proyecto educativo orionita - Instituto Padre Valentín Bonetti

Anuncio
PROYECTO EDUCATIVO
ORIONITA
Pequeña Obra de la Divina Providencia
Secretariado General de Pastoral Educativa
-1
2-
HACIA UN NUEVO IMPULSO EVANGELIZADOR,
“COMO ORIONITAS”
PRESENTACIÓN
del Superior General P. Flavio Peloso
Estoy feliz de presentar el documento fruto del Congreso Internacional de los Educadores Orionitas, desarrollado
en un clima de gran alegría y fraternidad, en Pilar, provincia de Buenos Aires, Argentina, del 29 de septiembre al 3
de octubre de 2008. Tuvo como tema: La caridad educativa:
hacia un nuevo impulso evangelizador. Fueron representantes de 15 países, en los cuales la Congregación acompaña
en su educación a más de 40 mil alumnos.
También yo he participado y he percibido un óptimo
clima de familia orionita y de conciencia de la hermosa misión educativa según nuestro carisma.
La conciencia del carisma es un gran factor de unidad y desarrollo de nuestras comunidades educativas, en
cualquier tipo de escuela y actividad pedagógica. Influye
muchísimo sobre la motivación y sobre la calidad misma
de nuestro obrar. Nosotros existimos para ser “orionitas”
–según Don Orione– también en las escuelas. Y esto, no lo
vivimos como una estrategia de negocios, sino como una
vocación y misión confiada a nosotros por la Divina Providencia.
La Divina Providencia le confió a Don Orione una inspiración, una tarea y una misión: colaborar, confiados en
la Divina Providencia, «para llevar a los pequeños, a los pobres, al pueblo a la Iglesia y al Papa, para instaurare omnia
in Christo mediante de las obras de caridad».
-3
Don Orione fue consciente que él fue el primero de
cuántos compartirían el mismo carisma para «vivir y difundir la más viva, más fresca, más alta vida espiritual y
cristiana. Nosotros tenemos que ser una fuerza en las manos
de la Iglesia, una fuerza de fe, de apostolado, una fuerza
doctrinal, una forma, sobre todo nueva, de caridad para el
pueblo...” (Don Orione).
Vivir la acción educativa con nuevo impulso evangelizador ha sido el motivo inspirador y el objetivo del Encuentro internacional de Buenos Aires. Esto actualiza, en el ámbito de la caridad educativa, el compromiso de la fidelidad
creativa al carisma, y solicita una comunicación vital entre
el carisma de Don Orione, la comunidad religiosa y la comunidad educativa.
Las escuelas tienen que ser faro y púlpito de fe y civilización para los alumnos y más todavía, para el territorio
humano que las circunda. Una escuela orionita con impulso evangelizador no se puede contentar con una buena gestión pedagógica y organizacional. Tiene que mirar y comunicarse con el entorno; el fin último del faro es iluminar
afuera. El fin de la comunidad educativa en su interior es
la educación civil y religiosa de los alumnos, pero también y
con respecto a su entorno: «transcender y lanzar en la sociedad tanto resplandor de luz, tanta vida de amor de Dios y
de los hombres para ser más que los santos de la Iglesia, los
santos del pueblo y la salud social» (Don Orione).
El impulso dado por Don Orione a ser santos de la salud social, para ir fuera de la sacristía se traduce, en las
escuelas orionitas, en el compromiso de mejorar la calidad
pedagógica y espiritual de la enseñanza y la relación con
la sociedad circunstante, mediante la difusión del bien, el
testimonio y las iniciativas específicas. El documento que
tenemos entre las manos da preciosas indicaciones ideales,
pedagógicas y organizativas.
4-
¿Cómo ser escuelas católicas fuera de sacristía? ¿Cómo
vivir la actividad escolar-educativa con un nuevo impulso
evangelizador? Indico cinco perspectivas, más una, para
nuestras instituciones educativas.
1.Sigan privilegiando a los alumnos y entornos pobres,
afrontando las preocupaciones pedagógicas y económicas que derivan de ellos.
2.Vivan una especial pasión y acción hacia las familias
de los alumnos y las familias del barrio, hacia las familias fragmentadas y hacia la cultura de la familia.
3.Extiendan la acción educativa sobre el barrio, estableciendo una relación constructiva con las instituciones culturales, civiles y eclesiales, con las muchas
organizaciones sociales presentes «para construir
una red de relaciones que ayude a los alumnos a madurar el sentido de pertenencia, y a la misma sociedad
a crecer y desarrollarse de manera solidaria» (Educar
juntos, n. 47).
4.Promuevan “intervenciones relativas a las nuevas
urgencias de pobreza” (Capítulo general 12, dec. 1),
también no institucionalizadas: para chicos abandonados o en riesgo, para su alfabetización, apoyo
escolar, nutrición, formación religiosa, etc.
5.Formen a los «jóvenes para que sigan el camino que
Jesús indica y que, de este modo, evangelicen a otros
jóvenes con la alegría de ofrecer la propia contribución a su presencia en el próximo siglo» (Tertio millenio adveniente 58).
Y querría indicar una sexta perspectiva:
Del Congreso de Pilar ha surgido una importante novedad congregacional. En el sector educativo, además de
las consolidadas y numerosas escuelas de nivel primario y
secundario, además de los centros de formación profesional, han venido aumentando en número y en calidad las escuelas especiales para alumnos con necesidades educativas
-5
especiales. Al lado de casi todos nuestros Pequeños Cottolengos e instituciones socio-asistenciales han surgido muchas de estas escuelas especiales. Es un fruto nuevo, y diría
“típico”, de nuestra Familia Orionita en el tiempo actual y
una invitación a promoverlo de la mejor manera también
como signo cultural de amor a la vida débil en la sociedad
que deja marginados a los más desfavorecidos.
Expreso por fin el agradecimiento, en el nombre de Don
Orione, a los religiosos y laicos, que están colaborando con
competencia y pasión en las escuelas y en las actividades
educativas de la Familia orionita. Dios los bendiga a ustedes y a todos los niños y jóvenes a quienes dedican sus
energías de mente y de corazón.
24 de enero de 2009,
memoria de San Francisco de Sales.
6-
Padre Flavio Peloso
Superior general
Pequeña Obra de la Divina Providencia
Secretariado General de Pastoral Educativa
PROYECTO EDUCATIVO
ORIONITA
Elaborado en el Encuentro Internacional sobre la Escuela
Católica Orionita en Santiago de Chile del 15 al 20 de octubre de 1993, y aprobado por el Consejo General el 13 de
mayo de 1994.
«Siento el deber de hacer llegar a toda la Iglesia la
invitación a realizar toda clase de esfuerzos para
mantener en su plena eficiencia las estructuras de
la Escuela Católica; siéntase, en modo particular; responsables los Obispos, los sacerdotes las beneméritas
Congregaciones religiosas, masculinas y femeninas,
que creadas con el carisma de la educación por los
santos y santas que las han fundado, deben custodiar
con el mayor empeño, como la pupila de sus ojos, este
grande e inigualable servicio a la Iglesia».
(Juan Pablo II, Discurso del 28/6/1984)
-7
8-
ABREVIATURAS
Dim. Rel.
D.O. y la
P.O.D.P Dimensión religiosa de la Escuela Católica,
Roma 1988
Don Orione e la Piccola Opera della Divina
Provvidenza. Documenti e testimonianze, a
cura de d. Giovanni Venturelli, Roma 19691992, vol. I, II, III, IV, V.
Fam. Cons. Familiaris Consortio, Encíclica de J. Pablo II,
Roma 1985
GE
Gravissimum Educationis, Declaración del Concilio. Vaticano II sobre la Educación Cristiana,
Roma 1985
GS
Gaudium et Spes, Constitución Pastoral del Concilio Euménico Vaticano II, sobre la Iglesia en el
mundo contemporáneo, Roma 1965
El Laico
El laico católico testigo de la fe en la escuela,
Congregación para la educación católica, Roma
1982
Lett. I
Don Luigi Orione, Lettere, vol. I, Postulazione
della P.O.D.P., Roma 1969
Lett. II
Don Luigi Orione, Lettere, vol. II, Postulazione
della P.O.D.P., Roma 1969
LG
Lumen Gentium, Constitución Dogmática del
Concilio Vaticano II, sobre la Iglesia, Roma
1964
Puebla
III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Documento Final, Puebla 1979
RM
Redemptoris Missio, Carta Encíclica de Juan
Pablo II, Roma 1980
-9
SUMARIO
Presentación del Superior General P. Flavio Peloso 3
Presentación de la primera edición 12
Capítulo 1° - La escuela dentro del proyecto de Don Orione
de “Renovar el hombre y la sociedad en Cristo”
Instaurarlo todo en Cristo Jesucristo, aspiración suprema del hombre La Iglesia, Familia de Dios Adhesión a la Iglesia La educación para la renovación del hombre Sistema educativo propio Espiritualidad orionita 18
19
19
20
22
23
25
28
30
32
34
35
Capítulo 2° - La iglesia y la escuela católica
La Escuela Católica en la historia El rostro de la escuela católica Misión y función de la escuela católica Concepción de la vida En síntesis Capítulo 3° - Origen y desarrollo de la escuela orionita
El legado pedagógico-institucional 37
Institutos creados durante la vida del Fundador 38
Presencia educativa evangelizadora y de promoción popular 44
Capítulo 4° - La escuela católica frente a los desafíos del
mundo contemporáneo
Situación general Situación particular del área educativa 10 -
46
52
Capítulo 5° - El estilo pedagógico de Don Orione
Hacia un estilo pedagógico propio:
Sistema Cristiano-Paternal Paternal Cristiano Principales rasgos del sistema educativo
“cristiano-paternal” Papel de la afectividad 56
58
60
62
65
Capítulo 6° - El ambiente educativo
y la comunidad educativa
Ambiente Educativo Comunidad Educativa Roles de los integrantes de la comunidad Unidad 66
68
71
77
Capítulo 7° - Itinerarios formativos
Profunda repercusión educativa Objetivos generales Criterios Áreas Metas, actitudes y valores 78
79
81
82
84
Capítulo 8° - Perfil del hombre a formar
Renovación del hombre y la sociedad en Cristo Perfil del alumno Fisonomía del exalumno 88
89
94
Subsidio de actualización al Proyecto Educativo Orionita
elaborado en el Encuentro Internacional de Educadores
Orionitas - Buenos Aires 2008 98
- 11
PRESENTACIÓN
de la primera edición
Con profundo agrado hago la presentación del PROYECTO EDUCATIVO ORIONITA que hace poco se ha elaborado
en Santiago de Chile y que, tras oportuna revisión, ahora
se publica. No se trata de un estudio privado, hecho por un
especialista, sino de una reflexión como congregación. Me
explico.
Una escuela: la primera obra
Apenas hemos acabado de celebrar el pasado 15 de
octubre, el centenario de la Fundación de la Congregación
que comenzara con el famoso “colegito” de San Bernardino.
Después de la clausura del oratorio, el clérigo Orione no se
rindió. Sentía en sí la necesidad de cerrar la brecha que se
estaba abriendo entre la Iglesia y el pueblo. Sin duda, en
esta primera etapa se da todo el influjo de los tres años
pasados junto a Don Bosco. Nada de extraordinario, por
tanto, que comience con los jóvenes, siendo él mismo, entonces, un joven.
Todas las obras: una escuela
San Bernardino fue sólo el inicio. Abrasado por un fuego grande («siento que tengo necesidad de correr por toda la
tierra y por todos los mares») las ideas brotan de su interior,
quisiera abrazarlo todo y a todos.
Junto a la escuela, pone las obras de misericordia. Pero
no se da dispersión alguna. Es un único proyecto pedagógico. Antes bien la escuela es la primera obra de misericordia
12 -
porque ofrece al mismo tiempo educación de la conciencia
y oportunidad para insertarse con dignidad en la sociedad.
La educación es el más alto servicio que se puede ofrecer al
pueblo.
De este modo escuelas y obras de caridad se funden
en un solo proyecto de educación a la solidaridad. Si “una
escuela es siempre una gran obra de caridad”, es igualmente verdad que “una obra de caridad es siempre una gran
escuela”.
Don Orione educador
Nuestro Fundador no se limitó a abrir escuelas por todos lados, sino que él mismo se convirtió en el gran educador y padre de la Congregación. Era omnipresente por sus
innumerables viajes, y miles y miles de cartas. Algunas
son, explícitamente cartas pedagógicas y hacen texto. En
ellas Don Orione entiende dar orientaciones permanentes
a sus hijos.
Famosa la carta escrita desde Victoria (Bs. As.) el 21 de
febrero de 1922, dirigida a sus hijos del Colegio “S.Gerardo”
de Mar de Espanha en Brasil (Lett. I 353-392).
No menos conocida es la carta escrita el 5 de agosto
de1920 al P. Pensa, a cargo de los institutos de Venecia (Lett.
I, 237-252). Está, además, la conocidísima carta sobre el
oratorio festivo del 3 de julio de 1936 ( Lett. II, 365-74). No
son las únicas. Se podría decir que Don Orione, saltando
de un continente a otro, escribe a sus hijos continuamente,
siembra sus directivas, anima las distintas iniciativas pedagógicas.
Su preocupación –como se ve– no es estética, sino práctica, concreta, sólida: “Nuestro sistema que llamaremos cristiano-paternal”. Y en la página siguiente habla de nuevo
de “utilizar e instaurar un sistema nuestro nuevo de educación, el sistema cristiano-paternal”. (Lett. I, 377-8)
«Ustedes, entonces, no la destruyan (esta carta), de modo
- 13
que podré todavía meter la mano, quitando lo redundante y
agregando lo que falta. Ahora recíbanla en su espíritu, en su
sentido, más que en la forma». (Lett. I, 368)
La “obra inconclusa”
Cuán bello es pensar en la obra de un Fundador como
en una “obra inconclusa”.
Don Orione no tuvo más el tiempo de sistematizar, ni
siquiera en parte, sus indicaciones pedagógicas, pero su
vida ha sido una siembra continua de orientaciones, de
ejemplos. Desde el inicio, la Congregación ha recogido este
tesoro. No faltaron en el pasado estudios de algunos religiosos. En los últimos diez o quince años, se ha sentido
más aún la necesidad de profundizar mayormente el estilo
pedagógico del Fundador, sobretodo en función de la trasmisión de nuestro espíritu a los laicos.
Don Orione, en efecto, escribía casi exclusivamente
pensando en sus religiosos. A medida que la Congregación
se ha extendido, nuestras instituciones educativas han pasado casi del todo a manos de laicos. Y esto no sólo por la
escasez de religiosos, sino también, en algunas naciones,
porque el estado no ha obstaculizado el desarrollo de la
escuela privada.
Nuestra responsabilidad
¡Tenemos una gran responsabilidad, inútil decirlo! Ahora resulta claro por qué en los últimos años ha aumentado
la urgencia de conocer, de estudiar más nuestro método
educativo. Hubiera sido signo de decadencia, de alegre atolondramiento, ejercer la gestión de cuarenta mil alumnos
sin plantearse el problema del método, del estilo nuestro,
de algo original que decir en educación, aún sin ser nosotros una congregación especializada exclusivamente en la
escuela.
14 -
Y la reflexión nació sobre la marcha, casi espontáneamente. Surgió de los religiosos encargados de las escuelas, surgió de los docentes que nos han interpelado sobre
laa razones de nuestra fe. Ahora ya son mayoría en todas
partes los docentes laicos. Los religiosos, en parte por su
reducido número –como se dijo– pero también por la crecida estima de la misión del laico en la Iglesia, han tenido el
coraje de delegar. Delegar muchas cosas, pero no la responsabilidad en lo que se refiere al alma de la escuela católica
y orionita.
De esta manera algunos laicos, que se encontraron de
golpe frente a la dirección de nuestras escuelas, han sentido necesidad de formación. Todos en forma más espontánea o más sistemática, según los casos, hemos entrado en
acción. Algunas Provincias, movidas por su realidad, han
comenzado hace años, otras se están organizando ahora.
Ya en el año 1989 se tuvo en Estevez de Valenca, Brasil, un
encuentro de educadores –a nivel latinoamericano– dirigido por el Consejero General encargado, Don Gemma (hoy
obispo de Isernia).
El Proyecto Educativo Orionita
Este camino de reflexión ha continuado, llegando a su
cúspide en el año 1992-93. El X Capítulo General, en efecto, quiso la elaboración de un Proyecto Educativo Orionita,
para retomar y completar las diversas experiencias en acto,
comprometiendo las múltiples instancias educativas y formativas de las provincias (Cfr. XCG, 90). El último envión
provino del Capítulo, lo demás fue su consecuencia.
El P. Julio Cuesta, Consejero General encargado de las
escuelas, ha promovido una reflexión sistemática implicando a los Secretariados Provinciales con el objetivo final
de elaborar el “Proyecto Educativo Orionita”, como había
sido determinado por el X Capítulo General.
Sucesivas reuniones de docentes, laicos y religiosos, a
- 15
nivel local, regional, provincial, han marcado las etapas de
un camino no fácil.
El trabajo arrancó de un índice temático común como
punto de partida y aceptando, por obvias razones, la división de hecho, en dos grandes áreas geográficas: Europa y
América Latina.
En el mes de julio de 1993, se reunieron en Cesuna (VI),
Italia, los representantes, religiosos y laicos, encargados de
definir la propuesta europea para Chile. Lo mismo acaecía
en La Floresta, Uruguay, con referencia a la propuesta latinoamericana.
Finalmente en Malloco, en la periferia de Santiago de
Chile, se tuvo la reunión plenaria del Secretariado General,
con representantes de América y Europa, para la elaboración del “Proyecto Orionita”. La fecha se escogió intencionadamente de modo que coincidiera con el Centenario del
primer colegio de San Bernardino: del 15 al 20 de octubre
de 1993. El encuentro contó con unos setenta participantes
entre religiosos, religiosas y laicos, docentes y directivos
de nuestras escuelas.
Es bueno recordar que el Proyecto Educativo Orionita
se inspira en los últimos documentos de la Iglesia que se
refieren al mundo educativo: Declaración sobre la educación cristiana (Vaticano II, 1965); Dimensión Religiosa de la
educación en la escuela católica (Congregación para la educación católica 1988); El laico católico testigo de la fe en la
escuela (Congregación para la educación Católica, 1982); La
escuela Católica (Congregación para la Educación Católica,
1977).
El trabajo que presentamos, después de algunos retoques redaccionales, es fruto de un largo itinerario de preparación, de mucha experiencia, reflexión y plegaria. Al fin
no hemos hecho otra cosa que lo que Don Orione quería
hacer: «No destruyan estas cartas, así podré aún ponerles las
manos». Y a los orionitas les ha tocado continuar su “obra
inconclusa”.
Se corre un gran riesgo al intentar hacer hablar al Fun16 -
dador. ¡Pero es también un deber! Es el X Capítulo General
quien nos impuso este desafío: “Ser el Fundador hoy”.
Con satisfacción les entrego el Proyecto Educativo
Orionita, sabiendo que brindará a cada educador un válido
subsidio para el cumplimiento de su misión.
Será tanto más interesante cuanto más estudiemos,
profundicemos y vivamos sus contenidos, a la escucha de
Don Orione.
¡Ave Maria y adelante!
Padre Roberto Simionato - 17
-1La escuela dentro del proyecto
de Don Orione de “Renovar el hombre
y la sociedad en Cristo”
Instaurarlo todo en Cristo1
1
“Instaurarlo todo en Cristo” es nuestro lema, nuestro
programa, el programa de la Obra de Don Luis Orione.
«Con la ayuda divina y siguiendo las directivas de la
Iglesia, es nuestro deber dedicarnos a renovarlo todo
en la caridad”2, escribía Don Orione en 1934. Y en un
texto programático mucho más antiguo presentaba a
su Obispo el proyecto de la naciente Congregación estos términos: «Iluminar y santificar las almas con el
conocimiento y el amor de Dios, e instaurar en Jesucristo una tras otra todas las instituciones humanas
y todas las cosas, comprendidas las socio-temporales,
incorporándolas al espíritu y a la vida del Catolicismo,
de modo que contribuyan al perfeccionamiento del orden social y unan, para gloria de Dios, toda la humanidad en un solo cuerpo, la Iglesia Católica»3.
2
La escuela es para Don Orione uno de los medios más
eficaces para lograr el fin primordial y específico de
su obra que «nos inserta en el plan salvífico de Dios
Padre, en Cristo por el Espíritu Santo»4.
3
Tal fin consiste en «Difundir el conocimiento y el amor
1 2 3 4 Ef. 1,10
Don Orione a los Religiosos y Religiosas. Saludo Navideño 1934, Let. II, pág. 140
Don Orione a Mon. Iginio Bandi, 11de febrero de 1903, Lett. I, pág. 14.
PHMC, Const. 1
18 -
de Jesucristo, de la Iglesia y del Papa, especialmente entre el pueblo. Atraer y unir en un vínculo dulcísimo y
estrecho de toda la mente y del corazón los hijos del
pueblo, y las clases trabajadoras, a la sede apostólica
en la que -según palabras de Crisólogo- el bienaventurado Pedro vive, preside y da la verdad de la fe a quien
la pide, y esto mediante el apostolado de la caridad entre los pequeños y los pobres, con aquellas instituciones y obras de misericordia espirituales y corporales
más aptas para la educación y formación espiritual de la
juventud más necesitada y del pueblo, con la intención
de cooperar modestamente a los pies de la sede apostólica y de los obispos en la renovación y edificación en
Jesucristo nuestro Señor del hombre y de la sociedad,
llevando a la Iglesia y al Papa el corazón de los niños
más abandonados, de los pobres y de las clases obreras para instaurarlo todo en Cristo y para que se forme
un solo rebaño y haya un solo pastor»5.
Jesucristo, aspiración suprema del hombre
4
En efecto, en la historia humana, hecha de avances
y retrocesos, de santidad y pecado, se hizo presente
Jesucristo, el Verbo encarnado, el Hijo de Dios hecho
hombre, donación de la Providencia misericordiosa del
Padre para la salvación del pecado y de la muerte.
En Cristo, camino, verdad y vida6, el hombre alcanza la
cúspide de su dignidad y encuentra el supremo modelo
de todo hombre y de todo quehacer verdaderamente
humano7.
La Iglesia, Familia de Dios
5 6 7 HDP, Const., Cfr También, Carta a Don Sterpi del 22.7.1936
Juan, 14, 6
Cfr. Escuela Católica 35
- 19
5
6
Tal presencia animadora y transformadora de Cristo y
del Evangelio, de la Iglesia, del cristiano y del católico 8,
no es una presencia de poder sino de servicio, un real
fermento, pleno de esfuerzo de conversión, de humildad y de realismo, de constancia y paciencia, signada
permanentemente por la Cruz, pero vigorizada por el
Espíritu y, sobre todo, por la seguridad de que la victoria final es de Cristo que vence con una infinita misericordia, cuando aparece, según palabras de Don Orione
«llevando sobre su corazón a la Iglesia y, en su mano,
las lágrimas y la sangre de los pobres, la causa de los
afligidos, de los oprimidos, de las viudas, de los huérfanos, de los humildes, de los marginados”9, es decir,
cuando se realiza efectivamente la comunión en Cristo
de los hombres entre sí y con el Padre, y se instauran
nuevos cielos y nueva tierra de gran y universal caridad10.
