Los Escitas - Biblioteca Virtual Universal

Anuncio
r^ l
-*«*
Diciembre 1976
Año XXIX
Precio : 2,80
ira
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>^ Una ventana abierta al mundo
Correo
=.
francos franceses
^
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*
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LOS ESCITAS
nómadas y orfebres
de las estepas
A
*
+
-
.<**.*
El santo con cabeza de perro
TESOROS
DEL
Numerosas son las leyendas que se han forjado en torno a San Cristóbal : que debe su nombre
(del griego christophoros, « portador de Cristo ») al hecho de haber ayudado al Señor a cruzar un
ARTE
río; que era un gigante con cabeza de perro que adquirió forma humana después del bautismo;
MUNDIAL
que fue un hombre sumamente hermoso que vivió en el siglo III. Según esta última leyenda, San
Cristóbal, continuamente importunado por las mujeres, pidió a Dios que le liberara de semejante
asedio, y el milagro se produjo : en lugar de su bello rostro, las mujeres sólo vieron en adelante
una cabeza de perro. Y así se le ha representado frecuentemente, como en este fresco pintado
en 1779 por un artista griego en una iglesia bizantina del siglo XIII, en Lindos, pequeña ciudad
de la isla de
Rodas.
Grecia
Foto O
Hannibal Slides.
Atenas
El
UNES
Página
Correo
EL
MUNDO
ESCITA
Una antiquísima cultura
en las estepas de Europa y de Asia
DICIEMBRE
1976
por Boris B. Piotrovski
AÑO XXIX
9
PUBLICADO
EN
UN
CRONISTA
GRIEGO
NOS
HABLA
DE LOS ESCITAS
La arqueología actual confirma
15 IDIOMAS
lo que Herodoto escribía hace 2.500 años
Español
Arabe
Hebreo
Inglés
Japonés
Persa
Francés
Italiano
Portugués
por laroslav V. Domanski
15
Ruso
Hindi
Neerlandés
Alemán
Tamul
Turco
LA
LEYENDA
EN
TRES
DEL
VASOS
REY
TARGUITAOS
ESCITAS
por Dimitri S. Rayevski
17
CUATRO
SUS
ARQUEÓLOGOS
MAS
RECIENTES
UCRANIANOS
PRESENTAN
DESCUBRIMIENTOS
por Ivan Artemienko
Publicación mensual de la UNESCO
17
(Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura)
EL VASO
DE
ORO
DE
GAIMANOV
por Vasili Bidzilia
Venta y distribución
19
Unesco, Place de Fontenoy, 75700 París
LA
VIDA
EN
Tarifa de suscripción anual :
EL
COTIDIANA
PECTORAL
DE
DE
LOS
ESCITAS
TOLSTAYA
MAGUILA
por Boris Mozolevskí
28 francos.
Tapas para 1 1 números : 24 francos.
21
ARTEMISA
CAZANDO
EN
LA
ESTEPA
por Vita/i Otroschenko
Los artículos y fotografías que no llevan el signo © (copy¬
right) pueden reproducirse siempre que se "haga constar
22
"De Et CORREO DE LA UNESCO", el número del que
han sido tomados y el nombre del autor. Deberán enviarse
a EL CORREO tres ejemplares de la revista o periódico
ESPLENDOR
DEL
ARTE
ESCITA
Ocho páginas en color
que Tos publique. Las fotograflas reproducibles serán faci¬
litadas por la Redacción a quien las solicite por escrito.
Los artículos firmados no expresan forzosamente la opi¬
nión de
la
Unesco o de
la
Redacción de
la revista.
31
En
PASIRIK,
EL
PUEBLO
CONGELADO
DEL ALTAI
por Mariya P. Zavituhina
cambio, los títulos y los pies de fotos son de la incum¬
bencia exclusiva de esta última.
34
ANIMALES
EN
Redacción y Administración :
EL
FANTÁSTICOS
HOMBRE
HACEN
TATUADO
DE
CABRIOLAS
PASIRIK
Fotos
Unesco, Place de Fontenoy, 75700 París
38
Director y Jefe de Redacción :
CABALLERÍA
SIBERIANA
DE
ULTRATUMBA
por Mijaíl Gríaznov
Sandy Koffler
42
Subjefes de Redacción :
LOS
AL
René Caloz
CHAMANES
MUNDO
DE
Y
LA
EL
VIAJE
MÍTICO
FABULA
por G. M. Bongard-Levín y E. A. Grantovskí
Olga Rodel
48
Redactores Principales :
LOS OSETAS. ESCITAS
DEL SIGLO XX
por Vasili I. Abaíev
Español : Francisco Fernández-Santos
Francés : Jane Albert Hesse
Inglés : Ronald Fenton
50
LATITUDES Y LONGITUDES
2
TESOROS
Ruso : Victor Goliachkov
Alemán : Werner Merkli (Berna)
Arabe : Abdel Moneim El Sawi (El Cairo)
DEL ARTE
MUNDIAL
GRECIA : El santo con cabeza de perro
Japonés : Kazuo Akao (Tokio)
Italiano : Maria Remiddi (Roma)
Hindi : Krishna Gopal (Delhi)
Tamul : M. Mohammed Mustafa (Madras)
Hebreo : Alexander Broido (Tel Aviv)
Persa : Fereydun Ardalan (Teherán)
Portugués : Benedicto Silva (Río de Janeiro)
Neerlandés : Paul Morren (Amberes)
Turco : Mefra Telci (Estambul)
Redactores :
Español : Jorge Enrique Adoum
Francés : Philippe Ouannès
Inglés : Roy Malkin
Nuestra portada
Ilustración : Anne-Marie Maillard t
Documentación : Christiane Boucher
Composición gráfica : Robert Jacquemin
Los jinetes hacen un alto a la sombra de un árbol. Uno de ellos sujeta
2^
S o>
por la brida a los caballos, mientras el otro descansa tumbado, con la
cabeza 'apoyada en el regazo de una mujer sentada. Esta placa de oro,
con una
escena típica de la vida de los nómadas escitas, tiene un
duplicado absolutamente simétrico. La joya, que perteneció a la colec¬
ción del zar Pedro el Grande, es sólo una muestra del prodigioso poder
de creación de que dieron muestra hace 2.500 años los artistas de las
La correspondencia debe dirigirse
al Director de la revista.
estepas. A su cultura y su arte, surgidos en un vasto territorio entre
Europa y Asia, dedica este número El Correo de la Unesco.
Este ciervo de oro cincelado
EL MUNDO ESCITA
constituye una muestra acabada
del arte zoomórfico puramente
escita. Obra maestra de un
orfebre de la estepa, del siglo VI
antes de nuestra era, fue
descubierto en una sepultura de
Kubán, región del noreste del mar
Negro. Como dice Alexander
Shkurko, arqueólogo soviético
especialista en arte escita,
« el artista no ha tratado de
reproducir el cuerpo del animal
ni sus detalles anatómicos. Lo
que ha querido expresar es la
tensión extraordinaria y la
fuerza del animal en el momento
en que se apresta a huir. » El
ciervo es uno de los motivos
predilectos del arte escita.
por
Boris B. Piotrovski
BORIS
BORISOVICH
arqueólogo
soviético,
internacional en
PIOTROVSKI,
es
materia
de
una
autoridad
historia y arte
de los escitas. Es miembro de las Academias
de Ciencias de la URSS y de la República
' Socialista Soviética de Armenia, y director
AL mundo escita sólo lo cono¬
El historiador griego conoció a los
cemos en toda su realidad y
escitas del norte del mar Negro, que
rela¬
mantenían relaciones con las colonias
tivamente poco. Sin embargo, dispo¬
extensión
desde
hace
griegas de la región y cuyos kurganes
níamos ya, desde hace mucho tiempo,
o túmulos funerarios se han conser¬
del Museo del Ermitage de Leningrado, donde
de informaciones sobre los escitas, a
vado en las estepas hasta nuestros
se
los que no cabe incluir entre los pue¬
días. Sobre las riquezas escondidas
bajo esos túmulos circulaban nume¬
rosas leyendas, y los buscadores de
tesoros que los saquearon pudieron
comprobar a menudo que tales leyen¬
das respondían a la realidad.
conserva
una
valiosa
colección
de arte
escita.
Es,
además,
miembro correspon¬
diente de la British Academy, de la Académie
Française
des ' Inscriptions et Belles-Lettres
y de la Academia
de
Ciencias de Baviera.
Profesor de historia del antiguo Oriente de la
Universidad de Leningrado, ha publicado
blos olvidados.
En el siglo V antes de nuestra era,
Herodoto nos dejó una relación deta¬
llada de los escitas cuyo país, según
cultura y el arte del antiguo Oriente y del
sus propias leyendas y las leyendas
griegas sobre su origen, perteneció
Càucaso.
antes a los cimerios.
importantes
estudios
sobre
la
historia,
la
Construyeron los kurganes diversos
pueblos nómadas de las estepas, pero
gran parte de ellos son obra de los
Una antiquísima cultura en las estepas
de Europa y de Asia
^^
escitas. Los arqueólogos han descu¬
bierto en su interior magníficos objetos
de arte antiguo. Todavía hoy, los
investigadores que trabajan en Ucra¬
nia
siguen
anunciando,
casi diaria¬
mente, nuevos descubrimientos rela¬
tivos a la cultura escita, en particular
la que data de los siglos V a III antes
ron numerosos objetos de oro y de
plata.
Entre
ellos
figuraban
un
akínakes de hierro (espada corta de
los escitas), en cuya vaina y empu¬
ñadura se había grabado criaturas
fantásticas y divinidades antropo-
mórficas junto a un árbol sagrado,
en el estilo del antiguo Oriente.
de nuestra era.
Esos magníficos objetos pasaron a
Las excavaciones se iniciaron en los
formar
parte de
la Kunstkamera,
o
escitas, objetos que habían ofrecido
al zar en 1715 y 1716 el propietario
de una fábrica metalúrgica de los
Urales, Nikita Demidov, y el goberna¬
dor de Tobolsk, Príncipe Gagarin.
En 1 7 1 8 un ucase o decreto guber¬
namental ordenaba que en Rusia «se
recojan en la tierra y en el agua las
armas antiguas, las viejas inscrip¬
ciones, la vajilla, y todo lo que sea
antiguo e insólito ».
1763 se
colección de arte, creada por Pedro
excavó cerca de lelisavetgrad (actual¬
mente Kirovograd), en Ucrania, el
kurgán de una rica sepultura de la
contenía ya objetos de oro prove¬
nientes de los kurganes de Siberia, y
antigüedades
época escita, en la que se encontra
posteriormente
Kunstkamera»,
kurganes hace
mucho.
En
el
Grande
en
1714.
La
atribuidos
colección
a
los
En cuanto al origen de « la miste¬
riosa
y
maravillosa
colección
siberianas
como
la
de
de
lat
llamaban r
los arqueólogos
siglo XIX, sólo
de comienzos del
pudo establecerse
cuando se estudió la cultura escita en
un vasto territorio.
deros destacamentos militares que se
desplazaban sin dificultad y cuyas
incursiones guerreras, según Herodoto, penetraron profundamente en
Los arqueólogos fueron entonces
descubriendo poco a poco el alto
el Asia Anterior.
grado
visto confirmados en nuestra época
por documentos orientales antiguos,
en particular por los restos arqueoló¬
de
unidad
cultural
del
vasto
cinturón de estepas, estribaciones y
pastizales de altura que, entre los
paralelos 40 y 50, se extendía desde
el
Danubio, al oeste,
hasta la Gran
Los
relatos
gicos
y
los
de
Herodoto
textos
asirios.
se han
Varias
tabletas de arcilla conservadas en los
Muralla de China, al este.
archivos de
En la época escita, en ese inmenso
territorio de más de 7.000 kilómetros
aparición de los cimerios en el Asia
Anterior ya a mediados del siglo VIII
Nínive dan cuenta de la
antes de nuestra era.
de longitud se encontraron los mismos
adornos, las mismas espadas cortas
de hierro, las mismas puntas de flecha
trilobuladas y adornadas de la misma
ciparon en el aniquilamiento de
Asiría, según se afirma en la crónica
Un siglo después los escitas parti¬
lezas de Transcaucasia (Karmir-Blur,
cerca de Erivan) y de la parte central
de la antigua Urartu, junto al lago Van
(en la Turquía actual), que datan del
siglo Vil antes de Jesucristo, se
encontraron adornos de guarniciones,
raspadores de hierro y collares de
abalorios que confirman los descubri¬
mientos hechos en las sepulturas
escitas arcaicas de Pridnieprov, en
la región del mar Negro.
El llamado
descubierto a
«tesoro de Ziwiyé »,
fines de la Segunda
Guerra Mundial, confirma la existencia
de relaciones entre los escitas y el
Asia Anterior. Entre los objetos encon¬
trados en Ziwiyé que, como se supo
después,
no formaban
parte del
tesoro sino que provenían de un
sepulcro de fines del siglo Vil antes
manera. La vecindad de otras culturas
del
podía advertirse en la gran difusión de
describe
las representaciones animales realiza¬
das en el que se ha dado en llamar
dos entre los años 61 6 y 609, y en el
de
relato
que el
historiador armenio
Movsés Jorenatsi, del siglo V de
nuestra era, hace de la caída de
una serie de piezas en las cuales las
Nínive.
característicos del arte escita.
« estilo zoomórfico escita-siberiano ».
Pero
esos
vínculos
existían
ya
desde el siglo VIII a. de J. C, en la
época cimeria que precedió a la de los
escitas,
rey
En
babilonio
los
las
Nabopolasar
que
acontecimientos acaeci¬
excavaciones de
las forta
nuestra
era, destacan claramente
representaciones
antiguo ^ van
de
unidas
estilo
a
oriental
elementos
Los objetos de oro de estilo escita
como demostraron las exca¬
vaciones realizadas en el kurgán de
Arzhan, en la República Soviética
Autónoma
En
de Tuva.
una
sepultura
de
un
jefe se
encontraron, a más de algunos obje¬
tos
en
semejantes a los descubiertos
Ucrania y Bulgaria, trozos de
tejidos originarios de Irán cuya anti¬
güedad era casi dos siglos superior
a la de las alfombras iranias halladas
en los kurganes del Altai.
DOS JINETES
Así, desde la época cimeria estaban
dadas las condiciones que favorecían
los
intercambios
entre
regiones
alejadas unas de otras y determinaban
un tipo de economía basada en la
ganadería seminómada, en la cual
la cría de caballos revestía importancia
PARA UN CUELLO
considerable porque posibilitaba los
desplazamientos a gran distancia.
Las
relaciones
entre
las
tribus
compensaban la escasez de recursos
naturales y, en particular, la escasez
de
yacimientos
de
metal
en
el
Las joyas de los escitas
nos ofrecen a menudo
datos sobre (as
|
costumbres de los
1
nómadas de las estepas. ¡1
Los extremos de este
*|
torques o collar de oro
representan a dos jinetes
escitas frente a frente.
ül
§
1
Visten caftán y
g
pantalones largos sujetos
J
por una correa de cuero
«
bajo las botas, y
|
inmenso territorio donde se difundió
cabalgan a pelo, sin
s
la cultura escita, cuyas obras de arte
estribos. El collar entero,
S
más notables son justamente de oro,
que pesa unos 260
al
plata y bronce de excelente calidad.
gramos, fue descubierto
;
en 1830 en una sepultura
§
Los yacimientos de oro y de plata
eran raros. En cuanto al estaño, que
es, junto con el cobre, uno de los dos
componentes esenciales del bronce
de Crimea. Data del
A
siglo IV antes de
Jesucristo y pertenece
J
ol
al estilo greco-escita de
I
y que existía en Europa central y en
esa época.
Bohemia,
faltaba
completamente
en el territorio que va desde el Danubio
hasta el Kazajstán oriental.
.Naturalmente,
eran
ni
esas relaciones no
inmediatas
ni
rasgos
culturales
transmitían
tribu,
sin
y
comunes
se
difundían de tribu a
que
pueda saberse con
exactitud cuál era el punto de partida.
Piénsese también en la facilidad de
desplazamiento de unas tribus de
ganaderos tan expertos en la conduc¬
ción de manadas de caballos. Siempre
cabalgando,
w V$F^^^ *
»
directas entre
las regiones orientales y occidentales
del mundo nómada de las estepas.
Los
y}
siempre bien armados,
constituían en todo momento verda
<"''
'
ffr-
hallados en Ziwiyé presentan analo¬
gías
con
los
descubiertos
en
los
kurganes
escitas,
entre
ellos
la
espada con empuñadura y vaina de
del « estilo zoomórfico » y que son
anteriores en el tiempo a los objetos
de arte descubiertos en Ziwiyé.
En nuestros días la palabra «escita»
engloba a un gran número de tribusde
oro encontrada en 1763 en el kurgán
de Kirovograd (Ucrania) y una espada
origen étnico diferente, aunque puedan
del mismo estilo y un hacha de hierro
observarse rastros iranios tanto en los
con empuñadura de oro de los kur¬
ganes de Kelermés (Kubán), exca¬
nombres propios como en los topó¬
vados en
1902.
En esos objetos, determinados ele¬
nimos.
Pero los arqueólogos han demos¬
trado claramente que los primeros
preuralianas del Don y del Volga una
cultura próxima a la de los escitas
del mar Negro; «sauronates » llama¬
ban^ los
griegos a
quienes perte¬
necían a esa cultura. Por su conducto
se estableció el enlace con las tribus
del Kazajstán oriental. Un brillante
ejemplo de esa cultura es el que nos
ofrece el kurgán de Chiliktin, que
data del siglo VI a. de J. C. y donde
se encontraron pequeñas placas con
ciervos tumbados.
bado) van unidos a otros elementos
monumentos escitas de la región del
mar Negro se hallan vinculados con
del Asia Anterior (árbol sagrado en
las
se¬
Kazajstán se establecieron una serie
medio
gundo milenio antes de nuestra era.
de vínculos con la región montañosa
del Altai, en Siberia. Los objetos de
los kurganes de esta región se han
mentos escitas (como el ciervo tum¬
de
las
divinidades,
fantásticos).
Y
legítimo pensar
animales
es
perfectamente
que los mencio¬
nados objetos eran imitaciones de
objetos provenientes de Urartu, con
elementos de estilo escita puro.
Se ha intentado fechar los orígenes
del arte escita en las campañas de los
escitas en el Asia Anterior, pero
contradicen
tal
tesis
los objetos
escitas y preescitas encontrados en
Siberia donde aparecen ya elementos
, A
culturas
de
menudo,
designa
sólo
la
la
a
estepa
palabra
las
del
« escita »
tribus^ de las
estepas del mar Negro. Aquí la utili¬
zamos
en
denota
escita »,
de
su
sentido
lato,
el
que
la
expresión
« el
mundo
es decir un conglomerado
tribus
diversas
que forman una
comunidad económica y cultural y
que ocupan un vasto territorio.
Entre el siglo VI y el II antes de
nuestra
era,
florece
en
las estepas
A
través
conservado
gracias
helado.
madera,
de
en
las
estepas
buenas
del
condiciones
al suelo permanentemente
Los numerosos objetos de
hueso,
fieltro y
metal
allí
encontrados ponen claramente de
manifiesto los lazos que unieron a
esta
cultura
con
China,
Irán
y los
escitas.
Las
colonias griegas instaladas
en las orillas del mar Negro a fines
del siglo Vil antes de nuestra era ejer¬
cieron
una
clara
influencia
en
el
desarrollo de la cultura escita de esa
región.
Pero los escitas con quienes los
griegos entraron en contacto poseían
ya una cultura original, y los objetos
griegos de oro fabricados especial¬
mente
para
aquellos
se
distinguen
fácilmente de los objetos escitas pro¬
piamente dichos. Gracias a los resul¬
tados de las excavaciones conocemos
muy
bien
ambos tipos de objetos.
Las excavaciones con que se inició
el
estudio
sistemático
de
las' anti¬
güedades escitas fueron las realizadas
en 1830 en el kurgán de Kul-Oba,
cerca de Kerch. En su tumba de piedra
se conservaba una rica sepultura del
siglo IV antes de Jesucristo en la que
se descubrieron notables obras de la
joyería
griega, entre ellas varios
objetos realizados especialmente para
los escitas.
Fue allí donde apareció un torques
de
oro
con
jinetes
escitas
en
sus
extremos. Particularmente interesante
es un vaso de electro (aleación anti-k
gua de plata y oro) allí encontrado, f
servían de adorno en
los escudos o
en las aljabas.
Las
relaciones
mantuvieron
con
que
sus
los
escitas
vecinos
occi¬
dentales y meridionales se ponen de
manifiesto en los objetos encontrados
en los kurganes, por ejemplo en
Ucrania,
donde
se
han
descubierto
a menudo objetos tracios.
En el kurgán de Chertomlik, donde
apareció la célebre ánfora de plata
adornada por un friso en relieve con
figuras de ganaderos escitas (véase
foto
a
la
derecha),
se
encontró
también una espada corta de hierro
con empuñadura de oro que es una
bella muestra del arte iranio del siglo
V
antes
de
Jesucristo.
Rematan
la
empuñadura dos cabezas de ternero;
en el mango hay una escena de caza.
Esta espada es probablemente un
trofeo de la guerra entre griegos y
persas o bien entre escitas y persas.
La vaina en que se guardaba tenía
una placa de oro con una escena de
combate contra los persas. La com¬
posición recuerda la de la batalla de
Maratón que puede verse en los
templos griegos del siglo V antes de
nuestra
era.
Los objetos iranios aqueménidas
noeran raros en los kurganes escitas.
Así, en una de las sepulturas del
kurgán de Bliznitsa se descubrió un
sello aqueménida de calcedonia, mon¬
tado en un anillo de oro, que repre¬
senta al rey luchando contra un león,
así como un amuleto, la cabeza de
mayólica del dios egipcio Bes. Este
objeto egipcio llego quizá a través
de Irán.
Como
escitas
vemos,
se
en
ponen
de
el
de
los
manifiesto
arte
las
Dniéper (Ucrania). Las figuras
dos
de
relaciones que éstos mantenían con
países próximos o lejanos que contri¬
buyeron al establecimiento de vín¬
culos entre la Europa oriental y el
Lejano Oriente a través de ese largo
corredor abierto ya a mediados del
primer milenio antes de Cristo y que
de los combatientes y de los
Heracles (el Targuitaos escita) y de
Api, la extraña diosa de cola de ser¬
hasta el siglo XVI de nuestra era iba a
ser la famosa Ruta de la Seda que
piente.
conducía
GUERREROS Y LEONES. Una
En su panza se había grabado cuatro
escena de combate en un
grupos de personajes que ilustraban
magnífico peine de oro que data
del siglo IV antes de nuestra era,
encontrado en el kurgán de
Soloja, en el curso inferior del
leones resaltan en ambos lados
del peine, como si se tratara de una
escultura. Los tres guerreros son
escitas, pero el orfebre griego que
labró eí peine introdujo algunos
elementos griegos, como el
yelmo y la armadura. (Véase el
artículo de la página 15)
el relato mítico griego sobre los orí¬
genes del
reino escita tal como los
Herodoto. Están representa¬
contó
en
vaso
Para
trono,
entre
el
los
los
decidir
tres
tres
hijos
quien
jóvenes
sí tratando
de
sube
al
compiten
tender el arco
que Heracles había dejado a la madre.
