Geopolítica, relaciones internacionales y etnicidad Aspectos de la construcción del Estado en América Latina durante los siglos XIX y XX Jazmín Benítez López; Rafael Romero Mayo y Mario Vázquez Olivera (coordinadores) GeopolíticaID4.indd 5 12/18/12 5:06 PM Geopolítica, relaciones internacionales y etnicidad. Aspectos de la construcción del Estado en América Latina durante los siglos XIX y XX / Jazmín Benítez López; Rafael Romero Mayo y Mario Vázquez Olivera, Coordinadores. – México: Bonilla Artigas Editores : Universidad de Quintana Roo : UNAM, CIALC: Gobierno del Estado de Quintana Roo: Conaculta, 2012 376 p. ; 23 cm. – (Colección Pública) ISBN 978 -607-7588-65-8 1. Geopolítica – América Latina – Caríbe. 2. Relaciones internacionales 3. Etnicidad I. Benítez López, Jazmín, coord. II. Romero Mayo, Rafael, coord. III. Vázquez Olivera, Mario, coord. F1414 G385 2012 Los derechos exclusivos de la edición quedan reservados para todos los países de habla hispana. Prohibida la reproducción parcial o total, por cualquier medio conocido o por conocerse, sin el consentimiento por escrito de su legítimo titular de derechos. Geopolítica, relaciones internacionales y etnicidad. Aspectos de la construcción del estado en América Latina durante los siglos XIX y XX. de Jazmín Benítez López; Rafael Romero Mayo y Mario Vázquez Olivera (coordinadores) Primera edición 2012 D. R. ©Bonilla Artigas Editores De la presente edición ©Bonilla Artigas Editores, S.A. de C. V. Cerro Tres Marías número 354 Col. Campestre Churubusco, C. P. 04200 México, D. F. editorial @libreriabonilla.com.mx www.libreriabonilla.com.mx Tel. (52 55) 55 44 73 40/ Fax (52 55) 55 44 72 91 Coordinación editorial: Jazmín Benítez López Diseño editorial: Saúl Marcos C. Diseño de portada: Teresita Love Fotografía de portada: Teresita Love ISBN: 978 -607-7588-65-8 Impreso y hecho en México GeopolíticaID4.indd 6 12/18/12 5:06 PM Primera parte Geopolítica y fragmentación territorial de Hispanoamérica GeopolíticaID4.indd 21 12/18/12 5:06 PM Secesión y fragmentación de los territorios coloniales en la América española: 1810-1836 Juan Carlos Arriaga Rodríguez Tania Libertad Camal Cheluja Los movimientos de independencia en Hispanoamérica no sólo condujeron a la ruptura económica y política de sociedades periféricas de su metrópoli colonial, también deben ser interpretados como procesos de configuración territorial. Es decir, tales movimientos también deben ser interpretados como procesos de secesión del espacio colonial y la inmediata fragmentación de éste en territorios bajo el dominio de repúblicas independientes. Ambos procesos marcaron el inicio de una nueva etapa en la partición territorial en América Latina. La secesión e inmediata fragmentación del territorio colonial español tuvo la trascendencia histórica equivalente a cuando el continente fue conquistado tres siglos atrás. Desde el punto de vista geohistórico, la pérdida del territorio colonial fue uno de los acontecimientos coyunturales más importantes en la historia mundial y, específicamente para Hispanoamérica, marcó el fin de un sistema social y de organización territorial y el tránsito hacia otros diferentes.1 La secesión territorial2 de las colonias hispanoamericanas fue consecuencia del triunfo de los movimientos de independencia, mientras que la 1 Comellas García-Llera, José Luis. “Del antiguo régimen”, en Historia General de España y América, Tomo XII, Madrid, Ediciones Rialp, 1981, p. XIV. 2 Se entiende por secesión territorial a la separación de una comunidad y el territorio que habita de una entidad política con el fin de crear una entidad independiente o adherirse a otra ya instituida. 23 GeopolíticaID4.indd 23 12/18/12 5:06 PM Juan Carlos Arriaga y Tania Libertad Camal fragmentación3 fue resultado de las luchas entre las élites de las ciudades capitales y de las ciudades de las provincias interiores. En ambos procesos históricos, la demanda de autonomía de las élites criollas fue un factor central, pues incentivó las intenciones y deseos independentistas y marcó la ruta que siguió la formación territorial de las nuevas repúblicas. En el presente capítulo se pretende explicar cómo la configuración territorial de las repúblicas hispanoamericanas fue influenciada por la demanda de autonomía y los conflictos entre las élites criollas que se derivaron de ello. Para explicar lo anterior, el texto está dividido en tres partes. En la primero se revisa cómo la demanda de autonomía fue el catalizador de los movimientos de independencia y, en consecuencia de la secesión territorial de las colonias españolas en América. En el segundo apartado se explica por qué la demanda de autonomía de las élites de las provincias impulsó la fragmentación territorial en las primeras repúblicas. Finalmente, se presenta un recuento histórico del proceso de fragmentación territorial de las primeras repúblicas. En este relato histórico se pone atención a las disputas políticas entre las élites criollas, pues éstas tuvieron un impacto importante en la configuración y organización de los territorios de las primeras repúblicas hispanoamericanas. El proceso de secesión territorial de las colonias españolas La coronación de José I. Bonaparte como Rey de España, desencadenó una serie de acontecimientos políticos en América que se sintetizaron en las proclamas de independencia de las colonias. La ausencia del rey legítimo, Fernando VII, fortaleció la idea entre los liberales españoles y algunos grupos de criollos notables en América de que en tal circunstancia y, ante el impedimento evidente de designar un nuevo monarca, —por encontrarse España ante la imposición de un 3 La fragmentación ocurre cuando una entidad política surgida de un proceso de secesión se divide en dos o más entidades, cada una de las cuales construye su propio sistema jurídico político. 24 GeopolíticaID4.indd 24 12/18/12 5:06 PM Secesión y fragmentación príncipe extraño— la representación debía ser depositada en el pueblo, quien asumía temporalmente las funciones de defensa y administración económica y judicial de los territorios del imperio.4 Las Juntas Provinciales fueron una forma improvisada de representación política, por lo cual los líderes de la resistencia en contra de la invasión francesa no poseían legitimidad plena ante todos los grupos sociales. Debido a lo anterior, a finales de agosto de 1808 fue establecida la Junta Central Suprema Gubernativa del Reino y de las Indias, institución en la que se procuró la representación de cada una las Juntas Provinciales.5 Para justificar su existencia y su legitimidad, la Junta Central emitió un decreto por el cual se estableció que las provincias americanas no eran colonias, sino parte del reino de España y las invitó a enviar representantes a la realización de un Parlamento, reuniones de las Cortes, para redactar una nueva constitución.6 Al poco tiempo de instituida, la Junta Central pretendió ejercer el poder por su cuenta, motivo por el cual algunas juntas provinciales se rebelaron y se autoproclamaron como las verdaderas depositarias de la soberanía del reino, lo que ocurrió tanto en España como en América. En la mayoría de los casos no se trataba de sentimientos independentistas o separatistas, sino de la reivindicación de que ellas también eran depositarias legítimas de la soberanía, en términos de igualdad con las otras juntas provinciales de América y España. A partir de este momento, la de4 Vd Burkholder, Mark A. De la impotencia a la autoridad. La Corona Española y las Audiencias en América, 1687-1808, México, FCE, 1984, pp. 192-193, y Portillo Valdés, José María. Crisis atlántica: autonomía e independencia en la crisis de la monarquía hispana, en colección Ambos Mundos, Madrid, Marcial Pons Historia, 2006, p. 56. 5 Vd Guerra, François-Xavier. Modernidad e independencias. Ensayos sobre las revoluciones hispánicas, México, FCE, 1992, pp. 42-43. 6 Vd Hume, Martin. Historia de la España contemporánea, 1788-1898, Madrid, Imp. de Gabriel L. y del Horno, 1905, p. 162; Portillo Valdés, José María. Op. cit., p. 55; Rodríguez, Jaime. “Fronteras y conflictos en la creación de las nuevas naciones en Iberoamérica”, en Circunstancia, No. 9, Madrid, IUIOG, enero de 2006, p. 3; Rojas, Beatriz. “Soberanía y representación en Zacatecas: 1808-1835”, en Relaciones, vol. 22, núm. 85, México, El Colegio de Michoacán, 2001, p. 194, y Lovett, Gabriel H. “El intento afrancesado y la guerra de independencia”, en Historia general de España y América. Del Antiguo Régimen hasta la muerte de Fernando VII, Tomo XII, Madrid, Ediciones Rialp, 1981, p. 194. 25 GeopolíticaID4.indd 25 12/18/12 5:06 PM Juan Carlos Arriaga y Tania Libertad Camal manda de autonomía empezó a tomar fuerza hasta convertirse en el justificante de la secesión de los territorios de las primeras repúblicas hispanoamericanas.7 En América fueron las élites criollas de las principales ciudades las que reclamaban mayor autonomía para sus provincias, especialmente a través de la creación de las juntas provinciales. En todo el territorio colonial, los criollos juraron fidelidad a Fernando VII y procuraron apoyo financiero a la metrópoli. Originalmente, la función de las juntas provinciales era oponerse a la imposición de José Bonaparte y garantizar el retorno del rey legítimo a la titularidad del ejercicio de la soberanía. Sin embargo, poco a poco crecieron las demandas de reformas que incluían libertades políticas, derechos para crear gobiernos locales y derechos de representación en las instancias de gobierno monárquico.8 A mediados de abril de 1809, la Junta Central emitió una convocatoria para que las provincias de los virreinatos y capitanías de las colonias enviaran a España representantes para integrarse a las futuras Cortes Constitucionales.9 Las primeras elecciones para designar a los representantes americanos ante la Junta Central se realizaron en 1809. En enero de 1810, corrompida, desprestigiada y débil, la Junta fue disuelta y en su lugar fue establecido el Consejo de Regencia, institución monárquica que finalmente se encargó de organizar los trabajos de los constituyentes en las Cortes Constitucionales. La mayoría de las juntas americanas ya instituidas se negaron a reconocer al Consejo de Regencia. En las provincias en donde las élites criollas exigían reformas y mayor participación en los asuntos gubernativos del reino, decidieron que era el momento para crear gobiernos independientes, cuya soberanía recayera en las Juntas locales. 7 Vd Portillo Valdés, José María. Op. cit., pp. 57-63, y Lovett, Gabriel H. Op. cit., pp. 195-203. Vd Burkholder, Mark A. Op. cit., p. 193, y Carmagnani, Marcelo. El otro Occidente. América Latina desde la invasión europea hasta la globalización, México, FCE, 2004, pp. 140-141. 9 La Junta Central decidió que las colonias hispanoamericanas representadas en las Cortes fueran los Virreinatos de Nueva España, Perú, Santa Fe y Buenos Aires y las dependencias de Puerto Rico, Cuba, Santo Domingo, Guatemala, Provincias Interiores, Venezuela, Chile y las Filipinas. Vd Parra-Pérez, Caracciolo. Historia de la Primera República de Venezuela, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1992, p. 242. 8 26 GeopolíticaID4.indd 26 12/18/12 5:06 PM Secesión y fragmentación Para entonces la anarquía imperaba en España, producto de la guerra de independencia contra Francia. Sin la amenaza de tropas españolas que se los impidiera, las juntas de las provincias de Caracas, Buenos Aires, Nueva Granada y Paraguay en 1811 y Chile en 1812 proclamaron su independencia. Mientras tanto, en las provincias agrícolas del centro de Nueva España daba inicio una revuelta contra el Consejo de Regencia y el poder del virrey y la restitución de Fernando VII. Las primeras proclamas de independencia fueron acciones aisladas y localizadas en las ciudades capitales de ciertas provincias.10 En un intento por contrarrestar las pretensiones independentistas de las colonias, el Consejo de Regencia aceptó convocar a la integración de las Cortes con representantes de las provincias, convenciéndolas así de apoyar al nuevo gobierno. Esto calmó momentáneamente las inconformidades de algunas juntas provinciales en América. La mayoría de las provincias americanas realizaron elecciones para conformar el parlamento de toda España, —excepto la gobernación de la Banda Oriental, el resto de las provincias del Virreinato del Río de la Plata no realizaron elecciones de representantes ni participaron en las cortes de Cádiz— el cual tendría el poder para transformar el antiguo régimen.11 Las Cortes sesionaron entre finales de 1811 y principios de 1812 en la Real Isla de León, cerca de Cádiz. Del trabajo constituyente surgió un documento en el que se proclamaba que la soberanía residía en la nación española y se ejercía por medio de las Cortes, no del rey. El texto fue la Constitución Política de la Monarquía de España, más conocido como Constitución de Cádiz.12 Tres aspectos contenidos en la Constitución de Cádiz que debemos resaltar para comprender el proceso de secesión territorial de las colonias hispanoamericanas son los siguientes: la idea de nación española, el territorio de las Españas y el régimen provincial. 10 Vd Hume, Martin. Op. cit., pp. 163-169, y Parra-Pérez, Caracciolo. Op. cit., pp. 234-235. Hume, Martin. Op. cit., p. 162, y Commons de la Rosa, Áurea. Cartografía de las divisiones territoriales en México, 1519-2000, México, Instituto de Geografía/UNAM, p. 52. 