Porque el proyecto de Dios fue desde el principio la
constitución, según el modelo de la Trinidad, de la gran
familia de Dios11, donde no haya lugar a cerrados individualismos, odios, ni divisiones irracionales, y sean ya
realidad el encuentro y el diálogo el servicio recíproco,
la vida en comunidad y la comunión de los espíritus.
Adhesión a la Iglesia
7
8 En “tiempos que corren velozmente y que en parte ya
han cambiado” –subrayaba Don Orione en 1920– una
nueva prioridad pastoral aparece en el horizonte: hacer desaparecer «el abismo que se está produciendo entre el pueblo y Dios, entre el pueblo y la Iglesia». En pos
Carta a Diogneto, 6:«Para que los cristianos seamos como el alma en todos los
ambientes de la vida Social» .
9 Lett. II, pág. 337.
10 Cfr. Lett. II, pág. 338.
11 Cfr. Lett. I pág. 251
20 -
de este objetivo, se debe caminar «en todo lo que no
afecta a la doctrina, la vida cristiana y de la Iglesia... a
la cabeza de los tiempos y de los pueblos, no a la cola,
sin hacernos arrastrar. Para poder atraer y conducir
los pue­blos y la juventud a la Iglesia y a Cristo hay que
caminara la cabeza».12
8
Tal apremiante prioridad pastoral que anima a Don
Orio­ne en todas sus actividades, la encontramos claramente expresada hoy en las líneas programáticas del
magiste­rio, especialmente a partir del Concilio Vaticano II. Sin­tomático, al respecto, aparece el hecho que en
los documentos más recientes el acento se pone constantemente en la nueva evangelización13 y en la misión
de la Igle­sia de servir al hombre en su totalidad14.
9
Para nosotros esta correspondencia entre las enseñanzas del Magisterio y el espíritu de la congregación es
impor­tante porque, como decía Don Orione, «sin este
amor fi­lial a la Iglesia y al Romano Pontífice es vana
toda tenta­tiva de renovación saludable en la vida de la
juventud y de la sociedad»15 ya que el Papa «es nuestro
credo».16
10 Don Orione sabe que la tarea es ardua y que los tiempos
son complejos y cambiantes. Lo guía una gran confian­
za en la Divina Providencia. Por eso escribe: «Queridos
hijos míos en Jesucristo, veo todo un pasado que cae,
si ya en parte no ha caído; las bases del viejo edificio social están minadas; un estremecimiento terrible
cambiará tal vez pronto la faz del mundo. ¿Qué saldrá
de tanta ruina? Somos hijos de la Divina Providencia
12 13 14 15 16 Cfr. Lett. I, pág. 251
Cfr. Redemptoris Missio 33, in fine, y todo el capítulo.
Cfr. Concilio Vaticano II, Iglesia y Mundo, 1 - 4.
Cita proveniente de la propuesta europea.
Cfr. Lett. I, pág. 96
- 21
y no desespere­mos, antes bien confiemos mucho en
Dios. No seamos de esos catastróficos que creen que
el mundo termina mañana. La corrupción y el mal moral son grandes, es verdad; pero opino y firmemente
creo que el último en vencer será Dios, y Dios vencerá
en una infinita miseri­cordia. Dios ha vencido siempre
así».17
11 Don Orione para llevar al hombre y a la sociedad a Cristo y a la Iglesia utiliza los medios que la tradición eclesial
pone a su disposición. Habiéndose formado en la escuela de Don Bosco y del Cottolengo, da vida a múltiples
iniciativas, tanto en el campo de la educación como en
el de la caridad. En tal sentido él mismo siempre reconoció y recordaba con sacra veneración el influjo de
los dos grandes maes­tros: «En todas las disposiciones
adoptadas, en todas las cosas he tomado siempre como
modelos a Don Bos­co y al Cottolengo».18
La educación para la renovación del hombre
12 Desde los años pasados junto a Don Bosco en el oratorio de Valdocco, en Turín19, madura en él la convicción
que guardará para toda la vida de que «la salvación de
toda la juventud de todo el mundo se conseguirá me­
diante los oratorios y las escuelas».20
13 Así, muy joven aún y todavía seminarista, el 15 de octu­
bre de 1893, con la bendición de su obispo abre el pri­mer
instituto educativo de la naciente fundación religio­sa al
que seguirán, en el lapso de pocos años, muchos otros
tanto en Italia como en otros lugares del mundo.
17 Don Orione, Carta del 3 de julio de 1936, sobre el oratorio. Let. II,pág. 369
18 D.L. Orione y la P.O.D.P., documentos y testimonios, I, pág. 350
19 Don Orione permanece junto a Don Bosco en el oratorio de Vadocco, Turín, desde
el 4 de octubre de 1886 hasta el 16 de agosto de 1889, entre los 16 y 19 anos.
20 Lett. II, pág. 370
22 -
14 Con sus institutos educativos Don Orione se propone
contribuir a la promoción cristiana del hombre y de
la sociedad. Se entrega, en consecuencia, a la esmerada preparación de los jóvenes, particularmente de los
más necesitados, a fin de facilitar su digna inserción en
el mundo del trabajo21 y en la Iglesia como factores di­
námicos de progreso civil y cristiano.22 Se preocupa por
desarrollar en ellos una fuerte personalidad, capa­ces
de discernir sin compromisos ni dificultades la propia
vocación laical o religiosa.
Sistema educativo propio
15 La educación y la formación de la juventud fue el pri­
mero y, por mucho tiempo, el principal campo de ac­
ción de Don Orione. Intuye simultáneamente que para
la realización de éste su proyecto, debe modestamente
co­laborar en la construcción de la humanidad unida a
Cristo bajo la guía espiritual del Romano Pontífice23,
debía contar con un sistema educativo propio y adecuado para la formación de hombres y cristianos capaces
de llevar adelante tal misión con generosidad y fuerza
de ánimo.24
16 Inspirado, por lo tanto, en las líneas maestras de la
peda­gogía católica, y más particularmente en el método pre­ventivo seguido y completado por su maestro San Juan Bosco, pone las bases de su propio estilo
21 Don Orione en su carta a Don Camilo: «Tratad que los jóvenes comprendan que
progresan día a día en todo sentido; que sientan que cada día saben más de la vida
y que se han vuelto mejores tanto moral como civil y cristianamente.» Lett.I, pág.
370
22 «Hemos dado a la Iglesia muchos sacerdotes, hijos devotos de la Iglesia y centinelas y abanderados de la Fe; hemos dado a la socie­dad muchos buenos elementos
para que se renueve cristiana y católi­camente.» Don Orione a D. Camilo, Lett.
págs. 383-384. «Hacer buenos a los jóvenes y transformarlos en mensajeros de fe
y de bondad, y de progreso moral y civil para la sociedad». Ibídem, pág.3
23 Cfr. Constituciones de los Hijos de la Divina Providencia, art.5
24 Cfr. Lett. I, págs. 358-359.
- 23
educativo, denominándolo sistema cristiano-paternal.
Los testimo­n ios destacan ora un punto ora otro de este
método, pero terminan todos por encuadrarse sobre la
característica fundamental que él fijara ya en la conocida carta a Vicente Guido del año 1896: «Nuestro fin
es formar católicos de una sola pieza, francos».25
17 En diversos artículos de la revista oficial de la Congrega­
ción, “La Obra de La Divina Providencia”, dirigiéndose
a los padres de familia y a sus primeros colaboradores,
Don Orione exaltaba la belleza y urgencia de la educación cris­tiana. Para lograrla –decía– «es necesario que
la reli­g ión lo señoree todo en la escuela y en el instituto: la enseñanza, la disciplina, el mismo recreo. La
religión no debe ser un estudio, un ejercicio, al cual se
le asigne sólo un tiempo y una hora. Es una fe, una ley
que debe hacer­se sentir constantemente y en todo lugar, y ejercitar su acción natural sobre toda la vida».26
18 Subrayando el aspecto paternal de su método educativo, Don Orione escribe: «La escuela debe ser una fami­
lia, una familia moral bien disciplinada y conducida
con mucho afecto en el Señor y con mucho cuidado.
Cada tanto hagan vibrar en la escuela la cuerda del
sentimien­to y del corazón, elevándoos después hasta
Dios, uste­des y sus alumnos. Así se educa».27
19 «Fundamento del sistema no debe ser sólo la religión
y el amor, sino la Fe y la religión católica practicada
y el aliento de un alma y de un corazón de educador que ame verdaderamente a Dios y lo haga amar
dulcemen­te, enseñando a los jóvenes los caminos del
25 Es una advertencia que Don Orione le hace, junto con otras, al presen­tar un alumno para su inscripción. Don Luigi Orione e la Piccola Operadella Divina Provvidenza, V. III, pág. 521 y en Ser. 35, 15.
26 Don Luis Orione y la Pequeña Obra de la Divina Providencia, Vol. III,pág. 522
27 Lett. I, pág. 355
24 -
Señor. El educador debe hablar siempre el lenguaje de
la ver­dad con la razón, con el corazón, con la fe».28 Y
acen­t uando aún más el aspecto cristiano de su método
agre­ga: «Nosotros no habremos hecho nada hasta que
no logremos que la juventud vuelva a ser cristiana en
su espíritu de fe, y en su vida privada y pública; mientras no hayamos vuelto cristianas las conciencias y el
ca­rácter de nuestros alumnos».29
Espiritualidad orionita
20 En esta prospectiva de servicio a la sociedad y a la Igle­
sia, los Institutos de Don Orione deben favorecer en los
educandos la fundamentación y asimilación de aquellos
valores de los que por su misión son portado­res, y que
el Fundador tan vívidamente encamara y di­fundiera:
●● la confianza en la Providencia;30
●● la fe en Cristo, verdadero liberador y salvador del
hom­bre y de los pueblos;31
●● identificación y participación activa en la misión de
la Igle­sia continuadora de su obra y madre de los
creyentes;32
●● amor y adhesión al Papa, guía espiritual universal;33
●● la caridad, alma del reino de Cristo;34
●● el amor y el trabajo efectivo en favor de los humildes,
28 Lett. I, pág. 360
29 Lett. I, pág. 359
30 «Los Hijos de la Divina Providencia, deberán tener como caracterís­tica particular
de su enseñanza, el hacer resplandecer en todo a Dios y a su Providencia que,
como diría Dante, ‘penetra e ilumina el uni­verso entero’. Hacer ver en todo el
brillo refulgente de la Divina Providencia». Lett.I, págs.362-363
31 “Es la Fe y sobre todo la caridad de Jesucristo las que deben recons­truir el mundo”.
Lett. I, pág. 360
32 La formación a la perfección y grandeza moral debe conducir a los jóvenes “a
Dios y al amor de la Santa Iglesia de Dios, que es nuestro amor grande y sagrado”.
Lett.I, pág. 363
33 “Igualmente hay que ser católico y papal, para ser cristiano verdade­ro”. Lett. I, pág. 389
34 “El principio evangélico de la beneficencia y de la caridad universal es el único
que, difundido y predicado, puede traer una paz verdade­ra al mundo, y con la paz,
todos los bienes” Lett. I, pág. 248
- 25
marginados y sufrientes de todo tipo;
●● la honradez, la profesionalidad, la laboriosidad;
●● el temple católico definido, la adhesión al Magisterio;
●● el aprecio de la Palabra de Dios;
●● el amor a la cruz;35
●● la devoción a la Madre de Dios;36
●● la piedad;37
●● la pureza;38
●● la vida sacramental y litúrgica;39
●● el compromiso social y eclesial en orden a producir
el adelanto civil y religioso de la humanidad.40
21 Estos ideales de vida se sintetizan de alguna manera
en los cuatro amores de Don Orione, que los simbolizan y encaman: Jesús, María, Papa, Almas.
Jesús. «Él sólo es la fuente viva de fe y caridad que puede restaurar y renovar el hombre y la sociedad: sólo
Cristo podrá formar de todos los pueblos un solo corazón y una sola alma, unir a todos en un solo Rebaño
bajo la guía de un solo Pastor».41
María, a quien «nosotros veneramos y proclama­mos...
como Madre nuestra y única fundadora de la Pequeña
35 “Educad a los jóvenes a la necesidad como también a las alegrías del dolor: La
vida está sembrada de lágrimas!”. Lett. I, pág. 369 “Sin fuerza de ánimo y sin
sacrificio y sin sufrir, sin cruz, no hay virtud. La cruz, en álgebra, en política, en
religión, es el signo posi­tivo. Dios y el prójimo se aman en cruz. Dios y el prójimo
se aman y sirven en cruz! Grande verdad!». Lett. I, pág. 367
36 “¡Cuánto bien haréis a vuestros jóvenes, si llegáis a encender en sus corazones la
llama del amor a la Virgen bendita!”. Lett. I, pág. 391
37 “Todo en nosotros, como en los jovencitos, debe estar subordinado a la piedad
sólida, es decir, al amor de Dios, a las virtudes cristianas, a la verdadera santidad”.
Lett. I, pág. 387-388
38 “La base primera de la vida civil y de toda sana educación es la moralidad y la
honestidad de costumbres, y esto no sólo para los católicos sino para cualquier
pueblo y bajo cualquier cielo.” Lett. I, pág. 375
39 “Recomiéndese con mucha frecuencia a los jóvenes la Confesión y la Santa Comunión.” Lett. I, pág.387
40 Ver nota 22, in fine
41 Lett. II, pág. 500
26 -
Obra; la tenemos como celestial inspiradora de todas
nuestras actividades... Nuestra querida Congrega­ción
justamente por la devoción a María, va extendien­do
siempre más sus tiendas por el mundo».42
Papa-Iglesia. «La Iglesia es la verdadera Madre de nuestra fe y de nuestras almas, de la parte más viva, más
espiritual y eterna de nosotros; y porque el Papa es
el Vicario de Jesucristo nuestro Dios y Redentor; es el
dulce Cristo en la tierra, como lo llamara Sta. Catalina
de Siena; es nuestro guía seguro; es nuestro maestro
infalible, es nuestro verdadero Padre».43
Almas-Pobres. «¡Almas y almas! Esta es nuestra vida,
nuestro grito, nuestro programa, todo nuestro es­píritu,
todo nuestro corazón: ¡Almas y almas!»44 «Nuestra
mesa debe ser como un antiguo ágape cristia­no. ¡Almas y almas! Tener un gran corazón y la divina locura
de las almas”.45 «¡Caridad, caridad, caridad! ¡Jesús, con
tu divino amor danos un grande espíritu de caridad
hacia las almas, especialmente hacia los hijos de los
pobres, y hacia los pobres infelices y abandonados!
Señor, tú lo sabes, no­sotros somos para los pobres y
hemos nacido para los pobres».46
22 Hoy, con el mismo programa, los hijos e hijas espiri­
tuales de Don Orione entienden humildemente prose­
guir su obra y su misión en el campo de la educación a
través de escuelas de diverso tipo y nivel.
42 43 44 45 46 Carta del 27 de junio de 1937. Let.II, pág. 467
Lett. I, pág. 249
Lett. I, pág. 250.
D. Orione a las P.H.M.C, pág. 568
Lett. II, pág. 144
- 27
-2La Iglesia y la Escuela Católica
La Escuela Católica en la historia
23 La historia nos ayuda a comprender el sentido y el valor de la escuela católica como presencia de Iglesia. En
sus comienzos encontramos, en primer lugar, santos:
hom­bres y mujeres de épocas y experiencias diversas,
uni­dos, sin embargo, en dar testimonio, a través de su
dedi­cación personal, de la importancia de la educación
escolar como también de otras formas de instrucción
popular. Ellos hicieron descubrir el Evangelio a generaciones de niños, adolescentes y jóvenes, valiéndose
muchas veces de innovaciones didácticas y de métodos
que denotan una sabiduría tan rica y viva, que aún hoy
causa asombro.47
24 Libertad y carácter popular han sido los rasgos de la
escuela católica en su trayectoria histórica:
●● libertad como búsqueda trabajosa de espacios vitales
en la sociedad laicista, sobre todo en los dos últimos
siglos, en su empeño por cumplir su misión evangelizadora, aún en medio de reales discriminaciones y
marginaciones; la escuela católica ha resistido a los
reite­rados intentos de marginación y supresión llevados cabo en el pasado más o menos reciente y aún
presentes en nuestros días;
●● carácter popular por su dedicación preferencial a
los sectores sociales más desfavorecidos, sobre todo
47 Refiriéndose a la catequesis, dijo Juan Pablo II: «Ellos inventaron méto­dos de
catequesis que no existían, tuvieron que crear escuelas de doc­trina, instruir a niños
catequistas para superar las barreras de las len­guas..» Discurso del 12.10.84 en
Santo Domingo. IIo Congreso Catequístico Nacional, pág. 5.
28 -
por medio de algunas actividades formativas expresamente dirigidas a niños y jóvenes de escasos
recursos y a me­nores discapacitados, con el fin de
ofrecerles dignas oportunidades de inserción en la
sociedad y en el mun­do del trabajo.
25 El movimiento carismático en el campo educativo se
ma­n ifiesta muy vivo en la Iglesia durante, y sobre todo
des­pués, del Concilio de Trento. Luego el iluminismo
obliga­rá a la Iglesia a una serie de luchas y reivindicaciones ya en el campo pastoral, ya en el campo estrictamente educa­tivo. En los siglos XIX y XX la Iglesia, y
con ella la es­cuela católica, buscan nuevos caminos de
diálogo y cola­boración con los estados modernos. La
Obra de Don Bosco, totalmente dedicada a la formación de los jóvenes es un típico ejemplo. De la misma
manera resulta profético el dicho de Murialdo: «Abrir
una escuela es cerrar una cárcel». León XIII48 y Pío XI49
en la “Divini Ulius Magistri” muestran claramente que
la Iglesia tiene el derecho de tener sus escuelas. Y el
Concilio Vaticano II, por fin, con­firma y amplía este
principio.50
26 En América Latina el encuentro de los conquistadores
con los pueblos aborígenes enmarca históricamente una
evangelización que se desarrolló en medio de luces y
sombras, con hombres de Iglesia que, sin embargo, sem­
braron con la catequesis, los sacramentos, la instruc­ción
48 Don Orione cita la encíclica «Cognita nobis» a los obispos italianos, del 15.2.1882,
que promueve la creación de escuelas. Al «derecho y obliga­ción de enseñar y confirmar en la fe» que tienen los Romanos Pontífices, se refiere en «Aeterni Patris»
1; también en «Militantis Ecclesiae» 13, se refiere de paso al tema: «Mas no solamente tiene la religión sus derechos en las escuelas de la infancia». En la carta a los
coptos «Unitatis christianae propositum» les recomienda «que se apliquen a guardar intacto e inviolable el depósito de la fe...multiplicando las buenas escuelas».
49 Cfr. Pío XI, Encíclica Divini Illius Magistri.
50 Concilio Vaticano II, Educación Católica, 8
- 29
escolar y la educación, el espíritu cristiano51 dan­do origen a una nueva cultura y dotando a América Latina de
una propia fisonomía y unidad espiritual.52 Después
del proceso independista y la penetración de las corrientes de pensamiento prevalecientes en Europa en
las postrimerías del siglo pasado, también aquí, a pesar de las tentativas de marginar a la Iglesia, y de quebrar la unidad cultural lograda, la escuela católica va
susten­tando y concretando su quehacer a despecho del
pensa­m iento racionalista liberal, del laicismo educativo, de la cultura pretendidamente neutra de la escuela
ofi­cial53 y de otras problemáticas que Latinoamérica
arras­tra desde la época de la colonización hasta hoy.
El rostro de la escuela católica
27 La escuela católica intenta presentarse como una respuesta flexible y adecuada a las instancias más urgentes de formación integral provenientes de la comunidad
eclesial, de las familias y del mundo juvenil porque
está constantemente a la búsqueda de respuestas en lo
con­creto de la vida civil y eclesial. Tiene la capacidad
de ponerse como “modelo” en base a lo que la especifica en su identidad, es decir, su proyecto educativo, sea
ante la escuela en general, sea ante la comunidad cristiana. Es una escuela que no sólo respeta el punto de
51 Puebla 9: “La obra evangelizadora de la Iglesia en América Latina esel resultado
del unánime esfuerzo misionero de todo el pueblo de Dios.Ahí están las incontables iniciativas de caridad, asistencia, educacióny de modo ejemplar las originales síntesis de evangelización y promo­ción humana de las misiones franciscanas,
agustinos, dominicas, je­suítas, mercedarias y otras”.
52 Cfr. Puebla 412 y ss.
53 Cfr. CEA, Iglesia y Comunidad Nacional, 16-23. En el n.22 dice: “El laicismo
educativo procuró erróneamente desvincular la cultura im­partida oficialmente de
su raíz religiosa y de la tradición defendida y mantenida por muchos libertadores
(San Martín, Belgrano, etc.). Al educar excluyendo positivamente a la religión,
también a la religión natural, desarraiga a la cultura de toda opción religiosa, fundamento determinante de otras opciones. Y lo que es peor aún, crea una división
entre la cultura popular, que es religiosa, y la cultura pretendidamente neutra de la
escuela oficial.»
30 -
vista episte­mológico de las disciplinas sino que pone
en primer pla­no el servicio al hombre, de modo que
adquiera una siem­pre mayor conciencia y responsabilidad en el mundo.
28 El Santo Padre subraya sus notas características: «Hay
que reconocer que el primer deber de la escuela católica es el de ser escuela, o sea, lugar de cultura y de
educa­ción. De cultura a los fines de la educación».54
29 La escuela católica atraviesa una fase de transición
pro­funda, que la llevará a configurarse con creciente
cla­ridad como escuela de la comunidad cristiana, abierta a todos aquellos que quieran libremente elegirla. En
tal sentido, los educadores, docentes, religiosos, laicos,
pa­dres de familia, están empeñados en ofrecer a los
alum­nos un ambiente formativo comunitario animado
por el espíritu evangélico de libertad y de caridad55,
que conduzca a los jóvenes a asimilar los valores humanos y cris­tianos para convertirse luego en sus intérpretes y testigos en la sociedad civil y eclesial.
30 De este modo la escuela católica, parte viva de la Iglesia, se presenta como “laboratorio sistemático y crítico
de la cultura” 56, capaz de proponer orientaciones para
la vida. Servicio éste tanto más necesario cuanto que
en la situación actual, prevista también por Don Orione que ya actuaba en vista a la “gran transformación
que dentro de poco cambiaría la faz de la tierra”,57
se han profun­d izado hechos que distorsionan el proyecto de Dios, pero han aparecido también caminos
54 Juan Pablo II, Discurso del 23.11.1991
55 Concilio Vaticano II, Gravissimum educationis, 8; Congregación para la Educación Católica, Dimensión Religiosa de la Educación en la Es­cuela Católica, 25.
56 Cfr. La Escuela Católica, 26 y 36.
57 Don Orione, Lett. II, pág 369: «Veo todo un pasado que cae, si ya en parte no ha
caído; las bases del viejo edificio social están minadas; un sacudón terrible cambiará, tal vez, la faz, del mundo».
- 31
de esperanza para recrear una realidad más humana y
más cristiana.
31 A tal fin la escuela católica se proyecta como novedad
institucional, casa de personas y de comunidad, lugar
de identidad y de diálogo, de autoridad y de correspon­
sabilidad.
