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PEA Pablo Rodríguez

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Maestría en Economía Política con mención en Economía
Argentina
Examen Final Pensamiento Económico Argentino
Profesora: Victoria Basualdo
Alumno: Pablo M. Rodríguez
El Pensamiento Económico del Peronismo
Estructuración y aportes en los debates sobre el desarrollo
nacional
Introducción
Del material analizado muchos autores centran sus estudios de manera exhaustiva en las
diversas políticas económicas implementadas por los primeros gobiernos peronistas
(Randall, Sourrouille, Altmir, Rougier, Ferrer). Algunos de estos estudios de carácter
histórico-económicos, buscaron encontrar las bases que sustentaron la toma de decisiones en
materia de política económica indagando en la génesis de las ideas del peronismo
(Bruchrucker, Altamirano) ; o desde la interacción y aporte de los actores políticos que las
ejecutaron (Rein y Panella, Benllini); en tercer lugar considerando las relaciones de clases y
bloques sociales que se configuraron al inicio del modo de acumulación de la primera
industrialización sustitutiva (Basualdo, Villanueva, Peralta Ramos, Portantiero, Peña). De
esta forma nos encontramos con un exhaustivo material respecto a la política económica
aplicada por peronismo; el marco conceptual de su ejecución; y la interrelación con las
relaciones de fuerza de la estructura productiva interna. Es necesario aclarar desde el inicio
que el peronismo no irrumpió como un conjunto homogéneo de ideas económicas total que
renovó o puso en debate las anteriores, sino que culmino sintetizando un pensamiento
económico que contaba con fuertes antecedentes desde la entreguerras y que se acentuó con
la culminación del modelo de acumulación agroexportador reconfigurando la hegemonía de
clases y activando lo que serán las principales discusiones acerca del desarrollo económico
moderno en la Argentina. Tomando estos aportes consideramos que el pensamiento
económico peronista contiene un conjunto de ideas posibles de ser interpretadas de forma
unificada a la hora de observar la ejecución de políticas económicas y comprender su
profunda correlación con las disputa político-social que enmarcaron el desarrollo económico
argentino desde principios de siglo XX a la actualidad.1
Como tercer elemento analizaremos los marcos de disputa respecto al desarrollo económico
nacional que determinaron las posibilidades de su realización, esto veremos al analizar la
llamativa ausencia en los análisis económicos de la incursión de la Revolución Libertadora
en 1955, como si se tratase de un factor extraeconómico y por tanto no determinante en la
argumentación sobre la viabilidad del proyecto económico del peronismo.2 Para este apartado
es que tomaremos como fuente el texto “Los vendepatria” de Juan D. Perón, escrito en 1957.
1) Las ideas centrales del pensamiento económico del peronismo
Los elementos centrales que estructuran el pensamiento económico peronista
De modo sintético, en pos de comprender con mayor claridad los antecedentes y el peronismo
como elemento centrípeto de un conjunto previo de ideas y conflictos sociales, señalaremos
cuatro elementos intervinculados que estructuran el pensamiento económico peronista. En
primer lugar la centralidad económica en un desarrollo nacional independiente a base de la
industrialización mediante el fortalecimiento del mercado interno, estos dos elementos
encuentra como contraposición respectivas al imperialismo internacional y a oligarquía
terrateniente como eslabón por fuera de la alianza social que plantea la industrialización
mercado internista, asentada sobre la conformación de una burguesía nacional productora de
bienes salario e insumos para la industria local y una continua distribución del ingreso hacia
la clase trabajadora que a base de niveles adquisitivos altos actué de sustento a la demanda.
Son estos dos factores con su foco de conflicto determinados, las grandes líneas rectoras que
permitieron al del pensamiento económico del peronismo conformarse como línea
conceptual y proyecto político, mediante una vinculación concreta con los factores centrales
de la disputa económica en metería social. Estos procesos no están exentos del contexto de
conformación de los grandes estados nacionales y la sociedad de masas en el capitalismo
1
En este sentido, observamos la necesidad de unificar dos criterios. No sería tan solo una “difusa
concepción económica” como analizan Rougier y Fiszbein en el capítulo 2 de su texto “La frustración de
un proyecto económico” (2006). Donde los autores por un lado enfatizan en el intento de construcción
de la Tercera posición como concepto económico-social, y en segundo lugar el predominio de un esquema
pragmático en la aplicación de políticas públicas contradictorio con el conjunto de ideas iniciales. Sino
que la concepción económica, el proyecto económico y las políticas públicas, se integran en un
pensamiento económico concreto, que nos permiten concluir su unidad.
