Subido por Josué Castro

36.02 Urticaria y angioedema

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URTICARIA Y ANGIOEDEMA
M. Rodríguez Rodríguez
Servicio de Enfermedades del Sistema Inmune. Unidad de Alergia. Hospital Universitario Príncipe de Asturias.
Alcalá de Henares. Madrid.
Introducción
El nombre de esta entidad deriva de la similitud que existe entre la lesión morfológica (acompañada de intenso prurito) y
la que se produce tras el contacto de la
piel con la planta del género Urtica (ortiga). La urticaria es una reacción cutánea
caracterizada por la aparición de lesiones
eritematosas y edematosas (ronchas o habones) pruriginosas y evanescentes, habitualmente de una duración inferior a 24
horas. Pueden aparecer aisladas o agrupadas formando placas (fig. 1). Cuando la
lesión se localiza en el tejido celular subcutáneo la morfología de la lesión cambia
dando lugar al angioedema (fig. 2). Éste
afecta a algunas áreas corporales, preferentemente cara, extremidades y genitales con distribución asimétrica y sin
prurito acompañante1.. La asociación de
urticaria y angioedema se presenta aproximadamente en el 50% de los pacientes.
Patogenia
Fig 1. Urticaria.
Frecuencia
Es un proceso muy frecuente. Se estima
que entre un 15% y un 25% de la población general puede presentar este cuadro
en algún momento de su vida. En la consulta de Atención Primaria la incidencia de
urticaria es de 4,3 por 1.000 pacientes
atendidos independiente del tiempo, y la
prevalencia está próxima a 5 por 1.000
pacientes. Según la duración del episodio
se clasifica en aguda y crónica2. En el 90%
de los pacientes con urticaria aguda las lesiones van apareciendo y desapareciendo
durante varias semanas, de ahí que se entienda como crónica aquella en que la aparición diaria de lesiones se prolonga por
encima de las seis semanas y como aguda la que tiene menor duración. La forma
crónica representa al menos el 25% de todas las urticarias y la duración depende
Medicine 2001; 8(36): 1880-1888
1880
trófilos, predominando estos últimos en
los estadios iniciales. Se ha encontrado similitud entre los hallazgos histopatológicos de la urticaria y los de la fase tardía
de la reacción alérgica4 con predominio de
mediadores producidos por los clones Th2
(CD4+), detectándose interleuquinas (IL)
del tipo IL-4, IL-5 e IL-10, E selectina y
moléculas de adhesión VCAM e ICAM tipo
1 sobre las células endoteliales y perivasculares.
Fig 2. Angioedema.
de la etiología, aunque en algunos casos
puede prolongarse durante décadas. Existe una tercera forma, de presentación menos frecuente, que es la llamada recurrente, en la que hay episodios agudos de
repetición con intervalos de normalidad
de semanas o meses entre brotes
Histopatología
Los hallazgos habituales consisten en edema de la dermis, vasodilatación e infiltrado perivascular moderado. Este infiltrado
está compuesto fundamentalmente por
monocitos y linfocitos T, CD4+3. Además
puede haber mastocitos, eosinófilos y neu-
El mastocito es la célula implicada más
directamente en la patogenia de la urticaria, su tamaño está entre 8 y 15 micras
y tiene características metacromáticas
basófilas. Tiene un núcleo centrado y
prominente, abundantes gránulos intracitoplasmáticos y numerosos receptores en
la membrana para las porciones Fc de la
IgE y para los factores del complemento.
La activación de los mastocitos puede
realizarse por diversos mecanismos5: de
tipo inmune, como la adhesión de IgE o
la estimulación del complemento mediante
el depósito de inmunocomplejos o no inmune como la estimulación directa por
agentes físicos tales como el frío, la presión o la radiación ultravioleta o agentes
químicos como algunos fármacos o aditivos.
Después de la activación, los mastocitos
liberan las sustancias que contienen sus
gránulos, principalmente histamina junto
con proteoglicanos (heparina) y proteasas
(triptasa y quimasa), y posteriormente
otras sustancias sintetizadas de nuevo, tales como las prostaglandinas (PG) y los leucotrienos (LT) derivados del metabolismo
del ácido araquidónico y diferentes citoquinas, las IL y el factor de necrosis tumoral (FNT).
La histamina6 se une a los receptores H1
y H2 de los vasos sanguíneos a nivel de
la piel y provoca vasodilatación e incremento de la permeabilidad vascular, que
ocasionan el edema y el eritema. Además,
mediante la activación del reflejo axoniano induce la liberación de neuropéptidos
que produce prurito y sensación de ardor.
El papel del resto de los mediadores no
está tan definido. Los proteoglicanos parecen regular la actividad y estabilidad de
las enzimas contenidas en los gránulos. La
quimasa tiene una actividad quimotripsina- like. La PG-D2 y el LTC4 son vasodi-
URTICARIA Y ANGIOEDEMA
latadores e incrementan la permeabilidad
vascular. El FNT, la IL-4 y el LTD4 regulan la adhesión a células endoteliales, promueven la adhesión leucocitaria e inducen la migración de células tales como los
eosinófilos.
En la patogenia de la urticaria crónica se
implican mecanismos autoinmunes, no
sólo por la frecuencia de asociación con
otras patologías de este tipo, tales como
la tiroiditis, la diabetes mellitus, el Addison, la anemia perniciosa, o el vitíligo,
sino porque en los últimos años se han
identificado en el suero de algunos pacientes con urticaria crónica la existencia
de autoanticuerpos de tipo IgG con especificidad frente a la subunidad del receptor IgE de alta afinidad, que tienen capacidad para inducir la liberación de
histamina de basófilos y mastocitos de sujetos normales.
En la patogenia del angioedema los mecanismos implicados son los mismos, si
exceptuamos el cuadro de edema angioneurótico ocasionado por déficit de C1INH.
El C1INH actúa inhibiendo las proteasas
de la primera fracción del complemento
C1r y C1s y también actúa inhibiendo el
factor Hageman activado y la kalicreína.
