Esquizofrenia

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Esquizofrenia
Grupo : 1152
Álvarez Alcántara Elsa
Ramírez Medina Jocelyn
Ramírez Francisco Gabriel
Sánchez Karla Lizette
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Una enfermedad que afecta, sobre todo , a
personas al final de la adolescencia o
primera juventud; ha sido conocida desde
hace muchos siglos.
El primer caso registrado se remonta hasta
el año 1400 a.C. en la India, un paciente
joven, que presentaba síntomas
semejantes a lo que ahora llamamos
esquizofrenia.
Un Poco de Historia
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En 1856 Morel describió el cuadro clínico
de un adolescente quien se volvió un
apático, silencioso, indiferente, tras una
historia de brillantez y actividad normal.
La aportación de Morel se considera
pionera, perteneció a una época donde las
escuelas francesas y alemanas crean las
bases de la psiquiatría moderna.
Se reconocen a dos autores como los
responsables de la definición de la
esquizofrenia:
Emil Kraepelin (1856 – 1826)
y
Eugen Bleuler (1857 – 1940).
Kraepelin
Integró el cuadro clínico a
partir de 1899 en la
sexta edición de su
tratado, dementia
praecox.
En esta reúne a la
demencé e Morel, a la
hebefrenia de Hecker,
la catatonia de
Kahlbaum, y a la
paranoia de Sander.
Recibió severas críticas de
sus contemporáneos.
Bleuler
Amplió el concepto de la Dementia
Praecox de Kraepelin y le dedicó
una monografía en la
enciclopedia de Aschaffenburg.
Invento el nombre de esquizofrenia,
rechazo la idea de que se tratara
de una demencia, describió una
serie de síntomas que considero
fundamentales para el
diagnóstico.
Aceptó la existencia de los tipos
clínicos Kraepelianos (hebefrenia,
catatonia, paranoia) agregando
un cuarto tipo : la esquizofrenia
simple.
Sus ideas tuvieron una gran
difusión.
Los estudios modernos y los clínicos actuales
encuentran aún de gran utilidad las
descripciones de Scheinder dadas a conocer
en 1946; que son : los síntomas de primer
rango.
Síntomas de primer rango
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Sonorización del
pensamiento
Robo del pensamiento
Difusión del
pensamiento ( no les
pertenece y todo el
mundo lo sabe)
Pensamiento
intervenido o
Interceptado
Pensamiento impuesto
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Ocurrencia delirante
Aplanamiento afectivo
Vivencias de
extrañeza
Escuchar voces que
dialogan entre sí
Escuchar voces
comentando los
propios actos
Desarrollo contemporáneo del
concepto
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La idea actual que se tiene de la esquizofrenia se
conforma a partir de varios estudios europeos y
norteamericanos; con el intento de estandarizar los
criterios para el diagnóstico, realizado por la OMS.
Los síntomas encontrados con mayor frecuencia fueron:
Pérdida de la capacidad de introspección, signos “predelirantes” aplanamiento afectivo, alucinaciones auditivas
y sensación de ser controlado.
La confiabilidad del diagnostico fue de 91.3%.
Tipos clínicos de
esquizofrenia
Trastornos psicóticos
No clasificados
Esquizofrenia
Psicosis reactiva
breve
Trastorno
Esquizofreniforme
Trastorno
esquizoafectivo
Trastorno psicotico
Inducido
Trastorno delirante
(paranoide)
Esquizofrenia y otros
Trastornos psicóticos
esquizofrenia
Trastorno
esquizofreniforme
Trastorno
esquizoafectivo
Trastorno
delirante
Trastorno psicotico
Beve
Trastorno psicótico
inducido
Trastorno debido a condición
Medica general
Trastorno psicótico inducido
Por sustancias
Criterios para el diagnostico de
esquizofrenia
A) Síntomas característicos: dos o mas de los siguientes, cada uno presente
por un periodo de tiempo de un mes.
1.
Delirios.
2.
Alucinaciones.
3.
Discurso desorganizado (incoherencias o descarrilamientos).
4.
Conducta muy desorganizada o catatónica.
5.
Síntomas negativos (ej. aplanamiento afectivo)
B) Alteración social / ocupacional: Durante un tiempo significativo desde el
comienzo del problema, ha habido fallas en el área del trabajo y de las
relaciones interpersonales o en lo referente al cuidado personal.
C) Duración: Signos del padecimiento presentes en forma continua durante un
periodo de 6 meses cuando menos. Este periodo incluye la presencia de
tres criterios de A durante un mes o menos si hubo tratamiento y puede
incluir manifestaciones residuales.
D) Exclusión del trastorno psicoafectivo y de los trastornos del estado de
ánimo con síntomas psicóticos. Se han excluido por:
1.
No se ha podido sostener el diagnostico de un episodio depresivo mayor
o de episodios mixtos durante la fase activa de la enfermedad.
2.