2
La ausencia del golpe de 1955 como factor político determinante suele estar relacionado con una
interpretación muy generalizada que denota un “agotamiento” del modelo del peronismo ante la
imposibilidad, dada sus propias contradicciones y desviaciones, de continuar el proyecto industrializador
y distributivo.
industrial de corte imperialista, y el agotamiento paulatino del modelo de acumulación
agroexportador.3
IDEAS CENTRALES
Desarrollo económico
Independiente
CONFLICTO
SUBYACENTE
Imperialismo internacional
PROCEDENCIA
Auge de los Estados
Nacionales, Capitalismo
industrial y movilidad del
excedente internacional
Industrialización mercadoAlianza de clases vs
Sociedad de masas y
internista
Oligarquía
desarrollo industrial.
Agotamiento del modelo
agroexportador.
Economía Planificada y
Liberalismo económico y
Fortalecimiento del
centralidad del estado
pensamiento neoclásico
pensamiento Keynesiano, el
estado benefactor y la
economía planificada del
comunismo
Distribución del Ingreso y Puja distributiva entre capital y
Tendencia a formas
participación obrera en la trabajo. Control de los medios socializadas5. Aumento del
producción4
de producción
poder del trabajo frente al
capital.6
2) Antecedentes y lineas centrales del pensamiento del peronismo, la década infame y
el seguimiento de FORJA. El aporte del Grupo Bunge y el sindicalismo
2.1 Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina
El manifiesto de FORJA de 1935, es el resultado de un contexto vinculado con la interna
radical entre quienes conservaban el ideario nacionalista popular que había impregnado el
Yrigoyenismo, frente al presidente partidario y ex presidente de la nación, Alvear, de
procedencia aristocrática. Más allá del centro partidario de la discusión conocida como
Personalistas (Yrigoyenistas) vs. Anti-personalistas (Alvearistas), el contexto de agotamiento
del modelo agroexportador y la disputa internacional signada por el fortalecimiento de los
Estados Nación, las sociedades de masas y el paso al capitalismo industrial de corte
3
Cabe destacar la diferencia respecto a la propuesta de la primer etapa sustitutiva iniciada en los años
’30 con el conocido Plan Pinedo por tratarse de un modelo de industrialización provisoria, como por su
orientación exportadora y de contenido oligárquico en el sentido de mantener los derivados de la
producción primaria (Basualdo, 2006)
4
Este punto si bien fue parte del Segundo Plan Quinquenal, y pie de los promotores de la economía social
y el cooperativismo, es quizás el punto más contradictorio respecto a sus posibilidades sin discusión de la
propiedad de los medios de producción.
5
Cristian Buchrucker; 9:1987.
6
Eric Hosbawn “Historia del siglo XX”, 2005.
imperialista, junto con el crecimiento de la conflictividad social por parte de la disputa
capital-trabajo, marcaron el nacimiento del grupo FORJA. Esta corriente interna del
radicalismo, sentó las bases del nacionalismo no-oligárquico y popular.
El manifiesto que comienza con la emblemática frase “Somos una argentina colonial,
queremos ser una argentina libre” pone el foco en dos puntos centrales, por un lado la
“oligarquía gobernante” y en segundo lugar “el estatuto legal del coloniaje”. Fundamenta la
correlación entre el gobierno oligárquico y los intereses foráneos, fundamentalmente la banca
acreedora. Es en este punto donde se destacan cuestiones centrales de la propuesta económica
de FORJA, el emblemático tratado de comercio Roca-Runciman, de 1933, contenía una
cláusula de “préstamo de desbloqueo” mediante el cual el Estado Argentino pretendía saldar
su situación financiera y evitar la quiebra de bancos insolventes. El proyecto de ley de
creación del Banco Central reflejo la idea central de mantener el valor de la moneda y brindar
un prestamista de última instancia a la banca privada extranjera, la estructura bancaria quedo
condicionada a obtener la aprobación británica para las transformaciones financieras. 7 El
banco se instauro como herramienta de los Trust, mediante la compra venta de títulos, para
la apropiación de trabajo nacional.
