Arqueo (recopilación de poemas)

Anuncio
ARQUEO
…y en mí siempre es mejor lo que no es nada…
Diego Hurtado de Mendoza
…porque no puede el tiempo en el cuidado
que está do muere el tiempo colocado.
Francisco de Aldana
si supiéramos
quién estuvo en nuestra ausencia
en nuestra casa
quién anduvo en los cajones
de nuestra vida,
quién se probó, cómo huelen,
las corbatas, las colonias
de los años que incumplimos,
quién saló la mermelada
y echó azúcar al reloj
hasta pararlo en punto
tan inaudito…
quién volcó el espejo en nuestra cama,
quién rodó entre sábanas de plata
fría
mientras anclábamos sueños al amar en vela,
quién trocó nuestras alcobas en palenque de fantasmas,
si supiéramos
quién es quien
se miró en nuestros espejos cuando nos dimos la espalda,
de qué otro corazón fueron latido
los silencios del reloj,
adónde llevan los huecos que al venir fueron dejando
en la arena nuestras huellas,
si supiéramos quiénes
quién habita en nuestra ausencia y come en mesas de niebla,
y ronda nuestros pasillos,
y afina nuestros silencios,
si supiéramos
*
yo tú él
molino eterno siluetas luna
molino eterno azoteas juncos
molino eterno vientos de plata
te hablaré
le amarás
me pensará en
silencio
molino eterno de estrellas cuerpos
amor, sagrado pan:
¡hostias!
*
los besos barcos
los besos faros
entre olas negras
los besos faros
los besos barcos
doblan los cabos del mundo y trenzan
los besos los besos faros
su red de asombro a un alud de estrellas
los besos barcos los besos
en piel de noche caricia lenta
los besos los besos faros
de ola en ola espuma y luz al tiempo
los besos barcos los besos
doblan los cabos del mundo y pasan
los besos faros
los besos barcos
los besos
*
Como crece la hiedra sobre el abismo juntos
te me enredaste en los brazos.
Al borde del viento
me ofreciste tú los labios
y me vertí yo en silencio.
Alturas sobre sombras el cielo sin estrellas,
cayó suelto en brisa fresca
tu pelo negro.
Mi mano por tus pendientes
confusas de piel alerta.
Yo rompí en temblor de latidos en tu pecho,
tú gemiste entera una espuma abierta,
y la mañana cantando
floreció entre los ojales
de la luz al fin despierta.
*
¿Por qué sordos maizales del dolor corre el caballo
renco de la luna,
que no retumba,
que no resuena,
que en un susurro
recorre lento
las vegas secas del tiempo muerto?
*
Nana de luna
balalú la luz,
bala la luna,
lame la bola,
cobre en la alcoba.
la vela vela,
la ve la bata,
la piel tirita,
la alondra canta.
mañana de lana
hace río en la ventana.
en agua de niebla
bostezan dos alhelíes.
be lío de fio
bajo mi manta te ríes,
tu nana de espuma
acuna tu mar y el mío,
y la sombra alumbra al día,
trabaluces en la lengua,
entre labios desatados
un mudo rumor sin tregua.
*
solo frío
Nos tocamos en el bombo
del mundo. Lo quería
descabellada la suerte.
Supongo.
Te revolviste azúcar en mi noche ardiendo.
Te diste de una vez,
te dí hasta el fondo.
Nos abrazamos.
Espera
y ya verás
mi amor
cómo se enfría.
*
Café esperanza y qué dirán
que no falten. Luz de patio.
Ciudades.
Años.
Tic tac de cucharillas en lo oscuro.
Dura Lex. Irrompible.
Transparente al fin entre los labios
vacío. Es poso
de asfalto y mapa, dijiste:
¡si esto es amargo!
Te fuíste.
**
Bombo tonto dando vueltas
a lo negro. Solo.
Frío.
Yo no quería
jugar.
***
¿luego entonces ahora…
calabacín, cabezón,
tus braguitas a rebato.
cabezón, calabacín,
la cuerda floja en el patio.
gotea historias el grifo
haciendo memoria a solas,
adelantando trabajo
a mis ojos y a las horas.
cabezón, calabacín,
la cuerda floja en el patio.
cabezón, calabacín,
tus braguitas a rebato.
aletea en la cortina
blanca mañana herido,
de una voz soberbio, nuestro,
incierto alumbrado y sido.
vuelve entre nubes rotas
cabezón, calabacín,
a la alcoba de los ecos,
por tangentes de cristal,
calabacín, cabezón,
aclara a tientas el tiempo.
*
Esta noche la muerte me va a pillar
un catarro.
Le tengo abiertas todas
las ventanas.
Esta noche
hace un río glaciar,
y llueve llanto que hasta se me entra dentro.
Desnudo
sobre la cama
practico
juegos de saciedad.
Me toco el pito, una falta,
la tuya que es mía y no nuestra.
(Espero)
Helado
de nada y prisas
me corté
tu digestión.
No puedo devolver más,
no me queda,
amor.
Hice tanto de vientre
poema
que duele toda la casa.
No me queda ya papel ni tiempo
Para limpiarme en prosa.
Adiós.
No lleves ninguna rosa.
***
La paloma bajo el alero
y el cielo entero
azul.
Y pasó:
vuelo de duelo de sueño,
pluma a piedra
y ala a luz.
Y queda
amar, abrazo partido,
lo que fue, asido
entre los dedos del viento,
Niño entreabierto.
***
paloma abrazo partido
te quiero o
ditrapozarbaclic
loma abra del cielo
te qui
qui?
te quiquiqui
cloc. eroclic.
rrrr clic cloc, clic cloc, clic cloc.
palomamamama, ma. Ma.
(¿Tienes fuego?)
palomazortidoteero de
la lu
na a
ala de luna de lana a la
(¡ná!,pasa a otro) clic clac cloc
crssssss.
Prohibida la reproducción total o parcial.
*
Resurrección de la cacarne
Video
ut credere el tiempo
es sólo un play
¡ping!
pero si aprieta no ahoga
corbata Dios, Magibola
arrastra la saciedad, deja limpia
mente en blanco o
color lista memoria para
stop.
Revive el tiempo si aprieta record
ar, simple orden,
memamemoriamermeladamagnética ¡ping!
dátil digital un simple toque da gusto
ya no no está no es tal nostal
gia gia gia gia dada da risa
cuerda pasar enloquecido de culo otra vez, recuerdo
it’s only a yema
de Avila doingdoincorruta servotouch
servorum, video
ut credere, ¿le ronda uuuuuuna ausencia?
con las cintas de su capa
ferrocromoionizada
es sólo un ¡ping! que le invita a
cenar y pongo un video stop!
soy vir vir vir
¡ping!, gen, go, adelante te qui qui
no hay prisaping! Magibola
invita a la compañía, artificio de pasión, fuego
a discreción, cuando quiera
¡ping!, apriete, ¡ping!,
es sólo a play ay ay sí
pedeeme más, mucho más, la que más
calidad de reproducción, apriete
con los labios con la tripa con la piel de luz y fel
icidad y ya no no está no es tal la nostal y ping paus.
Y los ojos en los ojos embarrancados de amor
escapados para siempre al torrente de la vida
que es un sueño con botón y que es sólo una visión yes only a
¡ping! ¿cansado? play a
rena reversible en el corazón de cuarzo,
cronocopia de sí mismo a perpetuidad ¿sediento?
vaya a play a sed system borre huella y pase
deprisa y vuelva
cuando qui
era, rebobo
bo
bobine, su bovisión
también cuenta
vueltas incorporado al tercer día rebo
bobine su vi
vida no baba
ja
rá de caca
ca
lidad en cinco generaciones, no more irá
su alma para siempre a la deriva si ping, es mu
su vi
da es mu
mu
mu ping y importan
te para
stop.
Stop.
Stop ing!, ¿lo be bé?
la vivida tiene bobotón,
la vida tiene rewind,
revuvuelve siempre en las entrañas
lo que el viento se llevó
no llollo
re no sea usté ¿ve ve?
recuerde ¡ping!
hay rewind.
Reviento.
***
Noticiario I
te quiero pero
la situación ha tomado un giro que
declaraciones realizadas en el sentido de
expresar el más enérgico propósito
de la enmienda resultan infructuosas ante la ausencia de
ser
reunidos en sesión urgente
los acontecimientos han llevado al consejo a las palomas
a la baja en los mercados del sur
y este fiel desequilibrado
balance comercial con todo
en el paisaje devastado
por el fuego cisternas
intentan obispos recomiendan
tomar medidas de helecho
en llamas y ante la gravedad del vacío
de poder intentar poner a
salvo tu presencia un millón de
pérdidas extensiones culpable principal
el vendaval que esparce
residuos a parte de la comunidad afectada tú
y yo en una nube
de movilizaciones imposible vivir
de recuerdos e indagaciones a fin
de esclarecer la autoría sin perjuicio
de la identidad de desconocidos
lanzados al amar sin control alguno
contrapartidas que no han tardado en presentarse, auxilio
en carretera sin un hito en el plan de protección de las especies en trance
de extinción salvo tus ojos, pequeños focos en las últimas horas, se trata
de una pequeña isla situada a unos dos mil kilómetros de la
luz de los acontecimientos recientes y máxima importancia estratégica llegada
la confrontación
esta noche de un primer convoy en la marea una minúscula superficie volcánica
agrietada de labios las facciones que aún pugnan por hacerse con tu rostro
prosigue la escalada verbal de ya no un antiguo edificio de cristal sin asideros
caníbales recuerdos sobrevuelan las principales ciudades haciendo añicos
meses la frágil unidad de muchos años días de incertidumbre al cierre de la
vida de madrid valores en peligro de regresión el índice señala pero adónde
avances significativos en la vía emprendida por volver el actual primer pasado
de conversaciones desemboca en el esperanzador panorama de la ventana en
que convergen los más altos álamos blancos intereses enfrentados donde nos
encontramos una botella en este mar de sangre humana parece confirmar muda
los móviles para transmitir esta quieta inquietud a los representantes del querer
por otra parte los indicios apuntan a un estallido de pasiones volver en lo más
profundo de la España negra hasta por una cuestión de lindes tí
atravesar hasta
tí
al paso de la multitud encrespada contra el último
tí
de la soledad en que se ha quedado la Casa Blanca, que hasta
tí
se corearon consignas a favor de la presencia de
tí
en contra para decir
te
se disolvió
quiero
a últimas horas de la noche el silencio
vuelve a reinar en casa.
A su llegada fue recibido por los principales de así como por para la apertura
de aunque a la que no obstante sucedió un sólo
tú
no pasas por mi garganta.
*
Monombre
que fuíste miedo y pasillo a oscuras y lianas de aluminio en selvas modulares
que fuíste pieza de non en partidas de sí quiero con tapete de silencio
que aprendiste a hablar con muertos de vivos sordos
que perdiste el tiempo en la escuela por un roto del bolsillo
y sigues sin encontrar el hilo de esas agujas
que fuíste pieza de piel batida entre las tortillas
de un verano de barracas francés y juncos
que fuiste sudor azul, sombra de menta,
que leíste en los mítines sonetos y proclamas en los parques,
que subido a las tarimas de los templos desvelaste a los becerros
tras el velo inalcanzable el sueño que perdiste
por descifrarlo en la vela sin muelles de tus insomnios
que viste estallar diluvios de botas negras
sobre un desierto de calle y grito
que bebiste el cristal de infiernos retorcido
de silencios como dedos, como labios
cerrados frente a labios que te aguardaron en vano
mono monito mono
noches traviesas sirenas rumbo
a imparables agonías de un principio irrefutable
de leche y llanto
mono monito mono,
lomo sobre lomos encorvado de espaldas
a la noche del viento, sobre la noche
del tiempo.
mono monito mono,
arco animal de caligrafías
insostenibles
entre la noche y lo negro.
mono monito mono
morrito seco en posos de veranos y cepillos
de dientes y de labios y de vasos y de humos
y de lamer tantas voces las alas de papel de la esperanza
y desecar los cristales de tarde de las estancias
de tantos domicilios fugaces de lo infinito,
de musitar las cadencias del quién sabe
adónde en tantos dóndes, tantos cuándos
mono monito mono
desde Faro a Tel Aviv bajo un granizo de gárgolas,
telegramas, ruedas negras, manteles, castaños, techos,
noches huérfanas de arenques, sed de regreso
y repicar de tacones tras las esquinas del viento,
por las ciudades del mundo, postales, puertos,
jarroncitos de recuerdo,
mono monito mono,
mar gruesa de cristal, resbaladizo
espejo de amaneceres y acasos,
empapado de escamas, palmeras y bibliotecas,
centelleos de pasajes y nimbos sobre las plazas
de ojos lenguas manos otras empapado
de aguardientes luz helada de escaparates tranvías
de arrugas sonajeros pintalabios
mono monito mono
que has tenido entre tus manos cuellos fríos que exhalaban su último suspiro
que has tenido entre tus manos manos que se aferraban a su primer suspiro
que has tenido entre tus manos pechos estremecidos en el eterno suspiro
mono monito mono
empapado de sílabas de salvas de saliva
de ráfagas de arena de bufanda
que aprendiste a odiar las gafas del ansia oculta en plata
por miedo de crecerse a amor en el combate,
que aprendiste que el lamento no es más cierto que la risa,
ni las señas de la carne anónima y callada
menos ciertas que esta ruina de un tú indocumentado
al que nadie ya detiene por las calles,
hombre y mujer y niño y nadie
en tu ansia de ser el único con todos,
en tu ansia imposible de ser el único con todos
en tu ansia imposible y hermosa de ser el único con todos
mono monito mono
tu paseo sin fin es el perfil del eterno
movimiento en lo negro
mono monito mono
en la imposible elasticidad silábica de la carne
queriendo ser, queriendo todo.
mono monito mono
de una punta a la otra de un mapa que no tiene
ya
ni cabezas de carnero ni letras que digan trigo,
ni países color rosa, ni círculos capitales,
extraviado en la planicie del tiempo entre los juncos
pálidos, degollados
silencios marcan rotos
derroteros del viento en el ronco barranco
de tu garganta
mono monito mono,
por las aceras en vela soñador de anclas hermanas
queriendo ver, queriendo ser
entendido olvidado acariciado
recordado lamido interrogado,
queriendo dar temer zarpar lamer
volver saber callar y amar
mono monito mono
que te lanzas, que te aferras
aterrado al amar, y amarrado a la tierra
a brazadas rasgas a sal y a sombras
cauces vanos a la mar que nada en todo
perseguida entre las olas, los adioses,
la marea sin fin, la tierra eterna,
mono monito mono,
roto entero en catástrofe de espumas
en la costa de cristal de los espejos
superviviente eterno del instante,
naúfrago al fin en pie sobre el principio
que se afirma anegado en ecos secos
sobre el filo redondo de azar del desatino
completo vacío, centro del horizonte,
blanco oscuro de las noches y los días
que vuelas infalible hacia tí mismo:
descansa en paz el arco inexorable del si
no
por un momento sólo
nombre, siembra
de renegado que afirma
simiente la verdad dura
en blando durar que pasa,
carne desgarrada una y otra voz
en labios hasta el punto
en que la vida cure su herida en ti.