Cuando hay déficit de C1INH hay permanente activación de la vía clásica del complemento a través del C1 lo que lleva a aumento del consumo de C4 y C2.
Alimentos
Algunos alimentos8 pueden producir liberación directa de los mediadores de los
mastocitos y otros pueden contener aminas vasoactivas que desencadenan reacciones cutáneas (tabla 1), pero ciertamente la aparición de urticaria como
manifestación de alergia a alimentos IgE
mediada es cada vez más frecuente, no
sólo en la infancia (huevo, leche, pescado), sino en cualquier momento a lo
largo de la vida (frutas, frutos secos). Hay
que reseñar la posible reacción urticarial
en pacientes alérgicos al pólen inhalado
cuando éste es ingerido en miel o preparados dietéticos.
Neumoalergenos
Las dermatitis aerotransportadas con aparición de lesiones urticariales en zonas especialmente expuestas al impacto del alergeno transportado por el aire (brazos, cara
TABLA 1
Alimentos que contienen aminas vasoactivas
capaces de provocar urticaria por mecanismo
no inmune
Histamina (elevado contenido)
Tomate, espinaca, crustáceos, col fermentada,
conservas, vino, cerveza, queso añejo,
embutidos, zumos de frutas
Histamina (liberación inespecífica)
Etiología
Fármacos
Son la causa más frecuente de urticaria
aguda7. En muchos casos responden a un
mecanismo IgE mediado (antibióticos betalactámicos), pero, en otros casos el fármaco especialmente el antiinflamatorio no
esteroideo (AINE), produce alteración del
metabolismo del ácido araquidónico con
liberación de potentes mediadores (PGs y
LTs). Existe también la posibilidad de que
el fármaco (opiáceos, anestésicos) induzca directamente la degranulación del mastocito con la subsiguiente liberación de
mediadores. Queda por último el caso
de los medios de contraste, con un mecanismo mal conocido en el que se implican factores diversos tales como: activación de complemento, liberación de
histamina o incluso hipersensibilidad
tardía.
Leguminosas, cereales, papaya, fresa, tomate,
clara de huevo, mariscos, frutos secos,
chocolate y bebidas alcohólicas
Feniletilamina
Chocolate, vinos tintos, quesos añejos
Tiramina
Quesos añejos, conservas de pescado, vinos,
cerveza, bebidas alcohólicas fermentadas,
chocolate, embutido, tomate, habas, aguacate,
plátano, legumbres, carne adobada
Serotonina
Plátano, aguacate, zumo de piña, ciruelas,
avellana, tomate, chocolate, vino tinto
Putresceína y cadaverina
Quesos añejos
Noradrenalina
Plátano
Fenilalanina
Chocolate
Dihidroxifelalanina
Habas
Dopamina
Plátano, habas
lateral de cuello, región temporal) es frecuente en pacientes con rinoconjuntivis
y/o asma por sensibilización a neumoalergenos. Aparecen en los días de máxima concentración atmosférica de pólenes,
si se realiza limpieza en un almacén
cerrado, si se entra en contacto con el
ambiente laboral o incluso si se introduce
en una habitación con algún animal, en
el caso de ser alérgico a pólenes, ácaros, alergenos ocupacionales o epitelios
de animales. El mecanismo es IgE mediado.
Infecciones
Ésta es una etiología frecuente en la urticaria aguda de la infancia. Las infecciones
respiratorias (ocasionadas por enterovirus9: Coxsackie y Echovirus) ocupan el primer lugar con una frecuencia entre el 60%
y 90% de todos los procesos infecciosos,
seguidas a gran distancia por la gastroenteritis. En el adulto esta etiología es mucho más infrecuente, atribuyéndose a la
mononucleosis, a algunas hepatitis y a
la infección tuberculosa.
Parásitos
Es práctica habitual valorar entre los posibles agentes que causan la urticaria crónica el Enterobius vermicularis (oxiuro) especialmente en niños y la Giardia lamblia
en adultos, aunque los resultados demuestran que rara vez están implicados
en la aparición del cuadro. Sin embargo,
aunque la aparición de urticaria tras la
ruptura espontánea o traumática de un
quiste hidatídico (echinococcus) pueda ser
un hecho poco habitual, la elevada prevalencia de la hidatidosis en nuestro país,
que llega a ser endémica en algunas zonas, hace necesario valorar y descartar
esta posibilidad, especialmente en los
cuadros acompañados de eosinofilia. Mención especial merece la alergia IgE
dependiente al parásito del pescado perteneciente al género Anisakis10, que puede parasitar el tubo digestivo de cualquier
animal marino. Las manifestaciones clínicas entre las que siempre suelen estar
las cutáneas, constituyen hoy en día una
de las principales causas de urticaria aguda más o menos recidivante érróneamente atribuidas a los alimentos (pescados).
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ENFERMEDADES DEL SISTEMA INMUNE (XII)
Insectos
La picadura de algunos artrópodos (mosquito, tábano, pulga, chinche, garrapata)
puede ocasionar la aparición de pápulas
intensamente pruriginosas con marcado
componente edematoso, que puede persistir durante horas o incluso tener un
componente tardío añadido. Típicamente
afectan a niños y se localizan preferentemente en las extremidades inferiores con
la peculiaridad de que una nueva picadura reactiva la aparición de lesiones previas
(urticaria papular). La alergia IgE mediada
al veneno de los himenópteros (abeja, avispa) puede manifestarse por un cuadro de
urticaria generalizada (con o sin otras manifestaciones anafilácticas acompañantes)
tras la picadura de uno de estos insectos.
Físicas
Representan el 20% de las urticarias crónicas. La degranulación del mastocito se
produce como respuesta a un estímulo físico11. En general aparecen minutos después de la exposición al agente causal y
tardan pocas horas en resolverse. Los desencadenantes ambientales son: mecánicos (presión y ejercicio), térmicos, radiaciones ultravioletas y acuagénicos.
Por presión
Este estímulo físico puede desencadenar
dos cuadros clínicos diferentes: la urticaria facticia (dermografismo) y la urticaria
por presión retardada.
