Poder y cine documental en Venezuela

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Poder y cine documental en Venezuela
Desde sus inicios el cine documental ha tenido una relación íntima con
el poder, a veces complaciente, propagandística, conservadora, distorsionada y
en otras combativa, cuestionadora, subversiva … peligrosa. Esta ponencia es
una historia panorámica de las relaciones entre poder, política y cine
documental en Venezuela.
Los Orígenes
El primer programa del cine venezolano en 1897, en el teatro Rafael
María Baralt de Maracaibo, anunciaba entre otras películas la nortemaericana
Alegoría de la Doctrina Monroe. Ya el cine mostraba su rostro de herramienta
de adoctrinamiento político. De cierta forma se perfilaba, una tendencia en la
representación que iba a signar los primeros sesenta años del documental en
Venezuela, caracterizados por películas de propaganda del Estado y de la
industria petrolera.
Ya a final de la segunda década del siglo XX y en la siguiente se
destacan los reportajes y documentales realizados por Enrique Zimmermann,
cineasta alemán residenciado en Venezuela y colaborador de Juan Vicente
Gómez. Entre ellos resalta El cementerio de Carabobo (1924), sus películas
eran muestras de la obra del gobierno, los alcances militares, el gesto y figura
del dictador. Un hecho destacable de la relación entre el cineasta y el
Benemerito, es que Gómez encarga a Zimmermann instalar los Laboratorios
Nacionales del Ministerio de Obras Públicas en la ciudad de Maracay.
A Juan Vicente Gómez, como a Theodore Roosevelt presidente de los
EEUU, le encantaba que lo filmaran y también ver películas, en su casa en
Maracay ofrecía exhibiciones de programas a
sus allegados. El poder se
representaba en celuloide, pero no pasaba de noticieros, notas y propaganda.
Ahora, no es hasta Araya que podemos empezar a hablar de un
lenguaje documental en el país, más allá de los predios informativos y
oficialistas representantes de una clase dominante. El documental de Margot
Benacerraf de 1958 fue premiado en Cannes por su excelsa fotografía. Esta
película, que su autora afirma que es ficción, ha sido leída mundialmente como
documental. Quizás sea una metáfora de Venezuela, sin que esta fuera su
intención, observamos gente que trabaja y vive en condiciones hostiles pero
nunca se nos dice para quién trabaja. La voz en off, de una poética engolada,
mantiene al espectador afuera, observando la “hermosura” del “otro”: exótico,
trabajador, poblador y venezolano.
La Violencia
Esos fueron los inicios… Pasarían más de siete años para que el cine
documental volviera a surgir, eso sí, desde otro lado y de una forma y punto de
vista muy distinto a Araya.
En 1958 se derroca la dictadura de Pérez Jiménez producto de “una
situación revolucionaria abierta”1 que movió la participación de todas las clases
sociales y partidos políticos, principalmente Acción Democrática – AD y el
Partido Comunista de Venezuela. El resultado fue la instauración de un
acuerdo político de reparto del poder que excluyó a la izquierda, conocido
como el Pacto de Punto Fijo. Mas allá de un pacto transitorio, este es fue
concepción político–ideológica de un Estado petrolero integrado a la vasta
geoestratégica del mundo occidental liderizado por EEUU2. Concebido como
defensa de la democracia frente a la dictadura recién derrotada, se presentó
como la democracia misma, el símbolo de la modernidad en América Latina.
La visión que se dio ocultaba una realidad signada por la pobreza, el
despojo de los recursos naturales, principalmente el petróleo, la exclusión
política y social y el uso de la violencia (represión, asesinato, lucha armada,
1Maneiro Alfredo. Notas Políticas. El perro y la rana. 2007 2 Bravo, Douglas y Argelia Melet. La Otra Crisis, Otra Historia, Otro camino.Orijinal Editores. 1991 desaparecidos). Los primeros documentales realizados por Carlos Rebolledo,
Pozo Muerto (1967) y Venezuela Tres Tiempos (1969), por
Jorge Solé
TVenezuela (1968) y Jesús Enrique Guedez, La ciudad que nos ve(1967),
Pueblo de Lata (1967), Desempleo (1968), nos revelan esa realidad.
