le di razones para no
volver. Y ahí sentí en cuerpo y alma sus palabras:
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Al inicio me quedaba asombrado con sus reflexiones.
Solía sentarme a pensar en lo que ella había dicho horas
antes y ver si yo también podía sacar esas conclusiones.
Ambos nos
transformamos.
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Ella también.
Pero el amor
del uno por el
otro forma parte
de esa esencia
que en este
mundo, no tiene
explicación.
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Me transformé.
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usa me lastima. Está al tanto de mis puntos débiles y los
disfraza dentro de poesías y canciones con el único fin de
presionar justo en donde está abierta la herida.
Intentando decir adiós
Y ahí estaba yo.
Y ahí estaba ella.
-
La vida se porta así y no queda más que andar
por ahí en busca de nuevos sueños. Así es
como construimos nuestro destino: a partir de
ilusiones. Comentó entre suspiros en clara pose
mal actuada de actriz de drama.
¿Esta es otra de tus burlas? – cuestioné con
indignación.
Me llama la atención el pensamiento mágico.
Continuó hablando ensimismada.
No tiene caso hablar con vos. – dije entre
dientes y suspiros.
Me irritaba ese tono calmo, ingenuo, dulce. Es consciente
de su sarcasmo. Sabe que cada una de las palabras que
Me di cuenta que a los seres humanos les es más
fácil oír para responder que escuchar para
entender. ¿Sabes cuál es la diferencia? – consultó
con una mirada desafiante
“Analizá tu respuesta”, pensé.
“No, no le respondas”.
“Es momento de tomar tus cosas e irte”, me dije.
Me mira como si buscara en mi las respuestas a sus
misterios que yo nunca logro entender. En ese momento
dudo de su maldad. Es solo un ser que está lleno de
intrigas y ve en mí una especie de sabio que puede
ayudarle a ver con claridad lo que hoy está empañado.
“No”, me dije en mi cabeza nuevamente. “Esta vez no vas
a jugar con mi ego. No te voy a dejar manipularme. Sabes
la respuesta de todo lo que preguntas, pero pones en mi
la responsabilidad de aclarar tus cuestionamientos solo
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-

Página
Seguramente hay razones de mi partida que me las he
inventado. Necesitaba partir, pero no podía hacerlo
porque sí, debía buscar una razón. O varias razones.
Razones tan convincentes que incluso me las crea yo
mismo.
Con sus ojos grandes abiertos y brillantes por las lágrimas
que nunca llegaban a caer, mirando fijamente con un
gesto melancólico que me hacía sentir culpable.
¿Culpable de qué? ¿De ser quién soy?
hiciste. Si alguna vez hubieras escuchado para
entenderme, hoy no estarías aquí inventando
excusas, simplemente sería otra cosa, esta
charla sería otra. Aunque nuevamente insisto:
es una corazonada, no puedo afirmar sobre algo
que no pasó.
para hacerme sentir seguro de mí mismo, y luego
quebrarme cuando uses lo que digo para ponerme en
ridículo. Conozco tu juego. Elevarme a las estrellas para
luego esperarme al pie de la fosa que generosamente me
has cavado. Y con tu sonrisa, esa puta e inocente sonrisa.”
-
No importa que tan buena sea mi respuesta, siempre hay
una mejor pregunta, que por lo habitual, me deja parado
en medio de la nada como un tonto.
-
La diferencia. Ahí está el detalle. – Dijo al fin
mirando al horizonte (me irrita de solo
recordarlo) - Imagínate que no existieran las
excusas. O mejor aún, que existan y estén
prohibidas, bajo pena de muerte. O mejor aún
más: bajo la pena de quedar hasta tus últimos
días en una celda de paredes grises, oscura y
sin aberturas ni rendijas para que no pase ni
siquiera un rayo de sol. O mejor aún... más...
todavía... que tengas que pagar por cada una
de las excusas que decís muchísimo dinero. En
ese caso, jamás oirías para responder. ¿Sabes
por qué? Porque tus respuestas suelen ser
excusas. Excusas por las cosas que hiciste o no
¿A dónde quería llegar? Su afirmación respecto a que no
escucho para entender, en este contexto, aparentemente
es correcta. Sin embargo, no puedo asegurar si soy yo
quien no comprende o es ella quien no está siendo clara.
Ni si quiera sé por qué me esmeré en intentar entenderla
aquella noche. Tal vez, ni siquiera era necesaria aquella
charla. El final hubiera sido el mismo.
Hace unos años atrás caminábamos por una vereda, en
un pueblo lleno de viñedos. Ella iba con la cabeza gacha
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No tiene caso responder
A veces es mejor estar callado.
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Incontrolablemente se apilan las palabras en mi garganta.
¿Te imaginas que pasaría si hoy tu perspectiva
cambiara? – Continuó ella tras una pausa
prolongada para tomar aire - Ya no plantearías
las cosas de la misma manera que las planteas
hoy. Quizás y solo quizás empezarías a ver el
mundo con los mismos colores que lo veo yo.
¿Sería posible algo así? Dos seres tan
diferentes compartiendo una misma perspectiva
de la realidad. Suena como algo que no va a
pasar, pero sería lindo si pasara.
mirando al suelo. Le pregunté por qué lo hacía y me
comentó que si miraba hacia el frente solo iba a ver el
pueblo, y si miraba hacia abajo, tenía la gran posibilidad
de encontrar algo que a alguien se le hubiera perdido o un
árbol podría haber lanzado algo fantástico al suelo y ella
debía toparse con ese algo. Lo dijo con tanta urgencia y
seriedad que decidí ayudarla.
Siempre me pregunté cómo hacía para sentirse feliz con
tan poco. Una semilla seca carente de todo valor, para ella
fue un escape a otra realidad.
De pronto éramos un par de personas buscando una cosa
desconocida. Estábamos empeñados en la tarea cuando
ella se sentó en un cordón cuneta y por fin hizo su cabeza
para arriba. Miró el árbol que allí estaba y luego sus frutos
secos regados por todo el suelo. Unas bolitas dentadas de
tono cobrizo. Agarro una y empezó a estudiarla. Me paré
enfrente y le pregunté por qué había dejado de buscar la
cosa desconocida. Me miró extrañada... o sorprendida. O
extrañada y sorprendida. Tomó una de las bolitas y me la
entregó:
Tomó una bolita y la puso en su cartera. Me miró y sonrió
con picardía. No le importaba hacer el ridículo en la calle,
ni alzar la voz al hablar de sexo o temáticas que para el
común de la sociedad es un tabú. Me volvió loco esa
frescura y sencillez. En los primeros tiempos me obnubilé,
luego empecé a mirarla como una niña caprichosa con una
necesidad incalculable de llamar la atención. Mi ego
nuevamente apareció para calmarme y mostrarme que
ella quería llamar mi atención porque yo era especial.
Luego lo pensé mejor: a donde va, aunque esté quieta y
callada, llama la atención. Todos/as la quieren consentir.
Ella se muestra humilde y modesta, pero la conozco bien.
Su magia inicial desapareció de la noche a la mañana
cuando abrí los ojos y descubrí que yo solo era un títere
más de su teatro de cartón.
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Sentila. – dijo - Hacé que gire recorriendo la
palma de tus manos, lentamente. Esa
sensación extraña era lo que andaba buscando.
La textura dentada provoca a mi tacto mucho
placer. Te diría que he olvidado mi cansancio,
mi estrés, mis enojos. Una sensación pasajera.
Eso es lo que nos falta a veces, pequeños
disfrutes que detengan el mundo por un
instante. No necesariamente un orgasmo.
Pediré permiso al árbol para tomar una. Luego
nos vamos. No hay que abusar de quienes nos
regalan aquello que andábamos buscando.
Página
-
-
Esto dejó de
existir
hace mucho
tiempo.
Lo que no sé es,
Página
cuándo.
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exactamente
-
4
Tengo ganas de comer un alfajor de dulce de
leche, con cobertura de chocolate negro. Me
imagino disfrutando uno, hasta siento su
perfume y su sabor, la fina mezcla entre la tapa
seca y el relleno cremoso.
Continuó acariciando mi pelo mientras recorría mi rostro
con su mirada.
-
Miré su rostro decorado con el gesto del placer y la
satisfacción que hace varios minutos quería que sienta.
Llegó a su momento imaginando un alfajor, ignorando que
yo estaba dentro de ella.
Nunca pude descifrarlo.
Jamás pude descifrar lo que pensaba, en ninguno de los
mil quinientos cincuenta y tres días que pasamos juntos.
Luego se rió. Mi ego me felicitó: nunca en la historia de
mis amantes había dejado a una mujer en blanco. Olvidé
mi enojo y empecé a besarla nuevamente. La atraje hacia
mí bruscamente. Ella envolvió sus brazos en mi cuello y
me besaba desesperadamente mientras me atraía aún
más hacia ella tirando mechones de mi pelo.
-
Sos todo lo que soñé... y más. - Le dije, luego
de darle un beso en la frente.
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Me molesté. Ella jamás supo que me enojé con ella
aquella noche. Sentía mi masculinidad dañada. Nunca en
la historia de mis amantes, había sido tan humillado.
Humillado por la persona que amaba. Me acosté a su lado,
ella me estaba mirando. O tal vez sólo tenía la mirada fija
en mí mientras soñaba despierta con otra cosa.
¿En qué pensás? - le pregunté intrigado.
En nada. Y es tan maravilloso. Mi mente se
detiene de pronto y no le interesa trabajar.
¿Cuántas personas en este mundo pueden
decir con toda sinceridad: no estoy pensando
en nada? La nada misma. Nada.
Lo era.
En ese momento lo eras
Página
-
Tenés un lunar bajo tu ojo. Desde el primer día
que te vi, quiero que ese lunar sea mío. – Dijo
sonriéndome mientas apartaba de mi frente un
mechón de pelo y lo llevaba detrás de la oreja.
Lo és. Respondí.
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Así, entre besos
y abrazos nos
quedamos
dormidos.
El tiempo se
volvió nada y ella
se volvió mi
todo.
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Lo supe, a tu lado sé que está el camino
Solo así puedo sentirme vivo
Cantando a toda voz esta pasión
Imaginé tu risa, imaginé tu llanto
Imaginé los besos de tus bellos labios
Imaginé las noches durmiendo entre tus brazos
Pasaste caminando mientras me mirabas
mis nervios provocaron notas equivocadas
sin embargo mi guitarra comenzó a vibrar
y desde ese día mi garganta
tu nombre empezó a gritar
Lo supe, a tu lado sé que está el camino
Solo así puedo sentirme vivo
Cantando a toda voz esta pasión
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Lo supe, si no estás aquí yo no respiro
mi cuerpo es débil, no siento mis latidos
solo si estás entre mis brazos
recobro la razón.
-
-
El inicio es hermoso, es una ley universal. Una
de las pocas verdades innegables diría yo. ¿Vos
qué opinás? – preguntó mientras lamía de la
cucharita de plástico.
Supongo que tenés razón. – respondí
holgazanamente.
¿Y por qué crees que pasa eso? – continuó.
No lo sé, jamás pude explicarlo con palabras.
Son las emociones quienes hablan por sí solas.
El vacío que produce esa sensación de vértigo,
las rodillas temblando, cosquilleos en el cuerpo,
las manos sudadas. Y cuando no están juntos,
las ganas de estarlo. Cuando se cruzan por la
calle, los nervios, las palabras tiemblan en la
boca, no se puede pensar con ese calor
subiendo hasta la cabeza. Así, por mucho. De a
poco comienza a perderse, y otras cosas
nuevas comienzan a venir hasta que de pronto,
parece que no hay cosas nuevas y te empezas
a dar cuenta de cosas viejas que no te agradan
y que hasta ese momento parecían
insignificantes. Recién ahí se puede saber si es
amor, o no. Quien ama busca quedarse, quien
no ama decide seguir adelante y buscar sentir
eso que sintió alguna vez, pero en otro lado.
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Lamentablemente no hay amor que no caiga en clichés.
Es así, ningún enamorado descubre la pólvora y todo ya
está dicho...pasando por Horacio y hasta por físicos y
matemáticos.
Recuerdo que era una tarde de verano, el helado de crema
de arándanos y chocolate con almendras, se derretía
rápido. Fue todo un reto tomar rápido nuestro sorbete sin
que se nos “congelara el cerebro”. La charla iba lenta, no
estoy seguro si la razón fue el helado o el tema en
discusión.
Página
5
-
Tengo dudas. – dijo al fin - No estoy segura si
estoy de acuerdo o no con vos. Tampoco si me
respondiste a la pregunta que hice. Las
emociones son reacciones físicas, generadas
por neurotransmisores. Las drogas también
pueden generarlas o inhibirlas. Por esto muchas
personas sufren adicciones: algunas a los
antidepresivos, a la cafeína, a la nicotina, otras
a las metanfetaminas, otras a la cocaína... sin
embargo, cuanto mayor es el consumo, mayor
es también la resistencia que va teniendo el
cuerpo a los efectos que producen. Cuando
dejan de producir las reacciones que nos
generan este deleite o placer, se buscan nuevas
drogas más fuertes. – luego de una pausa para
tomar aire, continuó - Según tu descripción, el
amor es una droga que genera reacciones
químicas que producen estímulos placenteros,
pasa el tiempo y el cuerpo lógicamente muestra
resistencia y nos sugiere dos caminos: el de la
abstinencia o la búsqueda de una nueva dosis.
-
-
-
-
-
-
Me miró y nuevamente no parecía convencida, sin
embargo no respondió. Simplemente suspiró mientras
jugaba con las hojitas de menta que tenía para preparar
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Frunció el ceño y se quedó pensando. Buscaba armar una
respuesta pero al parecer le estaba costando expresar su
opinión, y no porque no supiera que decir, simplemente
que buscaba el cómo, para no sonar antipática. Nunca lo
logró, sus formas siempre fueron bruscas y con aires
soberbios. Me daba cuenta del esfuerzo que hacía, pero
como ella siempre decía: la esencia es la misma.
La segunda opción suena más viable que la
primera: a nadie le gusta vivir en abstinencia.
Supongamos que es así – dije - ¿no te parece
que seguiríamos llegando a la misma
conclusión? Solo con amor se puede atravesar
la abstinencia.
Hasta llegar a la deshabituación de la sustancia.
¿Y entonces qué?
El amor no es solo una sustancia psicoactiva. –
respondí riendo.
La posibilidad de recaída está latente de igual
manera, cada vez que la persona se encuentre
en situaciones donde consumía la sustancia.
Hay cuestiones que la ciencia no puede
explicar, ¿alguna vez escuchaste esa frase que
dice “a las razones del corazón la razón no las
comprende”? – dije mirándola con picardía a los
ojos.
La escuché, claro – dijo blanqueando los ojos Pero también escuche las estadísticas: “una
persona tiene alrededor de 5 relaciones
estables y duraderas a lo largo de su vida” y, “1
de cada dos parejas casadas, se divorcia”.
¿coincidencia?.
Estás llegando a una conclusión dejando fuera
muchas otras cuestiones. – respondí animado
puesto que siempre me divirtieron sus
ocurrencias.
Página
Ella me miró. No estaba convencida, estoy seguro.
un mojito. Una vez que terminó de preparar el trago, volvió
a hablar:
Tengo algo para vos, le dije.
¿Un regalo? Preguntó.
-
Solo quiero dejar en claro que aún tengo mis
dudas. Quiero que sepas que si alguna vez me
alejo o dejo de luchar para seguir estando a tu
lado, no será falta de amor. Siento que el
escenario posible sería por la falta de
adecuación a la dinámica de equipo o ganas de
ingerir nuevas dosis.
Si. Respondí.
¿Qué es?
Un deseo.
Su rostro consternado me provocó gracia. Otra vez
pensando en finales. Le besé la frente mientras reía
internamente (o bueno, al menos eso pensé yo).
-
¿Cuál es la gracia? – cuestionó molesta.
Siempre pensás en los finales, pero el final del
amor te parece inconcebible.
Página
No entendía de dónde venía todo ese sufrimiento. Le
pregunté porque la ponía tan triste pensar en que el amor
podía acabarse. No respondió. Dejé de preguntar, no
quería seguir alimentando su inquietud.
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Abrió sus ojos, mostrando la sorpresa que había recibido
con mi respuesta. Su consternación era más grande aún.
Quise calmarla, y se me ocurrió llevarla a pasear, quizá el
aire fresco del cerro haría que se calme y piense en otra
cosa.
Un día estábamos acostados (como de costumbre) en el
pasto. Ella acurrucada con su pierna encima de las mías,
yo la abrazaba con brazo y miraba al cielo. Las estrellas
brillaban. La noche nos había encontrado paseando en
nuestro lugar favorito, Campo Alegre. Un dique natural
escondido entre los valles.
-
Una estrella fugaz – gritó al tiempo que se sentó
bruscamente.
Cerró sus ojos por un momento.
-
-
¿Qué le pediste? Le pregunté.
No te voy a decir, es mi deseo. Solo debemos
saberlo la estrella y yo.
¿Creés que las estrellas pueden cumplir
deseos? – pregunté intrigado, sus ocurrencias
me resultaban divertidas.
Creo que hay una energía universal que impulsa
los eventos aquí en la tierra. Esa energía
escucha y te da lo que pedís. Por eso nuestros
pedidos deben ser específicos, para recibir justo
aquello que queremos, cuando lo queremos y
cómo o bajo qué condiciones…
-
-
Cómo globos de luz. Esas linternas flotantes
que las personas liberan al cielo para las fiestas
de fin de año, como gesto de brindis y pedidos
para el nuevo año. Siempre adoré esas
linternas, pero jamás he liberado una al cielo.
¿Por qué no? – interrogué
Cómo te dije, los pedidos deben ser específicos
y hasta ahora solo se me han ocurrido puras
ambigüedades. Tal vez la planificación me
abruma. Entre comprar el globo, elegir un día,
escribir el deseo… son demasiados pasos. Lo
específico me sale en un marco de
espontaneidad supongo. Incluso te diría que me
gusta eso de mí, mucho más genuino. ¿No?
Quedé en silencio acariciando su cabello. Pensé en todos
los eventos pasados a su lado hasta ahora, caracterizados
por esa espontaneidad tan natural en ella. ¿Podríamos
avanzar más en nuestra relación sin planificar
absolutamente nada? ¿Cuántos años podríamos dejarnos
“llevar”? Las dudas latiendo en mi cabeza me provocaron
hartazgo por lo que empecé a tararear una canción. A ella
le gustaba dormirse escuchando mi voz y el latido de mi
corazón.
Podes utilizar otros medios para pedir tus
deseos.
-
¿Cómo cuáles? – pregunté luego de un rato.
Página
-
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Después de una breve pausa, finalizó su discurso:
23
aunque sé que es una locura que no lía, ir los dos juntos
por la vida, contra el resto del mundo...
Eres mía, Alejandro Sanz
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Ya estoy aquí otra vez, ensayando una nueva
despedida.
Aquí, animándome a dar el primer paso de mi huida.
Colgado de tu melena, atado a ti por cadenas, a ti, a ti;
maldito deseo.
Mi voluntad envenenas, llenas de ti mi existencia, de ti,
por ti;
no puedo creerlo, no puedo creerlo, no.
Pero eres mía, tan fuertemente mía,
que hasta me siento un ser injusto y egoísta.
Pero quería decirte un hasta siempre
y, sin embargo, he suplicado: quédate siempre a mi lado,
los dos juntos contra el resto del mundo.
Yo, que ensayé mi discurso y de memoria lo sabía,
hoy frente a ti, me quedo en blanco y las frases se me
olvidan.
Me miras y me terminas, me rindo cuando suspiras, por
ti, por ti;
y otra vez me ganas.
Vuelve a engancharme a tu risa, me atrapas en tu
camisa, en ti, en ti.
Me pueden tus labios, me pueden tus labios, no.
Y te quiero mía, profundamente mía,
aunque sea en esta calle sin salida.
Siempre tan mía, intensamente mía,
aunque sé que es una locura que no lía, ir los dos juntos
por la vida, contra el resto del mundo.
Y te quiero mía, profundamente mía,
aunque sea en esta calle sin salida.
