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SEÑOR JUEZ ........................ DE PARTIDO EN MATERIA CIVILCOMERCIAL DE
LA CAPITAL. Conclusiones.- .................................................. e
..........................................., dentro del ordinario de usucapión que seguimos en contra
de .................................. Vda. de ................; respetuosos, decimos: I.- DEMANDA.- A
fs. ...... interponemos demanda de usucapión, fundando la misma en el hecho que desde
el año 1981 a la fecha nos encontramos en posesión pacífica e ininterrumpida de 236,00
metro cuadrados de superficie, dominio que ejercimos desde esa fecha inclusive
construyendo una pequeña casa que consta de dos cuartos, una cocina y un corral, sin
que persona alguna nos haya privado de dicha posesión. Sobre la base de lo dicho y en
previsión a lo dispuesto por el Art. 138 del Código Civil instauramos demanda,
pidiendo sea admitida la misma y en sentencia sea declarada probada y en virtud a ello,
se nos extienda los títulos de propiedad a favor de nuestras personas del terreno
señalado como J-8; demanda que para ser admitida su probidad ordena que con carácter
previo se presente la escritura que acredita que la demandada es propietaria, más el
informe sobre el derecho propietario y alodial de dicho inmueble. II.- RESPUESTA.Citada mediante cédula responde a fs. ...... a ...... de obrados, rechazando y negando todo
lo expresado en la demanda; al mismo tiempo, opone la excepción perentoria de falta de
acción y derecho. III.- RELACIÓN PROCESAL Y CALIFICACIÓN DEL PROCESO.Respondida la demanda queda establecida la relación procesal. Por auto de fs. ..... vlta.
de obrados, calificado el proceso en ordinario de hecho, sujetándose al término
probatorio de 50 días común a las partes, en cuya vigencia la parte actora deberá
justificar: 1) A qué título posee y ocupa el inmueble (lote de 236 m2 de superficie) sito
es “.....................” ex fundo “.............................” actualmente ........................... de esta
ciudad. 2) A partir de cuando está poseyendo y ocupado el referido inmueble. 3) Que su
posesión fue continua, pacífica e ininterrumpida, por más de 20 años atrás y sin reclamo
alguno. 4) El derecho a demandar la usucapión decenal o extraordinaria en las
condiciones y con los requisitos exigidos por el Art. 138 del Código Civil. Mientras que
la demandada la excepción perentoria de falta de acción y de derecho opuesta a fs. ......
IV.- PRUEBA DE LAS PARTES.- Las partes producen la prueba siguiente: A)
PRUEBA DE CARGO: l) Literal: consistente en la que corre de fs. ...... a ......, que
acredita que los terrenos que a la fecha están poseyendo los demandantes en forma
pacífica e interrumpida por más de 10 años era de propiedad de la Sra.
................................... vda. de ................... 2) Testifical: Consistentes en las
atestaciones de: .................................., ................................... y .............................., las
que manifiesta la plena posesión sobre el inmueble ya descritos. B) PRUEBA DE
DESCARGO: l) Literal: Toda la presentada de fs. ...... a ...... como la que corre de fs.
...... a ...... al igual que la de fs. ...... no tiene valor legal alguno, la que corre a fs. ...... y
...... es ajena a la tramitación del presente proceso, la de fs. ...... que evidencia que la
construcción de la casa de los demandantes se encuentra tanto en el lote J-7 y J-8. La
presentada de fs. ...... a ......, acredita que los demandantes poseen el inmueble desde
hace más de 20 años y que incluso existe una sentencia de usucapión al respecto que es
clara y que la casa construida por los demandantes se encuentra tanto en el lote J-7
como en el lote J-8. La de fs. ...... a ...... no merece consideración alguna al no haber
cumplido la presentante con lo dispuesto en el proveído de fs. ...... vlta. 2)Testifical:
Consistentes en las atestaciones de fs. ...... a ...... vlta. de obrados de los señores::
.........................................., ....................................... y ..........................................,
quienes no justifican la excepción perentoria de falta de acción y derecho en los
demandantes. 3). Inspección judicial: consistente en la que corre a fs. ...... que evidencia
sin ubicación alguna que la casa construida por los demandantes se encuentra en los
lotes de terreno marcado con la letra J7 y J-8. CONCLUSIÓN.- La prueba enristrada
por nuestra parte, más la de fs. ......, de fs. ....... a ......, de fs. ...... a ...... vlta. y la de fs.
...... del cuaderno procesal presentada por la demandada, evidencia plenamente que nos
encontramos en pacífica posesión de 236 metros cuadrados de superficie en el inmueble
sito en ..........................., ex-fundo .........................., actual barrio de ...............................
de esta ciudad, ininterrumpidamente desde el año 1981 a la fecha; consecuentemente,
probamos plenamente nuestra demanda ordinaria de usucapión decenal o extraordinaria,
motivo por el que sin mayores abundamientos al respecto al ser bastante claros, nos
conducen a pedir en justicia a su probidad pronuncie sentencia definitiva declarando
probada nuestra demanda e improbada la excepción perentoria de falta de acción y
derecho opuesta de contrario, con la imposición de costas a la demandada. Justicia
Sucre, ....... de ...................... de ..........
GARANTE CON MENCION EXPRESA DE FIANZA DE SUS BIENES
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0445/2013-L
Sucre, 5 de junio de 2013
SALA LIQUIDADORA TRANSITORIA
Magistrado Relator:
Dr. Zenón Hugo Bacarreza Morales
Acción de amparo constitucional
Expediente:
2011-24251-49-AAC
Departamento:
Santa Cruz
En revisión la Resolución 52 de 8 de julio de 2011, cursante de fs. 643 vta., a 647,
pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Lidia
Bazoberry Méndez representada por José Barnadas Jordan, contra Adhemar
Fernández Ripalda, Edgar Molina Aponte y Samuel Saucedo Iriarte, Presidente y
Vocales de la Sala Civil Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora
Tribunal Departamental de Justicia- de Santa Cruz.
I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA
I.1. Contenido de la demanda
La accionante mediante su representante, por memorial presentado el 25 de marzo de
2011, que cursa de fs. 593 a 613 vta., manifestó que:
I.1.1. Hechos que motivan la acción
Otorgó a Carlos Edwin Bruckner, un poder para ofrecer en garantía hipotecaria el
inmueble de su propiedad ubicado en la ciudad de Cochabamba, con cuyo documento el
último de los mencionados, suscribió la Escritura Pública 967/95 de 16 de octubre de
1995, con el Banco Internacional de Desarrollo S.A. (BIDESA) por la que adquirió y
renovó un crédito, procediéndose a la hipoteca del inmueble referido.
Ante la falta de pago de la obligación, el Banco acreedor inició proceso ejecutivo ante el
Juzgado Cuarto de Partido en lo Civil contra Carlos Edwin Bruckner, como deudor y
como garantes hipotecarios a Conrad Brukner Roca, Isabel Rocas Ascimani y Lidia
Bazoberry Méndez, representados mediante poder 117/92 por Carlos Bruckner
Bazoberry.
Refirió que, el poder otorgado a Carlos Edwin Bruckner, no le facultaba a constituir
hipotecas, por lo que la hipoteca constituida sobre el inmueble fue sin conocimiento y
consentimiento de sus representados.
Asimismo, indicó que una vez admitida la demanda ejecutiva, se dispuso la citación del
demandado y garantes, con el memorial de demanda y auto intimatorio por lo que el
oficial de diligencias del Juzgado, emitió un informe en el cual se mencionaba que los
ejecutados no fueron encontrados y que en el domicilio señalado sólo vivía la esposa de
Carlos Edwin Bruckner y no así los demás ejecutados. Informe que fue complementado
por otro, en el que se estableció que el inmueble indicado en la demanda ejecutiva no le
correspondería, circunstancia que habría determinado se solicite por el Banco ejecutante
la citación de la demanda y auto intimatorio de pago, mediante edictos. Realizándose las
publicaciones correspondientes, se dictó la Sentencia 330/2000 de 29 de julio,
notificándose con dicha resolución también vía edictos a través de un periódico de
circulación únicamente en la ciudad de La Paz.
El año 2008, su representada recién tomó conocimiento de la demanda debido a que
vecinos e inquilinos le habrían señalado que funcionarios judiciales pretendieron
embargar su inmueble, por lo que apersonándose ante el juzgado interpuso incidente de
nulidad de citación de la demanda y auto intimatorio de pago. Incidente que a través del
Auto 41/2010 de 18 de febrero, fue declarado probado, disponiéndose la nulidad de
obrados hasta fs. 201 del expediente principal así como la legal notificación con la
sentencia en el domicilio real ubicado en la calle Paccieri 601, entre av. Oquendo y
Crisóstomo Carillo, zona central, acera oeste de la ciudad de Cochabamba, salvando el
embargo, Auto que fue apelado por ambas partes.
En el recurso de apelación interpuesto por la ahora representada del accionante, se basó
en que la nulidad debió haber sido hasta la citación con la demanda y no sólo hasta la
notificación con la sentencia. El BIDESA por su parte denunció que la sentencia estaba
ejecutoriada y por lo tanto era inatacable, que Carlos Edwin Bruckner Bazoberry, ya
planteó un incidente de nulidad y que por lo tanto ninguna de las partes tenía derecho a
plantear otro y que la excepción de anulabilidad no está permitida en juicios ejecutivos.
Radicado dicho recurso ante la Sala Civil Primera de la entonces Corte Superior del
Distrito Judicial de Santa Cruz, ésta pronunció el Auto de Vista 170 de 22 de
septiembre de 2010, mismo que revocó el Auto de 41/2010, dejando sin efecto la
nulidad de obrados, dispuesta por el Juez a quo, resolución que fue dictada sin la debida
fundamentación, conculcando los derechos de su mandante. El Auto de Vista
mencionado, se habría fundado en el argumento, arbitrario y equivocado, de que el
apellido común entre Lidia Bazoberry Méndez y el primero de los nombrados Carlos
Edwin Bruckner Bazoberry, se constituiría en prueba suficiente de que su representada
conocía el proceso llevado adelante por el BIDESA.
I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados
La accionante considera que se lesionó sus derechos al debido proceso, a la defensa y a
la “seguridad jurídica”, citando los efecto los arts. 115.I y II; y, 17 de la Constitución
Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la tutela y se disponga el reconocimiento de la titularidad de los
derechos invocados de tutela, la revocatoria del Auto de Vista 170, así como la nulidad
de los obrados cursantes dentro del juicio ejecutivo seguido por el ex BIDESA contra
Carlos Bruckner Bazoberry, Conrad Bruckner Roca e Isabel Roca Ascimani, hasta que
la accionante sea legalmente citada con la demanda.
I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías
Celebrada la audiencia pública el 8 de julio de 2011, según consta en el acta cursante de
fs. 629 a 643 vta., se produjeron los siguientes actuados:
I.2.1. Ratificación de la acción
El representante de la accionante ratificó inextenso la acción tutelar presentada y
ampliándola solicitó la nulidad del instrumento poder que fue otorgado a favor de
Carlos Edwin Bruckner Bazoberry, para la constitución de la garantía hipotecaria.
I.2.2. Informe de las autoridades demandadas
Las autoridades demandadas no se hicieron presentes en audiencia y tampoco
presentaron informe alguno, pese a su legal citación, como se acredita de la diligencia
cursante a fs. 616.
I.2.3. Intervención del tercero interesado
Carolina Genoveva Carrasco Pedriel, interventora del BIDESA, mediante memorial
cursante de fs. 627 a 628 vta., manifestó que: La recurrente y todos sus familiares
beneficiados con el préstamo de dinero vinieron haciendo uso y abuso de todos los
recursos ordinarios dentro del trámite ejecutivo. El mandato observado de insuficiente
en el recurso, de manera expresa faculta otorgar el bien inmueble en garantía
hipotecaria. Asimismo, indicó que respecto a las notificaciones durante el trámite del
proceso ejecutivo se citó y notificó a todos los ejecutados en sus domicilios conocidos a
través de edictos.
I.2.4. Resolución
La Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal
Departamental de Justicia- de Santa Cruz, constituida en Tribunal de garantías,
pronunció la Resolución 52 de 8 de julio de 2011, cursante de fs. 643 vta., a 647, por la
que concedió la acción de amparo constitucional, disponiendo la anulación de obrados,
hasta que se proceda a la legal notificación con la sentencia de la “representada de la
accionante” y denegó la tutela referente al poder 1172, toda vez que no es de
competencia del Tribunal de garantías entrar en cuestiones que sólo pueden ser
observados por la justicia ordinaria, bajo los siguientes fundamentos: a) Respecto al
hecho mencionado que se habría notificado con la demanda e intimación de pago en un
domicilio que no habría consignado, por lo que el oficial de diligencias al advertir que la
ejecutada, no vivía en ese lugar, se procedió a su citación vía edictos, sobre este
particular no se vulneró derecho alguno; y, b) Con relación a la notificación con la
sentencia, si bien se la realizó también a través de edictos, fue a través de un medio que
ningún ciudadano común lo obtiene, como es una Gaceta Jurídica, publicado en la
ciudad de La Paz, lejos del domicilio de la hoy accionante, de ahí que se violó el
derecho a la defensa de ésta.
I.3. Consideraciones de Sala
Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de
diciembre de 2011; la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la
Sala Liquidadora Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de
febrero de 2012, a objeto de la liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los
Tribunales de garantías, hasta el 31 de diciembre de 2011, modificada por la
Disposición Transitoria Segunda del Código Procesal Constitucional vigente desde el 6
de agosto de 2012. Con la referida competencia, se procedió al sorteo de la presente
causa, dictándose la Resolución dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las conclusiones
siguientes:
II.1. De fs. 16 a 29, el BIDESA y Carlos Edwin Bruckner Bazoberry, suscribieron
Escritura 967/95 de 16 de octubre de 1995, por el cual se procedió a la Conversión de
línea de crédito en cuenta corriente a préstamo de dinero en moneda extranjera, fusión,
novación, renovación y consiguiente ampliación de plazo, en su cláusula décima
séptima el prestatario garantizó el cumplimiento del contrato entre otros bienes el
inmueble ubicado en la zona Nor Este, sobre la av. Oquendo y calle Paccieri de la
ciudad de Cochabamba, de Lidia Bazoberry Méndez -ahora accionantes-. En la misma
se encuentra transcrito el Poder otorgado por la accionante a favor del primero de los
nombrados, para que pueda ofrecer en garantía hipotecaria un inmueble ubicado en la
calle Crisóstomo Carrillo esquina Paccieri 601, facultándole a recibir dineros en
efectivo y/o cheques en moneda nacional o extranjera, apersonarse ante autoridades
judiciales, bancarias administrativas y de todo tipo, instituciones públicas y/o
privadas.”En suma realizar todo acto o acción necesaria conducente al éxito del presente
mandato, sin que por falta de cláusula expresa alguna deje de surtir sus efectos…” (sic).
II.2. El 22 de septiembre de 1997, el BIDESA interpuso demanda ejecutiva contra
Carlos Edwin Bruckner Bazoberry, Conrad Bruckner Roca e Isabel Roca Ascimani,
ante el incumplimiento de la Escritura Pública antes mencionada (fs. 31 a 32 vta.).
II.3. Mediante Auto de 26 de septiembre de 1997, el Juez Cuarto de Partido en lo
Civil y Comercial de Santa Cruz, dispuso la intimación de pago de los ejecutados
precedentemente citados así como el embargo sus bienes (fs. 35).
II.4. El Oficial de Diligencias del Juzgado Cuarto de Partido en lo Civil y Comercial
de Santa Cruz, mediante informe de 9 de febrero de 2000, señaló que habiéndose
constituido en el domicilio de Carlos Edwin Bruckner Bazoberry, ubicado en la calle
Los Pinos 7, al momento de llamar a la puerta, no respondió nadie y preguntando a los
vecinos y al sereno le dijeron que allí sólo vivía la esposa y que al parecer el ejecutado
se habría mudado a otro lado (fs. 75). Siendo Complementado dicho informe a través
del suscrito le 28 del mismo mes y año, en el cual menciona que por error involuntario
no incluyó a los demás demandados “…que son los señores Conrad Brukner Roca,
Isabel Roca Ascimani y Lidia Bazoberry Méndez, que también tienen sus domicilios
señalados en el mismo lugar” (sic) (fs. 78).
II.5. Mediante acta de 10 de mayo de 2000, Hugo Adolfo Lang Konig, representante
del BIDESA, quien juró no conocer ni el paradero ni el domicilio de los ejecutados
anteriormente citados (fs. 81).
II.6. Por acta de embargo de 29 de marzo de 2000, el oficial de diligencias procedió
al embargo del bien inmueble de la accionante ubicado en la zona Nor Este, sobre la av.
Oquendo y calle Paccieri de la ciudad de Cochabamba (fs. 90).
II.7. Cursa edictos de prensa, publicados en el diario “La Estrella del Oriente”, por el
cual se notificó a Carlos Edwin Bruckner Bazoberry, Conrad Bruckner Roca e Isabel
Roca Ascimani, con la demanda ejecutiva instaurada por el BIDESA (fs. 92 a 94).
II.8. Por memorial de 6 de septiembre de 2000, Axel Bruckner Ojopi en
representación de Carlos Edwin Bruckner Bazoberry, interpuso nulidad procesal por
indebida citación con la demanda y auto de intimación de pago, así como la falta de
notificación con actuados procesales e intimación de pago al Banco ejecutante y la
nulidad en cuanto a las medidas precautorias contra Lidia Bazoberry Méndez e Isabel
Roca Ascimani (fs. 106 a 108). Siendo rechazado por Auto de 18 de octubre del citado
año, pronunciada por el Juez Cuarto de Partido en lo Civil y Comercial de Santa Cruz,
con el argumento de que estaría en suplencia legal, y al existir una sentencia firme no
sería posible entrar en otras consideraciones (fs. 120 vta.).
II.9. La Sentencia 330/2000 de 29 de julio, declaró probada la demanda ejecutiva
seguida por el BIDESA contra Carlos Edwin Bruckner Bazoberry, Conrad Bruckner
Roca, e Isabel Roca Ascimani, confirmándose la ejecución ordenada y el embargo
decretado (fs. 99 a 101 vta.).
II.10. Mediante memorial representado el 7 de mayo de 2001, Hugo Adolfo Lang
Konig en representación del BIDESA, presentó publicación de edicto, en la Gaceta
Jurídica de la ciudad de La Paz, mediante la cual se notificó a los ejecutados Carlos
Edwin Bruckner Bazoberry, Lidia Bazoberry Mendez, Conrad Bruckner Roca, e Isabel
Roca Ascimani con la sentencia (fs. 125 a 128).
II.11. Por memorial de 19 de diciembre de 2008, la accionante mediante su
representante, solicitó la nulidad de obrados de la demanda ejecutiva instaurada por el
BIDESA en ese momento en liquidación, aduciendo indebida citación con la misma así
como indebida notificación con la sentencia (fs. 383 a 387 vta.).
II.12. El Auto 41/2010 de 18 de febrero, pronunciado por el Juez Cuarto de Partido en
lo Civil y Comercial de Santa Cruz, declaró probado en parte el incidente de nulidad de
obrados, disponiendo la legal notificación con la sentencia a la accionante (fs. 421 a 422
vta.).
II.13. Por memorial de 5 de marzo de 2010, José Meruvia Villarroel, como Interventor
Liquidador del BIDESA, apeló el Auto 41/2010 (fs. 426 a 427 vta.).
II.14. Por Auto de Vista 170 de 22 de septiembre de 2010, la Sala Civil Primera del
Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, Revocó parcialmente el Auto
41/2010, disponiendo quede firme la declaratoria que estableció improbado el incidente
de falta de capacidad contractual para ofrecer y constituir hipoteca del inmueble de
propiedad de la accionante y se revocó la nulidad de obrados dispuesta por el Juez a
quo, debiendo proseguirse la causa, sin costas bajo los fundamentos siguientes: 1) Que
la accionantes, por los apellidos que lleva podría deducirse que sería familiar cercano
del ejecutado principal, “…si es que no resulta ser su madre, por lo que resulta
imposible que no haya tenido conocimiento del proceso” (sic); 2) Todos los ejecutados
habrían sido legalmente citados con la demanda en el domicilio especial y
posteriormente por edictos de prensa; 3) El hecho de que la accionante tenga su
domicilio procesal en la ciudad de Cochabamba, no fue impugnado en su momento; y,
4) En base al principio de verdad material, existirían elementos razonables, para
determinar que ésta, sí conocía del proceso ejecutivo (fs. 475 a 477 vta.).
II.15. Cursa notificación de 28 de septiembre de 2010 al representante de la accionante
con el Auto de Vista antes referido (fs. 478).
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
En la presente acción tutelar la accionante a través de su representante denunció la
vulneración de sus derechos al debido proceso y a la defensa, en atención a que las
autoridades demandadas emitieron el Auto de Vista 170, sin fundamento y motivación y
por el cual dispusieron se revoque el Auto 41/2010, librado por el Juez Cuarto de
Partido en lo Civil y Comercial de Santa Cruz, mismo que declaró probado en parte el
incidente de nulidad de obrados, por el que se dispuso la legal notificación con la
sentencia, debido a que dicha diligencia fue realizada a través de una gaceta jurídica y
no de un diario de circulación nacional. En consecuencia, corresponde en revisión,
verificar si tales argumentos son evidentes a fin de conceder o denegar la tutela
solicitada.
III.1. De la acción de amparo constitucional, y su naturaleza jurídica
Esta acción de defensa dirigida justamente a la protección de derechos y garantías
establecidas en la Constitución Política del Estado, y a su vez de aquellos pactos y
tratados reconocidos por ésta, mismos que forman parte del denominado bloque de
constitucionalidad, por otro lado esta acción cuenta como principios informadores la
inmediatez y subsidiariedad, su inobservancia deriva en causales de improcedencia in
límine.
Asimismo, este Tribunal Constitucional Plurinacional a través de diferentes Sentencias
ha establecido la naturaleza de la presente acción, entre ellas tenemos a la SCP
0335/2012 de 18 de junio, que mencionó: ”La acción de amparo constitucional
consagrada por el art. 128 de la CPE, se instituye por la Norma Suprema (art. 410.II
de la CPE), como una acción tutelar de defensa contra actos u omisiones ilegales o
indebidos de los servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que
restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos por la
misma Constitución Política del Estado y la ley'.
Es así que el Tribunal Constitucional en su SC 1785/2011-R de 7 de noviembre, refirió:
'De conformidad a la disposición constitucional citada y en aplicación y vigencia de la
CPE, la acción de amparo constitucional es una acción de defensa de todos los
derechos fundamentales y garantías previstas en la Ley Fundamental y en los Pactos y
Tratados sobre derechos humanos ratificados por nuestro Estado Plurinacional (art.
410 de la CPE), salvo los derechos a la libertad y a la vida -cuando éste se encuentre
vinculado a la libertad-, que está bajo la protección de una acción especifica cómo es
acción de libertad.
En este sentido la acción de amparo constitucional tiene carácter extraordinario, una
tramitación especial y sumaria; la inmediatez en la protección y no reconoce ningún
fuero, privilegio ni inmunidad con relación a las autoridades o personas accionadas'.
Por su parte la SC 1673/2011-R de 21 de octubre, estableció que: “Como medio de
defensa de carácter jurisdiccional, esta acción tutelar tiene por finalidad la protección
de derechos fundamentales y garantías constitucionales contra los actos u omisiones
ilegales o indebidas de funcionarios públicos o personas particulares que amenacen o
restrinjan dichos derechos y garantías.
Se rige por la aplicación de los principios de subsidiariedad e inmediatez; el primero,
significa el agotamiento previo de los medios ordinarios judiciales y administrativos,
idóneos para el restablecimiento inmediato de aquellos derechos vulnerados. El
segundo, se caracteriza por contener una doble dimensión; una positiva, que consiste
en que el amparo es la vía tutelar idónea para la protección inmediata de derechos
fundamentales y garantías constitucionales restringidos o suprimidos indebida o
ilegalmente. Y otra negativa, relativa a que la acción debe ser planteada en el término
de seis meses, plazo razonable para una efectiva tutela constitucional del derecho o
garantías conculcados, en consideración a que un pronunciamiento tardío carecería de
eficacia jurídica; plazo computable a partir de la comisión del acto ilegal u omisión
indebida del servidor público o del particular, o, de notificado con la última decisión
judicial o administrativa”.
Por su parte el art. 128 de la CPE, señala que: “La Acción de Amparo Constitucional
tendrá lugar contra actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o
de persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o
suprimir los derechos reconocidos por la Constitución y la ley”.
En ese sentido el art. 51 del Código procesal Constitucional (CPCo) menciona que: “La
Acción de Amparo Constitucional tiene el objeto de garantizar los derechos de toda
persona natural o jurídica reconocidos por la Constitución Política del Estado y la Ley,
contra los actos ilegales o las omisiones indebidas de las y los servidores públicos o
particulares que los restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir”.
III.2. Los incidentes de nulidad en ejecución de sentencia
Los incidentes de nulidad, como mecanismos procesales en la vía ordinaria
conducentes a la reparación en especial de los derechos al debido proceso y a la defensa,
mismos que pueden ser interpuestos en cualquier etapa del proceso aún cuando éste ya
cuente con sentencia ejecutoriada con la posibilidad de apelar la resolución y con ello
agotar las instancias intra procesales para que se active la jurisdicción constitucional a
través de la acción de amparo constitucional.
Razonamiento acorde a la SCP 0450/2012 de 29 de junio, en la que se indicó:
”En esa comprensión, 'es posible y hasta una obligación procesal de quien considere
que dentro de un proceso judicial, así esté ejecutoriado, se han lesionado las normas de
orden público, y por tanto, sus derechos fundamentales previstos como garantías
judiciales, como es el debido proceso y el derecho a la defensa, interponga el incidente
de nulidad, demostrando en el mismo su indefensión y por ende lesión de derechos
fundamentales, y una vez agotada la vía incidental y en su caso la apelación, de
persistir la supuesta ilegalidad, puede acudir a la jurisdicción constitucional a través
de la acción de amparo constitucional' (SC 0788/2010-R de 2 de agosto).
En conclusión, el incidente de nulidad se activa en presupuestos excepcionales,
previo cumplimiento de los requisitos contenidos en la jurisprudencia constitucional;
pudiendo ser interpuesto en cualquier etapa del proceso, inclusive en la fase posterior a
la ejecutoria del fallo, ante la autoridad donde se produjo la irregularidad; y en caso
de considerar que las lesiones alegadas persisten, corresponderá plantear contra dicha
resolución, el recurso de apelación o de alzada, agotando de esa manera las vías
idóneas de impugnación intraprocesal, y en caso de no obtener una resolución
favorable que repare sus derechos vulnerados, entonces recién quedará expedita la
jurisdicción constitucional; empero, una vez agotados los mecanismos de reclamación
en la vía ordinaria; como se señaló, la cosa juzgada pierde su valor cuando fue el
resultado de vulneración de derechos y garantías”.
III.3. El debido proceso y las diligencias de citación y notificación
La demanda a través de la doctrina procesal se viene a constituir como aquel acto
de iniciación procesal, donde se reclama una sentencia de fondo que venga a dirimir un
conflicto planteado.
Tomás Tudela Tapia, en su libro Práctica Forense Civil, mencionando a Alsina,
respecto a la demanda refirió que es “el primer acto procesal por el cual el actor ejercita
una acción solicitando al tribunal la protección, la declaración o la constitución de una
situación jurídica. Según sea, en efecto, la naturaleza de la acción deducida, la demanda
será de condena, declarativa o constitutiva”.
Actuación que va cobrando relevancia en principio con su admisión y su
posterior citación al demandado, para que éste pueda obtener conocimiento y asumir
defensa de los hechos alegados en su contra a través de la demanda.
Por su parte la sentencia, misma que “proviene de la voz latina 'sentiendo', que
significa juzgando, opinando”, pues el juez al pronunciar la sentencia declara el derecho
dando su opinión de acuerdo a lo demandado y a los datos que arroja el proceso
organizado como consecuencia de una litis o controversia”. (Tomás Tudela Tapia,
Práctica Forense Civil, pag.139).
En ese orden, al ser estos dos actuados de vital importancia dentro del desarrollo
de cualquier proceso, pues con uno comienza y con el otro finaliza la litis, por lo que en
coherencia al principio de publicidad establecido en el art. 180 de la CPE, las
diligencias de citación y notificación de estos actuados deben ser realizados de forma
personal, la contravención a estas normas de orden público, genera la vulneración del
debido proceso, como garantía y paralelamente el derecho a la defensa.
Así entonces tenemos que la mencionada SCP 0450/2012, al respecto refirió
que: ”'La primera parte del art. 115.II de la CPE establece que el Estado está obligado
a garantizar el ejercicio del debido proceso; el cual, como garantía, encuentra su
consagración en el art. 117.I de la Ley Fundamental, al señalar que: 'Ninguna
persona puede ser condenada sin haber sido oída y juzgada previamente en un debido
proceso'. Al respecto, la SC 0788/2010-R de 2 de agosto, estableció que: '…el debido
proceso, es entendido como el derecho de toda persona a un proceso justo, oportuno,
gratuito, sin dilaciones y equitativo, en el que entre otros aspectos, se garantice al
justiciable el conocimiento o notificación oportuna de la sindicación para que pueda
estructurar eficazmente su defensa, el derecho a ser escuchado, presentar pruebas,
impugnar, el derecho a la doble instancia, en suma, se le dé la posibilidad de
defenderse adecuadamente de cualquier tipo de acto emanado del Estado, donde se
encuentren en riesgo sus derechos, por cuanto esta garantía no sólo es aplicable en el
ámbito judicial, sino también administrativo'.
El debido proceso se encuentra integrado por varios elementos, entre ellos, el derecho
a la defensa; consagrado de manera autónoma en el ya citado art. 115.II de la CPE.
Sobre el mismo, la SC 1842/2003-R de 12 de diciembre, identificó dos connotaciones:
'…La primera es el derecho que tienen las personas, cuando se encuentran sometidas
a un proceso con formalidades específicas, a tener una persona idónea que pueda
patrocinarle y defenderle oportunamente, mientras que la segunda es el derecho que
precautela a las personas para que en los procesos que se les inicia, tengan
conocimiento y acceso de los actuados e impugnen los mismos con igualdad de
condiciones conforme a procedimiento preestablecido y por ello mismo es inviolable
por las personas o autoridad que impidan o restrinjan su ejercicio…'.
La segunda característica de las anotadas, guarda estrecha relación con las
actuaciones comunicacionales, dado que la finalidad de estas últimas es asegurar el
ejercicio del derecho a la defensa de manera amplia e irrestricta, en ese sentido;
respecto a éstas y a sus exigencias legales, la SC 0427/2006-R de 5 de mayo,
estableció: '«...los emplazamientos, citaciones y notificaciones (notificaciones en
sentido genérico), que son las modalidades más usuales que se utilizan para hacer
conocer a las partes o terceros interesados las providencias y resoluciones de los
órganos jurisdiccionales o administrativos, para tener validez, deben ser realizados de
tal forma que se asegure su recepción por parte del destinatario; pues la notificación,
no está dirigida a cumplir una formalidad procesal en sí misma, sino a asegurar que
la determinación judicial objeto de la misma sea conocida efectivamente por el
destinatario (así SC 0757/2003-R de 4 de junio); dado que sólo el conocimiento real y
efectivo de la comunicación asegura que no se provoque indefensión en la
tramitación y resolución en toda clase de procesos; pues no se llenan las exigencias
constitucionales del debido proceso, cuando en la tramitación de la causa se provocó
indefensión (art. 16.II y IV de la CPE); sin embargo, en coherencia con este
entendimiento, toda notificación por defectuosa que sea en su forma, que cumpla con su
finalidad (hacer conocer la comunicación en cuestión), es válida» (SC 1845/2004-R, de
30 de noviembre)”' (las negrillas nos corresponden).
III.4. De la fundamentación y motivación de las Resoluciones emitidas por
Tribunales de última instancia
La SC 1064/2010-R de 23 de agosto, indicó: “En el entendido que la motivación
de las resoluciones es un elemento del derecho-garantía-principio al debido proceso, la
jurisprudencia de este Tribunal ha sido reiterada y uniforme al señalar que las
resoluciones de las autoridades judiciales deben exponer los hechos, realizar la
fundamentación legal y citar las normas que sustentan la parte dispositiva de aquellas,
precisando que tal exigencia es mayor en los casos en los que los jueces o tribunales
resuelven en apelación o casación las resoluciones pronunciadas por las autoridades
inferiores (entre otras la SSCC 1369/2001-R, 0752/2002-R, 0577/2004-R, 1365/2005-R
y 0937/2006-R).
