5.1.1.4 Geomorfología

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5.1.1.4. GEOMORFOLOGÍA Y RIESGO FÍSICO
5.1.1.4.1. Generalidades
El presente capítulo describe las principales características de las formas del relieve existentes en el
área ambiental del Proyecto Modificación del EIA “Mejoras a la Seguridad Energética del País y
Desarrollo del Gasoducto Sur Peruano – Componentes Auxiliares”, en adelante área de estudio.
Esta descripción incide en tres aspectos importantes: el reconocimiento de la morfología de los
terrenos, el análisis de la morfogénesis y la caracterización de los procesos morfodinámicos
actuales más importantes que inciden sobre estos relieves, los mismos que tienen especial
importancia práctica, tanto para la identificación de los eventuales impactos posibles atribuibles al
área de estudio, como para la propia seguridad de las instalaciones y el proyecto en su conjunto.
El área de estudio se ubica en los siguientes sectores de evaluación: Sector Kiteni, Sector Ivochote,
Acceso ACC-06A y ACC-06B, Acceso ACC-12 y Acopio AL-KP-196 (Situados en relieves de Selva
Alta que incluye parte de ceja de Selva), Acceso ACC-20 y Acopio AL-KP-340 (Situados en relieves
de Sierra Media zonas Altoandinas).
La fisiografía comprendida en los sectores descritos, tienen caracteres típicos de la Selva Alta, Ceja
de Selva y zonas Altoandinas del sur del país, presentando una variada topografía que incluye
valles un poco angostos, grandes vertientes colinosas y montañosas, además de mesetas
altoandinas, que se encuentran entre altitudes de 530 a 600 m s.n.m., para el caso de los relieves
de selva alta; 750 – 1600 m s.n.m. para el caso de relieves de la Ceja de Selva y altitudes de
aproximadamente de 2800 hasta 4100 aproximadamente en las mesetas altoandinas.
Metodológicamente, el estudio comprende tres secciones: a) Morfogénesis, que describe el origen y
evolución de las diferentes formas del terreno; b) Fisiografía, que clasifica y describe dichas formas
(pendiente, forma, magnitud y constitución superficial), y c) Morfodinámica, que describe los
procesos erosivos de mayor impacto que se presentan actualmente, evaluando sus intensidades y
frecuencias.
El estudio se basa principalmente en trabajos de fotointerpretación de imágenes satelitales,
particularmente de las imágenes de alta resolución y libre disponibilidad como el Google Earth, en
su visualización 3-D, apoyados en apreciaciones directas sobre el terreno, obtenidas a través de
recorridos realizados en distintos tipos de relieve, diferenciados principalmente por sus condiciones
topográficas, litológicas y erosivas.
De la evaluación geomorfológica presentada en este capítulo, se desprende un análisis de las
condiciones de estabilidad y riesgo físico del área, que basado fundamentalmente en las
condiciones geomorfológicas, toma en cuenta también los resultados obtenidos de otras disciplinas,
principalmente de la geología, geotecnia, clima y uso actual de la tierra. La caracterización de la
estabilidad y el riesgo físico, se presenta al final de este capítulo, como una sección referida a los
riesgos de naturaleza de geodinámica externa, expresada mediante una clasificación cualitativa de
zonas de mayor o menor propensión a la ocurrencia de acciones erosivas actuales y potenciales,
que inciden en medios geomorfológicos diversos.
Consiguientemente, este capítulo se acompaña de dos mapas: el Geomorfológico (LBF03), y el de
Estabilidad y Riesgo Físico (LBF04), ambos a la escala de 1:25 000.
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5.1.1.4-1
5.1.1.4.2. Fisiografía
Esta sección describe y clasifica las formas del relieve actual (cuyos procesos de origen más
general han sido descritos en la sección anterior). La clasificación es bastante sencilla o simple, que
recurre a las diferenciaciones más notables que hay entre los tipos de relieve, tomando en primer
lugar al criterio de la configuración topográfica.
Según este esquema, que se verifica en el Mapa Geomorfológico (LBF03), la región montañosa del
área, presenta tres conjuntos fisiográficos o topográficos mayores:
 Planicies de valle. Reúne al conjunto de zonas de topografía llana o suave que se halla en
posiciones de fondo, bordeadas por laderas de pendiente mayormente pronunciada.
 Laderas poco accidentadas. Que como su nombre indica, aglutina fisiografías que al igual que
la categoría anterior, también reúne topografías de pendiente mayormente suave o llana, pero
esta vez no en fondos de valle sino como superficies bastante abiertas, a veces a medias
laderas o en su parte superior.
 Laderas de topografía agreste. En esta categoría, que es la que domina ampliamente en el
área, se tienen los relieves montañosos de pendientes pronunciadas; son las laderas
montañosas que le dan la topografía agreste que caracteriza la mayor parte del relieve andino y
cordillerano.
En el Cuadro 5.1.1.4-1 se muestran las unidades y rasgos fisiográficos identificados en el mapa
geomorfológico, indicando la extensión en hectáreas y porcentaje que representa en las áreas de
influencia.
Cuadro 5.1.1.4-1
Fisiografía identificada en los sectores de evaluación
Formas de relieve
PLANICIES DE
VALLE
LADERAS POCO
ACCIDENTADAS
LADERAS
ACCIDENTADAS
Fondos de valle planos
Fondos de valle inclinados
Fondos de valle glaciales planos
Fondos de valle glaciales inclinados
Altiplanicies onduladas
Laderas montañosas ligeramente
empinadas
Laderas montañosas moderadamente
empinadas
Laderas montañosas empinadas a
escarpadas
Pendiente (%)
Símbolo
0-4
4-8
0-4
4-8
8-15
Fvp
Fvi
Fgp
Fgi
Ao
15-25
Ll
25-45
Lm
>45
Le
Elaborado por: Walsh Perú S.A., 2015.
5.1.1.4.3. Descripción de sectores de evaluación
Las unidades fisiográficas de los sectores evaluados se ubican claramente en dos zonas bien
diferenciadas, la primera zona ubicada en la región de Selva Alta que incluye parte de Ceja de Selva
(Sector Kiteni, Sector Ivochote, Acceso ACC-06A, Acceso ACC-12 y Acopio AL-KP-196), y la
segunda zona que se ubica en relieves de Sierra Media zonas Altoandinas (Acceso ACC-20 y
Acopio AL-KP-340).
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5.1.1.4-2
000085
A continuación se describen las unidades fisiográficas correspondientes a cada uno de los sectores
definidos:
A. Sector Kiteni e Ivochote
En el sector Kiteni se identifican los siguientes componentes: Campamento Kiteni, Cantera1 ACC04, Cantera 2 ACC-04, DME1-ACC-04, DME3-ACC-P1 y DME4-ACC-P1; en el sector Ivochote se
identifican los siguientes componentes: campamento 2A-CA-088-C, C.3 ACC-04, DME1-ACC-05B,
DME2-ACC-05B y DME5-ACC-04. Todos estos componentes auxiliares se encuentran en un medio
allanado hasta inclinado que corresponden a terrazas y laderas de piedemonte que corresponden a
relieves de Selva Alta. Ver Mapa Geomorfológico (LBF03, Láminas 01, 02 y 03)
A continuación se describen las unidades fisiográficas identificadas en ambos sectores:
A.1. Fondos de valle planos (símbolo fvp)
Son los terrenos más llanos de los fondos de valles aluviales, con pendientes comprendidas entre 0
y 4 %, con amplias secciones muy llanas o casi a nivel, de 0 a 2 %. Están formados por terrazas
aluviales de Selva Alta, constituidas por bancos estratificados poco o nada consolidados, de gravas,
arena, limo y arcilla cuya disposición y predominancia varía en muy cortas distancias, reflejando los
anteriores trazos por donde discurrieron las antiguas corrientes fluviales que dieron origen a estos
depósitos.