Tomemos en consideración el comentario en off de una parte del
documental Venezuela tres tiempos:
“En Venezuela se ha proyectado una versión oficial del progreso nacional con
la intención de ocultar los resultados del despojo a que ha sido sometido el
país, autopistas, rascacielos, urbanizaciones, supermercados, hoteles
suntuosos son una fachada para escamotear la realidad. Caracas es la cara
monumental y miserable del pillaje y el atraso. En los cerros de miseria
800.000 personas ocupan 150.000 viviendas inhabitables… de 3.200.000
personas económicamente activas 900.000 están sin empleo… cada año
mueren 50.000 niños por desnutrición y pauperismo…”
…y las preguntas y respuestas de los intertítulos acompañadas de imágenes
de las ocupaciones militares norteamericanas en Latinoamérica:
“¿Qué es Venezuela hoy?
Venezuela es un país ocupado
Venezuela es un país ocupado
Venezuela es un país ocupado
Ocupado
Por el capital US $ extranjero”
También la universidad, refugio de la lucha de revolucionarios y las
ideas progresistas, fue objeto de representación en documentales como
Renovación (1968) de Donald Mayerston, La Universidad vota en contra (1968)
de Jesus E. Guedez, La autonomía ha muerto (1968) de Alfredo Anzola, 22 de
mayo (1969) de Jacobo Borges. Estos documentales se movían en temas
como los cambios académicos y políticos internos y la represión a los
estudiantes, en el contexto general de crítica al gobierno e invitación a salidas
revolucionarias.
Este tipo de documental caracterizado por una actitud militante y
revolucionaria no es un hecho exclusivamente venezolano, se corresponde con
el surgimiento de planteamientos innovadores derivados del manifiesto del
Tercer Cine, el Nuevo Cine Latinoamericano y el Encuentro de documentalistas
de Mérida. El mayor ejemplo de esta tendencia es el documental argentino La
hora de los hornos.
También fruto de esta época violenta hay que destacar el documental
¡Basta! (1969) de Ugo Ulive, película “contraviolenta”3, “ensayo militante”, cine
de la crueldad, 4compuesto de secuencias en que se alternan la autopsia de un
cadáver, imágenes de la desigual y caótica Caracas,
de un manicomio y
acciones de una columna guerrillera en la selva. En sus escasas exhibiciones
tres reacciones eran características, salirse de la sala, vomitar o bien entrar en
un estado de euforia militante.
La exhibición de estos documentales, más allá de la muestra de
documentales de Mérida en 1968 organizada por Carlos Rebolledo y el
Departamento de Cine de la Universidad de Los Andes, solo eran exhibidos en
circuitos alternativos y clandestinos. Pasarían años para que algunos fueran
vistos en la Cinemateca Nacional.
La Venezuela Saudita
Llegamos así a los años setenta en los cuales se termina de instaurar la
democracia puntofijista. Producto del éxito del gobierno y la clase dominante
frente a la violencia revolucionaria y de la hipertrofia de los precios petroleros
en el mundo. Estos hechos constituyeron un escenario que hizo posible un
desborde de dinero capaz de soportar un gigantesco deseo de consumo.
Expresado en la frase “Ta`barato dame dos” que esgrimían los venezolanos en
el extranjero, en especial en Miami.
Quizás, la representación más ejemplar de esta época la podemos ver
en el largometraje documental En Venezuela es la cosa de Giancarlo Carrer
3 “Contraviolencia”. Combatir la violencia con la violencia simbólica. Término usado por Julio Miranda. 4 Miranda, Julio. Imagen documental de Caracas. FUNDARTE. 1992 (1978), documental “discutible y discutido y en ocasiones odioso”5, pero que
nos muestra de forma a veces ridícula la rochela trágica que era la Venezuela
Saudita, caracterizada por el consumismo, el enriquecimiento fácil y la
corrupción. Es de destacar que en forma inusual para el género documental
este fue estrenado en salas comerciales.