Al respecto, la SC 0937/2006-R de 25 de septiembre, señaló que: '…las resoluciones
que emiten las autoridades judiciales, deben exponer los hechos, realizar la
fundamentación legal y citar las normas que sustentan la parte dispositiva de esas
resoluciones, exigencia que se torna aún más relevante cuando el Juez o Tribunal debe
resolver en apelación o casación la impugnación de las resoluciones pronunciadas por
las autoridades inferiores. Este deber de fundamentación de las resoluciones judiciales,
se vincula tanto con la garantía del debido proceso como con el derecho a la seguridad
jurídica. Así la SC 0752/2002-R de 25 de junio, recogiendo el entendimiento contenido
en la SC 1369/2001-R de 19 de diciembre, señaló que toda Resolución «….debe
imprescindiblemente exponer los hechos, realizar la fundamentación legal y citar las
normas que sustenta la parte dispositiva de la misma. Que, consecuentemente cuando
un Juez omite la motivación de una Resolución, no sólo suprime una parte estructural
de la misma, sino también en los hechos toma una decisión de hecho no de derecho que
vulnera de manera flagrante el citado derecho (debido proceso) que permite a las
partes conocer cuáles son las razones para que se declare en tal o cual sentido; o lo
que es lo mismo cuál es la ratio decidendi que llevó al Juez a tomar la decisión»'.
En sentido similar, pero refiriéndose de manera específica a las resoluciones emitidas
respecto a impugnaciones efectuadas, la SC 0577/2004-R de 15 de abril, ya había
indicado: 'Esta exigencia de fundamentar las decisiones, se torna aún más relevante
cuando el Juez o Tribunal debe resolver en apelación la impugnación de las
resoluciones pronunciadas por las autoridades de primera instancia; (…), es
imprescindible que dichas Resoluciones sean suficientemente motivadas y expongan
con claridad las razones y fundamentos legales que las sustentan y que permitan
concluir, que la determinación sobre la existencia o inexistencia del agravio sufrido fue
el resultado de una correcta y objetiva valoración de las pruebas, del mismo modo que
se exige al apelante cumplir con la obligación de fundamentar los agravios; por
cuanto, en la medida en que las resoluciones contengan, los fundamentos de hecho y de
derecho, el demandado tendrá la certeza de que la decisión adoptada es justa; por lo
que no le esta permito a un Juez o Tribunal, reemplazar la fundamentación por la
relación de antecedentes, la mención de los requerimientos de las partes o hacer
alusión de que el Juez de instancia obró conforme a derecho, (…); con mayor razón, si
se tiene en cuenta que al contar con una Resolución debidamente fundamentada y
motivada es un derecho fundamental de la persona y forma parte del debido
proceso'.
Siguiendo esa línea, es preciso recordar que -respecto a las consecuencias de la falta
de motivación- la SC 1365/2005-R de 31 de octubre, determinó que cuando las
resoluciones no están motivadas '…y se emite únicamente la conclusión a la que ha
arribado el juzgador, son razonables las dudas del justiciable en sentido de que lo
hechos no fueron juzgados conforme a los principios y valores supremos, vale decir, no
se le convence que ha actuado con apego a la justicia, por lo mismo se le abren los
canales que la Ley Fundamental le otorga para que en búsqueda de la justicia, acuda a
este Tribunal como contralor de la misma, a fin de que dentro del proceso se observen
sus derechos y garantías fundamentales, y así pueda obtener una resolución que ordene
la restitución de dichos derechos y garantías, entre los cuales, se encuentra la garantía
del debido proceso, que faculta a todo justiciable a exigir del órgano jurisdiccional a
cargo del juzgamiento una resolución debidamente fundamentada, (…) Finalmente,
cabe señalar que la motivación no implicará la exposición ampulosa de
consideraciones y citas legales, sino que exige una estructura de forma y de fondo. En
cuanto a esta segunda, la motivación puede ser concisa, pero clara y satisfacer todos
los puntos demandados, debiendo expresar el Juez sus convicciones determinativas que
justifiquen razonablemente su decisión en cuyo caso las normas del debido proceso se
tendrán por fielmente cumplidas. En sentido contrario, cuando la resolución aún siendo
extensa no traduce las razones o motivos por los cuales toma una decisión, dichas
normas se tendrán por vulneradas”'.
III.5. Análisis del caso concreto
La accionante manifiesta que las autoridades demandadas le conculcaron sus derechos
al debido proceso y defensa al librar el Auto de Vista 170, por el cual sin fundamento ni
motivación alguno, revocaron el Auto 41/2010, librado por el Juez Cuarto de Partido en
lo Civil y Comercial de Santa Cruz, que declaró probado en parte el incidente de
nulidad de obrados, interpuesto por su representada, dentro del fenecido juicio ejecutivo
seguido por el BIDESA en su contra.
De antecedentes cursantes en el expediente se pudo evidenciar lo siguiente: como
emergencia de un proceso ejecutivo seguido por el BIDESA contra Carlos Edwin
Bruckner Bazoberry, la accionante, Conrad Bruckner Roca e Isabel Roca Ascimani,
ante el incumplimiento de la obligación contraída por el primero de los nombrados con
la entidad crediticia, como se tiene expresado en la Conclusión II.2 de la presente
Sentencia Constitucional Plurinacional, el Juez de la causa libró el Auto de 26 de
septiembre de 1997, disponiendo la intimación de pago de los acreedores así como el
embargo de los bienes de los ejecutados, situación referida en las Conclusiones II.3 y
II.4 del presente fallo, se evidencia que el oficial de diligencias se constituyó en el
domicilio señalado por el ejecutado principal en calle Los Pinos 7, domicilio en el cual
no encontró a nadie y a información de los vecinos se tendría que en el domicilio fijado,
sólo viviría la esposa y no así Carlos Edwin Bruckner Bazaberry. Sin embargo el
referido informe fue complementado por otro de 28 de febrero de 2000, en el que
menciona que por error involuntario no incluyó a los demás demandados señalando
entre ellos a la ahora representada del accionante.
Con este antecedente, el representante legal del BIDESA, prestó juramento de
desconocimiento de domicilio, procediéndose a librar los edictos de prensa, en el diario
“La Estrella del Oriente”, citándose a través de dicho diario con la demanda como se
tiene referido en las Conclusiones II.5 y II.7 de la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional.
Por su parte el ejecutado Carlos Edwin Bruckner Bazoberry, interpuso incidente de
nulidad procesal por indebida citación con la demanda y auto de intimación de pago,
solicitando además la nulidad de las medidas precautorias impuestas contra la
accionante e Isabel Roca Ascimani, siendo este incidente rechazado por existir sentencia
firme (Conclusiones II.8.). Con cuyos actuados se procedió a librar la Sentencia
330/2000, misma que declaró probada la demanda ejecutiva, confirmándose la
ejecución ordenada y el embargo decretado, Resolución que le fue notificada vía edictos
a través de la Gaceta Jurídica de la ciudad de La Paz, como se tiene de las Conclusiones
II.9 y II.10 del presente fallo. Por lo que el 19 de diciembre de 2008, su abogado
apoderado, planteó incidente de nulidad de obrados, por haberse procedido una indebida
citación con la demanda y notificación con la sentencia, como se menciona en la
Conclusión II.11 de este fallo, incidente que fue declarado probado en parte,
disponiéndose la legal notificación de la sentencia a la accionante, siendo apelado este
fallo por el interventor liquidador del BIDESA y que mereció el Auto de Vista 170,
revocando la nulidad de obrados dispuesta por el Juez a quo, así se tiene evidenciado de
las Conclusiones II.12, II.13 y II.14 de la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional.
En ese orden, del análisis de los antecedentes, es correcto afirmar que las autoridades
ahora demandadas, omitieron la motivación en su resolución, puesto que obviaron
precisar, las razones legales por las cuales decidieron alejarse del ordenamiento jurídico
al aceptar que dentro del proceso ejecutivo seguido por el BIDESA, en contra de Carlos
Erwin Bruckner Bazoberry y la accionante se haya procedido a la notificación de la
sentencia a través de un suplemento informativo denominado Gaceta Jurídica.
Por otro lado en los razonamientos expresados en el Auto de Vista 170, que dispuso se
revoque la nulidad de obrados dispuesta por el Juez a quo, no son expuestos con
claridad las razones y fundamentos legales que sustenten la determinación asumida, mas
al contrario se evidencia que en su razonamiento se sujetaron a consideraciones de
orden general y hasta subjetivas como es el hecho de mencionar que al existir similitud
de apellidos, daría lugar a que la garante ahora representada del accionante, sí conocía
del juicio ejecutivo del cual solicita la nulidad de obrados, situación que no hace más
que evidenciar la falta de fundamentación, exigida por la jurisprudencia constitucional
como se advierte del Fundamento Jurídico III.5 de la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional.
Finalmente, se hace necesario puntualizar dos hechos, el primero respecto al petitorio
del accionante cuando solicitó la nulidad de obrados cursantes dentro del proceso
ejecutivo, hasta que su representada sea legalmente citada con la demanda, cuándo de
todo lo manifestado en su acción hace referencia a la falta de motivación y
fundamentación en la que habría incurrido los vocales ahora demandados al emitir el
Auto de Vista 170 de 22 de septiembre de 2010, situación ésta que generó que el
Tribunal de garantías, haya dispuesto la nulidad de obrados hasta que se la notifique con
la sentencia, actuación incorrecta, pues ese Tribunal resolvió la problemática cual si se
tratara de un Tribunal de alzada, cuando sólo le correspondía únicamente pronunciarse
sobre si el Auto de Vista se encontraba o no debidamente fundamentado, por lo que
corresponderá se modulen los efectos de este fallo y dimensionar respecto a la
determinación con la notificación de la Sentencia, pues al ser obligatorio e inmediato, su
cumplimiento, con seguridad se dio cumplimiento al fallo de dicho Tribunal de
garantías.
En consecuencia, la situación planteada se encuentra dentro de las previsiones del art.
128 de la CPE, por lo que el Tribunal de garantías, al conceder la acción de amparo
constitucional ha dado una parcial aplicación al citado precepto constitucional.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Liquidadora Transitoria, en virtud
de lo previsto en el art. 20.II de la Ley 212 de 23 de diciembre de 2011; en revisión,
resuelve:
1° CONFIRMAR en parte la Resolución 52 de 8 de julio de 2011, cursante de fs.
643 vta., a 647, pronunciada por la Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito
Judicial -ahora Tribunal Departamental de Justicia- de Santa Cruz; y, en consecuencia,
CONCEDER la tutela impetrada, sólo con relación al debido proceso.
2° Asimismo y modulando los efectos de esta Sentencia Constitucional Plurinacional,
se dispone únicamente, anular el Auto de Vista 170 de 22 de septiembre de 2010,
debiendo las autoridades demandadas, dictar uno nuevo, de acuerdo a los fundamentos
expuestos en el presente fallo.
3° En aplicación de los principios de seguridad jurídica y armonía social, establecidos
por el art. 178 de la CPE y considerando que las resoluciones de los jueces y/o
Tribunales de garantías son de cumplimiento obligatorio e inmediato, por el tiempo
transcurrido entre la emisión de la resolución, hasta el pronunciamiento del presente
fallo, se tienen por válidos los actos realizados como efecto del cumplimiento de la
resolución del Tribunal de garantías
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.
Se hace constar que no interviene la Magistrada Dra. Blanca Isabel Alarcón Yampasi,
por encontrase declarada en comisión.
Fdo. Dr. Macario Lahor Cortez Chávez
MAGISTRADO
Fdo. Dra. Carmen Silvana Sandoval Landivar
MAGISTRADA
Fdo. Dra. Edith Vilma Oroz Carrasco
MAGISTRADA
Fdo. Dr. Zenón Hugo Bacarreza Morales
MAGISTRADO
OTRA DEMANA PROBADA POR NOVACION
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0781/2013
Sucre, 10 de junio de 2013
SALA TERCERA
Magistrada Relatora: Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de amparo constitucional
Expediente:
02812-2013-06-AAC
Departamento:
Tarija
En revisión la Resolución 07/2013 de 5 de febrero, cursante de fs. 36 vta. a 40 vta.,
pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Yehudy
Zubieta Godoy contra Horacio Paredes Carranza, Juez Sexto de Partido en lo Civil
y Comercial; y, Jorge Ahmed Julio Alé, Juez Tercero de Instrucción en lo Civil
ambos del departamento de Tarija.
I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA
I.1. Contenido de la demanda
Por memorial presentado el 28 de enero de 2013, cursante de fs. 18 a 24, el accionante
manifestó lo siguiente:
I.1.1. Hechos que motivan la acción
El 3 de agosto de 2002, firmó un contrato de préstamo con la Cooperativa Integral
Campesina (COINCA Ltda.), otorgando su patrimonio en calidad de depósito en la
suma de $us7 000.- (siete mil dólares estadounidenses), para que luego de cuatro meses
sea devuelto; empero, al no ocurrir tal situación, el 29 de mayo de 2003, inició un
proceso ejecutivo, radicado ante el Juez Tercero de Instrucción en lo Civil del
departamento de Tarija, Jorge Ahmed Julio Alé, -ahora codemandado- procediendo al
embargo de dos bienes inmuebles de COINCA Ltda., sin que los demandados hayan
presentado excepciones dentro del plazo de ley (cinco días una vez citado con la
intimación de pago) el 23 de septiembre de ese año, se dictó una Sentencia a su favor,
que cobró ejecutoria, por lo que solicitó medidas previas al remate el 17 de noviembre
del citado año, las que fueron respondidas mediante providencia emitida por la Jueza
María Ximena Echeverría Araoz.
El 5 de abril de 2010, los ejecutados pidieron desarchivo de obrados y posteriormente el
9 de septiembre del mismo año, solicitaron la caducidad de anotación preventiva,
desembargo y cumplimiento de documento posterior, en virtud a ello, presentó una
solicitud de medidas previas, que no ha merecido respuesta hasta la fecha de
presentación de ésta acción.
Continuando el relato de las actuaciones procesales, refirió que por Resolución de 9 de
mayo de 2012, el Juez, Jorge Ahmed Julio Alé, aprobó en parte el incidente planteado,
respecto a la aplicabilidad del nuevo contrato de obligación, disponiendo la extinción de
la obligación inicial por novación de una nueva obligación, Resolución ante la que se
presentó recurso de reposición bajo alternativa de apelación el 16 de mayo de 2012,
mismo que fue resuelto señalando no ha lugar a considerar la reposición manteniéndose
firme en todas sus partes y concediendo el recurso de apelación en efecto devolutivo.
En ese sentido argumenta que el Juez Tercero de Instrucción en lo Civil, habría hecho
caso omiso a las normas procedimentales civiles y a la jurisprudencia constitucional; es
decir, estima que sus derechos fueron vulnerados con los siguientes actos:
a) COINCA Ltda., después de haber sido citado con el Auto intimatorio, debió
apersonarse al proceso y oponer las excepciones debidamente nominadas en el plazo de
cinco días, según lo establece el art. 509 del Código de Procedimiento Civil (CPC); sin
embargo, no lo hizo;
b) Ante la Sentencia ejecutoriada de 23 de septiembre de 2003, la entidad ejecutada
COINCA Ltda., no hizo uso de recurso alguno, siendo que tenía seis meses para
ordinarizar, por lo que su derecho precluyó, según lo previsto por el art. 490 del CPC,
sustituido por el art. 28 de la Ley 1760 de 28 de febrero de 1997, considerando esta
actitud como una renuncia tácita a los recursos que la ley le franquea, por lo que la
Sentencia dictada tiene calidad de cosa juzgada material en la que ya tenía ordenada las
medidas previas al remate con informe de Derechos Reales (DDRR) y Catastro
Municipal
c) El Juez debió continuar con la ejecución de la sentencia materializada conforme lo
establecido en los arts. 514, 515 y 517 del CPC, frente a esta omisión considera
vulnerado el debido proceso en su elemento congruencia; y,
d) Asimismo, debió cumplir con la Sentencia ejecutoriada que tuvo calidad de cosa
juzgada material; sin embargo, al no pronunciarse sobre las medidas previas al remate
ha vulnerado su derecho de petición, el principio de seguridad jurídica y al debido
proceso en su elemento congruencia, al fallar más de lo peticionado pues incurrió en un
fallo ultra petita.
En cuanto a la reposición bajo alternativa de apelación, fue formulada señalando que el
Juez inferior declaró sin lugar la caducidad formulada por el representante legal de
COINCA Ltda., manteniendo el embargo ejecutivo de los inmuebles embargados; es
decir, hasta que el acreedor recupere lo que le pertenece, pero contrariamente manifestó
en la misma Resolución la existencia de novación contractual, otorgándole esa calidad
al documento presentado por COINCA Ltda. sin haberse peticionado. Asimismo refirió
que no fue interpretada a cabalidad la personería y capacidad procesal del ejecutado.
Finalmente, el Juez Sexto de Partido en lo Civil y Comercial, -ahora codemandadomediante Auto de Vista 12/2012 de 3 de agosto, resolvió: “…confirmando parcialmente
el Auto interlocutorio, con la modificación de que la obligación asumida en el primer
documento privado de préstamo, no queda extinguida por novación sino que ante el
desistimiento tácito a la ejecución de sentencia por la suscripción del documento
privado, corresponde decretar el archivo de obrados de la presente causa ejecutiva, con
el correspondiente levantamiento y/o cancelación de los embargos ejecutivos
ordenados…”, con ello la parte ejecutada ha solicitado la entrega de mandamiento de
embargo.
En ese contexto, señala que los argumentos referidos en la reposición, debieron ser
resueltos por el superior en grado; sin embargo, resolvió sobre puntos que no han sido
objeto de apelación y confirmó la Resolución dando al documento la calidad de
renovación por renuncia tácita a la ejecución de la Sentencia por la suscripción del
documento privado, toda vez que según lo previsto por el art. 236 del CPC, que manda a
fallar sobre los puntos que fueron objeto de apelación. Asimismo sostiene que los
Jueces que conocieron el proceso debieron dar cumplimiento a la Sentencia pasada en
autoridad de cosa juzgada en su versión material ya que al ser formal y no haberse
ordinarisado en el tiempo establecido por ley (seis meses) tiene la calidad de cosa
juzgada material, conforme lo determina el art. 490 del mismo cuerpo normativo,
sustituido por el art. 28 de la Ley 1760.
I.1.2. Derechos y principios supuestamente vulnerados
El accionante considera vulnerados sus derechos al debido proceso en su elemento
congruencia, de petición, de acceso a la justicia y los principios de seguridad jurídica,
de autonomía del proceso ejecutivo, de preclusión, dispositivo y de legalidad, citando al
efecto los arts. 24, 115.II, 117.I, 123, 178.I y 410 de la Constitución Política del Estado
(CPE), 8 del Pacto de San José de Costa Rica y 14 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos.
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la tutela impetrada, ordenando la inmediata restitución de sus
derechos y garantías constitucionales, debiendo retrotraerse el trámite hasta el acto
ilegal (Resolución de 9 de mayo de 2012). Con la imposición de daños, perjuicios y
costas procesales.
I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías
Celebrada la audiencia pública el 5 de febrero de 2013, según consta en el acta cursante
de fs. 34 a 36 vta., se produjeron los siguientes actuados:
I.2.1. Ratificación de la acción
El abogado de la parte accionante se ratificó in extenso, en los términos expuestos en su
memorial de interposición de la acción de amparo constitucional.
I.2.2. Informe de las autoridades demandadas
Jorge Ahmed Julio Alé, Juez Tercero de Instrucción en lo Civil del departamento de
Tarija, mediante informe cursante de fs. 27 a 28, refirió: 1) La Sentencia data de 23 de
septiembre de 2003, luego de ejecutoriada la misma, el ejecutante ahora accionante
solicitó las medidas previas al remate el 17 de noviembre de igual año, a la Jueza de
aquel entonces, mismas que le fueron concedidas ordenándose los informes pertinentes
de DD.RR. y Catastro Urbano Municipal, los cuales fueron emitidos el 26 de diciembre
de 2003 (conforme consta de fs. 44 a 47 del expediente original); excepto el informe del
Catastro Urbano Municipal, que no fue remitido por negligencia de la parte interesada
quien no se apersonó a cancelar los valorados de ley para su emisión (así lo señala la
nota a fs. 48 de 1 de diciembre de 2004, de ello se tiene que el proceso estuvo
abandonado en esa repartición municipal casi un año); 2) Posterior a dichas actuaciones
no existe otra intervención del accionante, se evidencia la remisión del proceso al
archivo judicial luego de más de un año de inactividad, quedándose así por más de siete
años; 3) En abril de 2010, la parte ejecutada instó el desarchivo para plantear caducidad
de anotación preventiva y desembargo de uno de los bienes, en función del documento
privado de reconocimiento de deuda de 14 de mayo de 2008 -posterior a la sentencia-;
4) El acreedor sólo se apersonó al proceso por efecto del incidente planteado por los
deudores, ratificándose en las medidas previas al remate y en ningún momento pidió
actualización de las mismas; 5) El accionante refirió que fueron diferentes peticiones;
sin embargo, el mencionado memorial fue el único presentado sobre medidas previas al
remate; 6) No se dio la tramitación de la ejecución de Sentencia por la dejadez del
accionante y luego del desarchivo, se cumplió con la tramitación y resolución del
incidente planteado en cuya resolución se respeta el nuevo documento posterior a la
Sentencia, el cual extingue al actual proceso ejecutivo con las disposiciones que son
motivo de la presente acción; y, 7) No se puede alegar la emisión de una Resolución
ultra petita cuando el nuevo documento establece cláusulas que se constituyen en “ley
entre las partes” pues sólo se dispuso el cumplimiento de dichas cláusulas.
Horacio Paredes Carranza, Juez Sexto de Partido en lo Civil y Comercial del
departamento de Tarija, a través de informe cursante de fs. 32 a 33 vta., manifestó: i)
Dentro del proceso ejecutivo la Sentencia de 23 de septiembre de 2003, cobró ejecutoria
por no haberse opuesto ningún medio de impugnación en su contra, por lo que la parte
ejecutante pidió medidas previas al remate el 17 de noviembre de ese año; ii) Las
medidas previas al remate no fueron realizadas en su debido momento por la parte
ejecutante demostrando de esta manera su negligencia en la ejecución de un fallo a su
favor; iii) Esa supuesta negligencia por más de siete años, tal vez fue un plazo de espera
acordado con la parte ejecutada, habida cuenta que se presentó al proceso el 2010 y
posteriormente a la solicitud de desarchivo, presentó un documento privado suscrito
entre las partes, el accionante y el representante legal de COINCA Ltda., por el cual se
concedió un nuevo plazo para el cumplimiento de la obligación que se exigía
ejecutivamente y en tal mérito instó al ejecutado se cumpla con este documento
posterior, que es el que exime de ejecución al fallo emitido en primera instancia; iv) El
documento posterior nunca fue desconocido por el accionante, por tanto debe ser
reconocido y aplicado, más aun cuando su inaplicación puede causar agravio a alguna
de las partes; v) Es impertinente lo argumentado por el accionante, al indicar que ese
documento posterior, la parte ejecutada debía hacer valer a través de un proceso
ordinario, toda vez que tenía un plazo de seis meses computados desde la ejecutoria de
la Sentencia del juicio ejecutivo; vi) La ejecución de la Sentencia emitida dentro del
proceso ejecutivo no fue llevada a cabo por la existencia de un documento
posterior firmado por las partes del proceso y que fue puesto en consideración del
juez para su cumplimiento; y, vii) Para el Juez de primera instancia el documento
posterior, operó una novación y para el suscrito juzgador lo que operó fue una
renovación del plazo.
I.2.3. Intervención del tercero interesado
Andrés Policarpio Vega, Presidente de COINCA Ltda., a pesar de su legal notificación
no asistió a la audiencia y tampoco presentó informe alguno.
I.2.4. Resolución
La Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Tarija, constituida en
Tribunal de garantías, mediante Resolución 07/2013 de 5 de febrero, cursante de fs. 36
vta. a 40 vta., denegó la tutela impetrada, en base a los siguientes fundamentos: a)
Luego de las medidas previas al remate ordenadas por la Jueza de aquel entonces, María
Ximena Echeverría Araoz, no se continuó con la ejecución de la Sentencia
materializada, porque según los antecedentes señala que el 14 de mayo de 2008, se
firmó un documento entre las partes del proceso ejecutivo, que manifiesta expresamente
la voluntad del accionante, quien en la cláusula cuarta establece que los deudores al
cumplimiento del plazo están obligados únicamente a la devolución del capital y el
acreedor renuncia al cobro de cualquier interés legal o convencional, además en la
cláusula quinta se comprometió a no iniciar ni proseguir ningún proceso judicial contra
la Cooperativa, mientras no se cumpla el plazo establecido en el presente documento o
sea que el vencimiento sería el 14 de mayo de 2013; b) Esta manifestación fue sopesada
por los Jueces demandados, por lo que el hecho de no haber continuado con la ejecución
de la sentencia, no obedece a una decisión arbitraria o ilegal de los mismos,, sino a una
voluntad expresa por parte del accionante que la suscribió en el contrato referido
anteriormente; c) Legalmente no puede dar curso a una ejecución donde la parte
ejecutante pacta otra forma de cumplimiento diferente a la prevista en la ley, bajo el
principio de libertad contractual, resulta irrelevante calificar como atentatorio al derecho
de petición, el hecho de no haberse pronunciado acerca de las medidas previas de
remate solicitadas, ya que existe un contrato donde el propio accionante por su propia
voluntad, modificó la ejecución de la sentencia; d) Refiriendo jurisprudencia
constitucional en cuanto a los requisitos para que la jurisdicción constitucional pueda
ejercer el control de legalidad ordinaria, señaló que el accionante no demostró el
accionar arbitrario e ilegal de los Jueces demandados; y, e) La Resolución del Juez
Tercero de Instrucción en lo Civil ha sido objetada e impugnada válidamente ante el
Juez Sexto de Partido en lo Civil y Comercial, quien resolvió el conflicto sin vulnerar
derechos ni garantías, por cuanto subsiste la deuda de la que es titular, pero no se puede
revivir un proceso ejecutivo que en ejecución de sentencia por voluntad del propio
accionante pospuso su cobro firmando un nuevo documento con vigencia a mayo de
2013.
I.3. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional Plurinacional
Al no haber encontrado consenso en Sala, de conformidad al art. 30.I.6 de la Ley del
Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP), se procedió a convocar al Presidente del
Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia a fin de dirimir con su voto el caso en
análisis.
II. CONCLUSIONES
De la revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establece lo
siguiente:
II.1. Por Resolución de 23 de septiembre de 2003, la Jueza Tercera de Instrucción en lo
Civil del departamento de Tarija, María Ximena Echeverría Aráoz, declaró con lugar la
demanda del proceso ejecutivo contra COINCA Ltda., disponiendo la continuación de
los procedimientos ejecutivos hasta tanto la demandada Cooperativa no haya cumplido
el pago a la actora del capital adeudado ($us7 000.-), más intereses convenidos. Con
dicha Sentencia se notificó a los ejecutados el 30 de igual mes y año (fs. 34, 35 y 36 del
anexo).
II.2. A través de memorial de 15 de octubre de 2003, Yehudy Zubieta Godoy -ahora
accionante-, solicitó en calidad de medidas previas al remate, ordene a la Jueza
Registradora de DD.RR. se sirva certificar sobre las hipotecas y gravámenes que
pesaren sobre los bienes embargados. Asimismo ordene a Catastro Urbano e ingresos
del Municipio, certificar sobre los impuestos de los inmuebles embargados. Reiteró
dicha petición el 17 de noviembre de ese año, y el 22 de noviembre de 2011 (fs. 37, 44
y 70 del anexo).
II.3. Mediante memorial presentado por 5 de abril de 2010, por Andrés Policarpio Vega
Vásquez en representación de COINCA Ltda., solicitó desarchivo de obrados (fs. 53 del
anexo).
II.4. Documento privado firmado el 14 de mayo de 2008, suscrito entre el accionante y
los representantes legales de COINCA Ltda., en su calidad de deudores, entre otros,
pactaron en la cláusula segunda que el deudor se comprometía a cancelar la suma de
$us7 000.-, en el plazo de cinco años a partir de la suscripción de dicho documento; en
la cláusula cuarta en cuanto a los intereses, por acuerdo mutuo entre partes, señaló que
los deudores al cumplimiento del plazo estarían obligados únicamente a la devolución
del capital y el acreedor renunció al cobro de cualquier tipo de interés legal o
convencional; asimismo en la cláusula quinta estableció que el acreedor se comprometió
a no iniciar ningún proceso judicial contra la Cooperativa para la recuperación de su
crédito mientras no se cumpla el plazo establecido en el presente documento (fs. 57 y
vta. del anexo).
II.5. Mediante memorial presentado el 9 de septiembre de 2010, Andrés Policarpio
Vega Vásquez, Presidente de la Cooperativa COINCA Ltda., ante el Juez Tercero de
Instrucción en lo Civil, solicitó la caducidad de anotación preventiva del embargo, el
desembargo correspondiente y cumplimiento a la cláusula tercera del documento
posterior. En consecuencia por providencia de 15 del citado mes y año, dispuso el
traslado a las partes, siendo notificadas el 21 del mismo mes y año (fs. 58 a 61 del
anexo).
II.6. Por Auto de 9 de mayo de 2012, el Juez Tercero de Instrucción en lo Civil del
departamento de Tarija ahora codemandado, resolvió: “…DECLARAR PROBADO EN
PARTE el incidente planteado respecto a la aplicabilidad del nuevo contrato de
obligación, disponiendo la extinción de la obligación inicial por novación de una nueva
obligación, y sea con los efectos que prevé el Art. 354 del Cód. Civil, por el cual
subsistirá la garantía real señalada en la cláusula tercera del citado documento;
quedando extinguida las demás garantías que se hayan obtenido en el curso de la
presente causa…” (fs. 86 y vta. del anexo).
II.7. A través de memorial presentado el 16 de mayo de 2012, el accionante, planteó
recurso de reposición bajo alternativa de apelación, considerando que la Resolución
sería incongruente porque resolvió no ha lugar a la caducidad manteniendo el embargo
ejecutivo de los inmuebles embargados; es decir, hasta que el acreedor recupere lo que
le pertenece, contrariamente a la misma resolución manifestó la existencia de novación
contractual por cuanto dispuso la extinción de la obligación inicial por novación de una
nueva obligación; por lo que señala que se dictó una resolución ultra petita,
considerando que el documento privado de reconocimiento expreso de la deuda y
compromiso de pago difiere de la novación. En consecuencia, mediante Auto de 12 de
junio del citado año, el Juez Tercero de Instrucción en lo Civil del departamento de
Tarija, declaró no haber lugar a la consideración de la reposición planteada,
manteniéndose firme en todas sus partes y concedió el recurso de apelación en el efecto
devolutivo (fs. 107 a 109 vta.; y, 116 vta. del anexo).
II.9. Por Auto de Vista 12/2012 de 3 de agosto, Horacio Paredes Carranza, Juez Sexto
de Partido en lo Civil y Comercial del departamento de Tarija -ahora codemandado-,
“…confirmó parcialmente el auto interlocutorio de fs. 85 -85 Vta. de obrados, con la
modificación de que la obligación asumida en el primer documento privado de préstamo
de fs. 1-2 no queda extinguida por novación, sino que ante el desistimiento tácito a la
ejecución de sentencia por la suscripción del documento privado de Fs. 55-56,
corresponde decretar el Archivo de obrados de la presente causa ejecutiva, con el
correspondiente levantamiento y/o cancelación de los embargos ejecutivos ordenados y
dejando expresa constancia que el acreedor podrá accionar nuevamente en la vía
ejecutiva para exigir el cumplimiento de la obligación original cuando el plazo
contractual estipulado y convenido en el segundo documento se encuentre vencido
(14/05/13)” (fs. 131 a 133 vta. del anexo).
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
El accionante considera que se ha vulnerado sus derechos al debido proceso en su
elemento congruencia, de petición, de acceso a la justicia y los principios de seguridad
jurídica, de autonomía del proceso ejecutivo, de preclusión, dispositivo y de legalidad;
ya que dentro del proceso ejecutivo seguido por su persona contra COINCA Ltda., el
Juez Tercero de Instrucción en lo Civil, incurrió en actos ilegales al: 1) No haber dado
continuidad a la ejecución de la sentencia ejecutoriada; 2) Tampoco se pronunció sobre
las medidas previas al remate haciendo que se prolongue el proceso de ejecución; y, 3)
Emitió una Resolución ultra petita que carece de congruencia. Posteriormente
resolviendo la apelación planteada, el Juez Sexto de Partido en lo Civil y Comercial,
dictó también una Resolución incongruente.
En consecuencia, corresponde en revisión, verificar si tales extremos son evidentes a fin
de conceder o denegar la tutela solicitada.