*
Hormiga y canto.
Pulso. Silencio.
Medinaceli:
arco de luz tendido al siempre
sobre la cima del tiempo.
Voló la algarabía de la sangre y el destino
fiera ante tu puerta, por los caminos del mundo,
vibró lanzada ciega de resplandor a tu blanco
alto la tropa entera de la voz y las insignias.
Calló, y te alzas
triunfo sobre el triunfo
sin otra que la eterna azul sobre tus torres.
Con tus hojas abiertas de par en par al cielo,
arco de luz rendido al siempre
sobre la cima del tiempo:
sobre tí, Dios sólo
se recuerda viento.
Porque engaña el tiempo atroz, de cierto,
a la flor que pasa, la tierra dura,
porque la vida engaña de raíz
a cima abierta al sueño que madura,
porque arde y queda en su llamada oscura
miente la muerte, savia enmudecida,
afirma el viento la verdad simiente.
Faros
Cuando el viento engalana los aleros
de luz tierna
y arde en juegos,
y son prisas de la vida que despierta,
zarpas tú, un eco
de ausencia en el compás de las esperas.
El mundo se desvela y en secreto
tú te entregas
a tu sueño,
rodar hondo de sílabas de estrella:
muere el sol, y en fuego,
la noche rompe al fin y tu despiertas.
Devanas tu dolor de espejo en señas
que insensatas
sin fin ruedan
el círculo de ayer y de mañana,
que alumbran, que velan
ensueños de memoria y de esperanza.
Inmóvil testimonio de confines
a tu espalda
solo tienes
un inmenso peso ciego y nada
frente a tí, que vives
sobre un canto de espuma maltratada.
A veces una ruta inadvertida
a lo lejos
adivina
en tu mudo girar el fin del tiempo,
y salva, y vira
su infinito vagar presa de puertos.
A veces en la niebla atroz y hermosa
se aproxima
la derrota
imparable y llamada de otra vida:
y hundida, en sombras
rota, ves la luz de tu amor cumplida.
Honor de espuma a penas en callada,
fiera ansia
musitada,
ser amante llamada en la distancia
precisa, amarga,
a las vidas que alumbra tu nostalgia.
A solas en las olas y en la tierra
crece quieto,
raíz terca,
tu vértigo sin término en el cielo,
anclado, vuela,
y hace erguido tu presente eterno.
Donde el viento anuda los senderos,
ya no piedra,
ni aún fuego,
sed sin patria en la sal ni en las estrellas,
voz de un universo
náufrago del abismo en que te elevas,
donde acaba otra voz tu eterna esfera
en tu infinita soledad me quiero.
*
NIÑA ACURRUCADA
(canción)
Tras de tu puerta,
entre tus muros,
sobre tu cama,
bajo el tejado:
el cielo tamborilea
roto por tus cristales.
Niña acurrucada,
nido de madrugada
tu piel domingo.
Jungla de guitarra,
sueños en tu maceta.
Por las copas de los gatos
maúllan los ascensores.
Desde el fondo de los patios
poleas negras
izan agua de agujas
agazapada.
Secos entre los ecos,
huecos,
charcos de bronce dan
las nunca y nada.
Lunes. Cuarto menguante.
Emparedado en café.
Pasamanos tu cintura,
peldaños leves,
por los besos de tu embozo
mis pies en fuga.
Pardea la lejanía
extraplana por tu puerta.
Parpadea la luz fría
rojo esperanza rojo
de las máquinas alerta.
Sílabas bobas llueven
sobre la acera,
gestos algos casis luegos
niños viejos calvos y sombreros.
El mundo arranca otra voz
del jardín de los silencios.
Niña acurrucada
bajo tu techo.
*
JARDINES
(canción)
donde nada se sostiene
entre jirones de siempre,
allá danza su danza
una mariposa blanca
con alas de cartulina
bajo auroras detenidas
entre arcos de cenizas
sin sol
vuela ciega
por un cielo que no pudo ver
allá lejos, allá abajo,
allá arriba, allá nunca,
donde se hallan los perdidos
jardines del ayer,
entre pétalos de estaño
y manantiales de trapo,
sobre campos de seda
hay estatuas de niebla
que entre ramas de escayola
ven con hojas de sombra
aleteos de ceniza
que aún
busca ciega
las miradas que no pudo ver
allá lejos, allá arriba,
allá abajo, allá nunca,
donde se hallan los perdidos
jardines del ayer
y en sus lágrimas de vidrio
ruedan viejas nieves presas
en inviernos sin ventanas,
sobre calles sin pisadas,
entre tejados de sombras
donde entreteje su danza
una mariposa blanca
que aún
quiere a ciegas
ir a dar a la luz que no vió
allá arriba, allá lejos,
allá abajo, allá nunca,
donde se hallan los perdidos
jardines del ayer,
allá arriba, allá lejos,
allá abajo, allá nunca...
*
Mutis
Estas gentes de hoy, aquéllas,
estos muebles y esta casa
tan parecidos en eso
o aquello a los de entonces,
el largo girar de los relojes
impasibles,
el lento derramarse de los pasos
imposibles
la sombra de un camino
inalcanzable,
el sol de plomo, la quieta tarde
en los dedos verdosos del verano,
el viento en la persiana, las costillas
de roca hambrienta del monte,
el río en movimiento y sin destino,
el sauce en un reflejo sin sentido,
este lento emerger de calavera
chorreante de piel en los espejos,
sin tiempo, sin persona, sin objeto,
este vano, este ciego,
este inmóvil transcurrir sin verbo
Nana
Río de tela,
piedras de llanto,
valle de sombras la noche abajo.
Embozo de espuma
murmura el canto:
Río de piedra.
Helado espanto.
El Sur
Lagartijas por la almena. Muro abajo
relumbra un higo chumbo entre el escombro.
De gato muerto, de cardo. Yesón y trapo.
Zumbidos en el lomo de sol la tarde
se azota los flancos de cal huesuda.
Espejismo de geranios, charcos entejados.
Coladas al rojo. Lunares al sol.
Buriles durísimos deslindan
El sí del no. La cal del canto.
Moco de luz por la calle sola
bambas rojas corre el sur desabrochado.
Entre dos muros sin fin. Sin techo.
Húmedo solo el ojo detenido
en enigmas de momento:
por rejas quietas de junco y hierro
dulce alto inalcanzable
oasis de penumbra como ensueños.
Espejos de palmera en plata fresca,
torrenteras de la sangre remansada
en campos de vainicas y de cruces.
Cielo bordado en agua y azulejos,
junto rumor de pieles repujadas
en la incierta promesa de la lluvia.
Los imperios del barro se alzan abrasados
a manos muertas
sobre la calle sin fin. Inmensa.
Blanca, minúscula hendidura entre los vientres
leñosos, secos
enojos de fruto amargo. Inmóvil. Negro.
Ni sombra de sombra para que Dios se esconda.
Sólo el sur limita con los dientes apretados
en la mínima hendidura de la espera.
Labios de limón
chupan vida verde en blanco
sobre la tapia y desaparecen.
Ala vuelta de la esquina azul
dedos de viento
rasgan presas en las cuerdas
coplas de pañal pañuelo negro.
Callada nace la sombra
de puntillas en mantillas
de cal viva.
La hormiga la mosca el gorrión el perro
se apresuran a la pulpa resbalada
vana, fresca, fugaz entre los dedos.
Que amasa el polvo.
Los sueños
se hunden cicatrices invisibles en la vista.
La carne
cobija sólo el misterio ostentoso de los huesos.
Nada se pierde.
El sí. El no. La cal. El canto
que amasa el polvo,
la hormiga la mosca el gorrión el perro.
Una nube náufraga a lo lejos
sueña espejismos de espuma.
El sur termina
solo en el mar.
La alberca
Vientos hilos devanan de nieves nubes,
mármoles hundidos en los patios.
Altura abajo
el tiempo se desgaja en vértigo de espejo.
Insostenible regazo,
sobresalto de los peces pasos:
alas de sol en cielo de agua,
a lomos de la fuga
la luz ocurre.
Ojos sin alas
anidan en los muros del instante.
Laberintos de signos aderezan
afanosas procesiones del gusano entre las risas.
Debajo
en el vientre de los pozos dedos ciegos
exploran las raíces de la luna.
Debajo
la montaña sin fondo del silencio
allana el abrazo de las sombras.
Desensartados firmamentos ruedan
por los henchidos pechos de la piedra:
desnuda se ríe el agua.
Tenaces veletas devanan invisible
la rosa
de los tiempos.
Inútil sobresalto de los peces
pasos.
Playa
(canción)
Tan frágil
que en tu regazo
el viento
temblando se posó.
Tan fuerte
que rompe el tiempo
en tu cuerpo
espuma de cristal.
Eres horas
de oro fugaz,
de rotas derrotas
puerto y hogar.
Y las olas
en hebras de voz
de vanas espumas salen canción.
Sombra del viento que lento
dibuja en tu cuerpo
su largo temblor.
Labios tan breves que leves
sublevan tu arena
en vuelos de adiós.
Mar adentro,
en silencio.
Tan frágil,
tan fuerte,
espuma de cristal.
Las bocas de tus zapatos
vacíos
en el cuarto de daño bostezan
de tanta soledad bajo el espejo
que la imposible algarabía del poema
naufraga en la distancia de las alas
que se sueñan carmesíes ráfagas
los besos.
Olvido
El olvido es un membrillo
amarillo y amargo,
olor a flor malgastada
en fruto de piel sin labios,
carne de sombras guardada
que da aromas aún a nada
en el fondo del armario.
Tormenta
(canción)
Se abrasa ciego el cielo
candente azul.
Estremecidos por los trigales
sueños del mar.
Olas de barro acunan surcos de sed,
tallos de hollín,
sombras de nube.
Negras raíces siguen a las alcobas
ríos bordados en cenizas de ayer,
cal y silencio.
Cascos de aire
bajan mansos
al pilón del recuerdo.
El viento niño
besa el dormido
cristal sin labios,
donde se asoman fugaces,
donde se esfuman veloces
años de hojas.
Y un vendaval de ventanas
cerradas vuela en añicos.
Guerras de sombras
y un tiroteo de estrellas
salpican campos de pana.
Flores de olvido.
Se abrasa entero el cielo.
Ascuas de luz.
Dos almendros
Azar de los vientos o designio
de un oculto jardinero,
abismo vertical de instante sobre instante
uno,
remanso de horizonte remiso a dejar tierra
otro,
surtidor atropellado
de minúsculas alas impacientes
uno,
plácida demora en blancos laberintos
de canales de luz con cielo por única salida
otro,
tan próximos,
tan lejos,
milagros sin retorno de una sola primavera,
azares de los vientos,
o designio,
uno,
y otro,
dos almendros.
Interior
(canción)
Caravanas blancas
tras las huellas de las aves
van.
En las hojas trama el viento
contradanzas a los ojos
que resbalan
dentro.
Dentro
sombras sin sol
dentro
fuegos de azar
dentro
llamas sin voz
dentro
seres rotos de luz
en luz.
Vela en los cristales el aliento del invierno.
Labios de horizonte en el fondo del espejo.
Dentro
vientos de miel
dentro
albas de sal
dentro
cielo e infierno en danza sin fin
entre tú y yo un gigantesco
anuncio de lencería
nos impide disfrutarnos en la tumba de mi abuela.
pero en alguna geografía de palabras
habrá que colocar estas arrugas
por las que corren los ríos del tiempo en nuestras manos,
¿no te parece, guapa?
Noticiario II
a nivel de querer
la situación se deteriora por momentos.
se han detectado fuertes movimientos de sombras
en las zonas próximas al beso
y todo parece indicar un próximo estallido
de lo remoto: en las últimas horas
a las que siguieron más
fue parecido.
según rumores procedentes del aseo
ella se dispone a salir
de la ducha para
tratar de llegar a algún nuevo acuerdo
por ahí.
como es sabido en la raíz del conflicto se encuentra la pérdida
y el verde gusano de la memoria,
territorios actualmente reivindicados por su cuerpo
que se oponen a su integración en la comunidad de estados
dispersos
con chinelas y lacito (antigua unión simbiótica).
en el capítulo de interior
hay que destacar la reunión de los fragmentos más representativos
para tratar de alcanzar esta misma mañana
que se desmorona
un primer borrador de cuerdo que abra un margen de diálogo
con las dulces campanillas de su locura,
según ha declarado la oscuridad a la salida de la almohada,
aunque quedan algunos flecos
pendientes
de plata y algún cenicero francés por perfilar
en el marco de la anterior herida.
en deportes hay que señalar la derrota
del rayo que no cesa en su propio terreno ante el equipo
de alta fidelidad,
que no permitió al de casa en ningún momento desplegar el juego
que tan buenos resultados le venía dando esta temporada
de la vida en sus salidas.
y para concluir, el tiempo
vuelve a ser noticia.
Bizcos
(tango)
Sólo mientras me afeito en el cristal
me atrevo a verte desnuda,
sólo entre chismes de algo banal
me insinúas tú una duda.
Y en un silencio impotente
entre líneas en un verso
yo le cuento al universo
lo que nunca me oirás,
y sin vivirnos de frente
pañuelos y encendedores
sofocan los desamores
de los que no me contás.
Sólo en laberintos de celofán
osamos vernos las caras,
sólo entre nubes no están
desalmadamente claras
esas dos bestias deslumbrantes,
miserables, generosas,
que vanas y misteriosas
viven aunque morirán.
Y así, estrábicos amantes,
las palabras que lanzamos,
las miradas que cruzamos,
quieren siempre y nunca dan.
Bizcos, bizcos,
que se viven de soslayo
con un ojo en el antes,
con el otro en el después,
bizcos, bizcos,
como el hijo del rey Layo,
confusos participantes
en una partida a tres,
se reparten nuestra apuesta
sombras nuncas superpuestas,
lo que fuimos y seremos,
pero nunca lo que es.