Si han coexistido síntomas del estado de ánimo durante la fase activa de
la enfermedad su duración ha sido breve en relación a los periodos
activo y residual de la enfermedad.
E) Exclusión de que la causa es debida al uso de una sustancia o por una
condición médica general. La enfermedad actual no es la consecuencia
directa de una alteración fisiológica producida por alguna sustancia o
debida a una condición médica general.
F) Relación con un trastorno profundo del desarrollo. Si existe una historia de
trastorno autista o algún otro trastorno profundo del desarrollo, el
diagnostico adicional de esquizofrenia de hará únicamente si son muy
notables los delirios o las alucinaciones durante por lo menos un mes o
menos si hubo tratamiento útil.
Una mujer de 27 años, madre de
dos hijos, había padecido de
esquizofrenia paranoide
manifiesta durante por lo
menos cinco años en el
momento en que se inició una
psicoterapia intensiva con ella,
y existían muchas pruebas de
la existencia de una
esquizofrenia latente desde los
ocho o nueve años. A los 24 la
habían internado por fin en una
institución de gran renombre
pero durante el año en que
permaneció allí no mostró
ninguna mejoría sintomática a
pesar de la psicoterapia, de
cinco tratamientos de coma
insulínico y de 25 a 30 electro
shocks.
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Se trasladó entonces a Chesnut Lodge, donde una colega
inició con ella una psicoterapia intensiva, labor que
interrumpió al cabo de 15 meses, desalentada por la
inflexible oposición al tratamiento y por el constante
incremento en el desarrollo del sistema delirante
paranoide. Cuando inicié mi labor con ella, comprobé que
su verbalización de una experiencia desbordantemente
delirante de su vida, tanto pasada como presente,
Siempre estaba saturada de malevolencia externa. Sin
duda, era genuinamente incapaz de recordar ninguna
experiencia afectuosa en su vida, y pasaba la mayor parte
de la sesión lanzando ataques paranoides contra todos los
que la rodeaban pero, a medida que fue pasando el
tiempo, cada vez más contra mí, como si se tratara de las
mismas malévolas que la habían rodeado siempre.
Lanzaba incesantes acusaciones que la violaban, la operaban
con propósitos siniestros de diverso tipo, la despojaban de
dinero y frustraban de manera enloquecedora sus
esfuerzos. Juraba una y otra vez matar para vengarse; me
insultaba con intensidad verdaderamente demoledora, y, a
medida que pasaban los meses y la paciente se sentía
cada vez más segura de que yo era la madre malévola, la
única responsable de todo maquiavélico plan se hizo
necesario enfrentar con firmeza su agresividad para
impedir sus ataques físicos contra mí y otras personas.
Este constituyó su modo predominante de funcionamiento
durante los primeros ocho meses de labor y siguió siendo
la matriz más o menos persistente de la interacción
terapéutica durante más de dos años después de este
período inicial, mucho después de que se hubieran
incitado los cambios favorables que describiré.
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Esos primeros ocho meses, así como la historia que nos
había proporcionado su hermana menor, me permitieron
obtener el cuadro de su relación con la madre, que sólo
incluía hostilidad, temor y rechazo. La hermana había
informado, con considerable vergüenza, que hasta fines
de la adolescencia la madre había golpeado a la paciente
de manera tan brutal que a veces ella se sentía
descompuesta al escuchar los golpes. Un hermano menor
nos informó que a la madre le encantaba dominar a la
paciente. En sus sesiones terapéuticas, la paciente
mencionó una y otra vez que la madre solía castigarla
dándole golpes o encerrándola en un armario y
acusándola incesantemente de todo lo malo que ocurría
con expresiones como: eres perversa o estás loca. Cuando
la placiente enfermaba, le hacía sentir que eso constituía
una consecuencia de sus pecados.
Cada vez que revelaba algunos de sus propios pensamientos
confusos, en busca de información clarificadora, tanto la madre
como los otros miembros de la familia la rechazaban
diciéndole: estás loca. Muchas veces, y en presencia de la
paciente, la madre le decía a uno u otro miembro de la familia:
no hay esperanzas, nunca saldrá adelante y la paciente trataba
desesperadamente, pero siempre en vano, de que la madre le
dijera porqué ella, la hija, era la que debía tratar de salir
adelante. Cuando la madre la llevaba al cine, le decía al
comienzo de la película: ahora, piensa, y entonces sentía que
era tonta sin remedio porque no lograba encontrar en la
película el mismo significado oculto que sí percibía la madre,
quien evidentemente padeció por lo menos de una
esquizofrenia latente durante la infancia de su hija. Según los
relatos, la madre rechazaba sin cesar la feminidad de la niña y
sus esfuerzos por identificarse con aquélla. Cuando, siendo
muy pequeña, la paciente intentaba meterse en la cama de la
madre ésta le decía con aspereza: Métete en la cama con tu
padre; el puede amarte, pero en cambio aceptaba la presencia
de los hermanos.