III.1. Naturaleza jurídica de la acción de amparo constitucional
El amparo constitucional es una acción de defensa de los derechos fundamentales
y de las garantías constitucionales, se activa contra actos u omisiones ilegales o
indebidas de los servidores públicos, o de particulares, que restrinjan, supriman o
amenacen restringir o suprimir los derechos fundamentales reconocidos por la
Constitución; su ámbito de protección no alcanza a los derechos que se encuentran
protegidos por las otras acciones de defensa previstas constitucionalmente.
Esta garantía jurisdiccional se encuentra reconocida en el art. 128 de la CPE, que
señala: “La Acción de Amparo Constitucional tendrá lugar contra actos u omisiones
ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que
restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos por la
Constitución y la ley”, también se encuentra reconocida en instrumentos internacionales
de Derechos Humanos, como el art. 8 de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos (DUDH), que establece: “Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo,
ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus
derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley”. El art. 2.3 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), señala que: “Cada uno de
los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a garantizar que: a) Toda persona
cuyos derechos o libertades reconocidos en el presente Pacto hayan sido violados podrá
interponer un recurso efectivo, aun cuando tal violación hubiera sido cometida por
personas que actuaban en ejercicio de sus funciones oficiales; b) La autoridad
competente, judicial, administrativa o legislativa, o cualquiera otra autoridad
competente prevista por el sistema legal del Estado, decidirá sobre los derechos de toda
persona que interponga tal recurso, y desarrollará las posibilidades de recurso judicial;
c) Las autoridades competentes cumplirán toda decisión en que se haya estimado
procedente el recurso”. En el mismo sentido el art. 25 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos (CADH), señala que:
“1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro
recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos
que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la
presente Convención, aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en
ejercicio de sus funciones oficiales.
2. Los Estados Partes se comprometen:
a) a garantizar que la autoridad competente prevista por el sistema legal del Estado
decidirá sobre los derechos de toda persona que interponga tal recurso;
b) a desarrollar las posibilidades de recurso judicial; y,
c) a garantizar el cumplimiento, por las autoridades competentes, de toda
decisión en que se haya estimado procedente el recurso”.
Del marco normativo representado, se puede señalar que la acción de amparo
constitucional es una garantía jurisdiccional subsidiaria, sumaria y efectiva que ampara
a quienes han sufrido vulneración o se encuentran amenazados de sufrir restricción de
sus derechos fundamentales y/o garantías constitucionales, a causa de actos lesivos
(acto, omisión o amenaza).
La vigencia y aplicabilidad de esta acción se encuentra firmemente vinculada con
la garantía de goce efectivo de los derechos fundamentales, la cual tiene una doble
dimensión, de un lado la protección de los derechos en su vertiente subjetiva; y del otro,
la protección de los derechos como ordenamiento objetivo (orden objetivo de valores)
del Estado Plurinacional de Bolivia, en cuanto a que los derechos fundamentales
constituyen un marco de convivencia humana justa y pacífica, en busca de la
construcción de una sociedad en la que, como expresa el segundo párrafo del Preámbulo
de la Constitución Política del Estado, existe “…igualdad entre todos, con principios de
soberanía, dignidad, complementariedad, solidaridad, armonía y equidad en la
distribución y redistribución del producto social, donde predomine la búsqueda del vivir
bien; con respeto a la pluralidad económica, social, jurídica, política y cultural de los
habitantes de esta tierra; en convivencia colectiva con acceso al agua, trabajo,
educación, salud y vivienda para todos”.
Por ende, se puede caracterizar esta acción tutelar como un mecanismo procesal de
tutela inmediata de derechos y garantías constitucionales, público, sumario, subsidiario,
ágil en la protección que brinda, de ejecución inmediata y que no reconoce fueros,
privilegios, inmunidad, ni prerrogativa alguna.
III.2. La revisión de la actividad interpretativa - valorativa de otras jurisdicciones
a través de la acción de amparo constitucional
La activación de la acción de amparo constitucional para proceder a revisar la
actividad interpretativa de otros tribunales requiere que la justicia constitucional pueda
abrir su jurisdicción a la revisión hermenéutica de otros órganos jurisdiccionales, para
ello es imprescindible recordar que la justicia constitucional no es una instancia de
revisión casacional de la labor de los otros tribunales en el ejercicio de la jurisdicción
que la Constitución y la ley les han atribuido; sin embargo, la tradición jurisprudencial
boliviana ha establecido claramente que la revisión de la actividad hermenéutica y
valorativa de otros tribunales es excepcional y obedece a la evidencia de la lesión de
derechos fundamentales y garantías constitucionales.
En ese marco, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional Plrunacional, ha
establecido que no puede analizar la interpretación de la legalidad efectuada por jueces
y tribunales ordinarios, sino cuando se evidencie que esa labor interpretativa resultare
insuficientemente motivada, arbitraria, incongruente, absurda e ilógica o con error
evidente, identificando, en su caso, las reglas de interpretación que fueron omitidas por
el órgano judicial o administrativo, además se precise los derechos o garantías
constitucionales lesionados por el intérprete, estableciendo el nexo de causalidad entre
éstos y la interpretación impugnada; en ese sentido, la SC 1846/2004-R de 30 de
noviembre, señaló el deber de los administradores de justicia de no quebrantar los
principios constitucionales informadores del ordenamiento jurídico, refiriendo: “Si bien
la interpretación de la legalidad ordinaria debe ser labor de la jurisdicción común,
corresponde a la justicia constitucional verificar si en esa labor interpretativa no se
han quebrantado los principios constitucionales informadores del ordenamiento
jurídico, entre ellos, los de legalidad, seguridad jurídica, igualdad, proporcionalidad,
jerarquía normativa y debido proceso; principios a los que se hallan vinculados todos
los operadores jurídicos de la nación; dado que compete a la jurisdicción
constitucional otorgar la protección requerida, a través de las acciones de tutela
establecidas en los arts. 18 y 19 de la Constitución, ante violaciones a los derechos y
garantías constitucionales, ocasionadas por una interpretación que tenga su origen en
la jurisdicción ordinaria, que vulnere principios y valores constitucionales.
Esto significa que los órganos de la jurisdicción ordinaria deben sujetar su labor
interpretativa a las reglas admitidas por el derecho, con plena vigencia en el derecho
positivo, que exige que tal labor se la realice partiendo de una 'interpretación al tenor
de la norma (interpretación gramatical), con base en el contexto (interpretación
sistemática), con base en su finalidad (interpretación teleológica) y los estudios
preparatorios de la ley y la historia de formación de la ley (interpretación histórica)'
(Cfr. Cincuenta años de jurisprudencia del Tribunal Constitucional Alemán , pág. 2);
reglas o métodos de interpretación que en algunas legislaciones, han sido incorporados
al ordenamiento jurídico positivo (así, art. 3.1 del Código civil español).
Las reglas de la interpretación aludidas, operan como barreras de contención o
controles, destinadas a precautelar que a través de una interpretación defectuosa o
arbitraria, se quebranten los principio constitucionales aludidos; de modo que debe ser
previsible, tanto en relación a los medios empleados cuanto en relación al resultado
alcanzado; pues la interpretación de una norma no puede conducir a la creación de
una norma distinta de la interpretada.
En este orden, conviene precisar que la interpretación sistemática o contextualizada,
puede extenderse, según los casos, al artículo del cual forma parte el párrafo o inciso
analizado; al capítulo o título al que pertenece; al sector del ordenamiento con el que
se vincula o pertenece; o al ordenamiento en su conjunto; y finalmente, de manera
inexcusable, con las normas, principios y valores de la Constitución, dado que de todas
las interpretaciones posibles que admita una norma, debe prevalecer siempre aquella
que mejor concuerde con la Constitución”.
Sobre la carga argumentativa para activar esta interpretación la SCP 0615/2012 de
23 de julio, citando a la SC 1587/2011-R de 11 de octubre, señaló que: “…el accionante
no debe limitarse a hacer un relato de los hechos, sino que debe explicar no sólo por
qué considera que la interpretación no es razonable, sino también cómo esa labor
interpretativa vulneró sus derechos y garantías. Este entendimiento ha sido adoptado
por la SC 0083/2010-R de 4 de mayo, al señalar que '… la interpretación de la
legalidad ordinaria corresponde a la jurisdicción común y que si bien a la jurisdicción
constitucional le corresponde verificar si en esa labor interpretativa no se han
quebrantado los principios constitucionales informadores del ordenamiento jurídico,
entre ellos, los de legalidad, seguridad jurídica, igualdad, proporcionalidad, jerarquía
normativa y debido proceso; no es menos cierto que el demandante o accionante debe
invocar y fundamentar cuáles fueron las infracciones a las reglas de la interpretación
admitidas por el derecho; (…) pues no ha expresado con precisión las razones que
sustentan su posición, ni identificó con claridad qué criterios o principios
interpretativos no fueron empleados o fueron desconocidos por las autoridades
judiciales demandadas'.
En el mismo sentido el Tribunal Constitucional Alemán, estableció que si en el
marco de una interpretación conforme con la Constitución de una norma del derecho
ordinario, el Tribunal Constitucional considera que ciertas interpretaciones posibles de
una norma no son compatibles con la Constitución, los demás tribunales no podrán
considerar constitucionales esas posibles interpretaciones (Sentencia de 10 de junio de
1975, BvR 1018/74).
Por su parte, el Tribunal Constitucional de España ha establecido que la
interpretación de la legalidad ordinaria no puede ser analizada por la jurisdicción
constitucional, salvo que la misma se funde en una interpretación arbitraria o
manifiestamente irrazonable (STC 133/2000, de 16 de mayo), cuando esa
interpretación carezca de la debida motivación (SSTC 214/1988 de 14 de noviembre,
63/1992 de 29 de abril), se apoye en una causa legal inexistente (SSTC 69/1984 de 11
de junio, 57/1988, de 5 de abril), o sea el resultado de un error patente (SSTC
295/2000, de 11 de diciembre).
'En consecuencia, excepcionalmente puede analizarse la interpretación efectuada por
los jueces y tribunales ordinarios; empero, es necesario que el accionante a tiempo de
cuestionar la interpretación de la legalidad ordinaria cumpla ciertas exigencias, a
objeto de que la situación planteada adquiera relevancia constitucional, como ser:
1) Explique por qué la labor interpretativa impugnada resulta insuficientemente
motivada, arbitraria, incongruente, absurda o ilógica o con error evidente,
identificando, en su caso, las reglas de interpretación que fueron omitidas por el
órgano judicial o administrativo,
2) Precise los derechos o garantías constitucionales que fueron lesionados por el
intérprete, con dicha interpretación, y
3) Establezca el nexo de causalidad entre la ausencia de motivación, arbitrariedad u
otra situación absurda, por no aplicar la interpretación que considera debió efectuarse,
y los derechos y/o garantías que conforman el bloque de constitucionalidad, y que han
sido lesionados con dicha interpretación, explicando sí el resultado, cuál la relevancia
constitucional'( SC 1718/2011-R de 7 de noviembre).
Deduciéndose que la labor interpretativa de la Ley corresponde a la jurisdicción
ordinaria, salvo ciertas excepciones que importen lesión a derechos fundamentales,
mismos que deben ser acreditados, por lo que la jurisdicción constitucional mediante la
acción de amparo constitucional no puede dejar de lado esa atribución, ya que de
hacerlo ocasionaría un desequilibrio entre jurisdicciones”.
Sobre la valoración de la prueba la SC 0939/2011-R de 22 de junio, sostuvo: “La
jurisprudencia del Tribunal Constitucional señaló que cuando se impugnen actos y
resoluciones de los jueces y tribunales ordinarios, la jurisdicción constitucional no
puede ingresar a valorar la prueba producida durante el proceso, por cuanto esa labor
corresponde exclusivamente a las autoridades jurisdiccionales ordinarias y no así al
Tribunal Constitucional dada su finalidad protectora de derechos fundamentales y no
de instancia de apelación o casación. Consecuentemente, la acción de amparo
constitucional no puede constituirse en una instancia más de revisión de resoluciones, a
menos que dentro de esa valoración exista apartamiento de los marcos legales de
razonabilidad y equidad previsible para decidir o cuando se haya omitido
arbitrariamente valorar la prueba y su lógica consecuencia sea la lesión de derechos
fundamentales y garantías constitucionales. Entendimiento asumido en la SC
0083/2010-R de 4 de mayo, que en lo pertinente señaló que: existe línea jurisprudencial
en sentido de que: “'…la facultad de valoración de la prueba aportada corresponde
privativamente a los órganos jurisdiccionales ordinarios, por lo que el Tribunal
Constitucional no puede pronunciarse sobre cuestiones que son de exclusiva
competencia de los jueces y tribunales ordinarios, y menos atribuirse la facultad de
revisar la valoración de la prueba que hubieran efectuado las autoridades judiciales
competentes' SSCC 577/2002-R y 0977/2003-R, entre otras…'”.
En conclusión, la jurisprudencia vigente determina que para lograr una revisión de
la actividad interpretativa hermenéutica de los tribunales y jueces ordinarios, que
involucre analizar la coherencia, la fundamentación y la aplicación del Derecho, en el
caso concreto debe existir una argumentación jurídica, por parte de la acción de amparo
constitucional planteada; asimismo, ser clara y contundente, destinada a generar
convicción en la justicia constitucional que resulte procedente revisar a la luz de los
derechos y garantías fundamentales una sentencia emitida por un tribunal o juez de otra
jurisdicción, en el mismo sentido la valoración de la prueba sólo puede ser sometida a
revisión en el caso que sea manifiesta y evidente la lesión de derechos a partir de un
apartamiento absoluto por parte del juzgador ordinario de los criterios de razonabilidad,
para ello es también imprescindible que el accionante sea claro y contundente en la
argumentación que desarrolla para que a través de la acción de defensa se pueda
evidenciar si la situación planteada resulta lesiva de los derechos y garantías
fundamentales.
III.3. Análisis del caso concreto
En el presente caso, el accionante alega que dentro del proceso ejecutivo seguido
contra COINCA Ltda., el Juez Tercero de Instrucción en lo Civil emitió una Resolución
ultra petita que carece de congruencia al no otorgar la continuidad a la ejecución de la
sentencia materializada y menos pronunciarse sobre las medidas previas al remate
solicitadas. Asimismo refiere que el Juez Sexto de Partido en lo Civil y Comercial,
también dictó una resolución incongruente con relación al recurso de apelación
interpuesto. Sin embargo, analizado minuciosamente el memorial de acción de amparo
constitucional, se evidencia que el accionante no cumplió con el estándar argumentativo
destinado a activar la jurisdicción constitucional pues el accionante al cuestionar las
Resoluciones judiciales impugnadas pretende activar la jurisdicción constitucional cual
si fuere una instancia más del proceso, haciendo una expresión de agravios sin hacer
una debida y minuciosa relación de causalidad con la lesión de los derechos
fundamentales alegados como vulnerados, incidiendo en los criterios hermenéuticos
utilizados por las autoridades judiciales, pues en la demanda se citaron los derechos
supuestamente conculcados sin hacer una precisión a cabalidad en cada caso de cómo el
actuar interpretativo de los demandados llegó a lesionar los derechos fundamentales
invocados, ya que no basta realizar afirmaciones genéricas citando normativa y a
continuación señalar que se vulneraron derechos fundamentales. La carga argumentativa
mínimamente exigible a quien pretende activar el mecanismo del amparo constitucional
para “revisar” la actividad de la jurisdicción ordinaria debe apuntar a indicar
precisamente los criterios interpretativos que se usaron irrazonablemente y el nexo
especifico y puntal con la lesión de los derechos fundamentales, lo contrario sería
pretender constituir a la acción de amparo constitucional en un recurso casacional lo que
provoca se proceda a denegar al presente demanda de acción de amparo constitucional.
En consecuencia, el Tribunal de garantías al denegar la tutela solicitada, obró
correctamente.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Tercera; en virtud de la autoridad
que le confiere la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia y el art. 12.7
de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional; en revisión resuelve:
CONFIRMAR la Resolución 07/2013 de 5 de febrero, cursante de fs. 36 vta. a 40 vta.,
pronunciada por la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de
Tarija; y, en consecuencia DENEGAR la tutela solicitada, aclarándose que no se
ingresó al fondo de la problemática planteada.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.
Se hace constar que no interviene la Magistrada Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños,
por ser de voto disidente.
Fdo. Dr. Ruddy José Flores Monterrey
PRESIDENTE
Fdo. Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
MAGISTRADA
Demanda probada por novacion
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0814/2013-L
Sucre, 9 de agosto de 2013
SALA LIQUIDADORA TRANSITORIA
Magistrado Relator:
Dr. Zenón Hugo Bacarreza Morales
Acción de amparo constitucional
Expediente:
2011-24627-50-AAC
Departamento:
Cochabamba
En revisión la Resolución de 28 de octubre 2011, cursante de fs. 235 a 238, pronunciada
dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Varinia Ameller
Badani en representación del Banco Unión S.A., contra José Eddy Mejía Montaño,
Presidente; y, Jimy Rudy Siles Melgar, Vocal; ambos de la Sala Civil Segunda de la
Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental de Justicia- de
Cochabamba.
I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA
I.1. Contenido de la demanda
La representante, por memorial presentado el 26 de mayo de 2011, cursante de fs. 191 a
195 vta., y memorial de subsanación de fs. 210 y vta., manifestó que:
I.1.1. Hechos que motivan la acción
Como consecuencia de un proceso ordinario seguido por Teresa Issa Cheade de
Manzur, contra el Banco Unión S.A., sobre extinción judicial de fianza, en vía de la
acción oblicua, pretendió la entrega del mutuo no desembolsado de $us76 000.- (setenta
y seis mil dólares estadounidenses), por subrogación legal, y “por cuerda separada”
(sic), demandó pago de daños y perjuicios como consecuencia del gravamen indebido
de sus bienes y del falso reporte de morosidad y ejecución al sistema financiero que le
habría causado daños morales, civiles y comerciales consistentes en $us76 000.- a partir
del 1 de septiembre de 1997, fecha en la que se debió extinguir la obligación de su
fianza, hasta el momento de levantar los gravámenes sobre sus bienes y el reporte de
morosidad en el sistema.
Este proceso, en primera instancia mereció sentencia el 2 de agosto de 2001, declarando
probada en parte la demanda respecto a la novación de contrato, mas no con referencia
a la acción oblicua. Contra esa sentencia Teresa Issa Cheade de Manzur, interpuso
recurso de apelación, el mismo que a través de Auto de Vista de 3 de febrero de 2005, la
confirmó parcialmente, con la modificación de “sin costas en ambas instancias” (sic).
Habiendo sido este Auto sujeto de recurso de casación, interpuesto por la referida
demandante, de cuyo efecto se casó el Auto de Vista recurrido y deliberando en el fondo
declaró probada en parte la demanda, disponiendo el pago de daños y perjuicios a favor
de la actora, averiguables en ejecución de sentencia, manteniéndose incólume la
sentencia de primer grado sin responsabilidad por ser excusable.
Si bien el Auto Supremo de 4 de octubre de 2007, casó el Auto de Vista declarando
probada la demanda de daños y perjuicios la parte considerativa del referido Auto de
Vista sostuvo que “no es posible contabilizar el pago de daños y perjuicios, en el pago
del 19% de interés anual del monto que hubiera podido obtener como préstamo la actora
($us.77.650,32), la misma constituye una pretensión unilateral que deberá demostrarse
en ejecución de sentencia…” (sic), sin embargo, el Juez de primera instancia pese a ello
y de no haberse demostrado en ejecución de sentencia los supuestos daños y perjuicios,
fijó el monto por esos daños en virtud al porcentaje, antes indicado violentando con ello
lo referido por el Auto Supremo antes mencionado.
En ejecución de sentencia, la demandante solicitó apertura de plazo probatorio para la
averiguación de daños y perjuicios, solicitud que fue deferida por Auto de 17 de enero
de 2008, en ese ínterin, solicitó la regulación de los honorarios profesionales, que
también fue deferida por Auto de 18 de septiembre de igual año, fijando el monto por
ese concepto en $us11 400.- (once mil cuatrocientos solares estadounidenses),
estableciendo como referente para su cálculo la cuantía del monto demandado en la
acción oblicua -que fue declarada improbada- mismo que fue objeto de apelación.
Concluido el plazo probatorio, sin haberse producido prueba idónea para acreditar los
supuestos daños y perjuicios y por ende su valor monetario cuantificable, el Juez de la
causa pronunció Auto definitivo de 24 de abril de 2009, fijando como daños y perjuicios
la suma de Bs15 000.- (quince mil bolivianos) y $us62 537,16.- (sesenta y dos mil
quinientos treinta y siete 16/100 dólares estadounidenses). Contra esta última
determinación el Banco Unión S.A., formuló recurso de apelación.
Una vez radicado este recurso en la Sala Civil Segunda de la Corte Superior del Distrito
Judicial -ahora Tribunal Departamental de Justicia- de Cochabamba, donde se
acumularon los demás recursos de apelación de regulación de honorarios profesionales
y otro sobre negativa de admitirse la fianza de resultas, se dictó el Auto de Vista de 2 de
octubre de 2010 y Auto de enmienda de 12 de noviembre del mismo año, de manera
incongruente, ya que este Tribunal ad quem, habría omitido y aplicado indebidamente el
Código de Procedimiento Civil, ya que no se consideró que la demanda, sólo fue
declarada probada en parte. De acuerdo al contenido de la demanda, se pretendió el
pago de daños y perjuicios como consecuencia del gravamen de los bienes de la
demandante, empero dicha petición se la dedujo por “cuerda separada”, lo que vendría a
significar que fue una primera petición directa de la demanda, por lo tanto su
calificación y averiguación correspondía hacerlo dentro de lo principal y no en
ejecución de sentencia.
Asimismo, el juez de primera instancia pese a no haberse demostrado en ejecución de
sentencia los supuestos daños y perjuicios, por no haberse levantado el reporte de
morosidad, fijó el monto de daños y perjuicios en el 19%, como pretendía la
demandante, violándose de esta manera el Auto Supremo de 4 de octubre de 2007.
Refiere que el Banco Unión S.A., no podía haber sido condenado en costas, por cuanto
éste no fue declarado contumaz o rebelde, por lo que el a quo y el tribunal ad quem,
pronunciaron resoluciones en franca violación a la garantía del debido proceso y a la
Ley 004 de 31 de marzo de 2010. Por lo que interpone la presente acción tutelar en
contra del Auto de Vista de 2 de octubre de 2010 y Auto de enmienda y
complementación de 12 de noviembre del mismo año.
Asimismo, en su memorial de subsanación manifiesta que la presente acción tutelar fue
presentada el 28 de abril de 2011 y que dando cumplimiento al Auto de 4 de mayo de
2011, la presente acción de amparo constitucional, fue replanteada dentro de término.
I.1.2. Derecho y garantía supuestamente vulnerados
La representante de la entidad bancaria accionante considera que se lesionaron el
derecho y garantía del debido proceso, citando al efecto el art. 115 de la Constitución
Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la tutela y se disponga: a) No haber lugar a la calificación de daños
y perjuicios en ejecución de sentencia y en su caso al no haberse acreditado la misma
bajo los alcances del Auto Supremo de 4 de octubre de 2007, se declare en ejecución de
sentencia improbada la solicitud de pago de daños y perjuicios; y, b) Que el Banco
Unión S.A., no está obligado al pago de costas procesales, así como se ordene que a
tercero día se haga devolución del pago efectuado por el citado Banco.
I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías
Celebrada la audiencia pública el 28 de octubre de 2011, según consta en el acta
cursante de fs. 233 a 234 vta., se produjeron los siguientes actuados:
I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción
La representante de la entidad bancaria accionante, ratificó in extenso en la acción
tutelar presentada.
I.2.2. Informe de las autoridades demandadas
José Eddy Mejía Montaño y Jimy Rudy Siles Melgar, mediante informe cursante de fs.
231 a 232, manifestaron que: a tiempo de emitir el Auto de Vista objetado a través de la
presente acción tutelar, se procedió conforme a derecho, por lo que no existe nada que
discutir sobre el particular, y lo que busca la accionante es revisar, regularizar o anular
actuaciones procesales, equiparando la acción de amparo constitucional al recurso de
casación.
I.2.3. Intervención de la tercera interesada
Teresa Issa Cheade de Manzur, en audiencia manifestó que: la accionante a través de su
memorial de demanda, indicó que no se valoró adecuadamente la prueba, cuando el
Tribunal de amparo constitucional, no es la institución que va a revisar si un Juez o los
Vocales, valoraron o no la prueba por lo que parece que se está atacando el fondo y no
la forma. Indica que debió haberse interpuesto esta acción tutelar en contra del Auto
Supremo de 4 de octubre de 2007, que ordenaba al Juez de Primera instancia averiguar
el tema de daños y perjuicios y no contra el Auto de Vista de 2 de octubre de 2010.
Refieren que también debió haberse notificado en calidad de tercero interesado al
abogado que cobró sus honorarios profesionales.
I.2.4. Resolución
La Sala Penal Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal
Departamental de Justicia- de Cochabamba, constituida en Tribunal de garantías,
pronunció la Resolución de 28 de octubre de 2011, cursante de fs. 235 a 238, por la que
concedió la acción de amparo constitucional, dejando sin efecto el Auto de Vista de 2
de octubre de 2010 y su complementario de 12 de noviembre del mismo año,
disponiendo que los demandados emitan nuevo Auto de Vista. Bajo el siguiente
fundamento: De la lectura del contenido de la resolución cuestionada, se puede advertir
que evidentemente la misma incumple con el deber de motivar suficientemente la
resolución asumida, toda vez que hace una extensa relación de hechos, con la
descripción de los actos procesales que informan el caso, empero no justifica ni motiva
suficientemente el porqué asume la decisión que consta en la parte resolutiva, que afecta
ciertamente el debido proceso, por lo que se conculcó y restringió el derecho al debido
proceso de la parte accionante.
I.3. Consideraciones de Sala
Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de
diciembre de 2011; la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la
Sala Liquidadora Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de
febrero de 2012, a objeto de la liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los
Tribunales de garantías, hasta el 31 de diciembre de 2011, modificada por la
Disposición Transitoria Segunda del Código Procesal Constitucional vigente desde el 6
de agosto de 2012. Con la referida competencia, se procedió al sorteo de la presente
causa, dictándose la Resolución dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes, se llega a las conclusiones
siguientes:
II.1. Mediante memorial de 5 mayo de 1999, Teresa Issa Cheade de Manzur,
interpuso demanda ordinaria ante el Juez de Partido de turno en lo Civil, solicitando se
declare extinguida judicialmente la fianza prestada a favor de su hermano Carlos Issa
Cheade, ante el Banco Unión S.A., señalando en el punto 4.2, de su demanda que
alternativamente por cuerda separada y sin excluir ni desvirtuar la demanda en vía de
acción oblicua, demandó el importe convenido en el mutuo, que no fue desembolsado,
incumpliendo el contrato, más intereses bancarios y penales. Asimismo, por cuerda
separada demandó al Banco antes referido pago de daños y perjuicios, además de daños
morales, civiles y comerciales y se pague los intereses de $us76 000.- y sea en
proporción del 19%, estipulado en el Testimonio 1376/96, más intereses penales, a
partir del 1 de septiembre de 1997, fecha en la que se debió extinguir la obligación y
fianza, hasta el momento de levantamiento de gravámenes sobre sus bienes,
desistimiento del proceso que sigue en su contra y levantamiento del falso reporte de
morosidad en todo el sistema financiero (fs. 17 a 19).
II.2. Siendo declarada probada en parte la demanda mediante Sentencia de 2 de agosto
de 2001, respecto de la novación del contrato de escritura pública 1376/96, más no
referencia a la acción oblicua, por la que se pretende la entrega del importe del mutuo
no desembolsado, más los intereses pactados en ésta, tampoco con relación al pago de
daños y perjuicios morales, civiles y comerciales, en razón a que estos no estarían
acreditados, por lo que declaró extinguida la fianza prestada por Teresa Issa Cheade de
Manzur. Con costas (fs. 24 a 27 vta.).
II.3. Cursa Auto de Vista de 3 de febrero de 2005, por el que confirmó la sentencia
antes referida (fs. 32 y vta.).
II.4. El Auto Supremo 410 de 4 de octubre de 2007, casó el Auto de Vista recurrido y
deliberando en el fondo, declaró probada en parte la demanda, disponiendo el pago de
daños y perjuicios a favor de la actora, averiguables en ejecución de sentencia,
manteniendo incólume en lo demás, la sentencia de primer grado. Indicando que no es
posible contabilizar el pago de daños y perjuicios en el pago del 19% de interés anual
del monto que hubiera podido obtener como préstamo la actora ($us77.650,32.-), ya que
la misma constituye una pretensión unilateral que deberá demostrase en ejecución de
sentencia (fs. 34 a 36).
II.5. Mediante Auto de 18 de septiembre de 2008, el Juez Cuarto de Partido en lo
Civil y Comercial, reguló el honorario del abogado en la suma de $us11 400.-, que el
Banco Unión S.A., debía pagar a favor de la actora a tercero día (fs. 51 vta.). Por
memorial de 20 de octubre de 2008, se señala que el referido Auto fue apelado y
concedido mediante Auto de 13 de octubre de 2008, sin adjuntar estos obrados (fs. 89).
II.6. El Auto de 24 de abril de 2009, librado por el Juez Cuarto de Partido en lo Civil
y Comercial, declaró probada en parte la demanda formulada en ejecución de sentencia,
para el pago de daños y perjuicios disponiéndose que el Banco Unión S.A., cancele a
favor de la actora Teresa Issa Cheade de Manzur, las sumas de Bs15 000.- y $us62
537,16.-, en el plazo de diez días, bajo conminatoria de ley (fs. 105 a 107).
II.7. Siendo apelado este Auto por el Banco Unión S.A., mediante memorial de 14 de
mayo de 2009, indicando que no se consideró la prueba aportada por el Banco donde se
demostró que la actora sólo fue reportada a la central de riesgos de junio del 2000 a
diciembre del 2001, por concepto de gastos judiciales, por lo que no correspondería el
pago de daños y perjuicios o en su caso determinar únicamente desde la fecha de reporte
junio del 2000 a diciembre de 2001 y no sobre el monto de la novación del 19% y el
interés bancario en contradicción con el Auto Supremo 410 de 4 de octubre de 2007 (fs.
111 a 115 vta.). Corriéndose en traslado esta apelación mediante providencia de 14 de
junio de 2009 (fs. 116).
II.8. Por Auto de 30 de mayo de 2009, el mismo juez, ordenó el pago de la suma de
$us11 400.- a favor de los abogados de la demandante, ordenándose la notificación con
esa disposición al departamento de finanzas del Tribunal Departamental de Justicia (fs.
128 vta.). Ante ello el Banco demandado solicitó mediante memorial de 6 de junio de
2009, que previo al pago de este honorario se preste fianza de resultas (fs. 130 a 132).
Por otro lado el Banco antes referido apeló del Auto de 30 de mayo antes señalado,
mediante memorial de 12 de junio de 2009 (fs. 134 a 136).
II.9. El Auto de 27 de junio de 2009, que resolvió la solicitud a la parte demandante,
ofrecimiento de fianza de resultas planteado por el Banco Unión S.A., el cual dispuso
“No ha lugar” (sic) el ofrecimiento de dicha fianza (fs.139). Siendo apelado, por el
Banco Unión S.A., mediante memorial de 30 de julio de 2009 (145 a 147 vta.).
II.10. Mediante Auto de Vista REG/S.CII/RR/AINT.220/02.10.10 de 2 de octubre de
2010, la Sala Civil Segunda de la Corte Superior de Justicia de Cochabamba, Revocó
los Autos de 18 de septiembre de 2008, de 13 de mayo de 2009, de 30 de mayo de 2009,
proveído de 15 de junio de 2009 y Auto de 27 de julio de 2009, disponiendo se pague
por honorario profesional la suma de Bs1000.- (mil bolivianos) más $us5000.- (cinco
mil dólares estadounidenses), que debe pagar el Banco Unión S.A., en el plazo de
tercero día bajo conminatoria de ley y confirmó el Auto de 24 de abril de 2009, con la
modificación de que el cómputo para la calificación de daños y perjuicios corre a partir
del 1 de septiembre de 1997, hasta diciembre de 2001, totalizando cincuenta y un meses
de perjuicio, traduciéndose en la suma de $us61 369,83.- (sesenta y un mil trescientos
sesenta y nueve 83/100 dólares estadounidenses), que deberá pagar el Banco
demandado en el plazo de diez días, previa fianza de resultas, dejando sin efecto la
orden de notificarse a la Supervisión del Sistema Financiero y en caso de haberse
procedido a dicha notificación, ésta queda sin efecto (fs. 172 a 174). Siendo notificado
el Banco Unión S.A.; con este Auto el Vista el 8 de noviembre de 2010 (fs. 175).
II.11. Consta Auto complementario de 12 de noviembre de 2010, con el que fue
notificado, la accionante el 16 de noviembre de 2010 (fs. 176).