Sólo
el
menor,
intento,
hieren
Skithes,
mientras
al
los
esforzarse
logra
otros
en
dos
tender
su
se
el
arco. (Véase el artículo de las páginas
15y 16).
se
de las estepas de la región del mar
Negro, Crimea y Cáucaso septen¬
descubriéndose
auténticas
muestras del arte escita y obras que
los artistas griegos ejecutaban para
los escitas. En esos objetos pueden
verse
motivos
característicamente
escitas como la pantera y el ciervo
tumbado de gran cornamenta. Es
posible
que
símbolos
ganes
de
de
esas
imágenes fueran
las tribus; en
Kubán,
los kur¬
correspondientes
al siglo VI antes de nuestra era, se
han
oro
8
Todo ello
del
mundo
muestra
cultural
la importancia
escita
en
la
his¬
toria de la antigüedad.
Boris B. Piotrovski
En la segunda mitad del siglo XIX
excavaron numerosos kurganes
trional
desde la orilla oriental del
mar Mediterráneo hasta el río HoangHo, en China, pasando por Irán, el
Asia central y el Turquestán chino.
descubierto grandes placas de
con figuras de animales que
UN GRAN CRONISTA
GRIEGO NOS HABLA
DE LOS ESCITAS
La arqueología actual
confirma lo que
Herodoto escribía
hace 2.500 años
por
larosla v V. Domanski
N
ACIDO en la ciudad griega de
Halicarnaso,
Herodoto fue un
gran viajero. Hacia mediados
siglo V antes de nuestra era,
del
siendo aún joven, abandonó su ciudad
natal, y en sus peregrinaciones reco¬
rrió todo el mundo coetáneo de la
Hélade y de Oriente.
Visitó Babilonia y Sicilia, las orillas
del
Nilo y Tracia,
las
islas del mar
Egeo y las ciudades del Peloponeso,
y otros muchos lugares, frecuente¬
mente muy alejados unos de otros.
Llegó así hasta Olbia, una de las
colonias griegas más septentrionales,
situada
en
la desembocadura del río
Bug, a orillas del mar Negro.
En la época en que la visitó el gran
viajero, Olbia tenía ya siglo y medio
de existencia.
La situación de la ciu¬
dad era floreciente, lo que justificaba
plenamente su nombre, que en griego
significa « feliz ».
Pero no era la vida
de la ciudad, su presente y su pasado,
lo que interesaba especialmente a
Herodoto, en general tan ávido de
conocimientos.
Lo que despertaba sobre todo su
atención eran los anchos espacios de
la estepa que se extendían hasta el
infinito a partir de las murallas mismas
de Olbia. Allí vivían los escitas, el
pueblo que había vencido al rey persa
Darío I tras una guerra cruenta y ago¬
radora.
También los griegos habían gue¬
rreado contra los persas durante largos
años. Y lo que Herodoto quería narrar
era la historia de esas guerras grecopersas, una parte de cuya relación w
estaría dedicada a los escitas.
f
IAROSLAV
VITALIEVICH
DOMANSKI,;
destacado arqueólogo soviético, es un espe¬
cialista en historia antigua de las regiones
del norte del mar Negro. Colaborador cien¬
tífico del Museo del Ermitage de Leningrado,
ha dirigido durante muchos años las excava¬
ciones
arqueológicas del valle del Bug
(Ucrania).
Atento observador de su contorno,
Herodoto escuchaba en Olbia lo que
los habitantes
escitas y griegos
le contaban de Escitia. Así, de labios
de personas que habían pasado toda
su vida en las estepas y que habían
visitado las comarcas, próximas o
remotas,
situadas
al
norte
del
mar
Negro, iba recogiendo los más diver¬
sos datos sobre aquel mundo tan
extraño para los griegos de la Hélade.
Herodoto, ávido de conocimientos
sobre un mundo que desconocía,
tomó nota de todos los hechos, y
hasta de las fábulas, que le contaban
O
sus
DE
numerosos
ellos el
informadores,
llamado Timnés,
entre
DOS
EN
UNO
EL JURAMENTO
FRATERNIDAD
hombre de
confianza del rey Ariapeithes.
Mezclando sus propias observa¬
ciones y los datos por él recogidos,
Como en otras muchas joyas
escitas, en esta especie de
broche de oro del siglo IV
antes de nuestra era se nos
el historiador griego trazó un cuadro
muestra una costumbre
abigarrado de la vida de los escitas.
típica de los nómadas de las
Así se
entreveran
en su relación lo
pasado y lo presente, lo esencial y
lo insignificante, lo auténtico y lo
fantástico.
Esta imagen que Herodoto fue for¬
mándose
su
del
mundo
escita
durante
estancia en Olbia la encontramos
en
la
obra
Historias.
que más tarde titularía
El
infatigable
viajero
iba
a ser así el primer gran historiador
estepas : el juramento de
fraternidad.
Dos hombres
frente a frente sostienen una
copa en cuyo vino han
mezclado unas gotas de su
sangre. Gracias a la sutileza
del artista, los dos rostros
de perfil parecen formar uno
solo visto de frente, como
se advierte más fácilmente
en el detalle ampliado.
de la humanidad y su obra el primer
gran relato histórico.
En ella dedica un lugar destacado,
aunque no sea el más importante, a
los escitas, uno de los primeros pue¬
blos de la antigüedad que vivieron en
el territorio actual de la Unión Sovié¬
tica
y
cuyo
nombre
haya
llegado
hasta nosotros.
Herodoto
vivió
en
Olbia
hacia
el
año 450 antes de nuestra era. Y ya
en el 445 recibía un premio en Atenas
por la lectura de algunos fragmentos
de su relato.
Pero cedamos la palabra al « padre
de la historia » :
« El territorio de los escitas, que es
una llanura, abunda en pastos y en
agua; varios
escitas
no
ríos
lo surcan». «Los
poseen
ni
ciudades
ni
murallas construidas, sino que llevan
su casa consigo y son excelentes
arqueros a caballo. No viven de la
labranza sino de su ganado y llevan
su
vivienda
describe
en
su
Herodoto
carromato ».
Escitia,
Así
sus habi¬
tantes y su forma de vida.
Campamentos en la estepa. Hordas
en
movimiento :
hombres,
animales
y carromatos cubiertos en los vastos
espacios de « una llanura que se
extiende
hasta
el
infinito »,
entre el
Danubio y el Don sin duda alguna.
En
los carromatos se amontonan las
mujeres y los niños. Los hombres van
a caballo, en campaña. Maestros en
el
manejo del
tegen
arco y la lanza, pro¬
constantemente
carretas
y
ganados.
« En
falta
tierra
de
completamente
toda
la
la
consecuencia,
los
los escitas
leña. »
escitas
En
tuvieron
que aprender a prescindir de la ma¬
dera.
10
Para cocinar la carne utilizaban
FLORA
DE
ORO
Y
FAU NA
los
huesos
del
animal.
La
carne
la
ponían en la caldera, los huesos
debajo : « el buey se hierve a sí mis¬
mo ». Preparaban también la carne
poniéndola a cocer en la panza del
animal.
Otro alimento de los escitas era la
leche
de
grandes
tado. A
yegua.
Bebían
también
cantidates de vino impor¬
los griegos les sorprendía
verles beber vino no aguado. « ¡Sír¬
veme
a
la
escita!»,
decían
cuando
querían embriagarse.
Como buenos hijos de la estepa,
los escitas eran ganaderos natos,
pero seguían dedicándose a la caza
de animales salvajes, herencia de un
remoto pasado.
«La
tierra
se
muestra
propicia a
los escitas y. los ríos les prestan su
ayuda ».j Así ocurre con el Dniéper,
« que es el que procura más recursos :
proporciona magníficos pastizales de
excelente rendimiento para el ganado
y peces de calidad superior y en gran
cantidad; su agua es muy agradable
al paladar y, allí donde nose siembra,
crece con mucho vigor la hierba ».
. Es de observar que, en su estudio
de Escitia, Herodoto se interesó sobre
todo por los nómadas, si bien no igno¬
raba^ la
Según
Cabras monteses y moruecos se pasean entre flores y otros motivos
vegetales en esta obra maestra de la orfebrería escita de hace
2.500 años. Esta evocación de la vida bucólica de los nómadas en
su constante búsqueda de pastos y de agua a través de las estepas
constituye el motivo central de un collar de oro descubierto en 1 868
en una sepultura de la Gran Bliznitsa, cerca del mar de Azov.
existencia
él,
«los
de
labradores.
escitas poseen en
abundancia todo lo que es de primera
necesidad ». Y, sin embargo, su vida
era dura; en sus costumbres mismas
se refleja la crueldad de la época.
El
« padre
de
la
historia »
nos
describe esas costumbres, sobre todo
las propias de los guerreros. Entre
los escitas era norma de riguroso
cumplimiento el mostrarse implacable
con el enemigo y fiel con el compa¬
ñero de armas. El juramento de amis¬
tad
se
sellaba
justamente
con
un
ritual particular. Los que en él parti¬
cipaban vertían gotas de su sangre
en una copa de vino, en la que
después mojaban la espada, varias
flechas, el hacha y la jabalina. Tras
una serie de largas ceremonias de
encantamiento,
los
que
hacían
el
juramento de la sangre, y por él que¬
daban ligados, -bebían el contenido
de la copa.
Según Herodoto, entre los escitas
«no es costumbre erigir estatuas,
altares ni templos ». De todos modos,
los dioses existían; nuestro histo¬
riador los enumera y los compara con
los del panteón griego,
lo que nos
permite enterarnos del papel que se
atribuía a esta o aquella divinidad.
Tenemos así, por ejemplo, Tabiti,
la Hestia local, diosa del hogar,
Papaios (Zeus), señor del cielo, y su
mujer Api (Gaia), diosa de la tierra.
Estas
eran
veneradas.
las
tres
deidades
más
Heracles (Hércules) figu¬
raba también entre los dioses escitas
con el nombre de Targuitaos, héroe
de una leyenda sobre el origen del
pueblo escita en la que aparece como
el dios y el antepasado fundador.
Se ofrecían en sacrificio animales
domésticos,
especialmente caballos,
a todos los dioses, sobre todo a Ares,
11
dios^ de la guerra, el único a quien se
erigían altares. Estos presentaban la
forma de inmensos túmulos de ramaje
en
lo
alto de los cuales se colocaba
una vieja espada de hierro. A esta
espada se sacrificaban animales do¬
mésticos y una parte de los prisio¬
neros.
Los escitas contaban con numero¬
sos
adivinos,
que
ejercían
su
arte
después de estrangularlos, a una de
las concubinas del rey, a su copero, a
un cocinero, a un palafrenero, a un
sirviente, a un portador de mensajes,
escitas por sus costumbres y los cas¬
tigos que infligen a quienes introdu¬
cen practicas extranjeras ».
a
muchas
varios
estaba enfermo,
adivinos.
Estos
se convocaba a los
debían
revelar el
Colocan
también
El relato de Herodoto incluye otras
informaciones
una parte de sus otras pertenencias y
unas cuantas copas de oro... Hecho
lo cual, se afanan todos en erigir un
histórico,
gran túmulo, rivalizando en celo para
prendida
que sea lo mayor posible. »
persas de
geográfico
de
carácter
y etnográfico.
La descripción de la campaña em¬
contra
los escitas por los
Darío está esmaltada de
relatos y de observaciones de gran
sirviéndose de varitas de sauce que
disponían en el suelo. Cuando el rey
caballos.
Pero^
la
ceremonia
funeraria
no
concluía con ello. Un año después se
elegía a cincuenta sirvientes del rey
a los que se daba muerte, junto con
valor informativo sobre
antigüedad.
Por
la vida en la
ejemplo,
son
del
máximo interés los datos que Hero¬
doto nos ofrece sobre el régimen
nombre de aquel que, habiendo ju¬
rado en falso por los dioses del hogar
regio, era considerado como la causa
de la enfermedad del rey. El «cul¬
cincuenta caballos. A los caballos se
pable » debía morir. En los casos
dudosos, se pedía su opinión a otros
adivinos y, si éstos absolvían al acu¬
en
jinetes en torno a la tumba, los escitas
obra y por los escitas. De ahila nece¬
sado,
se retiran ».
sidad de interpretar los materiales
que nos ofrece confrontándolos con
se
ejecutaba
a
los primeros.
se sentaba a los jóvenes ejecutados
representaban
como la pro¬
longación y la repetición de la vida te¬
rrena.
La creencia en la inmortalidad
era parte integrante de su vida social.
Herodoto
describe
con
todo
detalle
los funerales de un rey escita y la vida
que le « preparaban » en el otro
mundo,
llevado
semejante
durante
Cuando
el
a
su
la
gue
había
tránsito terrenal.
soberano
moría,
se
memoria del soberano. « Una vez
dispuestos
Los escitas creían en el Mas Allá,
que se
en
círculo
los
extraños
Para todo escita era un deber abso¬
luto
cumplir
con
las
con la^ fidelidad debida a los dioses.
De ahí que se castigara severamente
la apostasía. En Olbia le contaron a
Herodoto el trágico destino del rey
importante
actos
no
le placía nada la vida al modo
ser rey de los escitas,
se
carro y
así era transportado de tribu en tribu.
Los escitas que salían al encuentro
por su
da
pesar de
cuerpo
un
interesan
De seguir a Herodoto, cabe pensar
que la sociedad escita estaba forma¬
escribía corrientemente el griego. Y
tuoso palacio en Olbia al que iba a
menudo y donde vivía una de sus
mujeres, natural de la ciudad. En Ol¬
en
hoy se
otras fuentes.
« a
escita ».
colocaba
quienes
escita Skiles, hijo del rey Ariapeithes
y de una griega. Skiles hablaba y
Una
el
a
por clanes. Y, sin embargo, el
clan había perdido ya por entonces
su significación, aunque los viejos
vínculos desempeñaran aún un papel
drada.
embalsamado,
Pero, a menudo, esos datos nos los
da sólo de pasada, lo que natural¬
mente deja más de una vez perplejos
costumbres y
abría en la tierra una gran fosa cua¬
vez
social de los escitas.
les ataba por la brida a estacas y
medias ruedas de madera y a su lomo
Poseía el soberano un sun¬
y
fueran
aunque
determinados
realizados
en
común
por todos los miembros de un clan.
Y es que, en efecto,
la gran familia
patriarcal^ se había convertido en la
célula
básica
organización
de
la
sociedad.
patriarcal,
Esa
fundada en
bia Skiles se vestía a la moda griega,
la supremacía del hombre y la depen¬
trozo de
practicaba las costumbres griegas y
oreja, se rapaban el pelo, se hacían
incisiones en los brazos, se desgarra¬
realizaba los sacrifios que exigía el
ritual griego. Había participado in¬
dencia de la mujer, es la que justa¬
mente transparece en las costum¬
ban la frente y la nariz y se clavaban
flechas en la mano izquierda.
cluso
del
difunto se
cortaban
un
Después la comitiva volvía hacia la
tumba regia, donde «depositan el
cadáver en la cámara funeraria, sobre
un lecho de hierba y hojas, clavan en
el suelo picas a ambos lados del
muerto y colocan sobre él, de través,
trozos de madera que > cubren con
cañas trenzadas; en el espacio de la
cámara que queda libre entierran.
EL ARTE
VIDA
EN
en
los
misterios
de
Dionisos.
Justamente, los escitas reprobaban
los excesos dionisíacos de los griegos.
Y ocurrió que, visitando Olbia, unos
escitas vieron a Skiles en pleno éx¬
tasis. Resultado de su indignación
fue la insurrección contra el rey.
Este huyó a Tracia; pero, pasado
algún tiempo, fue entregado a su
sucesor, quien ordenó que le deca¬
pitaran.
«Tal
es
el
respeto
de
los
bres escitas.
La igualdad de todos los miembros
del clan fue desapareciendo poco a
poco en provecho de la noción de
hombre
libre.
Más
o
menciona
también
la
existencia
de
El resto, la minoría, comprendía la
nobleza,
aristócratas de diverso ran-
COTIDIANA
Foto L. Tarasova
Ediciones de arte Aurora,
Fotos A. Bulgakov
© Ediciones de arte Aurora, Leningrado
12
ricos,
esclavos.
LA
Leningrado
menos
más o menos pobres, los hombres
libres constituían la mayor parte de
la población escita. Pero Herodoto
ASI
EN
LA
PAZ
COMO
EN
LA GUERRA
En una sepultura de Ucrania se descubrió hace
algún tiempo el último atavío de un guerrero
escita enterrado en el siglo V antes de nuestra
era (abajo). El excelente estado de conservación
en que se encontraban las diversas piezas de
su atuendo permitió reconstruir con la mayor
precisión (derecha), las prendas de vestir de los
jinetes escitas de hace 2.500 años : el casco
cónico con orejeras, la almilla de cuero cubierta
de chapas metálicas, el cinturón de placas de
bronce y la armadura. La mayor parte de estos
elementos pueden observarse también en una
estela de piedra de la misma época (izquierda),
así como la gran espada, el puñal en su vaina,
el ritón o vaso en forma de cuerno, la aljaba para
las flechas y el arco. El atuendo se completaba
con unas polainas y unos pantalones metidos
en las botas de fieltro con suela plana.
go,
los jefes
miembros
de
de
familias ricas,
los
círculos
los
sus tradiciones y costumbres guerre¬
más alle¬
ras, los escitas no se separaban jamás
gados al rey y los jefes de guerra. En
el vértice de la pirámide jerárquica se
situaba el rey.
La
unión
de
las tribus formaba el
reino escita. Por la época de la cam¬
paña de Darío (fines del siglo VI a. de
J. C.) tres reyes reinaban en tres rei¬
nos distintos.
de sus armas.
Por la época de la visita de Hero¬
doto subsistían aún ciertos principios
democráticos, propios del régimen de
clanes;
su materialización eran las
asambleas populares formadas por
todos los guerreros, las cuales se
El reino se dividía a su
celebraban en los nomos y conocían
vez en « nomos » (regiones) goberna¬
de los asuntos importantes y hasta
del destino de los reyes. En una de
dos por un «nómaco», jefe de los
ejércitos del nomo. Sólo el rey man¬
ellas
Calderos, cuchillos, pebeteros,
daba
destino de Skiles.
lámparas, ánforas, vasos, taburetes
totalidad.
y otros muchos objetos
cuidadosamente trabajados
demuestran el refinamiento de la
artesanía escita, puesta al servicio
de los utensilios domésticos más
comunes. He aquí tres ejemplos :
1
Lámpara de bronce de seis
mechas (11 cm de alto).
2
Espejo de bronce (16 cm de
diámetro) con mango acanalado y
adornado con la figura de un felino.
3
Cazo calado de bronce que
servía para retirar la carne hirviente
sobre
el
ejército
escita
en su
El soberano disponía de un poder
inmenso al que sólo en raras oca¬
siones podía poner límites el consejo.
de
decidirse
el
trágico
Todo lo que Herodoto describe (si
se exceptúan unas cuantas incur¬
siones por el pasado) tiene lugar a
En tiempos de guerra el rey no solo
mediados del siglo V antes de nuestra
era. Es decir, se trata sólo de un
dirigía los ejércitos sino que repartía
breve fragmento de la historia de los
también
escitas.
el
botín.
Cada escita debía
obediencia y servicio al rey, bajo pena
de muerte en caso de incumplimiento.
Como ya hemos indicado, al soberano
le seguían al otro mundo sus bienes
personales y un buen número de sir¬
vientes y de caballos a
los que se
En efecto,
su
existencia co¬
mo pueblo va a continuar aún du¬
rante varios siglos, con uri total de
mil
años
aproximadamente,
casi
tanto como la Roma antigua; y todo
ese
vasto
periodo
de
tiempo
está
jefe de guerra. Además de pasatiem¬
lleno de acontecimientos que a menu¬
do desconocemos. Pero, por lo que
de ellos sabemos, cabe colegir que
el del pueblo escita fue un destino
po favorito, la guerra era una fuente
de
riquezas que incrementaba el
poder de la aristocracia. Imbuidos de
En el siglo Vil antes de nuestra era, k
los escitas eran el terror de Occi- f
daba muerte con tal motivo.
de la marmita. En el extremo hueco
se introducía un mango de madera.
debió
Antes que nada, el rey escita era un
dramático.
13
, dente;
pueblos
los vestidos (sobre todo cosidos), las
enteros y participado en la destruc¬
habían
sojuzgado
armas (espadas, hachas, lanzas, fle¬
ción de Nínive, la capital asiría, en el
chas, aljabas, vainas, armaduras), los
año
arneses,
en
612
el
antes
339,
sufrieron
de
Jesucristo.
reinando
el
Pero
rey Ateas,
una tremenda derrota ante
los ejércitos de Filipo II de Mecedonia.
En el siglo VI antes de nuestra era,
los escitas defienden victoriosamente
su jibertad frente a los persas de
Darío. Pero, a fines del siglo II, pier¬
den
batalla
tras
batalla
contra
los
Los materiales utilizados para la
fabricación de estos objetos, además
del oro, el bronce y la arcilla, eran el
hierro, la plata, el hueso y la piedra.
Unos eran de fabricación local, otros
venían de fuera : comprados, captu¬
rados en una campaña militar, impor¬
tados desde muy lejos a través del
comercio o por trueque entre tribus.
griegos en Crimea.
Las
En los albores de su historia, llevan
etc.
en
excavaciones
gran
parte
han confirmado
las descripciones de
a cabo expediciones y peregrina¬
ciones prodigiosas que les llevan
Herodoto sobre la vida en las estepas.
hasta
bierto en los kurganes guarda estre¬
Egipto.
En cambio, cuando su
historia llega al ocaso, se ven ence¬
rrados e inmovilizados en un pequeño
territorio de las estepas de Crimea. Y
si en sus comienzos, y durante si¬
glos, llevan una vida nómada, al final
Pese a
cha
ciertas diferencias, lo descu¬
analogía
con
las descripciones
de los funerales regios. Por ejemplo,
los arqueólogos han encontrado los
mismos calderos de bronce para co¬
se vuelven cada vez más sedentarios
cer la carne de que habla Herodoto.
Es más, no sólo se ha descubierto
y acaban por convertirse en agricul¬
carbón
tores.
huesos.
Marginados inicialmente de la cul¬
tura
helénica
extranjera, terminan
con el tiempo por aproximarse a los
habitantes griegos de las ciudades
del norte del mar Negro.
A ta par que guerreros crueles que
destruían todo a su paso, los escitas
eran grandes aficionados a los obje¬
tos artísticos y excelentes artesanos.