Denuncia, censura y prisión
La decadencia del espejismo que represento la Venezuela democrática
se mostro en los años ochenta, caracterizados por la existencia de un país
hipotecado, donde se instauró un proceder del poder corrupto
y violento
(censuras, masacres, represión, torturas y experimentos en humanos),
separado de la realidad cruda de un país cada vez mas empobrecido.
Aunado a este ejercicio criminal del poder se anexa la instauración de
una forma de ser “dime qué tienes y te diré quien eres” producto de un voraz
consumismo. El enriquecimiento rápido y fácil parecía accesible a todos los
estamentos. La penetración extranjera (principalmente estadounidense) tomó
dimensiones colosales en los ámbitos tecnológico, científico, militar, cultural,
religioso y económico, modelando una identidad que se orientaba por el culto a
lo nuevo , a lo caro y a lo extranjero.
Reflejo de esta sociedad y del deseo de denunciar las prácticas del
poder surgen documentales como:
Ledesma el caso Mamera (1984) de Luis Correa en el que denuncia la
actuación de la Policía Metropolitana en un caso de asesinato. Este fue
censurado y su autor detenido. También tenemos la denuncia de la censura a
medios de comunicación en Detrás de la Noticia o de prácticas industriales
ecocidas en La pesca de arrastre (1983) o Caño Manano de Carlos Azpurua
(1986), estos también fueron víctimas de la censura del Estado.
5Idem Una mención aparte merece el caso del Amazonas en el documental
venezolano y extranjero.
Desde los años sesenta hasta los noventa un antropólogo feroz,
Napoleon Chagnon se adentro en el pueblo Yanomami,
su propósito era
demostrar una teoría que se podría simplificar como que “el hombre es violento
por naturaleza”; para demostrarlo provoco guerras internas, experimentó con
vacunas y otras crueldades. Con él vino Thimohy Ash, documentalista de cine
etnográfico, quien filmo películas como The Feast, Magical Death y The Axe
Fight que son consideradas clásicos del cine etnográfico.
Los yanomamis
llegaron a ser la etnia mas filmada del mundo y solo por causa de estas se
provocaron 163 muertes6.
En respuesta a esta situación caracterizada por la explotación minera
ilegal causante de ecocidios y genocidios y la penetración y adoctrinamiento de
las
denominadas
“Nuevas
Tribus”,
evangélicos
fundamentalistas
principalmente, surgen documentales de Carlos Azpurua como:
Yo hablo a Caracas. (1978)
Amazonas el negocio de este mundo. (1986)
El bosque silencioso. (1996)
También Diamantes (1981) de Ugo Ulive y Minas de diamantes de Joaquín
Cortes (1983)
Estos buscan, desde diversas estrategias como las entrevistas y la
observación,
alertarnos o adentrarnos en una grave e injusta situación.
Algunos de estos documentales fueron invisibilizados o censurados más allá de
su proyección en circuitos alternativos y clandestinos.
6 Tierney, Peter. “El Saqueo del Dorado”. Grijalbo. 2002. Tradición, Familia y Documental
Un tratamiento propio merece la producción documental de Bolívar Films.
Esta productora del empresario Luis Villegas Blanco que data del año 1940
atesora la mayor colección de archivo del siglo XX venezolano, provenientes
principalmente de la elaboración de noticieros cinematográficos. Actualmente
poseen una colección de documentales caracterizados por un tratamiento
clásico y conservador, uso de imagen de archivo y el comentario en off
omnisciente. De calidad varia, los títulos muestran claramente su perfil político
en adecuación a la política puntofijista del régimen “democrático”, una
Venezuela sin muchos conflictos sociales, próspera, libre, que se afirma en un
discurso desarrollista y en la satanización de “movimientos insurgentes o
terroristas”.