12 Vd Suárez Verdaguer, Federico. “Génesis y obra de las Cortes de Cádiz”, en Historia general de España y América, Tomo XII, Del Antiguo Régimen hasta la muerte de Fernando VII, Madrid, Ediciones Rialp, 1981, p. 251. 11 27 GeopolíticaID4.indd 27 12/18/12 5:06 PM Juan Carlos Arriaga y Tania Libertad Camal Respecto al primer punto, el artículo 1 de la Constitución de Cádiz establecía que la nación española era aquella conformada por individuos asentados en España y en América. En este artículo constitucional se fusionaban los conceptos de población y territorio en la idea de nación.13 Sin embargo no se trataba de la idea de nación en términos de comunidades culturales que han habitado un territorio desde mucho tiempo atrás, sino otra construida por el mismo Estado colonial: la de un pueblo vinculado a un territorio. Más adelante se retomará el concepto con mayor detalle. En cuanto al segundo punto, el territorio de las Españas, la Constitución de Cádiz señalaba que el territorio español comprendía: […] la Península con sus islas y posesiones adyacentes […]. En América Septentrional Nueva España con Nueva Galicia y Yucatán, Goatemala (sic), Provincias Internas de Oriente, Provincias Internas de Occidente, isla de Cuba con las dos Floridas, la parte española de la isla de Santo Domingo, y la isla de Puerto Rico con las demás adyacentes a éstas y otro mar. En la América Meridional, la Nueva Granada, Venezuela, el Perú, Chile, provincia del Río de la Plata y todas las islas adyacentes en el mar Pacífico y el Atlántico […].14 Como se puede observar en el párrafo anterior, el conjunto de las provincias mencionadas conformaban las Españas. Sin embargo, ni en este artículo ni en el resto del texto constitucional se definió el término provincia, ni tampoco se establecieron las divisiones interiores de éstas. En otros artículos de la Constitución se trató lo referente a los ayuntamientos, lo que permite inferir que éstos serían la base de la división interna de las provincias. Igualmente, la Constitución señala que una división territorial más precisa se realizaría mediante una ley específica, redactada “…cuando la situación política lo permitiera…”.15 13 “La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios.” Artículo 1 de la Constitución de Cádiz de 1812. Disponible en: http://www.hispanidad. info/1812cadiz.htm. 14 Artículo 10 de la Constitución de Cádiz de 1812, op. cit. 15 Artículo 11 de la Constitución de Cádiz de 1812, op. cit. 28 GeopolíticaID4.indd 28 12/18/12 5:06 PM Secesión y fragmentación En el artículo 10 señalado, América Septentrional y América Meridional estaban conformadas por diversas provincias. Ambas Américas fueron concebidas como regiones geográficas y no como unidades jurídico-administrativas. Por eso, en el caso de América Septentrional, la Constitución distinguió entre Nueva España y las Provincias de Oriente y Occidente, Nueva Galicia, Yucatán y Guatemala, lo que indica que los constituyentes de Cádiz las consideraron provincias con autoridades propias e independientes entre sí.16 Finalmente, en cuanto al régimen provincial, la Constitución de Cádiz modificó la estructura y el funcionamiento de las divisiones jurídico administrativas al incorporar las figuras de jefe superior al frente de la provincia y la diputación provincial.17 En el jefe superior residiría el gobierno político, y sería designado directamente por el rey; en tanto que la diputación provincial sería una especie de oficina gubernativa encargada de la administración del territorio. Asimismo, el texto constitucional señalaba que los pueblos, es decir, las pequeñas divisiones jurídico-administrativas de las intendencias, estarían gobernados por el alcalde o alcaldes, regidores y procurador síndico, electos cada año.18 Fue así como se estableció el principio de representación política en las estructuras de gobierno provincial. El concepto de representación política expresado en la Constitución de Cádiz estuvo asociado a la idea de territorio y a la concepción jurídica de nación (población atada a un territorio). Es decir, la administración del territorio de las provincias ya no sería un asunto decidido exclusivamente por la monarquía metropolitana, sino un punto de partida para reconocer el derecho de los criollos de las provincias americanas, como parte de la nación española, a crear autogobiernos 16 Vd Gortari Rabiela, Hira de. “Nueva España y en México: Intendencias, modelos constitucionales y categorías territoriales, 1786-1835”, Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, vol. X, núm. 218/ 72, agosto de 2006, Universidad de Barcelona. Disponible en [http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-218-72.htm]. 17 “El gobierno político de las provincias residirá en el jefe superior, nombrado por el Rey en cada una de ellas.” Artículo 324 de la Constitución de Cádiz de 1812, op. cit. 18 Suárez Verdaguer, Federico. Op. cit., p. 251. 29 GeopolíticaID4.indd 29 12/18/12 5:06 PM Juan Carlos Arriaga y Tania Libertad Camal en sus respectivos territorios y tener representación en los nuevos órganos de gobierno monárquico.19 Para mala fortuna de los criollos liberales en América y España, la vigencia de Constitución de Cádiz fue efímera y desapareció. Cuando Fernando VII regresó al trono en 1814, abolió las Cortes, la misma Constitución y reinstauró el absolutismo. La abrogación de la Constitución de Cádiz profundizó las pugnas de la monarquía con las élites criollas y dividió a estas últimas en dos bandos: por un lado, el liberal, que pugnaba por la vigencia de la Constitución de 1812 y, por el otro, los moderados y realistas, que defendían la soberanía absoluta de Fernando VII. Sin embargo, más que un enfrentamiento ideológico, se trataba de una lucha entre grupos de poder por definir el tipo de régimen político y la forma de organización territorial que debía imperar en las colonias. Como veremos más adelante, lo que se debatía era, por un lado, si se debía conservar la monarquía absolutista dirigida desde España, instaurar una monarquía parlamentaria con autonomía de las provincias o establecer repúblicas independientes; por el otro, si se debía mantener el modelo centralizado de la administración territorial o si se debía implantar un nuevo modelo de administración política de los territorios de las provincias.20 La represión desatada por la corona española luego de la abolición de la Constitución de Cádiz estimuló a los criollos liberales a actuar de manera más decidida para instaurar repúblicas independientes. De esta manera, hacia 1816 retomaron fuerza las revueltas en América del Sur y, para julio de ese año las provincias del Río de la Plata, reunidas en la ciudad de Tucumán, consumaron su independencia y crearon las Provincias Unidas en Sudamérica. Al año siguiente, El Libertador José de San Martín invadió Chile y apoyó la creación de una nueva república en febrero de 1818; en 1821 invadió la ciudad de Lima y facilitó la creación de la primera república del Perú en 1822. En Venezuela y 19 Vd Gortari Rabiela, Hira de. Op. cit., obra completa; Suárez Verdaguer, Federico. Op. cit., p. 251, y Quijada, Mónica. “Sobre la idea de ‘nación’, ‘pueblo’ y ‘soberanía’ y otros ejes de la modernidad en el mundo hispánico”, en Jaime Rodríguez (comp.), Las nuevas naciones. España y México 1800-1850, Madrid, Fundación MAPFRE, 2008, pp. 30-31. 20 Hume, Martin. Op. cit., p. 174. 30 GeopolíticaID4.indd 30 12/18/12 5:06 PM Secesión y fragmentación Nueva Granada, los independentistas encabezados por Simón Bolívar incrementaron sus acciones militares, expulsaron a los realistas de la mayor parte de los territorios y fundaron la República de la Gran Colombia en 1819. En Nueva España, sin embargo, entre 1815 y 1820, el gobierno virreinal consiguió someter a los ejércitos de los insurgentes y reducirlos a guerrillas regionales. Lo mismo ocurrió en Centroamérica, donde el único reducto independentista y liberal fue la intendencia de El Salvador.21 A finales de 1819 España estaba nuevamente en bancarrota y la impopularidad de Fernando VII iba creciendo. Para recuperar las posesiones coloniales ya independizadas, la corona debía enviar más tropas, las cuales no podía sufragar. En 1820, los liberales españoles —con la sublevación de Rafael de Riego— lograron forzar al rey a reinstaurar la monarquía constitucional establecida en la Constitución de Cádiz, lo cual produjo reacciones diferentes en América. En algunos casos fue restablecido temporalmente el orden constitucional de Cádiz (Nueva España, el Perú y en las Capitanías de Guatemala y Yucatán), en otros se ratificó la separación política y secesión territorial de España (Nueva Granada, Río de la Plata y las Capitanías de Venezuela y Chile).22 Proceso de fragmentación territorial de las primeras repúblicas hispanoamericanas Consumada la independencia de las colonias hispanoamericanas, los líderes independentistas e intelectuales simpatizantes del movimiento daban como un hecho incuestionable que los reinos, audiencias y capitanías serían sustituidos por instituciones republicanas, cada una de las cuales sería independiente y heredaría el espacio territorial de 21 Hermann, Christian. Les révolutions Dans le monde ibérique, 1766-1834: L’Amérique, Vol 2, Colección Lés révolutions dans le monde ibérique, 1766-1834: soulèvement national et révolution libérale, état des questions, Bordeaux, Presses Universitaires de Bordeaux, 1991, p.191, y Beyhaut, Gustavo y Hélène Beyhaut, América Latina, �������������������������� colección Historia Universal, México, Siglo XXI, 1985, pp. 13-15. 22 Hume, Martin. Op. cit., p. 174. 31 GeopolíticaID4.indd 31 12/18/12 5:06 PM Juan Carlos Arriaga y Tania Libertad Camal la institución colonial a la que reemplazaba. Así fue considerado, por ejemplo, en el Reglamento de Juntas Provinciales y Subordinadas y Subalternas de 1811 en Argentina o en las constituciones de la Gran Colombia de 1819 (Constitución de Angostura) y de México de 1824.23 Los líderes independentistas visualizaban el territorio de las repúblicas que iban creando como aquel que había estado bajo el dominio de la institución administrativa colonial a la que pretendían derrocar. Fue por ello que las primeras repúblicas hispanoamericanas surgidas entre 1810 y 1824, nacieron sobre los territorios ocupados por los Virreinatos (Las Provincias Unidas del Río de la Plata, la República de Colombia, el Perú y México); Capitanías Generales (Chile, Paraguay, las Provincias Unidas de Centroamérica); Audiencias (Bolivia) e Intendencias (República Oriental del Uruguay). La fragmentación de los territorios coloniales no fue el objetivo de los movimientos de independencia y de sus líderes, ni de los primeros gobiernos republicanos, pues éstos siempre creyeron en supuestos derechos territoriales heredados del antiguo régimen. Además, la independencia política de las colonias hispanoamericanas dejó intactas a las estructuras económicas y sociales del antiguo régimen, por lo cual era comprensible que las élites criollas buscaran conservar los límites de los territorios coloniales sobre los que operaban dichas estructuras. La independencia política y la secesión territorial de las colonias hispanoamericanas fortalecieron los sentimientos autonomistas de las élites criollas de las provincias y, las impulsó a desafiar el centralismo político administrativo de las élites radicadas en las ciudades capitales, reclamando incluso, en ciertos casos, derechos a instituirse como repúblicas independientes. El autonomismo se manifestó en el marco del conflicto entre élites de las ciudades capitales y de las ciudades de las provincias por el derecho al ejercicio de su soberanía. Este conflicto refiere a dos formas diferentes de concebir la organización político-administrativa del territorio: centralismo versus federalismo. 23 Vd Fernández, Jorge y Julio César Rondina. Historia Argentina: 1810-1930, Universidad Nacional del Litorial, 2004, p. 34, y Monsalve, José Dolores. El ideario político del libertador Simón Bolívar, Madrid, Editorial América, 1916, p. 267. 32 GeopolíticaID4.indd 32 12/18/12 5:06 PM Secesión y fragmentación Este conflicto fue uno de los asuntos persistentes hasta prácticamente el tercer tercio del siglo xix.24 El régimen centralista o unitario no sólo era la única experiencia de gobierno que habían conocido las nacientes repúblicas hispanoamericanas, sino que además era la única aceptada por buena parte de las élites criollas. Por ejemplo, para algunos notables criollos mexicanos de principios del siglo xix, si el territorio que le correspondía a la nación mexicana era aquel definido en la Constitución de Cádiz como América Septentrional, entonces la organización política debía regirse por prácticas imperiales. En contraparte al régimen centralista o unitario, la propuesta de un sistema liberal de gobiernos autónomos, con un poder ejecutivo supeditado al legislativo era sumamente atractiva. La filosofía política francesa, las ideas dominantes en el iusnaturalismo jurídico, la experiencia de la descentralización político-administrativa generada por el sistema de Intendencias del período colonial y el ejemplo político de Estados Unidos daban la explicación y la ruta a seguir para lograr la prosperidad y la libertad en el marco de un régimen federal. De la combinación de elementos anteriores surgió la propuesta de una república liberal, representativa e igualitaria, en síntesis de una república federal.25 En las ciudades capitales y en las ciudades de las regiones interiores en donde las estructuras económicas y sociales coloniales estaban muy arraigadas, dominaba una élite criolla que insistía en ejercer dominio político sobre todo el territorio de la república a través del poder de un hombre fuerte —rey o presidente vitalicio— instalado en la dirección del Estado. En contraparte, en las provincias en donde el comercio se realizaba con mercados del exterior, dominaba otra éli24 Vd García Álvarez, Jacobo. “El estudio geohistórico de las divisiones territoriales subestatales en Europa y América Latina. Actualidad y renovación”, en Investigaciones Geográficas, núm. 3, Alicante, Instituto Universitario de Geografía, Universidad de Alicante, 2003, pp. 73-74. 