CONSEJO ASESOR DE ASUNTOS ECONÓMICOS DE LA

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CONSEJO ASESOR DE ASUNTOS ECONÓMICOS
DE LA PRESIDENCIA DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS
(Sesión de 27 de diciembre de 2013)
ARTICULACIÓN TERRITORIAL, COOPERACIÓN URBANA
Y
DESARROLLO DE CONSORCIOS
Documento número 4
Diciembre 2013
ÍNDICE
1.- Planteamiento
2.- Argumentos para la cooperación
3.- El área central urbana de Asturias
4.- Líneas y propuestas de actuación
4.1. Proceder a un análisis y caracterización más detallada del área
metropolitana central de Asturias
4.2. Poner en marcha un plan de ordenación del territorio
metropolitano
4.3. Potenciar el nuevo papel de las ciudades en el crecimiento
4.4. Impulsar instrumentos de cooperación en el área central
4.5. Consolidar los Consorcios existentes
4.6. Reforzar el Consorcio de Transportes
4.7. Impulsar el Consorcio de Servicios Tecnológicos
4.8. Promover la creación de nuevos Consorcios
Nota del Consejo: En la elaboración de este documento, junto a los miembros del Consejo
Asesor, ha participado Fernando Rubiera Morollón, Profesor Titular de Universidad en el
Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo y Coordinador del
Laboratorio de Análisis Económico Regional - REGIOlab.
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1.- Planteamiento
El territorio es el soporte de la actividad económica y las políticas territoriales,
tanto en sus dimensiones de ordenación espacial, como de estímulo y
aprovechamiento productivo de los espacios, inciden decisivamente en las
condiciones de productividad y competitividad y la prestación eficiente de
servicios y, según se organicen, constituyen una oportunidad o un
estrangulamiento para el crecimiento de una economía.
De ahí que el Consejo Asesor de Asuntos Económicos de la Presidencia del Principado
de Asturias haya considerado oportuno dedicar algunas reflexiones a este tema,
especialmente ahora que las orientaciones de las políticas territoriales se plantean
con algunas visiones renovadas. Las pretensiones con las que se aborda responden
a tres propósitos principales:
a) Estimular el aprovechamiento del papel del territorio y de las ciudades
como elemento de dinamización económica, generación de actividad y
mejora de la competitividad
b) Reforzar los enfoques y las políticas metropolitanas para el área central de
Asturias
c) Impulsar los instrumentos de cooperación en el conjunto de la región, bajo
fórmulas de Consorcios u otras similares y contribuir a revisar y
racionalizar el mapa de algunos servicios públicos
El diagnóstico territorial de Asturias ha sido abundantemente analizado y hay
amplia coincidencia en la necesidad de llevar a cabo una política territorial de
desarrollo regional equilibrado y sostenible que contribuya al crecimiento
económico y el bienestar social. La singular estructura espacial de Asturias y la
diversidad que la caracteriza, plantean algunas dificultades pero ofrecen
igualmente indudables potencialidades.
En el pasado reciente, la normativa e instrumentos puestos en marcha para la
ordenación territorial asturiana probablemente no han llegado a desplegarse de
modo pleno y eficaz. Puede decirse, por un lado, que en algunos casos la
ordenación del territorio y la programación económica, la planificación de
infraestructuras y equipamientos, han ido cada una por su lado sin la debida
articulación y sin la adaptación a las nuevas condiciones del sistema productivo. Y,
por otro lado, la política territorial ha tenido una escasa incidencia en la
organización administrativa del territorio.
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En la actualidad, desde el punto de vista territorial, más que la tradicional
dicotomía entre dos Asturias (la urbana central y la rural de las alas), parece
apreciarse una dinámica no convergente de cuatro tipos de territorios que
caminan a distintas velocidades: los municipios más centrales, con renta y
crecimiento mayores; los municipios costeros vinculados a la autovía del
Cantábrico, que han experimentado un impulso reciente y se sitúan en un segundo
nivel de crecimiento; los de fuerte tradición industrial, tanto minera como
siderúrgica, con un crecimiento más bajo aunque con rentas que se mantienen en
un nivel medio; y la gran mayoría de concejos rurales del interior que combinan un
crecimiento muy débil con bajos niveles de renta.
