Subido por Marcelo Morales Villarroel

Cuánto dura un poder notarial

Anuncio
¿Cuánto dura un poder notarial?




MARÍA NOGALES SÁNCHEZ
12/11/2015
NO HAY COMENTARIOS
EN PODERES
Ya he hablado en otro post sobre la
amplitud de los poderes; en este, os hablaré de su duración y dejaré al margen los otorgados
en el ámbito de las sociedades.
¿Cuánto dura un poder?
Como regla general y, teniendo en cuenta la inquietud de quien pregunta, la respuesta más
rápida es decir: hasta que quiera el poderdante, es decir, el que otorga el poder.
El poderdante puede establecer, o no, un plazo y el poder es revocable a su voluntad. Eso
sí, la revocación del poder notarial debe hacerse ante notario y para que la revocación
de un poder surta plenos efectos, debe ponerse en conocimiento del apoderado y requerirle
para que devuelva la copia del poder. Además, si el poder se ha otorgado para contratar
con determinadas personas, se les debe comunicar la revocación. En la misma escritura de
revocación, puedes requerir al notario que realice estas notificaciones indicándole los
domicilios correspondientes.
Por todo lo anterior, es conveniente, cuando se otorga un poder y se tengan dudas sobre el
comportamiento futuro del apoderado, que se le indique al notario, a fin de que haga
constar en la escritura que el apoderado no tiene facultad para pedir copias. Es decir,
otorgo un poder, el notario me entrega la copia, se la doy al apoderado y, si dejo de confiar
en él, le pido la copia y una vez devuelta, ya no podrá acreditar (porque ya no lo es) que es
mi representante, ni ante notario ni ante nadie.
Además, una vez revocado el poder, aunque no se haya establecido que el apoderado no
puede pedir copias, si la revocación la haces ante el mismo notario con el que otorgaste el
poder, éste pondrá una nota en el original del poder que conserva en su protocolo, de tal
modo que, aunque vaya el apoderado a pedir una copia, el notario no se la dará, porque
sabe que el poder está revocado. Y si la revocación la otorgas ante otro notario, éste lo
notificará telemáticamente al que autorizó el poder para que ponga la nota que antes
comentaba.
Pero hay casos en los que el poder no se da exclusivamente para ampliar la esfera de
actuación del poderdante, sino que es un medio para la consecución de un negocio
convenido entre ellos, y subsiste hasta la consecución del mismo.
Ahora bien, además de la revocación como causa de extinción del poder, hay otras, entre
ellas:

El poder se extingue por fallecimiento del poderdante. No se admiten poderes post
mortem, no cabe representar a un fallecido. También se extingue por fallecimiento
del apoderado.

Los poderes, si no se ha establecido plazo, son en principio de duración indefinida.
Pero si el poder se ha otorgado para un negocio determinado, se extingue por la
realización del mismo y no es necesario revocarlo. Por ejemplo, otorgado un poder para
vender una casa determinada, vendida la casa, se agota el poder.

Los poderes se extinguen, por imperativo legal, en ciertos casos, como en el de
incapacitación del apoderado o de concurso o insolvencia del poderdante o del
apoderado.
Pero, ¿y si el que deviene incapaz es el poderdante?
La falta de capacidad del poderdante impediría revocar el poder, por ello, al no poder
controlar éste el correcto uso del poder por el apoderado, la ley establece la extinción. Se
extingue salvo que el poderdante haya previsto que continúe en caso de incapacitación, o
que el poder se haya dado para el caso de incapacidad del poderdante, apreciada conforme
a lo dispuesto por éste. En estos casos, la extinción del poder debe decretarla el juez.
(De los poderes preventivos ya os hemos hablado en este blog, así, entre otros: “¿Y qué
pasa si el día de mañana no puedo valerme por mí mismo?”, de Miguel Ángel; “Profesiones
de riesgo y poderes preventivos”, de Javier).
También se extinguen los poderes que uno de los cónyuges hubiere otorgado al otro en
caso de admisión a trámite de la demanda de nulidad, separación y divorcio, por entender
que ya no subsiste la relación de confianza, base del poder que lo motivó.
Por último, como sabes, en el otro lado se encuentra el caso del apoderado, que en
ocasiones se ve “abrumado” por el hecho de ostentar la representación de otro y me
pregunta: ¿hasta cuándo voy a ser representante del Sr. Juan? ¿Y si no necesito actuar
más veces en su nombre? ¿Y si no quiero actuar en su nombre? Al ser el poder un acto
unilateral del poderdante, lo que puede hacer el apoderado es no utilizar el poder, pero el
poder en sí mismo no se extingue por renuncia del apoderado.
Descargar