25 Vd Monteagudo, Bernardo. Ensayo sobre la necesidad de una federación jeneral [sic] entre los estados, Lima, Impresora del Estado (reimpreso en Guatemala, Imprenta Nueva), 1825. 33 GeopolíticaID4.indd 33 12/18/12 5:06 PM Juan Carlos Arriaga y Tania Libertad Camal te oligárquica que demandaba mayor representación en el control del gobierno nacional y exigía su derecho a instalar un gobierno propio.26 La disputa por la autonomía entre las ciudades de las provincias y los poderes instituidos en las ciudades capitales no fue simplemente un asunto de teoría jurídica, sino que se le debe entender como un conflicto entre las clases dirigentes criollas por la definición del tipo de régimen político que debía imperar en la república y, particularmente, por el modelo de organización territorial que debía implantarse. No se trataba tampoco de una disputa por la realización de cambios estructurales que beneficiaran a otros grupos sociales de rango menor, sino del tipo de régimen político que se debería adoptar para garantizar los principios establecidos en el régimen jurídico, esto es, la libertad, independencia y seguridad de la república, así como el espacio que quedaría bajo dominio y jurisdicción de ese régimen. La pugna entre centralistas y federalistas se daba en el marco de estructuras sociales y económicas construidas y fuertemente enraizadas a lo largo de tres siglos de dominación colonial. Las provincias donde el movimiento independentista fue intenso y estaban a favor de instaurar una república federal, eran controladas por una élite criolla con fuertes vínculos comerciales externos e influenciada por la ideología liberal. En contraparte, las provincias en donde la influencia realista fue mayor estaban dominadas por una élite conformada por peninsulares y terratenientes criollos. Ahora bien, el apoyo que las élites brindaron a los gobiernos federalistas o centralistas se daba más por intereses económicos que ideológicos.27 En algunas provincias en donde la estructura económica estaba basada en la explotación del trabajo esclavo o en actividades productivas anteriormente protegidas por el régimen colonial (Cuba, Santo Domingo o Puerto Rico) se distinguieron por rechazar la independencia 26 Vd Fernández, Jorge y Julio César Rondina. Op. cit., pp. 12-13 y, Rodríguez, Jaime. Op. cit., p. 6. 27 Vd Saether, Steinar A. Identidades e independencia en Santa Marta y Riohacha, 17501850, Bogotá, Instituto Colombiano de Antropología e Historia, 2005, y Saether, Steinar A. “La independencia y la redefinición del concepto de indignidad alrededor de Santa Marta, Colombia, 1750-1850”, en Memorias. Revista Digital de Historia y Arqueología desde el Caribe, año/vol. 5, número 009, Barranquilla, julio de 2008. 34 GeopolíticaID4.indd 34 12/18/12 5:06 PM Secesión y fragmentación y, otras en donde el movimiento independentista triunfó se opusieron a adoptar gobiernos de tipo federal (Antioquia, Nueva Granada, Quito, Guatemala, Lima, etcétera). En ambos casos las élites locales no deseaban perder sus privilegios ni tampoco que ocurrieran cambios en el sistema económico, mucho menos que se decretara la liberación de la fuerza de trabajo esclava y el servilismo indígena. Las élites criollas de dichas provincias eran latifundistas y esclavistas, pero sobre todo conformaban la élite del poder en dichas regiones. Precisamente, la forma en cómo las élites criollas de ciudades capitales y de los provincias interiores negociaron o pactaron el problema de la autonomía, marcó la ruta que siguieron los diferentes pueblos hispanoamericanos en la creación de repúblicas independientes y la configuración de sus territorios. Los gobiernos de las primeras repúblicas fueron efímeros. Las crisis políticas que provocaron la caída de esos gobiernos en varios casos tuvieron como desenlace la fragmentación en nuevas repúblicas y territorios. Este proceso de fragmentación política y territorial fue reflejo de los conflictos políticos entre las élites criollas, y también de la resistencia de estas a los cambios en las estructuras sociales y económicas de sus regiones. Como veremos en el recuento histórico del siguiente apartado, la creación de las nuevas repúblicas hispanoamericanas estuvo estrechamente vinculada al proceso de configuración y fragmentación territorial. Se puede observar que a lo largo de este proceso, la lucha por la autonomía de las provincias del interior contra las pretensiones centralistas de las ciudades capitales fue la constante. También podemos observar que la idea de nación no tuvo algún impacto en la creación de las repúblicas hispanoamericanas y sus territorios, tampoco lo tuvo en la delimitación territorial subsecuente. Ciertamente, una de las corrientes del pensamiento político más atractivas para la mayoría de los intelectuales independentistas hispanoamericanos de principios del siglo xix, fue el liberalismo y su tesis sobre la idea de nación, esto es, la de un pueblo soberano con su propio territorio. Sin embargo, en la Hispanoamérica de aquel tiempo no existía la idea de naciones americanas en el sentido de comunidades culturales como hoy lo interpretamos. La idea liberal de nación empezó a ser construida durante la lucha de independencia de las repúblicas y fue tomando forma duran35 GeopolíticaID4.indd 35 12/18/12 5:06 PM Juan Carlos Arriaga y Tania Libertad Camal te el proceso de consolidación del Estado a lo largo del siglo xix. La construcción de la idea de nación pasó por un largo proceso histórico de definición en el cual las revoluciones políticas y las luchas militares jugaron un papel muy importante, pero no fue un elemento significativo en la configuración territorial de las primeras repúblicas. En la fragmentación de los territorios escindidos de la corona española, el factor geográfico tuvo una influencia aún más decisiva que la idea de nación. La organización del territorio colonial siguió la geografía física de las regiones que los conquistadores iban ocupando: ríos navegables que comunicaban a las ciudades y los centros de producción del interior (Hinterland) con las ciudades portuarias de la costa; ríos que servían para definir la división entre unidades territoriales (reinos, provincias, cabildos, etcétera); montañas, selvas, bosques y desiertos que obstaculizaban las comunicaciones entre regiones colindantes, etcétera. Al consumarse la independencia, las dificultades de comunicación entre las ciudades capitales de los virreinatos y capitanías con sus provincias periféricas condujeron a estas últimas a buscar vínculos con el exterior antes que hacerlo entre ellas. Un claro ejemplo de lo anterior es Centroamérica. Como explica Christian Hermann, una de las características geográficas más importantes de esta región es la cadena de montañas que da forma a valles y cuencas interiores. Durante el período colonial, cada uno de estos espacios fue asentamiento de unidades territoriales diferenciadas, aunque dependientes de una ciudad central, Santiago de Guatemala. En el istmo no existe una corriente fluvial que la cruce longitudinalmente, ni tampoco una meseta central que sirva de nodo de integración de las unidades jurídico-administrativas periféricas, tal y como ocurrió en Nueva España. De esta manera, proclamada la independencia de la Capitanía General de Guatemala y creada la entidad Provincias Unidas del Centro de América en 1824, la desvinculación entre sus principales unidades territoriales se hizo evidente: la mitad de Guatemala estaba estrechamente ligada a Chiapas, Tabasco y Yucatán; Costa Rica estaba orientada hacia Nueva Granada por conducto de la provincia de Panamá; El Salvador y las poblaciones costeras al Océano Pacífico de Honduras, Nicaragua y Costa Rica tenían más contacto con los puertos de Acapulco en México y el Callao en el Perú que entre 36 GeopolíticaID4.indd 36 12/18/12 5:06 PM Secesión y fragmentación ellas mismas; lo mismo ocurría en la costa atlántica que sólo miraba a las Antillas inglesas. Por último, los pantanos de los litorales de la costa atlántica y sus selvas tropicales circundantes fueron obstáculos naturales de protección para diferentes pueblos indios y comunidades étnicas (la comunidad garífuna, por ejemplo). Estas comunidades influyeron en la organización territorial de las repúblicas surgidas de la disolución de las Provincias Unidas.28 La configuración territorial de las primeras repúblicas hispanoamericanas: 1819-1836 En México, la disputa entre las élites criollas ocurrió entre los promotores de la república con un presidente fuerte —Vicente Guerrero— y los defensores una monarquía constitucional con un príncipe fuerte —Agustín de Iturbide—. Rechazada la posibilidad de un régimen monárquico con la abdicación forzada de Agustín de Iturbide, el dilema siguiente fue encontrar una fórmula política que permitiera conservar la integridad territorial y garantizar la independencia ante el exterior. La instauración de un gobierno estable ocurrió hasta el último cuarto del siglo xix y durante todo ese tiempo el país perdió la mitad de su territorio en la guerra contra Estados Unidos, vivió la amenaza de secesiones territoriales de algunos de sus estados federados (Yucatán en 1848; Sonora 1853-1854; la República del Río Grande en 1840, integrada por Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas); de una expedición española de reconquista (la expedición de Isidro Barradas en 1829) y de la reinstauración de un régimen monárquico (Segundo Imperio, 1864-1867). En todo caso, la configuración original del territorio mexicano fue pactada por los liberales federalistas en 1824, lo cual además permitió la independencia pacífica de las provincias de Centroamérica. Los monarquistas mexicanos deseaban mantener unido el antiguo territorio de América Septentrional, lo que explica el motivo principal de la expedición de Vicente Filisola a Centroamérica, ordenada por el 28 Hermann, Christian. Op. cit., p. 189. 37 GeopolíticaID4.indd 37 12/18/12 5:06 PM Juan Carlos Arriaga y Tania Libertad Camal emperador Agustín de Iturbide en 1822-1823. Al finalizar el período colonial, la Capitanía General de Guatemala no formaba parte jurídica ni administrativamente del Virreinato de Nueva España. Los criollos liberales de las diferentes intendencias centroamericanas —sólo Guatemala no poseyó su propia intendencia— concebían autónomas a sus instituciones de gobierno locales y actuaron en consecuencia desde 1810 para conservar este estatus para sus regiones, aunque sin romper los vínculos con la metrópoli. La proclama de la independencia de México en 1821, contenida en el Plan de Iguala, fue comunicada a las autoridades de Guatemala, invitándolas a formar parte del Imperio Mexicano. Para los liberales centroamericanos, la propuesta mexicana significaba la independencia en orden y en paz, pero no garantizaba la autonomía de las provincias. La Intendencia de Chiapas aceptó la invitación, al igual que la Intendencia de Yucatán, no así el resto de las provincias centroamericanas, las cuales declararon su independencia tanto de España como de Guatemala. Nicoya (Honduras), Nicaragua y El Salvador proclamaron su independencia en los primeros días de septiembre; Costa Rica declaró su independencia a finales de octubre, separándose con ello de Nicaragua. La secesión pacífica de las provincias centroamericanas respecto de España se consumó en un período de un mes. La preocupación principal de algunos grupos de la élite criolla centroamericana era mantener la hegemonía de la ciudad capital, Guatemala, sobre el resto de las provincias centroamericanas y, al mismo tiempo, evitar una guerra civil.29 Las proclamas independentistas de las provincias centroamericanas disgustaron al emperador Iturbide, pues deseaba mantener unido el antiguo territorio de América Septentrional que, desde su punto de vista, también incluía la Capitanía de Guatemala. Como señala Lucas Alamán, el proyecto monárquico de Iturbide consideraba que la independencia de España implicaba el surgimiento del Imperio Mexicano, 29 Ibídem, pp. 191-92; Woodward, Ralph Lee. “Cambios en el Estado guatemalteco en el siglo XIX”, en Teracena Arriola, Arturo y Jean Piel (coords.), Identidades nacionales y Estado moderno en Centroamérica, San José, Editorial Universidad de Costa Rica, 1995, p. 117, y Anna, Timothy. “La independencia de México y Centroamérica”, en Bethell, Leslie (ed.), Historia de América Latina No. 5. La Independencia, Barcelona, Editorial Crítica, 1991, p. 72. 