Dentro de esa configuración territorial, destaca una Asturias metropolitana, con
varios núcleos urbanos, muy próximos entre sí, con una fuerte identidad y
dinamismo local en muchos sentidos, que constituye un gran activo económico,
social y cultural. Sin embargo, en su actual configuración presenta indudables
problemas y deficiencias que merecen la atención de las políticas públicas y las
estrategias de crecimiento regional.
Esa configuración urbana, demográfica y de la actividad económica asturiana, ha
llevado recurrentemente, desde hace ya décadas, a debates, informes, ideas y
propuestas en torno al área metropolitana central en nuestra región que, aún con
ello, no se ha articulado e impulsado suficientemente quizá por diversas razones:
porque en la agenda económico política se han antepuesto otras urgencias; porque
existen equilibrios políticos que se verían profundamente alterados; y por el
insuficiente conocimiento de los riesgos y potencialidades que encierra un área
metropolitana en el centro de la región.
No se trata, pues, de volver ahora con este documento a reabrir un viejo debate ni a
plantearlo en sus términos más conocidos y tradicionales, sino que lo que el
Consejo Asesor pretende es contribuir e invitar a una reflexión colectiva sobre el
mismo desde una visión renovada, basada en las siguientes premisas:
-
En Asturias, una vez alcanzados objetivos tradicionales en materia de
conexiones externas de la región (pese a las deficiencias que subsisten en la
alta velocidad ferroviaria y en las conexiones aéreas) parece el momento de
orientar los objetivos prioritarios hacia los proyectos que puedan contribuir
a dinamizar la región desde dentro.
-
Entre esos proyectos que pueden dinamizar a la región desde dentro, se ha
de reflexionar sobre el nuevo papel de las urbes como motor de crecimiento
y el modo en que puede contribuir a ello su mayor y mejor articulación. Las
ciudades y las áreas metropolitanas son contempladas ahora como una
especie de growth machine, como instrumentos de competitividad e
impulsoras de la innovación y del desarrollo económico y escenarios clave
de las estrategias de crecimiento, que ha dado lugar al concepto de smart
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cities y a una amplia literatura sobre ellas. Y eso debiera servir como
referente para el caso del área central de Asturias, que podría tener ante sí
una nueva oportunidad.
-
Ese objetivo tiene una plasmación concreta en el desarrollo de consorcios y
proyectos de colaboración interurbanos enmarcados en el ámbito de un
proyecto regional de crecimiento, que cuentan ya con experiencias en la
región y que podrían ensayarse en otras actividades diversas.
-
No cabe desconocer, además, que aunque no se haya logrado configurar una
verdadera área metropolitana asturiana, lo que la realidad muestra es un
significativo avance hacia una inevitable (y deseable) integración real de la
vida urbana en el centro de la región.
Junto a ello, habrá que considerar específicamente los efectos asociados a la crisis
que, por un lado, parecen apuntar a la desaceleración o el parón, según los casos,
del crecimiento urbano y a una presión mucho menor hacia la extensión del
modelo de ciudad difusa o extensa, que afectaba intensamente a las principales
ciudades y al conjunto del área metropolitana; y, por otro lado, certifican la más
que evidente merma de recursos en manos de las tres administraciones públicas y,
singularmente, de los municipios para el desarrollo de las políticas territoriales. La
crisis, además, refuerza la necesidad de corregir las deficiencias existentes en este
ámbito, de plantearse la orientación de ese modelo metropolitano y de disponer
del recurso de gestión más apropiado para hacerlo con criterios de política
regional y de coordinación de las políticas locales que eviten situaciones que no
solo han comprometido logros de mayor calidad y especialización local sino que
han comportado un uso poco racional de los recursos públicos.
2.- Argumentos para la cooperación
Desde una perspectiva económica, los argumentos principales para defender la
coordinación político-económica en una aglomeración urbana y en particular en un
territorio como el área central de Asturias, son de tres tipos fundamentalmente:
a) Los efectos positivos derivados de las economías de escala sobre la
eficiencia y los costes en la prestación de servicios públicos que tendría la
consolidación de un área metropolitana o de fórmulas de cooperación y de
racionalización en la provisión de servicios. El tamaño del mercado
accesible, local o regional, se hace así fundamental para proveer servicios,
especialmente los muy tecnificados, a bajos costes y optimizando los
procesos de producción y prestación. Las ciudades u áreas metropolitanas
de mayor tamaño tienen la oportunidad de aprovechar esas economías de
escala, mientras que la dimensión de las ciudades del centro de Asturias no
pueden alcanzarlas por sí mismas, en muchos casos, si no se articulan en un
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área metropolitana central, o en unas fórmulas de consorcio y cooperación,
que les permitiría, en cambio, disponer del tamaño adecuado para
optimizar esas inversiones y servicios.