Misión y función de la escuela católica
32 «La Escuela Católica se integra en la misión salvífica de
la Iglesia, la cual se realiza en estrecha unión entre el
anun­cio de la Fe y la promoción del hombre. La escuela
católi­ca participa de la misión pastoral de la Iglesia,
con el ser­v icio educativo que le es propio».58
33 En razón de su carácter eclesial, la acción de la escuela
católica se ha de concretizar en su sector específico
y en su área geográfica en sintonía con las grandes
intencio­nalidades y el aliento de toda la Iglesia, y en
estrecha relación y armonía con los pastores, las comunidades y movimientos en que se articula el único
pueblo de Dios. En efecto, las motivaciones de la escuela católica co­bran luz, ante todo, al interior de la
Iglesia, la cual al mismo tiempo que profundiza, bajo
la guía del Papa y de los Obispos, la comprensión del
misterio de Dios que nos ha sido revelado en Jesucristo, señala los caminos del servicio al hombre.
34 El anuncio del Evangelio al hombre es la misión fun­
damental e irrenunciable de la Iglesia,59 empeño que caracteriza hoy como ayer, todo su ser y su acción. La Iglesia no existe para sí sino para el Reino de Cristo. Como
maestra de verdad y experta en humanidad, la Iglesia
58 Cfr. La Escuela Católica hoy en Italia, 11 y 69
59 Cfr. Pablo VI, Evangelii Nuntiandi, 14.
32 -
está llamada a servir al mundo con el fin de preser­varlo
de los desvarios de la inteligencia y del corazón.
35 Para la escuela católica no se trata, por lo tanto, de
inven­tar rutas distintas, sino de tomar - con la especificidad y originalidad de su función institucional - los
caminos emprendidos por la Iglesia. Así se puede decir
con toda razón que la escuela católica participa de la
diaconía del Reino.
36 Esta diaconía o servicio al mundo en vista del Reino,
se configura, en la escuela, como evangelización y
testimo­n io de la caridad. Es una acción que tiene como
fuente a Dios, como destinatario al hombre, y como
meta el Rei­no de Cristo. Las orientaciones eclesiales,
son, por lo tan­to, para ella un desafío, en cuanto le exigen confrontar y evaluar su propio ser y actuar dentro
de la misión de la Iglesia. En este sentido, la función
educativa como ser­vicio a la verdad en la caridad, tórnese hoy fundamental para la exigencia eclesial de la
nueva evangelización.
37 A la escuela católica se le confía el diálogo con la cultura contemporánea, llena de contradicciones, impregnada de secularismo, y que, sin embargo, expresa a veces en for­mas paradojales e insólitas la necesidad del
Absoluto y de la religiosidad. Por lo mismo urge una
entrega inteligente y continua para una nueva inculturación del Evangelio. La escuela católica puede ayudar
al nombre de hoy a com­prender su propia centralidad y
prioridad ante todo pro­g reso, técnica, sistema económico y evolución social.
38 A ella le corresponde preparar gradualmente al joven
para su inserción madura, adulta y responsable en la
sociedad, mediante la educación general, la formación
espiritual y la capacitación en la profesión elegida de
- 33
acuer­do a sus propios dones e inclinaciones y las necesidades de la comunidad. Contra tendencias modernizantes que privilegian los contenidos utilitarios y
funcionales en be­neficio del progreso material y técnico, tal preparación comporta el cultivo cuidadoso de
las capacidades intelec­t uales, creativas y estéticas; el
desarrollo de la capacidad de juicio, la promoción del
sentido de los valores, el favorecimiento de las actitudes justas y los comportamientos adecuados, la introducción al patrimonio cultural60 con­quistado por las
generaciones anteriores y la formación al diálogo y la
comprensión en las relaciones humanas.
Concepción de vida
39 La escuela católica debe confrontar su proyecto educati­
vo (ideario,61 programas, contenidos, métodos) con la
concepción de vida a la que adscribe y con la realidad
en que se inserta. Esto incluye una jerarquía de valores
con que se aprende e interpreta todo el patrimonio cultural recogido en las diversas ramas del saber, sentir y
hacer humanos. Entre todos los elementos de la cultura, ocupa una posición determinante la dimensión ética
y religio­sa, por su capacidad para dinamizar el espíritu
y contri­buir a la formación de personalidades fuertes
y responsables, capaces de opciones libres y justas, en
grado de enfrentar el eventual efecto despersonalizador y masificador de una sociedad que prioriza el desarrollo científico y tecnológico, y que impone modas y
modelos con el poder de los medios de comunicación
40 En la escuela católica y orionita es la concepción cris­
tiana, el proyecto liberador que tiene a Cristo por cen­tro
60 La Escuela Católica, en el n.26, habla del “encuentro vivo y vital con el patrimonio cultural”.
61 El ideario es “un sistema de ideas o principios generales destinado a engendrar y
dirigir un proyecto”. CONSUDEC n.306, pág. 135
34 -
y al Papa por guía en el tiempo, la cosmovisión que juega tal papel unificador y vitalizador tanto de la perso­
nalidad como de la sociedad, la cultura y la historia.
En síntesis
41 La Escuela Católica a lo largo de los siglos ha formado
parte integrante del proyecto educativo de la Iglesia.
Por lo que también en ella se manifiesta la conciencia
de la Iglesia en las distintas épocas.
42 Los dinamismos, incluso aquellos problemáticos que
la Escuela Católica vive y sufre, pueden ser comprendidos y resueltos si se los encuadra dentro de la experiencia que la Iglesia en su conjunto está viviendo en
este tiem­po, testimoniando, aún en áreas de riesgo y
en zonas de precariedad social, cultural y religiosa, su
pasión por el hombre y sus problemas.
43 En este contexto social y cultural el primado de la acción evangelizadora estimula el mejoramiento no sólo
de los aspectos axiológicos, sino, y no con menor fuerza, los técnicos y profesionales. Por ello, lo que debe
ser puesto de relieve es la calidad de la educación que
debe ser impartida, el tipo de hombre y de mujer que la
escuela católica forma. Resulta por tanto, fundamental
el cuida­do en primer término de la formación de todas
las cate­gorías intervinientes en el proceso educativo y,
en par­ticular, de los docentes, y la atención a las innovaciones didácticas y a la orientación profesional. A
tal fin son necesarias las planificaciones compartidas
y las propues­tas de itinerarios educativos orientados
a la maduración de todo el hombre en función de una
acertada síntesis entre fe, cultura y vida.
44 En especial hay que tener voluntad de participar en los
- 35
planes pastorales diocesanos. En esta nueva visión, la
comunidad cristiana debe asumir, o sea, hacer propia
la escuela católica; pero también ésta debe rever su
pro­g ramación pastoral.
45 De este modo, también, el anhelo de Don Orione de
ac­t uar siempre con la Iglesia y en la Iglesia, encuentra en sus obras educativas la forma de expresarse y
manifestar­se en plenitud.
36 -
-3Origen y Desarrollo de la Escuela Orionita
El legado pedagógico-institucional
46 Ante directivas eclesiales actuales y la desaparición
del fundador
Cerrado ya el período en que el ejemplo y la palabra
del Fundador y de sus primeros seguidores, definían
rumbos y resolvían incertidumbres, y tras la acentuada impor­tancia que el Concilio Vaticano II y la Sta. Sede
acuerdan últimamente a la acción pastoral de la Iglesia
en educa­ción, se impone una explicitación del proyecto educativo de Don Orione y un seguimiento de su
carisma, que re­coja, por un lado, las motivaciones que
deciden al Fun­dador a abrir centros educativos y los
rasgos principales que les imprime y, por otro, la experiencia de la congre­gación y las normas internas vigentes, enriquecidos en sus pautas fundamentales con
los principios, directivas y orientaciones recientes del
Magisterio eclesial.
47 Multiplicación y diversificación de Institutos
En efecto, desde las intuiciones del Fundador y los pri­
meros internados, la labor de la congregación en el
área educativa se diversifica y amplía abarcando hoy
la edu­cación en zonas tanto rurales como urbanas, la
forma­ción general como la técnica, privilegiando en la
ac­t ualidad a los externados y cubriendo todo el arco
educativo, desde la enseñanza elemental y media, hasta
la profesional, superior y especial.
- 37
48 Salvación de la juventud y formación cristiano-católica
Ya en la apertura de su primer colegio Don Orione mis­
mo manifiesta las finalidades que persigue y los obje­
tivos que se propone: “En esta ciudad de Tortona”, es­
cribía en una comunicación a todos los párrocos de la
zona «el 7 de septiembre de 1893, en el próximo mes
de octubre abrirá sus puertas un Instituto Católico
para educar en la ciencia y en el santo temor de Dios a
la querida juventud, delicia del Corazón de Cristo. Este
instituto viene a ser, entonces, como un ancla de salva­
ción, en medio de la perversión intelectual y moral de
los jóvenes estudiantes».62
Así quedan establecidos el carácter y el fin apostóli­co
de sus instituciones educativas. Años más tarde, en
1922, en ocasión de la fundación de Mar de Espanha,
Brasil, vuelve a insistir sobre esta característica apostólica y evangelizadora: «Y especialmente, tratándose
de una escuela nuestra, y en lugares donde la fe padece tantas insidias, la ense­ñanza debe ser apostolado
verdadero, cabal escuela de formación católica de todos los niños que acuden a nosotros. El Brasil de hoy,
continúa, como casi toda América del Sur, en general,
padece el asedio del pro­testantismo, la teosofía y el
espiritismo. Y muchos débiles en la fe o ignorantes,
se dejan seducir o com­prar, vendiendo su alma por
un plato de lentejas, como Esaú. Habrá que prevenir y
proteger a la juventud, valiéndonos de la escuela para
formarla bien en la re­l igión, llevarla a la vida católica
práctica, salvarla».63
Institutos creados durante la vida del Fundador
49 Primer instituto y comienzo de la congregación
62 Don Orione y la P.O.D.P., V. 2, pág. 8
63 Carta a Don Camilo, Lett. I, pág. 356.
38 -
Desde la fundación de aquel primer colegio de San
Bernardino, el 15 de octubre de 1893, con el que co­
menzara también la congregación,64 el apostolado de
Don Luis Orione se orientó en aquellas primeras dé­
cadas de este siglo de manera particular hacia los jó­
venes “sol o tormenta del mañana”, como el mismo
sabía decir. Para su promoción integral han surgido, en
el curso de estos cien años de historia y de trabajo apasionado, numerosas instituciones educativas inicia­das
directamente por él o por sus hijos espirituales.
50 Primer Centro Educativo en Brasil
La pasión de Don Orione por los jóvenes corría a la par
de su ardor misionero. Así ya en 1914, los religiosos
que él enviara al Brasil, consagran sus esfuerzos a la
primera actividad educativa asumida en América Latina en favor de la niñez humilde y de color, en la Escuela
de San Geraldo de Mar de Espanha.
51 Capacitación e inserción laboral de la juventud
A partir de la postguerra Don Orione sigue dando vida
en modo particular a instituciones cuya atención se
vuel­ca a la formación religiosa, cultural y profesional de
jóvenes a insertar en el campo del trabajo, especialmen­
te industrial, para que lleven a ese ambiente “un soplo
de vida cristiana”, de serenidad y amor. En el Véneto, la
región que más sufrió las funestas con­secuencias de la
Primera Guerra Mundial, Don Orione desarrolla sus actividades en institutos y escuelas profesionales que respondían a las necesidades de las nuevas tecnologías del
64 “Queridos hijos, mañana, fiesta de Sta. Teresa de Jesús, es la fe­cha de apertura
de la primera casa de la congregación” «Hoy me encuentro aquí conmemorando
aquel día y aquellas horas que fueron el primer día y las primeras horas de la
congregación.»Don Luis Orione y la Pequeña Obra de la Divina Providencia, V.II,
págs. 33 y 34.
- 39
trabajo. La obra fundada por Don Orione, ya se había
interesado en el pasado por dar una instrucción profesional, especialmente a chicos del pue­blo, que necesitaban aprender un oficio para ganarse honestamente
la vida. A tal fin había abierto colonias agrí­colas, una
tipografía, carpinterías y zapaterías. Y la ense­ñanza
se impartía a los aprendices con el método artesanal
práctico, entonces en boga. Pero la guerra había impreso un impulso extraordinario al sistema productivo industrial, que imperiosamente buscaba mano de
obra siempre más calificada. Don Orione tuvo siempre
pre­sente esa exigencia primaria, tanto al abrir nuevos
insti­t utos como al asumir la dirección de los que estaban en funcionamiento y eran confiados a su congregación.65
52 Competencia técnica y prioridad del educando
En algunas instituciones educativas, que él asumiera a pedido de la autoridad eclesiástica, a los jóvenes
asisti­dos en ellas, después de la enseñanza elemental,
se los orientaba al aprendizaje de un oficio en talleres
o artesa­n ías que no tenían fines didácticos, sino que
sólo les in­teresaba sacar la máxima utilidad de aquella
mano de obra barata.
Para poner remedio a tan triste situación Don Orione,
con el coraje y la confianza en la Divina Providencia
que le eran característicos, inicia en aquellos institutos verda­deras escuelas profesionales con programas
bien diseñados didácticamente, para formar obreros
compe­tentes, además de óptimos cristianos.66 Con la
misma finalidad y con programas didáctico culturales
y profesionales, Don Orione pone en marcha en Mestre, el 13 de junio de 1921, el Instituto que lleva el nom65 A. Piccardo, “Salvemos a los jóvenes”, Cuaderno 43, pág. 21-22.
66 A. Piccardo, Ibídem, pág. 22.
40 -
bre del benemérito Comendador Pietro Berna. Em­presa
ésta no indiferente si se tiene presente que en fe­brero
del mismo año él, por consejo del Patriarca La Fontaine, también había adquirido la tipografía y la librería
Emiliana de Venecia, que había surgido en 1837 para la
difusión de la prensa católica, pero que en ese momento estaba en graves dificultades económicas. Se trataba
de no hacer morir aquella benemérita actividad editorial y, sobre todo, de tener un medio eficaz para dar
trabajo, pan y una profesión a huérfanos y niños pobres,
tal como él había hecho en Tortona al abrir la primera
tipo­g rafía en la Casa Paterna de Via Emilia.67
53 Inicios de la Congregación en la Argentina
En 1921 Don Orione visita por primera vez las fundacio­
nes de América, y se llega hasta Buenos Aires donde él
mismo en su breve estadía asume las tareas pastorales
de la futura parroquia, y atiende personalmente a los
jóve­nes, dando así inicio, en Victoria, al primer oratorio en Argentina, mientras sus religiosos estudian
castellano con los Lazaristas en Luján.
Es precisamente desde Victoria, que Don Orione escribe el 21 de febrero de 1922, a los religiosos que trabajan en Mar de Espanha, la tan conocida carta sobre
educación. Después de su partida, sus religiosos abren
en 1924 la Escuela de la Sagrada Familia en Puerto Mar
del Plata y, en Victoria, en 1925 junto con la imprenta,
la Escuela de artes y oficios, y en 1926, el Colegio San
José, fundacio­nes éstas impulsadas por los Padres José
Zanocchi y José Dutto.68 En ambas localidades se iba al
encuentro de los hijos de humildes obreros, ferroviarios
en Victoria, y pescadores en Mar del Plata. La aceptación
67 A. Piccardo, Ibídem, pág. 22-23.
68 Carta de Don Orione a Don Zanocchi del 22. 9 1924: “Me alegro de todas sus
iniciativas y de todo el bien que hacen”
- 41
que rápidamente logran de las familias y de los mismos jóvenes que concurren a estos nuevos institutos
educativos, contrarrestra el extendido ambiente anticlerical que se respiraba en aquellos años.
54 Otros desarrollos en Europa
En 1923 la Congregación de Caridad de Venecia, por
gra­ves dificultades financieras, cierra y pone en venta
el Orfa­nato Masculino “alie Zattere”. También esta vez
el Patriar­ca, para no privar a la ciudad de una institución benéfica para los niños necesitados, anima encarecidamente a la Obra de Don Orione a que se haga
cargo de aquel orfanato. En abril del mismo año con la
ayuda de insignes bienhe­chores adquiere el gran complejo de edificios de esa ins­titución y allí organiza con
criterio de vanguardia, el Instituto “Artigianelli” con el
nombre de San Jerónimo Emiliani, llamado “el Padre
de los Huérfanos”, por su gran amor hacia esta clase
de chicos. El Instituto Artigianelli tuvo desde el principio, además de modernas aulas escolares, talleres con
el equipamien­to técnico exigido en una verdadera escuela de capacita­ción profesional, para la formación de
mecánicos, y de carpinteros con sus correspondientes
especializaciones. Después se transfirió allí mismo la
infraestructura de la Tipografía Emiliana que tenía su
sede en San Giacomo dall’ Orio, con sus diversas secciones de producción, con el fin de desarrollar en ese
instituto la enseñanza profesio­nal en el campo tipográfico y editorial.69
El mismo año 1923 Don Orione asumía la dirección
del Instituto Camerino Rossi de Padua que había que­
dado desquiciado a causa de la guerra y no estaba en
grado de continuar con su obra benéfica en favor de
los jóvenes necesitados. También en este Instituto se
69 A. Piccardo, Salvemos a los jóvenes, Cuaderno 43, pág. 23.
42 -
im­plantó la enseñanza técnica ex novo, con sus corres­
pondientes talleres y laboratorios.70 Don Orione da
vida, en el mismo período a dos im­portantes centros
escolares, uno en Tortona y otro en Novi Ligure.
En Tortona, cerca de la Casa Paterna, funcionaba desde 1910 la primera Escuela Técnica .En 1921 abre el
co­legio “Dante Alighieri” para la formación cultural y
técnica de nivel medio inferior y superior71 y en 1924,
adquiere y reabre en Novi Ligure con secciones de pri­
mero y segundo grado y orientación técnico profesio­
nal, el colegio “San Jorge” que la Congregación de los
Somascos había fundado en 1649 y dirigido durante
todo el siglo XIX.72
55 Inicios en Uruguay y ulteriores desarrollos en América
Latina
Querida por el arzobispo, en febrero de 1929, se co­
mienza en Montevideo, Uruguay, la primera obra edu­
cativa “El Patronato de Obreros”, que se estructura
pos­teriormente como internado, imprenta y escuela
tipográfica, brindándose en favor de niños abandona­
dos y entregando a la comunidad calificados tipógra­
fos.
Entre tanto, a partir del 26 de marzo de 1926 había co­
menzado a desarrollarse el Instituto de Artes y Oficios
de la Divina Providencia en Río de Janeiro, con escuela primaria, tipografía y carpintería, e internado para
huér­fanos.
Don Orione viaja por segunda vez a América Latina en
1934, donde suscita ahora los “Pequeños Cottolengos”,
mientras sigue impulsando a la vez la actividad misio­
nera, el ministerio pastoral y el desarrollo de escuelas
70 A. Piccardo, Ibídem, pág. 23-24.
71 A. Piccardo, ibídem, pág. 24-25.
72 A. Piccardo, ibídem, pág. 25
- 43
de diverso tipo. Asume el colegio Boneo de Rosario, e
inaugura personalmente los institutos de José Manuel
Estrada de Mar del Plata, y San Martín de Tours de San
Fernando.
En 1936, Don Orione viaja a Chile y recibe en dona­ción
los terrenos en los que, posteriormente en 1943, después de su muerte, surgirá el primer colegio chile­no.
56 Nuevos centros educativos en Italia
De vuelta a Italia en 1937, tiene la alegría de inaugurar
en Roma, el 16 de enero de 1938, el importante com­
plejo del Instituto “San Felipe Neri”, con enseñanza
pri­maria, secundaria y técnica. Otro amplio y moderno ins­tituto de similares características inaugura ese
mismo año en Alessandria, con las correspondientes
aulas y talleres para la formación general y profesional.73
Presencia educativa evangelizadora y de promoción
popular
57 «En una época de positivismo, de avidez por las cosas
terrenas y por el dinero -escribe Don Orione resumien­
do las motivaciones que lo guían en sus fundacionesla Pequeña Obra de la Divina Providencia se propone
con el auspicio de la Virgen Celestial, enjugar muchas
lágri­mas, elevar las mentes y los corazones a ese Bien
no te­rrenal, que es el único que puede colmar y satisfacer el corazón del hombre, y cooperar modestamente,
con gran humildad y de rodillas a los pies de Roma,
a mantener fiel o a reconducir al pueblo a la Iglesia y
a la Patria; a salvar a los pequeños, a los humildes, a
los más insidia­dos o a los que más sufren de nuestros
73 A. Piccardo, ibídem, pág. 25.
44 -
hermanos en Cris­to74... mediante la educación de la juventud y la evangelización de los humildes según los
principios sociales cristianos y toda otra institución en
favor del pueblo». 75
58 A cien años del primer colegio de San Bernardino, la
Obra de Don Orione continúa con renovada fidelidad
al carisma y a la Iglesia, la providencial y fecunda labor
educativa, a través de no pocos centros educativos y
de capacitación profesional y técnica diseminados en
varios continentes.
59 La acción personal de Don Orione en el campo educati­
vo –recorrida en esta breve reseña histórica– evidencia
su profundo compromiso con el pobre y con el pueblo,
y con su evangelización; se caracteriza por ofrecer al jo­
ven una sólida formación cristiana, y una seria califica­
ción profesional para su digna inserción social. Señala
ya como rasgos típicos de sus institutos educativos, su
carácter popular y evangelizador, de firme arraigue católico, y su atención primordial al crecimiento huma­
no, profesional y espiritual del educando.
74 Principios Constitutivos de la P.O.D.P. y En Camino con Don Orione l,pág418
75 Don Orione a Mons. Bandi, Lett. I, pág. 16
- 45
46 -
-4La Escuela Católica frente a los Desafíos
del Mundo Contemporáneo
Situación General
60 Gran transformación actual prevista
Puede decirse que nos encontramos ya en la situación
prevista por el Fundador cuando dijera: «una gran
trans­formación cambiará dentro de poco la faz de la
tierra”76 habiéndose profundizado hechos disgregadores del pro­yecto de Dios, pero insinuándose simultáneamente ca­m inos de esperanza para recrear una realidad más huma­na y más cristiana.77
Mirando hacia el tercer milenio la comunidad eclesial
y sus instituciones no pueden no reflexionar sobre
la rápi­da transformación que se está operando en el
mundo con­temporáneo.
61 Persistencia e intrascendencia de la fe en la vida y en
la cultura
No es difícil constatar que el encierro en sí mismo
del “yo” lleva al hombre al egocentrismo que margina
76 Carta del 3 de julio de 1936, Lett. II, l.c, pág. 369
77 Cfr. Redemptoris Missio 3 : “Por otro lado, en este campo (de la mi­sión) nuestro
tiempo ofrece nuevas oportunidades a la Iglesia: el de­rrumbe de las ideologías y de
los sistemas políticos opresivos; la aper­tura de las fronteras y la conformación de
un mundo más unido gracias al aumento de las comunicaciones; la afirmación en
los pueblos de los valores evangélicos que Jesús encarnó en su vida (paz, justicia,
frater­nidad, dedicación a los más humildes); una clase de desarrollo econó­mico y
técnico sin alma, que, sin embargo, trata de buscar la verdad sobre Dios, sobre el
hombre, sobre el sentido de la vida”.
- 47
la fe en la trascendencia78, que cree en la vida sólo en
cuanto permite satisfacer un interés personal, y crea
una cultura basada más en la posesión de bienes,
que en la riqueza de relaciones interpersonales.