El dermografismo (escritura en la piel) es
la manifestación más frecuente de las urticarias físicas (fig.3). Afecta al 2%-5% de
la población en general. Habitualmente es
leve y pasa inadvertido, pero cuando
es sintomático da lugar al cuadro de urticaria facticia. Predomina en mujeres en la
tercera y cuarta década de la vida. Se ca-
racteriza por la aparición de la lesión tras
frotamiento, roce o rascado de la piel. El
eritema aparece (dermografismo inmediato) 1-2 minutos después del estímulo y
posteriormente el edema. Es máximo a los
5-10 minutos, y no suele persistir por encima de los 30 minutos. Las lesiones siguen el trayecto del estímulo sobre la piel.
Existen otras variedades de dermografismo: dependiendo del tiempo de latencia
desde la aplicación del estímulo (intermedio que aparece entre 30 y 120 minutos
y dura varias horas y tardío que aparece
tras 4 o 6 horas y dura 24-48 horas), o dependiendo de la reacción al estímulo (colinérgico con aparición de micropápulas,
folicular con pápulas perifoliculares y blanco con blanqueamiento rápido de la respuesta inicial eritematosa típico de la dermatitis atópica).
La urticaria retardada por presión representa el 2% de las urticarias crónicas. Suele aparecer en la tercera y cuarta década
de la vida y no tiene predominio en ningún sexo. Se caracteriza por aparición de
lesiones, habitualmente de gran tamaño y
acompañadas de gran componente edematoso con prurito e intensa sensación de
ardor o quemazón, en la zona de superficie corporal que 3 a 6 horas antes había
estado sometida a una presión. La localización preferente suele ser: palmas, plantas, nalgas y dorso.
Tanto el dermografismo como la urticaria
por presión pueden darse en pacientes con
urticaria crónica idiopática como hallazgo
asociado.
Por frío
Representa del 1% al 7% de las urticarias
físicas en adultos jóvenes y aparece tras
exposición ambiental al aire o al agua fría
o bien por contacto localizado con algún
objeto frío (fig. 4). Se caracteriza por la
aparición de prurito, eritema y edema en
las zonas corporales expuestas a la in-
temperie en días con baja temperatura y
viento. Cada paciente tiene un umbral de
temperatura para que se desencadenen los
síntomas y aunque algunos sólo muestren
sensibilidad para una zona localizada del
cuerpo, en otros la afectación puede ser
sistémica acompañándose incluso de cuadro de hipotensión severa y colapso circulatorio por una exposición masiva (baño
o inmersión en agua no climatizada y deportes de nieve, aunque sea época veraniega). Existe también una forma localizada por contacto directo con objetos fríos,
que puede ocasionar edema de glotis por
ingestión de bebidas frías o helados o incluso dolores abdominales por edema de
la pared del tubo digestivo. Existe una variedad más rara que es de tipo familiar,
con herencia autosómica dominante, en
la que suele aparecer el cortejo sintomático al completo tras exposición al frío: urticaria generalizada, cefaleas, escalofríos,
taquicardia, dolor abdominal, náuseas, vómitos y sibilancias.
Hasta un 20% de los pacientes en el momento del diagnóstico tienen una enfermedad asociada, criofibrinogenemia, diabetes mellitus o cáncer de próstata.
Colinérgica
Después del dermografismo es la más frecuente de las urticarias físicas. La máxima frecuencia se presenta en la infancia
y juventud, existiendo datos de incidencia próximos al 15% de los adolescentes
(forma leve). Se caracteriza por la aparición de pequeñas pápulas de 2-4mm, pruriginosas y rodeadas de halo eritematoso.
Aparecen a los pocos minutos del estímulo
y su duración habitual no supera los 60
minutos. Pueden localizarse en cualquier
lugar, aunque suelen respetar palmas,
plantas y axilas. El desencadenante es la
elevación de la temperatura corporal (por
ejercicio, baño caliente, bebidas alcohólicas, comidas picantes o estrés emocional),
que produce aumento de la estimulación
simpática con liberación de acetilcolina, que induce la liberación mastocitaria.
Aunque habitualmente el cuadro es leve y
transitorio, en ocasiones si el estímulo ha
sido muy intenso se pueden producir síntomas generalizados con riesgo vital.
Por ejercicio
Fig 3. Dermografismo.
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Fig 4. Prueba del cubito de hielo.
Aunque el estímulo pueda ser el mismo
que en la urticaria colinérgica, en esta va-
URTICARIA Y ANGIOEDEMA
riedad, mucho menos frecuente, el ejercicio (carrera y “footing“) origina un cuadro
de lesiones urticariales de mayor tamaño
y distribución generalizada que aparece a
los 5-10 minutos de haber comenzado la
realización de un ejercicio intenso y que
suele estar acompañada de afectación cardiovascular llegando a tener las características de una reacción anafiláctica. No
aparece de forma sistemática tras la realización del mismo ejercicio físico. En muchos de los casos en que aparece cuando
la realización del ejercicio físico coincide
con el periodo posprandial, se ha observado sensibilización IgE mediada a alguno de los alimentos ingeridos12. Estos alimentos, sin la realización de ejercicio, son
habitualmente tolerados en la dieta. También se ha visto asociado a la ingesta de
un AINE en las horas previas, que podría
dar lugar a la alteración del metabolismo
del ácido araquidónico.
lor local, con lesión papular de gran tamaño acompañada de intenso prurito y
varias horas de duración. Se sigue de un
período refractario para el mismo estímulo
de 1 a 7 días. Puede afectar a la superficie corporal o a la mucosa oral tras la ingesta de alimentos o bebidas calientes.
cimiento y diagnóstico clínico. La dificultad estriba en el diagnóstico etiológico,
que hace que en múltiples ocasiones y a
pesar de un laborioso y costoso estudio
sólo podamos calificarla con el apelativo
de idiopática.