FORJA cuestiono tanto el fin mismo de la creación del Banco Central como herramienta
fundamental de la banca acreedora así como la conformación del directorio con escasa
participación del Estado, el Banco Nación y Provincia, quienes aglutinan tres de las catorce
representaciones en el directorio. La compra-venta de títulos del Banco Central como
herramienta de los Trust de apropiación de trabajo nacional.
Estos puntos del manifiesto muestran el conjunto de ideas económicas contrapuestas al
proyecto oligárquico de la década infame, y explicitan ideas centrales del futuro peronismo.
2.2 El grupo Bunge, aportes y debates centrales.
El agotamiento agroexportador y la industrialización mercado internista
Los aspectos centrales del pensamiento de Alejandro Bunge y la influencia del Grupo desde
los inicios del peronismo en la Secretaria de Trabajo y Previsión, son uno de los pilares en el
análisis del concepto industrializador basado en el mercado interno. Bunge destacaba la
necesidad de conformar un mercado interno poderoso y diversificar la matriz productiva de
orientación primaria. Alejandro Bunge, diagnostico a inicios de los años ’20 que dada la
desaceleración del comercio mundial y la caída paulatina de los precios agropecuarios, la
etapa de producción agraria extensiva junto con el crecimiento demográfico a base del
ingreso migratorio había concluido, de esta forma era necesario robustecer el mercado
interno, fomentar la industrialización como herramienta generadora de ocupación para
7
Incuso se convocó a Otto Niemeyer, como experto británico para la creación del Banco Central en
1935. (Véase Laura Randall;50:1978 y Scenna;82-83:1983)
contener el crecimiento vegetativo y proteger la industria nacional. Una de las bases
conceptuales del Grupo Bunge, era fomentar las industrias demandantes de materias primas
nacionales frente aquellas de alto requerimiento importador de bienes de capital.
2.3 La economía social, el rol estatal en la planificación
Otro de los puntos centrales que plantea el Grupo Bunge, es la necesaria planificación en
materia de desarrollo industrial y sustitutivo. La figura de José Figueroa en la Secretaría
técnica, fue un pilar en la búsqueda una coordinación sistemática de la promoción industrial
y coordinación entre producción, industria y comercio como la intención de coordinar el
esfuerzo privado hacia los intereses centralizados por el ejecutivo. En este sentido José
Astelarra fue uno de los mayores promotores de una planificación centralizada en pos de
romper la concepción individualista persecutora del lucro individual como motor del
desarrollo económico, promoviendo la iniciativa inversionista en un esquema de economía
social planificada, es decir focalizar desde el estado en el rol social del capital. En este
sentido, podemos destacar miradas diversas dentro del grupo dentro de la Dirección general
de Industria, Emilio Llorens8, considera que la industrialización debe darse por iniciativa
privada evitando la intervención estatal pero si conservando el rol central del estado. Miguens
por su parte considera que es mejor el control mixto evitando el control obrero.
Promover la capacidad de inversión del sector privado y el ingreso de capitales extranjeros
fue uno de los puntos que Llorens considero positivos en el lanzamiento del Segundo Plan
Quinquenal.
2.4 El sindicalismo y movimiento obrero
El texto de Cristian Buchrucker “Nacionalismo y peronismo”, indaga sobre los orígenes que
configuraron la denominada doctrina justicialista. Además de considerar aspectos personales
de la vida de Juan D. Perón, previos a su llegada a la presidencia, el autor destaca como uno
de los elementos constitutivos el paulatino aumento del contenido obrerista de Perón. Desde
la secretaria de trabajo y previsión, donde la cercanía con la doctrina social de la iglesia daba
un tono conciliador al conflicto entre obreros y empresarios, Perón comenzó a forjar un fuerte
contenido obrerista, tanto por su relación con los sindicatos como por la desconfianza
empresaria que no le permitiría hacer pie en el apoyo de este sector tanto en los inicios de su
disputa por la presidencia como en los intentos posteriores de generan un empresariado
nacional afín. La incorporación del ideario sindical como lo considera Buchruker implico la
incorporación discursiva de los principales términos utilizados por estos, tales como
“explotación”, “proletariado”, “privilegios recalcitrantes”, “prejuicios burgueses”, “justicia
social”. La necesidad de contemplar las necesidades obreras y mantener un continuo d
8
Se desempeñó como Director de economía y política industrial en el ámbito de la Dirección General de
Industria.