Cuando en el siglo III de nuestra
era
desaparece
Escitia,
el
nombre
y el recuerdo de este pueblos sub¬
siste. En efecto, los pueblos que
ocupaban el antiguo territorio escita
se hacían pasar por escitas. Y hasta
los antiguos eslavos se apropiaron de
de
leña
sino
también
de
El descubrimiento en 1830 del kur¬
gán de Kul-Oba, en la península de
Kerch,
nueva
marcó
era
el
en el
historia escita.
comienzo
de
una
conocimiento de
la
En el siglo IV antes
de nuestra era fueron enterrados tres
hombres en la cripta de piedra del
kurgán. Pero los arqueólogos hallaron
también en ella objetos de oro insóli¬
tos (un vaso, un torques) y pequeñas
placas cosidas a los vestidos. Estas
placas presentan escenas con diver¬
sos personajes, hombres en armas y
guerreros aún desconocidos de los
investigadores, con rasgos, vestidos
y tocados que son manifiestamente
ajenos a Grecia.
tan temible nombre.
¿A
qué
pueblos
pertenecían es¬
Silencioso durante quince siglos, el
desaparecido pueblo se puso a hablar
tos
el idioma de sus monumentos a fines
se colige que eran escitas. Tenemos,
del siglo XIX y principios del XX.
Quedaba de él lo que la ciencia llama
una « antigua cultura material », a
saber, toda clase de vestigios de su
actividad que esperaban ser desper¬
tados de su secular sueño por los
exploradores de Escitia.
comenzó
inmediatamente
armados?
Del
examen
atento de los objetos desenterrados
pues,
aquí
la
auténtica
representa¬
ción de su apariencia externa, de su
armamento, de su indumentaria y,
acaso, de algunas de sus costumbres.
Por primera vez comenzaba a levan¬
tarse una parte del velo que cubría
los aspectos hasta entonces descono¬
El estudio de las antigüedades esci¬
tas
hombres
des¬
cidos de un pueblo de la antigüedad.
Tras^ los relatos de Herodoto, al fin
pués de la incorporación de los terri¬
torios del mar negro a Rusia. Desde
podíamos vera los escitas.
entonces se han estudiado numerosos
de una serie de monumentos en que
los investigadores descubrieron obje¬
monumentos, entre ellos los kurganes
El kurgán de Kul-Oba fue el primero
(montículos funerarios), de especialísima importancia.
tos con representaciones de escitas.
A menudo los kurganes son tumbas
realizadas en el kurgán de Chertomlik,
en las estepas del Dniéper, apareció
un ánfora de oro y de plata con un
friso en el que se hallaban representa¬
dos varios personajes y caballos
semejantes a los ya descubiertos en
de jefes o de reyes. En estos túmulos
de tierra a veces muy grandes, que
cubren tumbas dispuestas frecuente¬
mente de manera muy compleja, con
aspecto de criptas o catacumbas, se
han encontrado numerosos objetos, y
ello pese a que ya en la antigüedad
En
1862,
durante
Kul-Oba.
DIMITRI
En
1912 y 1913, se descubrieron
en el kurgán de Soloja, perteneciente
Señalemos en primer lugar los
objetos de uso corriente (calderos de
bronce, piezas de alfarería), las joyas
al
(anillos de
escitas, entre ellos un peine de oro
rematado por tres guerreros en liza.
oro,
brazaletes, collares,
mismo
grupo de túmulos regios
que el de Chertomlik, una serie de
objetos con escenas de la vida de los
La
perfección
estética
SIGUE
14
Dimitri S. Rayevski
las excavaciones
varios fueron saqueados.
colgantes y adornos de oro para el
cabello), los adornos de metal para
por
EN
de
estos
LA PAG. 48
SERGUEIEVICH
RAYEVSKI,
arqueólogo soviético, pertenece al Insti¬
tuto de Estudios Orientales de la Acade¬
mia de Ciencias de la URSS.
diversos
cultura
Es autor de
estudios sobre la historia y la
de
los
escitas.
Su
obra
más
reciente, sobre la mitología escita, apare¬
cerá próximamente.
EN los siglos IV y III antes de nues¬
tra era, los maestros escitas y
los griegos que residíanen tie¬
rras de los primeros y abastecían a la
nobleza local con los bellos productos
de su arte ejecutados según los gustos
de
los usuarios, crearon infinidad de
objetos que hoy nos asombran por la
variedad y riqueza de sus temas y
motivos, i
Un guerrero escita luchando contra
un monstruo fantástico; unos cuantos
escitas
combatiendo
entre, sí;
un
jinete atravesando con su lanza una
liebre; dos arqueros disparando sus
flechas en direcciones opuestas; unos
escitas capturan y maniatan a varios
caballos que pastan en la estepa :
estas y otras muchas imágenes recons¬
tituyen con veracidad documental y
con
gran
detalle el aspecto externo
de la. vida cotidiana de los escitas.
Estas, imágenes,
conjugadas con
los datos que nos brindan los autores
antiguos, pueden ayudarnos a recons-
rCR&o¿
^MEMM^^^
La leyenda del primer rey escita, Targuitaos, y de sus hijos fue
cincelada en la panza de un vaso de plata (dibujo 1 de la página anterior)
descubierto al norte de Kubán : el viejo rey conversa con su
primogénito (4), se despide de su segundo hijo (5) que se apresta a
partir llevando dos lanzas en la mano derecha. Pero es al benjamín, aún
imberbe, a quien entrega el arco, símbolo del poder (6).
Fotos © Instituto de Estudios Orientales de la Academia de Ciencias, Moscú
E^44¿ajU3
Foto
L
Tarasova
O Museo de Tesoros Históricos de Ucrania, Kiev
tituir la .mitología escita. He aquí
algunos ejemplos de cómo, gracias
a esta conjunción de datos, una serie
de imágenes conocidas desde hace
tiempo se ponen a hablar y a contar¬
tres hijos; para saber cuál de los tres
más
merecía ser soberano de los escitas,
despide a un guerrero que, a juzgar
por las dos lanzas que tiene en la
mano, se dispone a efectuar un largo
cuerda en el arco paterno y ceñir su
viaje.
nos su
cinturón de guerra. Por lo visto, esta
tarea exigía no pocas fuerzas y habi¬
lidad, pues sólo el menor de los her¬
manos logró llevarla a buen término
y fue, según la leyenda, el primer rey
tercera escena, en la que el mismo
personaje entrega un arco a su inter¬
secreto.
Herodoto ha conservado para noso¬
tros la leyenda escita del primer
hombre, al que los escitas llamaban
Targuitaos y los colonos griegos del
él
les propuso
cada
uno
la siguiente prueba :
debía
tratar de
calzar la
mar Negro, y tras ellos Herodoto,
Heracles (por el nombre del héroe
de los escitas; a los dos mayores se
mítico griego).
La búsqueda de este tema en las
imágenes escitas dio un fructuoso
A comienzos del decenio de 1950,
Boris N. Grakov, uno de los principales
especialistas soviéticos en materia de
cultura
escita,
formuló
la
intere¬
les desterró del país.
cuanto inesperado resultado.
comienzos de nuestro siglo,
mismo personaje
Pero la más importante es la
locutor,
mucho
más joven que los
demás personajes, a tal punto que
aún no luce la tradicional barba escita.
Todos los detalles de la composi¬
ción permiten interpretarla como ima¬
gen de Targuitaos conversando con
sus tres hijos. A dos de ellos los des-
tierra^ (muestra
el
número
incluso al guerrero
« tres »
con
los
dedos,
como recordando que todos los her¬
sante hipótesis de que las múltiples
imágenes en que se representa la
lucha de un hombre con una especie
un solar arqueológico del curso medio
del río Don, se encontró un pequeño
de
los tú¬
alguna la región del mar Negro. Este
precisa¬
tipo
de
vasos
lo empleaban los
escitas en las ceremonias religiosas.
manos fueron sometidos a la prueba),
mientras al tercero, el más joven, le
entrega su arco como símbolo de la
victoria conseguida en la competición
y como emblema de su poder sobre
mulos
escitas,
se
refieren
mente a las hazañas de este héroe,
muy populares en Escitia, ya que a
Targuitaos,
consideraba
según
Herodoto,
antepasado
se
directo
le
de
los soberanos locales. Esta hipótesis
nos lleva a preguntarnos : ¿no será
posible encontrar en las imágenes
escitas
un
entronque. directo con el
tema ?
Según una de las variantes de esta
leyenda,
Targuitaos-Heracles tenía
norte del
el
mundo escita, en
monstruo encontradas en
extremo
Ya a
en el
explícita :
vaso de plata cuyo origen era sin duda
En el vaso pueden verse seis figuras
masculinas agrupadas en escenas por
pares, y en todas se repite un mismo
personaje. Se trata de un viejo escita
de barba y pelo largos. En una de las
escenas aparece conversando con otro
escita, pero de ninguno de los detalles
de la imagen cabe colegir el conte¬
nido de la conversación.
En cambio, otra de las escenas es
los escitas.
Unos
años antes,
en
el solar ar¬
queológico de la tumba de Gaimanov
(en el territorio de la República Socia¬
lista Soviética de Ucrania) se encon¬
tró un vaso ornado con una compo¬
sición de grupo en la cual un joven
escita
recibe
también
de
manos de
un viejo un objeto alargado: Por des¬
gracia, esta parte del vaso está muyk
deteriorada y la imagen del objeto*
15
El dibujo de la izquierda reproduce
*
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la faja circular que adorna un vaso de
oro y plata (dibujo 2 y foto de
la página 17) de unos diez centímetros
de alto, descubierto en Gaimanov
(Ucrania) y que data del siglo IV
antes de nuestra era. En la faja
grabada figuran dos guerreros con
grandes barbas y cabello hirsuto,
vestidos según la moda escita
(extremo derecho del dibujo). Hacia
la izquierda puede verse a un hombre
de edad que entrega algo a un joven.
Se trata posiblemente de una
variante de la leyenda de Targuitaos.
Foto O Instituto de Estudios Orientales de la Academia de Ciencias, Moscú
no se ha conservado; pero del conte¬
nido de la escena y del aspecto de
los personajes se deduce que aquí
se representa igualmente el momento
en que Targuitaos entrega su arco al
hijo menor. En la cara opuesta del
el arco sin poseer la fuerza ni la
habilidad necesarias, la varilla puede
saltar y, enderezándose, golpear bien
la
pierna
izquierda,
inferior.
La
bien el maxilar
fuerza
de
este
resorte
liberado es tal que puede fracturar un
hueso, y no digamos hacer saltar un
imágenes del segundo vaso exami¬
nado : los dos personajes que, según
nuestra
explicación, representaban
a los hermanos mayores están fuerte¬
mente armados,
mientras que el
hijo menor y el padre poseen sólo
vaso están representados otros dos
escitas; según la explicación pro¬
puesta, se trataría de los hermanos
del vencedor, desterrados por su
diente. ¿No serían esas las heridas
dejar grabado
recibidas por los hijos mayores de
Targuitaos, incapaces de salir airosos
nace en aquéllos el cruel plan de
venganza contra su hermano y afortu¬
padre.
de la prueba ? ¿No será esto lo que
nado
Pasemos ahora al más conocido de
los vasos rituales escitas. Fue descu¬
bierto hace ya casi siglo y medio en
el montículo de Kul-Oba, en la penín¬
sula de Kerch (Crimea). En él'âparecen siete escitas entregados a dife¬
rentes
calza
ocupaciones.
la
realiza
cuerda
la
señalara
del
tarea
a
Uno
sus
de
arco,
que
hijos.
ellos
es decir,
Targuitaos
Ello
permite
suponer que se trata del mismo tema.
Pero ¿cómo explicar entonces el
contenido
de
las
otras
escenas?
lado, otro personaje tantea algo en
la
boca
de
su
compatriota
con
el
dedo.
El tema resulta inesperado.
Pero he aquí la explicación.
El arco escita desarmado tiene una
varilla
¿Y cómo imaginaban los escitas el
doblada
en
dirección
con¬
el
respecto, pero el folklore mundial
conoce multiples variantes de esta
¿No es ésta también una represen¬
tación de los hijos de Targuitaos?
leyenda
entre
según
tres
victoria
la
del menor.
diferencian entre
detalles,
pero,
a
.el
cual
la
rivalidad
hermanos termina
mismo
la
sí por muchos
menudo, tienen
final : .
los
descontentos
menor,
con
Las variantes se
lo matan.
hermanos
con
el éxito
Este es, por
En
la
obra del poeta romano
Valerio Flaco (siglo I de nuestra era)
que conoció una relación del mito
escita un poco más detallada que la
de Herodoto y que incluyó nume¬
rosos detalles de ella en su poema
« La Argonáutica », encontramos la
ejemplo, el desenlace del relato de
los tres hijos de Feridún, héroe de la
confirmación.
antigua epopeya irania, cuya figura
mito, menciona de pronto la lucha
entre dos personajes cuyos nombres
recuerdan los de los hijos del Tar¬
guitaos de Herodoto. Y Valerio Flaco
nos recuerda por muchos
aspectos a Targuitaos.
de
sus
Que el desenlace del mito escita
pudo ser más o menos el mismo
la imagen del vaso, hay que tender
es algo que nos permiten colegir las
a la cuerda. Si,
escita,
Soloja, vemos dos guerreros, uno a
pie y otro a caballo, combatiendo
contra un tercero a quien derrotan.
como muestra
traria
monumento
destino ulterior de los hijos de Tar¬
guitaos? Herodoto no dice nada al
mayores,
de otro; al
otro
famoso peine de oro del túmulo de
del
herida
momento en que
rival ?
En
Kul-Oba?
venda
pierna
el
quiso contarnos el autor del vaso de
Vemos, por ejemplo, a un escita que
la
arcos. ¿No habrá querido el artista
Entre
las
informa¬
ciones sin relación alguna con este
describe
esta
representada
muerto
escena
en
el
tal como está
peine :
el^ caballo
del
ya está
héroe,
él
mismo está ya herido, ya le llega la
muerte...
De derecha a izquierda : un guerrero tocado de un gorro
venda la pierna de un herido; otro parece hacer las veces de
dentista; el que le sigue tensa un arco, terea habitual
de los hijos de Targuitaos; finalmente, dos guerreros parecen
conversar, apoyados en sus lanzas. Dibujo tomado de un
vaso de electro (aleación de oro y plata) descubierto en
Kul-Oba, Crimea (dibujo 3 de la página 14).
Como vemos, las imágenes permi¬
ten unir estre sí los fragmentos de
los mitos escitas preservados por
diferentes autores y reconstituir de
este modo un solo relato coherente.
La popularidad de la leyenda de
Targuitaos y sus hijos y su frecuente
representación en los objetos rituales
no deben sorprendernos tratándose
como
se trata de un
mito dinástico
llamado a fundamentar el derecho de
los
soberanos
escitas
al
trono.
No
queda, pues, excluido que las exca¬
vaciones arqueológicas en los mon¬
tículos escitas nos den a conocer
en el futuro nuevas representaciones
del tema.
D. S. Rayevski
Cuatro arqueólogos ucranianos
1
presentan sus más recientes descubrimientos
EN medio de las estepas de Europa
oriental se yerguen las tumbas
de los antiguos reyes escitas,
kurganes
túmulos funerarios a los que se da el
nombre
fama
de
del
« kurganes
oro
en
ellas
regios ».
La
enterrado
era
del
Instituto
de
Ar¬
queología de la Academia de Cien¬
cias
de
Ucrania,
se
han
realizado
por primera^ vez vastas y sistemáti¬
cas campañas de excavación, utili¬
zando los más modernos métodos y
aprovechando la ejecución de los
bierto
tumbas
contenían
verdaderamente
fabu¬
en
ellas
notables
piezas de
sentan seguidamente algunos de sus
hallazgos más recientes.
Ivan Artemienko
Director del Instituto
de Arqueología de la Academia
de Ciencias de Ucrania
tico de la humanidad.
tierras en
era
Ucrania.
Oba, cerca de Kerch, en Crimea.
orfebrería, armas, vajilla de gran
calidad artística y un sinnúmero de
otros objetos, obras maestras del
arte antiguo que han venido a aña¬
dirse al patrimonio cultural y artís¬
Muchos de esos kurganes regios
datan del siglo IV o III antes de la
el sur de
todos situados en las
Tres arqueólogos ucranianos pre¬
los arqueólogos han descu¬
grandes planes de mejoramiento de
Las excavaciones efectuadas en los
Tsimbalka,
cionarse también el kurgán de Kul-
las
riquezas
etc,
Bolchaia
antigüedad,
Así,
los últimos seis o siete años,
Kosiol,
regiones ucranianas de Dneprope¬
trovsk, Zaparozhie y Jerson. Por la
riqueza de su contenido debe men¬
losas.
iniciativa
dropol,
el siglo XIX y a principios del XX y a
pesar de haber sido saqueadas en la
buen número de esas tumbas fueron
En
soberanos escitas
aunque ya habían sido exploradas en
aun
por
los
Chmiriev,
tan grande que ya en la antigüedad
saqueadas.
de
revisten particular interés. En efecto,
cristiana.
Chertomlik,
Citemos,
Soloja,
entre
Oguz,
ellos,
Alexan-
2 - El vaso de oro de Gaimanov
EN 1969-1970, la expedición del
Instituto de Arqueología de la
t Academia
de
Ciencias de la
por su tamaño (más de 8 m de altura
y 80 de diámetro). Las dimensiones
excepcionales
del
montículo,
su
República
Socialista
Soviética de
Ucrania exploró la Tumba de Gaima¬
nov, que ocupa una posición central
contorno
entre
piedra blanca ponen de relieve la
importancia y la grandeza del perso¬
más
de
cincuenta
tumbas de
guerreros escitas, cerca de la aldea de
Balka, en la región de Vasilievski (pro-,
vincia de Zaparozhie).
Entre los montículos más peque¬
ños (1,5 m de altura),
Gaimanov
se
la Tumba de
destacaba
netamente
destacándose
nítidamente
en el horizonte llano de la estepa y su
brillante
« krepida »
(revestido)
de
naje allí enterrado.
La Tumba de
sepulcro
a
la
cuadro
del
en
túmulo
el
están
también
allí
enterrados
los
miembros de la servidumbre de que
Gaimanov servía de
familia
detalles con la descripción que Hero¬
doto hace de las prácticas funerarias
que solían celebrarse en la inhuma¬
ción de los reyes escitas. Encontramos
aquí los vasos de plata y oro, atributos
del poder real escita
copas, ritones
(cuernos para beber), cálices, jarras
real
escita. El
rito funerario descubierto
coincide
en
muchos
habla Herodoto.
La fama de la Tumba de Gaimanov,.
considerada como uno de los másk
valiosos
monumentos
escitas,
ser
17
IECIENTES
DESCUBRIMIENTOS
y debe no sólo al lujo de la vajilla de
comedor y cocina y a los varios miles
de joyas encontradas en el lugar,
sino, sobre todo, a los objetos descu¬
biertos en
el
escondite
de
la tumba
norte : vasos rituales de oro y plata,
tres copas de madera con placas de
oro , sujetas
alrededor
de
la corola,
un cáliz de plata, dos ritones con
base de plata, boca y punta de oro
en forma de cabeza de carnero y
león, y un jarro y una copa redonda
de plata, descansando en una bandeja
de plata sobredorada.
A excepción del gran ritón y las
copas de madera, obra de un artista
local, los objetos del escondite se
ajustan al estilo del arte griego del
siglo IV antes de nuestra era y son,
(continuada,
rativo es un ancho friso en bajo re¬
lieve en el que aparecen grabadas
seis figuras de guerreros escitas.
Las figuras de los guerreros están
situadas al fondo de un campo des¬
cubierto y pedregoso. Desde el punto
a
la forma del
En el centro del friso, dos viejos
guerreros ricamente vestidos y pro¬
vistos de sus armas de gala conversan
entre sí. Los detalles del vestuario
el largo caftán de nesgas triangu¬
la Tumba de Gaimanov ocupa un lugar
de honor el pequeño copón de plata
poder supremo (maza en el guerrero
de la derecha y rebenque de dos colas
redondeado
en el de la izquierda
los
joyeros del Bosforo.
con
dos
asas
horizon¬
tales planas ornadas con cabezas de
carnero.
El
centro del
Foto (G) Ediciones de Arte, Moscú
18
motivo deco
la
mano derecha
mente como el viejo. Bajo un asa de
la copa, un joven bebe, de rodillas,
de un odre; bajo la otra un viejo
guerrero, también de rodillas, ex¬
tiende una mano hacia la frente y
esconde algo en la otra; a su lado
se ve un carcaj con flechas y un arco.
maravillosamente
vaso : las cuatro figuras que sopor¬
tan el peso principal de la escena se
presentan por pares en los anchos
planos abiertos de la copa, mientras
que las otras dos aparecen arrodi¬
lladas bajo las asas.
armas y, sobre todo, los símbolos de
de
el joven tiene en
tan
Entre las obras maestras escitas de
obra
pas lujosas, las mismas armas de
lujo; solo las posturas varían un poco :
un cáliz ritual y alarga la otra, exacta¬
lares ribeteadas de piel y bordados
en hombros y pecho con extrañas
filigranas, los tocados originales, las
parecer,
el lado contrario del vaso con¬
de vista de la composición, se adap¬
maestros
al
En
versan otros dos guerreros, un viejo
barbudo y un joven. Las mismas ro¬
indican que
se trata de la élite del pueblo escita,
de sus jefes.
Todas las figuras están sobredora¬
das; sólo las manos y rostros están
grabados en plata. Cada, figura se
halla perfectamente individualizada.
Debe señalarse que, por primera vez
en el arte escita, se nos presenta aquí
a los dirigentes escitas de más alto
rango.
Vasili Bidzilia
Colaborador científico principal
del Instituto de Arqueología
de la Academia de Ciencias
de Ucrania
3 - La vida
cotidiana de
los escitas en
el pectoral
de Tolstaya
Maguila
Este espléndido collar de oro
(derecha), en el que el orfebre ha
cincelado con extraordinaria
minuciosidad algunas escenas
bucólicas,
constituye
documento
sobre
la
un
verdadero
vida
cotidiana
de los escitas. Obsérvese,
por ejemplo, la composición central
de la parte superior del collar
(detalle a la izquierda), con dos
hombres arrodillados que cosen con
una especie de aguja curva una piel
de cordero. Las botas y los
pantalones son típicos del atuendo
de los jinetes nómadas. Esta
magnífica joya greco-escita,
proveniente de las costas del mar
Negro, data de fines del siglo IV
antes de nuestra era.
Fue
descubierta en Ucrania en la
sepultura de un soberano escita.
Foto O APN.
EN
1971
se excavó
uno de los
más grandes montículos rea¬
les de los escitas, Tolstaya Ma¬
guila, en cuyo centro se encontraba la
tumba del soberano y, al lado, dos
fosas para los caballos y tres tumbas
para los ; palafreneros. En el sector
suroccidental del montículo se abrían
dos entradas a
la
cámara
mortuoria
secundaria, no saqueada.
