Subido por María Felícita

Trabajo final

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María F. González Aponte
804-14-3198
PSIC 3025- Desarrollo Humano
Sección 125
Desarrollo socioemocional durante mi niñez: los aspectos que recuerdo
El desarrollo humano se compone de etapas muy diversas y complejas que se integran
para formar aspectos como nuestras destrezas motoras y sensoriales, memoria, percepción,
entendimiento de las relaciones humanas, cómo vivimos en sociedad, nuestro rol en la vida
cotidiana, entre otros aspectos. Este se puede describir desde tres distintos ámbitos: cognitivo,
socioemocional y físico-motor, los cuales son influenciados por nuestro contexto histórico, social
y cultural. Estos tres no son ámbitos separados, sino que se integran para desarrollarnos desde
etapas muy tempranas que se remontan a nuestro nacimiento, infancia y niñez.
Uno de los aspectos importantes de nuestro desarrollo es el socioemocional, en donde se
amplía la capacidad de un humano para comprender a sus pares, la empatía, el control de las
emociones y sentimientos, los roles que se asumen dentro de nuestra sociedad y cómo nos
integramos a ella. Este desarrollo es influenciado por aspectos biológicos, sociales, culturales e
históricos. Por ejemplo, al nacer los bebés comienzan a integrarse a la sociedad, destacando
aspectos como el sueño, llanto y la alimentación. El desarrollo social y emocional se asocia con
cambios cerebrales como mayor funcionalidad de la corteza cerebral, mayor interacción entre los
lóbulos frontales con el sistema límbico y el hipotálamo, crecimiento en la mielinización axonal
y cambios en el dominio de las divisiones Simpáticas y Parasimpáticas del Sistema Nervioso
Autónomo.
En términos de mi desarrollo, mi familia dice que durante los primeros meses pasaba la
mayoría del tiempo durmiendo y me levantaba a comer. Mi mamá me amamantó hasta los 10
meses de nacida, lo que asumo fomentó el apego que hasta el día de hoy mantengo con ella.
Según John Bolwby, quien postuló la teoría del apego, este es un vínculo de apego que funciona
en una doble vía: del cuidador hacia el bebé y del bebé hacia el cuidador (Olivia Delgado, A.,
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2004). Mi principal cuidadora fue mi mamá hasta aproximadamente los 2 años de vida, y aunque
no tengo recuerdos de aquellos momentos, las fotos que tengo muestran que mi mamá siempre
estaba junto a mí y me hacía muy feliz. Contrario al desarrollo de muchas personas, mi principal
figura de apego fue mi mamá, pues mi papá dejó de estar presente en mi desarrollo desde los 9
meses de nacida. Posterior a los 2 años, mis abuelos maternos se convirtieron en mis cuidadores
principales y en mis figuras de apego: aún recuerdo cuando mi abuelo peleaba con mis tíos para
que me dejaran ver Barney y mi abuela me hacía la avena todas las mañanas.
Por otro lado, las emociones se desarrollan bajo el aspecto socioemocional de los seres
humanos. Aspectos importantes se manifiestan como signos de satisfacción, interés, aflicción;
más adelante, esto se desarrolla en alegría, sorpresa, tristeza, temor y enojo. Finalmente,
desarrollamos emociones autoconscientes, como bochorno y empatía, y emociones
autoevaluativas, como orgullo, culpa y vergüenza (Cole, M. & Cole, S., 2001). Por ejemplo,
recuerdo haber sido una niña muy feliz, querida por todos mis familiares. Sin embargo, también
recuerdo haber tenido un carácter muy fuerte, y cosas mínimas me hacían enojar. No me gustaba
que desordenaran mis juguetes y, aunque estaba dispuesta a compartir, me molestaba que
dañaran mis cosas. Otro ejemplo lo es, en términos del desarrollo de la empatía, la Navidad de
mis 10 años cuando le dije a mi mamá que no necesitaba que me regalara juguetes o ropa, pues
había visto cuanto tiempo ella pasaba calculando cuánto dinero necesitaba para pagar las cuentas.
Más adelante, el desarrollo social se caracteriza como proceso doble de integración y
diferenciación. La integración es la adquisición de valores, creencias y conocimientos de nuestra
comunidad. Mientras, la diferenciación es el desarrollo de patrones únicos de sentimientos,
pensamientos y conductas (Alom, A., 2017). Este desarrollo es influenciado por los adultos que
nos rodean y la interpretación que le damos a las experiencias. Mi contexto social y familiar fue
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uno repleto de valores muy cristianos, el concepto del amor hacia el prójimo y valores como
respeto y civismo. A mis 8 meses de nacida, mis papás me bautizaron bajo la Iglesia Católica y
durante mi vida fui completando los demás sacramentos de la Primera Comunión y
Confirmación. Todos los domingos, desde que nací, mi mamá me llevaba a la misa y me leía
cuentos bíblicos. De hecho, las primeras lecturas que tuve fueron pasajes cortos de los libros de
la Biblia. De esta forma y con el ejemplo de mi mamá y mis abuelos, adquirí y cultivé los valores
cristianos que mantengo hasta hoy. Por otro lado, mi mamá siempre me enseñó a respetar a los
demás, especialmente las cosas ajenas. Recuerdo que me recalcaba mucho esto último a la hora
de ir a una casa ajena o jugar con juguetes ajenos. Mi mamá me enseñó el valor que tienen las
cosas y a cuidar y respetar las cosas de los demás.