38 GeopolíticaID4.indd 38 12/18/12 5:06 PM Secesión y fragmentación el cual heredaba por derecho natural el territorio de América Septentrional. Por lo tanto, agrega, las pretensiones independentistas de ciertas provincias centroamericanas cercenaba el territorio del Imperio, tal y como fue proclamado en la Constitución de Cádiz.30 En cierto momento, incluso, Iturbide llegó a imaginar la expansión territorial de su imperio anexando las islas de Cuba, Puerto Rico y Santo Domingo, como paso previo para colocar a su Imperio como potencia hegemónica en el Caribe. Fue el mismo sueño de crear grandes naciones sobre grandes territorios que compartieron Simón Bolívar con su proyecto de la Confederación Andina y José de Santa Cruz con intento de creación de la Confederación Peruano-Boliviana. Todos estos sueños fracasaron.31 Moderados, realistas e incluso algunos miembros del clero centroamericano apoyaron el movimiento de adhesión al Imperio Mexicano, dirigido por Gabino Gaínza.32 La proclama de adhesión a México fue anunciada en enero de 1822, luego de realizadas las consultas a los cabildos en diciembre anterior. Sin embargo, la unión a México fue rechazada por las autoridades civiles de El Salvador, cuyos líderes, Manuel José de Arce y el padre José Matías Delgado se declararon en rebeldía. Tropas guatemaltecas al mando de Gaínza fueron enviadas a El Salvador para someter a las autoridades rebeldes, pero cayeron derrotadas. Gaínza entonces solicitó refuerzos a Iturbide; tropas que ya estaban apostadas en Chiapas llegaron a la ciudad de Guatemala a mediados de junio. Ante el peligro de la invasión del ejército imperial 30 Alamán, Lucas. Historia de México. Con una noticia preliminar del sistema de gobierno que regía en 1808 y del estado en que se hallara el país en el mismo año, Tomo V. México, Imprenta de Victoriano Agüeros y Comp. Editores, 1885, pp. 368-369. 31 Vd Rojas, Rafael. “El México de Iturbide. Indicios de un imaginario imperial”, en Política y Gobierno, vol. VI, núm. 2, México, CIDE (2° semestre), 1999, pp. 491-493, y Lucena Salmoral, Manuel. Atlas histórico de Latinoamérica: desde la prehistoria hasta el siglo XXI, Madrid, Ed. Síntesis, 2005, p. 148. 32 Gabino Gaínza y Fernández de Medrano fue el militar español que reprimió la rebelión de Túpac Amaru en Perú en 1784, y como jefe del ejército realista en Chile firmó con Bernardo O’Higgins el tratado de Lircay con el que se reconoció la independencia de esta Capitanía General. 39 GeopolíticaID4.indd 39 12/18/12 5:06 PM Juan Carlos Arriaga y Tania Libertad Camal mexicano, la Junta de Gobierno presidida por el padre Delgado proclamó la anexión de El Salvador a Estados Unidos.33 No habían iniciado aún los enfrentamientos entre las tropas imperiales y las fuerzas rebeldes centroamericanas cuando el emperador Iturbide fue depuesto en marzo de 1823, anulando con ello la amenaza de guerra, así como la proclama salvadoreña de anexión a Estados Unidos. El general Vicente Filisola retiró las tropas mexicanas de Centroamérica y llamó a todos los habitantes de la Capitanía General a elegir a sus diputados a la asamblea constituyente de la Federación de la América Central. En julio de 1823 las provincias del Antiguo Reino de Guatemala, excepto Chiapas y el Soconusco,34 ratificaron la decisión de crear su propia república. El Congreso mexicano aceptó la situación y las provincias centroamericanas conservaron pacíficamente su independencia. De esta manera nació la república centroamericana llamada Provincias Unidas del Centro de América, que en 1824 adquirió el nombre de República Federal de Centroamérica.35 La federación centroamericana estuvo conformada por los territorios de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica. También consideraba parte de su territorio a la colonia de Honduras Británicas —hoy Belice— y el Soconusco. El proceso de fragmentación de esta república inició en 1838, primero con la separación de Nicaragua; poco después ese mismo año, por Honduras y Costa Rica y, al año siguiente, por Guatemala —que conservó por la fuerza el territorio de Los Altos que a su vez incluía el Soconusco y mantenía el 33 Vd Hermann, Christian. Op. cit., p. 192; Ayala Benítez, Luis Ernesto. La Iglesia y la independencia política de Centro América: “El caso de El Estado de El Salvador” (1808-1833), Roma, Pontificia Universidad Gregoriana, 2007, pp. 143-256 y, Woodward, Ralph Lee. Op. cit., p. 121. 34 La provincia del Soconusco se mantuvo en litigio entre Guatemala y México hasta 1842. La pertenencia del Soconusco a Chiapas fue ratificada en el Tratado de Límites entre México y Guatemala de 1884, tratado con el cual, además, la república centroamericana renunció definitivamente a Chiapas y particularmente al Soconusco. 35 Vd Commons de la Rosa, Áurea. Op. cit., p. 74; Hermann, Christian. Op. cit., p.192; Woodward, Ralph Lee. Op. cit., p. 122, y Anna, Timothy. Op. cit., pp. 72-73. 40 GeopolíticaID4.indd 40 12/18/12 5:06 PM Secesión y fragmentación reclamo de derechos históricos sobre Honduras Británicas—. Así desapareció el primer intento de integración política en Centroamérica.36 Al sur, en Nueva Granada, la élite criolla de Bogotá proclamó la independencia del Virreinato en julio de 1810. El problema que enfrentaron desde el primer momento fue construir un gobierno legítimo para todo el Virreinato. Por un lado, la élite de Cartagena de Indias conservó su propia Junta gubernativa fiel al Consejo de Regencia; por otro Tunja, Socorro, Pamplona, Santiago de Cali, Antioquia y Angostura reclamaron, en nombre de sus respectivas provincias, la soberanía para una república denominada Confederación de las Provincias Unidas de Nueva Granada. En la provincia de Santa Fe de Bogotá, ciudad capital del Virreinato, la casta criolla proclamó su propia república de tendencia centralista, llamada Cundinamarca. Las provincias de Popayán y Pasto se declararon fieles al Consejo de Regencia. De esta manera, para finales de 1811 existían en Nueva Granada tres regiones bajo dominio de gobiernos diferentes. Esta situación política dio pie a una multiplicidad de soberanías territoriales que no sólo impidió la conformación de un gobierno central unificado y fuerte, sino que además empujó a las provincias a sostener una guerra civil.37 En los cuatro años siguientes se realizaron diferentes intentos por unificar a las provincias en torno a una sola república, aunque estas ya estaban coaligadas en dos facciones. Por un lado, el grupo liderado por Cartagena con su propuesta de gobierno federal que otorgaba a cada provincia autonomía e igualdad. Por el otro, el grupo encabezado por Santa Fe de Bogotá que propugnaba por un gobierno centralista y leal a los realistas. En marzo de 1811, los notables santafesinos realizaron un congreso en el que crearon el estado de Cundinamarca y reconocieron a Fernando VII como su rey. Al mismo tiempo, Cartagena y su coalición crearon las Provincias Unidas de Nueva Granada. El gobier36 Taracena Arriola, Arturo y Jean Piel. Identidades nacionales y estados modernos en Centroamérica, San José, Editorial Universidad de Costa Rica, 1995, pp. 50-56. 37 Vd Restrepo Mejía, Isabela. “La soberanía del ‘pueblo’ durante la época de independencia, 1810-1815”, en Historia Crítica, núm. 029, Bogotá, Universidad de los Andes, 2005, p. 10, y Amores Carredano, Juan Bosco. “La independencia de la América Continental española”, en Amores Carredano, Juan B. (coord.), Historia de América, Barcelona, Ed. Ariel, 2006, p. 605. 41 GeopolíticaID4.indd 41 12/18/12 5:06 PM Juan Carlos Arriaga y Tania Libertad Camal no de esta confederación recayó en el Congreso de la Confederación, el poder presidencial estaba subordinado a éste y cada provincia podía establecer su propia constitución. El escenario estaba listo para el inicio de la guerra civil, misma que se prolongaría hasta finales de 1814 y terminó con la derrota del ejército de las Provincias Unidas. Así concluyó el período de lo que la historiografía colombiana denomina como la Patria Boba.38 Por otra parte, en la Capitanía de Venezuela, en abril de 1810 el Cabildo de Caracas destituyó al capitán general e instaló la Junta Suprema Conservadora de Derechos de Fernando VII ( Junta de Caracas), lo que constituyó la primera experiencia de gobierno autónomo en Venezuela. La junta ejerció su autoridad hasta marzo de 1811 cuando fue sustituida por el Primer Congreso Nacional, institución encargada de redactar la Declaración de Independencia y la creación de la Confederación de Venezuela. En el texto constitucional se reconoció la autonomía de las llamadas Provincias Unidas de Venezuela (Caracas, Cumaná, Barinas, Barcelona, Margarita, Mérida y Trujillo), en términos de igualdad entre poderes provinciales. También estableció el dominio del Legislativo sobre el Ejecutivo, integrado por un triunvirato.39 La Confederación de Venezuela, también conocida como la Primera República, colapsó cuando el Congreso decidió otorgar amplios poderes civiles y militares a Francisco de Miranda —es decir, lo ungió como dictador— para combatir a los realistas venezolanos (Coro, Maracaibo y Barcelona) aliados con los realistas de Santo Domingo. Sin embargo, la medida fue infructuosa y la república se derrumbó en julio de 1812.40 38 Vd Aguilera Peña, Mario. “División política administrativa de Colombia”, en Revista Credencial Historia, núm. 145, 2002, y Domínguez, Camilo, et al. “Construcción y deconstrucción territorial del Caribe colombiano durante el siglo XIX”, en Scripta Nova, Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, vol. X, núm. 218 (75), Universidad de Barcelona, 2006. Disponible en: http://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-218-75.htm. 39 Vd Yánez, Francisco Javier. Compendio de la historia de Venezuela: desde su descubrimiento y conquista hasta que se declaró estado independiente, Caracas, Imprenta de A. Damirón, 1840, pp. 164-171y, Parra-Pérez, Caracciolo. Op. cit., pp. 234-236. 40 Ibídem, p. 254. 42 GeopolíticaID4.indd 42 12/18/12 5:06 PM Secesión y fragmentación Luego de varios intentos por reinstaurar una república independiente, el objetivo se logró finalmente en diciembre de 1819, bajo el liderazgo de Simón Bolívar en el Congreso de Angostura. Ahí fue redactada una constitución que centralizaba el poder en el Ejecutivo, depositado en Simón Bolívar como presidente, a quien además se le otorgó la facultad de suspender la carta fundamental cuando así lo considerara conveniente.41 También en el Congreso de Angostura fue creada la República de Colombia —luego llamada Gran Colombia— conformada por los territorios del Virreinato de Nueva Granada y la Capitanía General de Venezuela; posteriormente se adhirió la Comandancia de Panamá en 1821 y fueron anexadas las provincias de Quito y Guayaquil en 1824. El territorio imaginado para la nueva república colindaba al norte con la capitanía de Guatemala, al sur con el Virreinato del Perú y al oriente con el imperio del Brasil y la Guyana inglesa. Para entonces Santa Fe, Cartagena, Quito y Panamá eran controladas por realistas.42 Luego de una larga expedición militar, los independentistas encabezados por Bolívar consolidaron la fundación de la República de la Gran Colombia y convocaron en 1821 a un nuevo Constituyente, esta vez en Cúcuta, ciudad fronteriza entre Nueva Granada y Venezuela. La Constitución de Cúcuta, promulgada en agosto de ese año, fue un orden jurídico para tiempos de guerra, es decir, un conjunto de leyes para facilitar la culminación de la guerra de independencia. Los ejércitos de Bolívar estaban conformados por oficiales y soldados neogranadinos y venezolanos que luchaban con la misma decisión sin importar en cuál territorio colonial ocurriera la batalla. Por lo tanto, había unidad militar, pero lo único que faltaba era reconocimiento 41 Blanco Blanco, Jacqueline. “De la Gran Colombia a la Nueva Granada, contexto histórico-político de la transición constitucional”, en Prologómenos, Derechos y valores, año/vol. X, número 020, Bogotá, Universidad Militar Nueva Granada, 2007, p. 74. 42 Vd Bushnell, David. “La independencia de la América del Sur española”, en Bethell, Leslie (ed.), Historia de América Latina, No. 5, La Independencia, Barcelona, Editorial Crítica, 1991, p. 111; Domínguez, Camilo, et al. Op. cit., y Sosa, Juan B. y Enrique J. Arce, Compendio de historia de Panamá, Panamá, Diario de Panamá, 1912, p. 289. 43 GeopolíticaID4.indd 43 12/18/12 5:06 PM Juan Carlos Arriaga y Tania Libertad Camal jurídico y legitimad política para las fuerzas independentistas. Ambas cualidades las proporcionó la Constitución de Cúcuta.43 El sistema constitucional de Cúcuta permitió organizar la guerra de independencia, pero casi al finalizar ésta, brotaron las inconformidades en varias regiones. La Gran Colombia estuvo unida en lo militar contra un enemigo común, pero no en lo político para poder conformar una sola entidad. Ciertamente la unión de Venezuela con Nueva Granada era fundamental para ganar la guerra contra España, pero al concluir la lucha de independencia no fue posible conservar unificada territorialmente a la confederación. Aspectos geográficos, diferencias económicas y pugnas políticas entre las élites locales separaban las provincias de la Gran Colombia. Por ejemplo, Caracas, antigua capital de la Capitanía General que se mantuvo independiente del centro virreinal neogranadino, mantuvo en la Constitución de Cúcuta su condición de asiento de los poderes de gobierno como ciudad capital del Departamento de Venezuela y conservó su territorio original. Por el contrario, Santa Fe de Bogotá, antigua sede de los poderes virreinales, fue renombrada Cundinamarca y perdió varias ciudades que tuvo bajo su jurisdicción durante la colonia.44 Situaciones singulares dentro de la Gran Colombia fueron las provincias de Panamá y Quito, pues en realidad no tuvieron injerencia en la creación de la república. En el caso de Panamá, ya en la postrimería del régimen colonial, era una comandancia general dependiente del Virreinato de Nueva Granada. Estaba integrada por las provincias de Portobelo, Veraguas y el Darien. En la Ciudad de Panamá estaban radicados los poderes militares, políticos y administrativos de toda la Comandancia.45 En la provincia de Portobelo estaba ubicado el puerto del mismo nombre, que por tierra estaba conectado con el puerto de Panamá. Para España era fundamental controlar esta ruta terrestre de comunicación interocéanica, pues era estratégica para garantizar el tráfico 43 Vd Bushnell, David. Op. cit., p. 111, y Blanco Blanco, Jacqueline. Op. cit., p. 76. Rodríguez, Jaime. Op. cit., p. 13. 