CASO REPSOL TESTIMONIOS Antonio Quidel, Inal Lonko de la comunidad Paineo, y Élida Violeta Salazar, werken de la comunidad Cayupan, zona centro de la provincia de Neuquén Antonio Quidel: la comunidad se encuentra a unos 85 km de Zapala hacia el sur. El tema de las cenizas es una problemática más de las comunidades mapuche de la provincia de Neuquén. Ya veníamos sufriendo la sequía y se sumó el problema de las cenizas. Las comunidades del centro se organizan para pedir al gobierno que se declare una emergencia por el tema de las cenizas y con el apoyo de organizaciones no mapuche se logró, pero la emergencia por la sequía y los problemas del agua ya la veníamos padeciendo por el abandono del gobierno provincial. El problema del agua sigue siendo muy grave en las comunidades Paineo y Cayupan. La suma de las cenizas con la sequía hace que los animales se mueran. La provincia ha hecho un aporte mínimo por el tema de las cenizas, aunque ha declarado la emergencia. Las comunidades están ubicadas en una zona concesionada a Plus Petrol y no hubo ninguna consulta previa, libre e informada a las comunidades, como dice la constitución; hasta ahora no se hizo. De ahí la urgencia que tienen las comunidades porque vienen empresas petroleras y mineras que pretenden convencer a los integrantes de cada comunidad para poder entrar. Élida Violeta Salazar: a nuestras comunidades llegaron las petroleras en el mes de abril, hicieron la primera visita sin la consulta previa. Se acerca el representante de la empresa que quería tener una reunión con los miembros de la comisión directiva. Más adelante hicimos una reunión con él para ver cuál era el objetivo de ingresar a nuestro territorio y dijo que era explorar nuestras comunidades. Las comunidades les dijimos que no, que no los íbamos a dejar ingresar en nuestro territorio. Nos dijo que si no le dábamos el permiso desde la comunidad, él lo iba a conseguir de parte de la provincia. Quizás ingresen esta semana pero las comunidades están firmes. Nos hemos estado reuniendo como zona centro para ver cómo apoyarnos mutuamente. Antonio Quidel: nos oponemos que entren las petroleras a nuestras comunidades porque tenemos otra visión de la tierra. No queremos que se rompa nuestra mapu. Dr. Juan Manuel Salgado, ODHPI (Observatorio de Derechos Humanos de Pueblos Indígenas), provincia de Neuquén El enfrentamiento permanente entre las comunidades es con el estado, porque las petroleras no tienen policía, ni jueces, ni funcionarios, y no dictan resoluciones ni hacen leyes. En los casos en los que ha habido algunas negociaciones con empresas petroleras, que han sido más bien marginales, el principal argumento de las empresas para negarse a hacer la consulta es que ellas hacen lo que dispone la provincia; de modo que siempre terminan pateando la pelota al estado, y el estado, a su vez, se quiere poner en una posición equidistante, como si esto se tratara de un conflicto entre comunidades y petroleras, cuando en realidad se trata de un conflicto político en la medida en que las comunidades tienen derecho a autogobernarse y el estado tiene que proteger ese derecho. Después la relación con las petroleras es de parte del estado. El estado neuquino siempre ha planteado que el conflicto es entre comunidades y petroleras, poniéndose en segundo plano o como mediador. En realidad el conflicto es con una institucionalidad del estado que no acepta el autogobierno y la autonomía de las comunidades, el derecho a su territorio, a su propia vida. Los conflictos nunca han sido directos entre una comunidad y una petrolera, salvo casos muy puntuales; han sido permanentes con el estado, con la policía, los jueces, los funcionarios del estado; han sido conflictos políticos con las autoridades estatales. En la Argentina hay un registro de personería de las comunidades que lleva el INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas) que es el Registro Nacional de Comunidades Indígenas. Después en cada provincia, en Neuquén, en Chubut, hay organismos provinciales que también llevan registro de comunidades. En la provincia de Neuquén hay alrededor de 20 comunidades que tienen reconocida su personería por el INAI y sin embargo la provincia de Neuquén dice que no existen, las niega. Y a su vez, el estado nacional que tendría que hacer algo para que la provincia no ignore las atribuciones que tiene, no hace absolutamente nada, como en el caso de la comunidad Wenctru Trawel Leufú. Respecto de la comunidad Kaxipayiñ, hay un compromiso de la provincia desde hace catorce años de reconocerle las tierras y pasar la propiedad a la comunidad y la