El psicoanalista en el mundo de hoy Por una relectura del Malestar

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El psicoanalista en el mundo de hoy Por una relectura del Malestar en la cultura La práctica analítica está necesariamente vinculada con el estado de la civilización. Lacan instó al psicoanalista a unirse a « la subjetividad de su época1» pues es una evidencia para cada uno que las transformaciones que afectan un momento histórico afectan también al sujeto. Esto significa actualizar el psicoanálisis cuestionando la función que hoy en día puede sostener. He aquí el desafío planteado por nuestras próximas Jornadas pues es del malestar en la civilización «que procede toda nuestra experiencia2». Freud, en primer lugar, no eludió el pensar la subjetividad de su época. Tres cuartos de siglo después de su publicación, el título El malestar en la cultura todavía resuena como un diagnóstico actual de la relación del hombre con el mundo donde vive. ¿Sin embargo, si el título de este libro no ha perdido nada de su fuerza, ¿podríamos decir lo mismo respecto a su contenido? ¿Podemos ahora, después y con Lacan, sostener los mismos argumentos que los desarrollados por Freud en este texto? A la hora del capitalismo, de la expansión de la ciencia y de la liberalización de las prácticas del goce, ¿se puede aún afirmar, por ejemplo, que el malestar del sujeto contemporáneo es la consecuencia de su renuncia a la satisfacción pulsional impuesta por la vida en sociedad? ¿Cómo volver a leer, con Lacan, el aporte freudiano de la pulsión de muerte y su papel en la destructividad que la civilización no deja de renovar? Para Lacan, « el psicoanálisis forma parte del malestar en la civilización », más aún, es su síntoma, decía en 19743. Surge como síntoma en los albores del siglo XX, momento de expansión del discurso de la ciencia que justamente no quiere saber nada del sujeto. Y ¿es que hay una relación entre los cambios tecno-­‐científicos que el capitalismo ha introducido en el estilo de vida de cada quien durante las últimas décadas y la aparición (o reaparición) de señales más o menos feroces del malestar en la civilización? ¿Cómo entender, por ejemplo, el incremento de la religión, del racismo, de la segregación? ¿A qué responden? ¿Qué puede decir (y hacer) el psicoanalista frente a todo esto? He aquí sólo algunos puntos que este tema complejo nos da a pensar. Una re-­‐lectura, con Lacan, del Malestar en la cultura nos servirá como punto de apoyo para examinar estas cuestiones tan actuales, tratando de comprender cuáles son las aproximaciones y las diferencias entre las elaboraciones de Freud y de Lacan sobre este tema. Para guiar nuestros trabajos, hemos decidido organizar el tema de estas jornadas en torno a tres subtemas. Saberes y creencias Este subtema se refiere tanto a los discursos de la época como al del psicoanálisis. Actualmente estamos asistiendo a la expansión de los conocimientos científicos y al incremento del fenómeno religioso. Para Lacan, este último es una respuesta a los cambios aportados por la ciencia puesto que la religión les daría sentido4. Religión y ciencia, por lo tanto, no son incompatibles, Freud ya estaba convencido de ello, sin olvidar que la ciencia también puede erigirse en religión pues ella misma genera creencias. El psicoanálisis también tiene que ver con el saber, el del inconsciente y con la creencia en el sujeto supuesto saber, actualizado por la transferencia. Sin embargo, esa creencia cae al final. Los dos superyo : el de Freud y el de Lacan ¿Cómo entender la diferencia en las formulaciones de Freud y de Lacan relativas al superyo? Para el primero, el superyo «prohíbe» las satisfacciones pulsionales, para el segundo, agobia al sujeto con feroces mandatos, lo cual formula como «empuje a gozar». ¿Acaso son contradictorias? Lacan afirmaba en Televisión que la «codicia» con la cual Freud «denota al superyo es estructural, no es efecto de la civilización, sino ‘malestar (síntoma) en la civilización’5». Si se goza mal, no es debido a las prohibiciones sino más bien a los efectos de la estructura del lenguaje que la prohibición sólo mitifica. “El psicoanálisis no es una terapéutica como las demás6” Si bien el malestar se produce en la civilización, no obstante, le pertenece al sujeto. El avance de los efectos de la ciencia está acompañado por la multiplicación de las terapias, neurobiológicas, cognitivas, y hasta por las más variadas formas de psicoterapia. ¿En qué la oferta del discurso analítico se distingue de las otras terapias? ¿Qué aporta como respuesta al malestar del sujeto en la civilización? Elisabete Thamer Traducción : Esther Morere-­‐Diderot Habrá traducción del francés al inglés y al italiano en las salas plenarias 1 J. Lacan, “Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis”, in Escritos 1, Siglo XXI Editores. 12a edición. p.309, p. 321. 2 J. Lacan, “La troisième” (“La tercera”), in La Cause freudienne. Nouvelle Revue de psychanalyse, n° 79, Paris, Navarin, 2011, p. 102. 3 J. Lacan, Le Triomphe de la religion [‘Conférence de presse’ au Centre culturel français – Rome, le 29 octobre 1974], Paris, Seuil, 2005, p. 81 (éd. fr); El triunfo de la religión. Precedido de « Discurso a los católicos », Buenos Aires, Paidós, 2005. 4 Cf. ibid., p. 80 (éd. fr.). 5 J. Lacan, Télévision, Paris, Seuil, 1974, p. 48. 6 J. Lacan, “Variantes de la cura-­‐tipo”, in Escritos 1, op. cit., p. 312. 
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