45 Arosamena, Mariano. Apuntamientos Históricos (1801-1840), Panamá, Biblioteca de la Nacional Autoridad del Canal de Panamá, 1999, p. 20. 44 44 GeopolíticaID4.indd 44 12/18/12 5:06 PM Secesión y fragmentación comercial con sus colonias en el Pacífico y, entre 1815 y 1819, como base de operaciones para emprender los planes de reconquista de las provincias independizadas de Cartagena, Chile y Buenos Aires.46 A mediados de 1821, Bolívar había planeado una campaña para la liberación de Panamá. Sin embargo, debido a la importancia que le asignaba a la campaña de independencia de Quito que comandaba Antonio José de Sucre, decidió posponer el proyecto sobre Panamá. Para septiembre de ese año, las provincias centroamericanas habían proclamado su independencia de España, los realistas de Cartagena habían caído ante los independentistas, lo mismo que la totalidad de la Capitanía de Venezuela. En este contexto fue que el gobernador de Panamá, el general Juan de la Cruz Murgeón, debido a su viaje al sur para apoyar a las tropas realistas de Quito, delegó temporalmente el poder en José de Fábrega, oriundo del lugar. La élite criolla aprovechó la situación, convenció a Fábrega y, a mediados de noviembre desencadenaron el movimiento de independencia en la Villa de los Santos. A finales de ese mes proclamaron la independencia de Panamá y la adhesión de la provincia a la Gran Colombia.47 Panamá quedó integrada a la Gran Colombia en calidad de departamento, nombrado Departamento del Istmo, con los límites territoriales que poseía cuando era Comandancia General. La crisis política en la que cayó la Gran Colombia después de 1830 animó a las élites criollas panameñas a exigir la erección de Panamá como el cuarto estado dentro de la confederación Quito-Nueva Granada-Venezuela; se llegó a proponer, incluso la independencia del Departamento y a solicitar la protección de alguna potencia europea. En septiembre de 1830 se produjo la primera separación de Panamá de la Gran Colombia, poco después de que Venezuela y Ecuador habían decidido convertirse en repúblicas independientes. Esta proclama fue anulada por su mismo promotor, José Domingo Espinar, en diciembre de aquel año. Tal decisión le costó el destierro a Espinar y condujo a una segunda separación de Panamá, en julio de 1831, que instaló la dictadura de Juan Eligio Alzuru. El gobierno del dictador fue vencido por fuerzas locales 46 47 Ibídem, pp. 27-28 y, Sosa, Juan B. y Enrique J. Arce, op. cit., p. 278-279. Sosa, Juan B. y Enrique J. Arce, op. cit., p. 288 y, Bushnell, David. Op. cit., pp.112-113. 45 GeopolíticaID4.indd 45 12/18/12 5:06 PM Juan Carlos Arriaga y Tania Libertad Camal y permitió reincorporar el territorio panameño a la República de Nueva Granada, es decir, lo que quedó de la Gran Colombia. Así se mantuvo hasta 1903 cuando fue separada definitivamente de Colombia.48 En el caso de Ecuador, cuando fue promulgada la Constitución de Cúcuta, la provincia continuaba en poder de los realistas; solamente Guayaquil había proclamado previamente su independencia (octubre de 1820) y creado una junta militar para combatir al régimen colonial. Tras dos años de lucha y luego de ser derrotadas las fuerzas realistas por el ejército colombiano —bajo el mando de Antonio José de Sucre y acompañado por un ejército compuesto por tropas altoperuanas-argentinas-chilenas dirigido por Andrés de Santa Cruz— las provincias de Quito, Cuenca y Loja fueron anexadas a la República de Colombia en mayo de 1822 como el Departamento de Ecuador. Sólo Guayaquil se rehusó, pues existía controversia entre grupos criollos locales de tendencia “peruanista”, “colombianista” e independentista.49 En julio de 1822 Guayaquil fue ocupada por el ejército comandado por el mariscal Sucre. Dos semanas después Simón Bolívar la anexó a la Gran Colombia, pues la consideraba parte de la antigua intendencia de Quito y, por lo tanto, perteneciente a la confederación grancolombiana.50 Previo a la ocupación de Guayaquil por Bolívar, José de San Martín había planeado la captura de la provincia por el Sur. Desde la perspectiva del Libertador argentino, Guayaquil debía formar parte del Perú, pues administrativamente así había ocurrido desde el siglo xviii. Sus planes eran crear una monarquía constitucional para el Perú, en la que formara parte Guayaquil, entre otras provincias. En la entrevista que sostuvo con Bolívar precisamente en Guayaquil en 1822 —de la cual no se sabe con exactitud qué fue lo que discutieron ambos caudillos— el asunto de la posesión de la ciudad puerto quedó resuelto en favor de la Gran Colombia, pues San Martín desistió de su idea del 48 Sosa, Juan B. y Enrique J. Arce, op. cit., pp. 298-301. Bushnell, David. Op. cit., p. 113. 50 Cárdenas Reyes, María Cristina. “Olmedo y las ideologías latinoamericanas del s. XIX”, en Revista del Archivo Histórico del Guayas, núm. 1, Segunda Época, Guayaquil, 2006, pp. 101-102. 49 46 GeopolíticaID4.indd 46 12/18/12 5:06 PM Secesión y fragmentación Guayaquil peruano, de igual forma abandonó la lucha de independencia, dimitió a todos sus poderes en el Perú y se exilió en Europa.51 Durante la colonia, Guayaquil fue ciudad portuaria dedicada al comercio, rodeada de una fértil región productora de cacao. La economía de la ciudad puerto estaba dominada por el monopolio que ejercía el Consulado de Comercio de Lima, protegido y estimulado además por el virrey del Perú. La élite guayaquileña de los siglos xviii y xix estaba fuertemente influenciada por el pensamiento ilustrado y políticamente identificada con el liberalismo. Este grupo reclamaba desde finales del siglo xviii la aplicación del libre comercio entre las distintas provincias americanas del Pacífico anunciado en 1774 y que se había suspendido para esta provincia a solicitud de los comerciantes de cacao de Caracas. La revolución de octubre de 1820 buscó precisamente establecer el libre comercio del cacao —muy importante entre los puertos de Guayaquil y Acapulco— y también eliminar las elevadas tributaciones impuestas por la Caja Real de Lima, recursos utilizados a su vez para sufragar los gastos militares contra los independentistas en el Perú y Chile.52 Esta situación explica, en parte, el por qué del rechazo de la élite criolla guayaquileña a formar parte de la Gran Colombia. La configuración territorial de la Gran Colombia quedó completada en 1822 con la anexión de Guayaquil. Sin embargo, la unidad política y territorial de la república no estaba destinada a durar mucho tiempo. En los siguientes ocho años se desarrolló una intensa lucha entre élites regionales que se oponían al supuesto centralismo de Bogotá. Así, desde el nacimiento de la Gran Colombia, la integridad territorial de la república fue precaria y sólo bastaba que desapareciera el elemento unificador para comenzar su fragmentación. Ese elemento unificador fue el poder militar de Bolívar.53 51 Bushnell, David. Op. cit, pp. 113-114. Cárdenas Reyes, María Cristina. Op. cit., p.101. 53 Enock, Reginald. Ecuador. Its Ancient and Modern History, Topography and Natural Resources, Industries and Social Development, London, T. Fisher Unwin, 1914, p. 77, y Rodríguez, Jaime. Op. cit., p. 14. 52 47 GeopolíticaID4.indd 47 12/18/12 5:06 PM Juan Carlos Arriaga y Tania Libertad Camal Al igual que Quito, el Perú fue independizado de España por fuerzas externas. En 1820 San Martín ocupó la región sur del Perú, desde Chile y, en junio de 1821 liberó Lima. En la antigua capital virreinal, San Martín convocó a una junta de notables para que se encargara de redactar el Acta de Independencia del Perú, en la que se designó Protector de la República a San Martín, se instituyó un Consejo de Estado y se convocó a la realización de un Congreso Constituyente que quedó integrado en mayo de 1822 con representantes de los departamentos de Lima, Trujillo, Tarma, Huaylas, La Costa, Cuzco, Arequipa, Puno, Huencavélica, Maynas y Quijos que conformaban el Perú, mientras que los otros cinco permanecían bajo control de los realistas. La primera sesión del Constituyente se efectuó hasta septiembre de ese año y en ella los diputados le ofrecieron a San Martín poderes absolutos, mismos que el Libertador argentino rechazó. San Martín renunció a sus poderes cómo protector del Perú y los entregó a una Junta de Gobierno creada en el acto por el Constituyente. La primera Constitución, de tendencia liberal, fue promulgada en noviembre de 1822.54 El Constituyente del Perú de 1822 estableció un gobierno presidencial con un poder legislativo fuerte y un ejecutivo representado en un triunvirato. Instalado el nuevo gobierno, el Congreso y el Triunvirato se mostraron incapaces de establecer el orden, pero sobre todo de hacer frente a los embates realistas. Así, la Junta de Gobierno decidió solicitar ayuda militar a Bolívar para defender la independencia de la república. Bolívar envió tropas colombianas al Perú en marzo de 1823 e inmediatamente después designó a Antonio José de Sucre para dirigir la campaña militar contra los realistas. Bolívar arribó a Lima en septiembre de ese año. Acto seguido, la Junta de Gobierno derogó la Constitución y transfirió al Libertador el poder político y militar de la república, sin reservas.55 Ya instalado en la presidencia, Bolívar reinició la lucha contra los realistas, dirigiendo él mismo las campañas en 54 Núñez Endara, Pablo. Relaciones internacionales del Ecuador en la fundación de la República, Quito, Universidad Andina Simón Bolívar-Abya Yala-Corporación Editorial Nacional, 2001, pp. 27-29. 55 Lucena Salmoral, Manuel. Op. cit., p. 147, y Rodríguez, Jaime. Op. cit., p. 15. 48 GeopolíticaID4.indd 48 12/18/12 5:06 PM Secesión y fragmentación el Perú y encargando a Sucre la liberación de la audiencia de Charcas. Sucre cumplió su encomienda en febrero de 1825 y, meses más tarde, fue promulgada la llamada Constitución Bolivariana de la República de Bolivia. El texto constitucional fue copiado textualmente e implantado en el Perú. En 1826 la situación política en la Gran Colombia se encontraba muy tensa, por lo cual Bolívar tuvo que encargar a Andrés de Santa Cruz la presidencia del Perú y retornar a Colombia. Cuando Bolívar estuvo ya fuera del Perú, los liberales locales aprovecharon la oportunidad para desconocer la Constitución Bolivariana y convocaron a la instauración de un nuevo gobierno. En junio de 1827, la Constitución Bolivariana fue abolida y se designó al general José Domingo de La Mar y Cortázar como nuevo Presidente del Perú. Al año siguiente fue promulgada una nueva constitución de corte centralista. La lucha contra Bolívar acrecentó en el Perú un fuerte sentimiento anticolombiano que fue aprovechado por el gobierno de José de La Mar para declarar la guerra a la Gran Colombia y con ello fijar los límites territoriales entre el Perú y el Departamento de Quito. En 1828 el ejército peruano ocupó Cuenca y Guayaquil. Esta fue la segunda guerra territorial en América Latina, que fue resuelta a favor del departamento de Guayaquil, sin embargo, fue el inicio de futuros conflictos territoriales entre las repúblicas de Ecuador y el Perú.56 Luego de su fracaso por ocupar y anexar al Perú, así como los territorios de Cuenca y Guayaquil, el general La Mar fue derrocado de la presidencia, siendo sucedido por Agustín Gamarra Mesía, quien se mantuvo en el cargo hasta 1833, sorteando una serie de guerras internas contra movimientos regionalistas y contra caudillos locales. Derrocado Gamarra, la república quedó sumergida en una guerra civil, sólo resuelta cuando Santa Cruz invadió el Perú desde Bolivia y proclamó la Confederación Peruano Boliviana en 1836. Como se mencionó párrafos atrás, Antonio José de Sucre declaró la independencia de Charcas o el Alto Perú en febrero de 1825, pero lo hizo sin librar una sola batalla. La extinta Audiencia virreinal fue renombrada posteriormente como Bolivia en honor del Libertador 56 Enock, Reginald. Op. cit., p. 77. 