II.12. También se tiene que el Auto de 4 de mayo de 2011, librado por la Sala Social y
Administrativa de la Corte Superior de Justicia, en el que señala que mediante proveído
de 29 de abril de 2011, ese tribunal advertido que la prueba literal cursante es simple
fotocopia, con carácter previo se solicitó a la accionante, acompañe original o fotocopia
legalizada de la literal referida, y al haberse comprobado que la parte accionante
incumplió lo ordenado, rechazó la acción de amparo constitucional (fs. 199).
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
La representante de la entidad bancaria accionante, denuncia la vulneración del derecho
y garantía al debido proceso por los Vocales de la Sala Civil
Segunda de la Corte
Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal
Departamental de Justicia- de
Cochabamba, quienes a emitieron el Auto de Vista REG/S.CII/RR/AINT.220/02.10.10
de 2 de octubre de 2010, sin fundamentación y de forma incongruente, revocando los
Autos de 18 de septiembre de 2008, de 13, 30 de mayo de 2009, y proveído de 15 de
junio y Auto de 27 de julio de 2009, pese a ello de forma contradictoria dispusieron que
el Banco Unión S.A., cancele por honorario profesional la suma de Bs1000.- más
$us5000.-, a tercero día de su legal notificación y por otro lado confirmó el Auto de 24
de abril de 2009, disponiendo que el Juez a quo ordene al Banco demandado pague la
suma de Bs15 000.-, más $us61 369,83.-, en el plazo de diez días previa fianza de
resultas, en contraposición al Auto Supremo 410 de 4 de octubre de 2007, que mantuvo
incólume la sentencia de primera instancia y donde no consideraron que no era posible
contabilizar el pago de estos daños y perjuicios con el 19% de interés anual.
En consecuencia, corresponde en revisión, verificar si tales argumentos son evidentes a
fin de otorgar o denegar la tutela solicitada.
III.1. De la acción de amparo constitucional y su naturaleza
La SCP 0598/2012 de 20 de julio, indicó que: ”La acción de amparo
constitucional prevista por el art. 128 y ss., de la CPE, fue instituida como una acción
tutelar, medio de defensa y de tramite especial y sumarísimo, que tiene por objeto
restablecer y restituir el goce efectivo de derechos fundamentales y garantías
constitucionales de las personas con carácter preventivo y correctivo, protegiendo
amenazas, restricciones o supresiones ilegales, arbitrarias, decisión, acción u omisión
provenientes no solo de los servidoras y servidores públicos sino también de personas
particulares o colectivas que contravengan el orden constitucional.
Asimismo la jurisprudencia constitucional establecida en la SCP 0002/2012 de 13 de
marzo, ha determinado que: 'El orden constitucional boliviano, dentro de las acciones
de defensa, instituye en el art. 128 la acción de amparo constitucional como un
mecanismo de defensa que tendrá lugar contra los «actos u omisiones ilegales o
indebidos de los servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que
restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos por la
Constitución y la ley».
Del contenido del texto constitucional de referencia, puede inferirse que la acción de
amparo constitucional es un mecanismo de defensa jurisdiccional, eficaz, rápido e
inmediato de protección de los derechos fundamentales y garantías constitucionales,
cuyo ámbito de protección se circunscribe respecto de aquellos derechos fundamentales
y garantías, que no se encuentran resguardados por los otros mecanismos de
protección especializada que el mismo orden constitucional brinda a los bolivianos,
como la acción de libertad, de protección de privacidad, popular, de cumplimiento, etc.
Asimismo, desde el ámbito de los actos contra los que procede, esta acción se dirige
contra aquellos actos y omisiones ilegales o indebidos provenientes no sólo de los
servidores públicos sino también de las personas individuales o colectivas que
restrinjan o amenacen restringir los derechos y garantías objeto de su protección.
En este contexto, el amparo constitucional boliviano en su dimensión procesal, se
encuentra concebido como una acción que otorga a la persona la facultad de activar la
justicia constitucional en defensa de sus derechos fundamentales y garantías
constitucionales.
El término de acción no debe ser entendido como un simple cambio de nomenclatura,
que no incide en su naturaleza jurídica, pues se trata de una verdadera acción de
defensa inmediata, oportuna y eficaz para la reparación y restablecimiento de los
derechos y garantías fundamentales, y dada su configuración, el amparo constitucional
se constituye en un proceso constitucional, de carácter autónomo e independiente con
partes procesales diferentes a las del proceso ordinario o por lo menos con una postura
procesal distinta, con un objeto específico y diferente, cual es la protección y
restitución de derechos fundamentales con una causa distinta a la proveniente del
proceso ordinario, esto es, la vulneración concreta o inminente de derechos
fundamentales a raíz de actos y omisiones ilegales o indebidos con un régimen jurídico
procesal propio'”.
III.2. La motivación insuficiente de las resoluciones se constituye en expresiones
de arbitrariedad de las autoridades judiciales
La SCP 2233/2012 de 8 de noviembre, que refiere a su vez a la
SCP
2221/2012 de 8 de noviembre, indicó que : “sobre el contenido esencial del derecho a
una resolución motivada, que el mismo está dado por sus finalidades, éstas son: 1) El
sometimiento de la resolución a la Constitución; 2) Lograr el convencimiento de las
partes que la resolución en cuestión no es arbitraria; 3) Garantizar la posibilidad de
control de la resolución en cuestión por los tribunales superiores que conozcan los
correspondientes recursos o medios de impugnación; y, 4) Permitir el control de la
actividad jurisdiccional o la actividad decisoria garantizando la publicidad de las
resoluciones.
En cuanto a la segunda finalidad de este derecho la referida SCP 2221/2012, señaló:
Entonces, cuando todo órgano o persona, sea de carácter público o privado que tenga
a su cargo el decidir, pretende hacer uso de facultades discrecionales o arbitrarias
alejadas de la razonabilidad (principio de razonabilidad), éste se convierte en una
directriz valiosa estrechamente relacionada a la justicia (valor justicia), porque se
manifiesta como un mecanismo de control y barra de contención de la arbitrariedad
(principio de interdicción de la arbitrariedad), cuya comprensión es multidimensional:
a) Por una parte, la arbitrariedad, es contraria al Estado de derecho (Estado
Constitucional de Derecho) y a la justicia (valor justicia art. 8.II de la CPE). En efecto,
en el Estado de Derecho, o 'Estado bajo el régimen de derecho' con el contenido
asumido por la Constitución bajo la configuración de 'Estado Constitucional de
Derecho', cuya base ideológica es 'un gobierno de leyes y no de hombres', existe
expresa proscripción que las facultades que ejercite todo órgano o persona, sea de
carácter público o privado que tenga a su cargo el decidir sean arbitrarias y, por el
contrario, existe plena afirmación de que el ejercicio de esas facultades deben estar en
total sumisión a la Constitución y a la ley visualizando, con ello, claramente el reverso
del ya sepultado 'Estado bajo el régimen de la fuerza'.
En ese sentido, Pedro Talavera señala: '...la justificación de las decisiones judiciales
constituye uno de los pilares del Estado de Derecho frente a las arbitrariedades del
Antiguo Régimen'. Del mismo modo, Horacio Andaluz Vegacenteno, sostiene: 'La
justificación de las decisiones judiciales es una exigencia del Estado de Derecho, no un
elemento lógico del sistema jurídico. Sólo en el Estado de Derecho se considera que
una decisión no está suficientemente justificada por el solo hecho de haber sido dictada
por una autoridad competente'.
b) En correspondencia con lo anterior, la arbitrariedad puede estar expresada en:
b.1) Una 'decisión sin motivación', o extiendo esta es b.2) Una 'motivación
arbitraria'; o en su caso, b.3) Una 'motivación insuficiente'.
b.1) Por ejemplo, cuando una resolución en sentido general (judicial, administrativa,
etc.), no da razones (justificaciones) que sustenten su decisión, traducido en las
razones de hecho y de derecho, estamos ante la verificación de una 'decisión sin
motivación', debido a que 'decidir no es motivar'. La 'justificación conlleva formular
juicios evaluativos (formales o materiales) sobre el derecho y los hechos sub iudice
[asunto pendiente de decisión]'.
b.2) Del mismo modo, verbigracia, cuando una resolución en sentido general (judicial,
administrativa, etc.) sustenta su decisión con fundamentos y consideraciones
meramente retóricas, basadas en conjeturas que carecen de todo sustento probatorio o
jurídico alguno, y alejadas de la sumisión a la Constitución y la ley, se está ante una
'motivación arbitraria'. Al respecto el art. 30.11 de la Ley del Órgano Judicial -Ley
025- 'Obliga a las autoridades a fundamentar sus resoluciones con la prueba relativa
sólo a los hechos y circunstancias, tal como ocurrieron, es escrito cumplimiento de las
garantías procesales'.
En efecto, un supuesto de 'motivación arbitraria' es cuando una decisión coincide o
deviene de la valoración arbitraria, irrazonable de la prueba o, en su caso, de la
omisión en la valoración de la prueba aportada en el proceso (SC 0965/2006-R de 2 de
octubre), que influye, en ambos casos, en la confiabilidad de las hipótesis fácticas
(hechos probados) capaces de incidir en el sentido, en los fundamentos de la decisión.
Es decir, existe dependencia en cómo cada elemento probatorio fue valorado o no fue
valorado, para que se fortalezca o debilite las distintas hipótesis (premisas) sobre los
hechos y, por ende, la fundamentación jurídica que sostenga la decisión.
En este sentido, la SC 0802/2007-R de 2 de octubre, dentro de un proceso
administrativo sancionador señaló: 'Consiguientemente, aplicando los principios
informadores del derecho sancionador, las resoluciones pronunciadas por el
sumariante y demás autoridades competentes deberán estar fundamentadas en debida
forma, expresando lo motivos de hecho y de derecho en que basan sus decisiones y el
valor otorgado a los medios de prueba. Fundamentación que no podrá ser reemplazada
por la simple relación de los documentos y presentación de pruebas o los criterios
expuestos por las partes, y en los casos en los que existan co procesados, resulta
primordial la individualización de los hechos, las pruebas, la calificación legal de la
conducta y la sanción correspondiente a cada uno de ellos en concordancia con su
grado de participación o actuación en el hecho acusado'.
b.3)De otro lado, cuando una resolución no justifica las razones por las cuales omite
o se abstiene de pronunciar sobre ciertos temas o problemas jurídicos planteados por
las partes, se está ante una “motivación insuficiente'” (las negrillas nos corresponden).
III.3. De la congruencia de las resoluciones judiciales
La SCP 2080/2012 de 8 de noviembre, refiriéndose a este esencial elemento de
una resolución señaló que:”Toda resolución que sea emitida en una demanda judicial,
necesariamente deben contener una adecuada motivación y fundamentación respecto a
los hechos en los que se base, a las pruebas que se aportaron y a las disposiciones
legales en las que se sustente su decisión, puesto que el relacionamiento de estas con
los hechos que le dieron origen, constituye la fundamentación y motivación a la que el
debido proceso se refiere.
En sentido, la jurisprudencia constitucional señaló: '…las resoluciones que emiten las
autoridades judiciales, deben exponer los hechos, realizar la fundamentación legal y
citar las normas que sustentan la parte dispositiva de esas resoluciones, exigencia que
se torna aún más relevante cuando el Juez o Tribunal debe resolver en apelación o
casación la impugnación de las resoluciones pronunciadas por las autoridades
inferiores. Este deber de fundamentación de las resoluciones judiciales, se vincula tanto
con la garantía del debido proceso como con el derecho a la seguridad jurídica (SC
0248/2007-R de 10 de abril). Así la SC 0752/2002-R de 25 de junio, recogiendo el
entendimiento contenido en la SC 1369/2001-R, de 19 de diciembre, señaló que toda
resolución «(…) debe imprescindiblemente exponer los hechos, realizar la
fundamentación legal y citar las normas que sustenta la parte dispositiva de la misma.
(...) Que, consecuentemente cuando un Juez omite la motivación de una Resolución, no
sólo suprime una parte estructural de la misma, sino también en los hechos toma una
decisión de hecho no de derecho que vulnera de manera flagrante el citado derecho
[debido proceso] que permite a las partes conocer cuáles son las razones para que se
declare en tal o cual sentido; o lo que es lo mismo cuál es la ratio decidendi que llevó
al Juez a tomar la decisión»' (SC 0618/2007-R de 17 de julio, citado a su vez por la
SCP 0270/2012 de 4 de junio).
La congruencia por su parte, responde a la estructura misma de una resolución, por
cuanto expuestas las pretensiones de las partes traducidas en los puntos en los que
centra una acción o recurso, la autoridad competente para resolver el mismo está
obligada de contestar y absolver cada una de las alegaciones presentadas y además de
ello, debe existir una armonía lógico-jurídica entre la fundamentación y valoración
efectuadas por el juzgador y la decisión que asume.
En ese contexto la jurisprudencia constitucional señaló: '…la congruencia abarca dos
ámbitos, el primero referido a la unidad del proceso; es decir, la coherencia y vínculo
que debe existir entre una resolución y otra dentro de un mismo proceso, y el segundo
en cuanto a la consideración y resolución de todos los puntos puestos a consideración
del juzgador, lo que significa que también debe existir coherencia y unidad de criterio
dentro de una misma resolución, dado que la misma debe guardar correspondencia
con todo lo expuesto a lo largo de su contenido, caso contrario carecería de
consecuencia, siendo inviable que luego de analizar determinados hechos se llegue a
resultados distintos, vulnerando la construcción jurídica que toda resolución debe
tener en aplicación y resguardo del debido proceso' (SSCC 1009/2003-R y 0639/2011R, citado a su vez por la SCP 0099/2012 de 23 de abril)” (las negrillas nos
corresponden).
III.4. Análisis del caso concreto
La representante de la entidad bancaria accionante refiere que dentro del proceso
ordinario seguido por Teresa Issa Cheade de Manzur, en contra de la institución
bancaria a la que representa, en ejecución de sentencia los Vocales de la Sala Civil
Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental de
Justicia- de Cochabamba, a través del Auto de Vista
REG/S.CII/RR/AINT.220/02.10.10, revocó los Autos de 18 de septiembre de 2008, de
13, 30 de mayo de 2009, proveído de 15 de junio y Auto de 27 de julio de 2009, pese a
ello, dispuso que el Banco Unión S.A., pague por honorario profesional Bs1000.- más
$us5000.-, además de Bs15 000.-, más $us61 369,83.-, en el plazo de diez días,
confirmando con ello el Auto de 24 de abril de 2009, todo esto de forma incongruente y
sin considerar que el Auto Supremo 410 de 4 de octubre de 2007, mantuvo incólume la
sentencia de primera instancia, por lo que no correspondía se aplique el porcentaje del
19% de una demanda de entrega de mutuo declarada a través de este Auto improbada.
De obrados se tiene que Teresa Issa Cheade de Manzur, demandó, por la vía
ordinaria, la extinción de la fianza prestada a favor de su hermano ante el Banco Unión
S.A., indicando en el mismo memorial de demanda, que por cuerda separada,
demandaba en la vía de la acción oblicua, que se le haga entrega del importe convenio
en un contrato de mutuo que no se habría cumplido, más intereses bancarios y penales.
Por otro lado demandó el pago de daños y perjuicios, daños morales, civiles y
comerciales, como consecuencia de habérsela mantenido registrada en la central de
riesgos de la Superintendencia de Bancos así como un indebido gravamen de sus bienes,
por lo que en virtud a ello solicitó se calcule estos daños y perjuicios conforme a los
intereses que debió haber devengado el contrato de mutuo, mismo que según dicho
contrato sería al 19%, como se estipulaba en el Testimonio 1376/96, del mutuo antes
referido, más intereses penales, demanda que mereció la sentencia de 2 de agosto de
2001, que declaró probada en parte la misma, respecto de la novación del contrato de
escritura pública 1376/96, más no referencia a la acción oblicua, por la que se pretendía
la entrega del importe del mutuo no desembolsado, más los intereses pactados en ésta,
tampoco con relación al pago de daños y perjuicios morales, civiles y comerciales, en
razón a que estos no estarían acreditados, como se señala en la Conclusión II.2 de la
presente Sentencia Constitucional Plurinacional.
Posteriormente esa sentencia fue confirmada por el Auto de Vista de 3 de febrero
de 2005 (Conclusión II.3), siendo casada después por el Auto Supremo 410 de 4 de
octubre de 2007, este último que declaró probada en parte la demanda, disponiendo el
pago de daños y perjuicios a favor de la actora, manteniendo incólume en lo demás la
sentencia de primer grado, así se tiene expresado en la Conclusión II.4 de la presente
Sentencia Constitucional Plurinacional.
Asimismo, consta en la Conclusión II.5, que el Juez Cuarto de Partido en lo Civil
y Comercial, mediante Auto de 18 de septiembre de 2008, reguló el honorario del
abogado en la suma de $us11 400.-, Auto que fue apelado por el Banco ahora
accionante.
Por otro lado de antecedentes se tiene que mediante Auto de 24 de abril de 2009,
librado por el Juez Cuarto de Partido en lo Civil y Comercial, se declaró probada en
parte la demanda de pago de daños y perjuicios y se dispuso que el Banco Unión S.A.,
pague a favor de Teresa Issa Cheade de Manzur, las sumas de Bs15 000.- y $us62
537,16.-, en el plazo de diez días, así señala en la Conclusión II.6 del presente fallo.
Auto que también fue apelado por la entidad bancaria, mediante memorial de 14 de
mayo de 2009, así se tiene en la Conclusión II.7.
Antes de resolverse la última apelación mencionada, el Juez de la causa,
mediante Auto de 30 de mayo de 2009, ordenó por una parte al Banco demandado, que
pague $us11 400.- por concepto de honorarios profesionales y por otra mediante Auto
de 27 de junio de 2009, dispuso “no ha lugar” a la solicitud de ofrecimiento de resultas
solicitada por el Banco demandado, Auto que motivó que este último interponga
recursos de apelación, mediante memoriales de 12 de junio y 30 de julio de 2009,
respectivamente (Conclusiones II.8 y II.9).
Todos estos recursos fueron diferidos en su resolución, siendo resueltos a través
del Auto de Vista REG/S.CII/RR/AINT.220/02.10.10 de 2 de octubre de 2010, que
resolvió revocando los Autos de 18 de septiembre de 2008, de 13, 30 de mayo de 2009,
proveído de 15 de junio de 2009 y Auto de 27 de julio de 2009, como refiere la
Conclusión II.10 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional; empero de
manera contradictoria dispuso que el Banco Unión S.A., pague por honorario
profesional la suma de Bs1000.- más $us5000.-, a tercero día de su legal notificación
bajo conminatoria de ley y confirmó el Auto de 24 de abril de 2009, con la modificación
de que el cómputo para la calificación de daños y perjuicios corre a partir del 1 de
septiembre de 1997, hasta diciembre de 2001, totalizando cincuenta y un meses de
perjuicio, traduciéndose en la suma de $us61 369,83.-, que dispuso pague el Banco
demandado en el plazo de diez días, previa fianza de resultas.
Ahora bien, conforme a lo manifestado por el accionante en su memorial de
demanda, se pudo establecer que las autoridades demandas al emitir Auto de Vista
REG/S.CII/RR/AINT.220/02.10.10 de 2 de octubre de 2010, ingresó en falta de
consideraciones e incongruencias, toda vez que por una parte los demandados, al
momento de confirmar el Auto de 24 de abril de 2009, fundamentaron su decisión en
que:
“Analizados los datos procesales, se tiene que el juez a-quo a momento de
pronunciar la resolución de 24 de abril de 2009 ha valorado adecuadamente las pruebas
aportadas al proceso así como los informes periciales correspondiente;
consecuentemente corresponde aplicar lo dispuesto por el art. 237.I.1 del Código de
Procedimiento Civil, con la única modificación de que se debe computar la calificación
de daños y perjuicios a partir del 01 de septiembre de 2007, conforme a la confesión
espontánea efectuada por la propia actora en el punto 4.3. de la demanda” (sic).
Conforme a ello se pudo establecer que esta decisión carece de fundamentación y
motivación, limitándose a mencionar que las pruebas aportadas fueron debidamente
valoradas por el juez a quo, sin hacer una disquisición de las pruebas presentadas por las
partes, si estas fueron debidamente tasadas o si se aplicó a ellas el prudente arbitrio y
sana crítica del juzgador, incurriendo con ello en conculcación al derecho del debido
proceso, como denuncia la entidad bancaria accionante en su acción tutelar. Tampoco se
fundamentó ni consideró el agravio señalado por el Banco ahora accionante, respecto a
que en el monto de dinero que se tendría que pagar por daños y perjuicios se estaría
considerando el 19% del contrato de mútuo o préstamo, cuando a decir del Banco no
correspondía, como lo habría dispuesto el Auto Supremo 410, -de donde devenía esta
demanda-. Más al contrario, señala que la suma total a pagar sería de $us61 369,83.correspondiendo ésta a los meses de perjuicio que habría sufrido la demandante
principal, entendiéndose que aplica los criterios del juez a quo, en cuanto al porcentaje
observado a través del recurso de apelación interpuesto por el Banco accionante.
Por otro lado el Auto de Vista objeto de la presente acción tutelar, evidentemente
y como señaló la entidad accionante se tornó en incongruente, ya que si bien por una
parte revocó los Autos de 18 de septiembre de 2008 y de 30 de mayo de 2009, que
regulaban y disponían el pago del honorario del abogado, entendiéndose con esta
revocatoria que este pago quedaba suspendido; empero de igual manera el Auto de
Vista antes referido, dispuso su pago de acuerdo a las consideraciones contenidas en el
Arancel Mínimo de Honorarios Profesionales, regulando el mismo en la suma de
Bs1000.- más $us5000.-, pese a que dicho pago por efecto de la revocatoria se
encontraba suspendido, actitud incongruente que vulnera efectivamente el derecho al
debido proceso de la entidad accionante.
En función a los supuestos disgregados precedentemente así como de la
jurisprudencia glosada en los Fundamentos Jurídicos III.2 y III.3 de la presente
Sentencia Constitucional Plurinacional, se evidencia que las autoridades demandas
evidentemente vulneraron el derecho al debido proceso del Banco Unión S.A., ahora
accionante en su elemento de congruencia y fundamentación; situación ésta que
determina en el caso concreto que se deba otorgar la tutela solicitada.
En consecuencia, la situación planteada se encuentra dentro de las previsiones del art.
128 de la CPE, por lo que el Tribunal de garantías, al conceder la tutela en el presente
caso, efectuó una adecuada compulsa de los antecedentes procesales y dio correcta
aplicación al citado precepto constitucional.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Liquidadora Transitoria, en virtud
de lo previsto en el art. 20.II de la Ley 212 de 23 de diciembre de 2011; en revisión,
resuelve: CONFIRMAR la Resolución de 28 de octubre de 2011, cursante de fs. 235 a
238, pronunciada por la Sala Penal Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial ahora Tribunal Departamental de Justicia- de Cochabamba; y, en consecuencia,
CONCEDER la tutela solicitada y disponer que las autoridades demandadas emitan
nueva resolución debidamente fundamentada, motivada y de forma congruente.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.
Fdo. Dra. Blanca Isabel Alarcón Yampasi
MAGISTRADA
Fdo. Dr. Macario Lahor Cortez Chávez
MAGISTRADO
Fdo. Dra. Carmen Silvana Sandoval Landivar
MAGISTRADA
Fdo. Dra. Edith Vilma Oroz Carrasco
MAGISTRADA
Fdo. Dr. Zenón Hugo Bacarreza Morales
MAGISTRADO
<otro contrato de novacion
SENTENCIA CONSTITUCIONAL 0220/2010-R
Sucre, 31 de mayo de 2010
Expediente:
2006-14790-30-RAC
Distrito:
Chuquisaca
Magistrada Relatora:
Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
En revisión la Resolución 469/2006 de 18 de octubre, cursante a fs. 482 a 483 vta.,
pronunciada por la Sala Social y Administrativa de la Corte Superior del Distrito
Judicial de Chuquisaca, dentro del recurso de amparo constitucional, ahora acción
de amparo constitucional, interpuesto por Julio Peñaranda Calvimontes y William
Herrera Añez en representación de Industrias La Bélgica S.A. contra Emilse Ardaya
Gutiérrez, Julio Ortiz Linares, Ministros de la Sala Civil Primera; Juan José
González Osio, Ministro de la Sala Social y Administrativa, todos de la Corte
Suprema de Justicia; Adolfo Gandarilla Suárez, Hernán Cortés Castillo y Juana
Molina Paz de Paz, Vocales de la Sala Civil Primera de la Corte Superior del
Distrito Judicial de Santa Cruz, alegando la vulneración de la garantía al debido
proceso, la obligación de fundamentación e inaplicabilidad de normas derogadas,
citando al efecto los arts. 16.IV, 33 y 81 de la Constitución Política del Estado abrogada
(CPEabrg).
I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA
I.1. Contenido del recurso
I.1.1. Hechos que motivan el recurso
Por memorial presentado el 5 de octubre de 2006, cursante de fs. 404 a 410, los
recurrentes, representados por Julio Peñaranda Calvimontes y William Herrera Añez,
aseveran que el 14 de mayo de 2004, Industrias La Bélgica S.A. representada por Mary
Demetry Barrios en vía ordinaria demanda la nulidad de un contrato de novación
contra el Banco de Cochabamba en liquidación, admitida la demanda, el 2 de junio de
ese año, el Intendente Especial del Banco de Cochabamba en liquidación opone
excepciones previas de incompetencia, oscuridad e imprecisión en la demanda así como
la prescripción; a su vez, el 6 de julio de 2004 interpone excepción de falta de acción y
derecho, contesta y reconviene a la demanda; el 6 del mismo mes y año, Industrias La
Bélgica S.A. absuelve al traslado corrido y solicita se declare improbada la excepción
de incompetencia formulada por el demandado.
Mediante Auto de 10 de julio de 2004, el Juez Quinto de Partido en lo Civil y
Comercial, declara improbada la excepción de prescripción planteada por Fabian
Henrry Mendieta Alanis, en su condición de Intendente Especial del Banco de
Cochabamba en liquidación, complementada por Auto 736/2004 de 12 julio, declarando
improbada la excepción de incompetencia o declinatoria de competencia y oscuridad e
imprecisión en la demanda por lo que el Intendente Especial del referido Banco formula
recurso ordinario de apelación contra los Autos dictados el 10 y 12 de julio de 2004, a
lo que la Sala Civil Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial de Santa Cruz,
mediante Auto de Vista 173 de 11 de abril de 2005, revoca en parte las resoluciones
apeladas, declara probada la excepción de incompetencia del Juez y confirma la
declaratoria de improbadas las excepciones de oscuridad e imprecisión en la demanda y
la prescripción, haciendo notar los recurrentes, que los Vocales de la Sala Civil Primera,
declaran probada la excepción de incompetencia, basándose en una norma derogada;
refiriéndose al art. 126 de la Ley de Bancos y Entidades Financieras (LBEF),
solicitando complementación y enmienda del Auto dictado, por lo que la Sala Civil
Primera declara no ha lugar a la misma. Consecuentemente, interponen recurso de
casación en el fondo contra el Auto de Vista de 11 de abril de 2005, haciendo notar la
errónea aplicación de normas derogadas en la fundamentación como el artículo citado
de la ya mencionada ley. La Sala Civil Primera de la Corte Suprema de Justicia, por
Auto Supremo 158 de 19 de agosto de 2006, declaró infundado el recurso de casación
interpuesto por Industrias La Bélgica S.A. cometiendo la misma arbitrariedad e
ilegalidad que la Sala Civil Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial de Santa
Cruz, refiriendo además que el art. 126 de la LBEF, fue dejado sin efecto por
disposición del art. 13 de la Ley de Fortalecimiento de la Normativa y Supervisión
Financiera.
Los recurrentes, fundamentan su solicitud señalando que, su demanda de nulidad de
contrato de novación ingresó el 14 de mayo de 2004, tres años después de que se
habría publicado y entrado en vigencia la Ley de Fortalecimiento de la Normativa y
Supervisión Financiera; que, sin embargo, el Auto Supremo 158, no realiza ninguna
consideración sobre la exposición y fundamentación a lo expuesto por Industrias La
Bélgica S.A., señalando que no pueden alegar desconocimiento sobre la existencia de
dicha Ley y aplicar el derogado art. 126 de la LBEF.
I.1.2. Garantía supuestamente vulnerada
Los recurrentes, en representación de Industrias La Bélgica S.A., alegan la vulneración
de la garantía al debido proceso, obligación de fundamentación e inaplicabilidad de
normas derogadas, citando al efecto los arts. 16.IV, 33 y 81 de la CPEabrg.
I.1.3. Autoridades recurridas y petitorio
De acuerdo a lo expuesto, interponen recurso de amparo constitucional contra
Emilse Ardaya Gutiérrez, Julio Ortiz Linares, ambos Ministros de la Sala Civil Primera;
Juan José González Osio, Ministro de la Sala Social y Administrativa, todos de la Corte
Suprema de Justicia; Adolfo Gandarilla Suárez, Hernán Cortés Castillo y Juana Molina
Paz de Paz, Vocales de la Sala Civil Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial
de Santa Cruz; solicitando se conceda la tutela y se deje sin efecto el Auto Supremo 158
de 19 de agosto de 2006 y Auto de Vista 173 de 11 de abril de 2005.
I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías
Efectuada la audiencia pública el 18 de octubre de 2006, con la presencia de los
abogados y apoderados de la parte recurrente; presente el abogado y apoderado de los
terceros interesados, ausentes las autoridades recurridas y el representante del
Ministerio Público, conforme consta en el acta cursante de fs. 479 y 481 vta., se
produjeron los siguientes actuados:
I.2.1. Ratificación y ampliación del recurso
Los recurrentes, a su turno, ratificaron los términos de la demanda y añadiendo
señalaron: a) El informe de las autoridades recurridas confirma los puntos demandados;
primero, que la Sala Civil Primera de la Corte Suprema de Justicia ha aplicado una
norma derogada, señalando que la nueva norma les estaría reconociendo una vigencia
en el tiempo y la Ley de Fortalecimiento de la Normativa y Supervisión Financiera, en
ningún momento prorroga la vigencia de la norma derogada, aplicando una ley
inexistente en el ámbito jurídico para el momento en que fue planteada la demanda
ordinaria, pese a la presentación del memorial de apersonamiento y que al no
pronunciarse al respecto, ha violado la garantía del debido proceso y "seguridad
jurídica"; y, b) Los arts. 6 y 13 y las disposiciones transitorias en su art. 29 de la
LFNSF, modifica la Ley de Bancos y Entidades Financieras, los arts. 2, 3 y 6 sustituyen
los artículos contenidos en el Capítulo III de dicha Ley, modifica sus sistemas de
aplicación y determina su aplicación preferente.
I.2.2. Informe de las autoridades recurridas
Emilse Ardaya Gutiérrez, Julio Ortiz Linares y Juan José González Osio, Ministros de
la Sala Civil Primera y Sala Social y Administrativa, respectivamente de la Corte
Suprema de Justicia, presentaron informe escrito que cursa de fs. 438 a 439 vta.,
señalando lo siguiente: 1) Se acusa a la Sala Civil Primera de la Corte Suprema de
Justicia, al haber pronunciado el Auto Supremo 158 de 19 de agosto de 2006, de haber
violado los arts. 33 y 81 de la CPEabrg, al desconocer la existencia de la Ley 2297 de
20 de diciembre de 2001, y aplicar el derogado art. 126 de la LBEF, violentando de esta
manera el debido proceso; 2) Se acusa la falta de consideración de los fundamentos
alegados por la parte recurrente, Industrias La Bélgica en sentido de que el citado art.