En el área de estudio estos fondos de valle planos son terrenos prácticamente libres de acciones
erosivas, sin riesgos, debido a la horizontalidad del terreno, lejanía a los bordes ribereños atacados
por la erosión lateral, y por la vegetación natural y cultivada que las protege de las lluvias y
escorrentías.
Foto 1
Fondos de valle del río Urubamba. La foto muestra un
amplio fondo aluvial llano, con importantes sectores
de terrazas medias no inundables de origen
netamente fluvial.
A.2. Fondos de valle inclinados (Símbolo Fvi)
Son terrenos donde la pendiente es ligeramente mayor a los terrenos de la unidad precedente,
estando mayormente en el rango de 4 a 8 %. Las diferencias a los fondos aluviales llanos, se deben
a que son los fondos inclinados son terrenos donde los aportes coluviales y torrenciales laterales
son mayores que los que hay en los terrenos llanos, que resultan de un aluvionamiento dejado por
corrientes fluviales mayores o en fuerte proceso de colmatación de sus fondos de valle.
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5.1.1.4-3
La naturaleza petrográfica de los fondos de valle inclinados revela una clara presencia de materiales
gruesos, menos redondeados y poco estratificados, respecto de la que tienen los depósitos
aluviales llanos, y se forman mayormente en la base de las laderas montañosas, o también a la
llegada de los torrentes tributarios al valle principal, donde dejan sus depósitos en forma de conos
deyectivos.
Su pendiente ligeramente mayor a los de los fondos llanos, tiende a generar algunas acciones
erosivas que pueden ser significativas para el valor agronómico de estas tierras, pero no
representan condiciones de riesgo para las obras de componentes proyectados, puesto que en gran
parte de estos terrenos no se presentan acciones de erosión concentrada severa y mucho menos
de movimientos de masa. Sin embargo, son sectores muy puntuales que deben ser trabajados con
sumas consideraciones de estabilización geotécnica.
Foto 2
En la vista se muestra un fondo de valle netamente inclinado,
de origen torrencial, formado por antiguos aluvionamientos
gruesos de huaycos, casi inexistentes actualmente. La planicie
inclinada es muy estable y carente de acciones erosivas
significativas, ya que por su altura sobre el río no está sujeta a
la erosión e inundabilidad.
A.3. Laderas montañosas ligeramente empinadas (Símbolo Ll)
Son terrenos de laderas montañosas de Selva Alta de topografía poco accidentada, donde las
laderas tienen una inclinación dominante que va de 15 a 25 %. Este rango bajo para pendientes de
laderas, se debe a diversos factores: en algunos casos, corresponden a sectores de cimas
convexas o ligeramente empinadas, que se prolongan bastante hacia abajo, a causa de modelados
desarrollados en rocas blandas; otras veces son superficies topográficas que dependen del
buzamiento débil de los estratos rocosos sedimentarios, en cuyo caso corresponden en parte a
superficies estructurales. También a veces se presentan como resultado de antiguos procesos de
escorrentía superficial que produjeron aplanamientos erosivos a media ladera, de la misma forma en
que se forman las superficies de erosión, en épocas en que las laderas no estuvieron cubiertas por
el bosque tropical.
En estas laderas, las pendientes relativamente débiles no favorecen el desarrollo de acciones
erosivas significativas, salvo sectores localizados. En estos terrenos la debilidad de las acciones
erosivas conforman medios favorables para la construcción y futuros trabajos de mantenimiento
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durante la operación; la necesidad de efectuar cortes y nivelaciones no son significativas, y el riesgo
de ocurrencia de movimientos de masa es considerablemente menor.
A.4. Laderas montañosas moderadamente empinadas (Símbolo Lm)
Son relieves de topografía ya claramente accidentada de Selva Alta, donde las laderas, de
configuración a veces colinosa y otras netamente montañosas, presentan una sucesión de
accidentes topográficos con pendientes predominantes de 25 a 45 %, con frecuentes accidentes de
pendiente mayor. La altura de estas laderas va de 100 a 500 m de altura comprendidos entre la
base y la cima de estas unidades fisiográficas.
La mayor magnitud de las pendientes se debe a que estos relieves se han desarrollado en
condiciones geológicas mayormente variadas, como ocurre en sectores donde predominan las
alternancias de estratos rocosos de diferente resistencia. Esta sucesión determina una topografía
medianamente accidentada, de pendientes más o menos suaves que derivan de la erosión de rocas
blandas, interrumpida frecuentemente por accidentes rocosos de fuerte pendiente, producidos por
los estratos resistentes.
Las acciones erosivas actuales en estas pendientes son variadas, pero mayormente de intensidad
moderada, con efectos producidos principalmente por la escorrentía superficial difusa o laminar,
favorecida por la severa deforestación ocurrida en las laderas en los últimos 50 o 60 años.
Localmente la escorrentía pasa a concentrada, con la formación de esporádicas cárcavas, que se
presentan también en las laderas más deforestadas, de donde se establece que estas formas
erosivas tienen su origen en la actividad antrópica reciente. Sobre estas laderas, también son
frecuentes movimientos de masa lentos como solifluxión y pequeños asentamientos superficiales,
así como esporádicos derrumbes y deslizamientos de pequeña magnitud (movimientos de unos
pocos metros de amplitud.
Foto 3
Vista de laderas ligeramente empinadas y moderadamente
empinadas que descienden hacia la quebrada. Las pendientes
en estas laderas son mayoritariamente de 15 a 25 % para el
caso de las laderas ligeramente empinadas y 25 a 45 % para el
caso de las moderadamente empinadas. No se perciben
acciones erosivas notables, por la casi permanente cobertura
herbácea y arbustiva.
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A.5. Laderas montañosas empinadas a escarpadas (Símbolo Le)
Son zonas montañosas fuertemente accidentadas, donde las pendientes mayoritarias son
superiores a 45 %, y con mucha frecuencia, superiores a 70 %. La altura de estas laderas va de 200
a más de 500 m de altura comprendidos entre la base y la cima de estas unidades fisiográficas.
La mayor magnitud de las pendientes se debe a que estos relieves se han desarrollado en
condiciones geológicas en las que predominan formaciones rocosas compactas o muy resistentes.
Por esta razón, la excavación producida por las corrientes de agua, como resultado del
levantamiento andino plio pleistoceno, determina que las paredes de valle así formadas, mantengan
una pendiente muy pronunciada y hasta escarpada, cosa que no sucede en formaciones rocosas
blandas, que ceden a la erosión areal, dando lugar a zonas de laderas de pendientes moderadas.
De otro lado, estas pendientes pronunciadas no solo se dan en formaciones rocosas compactas,
sino también en formaciones de material suelto de origen coluvial, en caída esporádica de
materiales, o en una condición de marcada inestabilidad porque el ángulo en que se encuentran
supera el ángulo de reposo o de estabilidad de los materiales sueltos en pendiente. Sin embargo,
estos materiales tienden a ser superficiales, bastante menos gruesos que las formaciones coluviales
establecidas en pendientes menores a 50 %.
Dependiendo de las condiciones geológicas y bioclimáticas, las laderas empinadas se hallan
sometidas a acciones erosivas más o menos intensas y localmente severas, sobre todo porque los
materiales coluviales tienen una mayor propensión a la ocurrencia de esporádicos movimientos de
masa, que son procesos que tienen mayor importancia práctica para la seguridad del proyecto.