provincia no lo hace porque la comunidad no está registrada en el ámbito provincial, pese a que tiene personería del INAI. Esta situación es avalada por la justicia neuquina. Hace más de veinte años que la provincia de Neuquén no reconoce nuevas comunidades. El gobierno no hace nada ni con las comunidades no reconocidas ni con las reconocidas, de las que el estado no reconoce ningún derecho de los que debería reconocer, que están en la constitución nacional, en el Pacto de San José de Costa Rica. Hay un tratado internacional específico para pueblos indígenas que reconoce el derecho a la consulta previa, libre e informada y sólo si existe esa consulta y se aprueba, pueden entrar las empresas petroleras. Las comunidades que no tienen reconocida su personería están peor, pero el gobierno neuquino no reconoce ninguno de los derechos de los pueblos indígenas y la justicia neuquina hace malabares para ignorar esos derechos que están en tratados internacionales y en la jurisprudencia. Es enorme el nivel de ilegalidad que hay en el gobierno y la justicia neuquina. Cuando comencé a trabajar con comunidades indígenas, hacía muchos años que era abogado y uno siempre sabe que hay una ley y no se aplica, pero nunca había estado en un área del derecho donde están las leyes y las normas y los jueces y funcionarios las ignoran por completo. En la provincia de Neuquén el estado nacional no tiene atribuciones para otorgar personería válida en la provincia, pero la constitución nacional dice que el congreso nacional tiene el deber de reconocer la personería de las provincias. Al estado neuquino le importa poco y el gobierno nacional mira para otro lado. El nivel de avasallamiento del derecho de las comunidades es enorme. La provincia de Neuquén junto con la de Formosa son las de mayor desconocimiento, por parte de los gobiernos, de los derechos de las comunidades, y en el resto hay distintos grados. Respecto a la comunidad Wenctru Trawel Leufú, está claro que si no hubiera sido por la resistencia de la comunidad no hubiéramos obtenido, después de cuatro años, una sentencia en primera instancia favorable. Cuando la comunidad se negó a que entrara la empresa petrolera, ésta interpuso un recurso de amparo y lo primero que hizo una jueza de Cutral-Có fue ordenar que la empresa pueda entrar, pese a que sabía que la resistencia no era de superficiarios particulares sino de una comunidad indígena. En todas las pruebas que llevó la empresa había fotos con la bandera mapuche, es decir, se sabía que era un conflicto indígena, y sin embargo actuó como si no existieran los tratados internacionales. Una vez que estuvo esa orden, la empresa y la justicia se dedicaron a alargar el juicio para que no llegara nunca la sentencia final. No les interesaba porque ellos, mientras tanto, ya podían entrar. Por ejemplo, se demoró seis meses en notificar una cédula y hasta tanto no se notificara, no avanzaba el juicio. Mientras el juicio se demoraba, la comunidad resistía, los jueces mandaban a la policía. Como la comunidad no dejaba entrar a la empresa, se armaban causas penales. La comunidad llegó a tener más de diez causas por desobediencia y resistencia a la autoridad, más las que armaba la empresa que, a su vez, traía gente contratada para amedrentar. El juicio empezó a comienzos del año 2007, pasaron tres juezas a las que la comunidad les inicia un juicio, junto con la provincia, por responsabilidad y todos los daños que causaron. Finalmente la causa cayó en un juez penal, que actuó como juez civil, y por fin le dieron la razón a la comunidad y rechazaron el recurso de amparo. Entonces se presenta la fiscalía de estado diciendo que ellos también tienen derechos porque acá están en juego las atribuciones de la provincia en materia de concesiones petroleras y pidió la nulidad de todo. Después fue a la Cámara que dijo que había que tratar el pedido de nulidad y ahora la causa está en el tribunal superior, junto con otro pedido de nulidad que hay por parte de la empresa y la fiscalía de estado. Esa causa es una maraña jurídica, que ahora se ha frenado porque la medida cautelar no está. La empresa no tiene una orden judicial para ingresar, con lo cual el tiempo ya no corre a favor de ella. Ahora el fiscal de estado convoca a la comunidad, dice que estaría dispuesto a entregar la tierra pero individualmente, pero que tienen urgencias que cumplir, que no tenían en el año 2007 cuando tenían los jueces adictos. Esto demuestra que en Neuquén, como en muchas provincias, no hay contradicciones entre las empresas petroleras y el gobierno. Ellos participan del mismo modelo, tiene