b) El aprovechamiento de las ventajas asociadas a las denominadas economías
de aglomeración, esto es de las dinámicas económicas propias de toda
aglomeración urbana relevante, sobre la eficiencia, la competitividad de las
empresas y las actividades de un territorio cuando en el mismo existe una
gran aglomeración urbana, como sería el caso del área central de Asturias
en su conjunto. Son principalmente tres los grandes efectos derivados de la
generación de una gran aglomeración urbana: (i) efectos sobre el nivel de
especialización alcanzable, (ii) ganancias por procesos de localización y (iii)
ganancias por la mera urbanización. Puede decirse que si el entorno de una
firma es una gran ciudad, contará con un mercado local amplio que le
permitirá especializarse, cooperar con otras empresas similares y
complementarias de su entorno con las que formará clusters y alianzas o de
cuyo desarrollo podrá aprovecharse, y tendrá un tejido empresarial amplio
para cubrir las necesidades de su actividad y una mayor capacidad de
adaptación y de respuesta ante los cambios, condiciones que no son tan
fáciles de encontrar, en cambio, en entornos compuestos por ciudades de
mediana o pequeña dimensión.
c) Evitar los riesgos y costes asociados a la existencia de espacios urbanos con
ciertos grados de integración económica y social pero políticamente
descoordinados. En el caso de Asturias, la dispersión del área central que ha
crecido enormemente en la última década y la descoordinación municipal
ha limitado la acción correctora de la planificación urbana y ello ha
impulsado la tendencia al crecimiento disperso que produce un modelo de
ciudad muy ineficiente. Al mismo tiempo la acción social y económica del
área central se ha ido situando cada vez más en un plano supra-municipal.
Los ciudadanos y las empresas operan de manera creciente en esta realidad
metropolitana que, en muchos casos, no tiene sin embargo reflejo en el
ámbito de la intervención política. Si prosigue la integración de la vida
social y económica en la Asturias central y esta integración no va seguida de
una coordinación y articulación de los instrumentos de acción y gestión
política, se producirá un desacoplamiento progresivo que podrá conducir a
pérdidas de efectividad de modo que unas medidas puedan verse anuladas
por las de su entorno, así como a acentuar duplicidades, a la ineficiencia y la
ineficacia, a incongruencias y a otros diversos e indeseados costes.
La Asturias metropolitana, con varios núcleos locales, muy próximos entre sí y con
una fuerte identidad constituye un gran activo económico, social y cultural que en
su configuración actual presenta, sin embargo, problemas que hay que intentar
corregir, ya que por su carácter pluri-nuclear reduce los conocidos beneficios de
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las economías de aglomeración, rebaja las oportunidades del transporte público
como medio más eficiente económica y ambientalmente para la movilidad diaria,
reparte mal los costes y los beneficios de un área urbana entre los habitantes de los
núcleos más centrales y los su periferia y ha registrado un crecimiento
desordenado y disperso, con desaprovechamiento de sus potencialidades.
Tanto la constancia de esa situación como la presencia de economías de escala en
muchos bienes y servicios públicos debería conducir de modo natural a la
cooperación entre órganos gestores. Si se repasan los servicios públicos que ya se
prestan de modo más o menos coordinado en Asturias, se comprueba que esa
coordinación ha aparecido en los casos que tienen costes fijos más evidentes y
elevados, es decir mayores y más observables economías de escala. Sin embargo,
hay casos en donde se puede lograr una mejora de la calidad o acceder a
posibilidades de prestación adicionales que quedan ocultas por la falta de
coordinación. Y lo que es más importante aún, existen otras ventajas que se
sumarían a las ganancias por escala y que están asociadas a la creación de un gran
área metropolitana y a las complejas dinámicas que se desatan en ciudades
grandes y de las que Asturias puede quedar fuera si no empieza actuar como una
gran ciudad y no como una suma de pequeñas ciudades.
Todo ello recomienda la acción pública orientada a una fuerte coordinación de las
políticas locales con las políticas supra-locales y a la búsqueda de una mayor
integración en el centro de la región y promoviendo e impulsando fórmulas de
colaboración y de consorcio, con un doble objetivo: el de proporcionar más eficaz,
racional y eficientemente los servicios públicos y colectivos; pero también el de
impulsar a través de estos proyectos nuevas fuentes para el crecimiento
económico de la región.