distribución del ingreso favorable al trabajo, encaja perfectamente con el desarrollo industrial
mercadointernista y en parte, se corresponde a este proyecto. Sin embargo, los dos gobiernos
peronistas contemplaron la paulatina posibilidad de administración de los medios de
producción por parte de los sindicatos, si bien esta idea fue puesta sobre papel en el Primer y
Segundo Plan Quinquenales su ejecución fue débil. El tema fundamental analizado por la
izquierda nacional a posterior y base de la idea de Frente Nacional en la lucha de clases es
que la conciliación de clases pareciera inevitablemente contradictorio con este fin, sin
embargo, tal como señalamos anteriormente esta conciliación se sustenta sobre la alianza
entre empresarios industriales y obreros. La oligarquía agropecuaria (no así el amplio sector
arrendatario) representa el enemigo “común” de este proyecto y el capital extranjero debe
estar bajo control de los intereses nacionales en materia de inversión. Eduardo Basualdo
destaca que durante la primera etapa sustitutiva en los años ’30, el capital local y el extranjero
no constituían dos fracciones desvinculadas dada la relación insumo-producto entre ambos.
El capital extranjero dominaba los núcleos de los bloques sectoriales, y pese a su disminución
relativa en el valor de producción durante el peronismo, no perdió el control de los mimos.
El tercer elemento, es que la oligarquía diversificada se había ligado al capital extranjero
desde finales del siglo XIX en algunos casos, y financieramente durante los años ’30. Esto
llevo a que la alianza de clases a base de la burguesía nacional y obreros, encontrara una sería
dificultad de contrarrestar este bloque no homogéneo. El desarrollo de los acontecimientos
posteriores al golpe de 1955, donde muchos sectores de la “burguesía nacional” se
incorporaron a la oligarquía diversificada, será unos de los pilares de la reinterpretación de
la izquierda nacional respecto a la alianza de clases, y llevara a polarizar con mayor claridad
la disputa capital-trabajo. 9
3) Breve síntesis de las políticas económicas centrales del peronismo
3.1 Política Monetaria y financiera
En 1946 se nacionalizo el Banco Central, bajo la dirección de Miguel Miranda, la idea central
fue el control de la distribución del crédito era una necesidad para modificar la estructura
productiva del país, se puso fin la organización mixta (recordar Manifiesto de FORJA) y se
tomó el control exclusivo de la emisión monetaria. Se nacionalizaron los depósitos
trasfiriendo el control del crédito centralmente al Banco Central. El Banco Central como pilar
planificador, fijo todas las tasas de interés sobre préstamos, depósitos y redescuentos,
ejerciendo además el poder de supervisar los agentes y valores bursátiles. En pos de superar
la dependencia económica de la balanza de pagos se generó un sistema de control de cambios,
y el Banco de Inversiones Inmobiliarias para el control de los depósitos en la adquisición de
acciones, títulos y otros instrumentos de crédito. Su relación con el IAPI se dio mediante la
sesión de créditos del Banco para la adquisición de empresas, combustible y abastecimiento
9
Juan jose Hernandez Arregui “Peronismo y Socialismo” y J.W.Cooke “Peronismo y Revolución”
industrial. El coeficiente de crédito bancario otorgado a cada sector de la economía fue
indudablemente superior hacia la industria manufacturera, respecto al sector agrario y
comercial, salvo el período de 1950 a 1952 donde se compenso las perdidas agropecuarias
por la sequía.
3.2 Política industrial y empresarial
La política industrial fue fomentada por dos vías, por un lado el conjunto de créditos,
subsidios y programas de promoción acompañados por una fuerte política de protección
arancelaria y de distribución de recursos obtenidos de la exportación agropecuaria hacia la
industria. En segundo lugar mediante la participación directa del Estado. El antecedente
inmediato es en 1943, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, la creación de diversas
entidades de fabricación de bienes esenciales10. Por otra parte Miranda creo el régimen legal
para la formación de sociedades Mixtas, con tres objetivos el control de los servicios
públicos, la participación del ahorro nacional en empresas industriales y la cooperación y
participación obrera en los beneficios. La siderúrgica SOMISA (1947) y la química
ATANOR (1946) fueron emblemas de las empresas mixtas
3.3 Política de tierras
La política de tierras, si bien no denota un cambio sustancial, fue la de mayor distribución de
la propiedad rural en la historia argentina. De 1946 a 1952, se compraron 522.700 hectáreas
a sus propietarios y se distribuyeron entre 3218 familias, en 1948 extendió el crédito bancario
hasta un 100% del precio de compra, como resultado las propiedades en arrendamiento
bajaron del 44% al 33% del total. Aunque se habían expropiado más de dos millones de
hectáreas no se realizó una reforma agraria masiva dada la adquisición de terceros en “buena
