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Mme Nancy Berthier
El combate del Biutz en Franco ese hombre: historia de un
milagro
In: Mélanges de la Casa de Velázquez. Tome 30-3, 1994. pp. 285-297.
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Berthier Nancy. El combate del Biutz en Franco ese hombre: historia de un milagro. In: Mélanges de la Casa de Velázquez.
Tome 30-3, 1994. pp. 285-297.
doi : 10.3406/casa.1994.2722
http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/article/casa_0076-230X_1994_num_30_3_2722
EL COMB ATE DEL BIUTZ EN FRANCO ESE HOMB RE :
HISTORIA DE UN MILAGRO
Nancy BERTHIER
École des hautes études hispaniques
«Hubo una vez un nombre enviado por Dios
para salvar Espana».
Basilio Martin Patino, Caudillo.
El 29 de junio de 1916, durante uno de los episodios de la campafia de Africa,
en la batalla del Biutz, Francisco Franco cae gravemente herido, como muchos
soldados que luchan a su lado. Como muchos también, se salva de la muerte. La
batalla es empedernida y el caso de Franco no tiene nada de particular. Es un
militar y se expone a lo mismo que los demâs. Este episodio de su vida de militar
hubiera podido pasar desapercebido. . .
Franco ese hombre, la biografïa cinematogrâfica de Franco realizada por
José Luis Sâenz de Heredia en 1964 , recoge el episodio de la herida del Biutz .
Al presentarlo, no solo le quita su carâcter anec.dôtico sino que ademâs le convierte
en un elemento capital en el transcurso de la biografïa del jefe de Estado : la herida
viene a ser la senal tangible de la predestinaciôn de Franco, la prueba de su carâcter
providencial.
No es la primera vez, ni sera la ultima, que la representaciôn de un Franco
protegido de Dios aparece. Sin embargo, nunca habia sido el objeto de una
representaciôn cinematogrâfica. Nunca habia tenido el respaldo de la imagen en
1.
2.
Para mâs detalles acerca del contexto de realizaciôn de Franco ese hombre y de la caracterizaciôn general de esta pelicula, ver un articulo mio, publicado en los Mélanges de la Casa de
Velazquez, XXVII-3, 1991: «Franco ese hombre, un siècle d'Espagne...».
Para facilitar la lectura, reproduzco, al final de este articulo, el fragmento del comentario en voz
en off de Franco ese hombre que corresponde a la secuencia analizada, acompanado con algunas
precisiones acerca del contenido visual.
Mélanges de la Casa de Velazquez (MCV), 1994, t. XXX (3), p. 285-297.
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NANCY BERTHIER
movimiento, que marca de manera mucho mas eficaz que el texto las mentalidades
colectivas.
A lo largo de este estudio, quisiera mostrar la manera con la que la pelicula
de José Luis Sâenz de Heredia se vale de este episodio a priori insignifiante de la
herida del Biutz para elaborar una representaciôn mitica de la figura de Franco,
para recuperar y reconstruir la imagen de un jefe de Estado «Caudillo de Espana
por la gracia de Dios», con ocasiôn de las ceremonias de los 25 anos de Paz,
balance de 25 anos de poder franquista.
*
*
*
La pelicula de José Luis Sâenz de Heredia cubre, en una duraciôn
aproximada de 100 minutos, el largo periodo de la vida de Franco que va desde el
ano 1892, fecha de su nacimiento, hasta el ano 1964, fecha de realizaciôn de
la pelicula; el principio de estructuraciôn de este largometraje documentai
- inscripciôn de la trayectoria biogrâfica del Jefe de Estado dentro del curso mas
general de la historia - hace que no solamente se evoquen los datos de la vida de
Franco, sino que también, de modo, paralelo y alternative, se aluda a
acontecimientos nacionales e internacionales en los que él no tomô parte, pero que
influyeron de manera indirecta en su trayectoria personal: la pérdida del Imperio
colonial, por ejemplo, o la Revoluciôn bolchevique.
De manera que la pelicula incluye un numéro de datos muy importante; esos
datos biogrâficos e histôricos suelen ser mencionados de forma bastante puntual;
un ejemplo: el primer destino de Franco en su carrera militar solo ocupa unos
segundos en la pelicula; se dice muy escuetamente:
[. . .] es destinado al Ferrol para iniciar su vida militar.
