5 TÉCNICAS PARA HABLAR CON ESTUDIATES DIFÍCILES Jonatan Sánchez Martín revolucionalaclase.com Saludo ¡Hola! Me llamo Jonatan, soy profesor de secundaria y el autor del blog Revoluciona la clase. Estoy deseando mostrarte las técnicas que me funcionan a mí para comunicarme con mi alumnado más difícil. Si aún no lo has hecho, te animo a seguir la página de Facebook para estar al día de nuevos artículos sobre gestión del aula y documentos de ayuda al profesor. Accede con un clic en la imagen de abajo y únete a una comunidad de cientos de docentes. Introducción Las técnicas de comunicación que voy a compartir contigo sirven como guía preventiva para evitar las faltas de respeto en adolescentes. Su efectividad está probada por mí mismo en el aula, las dos primeras las he sacado de mi experiencia educativa y las tres últimas son una adaptación propia de la obra de Adele Faber y Elaine Mazlish: How to Talk so Teens Will Listen and Listen so Teens Will. Estas técnicas no son una garantía de éxito al 100% para que tus estudiantes cooperen y te respeten. Lo que sí puedo garantizarte es que si las sigues, vas a ver reducidos los conflictos con tus esdudiantes de forma sustancial y vas a conseguir que tu mensaje les llegue mejor. 5 técnicas para hablar con estudiantes difíciles 1. Elige el momento adecuado para hablar. Uno de los errores más frecuentes entre profesores es tratar de hablar o razonar con un estudiante cuando uno de los dos (o ambos) están alterados o cegados por la ira. Esperar unos minutos a que tú o el estudiante se calme es siempre una buena opción. En mi caso, invito (ojo, sin obligar) al estudiante a que vaya a beber agua para que con el paseo se tranquilice. Si soy yo el que está alterado, trato de centrarme en otra tarea o ayudar a un estudiante diferente que necesite ayuda. 2. Selecciona un lugar adecuado para hablar. A veces tener como audiencia a los compañeros puede generar más dificultad para que ese estudiante y tú os entendáis. Por regla general, huye siempre de las luchas de poder en público. Hasta las veces que ganes el argumento, vas a perder la relación con ese estudiante. Cuando esto pasa tu influencia sobre ese alumno se va a ver disminuida en el futuro debido a su resentimiento hacia ti por haberle dejado mal en frente de sus compañeros. Además, provoca que todo el mundo este pendiente de la discusión y no en aprender. Por este motivo, cuando hay un problema lo mejor es comunicar con discrección. Bien en voz baja al lado del estudiante en clase, pedir que el estudiante salga un momento al pasillo contigo o en otro momento una vez ha terminado la clase. Tú conoces a tus estudiantes, piensa que escenario es más conveniente para cada situación. Como regla general e independientemente del escenario que elijas, no hables con un estudiante a solas a puerta cerrada. 3. Esto no va de buenos ni malos. Criticar y acusar al estudiante abiertamente de poco te va a servir para hacerle entrar en razón. Recuerda, tu objetivo principal es que el estudiante cambie su comportamiento. Si le criticas o acusas abiertamente de algo, solo vas a conseguir que el alumno se ponga a la defensiva y muestre más resistencia a cooperar. En vez de eso, presenta de forma amable y firme tus expectativas o las reglas de tu clase. Por ejemplo, si un estudiante llega tarde no sería muy efectivo decir: ¨este es el segundo día que llegas tarde a mi clase esta semana.¨ Una alternativa más constructiva sería: ¨espero que mis estudiatnes lleguen a tiempo al aula.¨ En este caso, estamos poniendo el foco en la solución y no en el problema. 4. Trata de no meterte en callejones sin salida. Los estudiantes más difíciles no llevan bien que les estén dando órdenes, especialmente de forma individual. Bastantes adolescentes reaccionan de forma desafiante ante las mismas y claro, en cuanto se niegan, ya tenemos el conflicto. En situaciones tensas, es más probable que tus estudiantes cooperen si tienen cierta autonomía para elegir entre dos opciones. A su vez, esto aumenta las posibilidades de que haya una opción de entre las dos que satisfaga a ambos. Por ejemplo, imagina que un estudiante está comiendo en tu aula y se supone que no está permitido. Podrías proponer dos opciones al estudiante de esta manera: ¨Hola Jorge, la comida es para el recreo. Puedes elegir guardar la bolsa de Doritos en tu mochila o tirarla a la basura.¨ 5. Lo escrito a veces hace maravillas Los estudiantes más rebeldes están cansados de que los adultos los sermoneen. Un mensaje breve en una nota es discreto y posibilita que el estudiante tome una decisión con más calma. Mensaje final Gracias por tomarte el tiempo en leerte mi guía. Si has llegado hasta aquí es porque estabas buscando algunas respuestas y espero que esta lectura te haya ayudado a encontrar algunas. Me encantaría saber qué tal te ha ido aplicando las técnicas de esta guía. Escríbeme a [email protected] y me cuentas, leo todos los emails que me llegan de otros profesores y me gusta contestar personalmente a todos. Seguimos revolucionando, Jonatan