Subido por Gonzalo Duarte

Ensayo Nuestro Desarrollo poco Sustentable

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Nuestro Desarrollo poco Sustentable
La Argentina ha sido protagonista a lo largo de su historia por ser un país
exportador de cereales por excelencia, manteniendo en el tiempo un flujo de
nivel de cargas mas o menos sostenido, variando de acuerdo a los impactos
que producían las distintas crisis económicas que fueron apareciendo, las
cuales fueron transportadas a bordo de buques que ingresaban al país,
mayormente a traves de los puertos ubicados mayormente en la cuenca del
plata, abarcando específicamente desde el Río de La Plata hasta el Puerto de
San Lorenzo en la Provincia de Santa Fe. Con el correr de los años los
Puertos fueron incorporando cargas diversas, tanto generales como a granel,
que engrosaron el flujo de carga que recorría la Hidrovia, alrededor de
16.000 buques por año, asimismo paralelamente la flota mundial empezó a
desarrollar buques con un objetivo claro que es realizar menos viajes con
mayor carga transportada, por lo que año a año conocíamos la noticia de que
habían construido un mega barco, y luego unos años después otro mega
barco hasta llegar a la actualidad en donde existen buques de 350 metros de
eslora y de 400.000 tons de desplazamiento.
En principio el ambiente naval festejo dichas construcciones que exponían el
ingenio y calidad de los astilleros para construirlos, pero seguidamente
empezaron las preocupaciones por parte de los puertos y los estados, ya que
buques de esas dimensiones requieren de megaestrucuturas para sus
operaciones, desde puertos mas aptos, a vías de navegación mas
acondicionadas para sus dimensiones; son estas situaciones que convirtieron
la alegría y el asombro en múltiples preocupaciones, sobretodo para los
países como el nuestro, en donde el 70% de los puertos con grandes flujos
de buques están ubicados en la Hidrovia Paraná – Paraguay.
Cuando hablamos de vías navegables aptas, decimos que se refiere a la
necesidad de profundizaciones y mantenimiento de de los canales
navegables, corrección y mantenimiento de boyado, uso de remolcadores,
reserva de canales, y otros. Este proceso de aptitud de canales ocasiona
inevitablemente un nuevo impacto ambiental a la zona ribereña, desde los
sedimentos que se producen por derrumbe de las paredes de los veriles, los
efectos hidrodinámicos en las riberas erosionándolas, como así también la
navegación de estos grandes buques repletos de maquinarias ruidosas, que
alteran el ambiente subacuatico provocando perturbaciones importantes en la
flora y fauna de dicho ambiente.
Por ello es importante destacar los problemas ambientales que se pueden
presentar, entre otros son:
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Al dragar se estratifica el fondo quebrando las sensibles cadenas
troficas de los microorganismos bentónicos, zooplancton y fauna hasta
hacerlos desaparecer.
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Derrumbe de veriles del canal del río, lo que provoca mayor turbidez y
sedimentación
en el agua, creando nuevos bancos o islotes, y
disminuyendo el ingreso de luz al cuerpo del agua.
Erosión costera que embarranca y socavan la ribera, produciendo
derrumbes de costas, incluido muchas veces construcciones de isleños
y en ocasiones sus propias viviendas.
Incremento considerable del caudal y corriente del agua, teniendo
mayor transporte de sedimentos, generando nuevos bajos fondo donde
antes no se encontraban.
Generación de olas por el paso de grandes buques que golpean las
riberas incrementando la erosión de costas y derrumbes de
construcciones.
Generación de altos niveles de ruidos que afectan a la fauna dañando
su estructura física o bien ahuyentándolos del curso del río afectando la
pesca de subsistencia del isleño.
Estas adecuaciones por consiguiente tienen un efecto ambiental, y
paralelamente desde la óptica de la logística y comercio internacional,
también se produce un aumento de costos a los buques que hacen que
disminuya su rentabilidad. Las travesías por las vías navegables en su
totalidad no son fiables debido a diversos factores, como los múltiples
accidentes geográficos (curvas, bajo fondos, canales angostos, etc.), las
grandes dimensiones de los buques, el calado de profundidad y el calado
aereo de ellos, y el gran numero de buques por toda la hidrovia Estos
distintos factores hacen que habitualmente se produzcan casos de rozaduras,
varaduras y toques de fondo.
En lo últimos años, se fue incrementando el ingreso de buques con mayores
dimensiones, e inesperadamente se fueron registrando mayores casos de
acaecimientos, provocando mayores costos de los buques por pago de
multas, sumarios, reparaciones de daños que se pudieran ocasionar al propio
buque, las demoras por no tener altura de agua necesaria (calado aereo y de
profundiad), o por no zafar varadura y el costo de uso de remolcadores al
efecto, multas o indemnizaciones en otros países por demora de la carga, en
el caso de obstruir el canal se deben costear las reclamaciones por los lucro
cesantes de los demás buques al verse demorados, daños a instalaciones
portuarias, entre otros.
Dicho esto es notable que en nuestro desarrollo económico, claramente no se
evidencia un desarrollo sustentable, ni plan de acción que acompañe la
evolución de la flota mundial, ya que realizando una sencilla evaluación es
evidente la saturación de la hidrovia, y su extemporaneidad, siendo en un
futuro no muy lejano, no apta para la flota mundial, pudiendo los puertos del
litoral dejar de ser tan “deseados” debido a estos factores económicos
negativos. Esto debería necesariamente obligar al estado, a limitar las
dimensiones de los buques, o bien a reconvertir la estrategia nacional
logística, a fin de no perder las líneas marítimas que operan en el país o bien
que se muden a países limítrofes como Brasil, Uruguay o Chile.
Por ello tanto el ambiente como la logística demuestran que es necesario un
cambio en la actividad naviera, y para ello existen antecedentes mundiales
que han corregido situaciones similares a estas, de manera lógica y fácil, que
se ajusta en un equilibrio justo en lo económico – ambiental, o sea
sustentable; y es asi que aparece la creación de puertos “HUB” o centrales y
puertos periféricos, que tiendan a ordenar y redistribuir las cargas. Esta
reconversión favorecería por un lado a una solución a la problemática
ambiental y logística arriba descripta. Asimismo paralelamente, colaboraría
con el resurgimiento de la Industria Naval empujando a astilleros y empresas
subsidiarias a reactivarse, y construir buques o barcazas de menor porte que
viajen desde los puertos HUB
hacia los periféricos (feeders), y por
consiguiente la Marina Mercante Nacional crearía nuevos puestos de trabajo
de calidad a bordo de esos buques.
Las soluciones son posibles de alcanzar en un futuro no muy lejano siempre y
cuando se pueda acordar entre los distintos sectores productivos y el estado,
reconociendo la problemática planteada, mas aun cuando esta no se percibe
en tiempo presente, y con el fin de coordinar acciones para impulsar
sustentablemente nuestro comercio internacional y ambiente.
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