En ella se encontró el esqueleto de
una joven escita, seguramente es¬
posa del soberano, cuyo atuendo
-vestidos, tocado, capa y zapatos-
aparecía
cubierto
de
aplicaciones
ornamentales de oro. De oro también
eran todas sus joyas.
arqueólogos,
2.300
años
después
de la inhumación.
En
cambio,
la
tumba
central
sí
había sido saqueada. Y, no obstante,
fue precisamente allí donde se en¬
contraron los objetos regios que iban
a
hacer mundialmente
famosa Tols¬
taya Maguila : una espada revestida
Moscú
solo
una
panel,
la franja central crea
notable ruptura rítmica entre
los primeros planos de las imágenes
esculpidas en las franjas superior e
inferior, uniendo toda^ la obra en un
extenso poema sinfónico sobre la
vida y las creencias de la sociedad
escita.
de oro, adornos para el látigo y, en
La composición de la franja supe¬
particular, un gran peto ornamental,
el pectoral real de oro.
rior es como un himno a la vida hu¬
El pectoral pesa 1.150 gramos. Su
campo en media luna está dividido
con el torso desnudo y que han
dejado a un lado aljabas y arcos,
confeccionan ropas de piel. A la
por gruesos pero elegantes cordones
en tres franjas. En el centro de la
franja inferior, tres escenas en que
un caballo es despedazado por los
grifos, a continuación la lucha de un
mana.
En
el
centro,
dos
hombres
izquierda y a la derecha, entre apa¬
cibles
animales
crías,
dos jóvenes
El
cuadro
domésticos
culmina
ordeñan
con
con sus
ovejas.
una bandada
Junto a la mujer, en un sarcófago
guarnecido de alabastro, yacía el
cuerpo de un niño muerto después
jabalí y un ciervo contra leopardos y
de pájaros que vuelan en direcciones
contrarias.
que ella e introducido en la cámara
sepulcral por una entrada indepen¬
diente. El pequeño esqueleto estaba
leones, y, al final, unos perros persi¬
guiendo liebres; ante ellos, como
un símbolo eterno de paz y silencio,
aparecen dos grillos sentados el uno
aquí el más alto grado de plasticidad.
La perfección de las proporciones y
también
frente al otro.
enteramente
cubierto
de
El modelado de las figuras alcanza
la extraordinaria belleza y naturalidad
El ornamento floral ocupa la placa
de oro del centro del pectoral. Entre
de
tos del poder real en miniatura, entre ;
la
ellos preciosos vasos para vino y un :
gos,
cinturón guarnecido de oro.
cinco figuraste pájaros que producen
tura. El equilibrio plástico y expresivo
de la composición, que sin duda po¬
see un complejo significado simbó¬
lico, es sorprendente.
collares, brazaletes, anillos y placas
de oro; junto a él había varios atribu¬
Todo
original.
se
conservaba
en
su
orden
En efecto, los primeros que
penetraron
en
la
tumba
fueron
los
maravillosa
enredadera
de vasta¬
palmetas, rosetas y hojas, hay
una serjsación de mañana soleada y
tranquila.
Unida por la franja inferior en un
los
movimientos
hacen
de
cada
figura una obra maestra de la escul¬
Pero,
contenido
independientemente
regio,
lo
que
el
del k
artista F
19
continuado,
deseaba,
consciente
o inconsciente¬
mente, era transmitir una visión filo¬
sófica de su mundo, de sus sueños y
de sus esperanzas. Por primera vez,
vemos en los objetos rituales propios
del rey no escenas de batallas ni
nobles guerreros sino escenas de una
apacible vida terrenal.
Boris Mozolievski
Colaborador científico
del Instituto de Arqueología
de la Academia de
Ciencias de Ucrania
SIETE LEONES CONTRA UN CIERVO. En cada uno de los extremos de este
torques de oro siete leones persiguen a un ciervo. La joya perteneció
.
a una dama escita de alto linaje enterrada con todas sus alhajas hace 2.300 años.
El torques fue encontrado en 1971 en la misma tumba que el sorprendente
collar de la página 19.
Foto © Ediciones de Arte. Moscú - Museo de Tesoros Históricos de Ucrania. Kiev
GRIFO. Esta pieza de bronce, rematada por un grifo
estilizado (izquierda), data del siglo IV antes de nuestra era
y mide 5 cm de altura. Fue descubierta en 1971.
JABALÍ PARA LAS ESTEPAS. Este jabalí de oro, de 5 cm
de longitud y 20 gramos de peso, fue descubierto en 1970.
Se trata probablemente de una obra de la orfebrería celta
del siglo IV antes de J.C. importada de Europa central.
Su presencia en Ucrania da fe de la existencia de intercambios
entre el mundo escita y sus vecinos occidentales.
Foto L Tarasova © Museo de Tesoros
Históricos de Ucrania.
Kiev
Artemisa
GUERRERO ESCITA. Este sorprendente retrato de un guerrero escita,
con casco y coraza, fue esculpido en piedra calcárea hace 2.500 años
(véase también el recuadro de la página 13). De su cinturón penden una espada
cazando
corta, una especie de aljaba, un hacha de combate y un puñal. En torno al
cuello lleva un torques. Con la mano derecha sujeta un ritón o vaso en forma
de cuerno. Se supone que la estatua, de dos metros de altura, coronaba un
túmulo funerario. Fue descubierta en 1975 no lejos del mar Negro.
en la
Foto © V.
Klochko.
Kiev
estepa
HACE pocos meses, gracias a un
arduo trabajo pero también a
un afortunado azar, I.P. Savov-
ski
y
Y.V.
Boltrik,
especialistas en
arqueología de la primera edad del
hierro que dirigían las excavaciones
en un solar arqueológico vecino a la
aldea de Giunovka, en la región de
Kameno-Dnieprovsk
(provincia
de
Zaparozhie), descubrieron en el fondo
de un «dromos» (corredor) la tumba
intacta de un hombre y dos caballos.
El hombre, de unos 25 años, yacía
junto
a
la
pared del
corredor.
Los
modestos objetos que le acompaña¬
ban (un arete de oro, un brazalete de
hierro, cuentas de vidrio y unas cuan¬
tas flechas) dan fe de una situación
dependiente en la sociedad; segura¬
mente el hombre era palafrenero. El
caballo, junto a la pared de en¬
frente, también estaba enjaezado de
manera modesta
piezas de hierro).
(bocado
y
otras
En el fondo de este humilde deco¬
rado, los arreos del segundo caballo,
enterrado en el centro, sorprendían
por su
magnificencia :
cabezada
en
forma de león, dos quijeras donde un
león despedaza un ciervo, cuatro «falaras» (orejeras del casco griego) ador¬
nadas con una espira y dos placas sin
ornamentos, objetos todos estos de
plata sobredorada. Coronaba la cabeza
del caballo una especie de morrión
plano de cuero, pintado de azul, y su¬
jeta en él una placa de oro calada.
Se trata de un ornamento escita, de
rara belleza y originalidad, que data
de
hace 2.400 años.
(Véase en las
páginas centrales, publicada por vez
primera, la foto de esta obra maestra
de la orfebrería escita).
El tema ilustrado en esta placa es
nuevo para el arte escita : una ama¬
zona hiere a un ciervo con sus flechas
bajo un árbol simbólico, cuyo ramaje
rematan dos grandes flores estilizadas
de corolas rojas. Bajo las patas del
caballo y del ciervo, crecen retoños
vegetales.
En
general,
los
motivos
vegetales dominan toda la composi¬
ción :
los
cuernos
del
ciervo se ase¬
mejan a las ramas del árbol, la esce¬
na
está
encuadrada
en
todo
su
perímetro por una ancha franja orna¬
mental con motivos vegetales.
m
21
Página 23
RECIENTES
DESCUBRIMIENTOS
(continuación)
Cabeza
de
ciervo
(detalle
de
la
pág.
4)
parte
de
,
Todo el morrión parece un lienzo
La
~*x.
Páginas en color
oro
de
la
formaba
ESPLENDOR
la ornamentación
escudo
figura
de
hierro.
completa
DEL ARTE
del
ciervo mide 31 x 19 cm y
pesa
unos
634 gramos.
Han llegado hasta nosotros
decorativo en miniatura cuyo efecto
de colorido se logra por la combina¬
ción de dorados,
que
de
un
de
foto
ESCITA
azules y rojos. El
diferentes versiones escitas
artista « teje » encajes calados, procu¬
de este animal, en oro o en
Diadema
rando
bronce.
calathos
llenar
al
máximo
todos
los
de
espacios libres.
La
veracidad
de
los detalles en la
no debe ocultarnos el carácter mito¬
para sujetarlo a una prenda
lógico de toda la escena. El tema de
la muerte del ciervo se repite tres
en
los
arreos
del
caballo
muerto : en un caso lo devora el león
(quijeras), en otro lo despedaza un
grifo (placas de oro) y en el tercero lo
mata un hombre (placa de oro).
de
de los griegos. Artemisa. Cuenta el
mito que el incauto cazador Acteón se
del arte
próxima
de
a
Mongolia,
caballos,
los
renos
senta
De todos modos, la interpretación
de esta escena de caza que acabamos
de dar tiene sólo carácter provisional.
Aún está por hacer un análisis com¬
pleto del material recientemente des¬
del Instituto de Arqueología
de la Academia de Ciencias de Ucrania.
Jinetes por excelencia, los escitas cuidaban
de oro que repre¬
tres
en sus más mínimos detalles los arreos de
animales carní¬
sus
tesoro
los reproducidos en estas páginas.
siberiano
I
el
del
Grande
cabalgaduras,
que
los
escultores
y
orfebres embellecían con ríeos adornos, tal
zar
consti¬
Página 28
Testera esculpida en cuerno
de ciervo por un artista del
Altai en el siglo V antes de
formada por dos piezas
un
nuestra
animal
un
combinación,
fantástico
y
caballo al que parece ata¬
car
originalmente unidas
sentados
de piedras de colores. Data
pantera
En
fantástica
una
cabeza
simétricamente,
pero cada motivo conserva
' de hace 2.500 años.
Esta
era.
de animal de presa descansa
sobre dos ocas juntas. Las
garras, el cuello, las patas
y las orejas están repre¬
por una placa de cobre con
remaches de plata. Se han
perdido las incrustaciones
sus características propias.
Este « desdoblamiento » plástico es típico del
de
gruesa
arte escita.
chapa de oro, seguramente
adorno
una
de
obra
un
escudo,
acabada
del
es
arte
Página 29
escita-siberiano del siglo Vil
o
VI
antes
de
Figura con cabeza degrifo
y patas de animal rapaz que
nuestra era
(véase la foto de la pág. 40).
Pesa
unos
220 gramos.
En
los
circulillos
llevaba
color.
adornaba
plata
centrales
seguramente
engastadas
piedras
de
Pertenecía al tesoro de Pedro el Grande.
Data
de
años
y
en
una
brida.
chapeada
hace
fue
región
la
Es de
de
unos
oro.
2.400
descubierta
del mar de
Azov.
Otro ornamento de escu¬
do :
Colaborador científico
de tejido) y con colgantes, es de estilo griego.
los
Hebilla de oro de cinturón
cubierto.
Vitali Otroshenko
en
camellos
tuido a comienzos del siglo
XVI 1 1 con obras de arte escita de oro macizo que
escaparon de los saqueadores de sepulcros.
convirtió a Acteón en ciervo, el cual
fe Herodoto.
o
forma
descubierta
voros devorando una presa.
La
joya
pertenecía
al
Pedro
fue presa de unos cazadores...
morfización de los dioses, de que da
los
cesto),
oro,
en
Páginas 28-29
Placa
la vio .bañarse. En castigo. Artemisa
durante los siglos V y IV antes de
J. C. un intenso proceso de antropo-
abundaban
incluso
salvajes.
en el valle del Kiferón, donde
; La imagen de la mujer arquera no
podía menos de atraer la atención de
los escitas, en cuya religión tuvo lugar
donde
e
adentró en el bosque sagrado de la
diosa,
ejecutado
entre el siglo V y el III a. de
J.C. y es una muestra típica
Tuva, región de Siberia central,
La escena de caza tiene lugar en
un bosquecillo convencional cuyos
árboles y plantas se han estilizado al
máximo. Todo ello no puede dejar
der recordarnos a la cazadora virgen
vestir. ' Fue
de
(tocado
las estepas de la región del
Dniéper, a unos 200 km del
mar Negro. Los combates
de animales que la adornan
son un motivo típicamente
escita,
mientras
que
la
ejecución, a base de placas
caladas (probablemente para
poder coserlas a un soporte
Página 25
Pequeño
caballo
de
hueso (11 cm de largo)
cuyas perforaciones servían
postura de la amazona y su vestuario
veces
Página 24
la
célebre
pantera
escita, llamada de Kelermés
por el lugar donde fue des¬
cubierta,
en
el
Cáucaso
septentrional. Es de oro con
incrustaciones de esmalte y
Cabeza de grifo de oro
fundido
y cincelado, del
de ámbar y constituye una de las más antiguas
representaciones
de
la
fiera
curvilínea,
tema
siglo
frecuente en el arte de las estepas del siglo Vil
y VI a. de J.C. Pesa 735 gramos y tiene 23 cm
de longitud.
IV
a.
adornaba
un
de
los
caballo.
J.C,
arreos
Tiene
que
de
3,5 cm
de alto y pesa 50 gramos.
En este extraño objeto
de oro y de ámbar delica¬
damente calado parece dis¬
tinguirse un hocico leonino
y unas cabezas de carnero.
Se trata tal vez de un adorno
de
trono.
Tiene
19 cm de
Cabeza de un ave de rapiña,
de bronce. Data del siglo VI
o V antes de nuestra era y
proviene de la región de
largo y data del siglo Vil o VI antes de Cristo.
Kubán.
De
los tres casca¬
Páginas 26-27
En esta doble página puede admi¬
rarse, fotografiada y publicada por
beles
primera
verse una cabra montéstum-
vez,
una
frontalera
que
chados
dos.
de oro
que adornaba la cabeza de un caballo
se
En
llevaba
engan¬
han conservado
el
centro
puede
de las estepas hace unos 2.400 años.
bada.
Seguramente ador¬
naba la pértiga de un carro o el asta de una
Esta
lanza.
obra
maestra
de
la
orfebrería
escita, que acaba de ser descubierta
en Ucrania, basta por sí sola para
dar una idea del lujo de que se
rodeaban los jinetes escitas. En ella
se representa, de manera estilizada,
Reno de bronce, del
la caza del reno (véase el artículo de
la pág. 21). La frontalera, sujeta a un
soporte de cuero coloreado, se con-
siglo IV antes de nuestra
era, en el que el realismo
del movimiento se logra
serva en el Museo de Tesoros Histó-
ricos de Kiev, Ucrania.
curiosamente utilizando
14
formas muy estilizadas.
Las fotos núms 2, 4. 5, 9, 10, 1 1, 12, 14 : fotos L. Tarasova O Ediciones de arte Aurora, Leningrado
22
Las fotos núms 1, 3, 6, 7. 8. 13 : fotos Lee Boltin © Metropolitan Museum of Art. Nueva York
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28
PASIRIK
El pueblo congelado
del Altai
por Manya
P. Zavituhina
EN la meseta montañosa del Altai,
se helaba a medida que se iba filtran¬
en Siberia, el paisaje es severo
y majestuoso. Por sus estepas y
pastos de montaña erraban, a
mediados del primer milenio antes de
do en
nuestra era, las tribus nómadas que.
los historiadores han
asociado a los
legendarios «grifos guardianes del
oro» (Herodoto). Al desplazarse con
sus enormes hatos de ganado y de
caballos dejaban detrás, en las oque¬
dades de, las tierras altas, innume¬
rables kurganes o túmulos funerarios,
cubiertos con piedras y guijarros.
En 1929 dos arqueólogos de Le¬
ningrado, S.l. Rudenko y M.P. Griaznov (véase el artículo de este último
en la pág. 38), emprendieron la exca¬
vación de un antiguo solar funerario,
a 1 .600 metros de altitud, en un lugar
MARIYA
PAVLOVNA
ZAVITUHINA,
conservadora
siberianas
de
la
del
sección
Museo
de
del
Ermitage de Leningrado. Durante muchos
años ha dirigido las excavaciones de solares
arqueológicos del período escita en la
región de Krasnoyarsk. Es autora de nume¬
rosos estudios sobre arqueología siberiana.
el
mundo.
Los resultados
fueron sorprendentes. De las tumbas
congeladas se extrajeron alfombras,
vestidos .y calzado, un carro ceremo¬
nial, cuerpos momificados de hombres
y mujeres, caballos con ricos arneses,
utensilios de todo tipo, instrumentos
de música y otros objetos, todos ellos
de casi 2. 500. años de antigüedad.
En las tumbas congeladas de Pasirik
2
(Siberia) se han encontrado en ,
¡ perfecto estado de conservación
.3 vestidos, paños y tapices de más de
¿ 2.000 años de antigüedad. Arriba,
Pasiriksé hizo famoso.
cuyo suelo permanece helado todo el
año. Pero el clima del alto Altai
de¬
bido a su baja temperatura media
anual, a sus largos inviernos casi sin
nieve y a sus cortos veranos con
¡ detalle de. un sudadero para caballo,
de fieltro; abajó, el sudadero completo.
c
El motivo decorativo, a base de
permanentemente
j° 1 representa a un rebeco atacado
s 2 hechos con crines y piel.
£o
(Véase también la pagina 33).
'
similares
a
los
de
los
con quienes estaban empa¬
rentados.
En el fondo de una conca¬
profunda
helados) bajo los
montículos.
Las piedras de éstos
protegían a la tierra del calor del
verano permitiendo su congelación
hasta una profundidad de siete me¬
tros, donde la temperatura no era
nunca superior a 0 grados. El agua
y
espaciosa,
cons¬
techo, recubiertos de madera, tenían
doble espesor. En el piso colocaban
los féretros destinados a acoger el
cuerpo embalsamado de los muertos.
Decoraban las paredes de la tumba
con colgaduras de fieltro y disponían
en ella los efectos personales de los
hombres y mujeres allí enterrados,
así como vajilla, alimentos y bebidas.
En el exterior de la cámara funera¬
ria
colocaban caballos ricamente en¬
jaezados, a los que daban muerte el
día del funeral. Dejaban incluso en el
lugar algunas de las herramientas
empleadas en la construcción de la
tumba, tales como palas, picos y
mazos
de
cubrían
de
<
£ * por un grifo. A ambos lados del
_i § sudadero penden tres colgantes
escitas,
conocido
noches frías
ha dado lugar a la for¬
mación de subsuelos permagélidos (o
| Z aplicaciones de fieltro de color,'
costumbres
tillas
Las depresiones u oquedades del
o
Los -altaicos organizaban ceremo¬
nias funerarias de un esplendor excep¬
cional, de acuerdo con ciertos ritos y
A partir de entonces, el nombre poco
terreno en las que.se encuentran los
túmulos se sitúan fuera de la zona
Página en color
para derretir el hielo.
truían una cámara cuyas paredes y
interés en
y
Los arqueólogos hubieron de en¬
frentarse con un problema insólito.
A fin de poder estudiar el interior de
las tumbas debieron prescindir de
sus instrumentos habituales
pale¬
tas, cuchillos y brochas
y verter
grandes cantidades de agua caliente
Ulagan (Siberia). Las excavaciones
del primer túmulo funerario, que se
había convertido en un bloque helado
y en el que aparecieron en buen esta¬
do de conservación objetos verda¬
deramente perecederos, despertaron
de la expedición dirigida por Rudenko,
que entre 1947 y 1949 había estudia¬
do otros cuatro túmulos helados,
tóricas
ideales para la conservación de los
objetos en ellas enterrados.
vidad
tamento
antigüedades .
De este modo se
llamado Pasirik, en el remoto valle de
arqueóloga soviética, es secretaria del Depar¬
de Historia de las Culturas Prehis¬
las tumbas.
crearon en su interior las condiciones
y
madera,
así como
escaleras de
mano.
cuidadosamente
la
carre¬
Luego
tumba
con corteza de abedul y hojas de
arbusto de «té ahumado» y rellena¬
ban
el
hasta
hueco
con troncos de
alcanzar
el
nivel
del
alerce
suelo.
Finalmente,^ amontonaban tierra enci¬
ma y cubrían el montículo con pie¬
dras.
Del tipo de los objetos encontrados
en las tumbas y de la datación con
radiocarbono se deduce que los túmu¬
los funerarios fueron construidos en
los siglos V o IV antes de nuestra era.
Gracias a las magníficas praderas y
ajos inviernos casi sin nieve, los
nómadas altaicos disponían durante
todo el año de pastos para sus caba- l
líos y sus hatos de ovejas y cabras que F
31
les suministraban
lo
necesario para
satisfacer sus necesidades cotidianas
en
materia de alimentación, vestido
y abrigo.
Para aquellos pueblos nómadas el
caballo
era
el
principal
medio
de
locomoción. Además de sus peque¬
ños
caballos
región,
de tiro,
criados en la
poseían veloces corceles de
pura sangre, de pelaje dorado o cas¬
taño,
provenientes del Asia central,
a los que tenían en gran aprecio y
que llevaban consigo hasta la tumba.
Gracias a las
zadas, sabemos
excavaciones reali¬
cómo
solían
llarlos los antiguos altaicos.
propiamente dicha consistía
TESOROS CONGELADOS DE SIBERIA
En las extraordinarias tumbas congeladas de la región siberiana del Altai
(siglos VI a IV a. de J. C.) se han encontrado en excelente estado
de conservación un sinnúmero de objetos normalmente perecederos gracias
a los cuales podemos enterarnos de múltiples detalles sobre los
nómadas de las estepas. Abajo, corte vertical de una tumba del valle
de Pasirik, donde los arqueólogos soviéticos excavaron en 1929 las
primeras sepulturas. La cámara sepulcral, con sus paredes y
techo de troncos, se hallaba en el fondo de un hoyo de cinco metros de
profundidad. Con la tierra sacada de éste se hizo un montículo poco
elevado coronado con pilas de piedras (la foto de arriba muestra dos de
estas tumbas). El viento invernal penetraba entre las piedras y
con el tiempo una sección ovoide del subsuelo en torno a la tumba
quedó congelada para siempre. Todas las cámaras mortuorias de
Pasirik fueron saqueadas; los ladrones, después de excavar, se abrieron
camino cortando los troncos (obsérvese en el dibujo el « embudo »
de tierra y piedras removidas). El agua se deslizó por la abertura y se
heló, preservando así para largos siglos los cuerpos de los jefes,
de sus mujeres y caballos y todas sus pertenencias de piel, tejido, cuero
y madera, que los saqueadores abandonaron. El otro dibujo muestra
una sepultura de Pasirik con varios caballos enterrados,
además de sus arreos y los restos de un carro.
ensi¬
La silla
en dos
cojines de fieltro blando rellenos de
pelo de ciervo y sujetos con correas
al pecho y a la grupa del animal para
que no resbalaran ni hacia adelante
ni hacia atrás. Aún no se conocían los
estribos, que comenzaron a utilizarse
mil años más tarde. La brida o ramal
estaba formada por una cabezada
sujeta a la embocadura del freno, con
correas
laterales,
otra
en
el. cuello
del animal y una sola muserola.