126 de la LBEF, no se encuentra en vigencia, violentando el derecho a la
fundamentación; 3) En el proceso ordinario de nulidad, surge un conflicto del
presupuesto o elemento competencia existiendo dos tribunales, uno ordinario o común
frente a la disposición del art. 126, tercer acápite de la referida Ley, de corte especial y
aplicación preferente, cuestión que deberá resolverse conforme los arts. 228 de la
CPEabrg y 5 de la Ley de Organización Judicial (LOJ), asimismo refieren que, el
precepto legal de aplicación preferente, art. 126 de la LBEF, como se tiene explicado en
el Auto Supremo, establece que cuando una entidad financiera se encuentra en
liquidación, desde el momento de esa declaratoria, ningún juez o tribunal ordinario
podrá abocar el conocimiento de causa alguna contra la entidad en quiebra, debiendo ser
enviado al juez que conozca la liquidación, primero por la fecha de suscripción del
contrato y segundo por cuanto la entidad ya se encontraba en proceso de liquidación. En
el referido Auto Supremo 158, se ha fundamentado que el art. 1631 del Código de
Comercio (Ccom), norma legal que obliga presentar en el proceso, las acciones que se
interpongan, ello por la universalidad que le caracteriza y que exige a conocer todas las
acciones o pretensiones que puede afectar el patrimonio de la entidad en ejecución;
consiguientemente, habiendo resuelto el problema de competencia para conocer la
demanda ordinaria de nulidad de contrato de novación por el juez llamado por ley,
concluyendo que debido al ordenamiento legal imperativo que se expuso, no se vulnero
ningún derecho de la empresa representada por los recurrentes, menos atentado contra el
debido proceso, determinando únicamente enviar la causa al juez universal, cuya
aplicación es imperativa por mandato del art. 228 de la CPEabrg y 5 de la LOJ. 4)
Señalan además, en cuanto a la supuesta falta de fundamentación y motivación del Auto
Supremo, que de la lectura del mismo, se evidencia que responde a los principios que
debe contener todo fallo, las razones fundamentadas y motivadas de la decisión, las que
se encuentran respaldada por las normas jurídicas acusadas de infringidas y que si bien,
en el Auto Supremo no se fundamentó lo alegado en cuanto a la vigencia del art. 126 de
la LBEF, en relación a la Ley de Fortalecimiento de la Normativa y Supervisión
Financiera, es porque en ninguna parte del recurso la acusaron como infringida.
No consta en antecedentes informe alguno de las demás autoridades correcurridas, pese
a su legal notificación.
I.2.3. Intervención del tercero interesado
El abogado y apoderado de los terceros interesados, Superintendencia de Bancos y
Banco de Cochabamba en liquidación refiere que: i) La parte recurrente consintió en el
Auto de Vista la aplicación de la norma que se dice estaba derogada, en vista de que en
el recurso de casación, dejó que se aplique el art. 126 de la LBEF y que el fallo del
recurso debe circunscribirse a los puntos recurridos; ii) Notificado con el Auto
Supremo, no solicitó la explicación, enmienda y complementación prevista en el
ordenamiento jurídico; y, iii) El Auto Supremo solo dispone la acumulación del proceso
a la causa principal de liquidación, que no se está terminando con la demanda, ni
impidiendo que se tramite ese proceso.
I.2.4. Resolución
Por Resolución 469/2006 de 18 de octubre, cursante de fs. 482 a 483 vta., pronunciada
por la Sala Social y Administrativa de la Corte Superior del Distrito Judicial de
Chuquisaca, se deniega la tutela solicitada, con costas y multa a la parte recurrente que
se calificarán en ejecución de Sentencia, en base a los siguientes argumentos:
a) El contrato de novación, suscrito entre Industrias La Bélgica S.A. y el Banco de
Cochabamba en liquidación el 23 de noviembre de 1994, constituye una ley especial,
razón por la cual de conformidad al art. 1562 del Código Civil (CC), correspondía
aplicarla, aún después de haber sido derogado ese artículo por otra norma expresada en
el art. 13 de la Ley de Fortalecimiento de la Normativa y Supervisión Financiera,
rigiéndose dicha normativa por el principio de ultractividad de la ley.
b) En la formulación del recurso de casación, el art. 126 de la LBEF, no fue citado
expresamente como parte de las leyes acusadas de haber sido conculcadas y no fue
incluido en la expresión de agravios, consignando tan solo un memorial posterior de
apersonamiento ante el Tribunal de casación, sin observarse el requisito procedimental
previsto en el art. 258 inc. 2) del Código de Procedimiento Civil (CPC); concluyendo
que no se ha incurrido en ningún acto ilegal y menos se hubiese lesionado las garantías
constitucionales invocadas, toda vez que, no se ha revocado ninguna resolución con
calidad de cosa juzgada, pronunciada dentro de un debido proceso.
I.3. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional
En virtud a la renuncia de todos los Magistrados del Tribunal Constitucional, éste se
quedó sin quórum que le permita la normal resolución de causas, que conforme a lo
dispuesto por la Ley 003 de 13 de febrero de 2010, denominada Ley de Necesidad de
Transición a los Nuevos Entes del Órgano Judicial y Ministerio Público, se designa a
nuevos Magistrados, disponiéndose la reanudación de labores jurisdiccionales, mediante
Acuerdo Jurisdiccional 001/2010 de 8 de marzo; en el caso presente, el sorteo se efectuó
el 5 de abril de 2010, por lo que la presente Resolución es pronunciada dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
De lo expuesto en el memorial del recurso y de la Resolución que se revisa, se
establecen las conclusiones siguientes:
II.1. Mediante memorial presentado el 14 de mayo de 2004, la empresa industrial La
Bélgica S.A., representada legalmente por Mary Demetry Barrios, en la vía ordinaria
demanda la nulidad del contrato de novación, contra el Banco de Cochabamba en
liquidación. (fs. 91 a 96)
II.2. Fabian Henrry Mendieta Alanis, Intendente Especial del Banco de Cochabamba
S.A. en liquidación, el 2 de junio de 2004, opone excepciones previas de incompetencia,
oscuridad e imprecisión en la demanda y prescripción, solicitando se pronuncie sobre
las excepciones formuladas y en
primer término se pronuncie sobre la declinatoria
de competencia (fs. 109 a 113 vta.)
II.3. El 26 de julio de 2004, Fabian Henrry Mendieta Alanis, interpone excepción de
falta de acción y derecho, contestando y reconviniendo a la demanda (fs. 226 a 229
vta.).
II.4. Mediante Auto de 10 de julio de 2004, el Juez de Partido en lo Civil y Comercial
del Distrito Judicial de Santa Cruz, declara improbada la excepción de prescripción
planteada por Fabián Henrry Mendieta Alanis, fundamentando su Resolución en los
términos siguientes: 1) Que el suscrito Juez es competente para la tramitación de la
causa, 2) El art. 126 de la LBEF, señala que no se dará curso a acciones judiciales o
administrativas que se entablen con posterioridad, no decretaran embargos o medidas
precautorias por obligaciones contraídas con anterioridad a la resolución de liquidación
y mientras tal situación se mantenga en vigor; que no fue probada la excepción de
oscuridad e imprecisión; que, el art. 552 del CCl, nos enseña que "La acción de nulidad
es imprescriptible" (fs. 191 y vta.).
II.5. El 12 de julio de 2004, por Auto 736/2004, el Juez de Partido en lo Civil y
Comercial del Distrito Judicial de Santa Cruz, complementa el Auto de 10 de julio del
mismo año, declarando improbada la excepción de prescripción planteada, siendo que
también no fueron probadas por parte del excepcionista la declinatoria de competencia o
excepción de incompetencia y la de oscuridad e imprecisión de la demanda (fs. 192).
II.6. Fabian Henrry Mendieta Alanis, el 26 de julio de 2004, formula recurso de
apelación contra los Autos de 10 y 12 de julio de 2004, dictados por el Juez de Partido
en lo Civil y Comercial del Distritito Judicial de Santa Cruz (fs. 196 a 201).
II.7. Mediante Auto de Vista 173 de 11 de abril de 2005, la Sala Civil Primera de la
Corte Superior del Distrito Judicial de Santa Cruz, revoca en parte las Resoluciones
apeladas, declara probada la excepción de incompetencia del Juez y confirma la
declaratoria de improbadas las excepciones de oscuridad e imprecisión en la demanda y
la prescripción (fs. 270 a 272 vta.).
II.8. El 23 de abril de 2005, Mary Demetry Barrios, por Industrias La Bélgica S.A., por
memorial cursante a fs. 275, solicita la explicación y complementación al Auto de 11 de
abril de 2005; declarando el Tribunal de apelación, mediante Auto de 23 del mismo mes
y año, sin lugar a lo solicitado (fs. 276 y vta).
II.9. Por memorial presentado de 29 de abril de 2005, Mary Demetry Barrios por
Industrias La Bélgica S.A., recurre de casación en el fondo contra el Auto de Vista de
11 de abril de 2005, por haber apreciado las pruebas incurriendo en error de derecho y
hecho.(292 a 294 vta.).
II.10. El 24 de mayo de 2005, Fabian Henrry Mendieta Alanis, Intendente Especial del
Banco de Cochabamba en liquidación, recurre de casación en la forma.(fs. 302 a 308
vta.).
II.11. Por memorial presentado el 20 de septiembre de 2005, Mary Demetry
Barrios por Industrias La Bélgica S.A., se apersona y solicita se considere la
errónea
aplicación de normas derogadas, la interpretación y aplicación
indebida con
respecto al art. 126 de la LBEF (fs. 312 a 314).
II.12. El Auto Supremo 158 de 19 de agosto de 2006, pronunciado por la Sala Civil
Primera de la Corte Suprema de Justicia, declaro infundado el recurso
de casación
interpuesto por Industrias La Bélgica S.A. y casa parcialmente
el Auto de Vista de
11 de abril de 2005, únicamente en cuanto a la parte que confirma las excepciones de
oscuridad y prescripción. (fs. 318 a 319
vta.).
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
Los recurrentes, ahora accionantes, manifiestan que las autoridades recurridas hoy
demandadas, vulneraron la garantía al debido proceso, de fundamentación e
inaplicabilidad de normas derogadas, de la Empresa a la que representan, toda vez que,
dentro del proceso ordinario de nulidad de contrato de novación seguida a instancia de
los accionantes contra el Banco de Cochabamba en liquidación, opuesta que fuere la
excepción de incompetencia por la parte demandada, ésta fue declarada improbada por
el Juez a quo, que en apelación ante el superior en grado, quien mediante Auto de Vista
173 de 11 de abril de 2005, revocó la Resolución apelada; en consecuencia, probada la
excepción de incompetencia formulada, citando el art. 126 de la LBEF, que a decir de la
parte accionante dicho artículo se encontraba derogado por el art. 13 de la Ley de
Fortalecimiento de la Normativa y Supervisión Financiera, Resolución que elevada en
casación fue declara infundada por la Corte Suprema de Justicia, por lo que las
autoridades demandadas habrían incurrido en la misma arbitrariedad e ilegalidad con
respecto a la aplicación del ya citado art. 126 de la LBEF abrogado. Corresponde
considerar, en revisión, si tales extremos son ciertos y si ameritan o no la protección que
brinda la presente acción tutelar.
III.1. Sujeción de la actuación del Tribunal Constitucional a la
Política del Estado vigente desde el 7 de febrero de 2009
Constitución
Cuando una Constitución es reformada o sustituida por una nueva, la
Constitución en sí, mantiene su naturaleza jurídica, toda vez que ontológicamente
sigue siendo la misma norma -fundamental y suprema dentro de un Estado- y,
precisamente por su especial y exclusiva naturaleza jurídica, su operatividad en el
tiempo no es igual que de las normas
ordinarias, de manera que la Constitución
Política del Estado y sus
disposiciones, a partir de su promulgación el 7 de febrero
de 2009, se
constituye en la Ley Fundamental y fundamentadora del ordenamiento
jurídico del nuevo Estado boliviano, acogiendo en su contexto valores y
principios propios de la realidad sobre la cual se cimienta la convivencia social en un
Estado Social y Democrático de Derecho, en consecuencia, todas las normas inferiores
deben adecuarse a lo prescrito por ella (art. 410.II de la Constitución Política del
Estado vigente [CPE]), pudiendo
inclusive, operar hacia el pasado, por cuanto su
ubicación en la cúspide del
ordenamiento jurídico implica que es éste el que tiene
que adecuarse a aquélla, pues sus preceptos deben ser aplicados en forma inmediata,
salvo
que la propia Constitución disponga otra cosa, en resguardo de una
aplicación ordenada y de los principios constitucionales.
En este sentido, el art. 410.II de la CPE, establece la supremacía de la
Constitución Política del Estado y el art. 6 de la Ley 003 de 13 de febrero
de 2010,
denominada Ley de Necesidad de Transición a los Nuevos Entes del Órgano Judicial
y Ministerio Público, (PRIMACÍA DE LA CONSTITUCIÓN Y VIGENCIA DE
LAS LEYES), determina: "Las competencias y funciones de
la Corte Suprema de
Justicia, del Tribunal Constitucional, del Consejo de la
Judicatura, del Tribunal
Agrario Nacional y del Ministerio Público se regirán
por la Constitución Política del
Estado y por las leyes respectivas…".
Por consiguiente, considerando que la nueva Constitución, ha abrogado la
Constitución Política del Estado de 1967 y sus reformas posteriores, y que
la
Disposición Final de la misma establece: "Esta Constitución aprobada en referéndum
por el pueblo boliviano entrará en vigencia el día de su
publicación en la Gaceta
Oficial", tomando en cuenta la primacía de la Constitución, la presente Sentencia,
pronunciada en vigencia de la nueva Ley Suprema, resuelve el caso concreto a la luz de
las normas constitucionales actuales, sin dejar de mencionar las invocadas por el
accionante al momento de plantear el recurso.
III.2. Términos en la presente acción tutelar
La Constitución Política del Estado vigente dentro de las acciones de
defensa
de derechos fundamentales, en el art. 128 prevé la acción de amparo constitucional,
en cuyo procedimiento en el art. 129.III establece que: "La autoridad o persona
demandada será citada en la forma
prevista para la Acción de Libertad….", luego en
el parágrafo IV añade que:
"La resolución final se pronunciará en audiencia pública
inmediatamente
recibida la información de la autoridad o persona demandada y, a
falta de
ésta, lo hará sobre la base de la prueba que ofrezca la persona accionante.
La autoridad judicial examinará la competencia de la servidora
pública o del
servidor público o de la persona demandada y, en caso de encontrar cierta y efectiva la
demanda, concederá el amparo solicitado…" (las negrillas y el subrayado son
nuestros).
Por su parte, la Ley del Tribunal Constitucional si bien en el art. 97.I y II
refiriéndose a la personería de quien interpone esta acción tutelar lo señala como
"recurrente", y contra quien se dirige lo denomina parte "recurrida"; empero, es
coincidente en lo referente a la forma de resolución, cuando en
el art. 102.I
establece que: "La resolución concederá o denegará el
amparo…" (las negrillas
y el subrayado nos pertenecen).
En consecuencia, la terminología a utilizarse para referirse a la persona que
interpone esta acción tutelar será "accionante" y con relación a la autoridad o
persona contra quien se dirige esta acción corresponderá el
término "demandado
(a)". Asimismo, en cuanto a la terminología con referencia la parte dispositiva, en
caso de otorgar la tutela se utilizará el
término "conceder" y en caso contrario
"denegar" la tutela.
En los casos en que no se ingresa al análisis de fondo, cabe señalar que si
bien de conformidad a lo establecido por la SC 0505/2005-R y AC 0107/2006-RCA,
la Comisión de Admisión revisa las acciones de amparo que hubiesen sido declaradas
"improcedentes" o "rechazadas" por los
tribunales de garantías, existen casos en
los que pese a ser admitida la
acción tutelar, haberse llevado a cabo la audiencia y
emitido resolución, una
vez elevada la causa, en revisión ante este Tribunal, en
forma posterior al
sorteo, el Pleno advierte que no es posible ingresar al análisis de
fondo, sea por una de las causales previstas por el art. 96 de la Ley del Tribunal
Constitucional (LTC), incumplimiento evidente al principio de subsidiariedad,
extemporaneidad de la acción, u otro motivo, como el incumplimiento de los requisitos
de admisión previstos por el art. 97 del mismo cuerpo legal. Al respecto, este Tribunal
en las SSCC 0494/2001-R y 0652/2004-R, entre
otras, hasta la SC 0820/2007-R
inclusive; indicó que en estos casos corresponde declarar "improcedente" el recurso.
No obstante, en resguardo de la previsión constitucional y a objeto de guardar
armonía y no generar confusión con el uso de la terminología propia de la fase de
admisión, corresponde en estos casos, "denegar" la
tutela solicitada con la
aclaración de que "no se ingresó al análisis de
fondo de la problemática
planteada", dado que el accionante puede
nuevamente interponer la acción
tutelar, siempre y cuando, cumpla con los
requisitos de admisibilidad.
A fin de unificar y armonizar criterios de orden procesal, se deja constancia,
que a partir de la SC 0096/2010-R de 4 de mayo, corresponde utilizar la
terminología precedentemente explicada, la cual será de carácter vinculante conforme
disponen los arts. 4 y 44.I de la LTC, para todas autoridades judiciales que actúen
como tribunal de garantías constitucionales, como para este Tribunal.
III.3. Análisis del caso
III.3.1. En cuanto al debido proceso
Cabe puntualizar con relación al debido proceso, consagrado como garantía
constitucional por el art. 16 de la CPEabrg, y como un derecho humano en
los arts.
8 del Pacto de San José de Costa Rica y 14 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos (PIDCP), este Tribunal ha entendido, en su
uniforme
jurisprudencia, como: "el derecho de toda persona a un proceso
justo y equitativo
en el que sus derechos se acomoden a lo establecido por disposiciones jurídicas
generales aplicables a todos aquellos que se hallen en una situación similar (…)
comprende el conjunto de requisitos que deben observarse en las instancias
procesales, a fin de que las personas puedan defenderse adecuadamente ante
cualquier tipo de de acto emanado del Estado que pueda afectar sus derechos"
(SSCC 0418/2000-R y 1276/2001-R). Asimismo, en la SC 0119/2003-R de 28 de
enero, ha señalado que: "se entiende que el derecho al debido proceso es de
aplicación inmediata, vinculada a todas las autoridades judiciales o
administrativas y constituye una garantía de legalidad procesal que ha
previsto
el Constituyente para proteger la libertad, la seguridad jurídica y la fundamentación y
motivación de las resoluciones judiciales…".
En el caso presente, del análisis de la problemática planteada, se concluye
que las autoridades demandadas obraron en estricta observancia a las normas
procesales que rigen la materia, tramitándose de ésta forma en
igualdad procesal,
pronunciada las Resoluciones respectivas de
conformidad a ley.
III.4. El principio de ultractividad con respecto a la inaplicabilidad de
normas derogadas
La orientación contenida en la "SC C- 763/2002 de 17 de septiembre de 2002"
(Corte Constitucional de Bogota-Colombia), determina que, la
ultractividad de la
ley es un problema de aplicación de ésta en el tiempo e
íntimamente ligada al
principio de que todo hecho, acto o negocio jurídico
se rige por la ley vigente al
momento de su ocurrencia, realización o
celebración. Dentro de la Teoría General
del Derecho, es clara la aplicación
del principio "Tempus regit actus", que se
traduce en que la norma vigente al momento de sucederse los hechos por ella
prevista, es la que se aplica a
esos hechos, aunque la norma haya sido derogada
después. Esto es lo que
explica la Teoría del Derecho, la denominada ultractividad
de las normas,
que son normas derogadas, que se siguen aplicando a los hechos
ocurridos
durante su vigencia. Este fenómeno se presenta en relación con todas
las normas jurídicas, cualquiera que sea su naturaleza: civil, comercial, penal,
etc.
El Legislador bien podrá ordenar también que ciertas disposiciones legales
formalmente derogadas, continúen produciendo efectos en torno a
determinada
hipótesis, dada la favorabilidad que ellas puedan reportar a sus destinatarios.
Poniéndose de relieve una coexistencia material de reglas
sobre un mismo punto, de
suerte que mientras la nueva ley se enerva bajo la figura de la inaplicación, por su
parte la antigua ley prolonga su
existencia al tenor de la ultractividad, que es, ni
más ni menos, que la
metaexistencia jurídica de una norma derogada, por expresa
voluntad del legislador, siempre y cuando lo haga en consonancia con los parámetros
constitucionales dentro de los cuales militan el debido proceso y el derecho
a la
igualdad.
Al respecto, los accionantes acusan además la obligación de fundamentación e
inaplicabilidad de normas procesales; dentro del
proceso ordinario de nulidad del
contrato de novación seguido por industrias La Bélgica S.A. en el caso en concreto, se
habría formulado la
excepción previa de incompetencia la que fue declarada
improbada por el Juez a quo, que fue resuelta en apelación por Auto de Vista 173 de 11
de
abril de 2005, declarando probada la misma con cita del art. 126 de la
LBEF, que elevado en recurso de casación, la Sala Civil Primera de la Corte
Suprema de Justicia, declara infundado el mismo. De antecedentes se
establece
que, cuando se realizó la suscripción del contrato de novación entre Industrias La
Bélgica S.A. con el Banco de Cochabamba, el 23 de noviembre de 1994, se
encontraba plenamente vigente el art. 126 de la
LBEF, ley especial que correspondía
aplicarla; la Ley de Fortalecimiento
de la Normativa y Supervisión Financiera
recién fue promulgada en diciembre
del 2001, no siendo aplicable en mérito al
principio de ultractividad
que, como ya se dijo, se traduce en que la norma vigente
al momento de
sucederse los hechos por ella prevista, es la que se aplica a esos
hechos,
aunque la norma haya sido derogada después, aspectos que fueron
debidamente observados por el Tribunal de amparo .
III.5. Con relación a la labor interpretativa y el carácter tutelar
Siendo competencia de la jurisdicción constitucional, verificar si en la labor
interpretativa desarrollada por la jurisdicción ordinaria se cumplieron o no
con los
requisitos de interpretación admitidos por el derecho y si el juez o tribunal intérprete se
sujetaron al sistema de valores y principios que sustentan el orden constitucional
boliviano; conforme lo estableció la SC
0718/2005-R de 28 de junio: "…la parte
procesal, que se considera agraviada con los resultados de la interpretación porque
lesionan sus derechos fundamentales, exprese de manera adecuada y precisa los
fundamentos jurídicos que sustenten su posición, fundamentos en los que deberá
exponer con claridad y precisión los principios o criterios interpretativos que no fueron
cumplidos o fueron desconocidos por el juez o tribunal que realizó la interpretación y
consiguiente aplicación de la norma interpretada; asimismo, exponer qué principios
fundamentales o valores supremos no fueron tomados en cuenta o fueron
desconocidos por el intérprete al momento de desarrollar la labor interpretativa y
asumir la decisión impugnada; pues resulta insuficiente la mera relación de hechos o la
sola enumeración de las normas legales supuestamente infringidas; porque sólo en la
medida en que el recurrente expresa adecuada y suficientemente sus fundamentos
jurídicos la jurisdicción constitucional podrá realizar la labor de contrastación entre la
interpretación legal realizada por la jurisdicción ordinaria y los fundamentos que
sustentan la interpretación y las conclusiones a las que arribó, con los fundamentos y
pretensiones expuestos por el recurrente del amparo constitucional".
En el caso que se examina, en cuanto a la denuncia de que las autoridades
demandadas hubieran pronunciado sus fallos sin ninguna fundamentación,
se
determina con claridad que tal afirmación no es cierta, toda vez que,
existe una
motivación razonable tanto en el Auto de Vista, pronunciado por
la Sala Civil
Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial de Santa Cruz
y el Auto Supremo
pronunciado por la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia, en correcta observancia
del art. 236 del CPC, concluyendo, de lo
expuesto que las autoridades
demandadas, al momento de pronunciar sus
resoluciones, lo hicieron conforme a
derecho, de manera fundamentada y sin cometer ningún acto ilegal u omisión indebida
que amerite otorgar la
tutela solicitada.
Por consiguiente, el Tribunal de garantías al haber denegado el recurso, ha hecho una
correcta evaluación del caso en análisis así como de los alcances del art. 128 de la CPE.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional, en virtud de la jurisdicción y competencia que le confieren
los arts. 4 y 6 de la Ley 003 de 13 de febrero de 2010, denominada Ley de Necesidad de
Transición a los Nuevos Entes del Órgano Judicial y Ministerio Público; 7 inc. 8) y
102.V de la LTC, en revisión, resuelve APROBAR la Resolución 469/2006 de 18 de
octubre, cursante de fs. 482 a 483 vta., pronunciada por la Sala Social y Administrativa
de la Corte Superior del Distrito Judicial de Chuquisaca, así como la imposición de
costas y multa impuestas, averiguables en ejecución de sentencia; y en consecuencia
DENIEGA la tutela solicitada.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional
Fdo. Dr. Juan Lanchipa Ponce
PRESIDENTE
Fdo. Dr. Abigael Burgoa Ordóñez
DECANO
Fdo. Dr. Ernesto Félix Mur
MAGISTRADO
Fdo. Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
MAGISTRADA
Fdo. Dr. Marco Antonio Baldivieso Jinés
MAGISTRADO
Contrato de novaacion
SENTENCIA CONSTITUCIONAL 1564/2010-R
Sucre, 11 de octubre de 2010
Expediente:
2008-17368-35-RAC
Distrito:
Cochabamba
Magistrado Relator:
Dr. Juan Lanchipa Ponce
En revisión la Resolución 04/08 de 24 de enero de 2008, cursante de fs. 320 a 324,
pronunciada por la Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial de
Cochabamba, dentro del recurso de amparo constitucional, ahora acción de amparo
constitucional, interpuesto por Walter Néstor Orellana Chavare, en representación
de Mario Remberto Terrazas Hidalgo y María Verónica García Escalera contra
Raúl Pablo Brañez Galindo y Ángel Montero Montecinos, Vocales de la Sala Civil
Primera del mismo Distrito Judicial; alegando la vulneración de sus derechos a la
seguridad jurídica, igualdad y el debido proceso, previstos en al art. 7 incs. d), h) e i) de
la Constitución Política del Estado abrogada (CPEabrg).
I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA
I.1. Contenido del recurso
I.1.1. Hechos que motivan el recurso
En el memorial presentado el 27 de diciembre de 2007, cursante de fs. 236 a 240 vta., el
recurrente manifiesta que dentro el proceso ejecutivo seguido por el Banco Los Andes
Procredit S.A. contra sus representados, el Juez Tercero de Partido en lo Civil y
Comercial del Distrito Comercial de Cochabamba declaro en Sentencia probadas las
excepciones opuestas de falta de fuerza ejecutiva e inhabilidad del título, la misma que
apelada por el Banco ejecutante, es resuelto por Auto de Vista de 9 de octubre de 2007,
-que hoy impugna- emitida por la Sala Civil Primera de la Corte Superior del mismo
Distrito Judicial, que revoca la Sentencia y declara probada la demanda ejecutiva.
Relata, que el Banco ejecutante les inició a sus representados una demanda ejecutiva,
reclamando el pago de $us92 142,45 (noventa y dos mil, ciento cuarenta y dos, 45/100
dólares estadounidenses), sobre la base de dos documentos de crédito: a) Contrato de
mutuo o préstamo, testimonio 1234/2002 de 1 de noviembre; y, b) contrato de
aclaración y enmienda de tipo de contrato, testimonio 169/2004 de 17 de febrero, que
transforma la operación bancaria pactada inicialmente de préstamo o mutuo a contrato
de apertura de línea de crédito rotativo; que, el contrato de préstamo o mutuo y el
contrato de apertura de línea de crédito rotativo, son operaciones bancarias
incompatibles, antagónicos y excluyentes, que no admiten la posibilidad de coexistir a
momento de instrumentar una operación financiera provocando se desnaturalice y
pierda eficacia jurídica como título de ejecución, ya que, el préstamo o mutuo es una
operación de índole y naturaleza unilateral, convirtiéndose en una obligación bilateral
como es la apertura de línea de crédito y donde existe una obligación de disponibilidad
de los recursos que recae sobre el Banco respecto del acreditado, no pudiendo ser
alterado por determinación expresa del art. 454.II del Código Civil (CC), estando la
libertad contractual subordinada a los límites impuestos por la Ley.
Indica que, el testimonio 169/2004, ha producido una conversión atípica, antagónica y
excluyente de la operación crediticia, sin que la misma pueda reputarse como un
contrato de apertura de línea de crédito rotativa y a la vez un contrato de préstamo o
mutuo, provocando de esa manera la inhabilidad y falta de fuerza ejecutiva; no
consignándose en el segundo contrato las condiciones, plazo, forma de pago y
exigibilidad del crédito bancario; falseando, que mediante escritura pública 1234/2002,
se habría pactado una línea de crédito cuando esta documentación corresponde al
contrato de préstamo o mutuo.
Finalmente indica, que los vocales recurridos han realizado una incorrecta valoración de
la normativa comercial referente a los documentos base de la acción ejecutiva
señalando, “luego sobre la base del documento anterior, por escritura pública Nº
169/2004 fs. 63-65, se modifica solo en la calidad de operación bancaria, o sea, en vez
de préstamo directo de dinero, se lo convierte en línea de crédito por igual suma de
$us100 000.- y por el mismo plazo o saldo de plazo del primer contrato ratificándose
todas las demás cláusulas del contrato original” (sic), aparándose de los principios y
caracteres legales de los dos tipos de contrato, que para conservar la eficacia como título
crediticio debía haberse realizado mediante contrato de novación conforme al art. 352
del CC, vulnerando los derechos de sus representados a la seguridad jurídica, al debido
proceso y a la igualdad.
I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados
El recurrente estima lesionados sus derechos de sus representados a la seguridad
jurídica, al debido proceso y a la igualdad, previsto en el art. 7 incs. d), h), e i) de la
CPEabrg.
I.1.3. Autoridades recurridas y petitorio
Con esos antecedentes, plantea recurso de amparo constitucional contra Raúl Pablo
Brañez Galindo y Ángel Montero Montecinos, Vocales de la Sala Civil Primera de la
Corte Superior de Justicia del Distrito Judicial de Cochabamba, solicitando se declare
“procedente” el recurso y en su mérito se anule el Auto de Vista de 9 de octubre de
2007, y subsistente y firme la Sentencia de 17 de julio de 2006, con costas y daños y
perjuicios.
I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de amparo constitucional
Efectuada la audiencia pública el 24 de enero de 2008, según consta en el acta cursante
a fs. 326 a 327 vta. de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
I.2.1. Ratificación del recurso
El recurrente se ratificó el tenor íntegro de su demanda, ampliando en cuanto a la
diferencia que existe entre un contrato de préstamo y un contrato de apertura de línea de
crédito, regulada por los arts. 972 y 1330 del Código de Comercio (CCom).
I.2.2. Informe de las autoridades recurridas
Raúl Pablo Brañez Galindo y Ángel Montero Montecinos, Vocales de la Sala Civil
Primera de la Corte Superior de Justicia del Distrito Judicial de Cochabamba,
presentaron informe escrito a fs. 271, manifestando: 1) El Auto de Vista impugnado esta
fundamentado en derecho, los títulos coactivos, normas mercantiles y bancarias son
inherentes al caso, pudiendo acudir a la vía ordinaria para modificar o anular el mismo
conforme al art. 50.III de la Ley de Abreviación Procesal Civil y Asistencia Familiar
(LAPCAF), no se agotaron los medios de defensa; y, 2) El justificativo de no haber
analizado o valorado debidamente los documentos del coactivo es impertinente ya que
esa labor es competencia exclusiva de los jueces ordinarios, no siendo posible revaluar o
revisar con el amparo.
I.2.3. Intervención del tercero interesado
Los abogados del Banco Los Andes Procredit S.A., mediante memorial de fs 307 a 310
vta., han manifestado: i) La SC 0462/2001-R de 17 de mayo, con relación a la seguridad
jurídica ha establecido “De igual forma la Constitución ha prescrito el derecho a la
seguridad jurídica como un derecho fundamental, entendiéndose aquél como exención
de peligro o daño, certeza plena, firme convicción, DE MANERA QUE CUANDO SE
TRATA DE CONTRATOS DICHO DERECHO OTORGA A LA PARTES LA
CONFIANZA DE QUE DICHO ACTO SE CUMPLIRÁ EN LA FORMA PACTADA
Y SOLO SERÁ RESUELTA EN LOS CASOS QUE PREVE LA LEY” (sic), de tal
manera que se puede concluir que la supuesta vulneración no existe, ya que el fallo se
encuentra fundada en derecho y en sujeción a normas en vigencia; ii) Los recurrentes
han hecho uso de los recursos que les franquea la Ley, su derecho a la defensa fue
garantizado y no señalan cómo fue restringido el mismo, o que norma o disposición
jurídica de carácter adjetivo o sustantivo no fue cumplida por el órgano jurisdiccional;
iii) No señalan cómo se habría vulnerado la igualdad de las partes, la parcialidad en el
Auto de Vista; y, iv) No agotaron los recursos, para invocar la excepción a la
subsidiaridad, los recurrentes deben establecer el daño irreparable o irremediable o
demostrar el peligro que les pueda acarrear, conforme establecen las SSCC 1089/2003R, 0552/2003-R, 0106/2003-R y 0374/2002-R .
I.2.4. Resolución
A través de la Resolución 04/08, cursante de fs. 320 a 324, la Sala Penal Segunda de la
Corte Superior del Distrito Judicial de Cochabamba constituido en Tribunal de
garantías, concedió en parte el recurso de amparo constitucional, disponiendo que la
Sala Civil Primera dicte un nuevo Auto de Vista, debidamente fundamentado. Los
fundamentos empleados son los siguientes: a) Hay excepción a la subsidiaridad; b) El
Auto de Vista impugnado no esta debidamente fundamentado, conforme a las SSCC
“505/06” y “1369/01”, que señalan que las resoluciones deben estar debidamente
motivadas y fundamentadas, con lo que se han vulnerado los derechos a la “seguridad
jurídica” y al debido proceso; y, c) Las autoridades recurridas no obraron conforme al
Código de Comercio, Código Civil y Código de Procedimiento Civil, sobre la base
objetiva del ordenamiento jurídico.