Siempre tan mía, intensamente mía,
Coloque un poncho de color bordó en el borde de piedras
que estaba a un lado del camino de cornisas. Ella se sentó
encima con sus piernas colgando, para el lado contrario al
camino. Golpeaba con sus pies la pequeña pared de
piedras y lajas. Los adornos dorados de sus botas le
permitían crear ritmos musicales con cada golpe. La
noche estaba calma, con una luna inmensa en su fase
inicial creciente. Las luces verdes del sendero, iluminaban
el camino de ascenso a la cima. Se sentía la brisa fresca,
anunciando el final del verano.
Cubrí sus ojos con un pañuelo violeta que se había
olvidado hace algún tiempo atrás y yo no le quise devolver,
para sentir su perfume los días que la extrañe.
-
Pensé que lo había perdido. Dijo entre risas.
Luego de anudar el pañuelo le dije al oído “Pensá un
deseo, concreto, con la fecha en que querés que se
cumpla y las condiciones en que querés recibirlo”.
-
-
¿Qué son esos ruidos? Me inquieta estar
vendada. - Comentó muy divertida, mientras yo
libraba una batalla con un globo de los deseos
de papel con detalles en amarillo y violeta.
Ahora sí - Le dije - podes mirar.
24
En el baúl de mi auto, tenía una botella de vino blanco
(chenin dulce natural, su favorito).
Página
¿Estás lista para
mi regalo?
-
¿Ya pensaste en tu deseo? – consulté.
Puede ser. ¿Vos el tuyo? – respondió alegre.
Ayúdame a colgárselo, en mi bolsillo está un
papel con mi deseo anotado. Tengo un lápiz
para que vos también puedas anotar el tuyo del
otro lado. Prometo no leerlo. Pero vos tampoco
leas el mío.
-
-
Entre risas y cosquillas retiro el papel y el lápiz. Escribió
rápidamente y lo ató con un hilo dorado a la estructura
metálica.
-
¿Lista? – le pregunté.
Esa noche lanzamos un globo al cielo. Jamás supe cuál
fue su deseo. Le dije que le contaría el mío pero no quiso
escuchar.
-
Brindemos, por nuestros deseos. – dijo
elevando su copa y mirándome a los ojos.
Por nuestros deseos. – respondí
-
Chin chin.
Y así, con indirectas y directas, brindamos hasta dejar
vacía la botella.
25
-
¿Estás más tranquila ahora? – le consulté luego
de terminar mi segunda copa.
Mucho más tranquila. Me tranquiliza que estés
conmigo.
Aunque yo no esté, tenés que estar tranquila igual.
Sos un tramposo, ¿sabías? Brindo por tu ingenio y
tu creatividad. Que nunca jamás desaparezcan. –
dijo sirviendo lo que sería mi tercera copa.
Yo brindo por tu inestabilidad que nos lleva
siempre al límite.
Yo brindo por tus inseguridades, que te hacen
comportar como un niño.
Y yo por tus caprichos, que te vuelven una niña.
Y por este amor de niños. Tan ingenuo. Tan
infantil.
Y por eso puro.
Página
Se quitó suavemente la venda de los ojos, que se
iluminaron al contemplar la luz del globo encendida.
6
Todas las hojas son del viento…
-
-
A veces creo que nunca te enamoraste. – dijo de
manera brusca.
¿Porque decís eso? – respondí perplejo
Cuando cantas, no me transmitís nada. Veo en vos
demasiada concentración en tu técnica y tu imagen,
pero no siento que me transmitas lo que atraviesa
por tu cuerpo.
¿A qué viene esto?
¿Quién dijo que las almas gemelas tienen que estar juntas
por siempre? Una verdadera alma gemela te dice lo que
no quieres escuchar, te levanta del cielo, se convierte tu
espejo exigiendote lo que espera de tí. (...)
Una verdadera alma gemela no te dice lo que quieres oír,
te despierta a bofetadas para que abras los ojos ante la
vida. Siempre me dijiste que era difícil cambiar el mundo.
Lo hacías para retarme porque sabes que retándome me
esforzaría mil veces más.
Gracias lo lograste.
P/D: De todas mis breves historias esta es la única que
tiene sabor a eternidad, incluso después de haberse
acabado.
“Quien es ella para juzgar mi trabajo. Quien es ella para
decirme esto de esta manera. Tiene una habilidad única
para hacerme sentir juzgado todo el tiempo”, pensé.
El diario de una Ilusión, Nacarid Postal Arraéz
-
-
Perdón si fui brusca. Pero quise expresar mi
inquietud. Tenés una buena técnica, y físicamente
te ves muy bien, pero siento que falta pasión, esa
pasión que solo las emociones haciendo un
-
Te voy a decir todo lo que crea que te hará ser tu
mejor versión. - luego de decir esto cerró el libro con
fuerza.
¿Acaso yo te lo pedí? – cuestioné con enfado
26
-
El frío de su mirada me atravesó como una flecha que
sentí bajar por mi garganta. Tomó un libro, y me leyó un
fragmento:
Página
Era domingo de “Musicodebate”. Una de las actividades
que nos ingeniamos para desconectarnos del mundo y
centrarnos en disfrutar la música e interpretarla. Ella decía
que la música es un lenguaje universal, puesto que no
importa el idioma de la letra, al significado lo da el ritmo y
los sentimientos que él o la intérprete transmiten.
torbellino dentro de tu cuerpo, podrían expresarse
en el exterior.
Si me amaras, no me dirías esto. Quizás sos vos la
que nunca se enamoró, o al menos no de mí.
-

Vida, muerte, dolor, angustia, desesperación, miedo,
intriga, amor, dulzura... la hija de puta sabía cómo hacer
para que todos sientan lo que ella sentía. Después de ese
día la agendé en mi teléfono como “emperatriz
manipulación”. Ella nunca lo supo. Como tampoco supo la
rabia que me provocaba que maneje las emociones de la
gente a piacere. Maldita bruja psicópata.
No le respondí. No hacía falta que lo haga. No iba a admitir
en voz alta que ella tenía razón, su pasión se reflejaba en
todo su cuerpo: sus movimientos, su respiración, sus
gestos, los matices en la voz, y sus ojos... esos diabólicos
ojos.
Sonríe y se regocija en su victoria. La victoria en sus
batallas de “tener la razón” le inflan el ego. Más aún de lo
que ya está por naturaleza femenina preconcebida.
Estábamos sentados sobre una manta que nos protegía
de la humedad del suelo, ella enfrente, mirándome fijo.
Después de este cruce de palabras, se levantó, se sacudió
su vestido violeta y acomodó sus bucles desordenados.
Manifestaba enojo, pero me di cuenta que estaba jugando.
Siempre jugaba, lo que me sugería que el 90% de los
eventos que ocurrían en nuestras vidas, ella no se los
tomaba en serio. Es solo una apreciación. Tal vez, mi
conclusión sea solo resultado de mi molestia con ella. (Mi
molestia actual, y la molestia que sentía en ese momento).
Empezó a caminar en círculos alrededor de mí mientras
me miraba fijamente, como estudiándome. El viento movía
sus ondas castañas por su rostro y hacía bailar los volados
de su vestido. Debía sostenerlo con las manos para no
pisarlo. Me impacientaba la lentitud y gracia con la que me
rodeaba.
-
¿Qué haces? ¿Vas a acabar conmigo? – pregunté
riendo y con notoria incomodidad.
No hay respuesta. Pero sus mejillas empiezan a
sonrojarse.
-
Barrilete cósmico ¿De qué planeta has venido?
¿Qué significa esto en tu planeta? – pregunté
inútilmente - ¿Hola? - dije intentando conseguir
27
-
Tenes razón. Pensé que valorarías más alguien
que busque potenciarte, y no que esté simplemente
para adularte.
¿Y si yo hago lo mismo?
Me encantaría, pero necesitarías ir a ver mi trabajo
para eso. – expresó fanfarronamente.
Si fui.
Eras el de camisa negra, del lado derecho del
escenario. Las luces no me dejaban ver bien al
público, pero te vi. Aplaudiste con los brazos arriba.
Si. – respondí secamente.
¿Porque me mentiste?
Por esto, no quería hacerte sentir mal con mi
opinión. No me gusta tu estilo, no es el mío.
Ya sé, pero al margen de mi “estilo”, ¿yo que te
transmití?
Página
-
una respuesta - ¿Cómo se llama tu planeta
pequeña extraterrestre?
Se arrodilló a mi lado y tomó mi mano izquierda entre las
suyas. La miraba como si fuera la primera vez que la veía,
aunque ya hubiera hecho esto mismo, unas cincuenta y
tres veces, aproximadamente. Analizaba detenidamente
mis dedos. Tocó una a una las yemas, de superficie
callosa. Le siguió su cara de sorpresa con los ojos abiertos
cambiando de mis dedos a mi rostro. Siguiendo su juego,
respondí a su gesto de intriga:
-
Soy músico. Toco la guitarra. Por esos mis dedos
están así. Las cuerdas lo provocan.
Se quedó inmóvil, pensativa. Miraba a la nada, mientras
mordía el lado derecho de su labio inferior. Movió su
cabeza para todos lados en busca de algo. Por fin
encontró mi estuche, fue rápidamente a traerlo, tomó la
guitarra y me la entregó. Ubicó mis manos en las
posiciones adecuadas y se sentó detrás de mí, usando mi
espalda como su respaldo.
Empecé con un punteo tranquilo. Sentía su respiración.
Un escalofrío atravesó por mi columna.
Cuida bien al niño
Cuida bien su mente
Dale el sol de enero
Dale un vientre blanco
Dale tibia leche de tu cuerpo
Todas las hojas son del viento
Ya que él las mueve hasta la muerte
Todas las hojas son viento
Menos la luz del sol
Cambia ya tu mente
Cuídalo de drogas
28
Hoy que un hijo hiciste
Página
Todas las hojas son del viento
Ya que él las mueve hasta en la muerte
Todas las hojas son del viento
Menos la luz del sol
Nunca lo reprimas
-
Dale el aurea misma de tu sexo
Todas las hojas son del viento
Ya que él las mueve hasta la muerte
Todas las hojas son viento
A simple vista podría juzgar a Spinetta de moralista.
– dije - Pero si a vos te gusta, de moralista no tiene
nada.
Empezó a reírse y entre risas dijo:
-
Según tu concepto de la moral, probablemente no.
Pero ¿qué es la moral? Nuevamente aparece una
palabra, con múltiples significados. Hay que
anotarlo en la libreta.
Menos la luz del sol
-
-
¿Qué quisiste decir con esto flaco? - dije en voz
alta levantando las manos hacia el cielo.
Esa canción la escribió cuando tenía mi edad, o
siete años menos que vos hoy. En un mundo
violento, la muestra esperanzas en las
generaciones futuras. Si nos viera.
Le dice a ella que tenga un bebé.
Pero que la decisión es de ella.
Y que lo cuide de las drogas.
Que difícil, cuidar a un hijo de las drogas en el
mundo con capacidad para prevenir, curar, cuidar
pero sobre todo: enfermar. Qué difícil cuidarnos
incluso a nosotros/as mismos/as.
29
-
Otra vez mi pequeño extraterrestre se escapó con gracia
de todas las situaciones que la ponen incómoda. Y otra
vez yo, olvidé el porqué de mi enojo, sintiendo sin
explicación ni con ímpetu de buscar razones, que la
amaba profundamente.
Página
Luis Alberto Spinetta
Se me ocurrió algo más para agregar a la libreta:
Página
J. Cortázar.
30
"Creo que todos
tenemos un poco de esa
bella locura que nos
mantiene andando
cuando todo lo demás
es tan insanamente
cuerdo"
“Mis manos quieren acariciar tus piernas y subir sintiendo
la suavidad de tu piel. Hundir un beso en tu cuello, tomarte
prisionera en mis brazos y no dejarte ir hasta que el sol
asome por tu ventana y nos diga que la noche ya se fue.”
- ¿Ahí termina tu sueño? – consulté
- Si, ahí termina. – respondió
Nunca le daba importancia a sus sueños, y este en
particular no sería la excepción. Ella parecía consternada
pero para calmarla me reí. Era solo un sueño ¿para qué
darle más vueltas al asunto?
-
Escribí un martes 13 de agosto.
-
El mismo día que me contaste la terrible pesadilla que no
te dejó dormir la noche anterior.
-
“Anoche tuve un sueño horrible. Vos y yo estábamos
acostados en un trampolín enorme, mirando al cielo... en
un momento nos quedamos mirándonos fijamente a los
ojos. Tomé tus manos y despacio las acariciaba. Sentí
algo extraño, por lo que miré mis manos y estaban
cubiertas de sangre. Las miré más de cerca y me di cuenta
que entre la piel tenía hojas de acero muy afiladas.
Después de este descubrimiento, te seguí acariciando,
¿Te estaré haciendo algún tipo de daño sin darme
cuenta?
Fue solo un sueño pequeño extraterrestre. – dije
intentando consolarla.
¿y vos a mí?
Quiero seguir escribiendo esta historia con vos,
¿vos querés seguir escribiéndola conmigo?
No respondió. Solo sonrió. Para mí fue una afirmación.
Cuando estábamos juntos el tiempo en nuestro mundo
parecía detenerse, sin embargo, en el mundo del resto de
los terrícolas parecía pasar más rápido.
31
Gracias a vos descubrí una parte de mí que no conocía.
Mi lado psicópata.
Página
7
con el único fin de lastimarte más aún. Vos me mirabas
con tus ojos enamorados. Aparentemente no te dolía. Yo
dejé de acariciarte y te dije con todo el amor que sentía:
ahora nunca más vas a volver a tocar la guitarra. Vos me
miraste y me dijiste: ´no importa´, y después me
abrazaste.”
-
-
Tal vez, deberíamos agregar un día a la semana. Dijo una tarde de domingo.
¿Después de qué día?
Después del domingo... o entre el sábado y el
domingo. Ese sería el séptimo día de la semana. O
el tercero del fin de semana si va después del
domingo.
¿Y cómo se llamaría ese día? – pregunté
entretenido.
Y... los días tienen nombre de planetas o astros.
Tendríamos que buscar qué planeta está
disponible. – respondió al tiempo que dibuja en un
cuaderno planetas y estrellas.
Ella quedó en silencio, abocada a su tarea. Luego de una
breve pausa, dije:
Me parece que tenemos libres Neptuno, Urano y
Plutón.
Nos pareció entonces muy urgente, importante y
prioritario, agregarle un día a la semana exclusivo para
amarnos. Por esto, nuestra tarea de esa tarde fue asignar
un nombre digno a este día, ubicado entre el sábado y el
domingo. Optamos por el planeta Urano, parecía una
buena idea en ese momento, aunque con el correr de los
días nos dimos cuenta que sonaba horrible el nombre de
nuestro día... o quizás no era el nombre, ni el planeta, ni
el día. Tal vez era otra cosa.
32
-
Página
No quiero mirar el reloj, no quiero ver la luz del sol
entrando por la ventana.
-
-
Es el séptimo planeta desde el Sol y el tercero más
grande del Sistema Solar. Siete y tres, números
mágicos. Urano es también el primero que se
descubrió gracias al telescopio, en 1781. La
atmósfera de Urano está formada por hidrógeno,
metano y otros hidrocarburos. El metano absorbe
la luz roja, por eso refleja los tonos azules y verdes.
Creo que este es nuestro planeta. ¿vos que
pensás?
Urano, Uriel. Como el arcángel. Uno de los siete
espíritus, lleva la cuenta de los sentimientos,
pensamientos y actos de los seres humanos
durante su recorrido por la vida. – recordé
aportando a su reporte.
Entonces, entre sábado y domingo está Urielnes.
Creó un nuevo calendario y marcó entre el sábado y el
domingo, el Urielnes. Día de los habitantes del planeta
Urano (o sea, ella y yo).
-
Tenemos nuestro día, nuestro planeta, nos
tenemos a nosotros. – dijo alegre.
En ese momento creíamos que veníamos de otro planeta.
Efectivamente era así. Éramos seres de planetas
diferentes, ella de un planeta diferente al mío y por tanto,
una completa extraña a la cual no podía entender aunque
lo intentara, con estilos distintos, formas de vivir y pensar
Una vez falté a un Urielnes sin previo aviso. Ella se
molestó muchísimo. Me llamó 53 veces. No miento, mi
teléfono lo registró. Yo dormía en mi casa, dormí como
hacía mucho no dormía pero ella no me creyó. Entonces
decidí responder vía mensaje de Whatsapp lo siguiente:
“Estimada Habitante del planeta Urano, creo que no puedo
seguir yendo a visitar tu planeta dado las grandes
concentraciones de gas metano. Me di cuenta que no soy
oriundo del lugar y mi cuerpo no lo tolera. Ayer leí una nota
en una revista que me dejó muy asustado, te la comparto:
Una vez inhalado, el gas irrita toda la mucosa nasal, bucal,
auditiva y ocular, además de la parte pulmonar. También
está el agregado de benceno, altamente cancerígeno.
 Desde la mucosa nasal llega hasta faringe y
tráquea.
 Pasa a pulmones generando irritaciones tan
severas que llega a producir neumonitis química,
un proceso inflamatorio que altera el intercambio de
oxígeno y anhídrido carbónico.
 De los pulmones pasa a sangre.
 De sangre, a cerebro.
 Del cerebro, al sistema nervioso central.
 Y del sistema nervioso central, al corazón.
33
-
que me resultaban incomprensibles, y aunque al inicio nos
entendimos, de a poco me di cuenta que no compartíamos
siquiera el mismo idioma.
Página
Luego de googlear todo lo relativo a Urano leyó en voz alta
su resumen:
Como verás, los efectos son mortíferos y estoy priorizando
mi salud en estos momentos.
Sin más, me despido. Recibe un cordial saludo. “
Página
34
No fue una buena idea.
Así es cómo terminamos nuestra relación... la primera vez.
El cantautor con su computadora
El pastor y su afeitadora
El despertador que ya está anunciando la aurora
Y en el telescopio se demora la última estrella
La máquina la hace el hombre
Y es lo que el hombre hace con ella
El arado, la rueda, el molino
la mesa en que apoyo el vaso de vino
Las curvas de la montaña rusa
La semicorchea y hasta la semifusa
El té, los ordenadores y el espejo
Los lentes para ver de cerca y de lejos
La cucha del perro, la mantequilla
La yerba, el mate y la bombilla
Estas conmigo
Estamos cantando a la sombra de nuestra parra
Una canción que dice que uno solo conserva lo que no amarra
Y sin tenerte, te tengo a vos ya a mi guitarra
Hay cisnes
Hay trenes
Hay cacerolas
Hay fórmulas hasta para describir la espiral de una caracola
Hay más: hay tráfico
Créditos
Cláusulas
Salas VIP
Hay cápsulas hipnóticas y tomografías computalizadas
Hay condiciones para la constitución de una sociedad limitada
Hay biberones y hay obúses
Hay tabúes
Hay besos
Hay hambre y hay sobrepeso
Hay curas de sueño y tisanas
Hay drogas de diseño y perros adictos a las drogas en las aduanas
Hay manos capaces de fabricar herramientas
con las que se hacen las máquinas para hacer ordenadores
Que a su vez diseñan máquinas que hacen herramientas
Para que las use la mano
Hay escritas infinitas palabras,
Zen, gol, bang, rap, Dios, fin.
Hay tantas cosas,
yo solo preciso dos
Mi guitarra y vos
Mi guitarra y vos
35
Es cierto que no hay arte sin emoción
y que no hay precisión sin artesanía
como tampoco hay guitarras sin tecnología
Tecnología del nylon para las primas
Tecnología del metal para el clavijero
La prensa, la gubia y el barniz
Las herramientas de un carpintero
Hay tantas cosas,
yo solo preciso dos
Mi guitarra y vos
Mi guitarra y vos
Guitarra y vos - Jorge Drexler
Página
Que viva la ciencia
Que viva la poesía,
que viva siento mi lengua
cuando tu lengua está sobre la lengua mía
El agua está en el barro
El barro en el ladrillo
El ladrillo está en la pared
y en la pared tu fotografía
8
Preguntarnos si estuvo bien, o no. Si tuvo sentido, o no. Si
estuvimos en lo correcto al hacerlo, o no. No tiene sentido.
Lo hicimos. Los porqués seguramente se respondieron en
ese momento. Cuestionar el pasado es una pérdida inútil
de tiempo. Lo hicimos, nos dimos una segunda
oportunidad...y una tercera… y una cuarta…y unas
infinitas nuevas oportunidades. La pregunta es
¿oportunidad para qué? Podría afirmar, según mis
recuerdos y experiencia vivida que cada una de ellas fue
más intensa que la otra. Puedo afirmar además, que
ninguna fue igual que la anterior. Y por último, también
puedo afirmar que nos esmeramos para que fueran
inolvidables.