1. El General López Contreras: La Transición. Carlos Oteyza. 1997
2. Isaías Medina Angarita: Soldado de la libertad. Carlos Oteyza.1992
3. Rómulo Betancourt, génesis y vigencia de la democracia. Rodolfo
Restifo. 1999
4. Rómulo Gallegos, horizonte y caminos. Carlos Oteyza. 2002
5. Raúl Leoni, constructor de democracia. Juan Andrés Bello. 2007
6. Caracas, crónica del siglo XX. Carlos Oteyza. 1999
7. El Reventón, los inicios de la producción petrolera. Carlos
Oteyza.2008
8. El Reventón II. Hacia la nacionalización petrolera. Carlos Oteyza.
2009
9. Los Venezolanos judíos, diversos orígenes , un mismo destino.
Cañas Azuaje. 2002
10. Los venezolanos, que vinieron más allá de nuestras fronteras.
Italianos, españoles y portugueses. Lissette Vidal. 2001
Estos documentales sumamente complacientes con cierto poder político,
empresarial, petrolero y eclesiástico han sido exhibidos en salas, televisoras
privadas y actualmente se venden en grandes farmacias corporativas.
El desencanto y la respuesta: COTRAIN
A finales de los años ochenta, a partir de la aplicación de medidas
políticas neoliberales,
ocurrió la primera rebelión espontánea ante el
neoliberalismo, llamada “El Caracazo”
que fue contestada por el Estado
mediante la colosal masacre de más de 3000 venezolanos en tres días, 1000
en cifras oficiales. Se ha vuelto casi imposible referirse a este evento
sin
mencionar el documental 27 de Febrero: de la concertación al des – concierto
(1990) dirigido por Liliane Blaser y correalizado con Lucia Lamanna. Crónica
que se desliza entre la ironía a un sistema decadente y frívolo y el registro
crudo y violento de los sucesos. Otra vez el poder criminal y un sector alto de la
sociedad eran denunciados y puestos en cuestión.
Los años noventa presentaron un malestar social producto de un
sistema político corrupto y represor, en donde había una sensación de “no
futuro”
y desencanto. En 1992 sucede lo que se considera la continuidad
histórica del 27 de Febrero, el golpe de Estado fallido del 4 de Febrero por
una fracción de las FFAA, nacionalista y revolucionaria y grupos estudiantiles,
que conmovió y cambio al país, su consecuencia la veríamos 6 años después
con el triunfo electoral de Hugo Chávez. El único documental realizado en la
época en que ocurre la insurrección, fue, otra vez dirigido por Liliane Blaser y
correalizado con Lucia Lamanna: El des – cubrimiento (jugar o ser jugad@s)
(1993), premiado con el Coral del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano en
La Habana. En él se muestra, entre otros asuntos, cómo el pueblo venezolano,
en especial los sectores populares celebran la intentona y los planteamientos
del movimiento cívico- militar.
También el desencanto y la rabia ante lo que se suponía era “el fin de
la historia” y el hartazgo de la política puntofijista fue representado en El Ultimo
Panfleto (1997), también dirigido por Liliane y Lucía, y en cortometrajes
documentales como VIP de Gabriela Fuentes y Mariana Quiroga (1997) y
AEIOU Rómulo sabe más que tú de Ignacio Crespo (1996). Caracterizados por
una representación irónica y desilusionada de la política de la época.
Elecciones fraudulentas, discurso neoliberal, privatizaciones y represión.
A estas prácticas se une la labor formativa descolonizadora y alternativa
que desde su Instituto de Formación Cinematográfica COTRAIN han hecho
Liliane y Lucia, el cual ya ha capacitado a dos generaciones de
documentalistas. Su importancia radica en que en los años noventa era la
única opción accesible para la formación en cine que tenían los sectores
medios y bajos de la sociedad venezolana.
Los tiempos están cambiando: la revolución bolivariana
Durante los últimos 15 años Venezuela ha atravesado un proceso
evidente de democratización del audiovisual dentro del marco del proceso
revolucionario bolivariano. Fundamentalmente puede constatarse esto en
cuatro aspectos: incremento en el número de pantallas, incremento y
diversificación de los sujetos productores de material audiovisual, incremento
en los espacios y centros de formación y la creación o reforzamiento de fondos
de financiamiento estatales para la producción audiovisual. En todos estos
aspectos Venezuela ha significado un ejemplo en la región en cuanto a la
inclusión y la democratización del discurso audiovisual, respondiendo con ello a
una demanda fundamental de la sociedad venezolana: la necesidad de romper
el cerco mediático que, durante años, mantuvo invisibilizado y apartado del
espectro radioeléctrico a una porción mayoritaria de la población y con ello a su
discurso, su cultura, sus tradiciones y su interpretación particular del mundo y
de la historia.