3.- El área central urbana de Asturias
Existen diversos estudios, datos y evidencias en torno a la configuración
económica y urbana del área central de Asturias y, por ello, el único propósito de
este apartado es el de reseñar unas breves notas sobre algunos de sus aspectos
más significativos y de los cambios operados más recientemente.
Como es bien conocido, en esa área central se concentra la mayor parte de la
actividad económica y de la población de la región. Según datos de 2012, Padrón
municipal del INE, Asturias posee 1.077.360 habitantes de los que algo más del
67% se concentra en el corazón del área central -Gijón, Oviedo, Avilés, Siero,
Langreo y Mieres- que supone menos del 20% del territorio. Esto hace que en un
radio aproximado de 30 kms, menos de una hora de distancia en tiempo, se
concentre un total de 725.110 habitantes y esa cifra supera los 800.000 habitantes
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cuando se consideran los municipios anexos y profundamente vinculados a las seis
ciudades principales (menos del 30% del territorio).
Ese espacio metropolitano concentra una proporción de la actividad económica
aún más amplia. La mayor parte del Valor Añadido Bruto (VAB) de la región se
produce en las tres grandes ciudades y su entorno más inmediato. Solo Oviedo y
Gijón, con un VAB total que ronda en ambos casos los 5.000 millones de Euros,
suponen más de la mitad del total regional. Si se suman Avilés, Siero y Llanera ya
se superan los 2/3 de concentración y al extenderlo a otros municipios de la zona
central se llega a cifras cercanas al 80% del total.
Pero más allá de esos datos ampliamente conocidos, interesa detenerse en algunos
de los principales rasgos y dinámicas que se detectan en esa área central de la
región, que constituye una realidad compleja que ha merecido ser definida como
“la singularidad asturiana”, y entre los que merece destacar los siguientes:
- Una suma de factores que altera el producto. Por separado, lo que existe es
un grupo de medianas y pequeñas ciudades; en conjunto cuentan con la
densidad suficiente para configurar una verdadera área metropolitana. La
realidad asturiana muestra un espacio con un carácter policéntrico extremo,
con al menos seis núcleos urbanos interrelacionados. Ninguno de los
núcleos urbanos principales del área central, incluyendo Gijón con sus
277.198 habitantes u Oviedo con 225.155 habitantes, puede considerarse
una gran ciudad. Sin embargo la suma de todos ellos forma sin duda una
gran aglomeración poblacional que se situaría entre las diez ciudades más
importantes de España a la altura de Bilbao, Valencia, Sevilla o Zaragoza,
inmediatamente por detrás de Madrid y Barcelona en la jerarquía de
ciudades de nuestro país y que forman los ejes de desarrollo más relevantes
de la economía española.
- Una convergencia divergente. Resulta una evidencia bien conocida que la
renta per cápita en el centro de la región, y en especial en las tres ciudades,
es significativamente superior a la media regional. Pero además, los análisis
de convergencia efectuados a nivel municipal en Asturias muestran que
estas tendencias a la concentración de la actividad y la renta, con bastante
probabilidad, no sólo no disminuirán en el futuro sino que tienden a
agravarse de modo relevante. Los municipios de la zona central convergen
entre sí pero tienden a distanciarse rápidamente del resto de la región. Las
diferencias con los municipios costeros de las alas no son tan intensas pero
las que se establecen con el interior rural muestran un patrón de
divergencia muy acusado.
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- Un crecimiento urbano polarizado. El desarrollo urbanístico y la superficie
ocupada por las ciudades constituye un continuum urbanístico que se
extiende y la evolución de la superficie construida muestra una dinámica
similar pero aún más intensa que la de las rentas. El crecimiento urbano
desde mediados de los 90 se ha polarizado en el área central (además de la
costa asturiana, especialmente en la oriental) y principalmente en el
entorno de las tres grandes ciudades más que en sus propios términos
municipales. Los municipios limítrofes a Oviedo, Gijón y Avilés son los que
más han crecido y lo han hecho, además, siguiendo patrones urbanísticos
con una peligrosa tendencia a la dispersión y una baja disciplina
urbanística.