Sólo en una esquina de este billar
de reojos y vislumbres
chocan los ojos, fugaz hogar
entre un plan y una costumbre,
y en el vértice del daño
tienen por única dote
encontrarse de rebote
y perderse por azar,
extraviados por el paño
trenzar ciegos como bolas
un baile de carambolas
que son sones de otro son.
Y al final del desengaño,
cuando el tiempo nos derrote,
haber sido el estrambote
de este tango sin autor.
Distracción
Hacha fachada
de infancia a pico.
Vértigo de oro,
paloma
muerta.
Zapato pato en fango de pluma y carne.
Sobre la acera
huellas
dispares.
Laberinto
(canción)
Arde la tarde, espejos de luna de vidrio,
plantas de acero, peldaños crecientes,
figuras errantes por bosques de luces
en cuentos de asfalto que cuentan los vientos.
Suben y bajan en luz de rebajas
dragones tragones y brujas con fajas,
gigantes menguantes, enanos a hombros
de hombres sin manos pero con guantes,
hadas pintadas con pintas de nadas,
flores de vidrio, reinas del equilibrio
en barras de labios con novios en barrios
de agobios.
Quincalla
(folk blues)
(El Comisario)
Pase, se siente, y cuente satamente lo que sucedió en ese tal local
(El Guarda de Seguridad)
señó komissario, taba ion lapuetta,
komabía mogollón yastaba bietta,
imentras tijo puta
imeseplan tabendé kon la bisuta,
boyoi lechomano,
¿moreno ejke noabla cattellano?,
¡tebiada yo palpelo!
¿nasleido sepapé?, ¡pol lelo!
Kakí nontral kekiera,
kepasos toioden tritustas fuera,
Imarma lluna bulla
nesa kosa rara kechamuya
kenosen tiendun pijo,
perorain sultofijo,
yaná kelempuo, noteode,
medenunzia dinjuria yagresione,
ketié koone,
lodestapeñas ketié koone
El Comisario
Ven paquí, tú, nescuí,
¿qué pasar
cuando entrar
en el bar?
El Vendedor
Llevaba yo quincalla,
llevaba yo quincalla en la calle,
allí hallé un bingo,
calélo y cavileme:
oye, hoy es domingo,
oye, ¿y si me coloco a la cola?
con lo que le coloco saco un monto pingüe.
Y allá que emboqueme.
Cabe tales dinteles
no cabe vede venda un vendido.
Aleguele ayuno, alegó paneles.
Y hablaba y avalábale,
Le avalaba la bala y el palo.
Catóme y emulele,
no me mengüé, quedeme.
El Coro: …emulole, emulole, emulole…
Apelome lelo,
apelome lelo y pelele,
El Coro:…apelole…
apelele chungo
y enganchao del mando,
El Coro:…apelole, apelole, apelole…
que la tele te alela,
alélate la tela y la tele,
El Coro:…alélale, alélale, alélale…
tú te anhelas rambo,
y chingasnos a entrambos.
Le amagó un telele.
El Coro:…amagole, amagole, amagole…
¿Y a que te zumbo?,
aullome
El Coro: …¿y a que le zumba?...
Zumbome.
El Coro:… zumbole, zumbole, zumbole…
Changome ambos bongos,
volcolo todo manga por hombro,
hecho una mandanga,
y a mí como un pingo
mandome a la chimbamba,
mandome dando tumbos y asime,
asime así a la jamba,
y a poco sucumbo.
Incúmbele, mantengo.
Otrosí, supongo,
si ve que un bobo de baba se bebe
y se engancha una manga
no tenga ancha la manga.
Y abundo: le incumbe
si cunde y se impone
que se quede impune
el lelo que tunde.
Por ende depongo,
más aun, propongo:
enséñele que no le atañe
donde no es patrón ni dueño
hacerse él santo ni enseña,
y que mil años con eñe
de uñas ceños y saña
ni son el cuño de España
ni suyos para que vaya
dándolo de su puño,
y que no dé ya esa coña,
que sólo otorga quincalla.
El Guarda: …peroyo leleí lalei…
El Comisario:… ya le leyó la ley,,,
El Coro:… leyole y olé y olé
El Vendedor:… leyome…
11 de Febrero
Para Quique y Oscar
Cada vez tengo más sillas
vacías a mi mesa.
Cada vez dan más palabras
de pleno en mis vacíos,
cada vez flotan más veces
como peces más muertos, más a mares
desanclados de sus cuerpos.
Cada vez cuelgan más trajes
sin quién en mis armarios.
Cada vez late más fuerte
el silencio que el latido.
Cada vez es vivir echar más cuentas
a rodar más hermosas, más terribles,
más sin cuello se alza cada día en el alféizar
de este cuarto menguante de estar cada vez
menos.
BAHÍA BLANCA
A Oscar Grossi
Bahía, la noche se abre
a una ciudad, qué importa el nombre
cuando es el tiempo una cuenca ciega
de carne rota, de estrellas otras,
de otro hemisferio de ríos mudos
que trenza en ecos tu son sin canto,
en sombras quedas que van partiendo
la noche abierta
la herida blanca.
Bahía blanca, destino de hombre,
partir sin llegar, y repartido volver
sólo en frágiles arañas
de nombre urdido
a veces y a silencio anclado.
Ser hombre a solas, entre las olas de
los adioses, de los espejos
de esperas viejas, del beso breve,
del largo aullido.
A horas sin dueño, a mar sin borde,
ser hombre a veces, a pulsos leves
de arañas tintas que entre las líneas
musitan planos de aquel tesoro que
guardan fieles los ríos siempres.
Bahía negra, el día rompe
mar de tabiques los invisibles
cursos del aire.
Pirámide azul, el cielo entierra
fugadas momias de reinos breves,
instantes se huyen, alas hormigas
entre los pinos, musita el viento
niño animales,
y en olas quedas partes entero
herida abierta,
bahía blanca.
*
AQUELLAS COSAS
De aquéllas de las cosas de las que puedo hablar
de aquéllas de las cosas de las que pueda haber
de aquéllas de las cosas habidas
de las que hay
cierta certeza
de que las hay,
ay
es aquella sola que se repite.
Asomo de los prados blancos, vanos,
Susurrados de los muertos, asombro
Fugitivo y tenaz de ser en canto
Olvidado hechizo, y eco solo
De rasgos sólo en sílabas amados
Entre tanto perfil sin acomodo,
Luz sin ser en piel de nombre, asomas
Oscura flor de voz entre las sombras.
Cuánto invierno en una tarde,
cuánto
pájaro inmóvil en el aire.
Cuánta momia de reloj embalsamada,
cuánto humo tallado en el espejo
de las espigas azules y los vientos,
cuánta nube a plomo en las gargantas.
Cuántos ríos de mármol en las sombras,
cuánta
espuma gris de hueso entre los dedos.
Cuánto invierno
en una tarde.
Cuánto pájaro inmóvil en el aire.
De la noche a la mañana
se posa un beso en la rosa
de tu frente de repente
las arrugas se levantan mariposas
entre párpados de aurora
me contemplas
de vuelta de la historia a la paciencia
donde el solo tumulto del silencio escande
en sílabas de días lo insalvable,
retrepado en mi sinyo de orejas considero
avutardas reactores
y nubecillas tardías sobre las tierras pardas.
de vuelta en labrantíos transversales
a la premura de labios con destino.
me estiro
cuan largo es hoy y reconozco
la simpática talla estrellada del gigante
sin fin ni calcetín ni norte que me lleva
de vuelta de los planes y las metas
a un rincón de cuadrícula olvidada
en una cajonera gris de invierno
las alas de otro siempre de repente
se abren de la almohada en calles colegiales
a peste de fritanga y carterazo, y a patadas
del viento en la nariz de los que saben
enterrar el tesoro de la tarde
naúfraga en el tiempo
descubro en los encantos prohibidos de los charcos
la antigua comisura azul que se sonríe
y frunce renacuajos de nube a mis espaldas
desde el lugar en que se mira
la ceremonia de cuerpos que se buscan
y se desea
ser parte en el tinglado indescifrable
la copa entera de estrellas cabe en tres letras
y paz es solamente un plazo de la deuda
y los pasillos larguísimos del miedo
se desenroscan espalda
de fríos espaguetis en noches de domingos
y en pilas de años sucias de semanas
caen a los pies del viento vendavales
de pájaros sin fin sobre la calva
impasibilidad de la piedra.
desde el lugar en que se mira las figuras
son los pasos de un baile sin maestro
a no ser el afán
de ser por un momento
volante en ese talle de eterno recomienzo
y adorno en la pulida partitura de lo muerto
desde el lugar en que se mira las palabras
son preludios necesarios sin concierto.
*
declaración
tú no eres tú
arráncate del ángel de espejos que te llueve
pónte a cobijo del poema perfecto en que la muerte habita
corre, no me hables,
huye, no me escuches,
te quiero
para abismo de quien habla y desconozco
Dúo desconcertante
patatre
no se puede
patatrepapor
la ley lo impide la ley
racim
la gravedad
cimohirvien
la adherencia a la cara
te de patas trep
interior
desde el suelo otra vez
siempre será menor
un racimo de pat
que la atracción
patas trepanapun
hacia un centro
todecaer pero apren
hipotético
patas trepan aprenden por
de la tierra
la cara azul
hipotéticade la cúpula a la estrella
mente
sé estrella
curva cerrada
¡sé estrella!
debe caer
se estrese estrella
llará
patatrep
un racim
o
***
Loignorito bonito
Si yo supiera siempre el porqué de lo que digo
sería filósofo, y no loro
del viento, ese pirata
que harto de esperar decidió un día
que sería
su propio mar.
*
El duda sentado
Traje de paseo de la prisa
el pensamiento se desciñe gastada túnica de gestos
cae abismo lento a los pies del abanico
que engulle en sus entrañas resplandores
la alcoba del despertar
el tiempo recuerda orgulloso y desnudo sus espacios
los planos de sus huecos retan a las nubes
a un ajedrez de macetas y en el centro
multiplicado de la corola
él duda
Ella maúlla
ella maúlla cuando mi espasmo la tiembla
como a la hoja el otoño
o el incierto bolígrafo
en busca de metáfora en que ahorcarse.
ella maúlla y yo aúllo y es mayo su desmayo
aunque afuera nieve y un vecino
pregunte si es broma y otro
si ha llegado el fin del mundo o el diluvio y todos
tienen razón, menos nosotros,
enloquecido jadeo que agotó la cuerda
del recuerdo y la paciencia, y las enaguas
de sombras aclaradas al sol que más calienta.
En el canto
miente cada palabra que no arranque
tu centro y no te mienta
y no te arroje al sol con los perros muertos
la carne viva,
el fruto desgarrado de las sombras
entre anuncios de inútiles beldades
mienta cada palabra que arranque tu centro
y no te miente
periferia de rodeos y de mientras,
subterfugio sin refugio tú
sin centro
miente cada palabra que arranque
tu centro y no te mienta.