En términos del proceso de diferenciación, durante mi niñez recuerdo que desarrollé
conductas que nadie en mi familia tenía. Por ejemplo, me gustaba mucho leer, bailar y recitar
poemas, aspectos que me diferenciaban de mis pares pues nadie más disfrutaba de hacer estas
cosas. Además, recuerdo que tenía una conducta muy pasiva, posiblemente heredada de mi
madre. Sin embargo, cuando me enojaba tenía un carácter muy fuerte, el que según mi mamá se
parecía al de mi papá. Esto en algún momento de mi niñez me hizo pensar cómo era posible que
expresara conductas de mi padre cuando nunca había tenido contacto con él. Durante mi niñez,
recuerdo haber invertido mucho tiempo pensando en si mi papá me quería o me extrañaba; para
mí no era común ver a las demás niñas del salón abrazar a sus padres mientras yo ni siquiera
recordaba físicamente al mío.
Entre los aspectos del desarrollo social durante la niñez, estos se dividen en distintos
ámbitos: el desarrollo de la identidad personal, desarrollo y regulación de las emociones,
identidad sexual y la habilidad de autorregulación. El desarrollo de la identidad personal se
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define como la imagen de nuestros rasgos y capacidades. Este determina la manera en que nos
sentimos con relación a nosotros mismos y guía nuestras acciones, incorporando también cómo
nos ven los demás. Si bien recuerdo, me gustaba contarles a los demás las historias de mi mamá
sobre mi desarrollo como bebé, ejemplo de que los niños incluyen en sus conversaciones
narrativas sobre sus vidas. En Kindergarten, recuerdo describirme como una niña alta, fuerte,
feliz y que me gustaba leer. No me gustaban mucho las actividades físicas como correr y
practicar deportes. Disfrutaba más de juegos de lógica y la utilización de letras y números. Por
ejemplo, un juego que me gustaba mucho era “Guess Who?” y “Connect Four”.
Por otro lado, el desarrollo de mi identidad sexual se vio influenciado primeramente por
ejemplo de mi mamá, mi única figura familiar, y por los juegos que tenía. Por ejemplo, me
gustaba mucho jugar con la casa de Barbie, cuidando bebés de juguete, cocinando y ser doctora.
A mis 12 años, recuerdo haberme acercado a mi mamá para pedirle que me enseñara a cocinar.
En este sentido, los roles sociales que asume la mujer en la sociedad habían sido bien inculcados
en mí. Sin embargo, tenía conciencia sobre la importancia de otras labores que la sociedad no
nos inculca a la mujer, como guiar un carro, arreglar cosas en la casa, entre otros. Finalmente, en
términos del desarrollo de la habilidad para autorregularse, muy temprano en mi desarrollo mi
mamá me había enseñado qué conductas eran buenas y malas. Por ejemplo, sabía que al llegar al
salón de clases debía saludar a mi maestra y que durante una clase debía prestar atención y no
hablar. También sabía que el dinero y los objetos de los demás niños del salón no se tocaban y
que debía siempre tener buenos modales y respeto hacia los demás.
En conclusión, me parece que el desarrollo socioemocional durante nuestro nacimiento,
infancia y niñez es un conjunto de procesos muy complejos que tienen un gran impacto en
quienes somos durante nuestra vida. El aspecto socioemocional es muy importante para nuestro
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desarrollo psicológico, nuestra integración a la sociedad y nuestra percepción sobre los demás y
nosotros mismos. En la actualidad, se nos hace difícil recordar cómo fue nuestro desarrollo, pero
al menos contamos con recuerdos en forma de fotos que nos ayudan a entender cómo fue este.
En mis fotos, los escritos de mi madre y mis trabajos escolares pude recordar que fui una niña
feliz, y que aunque mi contexto familiar era diferente al de muchos niños, mis familiares
cercanos me daban mucho amor y me fortalecían psicológicamente, aun cuando pensaba en qué
sentía mi papá por mí. Para finalizar, gracias a este curso comprendí que el desarrollo humano
está compuesto por la integración de muchos aspectos que van más allá del simple desarrollo
biológico. Quienes somos durante nuestra vida es determinado desde muy temprano en el
desarrollo, por lo que es importante que cada aspecto se dé adecuadamente.
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Anejo: Fotos de mi desarrollo (0 a 12 años)
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Referencias Bibliográficas
Alom, A. (2017, Enero-Mayo). Presentaciones: Niñez e Infancia.
Cole, M. & Cole, S. (2001). The development of children (4th edition). New York: Worth
Publishers. Cap. 127-173.
Oliva Delgado, A. (2004). Estado actual de la teoría de apego. Revista de Psiquiatría y psicología
del niño y el adolescente, 4 (1), 65-81.
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