- Una interrelación creciente. El anterior proceso ha ido difuminando
fronteras de delimitación de unos núcleos urbanos que siempre han
mantenido unos patrones de especialización local muy marcados y unos
niveles de interrelación que se han incrementado sensiblemente en las dos
últimas décadas. Puede afirmarse que el área central asturiana está ya
profundamente interconectada, como muestra, entre otros diversos
indicadores, uno muy significativo: el elevadísimo porcentaje de
trabajadores que residen en un municipio y se desplaza a otro a trabajar,
con la particularidad de que esos movimientos no se producen en una única
dirección sino en todas las direcciones. En el Cuadro siguiente, de
movimiento intermunicipal de trabajadores, pueden comprobarse esas
cifras de commuting o movimientos diarios de población entre municipios.
Movimiento intermunicipal de trabajadores, según lugar de trabajo y de residencia.
Municipios mayores de 20.000 habitantes, 2011.
Concejo de
residencia
Avilés
Concejo de trabajo
Avilés
Castrillón
Gijón
Langreo
Mieres
Oviedo
Siero
(1) No
aplicable
16.835
1.149
1.976
151
152
2588
541
3.075
Castrillón
2.700
3.110
435
25
55
690
161
720
Gijón
3.225
340
71.040
1.090
635
7.321
1.987
7.910
Langreo
390
21
908
7.630
375
1.725
670
1.235
Mieres
139
15
420
335
7.075
1.909
330
1.095
Oviedo
1.705
150
3.471
1.476
1.349
60.210
4.950
7.725
317
30
1.383
301
270
4.910
8.310
1.810
Siero
(1)
En el apartado No aplicable se incluyen datos de agentes comerciales, servicios de mantenimiento,
trabajos itinerantes (transportistas), etc. que no tienen un único municipio de trabajo.
Fuente: Datos elaborados por SADEI a partir de Censos de Población y registros administrativos
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En definitiva, la elevadísima concentración de la población y la actividad
económica en el área central así como las orientaciones de su desarrollo
urbanístico y, especialmente, las dinámicas de reforzamiento de esa concentración
en las últimas décadas y las tendencias de profundización de ese proceso en el
futuro, la convierten en el escenario clave para las estrategias de dinamización
económica desde dentro de la región y para el impulso de medidas y proyectos de
integración y articulación de un espacio en el que existen ya profundas y crecientes
interrelaciones que apuntan hacia la realidad de una unidad económica que no
tiene aún su correlato en muchos ámbitos de la gestión político-administrativa.
4.- Líneas y propuestas de actuación
Las razones expuestas en los apartados anteriores recomiendan una estrategia de
articulación y cooperación en el área central asturiana destinada a valorizar más
intensamente ese espacio, a configurarlo como un elemento de dinamismo
económico y social y un ámbito de impulso de las inversiones, así como a procurar
la reducción de costes y la mejora de la prestación de servicios sociales y colectivos
de muy diverso tipo. Para el desarrollo de esa estrategia, será necesaria una
reflexión más amplia y unos estudios más profundos y detallados que los que se
recogen en este documento que, sin un carácter exhaustivo ni excluyente, no
pretende más que mostrar algunas de las líneas orientadoras de esa estrategia.
4.1. Proceder a un análisis y caracterización más detallada del área
metropolitana central de Asturias.
La realidad del modelo metropolitano policéntrico asturiano supone una
complejidad, tanto desde el punto de vista técnico y económico como sociopolítico, que requiere ser analizada con detalle y profundidad, tanto en su propia
configuración, como en las dinámicas que han conducido a una realidad en cambio,
más esponjada, mucho más integrada que en el pasado y donde se entablan
amplias interrelaciones y flujos que no se materializan en una única, sino en todas
las direcciones. Ello merece unos análisis de base y de referencia más amplios y
detallados de lo que se persigue y lo que resulta posible en este documento.
Incluso más allá del área central, resultaría oportuno profundizar y actualizar en
estudios realizados que muestran cómo los 78 municipios asturianos conforman
en realidad 21 espacios fuertemente integrados.