***
REQUIEM POR UN YOENQUIEN
aliento desleído en letras desalentadas
inyectándose mármol de portada en pena
el que en mí era todos murió de sobresidos
carnes tollendas
cómo decirles pues que su corrupción no me ofende porque no me honró
su lozanía, que hay libros más viejos que el más viejo de sus secretos mezquinos
que hablan de imperios muertos, cómo explicarles a estas alturas que sus caminos
no llevan, que sus descansos no sueñan, que su eterno acecharse en el espejo es un
fracaso de pajas en eras de cristal, que los granos de luz germinan lejos, que sus
círculos de iniciados sin fin son trilla de asnos que susurran cuerpo desgarrado
entre dientes de pedernal, que borracho es lo menos que se puede estar cuando se
pensó algún tiempo, que es función de los muertos corromperse, de los gusanos
nutrirse, de las hienas llenarse y de los cuervos encorvarse sobre los restos, que
aquí ya no hay más vidas que ejemplares, que en la pantalla no sale el mono
mocoso y cagón, ni en portada el hijo de puta con malvas para su madre, que no
es cierto que aquí ya no pase nada salvo la muerte, de mano en mano, de boca en
boca, envuelta en celofán de colorines y frases con vericuetos para despistar
mariposas, a ver cómo les explico que no tendré hijos que les tributen, no escribiré
palabras que les alivien, no les dirigiré miradas que les encuentren por no dar ni
una sombra más de realidad a sus rasgos de sombra, que no es posible abrir los
ojos sin llorar de una luz tan vertical, tan colada tan aplomo de linotipia sobre lo
tierno, balbuceante, insensato y anónimo que aún pelea por levantarse del fango,
cómo explicarles que hay caminos mucho más largos que el más largo de sus
cruceros y todo para acabar ante el presente, ante este frágil vidrio fluido y lleno
de ojos que pasan, por un instante, hermosos y nunca más, cómo explicarles lo
que tantas horas perdidas no bastaron a encontrar, no se hartaron de encontrar,
cómo darles razones sin darles la razón que nunca tuvieron porque no hay reja ni
zarpa que alcance el horizonte, cómo explicarles sin darles la razón, lo último que
queda, el imposible punto de fuga de este penal de ánimos en pena, de apetitos en
disfraces de argumento, de esfínteres rebozados en esdrújula y secretos secretados
por algún tubo de fibra, cómo hablar de algo que no sea suyo, de archiveros,
taxidermistas y relatores, como hablar de algo que no sea su yo, dueño de las
cosas por dueño de los nombres que no se aceptan sin su firma que es meada,
rúbrica de pata levantada sobre el decreto de muerte, sobre el secreto de alcoba,
sobre el fragante hedor que se alza de un fin de siglo perpetuo donde laten bajo el
silencio gris del asfalto erupciones más violentas en su ausencia que todo cuanto
puedan ofrecer en su presencia los escaparates blindados de su universo del
discurso, permanente mente vana en la calva calvavera que hicieron de la tierra,
más que todo cuanto puedan permitirse las tertulias de mudos y las mesas
redondas de radio indefinido y perímetro borroso antes de cortar para un anuncio
que nunca cumplirán, la vida, cómo abjurar de la teología meteórica de la etiqueta
sin pronunciar los nombres registrados del anonimato, de la continua torrentera
palpitante de pelos hijos bellotas horas, cómo dar a entender que la obsesión por
hacerse entender es la alfombra roja cuesta abajo hacia el sepulcro alicatado hasta
el techo, atenazado hasta el alma, adecentado con medias palabras, a medias de
seda, a medias de espanto de espejos al cabo vacíos, cómo darse a entender en la
extensión completa de lo que falta, cómo osar usar en las columnas del templo de
lo sensato lo paso a paso, lo innecesario imprescindible, el canguro amarillo
incurablemente paciente, a quien se le ocurre incurrir en lo que escurre, a quién se
le ocurre renunciar a asir a ser a asar el pájaro arcoiris de la vida en alguna de las
piras conceptuales, por esto, por aquello, por alí, por alá, niños traviesos
insensatos no hay sitio para juegos de palabra para fuegos de hecho sí, a
discreción, a tapetitos, a visillitos caídos sobre el secreto secretado de bragas que
amordazan la boca de lo nonato, cómo se atreve a saltarse el mandamiento de ser
breve, subir decir su versito e irse, cómo dudar, conversos, de que el reverso es
distinto del universo, revolución revolución, oh que rima tan fácil, oh que mujer
tan fácil, es tan difícil osar no asir lo gratuito, el caballo regalado del presente que
se hace sin precio aprecio, oh estás desbarrando, véte a un psiquiatra, búscate
editor, pónte barras y estrellas para el desbarre, mamón, el mamón el victorioso
galopa en pos de faldas de palabra un día más, los viejos tiempos, a través de
calendarios y certezas y presiones editoriales y obligaciones morales y débitos
conyugales abandonarse una vez, una vez más a las blancas enaguas del azar por
las aceras en vela de desbarraques, de palabras nun sidas, de oídos no nacidos, de
vosotros que podríais hacer de mis palabras un cabo al que aferrarme si ya, si aún,
si en fin estuvierais ahí a traves de las planchas de plomo de las fechas, invento
singular para singularizar faraones, a través de celosías guardamías, harenes y
conventos de clausura y otras bibliotecas del señor hágase un tú según mi palabra,
donde encerrados cuerpos de impresión esperan el flujo de semen semántico que
los preñe y los abombe en la bomba negriestrella de la noche, del susurro de las
plantas que se escapan del abismo para inventarse el viento, invento singular para
multiplicar corazones, cómo decirles de esa mezcla insostenible que vuela sobre el
abismo desde antes del primer siempre preñada de cometas con cola de niño y
de mañanas lluviosas sobre huertas recién lavadas y arroyos de agua sin adjetivos,
cómo atravesar las paredes de tinta y ruido que encierran el campo, cómo decir
esa nave de negrura que navega en ningún sitio con una proa de estrellas y una
hélice de carne cabezona, pelona, peleona, subida a la chepa del mono para ver
más lejos, a estribor, a babor, entre la baba y el estribo entre el villano y el amo
sorteando las trampas y las tretas y los ases y los dioses por el tapete, sorteando al
bufón y al clero y tocando al caballero en el corazón enlatado con la punta de
lanza de tréboles y canciones, oh por dónde iba, por dónde iba y adónde, es
preciso que el discurso se dirija, es preciso llorar anegado, renegado, ante las
compuertas del milagro denegado, falta el permiso de, dirigirse a, es preciso morir
para hablar sobre el borde, sobre el borde del armario de la alcoba empinado
sobre un padre muerto antes del tiempo, es preciso morir para atreverse a lo
osado lo nunca asido lo eternamente nacido, a meter la pata sin permiso del abate
en el materno manantial, ave maría purísima, hasta tí he venido patinando a la
velocidad de mis dedos de hielo sobre el filo de este pelo, amén, a pedirte perdón
por haber nacido, por haber yacido y asido y sido con una mujer de hielo, con una
sombra de nada, con monigotes de viento en tu lugar, descanso, oasis nunca
bienamado en que todo cabe, coño oceánico de ballenas ventrales en desbandada
sin rumbo azul, mugiente, coronada de espuma suspensa su espera inmensa,
sumergida al fin sin saciar el ansia del pecho de roca del fuego encabritado en
órbita en lo negro tan sólo para volver, algún día, a respirar, arriba, a la luz, a
hundir los navíos sobrios las frases con timón y las rosas de los flatos revueltas en
celofán de esdrújula y esfínter, por dónde iba, ballena, vacía, ba hacia arriba ba
hacia abajo en lo azul inmenso, en lo nunca asido, en la salobre marea que no
sabría caber en dársena ni puerto ni aljibe ni canal, ni esclusa o abra, abra su
trasero redactor, que entre el fax cataplax de sangre y viscerillas aquí estamos, en
un rincón de la carne, la voz y yo, en disfraz de locura porque es carnaval del otro,
porque hoy siempre es carnaval de vosotros y jugamos a deciros, aquí estamos
agazapados en el rincón ganado a pulso con la muerte en la mesa coja de la
taberna del tiempo, no es mucho un rincón, no es un palacio ni un mausoleo ni
siquiera un piso protegido pero está a salvo del ansia de salvación y del tifus y del
miedo, por no hablar de las garrapatas, no es mucho un rincón pero basta para un
perro, unos dedos y un cristal frágil donde los ojos, los ojos siempre, los ojos
muchos, pasan por un momento y dejan sus invisibles mensajes de aéreos trazos
sobre la luna, la luna móvil, la invisible luna, la luna de mil escudos y otros tantos
apellidos, la luna de los mil nombres en fin navío en la noche, proa de estrellas,
motor de voz, los brazos bracean en la espuma de la rabia diluida alzando
cataclismos en broma y apocalipsis de dulce envueltos en papel malva, labios de
azul rechupan el caramelo de la médula del mundo desenvuelto una vez más,
desenfadado, una voz más, un signo, otro jeroglífico en la galería del colosal
museo del Hueso, visitantes con zarcillos, gusanitos, esporitas, raicillas, ridículas
radículas y otros ecos del fango y del pantano asomando la nariz o la espora a la
vitrina, el meollo del asunto, el quid de la cuestión chupeteado una vez más, sin
venir a cuento, sin venir a historia, sin venir a llenar una laguna ni a remediar un
agravio, sin venir a más, sin venir a menos, amenos prados, fértiles recuestos,
¿que hareis para recostar en vuestro pecho de aire el candente caramelo de lo que
impulsa, de lo que empuja, de lo que zarpa no ase ni horizonte ha sido?
callar acaso
en picado vertical sobre la fecha
la esquina,
el carnet de identidad
el débito conyugal y los atrasos
del alquiler.
*
¿dónde estáis?
¿dónde os habeis metido?
andaba revolviendo creaciones por aquí,
teológicas canicas de frágiles azules,
cuando os perdí de vista.
¿por qué no venís?
aquí en el laberinto hay también banderas
varias ví tararí que enarbolaban
las taladas manos de los vientos.
venid conmigo,
aquí en el laberinto hay también partidos
cráneos, con su derecha y su izquierda
y una cierta abstención, entre dientes, del aliento.
¿por qué no venís?
aquí en el laberinto también hay putas,
carne hay que ya ha cambiado
seiscientas veces de dueño
-sin contar los entreactos en que fué sólo cebolla,
o pasto o miel, o arena o nada
a lo que alguien diera nombre-.
venid conmigo,
aquí en el laberinto hay también riqueza,
porvenir asegurado en torno al sol,
y poder, mucho poder, por poder
aquí se puede ser espiga o pasto o nada o río
o cualquiera de las cosas menos una,
poquita cosa, a quién le importa,
venid,
¿es que nadie va a acompañar
entre tanto miembro ilustre
a una pobre calavera?
*
inkoan 1
la infinita distancia del budandy
resultó ser un paso
en falso
Vaho
El vaho sube
la nube baja.
Callada calle
la gente genta
los pasos pasan
Fichas de sol,
tapete invierno.
Cubiletes de piel,
dado el aliento,
se siguen versos.
vaivén
como una tierra vuelve los ojos muertos
de los gatos charcos de luceros,
como un pecho de mujer vuelve
garras de avidez en raíz de remolino, como un gato lucero
vuelve ala en tierra y seda en mano, como los ojos vuelven
al péndulo de sangre arrebatada cuna
de ayeres, como hoy eres corazón y hieres
de otra voz el latir de una vez que se acompasa,
como érase una vez una voz, el tiempo pasa...
Hay un lago en tu muñeca
donde van las sangres todas de la felpa.
Pausados llueven allí los besos y los años
pausados llueven
coronas de cristal sobre saltadas
resbaladizas truchas sin fondos y sin curso
que sacan la nariz al infinito
ahogo de estar
y se sumergen. Hay un lugar
de ti
en tu muñeca.
acerteijos
hacer té, hijos,
atender a los negocios y a las nubes,
vendimiar despacio las calles de algún barrio,
deletrear sin prisa las esquinas
de bares y calendarios,
dar sus besos a los labios, sus márgenes desiertas a la ira,
su tiempo a los espejos, su eternidad a las almohadas,
a cada cosa su instante y su ventana en el aire
de este mundo que es talla mudamente
balanceada en los hombros de tropeles misteriosos,
cristalina estatuaria de palabras
a lomos de los ríos, los volcanes
y las oscuras bestias de la sangre.
hacer té, hijos, conjeturas,
solitarios, cálculos y ruidos,
dócilmente ir al paso en la procesión de las cosas
que te miran y te empujan, y que miras,
y que empujas.
Y escabullirte un instante detrás, zás, por las junturas,
por las rendijas del puzzle a vestuarios
donde el vértigo se prueba los volantes
y la blanca soledad nombres ceñidos.
árboles
Piden intacta la estrella a hojas llenas.
Buscan en lo oscuro restos de la mar.
Entre tanto acompasados así a lo que ay,
no hay,
tajantemente frágiles se yerguen en el viento
y susurran suaves sombras a ninguno.
Tiología
para un dios dudoso
(monólogo a dúo)
Voy a hacer el amor
con todas las mujeres del mundo.
Pero
¿cómo se hace el amor con una frase?...
Voy a hacer el amor
con todos los mundos de la mujer.
Pero
¿cómo se hace un principio de una frase sin términos?
Pues entonces haré el mundo
con todo el amor de las mujeres
Pero
¿cómo voy a hacer una frase con un término sin principios?
Ya sé: primero
voy a hacer a la mujer
con todos los mundos del amor
Pero
¿cómo hacer mundos sin cuento?
Ya no sé. ¿Y si primero
hago a la mujer
con todo el amor del mundo?
Pero
¿cómo hacer con nada un cuento?
Así es que
voy a hacer todo un mundo
con el amor de una mujer.
Pero...
¿cómo hacer una frase
con todo un mundo?...
¿Y si hiciera el mundo con todo el mundo
y el amor con una mujer,
como todo el mundo…
...qué haría con la combinación infinita de la frase,
un negligé?...
No sé.
*
La forma de tu herida mansa en el espejo me repasa
y se coincide.
*
Tristeza de la calle que da al campo
herida de regreso.
Tristeza de campana que da al cielo
talla de silencio.
Tristeza de palabra que da al tiempo
lugar y viento.
*
Rebajas 3500
Cubrecamas y pamemas,
y mil mimos para memos
que en espejos de despojos pena a pena peinaremos
en hebras de sal las nieves que ni vimos ni veremos.
Ataúdes de los pasos
que ni dimos ni daremos,
de las playas sin cabañas en que nunca nadaremos,
de las ramas sin otoño donde nunca anidaremos.
(¿Pero qué demonios cuentas,
poeta?, ¡qué disparate!
Un zapato es un zapato, y no hay dislate de orate
que encuentre lo nunca sido y lo rasgado lo ate)
Posavasos para posos
de besos que no bebimos,
pintagravios para labios en que si amor ya mordimos
por faltavoces que hablemos no habremos de abrir ni abrimos.
Parabrisas para risas,
parachoques para adioses,
para bestias brisas voces que no fuimos ni seremos,
meridianos paralelos en que no nos cruzaremos.
(¡Estás loco de remate,
poeta!, ¿qué es lo que cuentas?
Un zapato es un zapato, pero te lleva aunque a tientas
paso a paso a tener todo y a hacer cierto lo que sientas)
Hipocampos disecados
para claves que colgamos,
las de dar cuerda al ahora del corazón que paramos,
cifras del cofre en el fondo del amar que no miramos.
Y un caballo submarino
ducho en dichas ya deshechas
que chapotea en el cuando, horroroso y dulce bicho
preso en ámbar en el trecho que lleva de un lecho al nicho,
entre la leche hecha polvo de nuncas que fueron pechos
y dos órbitas maltrechas de huesos que serán techos.
¡Poeta, ¿no te das cuenta?,
estás loco de remate!
No te escaparás por hacer de un cristal de escaparate
océano de los pasos en que todo a la voz late.
(¡Caballito de los mares,
caballero del amar,
que me ahogo entre los algos de boba voz de coral!)
¡Estás loco de rebaja,
no me seas botarate!,
sin pasar aún por la caja no se pueden echar cuentas...
(Caballito de la mar,
¡vayamos adonde todo
nada en agua de azar!)
...¡que aún hay tiempo y hay afán, y esperanza en tanto alientas!
Y todo a 3500.
sin tiempo para medir las palabras en prosa,
sin tiempo para saber a qué género de género
a qué número acusar de que el cielo comunique
su vacío escalofrío de ecos secos a esos huesos
apuro la botella de tu ron en el ronroneo de motores sin julieta de diciembre
y me pierdo en laberintos como calles
y no hables
en mi sonora ciudad de desastre ganado
a pulso y taquicardia como un cencerro en el pecho
arreando que es infundio soledades de cíclope casposo en el espejo,
preso en el naufragio de tu isla sin boca nada,
no hay aliento en mi vela si no llamas,
sentidos sinsonidos sinceros y sin cuento
hinchan pecho en paréntesis oscuro, noche
de antenas y pelotas de niños pateados en el área
de castigo, el mundo encrucijado
se extiende en piel de mañana pisoteado
por el violento silencio de las bestias
instantes niños aprenden a nadar mudos, marineros
muertos en piscinas planetarias de mirada semáforos
rojos los ojos se prohíben el paso al artilugio del llanto, camareros
temporeros del dolor los nombres
inclinan sus cabezas sin piel sobre los meses
y barren con los huesos de las manos las semanas
gemelas de carmín desmigajado por los manteles de asfalto
lejos
mueren patos y matan los cañones otros tiernos
universos de palmas enlazadas el destino
de las nubes atormenta el pensar de los faroles
y una hormiga extraviada en un piano escucha
el silencio comprensible del mundo y gime
cremalleras jeroglíficas vedan los accesos
a las pirámides púbicas, excursiones privadas
de palabras merodean desiertos de memoria
circoestante, boquiabiertas: baba
jajaremos a la tutu
hala tú tumba, arre reir
nosde losnonos
otros que no fu
fu
uimos, de la tar
tatártara que está tan
bubuena, tan estu
prenda, que está pero que es tú
prenda
de carne pagadera en lo que acaben
estas locas vacaciones de eludirnos
por nuestros nombres
(en mi ausencia, te lo ruego,
pon un tiesto bien sujeto con un coleo,
que el gato del dolor con el rabo no lo lance
a descubrir la gravedad de atraerse cuerpo arriba)
somos la monda
que aún sigue rodeando la manzana de tu noche
al filo de una suela de charco recién llovido
(¿será oruga ese gusano
de los cuantos y los tantos y los días
que asoma rosa braga en tus antenas?)
impacientes mariposas de cartón en las vitrinas
aventan de serrín un aplauso incipiente de autobuses
ensordecidas plazas
se llevan generales de bronce a las arcadas
y estornudan de plumas los proyectos,
mas los perros y las porras destrabados de las lenguas
de nocturnos acertijos como besos y azoteas
asomados al espejo de las tazas y las fuentes
contemplan las mejillas sonrosadas de otro siempre
y meneando su cola o su oficinista se marchan a trabajar
dulces luegos de sidra
(millares de soles suben, hip,
al cielo paladar de la memoria)
y bailaría aún sobre los puentes descalzo
y cantaría las líneas de metro en verso
y tal vez le fabricara un bongo al municipal con su casco sin retorno
si la sonrisa tendiera mis avenidas de nuevo por tus labios
y te haría un tiragomas con los renglones del tren,
que no alcanzara a borrar jamás tu lápiz de labios
en los cristales del ven el pañuelito del viento
y haría el pino en Agosto y en Belén de salvavidas
braceando entre las jibas de manadas de camellos
porque rieras a lomos de cien novios dormidarios,
(de los que roncan dunosos cuando les llueves susurro
la secreta inminencia de los mares)
y pintaría de ajedreces las cebras de los zoos
tan sólo porque le dieras jaqueca mate al brillante
cerebro del mandaril que les hizo sentar cabeza
para pensar con el culo en lógicas consecuencias,
y construiría laberintos de sones que son sin ser
silencios que son enseres de una frase sin salida,
con tal de verte marchar, mamá oca de ojos miel,
por los labios de los días de beso en beso y tirar
yo otro aunque no me toque.