Desde la perspectiva del poder y documental que hemos manejado,
diferenciaremos dos períodos en estos 15 años de revolución: el primero,
caracterizado por una lucha frontal de parte de sectores del gobierno
norteamericano, la oligarquía venezolana, la burguesía y un amplio sector de la
población contra el proceso de cambios impulsado por la revolución
bolivariana, que ocasionaron un golpe de Estado, una masacre y un paro
petrolero de inmensas pérdidas materiales y humanas. Una visión fiscal, de los
sucesos e imagen mediática del 11 de Abril de 2002, masacre y golpe de
Estado, es el documental
Puente Llaguno: Claves de una masacre de Angel
Palacios.
Del lado de la oposición se realizó un documental militante denominado
Radiografía de una mentira (2003) de W Shalk y Thaelman Urguelles en el que
se intenta otorgar una versión alterada de los hechos planteados en La
Revolución No será trasmitida (2003) de la irlandesa Kim Bartley, de mano de
los grandes intereses del poder económico nacional y extranjero y los medios
de comunicación privados. En 2004 Oscar Lucien realiza ¿Qué revolución?
Una visión del proceso desde la oposición de cara al referéndum revocatorio.
Entre diciembre de 2002
y enero de 2003 se intenta otro golpe de
Estado basado en la paralización de PDVSA, el cual ocasionó inmensas
pérdidas económicas y daños a la salud física y mental, entre otras, por la
exhibición de más de 17.000 propagandas en dos meses con contenidos que
llamaban a la insurrección y con fuertes y muy poco éticos elementos
distorsionadores de la realidad y generadores de odio y violencia, la exposición
prolongada a estos llegó afectar gravemente la psique de muchos
venezolanos.
Registro de este momento es el corto documental de la Cooperativa
Primeras Voces ¿Y dónde hay Gasolina? (2003). Crónica de los sucesos
acaecidos en la ciudad de Mérida en enero de 2003, caracterizados por colas
de días en búsqueda de gasolina, violencia callejera y manipulación mediática.
Luego, también de la Cooperativa Primeras Voces se realiza el
documental testimonial El Rescate del Cerebro de Pdvsa (2004), el cual por
medio de entrevistas a protagonistas se muestra la cadena de sabotaje
electrónico de la cual fue víctima PDVSA por parte de la empresa
norteamericana SAIC, ligada al Departamento de Estado, la CIA y la nómina
ejecutiva y mayor de PDVSA, y cómo se gesto su recuperación por parte de
solo un 10% de los trabajadores, la fuerza armada y el pueblo organizado.
Sobre este tema también se realizaron los documentales Conspiración
Petrolera de Carlos Azpurua (2004). Versión de los hechos de la oficialidad
petrolera de la revolución y Memorias del paro (2007) de Belimar Rondón,
testimonios en torno a la memoria de diversos venezolanos sobre el paro
petrolero.
El segundo período a tratar, podemos denominarlo la consolidación de la
democracia bolivariana. En el ámbito del cine e impulsado por el sector oficial
se da pie a un renacer al cine y en especial al cine documental, que conlleva
un mejor financiamiento y exhibición. Tengamos en cuenta los siguientes
datos:
• Creación de las Unidades Móviles de Producción Audiovisual – UMPA
del Ministerio de Cultura , que dieron como resultado casi 400 reportajes
y documentales de calidad variopinta que registraron la historia y el
devenir de la política y la realidad sociocultural del país. Con temática
política destacan los documentales La Vega Resiste (2004) historia del
barrio La Vega, símbolo de luchas populares, Veroes Cimarrón sobre
los cumbes afrodescedientes en el municipio Veroes en Yaracuy (2004)
Chimiro …el Camino es duro (2006) biografía de Argimiro Gabaldón,
comandante guerrillero, el mártir más popular de la izquierda
venezolana,
Maneiro
(2006)
inteligentísimo
político
venezolano,
comandante guerrillero y fundador de La Causa R, Kosako (2006) sobre
la lucha campesina de todo el siglo XX en la “Zona Roja” de El Tocuyo
desde la biografía de Bernabé Quintero, yerbatero, sanador, sindicalista
agrario y guerrillero de Marc Villá, La Alameda de los sueños(2004)
sobre la toma del teatro Alameda por la comunidad del barrio San
Agustin en Caracas de Laura Vásquez, Pégale Candela de Alejandra
Szeplasky (2004) sobre la lucha estudiantil en los años ochenta y
noventa ,Comandante Jacinta de Hugo Gerdel (2006) sobre Argelia
Laya, militante feminista, guerrillera y fundadora del MAS.