Los nómadas del Altai vivían pro¬
bablemente en tiendas ligeras y por¬
tátiles (yurti), en carromatos cuando
se desplazaban y
a juzgar por la
habilidad con que construían sus
cámaras
funerarias
en
madera.
Utilizaban
vasos
casas de
de
barro
y de madera y zurrones de cuero.
Su
vestido
consistía
en
camisas
tejidas con fibras de cáñamo o
kendir, caftanes de piel o de fieltro
y pantalones hechos con trozos de
cuero suave y flexible. Se ponían
medias de fieltro y altas botas de
cuero con suela blanda. Completaba
el
Dibujo t Edición« de arte Aurora. Leningrado
atuendo
un
tocado
en
forma de
gorro alto con orejeras y un cinturón
de cuero con hebilla de plata. Las
mujeres llevaban además jubones de
piel de ardilla forrados, con mangas
estrechas y adornadas y botas cortas
igualmente forradas de piel y con
suela blanda.
Como armas de guerra los nóma¬
das
utilizaban
hachas
de
bronce, ,
dagas de hierro y arcos y flechas, y
se protegían con escudos estriados
hechos con varillas de madera y
recubiertos de cuero flexible.
Los antiguos habitantes del Altai
se agrupaban en clanes o tribus, con
clases diferenciadas- de cabecillas y
nobles terratenientes.
El patriarca,
que tenía la doble responsabilidad del
ganadero y del guerrero, desempe¬
ñaba un papel capital en la célula
familiar, aunque también a la madre
se la tenía en gran estima. En cuanto
a las concubinas, es probable que
sólo existieran
en
las capas supe¬
riores de la sociedad, como la de los
terratenientes,
entre
los
cuales
la
costumbre exigía que, tras la muerte
de su amo y señor, la favorita fuera
estrangulada para que lo acompa¬
ñase a la otra vida.
Aunque
Dibujo <Û Scientific American
32
los
Altai
vivían
lejos
de
los
habitantes
en
del
alto
lugares apartados,
antiguos
SIGUE
centros
EN
LA
de
PAG. 36
BESTIARIO ESCITA
En las tumbas de Pasirik se ha encontrado
gran cantidad de magníficos tejidos, algunos
de ellos importados de lugares tan distantes
como Persia y China. Las alfombras y las
colgaduras de fieltro que adornaban las
tiendas de los nómadas de la estepa están
teñidas de rojo, azul, amarillo y verde;
los colores han conservado hasta hoy sus
matices originales. A menudo están cubiertas
de dibujos que representan seres humanos
y criaturas reales o fantásticas. Una figura,
mitad hombre y mitad león, alada y con
cuernos, adorna este fragmento de una
colgadura de fieltro de Pasirik (1). Los
sudaderos de los caballos
a los que se
solía enjaezar ricamente antes de enterrarlos
junto con sus propietarios
están
profusamente decorados con escenas de
combates entre animales. (Véase la página
30). Abajo, cuatro motivos zoomórficos
reproducidos de los sudaderos. Se trata de
siluetas de cuero recortado, parcialmente
coloreadas y cubiertas con pan de oro u hoja
de estaño : (2) León de enorme cabeza y
fauces abiertas; (3) Aguila-grifo clavando
el pico en el cuello de un león-grifo;
(4) Grifo agarrando a un alce con las
garras; (5) Macho cabrío montés derribado
y herido en la garganta por un tigre. (Véanse
también las páginas 34 y 35). El calado en
forma de puntos, comas y mediaslunas que
se advierte en el cuerpo del animal obedece
a una técnica que empleaban frecuentemente
los artistas del Altai para realzar los
músculos principales y las costillas.
1
Foto A. Bulgakov O Ediciones de arte Aurora. Leningrado
Dibujos tomados de Frozen Tombs of Siberia por Serguei I. Rudenko
O J. M. Dent and Sons. Londres. 1970.
45
33
34
Animales
fantásticos
hacen cabriolas
en el hombre
tatuado
de Pasirik
Uno de los descubrimientos más
interesantes y enigmáticos que se
hicieron en las tumbas de Pasirik fue
el del cuerpo embalsamado de un jefe,
de avanzada edad, que había sido
cubierto de tatuajes mucho tiempo
antes de su muerte. Una multitud de
animales reales o fantásticos
que
se agazapan, saltan, galopan, hacen
cabriolas o dan coces
Em
1
de esos animales y una foto (4) de un
detalle ampliado del brazo derecho,
<L-
en el que puede verse un ciervo con
Jbrí:
î&a
HM
m\
cubren los
brazos, el pecho, la espalda y parte
de una pierna. Para tatuar se empleó
un método consistente en punzar la
piel y frotar con hollín las perforaciones.
En estas páginas se reproducen nueve
pico de águila y largas astas rematadas
por cabezas de pájaros. Los números
que aparecen en el dibujo (11)
que
representa el cuerpo visto de frente
m
muestra sus colmillos (9) y un macho
cabrío montés de gran cornamenta (7).
Adviértase el extraordinario quiebro
que éste hace con sus cuartos traseros,
semejante al de la bestia fabulosa (3)
que aparece en la parte posterior del
brazo
derecho.
Los
artistas
del
Altai
solían representar en esta postura a
indican la localización de los tatuajes
los animales atacados por otros más
reproducidos en estas páginas. Desde
la parte izquierda del pecho hasta el
hombro el tatuaje representa la figura
de un grifo cuya cola enrollada termina
en una cabeza de ave o de serpiente (1).
Un pez (10) y una fila de cabras
'
monteses cubren parte de una pierna.
fuertes. Entre los motivos del brazo
En el fantástico desfile de animales
izquierdo figuran un animal con las
patas delanteras dobladas (2) y una
criatura quimérica en la que se
combinan un ciervo, un águila y un
felino (8). En cuanto al significado
del tatuaje, el arqueólogo soviético
Serguei I. Rudenko, que realizó las
que va desde la mano derecha hasta
excavaciones de los túmulos funerarios
el hombro podemos ver un asno (5),
un monstruo alado con cuerpo de
de Pasirik, supone en su libro Frozen
felino (6), un animal carnívoro que
de Siberia) que puede « indicar un
noble origen o ser un signo de virilidad
o ambas cosas a la vez », y que los
Tombs of Siberia (Las tumbas heladas
monstruos retorcidos « tenían algún
significado mágico aun no
desentrenado. »
Foto O Ediciones de arte Aurora,
Dibujos
Serguei
tomados
I.
de
Rudenko
35
Foto L. Tarasova © Ediciones de arte Aurora, Leningrado
Foto © Ediciones de arte Aurora, Leningrado
VIENE
DE
LA
PAG.
32
: El arte de las antiguas tribus del
alto Altai es extraordinario por su
lente fieltro.
Preparaban cueros y
pieles de alta calidad. De sus bosques
un fuerte tráfico comercial y de comu¬
riqueza y único por su variedad y
constituye un rotundo mentís a la
obtenían madera de cedro y alerce,
en la que podían realizar magníficas
nicaciones con otros pueblos, gracias
creencia
se
tallas, mientras que el mundo vegetal
al cual podían adquirir artículos de
limitaba a la fabricación de objetos
valor
de metal, hueso o barro.
ponía a su disposición la gualda, el
índigo y la rubia y la tierra les pro¬
civilización,
encontrados
muchos de
en
los
los objetos
túmulos funera¬
rios hacen pensar en la existencia de
tales como
alfombras,
tejidos
finos y ricos arnamentos, así como
los caballos de pura sangre que apre¬
ciaban más que cualquier otra cosa.
Los nómadas altaicos ofrecían pro¬
de
que
el
los artistas altaicos imitaron el estilo
de
bablemente a cambio ganado y caba¬
calidad
muchos
llos de sus propios hatos, además
de pieles, oro y plata. Gruesas alfom¬
de
bras
neses de
confeccionadas
en
el
ropa de
estilo
lana
caracte¬
rístico del Irán llegaban a través del
Asia
central
hasta
habitantes obtenían
vecinos
orientales
que debían
de
el
Altai,
cuyos
también de sus
sedas
ser de inapreciable
De todos los tesoros encontrados
en Pasirik, acaso el más importante
sea una alfombra gruesa y multicolor,
tejida con una técnica especial, en
cuya superficie casi cuadrada (2 X 2m,
aproximadamente) se representan ca¬
ballos y jinetes, ciervos pastando,
grifos
y plantas estilizadas.
Esta
alfombra, la más antigua del mundo
en su género, despierta justa admira¬
ción por la habilidad de los tejedores
iranios.
estrechos
contactos
que
los
nómadas del Altai mantenían con sus
vecinos dieron lugar a matrimpnios
mixtos, y aunque los rasgos físicos
de los hombres y mujeres enterrados
en las tumbas son fundamentalmente
europeos, también pueden advertirse
otros de tipo indoeuropeo o mongo¬
loïde. Se supone que los altaicos, al
igual que los escitas, hablaban diver¬
sos 'dialectos emparentados con el
idioma iranio.
36
de
uso
diario
los
escitas.
de
La
alta
sus objetos
encontrados
en
porcionaba tintes minerales como el
ocre, el colcótar y el cinabrio y can¬
tidades prácticamente ilimitadas de
oro, plata y otros metales que em¬
pleaban abundantemente con fines
decorativos.
las
Como
tumbas, de sus vestidos y de jos ar-
hemos visto,
el
caballo era
caballerías demuestra
objeto de extremada atención. Enjae¬
que los nómadas atribuían gran im¬
portancia a la creación artística y que
pasaban la vida entera rodeados de
debía de presentar un aspecto magní¬
fico. Rodeaba su cabeza una máscara
objetos de valor estético.
ornamental
sus
bordadas
valor, incluso en China.
Los
escita
Tanto en la selección de los temas
cómo en la realización de sus obras,
zoomórfico
de gran valor y
arte
A decir verdad, el arte brotaba del
alma misma del pueblo. Las repre¬
sentaciones de
animales y aves,
salvajes o domésticos, reales o fan¬
tásticos, que aparecen en sus orna¬
mentos eran algo más que simples
zado
con
sus
de
arreos
ceremoniales,
cuero;
la
cabezada
tenía quijeras de madera tallada recu¬
bierta de pan de oro. El cojín izquierdo
de la silla y su cubierta o shabrack se
hallaban adornados con aplicaciones
multicolores, y en la crin y la cola del
animal se cosían fundas de cuero.
adornos de vivos colores : en ellas se
Los altaicos adornaban sus ropas y
ponen de manifiesto el espíritu del
calzado con trozos de fieltro de color,
pueblo, sus creencias, su manera de
piel y cuero, con bordados de lana y
ver el mundo.
galones
En sus viajes al extranjero los anti¬
guos altaicos tomaban lo que juzga¬
ban mejor del arte de sus vecinos,
añadiéndole luego sus propias mane¬
ras e interpretaciones. Introdujeron
estaño. Sus alfombras de fieltro y
sus colgaduras, también con aplica¬
así en
grifos y
Tallaban incluso las patas de madera
esfinges tomados del Asia occidental
y los dibujos a base de flores de loto,
de palmeras y de motivos geomé¬
tricos provenientes de los países del
Oriente Medio y de Egipto.
de sus mesas bajas y plegables dán¬
sus creaciones
los
Es posible que en esta predisposi¬
ción para el arte de la población del
alto Altai influyera la abundancia de
los materiales que tenían a mano. La
ganadería les proporcionaba exce-
enrollados'
con
cintas
de
ciones, eran obras maestras llenas de
color; con ellas decoraban las paredes
y el suelo de sus móviles hogares.
doles forma de tigre.
Pintaban
también
los zurrones de
cuero y de fieltro en los que conser¬
vaban la cera y otros productos y las
talegas en que guardaban el caña¬
món y las semillas importadas de
culantro, así como sus flechas y sus
escudos.
no
Probablemente
poseían
los altaicos
un solo objeto que un
COCTEL DE GRIFOS
Tanto en el arte nómada de Siberia
como en el del mar Negro es
muy corriente el tema del grifo
que da muerte a un venado. Ejemplo
admirable es el que se reproduce
en la portada posterior. He aquí
(primera foto de la izquierda)
otra muestra, procedente también
de Pasirik. Esta pieza de madera, del
siglo V antes de J.C, mide
35 cm de altura. La cresta, las
orejas y las alas del grifo, así
como las orejas y astas del ciervo,
son de cuero grueso. En cada
punta de las astas, una cabeza de
gallo. A la izquierda, dos grifos
giran en redondo en una frontalera de
caballo descubierta en una tumba
de Tuekta (Altai). A la derecha,
cabeza de grifo admirablamente
conservada con su pico curvo y sus
grandes orejas y astas; proviene
también de Pasirik.
Foto © Ediciones de arte Aurora, Leningrado
artista
su
no
hubiera
embellecido
con
mano.
alargando o acortando el cuerpo del
cabras
animal representado, ensanchando su
reflejan posiblemente un periodo en
el cual las tribus de pastores gue¬
cabeza, doblando en curvas sus cuar¬
monteses.
Estas
imágenes
Sus imágenes preferidas eran los
animales de rapiña (tigres y lobos)
tos
Además,
rreaban entre sí. Esa época de lucha
pasaban sin dificultad de una técnica
armada dio origen a numerosos hé¬
y otros animales salvajes (alces, cier¬
vos, cabras monteses y moruecos)
a otra, del bajorrelieve al dibujo gra¬
bado y a la escultura propiamente
canciones
cuya representación vivida y realista
dicha.
pues, de extrañar que en las cámaras
nos
muestra
el
profundo
conoci¬
miento que los altaicos tenían de su
fauna. No menos impresionantes son
sus
animales
fabulosos,
como
los
grifos y los tigres alados, que repetían
con mayor frecuencia que los escitas.
La habilidad artística de que supie¬
ron
dar tantas muestras
ha sobrevi¬
vido hasta hoy, transmitida de genera¬
ción en generación desde que naciera
este arte profundamente popular, que
nunca
fue
un
secreto
celosamente
guardado por unos pocos maestros.
Los
artistas
siempre en
la
altaicos sobresalieron
composición
delantero
de sus
obras.
Con
admirable facilidad y
maestría, los escultores en madera,
hueso y cuerno adaptaban el tema a
la forma del objeto que decoraban.
y
trasero.
de los rasgos característicos
de^ la escultura altaica es la conjun¬
ción de todas estas técnicas y el uso
de
materiales
zación
de
una
diferentes en
sola
obra.
roes, en cuyo honor se componían
este
modo un objeto cualquiera podía
estar al mismo tiempo pintado de
vivos colores y recubierto con del¬
gadas tiras de oro, estaño o plata.
Tal complejidad es particularmente
relatos épicos.
No
es,
sepulcrales se hayan encontrado tam¬
bién instrumentos de música : arpas
de muchas cuerdas y tambores.
Hoy día, gracias a las excavaciones
la reali¬
De
y
de
las
tumbas
congeladas del alto
Altai, las obras de los maestros altai¬
cos, tan influidos por el arte escita,
ocupan el lugar que les corresponde
entre los tesoros del arte mundial.
Mariya P. Zavituhina
notoria en una cimera de madera ta¬
llada que representa a un grifo con
la cabeza de un ciervo en el pico
(véase la portada posterior de este
número).
En el arte altaico aparecen fre¬
cuentemente escenas en las que ani¬
males de presa y grifos se lanzan
contra
ciervos,
alces,
moruecos
o
ALCES
Cabezas de alces, de madera, que
solían adornar las riendas de los
caballos. Provienen de Pasirik. Las
astas han desaparecido. La figura
del alce ocupa un lugar primordial
en el arte de los nómadas del norte.
Foto © The Metropolitan Museum of Art, Nueva York
37
caballería siberiana
de ultratumba
por M¡jail P. Gríaznov
DURANTE largos siglos las vastas
estepas
que
se
extienden
desde
Gran
Muralla
el
de
Danubio
China
hasta
^^^_^
la
formaban
desde el punto de vista histórico y
cultural una sola región. Las nume¬
rosas tribus que la habitaban tenían
diferentes orígenes étnicos e históri¬
cos pero gracias a los estrechos
contactos que entre sí mantenían
lograron crear una cultura común
a todas ellas.
Esa
cultura
se
fue
formando
a
través de una serie de etapas de
desarrollo
que
se sucedieron de
manera idéntica y simultanea a lo
largo de todo el cinturón úe las
estepas. El proceso comenzó en el
periodo eneolítico, que marca la tran¬
sición entre la edad de piedra y la de
los metales, transición que en las
estepas eurasiáticas coincidió con
el paso de la economía de subsis¬
tencia (caza, pesca y recogida de
plantas
y
frutos alimenticios sil¬
vestres) a la economía de produc¬
ción, que en este caso se basaba en
la ganadería.
Esta
uniformidad r del
desarrollo
histórico se manifestó sobre todo en
la
época de los escitas,
cuando la
población de las estepas optó por la
vida nómada, sumamente movediza,
lo que permitió establecer intensos
intercambios
culturales
entre
las
a las que cabe llamar propiamente
escitas.
Hasta hace poco, en toda la polé¬
mica sobre el origen de los escitas
y del estilo zoomórfico de su arte la
única premisa indiscutible era que la
cultura y el arte escitas aparecieron
en el siglo Vil antes de Jesucristo y
que se difundieron poco a poco, con
ligeras modificaciones, hacia Oriente.
numerosas tribus.
En los últimos años han comenzado
a emplearse, con creciente frecuencia,
expresiones como « culturas de tipo
escita-siberiano » y « estilo zoomórfico
Sin embargo, los especialistas co¬
nocían también desde hacía tiempo
unos
cuantos notables monumentos
y vestigios de los más antiguos nó¬
madas de Siberia, magníficos testi¬
escita-siberiano », pero es muy poco
monios de su arte original. Citemos
lo que se sabe sobre la zona asiática
entre ellos la riquísima colección de
objetos de oro de Pedro I el Grande,
los kurganes o túmulos funerarios de
de ese gran mundo cultural. Los espe¬
cialistas en historia escita se interesan
principalmente por los monumentos
Pasirik, en el Altai (véase el artículo
de la región septentrional del mar
Negro y por los orígenes de las tribus
de la página 31), y las artísticas cer¬
cas de piedra de los túmulos fune¬
rarios de la cultura Tagar, junto al
río Yenisei.
MIJAIL PETROVICH GRÍAZNOV, miem¬
bro del Instituto de Arqueología de la Aca¬
demia de Ciencias de la URSS, de Leningrado,
Por otro lado, en los veinte años
últimos
se
han
descubierto
monu¬
mentos del primer periodo escita en
las culturas de tipo escita aparecieron,
se
desarrollaron y florecieron en
Oriente
simultáneamente
con
la
cultura de la propia Escitia.
Para muchos especialistas fue una
sorpresa cuando en 1971 se descu¬
brieron,
en
diferentes
puntos de la
región escita-siberiana, tres magní¬
ficos monumentos : el kurgán real de
Ptichata Maguila, cerca de la ciudad
de Varna, en Bulgaria; dos ricas
tumbas de Visokaya Maguila, junto al
Dniéper, y el kurgán real de Arzhan,
en
Tuva.
Todos
ellos
datan
de
los
siglos VIII o Vil antes de nuestra era,
es decir, son anteriores al primer
periodo
escita.
Sin
embargo,
la
mayoría
de
los
especialistas consi¬
deran que los dos primeros monu¬
mentos citados pertenecen a una
cultura preescita o cimeria.
En
cambio,
el
túmulo
funerario
de Arzhan corresponde a la cultura
de tipo escita-siberiano plenamente
desarrollada, pero tampoco pertenece
al primer periodo escita sino a uno
anterior. Si queremos comprender
la importancia excepcional que tienen
esos monumentos para resolver el
las excavaciones del kurgán de
el centro y en el sur de la República^
Arjan, en Tuva, y de los túmulos funerarios de
Pasirik, en el Altai. Profesor de arqueología
Federativa Soviética de Kazajstán, así
como en las laderas occidentales del
siberiana
problema del origen y la formación
Altai y en la República Autónoma
de las culturas de tipo escita-siberiano,
ha
dirigido
de
la
Universidad de Leningrado,
es autor de numerosas obras,
dedicada
Pasirik
38
al primer
kurgán
una
de ellas
Soviética de Tuva.
descubierto en
Esto nos permite afirmar hoy que
es preciso examinar con mayor detalle
el kurgán de Arzhan.
A los jefes nómadas se les enterraba
frecuentemente con sus caballos,
que a veces sumaban varias decenas.
Así ocurrió en la gran tumba
de Arzhan (siglo VIII o Vil a. de J. C.)
descubierta en las montañas
de Saián, República Autónoma
Soviética de Tuva. La foto de la página
anterior nos muestra las ruinas
de la immensa armazón circular de
madera,
de
120
metros de diámetro.
A la izquierda, plano de la tumba
con sus cámaras dispuestas en forma
que recuerda un panal. Las pequeñas
figuras equinas indican el sitio donde
se enterró a los caballos, a razón
de hasta 30 por cámara. Los restos
del rey y de la reina fueron inhumados
con gran pompa en la cámara central.
Abajo, placa de bronce,
obra de un artista nómada, descubierta
en Arzhan, en la que se representa
un animal salvaje enroscado.
Se
trata
de
una gran tumba de
piedra de 120 metros de diámetro,
la mayor de las que se han descu¬
bierto
Bajo
en
las
montañas
el^ montículo
encontró
en
de
Saián.
piedras
se
magnífico
estado
de
conservación
madera
de
de
una
estructura
enormes
de
dimensiones,
única en su género. A ras del suelo
hay una gran armazón cuadrada de
madera de 65 metros de superficie.
En torno a ella se despliegan otros
setenta
radios
cuadrados
o
conjunto
círculos
forma
dispuestos
en
concéntricos.
una
plataforma
El
cir¬
cular de madera, de unos tres metros
de
altura,
cubierta
por
un
techo
continuo.
Fue el autor de este artículo quien
dirigió la excavación del kurgán de
Arzhan durante un periodo de cuatro
años. Aunque el túmulo había sido
saqueado más de una vez, incluso en
la antigüedad, descubrimos una gran
cantidad
de
objetos
que
nos
per¬
mitieron formarnos una ¡dea bastante
completa de los magníficos funerales
regios.
Según nuestra reconstitución, mi¬
llares de personas se reunieron en el
lugar de[ entierro, talando en siete
u ocho días más de 6.000 troncos de
árboles con los que construyeron la
armazón
circular de r madera.
Esta
comprende varias cámaras. En la
cámara central, sobre una especie
de colchoneta de crines y colas de
caballos, se dispuso una armadura
de madera de paredes y techo dobles
en la que se colocaron los restos
mortales del rey y de la reina en
sarcófagos
separados,
en troncos vaciados.
consistentes
Los dos perso¬
najes regios llevaban magníficos ves¬
tidos
confeccionados
con
telas
mul¬
ticolores importadas y con pieles de
gran valor (de marta cebellina y otros
animales).