Somos algo que le pasa al mundo
¿de dónde a dónde?
sus dentros inventados
guantes del revés donde se rumia alientos
el viento manco.
suceder
camino de veranos soñados o vividos
suceder
ráfaga redonda de higuera entre los labios
suceder
silenciosa gota blanca de luz en las colmenas
oscuras e infinitas del tiempo sin paredes
y haber sido
y haber será
y haber de todo
salvo miel en los espejos
SUSPENSO
¿qué hace mi alguien castigado y sin compañeros junto a la ventana de la vieja
galería? Se aplica diligente a los hombros de la calle, las hombreras bulliciosas
de reloj llenas de rostros, acodado en la seda de siempre que es un abrir y cerrar
de ojos los repite con encomiable tesón, y se encuentra musitando cuando la
oscura silueta de repente y por la espalda le pide la lección de los otros
nombres, y él ignora el de la batalla del beso en que se perdió por un timbre
inoportuno el reino de la Cadera Gordita, sigue sin saber calcular cuántos
elefantes caben en una lenteja, ni ha aprendido a descifrar las runas de
Nadora... ¿y qué va a hacer?: está suspenso.
una jaima de estrellas y jazmines
cobija el sueño
de la araña de brisas de espacio
entre labios instantes que desiertos
ala larga imprimen
mirada cal y grafía en hueso
*
PACO MARAÑA
(lo señalado en rojo, a coro)
Recitativo
Él, que anteayer se crió en alpargatas
por los veranos de pana y porrón,
él, que hoy a voces discute en la barra
de porcentajes y marcas de ron,
él quizás oiga, entre las botellas,
desde el espejo del paf mi canción.
A tiempo
Aquí está Paco Maraña,
un conquistador de España
que lleva en su escudo un pulpo y una telaraña.
Vive de montar barullo
donde ocultar su chanchullo,
como otro Don Pelayo
hace de su capa un sayo y va a lo nuestro que es lo suyo,
¡capullo!
Desde Covadonga
arrambla con lo que le pongan,
con mucha labia
nos hace marqueses en Babia,
y él siempre al loro
se queda el oro del moro la plata del indio y su sitio
al sol
como un buen caballero español.
Su padre puso un chamizo
de paellas donde hizo
con turistas alemanes
el milagro de los panes y los peces varias veces,
¡sandeces!,
y él con las pelas
en las huertas de sus abuelas
tiene planeados
y alquilados adosados
sucios y feos
a precios manifiestamente europeos, que aquí
hay sol,
patrimonio del pueblo español.
Hoy es el representante
de un simpar fertilizante,
porque el negocio no pierda
enreda a gente importante a la que unta bajo cuerda
¡de mierda!
Si se huele algo,
a él que le echen un galgo,
le viene de casta
llegar donde sea por pasta,
ganar temerario
un saldo bancario sobre el que no se alce jamás
el sol
¡para pasmo del pueblo español!
Allá va Paco Maraña (¡olé!)
con corbata y artimaña (¡torero!)
a vender boñiga que es un producto de España.
Con la venta del abono
se compró un chalé muy mono,
viste y calza buena ropa,
y embarcado ya en Europa corre y vuela como el viento,
¡en popa!
Le gusta el zapin
aunque aún lee el Marca a escondidas,
practica el yoguin
con chandal lacoste y adidas,
mientras con filin
escucha en el güolman las Cuatro Estaciones
de Bach
¡como un buen somelier cultural!
Decidido a echar un polvo,
al volante de su Volvo
con airvá va a hacer locuras
y pasa la noche a oscuras entre ruidos y apreturas,
¡figuras!
La gente es corta,
pero de noche soporta
que se le junten,
con tal de que no le pregunten,
las mujeres mudas
le gustan aún más que desnudas, así nunca hay dudas
de quién
de los dos es más listo
que él.
Allá va Paco Maraña (¡arsa!),
alimaña de rapiña (ohú!)
que por donde pasa arrasa rebaña y trapiña.
Y así pasan mil mañanas,
y él, tiñéndose las canas,
en las lunas de los baños
cree que pueden sus engaños engañar hasta a los años,
¡pelanas!
cuando le pica,
se mira y se multiplica,
por puro reflejo,
pues lo que él ama es el espejo,
y por millones
desbordan sus reproducciones e invaden calles y naciones
y habrá
¡marañitas por siempre jamás!
***
Alunecer
Manzanas lunas del árbol
que mece el viento.
Luz sin madre alumbra ojo los secretos
perfiles de las montañas.
Sombras aves crecen en distancia
el sueño inalcanzable de las nubes: tierra
herida lenta fructifica.
Manzana luna en el árbol
del viento.
Pentagrama de pájaros en fuga.
Por surcos rojo aterrado.
Más atrás azul
cierra el cielo tu falda de memoria.
RECETA DE CARNE SIN ESTRELLITAS NI BIGOTE
Cuarto de estar, reverso despreciado
de la escena de ser, del universo
en prosa y en espina, cruz del verso,
partícipe de un verbo cuarteado.
Cuarto de abuelos muertos de memoria
que retoñan trigal y barrio obrero
ya granado en arrugas y en sendero
en la muda de pieles de la historia.
Mitad de madre falta y triturada
en el cuenco sin ojo de los días,
en salsa de batir sábanas frías
desleída, descrita, debuscada.
Un vaso de silencio tinto hervido,
apurado hasta el fondo sin regreso
de los libros con nombres y sin beso,
del pasillo sin fin del apellido.
Un manojo de esquinas y cristales
y miradas sembradas en cunetas,
un chorrito de voz en servilletas
y una pizca menuda de ideales.
Bien de actos, de bienes y de males,
desengaños en soles macerados,
esperanzas en fuegos moderados
mas las dudas de siempre y las casuales,
déjese reposar en tierra honda,
sírvase en bandeja al azul candente,
y sírvase guardar al excedente
el respeto debido a toda monda.
sacúdeme invádeme mascúllame escúpeme
todos los latidos de cada corazón riman
la diferencia discurre por sí sola
¿qué pinta un diccionario en la mesilla?
le da un temblor contagioso y cae
despatarrado por cualquier inconveniencia
-abadejo, abadía, abadón
el exterminadorestrújame exprímeme estréchame estréllame
todas las fotos de carnet empiezan parecidos
y acaban coronados cajones de memoria
extráñame
y cursa bachilleres en hueso con tus dedos
entre tú y yo fantasmas remolinos un desierto
pongamos un motel de saliva en la frontera
alcemos taberna, culo, versículo, una pierna,
ardamos un hogar en los calambres
alcemos el espacio por el vuelo,
éntrate, sábeme, sepámosme,
babunciglup,
¿quién se habrá dejado un lingüista en nuestro embozo?
SANDÍA SIN DÍA
Noche de noches
equilibrista
por el embozo
de nieve y barro.
Pértiga en plata
el horizonte,
entre las nubes
y los barrancos.
Cuneta de sombras
la luna acuna,
mece, adormece
miradas mudas.
Paloma del sueño,
sonrisa sin piel,
sandía de niños
tragones de ayer.
Cima de luces,
anillo blanco,
se muerde el tiempo
su cola asfalto.
Al volante del mundo
lo veo venir
muerte embalada en pantalón corto
pasar
prisa apresada en renglones largos
dejar
estelas rojas,
chirridos negros,
espejo en blanco.
Cuneta de sombras
la luna muda
mece, adormece,
mirada cuna.
Paloma del sueño,
sonrisa sin piel,
sandía de niños
tragones de ayer.
A una
(salmodia a tres voces simultáneas)
Todas las banderas arrojan la misma sombra
de bruja con escoba y ventolera
de sudario ahorcado
de espantajo anticipo de la noche
Todas las escobas enarbolan la misma luz
de corteza de otra vez para los sueños
de piel minuciosamente ajada,
de tallado cumplimiento de los huesos
Todos los sueños ondean la misma piel
de ocaso florecido
de alba madurada
de extraño animundo sin entrañas
No hay poeta en España como el cerdo
que de un montón de mierda hace jamones,
y es espejo que bien vale un recuerdo
su lírico trajín de digestiones,
donde yo sí me he visto y no me acuerdo
de haber echado en falta mis facciones
en gritos ni en gañanes ni en caudillos,
ni en yerros ni en silencios ni en cuchillos.
Granjearse en tal granja enemistades
es sacarse una plaza de difunto,
pues gozan sus porcinas dignidades
sólo hozando en horrísono conjunto
y a un unísono son de fealdades
echando bajo tierra todo asunto,
que fieles a su credo verdadero,
celebran San Martín el año entero.
En esta ceremonia de la sombra
se encuentra muchedumbre y poco de hombre,
porque es costumbre vieja como alfombra
que sea podredumbre la que alfombre
la senda hasta la cumbre y ya no asombra
que los timbres de podre ganen nombre
y la urdimbre de sombras se deslumbre
ante esta indudable cerdidumbre:
no hay poeta en España como el cerdo,
que de un montón de mierda hace razones,
y es espejo que bien vale un recuerdo
en el cuerdo olvidar de las naciones.
nosotros
Cómo te alejas de mi hogar de ausencias
a la tarde de codos y naranjos.
Cómo arden los muertos vivamente
en mi noche de signos en lo negro,
furiosos por dar fin a la tarea
atroz e interminable de haber sido.
Cómo ríe tu niña saltando entre los años
de manso persistir vueltos corteza.
Cómo duele tu risa volando entre los daños
contados como líneas de un silencio:
como busco entre tus brazos que buscan en mi espejo,
la distancia y la tarde se cruzan en los labios
ya sin nombres
de este cuerpo nuestro.
Como vuelan las islas a lo lejos.
Sobre España, Enero de 1999
Península escenario
pequeño de tanto entonces
a estas alturas
diversos matices de abismo se entretienen
irisando llantos. Abajo
por cicatrices minúsculas corre un monito
en diversos tamaños de invisibilidad:
en el asiento de atrás,
en el de alante,
en el de atrás otra vez -ésta con flores
sobre una boca de pinode modelos de transporte tan variables
como los pisos del vértigo que
a estas alturas
sobrevuela tu península escenario
rodeado de luz por todas partes menos por una
que se llama...
(¡Y qué dura de lo ido
la memoria!)
Oficios profanos
Mudo de dolor
comenzó a apilar piedras,
no importa dónde,
cuándo,
qué nombre les diera nadie;
qué quisieran decir,
sí:
viento y agua
lo interpretaron cardo y polvo,
párpados de paso aplaudieron breves.
Al final
de esos brazos, que señala
dónde empieza la visión irremediable,
dos manos entregan en mi nombre
vencida la azada, roto
de ahuecar la tierra en vano
refugio sin misterio frente al cielo, mudo
de dolor y empiezo
a apilar palabras.
PASAPERSONAS
Espero que me disculpeis por renunciar a la posibilidad de participar en vuestro
programa. Ya he podido verlo en una televisión, y la sensación que tuve el día de las
pruebas no ha hecho más que crecer. Lo que puedo decir al respecto no lo encuentro en
el diccionario, así que os lo dejo escrito abajo lo mejor que puedo. La curiosidad mató
al gato, que aún dicen en mi pueblo, hasta que lo hagan título de algún programa en
alguna televisión. Pero también dicen que es de sabios rectificar. En fin, os envío a
manera de disculpa otra clase de juego de palabras que, sinceramente, paga mejor,
aunque no en moneda del Banco de España. Esperando que os traiga algún momento
agradable, con un saludo
Jose
Pasapersonas I
Antaño, cuando las cosas
Balbuceaban promesas a cada paso y cada
Cero era un ojo y cada
Día un diluvio de promesas por nombrar,
En que la che navegaba charcos con ballena y sin zapatos
Felizmente saltados y recogidos a manos
Gordezuelas y torpes en los lápices del tiempo.
Hoy, cuando son las letras
Inicuas estaciones del calvario de los monos,
Jeremías con corbata en las barras del terrible
Kilómetrico delirio sin manos donde
Lentamente desensartan sus corteses naderías del alfabeto,
LLameantes los mecheros de cilíndricas excusas elegantes.
Mañana
No será otro día,
Ñoñerías de poetas que aun sueñan en el viento
O en el eco inelegante del aliento
Pasiones vendavales que rasguen horizontes,
Quijotescos molinos de aire que entre dientes
Rompan recios con la boba procesión de las palabras
Solemnes sodomizadas en tanta cara vana una tras otra en el desierto
Tormento de asomarse a la pantalla del tiempo sin dar con
Uno, entre tanto
Vacío donde los nombres buscan quién que nombrar, desafinados
Xilófonos entre dientes que golpean lenguas viejas
Ya cansadas de rondarse por el círculo
Zafio y vano de este tiempo:
en el final
de los juegos en que habrán arruinado la esperanza
buscarán entre las uñas un hilo de voz en que tramarse
y hallarán tan sólo el cable
de un fantasma desenchufado.