B. Acceso ACC-06A, Acceso ACC-12 y Acopio AL-KP-196
En estos sectores se distribuyen los Accesos ACC-06A y ACC-06-B, ACC-12 y Acopio AL-KP-196.
Estos dos accesos se encuentran en un medio montañoso de Selva Alta y Ceja de Selva, con
topografía moderadamente accidentada y laderas mayoritariamente empinadas. Ver Mapa
Geomorfológico (LBF03, Láminas 04, 05 y 06). A continuación se describen las unidades
fisiográficas identificadas en estos sectores:
B.1. Fondos de valle planos (símbolo fvp)
Son los terrenos más llanos de los fondos de valles aluviales, con pendientes comprendidas entre 0
y 4 %, con amplias secciones muy llanas o casi a nivel, de 0 a 2 %. Están formados por terrazas
aluviales de Selva Alta y Ceja de Selva, constituidas por bancos estratificados poco o nada
consolidados, de gravas, arena, limo y arcilla cuya disposición y predominancia varía en muy cortas
distancias, reflejando los anteriores trazos por donde discurrieron las antiguas corrientes fluviales
que dieron origen a estos depósitos.
En el área de estudio estos fondos de valle planos son terrenos prácticamente libres de acciones
erosivas, sin riesgos, debido a la horizontalidad del terreno, lejanía a los bordes ribereños atacados
por la erosión lateral, y por la vegetación natural y cultivada que las protege de las lluvias y
escorrentías.
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Foto 4
Fondos de valle del río Urubamba. La foto muestra un
amplio fondo aluvial llano, con otros sectores de
terrazas medias no inundables y laderas de piedemonte
estables.
B.2. Fondos de valle inclinados (Símbolo Fvi)
Son terrenos donde la pendiente es ligeramente mayor a los terrenos de la unidad precedente,
estando mayormente en el rango de 4 a 8 %. Las diferencias a los fondos aluviales llanos, se deben
a que son los fondos inclinados son terrenos donde los aportes coluviales y torrenciales laterales
son mayores que los que hay en los terrenos llanos, que resultan de un aluvionamiento dejado por
corrientes fluviales mayores.
La naturaleza petrográfica de los fondos de valle inclinados revela una clara presencia de materiales
gruesos, menos redondeados y poco estratificados, respecto de la que tienen los depósitos
aluviales llanos, y se forman mayormente en la base de las laderas montañosas, o también a la
llegada de los torrentes tributarios al valle principal, donde dejan sus depósitos en forma de conos
deyectivos.
Su pendiente ligeramente mayor a los de los fondos llanos, tiende a generar algunas acciones
erosivas que pueden ser significativas para el valor agronómico de estas tierras, pero no
representan condiciones de riesgo para las obras de componentes proyectados, puesto que en gran
parte de estos terrenos no se presentan acciones de erosión concentrada severa y mucho menos
de movimientos de masa.
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Desarrollo del Gasoducto Sur Peruano - Componentes Auxiliares”
5.1.1.4-7
Fotos 5
En la vista se muestran fondos de valle inclinados, de origen
torrencial, formado por antiguos aluvionamientos gruesos de
huaycos, casi inexistentes actualmente. La planicie inclinada
es muy estable y carente de acciones erosivas significativas,
ya que por su altura sobre el río no está sujeta a la erosión e
inundabilidad.
B.3. Laderas montañosas ligeramente empinadas (Símbolo Ll)
Son sectores de laderas montañosas de Selva Alta y Ceja de Selva, de topografía poco
accidentada, donde las laderas tienen una inclinación dominante que va de 15 a 25 %. Este rango
bajo para pendientes de laderas, se debe a diversos factores: en algunos casos, corresponden a
sectores de cimas convexas o ligeramente empinadas, que se prolongan bastante hacia abajo, a
causa de modelados desarrollados en rocas blandas; otras veces son superficies topográficas que
dependen del buzamiento débil de los estratos rocosos sedimentarios, en cuyo caso corresponden
en parte a superficies estructurales.
En estas laderas, las pendientes relativamente débiles no favorecen el desarrollo de acciones
erosivas significativas, salvo sectores localizados. En estos terrenos la debilidad de las acciones
erosivas conforman medios favorables para la construcción y futuros trabajos de mantenimiento
durante la operación; la necesidad de efectuar cortes y nivelaciones no son significativas, y el riesgo
de ocurrencia de movimientos de masa es considerablemente menor.
B.4. Laderas montañosas moderadamente empinadas (Símbolo Lm)
Son relieves de topografía claramente accidentada de Selva Alta y Ceja de Selva, donde las
laderas, de configuración a veces colinosa y otras netamente montañosas, presentan una sucesión
de accidentes topográficos con pendientes predominantes de 25 a 45 %, con frecuentes accidentes
de pendiente mayor. La altura de estas laderas va de 100 a 500 m de altura comprendidos entre la
base y la cima de estas unidades fisiográficas.
La mayor magnitud de las pendientes se debe a que estos relieves se han desarrollado en
condiciones geológicas mayormente variadas, como ocurre en sectores donde predominan las
alternancias de estratos rocosos de diferente resistencia. Esta sucesión determina una topografía
medianamente accidentada, de pendientes más o menos suaves que derivan de la erosión de rocas
Modificación del Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto “Mejoras a la Seguridad Energética del País y
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blandas, interrumpida frecuentemente por accidentes rocosos de fuerte pendiente, producidos por
los estratos resistentes.
Las acciones erosivas actuales en estas pendientes son variadas, pero mayormente de intensidad
moderada, con efectos producidos principalmente por la escorrentía superficial difusa o laminar,
favorecida por la severa deforestación ocurrida en las laderas en los últimos 50 o 60 años.
Foto 6
Vista de laderas ligeramente empinadas y moderadamente
empinadas que descienden hacia la quebrada. Las
pendientes en estas laderas son mayoritariamente de 15 a
25 % para el caso de las laderas ligeramente empinadas y
25 a 45 % para el caso de las moderadamente empinadas.
No se perciben acciones erosivas notables, por la casi
permanente cobertura herbácea y arbustiva.
B.5. Laderas montañosas empinadas a escarpadas (Símbolo Le)
Son zonas montañosas fuertemente accidentadas, donde las pendientes mayoritarias son
superiores a 45 %, y con mucha frecuencia, superiores a 70 %. La altura de estas laderas va de 200
a más de 500 m de altura comprendidos entre la base y la cima de estas unidades fisiográficas.
La mayor magnitud de las pendientes se debe a que estos relieves se han desarrollado en
condiciones geológicas en las que predominan formaciones rocosas compactas o muy resistentes.
Por esta razón, la excavación producida por las corrientes de agua, como resultado del
levantamiento andino plio pleistoceno, determina que las paredes de valle así formadas, mantengan
una pendiente muy pronunciada y hasta escarpada, cosa que no sucede en formaciones rocosas
blandas, que ceden a la erosión areal, dando lugar a zonas de laderas de pendientes moderadas.
De otro lado, estas pendientes pronunciadas no solo se dan en formaciones rocosas compactas,
sino también en formaciones de material suelto de origen coluvial, en caída esporádica de
materiales, o en una condición de marcada inestabilidad porque el ángulo en que se encuentran
supera el ángulo de reposo o de estabilidad de los materiales sueltos en pendiente.
Dependiendo de las condiciones geológicas y bioclimáticas, las laderas empinadas se hallan
sometidas a acciones erosivas más o menos intensas y localmente severas, sobre todo porque los
materiales coluviales tienen una mayor propensión a la ocurrencia de esporádicos movimientos de
masa, que son procesos que tienen mayor importancia práctica para la seguridad del proyecto.