I.3. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional
Habiéndose designado magistrados del Tribunal Constitucional en el marco de la Ley
003 de 13 de febrero de 2010, denominada Ley de Necesidad de Transición a los
Nuevos Entes del Órgano Judicial y Ministerio Público, en las personas de quienes
suscriben el presente fallo, por Acuerdo Jurisdiccional 001/2010 de 8 de marzo, se
dispuso la reanudación del sorteo de causas y la nulidad de los sorteos anteriores. En tal
virtud, la presente causa ha sido sorteada el 24 de agosto de 2010, por lo que esta
Sentencia es pronunciada en el plazo establecido.
II. CONCLUSIONES
De la revisión de antecedentes, se concluye lo siguiente:
II.1. Memorial de demanda ejecutiva de 29 de julio de 2005, interpuesta por el Banco
Los Andes Procredit S.A. contra María Verónica García Escalera y Mario Remberto
Terrazas Hidalgo, sobre la base de las escrituras públicas 1234/2002 y 169/2004 (fs. 71
a 72 vta.).
II.2. Memorial de excepciones de falta de fuerza ejecutiva e inhabilidad del título (fs. 87
a 88 vta.). Memorial de respuesta (fs. 100 a 102).
II.3. Sentencia que declara probadas las excepciones de falta de fuerza ejecutiva e
inhabilidad del título, e improbada la demanda (fs. 179 a 180 vta.).
II.4. Memorial de apelación del Banco Los Andes Procredit S.A., de la Sentencia, de 29
de julio de 2007 (fs. 184 a 186 vta.). Memorial de respuesta (fs. 188 a 190 vta.).
II.5. Auto de Vista de 9 de octubre de 2007, emitido por la Sala Civil Primera de la
Corte Superior del Distrito Judicial de Cochabamba, revocó la Sentencia, declarando
probada la demanda ejecutiva e improbadas las excepciones (fs. 209 a 210).
III.
FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
El recurrente, ahora accionante, alega como
quebrantados los derechos de sus representados a la
seguridad jurídica, a la igualdad y al debido proceso,
aduciendo que los Vocales de la Sala Civil Primera de
la Corte Superior del Distrito Judicial de Cochabamba,
al emitir el Auto de Vista impugnado, han realizado
una incorrecta valoración de la normativa comercial
de los documentos base de la acción ejecutiva, del
contrato de préstamo o mutuo y del contrato de
apertura de línea de crédito rotativo, apartándose por
completo de los principios y caracteres legales que
hacen a cada uno de los dos tipos de contrato.
Correspondiendo analizar, en revisión, si lo
demandado se encuentra dentro de los alcances de la
acción de amparo constitucional prevista en el art. 128
de la Constitución Política del Estado vigente (CPE).
III.1. Consideraciones previas. Aplicación de la Constitución Política del
y uso de terminología adecuada en la acción de amparo constitucional
Estado
“De conformidad a lo establecido en el art. 410 de la Constitución Política del
Estado vigente (CPE), al ser la Constitución la norma suprema del ordenamiento
jurídico boliviano y gozar de primacía frente a cualquier otra disposición normativa, a
objeto de cumplir el mandato y las funciones establecidas por los arts. 1 y 7 de la Ley
del Tribunal Constitucional (LTC), 4 de la Ley 003, Ley de Necesidad de Transición a
los Nuevos Entes del Órgano Judicial y Ministerio Público, mediante la SC 0011/2010R de 6 de abril éste Tribunal determinó que toda su actuación será acorde al nuevo
orden constitucional en observancia y coherencia con los Tratados y Convenios
Internacionales en materia de Derechos Humanos ratificados por el país y que forman
parte del bloque de constitucionalidad.
Asimismo, en el orden procesal en lo atinente a la terminología de esta acción
tutelar, luego de un análisis normativo a través de la SC 0071/2010-R de 3 de mayo, se
unificó criterios y se estableció que para referirse a la persona física o jurídica que
interponga esta acción tutelar será 'accionante', y con relación a la autoridad,
funcionario, o persona contra quien se dirige esta acción corresponderá el término
'demandado (a)'. De igual manera, en cuanto a la terminología con referencia a la
parte dispositiva, en caso de otorgar la tutela se utilizará el término 'conceder' y en
caso contrario 'denegar' la tutela.
En los casos en que no sea posible ingresar al análisis de fondo de la
problemática planteada, se mantendrá la denegatoria, haciéndose constar tal situación,
dado que el accionante puede nuevamente interponer la acción tutelar, siempre y
cuando, cumpla con los requisitos de admisibilidad.
Resoluciones que en virtud a los arts. 4 y 44 de la LTC, son de carácter
vinculante para todas las autoridades judiciales que actúen como tribunal de garantías
constitucionales, como para este Tribunal” (SC 0119/2010-R de 10 de mayo) (las
negrillas nos corresponden).
III.2. Jurisprudencia aplicable al caso
III.2.1.Del carácter subsidiario de la acción de amparo constitucional
El art. 129.I de la CPE, antes establecida en el art. 19 de la CPEabrg., ha instituido la
acción de amparo constitucional, como un mecanismo extraordinario de protección
inmediata contra actos ilegales y omisiones indebidas de las autoridades o particulares
que restrinjan, supriman o amenacen con restringir o suprimir derechos y garantías
fundamentales reconocidas por la Constitución Política del Estado y las leyes, de los
derechos y garantías vulnerados; es decir, que antes de recurrir al amparo constitucional,
se deben interponer y agotar todos los recursos y procedimientos legales ordinarios
establecidos en relación con el hecho o el acto que da lugar a la ahora acción; en este
sentido, la jurisprudencia constitucional ratificada en la SC 0642/2010-R de 19 de julio,
a establecido: “…el recurso de amparo constitucional se constituye en un instrumento
subsidiario y supletorio en la protección de los derechos fundamentales, subsidiario
porque no es posible utilizarlo si es que previamente no se agotó la vía ordinaria de
defensa y supletorio porque viene a reparar y reponer las deficiencias de esa vía
ordinaria. Atendiendo la naturaleza subsidiaria del recurso de amparo constitucional,
este Tribunal ha establecido de manera uniforme que para pretender la protección
que otorga el recurso planteado, el agraviado o quien lo represente, deberá
necesariamente agotar todos los medios ordinarios o administrativos ante la autoridad
que considere lesionó su derecho o derechos fundamentales, y para el caso de
subsistir el acto ilegal u omisión indebida, deberá acudir a las instancias superiores
que tengan facultad para hacer cesar la amenaza, restricción o supresión de los
derechos y garantías, de modo que sólo cuando se agote dichos medios podrá
acudirse a esta jurisdicción en busca de protección, de no ser así, ésta jurisdicción no
puede operar como recurso sustitutivo, tampoco puede suplir las omisiones en el no uso
oportuno de los mismos, ni se constituye en una instancia más dentro de los procesos
ordinarios o administrativos previstos por el ordenamiento jurídico” (las negrillas son
nuestras).
III.2.2. Sobre los medios ordinarios de defensa
Para resolver la problemática planteada, nos remitimos a lo señalado por la
jurisprudencia constitucional, respecto a los medios ordinarios de defensa tratándose de
resoluciones dictadas en procesos ejecutivos. Así, en la SC 0496/2010-R de 5 de julio,
se señala lo siguiente: '…el ejecutado tenía expedita la vía del proceso ordinario
posterior prevista en el art. 490 del CPC modificado por el art. 28 de la LAPCAF que
señala que lo resuelto en un proceso ejecutivo podrá ser modificado en proceso
ejecutivo posterior, el cual deberá ser promovido en el plazo de seis meses de
ejecutoriada la sentencia…' (SC 0941/2004-R de 15 de junio).
Doctrina basada en la SC 1062/2003-R de 29 de julio, en la que éste Tribunal ya señaló
que: '…si el recurrente considera que se dieron irregularidades en el proceso
ejecutivo (…), o que el documento de crédito que lo originó tuvo vicios de nulidad, u
otras omisiones en las que pudieron haber incurrido las autoridades demandadas,
podrá él acudir a la vía ordinaria prevista por el art. 490 del CPC, modificado por el
art. 28 de la Ley de Abreviación Procesal Civil y de Asistencia Familiar (LAPCAF), y
que permite la modificación del proceso ejecutivo en juicio ordinario posterior…'”.
(Negrillas agregadas).
Así mismo, este Tribunal en la SC 0569/2004-R de 15 de abril, ha establecido que:
”Son presupuestos del proceso ejecutivo la necesaria existencia de un título ejecutivo nulla executio sine- pues no hay proceso ejecutivo válido si no existe el título base de la
ejecución que contenga la obligación en mora cuyo cumplimiento puede exigirse por
esa vía; la existencia del acreedor o titular de la obligación; y, la existencia del deudor,
u obligado a pagar, responder o hacer.
La finalidad última del proceso ejecutivo es obtener la satisfacción plena de la
obligación, es decir, lograr el pago o cancelación total de la deuda, o la entrega de la
cosa, dependiendo de lo que establezca el título ejecutivo. Entonces, en el proceso
ejecutivo no se discuten derechos dudosos o contradictorios, y la ejecución está
subordinada a lo que conste en el documento base de la ejecución, pudiendo esgrimirse
en defensa del deudor, únicamente las excepciones permitidas por la ley”.
La misma Sentencia Constitucional, con relación a los procesos ordinarios o de
conocimiento aclara lo siguiente: "…el proceso de cognición o denominado también de
conocimiento hace referencia a la tramitación del juicio en el que se persigue obtener
del juez o tribunal una declaración de voluntad de la que se derivan consecuencias
jurídicas a favor o en contra de las partes litigantes. Se llama proceso de cognición
como término de diferenciación del proceso ejecutivo, en el cual de lo que se trata es de
dar efectividad a la obligación contenida en el título ejecutivo, en el juicio de
conocimiento, se pretende llegar a la verdad sobre un acto jurídico, determinar su
validez o invalidez, su legalidad o ilegalidad, y así establecer los derechos -u
obligaciones- de las partes".
III.3. Análisis del caso
Antes de ingresar al análisis del caso, llama la atención a este Tribunal, que el Tribunal
de garantías que resolvió el caso, tenga que basar su decisión en la fundamentación de
un hecho que no ha sido invocado por la ahora parte accionante, es decir, que el
mencionado Tribunal actuó en forma ultrapetita, ya que, jamás fue observada la falta de
fundamentación del Auto de Vista impugnado; sino, que invocaron la vulneración de
otros derechos, y en el caso de la vulneración del derecho al debido proceso no se
mencionó este elemento; por lo que, a fin de evitar susceptibilidades se recomienda que
en el futuro, las autoridades recurridas ahora demandadas se ciñan estrictamente al
análisis de la problemática planteada e invocada y no a otro para conceder o no la tutela
solicitada.
En el presente caso, se evidencia que en el proceso ejecutivo se ha dictado el Auto de
Vista de 9 de octubre de 2007, por el que adquiere la calidad de cosa juzgada formal, ya
que, el proceso ejecutivo no admite el recurso de casación, pudiendo ser modificado en
proceso ordinario posterior, que debe promoverse dentro de los seis meses de
ejecutoriado el mismo, conforme a la previsión contenida por el art. 490 del Código de
Procedimiento Civil (CPC), modificado por el art. 28 de la LAPCAF.
En atención al principio de subsidiariedad, los representados debieron acudir al
proceso de conocimiento, instancia en la que con plenitud de jurisdicción y
competencia podrían dilucidar si los contratos base de la acción ejecutiva, carecen
o no de fuerza ejecutiva; por lo que, habiendo tenido expedito este medio legal
para modificar el Auto de Vista impugnado, el amparo constitucional resulta
improcedente, dado que esta acción por su carácter subsidiario, no es sustitutivo
de los medios ordinarios de protección, siendo de aplicación al presente caso, la
previsión del art. 96.3 de la Ley del Tribunal Constitucional, que establece la
improcedencia del amparo contra las resoluciones judiciales que por cualquier otro
recurso puedan ser modificadas o suprimidas aún cuando no se haya hecho uso
oportuno de dicho recurso, circunstancia que, además impide ingresar al análisis de
fondo del asunto.
III.4. Dimensión de los alcances de la parte resolutiva de la presente Sentencia
El art. 48.4 de la LTC, permite dimensionar los efectos de las resoluciones
constitucionales, como también en base al principio de previsibilidad, toda vez que el
Tribunal de garantías -Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial de
Cochabamba-, a través de la Resolución 04/08, elevada en revisión, concedió en parte la
tutela demandada y dispuso que la Sala Civil Primera de esa Corte Superior dicte nuevo
Auto de Vista, debidamente fundamentado, como corresponde.
En ese sentido, y en mérito a una interpretación previsora a la que está sujeta la
jurisdicción constitucional y en resguardo de la seguridad jurídica, corresponde
disponer la subsistencia y validez de todas las resoluciones que en su caso se
hubieran dictado dentro del mencionado proceso ejecutivo como consecuencia del
cumplimiento de la Resolución 04/08 dic tada el 24 de enero de 2008 por el
Tribunal de garantías constitucionales, ello para evitar que los efectos de la presente
Sentencia repercutan negativamente en los derechos de las personas, máxime si se tiene
en cuenta que desde la interposición del amparo a la fecha, transcurrieron más de dos
años, sin que el presente caso sea resuelto por razones no imputables a las partes ni a
este Tribunal.
Por lo expuesto, el Tribunal de garantías, al conceder en parte la tutela solicitada, no ha
efectuado una adecuada compulsa de los antecedentes del caso ni dado una correcta
aplicación de la norma prevista en el art. 128 de la CPE.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional, en virtud de la jurisdicción y competencia que le confiere
los arts. 4 y 6 de la Ley 003 de 13 de febrero de 2010 denominada Ley de Necesidad de
Transición a los Nuevos Entes del Órgano Judicial y Ministerio Público; 7 inc. 8) y
102.V de la LTC, en revisión, resuelve, REVOCAR la Resolución 04/08 de 24 de
enero de 2008, cursante de fs. 320 a 324, pronunciada por la Sala Penal Segunda de la
Corte Superior del Distrito Judicial de Cochabamba; y en consecuencia, DENIEGA la
tutela solicitada, con la aclaración de que no se ingreso al análisis de fondo de la
problemática planteada en los términos expuestos; con la modulación del efecto de la
presente Sentencia Constitucional, tal cual se tiene explicado en el Fundamento Jurídico
III.4. de esta Resolución.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional.
No interviene el Magistrado, Dr. Marco Antonio Baldivieso Jinés, por haber sido
declarado en comisión.
Fdo. Dr. Juan Lanchipa Ponce
PRESIDENTE
Fdo. Dr. Abigael Burgoa Ordóñez
DECANO
Fdo. Dr. Ernesto Félix Mur
MAGISTRADO
Fdo. Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
MAGISTRADA
CONTRATO DE NOVACION
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0453/2012
Sucre, 4 de julio de 2012
SALA LIQUIDADORA TRANSITORIA
Magistrada Relatora: Dra. Blanca Isabel Alarcón Yampasi
Acción de amparo constitucional
Expediente:
2010-21571-44-AAC
Departamento:
La Paz
En revisión la Resolución 3/10 de 24 de marzo de 2010, cursante de fs. 428 a 430,
pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Doris
Cinthya Conde Ordoñez en representación de Bolivian Oíl Services (BOLSER)
Ltda. contra Gabriel Loza Tellería, Presidente a.i. del Banco Central de Bolivia
(BCB).
I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA
I.1. Contenido de la demanda
Por memorial presentado el 10 de marzo de 2010, cursante de fs. 191 a 196 vta. de
obrados, la accionante expone lo siguiente:
I.1.1. Hechos que motivan la acción
Refiere que el 6 de junio 2007, la empresa BOLSER Ltda. inició ante la
Superintendencia de Empresas un proceso de reestructuración, con el fin de lograr un
acuerdo entre el deudor y los acreedores; emergente de dicha petición se emitió la
Resolución Administrativa (RA) 0059/2007 de 19 de junio, por la que admite la
solicitud de reestructuración ordenando convocar a sus acreedores para que en el plazo
de siete días hábiles se realice el registro de sus créditos y se oficie a las autoridades
jurisdiccionales y administrativas, para que suspendan los procesos y se suspenda el
pago de intereses, así como registrar la referida resolución en el registro de comercio.
Por RA 104/2008 de 13 de junio, se registraron todas las acreencias de la entidad a la
que representa, en la que se encuentra la deuda con el BCB por el monto de Bs17 347
417,24.- (diecisiete millones trescientos cuarenta y siete mil cuatrocientos diecisiete
24/100 bolivianos), monto que fue aprobado en bolivianos por decisión de la junta de
acreedores incluyendo los intereses; por lo que, si el BCB consideraba que dicho monto
era erróneo, pudo impugnar vía recurso de revocatoria y jerárquico e incluso a través del
contencioso administrativo, y al no hacerlo dio su consentimiento tácito al monto de
capital e intereses determinado en la referida resolución.
Agrega que, suscrito el acuerdo transaccional entre el deudor y los acreedores, se
procedió a homologar el mismo mediante RA SEMP 262/2008 de 25 de septiembre, y
su posterior inscripción en el Registro de Comercio, procediéndose a publicar los
mismos en un periódico de circulación nacional adquiriendo la calidad de cosa juzgada
y oponibilidad frente a terceros, conforme establece el art. 17 de la Ley 2495 de 4 de
agosto de 2003, que una vez homologado y publicado el acuerdo de transacción
constituye una novación que tiene efectos de cosa juzgada así como textualmente señala
que “una vez homologado el acuerdo de transacción ningún acreedor incluyendo el
Estado podrá modificar por ningún motivo la cuantía de sus acreencias”; sin embargo, el
BCB envía notas aclaratorias, elevando los montos y solicitando una serie de requisitos
no establecidos en el acuerdo transaccional ni en el Decreto Supremo (DS) 27384 de 20
de febrero de 2004, oponiéndose a firmar el contrato de novación, arguyendo que no
está claro el alcance de su acreencia, la transacción debe realizarse en dólares
estadounidenses y no así en bolivianos y se deben adicionar montos que no están
insertos en el documento.
Finaliza, expresando que BOLSER Ltda., ha sido afectada y agraviada por el BCB
debido al incumplimiento de un acuerdo transaccional, además de que se adoptaron
medidas de hecho al haberse reportado a la central de riesgos de la Autoridad del
Sistema Financiero (ASFI) una deuda de cartera en dación de pago por Bs13 814
532,82.- (trece millones ochocientos catorce mil quinientos treinta y dos 82/100
bolivianos), a pesar de la existencia del citado acuerdo que concluye todas las
controversias anteriores a la novación.
I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados
Señalan como vulnerados los derechos de la entidad a la que representa a la “seguridad
jurídica”, al debido proceso, al trabajo, a la industria y comercio, consagrados en los
arts. 23, 46, 47, 115.II y 178 de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la tutela y se disponga a la entidad demandada: a) El cumplimiento
del acuerdo transaccional, sin modificar ni alterar su contenido; b) Se proceda a la firma
inmediata del contrato de novación con la empresa ahora representada, sin tomar en
cuenta los intereses que no están previstos en el documento transaccional; y, c) Una vez
firmado el documento se retire a BOLSER Ltda. de la central de riesgos de ASFI, sea
con imposición de costas y pago de daños y perjuicios.
I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías
Celebrada la audiencia pública el 24 de marzo de 2010, según consta en el acta cursante
de fs. 421 a 427, se produjeron los siguientes actuados:
I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción
Jorge Omar Mostajo Barrios, abogado de la parte accionante -en audiencia-, ratificó el
tenor íntegro de la demanda y añadió: 1) El BCB a través de cartas y no de actos
administrativos expuso su discrepancia respecto al acuerdo transaccional, exigiendo
nuevos requisitos y cambiando la suma de Bs17 000 000.- (diecisiete millones de
bolivianos) a $us2 173 000.- (dos millones ciento setenta y tres mil dólares
estadounidenses); 2) El 6 de octubre de 2009, la entidad demandada intimó a BOLSER
Ltda. el pago de una deuda que es superior al establecido en una Resolución
Administrativa y un acuerdo transaccional, desconociendo que es un documento que
tiene la calidad de cosa juzgada; y, 3) Se está vulnerando el derecho al trabajo, a la
industria y comercio de la entidad que patrocina porque remitieron antecedentes a la
central de riesgos de la ASFI, no pudiendo así contratar con ninguna empresa.
A su vez, la hoy accionante, puntualizó que el BCB debe acatar las determinaciones de
la junta de acreedores y dejar trabajar a la empresa, pues beneficia de manera directa a
cuatrocientas familias y de manera indirecta a mil quinientas. Por lo que piden se
conceda la tutela y se cumpla el acuerdo transaccional homologado.
I.2.2. Informe de la entidad demandada
Carlos Zubieta Aguilar, Luís Vásquez Paredes y Marcela Carrasco Villarpando,
apoderados del BCB por memorial presentado el 17 de marzo de 2010 cursante de fs.
255 a 260 vta. de obrados manifestaron: i) Mediante escritura pública 145/2003 de 6 de
marzo, el ente emisor otorgó al accionante la reprogramación de sus obligaciones,
capitalización de intereses, modificación de tasa de interés, ratificación de garantías y
constitución de nuevas cauciones a favor del BCB por $us2 161 180,70.- (dos millones
ciento sesenta y un mil ciento ochenta 70/100 dólares estadounidenses), estipulándose
las condiciones del pago, previniendo en caso de incumplimiento que el deudor quedará
constituido en mora sin necesidad de requerimiento o intimación judicial,
independientemente de haberse suscrito o no convenio; ii) A pesar de los significativos
beneficios concedidos, el ahora accionante ingresó en mora, optando luego al
procedimiento de reestructuración voluntaria previsto por la Ley 2495, luego de ser
admitido, concluyó con la RA SEMP 262/2008, emitida por la Superintendencia de
Empresas que homologó el acuerdo transaccional de reestructuración voluntaria
presentada por el accionante; iii) El BCB no intervino en el proceso de reestructuración
-solamente los acreedores privados- tomando conocimiento recién el 14 de octubre de
2008, mediante nota “SEMP/DGE/N° 741/2008”, cuando remitieron fotocopias simples
e incompletas de los testimonios 344/2008 y 499/2008, situación que fue reclamada a la
ex Superintendencia de Empresas; iv) Por nota de 19 de noviembre de 2008, pidieron
aclaración a la entonces Superintendencia de Empresas sobre el pago de los intereses a
favor del BCB generados mientras duró el procedimiento de reestructuración,
mereciendo como respuesta que en razón a que no fue registrada dentro del trámite de
reestructuración no está sujeta a las “quitas” establecidas en el acuerdo transaccional,
debiendo ser determinado entre partes; v) El BCB solo pide el pago de los intereses que
quedaron en suspenso durante el período de reestructuración, no pretende alterar el
acuerdo transaccional, menos imponer condiciones diferentes al pago de la deuda; vi)
Pasaron reiteradas notas al hoy accionante pidiendo les proporcione los documentos
necesarios para implementar la firma del contrato de novación, pero sin resultado
alguno; vii) De acuerdo al art. 13 de la Ley 2495, los funcionarios públicos no pueden
participar en la junta de acreedores porque no pueden consentir en condonaciones de las
acreencias estatales y por ende, estaban imposibilitados de plantear recurso de
revocatoria y jerárquico; viii) La acción de amparo constitucional no puede ser utilizada
para dirimir derechos sobre la pertinencia o no, del pago de intereses en suspenso; y, ix)
Se debió acudir a la junta de acreedores que es la máxima instancia de decisión en
cuanto al cumplimiento del acuerdo transaccional.
En audiencia, ratificaron el citado memorial y resaltaron que el BCB no vulneró ningún
derecho del accionante y que la acción de amparo constitucional no define derechos, ni
dirime los temas que se reclama. En base a ello, pidieron se deniegue la presente acción.
I.2.3. Intervención del tercero interesado
Oscar Guido Cámara Amaya, Director Ejecutivo de la Autoridad de Fiscalización y
Control Social de Empresas (AEMP) -ex Superintendencia de Empresas-, acreditando
su representación mediante memorial cursante de fs. 264 a 267 vta. a tiempo de
apersonarse, hizo una relación de antecedentes del proceso de reestructuración
voluntaria iniciado por el ahora accionante, añadiendo que su función es la de vigilar el
cumplimiento de los procedimientos de reestructuración homologados por su
antecesora, pero no cuenta con la facultad de modificar actos administrativos válidos y
eficaces.
I.2.4. Intervención del Ministerio Público
El representante del Ministerio Público pese a su legal notificación de 15 de marzo de
2010, no se hizo presente en audiencia (fs. 200).
I.2.5. Resolución
La Sala Social y Administrativa Tercera de la Corte Superior del Distrito Judicial ahora Tribunal Departamental de Justicia- de La Paz, constituida en Tribunal de
garantías, mediante Resolución 3/10 de 24 de marzo de 2010, cursante de fs. 428 a 430,
concedió en parte la acción planteada, disponiendo el cumplimiento del acuerdo
transaccional suscrito por la junta de acreedores, homologado por la ex
Superintendencia de Empresas e instruyó la firma del contrato de novación entre el
BCB y la empresa ahora representada, sin modificación ni adición en el plazo de tres
días, bajo el siguiente argumento: a) No existe otra instancia para exigir el
cumplimiento del acuerdo transaccional suscrito por la junta de acreedores; b) Las
consultas realizadas por el BCB sobre el pago de los intereses no contemplados en el
mencionado documento transaccional fueron absueltos mediante simples notas u
oficios; c) El acuerdo transaccional de reestructuración empresarial, homologado por
autoridad competente, tiene la calidad de cosa juzgada desde el 25 de septiembre de
2008, por ende, su cumplimiento es obligatorio incluido para el Estado; d) La negativa
del BCB de firmar el contrato de novación vulnera el derecho a la “seguridad jurídica”
ya que incumple la cosa juzgada y perjudica el desarrollo de la industria y comercio del
ahora representado, que se ve impedido de pagar sus acreencias incluido al BCB; e)
Finalizado la reestructuración de la empresa, no existe vulneración al debido proceso
porque no hay proceso pendiente; y, f) Sobre el pago de intereses durante el periodo de
reestructuración de la empresa, expresó que el Tribunal de garantías se encuentra
impedido de dilucidar la contienda, pues su función es comprobar la vulneración de
derechos fundamentales sobre cuya titularidad no tenga controversia.
Habiendo presentado la entidad demandada, en audiencia, complementación y
enmienda sobre la ampliación del plazo para la presentación de documentos y firma del
contrato, se dispuso que una vez que el accionante presente los requisitos, el Banco
tiene tres días para la suscripción del contrato de novación.
I.3. Consideraciones de Sala
Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de
diciembre de 2011; la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la
Sala Liquidadora Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de
febrero de 2012, a objeto de la liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los
Tribunales de garantías hasta el 31 de diciembre de 2011, en el marco de la Ley 1836 de
1 de abril de 1998. Con la referida competencia, se procedió al sorteo de la presente
causa, dictándose resolución dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
De la revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las siguientes conclusiones:
II.1. Cursan fotocopias legalizadas de testimonio 13/1975, de 5 de febrero de 2004,
sobre escritura de constitución de la sociedad de responsabilidad BOLSER Ltda.,
conferido en la Notaría de Fe Pública 30 de La Paz, que en la parte superior de la última
hoja evidencia su registro e inscripción en la Fundación para el Desarrollo Empresarial
(FUNDEMPRESA) bajo la matrícula de comercio 6664 (fs. 1 a 3).
II.2. Testimonio de poder especial 1536/2009 de 29 de diciembre, otorgado en la
Notaría de Fe Pública 97 de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, extendido por Arturo
Ramiro Cabrera Vildoso, representante legal de BOLSER Ltda. a favor de Doris
Cinthya Conde Ordoñez; y, certificado de registro de mandato en FUNDEMPRESA (fs.
4 a 7).
II.3. Fotostática legalizada de la RA SEMP 59/2007 de 19 de junio, emitida por la ex
superintendencia -hoy Autoridad de Fiscalización y Control Social- de empresas que
determina entre otros, admitir la solicitud de la ahora empresa representada de acogerse
al proceso de reestructuración voluntaria prevista por la Ley 2495, instruyendo publicar
la nómina de acreedores presentada por BOLSER Ltda. para que en el plazo de siete
días hábiles procedan a la inscripción de sus créditos ante el síndico de reestructuración,
suspendiéndose los procesos en los que sea demandante o demandado; decisión que fue
inscrita en FUNDEMPRESA (fs. 41 a 58).
II.4. Fotocopia legalizada de la RA SEMP 48/2008 de 1 de abril, emitida por la ex
Superintendencia de Empresas que dispone entre otros, ampliar el plazo extraordinario
complementario de siete días hábiles y convocar nuevamente a los acreedores de
BOLSER Ltda. para que inscriban sus créditos ante el síndico de reestructuración (fs. 64
a 75).
II.5. Fotostáticas legalizadas de la RA SEMP 104/2008 de 13 de junio, librado por la ex
Superintendencia de Empresas que resuelve registrar las acreencias contenidas en el
proceso de reestructuración de BOLSER Ltda., asignando porcentaje de voto para la
participación de la junta de acreedores, instruyendo el registro de las acreencias
públicas, pasivos laborales y deudas con la administradora de fondos de pensiones,
quienes no tienen derecho a participar en la junta de acreedores, constatándose en el
anexo II que forma parte de la mencionada resolución, el préstamo al BCB según el
deudor de Bs17 347 417,24.- (fs. 76 a 86 y 270 a 280).
II.6. Cursa RA SEMP 262/2008 de 25 de septiembre, de la ex Superintendencia de
Empresas que resuelve homologar el acuerdo transaccional suscrito por el representante
de BOLSER Ltda. y los acreedores que conforman la junta de acreedores de la
mencionada empresa y adenda, contenido en los testimonios 344/2008 y 499/2008,
decisión que fue inscrita en el registro de comercio el 8 de octubre de 2008 (fs. 87 a 94
y 281 a 288).
II.7. Fotocopia legalizada de testimonio 344/08 de 1 de julio de 2008, conferido en la
Notaría de Fe Pública 97 de Santa Cruz de la Sierra, de acuerdo transaccional de
reestructuración voluntaria de empresas suscrito por BOLSER Ltda. y sus acreedores
entre ellos: Servicio de transporte Molina Asociados S.R.L., sindicato de transporte
pesado Villamontes, “Ro-Parts” “Ferretería Universal Ltda.”, “Trans Montaño S.R.L.”,
“Empresa de Servicio y transporte equipo pesado San Roque”, “Telcruz”, “Monelco
S.R.L.”, “Impresiones Asahi”, “Ind & Com Litoral”, “Servicio de transporte Roca”,
“Uniservice S.R.L.”, Sudamericana de ingeniería e inversiones S.R.L. y “Empresa de
Catering de Servicios Generales” que evidencia que estipularon la forma de pago de las
deudas, acreencias del Estado -entre ellas al BCB-, conformación de la junta de
acreedores que como órgano soberano representa la voluntad del conjunto de acreedores
y fiscaliza el cumplimiento del acuerdo (fs. 95 a 158).
II.8. Certificación de 12 de enero de 2009, emitida por la ex Superintendencia de
Bancos y Entidades Financieras -ahora Autoridad de Supervisión del Sistema
Financiero- que señala que al 30 de noviembre de 2008, la empresa hoy representada se
encuentra reportado en la Central de Información de riesgo crediticio por el BCB
(cartera en dación de pago BBA) con una deuda directa de ejecución por Bs13 814
532,82.- (fs. 201).
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
La apoderada de la empresa accionante arguye la vulneración de los derechos de su
mandante a la “seguridad jurídica”, al debido proceso, al trabajo, a la industria y
comercio, por cuanto el BCB se niega a cumplir el acuerdo transaccional que fue
homologado por la ex Superintendencia de Empresas, pretendiendo adicionar montos
que no están insertos en el documento.
Precisado el problema jurídico planteado, corresponde verificar si existe una causal que
impida ingresar al fondo de la problemática planteada y en su caso determinar si existió
vulneración de los derechos fundamentales y garantías constitucionales invocadas.