*
Pasapersonas 2
Adivina para qué sirven las letras... ¡tiempo!
¿Besar quedo la piel fugitiva del instante?: error.
¿Como arma arrojadiza contra cielos rasos de silencio
chabacano, altisonante,
dignamente sustentado en escayolas de luego por los cerebros?: error.
¿Engancharse a la vida cuando era
feliz un chucuchucu de verdes vagoncitos sin destino?:error.
¿Grabar en mármoles y bronces, en videos y disquillos,
honorables colecciones de chapuzas,
ignominias y horas muertas en un pak con nombre propio?: error.
Joder, ¿y para qué sirven esas
kábilas risueñas en su kasbah de reflejos?
Lea atentamente las instrucciones,
llene cuanto antes las casillas,
marque el número correcto,
no se confunda,
ñoclo, ñu, ñame,
olvide que las cosas se trenzaron a golpe de gemido
poco a poco en una frase planetaria,
que los días se trenzaban al hilo de esos ganchitos
relucientes y contados en el collar de una vida,
sobre todo, olvide
todo cuanto no sea la siguiente pregunta:
usted
¿verdaderamente quiere participar?
xilofono, xilófago, xenófobo,
yo, la verdad, disculpe,
zote y zancandongo como soy, prefiero
no saber para qué sirven las letras a los muertos.
*
Pasapersonas tres
Si alguna vez has sentido que en algún lugar sin mapas, donde no
alcanzan cuchillos de médicos ni macarras, continentes o universos enteros de
seres sin nombre se duelen de no encontrar, en sus cielos, en sus montes ni en
sus días, ni una señal siquiera de Los Labios por que salir a otro mundo, a uno
en que los perfiles brillantes y coloridos resisten al contacto y no se esfuman al
siguiente torbellino de palabras.
Si alguna vez has mirado todo tú mordisco mudo una pared de pensión,
con mil mañanas de oro, o quizás algunas menos, quemándote de certeza tan
cerca y tan inasibles en algún lugar del mundo latiente al que en vano buscas
asomarte en el espejo.
Si alguna vez has mirado con las manos colgando junto a los muslos
cómo calle adelante se va el hueso vertebral de tu vida, con su falda amarilla,
con otro hombre, con un trabajo inaplazable, con un sombrero de pico, o
simplemente con el viento que hace, y en tus labios todo quisiera gritar, pero
qué, ese todo que nadie sabrá jamás y del que entregas a diario por vana seña tu
nombre a tantas manos mugrientas, pero no hallaste palabras, pero no
encontraste letras, ni una sola siquiera, de la que no rezumara el pringoso licor
de mentiras ya gastadas.
Si alguna vez en la marea de asesinatos jocosos que encuadernan los
libreros con mayúsculas de historia has querido dejar dicho, sencillo y quedo,
que la verdad acampa entre dos proas en un chamizo de fortuna, alzado con
jirones, al amor de una fogata encendida con astillas y despojos sin preguntar
procedencia, ni bandera, ni apellido.
Si alguna vez las campanas de entonces por sorpresa y sin permiso se
han puesto a repicar como locas en batín por los cielos de tu día, y has querido
correr a la calle para que todos oyeran el sencillo clamor en que las cosas duran,
y aun antes de cruzar el dintel de tus labios la viscosa telaraña de las voces de
nadie en que se reemplazan las caras y las corbatas te ha estrangulado el viento,
te ha envenenado el oro, te ha marchitado el bronce de tantos soles y el cielo de
tanto son, y has quedado desairado a la puerta de un gesto absurdo en una
comida, de una mueca inadvertida en un vagón, arropado menos mal a tiempo
en disimulo llevadero, y sin perder tiempo has vuelto a coger el paso de los
diarios renglones mortuorios, y nadie ha notado nada, menos mal, para algo
sirve la práctica.
Si alguna vez, en fin, aquello a lo que creías haber venido a este mundo
antes de esta hecatombe de otros no nacidos en los altares de un carnet de
identidad, pese a todo, se empeña en resucitar y tocar el aldabón rojo y tibio de
tu lengua,
entenderás por qué las palabras a través del maquillaje, impecable eso sí,
el oficio que se note, ofrecen ese aire ausente entre los labios de uno cualquiera,
y el siguiente, y el otro, cuando el flamante Pasapersonas se inaugura una vez
más en su enésimo esplendor, y las pasan por la pasarela de las caras y las voces
para ser dichas: pagadas, sí, ajenas, sí, pero dichas. La dicha quitaipón de los
burdeles.
Entenderás qué jardines de cristal inadvertido crujen hechos añicos a
cada sílaba rota, a cada mundo trizado, a cada tapiz rasgado en la frénetica
búsqueda del añico correcto, la sílaba que pagan, el insensato sonido al que
responde en un eco planetario el aplauso irracional de los monos que en el
templo abandonado juegan con las coronas de reyes muertos, y se lanzan como
boñigas las joyas que fueron prenda de amores que fueron cantos de pueblos
enteros y de milenios.
Si alguna vez, en fin... no, en principio... tampoco: si alguna vez en medio
de la escena interminable, indescifrable, de este Pasapersonas planetario te han
faltado las palabras y las has buscado del único modo en que no te mientan,
forjándolas a mordiscos o a susurros o a suspiros o a quejidos, y has dado con
ellas, entenderás por qué esas palabras sí quedan cuando el programa termina y
la pantalla se queda negra.
*
HERMELINDA
en un lugar, un día,
se acabarán los árboles, los pasos, las mentiras,
perla henchida los cielos de las plazas
de buques sin destino
se acabarán los nudos las dudas en los dedos,
se acabarán los duelos
de nadie con la sombra partida por la esquina,
las palmas en la espalda, los adioses,
las bocas de los metros, las lenguas de los gatos
y este largo lamido de cachorros,
los chopos de los ríos,
los fríos desoidos,
la espera sin compás del estampido
y el cegado canal del entretanto,
los remos y los luegos, los besos, los silbidos
deslizados en el agua mortal de los espejos,
los árboles, la sed, las catedrales
se acabarán un día
las hojas, las sílabas, los días,
y el valor sin botas de las flores
bajo las nieves mudas,
el fuego en los cristales
y el verso entre los labios,
el pájaro de piel sin osamenta,
y el vértigo sin aire,
la túnica de tarde acariciada
de mudos animales, nuestros nombres
se acabarán un día, en un lugar, las noches
los años, los pendientes, los cumplidos,
los árboles, los daños, las mentiras,
el suspiro primero de los vivos,
la última sonrisa de los muertos.
será un blanco cerrarse de ventanas
será un rumor de sombras en los trajes
un portazo de abuelas en la sangre
sin pedos sin palomas sin reumas
sin nombres sin esdrújulas sin circos
en un lugar un día
será la azul mejilla de la noche
será el payaso estrella a bofetadas
tendrán su tarta mansa los gusanos
y su correr el agua
y su temblor el árbol
su tableta de adiós las estaciones
donde vendrán más trenes de hojas los otoños
donde alzarán más vuelos sin ojo las gaviotas
donde oirán las puertas más pasos sin abuela
en un lugar un día
será plegar las páginas de golpe
será quedar la frase en el alero
del instante niño de la acera
al camión de reparto de las lunas
despertarán las piedras sin desvelo
a un equívoco canto en ningún labio
y en la alfombra sin pies de la presencia
el ascensor del peso sin botones
ascenderá a la savia ignorante de otras plantas
en un lugar un día sin abuela
se acabarán los árboles los pasos las mentiras
los dientes de carmín en los espejos
los sarmientos sedientos de los cuerpos
en la sábana enzarzada de la tierra
los océanos de ángel sin entrada
al cine de las cuencas en blanco y las gemidas
torrenteras sin fuente en las gargantas,
en un lugar un día
será un chubasco final de calcetines
en los mapas sin cielo del Armario,
será escampar desierto entre otros gestos
entre tanto entre luego entre ayer entre quisieras
será un yoverse sin piloto en el diluvio
de visiones en tránsito sin fondo
de sílabas que abaten mariposas
de solícitos cadáveres aéreos
que anudan imposturas entre dientes
entre huesos entre uñas entre almohadas
sobre horizontes con rosas y sin norte
en este largo ensordecerse de los mudos
a campanas a granadas a latidos
a tañidos corazones con cernidos nuncas,
en un lugar un día
escampará el dolor escueto en una silla
y tenderá su pan de luz a los gorriones
escampará el dolor escueto en una gota
de mar en las pestañas
y tenderá su costa infundada a las espumas
en un lugar un día
estampará el dolor desnudo contra un muro
y tenderá sus manos sin fin a los destinos,
sin falanges de huesos adiestrados
en las siniestras destrezas de los mancos
en un lugar un día
escampará el dolor sin ojos
sin huellas sin hojas sin palabras.
cuando en los huesos redactan borradores
del desenlace banal de la mirada
los hastiados secretarios de la piedra,
cuando húmedas rasguean gorgoteos
las tintas oquedades de un filete
con ideas con manías con recuerdos,
cuando empiezan a contar los palmos y los metros
calderilla en los bolsillos del héroe que arrojado
fue arrasando a su paso las mañanas,
las incontables mañanas que sumaban
dieciseis mil ciento una
con ese margen de error que deja tan escaso
la prosa del sol a los tejados de nata,
cuando la sangre atruena a aldabonazos
de clamores omitidos las estancias
intactas de su antigua residencia
y la lengua en pantuflas de aire trastabillea
y hace añicos la bandeja de luegos pasados
por agua de cerrajas
-para ser exactos cuarenta y cuatro
coma cero sesenta y ocho-,
muerden piedra los dientes del peine en los espejos
de planeta sin ancla ni mesana,
sin mejor aguadero que las sienes
largo ciervo de sal el cansancio abreva adioses,
bravos geranios afrontan la mirada noche
sin embarazo de globos ni de agujas
en un lugar, un día
al alféizar del sueño
desparejado el barro se inspecciona.
en un lugar un día ha de ser posible
quien fuera aun callado más de uno.
en un lugar un día, será posible,
será un incierto ayuno quien fué hartos,
a voces, en ocasiones,
en un lugar un día, de ser posible
hoy
vendrá a ser anteayer indiscutible, a no ser
con las sombras, los pasos, las mentiras
de un nosotros de faquires extensibles
en sueños aferrado a un clavo ardiendo, a sidos
protocolos de sílaba en vergüenza
ajena, desnuda ala mirada
en un lugar un día ha de ser posible
este lugar, este día
posado paradero en el silencio
de las ramas, las voces, los caminos
donde no hieran ayeres, ahí eras, testimonios
de carne sin entrañas ni extrañezas
acusada de borrar premeditada
mente con malvasía
de noche y con rosas alevosas el peso de los días,
los pasos, los otoños, las heridas,
donde no hieran ahieres sin testigo
a voces extrañas las entrañas
aladas de otra vez,
en un lugar, un día
sin luego, sin ahora, sin entonces,
sin tanto estarse yendo, irse quedando
en nada, en un lugar, un día
que no hieran ayeres sin testigo
ni acusen hoyes sordos a lo huído
no tendrá mies mi era, ay, ni habrá habido quien fuera
molino en mi rodar, viento en mi vuelo,
será insolente el suelo
donde se estrelle en cielo la costumbre
de los días los lugares las mentiras,
donde no hieran ya ayeres
la nube, el paso, la mirada,
donde no hiera ya un eres
las lágrimas, los charcos, los cristales,
donde no hieren y aun eres
los años, los daños, los añicos,
donde no hieren ya, ay, y eres.
*
Qué día, qué lugar
sin árboles, sin pasos, sin nombre.
LLegan de qué lejos los ladridos
del Perro feliz con su Pelota.
Duermen en qué hondo sus veranos
de hojas en el filo de la alberca
y el cielo
calla de qué hora entre las nubes
saliva negra.
Quién habla aquí.
Quién anda ahí
sin pasos, sin árboles, sin nombre,
sin preguntas, quién araña
la ajada telaraña sin envés,
quién da la cara.
Qué extraño lugar sin perros.
*
Chapotean las momias de los besos
en el engrudo azul de la presencia
borbotean ventanas sin geranio
fangosos edredones de pluma sin canario
cobijan el descanso externo de los sueños
¿qué aúlla un tú sin barcos
desde el fondo gris del amar hundido?
¿qué sirenas despiden en la niebla
palpitante los ecos de tu nombre?
*
en un lugar, un día,
vagarán los cojines de nubes sin cabeza
aullarán colores a la puerta de las piedras
y un amar sin amo lamerá una espuma breve,
rumor en cicatriz de nombres confundido
en su lengua sin quién y sin ternuras.
en un lugar, un día, no estaremos
mirando de la mano nuestros brazos
trenzar a toda costa un continente
de abismos contenidos, de estrellas sin alcoba.
en un lugar un día tu silencio
inocente del tiempo y sus sepulcros
erguido rompeolas se alejará de espacio
terror adentro
y acusará tu ausencia nadie en sus espejos.
en un lugar un día tu carne despreciada
partirá con la daga del viento entre los hijos
descuartizados ecos
por un cielo feroz sin cumplimiento
en un lugar,
un día.