Modificación del Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto “Mejoras a la Seguridad Energética del País y
Desarrollo del Gasoducto Sur Peruano - Componentes Auxiliares”
5.1.1.4-9
5.1.1.4.4. Síntesis geomorfológica de los sectores descritos en Selva Alta y Ceja de Selva
A continuación se presenta en el Cuadro 5.1.1.4-2 una síntesis geomorfológica donde se sitúan los
componentes del área de estudio:
Cuadro 5.1.1.4-2
Síntesis geomorfológica en componentes de Selva Alta y Ceja de Selva
Componente del área de
estudio
Formas de Relieve
Símbolo en el
mapa
Procesos Erosivos
actuales
Fvp, Ll, Lm y Le
Escurrimiento difuso y
surcos
Fvi, Lm y Le
Escurrimiento difuso y
surcos
Fvi, Lm y Le
Escurrimiento difuso y
surcos
Lm
Escurrimiento difuso
Ll, Lm y Le
Escurrimiento difuso y
surcos
Le
escurrimiento difuso y
surcos
Fvp, Ll
Escurrimiento difuso
Fvp, Ll
Escurrimiento difuso
Fvp, Fvi y Ll
Escurrimiento difuso
Fvp
Escurrimiento difuso
Ll
Escurrimiento difuso
Fvp
Escurrimiento difuso
Ll
Escurrimiento difuso
Fvi
Escurrimiento difuso
Accesos
Acceso ACC-06A
Acceso ACC-12
ACCESO ACC- 06B
Acceso CNT-R01-ACC-06B
ACCESO ACC-5B
ACCESO ACC-5B-1S
Acceso al campamento 2ACA-088C-1
Acceso a la Cantera -088C1
Cauce, Fondo de valle plano,
laderas de montañas ligeramente
empinadas, moderadamente
empinadas y empinadas
Fondos de valle inclinados,
laderas de montañas
moderadamente empinadas y
empinadas
Fondos de valle inclinados,
laderas de montañas
moderadamente empinadas y
empinadas
Ladera montañosa
moderadamente empinada
Laderas de montañas ligeramente,
empinadas, moderadamente
empinadas y empinadas
Ladera empinada
Fondo de valle plano, ladera
ligeramente montañosa
ligeramente empinada
Fondo de valle plano, ladera
ligeramente montañosa
ligeramente empinada
Componentes asociados
2A-CA-088C-1
Campamento Kiteni
Campamento de Avanzada
– ACC-06B
Campamento 2A-CA-088C1
Fondo de valle plano, inclinado y
ladera montañosa ligeramente
empinada
Fondo de valle plano
Ladera montañosa ligeramente
empinada
Fondo de valle plano
Ladera montañosa ligeramente
empinada
Fondo de valle inclinado
Ladera montañosa
moderadamente empinada
Fondo de valle plano
Lm
Escurrimiento difuso
Fvp
Escurrimiento difuso
CANTERA 02 ACC-04
Cauce del río Urubamba
--
--
CANTERA 03 ACC-04
Cauce del río Urubamba
--
--
Campamento 2A-CA-111-1
Acopio Logístico 196+000
Acopio
AL-KP-111-ACC06B
CANTERA 01 ACC-04
Modificación del Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto “Mejoras a la Seguridad Energética del País y
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5.1.1.4-10
000089
Componente del área de
estudio
Formas de Relieve
Símbolo en el
mapa
Procesos Erosivos
actuales
Cantera CNT-R01-ACC-06B
Cauce del río Urubamba
--
--
Cauce del río Urubamba
Ladera montañosa ligeramente
empinada
--
--
Ll
Escurrimiento difuso
Le
escurrimiento difuso y
surcos
Lm
Escurrimiento difuso
Ll
Escurrimiento difuso
Ll
Escurrimiento difuso
Ll
Escurrimiento difuso
Ll
Escurrimiento difuso
Cantera -088C-1
DME1-ACC-04
DME1-ACC-05B
DME2-ACC-05B
DME3-ACC-P1
DME4-ACC-P1
DME5-ACC-04
DME-01-ACC-06B
Ladera empinada
Ladera montañosa
moderadamente empinada
Ladera montañosa ligeramente
empinada
Ladera montañosa ligeramente
empinada
Ladera montañosa ligeramente
empinada
Ladera montañosa ligeramente
empinada
Elaborado por: Walsh Perú S.A., 2015.
A. Acceso ACC-20 y Acopio AL-KP-340
El Acceso ACC-20 y el Acopio AL-KP-340, se distribuyen en terrenos de terrazas y laderas
montañosas de Sierra Media y zonas Altoandinas. Ver Mapa Geomorfológico (LBF03, Láminas 07,
08, 09, 10 y 11).
A continuación se describen las unidades fisiográficas identificadas en este sector:
A.1. Fondos de valle planos (símbolo fvp)
Son los terrenos más llanos de los fondos de valles aluviales, con pendientes comprendidas entre 0
y 4 %, con amplias secciones muy llanas o casi a nivel, de 0 a 2 %. Están formados por terrazas
aluviales de Sierra Media, constituidas por bancos estratificados poco o nada consolidados, de
gravas, arena, limo y arcilla cuya disposición y predominancia varía en muy cortas distancias,
reflejando los anteriores trazos por donde discurrieron las antiguas corrientes fluviales que dieron
origen a estos depósitos.
En el área de estudio sobre estos fondos de valle planos se encuentra el acceso ACC-20 en el valle
de Pisac, son terrenos prácticamente libres de acciones erosivas, sin riesgos, debido a la
horizontalidad del terreno, lejanía a los bordes ribereños atacados por la erosión lateral, y por la
vegetación natural y cultivada que las protege de las lluvias y escorrentías. Estas condiciones
facilitan los trabajos sin necesidad de realizar significativos movimientos de tierra y afectaciones
laterales, siendo medios donde la construcción también puede implementarse en períodos de
tiempo rápidos que reducen el impacto. No obstante, son terrenos de mucho valor agronómico y
social, por lo que los trabajos, aún sencillos técnicamente, deben ser rigurosos en el cuidado y la
preservación.
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5.1.1.4-11
Foto 7
Fondos de valle en el sector de Pisac. La foto
muestra un amplio fondo aluvial llano, con importantes
sectores de terrazas con suelos bastante fértiles de
origen aluvial y fluvial.
A.2. Fondos de valle inclinados (Símbolo Fvi)
Son terrenos donde la pendiente es ligeramente mayor a los terrenos de la unidad precedente,
estando mayormente en el rango de 4 a 8 %. Las diferencias a los fondos aluviales llanos, se deben
a que son los fondos inclinados son terrenos donde los aportes coluviales y torrenciales laterales
son mayores que los que hay en los terrenos llanos, que resultan de un aluvionamiento dejado por
corrientes fluviales mayores o en fuerte proceso de colmatación de sus fondos de valle.
La naturaleza petrográfica de los fondos de valle inclinados revela una clara presencia de materiales
gruesos, menos redondeados y moderadamente estratificados, respecto de la que tienen los
depósitos aluviales llanos de Sierra Media, y se forman mayormente en la base de las laderas
montañosas, o también a la llegada de los torrentes tributarios al valle principal, donde dejan sus
depósitos en forma de conos deyectivos. Su pendiente ligeramente mayor a los de los fondos llanos,
tiende a generar algunas acciones erosivas que pueden ser significativas para el valor agronómico
de estas tierras, pero no representan condiciones de riesgo para las obras de componentes
proyectados, puesto que en gran parte de estos terrenos no se presentan acciones de erosión
concentrada severa y mucho menos de movimientos de masa. Sin embargo son sectores muy
puntuales que deben ser trabajados con sumas consideraciones de estabilización geotécnica.