Página
Y así es como iniciamos… por segunda vez.
36
Transpiración. Tu Transpiración. Tu cuello, tu pecho, tu
espalda, tus brazos. El peso de tu cuerpo sobre el mío. Tu
boca. Tu boca y la mía. Tus labios suaves, lentos, dulces...
Una delicia para los míos que se pierden, se descontrolan,
se enloquecen... Y vos los detenés en medio de la
tormenta, como un viento que lleva las nubes cargadas...
Para llevarlas a otro lado alimentando la excitación.
Drogándome con el sabor de tu saliva. Llevándome al
paraíso del éxtasis cada vez que respiro tu
estimulante aliento caliente.
Es mi interrogante
nuevamente.
Lo que logramos:
agravar el daño que nos
habíamos hecho y que
nos seguíamos
haciendo.
37
¿Para qué?
Lo que buscábamos:
seguir adelante a pesar
de todo, demostrando
que el amor es más
fuerte.
Página
Oportunidades
27.5.13
38
Esta ironía
de sentir que todo termina
sentir que mi cuerpo no respira
y volverte a encontrar
y decidir continuar
algo que parece que nunca va
a comenzar
No sos mía,
pero tampoco un imposible
y luego de unos días
siento que otra vez se termina
hasta que me llamas
y todo vuelve a empezar
esto que no es nada
pero que a la vez, no tiene
final.
Página
Antes sentía miedo: miedo de perderla, miedo de no poder
estar jamás con ella, miedo a que ella se aburra de mí o
se asuste. No quería confesárselo, pero ella siempre fue
astuta. Se daba cuenta de todo, solo que a veces se hacía
la desentendida. Más de una vez las evidencias se
presentaron ante sus ojos, sin embargo optó por creer en
historias alternativas. Al principio pensé que era producto
de su ingenuidad, o las aspiraciones a vivir en un mundo
de fantasía. Luego, ella misma se sacó esa máscara,
enfrentándome.
El inicio fue lento.
“A veces tengo miedo de sentir lo que siento. No quiero
dar pasos agigantados y asustarte. Somos tan diferentes,
y al mismo tiempo tan parecidos.” Le dije una noche,
antes de quedar dormidos.
-
¿Asustarme? ¿por qué
asustarme? – me interrogó
crees
que
podés
Muchas cosas que escribí o dije, no recordaba. Lo hice
luego de releerlas entre sus registros en papel y digitales
(capturas de pantalla). Sorprendido admití:
-
Realmente no puedo creer que haya sido yo el
autor de tan bellas palabras, solo vos podés
despertar todo esto en mí.
Ella se quedó mirándome y sonrió.
Me pareció ver de reojo un gesto melancólico. Tenía la
costumbre de colocar en su rostro expresiones de pena,
tristeza, dolor o cualquier emoción similar.
39
El sentimiento no estoy seguro si estaba, pero la
expresión, abundaba.
Página
Ella tenía la costumbre de escribir todo en una libreta. Son
3 las de los primeros meses, de a poco el número empezó
a decrecer, siendo en total 7 las que contienen nuestra
historia narrada a su forma: de manera desordenada y con
transcripciones exactas de cada una de mis palabras.
Caminás a mi lado.
9
Adrenalina motivadora de mis nervios.
Sos aquello que era un inimaginable. Ese azúcar, ese
chocolate. ese dolor de estómago, lo rico y lo feo, mis
caries, mi disfrute. ¿De dónde saliste?
Me rio.
Te miro, te tengo, te disfruto. Hoy y mañana. Ayer no sabía
de vos. No te había tenido tan cerca como hasta ahora,
pero mi irracional mente y yo estamos de acuerdo en que
nos conocemos de esta y de otras vidas pasadas.
Me mirás.
Me calmo.
Me río de nuevo.
Tu mano y la mía juntas.
Ilógico, absurdo, disparatado.
“¿Te vas a ir a tu planeta” te pregunto; “prefiero quedarme
aquí” me respondes, dando lugar a mi alivio.
Un banco de plaza, vos y yo, luces arriba, luces abajo. Una
ciudad. Tu sonrisa. La felicidad nos toma de las manos,
invitándonos a seguirla.
Un día, ese día. El tiempo y el espacio, que es mío, se
cruzó con el tiempo y el espacio que es tuyo, para
convertirse en “lo nuestro”. Ese tiempo y ese espacio que
es nuestro.
Entonces llego desde ese planeta en el que me veo
obligado a vivir, a ese otro donde quiero estar. Un planeta
conformado por vos y yo, y ese chocolate que
compartimos entre besos y juegos.
40
“¿De dónde saliste extraña criatura?” Te pregunté una de
esas tarde de agosto cuando el sol calentito, lo calentito
del sol lucha para quedarse, en una guerra en donde
triunfa la luna junto a su despejado cielo helado y eterno.
Te busqué sin darme cuenta que lo andaba haciendo.
Página
Es tanto lo que siento cuando te veo, cuando te tengo,
cuando te miro, cuando...cuando estás a mi lado. Te
conocí ayer, hoy te amo, y espero hacerlo aún más en el
futuro.
Uno. Una palabra.
Página
Ya no digo vos. “Vos” es una palabra. Ya no digo “yo”,
puesto que es otra palabra. Vos y yo son tres palabras, y
nosotros solo somos uno.
41
Aquí y ahora, yo dando de mí, vos dando de vos. Sabemos
que nuestro amor es gratuito, pero una caricia tuya me
llena de dudas. Me enojo. Ya no me gustás más. Hoy
quiero olvidarte. Me olvido. Te amo. Perderte no es una
posibilidad, tenerte es mi prioridad. Te enojás. Me decís
que esto no funciona. Coincidimos en que la sintonía no
es la misma. Decidís salir a caminar, tal vez más pensar
que caminar. Caminar sin mí. Volvés. Me extrañas y me
amás. Te amo. Nos amamos. Caemos profundamente de
nuevo en este planeta que es nuestro, recorriendo con
besos cada rincón de tu cuerpo, tomando con sed
desesperada hasta la última gota. Recorriendo
los espacios que antes eran solo tuyos y los que antes
eran solo míos. Nuevamente se confunde todo. Tu alma
se libera y junto a la mía cantan una apasionada sinfonía
que de a poco se vuelve suspiro. Lo que era una fuerza
desgarrante ahora solo tiembla. Tiembla y descansa.
Nuestros cuerpos (que poco pueden moverse) se buscan.
Los labios se encuentran solo para quedar unidos en la
quietud total. Disfrutar. Disfrutarnos. La transpiración
helada y la respiración suave. Forman parte de ese
momento de gozo. Me aseguro de tenerte cerca una vez
más. Nos aseguramos. Cerramos los ojos y el sueño
profundo nos lleva de nuevo a un lugar del inconsciente
en el que seguimos siendo nosotros.
¿Debería seguir
luchando por
esto?
Sí quiero.
Página
… o puedo.
42
No sé si debo...
Hay algo que no
está bien, no sé
qué es.
Página
43
Lo olvidé.
-
“Irreflexivamente”
Sin pensar
Serendipia
Hallazgo inesperado
Aprehender
Hacer propio un conocimiento. Que pase por tu
cuerpo.
Inefable
Algo que no puede explicarse con palabras
Etéreo
Algo extremadamente delicioso y ligero
Sempiterno
Que durará por siempre
Limerencia
Estado mental involuntario, propio de la atracción
romántica por parte de una persona hacia otra.
-
Listo. Ya te sabes las 7 palabras de esta semana.
Me aburre este juego. – dije luego de tomarle
lección de su lista en Wunderlist.
-
No es un juego. – me reprendió
Un día de esos de los tantos que vivimos juntos, íbamos a
irnos de paseo, pero a ella le pico un bicho en el pie. Nunca
“La cantidad de términos que maneja una persona
promedio puede variar, pero según Susie Dent,
lexicógrafa y experta en diccionarios, una persona cuenta
en su haber con unas 20.000 palabras activas y unas
40.000 pasivas. Para Dent, es importante distinguir entre
aquellos términos que conocemos y utilizamos y aquellos
que podemos conocer pero no empleamos.” Leí.
“Listo. Decidido. Todas las semanas tenemos que sumar
7 palabras nuevas y significativas a nuestro vocabulario.”
Dijo muy entusiasmada, pero no sin antes burlarse de la
especialidad de la mujer. “¿Quién se especializa en
diccionarios?” expresó entre burlas y con su habitual gesto
de desaprobación.
-
-
-
Hipertimesia
Memoria autobiográfica superior, o sea que la
persona puede recordar hasta el más mínimo
detalle de lo que le pasa.
Supedita
Ancla o une una cosa a otra. De verdad esto no
tiene caso, con las palabras que ya están en mi
vocabulario me basta. ¿Para qué agregar más?
Ahí está el detalle – suspiró con el ceño en alto.
Explicate – pedí de mala gana.
44
-
supimos qué bicho fue. Su pie se hinchó y le costaba
caminar. La lleve a la guardia del hospital más cercano.
Era domingo y había bastante gente. Durante la espera,
para que se olvide del dolor empezamos a leer “cosas
inútiles que sirven”.
Página
10
-
-
Vos estás memorizando palabras, y realmente, no
tiene sentido. En mi caso, estoy aprendiendo
significados. Mi búsqueda tiene sentido, la tuya,
solo tendría si vos se lo encontraras pero no, ni vos
mismo sabes por qué lo haces.
Para complacerte a vos. ¿Tenías amigos en la
escuela vos? Señorita “solo jugamos a lo que yo
quiero”.
Empezó a reírse, cosa que me molestó.
- ¿y cómo hiciste ese hábito? – pregunté con clara
intención de no dejar sin punto final la discusión.
- De manera colaborativa gracias a tu apoyo. – respondió
infantilmente.
Algunas "cosas" son inentendibles, algunas personas
también. Más la conocía y menos motivación tenía para
seguir averiguando que más había en el laberinto de su
mente.
¿Y ahora qué? - le pregunté con enfado.
SIN SEN TI DO – respondió separando en sílabas.
Dicho o hecho absurdo que carece de lógica y de
sentido común.
Preferí dejar sin final la charla. Dejé a su ego salirse con
la suya, no por creer que tenía la razón u opinar de la
misma manera; sino porque entendí, que a estas alturas,
cualquier conversación entre ella y yo en donde nuestros
pensamientos no coincidan, era una pérdida de tiempo.
Empezamos a reír ambos. Luego de 3 semanas, el juego
(o lo que fuera) de las siete palabras, se había acabado.
Al menos para mí. Supongo que ella siguió jugando sola...
o no.
“Pérdida de tiempo” repetí en mi mente muchas veces esa
noche. Perder mi tiempo. Perder.
-
Le costaba hacer cosas, sola. Un día le expresé mi
inquietud respecto a esto pero fue una pérdida de tiempo.
Ella solo valida lo que ella misma piensa y dice. Los demás
somos de piedra. Seres carentes de inteligencia, criterio o
poder de discernimiento.
es que me cueste hacer las cosas sola de por
sí, me cuesta crear hábitos nuevos. Y no estoy
acostumbrada a hacer cosas sola. Me cree el
hábito de hacer cosas con vos. – afirmó para refutar
mis dichos.
45
No
Página
-
11
Todos sabemos desde la escuela, que la
abundancia de una cosa rebaja su valor.
Es posible que en los países libres abunde
a tal punto la libertad que las gentes
terminan por no darle importancia.
Aquí hubo
mucho de
todo.
De la Angustia a la Libertad. Salvador de Madariaga.
Página
46
Todo el
tiempo.
Creo que es hora de
viajar a otro planeta.
Página
47
Es hora de seguir
caminos distintos y cada
cual a su ritmo.
No digas maybe
No dale baby
Después de tanto tiempo
de tantos ungüentos.
De darnos contra el muro
de nuestros lamentos.
Sigo buscando afuera
lo que no hallo dentro
sin pelos en la lengua
aquí te espero
No digas maybe
No dale baby
y encontrar amor
A veces el entorno
te nubla la vista
ya sea el gurú de turno
o el psicoanalista
No digas maybe
No dale baby
Al poner condición
se evapora el amor.
Al poner condición
se evapora el amor.
No dale baby
Yo me hago cargo
de mis sin embargo
de la pena y de la gloria
de todos mis bardos
Relojeo el espejo
sin miramientos
y encuentro mi bosquejo
sin remordimiento
Con lo que nos costó
llegar hasta acá
Sigo buscando un amor
sin pelos en la lengua
sin obligación, ni juzgados
sin tantas condiciones
ni reclamos,
que esto no es una feria,
ni un bazar, ni un mercado.
No digas maybe
No dale baby
No digas quizás, Kevin Johansen
Página
Con tanta gente hablando
a tu alrededor
no puedes ser feliz
48
No digas maybe
No dale baby
Culpa.
No, no hay porqué. Ella lo hizo, me lo confesó. Hace
mucho. Yo perdoné. ¿Perdoné?
Confusión.
Esto me demuestra que lo nuestro debe acabar. Al fin y al
cabo, casi ni estas en mi vida. Sos el porta retrato de mi
living nada más. Ya no quiero esto, escuchaste. Hablo con
vos, egoísta, narcisista. ¿Te importa algo de lo que me
está pasando? ¿Sabes acaso lo que siento?
Sigo bajo los efectos del alcohol. Me agarro la cabeza.
En mi cara me mentiste por años. ¿De viaje con él?
Trabajo. Si, está bien, no pasa nada. ¿No pasa nada?
Desprecias todo lo que soy, todo lo que tengo. Nada te
basta, no puedo más. Se acabó todo lo que tenía para dar.
Vos agotaste mi paciencia y dilapidaste cada uno de los
sueños en los que te figuré a mi lado.
Y te recuerdo ahí sentada con una copa de vino,
burlándote de mí y de mi pasado. Y yo como un idiota,
dejándote hacer y deshacer a tu antojo.
Basta.
49
Estoy perdiendo la cabeza.
Página
La resaca impedía a mi cuerpo responder
coherentemente. Costó pero logré darme una ducha de
agua más fría que tibia. Me acosté aún mojado y sin ropa
en la cama. Sentía que giraba todo a mi alrededor, lo que
acrecentaba mis nauseas. Ella está lejos, en otro país, con
otro. Pensé. No, es mi imaginación que desea un paso en
falso de su parte para encubrir mi propia culpa. El agua
helada que combino con azúcar, bicarbonato y limón. Mi
garganta está seca e irritada. Carraspeo. El preparado me
ayuda a aliviar, al menos parcialmente, el mal estar.
Intento recordar. La secuencia de imágenes superpone los
eventos de la noche anterior. Recordar desde el principio
es un buen ejercicio. Ella está en otro país, me repito a mí
mismo. Bebo un sorbo largo. Mi celular, lo busco.
Mensajes de ayer. Hola, hola, vamos a tomar algo, tal vez,
hoy, no sé, si bueno. Un departamento, un gato, hola hola,
mi amiga su novio. ¿Qué vas a tomar? Pregunta
amablemente; de donde se conocen, trabajo respondo.
Una copa, dos vasos, dos más y un juego, y luego la
entrada de un boliche. Hace mucho que no asistía, no me
gustan, ¿te ayudo a cambiar de opinión? Me dice
sonriendo. Un champagne y energizantes. Dos, tres,
cuatro. Quedate en mi casa. Luces de colores. Vení
conmigo. Una calle angosta, una iglesia, una casa con
pared de piedras y verjas en madera rustica, recuerdo
estar mareado, me reía mucho. “Me sacás carcajadas” dije
tal vez. ¿Estoy feliz? Contento tal vez. Hace mucho que
no lo sentía. Una calle angosta, es un pasaje. Portón gris.
Pasá, perdón el desorden, están construyendo. Y desde
ahí la historia es sin ropa, y con pasión desmedida. No lo
sentía hace mucho tiempo. Nada de esto sentía. Estoy
vivo otra vez.
Es que no creo. – me decís con esa mueca
burlona en tus labios.
¿Crees en duendes y no en “el amor de tu vida”?
– insisto.
Primero: hay mucha evidencia recogida a lo
largo de los años que demuestra la existencia
de los duendes y su posible morada en las
higueras. Segundo, “el amor de tu vida” visto
como pareja, no creo que exista como
“hallazgo”. Para mí es una construcción. Eso de
“buscar y encontrar al amor de tu vida” me
parece un invento, muy malo por cierto. Te
propongo analizarlo desde mi enfoque. ¿Alguna
vez has imaginado a tu pareja perfecta? Es
decir, cómo te gustaría que sea esa persona. –
inquirió con intensidad.
Claro. ¿Vos no? – respondí secamente.
Por supuesto que sí. Millones de veces y desde
que soy una niña. Soy mujer: mi objetivo en la
vida es casarme con el príncipe azul y darle
hijos fuertes y sanos. - dijo con desfachatado
sarcasmo.
No te vayas de tema. – reprendí.
-
-
-
-
-
Tengo un punto. Todo el tiempo a mí me dicen
cómo debe ser el príncipe que me rescate de la
torre, y a vos te dicen cómo debe ser tu princesa
a rescatar. Nos obligan a idealizarnos
mutuamente. No somos ni un dominó ni un
rompecabezas.
¿Por
qué
creer
que
mágicamente va a venir una pieza que encaje a
la perfección?
Entiendo tu punto. Sin embargo no podés negar
que hay personalidades que encajan más que
otras. Encontrar un ser parecido a vos, produce
un flechazo instantáneo, que te lleva a buscar
en esa persona tu otra mitad.
Siento que estamos en medio de un total
desacuerdo. El flechazo se produce por
cuestiones físicas que nada tienen que ver con
la personalidad, a menos que hayas conocido a
esa persona cuando estaba dando un discurso
sobre los fundamentos de su vida desde un
podio en una plaza pública. Flechazos ocurren
todo el tiempo y en cualquier lugar. Cada
persona elige si atiende al flechazo o no, cada
quien decide cuándo y a quién abrirle la puerta.
Vas al super y chocas tu carrito con alguien, lo
mirás, te gusta. No pasa nada, seguís en lo tuyo;
pero en el recorrido hasta la caja vas
imaginando la vida de esa persona: que música
escucha, cuantos años tiene, su profesión, sus
amigos/as… Te detenés en la sección de libros,
para mirar qué hay de nuevo, y ahí está él o ella,
mirando el libro que buscas hace meses. Hay
dos opciones ahora: pedir su contacto o seguir
50
-
Página
Otra vez, mi rol de novio modelo. Te llevo al aeropuerto.
Cargo tus valijas. Te compro un regalo. Ya sé mi librero.
Conozco los movimientos que debo realizar para
mantenerte contenta. Me gustabas más descalza y
despeinada, cuando no te importaban ni iphone ni los
tacos altos. Ni las apariencias. Cuando te importaba algo
más que vos misma.
-
-
¿Conociste
a
alguien?
–
interpelé
aprovechando la puerta que ella misma estaba
abriendo.
Todos los días conocemos a alguien. Esto es
solo un ejemplo que ilustra perfectamente lo que
afirmé con respecto “al amor de tu vida”.
Creemos que existe, nos esperanzamos con
una ilusión porque aparentemente lo real
asusta. Conocemos a alguien que puede (tal
vez) ajustarse a nuestra fantasía, y ¡plap! vivís
un nuevo amor, intenso, apasionado,
desregulado y rápido, no con la persona que
tenés al lado, sino con tu ideal personificado en
esa persona, que hasta ahora es “todo lo que
soñaste” (y más). Impresionante como el mundo
parece girar a tu favor: que loco, encontraste lo
que andabas buscando, al menos eso
parece...los primeros meses...los primeros
años… ¿después qué queda? ¿cuándo la
Su discurso me dejó congelado. Sentí que se burlaba de
mí, de nosotros, de lo que nos pasó alguna vez. Se burló
incluso de mis propias frases que alguna vez le dediqué.