Por vibración
Anamnesis y exploración física
Los casos producidos por vibración son raros, suelen ser hereditarios, de tipo autosómico dominante, aunque hay algún caso
adquirido. Se manifiesta exclusivamente
por cuadro de angioedema sin lesiones de
urticaria. Se desencadena por la vibración
originada al realizar algunas actividades
como motociclismo, secarse con frotado
o utilizar aparatos que transmitan vibración (electrodomésticos). La intensidad del
cuadro clínico es proporcional a la duración y extensión corporal que abarque el
estímulo.
Pregunta clave es la que hace referencia
al tiempo de duración de las lesiones, marcándose seis semanas como el límite entre un cuadro agudo y uno crónico.
En el episodio agudo la anamnesis irá especialmente encaminada a descartar la
asociación entre el cuadro cutáneo y
la toma de algún fármaco o la ingesta de
algún alimento16 (fig. 5). Esta anamnesis
es en ocasiones difícil, porque el paciente no lo asocia de forma espontánea al haber tomado en ocasiones previas esos
mismos productos sin manifestaciones adversas. Algo que repetimos habitualmente en la consulta: “la sensibilización puede aparecer en cualquier momento, hoy
puede ser alérgico a aquello que ayer toleraba sin problemas”.
En la urticaria recidivante y en la crónica
es imprescindible una anamnesis exhaustiva, que pasa en ocasiones por la necesidad de más de una visita para obtener el
mayor número de datos posibles acerca
de los siguientes datos:
Por luz solar
La presentan el 5% de los pacientes con
fotosensibilidad y representa el 1% de las
urticarias crónicas. Aparece en edad media de la vida y predomina en mujeres. Se
caracteriza por prurito, eritema y urticaria en zonas expuestas a la luz solar, que
aparece a los pocos minutos de haberse
iniciado la exposición y persiste durante
varias horas. Existe un período refractario
para las áreas afectadas de 12 a 24 horas13. Se clasifica en cuatro tipos dependiendo de la longitud de onda: tipo I, producida por UV-B, que no atraviesa los
cristales, tipo II, producida por onda larga UV-A, que atraviesa la ropa; tipo III;
producida por luz artificial (luz visible) y
tipo IV, producida por luz de amplio espectro.
Enfermedades sistémicas
La asociación más frecuente es la que se
presenta entre urticaria y tiroiditis autoinmune15. Menos frecuentemente la urticaria se asocia con otras enfermedades: del
tejido conectivo (lupus eritematoso y síndrome de Sjögren), hipergammaglobulinemia IgM, linfomas y carcinomas.
Diagnóstico
Las lesiones
La lesión cutánea suele ser tan típica que
pocas veces plantea dificultad su recono-
Dentro de las lesiones podemos distinguir:
Urticaria
Por agua
La urticaria acuagénica es infrecuente14.
Se caracteriza por la aparición de un cuadro micropapular, similar a la colinérgica,
que aparece a los 5-10 minutos después
del contacto con agua independientemente
de la temperatura de la misma y que no
suele persistir más de 1 hora. No se asocia con síntomas sistémicos.
Por calor
Forma muy rara de urticaria, que aparece
muy rápidamente tras la aplicación de ca-
Aguda
Recurrente
Crónica
Fármacos
Alimentos
Himenopteros
Fármacos
Alimentos
Parásitos (Anisakis)
Física
Físicas
Alimentos y aditivos
Enfermedades sistémicas
(tiroiditis, colagenosis,...)
Infecciosa
(niños)
Insectos
(niños)
Idiopática
Fig 5. Valoración etiológica de la urticaria .
1883
ENFERMEDADES DEL SISTEMA INMUNE (XII)
1. Cronología (inicio, frecuencia y duración)
2. Localización (zonas fotoexpuestas o descubiertas, de presión, sometidas a vibración, relación con contactantes)
3. Morfología (tamaño, angioedema acompañante, hiperpigmentación en caso de
mastocitosis o persistencia de la misma
lesión que no desaparece por vitropresión
en caso de vasculitis)
4. Posibles factores de provocación (toma
de AINE, alimentos coincidentes, agentes
físicos, repetibilidad del cuadro en relación con la estación del año o entorno ambiental determinado, factores ocupacionales).
Síntomas acompañantes
Los síntomas acompañantes son los siguientes:
1. En el brote, tales como disnea, síncope, náuseas, vómitos o cefaleas.
2. Manifestaciones generales de astenia,
anorexia o pérdida de peso.
3. Síntomas sugestivos de alteración de
función tiroidea o afectación articular (colagenosis o vasculitis)
Antecedentes
En cuanto a los antecedentes destacan:
1. Familiares en el caso del angioedema
hereditario y de algunas urticarias físicas
2. Posibles enfermedades infecciosas
3. Viajes a otras localidades
4. Hábitos alimentarios
5. Entorno doméstico
6. Ocupación y aficiones
La exploración no debe limitarse a la valoración de las lesiones cutáneas (morfología y dermografismo), sino que debe
incluir: toma de tensión arterial, auscultación cardíaca y pulmonar, exploración
de cavidad oral (en busca de foco séptico), palpación de tiroides, palpación de posibles adenopatías periféricas, palpación
abdominal y exploración de extremidades
inferiores.
Exploraciones
complementarias
Diagnóstico alergológico
En el caso de la urticaria aguda se abordará únicamente para confirmar (o descartar) el agente etiológico de sospecha
1884
tras la anamnesis. En general, estarán encaminadas al estudio de alergia a un fármaco, alimento o himenóptero.
Se realizarán pruebas cutáneas para el alimento o alimentos supuestamente implicados en la reacción, por el método de
prick test si utilizamos un alergeno alimentario comercial estandarizado (o para
el parásito Anisakis si está relacionado con
pescado) o por el método de prick-prick si
utilizamos alimentos naturales. Si sospechamos que se trata de un mecanismo de
contacto se realizará una prueba epicutánea, aplicando un parche abierto del antígeno. En el caso de los medicamentos se
dispone de antígeno estandarizado para
los determinantes mayores y menores de
los antibióticos del grupo betalactámico,
pero en el resto de los fármacos la dilución a utilizar y el tipo de prueba cutánea
dependerá de la valoración realizada con
sujetos control, comparada siempre con la
medida del control negativo de suero salino, o glicerina, y del positivo de histamina. En el caso de los himenópteros las
pruebas cutáneas son técnica de segunda
elección, porque la realización de las mismas entraña riesgo de una posible reacción sistémica, aunque se comience a aplicar el antígeno muy diluido, además de
suponer dicho procedimiento un gran consumo de tiempo.