fe”.11
3.4 Sector externo, comercio y relaciones bilaterales.
Un punto central, una vez superada la Segunda Guerra Mundial, fue por un lado el bloqueo
de las libras esterlinas argentinas en Inglaterra, circunstancia que llevo a la nacionalización
de los ferrocarriles, y un segundo punto aún más central, es la influencia negativa del Plan
Marshall sobre la economía argentina. El plan de reconstrucción europea implico una perdida
notoria de mercados para los bienes argentinos y la dificultad de atraer inversiones para
fomentar la segunda etapa industrializadora. El Plan Marshall sirvió como instrumento para
Estados Unidos de colocación de sus excedentes agrícolas, esto explica el superávit de
productos agropecuarios y la escasez de divisas. En este contexto, el acuerdo de Ginebra
10
Se crearon la Dirección Nacional de Fabricaciones Militares, la Dirección Nacional de Fabricaciones e
Investigaciones Aeronáuticas, Astilleros y Fabricas Navales del Estado y la Dirección Nacional de
Industrias del Estado.
11
Antonio Cafiero “Cinco años después” pág., 439.
promovía el comercio multilateral en detrimento de los acuerdos y pactos comerciales
bilaterales. En 1953 argentina enfrento una situación similar en materia de comercio
internacional a las condiciones de la época de guerra (Randall;178:1978). El peronismo
promovió tanto los acuerdos bilaterales como la promoción comercial en con los países fuera
de la zona del dólar.
Todas estas cuestiones que afectaban el comercio internacional y el acceso a capitales para
el proceso industrializador, llevo en 1953 a la promulgación de la Ley sobre inversiones
extranjeras, ley de carácter sustancialmente más dura hacia los capitales extranjeros que todas
las que conoció la historia argentina. El objetivo central fue lograr el autoabastecimiento
energético promovió la capitalización de YPF. El gobierno peronista decidió no ingresar al
FMI. La dependencia de la llegada de capital extranjero para el final del segundo gobierno
peronista se acentuó.
4) Los debates y conflictos desde 1953, el camino al golpe de 1955. Los aportes de “Los
Vendepatria” de Juan D. Perón.
Hay dos discusiones centrales respecto a la viabilidad del proyecto económico del peronismo
que se dan a partir del inicio del mandato que correspondía a los años 1952-1958, por un lado
la discusión en torno a la productividad y en segundo lugar la capacidad de dar el salto a una
segunda etapa de industrialización pesada, es decir las industrias de medios de producción.
El marco de este proceso se encuentra signado por la imposibilidad del sector agrario de
aportar una masa creciente de renta internacional (dada la sequía y la restricción de mercados)
y un sector industrial imposibilitado de reequiparse (dado el bloqueo norteamericano
mediante el Plan Marshall) y de elevar su productividad de modo competitivo. (Arceo;
383:2003). Diversas hipótesis se han diagramado respecto a estos problemas derivados de la
restricción externa. La imposibilidad de un proceso de centralización y concentración por
parte de la débil burguesía nacional; la imposibilidad de romper el control terrateniente en el
seno de la burguesía; el límite autoimpuesto por el estado a intervenir plenamente en el
proceso productivo o cambiar las prioridades arancelarias; o la necesidad trunca de promover
el ingreso de capitales extranjeros.
Una cuestión nos parece central de ser destacada, lo que en principio debe considerarse es
que el periodo del segundo gobierno no llego a completarse, por lo que los hechos facticos
demuestran que la conflictividad con ciertos grupos del sector industrial, la oligarquía
diversificada, intereses extranjeros y militares dejaron trunca la continuidad de la política
económica del peronismo. En este sentido se expresa “Los Vendepatria, historia de una
traición”. Las propias limitaciones del proyecto económico deben ser indudablemente
relacionadas con este factor, es decir, toda hipótesis respecto a al agotamiento meramente
económico como si se tratara de una “implosión” tiene un carácter contra factico que
desconoce el factor centralmente político-social de la disputa económica que culmina en el
golpe de 1955. Tanto para comprender la viabilidad del Congreso de la Productividad y el
Bienestar Social (1955) o límites al desarrollo provenientes de la restricción externa.