La tumba fue saqueada. De todo lo
que debió de ser un tesoro de objetos
de adorno no quedaba prácticamente
nada
de
importancia,
excepto
una k
pequeña chapa dorada y varias hojas r
Foto L Tarasova © Ediciones de arte Aurora, Leningrado
39
^ del mismo material, unas pocas cuen¬
tas de turquesa, un collar de cuentas
y 20 pequeños discos de turquesa,
que
probablemente
se
hallaban in¬
crustados en grandes chapas doradas
con figuras de animales, seguramente
robadas por los saqueadores de se¬
pulcros.
fronteras. La participación de repre¬
sentantes extranjeros en los funerales
de los grandes jefes nómadas era
probablemente cosa corriente.
VIII a. de J. C. desenterrada en las
Por ejemplo, un antiguo çpitafio da
cuenta de que en el funeral del pri¬
en realidad retratos estilizados de
mer
kagán,
o jefe
El dibujo muestra las cuatro caras
de una « piedra cerval » del siglo
estepas de Mongolia. Estas piedras,
cuyo nombre les viene de las figuras
de ciervos en ellas. talladas, son
guerreros nómadas. El que aquí
aparece lleva un collar y pendientes
en las orejas. Sus armas, entre ellas
una daga y un hacha pequeña,
cuelgan del cinturón. Diversas figuras
turco-mongol,
« lloraban y gemían » personas veni¬
central por
das de todos los rincones de la tierra,
tres de sus lados había ocho troncos
Rodeando
la
cámara
incluso de algunas tribus y pueblos
vaciados con los restos mortales de
no sometidos a
importantes
séquito
de las costas del Pacífico, de la taiga
de ciervos aparecen corriendo en
torno a su cuerpo. En Mongolia,
del rey. Todos estos personajes, salvo
uno, eran ancianos y llevaban suntuo¬
siberiana y del Asia central. Se dice
incluso
que
estuvieron
presentes
en la República Autónoma de Tuva
(URSS) y, con pequeñas variantes,
sos vestidos de piel o de lana. Sólo
« avaros »,
en algunos troncos se conservaban
objetos tales como adornos de oro y
de turquesa, flechas de bronce y una
costeras del mar Negro, y « rum », de
la lejana Bizancio.
personajes
del
los turcos,
enviados de
a saber,
daga.
Los restos del banquete funeral nos
permiten
hacernos
una
¡dea del
con personajes similares.
número
de
participantes
en
la
ceremonia. En torno al kurgán de
En otras cámaras vecinas se
encontraron otros cinco sarcófagos
En el cuarto lado de la cámara real
se
había
seis
hacinado los cadáveres de
caballos.
De
sus
magníficos
arreos no quedaban sino unos pocos
adornos de la brida y de las correas
de la silla, algunos de oro y plata,
otros de piedra coloreada o de colmi¬
llo de jabalí. A todas luces,
caballos pertenecían al rey.
Es
de "suponer
que
Arzhan se
cada
nómadas representantes de todas las
ruinas de
parte
del
cráneo y huesos de la
inferior
de
las
patas
de
un
caballo.
Se trata, sin duda alguna, de los
de
los
caballos sacrificados,
depositados en el lugar del funeral
después de haber comido los partici¬
pantes su carne y una vez terminado el
festín mortuorio, según un rito suma¬
montañosas de lo que hoy es la Repú¬
mente
blica de Tuva,
asistieron a los fune¬
desde remotos tiempos. Suponiendo
rales, con regalos apropiados para la
que se comieran un caballo en cada
ocasión. En siete cámaras sucesivas,
uno de los cercados de piedra, en el
banquete debieron participar más de
situadas al este de la cámara central,
se
enterraron
138
caballos:
30 en
y tres metros.
uno de eNos aparecieron frag¬
mentos
restos
tribus sujetas a la autoridad del rey,
es decir, las que poblaban las estepas
las
gran número de estas « estatuas »,
cuya altura oscila entre 50 cm
más de 300 pequeños cercados de
piedra dispuestos en semicírculo; en
estos
numerosos
encontraron
en los Urales, se han encontrado un
las estepas
difundido
entre
los nómadas
10.000 personas.
cada una de las tres primerascámaras,
15 en cada una de las tres otras y
tres en la última.
Los
caballos
de
cada
una
de
las
cámaras -viejos sementales- prove¬
nían de una misma tribu y eran ente¬
rrados con sus bridas y sus sillas. Se
encontraron pocos adornos de arreos,
pero
han
llegado
hasta nosotros
algunas
estilo
magníficas
zoomórfico
muestras
del
escita-siberiano,
como un gran arco de bronce que
representa un ave de presa y una
cabeza
de
caballo tallada
en
marfil.
Es de suponer que también partici¬
paron en los funerales del rey delega¬
ciones de los países vecinos, las
cuales depositaron sus presentes en
seis cámaras situadas al norte y al
La tumba de Arzhan constituye una
prueba evidente de que a las culturas
del primer periodo escita las prece¬
dieron otras de tipo escita-siberiano
ya
plenamente desarrolladas. Hay
especialistas que quizás vacilen en
fechar los monumentos de las estepas
de
ellas
se
enterraron caballos
en número que oscilaba entre dos y
diez.
Los adornos de las bridas de cada
de ciervos.
la
duda no está permitida
tos de la región saiano-altaica. En
esta misma región se han descubierto
también
otros
monumentos
de
demás
grupos. Se encontraron cinco magní¬
ficas cimeras de bronce con grandes
figuras de machos cabríos monteses.
En una de las cámaras, junto a los
caballos,
se
enterró a dos ancianos
notables en sarcófagos de troncos
vaciados. Habían llegado allí, sin
duda, desde algún lugar distante, a
fin de acompañar en la muerte al rey,
reverenciado no sólo en su propio
país sino también más allá de sus
40
muchas
en
Tuva.
Existen
asimismo
cerca del lago Baikal y en la región
escita-siberiano.
montañosa del Altai. Hacia el oeste,
Entre ellos, los más
interesantes son, con mucho, las lla¬
hasta
madas
descubierto sólo algunos ejemplares
aislados; en ellos la figura del gue¬
« piedras
cervales »
o
« de
ciervo ».
Ya en el siglo XIX se habían descu¬
bierto algunas de estas piedras no
lejos de la tumba de Arzhan. Nosotros
encontramos también un fragmento
en
el
techo de una
forma
de
una
columna
circular o
rectangular, a veces la de una losa,
y representan en forma estilizada un
guerrero con sus armas. Su altura
varía
entre
50
centímetros
y tres
En
lo
guerrero,
alto
de
la
encontrarse
piedra,
el
donde
rostro
del
suelen verse tres peque¬
ñas líneas, oblicuas y paralelas. En
los lados, dos aretes y un poco más
abajo un collar o un pendiente. La
sur de
es
aún
los
más
Urales,
se
estilizada;
han
en
la
veces suspendidas de un cinturón.
Es verdad^ que las estelas funera¬
rias del Cáucaso
asemejan mucho a
vales, pero en ellas
rrero presenta una
Se
a
observan
medida
oeste; en
metros.
debería
rrero
el
superficie se han tallado únicamente
un hacha pequeña y una daga, a
de las cámaras
la
los
La mayor parte de las piedras se
han encontrado en las estepas de
Mongolia; también
han aparecido
idéntico periodo, de tipo plenamente
ticular,
de
De ahí el nombre de piedras
cambio,
en lo que respecta a los monumen¬
de ésta. Las piedras cervales tienen
al
males.
cervales que se les da, aunque no
siempre presenten las piedras figuras
grupo de caballos era de un tipo par¬
diferente
y otras armas. En la superficie lisa de
la piedra se ven con frecuencia un
gran ciervo y, a veces, otros ani¬
costeras del mar Negro en una etapa
temprana de la cultura escita. En
noreste de la cámara central. En cada
una
parte inferior está rodeada por una
especie de cinturón del que penden
un arco, una daga, un hacha pequeña
septentrional se
las piedras cer¬
la figura del gue¬
variante peculiar.
también otras variantes
que
se
avanza
hacia
el
efecto, se han encontrado
una en Rumania y otra en el kurgán
de Ptichata Maguila, en Bulgaria.
La
escultura
monumental
de
las
estepas asiáticas y de las próximas
al mar Negro, con su representación
estilizada del guerrero, surgió y se
desarrolló en los comienzos mismos
de la cultura nómada escita-siberiana.
La imagen del guerrero evolucionó a
través de etapas sucesivas práctica¬
mente similares en la ancha extensión
de las estepas. Y lo mismo sucedió
con
el
arte
zoomórfico
escita-sibe¬
riano, el cual, pese a su gran variedad,
se
desarrolló
uniformemente
en
el
vasto territorio que se extiende desde
el Danubio hasta la Gran Muralla de
China.
Son todavía muy pocos los monu¬
mentos
pertenecientes
al
periodo
inicial de la cultura escita descubiertos
en las estepas de Asia y en la región
del mar Negro. Y aunque es imposible
por ahora
tener una
¡dea cabal del
origen y formación de las culturas de
tipo escita-siberiano, pueden extra¬
erse algunas conclusiones básicas a
partir de los hallazgos de la tumba de
Arzhan y de los monumentos menos
importantes del Altai.
Por
marse
ejemplo,
que
las
ya
no
puede
afir¬
culturas escita-sibe¬
rianas surgidas en el siglo Vil antes
de nuestra era o un poco más tarde
se extendieran a partir de un centro
único,
incluido
Oriente.
Por
otra
parte, es evidente que el factor de¬
terminante del desarrollo de la pobla¬
ción de las estepas en aquella época
paso a una nueva economía
basada en la ganadería nómada, lo
que impulsó la introducción de nue¬
vos métodos agrícolas y de nuevas
fue el
formas culturales.
Es difícil determinar con precisión
cuáles eran los desplazamientos y las
costumbres
de cada
tribu,
pero no
cabe duda de que a partir del siglo
VIII antes de Jesucristo surgieron y
se
desarrollaron
culturas
similares
simultáneamente
de
tipo
escita-
siberiano. Dados jos intensos inter¬
cambios que, pacíficamente o como
consecuencia de guerras o incur¬
siones de pillaje, tenían lugar entre las
tribus, es de suponer que los logros
culturales de una tribu eran después
compartidos ampliamente
por las
demás.
Es evidente que las antiguas tribus
de las estepas asiáticas crearon cultu¬
ras de tipo escita-siberiano en la
misma medida que sus contemporá¬
neos los escitas. Es incluso posible
que la contribución que hicieron
tribus asiáticas como las del Altai y
de Tuva a la formación del arte y de
la
cultura
escita-siberiana
fuera
a
veces más importante que la de los
propios escitas.
Finalmente,
cabría
preguntarse
también si la Escitia europea fue en
realidad el centro de irradiación de la
cultura
escita-siberiana, como muchos
estudiosos han creído hasta ahora.
Después de todo, cabe recordar que
Escitia se situaba en la periferia del
territorio escita-siberiano y que su
proximidad a la civilización medi¬
terránea y sus estrechos contactos
con ella pudieron frenar a veces la
originalidad creadora de los escitas.
Mijail P. Griaznov
41
LOS CHAMANES
La fuerza y el movimiento son una característica constante
de la infinita variedad de las representaciones del grifo en el
arte de las estepas.
Aquí, la cabeza del quimérico animal,
con la mirada y el pico de un águila, forma la empuñadura
de una espada escita del siglo V antes de nuestra era,
encontrada en Kubán, al este del mar Negro.
Foto © Ediciones El Pensamiento, Moscú
42
Y EL VIAJE MÍTICO
AL MUNDO DE LA FABULA
por Grigorí M. Bongard-Levin y Edvin A. Grantovski
PROFUNDAMENTE autóctona, la
cultura escita fue muy influida
por otros pueblos y, a su vez,
influyó considerablemente en las so¬
ciedades
antiguas,
en
el
antiguo
Entre
los
literatura
de
los
variados
antigua
escitas,
datos que la
nos ofrece acerca
se
encuentran
refe¬
rencias a reyes de la epopeya, héroes
legendarios,
dioses
del
Panteón
seres
dianes
Sabemos de la cultura escita por
ciones, pero de manera muy irregular.
La tradición popular era ciertamente
rica y variada; y existía sin duda un
del
fantásticos
oro »,
etc.,
como
los
testimonios
éstos de la existencia de complicadas
Ciertos elementos escitas penetra¬
ron en los temas de la mitología
helena, mientras otros rasgos propios
de los personajes míticos griegos emi¬
amplio ciclo de relatos épicos en los
que se reflejaba la cultura espiritual
del pueblo. Y, aunque la épica escita
no ha llegado hasta nosotros, la
graron hacia el norte escita.
búsqueda de sus huellas es posible
de los motivos aludidos se encuentra
y se muestra prometedora.
muy lejos de las zonas de contacto
heleno-escita, entre los pueblos de
Europa nororiental y Siberia.
Esta posibilidad está determinada
por los nexos étnicos entre las tribus
y los pueblos que vivían en las este¬
pas
del
de
sur
los
de
Rusia
escitas
contactos
de
y
por
éstos con
La confirmación del origen escita
En
el
folklore
de
estos
pueblos
tiempos
existen
los
amplios
ojo semejantes a
los arimaspos,
monstruos alados del tipo de los
grifos « guardianes del oro » y figuras
(desde los habitantes de las regiones
seres
humanos
con
un solo
boscosas de Eurasia septentrional,
cuyos
descendientes
conservaban
similares á^ las griegas y dotadas de
todavía no hace mucho sus antiguas
voladoras que habitaban en la oscu¬
tradiciones
ridad, gemelas de los Gorgonas, las
aladas hijas del titán Forquia, así
como un viento frío que, como Bóreas,
folklóricas,
hasta
los
helenos del sur con su rica literatura
antigua).
Los^ escritores y filósofos antiguos
mar
rasgos análogos, como las mujeres
dios del viento
norte en
material
la tradición
y
espiritual
como
con
las
-concepciones religiosas y mitológicas.
El
nombre
que" los indoeuropeos
orientales y los escitas daban al dios
del
en
sus vecinos
del
Negro a estas regiones.
que se relacionan tanto con la cultura
cíclopes-arimaspos y los grifos « guar¬
muchas de sus diferentes manifesta¬
de objetos
norte
concepciones mitológicas y religiosas
amplio mundo tribal
Asia septentrional.
y
del
y de una épica rica y desarrollada.
escita,
Europa
arqueológicos
Los contactos entre los escitas y
las regiones boscosas del Volga y
el Ural, desde las que se propagaron
las lenguas ugrofinesas, explican las
múltiples apropiaciones de palabras
que se observan en dichas lenguas y
oriente y, en mayor medida, en el
de
hallazgos
« importados »
viento
(« vata »)
formar parte
del
norte
ugros
del
en
de
las
más
y
que
pasa
a
nombre del viento
creencias
allá
de
los
de
los
Urales
(« vat »), pertenece a este tipo de apro¬
piaciones. Y los detalles de las fábulas
sobre « el viejo viento del norte » re¬
cuerdan mucho las noticias que la
literatura
antigua
nos
da
sobre
« Bóreas », el que traía el frío a Escitia.
Examinemos ahora los testimonios
arqueológicos. De la zona del Kama
provienen, por ejemplo, una serie de
figurillas rituales en forma mitad de
ave
mitad de
animal
con cabeza de
lobo o perro. Los « grifos », animales
alados, son también un motivo parti¬
cular del arte escita, donde general¬
griega, vivía en una remota gruta.
mente presentan los rasgos del águila
y del león (u otro felino carnicero). Sin
los griegos consideraban como uno
¿Pueden ser casuales estas coinciaencias en leyendas de tan lejanos
embargo, en algunas de las primeras
de
países como la Hélade y las regiones
recurrían con frecuencia a la figura de
Anacarsis, el filósofo escita a quien
los
« siete
sabios »
de
la
anti¬
güedad.
boscosas del norte de Eurasia, regis¬
tradas unas por la antigua tradición
literaria y otras descubiertas reciente¬
mente por folkloristas y etnógrafos
contemporáneos?
GRIGORI
LEVIN,
MAXIMOVICH
vicepresidente de la Asociación In¬
miembro
la
más allá de estos mohtes vivían los
del Instituto de Estudios Orientales
isedones, conocidos por los griegos
gracias a los relatos escitas y al del
griego Aristeo, que visitó Escitia en el
siglo Vil a. de J. C. y, por lo visto,
llegó hasta las tierras de los isedones.
Experto
en
de
Estudio
Academia
de
premio
la
de
del
Sánscrito,
Ciencias
Unesco
Jawaharlal
varias
y
de
la
laureado
Nehru,
ha
URSS.-
con
el
participado
conferencias internacionales sobre
los
problemas relativos a la cultura y la
historia del Asia central y de la India. Su
libro
De
Escitia a
la
India,
escrito en cola¬
boración con Edvin A. Grantovski y publicado
en Moscú en
1974,
desarrolla el tema del
presente artículo.
EDVIN
ARVIDOVICH
especialista
en
historia
GRANTOVSKI,
antigua
del Irán,
del Asia central y de los escitas, pertenece
al Instituto de Estudios Orientales de la Aca¬
demia
de
En las estepas de la región entre
el Volga y los Urales y en las de
es
ternacional
de
BONGARD-
Ciencias
de
la
URSS.
Entre sus
obras destaca Historia de las primeras tribus
iranias del Asia central (Moscú, 1970).
En los bosques cercanos a los
Urales, seguramente junto a los ríos
Kama y Volga, vivían los argipeos.
« Aquellos de los escitas que llegan
hasta ellos usan siete intérpretes y
siete lenguas »,
escribe Herodoto.
La
existencia
en
tiempos
de los
escitas de una ruta comercial que
llevaba hasta el sur de los Urales y
los bosques del Volga y el Kama ha
quedado demostrada gracias a los
imágenes escitas de la zona del mar
Negro (siglos VI y V antes de Cristo)
el grifo es un ave-fiera con rasgos de
perro; y no es casual que en «Pro¬
meteo encadenado »,
Esquilo, que
vivió en la misma época, llame a los
grifos
ornitomorfos
perros « silen¬
ciosos » o « que no ladran » (a diferen¬
cia de la antigua representación tradi¬
cional en que los grifos se parecen
a los leones).
Examinemos las sustanciosas noti¬
cias
que
la
literatura
antigua
nos
ofrece en relación con la descripción
« geográfica » de Escitia y de las tie¬
rras que se extienden más allá.
De
sur
a
norte
se
sitúan
las re¬
giones efectivamente habitadas por
pueblos reales, incluidos los argipeos
y los isedones. Tras ellos, y hasta las
grandes montañas del norte, cono¬
cidas generalmente con el nombre de
Rip,
vivían
tribus
extraordinarias y
seres fantásticos, entre los cuales se
contaba
a
nuestros
conocidos
losk
arimaspos, grifos, etc. En esa misma f
43
>zona se situaba la morada de Bóreas.
Se
trata
de
regiones desheredadas
por la naturaleza, sumidas en la oscu¬
ridad, cubiertas de nieve; reina allí
Pero más al norte, al otro lado de
los montes Rip, cuyas cúspides pare¬
tocar
doradas
y
el
cielo
con
alrededor
sus cumbres
de
los
cuadro geográfico :
cuales
giran el sol y las estrellas, en las
alturas montañosas, más allá aun, a
orillas del Mar del Norte, se extiende
un país de clima cálido, libre de
vientos fríos; un país. que produce
variados frutos y en cuyos bosques
habita un pueblo sagrado y feliz (los
« hiperbóreos » de la tradición anti¬
gua). El sol sale y se pone una vez
al año; un día dura seis meses, desde
los
otros seis
meses son la
noche.
En el transcurso de un día los
En cada una de las tres tradiciones
cos reinos y tribus, se encuentran las
dirigido hacia el^ norte, y va de las
muy
lejos
al
norte
de
la
jnontañas sagradas de Meru; sus do¬
radas cumbres alcanzan el cielo
a su alrededor giran los astros.
y
Tras las montañas de Meru está el
Mar del Norte, o Blanco o de Leche,
geográficas
legendarias
del
reales
a
las
Océano
del
trar en
ellas terminan con la muerte
del audaz héroe, en cuyo camino se
interponen tribus fantásticas y seres
de las montañas vive un pueblo fabu¬
sobrehumanos.
loso y feliz,
« alejado de todo mal,
indiferente a la honra o a la deshonra,
En este punto se nos aclara la ubi¬
de belleza admirable y lleno de vita¬
cación « geográfica » de aquellos per¬
lidad ».
sonajes que los escitas, y tras ellos
los griegos, situaban entre Escitia
Allí,
tras las montañas de Meru,
al mediodía y recolectan los frutos por
la
la tarde.
juntos hacen un año ». Estos datos se
Las montañas Rip podrían corres¬
ponder a los montes Urales, y en
las leyendas sobre el oro que con¬
tienen y los grifos que lo cuidan se
reflejan seguramente las ¡deas sobre
regiones
tierras
y en sus orillas y en las laderas norte
habitantes siembran al alba, siegan
gráfico »? ¿los griegos?, ¿los escitas?
¿o bien ambos?
(india,
Norte, inalcanzables para los simples
mortales. Los vanos intentos de pene¬
en cuyas cimas « el sol de cabellos de
oro
brilla durante medio año»...,
« medio año dura el día, medio año
¿Quiénes trazaron este mapa « geo¬
arcaica.
irania y escita), los temas
similares están dispuestos en un
mismo orden; todo el panorama está
el solsticio de primavera hasta el de
otoño;
vienen de una misma base religiosa
India, tras montañas, desiertos, países
y pueblos reales, más allá de fantásti¬
Lejos,
el más riguroso de los inviernos.
cen
« Mahabharata » y el « Ramayana »,
por ejemplo, encontramos el siguiente
noche» y « una noche y un día
complementan
con
alusiones
a
la
inmóvil estrella polar y al sitio que
ocupan constelaciones que pueden
ser vistas sólo muy al norte, más allá
de
los
55°
de
y las montañas del norte : gorgonas,
arimaspos, grifos, etc. Los narradores
épicos hindúes, por ejemplo, advertían
que en las cercanías de las montañas
Meru existía una zona desierta y
tenebrosa, cuya oscuridad llenaba de
horror al viajero, donde vivían mons¬
truos, vampiros, mujeres caníbales y
malignos gigantes.
Las informa¬
Sin embargo, en las narraciones de
inalcanzable tierra
latitud.
al asceta Galava, antes de llevarlo a
la cálida India casi desaparecen los
obstáculos invernales.. En la leyenda
de los iranios, por el contrario, más
próximos étnica y geográficamente a
la existencia de « minas » de oro en la
ese
los escitas, se habla del mortal frío
región de los Urales, ideas que corro¬
turanza».
invernal que viene de las grandes
montañas del norte y de la muerte
Es importante señalar que los datos
sobre los «fenómenos polares» que
que espera a los héroes en sus faldas, .
boran antiguos trabajos mineros en
esa región. Pero la cordillera de los
Urales va
de
sur a
norte,
mientras
que las montañas Rip se extienden
en latitud por todo el norte del mundo
escita.
ciones sobre esta
septentrional son « transmitidas », por
ejemplo, por el ave sagrada Garuda
lejano
« país
de
la
bienaven¬
incluyen los textos hindúes datan de
una época en que la astronomía
india no podía ejercer sobre ellos nin¬
guna influencia.