A.3. Fondos de valle glaciales llanos (Símbolo Fgp)
Los fondos de valle de origen glacial se diferencian de los fondos de valle aluviales, en que los
valles glaciales tienen mayoritariamente una morfología de valle en U, generalmente constituida en
sus bordes por laderas muy empinadas y rocosas, con un fondo cubierto por gruesos volúmenes de
material morrénico dejado por las antiguas masas de hielo que avanzaron pendiente abajo por estos
valles. De otro lado, al igual que los fondos de vale aluviales, los fondos de valle de origen glacial
también se diferencian entre llanos e inclinados.
Los fondos de valle glaciales llanos, tienen como su nombre indica una superficie muy regular, de
pendiente mayoritaria de 0 a 4 %, con numerosos sectores muy llanos y muy pocos accidentes
topográficos. Esta regularidad se debe principalmente a que los depósitos glaciales que rellenaron
los fondos, fueron colmatados por posteriores corrientes fluviales de fusión y frecuentes lagunas que
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5.1.1.4-12
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dejaron muchos depósitos lacustres muy llanos. El trabajo erosivo posterior de estas corrientes fue
redistribuir los antiguos depósitos por todos los fondos, dándoles la regularidad topográfica que
ahora las caracteriza.
Como ya se ha mencionado, estos terrenos son muy favorables a una construcción rápida y
sencilla, pero en cambio son medios ecológicos y sociales altamente sensibles, que requieren
medidas constructivas conservacionistas muy estrictas.
Foto 8
Fondos de valle glaciar en el sector de Pisac. La foto
muestra un amplio fondo glacial plano, que se sitúan
en la base de laderas montañosas rocosas propias de
zonas de influencia glaciar. Los suelos de estos
terrenos presentan buena estabilidad.
A.4. Fondos de valles glaciales inclinados (Símbolo Fgi)
Son terrenos conformados por depósitos glaciales, que tienen pendientes mayores a las de los
fondos llanos, generalmente entre 5 y 15 %, con frecuentes accidentes de pendiente mayor a 20 %.
La pendiente se debe a que no han sido regularizadas tan marcadamente como los fondos llanos,
porque las corrientes de fusión no han sido lo suficientemente activas para retocar y acumular los
materiales sueltos para regularizar las superficies; Asimismo, la llegada de antiguas morrenas hacia
los valles, y el aporte coluvial de las laderas si ha sido activo, y por ello, los bordes laterales de los
fondos de valle, en contacto con las laderas tiene una inclinación claramente sensible. Otra causa
de los accidentes de pendiente es la presencia de numerosos umbrales rocosos que aparecen en
los fondos, en sectores que fueron sobreexcavados por los hielos; estos umbrales rocosos que se
presentan con fuertes efectos de abrasión por el paso de los hielos, a menudo encierran lagunas y
humedales y le dan una apariencia escalonada a los valles glaciales pendiente abajo.
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5.1.1.4-13
Foto 9
Vista de un pequeño fondo de valle glaciar inclinado,
formado por la excavación de los antiguos hielos
cuaternarios, ahora casi totalmente ocupado por una
pequeña laguna cerrada por un umbral rocoso. Los aportes
coluviales de las laderas empinadas que bordean el fondo le
dan la pendiente inclinada.
A.5. Altiplanicies onduladas (Símbolo Ao)
Estos relieves en general corresponden a los restos de la antigua superficie puna, a veces bastante
cubiertos por depósitos aluviales recientes, y principalmente por depósitos morrénicos de las
pasadas glaciaciones, que descendieron de los macizos montañosos que emergen sobre esta
superficie. La pendiente dominante es de 8 a 15 %, la cual propicia leves acciones erosivas,
frenadas en parte por la densa cobertura natural herbácea y por la débil intensidad y volumen de las
lluvias de tormenta en las zonas altas.
Foto 10
Muestra una altiplanicie ondulada, que grada a laderas
ligeramente empinadas, con formaciones rocosas y
morrénicas, donde aparecen humedales en verde intenso.
Las condiciones constructivas son favorables por la
topografía y constitución del suelo, pero los humedales
dispersos (sobre todo los de mayor presencia de agua)
deben ser evitados en lo posible para la conservación
ambiental.
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A.6. Laderas montañosas ligeramente empinadas (Símbolo Ll)
Son sectores de laderas montañosas de topografía poco accidentada, donde las laderas tienen una
inclinación dominante que va de 15 a 25 %. Este rango bajo para pendientes de laderas, se debe a
diversos factores: en algunos casos, corresponden a sectores de cimas convexas o ligeramente
empinadas, que se prolongan bastante hacia abajo, a causa de modelados desarrollados en rocas
blandas; otras veces son superficies topográficas que dependen del buzamiento débil de los
estratos rocosos sedimentarios, en cuyo caso corresponden en parte a superficies estructurales.
También a veces se presentan como resultado de antiguos procesos de escorrentía superficial que
produjeron aplanamientos erosivos a media ladera, de la misma forma en que se forman las
superficies de erosión, en épocas en que las laderas no estuvieron cubiertas por el bosque tropical.
En estos terrenos la debilidad de las acciones erosivas conforman medios favorables para la
construcción y futuros trabajos de mantenimiento durante la operación; la necesidad de efectuar
cortes y nivelaciones no son significativas, y el riesgo de ocurrencia de movimientos de masa es
considerablemente menor.
A.7. Laderas montañosas moderadamente empinadas (Símbolo Lm)
Son relieves de topografía ya claramente accidentada, donde las laderas, de configuración a veces
colinosa y otras netamente montañosas, presentan una sucesión de accidentes topográficos con
pendientes predominantes de 25 a 45 %, con frecuentes accidentes de pendiente mayor. La altura
de estas laderas va de 100 a 500 m de altura comprendidos entre la base y la cima de estas
unidades fisiográficas.
La mayor magnitud de las pendientes se debe a que estos relieves se han desarrollado en
condiciones geológicas mayormente variadas, como ocurre en sectores donde predominan las
alternancias de estratos rocosos de diferente resistencia. Esta sucesión determina una topografía
medianamente accidentada, de pendientes más o menos suaves que derivan de la erosión de rocas
blandas, interrumpida frecuentemente por accidentes rocosos de fuerte pendiente, producidos por
los estratos resistentes.
Las acciones erosivas actuales en estas pendientes son variadas, pero mayormente de intensidad
moderada, con efectos producidos principalmente por la escorrentía superficial difusa o laminar,
favorecida por la severa deforestación ocurrida en las laderas en los últimos 50 o 60 años.
Localmente la escorrentía pasa a concentrada, con la formación de esporádicas cárcavas, que se
presentan también en las laderas más deforestadas, de donde se establece que estas formas
erosivas tienen su origen en la actividad antrópica reciente. Sobre estas laderas, también son
frecuentes movimientos de masa lentos como solifluxión y pequeños asentamientos superficiales,
así como esporádicos derrumbes y deslizamientos de pequeña magnitud (movimientos de unos
pocos metros de amplitud.
A.8. Laderas montañosas empinadas a escarpadas (Símbolo Le)
Son las zonas montañosas fuertemente accidentadas, donde las pendientes mayoritarias son
superiores a 45 %, y con mucha frecuencia, superiores a 70 % y donde además se encuentran
numerosos escarpes rocosos subverticales. La altura de estas laderas va de 200 a más de 500 m
de altura comprendidos entre la base y la cima de estas unidades fisiográficas.