Dentro de los test in vitro para diagnóstico alergológico, la valoración de la IgE
específica por método ELISA (enzyme-linked immunosorbent assay) o en su defecto por método RAST (radio allergo absorbent test), cuando sospechamos que está
implicado este tipo de mecanismo, es el
que resulta más adecuado. Cuando pensamos en la existencia de un mecanismo
de liberación de histamina se puede realizar una técnica automatizada que valora la histamina liberada al enfrentar el
suero del paciente con el alergeno, en relación con sueros y alergenos controles.
Esta última, es una técnica que exige una
automatización, habitualmente ausente
en los laboratorios de alergia. Los tests
in vitro tienen una especificidad similar
a la de las pruebas cutáneas, pero una
sensibilidad menor, lo que unido a un mayor coste y a una menor rapidez, hacen
que, excepto en el caso de la alergia a himenópteros, sean consideradas pruebas
de diagnóstico alergológico de segunda
línea.
Existe un tercer escalón en el diagnóstico
alergológico, constituido por las pruebas
de provocación controlada en las que se le
administra el fármaco o el alimento, habitualmente con control de placebo. La
realización de este tipo de pruebas está
indicada cuando la anamnesis es dudosa
y las pruebas cutáneas o in vitro no confirman claramente esa posibilidad. Estas
pruebas conllevan riesgo de reproducir la
reacción o incluso dar lugar a una reacción más intensa, por lo que sólo se realizarán tras haber sido detenidamente informado el paciente, contando con su
consentimiento y con la vigilancia y los
medios adecuados para el tratamiento de
las posibles reacciones que pudieran aparecer. Éste es en ocasiones el único método de llegar a un diagnóstico de certeza. En caso de fuerte sospecha de que el
cuadro clínico pueda estar relacionado con
alimentos o aditivos alimentarios desconocidos, se puede realizar una dieta de
restricción alimentaria más o menos severa, seguida de una lenta reintroducción
secuencial de alimentos o de técnica de
provocación a doble ciego con aditivos17.
Datos de laboratorio
No resultan útiles para el diagnóstico de
la urticaria aguda y son de escasa ayuda
para el diagnóstico de la urticaria crónica
si no están orientados por los datos de
la anamnesis y/o exploración. Se ha visto que una historia clínica detallada y
bien orientada junto con unas determinaciones analíticas generales ofrecen posiblidad de diagnóstico en la urticaria crónica del 45,9%, que sólo aumenta al
52,7% si se realiza un completo protocolo analítico18.
Generales. Lo constituyen el hemograma;
bioquímica rutinaria que incluya glucemia,
función renal y hepática; sistemático de
orina y TSH (opcional).
Específicos. Estudio parasitológico de heces; serología de hidatidosis y hepatitis;
cuantificación de fracción C3 y C4; determinación de anticuerpos antinucleares
(ANA), frecuencia respiratoria y anticuerpos antitiroideos. Cuantificación de IgE;
cuantificación de otras inmunoglobulinas,
electroforesis de inmunoglobulinas plasmáticas; radiografía de tórax. Por último
la biopsia cutánea es indispensable cuando se sospecha vasculitis y previo a otras
determinaciones más caras y menos específicas
URTICARIA Y ANGIOEDEMA
Pruebas físicas específicas
Cuando tras la anamnesis sospechamos la
exitencia de una urticaria de tipo físico, la
prueba aplicada será la específica del agente que queramos confirmar (tabla 2). En
cualquier caso es mandatorio realizar una
valoración de la respuesta cutánea (dermografismo) a todos los pacientes con urticaria crónica.
Tratamiento
4. Evitar la exposición lumínica y utilizar
filtro solar con alto factor de protección.
5. Utilizar prendas holgadas de fibras naturales que permitan la evaporación del
calor y evitar la realización de ejercicio físico en ambientes caldeados en la urticaria colinérgica.
6. Evitar ropa o calzado ajustado en todos
los casos en que haya dermografismo.
7. Controlar la ansiedad y el estrés con las
medidas adecuadas.
Farmacológico
Medidas generales y preventivas
encaminadas a evitar el agente
desencadenante
1. Alimentos y fármacos
Retirar el fármaco o alimento sospechoso
hasta que se le realice el estudio; en los
casos de urticaria aguda o de repetición y
en los de urticaria crónica, eliminar de la
dieta aquellos alimentos potencialmente
liberadores de histamina o con alto contenido en histamina o aminas vasoactivas
(tabla 1) y evitar la toma de AAS y AINE
afines
2. Evitar zonas de la superficie corporal
expuestas a la intemperie, baños en agua
no climatizada e ingesta de helados y bebidas frías en la urticaria “a frigore”.
3. No practicar ejercicio físico al aire libre
hasta que hayan transcurrido al menos 3
horas desde la ingesta, interrumpiendo la
realización del mismo ante el mínimo síntoma de prurito o eritema desencadenado por el ejercicio.
Primera línea
Antihistamínicos19. El nombre genérico
deriva de su acción farmacológica fundamental basada en antagonizar el efecto de
la histamina. Presentan una alta selectividad para unirse a los receptores de histamina H1, habitualmente mediante antagonismo competitivo, aunque también
algunos de segunda generación son inhibidores no competitivos. Los anti-H1 de
primera generación pueden también actuar sobre los receptores colinérgicos muscarínicos, alfaadrenérgicos y serotoninérgicos. Además de este efecto sobre los
receptores de histamina, algunos anti-H1
de segunda generación tienen un efecto
antialérgico, evidenciándose que el pretratamiento con estos fármacos hace que,
tras la estimulación antigénica, disminuya la liberación de mediadores del mastocito (prostaglandina PGD2, factor activador plaquetario) y la expresión de
moléculas de adhesión ICAM-1 y secun-
TABLA 2
Diagnóstico específico de las urticarias físicas
Urticaria física
Prueba diagnóstica
Dermografismo
Aplicación de dermografómetro (o borde romo de depresor lingual) con
lectura: 1’y 5’
Retardada por presión
Aplicación de peso controlado (500, 1.000 y 1.500 g/cm3) durante 10 m
Lectura: 30’, 3h. y 6h
Por frío
Prueba del cubito de hielo (5-10’)
Contacto con aire frío (habitación a 4ºC durante 5-10’) (¡riesgo elevado!)