III.1.La acción de amparo constitucional y el principio de subsidiariedad
El art. 129.I in fine de la CPE resalta el principio de subsidiariedad de la acción de
amparo constitucional al establecer que podrá interponerse siempre que no exista otro
medio o recurso legal para la protección de los derechos y garantías restringidos,
suprimidos o amenazados, situación que también fue desarrollado por la jurisprudencia
constitucional, que señala: “no podrá ser interpuesta esta acción extraordinaria,
mientras no se haya hecho uso de los recursos ordinarios o administrativos y, en caso
de haber utilizado los mismos deberán ser agotados dentro de ese proceso o vía legal,
sea judicial o administrativa, salvo que la restricción o supresión de los derechos y
garantías constitucionales ocasione perjuicio irremediable e irreparable”. (SC
1698/2011-R de 21 de octubre).
La SC 0863/2011-R de 6 de junio, refiriéndose a la subsidiariedad mencionó las
siguientes sub reglas, cuando: “1) Las autoridades judiciales o administrativas no han
tenido la posibilidad de pronunciarse sobre un asunto porque la parte no ha utilizado
un medio de defensa ni ha planteado recurso alguno, así a) Cuando en su oportunidad
y en plazo legal no se planteó un recurso o medio de impugnación; y b) Cuando no se
utilizó un medio de defensa previsto en el ordenamiento jurídico; y, 2) Las
autoridades judiciales o administrativas pudieron haber tenido o tienen la posibilidad
de pronunciarse, porque la parte utilizó recursos y medios de defensa, así: a) Cuando
se planteó el recurso pero de manera incorrecta, que se daría en casos de
planteamientos extemporáneos o equivocados; y, b) Cuando se utilizó un medio de
defensa útil y procedente para la defensa de un derecho, pero en su trámite el mismo no
se agotó, estando al momento de la interposición y tramitación del amparo, pendiente
de resolución. Ambos casos, se excluyen de la excepción al principio de subsidiariedad,
que se da cuando la restricción o supresión de los derechos y garantías
constitucionales denunciados, ocasionen perjuicio irremediable e irreparable, en cuya
situación y de manera excepcional, procede la tutela demandada, aún existan otros
medios de defensa y recursos pendientes de resolución” (las negrillas son nuestras).
III.2. Reestructuración voluntaria de empresas y tutela administrativa
A efectos de resolver adecuadamente la problemática planteada por la entidad
representada, resulta necesario primeramente referirse a la reestructuración voluntaria
de empresas y la tutela administrativa; en ese sentido, cabe mencionar que ante la
inminente quiebra de una empresa inscrita en el registro de comercio que no esté sujeta
a la ex Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras -hoy Autoridad de
Supervisión del Sistema Financiero-, la Ley 2495, junto al DS 27384,
-modificado
por el DS 29535 de 30 de abril de 2008-, establecieron el marco jurídico alternativo al
Código de Comercio para que el deudor y sus acreedores, convengan su
reestructuración o liquidación voluntaria mediante la suscripción y ejecución de un
acuerdo transaccional; facultándose al deudor solicitar a la Superintendencia -hoy
Autoridad de Fiscalización y Control Social- de Empresas el inicio del procedimiento
para la firma del citado documento acompañando entre otros, el plan de
reestructuración, balance general de la última gestión, nómina de los acreedores,
acreencias estatales y detalle de los procesos judiciales, arbitrales o administrativos que
existieren (art. 5 de la mencionada Ley y arts. 4 y 5 del DS 27384).
De ello se infiere que, admitida la petición por la Superintendencia, publicada la
misma, designado el síndico, registrado los créditos, determinado el porcentaje de
participación de los acreedores, conformada la junta de acreedores y suscrito el acuerdo
transaccional con el deudor, ésta es homologada por la ex Superintendencia de
Empresas para su registro y cumplimiento, con lo que adquiere la calidad de cosa
juzgada que impide cualquier pronunciamiento judicial posterior referido a los
términos y condiciones pactados conforme señalan los arts. 8, 10, 12, 17 de la Ley
antes indicada.
III.2.1. El acuerdo transaccional homologado y su coercibilidad
Es necesario señalar que si bien la propia normativa y el acuerdo transaccional
homologado no mencionan expresamente quién es la autoridad o entidad encargada de
velar por su cumplimiento; sin embargo, la problemática será resuelta velando por la
finalidad de la tutela administrativa, siendo necesario recurrir a la doctrina cuando
puntualiza que en el derecho privado la tutela se establece en interés de la persona
tutelada; empero, en el derecho administrativo se da no en el interés del ente tutelado,
sino en función de los intereses públicos, donde la protección administrativa es una
forma de control ejercido por el ente público mayor sobre los entes públicos autónomos,
semiautónomos o descentralizados (interpretación asumida por Jinesta Ernesto).
III.3. La jurisdicción constitucional no es un ejecutor de acuerdos transaccionales
por reestructuración voluntaria de empresas, homologados por autoridad
competente
La uniforme jurisprudencia constitucional estableció que la acción de amparo
constitucional como instrumento tutelar de los derechos y garantías fundamentales de
las personas no es un mecanismo que coacciona el cumplimiento de resoluciones
administrativas o judiciales.
Al respecto, es oportuno indicar que a través de la SCP 0162/2012 de 14 de mayo, se ha
sentado el precedente señalando que: “…al Tribunal Constitucional, en el ámbito de las
competencias asignadas por las normas previstas por el art. 120 de la CPE y la Ley del
Tribunal Constitucional, no le está fijada la atribución de hacer cumplir las
resoluciones firmes de otros órganos jurisdiccionales de la jurisdicción común, o las
que emerjan de un procedimiento administrativo, sino que son estos los que tienen
que hacerlas cumplir, así como resolver los incidentes que se presenten en su
ejecución. Consiguientemente, una vez agotada la vía administrativa, los recurrentes
deben acudir ante el órgano competente para que, en ejecución de esos fallos, haga
cumplir los mismos, no siendo el recurso de amparo constitucional la vía idónea para
ese fin, habida cuenta que se activa solamente ante la vulneración clara y efectiva de
un derecho fundamental; así, se ha establecido una línea jurisprudencial en los casos
en que se solicitó la ejecución de sentencias pasadas con autoridad de cosa juzgada, en
el sentido de que el carácter subsidiario del recurso de amparo constitucional, impide
conocer un asunto en el que se impetre la ejecución de una sentencia, resolución o
fallo, pues esa labor le corresponde al órgano que lo emitió; razonamiento aplicable
también para la ejecución de resoluciones administrativas, pues es al propio órgano
emisor de la resolución administrativa al que le corresponde ejecutar sus
resoluciones, y sólo si el órgano omite cumplir su deber de manera reiterada y
ostensible, y se han agotado los medios legales para que tal órgano cumpla con su
deber, se abrirá la jurisdicción constitucional, no para ejecutar las resoluciones, sino
para reparar una lesión al debido proceso o a otros derechos fundamentales, dado
que la eficacia de las resoluciones se constituye en un derecho que emerge de la
garantías del debido proceso, y la no ejecución lesiona tal derecho” (las negrillas son
agregadas).
Conforme al desarrollo jurisprudencial, se tiene que no es atribución del Tribunal
Constitucional Plurinacional hacer cumplir las resoluciones firmes de otros órganos
jurisdiccionales de la jurisdicción común, o las que emerjan de un procedimiento
administrativo, que en el caso de autos, se solicita el cumplimiento de un acuerdo
transaccional homologado, en ese sentido, el art. 41 del DS 71 de 9 de abril de 2009,
prevé que la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Empresas fiscaliza, controla
y regula las actividades de las empresas en lo relativo a su reestructuración; y, que el
acuerdo de reestructuración voluntaria de empresas suscrito por la empresa ahora
representada con sus acreedores, homologado por RA SEMP 262/2008, también
atribuye a la Junta de Acreedores la función de fiscalizar el cumplimiento del acuerdo;
sin embargo, es necesario determinar en base a los fines de la Ley 2495, quién es la
autoridad encargada de exigir el cumplimiento de los términos pactados.
En ese entendido, y bajo el principio de una tutela administrativa efectiva, los alcances
de la Ley 2495, su Reglamento y la Ley del Procedimiento Administrativo, se tiene que
en esencia esta Ley de Reestructuración Voluntaria busca prevenir la quiebra inminente
de una empresa dándole la oportunidad al deudor de celebrar un acuerdo transaccional
con sus acreedores, fijando condiciones y procedimientos que son supervisados y
controlados por la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Empresas, entidad
que no sólo tiene la potestad de darle la calidad de cosa juzgada a los términos pactados,
sino que también bajo el principio de la fuerza ejecutiva de las resoluciones
administrativas está facultada para exigir su cumplimiento como entidad jerárquica al
que se sometieron tanto la entidad ahora representada como los acreedores privados y
estatales.
En efecto, la Ley 2495, al establecer el procedimiento administrativo para la
reestructuración de empresas, que concluye con la homologación del acuerdo
transaccional por parte de la Autoridad de Fiscalización y Control Social de
Empresas, guardó armonía con los principios generales previstos en la Ley del
Procedimiento Administrativo que en su art. 55.III, establece que la
administración pública ejecutará por sí misma sus propios actos administrativos;
ahora bien, desde una interpretación teleológica de la Ley de Restructuración
Voluntaria, se tiene que el legislador, decidió otorgar un instrumento jurídico alternativo
al dispuesto en el Código de Comercio para que deudores y sus acreedores acuerden la
reestructuración o liquidación voluntaria de empresas, sean estas personas naturales o
jurídicas, a través de la suscripción y ejecución de un acuerdo de transacción, este
Tribunal Constitucional Plurinacional concluye que la Autoridad de Fiscalización y
Control Social de las Empresas, al ser la encargada de controlar y supervisar desde el
inicio todo el procedimiento de reestructuración voluntaria de empresas, tiene también
potestad para exigir a la entidad demandada, el cumplimiento del acuerdo transaccional
suscrito por el representante de BOLSER Ltda. y los acreedores que conforman la Junta
de Acreedores de la mencionada empresa y adenda, ya que sólo así se podrá alcanzar los
fines previstos por las tantas veces citada Ley 2495.
III.4. Aplicación al caso de autos
En el presente caso, la apoderada de la entidad accionante sostiene la vulneración de los
derechos de su mandante a la “seguridad jurídica”, al debido proceso, al trabajo, a la
industria y comercio, en razón a que el BCB se niega a cumplir el acuerdo transaccional
que fue homologado por la ex Superintendencia de Empresas, que trata de adicionar
sumas que no están insertas en el documento.
Por la documentación aparejada al expediente, se evidencia que la entidad accionante y
sus acreedores privados y estatales, sujetaron sus actuaciones al procedimiento de
reestructuración voluntaria de empresas previsto en la Ley 2495 y el DS 27384,
modificado por los DDSS 27759, 28577 y 29535, por tanto estuvieron bajo la tuición y
control de la ex Superintendencia -hoy Autoridad de Fiscalización y Control Social- de
Empresas que como entidad jerárquica esta facultada para exigir el cumplimiento de sus
propias determinaciones para alcanzar los fines previstos en la Ley de Restructuración
Voluntaria, más aún cuando el acuerdo transaccional del que hoy se pide su
cumplimiento tiene la calidad de cosa juzgada conforme establece el art. 17 de la citada
Ley.
Dentro de ese contexto jurisprudencial y legal desarrollado en los Fundamentos
Jurídicos III.3.y en base a la interpretación teleológica de la Ley 2495 al servicio de un
fin colectivo y siendo necesaria su materialización, se establece que corresponde a la
Autoridad de Fiscalización y Control Social de Empresas exigir a la entidad demandada
el cumplimiento del acuerdo transaccional suscrito por el representante de BOLSER
Ltda. y los acreedores que conforman la Junta de Acreedores de la mencionada empresa
y adenda, debido a que la justicia constitucional como institución que vela por los
derechos y garantías fundamentales de las personas, no es un ente ejecutor de
resoluciones administrativas, judiciales y acuerdos transaccionales homologados por
autoridad competente, es decir, que la uniforme jurisprudencia constitucional estableció
que no corresponde a este Tribunal Constitucional Plurinacional, hacer cumplir las
determinaciones de otros órganos jurisdiccionales o las que emerjan de un
procedimiento administrativo, sino que son estos los que tienen que hacerlas cumplir y
resolver las solicitudes accesorias que se presenten en su ejecución.
Consecuentemente, el Tribunal de garantías, al conceder en parte la acción tutelar
únicamente sobre el derecho a la “seguridad jurídica”, no ha actuado correctamente.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Liquidadora Transitoria, en virtud
de lo previsto en el art. 20.II de la Ley 212 de 23 de diciembre de 2011; en revisión,
resuelve: REVOCAR la Resolución 3/10 de 24 de marzo de 2010, cursante de fs. 428 a
430, pronunciada por la Sala Social y Administrativa Tercera de la Corte Superior del
Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental de Justicia- de La Paz, y en
consecuencia, DENEGAR la tutela solicitada, con la aclaración de que no se ingresó al
análisis de fondo de los derechos denunciados, por las razones expuestas en el presente
fallo.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.
Fdo. Dra. Blanca Isabel Alarcón Yampasi
MAGISTRADA
Fdo. Dr. Macario Lahor Cortez Chávez
MAGISTRADO
Fdo. Dra. Carmen Silvana Sandoval Landivar
MAGISTRADA
Fdo. Dra. Edith Vilma Oroz Carrasco
MAGISTRADA
Fdo. Dr. Zenón Hugo Bacarreza Morales
MAGISTRADO
SENTENCIA CONSTITUCIONAL 0312/2007-R
Sucre, 24 de abril de 2007
Expediente:
2006-13922-28-RAC
Distrito:
Santa Cruz
Magistrada Relatora:
Dra. Elizabeth Iñiguez de Salinas
En revisión la Sentencia 28 de 5 de mayo de 2006, cursante de fs. 168 a 171 vta.
pronunciada por la Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial de
Santa Cruz, dentro del recurso de amparo constitucional interpuesto por Jesús
Ronald Méndez Capobianco contra Juana Molina Paz de Paz, Adolfo Gandarilla
Suárez, Hernán Cortés Castillo, Vocales de la Sala Civil Primera, Roberto Pierini
de Paulis, Juez Octavo de Partido en lo Civil y Comercial, todos del Distrito
Judicial de Santa Cruz; y Alex Justiniano Schwarm y Hugo Harriague Hoyos,
Presidente de la Comisión Liquidadora de la Financiera de Desarrollo Santa Cruz
(Findesa S.A.M.) y Administrador General de dicha Sociedad, respectivamente,
señalando la vulneración de sus derechos a la seguridad jurídica, a la defensa y de la
garantía del debido proceso, previstos en los arts. 7 inc. a) y 16.II y IV de la
Constitución Política del Estado (CPE).
I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURIDICA
I.1. Contenido del recurso
I.1.1. Hechos que motivan el recurso
En el memorial presentado el 9 de febrero de 2006 (fs. 127 a 131), el recurrente arguye
que dentro del proceso ejecutivo seguido contra su persona, como garante personal de
"Findesa S.A.M.", Ezequiel Romero Peralta y otros, a consecuencia de un contrato de
préstamo de 22 de agosto de 1996 por el pago de $us18 224,66.- (dieciocho mil
doscientos veinticuatro dólares estadounidenses con sesenta y seis centavos) más
intereses legales y penales, gastos judiciales y honorarios profesionales; se dictó
Sentencia por el Juez correcurrido el 19 de junio de 2000, declarando probada la
demanda.
Expresa que, como consecuencia de la Sentencia 290 de 19 de junio de 2000 dictada por
el Juez correcurrido, que declaró probada la demanda ejecutiva seguida por "Findesa
S.A.M." en liquidación contra Ezequiel Romero Peralta y su esposa, disponiendo se
prosiga a cubrir la obligación perseguida, más intereses ordinarios, penales, gastos y
costas con el remate de los bienes embargados o por embargarse; sin exigirse la
exhibición de todos los bienes que garantizaban el cumplimiento de ese contrato de
préstamo 275/96 de 22 de agosto de 1996, en el que su persona actuó como garante,
embargándose el fundo rústico de su propiedad, denominado "Toco Hediondo",
ignorando el jeep marca Suzuki, modelo Vitara SE416/JGLMTX, con placa de control
SJK-165, que en la cláusula novena del citado contrato se otorgó como garantía
"personal prendaria sin desplazamiento" (sic), constando en el acta que no fue
embargado dicho jeep por no encontrarse en el inmueble donde se practicó el secuestro
y que por voluntad de la parte demandada y aceptación de la parte demandante se
entregaron los artefactos electrónicos al abogado y familiar Rodolfo Brunner Díaz, que
en la misma cláusula se detallaban.
Expresa que, reclamó esta irregularidad ante "Findesa S.A.M.", quien le explicó que de
acuerdo a la cláusula décima segunda del contrato, se autorizaba a dicha entidad y a los
prestatarios a suscribir contratos complementarios convenientes para recuperar lo
adeudado, referidos entre otros a la sustitución de garantías sin intervención de fiadores.
Por lo que ese ente sustituyó la garantía del jeep Suzuki por una impresora, mediante
testimonio 557/1997 de 30 de octubre, actuando con dolo y mala fe, al no haberse
presentado dicho instrumento en todo el proceso ejecutivo y ser desconocido por el Juez
y su parte, embargándose el fundo mencionado.
Manifiesta que, interpuso incidente de nulidad ante el Juez de la causa, que fue
declarado improbado por considerarlo inoportuno, habiendo los Vocales correcurridos
confirmado en apelación la Resolución del Juez a quo, el 10 de agosto de 2005 sin
pronunciarse sobre la mala fe del ejecutante y sin aplicar el art. 3 inc. 3) del Código de
Procedimiento Civil (CPC).
I.1.2. Derechos y garantía supuestamente vulnerados
El recurrente considera que se vulneraron sus derechos a la seguridad jurídica, a la
defensa y la garantía del debido proceso, previstos en los arts. 7 inc. a) y 16.II y IV de la
CPE.
I.1.3. Autoridades recurridas y petitorio
De acuerdo a lo relatado plantea recurso de amparo constitucional contra Juana Molina
Paz de Paz, Adolfo Gandarilla Suárez, Hernán Cortés Castillo, Vocales de la Sala Civil
Primera, Roberto Pierini de Paulis, Juez Octavo de Partido en lo Civil y Comercial,
todos del Distrito Judicial de Santa Cruz; y Alex Justiniano Schwarm y Hugo Harriague
Hoyos, Presidente de la Comisión Liquidadora de "Findesa S.A.M." y Administrador
General de dicha Sociedad, respectivamente, solicitando sea declarado "procedente", se
anule el proceso ejecutivo hasta el momento de presentar la demanda, exigiendo a
"Findesa S.A.M." que adjunte la escritura 557/97, como ordena el art. 330 del CPC.
I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de amparo constitucional
En la audiencia pública celebrada el 5 de mayo de 2006, cuya acta cursa de fs. 164 a
168, se suscitaron las siguientes actuaciones:
I.2.1. Ratificación y ampliación del recurso
El recurrente a través de su abogado ratificó y reiteró los términos de su demanda.
Con la réplica sostuvo que había agotado la vía administrativa de reclamo, y que no
podía contrarrestar el acto ilegal del recurrido con una demanda ordinaria, pues el
recurso de amparo constitucional tenía que reparar necesariamente el daño que se le
estaba ocasionando.
I.2.2. Informe de las autoridades recurridas
El Juez correcurrido en el informe que cursa de fs. 139 a 140, manifestó que el incidente
de extinción de obligación por novación de contrato, su exclusión del proceso, la
liberación de garantía y archivo de obrados que interpuso el recurrente, fue debidamente
tramitado y resuelto por su autoridad, sin que se haya incurrido en acto u omisión
indebida.
Los Vocales correcurridos no asistieron a la audiencia, ni presentaron informe alguno,
pese a estar debidamente notificados (fs. 138).
Los personeros de "Findesa S.A.M." correcurridos en el informe cursante de fs. 161 a
163 sostuvieron que: 1) El recurrente consintió libre y expresamente lo señalado en la
cláusula décima segunda del contrato de préstamo, referida a liberaciones o
sustituciones de garantías, que ahora pretende impugnar, de modo que conforme al art.
96.2 de la Ley del Tribunal Constitucional (LTC) su recurso es improcedente; 2) Los
juicios ejecutivos no causan ejecutoria por su propia naturaleza, pues pueden
ordinarizarse en el término de seis meses, por violaciones al debido proceso o hechos
que se consideren gravosos a las partes, lo que no aconteció en el presente caso,
ameritando la improcedencia establecida por el art. 96.3 de la LTC.
I.2.3. Resolución
Mediante Sentencia 28 de 5 de mayo de 2006, cursante de fs. 168 a 171 vta.,
pronunciada por la Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial de
Santa Cruz, se denegó el recurso, con multa de Bs300.- (trescientos bolivianos); con los
siguientes fundamentos: a) El recurrente pudo ordinarizar el proceso por el no
cumplimiento de la cláusula que ahora impugna, de acuerdo al art. 490 del CPC
modificado por el art. 28 de la Ley de Abreviación Procesal Civil y Asistencia Familiar
(LAPCAF); b) También podía exigir la prelación en el embargo de bienes conforme al
art. 1471 del Código Civil (CC), a fin de que se embarguen y rematen sus bienes sólo
en caso necesario para cubrir la obligación; c) El recurrente consintió los actos que
ahora reclama, pues en la cláusula décima segunda del contrato se facultó al acreedor a
realizar modificaciones al contrato pendiente a beneficiar el cobro; d) El
incumplimiento del contrato debe demandarse en la vía ordinaria y no en la jurisdicción
constitucional.
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes, se llega a las conclusiones que
se señalan seguidamente:
II.1. A través del testimonio 275/96 de 22 de agosto de 1996 (fs. 34 a 39 vta.) se
protocolizó un contrato de préstamo con "garantía personal y prendaria" por $us20 000.(veinte mil dólares estadounidenses) suscrito por la ahora correcurrida sociedad
"Findesa S.A.M.", Ezequiel Romero Peralta y otros, figurando como fiador el hoy
recurrente, en cuya cláusula décima segunda (fs. 38 vta. a 39) cursa autorización
expresa "anticipada e irrevocable" (sic) de los fiadores para que "Findesa S.A.M" pueda
suscribir con los prestatarios, contratos complementarios referentes entre otros a
liberaciones o sustituciones de garantías, sin la intervención de los fiadores, cuando sea
conveniente a "Findesa S.A.M." para la recuperación de lo adeudado.
II.2. Mediante testimonio 557/97 de 18 de noviembre de 1997 (fs. 84 a 86 vta.)
"Findesa S.A.M." sustituyó la garantía del jeep Suzuki placa SJK-165, que figuraba en
la cláusula novena (fs. 37 vta. a 38) del mencionado contrato, por una impresora offsett,
marca Multhigraphis, manteniendo la vigencia de todas y cada una de las cláusulas del
contrato principal.
II.3. El 14 de diciembre de 1998 (fs. 41 a 42) "Findesa S.A.M." interpuso proceso
ejecutivo contra los citados prestatarios por la suma de $us18 224,66.- (dieciocho mil
doscientos veinticuatro dólares estadounidenses con sesenta y seis centavos), intereses
penales y legales estipulados en el referido contrato. El Juez Octavo de Partido en lo
Civil y Comercial, por Auto de 16 de diciembre de 1998, intimó a los prestatarios a
pagar al tercer día la suma demandada, más intereses legales, gastos y costas (fs. 42
vta.). Por Sentencia 290 de 19 de julio de 2000 (fs. 57 a 58) el Juez correcurrido declaró
probada la demanda, disponiendo la prosecución del trámite de la causa hasta el estado
de remate de los bienes embargados o por embargarse para que con su producto se
cubra la obligación perseguida. Fallo que fue ejecutoriado por providencia de 30 de
agosto de 2000 (fs. 60 vta.).
II.4. Por acta de embargo de 12 de junio de 2001 (fs. 68) el Oficial de Diligencias del
Juzgado Octavo de Partido en lo Civil y Comercial, embargó el fundo rústico
denominado "Toco Hediondo" de propiedad del coejecutado y hoy recurrente, ubicado
en el cantón "Palmar del Oratorio", provincia Andrés Ibáñez del departamento de Santa
Cruz.
II.5. A través del memorial presentado el 23 de julio de 2004 (fs. 87 a 89), el recurrente
solicitó al Juez correcurrido en la vía incidental, extinción de la obligación por novación
de contrato, exclusión del proceso, liberación de garantía y archivo de obrados,
señalando que "Findesa S.A.M." sorprendió la buena fe de dicho Juez, presentando en
su demanda ejecutiva el documento inicial y no así el de sustitución de garantía, que en
su entender lo libera de toda obligación. Por Auto motivado de 1 de febrero de 2005 (fs.
102 a 103) el Juez correcurrido declaró improbado el incidente argumentando que con
la sustitución parcial de una de las garantías prendarias que reclama el recurrente, no se
operó modificación o reemplazo alguno en la obligación misma, por lo que no existió
novación, ni podía operarse la extinción impetrada por el recurrente.
El recurrente apeló de esta determinación por memorial presentado el 28 de febrero de
2005 (fs. 106 a 109), reiterando sus alegatos. Los Vocales correcurridos por Auto de
Vista de 10 de agosto de 2005 (fs. 123 a 124), confirmaron la Resolución apelada, con
costas, ratificando y avalando la actuación del Juez a quo.
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
El recurrente señala vulneración a sus derechos a la seguridad jurídica, a la defensa y la
garantía del debido proceso, por cuanto considera que no obstante que reclamó el ilegal
embargo del fundo rústico de su propiedad, denominado "Toco Hediondo" a "Findesa
S.A.M.", dentro del fenecido proceso ejecutivo seguido por esta entidad contra Ezequiel
Romero Peralta y otros, en el que su persona actuó como garante, pues correspondía
embargar previamente el jeep marca Suzuki, modelo Vitara, con placa de control SJK165, que en la cláusula novena del contrato de préstamo se otorgó como "garantía
personal prendaria" sin desplazamiento, y pese a que el testimonio 557/1997 -por el que
"Findesa S.A.M." sustituyó la garantía de dicho jeep por una impresora- no fue
conocido por el Juez correcurrido y su parte; el incidente de nulidad que opuso ante el
Juez fue declarado improcedente por considerarlo inoportuno, confirmando, esa
determinación en apelación los Vocales correcurridos, sin pronunciarse sobre la mala fe
del ejecutante y sin aplicar el art. 330 del CPC. Por tanto corresponde, en revisión,
analizar si en este caso se debe otorgar la tutela buscada.
III.1. Subsidiariedad del amparo dentro de la vía legal donde se acusa la
vulneración
Conforme lo ha señalado este Tribunal a partir de la SC 0374/2002-R de 2 de abril:
"(…) la subsidiariedad del amparo constitucional debe ser entendida como el
agotamiento de todas las instancias dentro del proceso o vía legal, sea administrativa o
judicial, donde se acusa la vulneración, dado que donde se deben reparar los derechos
fundamentales lesionados es en el mismo proceso, o en la instancia donde han sido
conculcados, y cuando esto no ocurre queda abierta la protección que brinda el
Amparo Constitucional… ".
Con lo cual, quedan desvirtuados los argumentos de los correcurridos personeros de
"Findesa S.A.M." y de la Corte de amparo, con relación al hecho de que el recurrente
debió acudir a la ordinarización del proceso y exigir la prelación en el embargo de
bienes. Por lo que corresponde, ingresar al análisis de fondo de la presente
problemática.
III.2. Normativa y jurisprudencia aplicables
El art. 330 del CPC referido a la prueba documental que deberá presentarse con la
demanda, señala: "Con la demanda, reconvención, y contestación de ambas, deberá
acompañarse la prueba documental que estuviere en poder de las partes. Si no la
tuvieren a su disposición, la individualizarán indicando el contenido, lugar, archivo
y oficina pública o persona en poder de quien se encontrare".
A su turno el art. 331 del CPC que continúa, indica: "(Documentos posteriores o
anteriores desconocidos) Después de interpuesta la demanda, sólo se admiten
documentos de fecha posterior, o, siendo anteriores, bajo juramento de no haber
tenido antes conocimiento de ellos (…)".
Estos artículos tienen su justificación en que el demandado no solamente ha de conocer
con la demanda, los hechos en que el recurrente funda su pretensión, sino también la
prueba de que intenta valerse, porque no hay objeto de mantenerla oculta, cuando éste
ya no se encuentre en condiciones de contrarrestarla. Facilita la abreviación del proceso
y supone la ventaja de que puede, así, evitarse muchos litigios, porque el demandado en
conocimiento de la prueba documental del actor, puede avenirse a un allanamiento más
beneficioso para todos, si no dispone a su vez, de medios eficaces para destruirla.
Mantener reservadas y ocultas las pruebas por las que el demandante intenta
valerse para defender su derecho, demuestra una de dos cosas, cuando no ambas a la
vez, temor de que estas pruebas puedan ser rechazadas por el adversario
victoriosamente o deseo de sorprender a éste imposibilitando su defensa. En ambos
casos se evidencia mala fe y son, por consiguiente, reprochables.
De las disposiciones citadas, se colige que toda la prueba documental, demostrativa del
derecho o justificativa de la demanda, debe presentarse juntamente con ésta, relacionada
en la exposición de hechos, en la fundamentación de derecho o en un otrosí. La omisión
de este requisito particular de la demanda, está sancionada por el art. 331 del CPC, que
después, de interpuesta ésta, sólo admite la presentación de documentos de fecha
posterior (a la demanda ha de entenderse) o si son anteriores, bajo juramento de no
haber sido conocidos antes por el actor.
En cuanto a la normativa que rige al fiador simple, se cuenta con el art. 508 del CPC
que expresa: "El fiador simple podrá oponer como excepción previa el beneficio de
excusión, orden, o división, si no la hubiere renunciado." Y de acuerdo a lo expresado
por la SC 0136/2003-R de 6 de febrero, se tiene que: "(…) el fiador simple o personal,
garantiza la obligación con sus bienes, cuando éste (el deudor) no satisfaga la
obligación afianzada (…)" (las negrillas son nuestras).
En este contexto normativo y jurisprudencial, corresponde ingresar al fondo de la
presente problemática.
III.3. Caso analizado
En la especie, el recurrente efectúa su reclamo a través de este recurso, por la
sustitución de la garantía prendaria del jeep Suzuki que figuraba en la claúsula novena
del contrato de préstamo que "Findesa S.A.M." otorgó a los ejecutados, sustitución que
se efectivizó mediante el testimonio 557/1997, en "desconocimiento" (sic) de su persona
-que actuó como fiador en ese contrato- y del Juez correcurrido, añadiendo que no
obstante haber interpuso incidente de nulidad ante dicho Juez y apeló de la Resolución
desestimatoria del mismo ante los Vocales correcurridos, éstos confirmaron tal
determinación sin pronunciarse sobre la mala fe del ejecutante y sin aplicar el art. 330
del CPC; y en el petitorio de su demanda, en forma expresa y puntual, solicita se anule
el proceso ejecutivo hasta el momento de presentar la demanda, exigiendo a "Findesa
S.A.M." que adjunte dicho testimonio.
De la atenta y pormenorizada revisión de los antecedentes que informan el cuaderno
procesal del recurso de amparo constitucional, y que no fue desvirtuado por el
ejecutante, se tiene plena constancia que, el testimonio 557/97 de 18 de noviembre de
1997 (fs. 84 a 86), sustituyó la garantía del jeep Suzuki placa SJK-165, -que figuraba en
la cláusula novena del contrato de préstamo del que emergió el proceso ejecutivo en
cuestión, por una impresora offestt marca Multhigraphics-, no fue adjuntado a la
demanda ejecutiva y menos fue puesto en conocimiento del recurrente fiador personal
de dicho contrato, no obstante que en la cláusula décima segunda del contrato, cursa
autorización expresa "anticipada e irrevocable" (sic) de los fiadores para que "Findesa
S.A.M." pueda suscribir con los prestatarios, contratos complementarios referentes entre
otros a liberaciones o sustituciones de garantías, sin la intervención de los fiadores,
cuando sea conveniente a "Findesa S.A.M." para la recuperación de lo adeudado
(fs. 38 vta. a 39); puesto que de acuerdo a la normativa y jurisprudencia citadas en el
Fundamento Jurídico III.2, se infiere que el ejecutante está impelido a adjuntar a su
demanda toda la prueba documental que estuviere en su poder, y si no la tuviere a su
disposición, la individualizará indicando el contenido, lugar, archivo y oficina pública o
persona en poder de quien se encontrare, más aún si en el caso de autos, al omitir la
presentación o indicación del citado testimonio y al haber avalado el Juez -quién como
director del proceso, tenía la obligación de garantizar la igualdad jurídica de las partes
en todas las instancias de la litis, conforme lo prevé el art. 3.1 y 3 del CPC- y los
Vocales correcurridos, lesionaron los derechos y garantía invocados por el recurrente,
en su condición de fiador personal, pues se le embargó el fundo rústico denominado
"Toco Hediondo" de su propiedad, sin permitirle asumir defensa y sometiéndolo a un
proceso irregular frente a la emisión del tantas veces citado testimonio de sustitución de
garantía que afecta su condición de fiador porque se reemplazó una garantía de mayor
valor como era el jeep Suzuki referido -que satisfacía en mejor medida la deuda
afianzada- por otra garantía de menor cuantía como era la impresora citada.