Ella me ridiculizó. Cada una de sus reflexiones sonaba
para mí como juicios en mi contra. De pronto me cuestioné
estar allí cumpliendo con el protocolo de cargar sus valijas,
51
De pronto sus palabras me dejaron estupefacto. ¿Acaso
ella había sentido algo así? Su frialdad me sorprendió, y
me contaminó de celos y preguntas.
magia acaba? ¿buscar ingenuamente una
nueva ilusión? ¿Sabes por qué vas a buscar
una nueva ilusión? porque el amor de tu vida ya
no es lo que era. Ahora el amor de tu vida es
completamente diferente, y posiblemente con
características totalmente contrarias a quien fue
(hasta ese momento) el amor de tu vida. Me
arriesgo a decir inclusive, que para algunos
casos, la posibilidad de tener “un nuevo amor de
tu vida”, resalta los defectos del anterior o te
percata de ellos. Ahí tenés a la ficción actuando
de nuevo. Pidiéndote a gritos que encuentres a
la nueva versión “del amor de tu vida”.
Volvemos al país de las maravillas, a vivir una
ilusión pasajera solo porque a alguien se le
ocurrió imponer esta idea, junto con aquella que
nos describe como seres incompletos en
búsqueda de la otra parte. Nosotros y nosotras
le creímos, como hojas movidas por el viento,
nos dejamos llevar por el aire de las
imposiciones. Así somos los seres humanos:
nos
llenamos
de
restricciones
y
condicionamientos porque le tememos a la
libertad, y más aún: a la realidad.
Página
como si nada. Y ahí lo tenés: basas en solo dos
hechos y tu imaginación (y por supuesto la
apariencia física) para afirmar que posiblemente
ese sea el amor de tu vida, parado justo ahí,
frente a tus ojos. Tu mente te dice: “Dale, no
dejes que se vaya” “Ey, apurate que si se va no
vuelve, es tu oportunidad” “no la pierdas, no
dejes que se vaya”.
-
-
Es hora, a cumplir con el deber. Nos vemos en
23 días. – luego me besó y me sonrió.
Te amo más que ayer. – respondí de manera
automática, como un contestador telefónico
programado.
Te amo menos que mañana. – dijo clavándome
sus ojos en los míos.
Sentí nostalgia acompañada de alivio al ver como se
dirigía a la zona de embarque. Llevaba su pelo recogido,
y una campera de jean con rosas de tonos bordó y
violáceos bordadas. Aún quedaban personas haciendo fila
y me acerqué para estar a su lado hasta el último segundo,
cumpliendo a la perfección con el papel que estaba
interpretando de enamorado triste a causa de la partida de
su amada. Sonriendo se dio la vuelta y me dijo:
-
-
Me contaron que te apareciste en el gimnasio. Te
felicito, no dejes de ir. Me alegra que tu hermana te
anime.
¿Mi hermana? – interrogué confundido
¿No fuiste con ella? Me comentó el entrenador que
asististe con una mujer.
Un segundo, solo bastó un segundo para que ella me
dedicara la mirada más fría y amenazante que jamás
había recibido. Sentí como todo se detuvo mientras una
estaca de hielo atravesaba mi pecho. Fui socorrido por el
guardia, que le pedía con insistencia su documentación.
Observé como caminaba lentamente hacia la manga.
Saqué mi celular y escribí: “No seguiré yendo. Al parecer
hay mucha vigilancia. No me gusta la gente que está al
pendiente de la vida ajena. Si, fui con mi hermana”.
Me mostré molesto. Ella no respondió ni leyó el mensaje
hasta tres días después:
-
“Ok. Llegué bien. Estoy con mucho trabajo. Besos”
Llamar, no llamar. Hablar, no hablar.
Estos 23 días se volvieron eternos.
Fui a recogerla. El retraso fue de casi 3 horas, pero no nos
avisaron a quienes aguardábamos por alguien. Este fue el
“tenemos que hablar” que más se hizo esperar. Hasta que
por fin, la vi detrás de las paredes de vidrio, acercándose
a la salida con su valija. Quise decir algo pero ella se
adelantó:
-
Estoy cansada. Necesito un baño y dormir.
52
Por altavoz llamaron por última vez al abordaje de su
vuelo.
-
Página
posar para la foto, sonreír y abrazarnos en público. Todo
era un show muy bien montado, ella cumplía varios roles
a la vez: actriz protagónica, guionista y directora. Yo solo
era el lacayo, el extra, el apoyo técnico y logístico
necesario para mantener todo funcionando y su
narcicismo en los niveles normales acostumbrados.
53
Siento que todo es difícilmente comprensible por alguna
razón que no se explica. Todo esto va más allá del placer.
Es como un despertarme y de pronto conocer mi
verdadero nombre. En algunos momentos siento que te
alcanzo
y
por
eso
me
adhiero
a
vos
desesperadamente...pero
después,
todo
recae,
recordando que solo distan palabras del ahora y nuestra
ruptura inminente. Pero intento, lucho, hasta lo vengo
consiguiendo... prolongar el corte acosta del desgaste. Y
sufro. De verdad sufro pensando en el sentimiento de
pérdida que no ha llegado aún pero que va a llegar en
cualquier momento.
Prefiero
ser el
monstruo
de tu
historia.
Página
12
13
-
-
-
Incontables son las veces que tomaste una
decisión y no la ejecutaste. ¿Por qué debería
creerte ahora? – interrogó con su habitual
soberbia que me exasperaba.
No voy a dar marcha atrás.
Está bien, no desistas, solo quiero saber qué ha
cambiado. ¿Por qué ahora sí vas a cumplir con
lo que te estás proponiendo? – continuó sin
perder su porte y la mueca de sonrisa fingida
Empecé a hablar, pero ni yo mismo escuchaba lo que
estaba diciendo. Todas mis palabras eran resultado de
mis conclusiones luego de mucha reflexión, Sin embargo,
al pronunciarlas, no sonaban verídicas. En un momento
de mi discurso abandoné mis esfuerzos por lograr la
elocuencia. Ella sabía que si bien, no estaba mintiendo,
tampoco estaba siendo totalmente sincero.
54
Esa noche una llovizna fina caía sobre la ciudad. El calor
de Diciembre permitió abrir las puertas para dar paso al
exquisito aroma a tierra mojada. Desde el balcón,
podíamos ver las rosas desplegando la belleza de sus
pétalos bordó abrillantadas con las gotas que caían en su
superficie. Ella no decía nada, pero por su gesto, me
pareció que denotaba incredulidad. Este era el final, ya
había tomado la decisión, y la concretaría.
-
Página
Lejos quedaron las noches en las que me quedaba
dormido escuchando su voz. Ella solía leerme en voz alta
“el libro del momento”. Siempre andaba leyendo algo
nuevo y diferente, desde novelas hasta política
económica, libros nuevos y viejos. A veces no leía,
simplemente se quedaba oliendo el olor de las hojas.
Decía que los libros viejos tenían un aroma en el que ella
podía percibir esencias similares al cacao.
estampada en su rostro desde el inicio de la
conversación.
He cambiado.
¿Vos? – largó una risotada - Lo que cambiaron
son las circunstancias, no mis circunstancias o
quién soy yo o quien sos vos. Tu escenario es
distinto. Admití en voz alta la razón de tus
nuevas aspiraciones.
No es como vos pensás.
Explicame. Te voy a creer. Al final de cuentas
siempre elijo creerte.
Página
55
11 meses.
En tiempo terrestre, desde que no he vuelto a verla.
… y aquí está ella, sentada a mi lado, contemplando desde
el mirador la ciudad. “Es como si ahí abajo hubiera otro
cielo, y las luces son sus estrellas” me dijo la primera vez
que vinimos para aquí.
La luz mágica se apoderó del cielo. El sol y la luna
luchaban por el reino celestial, dando lugar a luces
celestes, anaranjadas y violetas, que inescrupulosamente
teñían a las indefensas nubes.
-
-
Quiero saber que pensás – la interrogué mirando
su perfil.
¿Es importante para vos saber lo que pienso? –
respondió de manera arrogante.
Si. Te dije muchas cosas, vos solo escuchaste.
Hice lo que me pediste: escuchar lo que tenías para
decir. Puedo expresar lo que pienso, aunque te
debo anticipar que probablemente no cumpla con
tus expectativas. ¿Estás dispuesto a asumir el
riesgo?
Por supuesto.
Pienso que somos responsables por las decisiones
que tomamos. Para bien o para mal, lo que pasa
hoy es consecuencia de lo que decidimos alguna
vez en el pasado. Vos decidiste algo, ahora te toca
vivir con tu decisión y sus resultados. Ser
responsable por lo que hiciste y por lo que no
-
-
-
-
-
56
-
hiciste. Ser responsable implica tomar acción por
algo, hacerse cargo de “ese algo”.
¿A qué viene esto? ¿Escuchaste algo de lo que
dije? – expresé molesto.
Son reflexiones – manifestó sonriendo Reflexiones que construí en este tiempo. Suena
ambiguo, pero es aplicable a la vida en general y a
cualquier situación. No es un planteo de algo
concreto. Al planteo lo hiciste vos; yo solo
intento brindar de la manera más clara posible mi
opinión con la esperanza que pueda ayudarte.
Esta decisión no está en mí, está en vos. – insistí.
Te hago una pregunta: ¿esta decisión podría
cambiar tu vida?
Claro que sí.
Entonces hay algo que no entiendo. Ayudame a
comprender. ¿Confias tu vida a otra persona y no a
vos mismo?
Creo que es la forma que elegí para ser
responsable por las decisiones que tomé en el
pasado.
Vemos lo mismo desde perspectivas diferentes. Me
doy cuenta por dos motivos. El primero, es que en
mi caso, yo pienso que si la decisión es
fundamental para tu vida, debe depender de vos y
solo de vos. El segundo, es que a mí me parece
que delegar la decisión en otra persona, no te hace
responsable, sino por el contrario, estás evadiendo
tu responsabilidad
No es como vos pensas. Sos muy importante para
mí y reconozco todo el daño que te causé.
Página
14
-
Quedé en blanco sin entender que hacía allí. Me prometí
hace meses no colocarme en ridículo otra vez pero lo
estaba haciendo de nuevo. Y con la misma persona que
aún, después de todo este tiempo, seguía dominando mis
estados de ánimo.
-
Si no hay respuesta – continuó con frialdad - Te
cuento una apreciación personal. Nadie quiere
-
-
57
-
-
estar donde está ahora porque prefieren la fantasía.
Ahora bien, quienes no le temen a la realidad y
abren sus ojos, aprenden a ser felices. Son los y las
valientes quienes redefinen el significado de la
magia. Solo así, pueden des-construir las
ilusiones y fantasías creadas a partir de
expectativas, aceptan la realidad y en ella
encuentran la verdadera magia.
Siempre fuí mucho más realista que vos, tu
imaginación te hace volar ilimitadamente.
Sin embargo sos vos quien vive en busca de
nuevas ilusiones. Sos un viajero que se aburre de
un lugar y migra a otro. Si sos feliz dentro de esta
realidad, entonces ¿qué estás buscando? Todas
las construcciones que nos venden desde bebés
son estereotipos predeterminados que pocas veces
se adaptan a lo que necesitamos para ser felices o
construir esa felicidad. Tenemos nuestra libertad
coartada por estas construcciones. ¿Por qué
limitarnos aún más poniendo en manos de otra
persona nuestros anhelos, deseos y decisiones? –
finalizó con su ceño fruncido y una expresión en su
mirada que no había visto nueva
Cambiaste tanto. – declaré con melancolía.
Crecí. Desde que no conocimos a hoy ¿Cuántos
años han pasado ya? Intenté explicarte tantas
veces esto y jamás me escuchaste. Las personas
crecen, se transforman, evolucionan y siguen para
adelante. – dijo luego de un suspiro sin apartar sus
ojos de los míos.
Página
-
Considero que sos vos quien debe decidir qué
hacer.
Me dijiste “no es como vos pensas”, sin embargo
debo aclarar que yo no dije “es así”. Dije que mi
perspectiva sobre el mismo asunto es distinta a la
tuya. Me presentaste tu postura, y yo la mía. Las
cosas no son de una forma u otra. Todo está
cargado de subjetividad. Mi forma de pensar se
fundamenta en mi historia, mis valores y principios,
incluso de las características de mi personalidad. Al
igual que la tuya. Lo que para mí “es”, para vos
podría “no ser”, y al revés.
¿A qué viene tanta frialdad? ¿Es tu forma de
vengarte? – cuestioné con mal genio.
No es mi intención demostrar frialdad o provocar
que sientas que esto es una venganza. Lo único
que intento es entender la situación y mostrarte
como la entiendo yo. ¿Acaso no pediste mi
opinión? Es esta. Todo lo que te digo es con la
mayor sinceridad y transparencia que me es
posible. Quizás mi postura o actuar difiere mucho
de tu expectativa. ¿Qué esperabas que diga o
haga?
¿Nos vas a decir adiós al menos?
Decilo vos primero. – me retó.
Sentí una sensación de vértigo recorrer mi pecho. “Si no
hay un adiós no hay una despedida” me dijo la última
noche que la ví. Ni entonces, ni ahora, fui capaz de
pronunciar esa palabra, tan fácil, tan corta. Son solo cinco
letras. Cinco letras que juntas forman una de las palabras
más tristes de nuestro vocabulario.
-
Feliz cumpleaños. ¿Nuevamente 33? - Dijo
sonriendo. Luego me dió la espalda y se fue.
Tampoco fue capaz de pronunciar esa palabra.
Incluso me atrevo a afirmar que con su mirada
me dedicó un “hasta luego”.
Ella siempre encontraba “el libro”, “la canción” o “la frase”
que describía el momento vivido. Yo no era amante de los
libros, por lo que mi lista de lectura abarcaba menos que
los dedos de mis manos. Recuerdo el desequilibrio
emocional que le provocó mi confesión:
-
¿Cómo que no lees el “El Principito”?
No estoy leyendo nada en este momento. Y no
conozco ese libro tampoco, porque no suelo leer
libros.
Es un libro esencial para la vida. Y debes leerlo
siempre.
Ese día le dí una “misión” (según ella). Ayudarme a
descubrir el mejor libro que había leído en su vida y
esperaba que también fuera así de importante en la mía.
Ese fue su regalo el día de mi cumpleaños, el primero de
muchos que pasé a su lado. Y ese fue también, el primer
libro que leímos juntos. Sin saberlo, cumplió su misión.
Ese libro fue, es y será el más importante de mi vida.
Amar siempre implica dar. Y ser amados, nos hace únicos
en el mundo. Por esto El Principito dijo a las rosas:
“Sois bellas, pero aún están vacías - agregó todavía.
Nadie puede morir por vosotras. Es probable que una
persona común crea que mi rosa se os parece. Ella siendo
sólo una, es más importante que todas vosotras, pues es
ella la rosa a quien he regado, a quien he puesto bajo un
globo, es la rosa que abrigue con el biombo. Ella es la rosa
cuyas orugas maté (excepto unas pocas que se hicieron
mariposas). Ella es a quien escuché quejarse y alabarse y
aún algunas veces, callarse. Ella es mi rosa.”
Quise que fueras mi rosa, sin embargo no supe cuidarte
como El Principito a la suya.
58
-
-
Página
Nos quedamos en silencio, con la mirada puesta en el otro.
De pronto, ella se levantó y lentamente inició su partida.
Ahora te escribo estando a la distancia
recordando cada rasgo de tu piel
tus imperfecciones y tu olor a flores
los lunares y el tatuaje de tu espalda
que siempre besaba, antes de dormir.
Cuando me despierto, no hay olor a café con leche
ni música sonando en el desayunador.
No estás paseando por la casa
ni acostada, abrazando un almohadón.
No importa cuanto cierre mis ojos,
ni en mi imaginación hoy te pude ver.
¿y por qué me arrepiento?
si fui yo el idiota que te traicionó
el que un día tus besos rogó
y luego sin más te engañó.
Página
59
¿y por qué me arrepiento?
si fui yo quien quiso jugar a escondidas
con otra mujer
sabiendo que estabas en mi cama dormida
esperando por volverme a ver.
-
-
¿Sabes una cosa pequeña extraterrestre?
No terminamos la canción que empezamos a escribir
juntos.
A tres semanas del 2017
-
Los rayos de la tormenta nos obligaron a alumbrarnos con
velas de colores aquella noche. Nos quedamos descalzos,
rodeados de almohadones, dos lapiceras azules (una para
ella y otra para mí) y hojas blancas. A ella le gustaba andar
descalza, decía que era para estar consciente del suelo. A
mí me parece anti-higiénico. A ella le daba gracia la
palabra “anti-higiénico”.
-
Es necesario estar descalzos durante el proceso
creativo – decía con total seriedad - puesto que se
tiende a volar, e incluso cuando estás inventando
cosas y la imaginación divaga, debemos recordar
que hay una realidad a la que si bien, no debemos
60
Quise finalizarla, pero al ver la hoja escrita, mitad con tu
letra, mitad con la mía (ambas ilegibles) decidí que lo
mejor era dejarla así. ¿Te acordás lo que escribimos?
Si estás pensando en un final, si… escribimos sobre un
amor que se acabó.
¿Y qué se siente tener la edad de Cristo? –
preguntó al tiempo que servía el vino en nuestras
copas.
¿Sabes que es raro? De pronto empecé a pensar
en cosas que antes no le daba importancia. Siento
que estoy terminando un ciclo y que debo
encaminarme más a mi futuro, a lo que quiero para
mi futuro.
¿Y qué querés para tu futuro? Antes de responder
esta pregunta, te reto a que tu respuesta no esté
relacionada ni a negocios, ni dinero. Sobre todo si
es en efectivo.
Pero, no se me ocurre.
Dale hacé un esfuerzo. Tu techo no puede estar tan
bajo. – me miró de manera fulminante y retadora
Escribir una canción. Soy intérprete, me gustaría
ser además, cantautor.
Página
15
-
Deseo de volver a vivir eso que alguna vez te hizo
feliz.
Extrañar.
“Mi corazón está triste, vos ya no estás
nuestro tiempo ya se fue
pero te sigo queriendo como ayer.”
Buscamos en internet consejos de autores para escribir
canciones: cómo comenzar, que tener en cuentas, reglas
de composición, etc. Encontré un blog que me pareció
interesante y leí en voz alta:
Lo primero es definir el “qué” ¿qué querés que tu
canción relate? Las canciones son historias, que
hablan de sentimientos propios. Y se la dedicás a
alguien, hay que responder el ¿para quién?
Quizás pensar en imágenes ayude…
-
Divagamos un poco y continué la lectura:
-
Desde qué lugar se cuenta esa historia. Hay que
escribir con palabras fáciles de interpretar pero
que al mismo tiempo te despierten sensaciones.
También tiene que tener “gancho” y acorde,
correlación.
Ella iba anotando ideas en una de las hojas blancas.
-
Un amor que se terminó, un amor loco. Nostalgia.
– dijo
Sentimiento de pérdida, arrepentimiento. - seguí
Recordar a alguien con nostalgia, cuando
soñábamos los mismos sueños.
Otra opción es escribir sobre inicios. – susurré
mirando a la misma llama en la que ella tenía
puesta su atención.
¿Te acordás cuando fuimos a ese local de
juegos para niños/as? – dijo sin apartar la
mirada de la llama - Con los cupones
cambiamos un cuaderno. Crees que todo lo que
me escribiste se podría hacer canción?
Me mostró algunos pasajes… cuánto tiempo ha pasado.
Quedé mirando una de las tantas frases que le dediqué:
“la vida tiene un motivo, vivirla juntos”.
Hace tanto ya de eso.
Hace tanto ya de aquel inicio, y tan cerca de un final
seguro y definitivo.
61
-
Ambos nos quedamos callados e inmóviles. Una
sensación de desconsuelo se presentó en mi cuerpo
mientras ella miraba la llama de una de las velas mientras
acomodaba sus piernas entre sus brazos.
Página
dejar que nos condicione y/o limite, debemos
atenderla y entenderla. No hay rascacielo que
tenga sus bases en la superficie.
Página
62
Entre encontré
tantos más de
una
escritos
canción
63
Página
El mundo
De besar tu espalda a no besarla
Vos
De respirar tu perfume a no recordarlo
Yo
Amar, besar, jugar
Las ganas de saltar
Verbos movidos por la pasión.
Al
Soñarte.
Vacío…
Pedirte que te vayas.
Despertar y saber que ya te fuiste.
A diferentes
Esa Angustia.
...Vacíos
Empezar un nuevo día.
Hay un estar
No estás aquí, tu taza vacía.