49 GeopolíticaID4.indd 49 12/18/12 5:06 PM Juan Carlos Arriaga y Tania Libertad Camal Simón Bolívar.57 Durante la mayor parte de la época colonial, Charcas formó parte del Virreinato del Perú, luego en 1778 España la agregó al recién creado Virreinato del Río de La Plata y, finalmente, reincorporada al Virreinato del Perú al proclamarse autónoma la Junta de Buenos Aires. Aunque vinculado a Buenos Aires y Lima, los asuntos de gobierno, seguridad interior, hacienda y guerra fueron encomendados a los intendentes de cada una de las provincias (Potosí, Santa Cruz, La Paz y Chuquisaca) y a los jefes de las dos gobernaciones orientales (Moxos y Chiquitos), y los de justicia a la Audiencia de Charcas. En ese entonces, Charcas poseía una de las Universidades más prestigiadas de la época (Chiquisaca) y su propio arzobispado. Por lo anterior, en la práctica Charcas fue autónoma de Buenos Aires y Lima en los asuntos de gobierno y administración interior. Derrotadas las fuerzas realistas, el asunto más importante por resolver fue la organización política del territorio recién independizado. Las élites criollas de las provincias altoperuanas deseaban conservar la situación de autonomía de cuando fueron Intendencias coloniales, pero no existía arreglo sobre la forma del tipo de organización política a instaurar. Sucre propuso en 1825 la realización de un Congreso Constituyente en el que los habitantes altoperuanos decidirían con libertad su futuro político; las élites criollas se sumaron rápidamente a la convocatoria. Cuando el Congreso fue retrasado debido al rechazo de Bolívar a aceptar la independencia de la antigua Audiencia de Charcas, las élites criollas empezaron a manifestar su recelo contra el gobierno de Sucre y a la presencia de las tropas colombianas en su territorio. El Congreso constituyente convocado por el Mariscal Sucre se realizó finalmente en la ciudad de Chiquisaca en 1826. Los representantes de las cuatro provincias discutieron, entre otros asuntos, el rumbo que debería tomar la naciente república. Por un lado, algunos representantes proponían continuar la unidad con el gobierno independiente del Río de la Plata, es decir, con las Provincias Unidas; otros 57 Arguedas, Alcides. Historia General de Bolivia, La Paz, Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia, 1912, pp. 22-25, y Siles Salinas, Jorge. Historia de la Independencia de Bolivia, La Paz, Plural Editores, 2009, p. 276. 50 GeopolíticaID4.indd 50 12/18/12 5:06 PM Secesión y fragmentación proponían reincorporar el territorio de Charcas al Perú monárquico; el resto, el grupo más numeroso, sostuvo la posición de mantener la independencia de Charcas, no sólo de España, sino también de cualquier otra república americana.58 Las discusiones sobre el estatus jurídico de Bolivia no eran un asunto menor, dado el hecho de que en el pasado había pertenecido a los Virreinatos del Perú y del Río de la Plata. Ya como repúblicas, el Perú y las Provincias Unidas decían tener el derecho histórico de recibir como herencia el antiguo territorio altoperuano. El asunto se resolvió cuando el gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata y algunos independentistas aliados de Bolívar en el Perú estuvieron de acuerdo con la independencia total del Alto Perú.59 Primero, el gobierno de Buenos Aires decretó en 1824, poco antes de la derrota de los realistas en el Alto Perú, la postura de dejar libres a tales provincias para que éstas decidieran lo que conviniera a sus intereses. Luego, en el Perú se aceptó la independencia del Alto Perú por órdenes de Bolívar, quién cambió su renuencia inicial luego de visitar algunas ciudades altoperuanas y escuchar las demandas independentistas de sus habitantes. Para el historiador Jorge Siles Salinas, la perspectiva estratégica de Bolívar era que la independencia de Bolivia permitiría asegurar el equilibrio de poder en Sudamérica.60 En 1826 Andrés de Santa Cruz, aliado con ciertos liberales antibolivarianos, aprovechó la ausencia de Bolívar en el Perú para derogar la Constitución Bolivariana que reconocía al Libertador como presidente vitalicio. La política antibolivariana llegó pronto a Bolivia; las inconformidades de la población local contra las tropas colombianas crecían y alimentaban la influencia peruana contra el gobierno de Sucre. Al mismo tiempo, los soldados colombianos asentados en las principales ciudades bolivianas demandaban el retorno a sus lugares de origen y reclamaban el pago de sus salarios. Los problemas anteriores aunados a las intrigas políticas de militares peruanos —principalmente las fraguadas por Agustín Gamarra— y de personajes notables 58 59 60 Arguedas, Alcides. Op. cit., p. 25. Siles Salinas, Jorge. Op. cit., p. 276, y Arguedas, Alcides. Op. cit., p. 23. Siles Salinas, Jorge. Op. cit., p. 273. 51 GeopolíticaID4.indd 51 12/18/12 5:06 PM Juan Carlos Arriaga y Tania Libertad Camal de las provincias bolivianas empujaron la caída del general Sucre, quien renunció a la presidencia en agosto de 1828.61 Agustín Gamarra invadió Bolivia en mayo de 1828 con la pretensión de anexarla al Perú. Luego de un período de confrontaciones entre diferentes grupos de poder locales, Andrés de Santa Cruz, antiguo general a las órdenes de Sucre, fue designado presidente. Santa Cruz convocó a un nuevo Constituyente que elaboró una nueva constitución de corte centralista en 1831, en la que él fue designado presidente vitalicio. Pretendió unificar al Perú y Bolivia en una sola república (1836-1839). Este proyecto fue destruido por la intervención de Chile y Argentina, y las intrigas de militares y políticos bolivianos y peruanos que veían en Santa Cruz a un dictador ambicioso.62 Por otra parte, el mismo anhelo de fundar una gran república en un extenso territorio lo tuvo Simón Bolívar. El Libertador pretendió establecer la Constitución de Bolivia de 1826 en el Perú y en la Gran Colombia, para de esta manera crear la Confederación de los Andes que unificaría los territorios de las tres repúblicas.63 Este sueño de Bolívar nunca pudo materializarse debido a las rivalidades regionalistas, la oposición de los liberales en todas las provincias, pero sobre todo, por la oposición a conformar gobiernos representativos por los ciudadanos políticamente activos de las ciudades de dichas repúblicas. Así, en lugar de integrar un territorio bajo un mismo poder, la política centralista de Bolívar aceleró el proceso de fragmentación de la Gran Colombia. En Caracas, desde 1825, una coalición política conocida como el Club Liberal se opuso a varias políticas gubernamentales de Santander, entonces encargado de la presidencia en ausencia de Bolívar. Se opusieron, por ejemplo, a las leyes para expulsar a los españoles y la obtención de un crédito de banqueros ingleses. La primera medida afectaba fuertemente a la economía de Caracas, pues la mayoría de los españoles residentes eran comerciantes de productos venezolanos como el cacao y de la cochinilla. El Club Liberal se organizó para par61 62 63 Arguedas, Alcides. Op. cit., pp. 48-50. Siles Salinas, Jorge. Op. cit., p. 293. Bushnell, David. Op. cit., p.116. 52 GeopolíticaID4.indd 52 12/18/12 5:06 PM Secesión y fragmentación ticipar en las elecciones de 1825-1826 y, aunque Bolívar fue reelecto para un nuevo período a pesar de que se encontraba en el Perú, su fuerza se manifestó en Venezuela y hubo réplicas en Guayaquil.64 La realización de elecciones presidenciales y la continuidad del sistema bolivariano de gobierno no significaban que el poder ejecutivo nacional tuviera el control total del territorio. Los comandantes del ejército gobernaban en sus departamentos de manera autocrática. También existía una profunda división entre los liberales, quienes favorecían un gobierno civil, y los bolivarianos, que apoyaban un gobierno centralizado, militar y autocrático. Esta división se exacerbó por los constantes enfrentamientos entre el ejecutivo y el legislativo. Así pues, Santander y los legisladores privilegiaban la instauración de un orden constitucional, en tanto que Bolívar y los militares gobernadores de los departamentos enfrentaban la autoridad del poder legislativo.65 La crisis política surgió cuando los diputados votaron a favor de someter a juicio por abuso de autoridad al comandante general del departamento de Venezuela, José Antonio Páez. En abril de 1826, el Ayuntamiento de Caracas incitó a Páez a rebelarse contra la orden judicial y tomar las armas contra el gobierno de Bogotá. Otros militares se pronunciaron por una reforma a la Constitución de Cúcuta y la instauración de la Constitución Bolivariana, es decir, la promulgada en Bolivia semanas atrás. Bolívar, militares, gobernadores y los intendentes de varios departamentos apoyaron dicha reforma constitucional. Bolívar regresó del Perú dispuesto a resolver la crisis política y los conflictos entre los gobiernos de los departamentos y el gobierno central. Primero otorgó el perdón a Páez por intento de rebelión y luego se empeñó en imponer la Constitución Bolivariana. Estas acciones distanciaron a Bolívar y a Santander. En esta situación, algunos movimientos regionalistas se aliaron a los bolivarianos para debilitar aún más al gobierno nacional, al cual consideraban centralista.66 Por su parte, el Congreso colombiano mantenía su rechazo a la Constitución Bolivariana. En un intento por resolver la crisis, el Con64 65 66 Rodríguez, Jaime. Op. cit., p. 17. Ídem. Ídem. 53 GeopolíticaID4.indd 53 12/18/12 5:06 PM Juan Carlos Arriaga y Tania Libertad Camal greso convocó a una gran convención nacional, la cual se reunió entre abril y mayo de 1828. Los debates fueron intensos y encarnizados; los bolivarianos decidieron abandonar las sesiones y dejar a la convención sin quórum y, en consecuencia, imposibilitada para adoptar alguna reforma a la Constitución. En ese agosto, Bolívar, siguiendo lo señalado en la Constitución de Cúcuta, instauró una dictadura hasta que el Congreso Constituyente se reuniera nuevamente. En los meses posteriores la crisis política se agravó dando inicio a la fragmentación territorial de la Gran Colombia. En noviembre, Venezuela declaró su separación de la República de la Gran Colombia, ratificada en mayo de 1830 por una asamblea constituyente. Al poco tiempo Ecuador proclamó su separación de la Gran Colombia y la creación de una república federal.67 Para finalizar este breve recuento del proceso de fragmentación de la República de la Gran Colombia, es pertinente señalar que una de las consecuencias de lo anterior fue el inicio de las disputas y diferendos territoriales. Por ejemplo, en el contexto de la separación del departamento de Quito de la Gran Colombia ocurrió la tercera guerra por territorio en Hispanoamérica. La primera constitución de Ecuador fue promulgada 1831 en la ciudad de Riobamba. Las ciudades de Pasto, Buenaventura y Popayán que habían estado bajo jurisdicción de la Audiencia de Quito se incorporaron voluntariamente a los trabajos del Constituyente. Nueva Granada —o lo que quedó de la Gran Colombia—, protestó la adhesión del Cauca a Ecuador y exigió su devolución. Ante la negativa reiterada de Ecuador, Nueva Granada envió tropas para recuperar la provincia en cuestión. Derrotado, el gobierno de Ecuador firmó un tratado de paz en diciembre de ese año que definió parte del límite territorial entre ambas repúblicas, el resto fue negociado en un nuevo tratado de límites firmado en 1916.68 Por otra parte, en cuanto a los territorios que se separaron del antiguo Virreinato del Río de la Plata, éstos fueron Paraguay, la Banda Oriental y Charcas —del cual ya tratamos párrafos atrás—. El resto de las provincias fueron sometidas por la fuerza. El Virreinato del Río 67 68 Ibídem, p. 14, y Enock, Reginald. Op. cit., p. 78. Ídem. 54 GeopolíticaID4.indd 54 12/18/12 5:06 PM Secesión y fragmentación de la Plata fue la última entidad virreinal creada por el imperio español en 1776. Su existencia no fue lo suficientemente prolongada para conseguir afianzar los lazos comerciales, sociales, culturales y políticos entre las provincias y de éstas con la ciudad capital virreinal, Buenos Aires. Por ejemplo, Charcas tenía lazos étnicos y culturales más fuertes con el Perú; Paraguay se había mantenido prácticamente aislado y en la autarquía después de la expulsión de los jesuitas en 1767, y la Banda Oriental sostenía relaciones comerciales más intensas con las provincias del sur del Brasil, de hecho era competidora de los productos ganaderos y agrícolas de las Provincias del Río de la Plata y su puerto, Montevideo, rivalizaba con el de Buenos Aires en el monopolio de esclavos negros, cueros y carne salada.69 El Virreinato del Río de la Plata estaba conformado por las Intendencias de Buenos Aires, Salta del Tucumán, Córdoba del Tucumán, Paraguay; las Gobernaciones de las Misiones y Montevideo; y hasta 1809, por las Intendencias que integraban a la Audiencia de Charcas. Llegó a abarcar el territorio comprendido entre la cordillera de los Andes hasta la costa del Atlántico, en el sur con los límites con la Patagonia y, hacia el norte, hasta la amazonia alto-peruana. Al iniciar el movimiento de la lucha de independencia en Buenos Aires, todo este vasto territorio estaba poco habitado, con ciudades, villas y poblados separados por grandes distancias.70 Debido a dicho factor geográfico, era precaria la unidad territorial de la república surgida del Virreinato del Río de la Plata. Las demandas de autonomía de las oligarquías de las provincias, aunadas a la política centralista y despótica seguida por los notables de Buenos Aires, alentaron la creación de nuevas repúblicas. Las diferencias entre la élite porteña de Buenos Aires y los hacendados agrícolas de las provincias fueron profundas. Por un lado, las élites dominantes en las regiones agrícolas (Salta, Tucumán, La Rioja, Jujuy, Catamarca, San Juan, Córdoba y Mendoza) vieron afectados sus intereses con los decretos de libertad de comercio establecidos por la 69 Lynch, John. Las revoluciones hispanoamericanas, 1808-1826, 11ª0 ed. Barcelona, Ariel, 2008, p. 44. 70 Ibídem, pp. 44-45. 