Contacto con agua fría: inmersión del brazo a 21ºC de 8-10’
Colinérgica
Incremento de 1ºC de la temperatura corporal por: carrera 5-10’
o inmersión en baño caliente 40-45º durante 10-20’
Inyección intradérmica de metacolina al 0,02%.
Solar
Fototest con monocromator o simulador solar
Acuagénica
Compresa con agua a 35ºC en el tronco durante 30’
Por ejercicio
Ejercicio controlado con pulso > o = 170l/min e ingesta de alimento
sospechoso 1h. antes (¡riesgo elevado!)
Vibratoria
Aplicación de vibración local (5-10’)
dariamente la migración de eosinófilos,
basófilos y neutrófilos. Todo esto hace que
sean considerados fármacos de primera línea en el tratamiento de la urticaria (tabla 3). En general se consideran con una
eficacia similar los de primera y segunda
generación, pero dado que en algunos estudios aparecen como más eficaces los primeros, tienen un comienzo de acción más
rápido y una vida media más corta, su uso
está especialmente indicado en la urticaria aguda, incluyendo la administración
parenteral cuando sea necesaria, pues la
dexclorfeniramina es el único anti-H1 disponible para esta vía de administración.
El tratamiento con anti-H1 en la urticaria
aguda debe prolongarse hasta cuatro-seis
días después de desaparecer las lesiones.
Los efectos secundarios de los anti-H1 de
primera generación sobre el sistema nervioso central (habitualmente sedación, con
pérdida de la capacidad de alerta y, en
mayor o menor grado, efectos colinérgicos periféricos de visión borrosa, retención urinaria, estreñimiento e impotencia
y, más raramente, afectación neuropsiquiátrica con manifestaciones de ansiedad, depresión especialmente en ancianos, confusión e incluso alucinaciones)
desaconsejan su utilización habitual en la
urticaria crónica, en la que los anti-H1 de
segunda generación usados diariamente y
en ocasiones durante largo período de
tiempo, producen menos interferencia con
la actividad cotidiana. Aunque con frecuencia encontramos indicaciones de antiH1 de elección dependiendo del tipo de
urticaria, en la experiencia diaria la elección del anti-H1 no debe hacerse en relación con la urticaria sino con cada paciente, buscando aquel que controle mejor su sintomatología con el menor número
de efectos adversos. Cuando la dosis diaria única de uno de estos anti-H1 de segunda generación no sea suficiente para
controlar la sintomatología, se puede asociar a otro anti-H1 del mismo grupo o utilizar como refuerzo una dosis de anti-H1
de primera generación, generalmente en
administración nocturna. Aunque algunos
de los anti-H1 de segunda generación producen cierto grado de somnolencia (cetirizina, mizolastina) que hacen aconsejable
la administración nocturna o aumento de
apetito y peso (astemizol y ketotifeno), los
efectos secundarios más importantes son
los de tipo cardiovascular que consisten
en alargamiento del espacio QT y arritmias, que en alguna ocasión han tenido
1885
ENFERMEDADES DEL SISTEMA INMUNE (XII)
TABLA 3
Antihistamínicos utilizados habitualmente en el tratamiento de la urticaria
Fármaco
Primera generación
Dexclorfeniramina
(Polaramine®)
Presentación
Dosificación habitual
Tabletas: 2 mg
Comp. repetabs: 6 mg
Jarabe: 0,4 mg/ml
Inyectable: 5 mg
Adultos: 6 mg/12 h
Niños(>2 años):2 mg/12 h
Comp: 25 mg
Jarabe: 2 mg/ml
Adultos:25 mg/8 h
Niños(>6 años) 10 mg/8 h
Niños(<6 años) 1 mg/kg/24 h
Comp: 10 mg
Jarabe: 1 mg/ml
Gotas: 20 gotas/10 mg.
Adultos: 10 mg/24 h.
Niños(>2 años): 5 mg/24h
Ebastina
(Ebastel®)
Comp: 10 mg
Jarabe: 1 mg/ml
Adultos: 10 mg/24 h.