Hay un no estar
No más café con leche para dos.
Él no está.
Recordar.
No me rodean tus brazos
No, no apareces.
Los míos no te rodean
Ya no estás.
Página
Dormir.
64
Camino por la calle.
Existís.
Es la mente quien se aferra al recuerdo
No en mi vida, en mi vida no existís.
Es el viento convertido en canción
Volver a casa.
Es la lluvia que llora mis lágrimas
Pasear al perro.
Es mi cama de nuevo.
Mirar la luna.
Silencio.
¿Cocinar?
¿Apagas la luz?
Hay un plato y una copa.
No.
De más.
Apago la Luz.
Y una guitarra que no suena.
Yo apago la luz.
Dónde habrán quedado las cuerdas.
Junto a la serie que veía...mos
Ya no es mi favorita.
¿Te vas?
Página
Adiós.
65
Rutina después de decir… adiós, Carolina Córdoba
1
Promesas disparatadas 1: Olvidar.
Tenemos que aprender de nuestros errores, y una vez
pedidas las disculpas y dicho el perdón, olvidar. En serio.
Encontré algunos cuaderno con anotaciones viejas:
charlas, poesías, canciones, momentos vividos; es decir:
basura de boluda enamorada.
Esa maldita manía que tengo de registrar todo. Encontré
un pasaje importante que decía: “Anoche me contó que
terminó de grabar su CD. Solo falta masterizarlo.
Quedamos en escucharlo juntos. Se me ocurrió un chiste
y se lo conté. ´Me imaginé en unos años mudándome y
encontrando el CD en plena organización y diciendo: Uh,
me acuerdo de este hijo de puta que me dejó´.
Si. Encontré el CD. Sí, me estaba mudando. Primero, lloré.
Luego las carcajadas se apoderaron de mí ser. En esos
momentos pensé: soy una puta psíquica.
Seguí leyendo qué más había anotado. Decía algo como:
66
A veces me gusta rescribir las canciones que me canta, o
los mensajes que me envía. Siento que es muy cursi.
Antes pensaba que me irritaría tener una persona así mi
lado. Supongo que cambié de opinión. No, no supongo. Lo
afirmo.
13.Ago.13
Ayer decidí meter en una caja todos los recuerdos que
tengo de y con él. ¿Qué hacer con la caja ahora? Ahí está
formulada la pregunta, ¿cuál será la respuesta?
Página
“Quiero tu voz, tu túnica caída, y el lirio rojo de tu amor
primero…
Sentir tu cuerpo caerme lentamente
como una lluvia tropical de otoño mío”
Quiero tu voz, Horacio Guarany
Parece que ambos siempre tenemos los mismos miedos:
 Que nos aburramos: él de mí, yo de él;
 Que él me engañe, o yo a él;
 Que esto no sea más que una pasión momentánea.
Página
67
Hubiera seguido leyendo, pero mi ataque de risas
empeoró. No podía enderezarme ni pararme. Me di cuenta
que hacía mucho que no reía tanto.
-
-
-
Quizás las decoraciones incluirían detalles en rojo
y verde, más bordados de la serpiente de Uróboros
– te comenté divertida aquella tarde de verano
caminando por el viaducto.
¿Una metáfora? El eterno retorno… la infinitud…
¿del amor? – contestó él alzando la voz desde
abajo, para que te escuchase.
Pensé más bien en el esfuerzo inútil, ya que el ciclo
vuelve a comenzar a pesar de las acciones para
impedirlo.
Me parece que no sería apropiado para una boda.
Una imposición social tan grande y ridícula, debería
al menos dar lugar al sarcasmo. ¿No te parece?
Coincidíamos en la idea de que el matrimonio era una
costumbre social, oda a las apariencias. Un ritual
de amarre público, con una persona que en realidad no
estás seguro o segura si de verdad querés tener al lado
por el resto de tu vida.
Aunque solía bromear con los “para siempre” no los creía
posibles. Pensé que ambos estábamos de acuerdo en
estas afirmaciones. Sin embargo, un día su discurso
cambió. De pronto había una dicotomía. De pronto, las
diferencias nos enfrentaban.
“No me imagino una vida sin vos. A ese punto llegué”. Me
escribiste una tarde.
Aún guardo este mensaje. Me entró el pánico y debo
admitir que no fui sincera expresando mi respuesta. A la
fecha, y sabiendo que muchas lunas nos separan, leer de
nuevo esto me provoca un sentimiento incómodo.
"Vivo intentando poner un freno, pero últimamente se me
ha hecho imposible". Escribí en mi cuaderno, junto a la
reproducción del mensaje por escrito.
Vos, tan individualista como yo. ¿De verdad creías que
una vida compartida era posible? Compartir no está en
nuestra naturaleza. Tal vez competir sea más factible.
Ambos centrados en nuestro propio mundo, que por lo
general giraban en órbitas diferentes, imaginando a
menudo un futuro solitario. "No entra en mi estructura
actual la constitución de la familia tipo ni el cumplimiento
de los estereotipos sociales". Te dije. A mí tampoco me
dijiste con la mano en el corazón. ¿Qué te hizo cambiar?
Por no admitir “quién”. Ese “quien” que sin dudas no fui yo.
Promesas disparatadas 2: Avisar
- Si alguno de los dos en algún momento cambia de
opinión, se lo debe hacer saber a la otra persona.
68
-
Ahora más que nunca me pregunto si existen los “para
siempre.
Página
“Demasiada pasión nubla el sentido de la lógica. Cuando
de vos se trata, mis emociones me dominan”
5.3.15
Saber lo que queremos (creo) es tan importante como
saber lo que no. En ese momento pensé que todo era
perfecto: al menos coincidimos en lo que no.
La combinación de todo.
La combinación perfecta que resume una relación con
fecha de caducidad desde el momento en que inició.
No, no cumplimos con la promesa de avisarnos cuando
cambiemos de opinión. O... no cumpliste. Mi opinión sigue
siendo la misma.
Promesas disparatadas 3: Hablar
- En el amor está bueno ser estudioso e inteligente
también. Y si no te gusta algo, hablarlo. Esto
escribió él.
Se le daban bien las incongruencias. Siempre fue
inconsecuente. Mi incongruente, mi inconsecuente. Era
mío. De a poco todo empezó a nublarse, y nada estaba
claro: las charlas, las promesas, yo como objeto, el cómo
posesión, la vida: como eso que pasa sin darnos cuenta.
"Me odiaría a mí misma si hiciera infeliz a alguien." Esto
escribí yo. No sabía de lo que estaba hablando
claramente. Te hice infeliz, y para ser honesta, no me odio
por eso.
Página
Ácido.
Dulce.
Amargo.
69
Esa noche brindamos en mi balcón con lemonchamp y
pequeños lemonpies roseados con charlotte de chocolate
amargo.
¡Necio!
¿Acaso crees que florezco para que me miren?
Florezco para mí, porque me place,
no para los demás,
Mi júbilo está en mi ser
y en mi florecer”
Albert Schopenhauer
Siempre amé los libros, y leer. Y una vez más, uno de ellos
me brindó las respuestas que estaba buscando. ¿Cuántas
preguntas sin respuestas estarán resueltas en
amarillentas hojas? (o en wikipedia y asoc.). Hay gente
que se dedicó y se dedica a explicar cuestiones humanas.
La rutina, las cuentas a pagar y las obligaciones diarias,
no nos dan ni respiro ni motivación para pensar en estas
cuestiones “esenciales”... o estupideces como diría el o la
ciudadano/a promedio.
Supongo que mis prioridades difieren a las del ciudadano
promedio (o tengo “mal jerarquizadas mis prioridades”,
diría también otro/a ciudadano/a promedio). Bien. Me
dediqué a pensar en lo expuesto más arriba.
Algunos apuntes “útiles” de este 13 de Marzo.
70
“La flor replicó:
Era extraño. A veces me preguntaba: ¿si hay tantas cosas
que no compartimos, por qué seguir juntos? Ambos
somos seres curiosos: pero nos dan curiosidad cosas
distintas; ambos somos seres caprichosos: pero nos
encaprichamos de diferente manera; ambos somos seres
que no saben lidiar con sus propias emociones, y por
supuesto lo hacemos de maneras disímiles. Es como estar
nadando todo el tiempo contra las olas en medio de la
tormenta. ¿Para qué tanto esfuerzo? No me explico por
qué las personas tendemos a anhelar el camino más fácil,
transitando el más complicado y que encima, nos damos
el lujo de seguir embrollando.
Página
2
Nota mental 2: este hombre sí que ha sufrido por una
mujer. Tanto que escribió para desprestigiarla/s.
Era un fin de semana como cualquier otro en nuestras
rutinarias vidas. ¿Qué pasó con la magia del inicio? ¿Qué
pasó con vos, conmigo, con nosotros? Estabas cansado
de pintar el techo y aún tenías pintura blanca en tu nariz.
Yo estaba cansada de estar dentro, ordenando una casa
que sabía, jamás la sentiría mía. Sobre todo, porque vos
te esforzarías en demostrar que hay una línea de lo tuyo y
lo mío que jamás estaríamos en condiciones de cruzar.
-
-
¿Conocés el dilema del erizo? – me acerqué al
living con cuidado para no arruinar la pintura fresca
de las pareces.
No vas a convencerme de ir al teatro. – respondiste
supervisando tu propio trabajo en el techo y aun
tarareando una canción de “José José”.
“En un día muy helado un par de erizos que se
encuentran cerca sienten la necesidad de
acercarse para darse calor y no morir congelados”.
Así comienza Schopenhauer con la parábola del
erizo. – leí en voz alta la nota del diario, valiéndome
de tu tarareo de fondo para poner énfasis al relato.
Parece que capté su atención. Estaba a punto de
revelarle un descubrimiento que había hecho con
respecto a nuestra relación, aunque él creyó que eran
palabras bonitas para engatusar y llevarlo al teatro
conmigo. O tal vez si captó la idea pero teníamos un
acuerdo tácito - aparentemente - de aparentar
estupidez y no demostrar nuestra viveza. Qué se yo,
supongo que nos parecía más rentable ese negocio.
-
¿y qué pasó con los erizos? – me preguntaste con
genuina intriga
Entonces, continúe la lectura:
-
“(...) cuando los erizos se aproximan demasiado,
sienten el dolor que les causan las púas del otro y
eso los impulsa a alejarse de nuevo. (...) El hecho
de alejarse va acompañado de un frío insoportable,
71
Nota mental: este es uno de los primeros que se anima a
escribir sobre cosas que considero importante como el
sexo, el amor, la muerte, los sueños, el sufrimiento, la
realidad, el suicidio, las relaciones interpersonales, la
vanidad y el autoestima. Quizás si nos sentamos 20
minutos al día a pensar sobre estas cuestiones, la vida
sería menos complicada.
-
Página
“Schopenhauer decía que la voluntad es un deseo ciego
que ansía ser satisfecho. Para él, solo existen los deseos.
Deseos inagotables: cuando deseamos, queremos y
buscamos tener algo; cuando tenemos ese algo, nos
cansamos y vamos en busca de otro algo. Y esto ¿por
qué? Porque la vida es esencialmente sufrimiento, vivimos
en busca de una satisfacción, que nunca llega.”
-
-
Si entendió la indirecta o no, no es algo que haya
provocado mi desasosiego, ni entonces ni ahora. Al
menos, había ganado la batalla de “salir o no salir, esa
es la cuestión”.
72
-
Cuando lo conocí, festejé el hecho de que ambos
fuéramos artistas, pero jamás imaginé que haya un
artista que se limitase a su propio arte.
Página
-
entonces ambos se ven en el dilema de elegir entre
herirse con la cercanía de sus púas o morir
congelados. Para soportar el dolor, ambos erizos
se acomodan hasta encontrar la distancia en que
ninguno se hace demasiado daño, pero en la que
tampoco mueren de frío.”
¿Y si vuelve el verano? ¿los erizos se alejan? –
preguntaste cargando, según mi percepción, cada
palabra con un doble sentido.
Hasta el próximo invierno, calculo, cuando se
vuelven a buscar.
Entonces el amor es un invento producto del
invierno.
¿Sabes qué más dice el tipo que escribió esto? Que
la diferencia entre los seres humanos y los
animales es que estos últimos no son crueles por sí
mismos, en cambio las personas sí. Según él,
tenemos que gozar de la capacidad de la
inteligencia para querer herir. – dije con toda la
intención de ponerte incómodo. ¿Lo logré? ¿Acaso
lo logré alguna vez? Todo lo relacionado a vos es
un terrible enigma mi vanidoso extraterrestre.
Está bien, me convenciste. Vamos a ver esa obra.
3
Página
73
Sin embargo, todo es siempre una construcción mental, ni
falsas ni verdades. Es simplemente la explicación que nos
damos en ese momento. La conclusión es siempre la
misma: "fue lo que debió ser, pasó lo que debía pasar para
aprehender... y sí, no estábamos listos. No solemos estar
listos, o listas. Jamás.
74
Estoy tirada en el suelo, cubierta de tierra y sangre. No
recuerdo el camino que me trajo hasta acá. Mi garganta
está seca. Me reincorporo de a poco. En el cielo el sol se
esconde y las tonalidades sepias invaden el cuadro. Una
brisa trae olor a bosta de caballo y barro. Mi pierna tiene
raspones, escucho a alguien reír en volumen alto, sin
embargo no logro encontrar más personas en el lugar. Los
únicos seres que me acompañan son las hormigas
subiendo a mi cuerpo. Me paro y sacudo. Siento la
mordida de esos pequeños bichitos que se afanan en no
caer. Limpio mi cuerpo como puedo. Es imposible sin
agua. Necesito agua. Hay un camino marcado, yo estoy
en el medio. A mi izquierda un bosque húmero, a mi
derecha una meseta aparentemente infértil. No tengo
como avisar que me perdí ni como encontrar el camino
que me devuelva a mi casa, pienso. Un grito se escucha,
luego una carcajada, música de una radio mal sintonizada.
Silencio. La secuencia se repite. La sigo, en camino
contrario de donde se oculta el sol. Un ritmo desconocido
empieza a sonar, percibo sonidos de saxofón y tal vez lo
otro sea un bandoneón. ¿Qué hora es? ¿Para donde debo
ir? No importa, me intriga saber de dónde viene la música.
Me tropiezo con una madriguera, estará por aquí lleno de
roedores. Me acuerdo de vos, ¿Dónde estás? Te recuerdo
dormido, protegiéndome entre tus brazos en esa cama
nueva que juraste haber comprado para mí. Imagino como
llegar a casa, a tu casa, recorro el pasillo de la entrada, la
alfombra café que elegimos juntos, la pared de ladrillos, la
ventana de marco blanco. Te veo allí. No, esto es solo un
sueño. Otra vez el camino en medio de la nada. Sigo con
sed. Una casita pequeña, de madera en medio de la nada,
con figuras de cerámica sonrientes. El portón de madera
de la entrada está pintado de los colores del arco-iris. Vos
me dijiste que no te gusta la combinación de colores, no te
gusta el arco-iris. Empieza a llover con sol. Las gotas
cálidas se desplazan por mi cuerpo. Abro mi boca para
que ellas entren y sacien mi sed. De pronto siento miedo,
y otro grito. Abro la puerta azul, de la casita rodeada por
la naturaleza verde y húmeda. Oscuridad, silencio, olor a
casa de antigüedades. Un libro, lo levanto, lleno de polvo
que me hace toser y embarra mis mojadas manos. Hojas
marrón claro completamente en blanco. Otra vez la
música de la radio y una voz que no consigo entender, el
libro se cae al suelo, se prende la luz. Una pileta
aparentemente profunda con el agua verdosa y llena de
pétalos rosados y blancos. Olor a jazmín. Veo de nuevo el
libro pero ahora tiene dibujado un símbolo, un infinito tal
vez. El grito y me caigo a la pileta. No sé nadar, me voy a
ahogar. No. Si se nadar. Y sé que esto es un sueño. La
pileta drena el agua y me lleva a la meseta infértil. Camino
sin saber a dónde estoy pisando. Y el vértigo se apodera
de mi puesto que caigo en un pozo que no advertí.
Aparezco de nuevo el camino. El grito, la risa, la música.
Página
No quiero que llegue la noche. Los sueños perturban mi
alma. Siento sus brazos alrededor de mi cuerpo. Antes
sentía paz allí, ahora se apodera de mí el desconsuelo y
la sensación de haber entregado mi libertad a un precio
demasiado bajo. Algo me ahoga. No puedo respirar. Y un
médico comenta que es trastorno del sueño y que se va a
pasar con lo indicado en una receta. No es un demonio,
quédate tranquila me dice amablemente, es una situación
de estrés. Ya pasará dice. No es un demonio me repito
internamente. ¿No lo es?
4
Dicen que hay que respetar a las personas tristes. La
tristeza forma parte de las emociones básicas, tales como
el asco, la alegría, la sorpresa, el miedo y la ira. Las demás
se encuentran en la misma cuadrícula y son el resultado
de las mezcla entre ellas. No importa si es básica o no la
emoción, es muy difícil identificar lo que sentimos. Muy
difícil.
-
Quise explayarme en la definición que me estaba
formando respecto a la tristeza, pero entendí que no tenía
sentido. De pronto nuestras conversaciones no tenían
sentido. El aquí y ahora, dejó de tener sentido para mí.
¿Para vos?
Próxima palabra a investigar: envanecer.
75
-
¿Alguna vez te pusiste a pensar lo que es la
tristeza? – te consulté intentando tapar los
baches del silencio.
No. Prefiero pensar en la felicidad. –
respondiste exponiendo tu engreimiento.
Podrías pensar en ambas. – sugerí.
No quiero que insertes esto en mi cabeza. No lo
voy a permitir.
¿Qué cosa?
La tristeza.
Creo que debemos pensar en las cosas lindas
tanto como en las feas. Más si son emociones.
Página
-
-
Feliz cumpleaños, emperatriz de mi universo. –
llegaste esa noche invernal con un regalo que
acabé donando a un comedor infantil.
Recuerdo la vez que me dijo "princesa”. Él también debe
recordarla. Nunca más volvió a hacerlo.
Algo en mi interior me decía que no llegó jamás a
entenderme, o si lo hizo no estaba para nada de acuerdo.
En una época él se esforzaba por acompañarme en mi
postura. De pronto, un día, manifestó su descontento.
17.11.15
-
-
La luna iluminaba la bahía escondida, era invierno, pero el
verano en esta paya parecía eterno. Solo la brisa marina
de la noche nos obligó a usar unas camperas livianas,
para frenar el viento. Caía la noche en el día de mi
cumpleaños número 25.
¿Recordás esa noche?
Me ayudaste a juntar 25 flores de color rojo por el pueblo,
para arrojarlas al mar. Cada una simbolizaba un pedido.
Fuiste testigo desde la playa, a solo unos metros de mí,
de este ritual.
Intenté escribir tantas veces mis peticiones al mar… pero
no logré concluirlas. De pronto 25 era un número
interminable. Nunca te conté lo que le pedí a mis flores.
¿Te dediqué una sabes? La última.
Antes de entregar al oleaje la flor número 25, giré para ver
hacia atrás. Estaba él, de pie, iluminado por el resplandor
de la luna llena. Me miraba con esos ojos dulces e
incrédulos, que no entendían el porqué de tantas horas de
76
-
No entiendo – manifestaste con enfado – A
todas las mujeres les gusta que les digan
princesas, preciosas, hermosas, bellas.
¿A todas? – repliqué incómoda – Estas siendo
un poquito muy abarcativo ¿no te parece?
A ver, y porqué a “vos” no te gusta – me
contestaste altaneramente.
Distinciones – te respondí con vanidad, para
defender mi orgullo - Para la mayoría, tal vez,
son piropos. Para mí, son imposiciones. La
belleza es una cualidad y la princesa representa
una jerarquía. Mi don es ser bella y mi lugar
estará siempre por debajo del rey – continué
subiendo el tono y blanqueando lo ojos – Incluso
si me caso, la reina continúa teniendo menos
poder que el rey. No obstante la reina sea más
hábil en sus movimientos, el jaque mate no
ocurre hasta perder la pieza del rey. Ajedrez
para principiantes. Si me van a insertar una
idea, prefiero que me impongan ser inteligente y
poderosa, no bella y sumisa.
No lo había analizado desde esa perspectiva,
en
serio
–
me
respondiste
condescendientemente.