El proceso de secularización se ha adueñado de la vida
civil de la mayor parte de los estados convirtiéndose
con frecuencia en abierto secularismo que no sólo prescinde de Dios, sino que arroja frecuentemente su velado e im­plícito menosprecio sobre la religión y lo sagrado79, pero simultáneamente persiste en los pueblos
y en las conciencias una fe en Dios que aflora cuando
resulta el so­porte más firme de los valores que dan
sentido a la exis­tencia humana, la libertad, la justicia,
el amor, la fraternidad universal, y la trascendencia; fe
en Dios, que se desarrolla al margen de la estructura
formal de los es­tados, y que estalla en variedad de formas individuales y manifestaciones colectivas.80
62 Democracia, ansia de participación
Estamos ya también en los tiempos de las democracias
verdaderas o falsas, pero que expresan la voluntad de
participación, como sujetos de la historia, de todos los
hombres.81 Lo cual pone de relieve la importancia de la
78 Se alude al “cerrarse del hombre moderno a la trascendencia” en Sto. Domingo,
Conclusiones, n. 253.
79 Cfr. Puebla, La Evangelización en el presente y futuro de América La­tina, 83
y 434-436. El fenómeno de la secularización y del secularismo ha sido tratado
extensamente por Puebla, por lo que se lo encuentra diseminado en otros muchos
lugares. Cfr. también Sto Domingo, ns. 153-154.
80 Sobre la fe católica del pueblo, y la religiosidad popular, cfr. Puebla, en que se afirma que «la religión del pueblo latinoamericano, en su forma cultural más característica, es expresión de la fe católica. Es un cato­licismo popular.» Cfr.444-456.
81 Don Orione, 5 de septiembre de 1920, tocando el tema de las vocacio­nes religiosas,
dice: “Los tiempos se orientan en sentido democráti­co”. Lettere I, págs. 257-258
Otro texto de Don Orione, es del 31 de marzo de 1905: “Vivimos en un período
de transición de la humanidad. A nuestro alrededor se está produciendo una transformación radical de la sociedad, en el gobier­no de los pueblos, en las relaciones
de la vida humana. Todas estas mutaciones pueden resumirse en una palabra: ha
llegado la hora de la democracia, de la soberanía de los poderes populares. Todo
esto se cumple por designio de la Divina Providencia. El Evange­lio es la semilla
48 -
educación a la libertad, característica y bien esencial del
hombre; sin embargo, cuando se la despoja de sentido
ético y de responsabilidad, pierde su poder liberador.82
63 Ideologías
Las ideologías, aún debilitadas, siguen pugnando por
de­terminar las líneas políticas, económicas, sociales
y cultu­rales de los comportamientos humanos individuales, cerradas a la trascendencia, y a una concepción
del hombre que vaya más allá del limitado horizonte
ultramundano y temporal.83
64 La ciencia como primer criterio
Las ciencias de observación, excluida la fe, tienden a
con­vertirse en el solo criterio de la verdad, y a sumir al
hom­bre en un conjunto de interrogantes sobre su propio significado, con el riesgo de ser arrojado al vacío
existencial.84
65 Complejidad y movilidad de nuestras sociedades
La sociedad ya no está más organizada en torno a un
cen­t ro único, sino en torno a una multiplicidad de
centros que proporcionan a los valores sociales una
de redención de los pueblos. Todo el que tenga los ojos abiertos reconocerá que ha
terminado el tiempo de los gobiernos pater­nales. Hasta ahora la Iglesia trató con
las dinastías. De aquí en más deberá tratar con los pueblos, sin admitir intemediarios. Los pueblos la cono­cen. Es la Iglesia quien bautiza a los pueblos. La Iglesia
bendijo a los Longobardos y los convirtió en seres civilizados; bendijo a los salva­
jes y rompió sus cadenas. La redención viene de la Iglesia. Ahora la democracia
avanza y la Iglesia - digámoslo sin temor - sabrá bauti­zarla.»
82 Cfr. Puebla 321: “...Libertad que es a un tiempo don y tarea. Libertad que no se
alcanza de veras sin liberación integral (Jn. 8,36) y que es, en un sentido válido, meta
del hombre según nuestra fe, puesto que para la libertad, Cristo nos ha liberado”
(Gál.5,1). También ns.322 y ss.
83 Cfr. Puebla, 535-557, donde se trata ampliamente de las diversas ideolo­gías.
84 Cfr. Puebla, 315
- 49
legitimidad precaria, relativa y parcial. Es un fenómeno
que favorece la movilidad y provoca un incesante proceso de aumento de centros de poder, de posiciones culturales y políticas sexuales desligados del amor, de valores
con miras a hegemonías precarias. La lógica a que obede­
cen estos movimientos de agregación y desagregación es
la de la inmediata utilidad. Por lo que a los proyectos
e ideales basados en móviles éticos y elevadas finalidades se les hace muy cuesta arriba afirmarse sobre una
praxis prevalentemente orientada al hedonismo.
66 Sociedad consumista, antiecológica y desatenta a los
derechos humanos
El naturalismo y el individualismo que éste genera
mue­ven al hombre a privilegiar el tener y el hacer en
menos­cabo del ser, hasta crearse nuevas necesidades
para po­der satisfacerlas.85 El consumismo en que se
cae, muestra entonces toda su carga negativa al poner
en peligro el equilibrio de la naturaleza, sordo e insensible a las responsabilidades para con la actual y las
futuras genera­ciones.86 La carrera irrefrenable hacia
los bienes como la única salvación genera el agigantamiento de unos pocos que logran emerger y el abandono de aquéllos que siendo pobres o menos dotados, no
logran mantener el paso de los primeros.87
67 Sexualidad desligada de los valores
85 86 87 88 50 -
El modelo de sociedad consumista lleva al permisivismo
que, entre otras propuestas, consiente comportamientos éticos y morales, de responsabilidad y del respeto
de sí mismo y de los otros.88
Cfr. Puebla, 56, 62, 311, 435, 834
Cfr. Puebla, 139,496
Cfr. Puebla 28, 1208
Cfr. Sto. Domingo, n.154 in fine, y n.235.
68 Inversión de valores, obstáculos para la interioridad
Por la real inversión de valores existente se agravan
los desequilibrios regionales y mundiales.89El pluralismo, la febril búsqueda del bienestar, la inva­sión
de los medios masivos de comunicación, el frecuen­te
pluriempleo para la subsistencia y, sobre todo, la falta
de trabajo, tienden a despojar al hombre de su propia
interioridad y rumbo propio, y lo llevan a moverse de
acuerdo a las pautas sucesivamente en vigencia dentro
del contexto social.
69 Sentido de universalidad, derechos humanos
Todos estos procesos se presentan como profundización de los comprobados por Don Orione a fines del
siglo pasado y principios de éste. Simultáneamente,
tanto en la sociedad como en la Igle­sia, hay además
de los ya insinuados, otros hechos positi­vos que hay
que tener en cuenta. Existe un evidente reconocimiento de la necesidad de la unidad funcional del género
humano en la perduración de instituciones políticas,
económicas, técnicas y cultura­les, regionales e internacionales. Contra los extremos de desprecio del
hombre cometidos en este siglo, se ha reaccionado con
fuerte movimiento en favor del respeto inderogable de
los derechos humanos. Valores tales como la dignidad
esencial de la persona, la justicia, la paz, la libertad y
la solidaridad, van adqui­riendo espacios más amplios
de consenso; mientras tiende a reducirse la vigencia
estricta de los esquemas ideológi­cos, y aún de los sistemas éticos, en favor de un relati­vismo moral, y un
pragmatismo, que en los hechos fuer­za a postergar o
89 Cfr. Puebla 54-58. Allí se enumeran varios rasgos negativos, que son producto de
una «inversión de valores».
- 51
renegar de los propios principios.90 De igual manera,
en esta época que comienza a denomi­narse postmoderna, arraiga el descreimiento en el po­der salvador
de la razón y dé la ciencia, lo que da lugar también a
cualesquiera formas de religiosidad, aún si no siempre
o no del todo genuinas.
70 Sociedad y violencia
La sociedad hoy genera más violencia que ayer. La vio­
lencia se nos hace familiar. La semilla o el germen de
muerte son muy evidentes, emergen del sufrimiento
cau­sado por los cambios socio-políticos, del malestar
pro­vocado por la crisis de crecimiento. La sociedad
com­puesta de innumerables “yo”, cada vez menos unidos entre sí, impone imágenes titilantes de bienestar
egoísta y no deja actividad ni espacios al deseo del encuentro con el otro y a la creatividad solidaria. Por esta
razón se multiplican los actos de violencia que son señal de la desesperada pobreza, del desquiciamiento y
descomposi­ción de nuestro tejido social.
El joven se transforma en un adulto que ha crecido
com­pulsivamente en forma rápida o precoz, sin verdaderos modelos educativos ni puntos positivos de referencia. Ante la ausencia de adecuadas organizaciones
públicas en favor de la minoridad, se vuelve natural el
ingreso en la extendida ilegalidad.
71 Sociedad pluricultural y plurireligiosa
El pluralismo ha traído aparejado consigo en el ámbito
reli­g ioso una multitud de sectas y de movimientos religiosos libres, que proliferan en modo particular en Oc-
90 Sto. Domingo, Nueva Evangelización, Promoción Humana, Cultura Cristiana,
112. Aunque se refiere a los jóvenes, el texto dice: «Muchos viven adormecidos
por la propaganda de los medios de comunicación social y alienados por las imposiciones culturales, y por el pragmatis­mo inmediatista...».
52 -
cidente, cons­tituyendo un elemento más de perturbación para la fe débil del pueblo. Se trata de un fenómeno
que, junto a otros as­pectos, está también favoreciendo
la huida o el refugio en creencias religiosas diversas
donde la faz sentimental o fo­lklórica, o de cualquier
manera, lo nuevo, se impone sobre lo teológicamente
válido y cristianamente virtuoso.91 Simultáneamente
la Iglesia Católica, y en particular los últimos Pontífices Romanos, han adquirido relieve uni­versal como
referentes doctrinales y morales.92
72 Influencia y manipulación de los medios de comu­nicación
social
Los medios de comunicación social, en lugar de ser
principalmente instru­mentos de civilización, no rara
vez se vuelven medios de difusión de los aspectos menos válidos del mundo contemporáneo.
El desarrollo de las comunicaciones da a quienes las
controlan un poder inmenso sobre la cultura, la mentalidad, el estilo de pensar, de sentir, de vivir y actuar de
la gente. Y este poder es habitualmente anó­n imo. Los
que lo controlan eluden fácilmente la res­ponsabilidad
personal. Las motivaciones económicas, las ideologías
dominantes, la moda del momento ejer­cen una influencia decisiva, muy superior quizás a la de la escuela, de
la universidad, incluso de las igle­sias.93
Situación particular del área educativa
73 Incidencia de las ideologías
Las tendencias generales hasta aquí descritas adquie­ren
91 Don Orione, Lett. I, pág. 356; Puebla, 1102,80,628; Sto. Domingo, 147
92 Cfr. Sto. Domingo 20, 38, 190
93 Mons. B. Pinera, El origen de la cultura moderna, en Evangelizar educando 27, pág. 17
- 53
matices particulares en el área educativa, a la que dedican esfuerzos significativos las fuerzas políticas que
se suceden en el poder, no sólo en el intento lau­dable
de la extensión de la alfabetización, la escolari­dad y
la capacitación profesional sino con el propósi­to de
orientar las futuras generaciones de acuerdo a sus respectivas ideologías al amparo de una autoproclamada y supuesta neutralidad, más formal y apa­rente que
real.94
Las políticas educativas a veces quedan supeditadas al
partido de tumo en el poder, sin que las instituciones
y estructuras educativas estén dotadas de la necesaria
au­tonomía para soportar con firmeza tales variaciones.
74 Acento científico-utilitarista, desaparición de la re­ligión
y la filosofía
El cultivo de la inteligencia, con acento enciclopedis­
ta, científico y técnico, sigue siendo aún el fuerte de
los sistemas educativos oficiales, que por lo demás, en
función de los privilegios de que están dotados por el
estado, se convierten de hecho en sistema impuesto a
la enseñanza privada.
La visión técnico-utilitarista predominante deja su impronta en los organismos, instancias y métodos didácticos estructurándose la escuela más como orga­
nización o empresa, atenta ante todo a la obtención
de la capacitación ocupacional o profesional, o instru­
mental en orden a posteriores estudios. Las relacio­nes
humanas, la preocupación por la persona, el clima y
la participación comunitaria quedan postergadas. La
enseñanza moral y religiosa en algunos casos ha desaparecido de la escuela pública y no siempre revis­te la
significación y el nivel debidos en las escuelas privadas
94 Cfr. Puebla 60-61, 1014
54 -
confesionales. La filosofía, en algunos paí­ses, aún en
el ciclo superior de la enseñanza media, está reducida
a su mínima expresión.95
75 Falta de iniciación al compromiso social y de perfil
ca­tólico
La escolaridad que aún no alcanza a los grupos más
mar­g inados, se ha extendido notablemente para una
propor­ción ponderable de la juventud que alcanza la
enseñanza media, pero que no es iniciada en el compromiso social ni se inserta con altruismo en la comunidad. La misma escuela católica ya por falta de visión,
o de hombres, o a causa de las estrecheces a la que la
obligan las reglamentaciones y exigencias oficiales, no
ha sabido o no ha podido crear un ámbito de formación humana y cristiana más acorde al desarrollo integral de las perso­nas, y a la consolidación de un fuerte
perfil católico.96
76 Crisis de la familia
A la familia le compete el derecho y el deber de la
educa­ción. Los padres son los primeros educadores y
la fami­lia la primera escuela de formación personal y
social de los hijos.
Este rol hoy es puesto en discusión cuando de hecho
no queda directamente sofocado por el conformismo,
por la carrera hacia lo efímero y por la pérdida de muchos valo­res y la excesiva intervención del estado. La
familia día a día se desentiende progresivamente de su
esencial función educadora, ya por la diferencia de lenguaje entre la generación joven y adulta, ya porque ella
misma ha adherido a los valores típicos de la sociedad
95 Puebla 1021; DHC 158, 136-139; Sto. Domingo 266
96 Puebla 1019; Sto. Domingo 268
- 55
moderna, ya porque se va reduciendo su presencia en
el hogar.
Mucho más ha dejado de ser verdadera educadora de
la fe, máxime en aquellos sectores sociales donde el
adulto ha abandonado a la autoridad de la Iglesia como
referen­te de su comportamiento y sostiene una vivencia religio­sa hecha al propio gusto.97
77 Juventud agobiada de información. No prioritaria
for­mación de la persona
La niñez y la juventud reciben prematuramente infor­
mación de todo tipo, sin que la familia, los adultos, o
los docentes les ayuden a formar acertadamente sus
propios criterios de verdad y de bien. La formación del
carácter, la formación a la virtud, al compromiso social, no son objetivos prioritarios de la escuela.98
El proyecto educativo ante los desafíos
78 La heterogénea y pluralista situación de la cultura en
que está inmerso el joven constituye un dato insoslayable para la elaboración de un estricto proyecto educativo, junto con las insuprimibles características de la
naturale­za humana, las exigencias de los tiempos, el
Magisterio de la Iglesia; un proyecto capaz de formar
una persona verdaderamente libre, responsable y cristiana.99
97 Cfr. Puebla 57, 94, 571 ss.
98 Dimensión Religiosa 8 y ss
99 Dimensión Religiosa 100-101 y ss.
56 -
-5El Estilo Pedagógico de Don Orione
Hacia un estilo pedagógico propio:
Sistema Cristiano - Paternal
79 La Iglesia, experta en humanidad, para la cual educar
es parte de su misión evangelizadora,100 trata de dar
res­puestas adecuadas a las necesidades que experimenta el hombre, en modo particular con la promoción
de la es­cuela católica que, como tal, se interesa tanto
de la inser­ción socio-ocupacional del joven, como de
su formación integral desde la cosmovisión cristiana.
80 Ha de ser preocupación, por tanto, de la escuela católica tender al mejor nivel de formación religiosa y a la vez
de formación cultural y profesional, y al equilibrio entre su dimensión civil constituida por una estructura
do­tada de “métodos, metas y características comunes
a cual­quier otra institución escolar”, y su dimensión
religiosa, derivada de su pertenencia a la Iglesia como
comunidad cristiana que tiene en su base un proyecto
educativo, cuya raíz es Cristo y su Evangelio.101 Más aún,
“la escuela católica se orienta a comunicar una cultu­ra
completa e integrable en el mensaje cristiano”.102
81 Dentro de la acción formativa que cumple la adquisi­
ción del saber y la cultura, un rol importante le corres­
ponde a la enseñanza sistemática103 de la doctrina cristiana así como es trasmitida por la Iglesia; en efec­to,
100Cfr. La Escuela Católica, 9 y Puebla, 1012-1013
101Cfr. Dimensión Religiosa, n. 67
102Cfr. Dimensión Religiosa, n. 68
103Dimensión Religiosa, n. 65
- 57
«el carácter propio y la razón profunda de la es­cuela
católica, el motivo por el que los padres debe­rían preferirla, es precisamente la calidad de la enseñanza religiosa integrada en la educación de los alumnos».104
82 Estos principios, que significan seria formación
huma­na, académica y científico-técnica105 y, simultá­
neamente, sólida formación religiosa, guiaron la acción
de Don Orione en su trabajo directo con los jóvenes, a
cuya educación y capacitación dedicó sus primeros es­
fuerzos apostólicos.
Inspirándose en el ejemplo de Don Bosco y en las líneas maestras de la pedagogía católica, aplicó con
matices y acentuaciones propias el método preventivo
que apren­diera en Valdocco, denominándolo sistema
cristiano-paternal.
83 «Fundamento del sistema debe ser -dice Don Orioneno sólo la razón y el amor, sino la Fe y la Religión Católica practicada, y el aliento de un alma y de un corazón
de educador, que ame verdaderamente a Dios y lo haga
amar dulcemente, enseñando a los jóvenes los caminos del Señor. El educador debe hablar siempre el lenguaje de la verdad, con la razón, con el corazón, con la
fe»106
84 En Don Orione, es el método del amor, común a toda
la pedagogía cristiana; pone el acento no sólo en los
104Dimensión Religiosa 65, refiriéndose al profesor de religión dice: «Su misión es
ofrecer una enseñanza sistemática de la religión»; y en 66 agrega el texto reproducido literalmente.
105Ya en la propaganda que hace para la inscripción en el primer colegio de S. Bernardino, Don Orione se preocupa de destacar la seriedad de los estudios: «Se les
impartirá una enseñanza de tal calidad que, una vez terminados los cursos podrán,
o continuar sin dificultad sus estu­dios en el seminario, o presentarse a los exámenes para el bachillera­to (en italiano «licenza ginnasiale» J.Don Luis Orione y La
Pequeña Obra de la Divina Providencia, V. II, pág.8.
106Don Orione, Lett. I, pág. 360
58 -
princi­pios de la pedagogía y de la psicología, sino también en el de la paternidad y del espíritu de familia:
sistema cris­tiano-paternal, precisamente. Los conceptos “paternal” y “cristiano”, íntimamente re­lacionados
entre sí, sólo para mayor claridad se presen­tan en forma separada.
Paternal
85 «Calificando a su sistema como paternal, Don Orione
ante todo quiere indicar, que los dos protagonistas de
la educa­ción son considerados padre e hijo. El educador, en cierto modo, por un lado encarna la paternidad
de Dios, y por otro la función del padre de familia;
por lo tanto, el ideal de la educación se podrá alcanzar
en la medida en que se asume una actitud de padre
en relación con el alumno”.107 Sin paternidad no puede
haber ningún tipo de creci­m iento, porque le faltaría al
educador la capacidad de aceptar al alumno así como
es y, en consecuencia, la ge­nerosidad para empeñarse
a fondo para que pueda desa­rrollar todas sus potencialidades. Del mismo modo el alumno que no se siente querido difícilmente se halla con las disposiciones
sicológicas aptas para tomar parte en todo lo que se
le propone.108 «Paternidad, quiere decir dedicación absoluta. Pero la paternidad en el ámbito educativo no
puede separarse de la autoridad».109
86 La perfección en el gobierno, señala Don Orione, se
compendia en estas cinco palabras: Velar, amar en el
107 L. Pangrazi, // método educativo de Don Orione, Mestre, 1989, Ma­nuscrito, pág. 56.
108Don Orione a un alumno que le pide reintegrarse nuevamente al cole­gio: «Quiero
que sientas que no todo ha muerto en torno tuyo, que no todos te han olvidado, sino
que existe quien es capaz de llenar tu co­razón de afectos santos como si fuera tu
padre o tu madre». Don Orio­ne, n° 60, pág. 20 «El educador hágase querer santa y
noblemente, más que hacerse temer; y si quisiera hacerse temer, hágase estimar y
amar en el Señor». Lett. I, pág. 360
109L. Pangrazi, o.c. pág. 59.
- 59
Señor, soportar, perdonar y apacentar “en el Señor”.110
Un educador, según Don Orione, debe cultivar las si­
guientes actitudes:
1.«Ser enemigo de los vicios y médico de los viciosos: debe
vigilar sobre ellos y encontrar todos los medios para
devolver a sus almas una salud moral y religiosa vigorosa. No ha de ser crédulo admitiendo con dema­siada
facilidad lo que se le viene a contar de los demás».111
2.«Corrige, sobre todo, con la fuerza del ejemplo y con
la dulzura de sus advertencias. Y aún cuando se vie­ra
obligado a castigar, no castiga nunca, nunca, nun­ca
con agria severidad».112
3.«Odia con toda el alma el vicio y ama con la más
tierna caridad a aquéllos que han faltado, porque con
tu bondad llegarás a corregirlos y, corrigiéndo­los, a
convertirlos».113
4.«No debe jamás salir de nuestra boca una orden -no
decir ni una palabra, ni un mandato- cuando estamos altera­dos».114
5.«Cuando nos veamos en la obligación de negar lo que
se nos pide, como tal vez convenga o sea un deber
hacerlo, hágase de manera que el interesado perciba
la pena que nosotros sentimos por no poder complacerlo, y se percate de que es la pura fuerza de la norma y del deber, y no otra cosa, lo que nos obliga a
rehusarnos».115
110Cfr. Don Orione a Don Biaggio, Lett. II, pág. 64
111 Cfr. Don Orione a Don Biaggio, Lett. II, pág. 64
112Cfr. Don Orione a Don Biaggio, Lett. II, pág. 65
113Don Orione a Don Biaggio, Lett. II, pág. 65
114 Cfr. Don Orione a Don Biaggio, Lett. II, pág. 66
115Cfr. Don Orione a Don Biaggio, Lett. II, pág. 66
60 -
6.«Tomar con gran reverencia el alma de los jovencitos a nosotros confiados, como lo haría un buen
her­mano mayor con los hermanos pequeños. Acerquémonos a los jóvenes como pequeños hermanos
nuestros, uniendo a la dulzura, a la mansedumbre
y a la bondad, una actitud digna, pero no habitualmente severa, que sirva para conciliarnos su be­
nevolencia».116
7.«En todo hagamos comprender al joven que quere­
mos su verdadero bien. El debe comprender que vi­
vimos para él; que su bien es nuestro bien, que sus
alegrías son nuestras alegrías. El debe también sen­tir
que estamos para él, dispuestos a sacrificarnos por
su felicidad y su salvación. El debe leer en nuestro
corazón, debe tener confianza en nosotros, debe
sen­tirnos así. El sentirá a Dios, a la Iglesia, a la Patria,
a través nuestro».117
Cristiano
87 «En la escuela es necesario que todo lo que se enseña
sea verdad, aquella verdad que nutre, que no marchita
el corazón porque no está disociada de la virtud de la
caridad. Toda nuestra enseñanza, por lo tanto, eleve la
mente de nuestros alumnos a Dios».118
88 «No envanezcan a los jóvenes con la ciencia, sino llévenles por medio del estudio y de las ciencias a alabar al
Señor, de quien provienen todos los bienes y todas las
luces».119
116Don Orione a Don Pensa, Lett. I, pág 241
117Don Orione a Don Pensa, Lett. I, pág. 242
118Carta de Don Orione, del 18.10.1939, publicada por D.Mogni en Messaggi de Don
Orione, cuaderno 64, La escuela según Don Orione,pág.7.