Niños(>2años): 5 mg/24 h
Fexofenadina
(Telfast®)
Comp: 120mg
Comp: 180mg
Adultos: 120-180 mg/24 h
Niños(>12 años): 120 mg/24 h
Loratadina
(Clarityne®)
(Civeran®)
(Optimin®)
(Velodan®)
Comp: 10 mg
Jarabe: 1 mg/ml
Adultos: 10 mg/24 h
Niños(>2 años): 5 mg/24 h
Mizolastina
(Mizolén®)
(Zolistán®)
Comp: 10 mg
Hidroxicina
(Atarax®)
Segunda generación
Cetirizina
(Zyrtec®)
(Alerlisin®)
(Virlix®)
desenlace mortal. Aunque estos efectos
cardiotóxicos se han descrito asociados a
terfenadina y astemizol (lo que desaconseja la utilización de estos dos anti-H1 cuya
eficacia clínica ha sido superada por otros)
es importante valorar en cada paciente los
factores de riesgo en relación con este tipo
de reacciones y utilización crónica de
anti-H1 (tabla 4). Durante el embarazo se
aconseja la utilización de este tipo de fármacos con cautela por riesgo de terato-
TABLA 4
Factores de riesgo asociados con reacciones
adversas cardiovasculares y utilización
de anti-H1
Administración concomitante de fármacos que
interfieren con el metabolismo hepático
dependiente de citocromo P450
Antifúngicos imidazólicos: ketoconazol
e itraconazol
Antibióticos macrólidos: ertitromicina y
claritromicina
Anti H2: cimetidina
Flavonoides naturales: zumo de uva
Sobredosificación
Patología cardíaca
Alargamiento del intervalo QT
Cardiopatía isquémica
Tratamiento con antiarrítmicos
Alteraciones metabólicas
Hipopotasemia (diuréticos)
Hipomagnesemia
Anorexia o nutrición enteral
Hepatopatía
Metabolización retardada en ancianos
1886
genicidad, aunque los datos clínicos
resultantes de la valoración de los múltiples embarazos en los que se ha usado
clorfeniramina o hidroxicina permiten asegurar que el riesgo de malformaciones
congénitas ha sido similar al de la población general. En algunos pacientes con urticaria crónica severa se asocian anti-H2
(cimetidina o ranitidina), que en ocasiones mejoran el prurito y el edema, no sólo
por el pequeño efecto directo sobre los receptores H2 de los vasos, sino por inhibir
parcialmente la metabolización hepática
de los anti-H1, consiguiendo mantener
concentraciones plasmáticas de éstos, más
elevadas. Las preparaciones tópicas de
anti-H1 están desaconsejadas por su alto
poder sensibilizante inductor de dermatitis y fotodermatitis de contacto.
Segunda línea
Corticoides. Su utilidad es incuestionable
cuando el cuadro urticarial tiene un marcado componente de angioedema, pero
también se pueden dar para acelerar la resolución en las primeras fases de la urticaria aguda. En esta asociación debe utilizarse un ciclo corto (por ejemplo 40mg
de prednisona en descenso durante cuatro días), pero nunca debe administrarse
una dosis única de corticoide en la administración de urgencias por el probable
efecto rebote y la nueva reaparición del
cuadro a las pocas horas. La prescripción
de forma crónica sólo está indicada cuando no es posible controlar el cuadro con
antihistamínicos, administrándose en este
caso en combinación con éstos, en la mínima dosis posible alterna o diaria matutina. La aplicación tópica de corticoide sólo
está indicada en la forma localizada de la
urticaria de contacto.
Otros. Cuando esta combinación fracasa
en algunas urticarias crónicas, especialmente en las desencadenadas por presión
o por frío y en las idiopáticas, se han utilizado otros fármacos, que brevemente vamos a enumerar20.
1. Nimesulide. Es un antiinflamatorio no
esteroideo que actúa inhibiendo la ciclooxigenasa 2 y que tiene propiedades antialérgicas. Inhibe la liberación de histamina por los mastocitos y directamente a
los receptores H1.
2. Antidepresivos tricíclicos. Se utilizan
porque aparte de la acción antidepresiva
tienen una potente acción antihistamínica. El más empleado es la doxepina
(25-50mg/día). Debe evitarse su administración conjunta con inhibidores de la moroaminooxidasa.
3. Sulfasalazina. Puede ser un tratamiento eficaz en algunos casos de urticaria por
presión rebelde al tratamiento con corticoides. Es necesario emplear una dosis tan
elevada como en el tratamiento de la enfermedad inflamatoria intestinal (4 g/día).
4. Dapsona. De efectividad variable, puede ser utilizada en aquellas urticarias con
predominio de neutrófilos en la biopsia cutánea. Está contraindicada en pacientes
con déficit de G6PD (glucosa 6 fosfato deshidrogenasa).
5. Danazol. Andrógeno de síntesis con características anabolizantes. Se ha mostrado útil en algunas urticarias físicas (por
frío y colinérgica)
6. Antimaláricos, psoralenos y rayos ultravioleta (PUVA). Se han utilizado en alguna urticaria solar.
7. Ciclosporina A, gammaglobulina y plasmaféresis. Especialmente indicados en
aquellos casos de urticaria crónica con autoanticuerpos, de características clínicas
severas y falta de respuesta a otro tipo de
tratamiento más conservador.
8. Desensibilización. Se ha utilizado en
algunos casos muy severos de urticaria
solar y urticaria por frío. Se somete al paciente a dosis progresivamente más pro-
URTICARIA Y ANGIOEDEMA
longadas del estímulo con pretratamiento
de anti-H1 y corticoides, con el fin de obtener tolerancia inmune. Es una técnica
que entraña alto riesgo y sólo debe ser utilizada en casos seleccionados y por personal con experiencia.
9. Antileucotrienos. Fármacos que actúan
como antagonistas de los LC y de reciente introducción en el tratamiento del asma.
Por su mecanismo farmacológico podrían
también ser útiles en el tratamiento de la
urticaria, y en este sentido se ha recogido
algún caso de éxito en el tratamiento de
urticaria crónica con sensibilización al
AAS21.
Cuadros especiales
Anafilaxia
En determinadas ocasiones las manifestaciones del proceso no se limitan sólo a
la piel, tal es el caso de algunas reacciones agudas debidas a fármacos, alimentos
(incluyendo en este apartado la ocasionada por el parásito del pescado Anisakis) o
picaduras de himenópteros o en algunas
de tipo recidivante o crónico cuando el estímulo es masivo como la inmersión en
agua en el caso de la urticaria “por frío”
o “por ejercicio”.
En estos casos los síntomas iniciales suelen ser prurito en palmas, plantas, genitales y conductos auditivos, seguidos de
naúseas, disfagia, prurito generalizado, lesiones urticariales, angioedema, disnea,
hipotensión, aumento del peristaltismo y
arritmia. Este cuadro, de inicio súbito y
evolución rápida en minutos, puede tener
una evolución fatal si no recibe el tratamiento adecuado. El fármaco que debe utilizarse siempre en primer lugar ante un
cuadro de estas características es la adrenalina, que se inyectará por vía subcutánea en dilución 1/1.000 a la dosis correspondiente (habitualmente entre 0,3 y
0,5 cc.). Después se completará el tratamiento con la administración por vía intravenosa de antihistamínicos y corticoides (actocortina). El paciente que ha tenido
una reacción anafiláctica debe permanecer en observación al menos 24h. por posibles complicaciones de ritmo cardíaco.