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5.1.1.4-15
La mayor magnitud de las pendientes se debe a que estos relieves se han desarrollado en
condiciones geológicas en las que predominan formaciones rocosas compactas o muy resistentes.
Por esta razón, la excavación producida por las corrientes de agua, como resultado del
levantamiento andino plio pleistoceno, determina que las paredes de valle así formadas, mantengan
una pendiente muy pronunciada y hasta escarpada, cosa que no sucede en formaciones rocosas
blandas, que ceden a la erosión areal, dando lugar a zonas de laderas de pendientes moderadas.
De otro lado, estas pendientes pronunciadas no solo se dan en formaciones rocosas compactas,
sino también en formaciones de material suelto de origen coluvial, en caída esporádica de
materiales, o en una condición de marcada inestabilidad porque el ángulo en que se encuentran
supera el ángulo de reposo o de estabilidad de los materiales sueltos en pendiente. Sin embargo,
estos materiales tienden a ser superficiales, bastante menos gruesos que las formaciones coluviales
establecidas en pendientes menores a 50 %.
Dependiendo de las condiciones geológicas y bioclimáticas, las laderas empinadas se hallan
sometidas a acciones erosivas más o menos intensas y localmente severas, sobre todo porque los
materiales coluviales tienen una mayor propensión a la ocurrencia de esporádicos movimientos de
masa, que son procesos que tienen mayor importancia para la seguridad del proyecto en caso de
presentarse.
Foto 11
Vista de laderas empinadas a muy empinadas. Las
pendientes que van desde 45 % y más. En estas laderas es
posible
encontrar
eventualmente
derrumbes
y
deslizamientos pequeños y medianos en lugares donde se
ha deforestado. Pese a las pendientes fuertes no se
perciben acciones erosivas notables, por la buena cobertura
herbácea y arbustiva.
5.1.1.4.5. Síntesis geomorfológica de los sectores descritos en Sierra Media y zonas
Altoandinas
A continuación se presenta en el Cuadro 5.1.1.4-3 una síntesis geomorfológica donde se sitúan los
componentes del área de estudio:
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5.1.1.4-16
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Cuadro 5.1.1.4-3
Síntesis Geomorfológica en componentes de Sierra Media y zonas Altoandinas
Componente del área de
estudio
Formas de Relieve
Símbolo en el
mapa
Procesos Erosivos
actuales
Fondo de valle glaciar plano, fondo
de valle glaciar inclinado,
altiplanicie ondulada, laderas de
montañas ligeramente empinadas,
moderadamente empinadas y
empinadas
Fgp, Fgi, Ao, Ll
Lm y Le
Escurrimiento difuso y
surcos
Laderas montañosas ligeramente
empinadas y fondos de valle
glaciar inclinados
Fgi , Ll
Escurrimiento difuso
Accesos
Acceso ACC-20
Componentes asociados
Acopio Logístico 340+000
Elaborado por: Walsh Perú S.A., 2014.
5.1.1.4.6. Rasgos fisiográficos complementarios
Las formas de tierra descritas anteriormente representan áreas más o menos amplias y definidas. El
mapa geomorfológico contiene, además de estas formas ya descritas, otros rasgos más pequeños,
aunque bastante definidos, que se sobreponen a las unidades cartografiadas, y que ayudan a la
mejor descripción y caracterización del relieve. La cartografía de estos rasgos, precisamente trata
de representar su distribución, su sentido y su magnitud. En el mapa geomorfológico se ha
distinguido solamente dos rasgos de importancia práctica:
A. Divisorias de sub-cuencas
Son las líneas de cumbres topográficas que separan las diversas cuencas hidrográficas desde las
mayores hasta las de menor magnitud. Su delimitación en el mapa es importante, porque señala la
orientación de los flujos hídricos, o de los sectores de influencia de cada río o quebrada. La
morfología de las divisorias es variada, habiendo casos en que es aristada, pero en su mayoría, las
divisorias son bastante suaves o convexas, que tienen superficies suaves superiores a 20 m de
ancho, que pueden permitir el tendido de las tuberías en zonas incluso empinadas, sin necesidad de
excesiva remoción y nivelación de tierras.
B. Afloramientos rocosos
Como su nombre indica, son sectores donde el suelo o es muy superficial o prácticamente ha
desaparecido por los procesos de erosión reciente debido a la deforestación, con lo que en la
superficie aflora el substrato rocoso del basamento geológico. Por lo general son zonas compactas,
de topografía agreste, que presentan severas dificultades a las actividades constructivas
(perforación voladuras, etc.), pero en cambio una vez trabajadas se constituyen en áreas
mayormente estables, poco susceptible a las acciones erosivas severas, por lo que su presencia se
constituye en un factor de estabilidad en las zonas de mayor pendiente, que de otra forma tendría
mayores niveles de riesgo.
Los afloramientos rocosos se presentan a veces como escarpes o paredes de pendiente muy
pronunciada, que incluyen saltos de algunas decenas de metros de pendiente sub vertical, y otras
como exposiciones del substrato en superficies a veces de pendientes suaves.
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5.1.1.4-17
5.1.1.4.7. Morfodinámica (procesos erosivos actuales)
Esta sección describe la distribución y ocurrencia de procesos erosivos actuales que actúan sobre el
relieve, caracterizando tanto sus tipologías como sus intensidades, lo que se hace de forma
cualitativa, considerando las evidencias morfológicas dejadas por los procesos, y también las
condiciones o factores de la erosión, como la litología, clima, pendiente, sismicidad, entre otros. Los
procesos identificados y considerados en el mapa geomorfológico, son los siguientes:

Escurrimiento difuso y surcos
Se refiere a la acción erosiva superficial del agua corriente proveniente de las lluvias en su
descenso por las laderas. La erosión empieza generalmente de manera difusa, cuando las lluvias
caen e inician un lento descenso por la superficie. Si el terreno tiene poca pendiente, es permeable
y está bien protegido por la vegetación, el escurrimiento se mantiene en estado difuso, compuesto
por numerosos hilos de agua que discurren cruzándose constantemente, sin provocar cambios
erosivos sensibles, es decir prácticamente sin generar erosión alguna; como resultado, el agua que
desciende por las laderas llega a los drenes principales inferiores casi desprovisto de carga sólida.
Si los factores cambian a mayor pendiente e intensidad de tormentas, abundancia de material fino
superficial e impermeabilidad, y sobre todo una mala cobertura vegetal del suelo, el escurrimiento
difuso se va tornando en un proceso generalizado que afecta erosivamente de manera sensible al
suelo, resultando incluso un proceso previo o transicional a formas más severas del escurrimiento,
como el que ya se concentra en cárcavas y abarrancamientos. Las evidencias del escurrimiento
difuso que se hace intenso, se manifiestan en la presencia de numerosos surcos de unos pocos
centímetros hasta algunos decímetros de profundidad, que afectan el suelo de manera significativa
contribuyendo a su deterioro.
En el mapa geomorfológico están indicados bajo este proceso únicamente los sectores donde el
escurrimiento difuso ejerce una acción erosiva significativa del recurso suelo, hecho que resulta
bastante común en todas las vertientes que han sido severamente deforestadas, donde la pendiente
pronunciada, aunada a la escasa cobertura vegetal e intensas lluvias propician este proceso erosivo
que afecta sobre todo la productividad del suelo, pero que no representa riesgos significativos al
proyecto, porque se trata de acciones erosivas muy superficiales, que se frenan apenas el terreno
queda bien cubierto por la vegetación.