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La madre organizó una fiesta de disfraz para celebrar el
cumpleaños de la paciente, a la que las otras niñas asistieron
con trajes de baile, pero la paciente como ella misma describió
con amargura, tuvo que cortarse el cabello y disfrazarse de
mecánico. Cierta mañana, cuando la paciente comprobó al
despertar que había empezado a menstruar, supuso que esto
representaba la pérdida de sangre, que según la Biblia
constituye el estigma de una persona culpable, y que ella estaba
literalmente maldita por lo cual se ocultó en el baño durante
toda la mañana y pensó en suicidarse. Encontré innumerables
pruebas de que los perturbadores ataques, en los que lanzaba
acusaciones y amenazas, con ataques, en los que lanzaba
acusaciones y amenazas, con que la paciente me castigaba
constituían una excelente muestra de la firma en que la madre la
había tratado durante su infancia. Al cabo de nueve meses de
labor, la paciente comenzó a hacer amenazas asesinas que
causaron gran preocupación en el personal de la sala, sobre todo
contra otra paciente a la que confundía con la madre que la
había golpeado en su infancia, y al décimo mes, debido a que
trató de estrangularla, se la transfirió a una sala de máxima
seguridad.
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También mostraba una
hostilidad asesina
particularmente intensa
hacía mi como una figura
materna malévola en esa
fase de la transferencia y
durante una o dos
semanas pensé que ese
cambio administrativo
había sido necesario
debido a una
intensificación en la
transferencia de sus
sentimientos asesinos
que, en parte, se habían
desplazado a su vida en la
sala.
Permaneció en la sala de máxima seguridad durante poco
más de un año, período durante el cual se lograron
considerables progresos en la terapia en términos de una
menor represión de sus sentimientos ambivalentes, en
particular con respecto a la madre, con la consiguiente
aparición de intensos sentimientos de dolor y pérdida
largamente reprimidos
Pocas semanas después de su traslado a esa sala, el informe
de una enfermera incluía el siguiente comentario sobre
esta mujer que durante tanto tiempo había proclamado
que en el mundo no había tiempo había amor. Le habló a
Dorothy esta noche (otra paciente de su misma edad y
también casada y con hijos) sobre el amor. Luego dijo
abruptamente: no existe nada parecido al amor. ¿De qué
estoy hablando?.
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Durante una sesión, casi al fin del décimo mes de
tratamiento, nos reímos juntos ante su burlona aunque no
del todo inexacta, descripción de mí y al final de la sesión,
mientras yo caminaba por el corredor me dijo lo que
constituyó su despedida más cordial hasta ese momento:
Debo confesar, doctor Searles, que su sentido del humor
está mejorando. Durante esa misma sesión había
recordado algo acerca de uno de los padres en términos
desusadamente cordiales y en determinado había
dicho: Ese es realmente mi padre, con tono decidido y
honda emoción, hasta entonces había negado tener
progenitores reales y durante años siguió negando tener
progenitores reales y durante años siguió pensando que
sus padres, al igual que todas las otras pensando que sus
padres, al igual que todas las otras personas en su vida
pasada y presente, eran individuos múltiples. Cabe
señalar que se necesitaron años de terapia para que
pudiera tomar conciencia de sentimientos afectuosos
igualmente claros hacia la madre.
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Se hizo cada vez más obvio que su hostilidad, por intensa
y a veces realmente peligrosa que fuera, constituía en
realidad una negación inconsciente del afecto. Por
ejemplo, en el curso de ese mismo mes, y después de
haber lanzado malignas amenazas durante varias
semanas contra una paciente llamada Alice a laque
parecía temer y odiar en particular, pudo confiarme lo
siguiente: hay una paciente que me resulta simpática,
Alice. En las sesiones de ese mes, también tuvo muchas
manifestaciones indirectas y conmovedoras de su
dependencia con respecto a mí y de su deseo inconsciente
de casarse conmigo. El espacio no me permite describir el
curso posterior y cada vez más favorable de su
psicoterapia.
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En esencia con l a evolución de la transferencia descrita
aquí se encontraba ya bien encaminada hacia la
superación de una enfermedad que, al comienzo de
nuestra labor, había constituido, debido a su profundidad y
su carácter crónico, una tarea terapéutica desusadamente
difícil.
Narración del caso por el Dr.Searles.
BIBLIOGRAFIA
Garnica.(1998).”historia del concepto”ESQUIZOFRENIA DIAGNÖSTICO Y
TRATAMIENTO EN LA PRACTICA MEDICA. México: JGH editors
Garnica.(1998).” Criterios y tipo s clinicos”ESQUIZOFRENIA DIAGNÖSTICO Y
TRATAMIENTO EN LA PRACTICA MEDICA. México: JGH editors
Searles H. ( 1966). Primer Caso . La evolución de la transferencia materna en
la psicoterapia dé esquizofrénicos. (69-102). Escritos sobre Esquizofrenia.
Barcelona: Gedisa.
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