Otro ejemplo: la evocaciôn de los cuatro anos de la primera Guerra Mundial,
caracterizada en la misma pelicula como «suceso retumbante», tiene una duraciôn
de unos 15 segundos:
[...] ha estallado la guerra mundial de 1914. Con un sobrecogedor montaje de gran
espectaculo, Alemania y Francia se enfrentan en una larga y trâgica lucha, que van a
decidir, en ultima instancia, los Estados Unidos. Durante très anos los nombres de Arrâs y Verdun, del Kaiser Guillermo Segundo, del General Pétain, de Clemenceau y de
la coaliciôn anglo-francesa van a hacer olvidar a los espanoles, espectadores del conflicto ajeno, que en Marruecos sigue estallando la guerra cada manana.
Si insisto tanto en esto, es para subrayar precisamente, la «anormalidad» de
la secuencia que me propongo analizar respecto con esta como norma narrativa de
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Franco ese hombre. La presentation del combate del Biutz, durante la campana de
Africa, - en realidad, mas bien, de uno de los sucesos de este combate: la herida
de Franco - ocupa aproximadamente très minutos y medio, una duraciôn que
puede parecer irrisoria a primera vista pero que, proporcionalmente con el resto,
es énorme.
Ademâs, si nos detenemos en la estructura de este episodio, nos damos
cuenta de que no obedece para nada al principio de condensaciôn que suele régir
la evocaciôn de otros acontecimientos (decir la mayor cantidad de cosas en un
tiempo minimo). Muy al contrario: la secuencia se construye segûn un esquema
repetitive
Consta de cuatro movimientos:
1) Presentaciôn general del acontecimiento, mediante el comentario en voz
en off(fecha, lugar, action).
2) Primer momento de la entrevista con el doctor Salas - que atendiô a
Franco — que viene a confirmar los datos anteriores.
3) Segundo momento de la entrevista: mismos datos, pero enfocados desde
una nueva perspectiva: la autentificaciôn del milagro mediante la presentaciôn de
la radiografïa del vientre de Franco por el médico.
4) Otra vez el comentario en voz en off, acerca del milagro.
Esta estructura en quiasma (Voz en off/ Entrevista / Entrevista / Voz en off)
subraya todavia mas el carâcter redundante de la secuencia. Pero pone también de
relieve el hecho de que la funciôn de esta secuencia no sea informativa. Lo
importante no radica en la presentaciôn de datos (el contenido informativo). No se
trata meramente de decir que Franco fue herido durante el combate del Biutz. Eso
es la anéedota. El discurso implicito de esta secuencia se situa a otro nivel: se trata
de dar cuenta de un milagro, mejor dicho, de construir un milagro y de imponer la
imagen de un Franco protegido por los Dioses.
Aunque, en la primera parte, no se mencione directamente el milagro, sin
embargo, la escenificaciôn esta hecha de tal manera que prépara el terreno para que
se introduzca a continuaciôn con tanta evidencia que no se pueda poner en tela de
juicio.
Primero, no es mera casualidad si la secuencia empieza precisamente con
imâgenes del monolito que conmemora el suceso. El monolito es al mismo tiempo
prueba material, es decir, elemento de autentificaciôn («fue aqui mismo») y punto
de enlace entre pasado y présente, objeto de celebraciôn («el lugar que perpétua
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este monolito»). Por otra parte, la grandilocuencia en la manera de filmar - vista
panomârica tomada desde un helicôptero -, asi como el tono adecuado del
comentarista y la mûsica, muy grave, acentuan la grandilocuencia verbal e
inauguran la secuencia como un acto solemne. Antes de que se sepa de que se va
a tratar, se orienta sûtilmente la lectura del episodio en el sentido de algo
excepcional.
La primera parte de la secuencia, a partir de esta imagen inaugural, se
compone de un discurso en voz en off cors, pianos contemporâneos del paisaje de
las Lomas de las Trincheras, lugar del acontecimiento y no, como la mayor parte
del tiempo en esta pelicula - y de forma general, en los documentales de este tipo -, de
un montaje a base de imâgenes de archivo o de fotografïas de la época que
vendrian a ilustrar el comentario.