4.2. Poner en marcha un plan de ordenación del territorio metropolitano.
La disponibilidad de un plan de ordenación del territorio metropolitano constituye
un elemento fundamental para el desarrollo del área central de Asturias. Las
Directrices de Ordenación Territorial de Asturias delimitan ambiguamente el
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concepto y la precisión territorial del área metropolitana central y datan de 1991,
por lo que responden a una realidad muy diferente de la actual en la que se han
producido cambios sustanciales. Además, la ordenación territorial es competencia
en la actualidad de cada municipio, con un modelo de planeamiento más propio de
otras épocas en que las interrelaciones en el área central no eran tan intensas
como ahora. Así pues, el modelo de planeamiento actualmente vigente (en ámbitos
como la ordenación territorial, los modelos de urbanización, la promoción de suelo
industrial, la política comercial, las infraestructuras, los transportes o los espacios
naturales, entre otros) resulta insuficiente cuando las interrelaciones en el
conjunto del área metropolitana se han intensificado y se producen frecuentes
interferencias y descoordinaciones que reflejan esa necesidad de planificar a escala
metropolitana. Y ello hace que la piedra angular del desarrollo del área central de
Asturias sea la elaboración de un plan de ordenación del territorio metropolitano
como instrumento que coordine el desarrollo urbanístico, comercial e industrial
del área central y defina un modelo de crecimiento y de metrópoli a desarrollar. El
diseño del plan metropolitano exige una reflexión y una colaboración amplia y
multidisciplinar y su desarrollo puede articularse con una fórmula similar a la
CUOTA.
4.3. Potenciar el nuevo papel de las ciudades en el crecimiento.
El nuevo papel de las ciudades como smart cities, como instrumentos de
generación de conocimiento e innovación, como elemento privilegiado de
cooperación público-privada y como poderosa palanca de crecimiento y progreso,
merece una consideración prioritaria en el diseño de las políticas territoriales y
debe aprovechar los resultados de grupos regionales de investigación que trabajan
en el desarrollo de modelos de gestión urbana inteligente. Además, ha de tomar
muy en cuenta el cambio de tendencia que parece apreciarse en el crecimiento
urbano, con una presión mucho menor hacia la extensión del modelo de ciudad
difusa o extensa de los pasados años. La fuerte expansión de zonas comerciales en
la zona central de Asturias en la última década, junto al cambio en las tendencias
de consumo, hace necesaria, también, una reflexión sobre el modelo comercial y su
incidencia en la planificación urbana.
4.4. Impulsar instrumentos de cooperación en el área central.
El espacio metropolitano es un escenario privilegiado para hacer frente a algunos
de los principales problemas económicos de la región, así como para instrumentar
modelos de actuación pública que eviten disfunciones, duplicidades y derroches de
recursos públicos e impulsen los mecanismos de coordinación y cooperación entre
entidades e instituciones que intervienen en el mismo espacio y para la prestación
de servicios supramunicipales y regionales con mayor eficacia, eficiencia, agilidad
y menor coste. Para ello resulta indispensable disponer de recursos e instrumentos
11
de gestión apropiados para actuar con criterios de política regional y de
coordinación de las políticas locales.
4.5. Consolidar los Consorcios existentes.
Existen ya algunos consorcios (Consorcio para la Gestión de Residuos, COGERSA, y
el Consorcio de Transporte de Asturias, CTA, el Consorcio para el Abastecimiento
de Agua y Saneamiento, CADASA) cuyo modelo puede resultar adecuado y que
constituyen un ejemplo del modo en que las acciones y servicios públicos pueden
beneficiarse de la existencia de un área metropolitana coordinada que maximice
las posibles economías de escala. Casos como éstos han de ser consolidados,
reforzados, mejorados en su gestión y prestaciones y tomados como referencia
para el desarrollo de fórmulas similares en otros ámbitos.
4.6. Reforzar el Consorcio de Transportes.
En el caso del Consorcio de Transporte, más allá de la política de billete único, hay
otras posibilidades que se han de explorar, en el marco de un espacio
metropolitano definido y ordenado, para mejorar y hacer más ágil y eficiente el
transporte interurbano en el área central de Asturias. Ello apunta a la necesidad de
fomento de inversiones en las infraestructuras de transportes, a promover una
plena integración de las diversas modalidades de transportes del área, al rediseño
de líneas buscando una mayor operatividad metropolitana y a una redefinición de
la red ferroviaria para comunicar de manera ágil los principales núcleos del
espacio metropolitano, diseñando puntos de enlace para integrar las redes locales
de transporte urbano con las redes metropolitanas (para lo que un modelo como el
de Bilbao podría servir como referencia) y para atender más eficazmente los flujos
reales y potenciales de viajeros en el área central asturiana.