*
en un día un lugar alzará el suelo
esta nube pertinaz de vientre y de costumbre
será tarde
renquearán los trenes de la sangre
será invierno
y llorarán las fuentes con motivo
de amantes en el mármol y algo al fondo
borroso por el agua y por el tiempo
será ahora
de hacer proposiciones en pedazos
de carne a voces muda, a veces decidida,
será breve
tal vez salpicará a los cuantos vientos
su canto colorado en pleno pecho,
será entonces
y rodará Hermelinda rebozada
de imperios despedidas pañuelitos
y pompas de universos desleídos,
agargantada frase que se pierde
bechamel en los labios sin hechizo
de un lugar, un día
***
suavidad aterradora, yo te he visto y he creado,
te he visto en traje de luces de lunas de puertos de palmeras
en turbante en pantalones en clámides en bolas
de navidades ahorcadas en rama a la deriva.
te he visto y he creido
en tu carne de ocasos y acasos que se cierne
a punto de hacerse voz en mi mente inminente
sobre el ahora en punto de los pasos,
sin dar con más que aire y añicos que sangraban
mi sangre ajena
te visto y te he creado
tu imposible nombre grotesco y sin medida
perdiendo en el intento cobijos de la mano
en horas de soledad, perdido el ritmo
que guarda aquel suspiro temblando en mis cabellos
o lame mis mejillas
o dobla tras la luna de armarios sin cometas
camisetas
bordadas en los soles sin rumbo de un verano.
yo te visto y te he querido
bella al fondo de las mallas de Mayos y promesas,
yo vida hasta la última gota de esperanza
sobre un yermo rumor de bares boquiabiertos
de coces a seguir a lo tonto por la yerba
marcando el tanto del triunfo en la espera de los niños
diciéndote yo siempre
sin hallar nunca a cambio
ni las gracias puntuales de tu olvido,
diciendo siempre en cambio
tu rostro tornadizo en esta bruma
pesada de modas, rasgada de facciones
en señas y banderas y en sangrientos
caínes pasajeros de tu espejo,
tu rostro en esta grave partida de ficciones,
de cartas de pasión trucada en que te repartes
en lances de azahar y desatino.
diciéndote se puede
antes de pasar
coronar con espinas de verdad la frente,
la pompa en que hinchas de nombre tu muñeco
con sólo que otros labios recojan el suspiro,
vestir tu verdad desnuda de la hora,
tu verdad de blanco sin saeta, de silueta
que nunca llega
que ya ha partido
por medio el corazón de chocolate del niño.
diciéndome yo siempre
podré volver en tí
entero este cuarto de estar menguante
desde antes del Primero y de sus labios
mordidos ya de espejo inaugurado,
de tiempo descubierto,
el álbum donde faltan desde siempre
la cabeza del tigre y la del padre.
diciéndome Hermelinda
podré vivirme entero en tu vientre inabarcable
y erré,
por líneas impensadas del amor
erré entre las erratas de dios o de la nada
que ostentan banderolas en las plazas
con nombre de mujer o de esperanza.
y erré
por sombras inconclusas de tu alcoba
poblada de planetas y colmenas
de tus sueños sin fin y sin fracaso.
y erré
en zumbidos sin miel de vidas espantadas
por tardes de tormenta al fondo de la fuga,
menguado entre tus dedos a la talla del mundo
preso
en tus rejas de estancia sin relojes
sin ventana
sin vértigo timón de cualquier rumbo
preso
en sueños sin el cráter de labios de esta hora
ni espirales de humo en que fundarme
espejismo sobrante en tus espejos.
*
te odio, Hermelinda, hasta la muerte
es un juego de niños no nacidos
en la intacta dimensión de mis derrotas.
donde se apilan las copas
vacías de licor de hombre, calaveras
de manzanas sin morder y lágrimas ahorradas.
te odio como odia dios al mundo,
para odiarse con razón hasta el delirio
de escombros boca arriba y moscas por los dientes,
de tiros en la nuca y motivos en los labios.
te odio como el preso la fuga que le roba
el sueño de durar sinfín estando,
te odio como odian mi pensamiento y mi carne
el peso de no ser y seguir siendo
confuso centelleo en tu tiovivo de muertos
y nombres, y turbantes, y farolas,
como a la extraña propiedad del sufrimiento
que presenta la carne cuando quiere,
como a la luz en que soy demasiado tarde
cansancio demasiado de azules y de trampas,
en mi cueva sin muros,
con mis huesos a solas en la mano de nadie,
me juego lo que hieras a que nunca
a que yo
a que nada
te ha visto y ha querido
borrarte como yo
de la faz la tierra.
*
¿en qué dirección correrá el viento
a cuál de tanta espina en tanta rosa?
a confesar disperso sus despojos
sin verso que le salve y le concluya.
a suplicar olvido a las espumas
rotas y ofrecidas
de toallas y perros y veranos.
a reclamarle al viento una hoja
minuciosamente hundida en sus entrañas.
¿en qué botella gris enviar esta
carta sin remite que perdió el destino?
¿a qué manta acogerme que no sea de sombras,
a qué oídos fieles que no sean de ecos?
cómo te odio Hermelinda
en este domicilio de humo sin vecinos.
*
en un lugar un día se despierta
la momia de los pájaros y enciende
alborotos de cartón por la escayola.
los nombres de lugares y de días
exigen cumplimiento de los mapas
del tiempo
los trópicos de carne se despiertan
demasiado tarde para ocasos
y la mano en el papel se hallara fundamento
en este desamarse a mares que el biólogo demuestra mitocondrio,
bolita con dos puntos el místico en espera
de conferenciante,
y el trazo en el papel se acordillera
si no fuera la amnesia tan extraplana
ni el baile de la voz se abadanzara
si no inaventara el viento tenaz la partitura
ni el rastro del vivir se adivinara
de no haber vendimiado tanto ven y díme del espejo.
pero un lugar, en un día,
orbita el firmamento completo de los ojos
sin ver más que estrellas
que ignoran qué es depilar
y arquean solamente diagramas.
No hay tenedor ni hay concepto, hay bultos sólo
en la oscura bechamel que no sucede.
Mes a mes se mesan los cometas
la calvicie pronunciada del silencio.
Eclipse de luna de espejo
un pronombre renombrado celebra el aniversario
de su divorcio
y /o
algo
pasa.
el cielo llora
un perro llora
parabrisas a millares se restriegan a manotazos de goma llo
vidas suficientes para tramar un pañuelo
desde la tierra a la luna
las hojas lloran
las suelas de goma en el barro lloran
sólo los amantes solos ya no lloran
los cuerpos a la altura de las circunstancias
fantasmas rondan estancias donde fué imposible estar, cerca
corteses y amadas llamadas voraces aguardan sus veces
el lugar de una burbuja se esfuma con las voces
a que dió lugar
el mundo es una copa de estallidos
diminutos como un perro una lágrima unos nombres
hasta Hermelinda llora y hora a hora
horada cavernas fugaces en los charcos
por puro reflejo
de adoquines y tacones y parabrisas y ojos
en su espesa bechamel de nube y nada
que recorren ciegos tropiezos las estrellas
Si eres mujer Hermelinda o eres hambre
de viento desanclado
¿no te bastan de astrolabio los gemidos
para saberte cintura sin planeta?
Pobre huérfana carnívora Hermelinda
con tu ansia de tumbas en los labios
¿por qué inventas el color en tu tiniebla?
¿por qué este precio de nombres
por tu bautismo de sangre?
Si un teléfono de piedra reventara
en sílabas de perla la mañana
rodarían en añicos esparcidos
planetillas locuelos de lametón y silencio
a jugarnos otra vez al odio y al escondíte:
pero olvidé dónde.
Mátame por amor de dios.
Bébeme por odio de hombre.
Sáciate de tu sed en esta arena.
Espárcete a gustos y a palmeras
en este resto blanco sin piel que te define
vida al fin. La muerte empieza aquí
su infinito desierto de bautismos.
Donde no volverás, Hermelinda, te lo juro,
a jugar a los muñecos con mi aliento.
Tuya mi bechamel de cuentas sin collar
tuyas osamentas de colores de los días
tuyo yo, tu juguete de vaivén y nace y muere.
Házte hijos, muertes, cementerios,
lechos de hechos donde yacer y hacer tiempo:
el muerto de tu cama se levanta hoy a orinar
oro de ya nuncas en tus altares peludos,
que parezca cicatriz renglón o ausencia
lo que dura un estertor en flan de hueso.
al cabo del sueño del millón de años
estabas tú Hermelinda
desolación ligera entre los soles
mi porción de respirar prosigue ahora
inventora de nuncas habitables
animal de momento considero
la inocencia imperdonable de seguir
sumiendo restos aquende de tu suma
indiferencia de nieblas o salivas
reinsultado de los siglos Hermelinda al cabo
de los nudos de las pieles de las voces
al otro lado del odio hay un invierno
ya amado y acallado
mecido en este viento sin lugares
sin días
sin mentiras
que arrastra este caudal de hojas entreabiertas
tu guardarropa Hermelinda te falta un sombrerito
de hueso con su pluma de brecha entre los pinos
el carmín de Tours y el impaciente chal de las palomas
al cuello de los trenes pesarosos
te falta el collar granate del comienzo general de los paseos
y el traje de cola larga y feliz entre los trigos
y el osito sin ojos devorado por tu fiebre que tritura las mañanas
en osamentas de música que dura
de huído el mundo
se trama de reveses en la luna de los nombres y se prueba
éste por ejemplo que te ciñe impronunciable
derrota descarnada y te posee en silencio
Hermelinda
a las saladas sombras del párpado sin dueño
un título sin obra te requiere
sumidero del alma, sumidero
en bibliotecas de arrugas ya sin cifra
encuadernada en lomo sin jinete
la historia inasequible del guijarro
el drama de perfil de una nube sin retrato
los líricos ajuares de carne que no es mía
pero mete sus deditos de ansias en mi plato
media luna menguante de cáscaras y espejos
mi ración de irracionales persistencias.
Pero no importó Hermelinda y sobras
en la mesa mis daños cumplidos te maldicen
sin convicción,
o de sobras.
en un lugar un día
nadie preguntará qué muere
el que puede entenderlo está en callado
naufragio en alguna esquina
no habrá habido pez ni estrella ni derrota
habrá ávido sólo el mordisco mayor, y esas manos
que aún se habrán tendido a veces en abrazos
de timbre inesperado y vino y celofanes
sin preguntas
las preguntas que queman en la noche
los trazos de ningún rostro que responda
¿qué es lo que ha pasado, la verdad
o un cercanías?, ¿dónde han ido
las paredes, los mapas, la semana?
sin preguntar lo que no tiene respuesta
lo que arde en los patios de la lluvia noches
sin reyes sin niño sin engaños
una nube un camello una voz que preguntara
sin saber sin querer siquiera
oir huyendo luego
toda una vida
lo que no reanudan nudos de piernas entre piernas
lo que no remiendan voces puntadas entre labios
lo que no recuerdan hilos de lluvia en la garganta
Hermelinda atroz cuenca vacía
menguante cuarto de estar ausente en la luna
de este escaparate de piel sin escapatoria
¿qué ha pasado?, algo
aventa el espejismo
de latidos paralelos, ni los huesos
soportan ya el noviazgo prolongado
un divorcio general que se avecina
alborota cada célula en trajines de partida
¿qué ha pasado? sólo
solo el hilo este hilo de la lluvia
solo el hilo este hilo de la tinta
solo el hilo este hilo de la voz
sin ton ni son ni quién que sea
y no traerán preguntas los camellos
has vencido Hermelinda esta partida
parto muerto a no ser
por este hilo
sin cielo sin baldosa
sin caída
Qué aburrido es el invierno de las cosas.
Posiciones conocidas en la celda.
Brevísimos gestos que resumen siglos
de salidas intentadas.
Arquitectura de venas impasibles
exigen su calor y niegan campo
abierto a lo invisible.
Afuera los geranios y los perros.
Afuera desierto azul pasan las nubes
su dócil espejismo de mercados
tomaydacas abrazos y naciones
que el viento sólo abandera.
Afuera el mundo es posible
mente caravana
de espejos sin negado visitante.
En el invierno preso de las cosas
negro erizo se arrebuja el pensamiento
palpando en tu ilegible piel de piedra
jeroglíficos que traza con sus vueltas.
Qué despacio se toma la paciencia.
Qué de tiempo ocupado en alcanzarse.
Qué defectos sin causa que regresan
a escarnecer los huesos intachables del prodigio.
Se asoman carcajadas de abril en ojos
a la sutil teoría del ombligo
que persigue afanosa sus piojos.
En las manos del cierzo bofetadas
de gorritos de lana no despiertan
al ansioso del frenético letargo de sus nadas.
Ni los airados ecos de las risas
rompen olas en labios de ojalatarde
el ocaso en hundirme su colmillo de abrerratas.
Otra vez esta vez sin fecha ni pañuelo
despliega su paisaje de ecos secos,
ojos nudos, dedos ciegos,
los hemisferios de siempre de un nunca sin misterio.
Qué cerca estalla ayer,
qué lejos esta hora.
Qué aburrido es este andén
sin piernas de Las Cosas.
Ni una palabra cruza
este hogar aventado en inventarse
¿Dura el amor lo que vive un perro?
¿Un niño, un jardín municipal?
¿Un perfume un collar cuentas pendientes
donde ni una voz cae rueda y llega
hasta el tímpano perdido de los besos?
Que se trague los versos el infierno
si es que puede y que no tiene
ocupada la boca
de momento.
¿No será este mundo tambor en que me escuches
sobre el parche azul tan lejos
pensarte a voz en cuello sin salida?
¿Qué grotesco redondel éste del tiempo
que no vuelve a aquel dolor a corregirlo?
A tenderte la sonrisa con dos pinzas
en un barrio del mundo con jardines.
A tocarte una guitarra sin mentira
en la duna gigantesca del olvido.
A pintarte una buhardilla monumento
a los pasos del gato en las estrellas.
¿De dónde salió este río
que no desembocó en bocas?
(Sólo tengo razón en los finales.
Voy a irme a vivir a una funeraria
si me deja el director del manicomio
que te busca todavía en los espejos)
¿Se puede saber quién ha puesto esta cerveza
en mi dolor inextinguible?
Habrá sido una mujer.
Siempre habrá sido,
una mujer.
Será que no seré.
¿Y se puede saber
entonces
quien ha puesto este bulto
en qué dolor extinto?
La forma de tu herida mansa en el espejo me repasa
y se coincide.
Tristeza de la calle que da al campo
herida de regreso.
Tristeza de campana que da al cielo
talla de silencio.
Tristeza de palabra que da al tiempo
lugar y viento.
***
HERMELINDA 2
¿qué injusticia le hace el viento a la piedra?
cicatrices sin dedo ni pregunta,
susurrados meandros en el curso
invisible de lo alto:
justo reparto sin obra y sin actores
en la escena innombrable invulnerable
Hermelinda
oye
hoyes
tu siempre nunca
una vez más.
HERMELINDA TRES
aquí en el tapete donde pintan derrotas
en la verde losa de la esperanza
sin calvario ni pasión
donde no se salva ni Cristo
una sola sílaba inicia el movimiento del mundo.
aquí donde termina la vuelta al mudo
planeta de renunciarse
fuera de sus órbitas los ojos
cometen seres.
aquí en este lugar, un día,
hoy es el fin de los silencios.
no hay soledad donde no hay nadie.
cuidadosamente depositadas en el suelo
las costumbres los usos las rutinas
asisten al terrible susurro de la lluvia.
abismos azules de viento helado
se desploman sobre aquí entre gota y gota.
pero una sola sílaba inicia el movimiento del mundo.
los trenes muertos en la estación germinal del cosmos
custodian vuestros nombres y mis vidas
tanto queda atrás que ya no hay adelante
y La Paloma duerme otra en el perpetuo silencio de campanas
pero una sola sílaba inicia el movimiento del mundo.
los muertos se reparten palmo a palmo mis manos
los vivos se abalanzan por las grietas de mi ausencia
como acude la luz a los espejos
y las fotos de boda en las consolas contemplan los entierros.
pero una sola sílaba inicia el movimiento del mundo.
en este punto roza el Viento las Esferas.
en este hoy la carne tiembla sin objeto.