119En Don Mogni, La escuela según Don Orione, pág. 7.
- 61
89 «Cuídense de hacer prédicas todos los días, porque la
escuela no se ha de transformar en una iglesia, ni la
cátedra en un pulpito, no; pero todo debe ser elevado y
santo en la escuela como en la iglesia; nunca prédicas
en la escuela, pero todo en vosotros tendrá que predicar a Dios y de todo hay que servirse para infundir
y difundir la fe y el amor de Dios bendito; hoy será
una palabra a mitad explicación, mañana será una reflexión, o será marcar como infame una mala acción
de un personaje histórico. Cuando se ama a Dios todo
vibra de Dios, y se tiene siempre una palabra, un gesto
que hace más que una prédica entera!»120
90 Para Don Orione lo que cuenta en la formación religiosa es que el educador sea ante todo profundamente creyente.121 Por eso afirma con fuerza: «¡Ejemplo! ¡Ejemplo!
¡Ejemplo! Los jóvenes no razonan tanto, siguen y hacen
lo que ven hacer».122
91 Para Don Orione la coherencia y la autenticidad son objetivos fundamentales de la acción educativa y, en par­
ticular, de su sistema pedagógico: «Nosotros -escribedebemos tener y formarnos un sistema todo nuestro
de educación... un sistema que reaccione contra una
educa­ción cristiana blanda y superficial, más aparente que real, más de fórmulas que de vida. Nosotros
queremos y debe­mos educar profundamente el alma
y católicamente la vida, sin ambigüedades: educar a
una vida católica no superficial, o sea, de nombre y no
de hecho, sino a una vida católica práctica que tenga
como base los sacramen­tos, la vida de unión con Dios,
la oración, la piedad ver­dadera, vivida y fogueada en
la virtud.»123
120Don Orione, Lett. I, pág. 363-364.
121Don Orione a Don Camilo, Lett. I, pág. 360
122Don Orione a Don Camilo, Lett. I, pág.362
123Don Orione a Don Camilo, Lett. I, pág. 358-359. Don Orione a Don Camilo, Lett.
62 -
Principales rasgos del sistema educativo
“cristiano-paternal”
92 Partiendo del sistema preventivo de Don Bosco, Don
Orione destaca en el que denomina cristiano-paternal,
los siguientes elementos:
1.La razón y la religión como principios del saber, ins­
trumentos de comprensión y motivos de persuasión;
fundamentan, además, la comunicación de una concepción cristiana de la vida y la formación de perso­
nalidades integradas.124
2.Edificación de Cristo en el alma de los jóvenes125 y
desarrollo del espíritu crítico en la visión de los acon­
tecimientos humanos.126
3.Ambiente de familia,127 de manifiesta y clara morali­
dad,128 de trabajo,129 de sacrificio y estudio,130 de reli­
giosidad y vida espiritual; de serenidad y de alegría,131
con los necesarios espacios y tiempos de distensión.
I, pág. 360 y 359. Don Orione a Don Camilo: «Con su ejemplo edifiquen a Jesús
en el alma de los jóvenes.» Let. I, pág. 388. Ver 5.3.3: «o será marcar como infame
una mala acción de un personaje histórico».
124Don Orione a Don Camilo, Lett. I, pág. 360 y 359
125Don Orione a Don Camilo: «Con su ejemplo edifiquen a Jesús en el alma de los
jóvenes.» Let. I, pág. 388.
126Ver 5.3.3: «o será marcar como infame una mala acción de un personaje histórico».
127Ver 1.6.4
128Don Orione a Don Camilo: «La piedra basal de toda vida cívi­ca y de toda sana
educación es la moralidad y la honestidad de las costumbres, y esto no sólo para
nosotros, los católicos, sino para cualquier pueblo y bajo cualquier cielo» Lett. I,
pág. 375 Don Orione a Don Camilo: «Inculquen ideas claras sobre el uso del tiempo, la fuga del ocio, el trabajo como ley y deber que nos impuso Dios. ¡Oración y
trabajo! decía Don Bosco. Jesús traba­jó: todos debemos trabajar de alguna manera;
la naturaleza no admite el ocio.» Lett. I, págs. 389-390
129Don Orione a Don Pensa: «¡Trabajo, trabajo, trabajo! Nosotros somos los hijos de la fe
y del trabajo. Y debemos amar y ser los apóstoles del trabajo y de la fe.» Lett. I,
130Don Orione a Don Camilo: «No teman excederse en el entusias­mar a los jóvenes
laicos por el saber, el estudiar, el cultivo de las letras, de las ciencias y de las artes.»
Lett. I, pág. 366.
131Don Orione a Don Camilo: «Que todas sus palabras inspiren a los jóvenes ese
gozo interior que hace reflexionar, que dilata el corazón, que conmueve hasta las
lágrimas» Lett.I, pág. 389
- 63
4.Fomento y mantenimiento, en el alumno, del interés
y la participación, de la creatividad y la iniciativa en
el buen uso del tiempo.132
5.Estímulo constante y motivación para la virtud, la
per­fección y la grandeza moral, la estima y valoración de la cruz, de los más nobles ideales, y del amor
a Dios, al prójimo, a la patria, a la Iglesia.
6.La iniciación en la oración, la vida litúrgica, la fre­
cuencia de los sacramentos de la Eucaristía y de la
Confesión, formando en una piedad sólida, hecha de
adhesión profunda del corazón a Dios y a la virtud,
de coherencia de vida, de prácticas cristianas.133
7.Adhesión a los valores del pueblo, y a sus costum­bres
y modos culturales, mientras no contradigan la moral cristiana, y su promoción, en cuanto canalizan
valores evangélicos.134
8.Actuación en un clima de imparcialidad, bondad,
comprensión, firmeza y, a la vez, de respeto por la
personalidad del educando, que genera de parte de
éste actitudes de confianza, y aprecio hacia la autori­
dad y hacia sus educadores.
9.Didáctica ágil que facilita y acompaña el estudio y la
investigación que hacen los alumnos.135
132Con referencia al buen uso del tiempo, así se expresa Don Orione:«Impartid rectas
ideas sobre el uso del tiempo, sobre la huida delocio, sobre el trabajo como ley y
como deber que nos impusoDios.» A D.Camilo, Lett. I, pág 389
133Cfr. Don Orione, Lett. I, págs. 385-387
134Don Orione, al respecto, cita a Rosmini refiriéndose a los ingle­ses: «Todo pueblo
tiene sus propias costumbres que son buenas a sus ojos, y en todo lo que no es
claramente pecado, agregaba, háganse ingleses». Lett. I, pág. 246
135Don Orione a Don Camilo: «Que sus clases sean vivenciales –y así la enseñanza
se hará atrayente, fácil, interesante- conservan­do, además, un cierto orden en las
clases y puntualidad en las horas establecidas; si enseñan con un buen bagaje de
ciencia, y de todos los conocimientos necesarios para gustar e instruir real­mente;
64 -
10.La disciplina como ambiente normativo, que permite la normal marcha de las actividades dentro de un
or­den que favorece el desarrollo de las capacidades
de los educandos y el despliegue y valorización de
las virtualidades de los educadores.136
11. La observación, estudio y acompañamiento perma­
nentes de los educandos, ordenado al descubrimiento y desarrollo de cualidades y buenas disposiciones,
ya la corrección de los defectos.137
12.Reducción de sanciones al mínimo indispensable, ex­
tremando siempre actitudes de bondad y compren­
sión138, y recurriendo a motivos de persuasión, basa­
dos en la razón y la religión.
13.Ofrecimiento de reales oportunidades a aquellos alumnos que no se ajustan a las normas de
comporta­m iento preestablecidas, agotando todos los
medios y elementos que permitan un cambio de actitud. Si aún así no ocurriese, brindar la información
y acompaña­m iento necesario para el ingreso a otra
institución más idónea.139
si estudian, no tanto lo que les gusta, sino que se preparan bien en las materias de
enseñanza, estudiando lo más útil para enseñar bien y con provecho de los demás.
Hagan fácil y popular lo que podría ser difícil y costoso retener. Mantengan viva la
aten­ción y despabilados los espíritus de los alumnos, con sus explica­ciones». Lett.
I, pág. 370
136Don Orione, Lett. I, págs. 355, 368
137Don Orione a Don Camilo: «Estudien a sus muchachos, observen y mediten su
realidad personal. ¿Quieren realmente instruir yeducar y que su tarea educativa
sea un noble ministerio? Obser­ven, reflexionen, tomen apuntes y estimulen hasta
el mínimo progreso, y tengan una preocupación verdadera por el crecimiento de
cada uno y que vean que se ocupan de ellos con cariño y aten­ción fraternales.»
Lett. I, pág. 369
138Don Orione a Don Camilo: «En una palabra, no castigar si no sevuelve estrictamente necesario, y en ese caso, que el rigor seasuavizado por la amabilidad: hay
que hacerse amar más que te­mer; hacerse amar en Jesucristo y obtenerlo todo por
amor, nada por la fuerza». Lett. I, pág. 378
139Cfr. Don Orione a Don Camilo: «Si hubiera que usar el rigor,hágaselo siempre con
juicio, con moderación, más bien notifíquese a la familia y, si no hay caso, si no
- 65
14.La oración por los alumnos y la bendición de Dios
implorada cada día sobre nuestro humilde trabajo, y
sublime apostolado de educadores.140
Papel de la afectividad
93 Don Orione acuerda suma importancia a la afectividad en la formación integral de la persona. Según él,
es el corazón, la afectividad, la «que orienta la vida,
no tan sólo la inteligencia; por lo que ya decían los latinos -continúa Don Orione- Corculum quod facit homines; un poco de corazón, es el corazón el que hace
al hom­bre. El corazón es la gran puerta de entrada de
todos los valores humanos. Estos, cuando se han deslizado casi imperceptiblemente en el corazón, y están
consoli­dados por fuertes convicciones de razón y de fe,
estructuran las personalidades fuertes que el mundo
actual y la Iglesia requieren. La verdad existencial, la
que tiene sentido para el hombre, es antes experiencia
de bien, que conocimiento intelectual”.141
94 A través de la puerta de la afectividad, y de su ejemplo
personal el educador ha de conducir a sus alumnos a
la identificación con los valores auténticos de su cultura y de su fe, a la socialidad y la eclesialidad, que lo
abren y comprometen con su comunidad y con la Iglesia, hacien­do prevalecer con generosidad en momentos conflictivos de legítimos intereses, los imperativos
de su voca­ción y de su conciencia, por sobre los de su
profesión.142
se puede evitar el rigor,más bien apliqúese una suspensión por algunos días, luego
pormás días y, por fin, en los casos gravísimos dimítaselos, sea de la escuela que
de la casa. Me refiero sea a internos que a externos» Lett. I, pág. 373 ss.
140Don Orione, Lett. I, págs., 357, 382
141Don Orione, Lett. I, págs. 359, 363. CEA, Equipo Episcopal de Educación Católica, Educación y proyecto de vida, 63
142Don Orione, Lett. I, pág. 366
66 -
-6El Ambiente Educativo
y la Comunidad Educativa
Ambiente Educativo
95 Según Don Orione, como ya se dijo, «la escuela debe
ser una familia, una familia moral bien disciplinada
y con­ducida con mucho afecto en el Señor y con mucho cuidado”143 Son palabras que se refieren, en modo
particu­lar, al tipo y calidad de las relaciones que se establecen entre las personas, aún si con roles y competencias diver­sas. Todo, por lo demás, incide en el ambiente
educativo: estructuras, organización y didáctica.144
«Tanto la pedagogía actual como la del pasado, da mu­
cha importancia al ambiente educativo. Este es el con­
junto de elementos coexistentes y cooperantes capaces
de ofrecer condiciones favorables al proceso formativo.
Todo proceso educativo se desarrolla en ciertas con­
diciones de espacio y tiempo, en la presencia de perso­
nas que actúan y se influyen recíprocamente, siguiendo un programa racionalmente ordenado y aceptado
libre­mente. Por tanto, personas, espacios, tiempo,
143Don Orione, Lett. I, pág. 355
144Dimensión Religiosa 98 y 99 se extiende en la descripción del proceso educativo.
Después de puntualizar sobre la doble dimensión de educa­ción humana completa
y educación en la fe, por la que se constituyen en nueva criatura, agrega: «Se
podría concebir la educación cristiana como movimiento, progreso, maduración
hacia un fin ideal, que supera toda limitación humana. No son, por lo tanto, dos
recorridos diversos o paralelos, sino una concordancia de factores educativos, unidos en la intención de los educadores y en la libre cooperación de los alumnos. Ya
el evangelio señala este desarrollo armónico en el joven Jesús.» Y continúa: «Se
podría, pues, describir el proceso educativo cristiano, como un conjunto orgánico
de factores orientados a promover una evo­lución gradual de todas las facultades
del alumno, de modo que pueda conseguir una educación completa en el marco de
la dimensión religio­sa cristiana, con el auxilio de la gracia»
- 67
relaciones, enseñanza, estudio y actividades diversas,
son elementos que deben ser considerados en una visión orgánica del ambiente educativo».145
96 Debe haber clima de comunión y de participación, en
donde el alumno perciba desde el primer día, de hallarse en un ambiente iluminado por la fe146, en el que
se perci­be la presencia viva de Jesús Maestro. El alumno, además, debe sentir a la escuela como prolongación
de su hogar, con características que hacen agradable
la vida en un ambiente familiar y feliz.147 Contribuye
grandemente a los fines de la educación, el emplazamiento de la capilla en el conjunto de la cons­trucción,
no como un cuerpo extraño, sino como lugar familiar e
íntimo, donde los jóvenes creyentes encuen­tran la presencia del Señor. “Sepan que estoy con ustedes todos
los días”. (Mat.28,20). Y donde, además, se tienen con
especial cuidado las celebraciones litúrgicas148 previstas en el calendario del curso escolar en armonía con
la comunidad eclesial.149
97 En particular los educadores reafirman el ambiente
de familia con la armonía entre sí, con el esmerado
desem­peño de su trabajo, con su habitual serenidad y
alegría, su presencia acogedora, su amistosa disponibilidad, el testimonio de su fe y su participación activa.
145Dimensión Religiosa, 24
146Don Orione a Don Pensa: «El joven debe sentir esto: debe sentir en torno suyo
una atmósfera buena, un cálido soplo de afecto puro, in­maculado y santo, de fe y
caridad cristiana, y entonces será nuestro» Lett. I, pág. 242
147Cfr. Dimensión Religiosa, 25-27
148En 1899, Don Rúa, dando normas y consejos a los directores salesianos, escribía
hablando de Don Bosco: «Su profundo conocimiento del corazón humano lo había
convencido de que la confesión era el medio más eficaz para transformar a los
jóvenes, tanto para los que ya habían caído presa del vicio como para preservar del
mal a los inocentes. Pienso que, sin ella, habrían sido de poca o de ninguna ayuda
los descubrimientos de la pedagogía moderna, por lo que él puso como base de su
sistema preventivo el uso de los santos sacra­mentos.» Lett. I, pág. 386
149Dimensión Religiosa, n.30
68 -
Son condiciones favorables también la existencia de
un grato consenso en torno al proyecto educativo, el
mante­n imiento de pautas de caridad y libertad cristianas en las relaciones interpersonales, la disposición
de cooperación en todos, y la voluntad compartida de
llegar a las “metas más altas en todos los aspectos humanos y cristianos del proceso educativo”.150
A través de esta vivencia diaria, «los alumnos com­
prenderán qué tiene de específico el ambiente al que
está confiada su juventud. Si así no fuera, poco o nada
queda­ría de una escuela católica».151
Comunidad Educativa
98 La comunidad educativa, ya definida por Don Orione
como una familia, comparte las mismas directrices y
nor­mas pedagógicas. Las recíprocas relaciones al interior de los institutos, por lo tanto, son gobernadas por
la caridad, la solidaridad, y por un sentido de libertad
respon­sable que guía a todo miembro, a todo sector,
en el mejor desempeño de sus propios roles, por su
propio interés y el de los demás. El respeto recíproco
de las competen­cias y el principio de subsidiariedad,
evitando inútiles superposiciones, o conflictivas invasiones, integran en una escala jerárquica las diversas
funciones.152
99 Frente a una realidad escolar que acentúa el aspecto
ins­titucional y se organiza en función de un título de
estu­dio o de trabajo, descuidando no pocas veces la
150Cfr. Dimensión religiosa 103 y ss.
151Dimensión Religiosa 2
152Don Orione, Lett. I, pág. 353: «la mayor convergencia de los ánimos y de las ideas,
uniformidad de orientación, de espíritu»; pág. 239: «nor­mas claras, listas, y generales, para tener uniformidad de orienta­ción, de espíritu, de disciplina... uniformidad y unidad, que edificará con su esplendor en la caridad de Jesucristo, y que nos
unirá siempre más en un solo cuerpo, lleno de vida espiritual, de fervor...»
- 69
situación personal de sus miembros, en razón misma
de su función educadora y ejemplar, se ha de poner
atención a la di­mensión personal y comunitaria.153
100La comunidad educativa, constituida por todos los
que, de algún modo, participan de la vida de la escuela
católica, es el centro propulsor y responsable de toda la
experiencia educativa y cultural, en diálogo continuo
y abierto con la comunidad eclesial de la cual es y debe
sentirse parte viva. Diversos son los dones personales,
como diversas son las mansiones, atribuciones y obligaciones requeridas por la programación y la gestión
de la escuela, pero a todo don y a toda atribución se los
ha de respetar y ha­cer converger armónicamente en la
prestación del me­jor servicio educativo.154
101 Dentro de esta comunidad:
●● Los religiosos ofrecen su servicio desinteresado, el
aporte del carisma y de la tradición educativa de la
Congregación, el testimonio de su consagración, de
su vida comunitaria de trabajo, oración y amor, la
preparación profesional esmerada, y su perenne ju­
ventud espiritual.155
●● Los educadores laicos, no menos que los sacerdo­tes
y religiosos, ofrecen a la escuela católica el aporte de
su competencia y el testimonio de su fe.156
153Dimensión Religiosa 31: «La declaración Gravissimum Educationis marca un
cambio decisivo en la historia de la escuela católica: el paso de la escuela-institución al de escuela-comunidad».
154Cfr. La Scuola Cattolica oggi in Italia 34, pág. 25
155Cfr. Dimensión religiosa 35-36
156Cfr. El Laico Católico, testigo de la Fe en la escuela. En el n. 15 dice: «El análisis
de la figura del laico católico como educador, centrado en su función de profesor,
puede servir a todos los demás, según sus diversas actividades, como elemento de
reflexión personal.» En el n. 16: «Pero además, la profesionalidad de todo educador tiene una característica específica que adquiere su significación más profun­da
en el caso del educador católico. En efecto para el educador católico cualquier
70 -
102En su interior las vías de comunicación están abiertas
en todas direcciones, y se favorece en todos, padres,
jóvenes y educadores, la posibilidad y voluntad de participación.157
103En este clima encuentran también su lugar las iniciati­vas
individuales y grupales, esporádicas o permanen­tes, ligadas a la estructura escolar, o a las instituciones del barrio
y la parroquia. Con ellas se favorece, en efec­to, no poco
el desarrollo de su capacidad de compromi­so humano,
social y eclesial, mientras se les ofrecen espacios aptos
para educarse a la libertad responsa­ble, y a la sensibilidad frente a los requerimientos de los otros.
104Comunidad no cerrada en sí misma sino abierta al me­
dio y a su contexto social, incentiva la participación de
las familias, no sólo en cuestiones escolares, sino tam­
bién en lo que hace a la marcha del proyecto educativo.
Es necesario, por lo tanto, sensibilizarlas e involucrar­
las en asuntos que dependen de su responsabilidad,
cua­les, en particular, «la educación religiosa, moral y
sexual, la orientación profesional, y la opción por vocaciones especiales».158
verdad será siempre una participación de la Ver­dad, y la comunicación de la verdad como realización de su vida profesional se convierte en un rasgo fundamental
de su participa­ción peculiar en el oficio profético de Cristo, que prolonga con su
magisterio». Al respecto Don Orione dice: «La verdad comunicada en toda su
extensión, en su forma natural e imperfecta, y en su forma sobrenatural y perfecta,
que es la gracia de Jesucristo» Lett. I, pág. 357. Más adelante, en el 3er. párrafo
del n. 20 de El Laico se agrega: «También en la comunicación de la cultura es el
educador laico, como autor y participe de los aspectos más seculares de la misma,
quien, desde su perspectiva de laico, tiene la misión de hacer com­prender al educando el carácter global propio de la cultura, la sín­tesis que en ella alcanzan los
aspectos laicales y religiosos y la aportación personal que le corresponde ofrecer
desde su estado de vida.» Cfr. también Dimensión Religiosa 37, de donde se toma
nuestro texto: «también los educadores laicos, no menos que los sacerdotes y reli­
giosos, aportan a la escuela católica su competencia y el testimonio de su fe.»
157Cfr. Dimensión Religiosa 39
158Cfr. Dimensión Religiosa 42-43
- 71
105La comunidad educativa, además, se preocupa por la
in­serción de los jóvenes en la sociedad, promueve el
respe­to hacia el Estado y sus representantes, la observancia de las leyes justas, y la búsqueda del bien común.159
106Sin embargo, porque el horizonte específico en que se
ubica, y en el que actúa la escuela católica es, ante todo,
el de la Iglesia local y universal, la comunidad educativa
adhiere a la autoridad y al magisterio del Papa y del
Obispo, se mantiene en relación con la dió­cesis, y con
las asociaciones y movimientos aptos al desarrollo de
la pastoral juvenil. La incorporación a estas agrupaciones favorece en los alumnos la conso­lidación de la
visión cristiana, el arraigo en las virtu­des, y el consiguiente compromiso de participación en la comunidad.160
107 La organización de la comunidad ha de obedecer a los
principios generales de la corresponsabilidad educati­
va, la complementariedad, la descentralización, la armonía, la funcionalidad y la coordinación.161
Roles de los integrantes de la comunidad
Alumnos
108«No les encomiendo las máquinas», escribió Don Orione en su larga carta sobre la educación en sus colegios;
«les encomiendo las almas de los jóvenes, su forma159Cfr. Dimensión Religiosa 45-46
160Cfr. Dimensión Religiosa 44. Entre otras cosas dice: «En términos prácticos, el
proyecto educativo de la escuela está abierto a la vida y a los problemas de la Iglesia local y universal, atento al magisterio eclesiástico y dispuesto a la colaboración.
A los alumnos católicos se les ayuda a insertarse en la comunidad parroquial y
diocesana. Encontrarán la forma de adherirse a las asociaciones y movimien­tos
juveniles y de colaborar en iniciativas locales.»
161Tomado de un artículo mimeografiado sobre proyecto educativo deChile.