Con lo que se evidencia que los personeros de "Findesa S.A.M." en liquidación y las
autoridades jurisdiccionales correcurridas actuaron indebida e ilegalmente, pues no
aplicaron objetivamente la ley, ni permitieron que el recurrente asuma defensa
irrestricta, y no le garantizaron el acceso a un proceso justo y equitativo en el que sus
derechos se acomoden a lo establecido por disposiciones jurídicas generales aplicables a
todos aquellos que se hallen en una situación similar. Todo lo que amerita conceder la
tutela impetrada.
Finalmente, en el caso que se revisa, el Tribunal del recurso ha utilizado
inadecuadamente la terminología que rige para la resolución de los recursos de amparo
constitucional, al haber denegado la tutela sin ingresar al análisis de fondo del recurso,
cuando lo que correspondía era declarar su improcedencia, conforme lo ha señalado la
SC 0505/2005-R de 10 de mayo.
Por lo expuesto, el Tribunal de amparo al haber denegado el recurso, no ha efectuado
una adecuada compulsa de los antecedentes procesales ni dado correcta aplicación al
art. 19 de la CPE.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional, en virtud de la jurisdicción y competencia que ejerce por
mandato de los arts. 19.IV y 120.7ª de la CPE; arts. 7 inc. 8) y 102.V de la LTC, con los
fundamentos expuestos, en revisión:
1.- REVOCA la Sentencia 28 de 5 de mayo de 2006, cursante de fs. 168 a 171 vta.,
pronunciada por la Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial de
Santa Cruz;
2.- CONCEDE el recurso de amparo constitucional, y;
3.- ANULA el proceso ejecutivo hasta el momento de presentar la demanda, exigiendo
a "Findesa S.A.M." que adjunte el testimonio 557/97 de 18 de noviembre de 1997.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta
Constitucional.
No interviene la Decana, Dra. Martha Rojas Álvarez, por encontrarse haciendo uso de
su vacación anual.
Fdo. Dra. Elizabeth Iñiguez de Salinas
PRESIDENTA
Fdo. Dr. Artemio Arias Romano
MAGISTRADO
Fdo. Dra. Silvia Salame Farjat
MAGISTRADA
Fdo. Dr. Walter Raña Arana
MAGISTRADO
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL
0674/2013
Sucre, 3 de junio de 2013
SALA PRIMERA ESPECIALIZADA
Magistrado Relator:
Efren Choque Capuma
Acción de amparo constitucional
Expediente:
02723-2013-06-AAC
Departamento:
Tarija
En revisión la Resolución 06/2013 de 30 de enero, cursante de fs. 80 a 85 vta.,
pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Ivar
Zubieta Bejarano y Juana Florinda Godoy León de Zubieta contra Mabel Rocha
Vera, Jueza Cuarta de Partido en lo Civil y Comercial, Susana Ruiz Pantoja, y
Jorge Ahmed Julio Ale, Jueces Segundo y Tercero de Instrucción en lo Civil
respectivamente, todos del departamento de Tarija.
I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA
I.1. Contenido de la demanda
Por memoriales presentados el 18 de enero de 2013, cursante de fs. 17 a 28, de
subsanación de 24 del mismo mes y año, a fs. 31 vta., los accionantes exponen los
siguientes fundamentos:
I.1.1. Fundamentos que motivan la acción
En la gestión 2002, suscribieron documentos privados de préstamos de dinero con la
Cooperativa Integral Campesina COINCA Ltda., -formando parte del primer documento
ambos accionantes y del segundo sólo la accionante-, entregando su patrimonio
económico en calidad de depósito, los cuales no han sido devueltos por lo que iniciaron
procesos ejecutivos.
Recayendo la primera demanda ante el Juzgado Segundo de Instrucción en lo Civil,
donde se procedió a embargar tres inmuebles de propiedad de “COINCA Ltda.”, y en la
gestión 2003 se emitió resolución, misma que cobró ejecutoria debido a que la parte
deudora no apeló la referida, en ejecución de sentencia solicitaron medidas previas al
remate, habiendo la autoridad jurisdiccional dispuesto la notificación a Derechos Reales
(DD.RR.), Catastro Urbano y a la Dirección de ingresos.
El 26 de junio de 2010, COINCA Ltda. mediante escrito solicitó al Juez de la causa,
caducidad de anotación preventiva, desembargo y “cumplimiento de documento
posterior” (sic), por su parte, Aurora Antelo Aparicio sin ser parte del proceso se
apersonó y solicitó extinción de obligación por novación, peticiones que fueron
rechazados, así como el pretendido apersonamiento, la señalada Cooperativa en uso de
su derecho, apeló aquella determinación, misma que fue confirmada por el tribunal de
alzada.
El 24 de octubre de 2011, solicitaron nuevamente medidas previas al remate, petición
que fue resuelta por decreto de 25 del referido mes y año, donde el Juez de la causa
dispuso la actualización de las medidas ordenadas anteriormente.
El 29 de septiembre de 2012, COINCA Ltda. Interpuso incidente de extinción de la
acción por prescripción, mismo que fue declarado improbado, resolución que fue
confirmada por el tribunal ad quem.
El 19 de abril de 2012, reiteraron su solicitud respecto a la ejecución de sentencia; sin
embargo, la Jueza Segunda de Instrucción en lo Civil ahora codemandada, de manera
sorpresiva dispuso que previamente debían pronunciarse sobre el documento de
reconocimiento de deuda y compromiso de pago que había presentado COINCA Ltda.,
habiendo dispuesto la señalada que no podía continuarse con la ejecución de sentencia,
debido al nuevo documento que adjuntó esa Cooperativa que modificó el documento de
préstamo sobre el cual se dictó el fallo. Ante ésta determinación, se interpuso recurso de
reposición bajo alternativa de apelación, misma que fue negado concediéndose la
apelación, habiendo sido resuelta por la Jueza Cuarta de Partido en lo Civil y Comercial
ahora demandada, quien revocó en parte aquella determinación, favoreciendo a la
accionante con el 50% de la suma adeudada, ordenando continuar con la ejecución de
las medidas previas al remate.
La Jueza codemandada, mediante decreto ordenó de ofició se remita los informes
respectivos de las medidas previas al remate; no obstante, el 24 de octubre de 2012, los
representantes de COINCA Ltda. presentaron recurso de reposición bajo alternativa de
apelación contra aquella disposición; sin embargo, la Jueza codemandada no consideró
la existencia del fallo ejecutoriado debido a que los ejecutados no hicieron uso de
ningún recurso y tampoco ordinarizaron el proceso, por lo mismo precluyó los derechos
de dicha Cooperativa, por lo mismo, dicha autoridad debió continuar con la ejecución
de sentencia y no resolver otras cuestiones que sólo tienen el fin de entorpecer la
ejecución de la sentencia, vulnerándose de ésta forma el derecho al debido proceso.
Con relación al segundo proceso ejecutivo, se sustanció ante el Juzgado Tercero de
Instrucción en lo Civil, donde se embargó tres inmuebles de propiedad de COINCA
Ltda., obteniendo el 1 de diciembre de 2003, Resolución a favor de la hoy accionante
que cobró ejecutoría, el 17 de febrero de 2004 solicitando medidas previas al remate las
cuales fueron ordenadas; no obstante, el actual Juez codemandado “no cumplió con el
remate”, pese a la existencia de fallo ejecutoriado, por el contrario resolvió solicitudes
interpuestas por la Cooperativa negándose de esta forma en ejecución de sentencia
efectivizar las medidas previas solicitadas, accionar que vulnera el derecho al debido
proceso.
I.1.2. Derechos y garantía supuestamente vulnerados
Alega lesionados los derechos, al debido proceso, a la defensa, “seguridad jurídica,
legalidad, congruencia e igualdad” (sic), citando para el efecto los arts. 115.II, 117.I de
la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Se conceda la tutela solicitada, “debiendo retrotraerse el trámite hasta fs. 350 del
proceso que sustancia el Juzgado Segundo de Instrucción en lo Civil y a fs. 112 del
expediente del Juzgado Tercero de Instrucción en lo Civil” (sic).
I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías
Celebrada la audiencia pública el 30 de enero de 2013, según consta las actas cursantes
de fs. 78 a 79 vta., se produjeron los siguientes actuados:
I.2.1. Ratificación de la demanda
El abogado de los accionantes ratificó los fundamentos de la acción de amparo
constitucional.
I.2.2. Informe de las autoridades judiciales demandadas
Mabel Rocha Vera, Jueza Cuarta de Partido en lo Civil y Comercial, presentó informe,
cursante a fs. 77 vta., manifestando que se ratifica en las resoluciones que emitió.
Silvia Susana Ruiz Pantoja, Jueza Segundo de Instrucción en lo Civil, presentó informe,
cursante de fs. 34 a 37, manifestando: a) El 30 de julio de 2002, “COINCA Ltda.”
suscribió documento de préstamo de dinero con los ahora accionantes, ante el
incumplimiento de la obligación asumida, se presentó demanda ejecutiva, misma que
concluyó con resolución a favor de los accionantes; b) El 12 de mayo de 2008,
representantes de la señalada Cooperativa suscribieron documento de reconocimiento de
deuda y compromiso de pago con el ahora accionante, donde el último de los
nombrados renunció al cobro de intereses y se compromete a no proseguir con el
proceso civil; c) Pese a existir este documento, ambos accionantes pretenden hacer
efectiva la referida sentencia, con total falta de lealtad procesal, buscando el cobro de la
suma total adeudada más intereses; y, d) Advertido de aquella actitud, se determinó solo
el cobro del 50% de la deuda más intereses a favor de la accionante quien no firmó el
documento de reconocimiento de deuda y compromiso de pago, por lo mismo, no se
podía ejecutar el fallo referido como ambos accionantes pretenden, pese a tener
conocimiento de dicho documento, ambos accionantes siguen actuando de mala fé al
presentar esta acción de amparo constitucional, buscando efectivizar la ejecución de la
sentencia que emergió del proceso ejecutivo.
Jorge Ahmed Julio Ale, Juez Tercero de Instrucción en lo Civil, no asistió a la audiencia
y tampoco presentó informe escrito, pese a su notificación (fs. 33 vta.).
I.2.3. Informe del tercero interesado
Andrés Policarpio Vega, Presidente de COINCA Ltda., no asistió a la audiencia y
tampoco presentó informe escrito, pese a su notificación (fs. 33 vta.).
I.2.4. Resolución
La Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Tarija, constituida en
Tribunal de garantías, pronunció la Resolución 06/2013 de 30 de enero, cursante de fs.
80 a 85 vta., por la que denegó la tutela solicitada, con los siguientes fundamentos; 1)
Los accionantes, tenían una resolución ejecutiva favorable que data de la gestión 2003,
que no fue ejecutada por los mismos; 2) Ante una novación expresa que se materializa
con el documento de 12 de mayo de 2008 suscrito por ambos accionantes con su deudor
“COINCA Ltda.”, donde se renunció al cobro de los intereses y al proceso civil respecto
al cobro de la acreencia en contra de dicha Cooperativa; y, 3) Los acuerdos voluntarios
constituyen ley entre las partes, son los accionantes quienes no ejecutaron el fallo del
proceso ejecutivo y cambiaron sus efectos con la suscripción del documento señalado.
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las siguientes
conclusiones:
II.1. El 30 de julio de 2002, COINCA Ltda. representado por Hilarión Cuellar Romero
y Esteban Fernández suscribió contrato privado de préstamo de dinero con Ivar Zubieta
Bejarano y Juana Florinda Godoy León de Zubieta ahora accionantes, consistente en la
suma de $us2000.- (dos mil dólares estadounidenses), documento reconocido ante la
Notaria de Fe Pública de Primera Clase 8 (fs. 1 a 2 del anexo).
II.2. El 12 de agosto de 2003, dentro la demanda ejecutiva seguida por ambos
accionantes contra COINCA Ltda., la Jueza Segunda de Instrucción en lo Civil, emitió
fallo, declarando probada la demanda interpuesta y condenando a dicha Cooperativa,
cancelar la suma de $us2000.- más intereses convenidos, bajo conminatoria de
procederse al remate de los bienes embargados o por embargarse (fs. 29 vta. del anexo).
II.3. El 12 de mayo de 2008, Andrés Policarpo Vega Vásquez y Raúl Alcoba Romero
en representación de COINCA Ltda. , suscribieron documento privado de
reconocimiento de deuda y compromiso de pago con Ivar Zubieta Bejarano -acciónate-,
donde los primeros nombrados reconocen la deuda de $us2000.- a favor del accionante
y, se comprometen a cancelar dicho monto el plazo de cinco años a partir de la
suscripción de dicho documento; por otra parte, el accionante renuncia al cobro de
cualquier tipo de interés legal o convencional, comprometiéndose además a no iniciar o
proseguir ningún proceso contra “COINCA Ltda.”, documento reconocido ante la
Notaria de Fe Pública N 8 (fs. 282 a 283 vta. del anexo).
II.4. Por Resolución de 10 de agosto de 2012, la Jueza codemandada resolvió la
excepción de prescripción interpuesta por Andrés Policarpio Vega en representación de
COINCA Ltda. contra Juana Florinda Godoy León de Zubieta -accionante-, declarando
probada la misma y extinguida la obligación capital de la suma de $us1000.- (mil
dólares estadounidenses) más intereses adeudada a la accionante, disponiendo el archivo
de obrados (fs. 430 vta. a 432 del anexo).
II.5. El 20 de agosto de igual año, ambos accionantes interpusieron recurso de
reposición contra la Resolución de 10 del señalado mes y año bajo alternativa de
apelación, misma que fue resuelta mediante Resolución de 31 de igual mes y año, donde
la Jueza de la causa confirmó en todas sus partes el fallo impugnado, concediéndoles el
recurso de apelación (fs. 446 a 448 y 457 a 458 del anexo).
II.6. El 14 de septiembre de 2012, el tribunal de alzada mediante Auto de Vista,
resolvió revocar totalmente la resolución apelada y declaró improbada la extinción de la
acción por prescripción (fs. 467 a 470 del anexo).
II.7. El 11 de octubre de igual año, los accionantes solicitaron a la Jueza codemandada
fotocopias legalizadas del expediente, petición que fue resuelta por providencia de 12 de
igual mes y año, en el que se da curso a aquella solicitud, disponiéndose además, por
secretaria se de cumplimiento a las medidas previas al remate ordenando remitir oficios
a las instituciones correspondientes (fs. 495 vta. del anexo).
II.8. El 16 de noviembre de 2012, Andrés Policarpio Vega Vásquez en representación
de COINCA Ltda., adjuntando planilla de liquidación del capital e intereses pactados en
el documento inicial de 30 de julio de 2002 así como un recibo de pago parcial de 13 de
noviembre de 2009, realizado con Juana Florinda Godoy León de Zubieta -accionante-,
presentó memorial ante la Jueza codemandada, a quien solicitó extender formulario de
depósito en la suma de la planilla adjunta, escrito que mereció el decreto de 19 de
noviembre de 2012, donde la Jueza codemandada dispuso poner en conocimiento de los
accionantes los antecedentes así como los documentos adjuntos, para que en el plazo de
tres días se pronuncien al respecto (fs. 509 a 510 del anexo).
II.9. El 28 de diciembre de 2012, Andrés Policarpio Vega Vásquez en representación
de COINCA Ltda., mediante escrito se dirigió a la Jueza codemandada, a quien le
solicitó que por Secretaría se extienda en su favor certificado de depósito según la
planilla presentada a efectos de cancelar la obligación adeudada, bajo el argumento de
que los accionantes no realizaron ninguna observación a la planilla señalada (fs. 511 del
anexo).
II.10.Por decreto de 31 de diciembre de 2012, la Jueza codemandada decreto: “Como
hasta la fecha la demandante no se ha pronunciado sobre la planilla (…) que ha sido
presentada por el demandado, se declara ejecutoriada en todas sus partes en relación a la
acreencia de la demandante Florinda Godoy León de Zubieta. Por actuaria extiéndase el
certificado de depósito judicial a favor del demandado, una vez ejecutoriada la presente
resolución judicial” (sic) (fs. 511 del anexo).
II.11.Con relación al segundo proceso ejecutivo; el 30 de julio de 2002, la Cooperativa
Integral Campesina “COINCA Ltda.” representado por Hilarión Cuellar Romero y
Esteban Fernández suscribió contrato privado de préstamo de dinero con Juana Florinda
Godoy León de Zubieta ahora accionante por la suma de $us6000.- (seis mil dólares
estadounidenses) documento reconocido ante la Notaria de Fe Pública de Primera Clase
Nº8 (fs. 513 a 514 del anexo).
II.12.El 1 de diciembre de 2003, dentro la demanda ejecutiva seguida por la accionante
contra COINCA Ltda., la Jueza Tercera de Instrucción en lo Civil emitió Sentencia,
declarando probada la demanda interpuesta condenado a dicha Cooperativa., cancelar la
suma adeudada mas intereses convenidos (fs. 552 a 553 del anexo).
II.13.El 17 de febrero de 2004, la accionante mediante escrito solicito ante el Juez de la
causa, medidas previas el remate, misma que fue resuelta por decreto de 18 de igual mes
y año, en el que se dispuso la notificación a DD.RR., Catastro Urbano, entre otros (fs.
564 y vta. del anexo).
II.14.El 14 de mayo de 2008, Andrés Policarpo Vega Vásquez y Raúl Alcoba Romero
en representación de COINCA Ltda., suscribieron documento privado de
reconocimiento de deuda y compromiso de pago con Juana Florinda Godoy León de
Zubieta -accionante- donde los primeros nombrados reconocen ser deudores de
$us6000.- a favor de la accionante, comprometiéndose a cancelar dicho monto en el
plazo de cinco años a partir de la suscripción de dicho documento; por otra parte, la
accionante renunció al cobro de cualquier tipo de interés legal o convencional,
comprometiéndose a no iniciar o proseguir ningún proceso contra contra la referida
Cooperativa., documento reconocido ante la Notaria de Fe Pública 8 (fs. 579 a 580 vta.
del anexo).
II.15.Por Resolución de 8 de junio de 2012, el Juez codemandado resolvió el incidente
de caducidad de anotación preventiva, desembargo y “cumplimiento de documento
posterior” (sic) interpuesto por Andrés Policarpio Vega Vásquez en representación de
COINCA Ltda., declarando improbado el incidente de caducidad de anotación
preventiva y probado el incidente de “cumplimiento del nuevo contrato y desembargo
correspondiente” (sic) disponiendo la extinción de la obligación inicial por “novación
de una nueva obligación contractual” (sic) (fs. 624 y vta. del anexo).
II.16.El 18 de junio de 2012, la accionante interpuso recurso de reposición bajo
alternativa de apelación contra la Resolución de 8 del referido mes y año, la misma que
fue resuelta por Resolución de 11 de julio de igual año, donde el Juez de la causa
declaro “no haber lugar” la reposición planteada concediendo a la accionante la
apelación en el efecto devolutivo; recurso de apelación, que fue resuelto mediante Auto
de Vista de 25 de julio de 2012 donde el tribunal de alzada argumentando que en
ejecución de sentencia solo es procedente el recurso de apelación en el efecto
devolutivo contra cualquier resolución, decretos o providencias de mero trámite, dejó
sin efecto la concesión del recurso de revocatoria bajo alternativa de apelación, y en
consecuencia, declaró ejecutoriado la Resolución de 8 de junio de 2012 (fs. 664 a 667
vta. y 673 y 679 a 680 del anexo).
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
Los accionantes, denuncian la vulneración de los derechos al debido proceso, a la
defensa, “seguridad jurídica, legalidad, congruencia e igualdad” (sic), toda vez que los
jueces demandados, “debieron cumplir y efectivizar” (sic) las medidas previas al remate
que fueron ordenadas, y no así resolver los incidentes promovidos por COINCA Ltda.,
debido a que precluyó aquellos derechos por encontrase en la etapa de ejecución de
sentencia.
Consiguientemente, corresponde a este Tribunal analizar en revisión, si los hechos
denunciados son evidentes y sí en el caso concreto se vulneraron los derechos de los
accionantes.
III.1. Sobre los principios ético morales de la sociedad plural y los valores que
sustenta el Estado boliviano
Antes de entrar a la consideración sobre la resolución y antecedentes de la presente
acción tutelar elevada en revisión, es pertinente, señalar algunos aspectos de la
Constitución Política del Estado promulgada el 7 de febrero de 2009, donde se señala el
horizonte en el que habrá de erigirse el nuevo Estado Unitario Social de Derecho
Plurinacional Comunitario, fundado en la pluralidad y pluralismo político, económico,
jurídico, cultural y lingüístico, dentro del proceso integrador del país. En ese contexto
esta dicho que la nueva institucionalidad del Estado Plurinacional debe superar con
creces la estructura colonial y debe, en base al esfuerzo individual y colectivo, en cada
estructura organizacional y en todos los órganos e instituciones del poder público,
concretar un Estado como el proclamado, principalmente en el Órgano Judicial que a
través de sus jurisdicciones y en la función judicial ejercida por sus autoridades en las
naciones y pueblos indígena originario campesinos, se considerará los valores que
sustenta el Estado como unidad, igualdad, inclusión, dignidad, libertad, solidaridad,
reciprocidad, respeto, complementariedad, armonía, transparencia, equilibrio, igualdad
de oportunidades, equidad social y de género en la participación, bienestar común,
responsabilidad, justicia social, distribución y redistribución de los productos y bienes
sociales, para vivir bien, como señala el art. 8.II de la CPE.
Por otra parte, refiriéndose a la nueva institucionalidad del Estado Plurinacional, cabe
mencionar que el art. 8.I de la CPE, alude a los principios ético morales de la sociedad
plural que el Estado asume y promueve son: suma qamaña (vivir bien), ñandereko
(vida armoniosa), teko kavi (vida buena), ivi maraei (tierra sin mal) y qhapaj ñan
(camino o vida noble), así como ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no
seas mentiroso ni seas ladrón), estos últimos, mandatos de restricción que pudiendo ser
de orden imperativo para cada individuo, en cada hogar de las bolivianas y bolivianos,
es también esencia de un pensamiento colectivo enraizado en las naciones y pueblos.
Se ha dicho y reiterado en la jurisprudencia constitucional que conforme al mandato de
los arts. 178 y 179 de la CPE, la justicia es única; en tanto que la potestad de impartir
emana del pueblo boliviano y se sustenta en los principios de independencia,
imparcialidad, seguridad jurídica, pluralismo jurídico, interculturalidad, equidad,
servicio a la sociedad, participación ciudadana, armonía social y respeto a los derechos,
entre otros. En ese mismo orden, respecto a los principios procesales que rige la justicia
están, también entre otros, la verdad material y el debido proceso.
En torno a la administración de justicia, o dicho desde una perspectiva, respecto a
impartir justicia, no puede soslayarse el hecho que ésta debe sustentar las decisiones en
el análisis e interpretación, no sólo limitada a la aplicación de formas y ritualismos
establecidos en la norma sino como el hacer prevalecer principios y valores que
permitan alcanzar una justicia cierta, accesible que este a lado del estado y la población,
con miras al vivir bien.
III.2. Naturaleza jurídica de la acción de amparo constitucional
La acción de amparo constitucional, instituida por el art. 128 de la Ley Fundamental,
define su naturaleza jurídica como una acción de defensa que tiene por finalidad
restablecer derechos fundamentales reconocidos por la Constitución Política del Estado
y la ley, que fueren restringidos, suprimidos o amenazados de restricción o supresión
por actos ilegales y omisiones indebidas por parte de servidores públicos, o de persona
individual o colectiva. En el mismo sentido, el art. 51 de la Ley del Código Procesal
Constitucional (CPCo), refiriéndose al objeto del mismo, señala que: “La Acción de
Amparo Constitucional, tiene el objeto de garantizar los derechos de toda persona
natural o jurídica, reconocidos por la Constitución Política del Estado y la Ley, contra
los actos ilegales o las omisiones indebidas de las y los servidores públicos o
particulares que los restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir”. A su vez el
art. 129.I de la CPE, resalta que: “La Acción de Amparo Constitucional se interpondrá
por la persona que se crea afectada, por otra a su nombre con poder suficiente o por la
autoridad correspondiente de acuerdo con la Constitución, ante cualquier juez o tribunal
competente, siempre que no exista otro medio o recurso legal para la protección
inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o amenazados”.
La acción de amparo constitucional, en consecuencia, es un mecanismo constitucional
por el que la Ley Fundamental del ordenamiento jurídico establece un procedimiento de
protección, cuyo objeto es el restablecimiento inmediato y efectivo de los derechos y
garantías restringidos, suprimidos o amenazados, a través de un procedimiento judicial
sencillo, rápido y expedito, frente a situaciones de lesión provenientes de la acción u
omisión de servidores públicos o particulares; siempre que el ordenamiento jurídico
ordinario no prevea un medio idóneo y expedito para reparar la lesión producida.
III.3. Sobre la cosa juzgada y el derecho a la eficacia de los fallos
Forma parte de la garantía del debido proceso y de la tutela judicial efectiva el derecho a
la eficacia de los fallos que adquieren la calidad de cosa juzgada formal y material,
situación en la cual no es posible alteración alguna respecto de aquella resolución que
adquiere dichas características.
Al respecto la SCP 0080/2013 de 14 de enero, citando la
SC 0554/2003-R de 29 de abril, señaló lo siguiente: “'[...]
los efectos de la cosa juzgada se manifiestan bajo una
doble perspectiva: formal y material. Así, la
característica o efecto de la cosa juzgada formal es la
de su inimpugnabilidad o firmeza. Producen este efecto
cualquier resolución firme o lo que es lo mismo,
cuando frente a ella no exista ningún otro recurso
previsto en la ley (la excepción sólo se presenta
cuando existe de por medio una lesión al contenido
esencial de un derecho fundamental), hayan
transcurrido los plazos para recurrirla o se haya
desistido del mismo; (…) empero, al efecto negativo
aludido se tiene otro de naturaleza positiva, que se
expresa en el deber jurídico que tiene el órgano
encargado de su ejecución de hacer efectiva la
decisión contenida en el fallo en los términos
establecidos en ella. Desde su vertiente material, la
cosa juzgada despliega su eficacia frente a los otros
órganos judiciales o administrativos, que lleva un
mandato implícito de no conocer lo ya resuelto,
impidiendo con ello la apertura de otros procesos
nuevos sobre el mismo asunto (este efecto sólo la
producen las decisiones firmes sobre el fondo); como
único medio de alcanzar la paz jurídica, evitando, de un
lado, que la contienda se prolongue indefinidamente y
de otro, que sobre la misma cuestión puedan recaer
resoluciones contradictorias, lesionando la seguridad
jurídica procesal'. (Así, SSCC 29/2002, 944/2001-R,
1230/2001-R, entre otros)” (las negrillas son nuestras).
III.4. La acción amparo constitucional y la solicitud de cumplimiento de decisiones
jurisdiccionales
Es imperante también determinar que en relación a solicitudes de cumplimiento de
decisiones jurisdiccionales, la acción de amparo constitucional no es una vía para exigir
el cumplimiento de estas resoluciones. En virtud de su naturaleza y finalidad no puede
exigirse el cumplimiento de resoluciones jurisdiccionales, ya que ésta es una atribución
específica de las autoridades jurisdiccionales, teniendo para este efecto las partes,
mecanismos idóneos para lograr el cumplimiento de los fallos, entendimiento asumido
de manera uniforme por la jurisprudencia constitucional a través de las SSCC
1016/2002-R, 1526/2002-R, 1005/2003-R, 1198/2003-R, 1326/2003-R, 1548/2003-R,
0026/2004 y 0732/2004-R entre otras.
III.5. Análisis del caso concreto
De la documentación que informa los antecedentes, se evidencia que el 30 de julio de
2002, COINCA Ltda. representado por Hilarión Cuellar Romero y Esteban Fernández
suscribió contrato privado de préstamo de dinero con Ivar Zubieta Bejarano y Juana
Florinda Godoy León de Zubieta ahora accionantes, posteriormente el 30 de julio de
2002, la misma cooperativa suscribió otro documento de las mismas características con
Juana Florinda Godoy León de Zubieta -accionante-, ante el incumplimiento de la
obligación asumida por la referida Cooperativa., los accionantes presentaron dos
demandas ejecutivas, participando del primero ambos accionantes y del segundo solo la
accionante, procesos que fueron sustanciados ante el Juzgado Segundo y Tercero de
Instrucción en lo Civil respectivamente, obteniéndose en la gestión 2003, fallo en
ambas demandas, mismas que cobraron ejecutoria.
El 12 de mayo de 2008, COINCA Ltda. representado por Andrés Policarpo Vega
Vásquez y Raúl Alcoba Romero, suscribieron documento privado de reconocimiento de
deuda y compromiso de pago con Ivar Zubieta Bejarano y Juana Florinda Godoy León
de Zubieta, donde reconocen ser deudores de la suma de $us2000.- y se comprometen a
cancelar dicho monto el plazo de cinco años a partir de la suscripción de dicho
documento, por su parte, ambos accionantes renuncian al cobro de cualquier tipo de
interés legal o convencional, comprometiéndose demás a no iniciar o proseguir ningún
proceso contra COINCA Ltda., documento reconocido ante autoridad competente.
El 14 de mayo de 2008, los representantes señalados de dicha Cooperativa, suscribieron
documento privado de reconocimiento de deuda y compromiso de pago con Juana
Florinda Godoy León de Zubieta, reconociendo la deuda de $us6000.- y se
comprometen a cancelar dicho monto el plazo de cinco años a partir de la suscripción de
dicho documento, por su parte, la accionante renunció al cobro del interés legal,
comprometiéndose demás a no iniciar o proseguir ningún proceso contra “COINCA
Ltda.”, documento reconocido ante autoridad competente.
En base a dichos documentos “COINCA Ltda.” interpuso incidentes en ambos procesos
ejecutivos, los mismos que fueron resueltos por los jueces demandados, conforme se
precisó en las Conclusiones del presente fallo.
Ahora bien, los accionantes pretenden que a través de esta jurisdicción, se ordene el
cumplimiento de las medidas previas al remate que hubiesen sido dispuestas por las
autoridades jurisdiccionales en ambos procesos ejecutivos, “debiendo retrotraerse el
trámite hasta fs. 350 del proceso que sustancia el Juzgado Segundo de Instrucción en lo
Civil y fs. 112 del expediente del Juzgado Tercero de Instrucción en lo Civil” (sic), que
a juicio de los accionantes, debieron ser cumplidas por los Jueces demandados y no así
resolver incidentes que fueron promovidos por sus deudores.
Al respecto, conforme se señaló en el Fundamento Jurídico III.4 de ese fallo, la acción
de amparo constitucional no puede ser activada para la obtención del cumplimiento de
fallos jurisdiccionales, porque el ordenamiento jurídico vigente establece los medios
coercitivos dentro del proceso judicial para lograr el cumplimiento de las decisiones
judiciales, en ese sentido la jurisprudencia constitucional se ha pronunciado al señalar
que:“…el amparo constitucional como acción de defensa de derechos fundamentales es
una garantía constitucional, y no un mecanismo coactivo de cumplimiento de
resoluciones o decisiones de autoridades públicas…” (SC 1526/2010-R de 11 de
octubre). En ese sentido, no es conducente con la naturaleza de la acción de amparo
constitucional pretender como en el caso de análisis ocurre, mediante la presente acción
de defensa lograr el cumplimiento de resoluciones jurisdiccionales -actos previos al
remate-, sino que corresponde a la jurisdicción ordinaria resolver y hacer cumplir
aquellas pretensiones, máxime como en el caso de análisis ocurre, que la supuesta cosa
juzgada alegada por los accionantes se encuentra controvertida por las suscripciones de
“documentos de reconocimiento de deuda y compromiso de pago” con sus deudores,
que ocasionó que emerjan resoluciones posteriores a los decretos que dispuso los actos
previos al remate en ambos procesos ejecutivos.
En consecuencia, el Tribunal de garantías, al haber denegado la tutela invocada, actuó
correctamente.
Por tanto
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Primera Especializada; en virtud de
la autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia
y el art. 12.7 de la LTCP; en revisión, resuelve: CONFIRMAR la Resolución 06/2013
de 30 de enero, cursante de fs. 80 a 85 vta., pronunciada por la Sala Penal Segunda del
Tribunal Departamental de Justicia de Tarija; y, en consecuencia DENEGAR la tutela
solicitada.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.
Fdo. Efren Choque Capuma
MAGISTRADO
Fdo. Soraida Rosario Chánez Chire
MAGISTRADA
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