• Aprobación de la nueva Ley de Cinematografía publicada en gaceta
oficial el 26 de octubre de 2005 , que sustituye a la ley de 1993, y que
tuvo un fuerte impacto en el extranjero, plasmado en el rechazo del
Motion
Picture
Association
of
America
(MPAA)
,
asociación
estadounidense que controla el 86% de los ingresos recaudados en
pantallas venezolanas. Su aversión a la nueva Ley se debe al
establecimiento de los porcentajes mínimos de exhibición de cine
venezolano de dos semanas obligatorias en cartelera para toda película
producida en el país y a la fijación de una tasa de distribución de “un
mínimo de veinte por ciento (20 %) de obras cinematográficas
venezolanas del total de las obras a ser distribuidas en cada año fiscal”
(Villazana: 2008). El tema es que estas regulaciones inciden en el
superavit que la Motion Picture lograba sacar de la taquilla del cine,
siendo un pequeño freno a la voracidad del sistema hegemónico que en
el caso venezolano tiene la complicidad de un monopolio de exhibidoras
privadas (cinex y cines unidos) que maneja el 95 % de la exhibición y
que priorizan la cinematografía hollywoodense caracterizada por la
acción violenta y los efectos especiales sobre cualquier otro genero y
cinematografía. Esto ha permitido la exhibición de 25 documentales en
salas de cine comercial, con temáticas y puntos de vista diversos.
• La creación de La Villa del cine, productora estatal de películas, tanto de
ficción como documental: En el género documental destacan con una
perspectiva política los siguientes largometrajes: Venezuela Petroleum
Company (2007) una crítica cultural a la explotación petrolera
venezolana, Yo soy el Otro (2009) que busca relacionar diferentes
individuos y movimientos sociales del mundo insertos en la lucha política
frente al orden corporativo global; ambos de Marc Villá. Víctimas de la
democracia (2007) de Stella Jacobs, con el tema de los desaparecidos y
torturados de la guerrilla venezolana de los años sesenta en la sierra de
Falcón por parte de la democracia puntofijista, Cuando la brújula marcó
el Sur de Laura Vázquez (2008) un rastreo histórico de la lucha de
clases y la revolución bolivariana. Estos largometrajes
han sido
ampliamente distribuidos en salas de cine, nacionales, regionales y
comunitarias, televisoras internacionales, nacionales y comunitarias y
discutidas en muchos video-foros en comunidades, centros sociales y
universidades.
• El surgimiento de canales de televisión como ViveTV, Avila TV, Telesur
y TVES han registrado en su producción interna, en forma y estilo bien
variopinto, nuestra realidad. Financian y trasmiten
la producción
independiente con títulos como las series de televisión: Injerencia de
Angel Palacios sobre el accionar de la CIA en Venezuela y
Latinoamérica, Caciques de Wanadi Siso sobre la conquista de Caracas
por los españoles y la correspondiente resistencia indígena liderada por
Guaicaipuro, El sueño de Fuser de Humana Cooperativa sobre
relaciones y prácticas revolucionarias de obreros, campesinos y cultores
y Crónicas Extraordinarias de La Célula Cooperativa con episodios
políticos de la historia, oculta o invisibilizada de Venezuela (espías,
nazis, fenómenos, visionarios, etc).
• La aparición de toda una red de mas de 20 televisoras comunitarias y
alternativas, donde destacamos la constante labor de más de 20 años
de Catia TV y la aparición de ALBATV.
• La formación constante en cine documental en instituciones como El
Laboratorio del Cine – CNAC, EMNA-ULA, La Escuela de Cine
Documental de Caracas, COTRAIN, La Escuela Metropolitana Popular
del Audiovisual –EMPA, la Universidad Nacional de las Artes
(UNEARTE).