55 GeopolíticaID4.indd 55 12/18/12 5:06 PM Juan Carlos Arriaga y Tania Libertad Camal Junta de Buenos Aires en 1810, benéficas sólo para los estancieros bonaerenses y los comerciantes porteños. Por otra parte, las regiones rivereñas del Río de la Plata (Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes) rechazaban el monopolio aduanero del puerto de Buenos Aires —Córdoba y Santa Fe, por ejemplo, establecieron sus propias aduanas e incluso nombraron a sus propios representantes diplomáticos—.71 Fue así que, al poco tiempo de instaurada, la Junta de Buenos Aires debió organizar fuerzas expedicionarias para someter a las provincias rebeldes como Córdoba, el Alto Perú, Paraguay y la Banda Oriental. Con estas expediciones, los juntistas buscaban tener el control político sobre todo el territorio del antiguo virreinato y, a través de este poder, establecer el monopolio comercial, aduanero y portuario de Buenos Aires en la nueva república.72 La disputa entre las élites criollas por el modelo de organización territorial que debía implantarse fue una constante desde el momento en que fue declarada la independencia de las provincias del Río de las Plata. Por ejemplo, en la Junta Grande febrero de 1811, donde se publicó el Reglamento de Juntas Provinciales y Subordinadas o Subalternas, se pretendió establecer el régimen de organización político territorial basado en el sistema colonial de las Intendencias. Dicho régimen generó inconformidades entre las élites criollas de varias ciudades. Al respecto, Juan Ignacio Gorriti73 consideraba a esta forma de organización territorial como un mecanismo de intervención que violaba el principio de autonomía y, en lugar de ésta, proponía la instalación de una confederación de ciudades.74 71 Vd Amores Carredano, Juan Bosco. Op. cit., pp. 606-608, y Fernández, Jorge y Julio César Rondina. Op. cit., p. 39. 72 Ídem, y Rock, David. Argentina, 1616-1987: from Spanish Colonization to Alfonsín, California, University of California Press, 1987, pp. 70-80. 73 Teólogo, miembro del triunvirato de la Junta Grande y promotor de la autonomía de la ciudad de Jujuy, de la provincia de Salta. 74 Vd Gorriti, Juan Ignacio de. “Exponiendo los graves males que entraña la aplicación del decreto sobre la creación de Juntas provinciales y subalternas”, en Chiaramonte, José Carlos. Ciudades, provincias, Estados: Orígenes de la Nación Argentina (1800-1846), Buenos Aires, Ed. Emecé, 2007, pp. 136-141, y Fernández, Jorge y Julio César Rondina. Op. cit., pp. 43-44. 56 GeopolíticaID4.indd 56 12/18/12 5:06 PM Secesión y fragmentación La Junta Grande fue disuelta en septiembre de 1811 y fue sustituida por un poder ejecutivo de tres miembros denominado Triunvirato. En diciembre de 1811 el Triunvirato derogó el Reglamento de Juntas Provinciales y Subordinadas, reemplazándolo por el de Gobernadores y Tenientes Gobernadores. En este nuevo reglamento, los titulares de gobierno de las provincias serían designados directamente por el Triunvirato, lo cual generó nuevas protestas de las élites en las provincias.75 El Triunvirato fue desintegrado en octubre de 1812 por la presión de un grupo de militares y políticos liberales. Entonces fue instituido un segundo Triunvirato que convocó a una asamblea encargada de declarar la independencia y redactar una constitución. La Asamblea sesionó en los primeros meses de 1813 y dictó diversas disposiciones, de las cuales nos interesa destacar especialmente el Estatuto Supremo del Supremo Poder Ejecutivo. El Estatuto Supremo no fue un documento constitucional tal y como lo esperaban los radicales de la Sociedad Patriótica y la Logia Lautaro, ni tampoco proclamó oficialmente la independencia del antiguo Virreinato. Lo singular del documento, sin embargo, fue que creó una institución política que operaba de manera soberana: las Provincias Unidas del Río de la Plata. Esta fue una figura de gobierno nacional de corte centralista que dejó nuevamente el poder político en la élite porteña de Buenos Aires ejercido por un director supremo; esta figura política estuvo vigente entre 1814 y 1820.76 Asimismo, no obstante la creación de las nuevas gobernaciones e intendencias, la organización político-territorial establecida en el Estatuto Supremo no satisfizo las pretensiones de las élites de las provincias y las ciudades del interior, ni tampoco la élite porteña estuvo de acuerdo en reconocer la autonomía de las provincias. En consecuencia, los representantes de la Banda Oriental fueron impedidos para ingresar a la Asamblea de 1813 y el segundo Triunvirato declaró enemigo de la nación a José Gervasio Artigas. Meses después las provincias de Santa Fe y de Entre Ríos se rebelaron al gobierno del Directorio. El entonces Director Supremo, Ignacio Álvarez Thomas (abril de 1815-abril de 75 76 Ibídem, p. 46. Ibídem, pp. 50-51. 57 GeopolíticaID4.indd 57 12/18/12 5:06 PM Juan Carlos Arriaga y Tania Libertad Camal 1816), pretendió someter por la fuerza a ambas provincias pero fue derrotado militarmente y debió renunciar al cargo. Ante esto, su sucesor, Antonio González Balcarce, firmó un tratado mediante el cual Buenos Aires reconocía la independencia de Santa Fe; además de otro tratado secreto que obligaba a Santa Fe a respetar el primer tratado aún si ocurría el rechazo de Artigas.77 González Balcarce no ratificó los tratados de reconocimiento de la independencia de Santa Fe; en lugar de ello, envió los tratados al Congreso Constituyente que se realizaba en la ciudad de Tucumán, donde fueron rechazados por los diputados constituyentes. Como consecuencia, los representantes de las provincias de Santa Fe, Entre Ríos y la Banda Oriental deciden no asistir a las deliberaciones del Constituyente del Tucumán. Ante la actitud de González Balcarce de enviar tropas para aniquilar las pretensiones independentistas de Santa Fe, aparecieron nuevos levantamientos contra el centralismo porteño, ahora en ciudades como Córdoba y Santiago del Estero. El Congreso Constituyente del Tucumán ratificó la independencia del Río de la Plata en julio 1816 y proclamó oficialmente la creación de la República de Provincias Unidas de Sud América.78 El Congreso del Tucumán se realizó entre los meses de marzo y junio de 1916 en el contexto de profundas diferencias políticas entre los representantes de las provincias interiores y la mayoría de delegados porteños, así como por la amenaza de fragmentación territorial. En éste participaron dos facciones políticas con propuestas diferentes. Una facción minoritaria que apoyaba la creación de una república federal, mientras que otra, la mayoritaria, estaba a favor de una monarquía. Para los partidarios de este segundo grupo, la única manera de garantizar la existencia como república independiente de las Provincias Unidas era atacar el bastión realista en el Perú, una vez liberada e independizada la Capitanía General de Chile. Simultáneamente, se debía entregar la Banda Oriental al Imperio del Brasil —lo cual ocurrió en 1817—, cuando el director supremo en turno, Juan Martín de Pueyrredón, dejó a Artigas sin apoyo para defender la invasión realizada por Carlos 77 78 Ibídem, p. 52. Amores Carredano, Juan Bosco. Op. cit., p. 619. 58 GeopolíticaID4.indd 58 12/18/12 5:06 PM Secesión y fragmentación Federico Lecor y teniendo que buscar el apoyo de Inglaterra y Francia para sostener a la futura monarquía constitucional, encabezada por un príncipe europeo (español o incluso francés).79 El Congreso Constituyente fue trasladado del Tucumán a Buenos Aires sin haber concretado el texto constitucional. En mayo de 1817, en lugar de una carta constitucional, lo que emitió el Congreso fue el Reglamento Provisorio que debía reemplazar al Estatuto de 1815. El texto del reglamento de 1817 conservó el carácter unitario del documento antecesor, pues las provincias fueron consideradas como entidades administrativas, no como entidades autónomas; se mantuvo la facultad del director supremo para nombrar y remover libremente a los gobernadores de las provincias, además le otorgaba amplias facultades de fiscalización sobre los demás poderes.80 Las élites de las provincias del interior rechazaron el reglamento Provisorio de 1817. Las inconformidades de las provincias y la respuesta militar que dio Buenos Aires desencadenaron una guerra civil. En 1820 las fuerza federalistas de Estanislao López y Francisco Ramírez derrotaron al ejército del gobierno central, tomaron Buenos Aires y abolieron la Constitución de 1819. Acto seguido, las fuerzas provinciales convocaron a un nuevo Congreso Constituyente, el cual sesionó en marzo de 1820, en la ciudad de Córdoba. En la nueva Constitución se otorgó autonomía limitada a las provincias. El gobierno nacional desapareció y cada gobierno provincial se dedicó a administrar sus propios territorios, basados en su propia Constitución. Fue hasta enero de 1831 que las provincias firmaron un Pacto Federal que sirvió como punto de acuerdo para atender los asuntos locales en cada territorio en tanto se redactaba una nueva ley fundamental. Luego de más de dos décadas, la carta constitucional finalmente fue promulgada en 1853.81 La primera provincia que se separó del territorio original del Virreinato del Río de la Plata fue el Paraguay. Esta provincia, aunque formalmente era parte del Virreinato, nunca estuvo bajo el dominio 79 80 81 Ídem, y Fernández, Jorge y Julio César Rondina. Op. cit., pp. 53, 60-61. Ibídem, pp. 62-63. Rodríguez, Jaime. Op. cit., p. 8. 59 GeopolíticaID4.indd 59 12/18/12 5:06 PM Juan Carlos Arriaga y Tania Libertad Camal directo de Buenos Aires. Se trataba de una provincia agrícola dedicada a la ganadería y la agricultura. Su puerta comercial era la ciudad portuaria de Asunción, situada río arriba del Río de la Plata. Cuando en Asunción se supo de la instalación de la Junta Provisional de Buenos Aires en 1810, los notables de la provincia votaron por reconocer al Consejo de Regencia en España y mantener relaciones pacíficas con Buenos Aires. La Junta de Buenos Aires declaró al Paraguay “provincia rebelde” y de inmediato organizó una fuerza expedicionaria al mando de Manuel Belgrano, para imponer la autoridad del gobierno y someter a los opositores. Los paraguayos derrotaron al ejército de Belgrano en enero de 1811.82 La élite que controlaba la Junta de Asunción solicitó ayuda a los portugueses para combatir a los bonaerenses, lo cual suscitó su derrocamiento y la creación de una nueva Junta de Gobierno en junio de 1811. A continuación, la nueva Junta declaró la autonomía del Paraguay, tanto de Buenos Aires como de España. Un mes después fue integrado un congreso en el que estuvieron representados todos los distritos del Paraguay; en él se decidió crear una Junta Superior, encargada del gobierno de la nueva república y en la que José Gaspar Rodríguez de Francia fue uno de sus integrantes. La Junta gobernó durante dos años, tiempo durante el cual el Dr. Francia fue ganando poder. En 1813 la Junta propuso a Buenos Aires conformar una confederación de provincias del Rio de la Plata en la cual todas las provincias gozarían de autonomía y una igualdad completa. Buenos Aires rechazó la propuesta y comenzó a proferir una serie de amenazas de agresión militar que se sumaron a otras hechas por el Imperio de Brasil. Dada esta situación se convocó a un Congreso que declaró, en octubre de 1813, la independencia definitiva del Paraguay. Asimismo, integró un directorio de gobierno con dos cónsules, el Dr. Francia y Fulgencio Yegros. Al año siguiente el Dr. Francia consiguió que el Congreso lo nombrara dictador perpetuo y que éste se reuniera sólo cuando él así lo solicitara. La Asamblea nunca volvió a reunirse y el poder absoluto 82 Amores Carredano, Juan Bosco. Op. cit., p. 609. 60 GeopolíticaID4.indd 60 12/18/12 5:06 PM Secesión y fragmentación quedó en manos de Rodríguez de Francia, quien hasta su muerte en 1840 aisló al Paraguay.83 La Banda Oriental fue otra de las provincias escindidas del territorio original del virreinato del Rio de la Plata. Al igual que el Paraguay, la Banda Oriental tenía frontera con Brasil, su economía era fundamentalmente agrícola y su capital provincial era una ciudad portuaria, Montevideo. Al igual que Paraguay una junta de notables decidió reconocer al Consejo de Regencia y oponerse a la Junta Provisional de Buenos Aires de 1810. La Banda Oriental fue de los últimos espacios coloniales en ser ocupado por los españoles. Su creación como gobernación colonial fue en respuesta a la fundación de la Colonia de Sacramento por los portugueses. El núcleo de poblamiento principal fue Montevideo, ciudad portuaria creada entre 1724 y 1726 para frenar el avance colonizador portugués, impedir el contrabando y combatir el saqueo de ganado que se realizaba en las estancias de la región. El proceso de poblamiento importante de Montevideo ocurrió hasta finales del siglo xviii, principalmente por catalanes, vascos y gallegos, lo que diferenció significativamente a la población de la ciudad respecto aquella de las tierras interiores de la Banda Oriental. De esta manera, hacia 1810, la población estaba claramente diferenciada entre ibéricos y criollos leales a la monarquía, en su mayoría radicados en Montevideo, y los mestizos e indígenas de las tierras del interior. Debido a ello, Montevideo fue un reducto realista muy importante durante el período independentista en Sudamérica, equivalente a como lo fue la ciudad amurallada del Callao en el Perú. Para contener al movimiento juntista en Buenos Aires, a principios de 1811 el Consejo de Regencia envió a Montevideo al general Francisco Xavier de Elío en calidad de virrey del Río de la Plata. Ya en el cargo, Elío implantó una férrea y sangrienta política de control interno, revisó los títulos de propiedad de los estancieros, incrementó los impuestos y buscó el apoyo de Brasil para someter a Buenos Aires. Estos actos motivaron el fuerte descontento y la rebeldía de los pobla83 Ídem, y Lucena Salmoral, Manuel. op. cit, pp. 143-144. 