Los pacientes con riesgo de anafilaxia deben ser informados detalladamente de las
características del cuadro y adiestrados
para poder autoadministrarse la Adrenalina, que deberán llevar siempre consigo.
Edema angioneurótico
Se trata de un grupo de alteraciones de
etiología multifactorial con expresión clínica similar. Se distinguen dos grandes
grupos, el adquirido22 y el familiar o hereditario23, integrado éste último casi totalmente por el déficit de C1INH en sus
tres distintas variedades. La prueba diagnóstica es la alteración de los componentes del complemento. (tabla 5). En el angioedema idiopático crónico los niveles del
complemento suelen estar dentro de valores normales. El cuadro clínico se caracteriza en la piel por zonas papulares
de gran tamaño en cualquier localización,
únicas o asimétricas, no pruriginosas,
siendo frecuente la afectación gastrointestinal, con dolor de tipo cólico, vómitos
y diarrea. La situación de riesgo vital se
produce cuando se afecta la mucosa orofaríngea que ocasiona obstrucción respiratoria alta. La frecuencia de aparición de
los síntomas es muy variable (semanal o
episodios aislados). Suele tardar 24-48 horas en resolverse. Como factores de provocación de los episodios se encuentran
el ejercicio, el estrés, la menstruación y
más frecuentemente los traumatismos, especialmente los odontológicos. El tratamiento de elección en las crisis de angioedema por déficit de C1INH hereditario o
adquirido es la administración por vía intravenosa de C1INH24, que también deberá administrarse preventivamente antes
de la realización de procedimientos quirúrgicos o que supongan traumatismo para
el paciente. De forma habitual se utiliza
como mantenimiento el tratamiento con
danazol, fármaco anabolizante que aumenta la síntesis hepática del C1INH, a la
dosis mínima con la que se controlen los
síntomas en cada paciente. En niños o
cuando está contraindicada la utilización
de danazol se emplea el ácido E-aminocapróico. El angioedema adquirido tipo II
(con autoanticuerpos frente al C1INH) suele ser refractario a este tipo de tratamiento
precisando inmunosupresores.
Urticaria idiopática crónica
o recidivante
Es un tipo de urticaria crónica en la que
no resulta posible determinar el agente
causal. Cuando los brotes son espaciados
se le aplica el apelativo de recurrente o intermitente. Es un trastorno frecuente, en
ambos sexos y en cualquier edad, aunque
predomina en mujeres de 30 a 60 años.
Aunque la etiología es desconocida se implican factores psicosomáticos (el estímulo psíquico liberaría catecolaminas y mediadores) y autoinmunes, encontrándose
anticuerpos antitiroideos hasta en un 10%
de los casos y más recientemente autoanticuerpos IgG anti receptor de alta afinidad de IgE o frente a IgE25 (que se ponen de manifiesto mediante técnica in
vitro ELISA o test cutáneo con suero del
propio paciente26). En la de tipo intermitente es necesario un estudio en profundidad para descartar factores físicos, alimentarios o medicamentosos. Las lesiones
urticariales se suelen acompañar, en el
30% de los casos de angioedema, que
afecta manos, pies y región facial, siendo
excepcional el angioedema de vías respiratorias. La histología de las lesiones es
similar a la general, aunque con más frecuencia se observa vasculitis leucocitoclástica. El tratamiento es el de la urticaria crónica, pero en algunos casos
resistentes al tratamiento convencional y
con anticuerpos antitiroideos elevados,
aunque la función tiroidea esté dentro de
la normalidad (hipotiroidismo subclínico),
TABLA 5
Angioedema por déficit de C1 inhibidor
Etiología
Características
C1Inhibidor
C2, C4, CH50
C1q
Tipo I (85%)
Hereditario autosómico
Defecto de síntesis
dominante
Tipo II (15%)
Componente anómalo
Disminuido
Muy disminuido
Normal
Normal o
aumentado
Muy disminuido
Normal
Adquirido
Disminuido
Disminuido
Disminuido
Disminuido
Disminuido
Normal
Inmunocomplejos circulantes
(anticuerpos antiidiotipo)
con consumo complemento
Síndrome linfoproliferativo B
Colagenosis
Anticuerpos IgG anti-C1 INH
Fármacos (IECA)
IECA: inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina.
1887
ENFERMEDADES DEL SISTEMA INMUNE (XII)
se ha utilizado hormona tiroidea a bajas
dosis y con estrecha vigilancia. La evolución habitual es a la autorresolución, tras
un período de manifestaciones clínicas
más o menos intensas. Aproximadamente el 70% de los casos remiten en los doce
primeros meses, aunque pueden reaparecer con posterioridad; pero, en otros casos, las lesiones persisten durante varios
años, llegando en ocasiones a superar la
cifra de 20 años27.
Conclusión
La urticaria y el angioedema constituyen
una patología muy frecuente, que ocasiona gran demanda de consulta en Atención
Primaria, Atención Especializada y Urgencias. Es importante hacer una buena
valoración clínica desde el primer momento, descartando fármacos y alimentos
como agentes etiológicos, si se trata de
una urticaria aguda, y factores físicos, ambientales y enfermedades sistémicas en el
caso de la forma crónica. Debe realizarse
un planteamiento terapéutico meticuloso,
en el que además de explicar las medidas
de evitación, se haga partícipe al paciente de las pautas farmacológicas a aplicar
según la intensidad de las manifestaciones clínicas. En la urticaria crónica idiopática es importante informar de los hallazgos exploratorios y analíticos negativos,
para disminuir así la angustia producida
por una patología, que altera en gran medida la calidad de vida del paciente, y del
médico que habitualmente le controla; sin-
1888
tiéndose éste último incapaz de dar respuesta concreta a preguntas sobre “la causa” y a prescribir un fármaco que “cure”
definitivamente el proceso, que en ocasiones se viene prolongando a lo largo de
los años.
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