• El caso del golpe de Estado y la resistencia en Honduras. Este proceso
se ha visto reflejado en Venezuela
desde donde se han producido
varios documentales financiados por el Estado y otros de forma
independiente: Éramos invisibles de Ana Laura Pereira (2009), La
Batalla de la dignidad de Ángel Palacios (2010), Semilla de libertad de
Pablo Kunich (2010), Honduras después del 28 de junio de 2009 de
Liliane Blaser y Lucía Lamanna (2010) y los documentales de José
Gayá, Morazanistas (2009), Honduras Resiste (2010), Movimiento
campesino de Aguan (2010), MUCA, La tierra para quien la trabaja
(2011) y de Karen Mendez, Al golpe, Revolución (2011).
En definitiva, el proceso bolivariano ha significado un proceso amplio de
democratización del audiovisual en el país y ha contribuido con la
diversificación de nuestra imagen cultural y con la lectura y rescate de nuestra
historia, ha promovido la formación de nuevos y nuevas productoras de
contenido audiovisual, ha financiado gran parte de las producciones tanto en la
televisión como en cine y ha legislado en torno al tema audiovisual generando
más garantías y estímulos a la producción. Chávez fue, directamente, motor
fundamental de muchos de esos cambios a los que apenas comenzamos a
verle los resultados.
Ante este panorama podemos avizorar un buen futuro para el documental, y su
diversidad de puntos de vista, se siguen abriendo ventanas y se esta otorgando
mayor financiamiento, destacando que este llega a distintos sectores de la
sociedad, seguidores o no del gobierno. Con esto no queremos decir que la
relación siempre tensa con el poder (oficial o privado) ha cesado, los ojos, las
cámaras y los proyectores estarán ahí para enseñar, denunciar, cuestionar,
inquirir, recordar y descifrar el poder.
Caracas 2012.
Marc Villá
Síntesis Curricular
Nació en Caracas en 1973. Sociólogo de la Universidad Central de Venezuela
(1998) su tesis de grado “Caracas se vigila a si misma” fue Mención
Publicación.
Desde el año 2001 ha realizado los siguientes documentales:
Largometrajes:
• Venezuela Petroleum Company. 84 min. 2007. (Seleccionado en 12
festivales)
• Yo soy el otro. 81 min. 2008 (Mención especial del jurado, Festival
latinoamericano y caribeño de Margarita 2009 y seleccionado en 11 festivales).
Mediometrajes
• Alegría de la Tierra I, 39 min. 2002. (co-dirección)
• Alegría de la Tierra II, 37 min. 2002. (co –dirección)
• El rescate del cerebro de PDVSA, 43 min, 2004
• La seducción tiene cara de vidrio, 52 min. 2005 (Proyecto ganador del
Concurso Nacional de Documentales Yulimar Reyes, 2005)
• Benito 39 min. 2012
Cortometrajes
• Somos Caracas. 5 min. 2013
• Sábana yo soy tu hijo. 17 min. 2014
Series de TV
• Resistencia. 3 cap. 2004. (seleccionada en 9 festivales)
• Luchadores. 3 cap. 2006.
• Caciques. 7 cap. 2006. Productor ejecutivo y director de 3 capítulos.
• Crónicas Extraordinarias 13 cap. 2011 -2012. Director General.
Del largometraje documental Venezuela Petroleum Company se hicieron
150.000 copias distribuidas por Amazonia Films a nivel nacional e Internacional
y en Instituciones Educativas de nivel medio y superior en el país. Fue
miembro del Jurado del III Concurso Latinoamericano de Documentales –
DOCTV 2011. Dicta talleres sobre el documental en lugares como la escuela
de cine COTRAIN y el Laboratorio del Cine – CNAC. 2008-2014.Es miembro
activo de él “Encuentro de documentalistas latinoamericanos y del Caribe del
Siglo XXI ENDOC”.En el año 2012 le fue otorgada una Mención Especial del
Premio Municipal de Largometraje Román Chalbaud por su trayectoria como
documentalista y docente.
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