Víctor Saavedra Hdez. QBB Había una vez un niño llamado Luis, a Luis le gustaba mucho jugar futbol, era su pasión y su pasatiempo favorito, desde pequeño Luis decía que quería llegar a ser un jugador profesional de futbol y ganar mucho dinero para ayudar a toda su familia. Luis vivía en un estatus económico bajo, ya que solo su madre trabajaba y su padre era desempleado; por tal motivo Luis se veía frenado en sus aspiraciones por llegar a ser un gran futbolista en un gran equipo. Luis estaba en el equipo de futbol de su escuela, los cuales participaban en un torneo contra todas las escuelas de la región. Luis siempre le contaba a su mama el sueño que tenía, pero su madre al ver la situación por la cual estaban pasando, no tenía dinero ni siquiera para comprarle un balón de futbol a Luis, el tiempo transcurría y Luis no se daba por vencido. A la edad de 15 años Luis comenzó a trabajar en una carnicería como empacador, su sueldo era bajo pero lo poco que le pagaban Luis lo ahorraba, así continuo trabajando durante 2 años y ahorro una cantidad importante de dinero. En cuanto a la escuela Luis se metió a la preparatoria publica de su ciudad, la cual era donde asistían la mayoría de jóvenes con bajos recursos, también continuo jugando futbol en el equipo de la preparatoria. A nivel nacional se estaba desarrollando un concurso para buscar a jóvenes promesas en el futbol, cualquier escuela podía participar; al momento en que Luis se entero de esto rápidamente fue con su equipo y les comento lo que había escuchado, y entre todos lo apoyaron para entrar al torneo. La competencia dio inicio, y al equipo de Luis le fue muy bien durante todas las jornadas de partidos, cada juego lo presenciaban visores para ver a los jóvenes que tenían potencial suficiente para llegar a ser profesionales. La gran final llego, en la cual se encontraba el equipo de Luis contra un equipo bastante difícil de vencer. El equipo de Luis perdió 3-2, pero eso no fue obstáculo Víctor Saavedra Hdez. QBB para que Luis se luciera con un par de anotaciones, el partido termino y un visor se acerco a él y le dijo que si le seguía echando ganas tenía muchas oportunidades de ser profesional, y le ofreció jugar con el equipo del estado, Luis al oír esto rápidamente fue a su casa a decirle a su mama lo que había pasado, su madre lloro de alegría al escucharlo porque era una oportunidad única para poder salir de su pobreza y además que el sueño de su hijo se cumpliera, Luis jugo todos los partidos en la liga y fue comprado por los Pumas de la Universidad Autónoma de México, el cual era un equipo muy prestigiado en la liga mexicana de futbol, Luis continuo desarrollando su carrera como jugador profesional y saco adelante a su familia con el esfuerzo que hizo.