Surge Gato y llena el horizonte
alfombrado de la vista
Hermelinda te extiendes como siempre como nunca
terror de cuerpo madre en todas direcciones sin comienzo.
yerto curso yerto viento muerto verbo yerto tiempo
de todas formas
una sola sílaba inicia el movimiento
del mundo, de la noche
se esponjan mil crujidos que callan no mi nombre.
la casa se derrumba sin plan y sin relojes.
Imperceptible en los huesos
prosigue la pausada ceremonia del divorcio.
todo aquí clama silencio, pero no
de mí.
*
No me sirven mis palabras
si me ordenan.
Eran alas, y me atan
a momias mariposas bañadas en espejo.
Multiplicado nadie huir
de nuevo en el silencio
la primera canción de cada cosa.
Abandonar las personas de un verbo con telones
y pendones, y naciones, y raciones
de razón convenientemente amuralladas.
Acogerme al definitivo infinitivo de nadie, nadar
multiplicado hacer sin actor que valga los carteles.
No me sirven mis palabras:
pedazo de alcornoque,
de piedra o de cabrito o de repollo,
¿no sabes que se acabó
el feudalismo en el verbo?
Hijo de algo en su castillo abandonado,
asómate a la torre y mira por los campos
y los caminos
cómo van ufanas en busca de sus seres,
qué heridos.
Y luego querido
coge el azadón de una voz y acaba
de plantar esas patatas.
*
Hombre con suelo
de veces vendimiadas
en el viejo lagar del mismo gesto.
Hombre con suelo
de espejo inquebrantable
que te amasan inmóviles tus pasos.
Hombre con suelo
de vida letanía
¿en qué cáliz te exprimes sangre a sangre?
¿En qué retablo dictan tus figuras
un modelo de vida al curso que no vuelve?
No hay fieles en el templo de un mundo sin balanza,
el precio de tu piel está en tus manos.
Hombre con suelo
de voces reiteradas
en redondos horizontes de bañera,
¿y si tiras
del negro taponcito en tus oídos?
*
Morirá el primero el extranjero.
Cuando se alcen las hoces, es decir,
siempre,
morirá el primero el extranjero.
El que trajo su raíz en sus zapatos.
Al que nada puede darse por supuesto, suplente
del Niño asesinado en nuestro espejo.
Cuando callen las voces, es decir
nunca,
para escuchar alas palabras
se oirá al primero al extranjero.
Que apuñala de viento los visillos.
Que apedrea a horizontes las macetas.
Que enfanga de caminos las alfombras.
Y un dolor de cristal de tumbas maquilladas
sajará un párpado azul en nuestros pechos.
Y la cuna feroz de nuestros sueños
no hallará ya más brazos que su ausencia.
Porque el último día de los muertos
habrá muerto el primero el extranjero.
Qué floresta de niebla te vistes Hermelinda
olor a oro confuso de horas y dolores
de tarde en tarde
de cuándo en dónde
marcado el biés frutal de una sonrisa,
fruncido el ceño en piedra
de mío y tuyo, de ahora entonces.
Qué manos de sastre animal de aguas y sudores
te surcan y te cortan
a tientas y entretantos
volantes de cosechas sin arcenes
bocamangas de luegos a hombros de los barros
en túneles sin brazo y sin botones.
Qué flor esta de niebla
de hoy en noche, ayer en día
de mañana,
de tanto cuando en donde
cabe el jardín entero en una hoja.
*
Y no sé lo que me digo,
por ver si a ciegas consigo
del que siempre va conmigo
decirte lo que me sé,
que el que soy nunca se ve
en ése que ves contigo.
*
Los rascacielos crecen más alto que los ajos.
Ocupan los discursos más tiempo que los versos.
Francamente es más fácil un beso que una verdad.
Abrázame pues amor en ascensores
al séptimo cielo con coros pregrabados.
Cuando escampen los granizos de muertos y cascotes
en nuestras fallidas ciudades
empero
sólo un picor solo entre labios de barro
señalará aún el cielo.
*
LA LOCA EN LA FUENTE
la loca baña en la fuente presa su paloma
en jaulas de calores
fantasmas pudorosos de carne con corbata
vuelan vertiginosos
los puentes de sus ojos con la ausencia de las nubes
bombonas de butano sueñan en cascadas
fachadas el momento
de arder bajo una loza con flores abrasadas
entretanto cerebro
crecida y multiplicada por nada la sed de sedes
entre ventanas de autoinmóviles oídos
huye cauta
la algarabía en la esquina donde
la loca baña en la fuente
presa
su paloma.
*
hombres sin plumas vuelan alto y agonizan
abatidos gorriones en cunetas
aterradas alas a solas aterrizan
y hacen asolados en ausencia de nubes
cielos de pez
atronadoras ruedas ruedan
películas de asfalto estremecido
y pueblan de espejismos los desiertos
ojos retrovisores
de frentes sin sudores
voces sin tormenta atormentadas riegan
de lengua atronadora, de ecos sin saliva
sombras abrasadas
de vuelos por los suelos.
Florece en las orejas la alegre otricultura,
otros amenos
se ponen en su lugar vacante de sudores
ajenos
tras cada piel instante desatendida.
Algarabía de antenas desde lo alto instada
dirige comedidas comedias compartidas
de vuelta a sus casillas sin partida
razón sin corazón corregida coloca
a la redonda esquinas
cuadra la manzana coopera a la demencia
estéril de dar fruto a medias y sostenes
que entero vuele
silencio arriba. Calle abajo
se comentan mentiras
se dicen condiciones
se heredan coherencias
consuelos con techos contienen compuertas con nombres el desplome
a llovidos abismos que se ciernen
de memoria
los cuerpos concernidos se criban entretantos
acribillados a abrazos y a cientos de portantos
cosechan mies de mi eres en somieres de momento
por campos de palabras y labios agostados
fatigas desembocan en sueño imperativo corre
un arrullo de sedes zurce
en bordillos ojales agotados
de meter y sacar botones de distancia entre los pasos
de insertarse compactos parpadeos
de labios y señales del rojo a la esperanza
a ras de lengua, a ras de sangre,
a ras de arriba y de abajo hacia el desagüe, corre
en arrullos de sede en una voz de ensueño
que hable para siempre
o calle ahora: tarde, cielo, amortajado en saladas, aliñadas,
minúsculas pantallas de cristal fugaz y liquidado
parpadea el diluvio inestante entre pestañas
acristaladas en sedes de sed desatendida
mientras es, mientras fuera
la larga algarabía sin enigma
de palomas fantasmas y agotadas
a gotas de memoria no extraible
abona prominentes calaveras para luego
es tarde,
cielo,
mientras se peinan canas
mientras se cantan nanas,
mientras se cargan y descargan las cananas,
mientras la historia ruge y se arrullan los espejos
por las antenas arriba, tarde abajo
al cabo de la calle, descalza de caminos
la loca baña en la fuente
presa
su paloma.
*
pasan aeroplanos y los años pasan pasan
sombras de enramadas sangres en los espejos
certezas sin efigie en los balcones del alma
conforman minuciosas mil mínimas cesiones
de la piel a la piedra, en ráfagas minúsculas
susurran en vahidos de hojas desgarradas
espaldas repentinas al mirar, donde nunca
habitó quien hablara la alada algarabía
de cara vana alzada cara a nada,
a no ser a ser asida y presa
a veces en callada derrota carne adentro
a voces encallada en calles de extravío
la sida algarabía, donde calle
abajo, donde tarde
descalza de caminos
la loca baña en la fuente presa
de manos sin anillo, torrente embalsamado
su paloma.
.
*
Pasean las aceras
palabras peripuestas en busca de clientes
los cuerpos en su esquina
de abismos se persiguen superficies miradas
cruzadas instantáneas gestas buscan gestos
tangentes intangibles
persíguense proyecto en henchidos pantalones
de cielo entre fachadas rebuscan los vencejos
sobre los parques en pruebas de su ausencia
bostezan los quioscos portadas sin adentros
bombas de verdad azul entre las antenas
sofocan la vergüenza declarada en el sol
impune el pensamiento en los estantes repasa
las citas de la tarde
con un millón ardiente de cerebros reflejos
sanguinolentos recorren cristal abajo lunas
habitadas por cósmicos prodigios Las Cosas
contemplan meteoros
fantasmagóricos rostros que en la caja pagan
su universal maniobra de diversión en diversas
versiones de su reverso
puntual liquidación de solidumbres
se derriten en plata los espejos corren
vanas profecías de arrugas sucedáneas
se saben las palabras
miradas por doquier y sabias se ponen precio
se inventan los silencios
margen de maniobra sobre la marcha triunfal
de lenguas mutiladas ya sin manos
es talla la tarde de añicos cifrados cunde
el tiempo entre las filas de números trucados
multiplicadas nadas
traman dilaciones del pálpito en perfiles
los cuerpos se sospechan abismo en sus esquinas
de frases inconclusas,
esclusas las miradas desbordan ya amar
a mares a marchita callando y llamando y llameando y ya meados y amar es ya
solo un suelo ya asolado a suelas repasadas
y a solidas efusiones y a menudos
añicos ya pasados y a pisada
vendimia de cristal trizado bajo los pasos, donde a mares ya
tarde,
cielo
sombra embalsamada
en la fuente presa
baña
la loca su paloma.
*
Naufragada en la cuna
la luna
se torna escaparate
infiel del disparate,
vueltas sin partida,
espuma en redondel
de piel
amante balbuceante
en la órbita inmóvil de Lo Ciego
Naufragada de memoria
la historia
se promete futuro
por el canto de un duro,
cerco mudo
y oscuro,
se remuerde la cola,
mientras sola
caracola
de eco hueco
amarrada a un amar
seco,
la loca baña en la fuente presa su paloma.
*
se agostan horizontes en miradas
a uñas de reloj se arrancan los espejos
su fantasma de nombre sin arrugas,
ante abismos de armario se contemplan
erguidos cenagales en trajes de angostura
en cómodas pirámides se extienden apiladas
en vencidas bandadas vendadas las miradas
seres viejos picotean gusanitos en las fechas
seres hombres apuran nerviosos las edades
seres hembras arrullan tediosas liviandades
seres niño ciegan a mordiscos para siempre
las lunas manantiales en sus labios
seres niña sorben abiertos para nuncas
los alados caudales del aliento
fracasan sin querer
en la frase redonda de la luna
y en el circo sin centro
sin querer
en lentísimo estallido de cristales
la loca baña en la fuente presa su paloma
que no entiende metáforas del aire
ahogada sin querer en la frase del agua
la paloma sin querer es sólo una paloma
la fuente sin querer se vuelve sólo un grifo
sin adornos de monstruo ni figuras
las plumas sin querer se vuelven barro
los dedos sin querer se vuelven huesos
las locas sin paloma
se vuelven locas
las voces sin su herida soliloquios
la vida un incidente incomprensible, donde
tarde
en lentísimo aleteo de cristales
sin querer el poema se desploma
calle
en su trama imposible de bestias y de vientos que sería
dicha
mientras fuera, mientras es
tarde
cielo
pasan aeroplanos y los años pasan
aterrada tierra aterroriza donde
tarde
suelo
la loca baña en la fuente
sed de sedes
muerta
su paloma.
*
la fiesta en la calle sigue y el entierro
minucioso recorre y solemne el campo
visual de la extrañeza y desaparece
la fiesta en las pantallas sigue y el bombardeo
minucioso recorre y solemne el campo
de refugiados sin lugar y no cesa
la fiesta en las palabras sigue y el entierro
minucioso y solemne en las entrañas extrañas
del aire embalsamado
la fiesta en las voces sigue y en silencios
ominosos o minúsculos en un rincón del cuerpo
dan penúltimo reposo a la larga algarabía
en rojas esmeraldas de un pálpito reflejo
la fiesta en las aceras sigue y en la esquina
de una cárcel de amor en harapos emergida
yace tarde
fuente
la paloma.
*
de sol a sol tiniebla
de sombra a sombra alud
de ávida vida habida
de muerte a muerte herida
se aleja siempre aún
sed de sede sin su nido
en pétalos de rumbo deshojado
vaga en la rosa de calles sin norte
doblando las espinas
la grave levedad de otro tiempo que vuela inadvertido
soy sin son
ido
bajo añicos en jirones una carne sin fecha
ayuna de mordiscos de miradas
en el vaivén sin entrañas
hay una extraña
que ama sin ser
ya amada
en el vaivén de las voces
hay una muda
que ama sin ser
llamada
en el vaivén de las luces
hay una llama
que arde sin ser
y ama
i-
da
alud de sombra a sombra
de sol a sol tiniebla
de vida a muerte herida
va
en la rosa sin norte de las calles
a no ser
tarde estrella muerta
la paloma
*
de nada te han valido
las alas tan soñadas de otras manos
promesa de otros días
maduros y apacibles como racimos henchidos
de nada la doliente codicia de otros besos
la carne vuelta perla en torno a otro silencio.
de nada te han valido
los prodigios del cuerpo ante la cuenca
en que nadie azul mira
tu sexo ni tu nombre
te ampara en este juego
de encontrarte perdida
línea en manos de otro
de perderte sabida
fábula en sus percheros.
de nada y de tampoco
las horas de la fiebre, las flores de la calma,
efímeras galaxias de otros que no hieran.
La firma de la luz te nombra
tarde y te traspasa
cualquiera es un infierno
espejo de ser nadie
en busca de quien quiera.
*
Dormidas en la tumba de los pájaros
se sienten las raíces ascenderse a
alud sin sexo entre las nubes.
Dormidas en la tumba de los pájaros confluyen
las sílabas de sombra entre los frenos
alzadas hacia el duelo
los murmullos de luz dispersa en tantos
sumida en luegos.
Sumados en el juego constituyen
esta costa frágil, vertical, inconmovible
donde el tiempo y la piedra
cuando el mundo y el viento
se descubren se recuerdan
instante instado, azul, cruel, a ser asido.
Junto al viento y el mundo,
mientras el tiempo y la piedra
dormitan en la tumba de los pájaros,
sed de sede en otro nombre
nunca
se inscribe nuevamente en nubes nuevas.
Sobre la fuente vieja.
En los navíos blancos.
Mientras la piel paloma.
Mientras la voz hondura.
Mientras la loca espuma
en la playa indecible de un ahora
baña presa de amores lo que dura
en la larga algarabía de las horas
*
Descargar