El Mar del Norte, que se extendía
tras los montes Rip, puede ser el eco
de lo que los escitas sabían acerca del
Océano Glacial Ártico. Sin embargo,
según la tradición, allí se situaba el
pais del clima cálido y paradisiaco,
es
decir,
una
fantasía
más.
Pero,
como ya se ha dicho, en ese país el
día y la noche dura medio año cada
uno, y ello es un rasgo que no puede
interpretarse sino como el reflejo de
un fenómeno real : la alternación de
días y noches polares (a pesar que no
duren
exactamente
medio año cada
uno).
Los antepasados de la antiguas
tribus iranias e hindúes llegaron a
sus
respectivos
países
desde
otras
tierras, donde habitaban junto a los
antepasados de los escitas compar¬
tiendo con ellos la economía, la orga¬
nización social, la cultura y la reli¬
gion.
Basándose en testimonios parciales
que
se
han
conservado
sobre
los
escitas y su lengua, así como en sus
paralelos en el sistema indoiranio,
los especialistas han establecido los
rasgos fundamentales del idioma y de
los
dialectos
sentido
de
escitas,
una
el
verdadero
serie de datos sobre
su sistema social y el carácter de los
dioses del panteón escita. Los docu¬
mentos
bién
ideas
44
indoiranios
exactas
escitas
presentan
concordancias
sobre
el
tam¬
con
Norte.
En
las
el
De ahí que los motivos polares de
los anales hindúes sólo puedan inter¬
pretarse como resultado de las noti¬
cias
introducidas desde el norte,
y el marco épico y mitológico que los
rodea en la temprana tradición hindú
indica su pertenencia al círculo de
leyendas que las tribus hindúes guar¬
bajo la nieve que aporta el viento
hostil. Este era, justamente, el papel
que
desempeñaba
en
las leyendas
escitas el Viento del
Norte,
que
soplaba desde las faldas de las mon¬
tañas Rip y daba muerte a los viajeros.
Es curioso que el mismo Herodoto
repita varias veces que es imposible .
llegar hasta las regiones situadas más
alia de Escitia, al norte, como conse¬
cuencia de la gran cantidad de nieve
y del frío. También él creía que no
En el antiguo Avesta iranio (o Zend
Avesta), así como en las otras obras
estaban habitadas por nadie, pero el
norte de Europa, hasta el Océano Gla¬
cial Ártico, estaba habitado ya mucho
antes de las épocas preescita y escita,
y los mismos escitas situaban allí a
diferentes « pueblos », si bien los
afines de la literatura zoroástrica, se
dotaban de rasgos insólitos.
daron de los tiempos de su vecindad
con los otros pueblos de la misma
familia.
conservan
entre
temas
ellos el
de
míticos análogos,
la feliz morada de
ese sorprendente pueblo que ve salir
y ponerse el sol una vez por año. La
morada feliz está próxima a los países
fríos (donde hay diez meses de in¬
vierno y sólo dos de frío verano), al
pie de las grandes montañas del norte.
Estas montañas, que alcanzan el
cielo, desempeñan el mismo papel
astronómico que en las tradiciones
hindúes y escitas.
Todo esto permite hablar de un
mismo origen en lo que toca a las
leyendas indoiranias relativas a los
países
del
tradiciones
extremo
sobre
las
norte
y
a
las
remotas tierras
situadas más allá de Escitia.
En
temas
este
punto concuerdan
aislados
nociones
sino
no ya
toda la serie de
interrelacionadas que pro
En las leyendas hindúes e iranias
hay todo un ciclo épico de gran im¬
portancia relacionado con este tema.
Al final de ese ciclo el victorioso rey
(Yudhisthira en el « Mahabharata » y
Cosroes en la epopeya irania) aban¬
dona su reino y alcanza con vida el
bienaventurado país de las montañas
del norte, mientras que los héroes que
lo acompañaban mueren en la nieve,
según la leyenda irania. Es la nieve la
que,
según
Herodoto,
hace infran¬
queable el camino hacia la región al
norte del reino escita.
Otros
héroes
elegidos y hombres
justos pudieron alcanzar ese país sólo
después de la muerte. Y si es cierto
que había otra manera de visitarlo,
aunque no definitivamente, ésta se
reservaba únicamente para algunos
sabios de renombre, sacerdotes y ana-
ARIMASPOS
CONTRA
GRIFOS
Según la leyenda, más
alia de Escitia vivían
arimaspos y grifos, seres
fabulosos que, aunque
vecinos, no siempre
vivían en buenos
términos. He aquí, como
prueba, estas dos
imágenes en que los
arimaspos, gigantes
provistos de un solo ojo,
se enfrentan con los
grifos, guardianes del oro
de los escitas. Este
episodio legendario debía
de estar muy extendido
en la antigüedad, a juzgar
por la sorprendente
similitud entre las
escenas aquí
reproducidas, una
(arriba) tomada de un
tocado ritual de oro
descubierto en el túmulo
de la Gran Bliznitsa,
al este del mar Negro,
y la otra (abajo) de un
relieve de sarcófago
encontrado en el sur de
Italia. Ambas obras
datan del siglo IV antes
de la era cristiana.
Fotos
O
Ediciones
El
Pensamiento.
Moscú
la
de su alma; el delirio y las alucina¬
leyendas
época de los primeros contactos gre¬
ciones del chamán consisten con fre¬
hindúes (Galava, Narada, Shuca en el
« Mahabharata »), iranias (Arda-Viraz
co-escitas. La difusión de estas leyen¬
cuencia en visiones de lejanos países
das se vio facilitada por la semejanza
en
de^ ciertas concepciones religiosas y
que visita en sus « peregrinaciones ».
El culto a las aves desempeñaba un
prácticas escitas con el culto a Apolo,
papel importante : en forma de pájaro
coretas.
Esos
constituían
las
maravillosos «viajes»
el
tema
tradiciones
de
zoroástricas)
y
escitas.
Aristeo
en
el
eran
las
tradiciones
de
cual Aristeo era un iniciado.
En el mundo antiguo se contaba del
escita Abaris que « llegó» del país de
los hiperbóreos : « atravesaba ríos,
mares y lugares intransitables como
si viajara por el aire» y, al mismo
tiempo, purificaba las almas, curaba
las enfermedades,
predecía terre¬
motos, apaciguaba vientos y calmaba
el
mar.
Las « noticias » sobre Abaris fueron
conservadas por los pitagóricos que
las introdujeron en el sistema de sus
concepciones sobre la transmigra¬
ción de las almas; pero las leyendas
nacieron
seguramente
de
manera
independiente.
También
Herodoto
conocía los «viajes» de Abaris, del
que contaba que « no comía nada ».
Pero el gran historiador griego pre¬
firió hablarnos más extensamente de
Aristeo, cuyo cuerpo, según él, yacía
en un lugar mientras él mismo se
encontraba en otro, o bien que se
transformaba en
a Apolo.
La
base
de
cuervo para seguir
las
leyendas
sobre
El poema
atribuía
a
« Arimaspea », que se
Aristeo,
habla
de
viajes
al país del «pueblo bienaventurado »,
situado tras las grandes montañas,
más
allá
Océano
de
del
Escitia,
Norte.
El
a
orillas
del
poema trata
de un auténtico viaje por Escitia, de
las tribus que la habitaban y de su
vida y costumbres. El autor conocía
los temas de los mitos y de la epo¬
peya de los escitas y sus vecinos,
pero,
en lo referente al «vuelo» de
Aristeo al país del bienaventurado
pueblo del norte, según ciertos inves¬
tigadores, en él se reflejan las con¬
cepciones sobre
los « viajes » del
alma; concepciones que sin duda
provienen de los cultos de tipo cha-
(corrientemente de cuervo) el hechi¬
cero o su alma « partían » para un
largo viaje, « sobrevolando » países
conocidos o míticos.
En la antigüedad el chamanismo
estaba muy difundido entre los pue¬
blos del norte de Asia y de Europa;
y a pesar que la religión de hindúes,
iranios y escitas pertenecía a un tipo
diferente, en sus concepciones épicas
y mitológicas se encuentran elemen¬
tos comunes a las imágenes de la
« mitología
manismo del norte,
el de los ugrofineses.
el
chamán
especialmente
Los especialistas conocen una serie
de
menudo,
Existe. f otra
hay rasgos semejantes a los del cha¬
mánico o de hechicería.
«A
norteña ».
teoría, según la cual en la práctica
religiosa de hindúes, iranios y escitas
o hechi¬
datos
acerca
de
los
nexos anti:
quisimos
existentes entre los ante¬
cero pierde conocimiento durante la
pasados
de
ceremonia del embrujo »,
iranios y escitas y los ugrofineses;
escribe el
eminente etnógrafo soviético Serguei
entre
Tokariov, lo que debe de sugerir a
los espectadores la idea del «vuelo»
riormente,
otros,
los antiguos hindúes,
como
ya
múltiples
señalé ante¬
concordancias k
entre las lenguas de estos pueblos; f
45
una
de
ellas
es el nombre del pro¬
ducto por medio del cual chamanes
y sacerdotes alcanzaban el estado de
éxtasis religioso requerido por el
culto.
Con tal fin se utilizaban diferentes
hierbas, entre ellas el cáñamo, cuyas
cualidades eran conocidas por los
escitas que lo usaban en sus ritos
religiosos.
He aquí lo que Herodoto nos dice
respecto de esta práctica : los escitas
« colocan tres pértigas, inclinadas las
unas hacia las otras, que cubren con
tiras de fieltro, y luego echan piedras
calentadas al rojo en un recipiente
que se encuentra entre las varas y
las tijas de fieltro. En sus tierras crece
el cáñamo, una planta muy parecida
al lino, pero más gruesa y alta que
ésta.
Esa planta crece en estado
silvestre y también se siembra...
Los
escitas
toman
las
semillas
del
cáñamo, entran bajo las tiras de
fieltro y allí las echan sobre las
piedras calientes; de estas semillas
se levanta tal cantidad de humo y
vapor que ningún baño heleno puede
superarlos. Los escitas se deleitan
con ellos y aullan fuertemente ».
Quizá sea esta escena el reflejo de
una ceremonia ritual parecida a las
prácticas chamánicas; los « aullidos »
serían en tal caso el canto del servidor
del culto a quien el efecto embria¬
gador del humo de las semillas de
cáñamo
ha
descripción
el
carácter
llevado
de
al
éxtasis.
Esta
Herodoto, así como
ritual
de
la
costumbre
descrita por él, se confirman hoy con
el resultado de las excavaciones efec¬
tuadas por el
conocido arqueólogo
soviético Serguei Rudenko.
En los montículos escitas del Altai
(siglos V y IV a. de J. C), en un suelo
perpetuamente congelado, se han
conservado pequeñas tiendas de pér¬
tigas o varas atadas en la cúspide
(dos de ellas tenían aún la cobertura
de fieltro y cuero). En uno de los
montículos, bajo una de estas tiendas
aparecieron
varios
recipientes
de
Éxtasis y aves
para el paraíso
Según la mitología escita, en las regiones
polares existía un país fabuloso donde el
día y la noche duraban seis meses cada uno
y al cual podían llegar solamente los héroes
.y los sabios para gozar allí de felicidad
eterna. Tal creencia, de la que dan
testimonio numerosos autores griegos y
romanos de la antigüedad, guarda estrecha
analogía con las antiguas mitologías o
epopeyas de la India y de Persia en las
cuales las regiones paradisíacas están
situadas al norte, entre altas montañas.
¿Cómo podían los sacerdotes, sabios y
héroes alcanzar lugares considerados como
inaccesibles? Según la tradición del
chamanismo, difundida a través de las
estepas del Asia, el viaje se efectuaba
gracias al estado de éxtasis, cuyo secreto
guardaban los chamanes o hechiceros.
Adivino y curandero, el chamán podía
transformarse en ave (a la izquierda, dibujo
cobre con piedras quemadas y semi¬
llas de cáñamo parcialmente carboni¬
zadas; un saquito de cuero con semi¬
llas de cáñamo colgaba de una de las
varas. La literatura etnográfica des¬
cribe rituales similares efectuados en
yurtas y chumas (tiendas de campaña
de Jos nómadas del Asia central y
¿iberia).
46
Foto y dibujos O Ediciones El Pensamiento, Moscú.
También se han conservado datos
acerca de la utilización de otras plan¬
tas
como
medio
para
alcanzar
éxtasis religioso, y en los
religiosos de la India e Irán
una leyenda del mismo origen
el robo de una planta ritual
efectuado en
las
el
textos
existe
sobre
(Som)
Grandes Montañas
por el ave Garuda, también llamada
Shiena en el « Rig Veda ». En la tradi¬
ción irania se le denomina Saena, y
más tarde Simurg : es un ser alado
con rasgos de ave fantástica y de
fiera con aspecto canino.
Estos monumentos del arte escita
Fotos L Tarasova O Ediciones de arte Aurora, Leningrado.
permiten suponer que existían allí
leyendas semejantes a las que cir¬
culaban por la antigua India sobre
Garuda y por el antiguo Irán acerca
de Simurg. Esta enorme « ave fabu¬
losa » formaba también parte de las
figuras mitológicas de las tribus de
los bosques de Europa nororiental,
los Urales y las regiones más allá de
éstos. De tales lugares provienen un
gran número de placas metálicas con
representaciones de aves y seres con
aspecto de aves, en cuyos cuerpos
frecuentemente
se
ha
delineado
un
rostro o la figura de un hombre en
pie. Las excavaciones han demos¬
trado que este tipo de motivos ya
existían allí en la época escita.
de un chamán siberiano con un vestido de
mangas en forma de alas) y su alma
emprendía el vuelo. Una de las maneras de
alcanzar el éxtasis consistía en aspirar el
Esta exposición de las concordan¬
cias con la epopeya indo-irania y la
mitología de los vecinos septentrionales
humo de la cannabis o cáñamo indio. En
de los escitas, antepasados de los
pueblos ugrofineses, demuestra que
Pasirik se han encontrado vestigios de lo
que fue una « tienda de inhalación » (a la
izquierda) : las pértigas o varillas que
sostenían la tienda y una especie de
pebetero donde se echaban los granos de
cannabis. En la India para viajar a las
a través de la literatura antigua han
llegado hasta nuestros días muchos
de los rasgos específicos de la mito¬
logía y la épica escitas.
regiones paradisíacas se utilizaban las aves
celestes como Garuda (arriba a la izquierda :
miniatura india del siglo XIX). En la Europa
septentrional y en los Urales el ave fabulosa
está representada en diversos grabados en
metal (página precedente) con la
impronta de rostros humanos en el cuerpo.
Arriba : cisnes de fieltro encontrados en una
tumba de Pasirik; adornaban un carro,
posiblemente de origen chino.
>
En éstas se reflejaba, conjunta¬
mente con concepciones legendarias
e imaginarias, el conocimiento del
mundo real que rodeaba a los escitas,
cuya mitología, como la de otros
pueblos, se caracteriza por la combi¬
nación
de
una
embrionaria
menta¬
lidad científica y de la fantasía.
Los griegos no sólo ensancharon
su horizonte geográfico real gracias
a sus contactos con los escitas, sino
que,
a
épicas,
través
de
las concepciones
mitológicas y cosmológicas
de éstos, recibieron, aunque en forma
semilegendaria, múltiples datos sobre
la remota región de los bosques,
sobre el Océano Glacial Ártico y
sobre los «fenómenos polares».
Grigori M. Bongard- Levin
y Edvin A. Grantovski
47
LOS OSETAS
ESCITAS DEL SIGLO XX
por Vasili I. Abaiev
LOS escitas, como pueblo, no desa¬
parecieron de la tierra sin dejar
huella. Si observamos el mapa etnográ¬
fico del Cáucaso, que como es sabido se
caracteriza por la heterogeneidad (más
de 40 etnias), veremos que en la parte
central del territorio se sitúa un pequeño
pueblo, llamado Osetia en nuestros días.
La población alcanza apenas los 400.000
habitantes.
Desde hace ya mucho se sabe a cien¬
cia cierta que, por su origen, los osetas
nismo en el siglo X, y la Alania de la
ruso
Edad
Fasmer y el checo Ladislav Zgüsta, han
demostrado que esos nombres pueden
explicarse mejor con la ayuda del oseta
Media
estrechas
rela¬
ciones con Bizancio, Georgia y Rusia.
bras de uso corriente en la lengua oseta
vieron
su
integridad étnica
bajo el
nombre de «yasos ». Un último sector se
unió a las incursiones de los mongoles
dar » (señor), « liman » (amigo), « furt »
(hijo), « fida » (padre), « sag » (ciervo),
«sar» (cabeza), «stur» (grande), etc.
terminó
diseminándose
por
Los alanos que continuaron en el Cáu¬
caso quedaron confinados en los estre¬
de nuestra era), eran una tribu escita que
El territorio en que se establecieron
recuerda en cierto modo al que, desde el
Su
habitaba junto al Don y el mar de Azov.
En
la
época
del
gran
éxodo
de los
pueblos (siglos IV y V después de Jesu¬
cristo), parte de los alanos atravesó Eu¬
ropa hasta Francia y España.
Los alanos que se quedaron en Europa
oriental se dirigieron al pie de los montes
del
Cáucaso
y
Estado feudal.
VASILI
formaron
un poderoso
Se convirtieron al cristia-
IVANOVICH ABAIEV, destacado
chos valles del centro.
Altai
en
oriente
hasta
el
Danubio
en
occidente, ocupaban las tribus escitosármatas del siglo I antes de nuestra
era. Todavía en el siglo XVIII los osetas
Los osetas actuales son. pues, una
reliquia del mundo escita. De todos mo¬
dos, nos quedan de su antiguo pasado
dos tesoros inapreciables : su lengua y
su épica.
Comencemos
por
UN
CRONISTA
soldarlos y pulirlos. Mechas de ca¬
bello, pelos de barba y adornos de
los vestidos aparecen trabajados con
extrema finura.
No menos notable es el virtuosismo
de que da fe el ánfora de Chertomlik
con
su
friso.
Cada
hombre,
cada
caballo fue fundido aparte e integrado
después en la composición, la cual se
soldó finalmente al vaso.
llegado
griegas
del
los
NOS
objetos
mento de los escitas, los detalles de
indumentaria,
los ornamentos de
que se rodeaban.
Estas antiguas obras de joyería del
reconocerse
en
los
nombres
En el folklore oseta encontramos otras
bién entre otros pueblos del Cáucaso. se
narran todavía relatos épicos, cuyos
héroes reciben la denominación general
de
« nartos »;
y
de
ahí el
nombre de
« epopeya narta » que se da a este ciclo.
Hasta
El ya mencionado filólogo ruso Vsevolod
ningún
docu¬
Miller y el sabio francés contemporáneo
Georges DumezM concluyeron tras un
escrupuloso análisis comparativo que
norte
descubiertos
del
mar
muchos
de
los
temas
de
la
narrativa
en
DE
las costumbres de los escitas, tal como
describieron
LOS
Herodoto y
ESCITAS
otros au-
(viene de
la pág. 14)
otras
jetos mencionados son griegos por su
ejecución pero escitas por su estilo.
Los especialistas se muestran uná¬
para qué servían.
Entre el origen de todos estos ob¬
jetos y la cultura antigua
en parti¬
cular la artesanía griega
existe una
relación evidente.
Se ejecutaron,
efectivamente, en el estilo griego y
según sus tradiciones. Reconocemos
el arte griego en la elocuencia gráfica
de las técnicas empleadas, en las
soluciones que se dan a los problemas
de composición y en sus conven¬
ciones
características.
Igualmente
griegos en su esencia son los detalles
secundarios y los motivos ornamen¬
Pero la forma y la
serie de objetos de
tienen nada que ver
griega. Los vasos de
su
puede
« Dniéper » y « Dniéster ».
excavaciones y podemos comprender
ciedad
hoy posible representarnos el arma¬
poblaciones, etc. Un ejemplo clá¬
lengua.
HABLA
trenzados).
nos es
la
las
recer este o aquel aspecto de la so¬
modo,
también
escitas y sármatas. Especialistas como el
tales
De tal
da
narta son fiel reproducción de la vida y
Gracias al estudio de estos objetos,
los investigadores han podido escla¬
escita.
nos
Negro, escritas en la época escita, se
conservan cientos de nombres propios de
GRIEGO
objetos raya a la misma altura que la
calidad de su ejecución técnica. Así,
en el peine de oro todos los perso¬
najes, todos los detalles, fueron cin¬
celados separadamente para después
ha
la
mento escrito en ninguno de los dialec¬
tos escitas, pero en las inscripciones
y autor de una monografía sobre la geografía
lingüística escito-europea.
no
epigráficas
oseta
reliquias del mundo escita no menos
expresivas. Entre los osetas, como tam¬
cuestiones relativas a la civilización persa y a
de la Academia de Ciencias de la URSS
lengua
sico es el nombre del Don, que precisa¬
mente en lengua oseta, y sólo en ella,
significa « río ». El mismo fonema « dn »
habitaban estrechas gargantas del Cáu¬
caso central.
nosotros
tica
La
clave para interpretar muchos topóni¬
mos del norte del mar Negro y de la
zona del mar Azov, nombres de lugares,
ríos,
orientalista soviético, se ha especializado en
la lengua y el folklore de los osetas. Es
consultor científico del Instituto de Lingüís¬
como « farm » (felicidad). « aldar » o « ar-
tierras
nombre
Rusia.
Max
nombres se disciernen fácilmente pala¬
antiguo, era el de alanos; y los alanos,
según testimonia Flavio Josefo (siglo I
de
alemán
Parte de ellos murieron en las constantes
extrañas.
sur
el
guerras; otra parte se trasladó a Hun¬
gría, donde durante varios siglos mantu¬
y
del
Miller,
y, por tanto, pueden considerarse como
propios del
antiguo oseta.
En esos
no se relacionan con los vecinos pueblos
estepas
Vsevolod
La invasión de los mongoles y las
conquistas de Tamerlán tuvieron conse¬
cuencias catastróficas para los alanos.
del Cáucaso.
Llegaron del norte, de las
mantenía
(palmetas,
hojas
de
acanto,
nimes : los personajes representados
son guerreros escitas, combatiendo,
vivaqueando, etc.
La vida en tiempos de guerra está
ampliamente representada, pero tam¬
poco se han olvidado las actividades
propias de tiempos más tranquilos.
En un vaso de Chertomlik podemos
ver a varios escitas capturando y
maniatando
caballos.
escenas
caza
de
También
figuran
las
entre
los
temas tratados. En una copa de plata
del kurgán de Soloja varios escitas a
caballo, seguidos por sus perros, dan
caza a un león. Este se aferra a la pata
función de una
ese grupo no
con la cultura
panza esférica
de un caballo. Un jinete levanta su
lanza y otro apunta con su arco.