61 GeopolíticaID4.indd 61 12/18/12 5:06 PM Juan Carlos Arriaga y Tania Libertad Camal dores de la Banda Oriental. La dirección de los rebeldes orientales fue asumida por José Gervasio Artigas. La guerra por la expulsión de los realistas de la Banda Oriental inició en febrero de 1811 con el llamado Grito de Asencio, acto de adhesión de Artigas y sus tropas a la Junta de Buenos Aires. En el fondo se trató de un movimiento de insurrección encabezado por estancieros productores de cueros y carne salada que se oponían a las leyes españolas de exportación. Luego de varias batallas, los orientales apoyados por tropas bonaerenses, lograron someter a los realistas, dejando a Montevideo como el único reducto de apoyo que tenía el virrey Elío. El asedio de Montevideo inició en mayo de 1811, situación que obligó al virrey a solicitar la ayuda del emperador del Brasil, quien gustoso aceptó la petición, pues se le brindaba la oportunidad de reafirmar su dominio sobre el territorio de la Banda Oriental y con ello obtener derechos de navegación sobre el Río de la Plata. El avance del ejército brasileño sobre Montevideo y la retirada de las tropas bonaerenses obligaron a Artigas a refugiarse en la provincia de Entre Ríos y ahí solicitar nuevamente apoyo de Buenos Aires. Sin embargo, el primer Triunvirato ya había firmado, en octubre de 1811, un armisticio con el virrey Elío que incluía la retirada de los ejércitos portugueses y bonaerenses de la Banda Oriental y el cese del bloqueo naval al puerto de Buenos Aires. Los realistas del Alto Perú estaban avanzando sobre la ciudad de Tucumán y el bloqueo naval sobre Buenos Aires había generado graves pérdidas a los comerciantes porteños. Ambos hechos obligaron a los jefes del Triunvirato a firmar el armisticio con el virrey.84 Fue en ese momento que comenzó el distanciamiento de José Artigas de los gobiernos de Buenos Aires. En un principio, el caudillo de los orientales no promovió la creación de una república independiente. Para él, el destino de la Banda Oriental estaba ligado al de las Provincias del Río de la Plata que correspondía al territorio del antiguo Virreinato, pero en la forma de una confederación, no bajo un régimen centralista controlado desde Buenos Aires. Así se observa en las instrucciones dadas por Artigas a los delegados de la Banda Oriental que acudieron al Congreso del año 13, —o Instrucciones del Año 84 Ibídem, pp. 142-143. 62 GeopolíticaID4.indd 62 12/18/12 5:06 PM Secesión y fragmentación xiii— en la respuesta de Artigas al reconocimiento de la independencia de la Banda Oriental por parte de Buenos Aires. En términos generales, las Instrucciones del Año xiii fueron: defender la independencia absoluta de las Provincias del Río de la Plata y la creación de una república confederada; respeto a la soberanía política interior (autonomía) de cada provincia; creación de la Provincia Oriental y el reconocimiento de su territorio; derecho de las provincias para formar ejércitos propios; libertad civil y religiosa, entre otros. Estas instrucciones se convertirían posteriormente en la base de la primera constitución de la República Oriental del Uruguay.85 Los delegados orientales fueron impedidos para participar en el Congreso de 1913, lo que agravó el enfrentamiento de Artigas con los unitarios bonaerenses. Como consecuencia del incidente anterior, en enero de 1814 Artigas decidió convocar a un congreso de diputados —llamado después Congreso de Oriente— con el propósito de declarar la independencia de las provincias del Litoral. En los meses posteriores al Congreso de Oriente, las provincias de Entre Ríos (febrero de 1814), Corrientes (marzo de 1814), Santa Fe (marzo de 1815) y Córdoba (marzo de 1815) se aliaron a la Banda Oriental y Misiones para conformar La Liga Federal o la Liga de los Pueblos Libres. A mediados de 1814 las tropas bonaerenses tomaron Montevideo. Ahora la guerra por el control de la Banda Oriental se desarrollaría entre las fuerzas orientales al mando de Artigas que dominaban las regiones del interior y el ejército unitario de Buenos Aires que dominaba la ciudad de Montevideo. En febrero de 1815 Artigas logró consolidar su poder en todo el territorio de la Banda Oriental e instaurar un gobierno independiente que se mantuvo funcionando hasta agosto de 1816. A este período de la historia uruguaya los historiadores le denominan la Patria Vieja. Poco antes del Congreso del Tucumán de 1816, el director supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Carlos María de Alvear, propuso a Artigas el reconocimiento de la independencia de la Banda Oriental a cambio de la renuncia a su apoyo e influencia a 85 Galasso, Norberto. “Artigas y las masas populares en la revolución”, en Cuadernos para la otra Historia, Buenos Aires, Centro Cultural Enrique S. Discépolo, 2006, pp. 6-7. 63 GeopolíticaID4.indd 63 12/18/12 5:06 PM Juan Carlos Arriaga y Tania Libertad Camal la Liga de las Provincias del Litoral. Artigas respondió que la Banda Oriental seguía siendo parte de las Provincias Unidas del Río de la Plata; que el pacto con las otras provincias integrante de la Liga era ofensivo-defensivo y que su gobierno quedaría sujeto a la constitución emanada de un congreso legalmente constituido.86 Al no conseguir someter a Artigas ni a las provincias rebeldes del Litoral, los gobiernos de Buenos Aires y del Imperio del Brasil firmaron un acuerdo para que el primero retomara el control de las provincias artiguistas, en tanto que el segundo invadiría la Banda Oriental. Las fuerzas brasileñas atacaron en 1816 al ejército de Artigas, mientras que el nuevo director supremo, Juan Martín de Pueyrredón, envió tropas para someter a los federalistas de Santa Fe y Entre Ríos. Fue entonces que el imperio del Brasil incorporó la Banda Oriental a su territorio como provincia Cisplatina del Imperio.87 Ante la fuerza del embate portugués, hacia principios de 1820, Artigas decidió atacar Buenos Aires. Encargó la operación a sus lugartenientes Estanislao López (Santa Fe) y Francisco Ramírez (Entre Ríos), quienes lograron derrotar al ejército porteño; tomaron Buenos Aires; forzaron la renuncia de Rondeau, el dictador supremo; disolvieron el Congreso y suspendieron la Constitución unitaria de 1819. En febrero de 1820, López y Ramírez firmaron con el cabildo de Buenos Aires el Tratado del Pilar, documento que significó el rompimiento de Artigas con sus antiguos aliados. Pasado este capítulo de la historia uruguaya, lo que siguió fue el enfrentamiento permanente entre Brasil y Argentina por apoderarse de la Banda Oriental. La lucha se prolongó hasta 1828, que a través de la mediación británica, todas las partes estuvieron de acuerdo en aceptar la independencia de la Provincia Oriental del Uruguay.88 Para finalizar este recuento general de la configuración territorial de las primeras repúblicas hispanoamericanas, pasemos al caso chileno. 86 Fernández, Jorge y Julio César Rondina. Op. cit., p. 50. Ibarra, Ana Carolina. “Las fronteras en América Latina al concluir la lucha por la independencia”, en Piñera Ramírez, David (comp.), Las fronteras en Iberoamérica: aportación para su comprensión histórica, México, Universidad Autónoma de Baja California, 1994, pp. 59-60, y Lucena Salmoral, Manuel. Op. cit., p. 143. 88 Rodríguez, Jaime. Op. cit., p. 9. 87 64 GeopolíticaID4.indd 64 12/18/12 5:06 PM Secesión y fragmentación Luego de su independencia en febrero de 1818, esta república entró en un período de inestabilidad política y de constantes cambios constitucionales (Constitución de 1822, Constitución Moralista de 1823, Leyes Federales de 1826, Constitución Liberal de 1828, Constitución Conservadora de 1833) y de gobiernos. Fue hasta 1833 que la oligarquía conservadora logró tomar el gobierno e instaurar una constitución centralista en la que el poder recayó en un ejecutivo fuerte. Justo cuando el conservador José Joaquín Prieto asumió la dirección de la república se abrieron las puertas para la exportación de productos como el salitre y el guano chilenos. La estabilidad política, la nueva posición exportadora de la economía y la hábil administración del ministro Diego Portes, le permitieron al país entrar en un largo período de crecimiento económico y, más aún, desarrollar un poder militar que le ayudó dominar el Pacífico sudamericano durante prácticamente todo el siglo xix. El período de estabilidad y crecimiento facilitó a los gobiernos chilenos salir victoriosos de las guerras contra Bolivia y el Perú de 1838-1839 y de 1873-1879 y, como consecuencia de ello, tomar el control de los principales puertos sudamericanos en el Pacífico Sur y ampliar territorio del país.89 Conclusiones La creación de las nuevas repúblicas a partir de los territorios independizados de España estuvo estrechamente vinculada al proceso de fragmentación territorial. A lo largo de este proceso, el factor “autonomía política de las provincias” fue determinante. Contrario al supuesto de que la idea de nación impactó en la creación de repúblicas, lo cierto es que la demanda de autonomía de las élites criollas fue determinante en la configuración de los territorios de las nuevas repúblicas, así como en el proceso de fragmentación de esos territorios ocurrido en las décadas siguientes. En la Hispanoamérica de del siglo xix no existía la idea de naciones americanas en el sentido de comunidades culturales como hoy las co89 Bushnell, David. Op. cit., p. 104. 65 GeopolíticaID4.indd 65 12/18/12 5:06 PM Juan Carlos Arriaga y Tania Libertad Camal nocemos. La idea liberal de nación empezó a ser construida durante la lucha de independencia de las repúblicas y fue tomando forma durante el proceso de consolidación del Estado a lo largo del siglo xix. La vinculación de la idea de nación con la idea de territorio ocurrió en el largo proceso histórico de definición territorial en el cual las revoluciones políticas internas jugaron un papel muy importante, pero fue posterior al período de guerras de independencia. Así pues, las repúblicas y sus territorios no fueron creados con base en la idea de nación; ésta fue incorporada al proceso de consolidación de los Estados, no antes. Los espacios jurídico administrativos de la colonia no tuvieron como función crear la idea de identidad cultural local sobre la cual fundar la idea de nación. Explica que ni Río de la Plata, Nueva España, Nueva Granada o el Perú fueron organizaciones político-territoriales integradas por naciones. Las independencias, por lo tanto, no fueron producto de luchas nacionales, sino que la lucha posterior por la consolidación de Estados inventó la idea de identidad nacional. El nacimiento de las repúblicas y la configuración de sus territorios estuvieron fundamentados en nociones contractuales del derecho natural y del derecho de gentes, pero sobre todo en la demanda de autonomía de las élites criollas y no en factores sociológicos como la identidad nacional, o antropológicos como la homogeneidad cultural. Por otra parte, el factor geográfico tuvo, al igual que la demanda de autonomía, una fuerte influencia en el proceso de fragmentación de los territorios escindidos de la corona española. Al consumarse la independencia, las dificultades de comunicación entre las ciudades capitales de los antiguos virreinatos y capitanías con sus provincias periféricas condujeron a algunas de estas últimas a buscar su propia independencia y sostener al gobierno local a través de la protección de potencias extrarregionales. Consumada la independencia, la mayoría de las repúblicas hispanoamericanas entró en un prolongado período de inestabilidad política, crisis económica y de fragmentación territorial. La independencia no sólo significó la emancipación política de la metrópoli española, sino que fue también la fragmentación de las unidades territoriales construidas durante el largo período colonial. Las nuevas repúblicas 66 GeopolíticaID4.indd 66 12/18/12 5:06 PM Secesión y fragmentación no sólo tuvieron que enfrentar las presiones de las potencias imperialistas de la época, también debieron luchar contra las ambiciones territoriales de sus vecinos regionales más poderosos: Chile, Brasil y Estados Unidos. Concluida la etapa de fragmentación territorial, las repúblicas hispanoamericanas se vieron obligadas a reconstruir sus propias economías destrozadas por largas guerras de independencia, guerras civiles y de ocupación militar. También debieron enfrentar las amenazas de intervención militar, o se vieron forzadas a negociar la integridad y los límites de sus territorios. Concluido este período hacia 1836, lo que siguió fue una nueva etapa en el largo proceso histórico de partición territorial de América Latina. Otras fuentes Chiaramonte, José Carlos. Crear la nación: los nombres de los países de América Latina. Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2008. Dachner Trujillo, Yolanda. “Centroamérica: una nación antigua en la modernidad republicana”, Anuario de Estudios Centroamericanos, año/vol. 24, No. 002, San José, Universidad de Costa Rica, 1998. Deas, Malcom. “Venezuela, Colombia y Ecuador”, en Bethell, Leslie (ed.), Historia de América Latina. No. 6. América latina independiente, 1820-1870. Barcelona, Editorial Crítica, 1991. Mejía Quintana, Óscar y Arlene Tickner. Cultura y democracia en América Latina. Elementos para una interpretación de la cultura y la historia latinoamericana. Bogotá, M&T, 1992. Donoso Rojas, Carlos. “La idea de nación en 1810”, Nueva Polis 15, 1998. Disponible en: http://www.revistapolis.cl/polis%20final/15/ don.htm. 67 GeopolíticaID4.indd 67 12/18/12 5:06 PM