gestión cultural y comunicación

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ENSAYO
GESTIÓN CULTURAL Y COMUNICACIÓN: FÓRMULA MATEMÁTICA
PARA EL DESARROLLO COMUNITARIO SOCIAL
POR
LEIDY VIVIANA RENDÓN CASTRILLÓN
“No hay sujeto aislado, ni comunidad sin individuos que se comunican. Es más, la sociabilidad
de los individuos sería inimaginable sin los procesos lingüísticos, comunicativos y culturales.
Así, el tema de comunicación y gestión cultural, es fundamental por razones obvias. No
podríamos imaginar la gestión cultural sin los procesos de comunicación que efectúan entre
gestores e individuos de la comunidad y, al mismo tiempo, no sería pertinente la gestión cultural
sin el objetivo prioritario de desarrollo comunitario y social”1
Durante mucho tiempo, se pensó que comunicar era simplemente transmitir información a través
de mensajes y que ésta en sí misma, generaba efectos y cambios de comportamiento en las
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MAASS, MORENO. Margarita. (2006). Gestión Cultural, comunicación y desarrollo. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes,
Universidad Nacional Autónoma de México, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades e Instituto
Mexiquence de Ciencia y Cultura
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personas de manera lineal e inmediata. Desde esta configuración, los medios tenían un lugar
central porque a través de ellos los mensajes llegaban a millones de personas, a las cuales se les
“inyectaba” la información para cambiar sus modos de pensar y actuar.
Luego de muchas teorías, la antropología jugó un papel fundamental en la superación de las
concepciones “lineales”. La comunicación, desde otra perspectiva, es también producción y
circulación de sentidos, facilitadora de procesos democratizadores, generadora de diálogo
público y de espacios de participación. La comunicación se visibiliza como un hecho cultural y
como tal, se entrelaza de manera perfecta con el que hacer de un gestor cultural.
La gestión cultural por su parte, es una profesión que lleva con sigo una amplia base de
conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes y aptitudes en cultura, promotora de democracia
cultural, de acceso a los bienes y servicios culturales, al fortalecimiento de las identidades y la
organización y desarrollo de los procesos y proyectos culturales y comunicativos.
La pertinencia de ambos quehaceres en función del desarrollo comunitario y social se hace
latente en el trascurrir del tiempo, a partir de las nuevas necesidades sociales, de los nuevos
intereses, los nuevos criterios, las diferentes maneras de interrelación, la importancia del
fortalecimiento de lo local en un mundo globalizado, como eje identitario, y como columna de
origen.
El desarrollo comunitario social es un proceso de intervención que incorpora a todos los agentes
que conforman la comunidad, representa la manera en que se pueden activar ambientes
necesarios para que las personas y los grupos humanos, puedan desarrollar sus potencialidades y
así llevar una vida creativa y productiva conforme con sus necesidades e intereses, ahora bien, la
tarea concisa de la gestión cultural es entonces, servir como
instrumento potenciador de
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procesos de participación y articulación entre la población y las organizaciones. La
comunicación por su parte, es el de medio posibilitador de interacción con la población, a través
de la creación, transformación y difusión de sentidos y significados, que permita alcanzar unos
objetivos comunes para mejorar las condiciones económicas, sociales y culturales. Siendo la
comunicación en este caso, instrumento de la gestión cultural.
Es decir, la gestión cultural hace uso de las herramientas de la comunicación, para promover
desarrollo comunitario social.
En estos tiempos de incertidumbre, individualismos, segregaciones, soledades… la unión
definitivamente es necesaria y hace la fuerza. Es una cuerda que salva las sociedades del abismo.
El ejercicio de pensar y trabajar en desarrollo comunitario social, hace que las comunidades
logren ser autosuficientes, capaces de identificar sus necesidades y problemas, y por ende, buscar
soluciones pertinentes.
Un gestor cultural en su labor de mediador y perseguidor constante de soluciones sociales
creativas, debe valerse de la comunicación y sus herramientas, para generar confianza,
autoestima colectiva,
seguridad en las decisiones de las sociedades en pro de su propio
bienestar, fortalecer la voz y la participación de cada uno de los integrantes de las comunidades.