Erosión en cárcavas
Estos procesos se forman cuando el escurrimiento difuso inicial tiende a concentrarse primero en
surcos y luego en cárcavas; los primeros son incisiones de unos pocos decímetros de profundidad
en el terreno, y las cárcavas representan la erosión concentrada en laderas afectadas por disección
y abarrancamiento en drenes de uno a varios metros de profundidad. En el área de estudio los
surcos y cárcavas se forman mayormente en terrenos de fuerte pendiente, severamente
deforestados. En el mapa geomorfológico están indicados bajo este proceso los sectores donde
este proceso ejerce una acción erosiva significativa del recurso suelo.
La erosión en cárcavas puede tener alguna incidencia negativa en el proyecto, en la medida que las
cárcavas puedan estar cerca de algún componente, aumentar su actividad y producirle
afectaciones. Sin embargo, es una probabilidad relativamente baja, puesto que las cárcavas son
bastante localizadas en este medio montañoso; son cárcavas aisladas, que no forman redes densas
de barrancos.
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5.1.1.4-18
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
Solifluxión y asentamientos esporádicos
Son procesos de movimientos de masa de pequeña magnitud, pero que pueden afectar extensiones
amplias de terreno montañoso. La solifluxión consiste en un corrimiento más o menos superficial de
capas de suelo y material de cobertura en las laderas, a manera de pequeñas coladas que ceden a
la gravedad bajo el efecto de una fuerte saturación de agua en sus vacíos. Estos corrimientos, que
tienen una dimensión de uno a unos pocos metros de caída, se producen esporádicamente en las
laderas de mayor volumen de material de cobertura, con una proporción más o menos elevada de
elementos finos que favorecen la imbibición; asimismo se producen generalmente en los años de
mayor precipitación en terrenos de pendientes pronunciadas (laderas moderadamente empinadas y
empinadas.
La pendiente es un factor que desencadena en parte los movimientos de solifluxión, pero hasta
cierto punto, porque en pendiente débil (laderas ligeramente empinadas), la solifluxión casi no se
produce, y empieza a tornarse activa sobre 30 % cuando los otros factores se conjugan. Sobre 60 o
70 %, cuando la solifluxión debiera ser más activa, en cambio en estas pendientes, ya el material de
cobertura se hace cada vez más delgado, lo que reduce por superficialidad del suelo, la existencia
de procesos de solifluxión, o en todo caso, reducirlas a pequeños corrimientos muy superficiales.
Estos procesos representan ciertas consideraciones de riesgo para el proyecto, en la medida que su
ocurrencia puede ser indicativo de eventuales movimientos de mayor magnitud y por tanto, de
mayor riesgo. Sin embargo, no son procesos generalizados a gran parte del área, sino más bien
procesos un tanto localizados.

Derrumbes y deslizamientos
Son procesos de remoción en masa de gran envergadura y alto riesgo. Los movimientos son
rápidos y pueden involucrar masas de varias centenas a varios miles de m3 de material derrumbado
o deslizado. Los derrumbes son caídas de material suelto que pueden producirse en seco o sin que
el agua interna juegue un papel preponderante en la caída brusca del material; los deslizamientos
en cambio, se producen cuando los materiales sueltos han sido fuertemente embebidos y ceden al
peso que les agrega el agua de infiltración. Los derrumbes pueden producirse por movimientos
sísmicos, o por socavamiento en la base de los taludes de materiales parcialmente inestables en
fuertes pendientes. Los deslizamientos pueden provocarse también por las mismas causas, aunque
agravadas por saturación en agua.
Siendo procesos distintos, en la práctica resulta muy difícil, una vez ocurridos y haber transcurrido el
tiempo, reconocer si se trata de derrumbes o de deslizamientos, o de procesos de origen mixto.
Asimismo, sus resultados morfológicos son similares, ya que ambos producen concavidades
superiores en las laderas, en los sectores desde donde se desprenden los materiales, y medianas o
grandes acumulaciones de material suelto hacia la base de las laderas, por debajo de los sectores
de arranque.
No obstante ser una zona montañosa de clima semi-húmedo por un lado y una zona montañosa
altoandina con poca humedad, estos procesos son escasos en el área de estudio, lo cual representa
una condición geomorfológica favorable al proyecto. Las fuertes pendientes que hay en las zonas
altas, corresponden en parte a laderas de superficies mayormente rocosas y compactas, poco
susceptibles a la ocurrencia de derrumbes o deslizamientos, precisamente por la compacidad de los
medios rocosos.
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5.1.1.4-19
En síntesis, el cartografiado de estos riesgosos procesos muestra que los componentes del
proyecto se hallan en gran parte exentos de estas amenazas, tanto porque su ocurrencia es escasa
o reducida en las condiciones naturales del relieve de esta zona.
5.1.1.4.8. Estabilidad y riesgo físico
Esta sección presenta información cualitativa acerca de las condiciones de estabilidad y riesgo del
área, frente a potenciales acciones de geodinámica externa. Por ello, esta sección constituye un
resultado interpretativo sobre las condiciones de estabilidad y riesgo, que se obtiene principalmente
de la evaluación geomorfológica precedente, la cual proporciona la base respecto a las
características fisiográficas del relieve (magnitud, pendiente), y morfodinámica (procesos erosivos).
En segundo término, la evaluación de la estabilidad y riesgo físico del área toma en consideración
otros aspectos ambientales, como los geológicos, climáticos, vegetacionales y de uso de la tierra,
elementos que también inciden en la problemática erosiva y los niveles de riesgo.
Partiendo principalmente de la información geomorfológica y de los otros aspectos señalados, en
esta sección se zonifica el área en sectores de mayor o menor nivel de ocurrencia de acciones
erosivas y de riesgos potenciales; es una zonificación cualitativa que toma como base la
delimitación fisiográfica establecida en el mapa geomorfológico, pero que no toma exactamente
todos sus límites, sino que los mismos, varían de acuerdo a los demás aspectos incidentes en la
problemática del riesgo físico, considerados en la evaluación, incluyendo los propios rasgos
fisiográficos y procesos erosivos, presentados también en el mapa geomorfológico.
A continuación se describen las unidades de estabilidad y riesgo consideradas en el mapa.
A. Zonas estables de muy bajo a bajo riesgo físico
Como su nombre indica, son zonas donde las acciones erosivas son casi inexistentes a la escala de
vida humana; son mayormente terrenos de topografía llana, y por esta razón, los medios son
básicamente estables, no presentando amenazas significativas al proyecto, puesto que se trata de
medios fácilmente operables, donde las labores constructivas no se ven dificultadas por severas
limitaciones topográficas y/o erosivas debidas al relieve, y más bien, son sectores donde los
terrenos ofrecen muchas ventajas para un trabajo relativamente sencillo y rápido.
Estas zonas estables y de muy bajo riesgo físico, se han subdividido en dos unidades:
 Fondos de valle planos (símbolo E-1)
Son terrenos ubicados en los fondos de valle de origen aluvial, con pendientes comprendidas entre
0 y 4 %, con amplias secciones muy llanas o casi a nivel, de 0 a 2 %. Están formados por terrazas
aluviales, constituidas por bancos estratificados poco o nada consolidados, de gravas, arena, limo y
arcilla cuya disposición y predominancia varía en muy cortas distancias, reflejando los anteriores
trazos por donde discurrieron las antiguas corrientes fluviales que dieron origen a estos depósitos.
Se trata de terrenos prácticamente libres de acciones erosivas, sin riesgos, debido a la
horizontalidad del terreno, lejanía a los bordes ribereños atacados por la erosión lateral, y por la
vegetación natural y cultivada que las protege de las lluvias y escorrentías.