Página
-
viaje para ese ritual del cual él nunca había oído. Juro que
jamás sentí tanta ternura como en aquel momento.
“Sos mi última flor, y debo hacer mi pedido con sabiduría.
Sé que es raro lo que voy a pedirte. ¿Ves a ese chico que
está en la playa? Alejalo de mi vida. Quiero que sea feliz,
pero a mi lado no lo será jamás. No soy feliz a su lado.
¿Cómo haré feliz a alguien si no soy feliz yo misma
primero? Que quede claro flor, no significa que no lo ame.
Sucede que empecé a amarme más de lo que me amaba
antes, y este nuevo sentimiento en crecimiento me está
llevando por un camino que nos separa. A pesar de esto,
aún no llegué a amarme tanto como para tener la fortaleza
de decirle adiós, te diría incluso que prefiero que él lo haga
primero.”
Besé la flor, la dejé en el agua. Corrí a tus brazos y te
abracé muy fuerte. En ese abrazo inició mi despedida.
Sabía que el final estaba cada vez más cerca. Luego me
entró la duda: ¿estará? Recordé que pedí algo similar,
hace no más de tres años atrás, a un globo de papel (de
esos que vuelan). Sucede que en ninguno de los casos,
mi pedido era concreto: no establecí ni el cuándo ni el
cómo. Me arriesgué en confiar en las decisiones del
universo.
Página
No tiene sentido pelear contra una situación que no se
puede cambiar.
77
Resignarse o aceptar
5
Lo emocional me mantiene aquí.
La razón y la emoción sostienen la puja por el poder. La
emoción es la que más rounds va ganando en mis luchas
internas. ¿En vos también?
Sabrás tanto como yo que si el adiós no es mutuo, con una
conversación educada, y un abrazo final… lo más
probable es que terminemos insertos en una guerra donde
una de las partes será la más dañada. ¿Yo?
78
Lo racional es irme.
No me
dejes
sola
Página
Te acuso de contradictorio pero sos mi propio reflejo.
Quiero que estemos juntos hoy, ayer mi opinión era otra.
Te amo. ¿Te amo? Si, si te amo.
Mi cuerpo flota en el aire, atraída por la vista ciega de mis
ojos cerrados. Los abro, estoy parada sobre una
balaustrada hecha a la medida de mis pies,
hermosamente moldeada. Porque alguien diseñaría un
balcón en una terraza. Desde aquí tengo la mejor vista de
la ciudad con las luces recién encendidas y el sol aún
luchando por no ceder el lugar a la noche, cada vez más
larga con la llegada del invierno. Para abajo un valle
Los sueños no me dejan en paz. Sueños no, pesadillas.
Pesadillas que vos mismo protegidas incluso sin estar
presente.
Si me amaras te asustaría la idea de perderme, odiarías
tanto como yo las distancias que nos separan, no
aguantarías ni un segundo lejos sabiendo que te necesito,
verme infeliz sería un calvario para vos, sobre todo si
79
Y ciega subo las escaleras, escalón a la vez, gozando con
deliciosa demencia cada uno de esos pasos. Siento mis
pies descalzos tocando el piso helado. Se acomodan los
huesos del cuerpo con cada pisada supinadora; tan
característica de mi mala postura. Y me siento por
completo. Este es mi cuerpo. Estos son mis pies. Y la
comezón que el polvo del piso provoca en mis dedos.
Cómo intento aliviarla con pisadas más firmes. Más fuerte.
Más fuerte. Podría quebrar mis dedos. Podría dañar mis
músculos. Estoy agrediendo a mis empeines y tobillos.
Analizo la anatomía de mis pies. Tan horribles como los
de cualquier ser humano. Veo mis dedos de los pies
alegremente pintados de un violeta brilloso y más al fondo
el cerámico antiguo del edificio, que alguna vez fue
moderno, que alguna vez estuvo brillante con sus colores
vivos. Ahora el color no hace más que contrastar con la
blancura de mis pequeños pies adornados por juanetes y
un barniz de uñas. Colores. Gris, pintitas blancas, un tono
medio azul, mi piel, el violeta y la puerta cerrada.
Página
6
poblado, hecho ciudad. Modificado por el ser humano.
Como todo lo natural. Modificado. Como yo misma.
Modificada. Y esas modificaciones me hacen estar aquí,
completamente perdida en mis pensamientos, aislada de
todo lo que no comprende mi propio cuerpo. Sintiendo las
caricias gratuitas del aire helado, un amante invisible que
recorre con fina delicadeza mis zonas erógenas: golpea
mi rostro suspirando sobre mis labios, baja por mi cuello
tensando los músculos de mi abdomen, erizando mi piel
de manera gradual, bajando desde mi frente en forma de
escalofrío, recorriendo mi cuello, mi espalda, abrazando
mis pechos, bajando cada vez más despiadadamente a
medida que se contraen los músculos de mis genitales y
en medio de la sensación de vértigo, decide golpear mis
piernas, recorriendo mis muslos con un frío seco que me
penetra con un salvajismo excitante. Abro mi boca y
dejándolo entrar sin filtros a recorrer ahora mi interior. Mis
ojos están perdidos en la inmensidad del cielo despejado,
apenas visibles las estrellas, apenas visible el sol. Amo
como sus rayos cubren de belleza todo lo que tocan.
¿Querrías tocarme a mí y cubrir mi cuerpo con tu luz? Pero
te vas. Llega la tarde y debo decirte adiós. ¿Podré alguna
vez decir adiós para siempre?
No te entiendo. Intento pero no logro entender-te.
80
Y te escondes cuando llega la tarde, obstaculizando el
camino de tus rayos a mi piel, me dejas sola con la noche
indiferente y este frío que me hace confundir las lágrimas
con la transpiración febril. Me dejas experimentar la
hipersensibilidad que genera mi mente en mi cuerpo,
permitiendo que me masturbe hasta con el aire, cuando
son tus caricias las que quiero, es tu aliento el que debería
estar soplando en mi boca, tu saliva mojando mi cuello y
tu sexo penetrando mi sexo…
Soy tu objeto, tu diversión…
lo nuestro no es amor.
Lo tuyo es obsesión.
Y no puedo no estar a tu lado…
Aceptá de una vez que no es amor.
Sos vos quien tiene que aprender a amar.
Entonces enseñáme.
No puedo.
Página
causaste de alguna manera esa infelicidad. ¿Cómo
querés verme? A tus pies, aceptando tu propuesta de
libertad absoluta, sumisa y sin opiniones. Obligándome
tácita y deliberadamente a acomodarme a tus formas,
volviendo mi ser ajustable. Es eso o perderte, no tengo
opción. Me pones al borde del precipicio sostenida solo de
tu mano que apenas me sujeta, y basta un sí o un no de
mis labios para que me dejes caer. Como si perderme
fuera lo mismo que olvidar que en Rayuela hay más
escritos después del 73, aunque leerlos o no dependen del
lector. Yo estoy escrita después y vos, decidís suprimirlo,
volviendo tu vida una obra completa independientemente
de mi presencia…y vos, te volvés el protagonista de mi
historia, mostrando nuevamente que ocupamos lugares
diferentes uno en la vida del otro. ¿Y a eso llamas amor?
¿Cómo podés amarme sin sentir que arrancar mis hojas
es arrancar tu piel? “Basta de insistir que el amor bien
razonado si existe, porque no hay experiencia que pueda
asegurarlo. El amor no convive con la razón, aunque
puede meditarse de a dos” No entiendo. ¿Yo soy la
egoísta? ¿yo soy la intransigente? Sin embargo sos vos el
que le dice no a las negociaciones…
Vi los
caleidoscopios.
Llamaron mi
atención.
Un pequeño
universo,
hecho
pedacitos.
Página
81
Un domingo como tantos, paseando por la feria de
artesanos.
-
Parece ridículo, pero ambos estábamos intrigados con eso
del "para siempre". No digo que nos quitaba el sueño, pero
si es verdad que estuvo presente en varios de esos mil
quinientos cincuenta y tres días en los que estuvimos
juntos.
-
-
-
Dijo que él sabía del amor, así que yo me animé y
le pregunté: - me contaste una tarde - ¿el "amor
para siempre", existe? "Lo que se termina es la
pasión, puede durar hasta dos años. No hay nada
que hacer, inevitablemente se va. Lo que puede
perdurar más allá, es el amor; pero hay que
cultivarlo con el diálogo sobre todo. Es importante
acompañar a tu pareja, pero ¡ojo! sin ser una
mochila. Y fomentar la confianza." En resumen, dijo
esto.
Sencillo. Es decir, difícil. Pero está bien, yo pienso
más o menos lo mismo.
Entonces el amor puede perdurar. - afirmaste
Consultaría por su concepto del amor. – te comenté
- Yo a veces lo veo como una necesidad humana,
la respuesta del hombre al miedo a la soledad.
¡Qué seriamos sin el amor! Es una necesidad, y un
sentimiento muy poderoso también.
-
Me dejó pensando por qué necesitaría un refugio. De
que me debía proteger, como para necesitar una
persona que me de asilo. No estoy segura que es lo
que cada uno entendió de lo expresado por el gurú del
amor. En ese momento no era prioridad entender las
distinciones. La comunicación efectiva claramente no
era nuestro fuerte, por esto, nos centramos en terminar
nuestro helado de crema de arándanos y chocolate
con almendras. Si. Comer se nos daba bien.
82
Algunas notas de cuando él conoció al gurú del amor,
disfrazado de vendedor de helados.
Es muy genérico decir amor. Ahora si pensamos en
"un amor" como una persona que esté a tu lado
"para siempre", es diferente. No estoy segura si se
puede mantener un amor para toda la vida, al
menos yo hoy siento que no podría mantenerlo.
Soy muy egoísta.
Amor – me dijiste - las personas cambian
inevitablemente también. Quizás a este aspecto lo
modifiques al pasar los años. El tiempo lo dirá. Tu
pareja tiene que ser el refugio en donde quieras
estar.
Página
7
8
Página
El amor es energía.
Esa energía que se siente y no necesita ser
comprendida.
Tampoco se mide.
Solo se da. Sin ninguna explicación pero aun así se
entiende.
Es la generosidad por encima de todo egoísmo. Es un
sueño y un camino en sí mismo.
Es un cuadro que se auto-dibuja con trazos simples y
bien definidos, al azar, de forma espontánea.
Sutil pero sublime.
Es algo tan indescriptible que a veces es mejor hacer de
cuenta que no existe.
Es tan acaparador que a veces preferimos no sentirlo. Y
así evitamos que nos gobierne.
Por miedo a perdernos, por miedo a dejar de ser lo que
somos ahora, por miedo a las heridas que abre el
rechazo.
Los que más le temen son quienes se dicen fuertes y
valientes, porque confunden esa entrega desinteresada y
pacífica con sumisión y debilidad, que los lleva a donde
se prometieron nunca jamás estar.
83
AMOR
-
-
¿Cuántas cosas, hechos, sentimientos, momentos,
no tendrán nombre o usarán nombres genéricos a
pesar de ser otra cosa? – te consulté afligida.
Quizá si existen en el vocabulario pero
desconocemos su existencia. – me dijiste sin darle
mayor importancia.
Tal vez simplemente no existan, o existan en otro
idioma. Esto me sugiere que los seres humanos no
somos responsables con las palabras: su uso,
aplicación, formulación, utilización, significado,
etcétera, debería ser algo para tomarse en serio. –
te comenté pero no parecías para nada interesado.
Proseguí en mi fuero interno: sumado a lo anterior,
¿cuántas veces nos hemos sentado a meditar sobre las
palabras, el significado que le asignamos y la utilización
que hacemos de ellas? Casi nunca. O nunca. Hay otras
prioridades diría él.
Tiene razón: me distraigo demasiado. Esto no me permite
hacer foco en nada, porque pienso en todo al mismo
-
Ya sé pero acabo de descubrir algo importante. –
te respondí como siempre
¿Qué tendés a procrastinar? Eso no es noticia.
Basta, en serio. Te cuento esto y no jodo más.
Él estaba en el sofá, cambiando las cuerdas de su
guitarra favorita (una híbrida de color negra, yo le decía
así porque estaba a la mitad de ser criolla y rockera)
y a la que la había bautizado con mi nombre. Siempre
admiré su capacidad de enfocarse en una sola cosa a
la vez.
-
¿Qué es el amor? – te interrogué.
¿No ibas a contarme algo que descubriste? –
me cuestionaste.
Es un experimento
Mmm… es muy amplio. No sé, depende.
Ahí está: es muy amplio. Usamos la misma
palabra para hablar de cosas diferentes.
Entonces, ¿cómo podemos entender lo mismo
si las interpretaciones no coinciden?
Él se río achinando los ojos, arrugando la nariz y
mostrando sus dientes. Siempre hacía esa expresión
84
-
tiempo. “La motivación es la primera marcha, quizá la
segunda, para que el vehículo se mueva. Después
depende de vos: tus hábitos, tu constancia y
perseverancia. Nunca vas a llegar a tus metas si no.”
Repetiste cinco millones de veces.
Página
Un día leía unas páginas sobre la mutilación genital
femenina. Descubrí que en algunos lugares de África, esto
es una tradición, y lo que aquí conocemos como “clítoris”
en esos lugares (es decir, donde se realiza esta repudiable
práctica) no tiene una palabra que lo identifique. Es decir,
el clítoris es extirpado porque no tiene justificación, tanto
así que no valió la pena si quiera asignarle un nombre.
Quedé shockeada por el salvajismo del ser humano. De
pronto empecé a volar...como de costumbre.
-
-
Los griegos hablaban de tipos de amor, y por
esto, cada tipo era llamado de diferente manera.
La psicología social habla de arquetipos
amatorios y los divide en primarios y
secundarios. En los primarios, encontras tres. El
primero es el Ludus, es decir, ver al amor como
un juego; el segundo es el Storgé, que tiene que
ver con amar en base a lo que conoces, es algo
que se construye con el tiempo. Por último, el
Eros donde prima la pasión física y lo
emocional. Los que le dicen “secundarios” es
porque se encuentran entre los tres principales.
Ágape, cuando una de las personas priman los
intereses de otra persona por encima de los
suyos; pragma, el amor conducido por la cabeza
y no tanto por el corazón. Por último, Manía, que
es la visión clásica que tenemos de lo que es el
romanticismo, relacionado con emociones
intensas, sentimiento de posesión y llegando a
la obsesión.
¿Y se pueden sentir todos al mismo tiempo y por
la misma persona? – me miraste con atención
esperando mi respuesta.
Según la ciencia no lo sé, pero por vos,
dependiendo el momento del día, de la semana
o del mes, siento todos.
O quizá es solo manía y nos confundimos con
facilidad. – me dijiste con un gesto de desinterés
total.
Él se sonrió y continuó con su tarea. No se dió cuenta de
que le clavé la mirada. Me molesté mucho con él en ese
momento. Como me molestaba cada vez que me decía lo
que no quería escuchar. Salí enfurecida con dirección a la
pseudo – terraza en construcción, para terminar de pintar
un rack de color nogal. Las pinceladas y el olor a pintura
volvían a poner en calma mis aguas internas. Me enchufé
a los auriculares y continué escuchando audiobooks.
Mucho más interesantes y menos destructivos que las
conversaciones con él.
Solo el azar me dió la piel que amé,
y sólo el azar, o el cansancio,
extinguió el fuego.
Lo que siguió no fue el azar,
es lo que sigue siempre,
la lenta pesadilla del olvido
y luego cierto desprecio
porque ese que fui yo y que amaba
y también por el que soy ahora,
el mismo que no sabe por que amó.
Sólo la carne se equivoca.
Solo el azar (fragmento), Darío Jaramillo.
85
-
-
-
Te queda bien esa camisa.
Página
cuando le daba gracia y ansiedad por algo. Continué
explicándote mi descubrimiento con esmero:
Se la robé a un poeta sin sentimientos. - Le di
pausa al audio para poder escuchar su
reflexión.
Luego tomaste aire y aseguraste:
-
-
Es una abstracción. Los objetos abstractos son
conceptos sobre los que se pueden definir
acciones. Tal vez, podríamos entender mejor si
se pudiera realizar una encapsulación, me
refiero a separar las características esenciales
de las no esenciales.
Creo que tu explicación escapa a la
comprensión humana – comenté divertida
Llega un punto en donde el ser humano debe
aceptar sus límites cognitivos.
– dijiste
acercándote con tu guitarra – ¿Qué te parece
música en vivo en lugar de Spotify?, tengo que
probar las cuerdas – ofreciste mostrando tu
guitarra.
Y así es como otra vez olvido mi enfado, y otra vez, charlar
con él se vuelve una actividad grata y enriquecedora.
Otra vez empezás un concierto que termina entre las
sábanas. Ningún mal entendido es tan grave como para
no escuchar a nuestras pieles que arden sin remedio
incluso sin tocarse. Solo una mirada bastó para que
entiendas que debías tocarme a mí y no más a tu guitarra.
Cualquier vecino se habrá preguntado qué urgencia hizo
que una lata de pintura quedara abierta junto a una
guitarra reposando sobre su funda, sin atender a la
ventana de marco blanco, dispuesta al fondo, donde dos
seres se recorrían sin pudor, cada espacio de su cuerpo
desnudo.
Y no importa cuántas tardes hayan pasado ya desde
aquella, aun siento la sed que me provocaba besarte hasta
sentir cansancio en mis mandíbulas. Rodear tu cabeza
con mis manos y sentir la suavidad de tu pelo lacio al
tiempo que vos hacías lo mismo. Sujetándome para que
no me escape, equilibrando con asombrosa habilidad la
fuerza y la delicadeza. Y a pesar de las lunas que han
pasado, aún siento el deleite de probar el vino directo de
tu boca, exacerbado por tu mano bajando por mis muslos
y tus besos bajando por mi cuello. Y aunque lo niegues,
tampoco podrás olvidar esos momentos vividos en otra
dimensión gracias al éxtasis de saberte dentro de mi
cuerpo. Sabes tanto como yo que la dulce pasión que
fuimos dando, nos hizo palpitar en cada encuentro. No hay
lugar en esta ciudad que no me recuerde un escenario
86
-
Otra vez, cuando decido dejar de elegirte, te elijo
nuevamente. Tan inentendible como la conjugación
misma del verbo elegir.
Página
Apareciste de la nada en la terraza, apoyándote sobre el
marco de la puerta, ofreciéndome un mate y alguna
interpretación nueva sobre la conversación.
Página
87
pasado vivido junto a vos, llegando incluso a cometer
actos prohibidos. Cada estrella, cada luna, cada sol, cada
nube, cada brisa fue testigo de esos encuentros carentes
de pudor. Donde vos me inspiraste a seguir mis impulsos.
Donde me enseñaste lo maravilloso de mi naturaleza
femenina tan salvaje como la tuya propia. Perderme en el
tiempo y el espacio jamás había sido tan maravilloso.
-
Somos seres irresponsables. – te dije aquel
domingo de flojera.
¿Por qué irresponsables?
El cerebro está dividido, digamos que en tres partes: 1. el
cerebro reptiliano; 2. el cerebro mamífero; y, 3. el cerebro
cortical (la parte racional). Entre 2 y 3 se encuentra la
amígdala, que es como un filtro: es el principal núcleo del
control de emociones. También inhibe conductas. Sin
embargo no deja de ser una parte primitiva. Este proceso
es mucho más complejo de lo que parece en estas pocas
líneas.
-
Nuestro pensamiento lógico queda muchas veces
bajo el control de la amígdala. – dije luego de leer
aquel artículo
A veces me pasa, a veces, nos pasa. La impulsividad
conduce acciones de mayor escalada que el estímulo.
¿Estará aquí la explicación de los corazones rotos?
-
Lo racional vs. lo impulsivo. Se produce el
secuestro de la amígdala... – continuaste con tu
mirada fija en mí buscando el remate que no
estaba dispuesta a realizar.
Fuimos irresponsables en repetidas ocasiones. Nunca lo
admitiste, Nunca lo admití.
¿En qué momento la
responsabilidad dejó
de ser un principio
para volverse un
privilegio?
Nos costó entender y
entendernos en varias
oportunidades.
Y cuanto más tiempo
pasaba, menos te
entendía.
Menos me entendías.
88
-
Página
Reflexiones con mates y pijamas.
9
Me pregunté qué hacías a mi lado.