Todo esto con el fin, de dar un lugar preponderante a cada miembro, lo cual forja en cada sujeto,
un estado de conciencia de la importancia de su voz y de su opinión.
Todo este proceso de interrelación de quehaceres, se convierte entonces en un puente para
cambios positivos cuyo funcionamiento constante, facilitaría las acciones en tiempos difíciles.
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Retomando las características del gestor cultural, una que se hace notable e ineludible, es la de ir
a la par con las nuevas tendencias, esto en sentido de nuevas maneras de comunicarnos, de
percibir y de transmitir mensajes.
En el texto de Eric Maigret, en su capítulo 9, las mutaciones contemporáneas de la cultura. Se
mencionan estadísticas sobre las prácticas culturales, basadas en las que el Ministerio de la
Cultura y la Comunicación, recogió en Francia desde los años setenta. Allí, se puede dilucidar, el
aumento sustancial en cuanto a participación a actividades valorizadas como culturales. De igual
modo, muestra las transformaciones de consumo cultural y los medios para llegar a ellos, la
redefinición de las prácticas culturales a partir de la participación, los fenómenos audiovisuales,
las nuevas tecnologías como medio de difusión que atraviesa todos los medios sociales.
Ahora bien, los medios de comunicación como herramienta de difusión para la gestión cultural,
son imperativas. No puede llevarse a cabo ningún evento, sin público enterado de ello. La
gestión cultural necesita encontrar entonces, espacios y redes especializadas que le permita
dinamizar sus propuestas, administrar proyectos culturales, convocar, promover y crear. Todo
esto, ahora es posible de manera práctica y ágil, gracias a las TICS (tecnologías de la
Información y la Comunicación). La interacción con las comunidades a través de blogs, es un
ejemplo de ello.
Por otro lado, dicha interacción es útil, pero cuando se trata de comunidades específicas que no
tienen acceso a las nuevas tecnologías, es fundamental entonces que la labor del gestor cultural,
promueva y movilice mecanismos de oportunidad en donde las personas puedan tener
acercamiento a estas nuevas herramientas, y no sólo eso, sino que también desarrollen
capacidades para hacer uso de ellas. Se debe buscar pues, una balanza que cobije las
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posibilidades, de un lado, aprovechando las herramientas actuales, y del otro, siendo incluyentes
al no dar por hecho que todos pueden acceder a la tecnología.
El desarrollo comunitario social implica tener, entre otras tantas cosas, acceso al conocimiento
que percibiéndose como una necesidad básica, equivaldría a que los productos culturales y de
aprendizaje humano, fueran equitativos y no selectivos. ¿Cómo es posible que en la esfera global
donde todo se mueve al mismo ritmo - por cuestiones físicas – sea tan arrítmico en cuestión de
derechos? Ahora, casi nada es “directamente proporcional”.
Todo se encuentra sobre la mesa, gestores en formación y empíricos con voluntad, teorías y
cifras sobre el Índice de Desarrollo Humano y nuevas Tecnologías de la Información como
medio de comunicación. Ahora falta la fusión oportuna, bien pensada y estrecha; en dónde sea
posible incluir a “todos” en los procesos comunicativos, ya que la idea no es informar, sino,
interactuar.
Como lo mencioné anteriormente, en esta época de individualismos, segregaciones y soledades;
no es posible que unos tengan acceso a la interacción más que otros. Si todos y todas, tienen las
mismas oportunidades, no habría excusas para no estar mejor, para no tener una mejor calidad de
vida, tal vez parezca ir muy lejos, pero la falta de acceso a la comunicación y al conocimiento,
imposibilitan un adecuado desarrollo humano, lo cual genera impotencia y sensación de
discriminación. Siguiendo esta línea, la comunicación puede ser sinónimo de participación, y la
participación es sinónimo de trabajo conjunto en pro del bien común.