72 -
ción moral, católica e intelectual. Cultiven su espíritu y
su mente; eduquen su corazón” 162
Los alumnos son la razón de ser de la escuela, y prota­
gonistas en el proceso educativo163 De su edad y desa­
rrollo, y real situación intelectual y afectiva, moral y
religiosa, familiar, social y eclesial, parte el trabajo de
formación cultural, humana y cristiana.163 Participan,
además, en la elaboración y actuación del proceso formativo «en la forma en que progresivamente lo hacen
posible el madurar de la edad».164
109Todo acto educativo debe, por lo tanto, ser vivido por el
educador y el educando, en una prospectiva de creci­
miento. Los alumnos en cuanto protagonistas prima­
rios165 se convierten en sujetos activos aceptando y ha­
ciendo propia la visión cristiana del mundo y de la vida
propuesta por la escuela orionita, a través de su adhe­
sión personal, consciente y libre.
110 Se comprometen, por lo tanto, a:
1.colaborar en la realización y evaluación del proyec­to
educativo;
2.hacer propias siempre con mayor verdad las motiva­
ciones de elección de una escuela orionita;
3.asumir los valores propuestos y ofrecer a la comuni­
dad educativa el aporte de su propia sensibilidad y
creatividad;
4.adquirir la capacidad de prestar atención a los otros,
poniendo su propia inteligencia y energías al servicio de la comunidad.
162Cfr. Don Orione a Don Camilo, Lett. I, pág. 367
163Cfr. Dimensión Religiosa 105
164La Scuola Cattolica oggi in Italia 48
165Cfr. CEI, La scuola cattolica oggi in Italia, n. 48
- 73
Padres
111 «Son los primeros y principales educadores de los
hijos».166 Por lo tanto, se insertan con todo derecho en
la comunidad educativa y la integran favoreciendo el
creci­m iento humano-social-cristiano de los hijos y colaboran activamente en la actuación del proyecto educativo.
112A ellos, en particular, les compete:
1.Asegurar a sus hijos durante todo el tiempo de la
for­mación una presencia de apoyo, diálogo y estímulo en sintonía con los demás miembros de la comunidad educativa;
2.Conducir a sus hijos hacia una progresiva y respon­
sable autonomía personal a través de la conquista de
la verdadera libertad;
3.Dialogar con los educadores para la adquisición de
métodos educativos más adecuados a la edad, índole
y desarrollo de sus hijos mediante una relación de
sincera colaboración;
4.Acompañar a los propios hijos en la maduración de
la fe con el testimonio cristiano de la propia vida y
compartiendo el proyecto educativo del instituto;
5.Ofrecer la propia experiencia y competencia profe­
sional para que la escuela pueda prestar un servicio
siempre de mayor calidad;
6.comprometerse, a nivel social y político, a promover la aprobación de aquellas leyes que aseguren a
todos la posibilidad de elegir la escuela que desean
en co­herencia con los propios principios educativos.
A este propósito, Don Orione, escribiendo a los padres de sus alumnos, afirmaba: «La fe es el mayor
patrimo­n io que ustedes les pueden dejar a sus hijos.
166Gravissimum Educationis 3; Familiaris Consortio, 36
74 -
La fe firmemente injertada en su corazón, es la garantía más segura de que un día ellos no serán el dolor de vuestra vejez, el deshonor de vuestro nombre,
la rui­na de vuestras familias».167
Educadores
113Se pregunta Don Orione: “¿Quién es el que hace, el que
crea la escuela? ¡El maestro! ¿Quién es el que forma
a los escolares? ¡El ejemplo del maestro! ¿De quién de­
pende el resultado de la escuela? ¡En gran parte del
maes­tro! Los jóvenes se fijan en su profesor, viven más
de su ejemplo que de sus palabras: “verba movent, sed
exempla trahunt”.168 Y un poco más arriba en la misma
car­ta, señalando el horizonte al que debe apuntar el
educa­dor, decía: «Nosotros no habremos hecho nada
hasta que no logremos que la juventud vuelva a ser
cristiana en su espíritu de fe y en su vida privada y
pública».169
114 Clave de todo proyecto educativo son los educadores,
sean laicos o religiosos, pues son quienes están por
más tiempo en contacto directo con los alumnos. «Si
quieren ser soberanamente eficientes en el arte de educar y de instruir, -les recomendaba Don Orione- tomen
como modelo a Jesucristo, el Maestro de los maestros.
Fíjense que el Evangelio es el más sublime tratado de
didác­tica y pedagogía que exista».170
«Aunque hoy no gocen, quizá, en todas partes, de jus167Cfr. Don Orione y la Pequeña Obra de la Divina Providencia, V. II,pág. 144.
168Don Orione a Don Camilo, Lett. I, pág. 362.
169Don Orione a Don Camilo, Let. I, pág. 359
170Don Orione a Don Camilo: «Y, si quieren ser eminentemente efica­ces en el arte de
educar e instruir, tomen como modelo a Jesús, maes­tro de maestros. Fíjense que
el Evangelio es el más sublime tratado de pedagogía y didáctica que pueda haber.
Fíjense en el método rebosante de noble y popular sencillez, de eficacia excepcional so­bre las multitudes que emplea Jesús para trasmitir su nueva doctri­na». Lett.
I, pág. 371
- 75
ta valoración y estima, su trabajo es esencial para la
so­ciedad, y considerado un verdadero ministerio en la
Iglesia. El educador laico católico es aquél que ejer­cita
su ministerio en la Iglesia, viviendo desde la fe su misión secular en la estructura comunitaria de la escue­
la, con la mayor calidad profesional posible; y con una
proyección apostólica de esa fe en la formación integral del hombre, en la comunicación de la cultura, en
la prác­tica de una pedagogía de contacto personal y
directo con el alumno, y en la animación espiritual de
la comu­n idad educativa a la que pertenece, y de aquellos esta­mentos y personas con los que la comunidad
educativa se relaciona».171
115 Formador de hombres y de católicos, a los que se espera plenamente insertos en su comunidad y familia, es nece­sario que en su tarea educativa no ignore
la realidad cir­cundante donde junto a las conquistas
de la ciencia y de la técnica conviven grandes dramas
sociales como el ham­bre, el analfabetismo, la explotación, agudos contrastes de niveles de vida, agresividad
y violencia, desatención de la persona, expansión de
la droga, legalización del aborto, desorientaciones espirituales de todo tipo, y otras múltiples desviaciones
morales. Con su enseñanza, con sus criterios, con su
compromiso personal, ha de promover en sus alumnos el desarrollo de actitudes tales que mañana se conviertan en personas adultas implicadas en el proceso
de transformación de la realidad en consonan­cia con
los principios evangélicos.172
171Cfr. El laico católico testigo de la fe en la escuela, 24 A pesar de esta cita, la intención del texto es hablar del educador, sin excluir de este rol a los religiosos y
sacerdotes. En realidad todo lo que se dice en este número se aplica no sólo a los
laicos. Las dos cartas de Don Orione, a Don Pensa y a Don Camilo, y otras con
directivas sobre educación, están dirigidas a sacerdotes y clérigos, no a laicos.
172Cfr. El Laico 19
76 -
Comunidad religiosa
116 La comunidad educativa tiene su centro animador en
la comunidad religiosa, cuyos miembros viven su con­
sagración a Dios, expresándola en su total entrega a la
misión evangelizadora de la Iglesia según el carisma
del Fundador, de acuerdo a las exigencias del mundo
en que viven.173
117 Como educadores de la fe, los religiosos, que trabajan
en la escuela, se sentirán, junto con el cuerpo docente,
los principales responsables de que en la escuela se
actúe la síntesis entre cultura y fe, y entre fe y vida,
comprometien­do en ello a los padres de familia y a los
mismos alumnos. Además en nuestra escuela asumen
la imagen del pa­dre que acoge, sonríe, y hace superar
por las vías del corazón, situaciones de malestar y de
tensión. La presencia del animador espiritual entre los
jóvenes, es considerada necesaria para la atención y
crecimiento de la formación en su dimensión espiritual y apostólica.
118 Toda la comunidad religiosa, y especialmente el encar­
gado de la escuela, de acuerdo a las normas establecidas en las Constituciones de la Congregación, es
responsa­ble de la gestión, de la dirección y animación
del institu­to educativo, del cual responde a los superiores de la con­g regación, a la Iglesia local, y a la comunidad civil.
173Cfr. Redemptoris Missio 42, que en su párrafo final dice: «El testi­monio evangélico al que el mundo es más sensible, es el de la aten­ción de las personas y el de
la caridad para con los pobres y los pequeños, con los que sufren. La gratuidad
de esta actitud y de estas acciones, que contrastan profundamente con el egoísmo
presente en el hombre, hace surgir unas preguntas precisas que orientan hacia Dios
y hacia el Evangelio. Incluso el trabajar por la paz, la justicia, los derechos del
hombre, la promoción humana, es un testimonio del Evangelio, si es un signo de
atención a las personas y está ordenado al desarrollo integral del hombre»
- 77
Directivos
119 Según su particular función en la estructura escolar,
co­laboran con los religiosos, y en particular con el
Encar­gado o Responsable del Instituto, en la coordinación, funcionamiento y control de todo el ordenamiento es­colar, de modo que esté realmente al servicio del bien y de las justas expectativas de alumnos y
padres. Dan cum­plimiento a las disposiciones de las
autoridades de la Congregación y de las autoridades civiles; promueven el mejor nivel de enseñanza y de disciplina, prevén ne­cesidades y canalizan inquietudes,
colaborando con los religiosos en la creación de un
ambiente de estudio, or­den, responsable dedicación a
la propia tarea y, a la vez, de confianza, entusiasmo
y buen espíritu, necesario para la consecución de los
fines de la escuela.
Unidad
120Tenga muy presente, cada miembro de la comunidad
educativa, las palabras del Fundador: «Es preciso que
en las casas haya unión de espíritus y de deseos, de corazones y de trabajo en Cristo. Tengan presente su responsabilidad ante Dios, ante la Congregación, ante la
sociedad».174
174Don Orione a Don Camilo, Lett. I, pág. 367
78 -
-7Itinerarios Formativos
Profunda repercusión educativa
121Entre otras facetas también sobresalientes de su perso­
nalidad, en Don Orione se sigue reconociendo hoy la
del hombre de la caridad, el Padre de los pobres y des­
amparados, como ya lo llamara Pío XII. Y con razón.
Durante su niñez y adolescencia tiene contacto con el
pobre y vive una serie de experiencias que hacen cre­
cer en él el fuego de la caridad:
●● Es la madre que se priva de lo necesario para dar al
pobre, y que manda al pequeño Luis, muy niño aún,
llevar la humilde ayuda al que pide a puerta.175
●● Son las largas filas de discapacitados de la Piccola
Casa del Cottolengo que avanzaban sosteniéndose
recíprocamente, y que el contemplara emocionado
tantas veces cuando estudiante durante su estadía
en el oratorio salesiano de Valdocco.176
●● Es su participación en la asociación juvenil de los Vicentinos, que le permite acercarse frecuentemente a
la gente más humilde de los alrededores de Tortona,
y llevarles lo que la asociación podía recoger.177
●● En el seminario de Tortona aprende, luego, e inter­
naliza el vuelco social que León XIII imprime a la
Iglesia con la doctrina de la Rerum Novarum.178 Son
175Don Luis Orione y la Pequeña Obra de la Divina Providencia, V. I, pág. 79.
176Don Luis Orione y la Pequeña Obra de la Divina Providencia, V. I, págs. 346349.
177Don Luis Orione y la Pequeña Obra de la Divina Providencia, V. I, págs. 615616.
178G. Papasogli, Vida de Don Orione, págs. 64-65.
- 79
hechos providenciales y experiencias que a él lo
marcaron, y fueron desarrollando en su espíritu una
excepcional sensibilidad hacia los carenciados y sufrientes, una pasión que caracteriza santamente su
personalidad y su obra.
122Para responder a los desafíos del mundo contempo­
ráneo y actuar los objetivos propios de la educación
católica y orionista en orden a la maduración de los
jóvenes, formándolos con aquel temple humano y cristiano a que aspira Don Orione, se proponen aquí algunos itinerarios, que significan un conjunto con­catenado
de experiencias en diversas áreas, es decir, de conocimientos, percepciones, contactos, valoracio­nes, juicios
críticos y respuestas de acción resultan­tes, orientadas
a consolidar una visión de la realidad, una vocación y
entrega personal, y unas actitudes, hábitos y comportamientos frente a situaciones de vida que conformen
una personalidad proyectada cla­ramente a su propio
medio con la vivencia del Evan­gelio.179
Objetivos generales
179Según Ricardo Tonelli el término «itinerario» comienza a utilizarse en pedagogía
tomándolo del uso que tiene en tratados de vida espiri­tual. Aparece también en
algunos documentos de la Iglesia. En Dimensión Religiosa, se lo utiliza en el área
de los sacramentos desde el n. 78. En n. 79 dice: «La comprensión del itinerario
sacra­mental puede tener profundas repercusiones de carácter educativo. El alumno
llega a ser consciente de que su pertenencia a la Iglesia es dinámica. Ella corresponde a la exigencia de crecimiento del ser humano. Cuando el Señor Jesús se
encuentra con cada uno de noso­tros en los sacramentos no deja las cosas como
antes. Mediante el Espíritu nos hace crecer en la Iglesia, ofreciéndonos «gracia
tras gracia». Pide solamente nuestra colaboración. Las consecuencias educativas
interesan las relaciones con Dios, el testimonio cristiano y la búsqueda de la vocación personal.»A partir del 2o Congreso Catequístico Nacional de 1987 se habla
en Argentina del Itinerario catequístico permanente, como de un acom­pañamiento
en todas las etapas de la vida para que, como dice Cate-chesi Tradendae, la revelación de Jesucristo no se agote en el des­lumbramiento de un primer encuentro
fugaz, sino que se convierta en un conocimiento cada día más hondo con sentido
permanente. C. T., 35 y ss.
80 -
123Algunos objetivos generales presiden la tarea educativa y orientan para la constitución de áreas, la selección
de recursos, la formulación de etapas, y la fijación de
las metas o logros a alcanzar.
124Según Don Orione nuestra educación tenderá a for­mar
ciudadanos y cristianos que hagan honor a sí mis­mos,
a su pueblo y a su Patria; jóvenes educados, ho­nestos,
laboriosos con la competencia necesaria para desempeñarse como trabajadores o profesionales eficientes,
en grado de ganarse honradamente la vida y sostener a
la propia familia180; heraldos de la fe, de la bondad, del
progreso moral y civil; católicos íntegros, de carácter
sólidamente cristiano, formados sobre el Evangelio y
las enseñanzas de la Iglesia.181 Ello signi­fica posibilitar
que el educando a través de determina­dos itinerarios de
apropiación de valores, de experien­cias concretas:
1.se encamine hacia el desarrollo integral de su personalidad hasta lograr su plena madurez humana y
cristiana;
2.vaya asimilando sistemática y críticamente la cultura mediante el encuentro vivo y vital con su variado
patrimonio;
180Don Orione a Don Pensa: «Hagámosles entender que los queremos buenos (de
buenas costumbres), cristianos, educados, civilizados, y formados de tal manera que se hagan honor a sí mismos, a su fami­lia, a su ciudad, y a la patria;
jóvenes educados, honestos, trabaja­dores y profesionalmente capaces de desempeñarse como obreros competentes, de hacerse camino en el mundo, porque
saben ganar­se con honor la vida y ayudar a sus familias». Lett. I, pág. 241242
A Don Camilo: «Los jóvenes deben estudiar para cumplir su deber, para crearse un
porvenir y hacerse capaces de ayudar a la familia, de honrar su ciudad y ser útiles
a su patria.» Lett. I, pág. 357
181Este objetivo global de la educación ha sido compuesto tomando distintos textos
de Don Orione:
que hagan honor a sí mismos, a su pueblo y a su patria; Lett.I, págs. 241-242 profesionalmente capaces para desempeñarse con eficiencia en la vida; Let.I, pág. 242
y para construir su propia familia; Lett. pág. 383
heraldos de la fe, de la bondad, del progreso moral y civil; Lett. I, pág. 356
católicos de carácter sólidamente cristiano, formados sobre el Evangelio y las
enseñanzas de la Iglesia; Lett. I, pág.359
- 81
3.reciba, conforme avanza su edad, una prudente y positiva for­mación sexual;
4.tenga los elementos para descubrir su vocación y
asumir el puesto que le compete en la sociedad y en
el mundo del trabajo;
5.logre formarse como un hombre nuevo en justicia y
santidad, desarrolle en sí un connatural sentido de
pertenencia a la Igle­sia y de estima y adhesión a su
Magisterio;
6.desarrolle actitudes que lo comprometan en la afirmación de la justicia y la paz, la búsqueda del bien
común, la promoción de la convivencia democrática,
en orden a contribuir al desa­rrollo humano, cristiano, y cultural de la sociedad.
Criterios
125Todo itinerario supone que el educando es el sujeto de
su propio desarrollo y ha de ofrecerle los elementos
que le ayudarán a tomar conciencia de su dignidad hu­
mana, del papel que le corresponde en la historia de su
nación y del mundo, formándolo para libres y persona­
les juicios de conciencia y para la autodeterminación
como persona y miembro de la comunidad.
126El itinerario exige partir de la situación del educando,
sin prejuicios, respetando su personalidad, su cultura
y su historia, acompañándolo en la adquisición de una
vi­sión interpretativa del mundo y de los problemas
huma­nos más acuciantes.
127Debe ayudar igualmente al joven a que desarrolle una
actitud que lo mueva, además de analizar, juzgar y
eventualmente reprobar, a transformar la propia vida
y el ambiente internalizando modelos éticos de con­
ducta humana y cristiana, hasta formular su propio
82 -
proyecto de vida con un aporte personal a la sociedad
y a la Iglesia.
128La función educadora que promueve la maduración
del alumno es constante y prioritaria, y no se reduce a
afrontar solamente situaciones ocasionales o de emergencia.
Áreas
129Se proponen a continuación para cada área objetivos,
recursos y métodos que han de integrar los corres­
pondientes itinerarios.
Área cultural
130El contacto con las diversas asignaturas comporta una
auténtica asimilación didáctico-cultural y no se trata de
una mera yuxtaposición de conocimientos. Tendrá por
objetivos el orden, el rigor intelectual, la capacidad de
síntesis, y la asimilación del universo cultural en un
todo orgánico para la vida.
Área ocupacional o profesional
131 Las materias humanísticas, científicas y técnicas deben conducir a la exactitud, al conocimiento de las leyes pro­pias de las diversas disciplinas y profesiones,
dentro de una concepción ética y moral. El curriculum
tendrá es­trecha relación con el mercado laboral.
Área asociativo-afectiva
132La fuerte necesidad de los jóvenes de asociarse, cono­
cerse, de amar y de sentirse aceptados, es decisiva
para su formación. El educando ha de encontrar en el
- 83
ordenamiento escolar elementos que lo conduzcan a
tomar conciencia de sí mismo, de su mundo afectivo
y del de los demás, y a asumir actitudes y conductas
coheren­tes con la concepción cristiana del amor, que
mejor lo dispongan ya para la formación de una familia, ya para la vida consagrada.
Área de educación a la sociabilidad
133En todas las actividades escolares (deportivas, recreati­
vas, artísticas, culturales y otras) el alumno debe hallar un camino de formación a la sociabilidad, y de
desarro­llo de su disponibilidad para con los otros.
Área social y política
134La educación a la solidaridad comprenderá programas
precisos y existencialmente válidos para iniciar a los
jóvenes en el compromiso social y político sobre la
base de la Doctrina Social de la Iglesia, cuyos objetivos
no son sino la instauración en el mundo de la civilización del amor. Favorézcanse, por tanto, experiencias
gradua­les de voluntariado, de participación e inserción en es­tructuras sociales.
Área vocacional y profesional
135Un programa de conocimientos, experiencias de parti­
cipación, vivencias espirituales y contactos con diver­sas
instituciones y profesiones ha de ayudar al joven a descubrir y realizar su propia vocación laical o consagrada
y a la elección ocupacional o profesional. Mientras va
definiendo y afirmando su propio proyecto de vida ha de
encontrar en la escuela luz en las dudas y aliento para
metas siempre más al­tas y generosas.
84 -
Área religioso-pastoral
136Los momentos de oración y de formación religiosa, la
vida sacramental, han de contribuir a profundizar en
el alumno su natural sentido religioso, su conciencia
moral y la formación a la virtud.182 La participación en
grupos y actividades pastorales le ofrecerán el modo de
insertarse vivamente en la comunidad eclesial, parroquial y diocesana, al servicio de la evangelización.
Área orionita
137La dimensión social, la formación cristiana y católica,
la conformación de una sólida personalidad, han de
encontrar en las expresiones típicas de la espiritualidad orionita, un camino de afirmación y desarrollo. La
fies­ta del Papa, la devoción mariana, el servicio caritativo, el voluntariado, la participación en grupos misioneros y otras iniciativas, revestirán gran importancia
sea para la asimilación del carisma del fundador como
para la participación en los movimientos propios de la
Congre­gación.
Metas, actitudes y valores
Desarrollo de la conciencia y del sentido de responsabilidad
138En razón de sus fines educativo-pastorales la tarea
peda­gógica se orienta a la asimilación de la cultura y a
la for­mación integral de la persona, a la luz de la cosmovisión que ve a Cristo como corazón del mundo, a la
Iglesia Católica como el nuevo pueblo de Dios, y al Papa
como guía espiritual universal. Por ello los itinerarios
descritos han de lograr la plena internalización de los
182Don Orione a Don Camilo, Lett. I, págs. 389-388
- 85
valores hu­manos y cristianos que se enuncian a continuación.
1. La religión que se manifiesta como:
2.
3.
4.
5.
6.
86 -
fe en Dios-Padre, autor de la vida y de la natura­
leza; fundamento de todas las cosas; confianza
en la Divina Providencia;
fe en Cristo Salvador supremo modelo de todo
hombre;
fe en el Espíritu Santo de quien proviene todo
im­pulso de bien y de virtud;
veneración por la Palabra de Dios;
devoción a María, Madre de Dios y Madre nues­
tra; devoción a los Santos;
adhesión al Papa y a la Iglesia;
valorización de las expresiones religiosas popu­
lares coherentes con la fe católica.
La radical dignidad de la persona humana que determina el absoluto derecho a la vida desde su concepción, sustenta los demás derechos inaliena­bles,
y fundamenta sus ineludibles responsabilida­des y
decisiones en el contexto de su comunidad.
El respeto de la creación como obra de Dios, que genera sentido de responsabilidad con el ambiente y
las generaciones futuras.
La familia cristiana, como prototipo de interrelaciones humanas, y cuna de la comunicación de la fe.
La dignidad esencial del varón y de la mujer, fuen­te
de recíproco respeto y fundamento de su asocia­
ción y corresponsabilidad en la construcción del
hombre, la cultura y la comunidad.
La fraternidad, que considera hermanos a todos
los hombres de la tierra con igualdad de deberes
y dere­chos para participar en la vida social y tener
acceso a toda clase de bienes espirituales, culturales y económicos, en cuanto dones de Dios para
toda la humanidad.
7. La solidaridad como defensa de derechos comunes
y como deber de protección del débil y del pobre.
8. La libertad, como deber de liberación de condicio­
namientos; como capacidad de autodeterminación
para optar y obrar; como culmen de la madurez en
ser para y con los otros.
9. La justicia, la equidad y el amor como normas para la
participación en la vida y bienes de la comuni­dad.