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5.1.1.4-20
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
Fondos de valle glaciales llanos (Símbolo E-2)
Son terrenos formados en fondos de valle de origen glacial y se diferencian de los fondos de valle
aluviales, en que los valles glaciales tienen mayoritariamente una morfología de valle en U,
generalmente constituida en sus bordes por laderas muy empinadas y rocosas, con un fondo
cubierto por gruesos volúmenes de material morrénico dejado por las antiguas masas de hielo que
avanzaron pendiente abajo por estos valles. De otro lado, al igual que los fondos de vale aluviales,
los fondos de valle de origen glacial también se diferencian entre llanos e inclinados.
Los fondos de valle glaciales llanos, tienen como su nombre indica una superficie muy regular, de
pendiente mayoritaria de 0 a 4 %, con numerosos sectores muy llanos y muy pocos accidentes
topográficos. Esta regularidad se debe principalmente a que los depósitos glaciales que rellenaron
los fondos, fueron colmatados por posteriores corrientes fluviales de fusión y frecuentes lagunas que
dejaron muchos depósitos lacustres muy llanos.
Estos terrenos son muy favorables a una construcción rápida y sencilla, pero en cambio son medios
ecológicos y sociales altamente sensibles, que requieren medidas constructivas conservacionistas
muy estrictas.
B. Zonas estables a ligeramente inestables de riesgo físico medio
En esta categoría, que agrupa terrenos distintos, pero mayormente constituidos por medios poco
accidentados, los procesos erosivos son débiles, y también su potencial; por ello el riesgo físico es
medio. Se incluye un solo tipo de terreno:
 Fondos de valle inclinados (Símbolo ELI)
Se trata de terrenos donde la pendiente es débil, estando mayormente en el rango de 4 a 8 %. Las
diferencias a los fondos aluviales llanos, se deben a que son los fondos inclinados son terrenos
donde los aportes coluviales y torrenciales laterales son mayores que los que hay en los terrenos
llanos, que resultan de un aluvionamiento dejado por corrientes fluviales mayores o en fuerte
proceso de colmatación de sus fondos de valle.
Su pendiente ligeramente mayor a los de los fondos llanos, tiende a generar algunas acciones
erosivas que pueden ser significativas para el valor agronómico de estas tierras, pero no
representan condiciones de riesgo para las obras de componentes proyectados, puesto que en gran
parte de estos terrenos no se presentan acciones de erosión concentrada severa y mucho menos
de movimientos de masa. Sin embargo son sectores muy puntuales que deben ser trabajados con
sumas consideraciones de estabilización geotécnica.
La naturaleza petrográfica de los fondos de valle inclinados revela una clara presencia de materiales
gruesos, menos redondeados y poco estratificados, respecto de la que tienen los depósitos
aluviales llanos, y se forman mayormente en la base de las laderas montañosas, o también a la
llegada de los torrentes tributarios al valle principal, donde dejan sus depósitos en forma de conos
deyectivos.
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5.1.1.4-21
C. Zonas ligeras a medianamente inestables de riesgo físico medio a alto
Esta unidad asocia terrenos de pendiente mayormente moderada a fuerte, donde las acciones
erosivas son fácilmente identificables, en niveles de intensidad y frecuencia moderados a altos. Se
incluye los siguientes terrenos:
 Laderas montañosas ligeramente empinadas (Símbolo LMI-1)
Son sectores de laderas montañosas de topografía poco accidentada, donde las laderas tienen una
inclinación dominante que va de 15 a 25 %. Estos rangos de pendientes de laderas, se debe a
diversos factores: en algunos casos, corresponden a sectores de cimas convexas o ligeramente
empinadas, que se prolongan bastante hacia abajo, a causa de modelados desarrollados en rocas
blandas; otras veces son superficies topográficas que dependen del buzamiento débil de los
estratos rocosos sedimentarios, en cuyo caso corresponden en parte a superficies estructurales.
En estas laderas, las pendientes relativamente débiles no favorecen el desarrollo de acciones
erosivas significativas, salvo sectores localizados. En estos terrenos la debilidad de las acciones
erosivas conforman medios favorables para la construcción y futuros trabajos de mantenimiento
durante la operación; la necesidad de efectuar cortes y nivelaciones no son significativas, y el riesgo
de ocurrencia de movimientos de masa es considerablemente menor.
 Laderas montañosas moderadamente empinadas (Símbolo LMI-2)
Al igual que la unidad anterior presentan topografía medianamente accidentada, donde las laderas,
de configuración a veces colinosa y otras netamente montañosas, presentan una sucesión de
accidentes topográficos con pendientes predominantes de 25 a 45 %, con frecuentes accidentes de
pendiente mayor. Las acciones erosivas actuales en estas pendientes son variadas, pero
mayormente de intensidad moderada, con efectos producidos principalmente por la escorrentía
superficial difusa o laminar, favorecida por la severa deforestación ocurrida en las laderas en los
últimos 50 o 60 años.
Localmente la escorrentía pasa a concentrada, con la formación de esporádicas cárcavas, que se
presentan también en las laderas más deforestadas, de donde se establece que estas formas
erosivas tienen su origen en la actividad antrópica reciente. Sobre estas laderas, también son
frecuentes movimientos de masa lentos como solifluxión y pequeños asentamientos superficiales,
así como esporádicos derrumbes y deslizamientos de pequeña magnitud (movimientos de unos
pocos metros de amplitud.
D. Zonas inestables de riesgo físico alto
Esta categoría involucra terrenos de riesgo alto bien definido, donde las acciones erosivas son
frecuentes y de magnitudes importantes, inclusive superiores a los de la unidad anterior. Aquí las
condiciones geomorfológicas implican riesgos severos para el proyecto, porque son áreas donde se
pueden potencialmente producir actualmente acciones erosivas severas. El tipo de terreno
considerado es el siguiente:
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5.1.1.4-22
000095
 Laderas montañosas empinadas a escarpadas (Símbolo I)
Son terrenos donde la las pendientes mayoritarias son superiores a 45 %, y con mucha frecuencia,
superiores a 70 %. La mayor magnitud de las pendientes se debe a que estos relieves se han
desarrollado en condiciones geológicas en las que predominan formaciones rocosas compactas o
muy resistentes. Por esta razón, la excavación producida por las corrientes de agua, como resultado
del levantamiento andino plio pleistoceno, determina que las paredes de valle así formadas,
mantengan una pendiente muy pronunciada y hasta escarpada, cosa que no sucede en formaciones
rocosas blandas, que ceden a la erosión areal, dando lugar a zonas de laderas de pendientes
moderadas.
Dependiendo de las condiciones geológicas y bioclimáticas, las laderas empinadas se hallan
sometidas a acciones erosivas más o menos intensas y localmente severas, sobre todo porque los
materiales coluviales tienen una mayor propensión a la ocurrencia de esporádicos movimientos de
masa, que son procesos que tienen mayor importancia práctica para la seguridad del proyecto.
Otros terrenos inestables y de riesgo por la ocurrencia actual de procesos erosivos severos, se
presenta en el valle del río Urubamba, en terrenos que no tienen pendientes muy pronunciadas,
pero que sus materiales sueltos constituyentes son relativamente blandos o sensibles a la erosión.
Son los taludes de terrazas en el valle del río Urubamba, donde la erosión fluvial es severa y
produce abarrancamientos.
Modificación del Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto “Mejoras a la Seguridad Energética del País y
Desarrollo del Gasoducto Sur Peruano - Componentes Auxiliares”
5.1.1.4-23
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