Lore Monnig - Plaza de Toros de Las Ventas

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OTROS PUNTOS DE VISTA
Lore Monnig,
entre Sevilla y New York
Es una americana absolutamente apasionada de los toros. Sevillana de adopción, oriunda de Saint Louis
–capital del Estado de Missouri– y residente en Nueva York. Para ella, afición y pasión son una misma cosa.
Trasluce pasión por los toros en sus palabras, en las inflexiones de su voz y en el brillo de su mirada, que
luce radiante y luminosa en una mañana de la Feria de Abril, en un clásico bar de la calle Adriano. “El único que permanece sin reformar”, advierte, mientras disfruta de esa circunstancia como si de una aportación al más puro ambiente taurino se tratara.
Andrés de Miguel
Fotos: Juan Pelegrín y y archivo de Lore Monnig
“S
evilla es imprescindible para mí”, reconoce. Y asegura que
“su gente es diferente, al igual que estar en La Maestranza,
que es algo especial”. Disfruta de la Fiesta de los Toros
por toda la geografía taurina, “según me puedo organizar”. Recorre plazas como las de Valencia, Madrid, “donde si puedo
elijo la semana torista”, Pamplona, Dax, Bilbao y Almería. Esta
última considera “que es una feria que está por descubrir para
la gente de fuera, ya que sucede algo todos los días. Los toros
son pequeños, pero buenos; y los toreros salen dispuestos y alegres”. Al final de la temporada suele acudir a ferias como las
de Albacete, Nimes y Zaragoza, aunque dependiendo de los
acontecimientos, su itinerario puede cambiar.
Pregunta | ¡Todo esto desde Nueva York!
Respuesta | He conseguido organizar mi trabajo de intermediaria financiera, de ‘broker’ en Wall Street, y durante la temporada taurina estoy allí dos semanas y media al mes y el resto aquí, siguiendo las ferias. Veo entre 50 y 60 corridas por temporada. Un año me lo tomé sabático y lo pasé casi en su totalidad en España. Llegué a ver 138 corridas.
¿Esta pasión fue repentina?
El matador de toros John Fulton decía que su afición le llegó
después de ver en un cine de Filadelfia la película Sangre y
arena, pero esto no es usual. Hay que presenciar el espectáculo en vivo y en directo para aficionarse. Estuve por primera vez en una corrida de toros en España cuando tenía
17 años. Vine a Europa para estudiar en París y en las vacaciones de Pascua viajé a España. El paquete turístico incluía
una corrida de toros. Presencié el festejo y me sorprendió
mucho. En aquel momento me hubiera gustado regresar a
España y repetir la experiencia, pero mis obligaciones como
estudiante me lo impedían. Años más tarde fui con un
amigo a Pamplona. Allí se produjo mi segundo contacto con
la Fiesta y, definitivamente, me ‘enganché’. Repetí durante
siete años consecutivos, a pesar de que era muy complicado
para mí, americana, viajar con frecuencia a España. En Estados Unidos no tenemos muchas vacaciones y, además, la
costumbre es no tomarlas, salvo días como los de Navidad,
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etc. Después, pasado algún tiempo, regresé de nuevo a Pamplona, esta vez con mi marido, y fue cuando tomé la decisión de no dejar de venir, de cumplir con mi sueño aplazado
por dos veces de seguir los toros. Finalmente, he podido
arreglar las cosas en mi trabajo para permanecer durante
largas temporadas en España.
¿Por afición?
La afición se lleva dentro, vive en cada persona. Que uno sea
español, francés, mexicano, americano o japonés no importa. Lo que importa es tener la posibilidad de asistir a una corrida de toros y quien lleva algo dentro, cuando está en la plaza y lo ve, le gusta. Esto pasa con todas las artes, ¿cómo te vas
a aficionar a la ópera sin asistir a ninguna representación?
“Para que en Estados Unidos
se pudiera aceptar algo tan
peculiar como una corrida de toros,
sus ciudadanos deberían tener
una mentalidad más abierta”
¿Qué es lo que más le interesa a un extranjero?
La música, los trajes de luces, los colores, el sol, todo eso es bonito; pero lo importante son los toros, si no hay toros los toreros no pueden hacer nada. Para un aficionado extranjero lo
importante es saber qué es un toro bravo, porque nosotros no
tenemos ningún animal que ataque por un motivo diferente
al de conseguir comida. Los jóvenes extranjeros sólo conocen
lo que es un toro bravo por los encierros de Pamplona. La mayoría de los que corren un encierro no van a la corrida, pero
todos tienen respeto al toro bravo, porque cuando están en Estafeta y lo ven venir saben que puede matar. Nunca van a estar en contra de las corridas de toros. Desafortunadamente,
en algunos lugares la gente joven va a la plaza de juerga y eso
es malo. No sólo porque hay mucho ruido, sino porque inculcan a los jóvenes que los toros no son importantes, que en
la plaza se puede saltar, se puede comer... y no hay que prestar atención a la faena.