10.La paz, como marco de la convivencia.
11. La honestidad y la honradez, como acatamiento de
las normas morales y del valor de la palabra dada.
12.El sentido de la gratuidad, el desprendimiento, la generosidad y la disponibilidad como manifesta­ciones
de su espiritualidad.
13.El sacrificio y la cruz, la autodisciplina y la ascesis, necesarios para la elevación espiritual y la for­
mación de la personalidad.
14.El sentido de humildad, que genera una visión rea­
lista de sí, y posibilita la reconciliación.
15.El diálogo como vía de comunicación y de entendi­
miento entre las personas y los grupos.
16.La vigencia del derecho como principio de estabi­
lidad y seguridad, instrumento del orden social y
procedimiento para dirimir los conflictos de inte­
reses y para efectuar los cambios sociales.
17. El trabajo, como instrumento normal para acceder
a los bienes necesarios para la vida, medio de pro­
greso humano, vehículo de creatividad y ocasión
de fraternidad.
18.La economía como valor al servicio del hombre.
19.El progreso, la ciencia, la técnica y la propiedad
como instrumentos para el crecimiento de la per­
sona y de la comunidad.
139Los itinerarios educativos cuyas metas y recursos
se aca­ban de exponer sucintamente, deben contribuir decidi­damente a hacer realidad las insistentes
- 87
recomen­daciones del fundador para que el acento se
ponga en la formación del carácter y en la formación a
la virtud:
«Aprovéchese toda ocasión para que la enseñanza sirva a la educación y al perfeccionamiento moral, y forme al joven en una sólida conciencia católica, fortaleciéndolo en lo mejor que posee el hombre, la voluntad,
sede de la virtud».
«Hay que llevar a los jóvenes no sólo a la bondad y
a la educación, sino a la perfección y a la grandeza
moral, que reside sobre todo en la voluntad y en el
corazón».183
183Don Orione a Don Camilo, Lett. I, pág. 363
88 -
-8Perfil del hombre a formar
Renovación del hombre y la sociedad en Cristo
140El compromiso de Don Orione en el campo educativo
está al servicio de los humildes y del pueblo, en orden a
recomponer y reafirmar la adhesión a la Iglesia, como
pueblo de Dios, y a Pedro como guía espiritual univer­
sal.184
141 En efecto, en la compleja situación del mundo contem­
poráneo, hay que consolidar la formación de cristianos,
que sin ostentación, ni agresividad, ni ruido, sino con
serena e íntima convicción adhieren al magisterio uni­
versal de Pedro y de la Iglesia185 para construir juntos
el reinado de la caridad de Cristo, o como dijera Paulo
VI, “la civilización del amor”; católicos186 de fuerte per­
sonalidad,187 anclados fuertemente en la fe, formados
sobre el Evangelio y las enseñanzas del mismo magisterio; hombres que por su formación humana y su capa­
184Don Orione a Don Camilo: “La formación...de la voluntad y del co­razón debe
servir de trampolín para ascender más alto, ¡excelsior!, para llegar a Dios y al amor
de la Santa Iglesia, que es nuestro grande y sagrado amor». Lett. I, pág. 363
185Don Orione a Don Pensa: “Si los jóvenes nos estiman y quieren, «losllevaremos a
Dios, a la Iglesia». Lett. I, 242-243 Don Orione al Conde Roberto Zileri dal Verme: «Hagamos una unión de fidelidad que acepte y defienda no sólo el depósito
íntegro de la fe, sino también Iqs actos y directivas de Papa sin hesitaciones y sin
lamentos.» «Es necesario... entre los católicos la adhesión plena y el amor a la vida
cristiana y a todo lo que quiere y desea la Santa Sede.» Mensajes de Don Orione,
Cuaderno 1, págs. 10 y 12
186«La educación de los jóvenes tiene que encararse teniendo siempre presente qué
son racionales y católicos; hay dos medios, pues, a tener en cuenta: la razón y la fe
católica, es decir, fe íntegra y uni­versal». Don Orione, Lett. I, pág. 357 in fine.
187«Y fomentemos en los jóvenes una vida sinceramente católica, prác­tica, y gran
amor a Dios, creando o plasmando en ellos conciencia y temple cristiano-católico,
de una sola pieza, granítico». Don Orio­ne, Lett. I, pág. 389
- 89
citación profesional y sus disposiciones de servicio, sean
efectivamente factores de progreso civil y cristiano.188
Perfil del alumno
142Merecen destacarse cuatro rasgos fundamentales. El
alumno de Don Orione es un hombre consciente, completo, creativo, que elige a Jesucristo.
Hombre consciente
143 Ser consciente implica el conocimiento de sí, del otro y
de la realidad, como mundos que no se terminan nunca de descubrir. La primera forma de acercamien­to a
la vida, es el estupor que toda sana educación debe
preocuparse en alimentar a fin de que no termine obnubilada por el hábito y la presunción. En este sen­tido
la escuela orionista debe ayudar al alumno a to­mar
conciencia de sí mismo a través de la valoración de las
aspiraciones primarias radicadas en su cora­zón, la belleza, la justicia y la amistad. Valorizar es­tas aspiraciones significa hacer descubrir su universa­l idad y su
posibilidad de concreción.
Los ideales no son, en efecto, utopías irrealizables,
sino más bien indicaciones y orientaciones como nunca necesarias para la construcción de la propia vida y
el futuro de la humanidad.
144Comporta también que el alumno esté preparado para
188«..hacer de ellos (los jóvenes) abanderados de la fe, de la bondad, del crecimiento
moral y civilizado de la sociedad». Don Orione, Let. I, pág. 356 iu fine. «Tenemos
ex alumnos nuestros que son jueces modelos, pretores, in­genieros, sacerdotes, médicos, abogados, escribanos, farmacéuticos, comerciantes, profesores, propietarios
honestos, laboriosos, cristia­nos, buenos padres de familia, concejales, intendentes;
Hemos dado muchos sacerdotes a la Iglesia, hijos devotos de la Iglesia, y centinelas y abanderados de la Fe; hemos dado muchos buenos ele­mentos a la sociedad,
para que se renueve cristiana y católicamente» Don Orione, Lett. 1, págs. 383384.
90 -
efectuar las opciones que hay que enfrentar en la vida
según una jerarquía de valores gradualmente asimilada, descubierta y admirada en quienes con­forman la
comunidad educativa, y formado al trabajo y al sacrificio, condición ineludible para que la vida sea “la
realización del sueño de la juventud”.189 La condición
humana, marcada por la limitación y el pecado, conduce inevitablemente a la experiencia cotidiana del
dolor y del sacrificio, y se necesita con­tinua vigilancia,
disposición a la conversión y la ayu­da de la corrección
fraterna, para que no suceda lo que temía S.Agustín, es
decir, que se acomode la ver­dad al propio paladar.
Hombre completo
145 La educación impartida por nosotros tiende a realizar
el desarrollo armónico de la persona de tal modo que
no sucumba ante las tendencias disgregadoras presen­
tes en la mentalidad corriente. Esta preocupación está
claramente presente en el nuevo Código de Derecho
Ca­nónico, que así se expresa en cuanto a la educación
ca­tólica: «Como la verdadera educación debe procurar
la formación integral de la persona humana, en orden
a su fin último y, simultáneamente, el bien común de
la so­ciedad, los niños y los jóvenes han de ser educados de manera que puedan desarrollar armónicamente
sus dotes físicas, morales e intelectuales; adquieran un
senti­do más perfecto de la responsabilidad y un uso
recto de la libertad, y se preparen a participar activamente en la vida social».190
146Gracias a la dedicación desinteresada y a la guía amis­
tosa experimentada en sus educadores, la tensión hacia la formación integral hará que el alumno, aprenda
189Papa Juan XXIII
190Código de Derecho Canónico, c. 795, BAC 442, pág. 411
- 91
a conocerse, escucharse, respetarse y, consciente de
sus pro­pias aptitudes, posibilidades y límites, pueda
entregar su vida con sentido de responsabilidad. Sólo en
fuerza de esta apertura de mente y de corazón, mañana, sabrá ir más allá de la mera obligación personal,
familiar o profesional, y ofrecer desinteresadamente
su contribu­ción allí donde las circunstancias de la vida
lo exijan.
La disponibilidad y la gratuidad son dos de los rasgos
más característicos del hombre completo, que no se en­
cierra en un rol sino que cada día se deja interpelar por
la realidad y el mandamiento nuevo del Señor: “Ámense los unos a los otros como yo los he amado”191
147 El hombre completo no tiene sólo obligaciones que
cum­plir, terminadas las cuales ya está satisfecho, porque su obligación es la vida misma en los grandes gestos tanto como en los hechos cotidianos. En la figura
evangélica del Samaritano encontramos un modelo del
hombre completo. El no se desempeña como asistente
social o como voluntario, no hace una cosa sino, ante
todo y sobre todo, es alguien.
Hombre creativo
148«El Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín
del Edén para que lo cultivara y lo custodiara».192 El
trabajo es una de las vocaciones fundamentales del
género humano. De propósito el mundo nos fue dado
incompleto para que pudiéramos participar en el acto
creativo del Padre, continuando la obra de la creación
realizada por El.193
En base a estas consideraciones podríamos decir que
191Jn 15, 12
192Cfr. Genesis 2, 15
193Cfr. Laborem exercens 25
92 -
el trabajo es también expresión de nuestro ser. No está
or­denado simplemente para tener más ni para contar
más, sino para ser. No se puede pensar, por lo tanto,
que un aspecto tan importante de la vida pueda quedar disocia­do de la consecución de las aspiraciones y
valores más profundos de la humanidad como la verdad, la solidari­dad, la felicidad. En tal sentido la Laborem Exercens afirma que la finalidad del trabajo no es
el trabajo en sí, sino el ser humano.194
Elige a Jesucristo.
149 «A Dios no le basta la fe de ustedes; tiene necesidad
de ver y constatar vuestras obras» Son palabras de
Don Orione.195 Está fuera de duda que hemos llegado
al punto al que Don Orione le daba más importancia,
más aún, al punto esencial, aquél, del que no cabe
desertar so pena de fal­tar a la razón misma que nos
mueve a mantener y abrir escuelas: «Queridos míos,
no habremos nunca hecho nada hasta cuando no hayamos vuelto cristiana, en su espíritu de fe y en su
vida privada y pública, a la ju­ventud, hasta cuando no
hayamos vuelto cristianas las conciencias y el carácter
de nuestros alumnos».196
Es como decir: encaminar al alumno para que sea un
hom­bre consciente, completo, creativo, no basta. Nuestra misión alcanza verdaderamente su fin cuando lo
habremos conducido a Cristo, porque si será verdadero cris­tiano, entonces ciertamente será hombre verdadero. Aquí está el corazón de la acción apostólica de
Don Orione, aquí está el corazón de la Escuela Católica:
194Laborem Exercens 9 : «El trabajo es un bien del hombre - es un bien de su humanidad - porque mediante el trabajo el hombre no sólo transforma la naturaleza adaptándola a las propias necesidades, sino que se realiza a sí mismo como hombre, es
más, en cierto senti­do ‘se hace más hombre’.»
195Don Orione el 3 de julio de 1928, aniversario del primer oratorio. Lett. II, pág. 55
196Don Orione, Lett. I, pág. 359
- 93
con­tribuir a configurar al hombre según el modelo de
Jesu­cristo, verdadero Dios y verdadero hombre, camino para todo el que quiera ser auténtico hombre.
150El alumno de Don Orione no se avergüenza de Jesucristo, y sigue a la Iglesia; ama al Papa porque querido por
Cris­to mismo como vínculo de unidad demostrando
hacia él una obediencia gozosa; y reza y actúa para
que se realice lo que Jesús pidió al Padre en la oración de la última cena, “ut sint unum”, para que “sean
una sola cosa”.197 Entonces los preceptos de la Iglesia
no serán para él un conjunto de reglas que tiene que
respetar, sino las prin­cipales indicaciones y puntos de
referencia que la Tra­dición ha trazado, y que permiten
realizar un camino de fe personal y eclesial. En esta
prospectiva adquieren nuevo sentido la fidelidad a la
misa festiva, la participa­ción a los sacramentos, la oración, la devoción a la Vir­gen,198 la atención al magisterio, y las prácticas de de­voción, patrimonio de nuestro
pueblo.
151 Con alumnos así formados, por la gracia de Dios se
po­drá dar a la Iglesia y a la sociedad elementos que
contri­buyan -en obediencia y fidelidad al carisma
de Don Orione- a la renovación de todas las cosas en
Cristo,199 con la seguridad de que «la fe católica y el
carácter firmemente cristiano formado sobre el Evangelio y las enseñanzas de la Iglesia son las fuerzas más
potentes del mundo moral».200
197Juan 17, 21
198Don Orione a Don Camilo: «Practicad una muy tierna devoción a la Virgen
Santísima...¡Oh cuanto bien haréis, hijos míos, caminando unidos a la Virgen Celeste, a nuestra Madre Fundadora! ¡Cuánto, cuánto bien haréis a las almas de los
jóvenes, si encendiereis en sus corazones, la lámpa­ra del amor a la Virgen bendita!» Lett. I, pág. 391
199Don Orione a Don Camilo, Lett. I, págs. 383-384
200Don Orione a Don Camilo, Lett. I, pág. 359
94 -
Fisonomía del Exalumno
Continuidad del Proyecto Educativo Orionita
en la vida
152 No es sin razón que quiso denominar cristiano-paternal su propio método educativo. La escuela ideada por
Don Orione es sobre todo una familia que, aunque ampliándose en el espacio y en el tiempo, continúa caminando con cada alumno, estimulando su permanente
perfec­cionamiento humano y cristiano.
153El exalumno es hijo.
«Dime, Luis, ¿cuántos hijos tienes?»
«Somos casi treinta, pero luego verás».
Don Orione hacia el final del primer año lectivo en
aqué­lla su primera escuelita del barrio de S. Bernardino de Tortona, había ganado hasta tal punto la confianza de sus chicos, que con razón lo consideran su padre.
La amistad y la recíproca confianza son tan profundas
que no se le escapan a mamá Carolina, que a su vez se
siente como rodeada de tantos nietos; testimonio de
cuánto Don Orione era capaz de amar a sus alumnos,
y de cómo se preocupaba no sólo por su instrucción,
sino y sobre todo por su destino como hombres y como
hijos de Dios.
La herencia de Don Orione
154Los señalamientos, exhortaciones y expresiones que
Don Orione vierte en la carta que desde Buenos Aires
dirigie­ra el 7 de septiembre a los “antiguos alumnos”,
constitu­yen aún para nosotros y para nuestros alumnos una ver­dadera y estricta herencia espiritual. Se
destacan en ella:
- 95
1.La conciencia de pertenecer a un cuerpo en el que se
está insertos para siempre.
«Y no sé decirles el placer, la satisfacción que me ha
producido la noticia de que también este año se van
a reunir, y que se constituirán nuevas secciones de
su asociación...»201
2.Orgullo de su espíritu orionita y de su nacionalidad.
«Desde esta lejana tierra les mando los saludos de
varias decenas de sus antiguos compañeros, exa­
lumnos como ustedes, los cuales también en esta
hospitalaria Argentina saben llevar con orgullo y honor el nombre italiano, así como se precian de haber
sido educados en nuestros Institutos».202
3.Confianza en la eficacia de la educación.
«Me convenzo siempre más de que no se siembra, no
se ara jamás en vano a Jesucristo en el corazón de la
niñez y de la juventud; que si en un cierto período de
la vida, en aquella edad en que el hombre más cae en
lo trivial, puede parecer que Cristo está sepultado, El,
sin embargo, es un muerto tal que siempre, tarde o
temprano, pero siempre resucita».203
4.Voluntad de mantener viva la llama de la fe y de la
educación cristiana recibida.
«Me han confesado algunos de estos alumnos nues­
tros, alumnos del Santa Clara y del Internado Pater­
no de Tortona, que tuvieron que atravesar no sólo los
mares sino tantas dificultades, tantos altos y bajos,
que les parecía que habían perdido la brújula, pero
que la han recobrado en la fe, y en la fe volvieron a
encontrar el gran consuelo y ayuda para la vida».204
201Lett. II, pág. 287
202Lett. II, pág. 288
203Lett. II, pág. 289
204Lett. II, pág. 289
96 -
5.Firmeza moral.
«Ninguna cosa podría desear más que saber que
siempre guardan reconocido recuerdo, y que, temerosos siempre de Dios, en medio de este mundo don­
de hay un poco de todo, llevan una conducta moral
en el cumplimiento de sus deberes».205
6.Deseo de volver a Don Orione para revivir un mo­
mento de serenidad.
«Cada tanto me caen aquí tres o cuatro, y algunos
también del primer Oratorio festivo... ahora son
hombres hechos y ya con cabellos más que grises. Se
dan la palabra y vienen a visitarme, como si fueran a
su casa, a la casa del viejo padre».206
7.Perseverancia en el camino de la honestidad cristiana
y de la virtud.
«Permitan a Don Orione que los aliente a mantenerse
firmes en los sanos principios y como siempre, lle­
nos de buena voluntad para avanzar en el camino de
la honestidad cristiana y de la virtud».207
8.Estima y colaboración con la Obra de Don Orione.
«Ninguno más que ustedes, queridos antiguos alum­
nos, está en grado de comprender y apreciar el espí­
ritu que anima a nuestro modesto trabajo. Y todos
sentirán como yo, ciertamente, el vivísimo deseo de
colaborar, en cuanto les toca, a aquella renovación de
la vida cristiana -al “Instaurarlo todo en Cristo”- de
la que el individuo, la familia y la sociedad pue­den
esperar la recomposición social”.208
205Lett. II, pág. 290
206Lett. II, págs. 289-290
207Lett. II, pág. 291
208Lett. II, pág. 291
- 97
9.Compromiso de hacerse cargo de las dificultades de
los compañeros.
«Y dejen que termine exhortándolos a ayudarse recí­
procamente, no sólo con el ejemplo de la vida verda­
deramente cristiana (...), sino también, donde puedan, con la acción y el consejo, ya para mejorar su
condición social como para superar las dificultades
y las pruebas de la vida: así lo hacían los primeros
cristianos».209
10.Protección de Don Orione.
«Don Orione los tiene siempre presentes, ruega por
ustedes y por sus familias; recuérdenme también ustedes, y rueguen por mí, por el P. Sterpi, por todos
sus superiores y maestros: nosotros los llevamos en
el corazón como a los hijos más queridos».210
209Lett. II, pág. 291
210Lett. II, pág. 292
98 -
“Hacia un nuevo impulso
Evangelizador”
Subsidio de actualización
al Proyecto Educativo Orionita
elaborado en el Encuentro Internacional
de Educadores Orionitas
Buenos Aires - 2008
Introducción
Para Don Orione la escuela fue uno de los medios más
eficaces para conseguir el objetivo primario y específico de
su Obra, en el cuadro del plan salvador de Dios Padre: «difundir el conocimiento y el amor de Jesús Cristo, de la Iglesia
y del Papa, especialmente en el pueblo» (Const. Art. 5). Don
Orione ha perseguido la finalidad de contribuir a la promoción del hombre y la sociedad através de las escuelas. Se
dedicó a la elevación humana, moral y social de los jóvenes,
especialmente de aquellos más necesitados, para facilitar
la inserción decorosa de ellos en el mundo del trabajo y en
la Iglesia y para devolverlos protagonistas de progreso civil
y cristiano. Trabajó para desarrollar en ellos una personalidad fuerte, capaz de discernir y de vivir la misma vocación
laical o religiosa.
Don Orione ha trazado el camino y nos ha dejado un
método que ha dado muchos buenos frutos en la historia
de las obras educativas orionitas. En ocasión del centenario
de la fundación de la Congregación, iniciada con la apertura del primer colegio de San Bernardino en Tortona, se ha
elaborado el Proyecto Educativo Orionita (PEO) en Santiago
de Chile en el año 1993. A 15 años de su elaboración, frente
a los cambios sociales y culturales, hemos visto oportuno
- 99
“releerlo” para tomar conciencia de los frutos de evangelización producidos por él, estudiar y actualizar algunos de
sus aspectos y descubrir orientaciones generales que ayudarán a contestar a los nuevos desafíos de este milenio,
implicando todas las realidades educativas. Este deseo nos
ha llevado a reunirnos en el Congreso Educativo que se
ha desarrollado en Buenos Aires (Argentina) desde el 29 de
septiembre al 3 de octubre de 2008. El objetivo era renovar
el impulso evangelizador que motivó al Fundador a programar las escuelas como medios para alcanzar el objetivo
apostólico de la Congregación. La reflexión por lo tanto se
ha concentrado en los aspectos evangelizadores de nuestra
misión educativa, compartiendo el conocimiento de las muchas realidades y acciones educativas orionitas del mundo,
y actualizando algunas líneas propuestas por el Proyecto.
El fruto final del Congreso es el presente Subsidio.
En cuánto al método con que se ha llegado a este documento, hace falta decir que es fruto de un camino bienal de
trabajo de nuestros centros educativos, acompañado por
un equipo preparatorio. El mismo estuvo conformado por
el P. Gustavo Aime y P. Eldo Musso por Argentina, P. Paulo
Arcanjo Reis y P. Paulo Sergio Correia por Brasil, Prof. Guido Montesinos, P. Roberto Simionato y Hno. Juan Daza por
Chile, acompañados por el consejero general encargado, el
P. Silvestro Sowizdrzal. Todas las unidades educativas orionitas en el mundo han sido comprometidas en la reflexión.
El trabajo previo al Congreso se ha desarrollado principalmente en dos etapas.
En una primera etapa, de carácter técnico, el equipo ha
elaborado las fichas de encuesta de los datos acerca de las
realidades educativas de la Pequeña Obra de la Divina Providencia. Eso ha permitido estimar la entidad y la situación
de las realidades educativas en nuestra Congregación y, por
lo tanto, orientar el siguiente trabajo.
En la segunda etapa el equipo preparatorio se ha concentrado en la actualización del Proyecto Educativo Orionita
100 -
en algunos de sus capítulos. Para eso un grupo de profesores chilenos ha preparado fichas de reflexión que han
sido aprobadas y revisadas por el equipo preparatorio y
sucesivamente enviadas a todas las realidades educativas
de la Congregación. El equipo preparatorio, recogidas las
respuestas, se ha reunido para hacer una síntesis que fue
el material de base para el trabajo de reflexión durante el
Congreso Educativo.
Las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad, han
participado en el Congreso con análoga preparación y han
ofrecido su precioso aporte.
Los representantes del Congreso han sido elegidos teniendo en cuenta las competencias específicas. Por este
motivo, además de los representantes de las realidades escolares-educativas tradicionales, también han tomado parte del Congreso los representantes de las escuelas especiales y de las estructuras educativas no formales (CEC, CEDO,
Oratorios en Italia y en Polonia). La presencia de algunas
personas que participaron en la redacción del Proyecto Educativo Orionita del 1993 ha garantizado cierta continuidad
a nuestro trabajo.
Durante el Congreso los participantes (cerca de unos
ochenta representantes de distintos países), después de la
iluminación hecha por expertos en el campo educativo
(prof. Cloves Antonio de Amissis Amorim de Brasil, prof.
Aldo Passalacqua de Chile, Card. Estanislao Karlic y P. Fernando Fornerod de Argentina), han estudiado todo el material elaborado para el encuentro en distintos grupos. El
material conseguido no es una repetición con respecto al
Proyecto sino una preciosa integración en la perspectiva
de su realización.