Se puede observar que a raíz de una acción, se desprende otra, como una cadena de
consecuencias, en dónde cada elemento depende del otro, casi como una fórmula matemática.
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En 1997, mediante el Artículo 6 de la Resolución 51/172 de la Asamblea General, las Naciones
Unidas adoptaron la siguiente definición formal de comunicación para el desarrollo:
La comunicación para el desarrollo destaca la necesidad de apoyar los sistemas de
comunicación recíproca que propicien el diálogo y permitan que las comunidades se
manifiesten, expresen sus aspiraciones e intereses y participen en las decisiones relacionadas
con su desarrollo.2
Esa perspectiva Funcionalista basada sobre todo en la obra de Talcott Parsons, en donde se pone
un énfasis particular en el mantenimiento de la estabilidad social. Bajo la mirada, de que las
instituciones sociales serían medios colectivamente desarrollados para la satisfacción de las
necesidades biológicas y culturales. Es un cuento bastante arcaico.
A finales de la década de 1970, quedó claro que el público no era un receptor de información
pasivo y que los medios de comunicación no bastaban para cambiar la mentalidad y el
comportamiento de las personas. Fue entonces cuando la perspectiva de “otro desarrollo”
comenzó a influenciar el pensamiento y las prácticas de comunicación. 3
La realidad del desarrollo, se experimenta dentro de las comunidades, no por fuera de ellas. Es la
comunidad quien conoce su propio espacio, sus necesidades, su entorno en general, asumir a los
individuos como sujetos de desarrollo, es pues, abrir las puertas a construcciones colectivas, a
decisiones inclusivas y participativas, con respuestas obviamente acertadas, ya que atienden sus
propios y reales requerimientos.
Resolución 51/172 de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Disponible en:
http://daccess-dds-ny.un.org/doc/UNDOC/GEN/N97/765/70/PDF/N9776570.pdf?OpenElement
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Aldo, Vásquez.
Enfoques teóricos en la comunicación
http://www.fcctp.usmp.edu.pe/cultura/imagenes/pdf/18_06.pdf
para
el
desarrollo.
Rescatado
de
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Para avanzar un poco sobre las nuevas maneras de concebir la comunicación, se puede
referenciar la comunicación instrumental, esta perspectiva de comunicación
muestra una
preocupación sincera por el desarrollo y por los actores involucrados. Se inspira en las teorías de
la dependencia de los años sesenta, reconoce la importancia del saber local, de la tradición y de
la cultura. Es instrumental porque está vinculada a los programas de desarrollo y valora la
cultura local.
Ahora bien, continuando con la fórmula matemática antes planteada, la gestión cultural se dibuja
y se identifica con esta descripción. La razón de ser de un gestor cultural que trabaja en pro de
las comunidades y como mediador de ellas, se hace presente para servir de apoyo a las voces que
pocas veces se escuchan, a los ojos que ven indignados resultados indeseables por decisiones
tomadas por otros, no como un “salvador”, es un mediador en todo el sentido de la palabra.
Un mediador que a través de la comunicación, posibilita el levantamiento de un eco de voces.
Los seres humanos, somos los únicos privilegiados en este “paraíso terrenal” con capacidad de
reflexión, de análisis, de creación… somos privilegiados y de manera absurda, no sabemos qué
hacer con estos privilegios, seguramente si hiciéramos un buen uso de ellos, no tendríamos que
revisar el pasado para corregir el presente. Pensar en las necesidades y soluciones de otros, no
nos hace prácticos, mediar e incentivar a quienes no se sienten escuchados, sí sirve de algo, sirve
en la medida en que se funden medios de comunicación que aclaren y permitan canalizar las
ideas de otros, que haya una interlocución de diferentes voces, de manera horizontal, desmontar
la verticalidad que impide la libertad de expresión y de diálogo. Gestión Cultural y
comunicación, para desarrollo social comunitario, una fórmula que sugiere la interrelación de
saberes en pro del bien común, y que es posible, siempre y cuando se quiera y se trabaje en ello.
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