¿Acaso te puedo juzgar por no sentir lo mismo que yo?
¿por no querer así como quiero yo? ¿Podría culparme a
mí misma por interpretar la vida de manera distinta de la
que vos lo haces?
Antes eras tan mío.
Antes.
¿Mío?
Te quiero a mi lado, pero no sos feliz...ni yo lo soy. Te
convertiste en mi mundo, mi cielo, mi lluvia, mi verano, mi
invierno… mi vida.
Página
A veces creo que nos despedimos ya hace tiempo, y que
solo falta el adiós que formalice nuestra separación.
¿Cuándo lo dirás? ¿Esperás que lo haga primero? No
puedo. Sucede que más temprano te abracé y sentí que
mi cuerpo era invadido por una energía que me impulsaba
a tu cuello, donde me detuve a respirar unos segundos tu
perfume, mientras un escalofrío descendía por mi
columna, envolviendo cada vértebra. Sentí tus manos en
mi cadera, fuertes y seguras. Busqué tus ojos, distraídos
en el horizonte. Me puse en puntas de pié para acercar
mis labios a los tuyos y me pareció sentirme tuya de
nuevo, pero ahora vos ya no eras mío.
89
Debo admitir que me está pasando algo. No sé qué es.
Algo me dice que a vos también te está pasando algo. A
veces, no me hablás, aunque estés a mi lado. Antes, el
camino hasta mis ojos era fácil de seguir, pero ahora
parece que caíste en un laberinto que no te permite llegar
a ellos.
Somos seres de paso
En este momento estamos
mañana tal vez no
Eso hacen los seres de paso
Estar en periodos de tu vida
enseñarte “un algo”
… y después,
Página
90
simplemente esfumarse.
10
Llenaste mi corazón de espinas, y me dí cuenta al final
del día que puedo aguantar más de lo que pensé que
podía.
De a poco se callan todas las palabras que tengo para
decirte. Luego de ver nuestras fotos, escuchar nuestras
canciones (sobre todo a Luis Miguel), recordar nuestros
atardeceres, dije basta. Nunca te pude entender, y nunca
lo haré. Vos tenés que seguir tu camino, yo el mío.
Página
No pude decidir sobre tu partida, pero puedo decidir no ser
tu versión de la gran mujer que no sabe decir “basta”. No
puedo cambiar el no haberme ido antes de someterme a
tu yugo, a tus regresos y a tu voluntad intermitente. Si
puedo decidir liberar ese rincón, en mi pensamiento y
corazón, donde aún estás. Debo salir del capullo de tu
recuerdo que aun me mantiene prisionera.
91
De pronto sos mi Diego Rivera. Ese individuo cruel,
egoísta, infiel y maltratador psicológico que tanto amé …
como la enferma de Frida.
They name thee before me,
I knell to mine ear;
A shudder comes o´er me
Why wert thou so dear?
They know not I knew thee,
Who know thee to well
Long, long shall I rue thee,
To deeply to tell.
In secret we met
In silence I grieve.
That thy heart could forget
Thy spirit deceive
If I should meet thee
After long years,
How should I greet thee!
With silence and tears.
El rocío de la mañana
Se hundió gélido en mi frente
Se sintió como el anuncio
De lo que siento hoy.
Todos tus votos están rotos
Y ligera es tu fama
Escucho decir tu nombre
y comparto su vergüenza
Te nombran frente a mí
Un toque lúgubre en mi oído;
Un estremecimiento viene a mí;
¿Porqué te quise tanto?
No saben que te conocí,.
Aquellos que te conocen demasiado bien
Por mucho mucho tiempo he de arrepentirme de tí
Demasiado hondo como para expresar.
En secreto nos encontramos
En silencio me lamento
De que tu corazón pudiese olvidar
Tu espíritu engañar
Si llegara a encontrarte
Tras largos años
¡Cómo habría de saludarte!
Con silencio y con lágrimas.
Lord Byron
92
The dew of the morning
Sunk child on my brow
It felt like the warning
Of what I feel now.
They vows are all broken,
And light is thy fame;
I hear thy name spoken,
and share in its shame.
Cuando nos separamos
En silencio y con lágrimas
Con el corazón medio roto,
Para apartarnos por años,
Tu mejilla se volvió pálida y fría.
Y más frío tu beso.
En verdad aquella hora predijo
El dolor de esta.
Página
When we two parted
In silence and tears
Half broken - hearted
To sever for years,
Pale grew thy cheek and cold
Colder thy kiss;
Truly that hour foretold
Sorrow to this.
11
quejándome y llorando de felicidad entre esas paredes y
ese cuarto y sobre los vellos de tu pecho.
Te suplico que me beses profundamente, que llegue la
reconciliación, que sientas que es tu deber incitarme a
descubrir nuevos juegos.
La ropa que mejor te queda, es la libertad. Lo reconozco
aunque te pida que compartas conmigo una pequeña tela,
crees erróneamente que quiero enjaularte como si solo
pudiera sentirme cómoda en tanto y en cuanto colgaran
de vos cadenas, colocadas en forma gradual, en forma
sutil...y hasta cariñosa.
Yo sé que aunque alcancemos el diálogo ambos creemos
en verdades opuestas. Volviendo, tornando, convirtiendo
ESA CHARLA en diálogos diferentes que se encuentran
superficialmente (tal vez) de tanto en tanto. Volviéndonos,
tornándonos, convirtiéndonos en espectadores que miran
el mismo movimiento desde distintas perspectivas.
E= mc2. Einstein chocho.
93
Es magnífico recordar esas noches de las que hablamos
poco. Me conociste con la inocencia de una adolescente.
Formaste con tu figura la constelación que liquidó mis
energías. Cansancio incomparable con la sed insaciable,
solo en algo satisfecha con eso que solo un hombre puede
dar a una mujer. Me exasperas con tu piel y tu pelo y tu
barba y tu saliva...y con un juego de brazos mediante, me
tirás contra una almohada y una sábana... y yo...
Tus ideas me azotan como látigo, más cuando me siento
víctima de un disfrazado proceso de manipulación no
intencional. Luego te ofrezco café a modo de evasión de
fantasmas. Intento dejar de ser la imagen de una
consternación progresiva que busca neutralizarse con una
sonrisa y una vaga esperanza...y me pedís que no piense
en eso abrazándome en cuanta postura amorosa existe,
volviendo a cada amanecer el renacer del fénix.
Página
Esto es más profundo que vos mismo y por eso te
arrebata. Crece como una bestia frenética que arranca el
tiempo con las uñas. Ves en mis ojos un mensaje
indescifrable (o descifrable a tu modo - otra forma de decir
lo mismo), pero con recelo, y hasta lo juzgas de atroz sin
siquiera comprenderlo. Me miras como si yo buscara
aniquilar tu Ser. Una criatura avara, egoísta, caprichosa
que no deja de pedir más y más aunque esté sobre tu
pecho recostada aceptando esos ronquidos profundos
que demuestran tu cansancio. Pensás que de vos espero
algo que no es tuyo. Incluso estas despierto fingiendo
dormir, sin ver mi forma oscura ocupando tu espacio, que
irrumpe el silencio con preguntas que no querés responder
y reflexiones que preferirías no escuchar.
¿Cómo hago para silenciar
la mente?
Página
94
De pronto imagino un
paisaje desolado. Prefiero
ser quien lucha y no la
cobarde que huye.
-
Te voy a llevar a uno de mis favoritos. – me
dijiste un día – No lo haría si no fueras la
persona más importante que pasó por mi vida.
Llegamos un día que llovía mucho,
Aprovechando el cese del agua, caminamos por un
sendero oculto tras un rio, no había más personas que
nosotros dos. De repente nos sorprendió una lluvia fina
que de a poco se transformó en tormenta. Nos refugiamos
en la galería de una casona colonial vieja pintada (hacía
ya muchos años) de color amarillo.
“Me gusta la lluvia”. Te comenté.
-
¿De quién será esta casa? -preguntaste
De una mujer vieja. - inventé
Que le gusta tocar el piano. – respondiste
adhiriendo a la inventada historia
Antes, vivía con su hija, pero ella se fue,
Solo le quedó una cajita musical para
recordarla.
Con dos bailarinas pequeñas de madera con
base de imán.
Vamos, dijo una de ellas.
¿A dónde? le respondió la otra
-
-
Donde sea
No me entusiasma la idea de salir de aquí.
¿No querés sentir la lluvia?
Ni siquiera sé qué es. ¿Cómo podría siquiera
emocionarme?
A mí me emociona lo desconocido.
O quizás solo te emociona sentirte valiente.
No entendés nada.
Vos tampoco. Prefiero la luna
¿Alguna vez la has visto?
Si. Fue en otoño. Lo sé porque el árbol que está
ahí quedó sin hojas y me permitió verla. La luz
daba directo a este lugar esa luz me atrajo hasta
aquí.
¿Y no querés ir a ver que hay más allá?
Prefiero lo conocido.
Si fuera así, no hubieras visto la luna.
Luego de fantasear el diálogo de las bailarinas de madera,
que habían escapado de la caja musical; vimos como la
lluvia cesaba. Resultaba divertido inventar historias.
Después de la lluvia, quedaron las nubes imponiéndose
en las alturas tapando el glorioso resplandor de las
estrellas.
Vimos la oscuridad en un camino calmo y libre de miedos.
¿Cómo podía sentir miedo caminando de su mano?
-
A veces creo que Molinos es mi lugar en el
mundo – Me confesaste.
Y yo a veces creo que mi lugar es en donde vos
estás. – Te confesé.
95
Por aquí cerca hay muchos pueblos mágicos. Escondido
entre cerros y viñedos,
-
Página
12
13
Mis sábanas violetas tienen impregnado tu perfume. Una
suave mezcla de azúcar y chocolate.
Cuando me desperté, el sol atravesaba la ventana. Con mi
mano remarqué tus ojos, tus cejas, tu nariz, me detuve en
tu boca, naturalmente rosa y con gusto a manteca de
cacao. Acerqué mi nariz a la tuya para sentir de cerca tu
respiración. Mi boca apenas si rozaba la tuya, me quedé
ahí hasta el hartazgo. Acaricié mi mejilla con la tuya para
susurrar cerca de tu oído un… y sin despegarme de tu piel
baje mi cabeza hasta tu pecho, y una lágrima empaño mi
vista.
No eras vos quien estaba a mi lado. Imaginé tu rostro, tu
perfume, tu boca, y hasta el lunar de tu cuello.
Nunca vas a ser vos. Es imposible. Ya no estás.
Página
96
13.7
A placer, puedes tomarte el tiempo necesario
Que por mi parte yo estaré esperando
El día en que te decidas a volver
Y ser feliz como antes fuimos
Sé muy bien
Que como yo estarás sufriendo a diario
La soledad de dos amantes que al dejarse
Están luchando cada quien
Que haya dejado de quererte un solo día
Estoy contigo aunque estés lejos de mi vida
Por tu felicidad a costa de la mía
Pero si ahora tienes
Tan sólo la mitad del gran amor que aun te tengo
Puedes jurar que al que te quiere lo bendigo
Quiero que seas feliz
Aunque no sea conmigo
Por no encontrarse
Y no es por eso
Que haya dejado de quererte un solo día
Aunque no sea conmigo, Enrique Bunbury & Andrés
Calamaro.
Estoy contigo aunque estés lejos de mi vida
Por tu felicidad a costa de la mía
Pero si ahora tienes
Tan sólo la mitad del gran amor que aún te tengo
Puedes jurar que al que te quiere lo bendigo
Y no es por eso
Página
Aunque no sea conmigo
97
Quiero que seas feliz
14
Cerf- Volant en
Francia.
Pipa, en Brasil.
Nuevamente la estación dorada, decorada de hojas secas,
nos envolvía con su viento frío y abrazaba con el tibio sol.
La inestabilidad climática enferma el cuerpo, así como la
inestabilidad emocional enferma el alma.
En el campo de la cruz, un amplio terreno baldío, decorado
por un árbol centenario en el medio y un ángel gigante de
cemento en la entrada, comenzaba la temporada de los
colores. Barriletes de diferentes tonos, formas y tamaños
volaban llenando de pintitas el cielo azul.
-
-
¿Por qué te llaman tanto la atención? - te
pregunté intrigada.
Desde aquí abajo, el cielo parece inmenso. Mirá
cómo un niño puede imaginar que conquista el
espacio o llega a tocar el sol gracias a su
barrilete. – me respondiste mirando al cielo
admirado.
¿Te gustaría volar? – pregunté.
¿A quién no? – respondiste con seguridad.
98
Papalote, en
México.
Cometas en el cielo, Khaled Hosseini.
Página
Barrilete, en
Argentina.
“Las manos se agitan y tiemblan. En algún lugar se ha roto
una presa y el sudor frío te inunda, empapa tu cuerpo.
Quieres gritar. Lo harías si pudieses. Pero para gritar,
necesitas respirar”.
Le atraía la idea de navegar los cielos, por esto siempre
estaba buscando alguna actividad que se lo permitiera.
Una vez me llevó hasta un salar, un lago superficial cuyos
sedimentos dominan las sales. Kilómetros y kilómetros de
un color blanco infinito, con ojos de agua en celeste claro.
Era como correr y saltar por las nubes; mientras un dron
con una cámara me perseguían en esta travesía. En ese
momento no advertí la distancia que nos separaba: yo
disfrutaba del suelo, él de las tomas aéreas.
-
Al otro día, nos dedicamos a diseñar y construir nuestros
barriletes. Creamos dos pulpos octogonales enormes, uno
rojo y otro violeta. Este segundo era mío, por lo que le
dibujé ojos y una sonrisa. Olvidamos nuestras edades y
nos dirigimos al campo de los barriletes.
En mi corta experiencia con estos curiosos elementos
puedo afirmar que el diseño y la construcción no son
99
-
Veo en ellos el resumen de los objetivos
cumplidos de nuestra vida, o lo que es lo mismo:
el éxito. – me dijiste.
No entiendo. – admití.
Primero tenés que diseñarlos, luego construirlo
y por último conducirlo.
También debés sumarle el ambiente propicio.
Por supuesto, pero sos vos quien canaliza sus
energías y fuerzas favorables para que se
empiece a elevar, y una vez arriba, desde un
hilo, tomás las decisiones que van a mantenerlo
en el aire, o que lo harán caer.
Página
-
sencillas pero con tiempo y dedicación la tarea puede
ejecutarse de manera satisfactoria, hacer que se eleve siempre que las condiciones estén dadas - es bastante
fácil. Ahora bien, un desafió muy grande es hacer que se
mantenga en vuelo, y un desafío aún mayor (según yo) es
hacerlo aterrizar.
Tenía la mirada puesta al frente.
Él en el camino, aparentemente.
Confiar en mi misma.
La confianza que genero.
La confianza en el otro. En él. Otro.
PRESENTE
Yo confío
Tú confías
Él/Ella/Ud. confía
Nosotros confiamos
Ellos/Ellas/Uds. Confían
Vs.
PRETÉRITO IMPERFECTO
Yo confiaba
Tú confiabas
Él/Ella/Ud. confiaba
Nosotros confiábamos
Ellos/Ellas/Uds. Confiaban
Me vuelvo a perder dentro de mi mente...
No recuerdo ahora que es lo estaba imaginando en ese
momento, pero cuando intento hacer memoria, un
sentimiento de tristeza acompañado por soledad, invaden
mi pecho. Estaba tan ensimismada que no insistí
nuevamente con la velocidad en la que íbamos
100
CONFIANZA
Del verbo Confiar.
Una vez, tomamos un camino similar a este, repleto de
curvas que bordean precipicios. Ese día y el de hoy no se
parecen en nada. Hoy hay sol, y se puede apreciar el
paisaje. Aquel día, por el contrario, la neblina dejaba pocos
metros de visibilidad, dificultando aún más la ruta. En
aquella oportunidad podría haber estado intranquila, o
atenta, pero me dormí en paz. Luchaba contra el sueño y
quería ser una buena co-piloto para él, pero no podía
mantener mis ojos abiertos a pesar de probar con
diferentes técnicas. En cambio hoy, desde que inició el
descenso, no puedo encontrar la calma ¿por qué? Él
siempre fue un buen conductor. ¿Qué me trae tan
intranquila? Será velocidad o será mi imaginación. Le
hablo. ¿Me escucha? ¿Por qué de pronto no confío en su
habilidad al volante o será el camino que tomó? No puedo
entender que me está pasando. Intento leer, cantar,
imaginar algo… me escapo por minutos pero luego vuelvo.
De pronto un camión me recuerda el lujo que es vivir. Otra
vez me cuestiono a mí misma ¿qué estoy haciendo aquí?
Las preguntas invaden mi cabeza.
Página
15
descendiendo por el camino de cornisas, incluso creo que
perdí toda noción del velocímetro, del espacio y del
tiempo. De pronto sentí mi cuerpo querer escapar y el
cinturón de seguridad sujetarme, el ruido de vidrios rotos
y el acoplado de un pequeño camión detenerse antes de
impactar en el parabrisas y una porción de roca del cerro
conteniendo largos alambres que no lograron golpearnos.
-
-
Solo fue el espejo retrovisor y unos rayones. Iba
muy rápido ¿no? – me dijiste con una mirada
que me provocó miedo.
Si. El camino es complicado. – dije, intentando
evadirte.
¿Estás bien? – me preguntaste
Bien. ¿Vos?
Me asusté. - dijiste
Podemos para un rato en la próxima estación de
servicio.
Sí, me parece bien.
Entré al baño, me miré al espejo y moje mi rostro y la nuca.
“Fue el momento lo que me asustó. No hay nada más.
Estoy imaginando cosas”. Me repetía una y otra vez.
“Calma, calma”. No quería salir del baño, quería escapar
de ahí, de él. Quería desaparecer.
Una pareja al frente está besándose, junto a su auto. Él
parece más grande que ella. Ella está enamorada. Él… no
sé.
Las lágrimas cubren mis ojos. Me limpio.
Nuevamente una ruta. Cornisas. Precipicios. Pero al
volante estoy yo, y vos no estás a mi lado.
Ingenuamente creí que si me iba lejos, me alejaría de vos
(o de tu fantasma). Por primera vez, en mucho tiempo,
camino libre por las calles. Aquí no estás, y es poco
probable casualmente encontrarte aquí. Sin embargo, de
algún rincón escondido de mi interior nace la esperanza
de un destino que permite que hoy, aquí y ahora, nos
crucemos en esta ciudad extraña con aroma a café y
chocolate que me recuerdan a tantas noches de invierno
viviendo juntos el frío. Me ves, te veo. Incluso en la
imaginación, cada quien sigue su camino luego de un
intercambio de miradas atónitas que nos dejan pasmados.
¿Qué sentido tiene una jugada tan desgarrante?
Encontrarnos para seguir uno sin el otro. Y tal vez,
mientras yo me pregunto si te hace falta mi presencia, vos
solo te preguntes: ¿Era o no era?
Estoy saliendo del baño de una estación de servicio,
decorada con piedras y lajas. Hace un poco de frío, está
nublado y cae una llovizna casi imperceptible.
Si. Era yo.
Bajé la velocidad a propósito.
Te pusiste pálido. Aún más de lo que sos naturalmente.
Te noté más delgado.
Página
Después de meses recordé aquel día.
101
Otro mes más que pasa…
Increíble es notar, cómo después de tanto tiempo, nuestra
sola presencia sigue influenciando (o dominando) las
emociones del otro.
La crueldad de este final.
Los días pasan, sanando de a poco este dolor o
aprendiendo a vivir con él. En cualquiera de los casos, los
recuerdos siguen latentes. Lo que cambió es mi actitud
ante ellos.
Que me diste.
Que nos diste.
Pedacito de cielo escondido…
Todos y todas nos reconocemos en el dolor. ¿Te dolerá
tanto como a mí?
La crueldad de los finales.
Página
El sol, los cerros, los cardones, el viento, tu risa, tu pelo.
Cada detalle de estas callecitas viejas. Ese mal hábito que
tiene la gente de aferrarse a los recuerdos por más tristes
que fueren. El dolor ensombrece los instantes mágicos, y
de pronto siento que cada momentito de alegría es solo
uno de los pocos días de sol en una era de diluvio.
102
Quisiera viajar por los valles sin recordarte… Sin verte, sin
vernos. Por las calles de los pueblos. Jugando. Me veo,
nos vemos...felices. Jamás hubiera imaginado un final
como este. Incluso un final me era difícil imaginar.