Este material ha sido aprobado por los participantes del
Congreso y confiado a una comisión para su ulterior perfeccionamiento lingüístico. Como última instancia, el Consejo
general de la Pequeña Obra, después de haber estudiado
- 101
el texto del subsidio, lo ha aprobado en su sesión del 4 de
diciembre de 2008.
Este documento ha sido subdividido en seis capítulos:
Globalización (PEO Cap. 4.1), Familia (PEO Cap. 4.2), Ambiente educativo (PEO Cap. 6.1), Comunidad educativa, roles
(PEO Cap. 6.2), Perfil religioso del hombre a formar (PEO
Cap. 8.1) y Fisonomía del Exalumno (PEO Cap. 8.2). Los números entre paréntesis hacen referencia a los capítulos del
Proyecto Educativo Orionita indicando sus líneas de actualización y desarrollo.
Esperamos que este Subsidio ayude a nuestras comunidades educativas a ser evangelizadoras en las nuevas condiciones sociales y culturales de este milenio, aprovechando la riqueza de las propuestas incluidas en el documento
y llegando a ser los educadores y evangelizadores orionitas
hoy.
102 -
Don Silvestro J. Sowizdrzal
Consejero general
Globalización (PEO Cap. 4.1)
La globalización nos ha planteado nuevos escenarios,
en los cuales muchas veces nos sentimos desconcertados
y desubicados. Estamos frente a un fenómeno que nos presenta una gran diversidad de oportunidades. En efecto,
tenemos mayor acceso a los avances y desarrollos tecnológicos; las comunicaciones se han incrementado a tal punto
que se hacen de forma expedita y prácticamente sin fronteras.
Las economías básicas del núcleo social se hacen interdependientes de las economías internacionales. Se evidencia que nuestra calidad de vida es distinta. Se dispone de
un acceso casi ilimitado a todo tipo de información; dando
posibilidad a una construcción planetaria del pensamiento.
La globalización es ciertamente positiva cuando favorece la comprensión entre los pueblos, la tolerancia entre
diferentes culturas y la integración entre las naciones que
comparten una misma tradición cultural, superándose las
fronteras artificiales, contribuyendo así al desarrollo de la
promoción humana; ampliando el campo de la solidaridad
entre los seres humanos y promoviendo la globalización de
la caridad (Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial
de la Paz 1998).
Por otra parte, los avances tecnológicos se han insertado en el núcleo familiar de diversas formas, frecuentemente manejado y controlado por un cierto grado de consumismo, generado en su gran mayoría por los medios de
comunicación masiva, creando necesidades de modernización irrelevantes para la vida y una constante insatisfacción y soledad; la comunicación nos ha incomunicado. Una
sociedad demasiado dirigida hacia lo económico diluye y
posterga los valores espirituales.
Esta necesidad artificial de adquirir cada vez más bienes materiales, produce una nueva y poderosa forma de
- 103
esclavitud para el ser humano. Ello ha alterado considerablemente nuestros valores; la solidaridad se ve carcomida
por un creciente individualismo y el ánimo competitivo a
ultranza. La inmediatez generada por la globalización y las
facilidades crediticias, están debilitando, de raíz, la cultura
del esfuerzo y el don de la paciencia (¿para qué esforzarte
tanto y esperar si lo puedes tener hoy?).
La Globalización establece procesos nuevos de construcción de identidades. Pérdida de la transmisión de valores entre generaciones, sustituyéndose por los valores de
los pares. Se privilegia disponer mayor tiempo en horas de
trabajo en desmedro de la vida familiar. Otro aspecto negativo de la globalización es la “guerra total”. La violencia
se diseminó en todos los sectores de la sociedad, lo que
notamos claramente entre nuestros alumnos.
Los desafíos concretos que se presentan a partir de este
escenario son:
●● Humanizar el proceso de globalización en nuestras
comunidades, realzando el ser sobre el tener.
●● Formar en valores, situación constantemente con-
trovertida bajo un relativismo demandado por una
sociedad global que transgrede la formación integral del ser humano, acrecentando el hedonismo y
el consumismo como forma de vida que conduce a
la solución inmediata de los problemas, sin mayor
discernimiento.
●● Reestructurar el antiguo paradigma de la escuela en
el cual unos enseñaban y otros aprendían, por un
nuevo paradigma donde alumnos y docentes aprenden conjuntamente a partir del encuentro e intercambio de dones.
●● Lograr una mayor comunicación interpersonal, la
que se ve en desmedro debido a la comunicación cibernética, que resulta mucho más atractiva para los
jóvenes por ser lineal y sin orden jerárquico, en donde se puede establecer o cerrar el diálogo a voluntad
104 -
(uso compulsivo de las herramientas tecnológicas,
computadoras, mp3, mp4, celulares, etc.).
●● Formar en la doctrina de la Iglesia, considerando los
hechos disgregadores del proyecto de formación difundidos por los distintos medios de comunicación.
●● Reconstruir el concepto de autoridad haciendo ver la
correlación ineludible entre derechos y deberes.
●● Aprender a comunicarnos y relacionarnos con la
cultura juvenil, para dialogar con nuevos códigos y
parámetros, y desde allí transmitir valores; en definitiva, educar en este nuevo escenario
Algunas sugerencias para enfrentarlos:
●● Fortalecer en nuestras comunidades la formación integral, enraizada en nuestra experiencia y testimonio de Dios, con énfasis en la educación en valores;
con mayor diálogo, respeto, comprensión, formación
moral y religiosa, redescubriendo la cultura del esfuerzo y la disciplina como forma de vida; buscando
construir de esta manera una solidaridad sin fronteras.
●● Reformular las propuestas pastorales, considerando
las distintas formas de aprender, inquietudes y necesidades en nuestras comunidades.
●● Fortalecer la familia realizando encuentros de formación permanente para padres sobre el fenómeno
de la globalización y los nuevos escenarios.
●● Ser ejemplos de virtud, educando con el testimonio.
●● Valorizar la apropiación de la identidad cultural sin
desconocer la influencia externa que actúa sobre
ella.
●● Hacer el esfuerzo por conocer nuestro territorio, ambiente, entorno y los nuevos escenarios para poder
educar adecuadamente.
●● Desarrollar aún más la veta solidaria de la globalización (cf. Juan Pablo II).
- 105
Don Orione nos invita constantemente a “marchar a la
cabeza de los tiempos”, lo que hoy significa:
●● Ser lo suficientemente capaces para extraer los apor-
tes positivos y buscar estrategias para minimizar
aquellos aspectos negativos de la globalización.
●● Ser innovadores y considerar la modernidad como
un aporte, potenciando aquellas prácticas que fortalecen nuestra identidad.
●● Mantenernos actualizados en todos aquellos temas
propios a nuestro rol o función.
●● Ser educadores virtuosos, basados en el mensaje
evangélico y en el magisterio de la Iglesia. En otras
palabras, ser hoy un hombre de Dios, de alta vida
espiritual, que se transmite principalmente a través
de la coherencia de vida.
●● Acompañar a los jóvenes incentivándolos para que
ejerciten plenamente sus derechos y deberes ciudadanos y puedan llegar a los centros de decisión.
“Hacer surgir de los hijos del pueblo verdaderos renovadores de la sociedad, especialmente a través de
la educación cristiana de la juventud” (CC 119), reconociendo que los educandos son los protagonistas
de su propia historia (cfr. PP15).
●● Fomentar la audacia y la creatividad de nuestras comunidades educativas de cara a detectar nuevas necesidades.
La Familia (PEO Cap. 4.2)
Los padres son los primeros educadores de sus hijos;
pero es en este punto en donde observamos una confusión
en su rol, al ver alterados los valores éticos y morales. Aún
en las familias tradicionales podemos observar una alteración de los roles y responsabilidades en su interior; un
número significativo de familias tienen padres ausentes
106 -
debido a largas jornadas de trabajo y/o porque se sienten
incapaces de educar a los hijos; muchos han delegado la
responsabilidad de la formación de sus hijos al colegio, familiares o amigos. Además, estos ausentismos han mellado el rol básico de la familia: entregar cariño, afecto y
comunión; ha proliferado el individualismo y la falta de
diálogo. Aparentemente, en compensación de las carencias,
las familias son más tolerantes y permisivas, fortaleciendo
los derechos y relegando los deberes.
En nuestra comunidades tenemos diversas situaciones
de familias: con matrimonio sacramental o solo civil, convivientes, padres con diversos hijos (los hijos tuyos, los
míos, los nuestros), padres y madres viudos o separados,
niños provenientes de hogares de menores, etc. Actualmente existe una mayor apertura a estas diferentes situaciones
de familias, las cuales, dentro de sus posibilidades tratan
de entregar lo mejor de sí en la formación de sus hijos.
Algunas estrategias de evangelización frente a estas
realidades familiares:
●● Creando y formando conciencia de que toda la comu-
nidad educativa (docentes, personal auxiliar, padres,
etc.) es agente evangelizador.
●● Integrando las diversas situaciones de familias a la
comunidad; respetando y acogiendo las necesidades
que les agobian, acompañándolos en su formación
de la fe y regocijo en Cristo, acercándolas al diálogo
con Dios y al diálogo fraternal familiar.
●● Ofreciendo una sólida formación católica no sólo
a los alumnos, sino también a los padres o apoderados/tutores, a través de programas establecidos
en las distintas instancias pastorales, ordinarias y
extraordinarias (escuelas para padres, semana de
la familia, fiestas orionistas, jornadas o actividades
solidarias, etc.)
●● Realizando periódicamente en cada institución
- 107
educativa, un diagnóstico acerca de la diversidad de
situaciones de familia presentes, utilizando los instrumentos de medición más adecuados.
Algunos de nuestros alumnos carecen de una figura
paterna y/o materna; sabiendo que no se puede suplir la
presencia de un padre o madre, podemos brindar apoyo
en la formación de la persona, a la luz de nuestro carisma:
●● Siendo testimonio de vida, conociendo y amando a
Cristo y a su iglesia, podamos transmitir los valores
cristianos.
●● Apoyando y acogiendo a las familias con caridad,
respeto, comprensión y afecto, con claridad y asertividad; creando instancias de participación, individual y familiar.
●● Entregando atención personalizada a cada alumno
en su propia realidad, en su misterio, en sus heridas,
en sus potencialidades, demostrando un genuino interés por su persona, creando canales de confianza
para que el educando pueda abrir su corazón, con la
certeza de encontrar una mirada llena de comprensión y ternura.
El Ambiente Educativo y la Comunidad
Educativa (PEO Cap. 6.1)
Toda relación interpersonal está basada en una buena
comunicación y un respeto mutuo, por tanto, algunos factores que la facilitan son:
●● La comunicación asertiva (decir las cosas a quien corresponda, en el lugar y el tiempo apropiado), el diálogo franco, la honestidad y el consejo oportuno.
108 -
●● El respeto, tolerancia, comprensión, empatía, flexibilidad, disponibilidad y rostros sonrientes.
●● Un ambiente grato, donde todos puedan aportar
creando comunidad, favoreciendo el trabajo en equipo, rezando juntos.
●● La credibilidad y claridad en el rol que nos compete
dentro de la comunidad.
●● Una comunicación vertical y transversal sin ambigüedades, escuchando a todos y teniendo un tiempo
para cada uno.
●● Los Equipos de Conducción como intermediarios y
facilitadores de la comunicación y de las relaciones
entre los diversos miembros de las comunidades
educativas.
●● La participación de padres y alumnos a través de
asociaciones, actividades culturales, deportivas, etc.
●● El uso óptimo de todos los medios de comunicación
que estén al alcance de la comunidad educativa (carteleras, páginas web, e-mails, etc.).
●● La creación de nuevos estilos de encuentro en la escuela.
●● La participación del Movimiento Juvenil Orionita
(MJO), como un ambiente para crecer y ser protagonistas.
Algunos de los factores que influyen negativamente en
nuestro ambiente educativo son:
●● Los cambios de los religiosos que puede afectar la
continuidad de los procesos y proyectos.
●● Falta de planificación y coordinación a corto, media-
no y largo plazo de las actividades propias y entre las
obras (parroquia, Cottolengo, etc.) para integrarlas.
La falta de recursos económicos.
●● Falta de sentido de pertenencia del personal por diversos motivos (trabajar en varias instituciones, baja
remuneración, etc.).
- 109
●● La falta de comprensión, respeto, profesionalismo,
sensibilidad y empatía.
●● El no identificar y no reconocer nuestros problemas.
●● La insuficiente comunicación entre los integrantes
de la comunidad educativa, el desinterés de los jóvenes, la deficiente organización de la jornada escolar
que genera stress, conductas rebeldes y agresivas.
●● La indiferencia y apatía por todo lo trascendente.
●● El escaso compromiso de los padres en la formación
moral, religiosa y académica de sus hijos.
Para lograr transformar esta realidad es necesario:
●● Actuar con caridad, empatía, transparencia y comprensión.
●● Unificar criterios a la luz de un diálogo sincero y
abierto, siendo constantes y perseverantes en las
metas trazadas.
●● Mantener o crear instancias de participación, apoyo
e integración que faciliten los vínculos de los miembros de la comunidad educativa.
●● Fomentar espacios de convivencia y de formación en
el carisma, capacitando profesionalmente, fortaleciendo la identidad y el sentido de pertenencia a la
institución.
●● Lograr ambientes festivos y alegres para mejorar la
comunicación y motivación del personal.
●● Cuidar, limpiar y arreglar los ambientes edilicios.
●● Crear condiciones que faciliten la integración de
quienes tienen necesidades educativas especiales.
A la luz de nuestro carisma, las características que deberían manifestarse claramente en nuestro ambiente educativo son:
●● Proponer a Cristo como modelo y único “Maestro” a
seguir, fomentando un clima de vida interior y fe.
110 -
●● Vivenciar y profundizar el método paterno cristiano
orionista.
●● Estar abiertos y saber acoger a los jóvenes que vienen
de diversas culturas y creencias, como portadores de
valores positivos que deben integrarse, y de exigencias legítimas que deben ser satisfechas.
●● Promover todos aquellos valores morales y éticos legados por nuestro santo Fundador, como el respeto, la
responsabilidad, la honradez, la solidaridad, la comprensión, el afecto, la acogida, la disponibilidad, etc.
●● Ser signos de la Iglesia que se acerca maternalmente
a los últimos y los excluidos.
●● Propiciar ambientes que generen experiencias de voluntariado al estilo orionista.
●● Dedicar el tiempo necesario para el diálogo comprensivo y respetuoso.
●● Amar a los jóvenes para guiarlos en la búsqueda de
una vida cristiana, pública y privada.
●● Atender a cada persona, respondiendo a sus necesidades: acogiendo a los alumnos y respectivas familias, generando una comunicación oportuna y veraz, con un mensaje claro y sin ambigüedad; en un
ambiente sereno, y con un equipo que acompañe el
desarrollo educativo, e incluso ofreciendo becas de
estudios a los más necesitados.
Comunidad Educativa, Roles (PEO 6.2)
Existe claramente una diferenciación de roles dentro de
las comunidades, ya que cada uno de sus actores debe desarrollar su propia labor. En el marco del carisma orionista
es necesario generar acuerdos, hacer una revisión frecuente, reflexionando y proyectando los roles o funciones.
Las características evangelizadoras y carismáticas, comunes a todo rol o función son:
- 111
●● Amor y entusiasmo en su entrega, con sólidos valores, vivenciando el estilo paterno – cristiano.
●● Capacidad de diálogo permanente con los miembros
de la comunidad educativa para generar acuerdos
comunes.
●● Testimonio permanente, manteniendo la coherencia,
equilibrio y prudencia entre nuestro decir y hacer;
con humildad para reconocer nuestros errores.
●● Preocupación constante por su capacitación profesional y crecimiento espiritual.
RELIGIOSO:
●● Garante de la presencia sacramental de Jesús resucitado, y al mismo tiempo de fidelidad al carisma.
●● Pastor comprometido con la obra; profundo conocedor, promotor, ejemplo del carisma y pensamiento
orionita.
LAICO:
●● Formado cristianamente, con carácter innovador y
evangelizador, conocedor y testigo del carisma orionista; viviéndolo creativamente en su quehacer diario.
Desde el rol particular de cada miembro de la comunidad se debe ayudar a la formación integral de nuestros
alumnos, respondiendo fielmente a lo que se nos confía:
●● Amando a nuestros alumnos desde su realidad; siendo
ejemplo, junto a la familia y/o tutor, de formación en
valores cristianos y permaneciendo próximos a ellos.
●● Acompañando a los alumnos para que generen su
proyecto de vida, a través de su desarrollo y conocimiento de sí mismos; ofreciendo las herramientas
necesarias para que éstos realicen una lectura creyente de ella.
●● Actualizando creativamente los objetivos, recursos
y métodos de los itinerarios formativos, ante los
112 -
nuevos requerimientos sociales y nuevas tendencias
educativas; para preparar a nuestros alumnos de
acuerdo a los tiempos, sin perder nuestros valores e
identidad cristiana.
●● Ampliando, la interdisciplinariedad, la transdisciplinariedad y la transversalidad, a través de compromisos reales en los ámbitos socio culturales, familiares, religiosos.
●● Generando condiciones favorables para acompañar
a la comunidad: realizar seguimientos de casos, disponer de los recursos, supervisión, entrevista con los
padres, fomentar la comunicación entre los actores.
Perfil religioso del hombre a formar
(PEO 8.1)
●● Las características religiosas de nuestros alumnos
presentan una gran diversidad:
●● Durante la educación infantil están más receptivos
a la formación religiosa, a diferencia de los adolescentes y jóvenes que presentan resistencia, propia de
esta etapa de crecimiento, pero a pesar de esto surge
fuertemente, en estos últimos, la solidaridad como
característica propia.
●● Existe un cierto sincretismo religioso y confusión de
valores en nuestros alumnos. No obstante, la mayoría de ellos son católicos, aunque no necesariamente
practicantes; a muchos les falta recibir alguno o todos los sacramentos de la iniciación cristiana. Hay
cada vez más niños y jóvenes de otras confesiones
y de otras religiones; incluso tenemos alumnos no
creyentes: a pesar de la apatía general frente a lo religioso, muchos jóvenes responden a las experiencias
espirituales de impacto (encuentros de jóvenes, retiros, etc.), pero son pocos los que luego perseveran en
- 113
el proceso de fe. Sin embargo, hay una clara búsqueda del sentido de la vida y ejemplos a seguir.
●● Algunos de nuestros alumnos participan de las clases de formación religiosa con indiferencia. Tienen
un pobre conocimiento de nuestra fe, aunque participan de las celebraciones comunitarias, conocen y
valoran la figura de San Luis Orione.
●● Al egresar de nuestros colegios lo hacen con una
conciencia básica de su ser cristiano, si bien muy pocos con una conciencia clara de su misión evangelizadora en el mundo; existen casos en los cuales son
los alumnos los que evangelizan a sus familias; los
niños con necesidades educativas especiales son un
fuerte testimonio de fe.
Formas de dar a conocer el Carisma a nuestros alumnos
●● El carisma se da a conocer a través de actitudes dia-
rias que se evidencian en: testimonio de religiosos/
as, docentes y no docentes, espíritu de familia y sentido de pertenencia, promoción constante de buenas
relaciones en la comunidad educativa.
●● De igual forma se da a conocer a través de las actividades formales (las clases de formación religiosa) y
no formales, como por ej.: actos de caridad concretos,
las visitas a las diferentes obras de caridad, la oración diaria, la participación de los grupos pastorales,
las celebraciones de fiestas orionistas y otras actividades que complementan la vivencia del carisma
en la comunidad educativa (semanas vocacionales,
semana de Don Orione, grupos de ayuda fraterna,
noches solidarias, misiones, etc.)
Para desarrollar en las nuevas generaciones un compromiso evangelizador y orionista, necesitamos:
●● Cualificar la presencia del religioso como referente
114 -
cercano, y a través de él crear sólidos lazos en Cristo
con las nuevas generaciones.
●● Fortalecer la fe y la espiritualidad a través de la oración y los sacramentos, generando mayores instancias para la reflexión, que nos permitan valorar lo
que Dios nos ha entregado.
●● Crear equipos de formación al carisma para incentivar y profundizar el mensaje de Don Orione, motivando el compromiso de los miembros de la comunidad educativa. Educadores y padres deben actuar
unidos y en concordancia con los valores que se
quieren fortalecer.
●● Incluir en el proyecto pastoral institucional un itinerario de formación de modo que a lo largo del
trayecto formativo se incluyan formal y sistemáticamente experiencias fuertes de oración, de silencio,
de encuentro con la Palabra de Dios y los escritos del
Fundador y de servicios concretos de caridad, por ej.,
voluntariado en nuestros Cottolengos, etc. Dicho itinerario de formación religiosa y en el carisma deberá ser planificado y evaluado anualmente.
Fisonomía del Exalumno (PEO 8.2)
Dada la gran cantidad de exalumnos, lamentablemente,
no hay contacto con todos, pero sí lo hay con quienes se
acercan a la comunidad y participan en las distintas actividades parroquiales o del colegio; además tenemos un
gran número de ellos que vuelven como padres, tutores o
apoderados, trayendo sus hijos al colegio. Otros regresan
como empleados y/o voluntarios a nuestras comunidades.
Existen grupos que se han organizado de manera parcial o esporádicamente, y otros con una estructura formal.
La comunidad educativa mantiene una relación de puertas
abiertas con los exalumnos, creando los lazos permanentes,
- 115
a través de distintas iniciativas, tales como liturgias de la
Familia Orionista, semana aniversario, etc., y últimamente
a través de la web.
Las principales dificultades que se presentan en su integración son:
●● La falta de programación, en un gran número de comunidades no hay un proyecto para integrarlos.
●● No existe un seguimiento sistemático del trabajo con
los exalumnos (se da solo esporádicamente).
●● La migración a diferentes regiones del país.
●● El poco tiempo disponible en sus jornadas de trabajo.
●● La pérdida de comunicación por diversos motivos.
●● Falta de espacios para que sean protagonistas.
Algunas estrategias para integrar a los exalumnos:
●● Crear un equipo de coordinación con un responsable
del colegio para el trabajo con los exalumnos, con la
asesoría de un religioso.
●● Invitar a participar en actividades del colegio
●● Crear un centro de exalumnos, que organice actividades propias en las cuales se puedan reunir las distintas generaciones.
●● Dar atención preferencial a sus hijos cuando postulan a nuestros establecimientos.
●● Hacerles sentir que siguen formando parte de la comunidad orionista.
●● Integrar en la agenda anual tareas específicas tales
como: Charlas, seminarios, conexión con el mundo
laboral, testimonio y ejemplos de superación.
●● Instaurar el día del exalumno y que se celebre en los
distintos establecimientos.
●● Tener un portal en la web para conectar a quienes
por diversos motivos no pueden participar directamente. Contar con un anuario (electrónico) de las
116 -
promociones y sostener una base de datos de los
exalumnos.
●● Animar la conexión de los exalumnos con el MLO y
propiciar un mayor contacto con la obra.
●● Promover proyectos y propuestas para los jóvenes
en las asociaciones de exalumnos ya existentes, con
objetivos e iniciativas adecuadas al mundo juvenil.
Especialmente proyectos solidarios que les permitan
vivir su formación orionista
●● Agasajar especialmente a quienes cumplan veinticinco (25) y cincuenta (50) años de egreso
●● Preparar a los actuales alumnos para su condición
futura de exalumnos.
- 117
118 -
Descargar