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OTROS PUNTOS DE VISTA
¿Hay muchos aficionados en Estados
Unidos?
Los clubes taurinos más importantes y
clásicos son los de Nueva York, Chicago,
San Francisco y Los Ángeles. También hay
algunos aficionados en El Paso (Texas) y
en Miami. Hay una Asociación Nacional
de Clubes Taurinos (NATC), que se reúne
una vez al año, normalmente en México,
aunque este año la reunión será en Europa, concretamente en Logroño. También hay una Asociación Internacional
de Aficionados Taurinos (IATA), que reúne a los aficionados prácticos, que hacen una convención anual en la que torean y matan novillos en México. No hay
tradición taurina en Estados Unidos,
pues aunque hay muchos hispanohablantes, no existe ninguna comunidad española. Los mexicanos no han exportado la corrida, quizá porque van a su país
a los toros. Sin embargo, en California se
dan corridas sin sangre para la comunidad portuguesa. Compran los toros, los
llevan y los torean. Hay más de 20 plazas
de toros en California y hacen temporada. Víctor Mendes ha ido a torear, también Juan José Padilla ha estado en San
Francisco en una corrida de toros. Son
sólo para esta comunidad portuguesa,
que es bastante grande en California.
Para que en Estados Unidos se pudiera
aceptar algo tan peculiar como una corrida de toros, sus ciudadanos deberían
tener una mentalidad más abierta. Quizá podría ser diferente con el rejoneo,
pues hay mucha afición a los caballos.
¿Cómo compartes tu afición en Nueva York?
Para hablar de toros en Nueva York tienes que juntarte con otros aficionados,
pues no está en el ambiente. Presido el
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“La afición se lleva
dentro, vive en cada
persona. Que uno sea
español, francés,
mexicano, americano
o japonés no importa”
Es evidente tu admiración por la
fiesta de los toros.
Estamos en una edad de oro del toreo.
Desde que me aficioné a la Fiesta de los
Toros he visto muchos y muy buenos toreros. Recuerdo a Joselito con los seis
toros en la goyesca de Madrid, la confirmación de Rivera Ordóñez… Me
gusta Manzanares, el arte de Morante,
el poder de El Juli, los franceses Castella y Juan Bautista; la calidad de Enrique Ponce… No quiero olvidarme de
nadie. También hay toreros jovencísimos estupendos, Salvador Cortés, que
mata como nadie; Talavante, que puede
ser; Perera, que es muy bueno; la alegría de Padilla... Seguramente me dejaré alguno y no quiero, porque, como
decía, vivimos una nueva Edad de Oro
del toreo. También vive un gran momento el rejoneo, con el que llego a
pasar más miedo que en una corrida de
a pie, pues además sufro por los caballos. Este año Diego Ventura ha hecho
algo que yo no había visto antes: poner
un par de banderillas al quiebro recibiendo. El caballo ni se movió del sitio,
magnífico.
¿Y el ganado?
Los ganaderos son admirables. Tengan
más o menos éxito, luchan, buscan la casta y la bravura e intentan criar un buen
toro, un animal de bandera, algo muy difícil de conseguir y cuyo resultado no se
conoce hasta pasados muchos años. La espera es larga, pero si el trabajo es bueno
será compensado al ver ejemplares con
los que se lucirán los toreros.
New York City Club Taurino y editamos
un boletín mensual con artículos y crónicas de corridas que realmente son
muy difíciles de traducir al inglés. Cómo
traduces, por ejemplo, la palabra “abanto”, o cómo decir en inglés “el toro se ha
entregado”. No es tarea fácil y por ello,
poco a poco, voy dejando términos sin
traducir para que se vayan leyendo en su
contexto y entendiendo su significado.
También viene gente de España como
Paco Sánchez, profesor de la Universidad
de Elche, Luis Francisco Esplá, José Antonio del Moral, José Enrique Moreno, Ignacio de Cossío. En mayo da nuestro segundo pregón Morante de la Puebla.
¿Cómo ves el futuro?
La gente siempre va a ir a San Isidro, porque está de moda. También a la semana
de farolillos en Sevilla y a Pamplona. Pero
para que haya continuidad hay que introducir en la fiesta brava a los jóvenes.
No sé muy bien las fórmulas. Desde
luego, las retransmisiones por TV ayudan
mucho, porque hay bares donde se puede ver la corrida en compañía y se puede disfrutar. Los franceses tienen muchas
iniciativas. En Dax, por ejemplo, tienen
un día sin picadores que permiten entrar
gratis a los niños. Además, permiten la
entrada habitualmente sin límite de
edad. En Sevilla, sin embargo, los chicos
jóvenes que veo en los tendidos creo que
son toreros, siempre muy bien vestidos
y peinados. El futuro está en manos de
la juventud. Para nuestro club, introducir
a los jóvenes en la fiesta brava es lo más
importante.
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