diferencias para negociar en cuánto es el porcentaje que le toca a uno o a otro, pero en cuanto a arrasar con la tierra, la territorialidad y la vida comunitaria están totalmente de acuerdo. En los estudios de impacto ambiental que hizo una empresa alemana en Loma de la Lata se tiene en cuenta el impacto social, pero en el que hizo el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo se consideran solamente los aspectos relacionados con la naturaleza, pero no el propio daño a la vida comunitaria. Tanto las empresas como el estado lo miran de esa forma, van a una comunidad, ven a un grupo de pobladores rurales y dicen que lo que más les conviene es ser empleados de la empresa y no tienen ningún respeto por la vida comunitaria, que es libre, en la cual definen sus propios asuntos y que lo que necesita no es que el estado la ayude, sino que les quite las manos de encima. Esos aspectos del mantenimiento de la propia vida comunitaria en general no los tienen en cuenta los estudios de impacto ambiental y eso es lo que los tratados internacionales piden que se respete. En la provincia de Neuquén ha habido buenos fallos como en los casos de las comunidades de Paynemil y Kaxipayiñ, en los que las comunidades ganaron en primera, segunda y tercera instancias, pero la provincia de todas formas no cumplió. Respecto al derecho a la consulta es un buen antecedente en la provincia; hay otros antecedentes nacionales pero en la provincia es importante porque viene de parte de jueces que en su mayoría están presionados por el poder ejecutivo o comparten la visión de que las culturas indígenas son cosas del pasado que tienden a desaparecer. En la provincia de Neuquén no había buenos fallos en ese sentido. En la provincia de Neuquén se garantiza todo un modelo social, en el cual las clases altas comparten la renta, a través de mecanismo legales, como los altos sueldos que tienen los funcionarios, los diputados, los jueces, y de mecanismos ilegales como la corrupción y los distintos contratos con las empresas. No es un modelo exclusivo de algunas empresas, sino un modelo social, que afecta a la vida rural y también a la urbana. Juan Carlos Curruhuinca y Teresa Curruhuinca, Comunidad mapuche Wenctru Trawel Leufú, de Picún Leufú, provincia de Neuquén La comunidad Wenctru Trawel Leufú vivió situaciones muy complicadas de parte del gobierno provincial por entregar una tierra a la empresa Ingeniería Sima. Cuando esa empresa se empezó a perseguir porque empezamos a reclamar derechos, le vendió a Petrolera Piedra del Águila, que vino a la comunidad en el 2005 a reclamar las tierras porque decían que les pertenecían porque el estado se las había dado para hacer una explotación del territorio. Le dijimos no a la petrolera, al saqueo, a la explotación de nuestro territorio, porque teníamos claro todo lo que perjudica con la contaminación del agua, la extinción de la fauna y porque la comunidad tiene su propia forma de vivir y sin el estado puede vivir tranquila. No dependemos del estado ni necesitamos que venga a decirnos cómo nos tenemos que organizar, si somos o no una comunidad. Es la comunidad la que toma la decisión de organizarse como pueblo indígena y no ser una esclava del estado. Esa es la decisión que tomamos. Cuando empezamos a decir no, comenzaron a ofrecer puestos de trabajo. Rechazamos esa limosna y terminaron denunciándonos a la justicia. Vinieron desde Picún Leufú unos supuestos desocupados, que eran pagados, se metieron en el concejo deliberante y lo manipularon. El intendente que estaba en ese momento también se prestó a defender los intereses de la empresa porque respondían a la política del Movimiento Popular Neuquino. A partir de eso, se hizo una volanteada en Picún, denunciando que la empresa pagaba a los desocupados, buscando un referente que salía por los medios, como el diario Río Negro, radios AM y FM, diciendo que no era una comunidad, que sólo éramos una familia que pretendía lucrar con su apellido, y cuestionando también a la Confederación Mapuche Neuquina. Nosotros también salíamos a hacer nuestras críticas a esos supuestos desocupados, denunciando que nos eran desocupados sino pagados por la petrolera y el gobierno de la provincia de ese momento, de Jorge Sobisch y después siguió con Jorge Sapag. Esos desocupados se manejaban con trailers, camionetas 4x4. Algunos curas párrocos de Zapala salieron a criticar al gobierno de Neuquén diciendo que eran pagados para quebrar nuestra resistencia. Empezaron a llegar las denuncias policiales. Pusieron una medida cautelar para poder entrar en el territorio y empezaron a presionar por la