¿Cuándo dejaste de amarme? ¿Dejé de amarte? y lo que
es más grave… ¿podré amar nuevamente tanto cómo te
amé a vos?
Una calle un café salgo a caminar
como cada tarde a ningún lugar
solo acompañada de tus recuerdos
y me quema este frío de la ciudad
cuesta hasta reír cuesta respirar
solo oigo tu voz en medio del silencio
Sigues tan presente aunque no estés aquí
tu tienes la magia que me hace feliz
el poder para aliviar mi sufrimiento
Enséñame a vivir sin tí o no te alejes más de mí
que ya me dí cuenta
que el sol en tu ausencia se vuelve de hielo
11 meses
en tiempo terrestre
de no verte, de no vernos
Soy yo quien intenta mantener vivo tu fantasma, porque
me asusta sentir cómo de a poco, lo que antes era tan
valioso para mí, se está volviendo insignificante.
Enséñame a vivir sin tí o no te alejes más de mí
que mi corazón en tu ausencia
es un mundo que no tiene cielo
103
Aunque no lo creas, te agradezco estas lunas en soledad
sincera.
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Enséñame a Vivir sin Tí (fragmento) - Luciano Pereyra
Vas a ser para siempre mi primer gran amor…
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… como así también, el protagonista de mi historia de menoscabo y
dependencia producto de las erradas ideas inculcadas por el
romanticismo.
Antes de terminar quería decirte que…
“No me llevo ni una sola gota de veneno. Me llevo los
besos cuando te ibas (no estaba nunca dormida) y un
asombro por todo esto que ninguna carta, ninguna
explicación, pueden decir a nadie lo que ha sido”.
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Amares, Eduardo Galeano.
Él era carismático por naturaleza. Le gustaba jugar a ser
el protagonista de una historia de aventura. Jugaba tanto,
que me costaba entender cuando estábamos hablando en
serio. Lo que me asustaba bastante.
Un mañana salimos a cazar zombies. Cargamos las
escopetas y nos dirigimos a nuestro lugar favorito, donde
por supuesto está lleno de zombies con los que debíamos
acabar, sí o sí, por el bien de la humanidad. Era divertido
pasear, siempre había alguna actividad fuera de lo común
que requería del uso de la imaginación y desempolvar el
niño o niña que todos/as llevamos dentro.
Tal como lo sospechamos: el lugar estaba sitiado.
Corrimos hasta una casa a medio construir cerca del dique
pero oculta entre los matorrales.
Ella en su vida (es decir sus 22 años de vida hasta ese
momento) había sostenido un arma. Sin embargo, se le
dió bien esa tarea de asesinar zombies indefensos y
estáticos, muy bien representados por latitas, botellas y
ladrillos viejos.
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Si estuviéramos en el cine, sería similar a una película.
De esas en las que en 1 hora y 53 minutos, pasa de
todo.
Así de intensa era nuestra vida.
Ambos fenómenos estaban siempre presente, en la
misma proporción desmedida. Lo normal era lo irracional,
lo mucho, lo empalagoso, lo extremo, y también podría
ser, lo ingenuo.
Página
Un día en la
vida de esos
extraños
habitantes del
planeta Urano
En nuestro planeta llovía mucho,
En nuestro planeta había mucho sol.
La misión tardó unas 5 horas y 13 minutos. Fue algo agotador, pero
salvamos a la humanidad de un inevitable ataque.
Nos salvamos de los zombies, pero no pudimos salvarnos de la
tormenta. Ni del resfriado.
Nos perdimos en ese planeta que íbamos construyendo día a día. Uno
en donde también nacieron dos seres diferentes a los que lo habían
creado. Esos seres se enamoraron de alguien que no existía, una
ilusión tan grande como los juegos con los que pasaban los días.
Te volviste mi todo
Lo único que me hace sentir completa
Mis puntos cardinales
El sol que me alumbra
El aire que me mantiene vivo
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… y así, de a poco empezamos a perder nuestros verdaderos yo.
en la
ficción
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el mejor de
los
refugios
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encontramos
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¿Qué es eso de tener porotos menos? – preguntó ella.
Y bueno, cuando haces algo que a mi no me gusta, te
quito un poroto, pero si haces algo que sí me gusta, te
sumo uno. – respondió él.
¿Que no te guste? – inquirió ella
Es un decir. No tiene que ver con gustar gustar. Tiene
que ver con actitudes o acciones que no sumen, me
lastimen, crea que están fuera de lugar, etc.
Es muy amplio. Suena más lógico así. Pero el etcétera
es muy abarcativo. Te da mucho margen de acción.
Vos también podés hacer un frasco de porotos. –
aseguró él.
¿Y bajo qué parámetros lo lleno?
Bajo ninguno. El frasco empieza lleno.
¿Por qué? – le cuestionó.
Porque si ya te elegí para mi vida es porque sos lo que
quiero. Ahora si me doy cuenta que no, con el tiempo
el frasco se irá vaciando. Si quedase vacío, significa
que no tiene sentido seguir adelante.
Pero si haces algo lindo o que me guste le sumo
porotos al frasco. ¡No se va a vaciar nunca!
Que sí, sí se vacía. Tu frasco no está lleno. – le dijo él.
Yo no tengo frasco.
Si tenés. El frasco que yo hice es tuyo. Si vos haces un
frasco, será mío.
Pará. Re injusto. No sabía lo del frasco. Si yo inicio
ahora, vos vas a comenzar con el frasco lleno y me
dijiste que el mío no está lleno.
No es una competencia. Además si mi frasco está más
lleno, es porque doy más a la relación que vos.
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O al revés.
Si, o al revés. – dijo él.
Pero estamos usando criterios de evaluación
diferentes. – reflexionó ella.
No importa. Porque el frasco te sirve a vos no a mí. Y
viceversa. ¿Porque querría estar con alguien que no
llena mi frasco?
¿Y cómo te autoevaluas? Tenés un frasco con porotos
de otro color?
¿Y para que me quiero auto-evaluar? – preguntó el
aturdido.
Mirá si alguna cosa que digo o hago es una reacción a
algo que vos hiciste o dijiste.
Sucede que no estás poniendo y quitando porotos
porque sí. Deben ser cuestiones muy específicas y
significativas.
No sabía que el amor era cuantificable en porotos. –
comentó ella con enfado.
El amor no. Las acciones - reacciones - omisiones, sí.
– finalizó el.
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Tenés un poroto menos en tu frasco
El día inicia y termina con tus ojos puestos en mí,
sintiendo tu respiración, compartiendo el mismo aire.
El tiempo se vuelve eternidad.
Tu brazos mi sostén, mi fuerza.
Saben darse todo en un instante
Derretir con la mirada
Es una aventura dormir juntos
Poco a poco acariciar su piel
Es un sueño darle un beso
Sabe que me tiene a su merced
Me siento suya
Mi corazón es suyo
“Te puedo dar una vida de pequeñas felicidades” Se
prometieron aquella noche de abril.
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El: Te amo más que ayer.
Ella: Te amo menos que mañana.
Pero no podrás decir jamás
Que no te amaba de verdad
Con toda el alma y todo el cuerpo.
Podrás
Decir que estabas para más,
Que te enredaste en otro amor
Buscando luz para tu cielo.
Pero no podrás decir que no
Que no te abriera el corazón
Para abrigar todos tus sueños.
Pero no podrás decir que no
Que no te abriera el corazón
Para abrigar todos tus sueños.
Podemos intentar otros caminos,
Podremos inventar un rumbo nuevo.
Pero quien te dice que al final
Después de tanto caminar
Digamos: "Este amor fue cierto".
Brindemos con la copa del adiós
Podrás
Buscar la luz de un nuevo sol,
Podrás beber su resplandor
Hasta saciar tu sed de cielo.
Pero no podrás dejar de ser
La sombra viva de mi piel
Que te reclama en cada sueño.
Pero no podrás dejar de ser
La sombra viva de mi piel
Que te reclama en cada sueño.
Podrás disimular,
Podrás fingir,
Podrás llorar,
Podrás reír,
Podrás decir que no te quiero.
Podemos intentar otros caminos,
Podremos inventar un rumbo nuevo.
Pero quien te dice que al final
Después de tanto caminar
Digamos: "Este amor fue cierto".
Brindemos con la copa del adiós
Si al fin al cabo esta pasión
Nos tuvo en vilo el corazón.
Podrás
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Pero no podrás decir jamás
Que no te amaba de verdad
Con toda el alma y todo el cuerpo.
Si al fin al cabo esta pasión
Nos tuvo en vilo el corazón.
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Podrás...
Decir que todo se acabó,
Que el tiempo pasa y el amor
Se va apagando con el tiempo...
Buscar la luz de un nuevo sol,
Podrás beber su resplandor
Hasta saciar tu sed de cielo.
Pero no podrás dejar de ser
La sombra viva de mi piel
Que te reclama en cada sueño.
Pero no podrás dejar de ser
La sombra viva de mi piel
Que te reclama en cada sueño.
Podrás disimular,
Podrás fingir,
Podrás llorar,
Podrás reír,
Podrás decir que no te quiero.
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Podrás - Tamara Castro
El me dañó,
Ella me hizo daño a mí.
Yo lo dañé a él.
Yo la dañé a ella.
Ella miraba a la luna. El aire estaba frío. Busqué en mi
mochila el poncho bordó y lo tendí a sus pies. Me rescosté
encima usando el tronco hueco como almohada. Ella se
acostó también sobre el poncho, abrazándome, con su
cabeza en mi pecho. La rodee con mi brazo izquierdo, y
usé el derecho para sostener mi cuello.
Aquí estamos, luego de tanto tiempo, acostados como
solíamos hacerlo. En unos instantes el tiempo
desapareció, igual que el dolor. ¿Cómo es posible que
todo se borre? Preferí omitir los recuerdos tristes y solo
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Había una vez un pato
Un pato que no sabía que era un pato
Pensaba que era un pez
Porque podía nadar
Y le gustaba estar en el agua
Pero un día se dió cuenta que no era como los
demás peces
No podía mantener la respiración bajo el agua
y su cuerpo estaba cubierto de plumas
El pato se preguntó: entonces, si no soy pato ¿que
soy?
Para su suerte, por ahí pasaba una mariposa
Disculpá, ey vos, si vos, la de color azul. Psss.
Si, ¿necesitas algo?
Estoy confundido. No sé que soy. ¿vos sabes que
soy?
Perdón, pero no te puedo ayudar, ni siquiera sé qué
soy yo. Hace unos días caminaba tranquila por aquí
y de repente me quedé dormida. Cuando desperté,
mi bello cuerpo se convirtió en esto que ves, y me
salieron este par de alas.
Vos sos una mariposa.
¿Cómo sabes?
Porque lo sé. Y he visto otras y me dijeron que se
llamaban así. No eran de tu mismo color, pero si
tenían alas como las tuyas.
Ay no, a mí me gustaba ser oruga. me divertía
caminar por la tierra.
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… dejaron de existir las palabras en el mundo de las
miradas.
guardar los buenos, esos que te hacen sonreír al
recordarlos...
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Y después…
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Disculpá que te pregunte- le dijo el pato a la
mariposa - no es que me moleste que vayas en mi
cabeza, pero ¿porque no volás?
Le tengo terror a las alturas y a los vientos fuertes.
Cuanto menos tenga que volar mejor. ¿Y vos por
qué no volás?
Yo no sé volar. Hasta hace unos instantes creía que
era un pez.
Caminaron durante varias horas hasta llegar a un
árbol hueco. "Señor sabio, señor sabio gritó la
mariposa" Hasta que salió un sapo bufónido.
¿Un sapo? Pensé que veníamos a ver a un búho.
Dijo el pato.
Estas lleno de estereotipos. Le respondió la
mariposa.
Señor sabio, ¿cómo está? mi amiga la mariposa me
trajo hasta aquí para que me ayude a descubrir
quien soy.
Solo vos podes descubrir quien sos. Yo no te puedo
ayudar con eso. Le dijo el sabio.
Pero necesito saberlo, continuó el pato.
¿Para qué necesitas saberlo?
Para poder hacer, lo que se supone que debo
hacer. Los peces de la laguna de dónde vengo,
ellos saben que son peces, y deben nadar todo el
día. Pero yo no soy un pez, así que yo debería
hacer otra cosa.
¿Qué te gustaría hacer?
No lo sé, nadar junto a ellos, y luego, aprender a
volar, porque tengo alas.
¿Y por qué no lo haces?
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Pero ahora sos una mariposa.
Supongo que no me queda más que aceptarlo. y
vos, ¿tenés alas?
¿Alas?
y ahí fue cuando el pato se dió cuenta que tenía un
par de alas también.
¡Es cierto! Yo también tengo alas. Tal vez yo
también sea una mariposa.
Mmm... no tenés cara de mariposa. Tu cara es de
otra cosa, diferente. Tus alas no son iguales a las
mías, y tu rostro tiene algo de color naranja o
amarillo. O naramarillo.
Ese color no existe.
Vos no existis. Ni siquiera sabés de qué especie
sos. Un sabio me dijo una vez que lo que no se
nombra no existe, porque no tiene identidad ni
entidad.
¿Un sabio? Esa es la solución, llévame a ver el
sabio, el podrá ayudarme. Seguro que él sabe que
soy. Si no soy un pez, debo ser otra cosa.
Te puedo llevar, pero con una condición.
¿Cuál condición?
Que me ayudes a descubrir cómo hacer para volver
a ser oruga.
Está bien. Trato hecho.
Así, el pato y la mariposa, se hicieron socios. Cada
uno tenía un objetivo distinto pero el camino que los
llevaba hasta ahí era el mismo, aparentemente. La
mariposa se apoyó en la cabeza del pato y le
indicaba a donde ir. El solo caminaba.
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La mariposa se puso muy feliz que su amigo el pato
olvidara su problema de identidad un rato, y jugaron
toda la tarde volando entre los árboles. Ya era la
hora de la luz mágica, y el pato descubrió una
parvada sobrevolando la zona.
Ey, ¿a dónde van? Les preguntó el pato intrigado.
Nos vamos al norte. ¿Querés unirte?
Si. Claro. Ahora los alcanzo, les gritó el pato. Bajó
volando a buscar a la mariposa. "Mariposa, vamos,
a conocer el norte."
La mariposa lo miró y le dijo "lo siento, yo no te voy
a acompañar, es hora de decir adiós".
Pero mariposa, dijiste que ya no tenías miedo de
volar.
No es eso, seguiré disfrutando de mis alas y de los
vuelos, sin embargo no iré con vos, porque mis
sueños están en otro lugar. Transitamos el camino
que nos tocó juntos, ahora es tiempo de
separarnos. Gracias por ayudarme a aceptar y
empezar a volar.
Gracias a vos, por acompañarme en mi recorrido.
Ese día, y en ese cuento, poco importó quién dijo qué. La
esencia es lo que vale, y sin darnos cuenta, dijimos todo
lo que nos debíamos por decir.
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Adiós.
Adiós.
115
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Mire señor sabio, si no va a ayudarme al menos,
deje de confundirme.
Mire señor, dijo el sabio poniéndose muy serio:
usted puede ser lo que usted quiera. Sus
limitaciones están en su cabeza. Que su apariencia
no determine su futuro ni sus sueños. No deje que
los "debería ser" se impongan ante lo que usted
desee hacer o ser en esta vida.
El pato se dio cuenta que el sabio y él estaban
hablando de cosas distintas. También se dio cuenta
que el sapo tenía razón. No iba a dejarse
condicionar por los "debería", pero su orgullo era
más fuerte y admitir que el sapo tenía razón no le
sonaba muy bien. Se dió la vuelta y se fue. El sabio
miró al pato alejarse, luego miró a la mariposa azul
y dijo “quitarnos los miedos nos hace más libres”.
La mariposa quedó pensando en esta frase. El
sapo volvió a su tronco.
De regreso el pato se dió cuenta que olvidó a su
amiga la mariposa. Sin embargo, ella lo iba
siguiendo, volando por detrás muy lentamente.
El pato recordó su promesa de ayudar a la
mariposa a descubrir como volver a ser oruga. "No
creas que estaba olvidándome de vos, pero creí
que no tiene sentido seguir hablando con ese
sapo".
No te preocupes. Ya no quiero volver a ser oruga.
Ahora soy una mariposa, y como bien dijo el sabio
no voy a dejar que los "debería ser" ni los miedos
determinen o condicionen mis sueños.
El pato la miraba atento. Volar no parecía tan
complicado. Movió sus alas y empezó a elevarse.
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-
Ese extraño habitante del planeta Urano…
… pasó por mi vida presentándose como un ser de mí
mismo planeta. Hablaba el mismo idioma, jugaba a los
mismos juegos, incluso podría asegurar que teníamos casi casi - los mismos sueños. Sin embargo, con el correr
de los días, mil quinientos cincuenta y tres (si mal no
recuerdo) nos dimos cuenta de tres cosas. La primera, es
que en el mismo idioma, las palabras pueden tener
diferentes significados y la intencionalidad con las que se
las dice, también. Lo segundo, es que un juego es una
actividad libre que se realiza con un fin; aunque el juego
sea el mismo, las motivaciones y objetivos de sus
jugadores, pueden ser diferentes. Por último, y por esto no
menos importante, los sueños son construcciones de
nuestra mente, y así como se construyen, pueden desconstruirse. Importante es tener claro que estas desconstrucciones y construcciones deben responder a
factores internos del individuo y no estar supeditados a
factores externos.
nosotros. El planeta que alojó nuestra historia, y que
llamamos Urano.
Tercero: Sentirnos seres completamente extraños y
ajenos; que a pesar de todo lo vivido, con el paso del
tiempo, ese ser se transformó (o siempre lo fue en
esencia) en un habitante de otro planeta; quien con las
mismas palabras, hablaba otra lengua; con los mismo
juegos perseguía fines distintos; y, que con el correr de los
días fue construyendo sus propios sueños. Sueños que no
incluían a ambos.
Así es como, con ese extraño ser, pasamos por tres
estadíos:
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Segundo: Sentirnos dos seres extraños en la Tierra,
proveniente de otra planeta. Un planeta que creíamos que
sí existía y del cual nosotros formábamos parte. Aunque
lo cierto es que ese planeta fue construido por y para
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Primero: Sentirnos completamente iguales.
“para
siempre” existen
solo si queremos que
existan y somos nosotros/as
quienes los dotamos de
significado.
eternamente en
esa
infinitud llamada
tiempo.
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algo: Los
Jamás dejaremos de ser
nuestro “para siempre” en
ese planeta que
construimos, y aunque hoy,
ya no vivamos en él,
quedará latiendo
Página
Al menos coincidimos en
Sus lágrimas empezaron a caer, al igual que las mías.
En nuestra primera cita, nos quedamos dormidos y en
esta misma pose, viendo el amanecer.
De la misma manera en que entraste en mi vida, te vas
de ella.
Pero ya no soy el mismo
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Ni vos sos la misma.
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Siempre imaginé finales, salvo este. Un final inevitable,
que llegó más tarde de lo que debía, porque a pesar de
ser evidente, no queríamos que llegase. Como la oruga
que retrasaba su metamorfosis. Así nació una mariposa,
que aunque en un principio no quería ser mariposa,
descubrió la belleza de volar libremente.
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Entre sollozos empezamos a cantar,
La última canción de nuestra historia.
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Here comes the sun (doo doo doo doo)
Here comes the sun, and I say
It's all right
Little darling, it's been a long cold lonely winter
Little darling, it feels like years since it's been here
Here comes the sun
Here comes the sun, and I say
It's all right
Little darling, the smiles returning to the faces
Little darling, it seems like years since it's been here
Here comes the sun
Here comes the sun, and I say
It's all right
Sun, sun, sun, here it comes
Sun, sun, sun, here it comes
Sun, sun, sun, here it comes
Here´s comes the sun, The Beatles.
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Sun, sun, sun, here it comes
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Sun, sun, sun, here it comes
No hace falta decir que decirnos adiós fue la muestra de
amor más grande que nos hicimos.
O tal vez sí.
Aunque no parezca... este es un final feliz.
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122
Fin.
Página
123
Hay libros y fragmentos que andan por ahí, dando
vueltas en tu mismo espacio… y llegan en el momento
justo. Cuando estás listo/a para leerlos.
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Página
125
Página
Descargar