Dejando de lado las críticas al gobierno de la Revolución Libertadora, vale la pena observar
para enriquecer el cuadro del pensamiento económico peronista, las apreciaciones respecto a
la restricción externa y límites al desarrollo. La cuestión central es que en el esquema de una
política multilateral a nivel externo y fomentos múltiples a las actividades de desarrollo
interno, Perón pareciera considerar el problema no como bajo una mirada derivada desde lo
macroeconómico a lo microeconómico, sino que el problema de la restricción externa puede
ser superado mediante un esquema de políticas múltiples, y superando cuellos de botella a
nivel interno.
En el texto Perón destaca que el superávit comercial de los años 1953 y 1954, contradicen la
mirada general de un problema serio de restricción externa, pese a los déficit de 1951 y 1952.
La recuperación del ritmo de crecimiento desde 1953 permitió retomar la senda de
industrialización previa, la instauración del régimen mixto de 1946 en conjunto con las
limitaciones a las remesas de utilidades, eran la base que sustentaba las posibilidades de
industrialización pesada al controlar la reinversión de utilidades. El nivel de crecimiento
económico había aumentado significativamente la demanda de combustibles, en ese sentido
tomando a Scalabrini Ortiz12, Perón destaca la necesidad del cambio de patrón energético de
petróleo y derivados hacia carbón y vegetal y enumera las obras en ese sentido.13 Respecto
a la política agropecuaria y la comercialización externa, la derogación de los acuerdos
bilaterales y el paso al multilateralismo, rompieron el esquema que permitía “la colocación
de nuestros productos agropecuarios, al eliminar la competencia de los excedentes
norteamericanos y canadienses, al asegurar un abastecimiento de bienes de capital que
permitían continuar la industrialización del país y salvar los quebrantos de ocasionales malas
cosechas”(Perón;1957:53) el fomento al consumo interno permitía no ejercer presión bajista
en el mercado internacional y de ese modo no depreciar los valores agrícolas, a posterior de
septiembre de 1955, la caída de los precios de exportación fue notoria, agravando la provisión
de divisas. La comercialización de carne, realizada hasta 1955 de gobierno a gobierno en el
caso de gran Bretaña, paso nuevamente a ser una comercialización entre privados retrayendo
el precio que recibía la argentina en un 20%. La política ejercida desde el IAPI de monopolio
estatal de la comercialización agropecuaria impedía a los monopolios y pools internacionales
la fuga y evasión de capital fundamental para la industria. La revolución Libertadora permitió
nuevamente el negocio intracompañias a nivel internacional, comprando a precio menor la
producción local y vendiendo a precio internacional, radicando las divisas en el exterior
12
Número 147 de la Revista Qué, 1956.
Creación del Oleoducto Campo Durán a San Lorenzo; la conexión de la usina hidroeléctrica de El Nihuil
para San Rafael y Mendoza, la conexión de la usina de San Nicolás con el Gran Buenos Aires; y los
programas de capitalización de YPF mediante acuerdos con capitales extranjeros, caso Standard Oil.
13
mediante la compra-venta a sí mismas, caso Bunge Born. Todas estas cuestiones son
centrales para comprender la descapitalización y la perdida de ahorro interno, a esto se suma
el crecimiento del endeudamiento desde 1955, el ingreso Argentino al FMI y la toma de 75
Millones de Dólares fue volcado fundamentalmente a la importación de productos de
consumo y petróleo provenientes del extranjeros, mediante la reapertura importadora y la
emblemática zona liberada bajo el paralelo 42.
A nuestro modo de ver, más allá de las posibles discrepancias con el análisis previo, resulta
considerable la cantidad de propuestas micro y meso económicas a un problema por lo
general observado macroeconómicamente. Tanto la heterodoxia como ortodoxia económica
en la Argentina han hecho hincapié en la restricción externa como un problema estructural
de la economía argentina. Posiblemente esto así sea, pero detrás de este problema se
encuentran enfrentamientos políticos e intereses de clase que parecieran ser más la respuesta
a las posibilidades de su superación que un problema que suele presentarse como exento de
intereses subyacentes.
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