Otros dos guerreros, armados con un
arco y una lanza, tratan de dar
de Kul-Oba son característicos de los
muerte a una leona fantástica, pro¬
comienzos
vista de cuernos.
de
la
cultura
escita; sin
duda alguna se utilizaban en las cere¬
Del todo diferentes son las escenas
obras
monias de carácter sagrado. En cuan¬
precedentes. Antes, conociendo los
detalles,
nos faltaba el conjunto.
Pues bien, esas escenas cinceladas y
en relieve nos muestran el conjunto
que faltaba. En ellas vemos también
to a los torques y a las placas.cosidas
grabadas en algunas pequeñas placas
de oro. En las de Kul-Oba y Chertom¬
lik una diosa sentada (los personajes
femeninos son raros en los objetos
hallados al norte del mar Negro) sos¬
tiene un espejo en la mano. Un escita
norte
escitas
48
del
mar
son
Negro
distintas
con
de
escenas
las
en Jos vestidos,
los escitas se los
ponían en los días ordinarios,
contrario que los griegos.
al
En resumen, la mayoría de los ob-
tores antiguos. Cosas como el vaso má¬
gico del que sólo podían beber los más
renombrados héroes, el culto a la espada
y al dios de la guerra, los ritos funerarios
de osetas y escitas, etc., aparecen tanto
folklore
oseta
como
en
monumentos
análogos
de
otros
popular del mundo entero otro personaje
femenino de la misma estatura física y
de igual fuerza artística.
Satana es el alma de la sociedad nar¬
ta :
madre de todo el
pueblo,
mentora
y tutora de Soslán y Batradz, sus héroes
principales; sabia consejera y poderosa
Dris Tautiev, venerado bardo de
Osetia del Norte (URSS), uno de los
400.000 descendientes actuales de los
escitas,
acompaña
su
canto tocando
la kíatmancha.
que su primera heroína es la hija de
Dombetr, soberano de mares y ríos.
Todos estos datos guardan estrecha
relación con los elementos de la antigua
leyenda escita. El animal preferido de
escitas y nartos es el ciervo. En los rela¬
tos
nartos éste recibe con frecuencia el
nombre
bien,
de
«dieciocho-cuernos »;
sentado
ante
ella
bebe
en un ritón
monia
ritual
de
comunión
con
la
diosa, tras la libación de las bebidas
pues
los famosos ciervos de oro escitas
poseen justamente dieciocho puntas en
los cuernos.
Decíamos antes que parte de los ala¬
Todos
los
hilos
del
y consejo no puede realizarse nada dig¬
no de ser recordado. Se puede concebir
al pueblo narto sin cualquiera de sus
héroes, pero no sin Satana.
francés. Por lo visto, allí tampoco per¬
dieron esa característica de su alma que
Es a todas luces evidente que un per¬
(pasión de tabular). Como han demostra¬
sonaje como éste sólo podía aparecer en
do las más recientes investigaciones, en
una sociedad donde la mujer tuviera un
rango y una posición muy elevados. Esa
sociedad era, según el testimonio uná¬
el ciclo del Rey Arturo y los Caballeros
de la Tabla Redonda existen pasajes y
temas que recuerdan mucho a los nar¬
nime de los autores antiguos, la de los
tos;
sármatas y los masagetos. « Los sárma-
del héroe narto Batradz y el de la
muerte del Rey Arturo concuerdan hasta
en los detalles : ambos héroes piden
antes de expirar que sus espadas sean
echadas al mar (o lago) y, cuando tras
algunos contratiempos se cumple su
voluntad, el mar se agita terriblemente
y las olas toman el color de la sangre.
tas son gobernados por mujeres », infor¬
un
autor antiguo.
Satana
rango
reinas
que
otras heroínas
Amaga
las
tenía
el
escitas u
populares como Zarina,
y Tomiris,
cuyos
nombres
nos
aporta la tradición antigua. La realidad
caucasiana en que vivían los osetas no
podía crear un personaje femenino como
éste.
El medio natural en que transcurren los
episodios de la epopeya narta tampoco
tiene nada en común, por lo general,
con las montañas y gargantas de la
Osetia contemporánea. El escenario de
las hazañas y aventuras de los héroes
Goethe
llama
entre
« Lust
otros,
el
zu
fabulieren »
relato de la muerte
Vemos, pues, cómo el folklore de un
pequeño pueblo del Cáucaso, los osetas,
nos ha transmitido a través de los siglos
lo que no fueron capaces de conservar ni
crónicas ni documentos históricos : soni¬
dos e imágenes del original e inimitable
mundo de los escitas y sármatas.
Vasili
nartos son las estepas y el mar. El viento
(vaso para beber en forma de cuerno).
Se trata seguramente de una cere¬
el
nos, que atravesaron toda Europa en el
siglo IV, se establecieron en territorio
mismo
foto,
o
relato
ma
constituyen aun hoy día una remi¬
niscencia de la antigua Escitia. En la
caballos
convergen en ella, y sin su participación
encantadora.
Las leyendas y el foklore entero de los
osetas
pueblo montañés del Cáucaso
de
Los nartos están íntimamente ligados a
y difícil será encontrar en la poesía épico-
ESTEPA
manadas
las fuerzas del agua, cosa natural dado
con
LA
las
Cuando comparárnosla epopeya narta
el
pueblos, resalta su originalidad. La figura
central es una mujer llamada Satana,
DE
de
otras
en
EN LA MONTAÑA
chos
ruido de un grupo de ciervos que corren
perseguidos por incansables cazadores.
fuentes históricoartísticas.
RECUERDOS
de las estepas sopla en los relatos y en
ellos se siente la infinitud de las planicies
de la antigua Escitia. el galope y los relin¬
I. Abaiev
rudos. Los personajes retratados tie¬
nen largos cabellos que les caen hasta
descubierto tantos objetos de los
joyeros griegos que trabajaban para
los hombros y, en su mayoría, barba
surtir a la nobleza escita de las obras
y bigote. Se visten con caftanes cru¬
zados y sus vestidos están adornados
que preferían, «a
la
moda escita».
Calzan bo¬
Otra serie de placas reproducen lo
en otras placas provenientes de los
mismos kurganes. En ellas dos hom¬
tas cortas y flexibles que se sujetan
en torno a los tobillos con pequeñas
correas, y se cubren con gorros pun¬
bres arrodillados beben en el mismo
tiagudos, a manera de capuchones.
que parece ser las efigies de las divi¬
nidades escitas de que habla Hero¬
doto. Por ejemplo, en una frontalera
para caballo, de oro, figura al parecer
la diosa Api, mitad mujer y mitad
serpiente. A su vez, a Targuitaos se
le representa luchando contra un
con
sagradas.
El ritón y su contenido reaparecen
ritón. En esta escena suele verse una
ceremonia
del
juramento
por
la
largo
el
sangre.
Naturalmente,
aún . es
camino que nos queda por recorrer
hasta que comprendamos e identifi¬
quemos plenamente todas las esce¬
nas representadas. Seguramente no
se trata sólo de representaciones de
la vida y las costumbres escitas sino
también de un aspecto más complejo
de esa
sociedad : sus creencias, sus
mitos. Hay quien piensa que en esas
escenas debe verse la ilustración de
acontecimientos
leyendas épicas.
mitológicos
y
de
Si se examina atentamente la apa¬
riencia
exterior
de
estos
« retratos »
de escitas, se observa que, si bien los
rasgos son regulares, los rostros son
arabescos
bordados.
Se les ve a menudo con las armas
en la mano : espadas cortas, arcos y
flechas en la aljaba sujeta a la cintura,
lanzas,
hachas,
escudos. A veces el
monstruo
en
un
adorno
de
bronce
proveniente del kurgán de Bliznitsa.
armamento se completa con cascos y
corazas de metal.
Los
muy
artesanos
bien
a
Todavía
griegos
los escitas.
conocían
Prueba
de
ello es ese trabajo de cincel con que
el orfebre reproduce el menor detalle
de personajes y escenas.
Estas obras se ejecutaron en gene¬
ral durante el siglo IV antes de
nuestra era, época de apogeo del
reino escita en que la riqueza y el
poder de sus reyes alcanzaron su
cénit. Por entonces se erigieron en la
región de los rápidos del Dniéper
majestuosos kurganes, tumbas de los
soberanos
escitas
en
donde se han
hoy
siguen
haciéndose
descubrimientos. Muy recientemente,
excavando los kurganes de las este¬
pas de Ucrania, varios arqueólogos
desenterraron joyas del mismo tipo
que las de Kul-Oba, Chertomlik y
Soloja.
Son éstos los descubrimientos más
recientes.
Pero ^ ¡cuántos
objetos
deben hallarse aún enterrados I Gra¬
cias a ellos, cuando aparezcan, podre¬
mos leer nuevos episodios, hoy des¬
conocidos,
de la vida de los escitas.
laroslav V. Domanski
49
LIBROS
RECIBIDOS
Novelistas hispanoamericanos
de hoy
mmm ïï
(El escritor y la crítica)
La gran familia de
Edición de Juan Loveluck
« El Correo de la Unesco »
Taurus Ediciones. Madrid,
La
del siglo XIX
por Germán Gullón
1976.
La marginación de los locos
Taurus Ediciones, Madrid,
1976.
Terminología filosófica. I
por Theodor W. Adorno
Taurus Ediciones. Madrid,
1976.
El cine en pedazos
por Jaume Picas
Galba Edicions, Barcelona,
1976.
Introducción y selección de
José María Valverde.
Alianza Editorial, Madrid,
1976.
Episodios nacionales
por Benito Pérez Galdós
8.
Cádiz
El Correo
directamente al
la
Unesco,
Place
de Fontenoy, 75700 París.
de la
de
existencia.
En
efecto,
fue
en
enero de
1957
cuando apareció el
primer número de la que iba a ser, al
la
Sede de la
Unesco,
París, donde se
publicaban ya las ediciones francesa,
española e inglesa. A la rusa le siguieron,
en
once
lenguas
más,
las siguientes :
alemana (Berna, septiembre de 1960),
árabe (El Cairo, noviembre de 1960),
japonesa (Tokio, abril de 1961), italiana
(Roma,
de
enero
de
1963),
1968),
hindi
(Teherán,
neerlandesa
(Nueva
guesa
(Río
de
mayo
de
(Amberes) y portu¬
Janeiro,
ambas
en'
octubre de 1972) y turca (Estambul,
mayo de 1973). A comienzos de 1977
agregarán
nuevas
Alianza Editorial. Madrid, 1976.
persa
1969),
se
9. Juan Martín el Empecinado
10. La batalla de los Arapiles
a
las
ediciones :
precedentes
urdu
(Karachi,
dos
Pa¬
quistán) y catalana (Barcelona), con lo
cual el número de idiomas en que se
publica cada mes El Correo será de 17.
Se está estudiando además la posibilidad
de publicar una edición en lengua kiswahili,
que aparecería en Kenia o en Tanzania.
Ha muerto Alexander Calder
El
Los cuadernos de la
escultor
Calder,
« Petite Dame » 1
Notas para la historia auténtica
de André Gide, 1918-1929
por Maria Van Rysselberghe
Alianza Editorial. Madrid. 1976
Cuentos
por Jacob y Wilhelm Grimm
Alianza Editorial. Madrid, 1976
Samuel Beckett
Alianza Editorial, Madrid,
1976
al estructuralismo
lleció en Nueva York et 1 1 de noviembre
A unos quince kilómetros de la ciudad
de Burgos tuvo lugar el pasado verano
uno de los descubrimientos paleonto¬
pasado, a la edad de 78 años. Sus
célebres «mobiles», o esculturas móviles,
lógicos más importantes de los últimos
años. Un grupo de antropólogos de la
de
Madrid
encontraron. en
una cueva prehistórica restos (entre ellos
una mandíbula entera) de varios indi¬
viduos cuya antigüedad se ha esta¬
años.
en
Se
unos
trata
200.000
a
al parecer de
250.000
pitecán¬
tropos evolucionados o de neanderthales
primitivos.
El « hombre de Burgos » es,
por Umberto Eco, T. Todorov y otros
junto con el de Montmaurin en Francia
Alianza Editorial. Madrid,
el más antiguo hombre fósil descubierto
1976
La filosofía de Nietzsche
las figuras más desta¬
El « hombre de Burgos »
blecido
por Klaus Birkenhauer
norteamericano Alexander
una de
cadas del arte de nuestro siglo XX, fa¬
universidad
Vísperas
por Manuel Andújar
Introducción
de
de 1967), hebrea (Jerusalén, septiembre
de Luis Felipe Vivanco
Gerona
de
pedirse
Filatélico
Delhi) y tamul (Madras, ambas en julio
Antología poética
7.
rusa
puede
Servicio
mismo tiempo, la primera de las edi¬
ciones de la revista impresas fuera de
y el Derecho
por Rodrigo Bercovitz
Zaragoza
edición
f),
lu
Unesco,
que se publica
en Moscú,
cumple a fines de diciembre sus veinte
años
Taurus Ediciones. Madrid,
6.
(60
1976.
El narrador en la novela
ffl
que comenzó a
crear en
monumentales
«stabiles»
iniciados
valieron
a
finales
renombre
de
los
1932,
y sus
inmóviles,
años
mundial.
50,
le
Sus^ obras
embellecen numerosos edificios públicos,
parques y. jardines de
nentes.
todos
los conti-,
Uno de sus « mobiles », de unos
10 metros de altura, titulado Espiral
(en la foto),
adorna
la Casa de la
Unesco en París, donde fue instalada en
1958.
En comprimidos...
hasta ahora en Europa.
La Organización Mundial de la Salud
por Eugen Fink
har
Alianza Editorial, Madrid, 1976
recibido cerca de 83 millones de
dólares para
La comunicación no verbal
mundo entero,
eliminar la
viruela
en el
mientras que la fabrica¬
por Flore Davis
ción de un solo bombardero estratégico
Alianza Editorial, Madrid, 1 976
cuesta
88 millones,
artículo
Inflación y crisis en la
de
la
según informa un
revista
Unidas
(Hechos y teorías)
se pone de relieve el desequilibrio de
la distribución de los recursos mundiales.
por Luis Angel Rojo
Alianza Editorial, Madrid,
1976
por Julio Ramón Ribeyro
Casa de las Americas,
La Habana,
1976
de Hamburgo (República Federal de Ale¬
mania), que actualmente se ocupa parti¬
sobre Cartago
La
Unesco
acaba
cularmente de los problemas relativos a
de
acuñar
una
medalla conmemorativa de su programa
Cuentos
para la conservación de Cartago, lo cual
por Francisco Espinóla
permitirá a personas del mundo entero
C. de las Americas,
contribuir a esta campaña internacional.La medalla, que reproduce el rostro de
la « Dama de Cartago » de un mosaico
romano y el «Jinete de Duimés » de una
La Habana,
1976
Cuentos
por Alfredo Armas Alfonzo
C. de las Americas,
La Habana,
1976
El cumpleaños de Juan Angel
por Mario Benedetti
C. de las Americas,
La Habana,
50
1976
Forum, en el que
El Instituto de Educación de la Unesco
Una medalla de la Unesco
Cuentos
Development
de las Naciones
economía mundial
moneda cartaginesa, es la más reciente
de una serie emitida por la Unesco
en apoyo de sus campañas interna¬
cionales con vistas a preservar ciudades
y monumentos en peligro, como Venecia,
Mohenjo Daro y Filae. La medalla sobre
Cartago, que existe en oro (455 francos
franceses), en plata (135 f) y en bronce
la educación permanente,
celebra este
año su 25? aniversario.
En el marco de un proyecto conjunto
de la Unesco y del Instituto de Educación
de Adultos de la Universidad de Ghana,
este país acaba de publicar su primer
periódico rural, un quincenario en lengua
ewe.
Tras
su
ratificación por Canadá.
Dinamarca, Estados Unidos, Noruega
y la URSS, ha entrado en vigor un
convenio internacional que prohibe la
caza y la captura de los osos polares,
cuyo
número
a 20.000.
es
actualmente
inferior
Indice de « El Correo de la Unesco» de 1976
Novikov). A la intemperie (Joseph B. D'Souza). Urbanismo a la carta (Yona
Friedman). Del hogar a la «máquina de vivir». Hong Kong (Dan Behrman).
Enero
POR
LOS
(Vadim
SECRETOS
L.
Deglin).
CAMINOS
DEL
CEREBRO.
Nuestros dos cerebros
El cerebro hambriento (Elie A. Shneour).
Tesoros del arte mundial : Diosa de la fertilidad (URSS).
Los cuatro
primeros meses de la vida. La máquina para explorar el cerebro (José
M. Rodríguez Delgado). Tesoros del arte mundial : Bajorrelieve asirio
Julio
(Irak)
EN
Febrero
EN
el
BUSCA
rostro
DE
UNA
auténtico
IDENTIDAD
de
Oceania
CULTURAL.
(Albert
Wendt).
Frente
La
a
las
« obra
caricaturas,
de
la
EL
BICENTENARIO
DE
LOS
ESTADOS
UNIDOS.
LA
PRIMERA
REVOLUCIÓN
ANTICOLONIALISTA.
La
experiencia
norteamericana
(H. S. Commager). Como ven a su país los norteamericanos (R. W. Winks).
Tomás Jefferson y Benjamín Franklin. Sobre la Declaración de Independen¬
cia. Tomás Paine, adalid de la Revolución norteamericana (B. Bailyn). El
ciudanano Paine (J. Janssens). Una rica herencia de pueblos y culturas
mano »,
expresión total del hombre (Hamadou Hampaté Ba). Para que el arte africano
no sea una pálida copia del occidental (Magdi Wahba). Los hijos de la ballena
(Yuri Ritjeu). América Latina : originalidad y destino del continente mestizo
diversos (Y. L. Wong y H. C Shore). Cómo el Estado
mecenas (N. Hanks). Una revolución que continúa (W.
se convirtió en
W. Davenport).
Tesoros del arte mundial : El muchacho de la rosa (Estados Unidos).
(Arturo Uslar Pietri). Tesoros del arte mundial : Retrato del difunto (Ghana).
Agosto-Septiembre
Marzo
EL PLANETA UNESCO. Treinta años de actividades de la Unesco en todo el
LA UNESCO CUMPLE 30 AÑOS. Los primeros años de la Unesco (Julian
mundo.
Huxley). Julian Huxley (Paulo E. de Berredo Carneiro). Una filosofía para
la Unesco (J. Huxley). 50 preguntas sobre la Unesco. La Unesco frente a los
68 páginas de historietas ¡lustradas, a todo color, realizadas para
« El Correo de la Unesco » por Jean Marie Clément et Safoura Asfia.
grandes
problemas del mundo (Amadou Mahtar M'Bow). Presente y pers¬
pectivas de un planeta en crisis. Tesoros del arte mundial : El velo de arena
de Nefertiti (Egipto).
Octubre
HACIA
UN
NUEVO
ORDEN
ECONÓMICO
MUNDIAL.
Un
sistema
eco¬
nómico mundial en provecho de las nuevas naciones (Trygve Bratteli).
¿Destruir primero el sistema mundial? (Samir Amin). La edad del cobre (Isa
R. Selimjanov).
Brancusi (Barbu Brezianu). René Maheu (Paulo E. de
Abril
HUMOR SIN FRONTERAS (G. Mikes). Gabrovo, capital búlgara de la risa
(Bogomil Guerasimov). Aventuras del planario antifreudiano y del gusanólogo
metido a humorista (James V. McConnell). Las mil y una historias cómicas
Berredo Carneiro). La civilización de lo universal (René Maheu). Un centro
cultural internacional (Ph. Ouannès). Tesoros del arte mundial : La muchacha
de los ojos cerrados (Etiopia).
de Nasreddin Hodscha (Ivan Sop). El mundo no morirá si se muere de risa
(Yuri B. Boriev). Pluma en ristre (Iván Tubau). China, jardín secular de la
risa y la sonrisa (Kristofer M. Schipper). Tesoros del arte mundial : El
hombre de piel de arcilla (Ecuador).
Noviembre
EL MUNDO
Máquinas
Mayo
DEL SONIDO. LOS SONIDOS DEL MUNDO (R. M. Schäfer).
+
pop
=
demasiados
decibelios
(I.
Bontinck y
D.
Mark). En
busca de los sonidos perdidos (D. Lowenthal). Cuando el sonido se hizo
palabra (A. A. Leontiev). Esculturas sonoras. Psicoanálisis del sonido (P.
¡TERREMOTOS!. De la aceptación de la fatalidad a la conjuración del peligro
(E.-M. Fournier d'Albe). En China se ha logrado predecir la fecha y el lugar
de un seísmo (Dan Behrman). Pagan : cuando las pagodas tiemblan (Pierre
Pichard). El próximo terremoto de San Francisco (Karl V. Steinbrugge).
Oswald). Tesoros del arte mundial : La sirena en el candelero (Hungría).
Diciembre
Lo que nos enseña la historia sísmica de la humanidad (Nicholas N. Ambra-
seys). Tsunamis (Ronald Fenton) ¿Se hundió la Atlántida en el mar Egeo?
LOS ESCITAS (B. B. Piotrovski). Los jinetes de las estepas (I. V. Domanski).
Arte y mitos de los escitas (D. S. Raievski). Descubrimientos arqueológicos
Tesoros del arte mundial : Escultura prehistórica (Yugoslavia).
en
Ucrania
(I.
Artemienko,
V.
Bidzilia,
B.
Mozolevski,
V.
Otroschenko).
UN LUGAR DONDE VIVIR (Georges Fradier). Un tercio de la humanidad
vive en tugurios (Samuel Chamecki). Como construyen su casa millones de
Esplendor del arte escita (páginas en color). Las tumbas de Pasirik (M. P.
Zavituhina). Caballería 'siberiana (M. Griaznov). Mitología 'y folklore escitas
(G. M. Bongard-Levin y E. A. Grantovski). Los osetas, herederos de la antigua
Escitia (V. I. Abaiev). Tesoros del arte mundial : El santo con cabeza de perro
hombres
(Grecia).
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BRASIL.
de
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51
Un arte antiquísimo
conservado bajo
los hielos de Siberia
Un artista siberiano de las estepas del Altai (al sudoeste del lago
Baikal) esculpió hace 2.500 años en
madera esta figura de
animal llena de gracia y de misterio. Se trata de la parte supe¬
rior de un grifo
ave fabulosa, de medio cuerpo arriba águila
y de medio abajo león
que sostiene en su pico la cabeza de
un
ciervo.
En
su
cuello
pueden
verse,
en
relieve,
otros dos
grifos que atacan a una oca. La cresta, los cuernos y las orejas
son de cuero. Esta pieza arqueológica, de 35 cm de alto, fue
descubierta en 1947 en una tumba congelada de Pasirik, en las
montañas del Altai (véase el artículo de la página 31).
Foto C Ediciones de Arte Aurora, Leningrado
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