4.7. Impulsar el Consorcio de Servicios Tecnológicos.
El Consorcio Asturiano de Servicios Tecnológicos (CAST), que tiene como objetivo
la gestión de servicios comunes de tecnología para el desarrollo de la sociedad de
la información, debiera ampliarse a más ayuntamientos y entidades para
desarrollar sus proyectos, ejercer efectos tractores, prestar servicios tecnológicos
comunes y difundirlos al conjunto regional, y optimizar su funcionamiento y
prestaciones. Ello facilitaría, además, la instrumentalización de actuaciones
comunes dirigidas, entre otros, a los objetivos de: la aplicación efectiva del acceso
electrónico de los ciudadanos a los servicios públicos; la instrumentalización de
normativas como las de datos de carácter personal, de contratos del sector público
o de facturación electrónica; y la evolución del modelo tecnológico tradicional de
las administraciones hacia un modelo más actual, económico y eficiente, basado en
la contratación de servicios de infraestructuras y de software
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4.8. Promover la creación de nuevos Consorcios.
La fórmula de los Consorcios se puede extender a otras actividades y a la
prestación de otros servicios públicos y tener un efecto muy positivo, al mismo
tiempo, sobre la racionalización y el potencial de crecimiento económico y sobre la
calidad de los servicios que reciben los ciudadanos. Los Consorcios ya existentes
en Asturias son excelentes ejemplos a seguir para ampliar las fórmulas de
cooperación e impulsar esa política de desarrollo de nuevos Consorcios.
El conjunto de nuevos ámbitos a los que podría extenderse esa fórmula, y el modo
específico en que en cada caso habría que hacerlo, requiere indudablemente una
reflexión y análisis que excede los propósitos y cometidos de este documento. En
todo caso, y a título meramente indicativo, a juicio del Consejo Asesor merecería
abrirse esa reflexión y estudio para el desarrollo de instrumentos y fórmulas
consorciadas en ámbitos como los que señalan a continuación:
a) En el de las políticas culturales, donde los equipamientos y programaciones
con fondos públicos han respondido en muchos casos a una lógica de
competencia y emulación entre ciudades que debiera dejar paso a una
política cultural con un planteamiento y una gestión integrada para el
conjunto del área metropolitana y una mayor coordinación que,
adicionalmente a la racionalización y el mejor aprovechamiento de los
recursos, sirviese para alcanzar superiores niveles de calidad y de difusión y
proyección exterior de la actividad cultural de la región.
b) En el de la promoción turística, potenciando una imagen conjunta, unas
actividades coordinadas, una gestión compartida (con paquetes y ofertas
conjuntas, billetes únicos para los museos locales, emplazamientos
naturales, eventos culturales, por ejemplo) y una estrecha conexión con las
políticas culturales, contando con una sociedad mixta para la gestión de esa
oferta compartida de turismo.
c) En el de la prestación de servicios y el desarrollo de políticas sociales, con
una revisión agrupación y optimización del mapa actual de prestación de
servicios públicos, no solo en el área central sino en el conjunto del
territorio asturiano, especialmente en ámbitos como el de la atención
sanitaria, la dependencia y el apoyo a los mayores, en el desarrollo de
nuevas técnicas de telemedicina o en la prestación de servicios
administrativos. No puede dejar de considerarse, además, que el nuevo
Hospital Universitario Central de Asturias constituye un proyecto de
dimensión metropolitana en su concepción, funcionamiento y efectos y que
ofrece elementos destacados para la cooperación y la prestación conjunta
de servicios.
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d) En el de suelo industrial, donde hay una diversidad de situaciones que en
ocasiones se contraponen entre sí, y en la gestión de estructuras del tipo de
parques tecnológicos, viveros de empresas, apoyo al emprendimiento, etc.,
donde existe una gran dispersión de iniciativas y una menor coordinación
de la necesaria para actuar con eficacia y ahorro de recursos.
e) En otros diversos, como los de la gestión de la energía, los servicios
administrativos y municipales o la gestión de infraestructuras.
En ámbitos como los que a título meramente indicativo aquí se proponen, y sin
duda en otros más, existen posibilidades para el desarrollo de fórmulas de
articulación, cooperación y desarrollo de Consorcios, o de otras fórmulas de
colaboración, que permitan un mejor aprovechamiento de los recursos y una
mayor contribución a las estrategias de crecimiento regional. Ello requiere,
obviamente, el desarrollo de estudios y análisis más detallados, que desde el
Consejo Asesor recomendamos, para conocer tanto su concreta viabilidad como las
fórmulas específicas más adecuadas para instrumentar la gestión en cada uno de
los casos.
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