policía. Comenzaron a mover los matones, las patotas, del sindicato petrolero, agitados por Guillermo Pereyra, secretario general del petróleo y gas de las provincias de Río Negro y Neuquén. También estuvo en el territorio Omar Lorenzo, actual diputado provincial, poniendo en marcha a la fuerza una planta para bombear gas. Finalmente pudimos sacarlos del territorio. Esto se fue agravando y fue llegando gente a nuestra comunidad que nos apoyaba porque estaban convencidos que la tierra nos pertenece. Se metían de noche en la comunidad; a veces cuando íbamos a comprar al pueblo se infiltraban. Había un acuerdo de la petrolera, los jueces y el gobierno de presionarnos para entrar en nuestro territorio, destruir y saquear los recursos naturales. En el territorio llegó a haber 150 policías de la GEOP y la UESPO, policía especializada en reprimir, policía montada, policía con perros. Recorrían el territorio en moto para ver en qué lugar podíamos estar escondidos. Tiraban tiros al aire y dinamitaban los lugares que íbamos a recorrer. Morían los animales porque pisaban bombas tipo cazabobos, quedaban heridos, quebrados; tenemos las fotos de todo esto. Esas pruebas las llevamos a la misma policía, hicimos denuncias que nunca tuvieron una respuesta. Hicieron atentados, quemaron tres rukas, el auto de la inal lonko y el de quien era el lonko en ese momento. Todas esas cosas las denunciamos por los medios. Nunca nos quedamos callados porque si lo hacemos es como si les estuviéramos dando la razón. Con otras comunidades han usado las mismas estrategias, los han sacado, prometiéndoles trabajo, vivienda, sueldo, que pagan dos o tres meses y después ya no. Esos peñi caen en la droga, en el alcohol, reclaman cajas de comida, colchones, bonos. Nosotros tenemos otra mirada. Como no pretendemos ser mantenidos por el estado, defendimos nuestra propia comunidad, nuestra propia tierra, no queríamos que se contaminara, que la destruyan. Siempre decimos que somos parte de esta tierra, somos sus hijos y ¿cómo un hijo va a permitir que dañen a su propia madre? Tenemos una gran batalla de saber cuáles son los derechos que nos competen, con qué herramientas tenemos hoy que defender nuestras comunidades. Nunca fuimos personas de tener enfrentamientos, sino personas de trabajo, pero hoy estamos entendiendo nuestros derechos como pueblos originarios. Antes no los teníamos muy enraizados, pero el vínculo con la Confederación Mapuche Neuquina, que tiene muchas luchas y sabe de qué se trata, nos permitió enriquecernos con esos conocimientos. Desde ese punto de vista, nosotros vamos a seguir peleando por la situación de nuestro territorio y también acompañar a muchas comunidades que no conocen estos derechos. Me siento orgullosa de haber conocida muchas comunidades originarias, he aprendido de aquellas que han empezado antes que nosotros con la lucha, pero hoy están en la misma situación que nosotros, porque el gobierno de turno no quiere reconocer los derechos que están escritos en las constituciones, en los tratados internacionales. Hoy tener la personería jurídica nacional implica pedir perdón por haberla solicitado. Nosotros nos vamos a defender frente a los que nos hicieron tanto daño, diciendo que no somos comunidad, que no tenemos el apellido que tenemos. En ese lugar que nos dejó nuestro padre, vamos a morir. Mucha gente de afuera que conocía el conflicto, ha llegado hasta nuestro lugar y nos ha dado fuerza para seguir defendiendo nuestro territorio. También sabemos que estos conflictos existen en otras comunidades y que tenemos que acompañarlas. Somos de la tierra, defendamos nuestra tierra y nuestros espacios. Tenemos que ser fuertes, que llenarnos de conocimientos para hacer la justicia nosotros mismos, esa justicia que se necesita en cada lugar. Nosotros tenemos una personería nacional otorgada por el INAE, que el gobierno provincial desconoce, aunque ha otorgado algunas personerías provinciales. Con la emergencia social producida por el volcán, ha habido diferencias entre las comunidades y el gobierno, porque las comunidades han reclamado ante esa emergencia y han presentado declaraciones juradas por los animales muertos y el gobierno les dice que traigan el título de propiedad comunitaria para poder aceptar esa declaración. Es decir, tampoco se reconocen los derechos de las comunidades ni aun teniendo personería jurídica provincial. El gobierno de la provincia de Neuquén ha usado a los mapuche para mantenerse en el poder. Para llevarlos a votar por sus mentiras, traiciones y represiones, no les piden personería jurídica ni el título de propiedad comunitaria.