La introducciôn de estos pianos contemporâneos del paisaje marroqui podria
explicarse por la carencia de documentos de archivo relativos a la batalla. Y de
hecho, de manera general, esta secuencia se caracteriza por una escasez de
documentos de archivo. Sea lo que sea, estas imâgenes desempenan un papel
capital en el proceso de conversion de la anécdota en milagro.
En efecto, no es la primera vez que se alude al paisaje marroqui en la
pelicula. Muy poco antes, en el comentario en voz en off, se ha dicho: - «Y él entré
en Africa y Africa entrô en él», respecto con su primera llegada a Marruecos.
Luego, como resumen de su acciôn en Marruecos:
Puede decirse que no hay pausas mayores de dos léguas en toda esta ardiente geografia sin que el nombre de Franco esté gloriosamente unido, desde entonces, a sus
piedras y a sus brenas. Y los de Izarduy, Chauen, Rio Martin, Dar-Drius, Riffien, Liano Amarillo, el Gurugû, Tiffaruin y Alhucemas, fïgurarân desde entonces en su hoja
de servicios como una prolongaciôn de sus propios apellidos.
Y por fin, acerca de la batalla de Yadumen:
Por primera vez suena su nombre en el âmbito de esos parajes que lo retendrân ya para
siempre como un eco entranable.
El espectador asocia casi necesariamente las imâgenes del paisaje marroqui
de la secuencia que analizamos con estos discursos. O sea que estas imâgenes no
son mero soporte ilustrativo. Su significado va mas alla de lo geogrâficamente
denotado: las Lomas de las Trincheras, el marco de la batalla. Vienen ya
connotadas.
Estas imâgenes funcionan de modo metonimico como evocaciôn de la tierra
africana. El paisaje africano, tal y como viene filmado aqui y presentado en el
comentario anterior, remite a todo un trasfondo cultural en el que Africa es el
marco por excelencia de lo maravilloso, de lo supra-natural, de lo prodigioso.
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En este contexto, Africa viene a ser, mas alla del lugar anecdôtico donde tuvo
lugar la batalla referida, el sitio que harâ posible el advenimiento de un
acontecimiento fabuloso, de un milagro.
La asociaciôn casi mâgica entre Franco y Africa, la simbiosis entre los dos
- «El entré en Africa y Africa entrô en él» - permite presentar implicitamente a
Franco como parte intégrante de este conjunto fabuloso. El episodio de la herida
se incluye a partir de entonces en otra dimension.
La parte final de la secuencia vendra a confirmar mas explicitamente esta
relaciôn entre un lugar fuera de la normalidad y un acontecimiento también
presentado como fuera de la normalidad:
[. . .] parecia tener lo que los moros llaman en su lengua baraka.
El comentario senala la pertenencia del acontecimiento a un sistema cuya
lôgica no es la normal ; a un sistema donde precisamente lo anormal suele ser la
norma. Es una manera de hacer que admitamos esta anormalidad (el milagro)
como algo normal. Es una forma indirecta de convencer de su autenticidad.
Después de la primera parte introductoria, la intervenciôn, en la secuencia,
del testimonio del Doctor Blasco Salas esta presentada en el comentario con una
funciôn informativa:
[. . .] rememorar los detalles de aquel trascendental suceso.
Pero su testimonio no anade nada o casi nada al comentario en voz en off en
cuanto a datos. En realidad, solo confirma los datos principales, formulândolos de
otra manera.
• Dato geogrâfico:
1) «combate del Biutz» / «Lomas de las Trincheras»
2) «encima de Ceuta, en la câbila de Enciefa, en el poblado moruna de Biutz,
precisamente en la loma de las Trincheras».
• Caracterizaciôn del combate:
1) «furioso combate»
2) «fue un combate demasiado violento».
• Episodio de la herida:
1) «Le alcanzô la primera bala». «Se encontre con la bala que le atravesô el
vientre»
2) «cayô herido».
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El testimonio de Blasco Salas no es para nada capital en cuanto a
information. En cambio, si que lo es a nivel del proceso de autentificaciôn del
acontecimiento milagroso.
El Doctor Blasco Salas esta presentado como portador de la Verdad con un
doble titulo : primero en su calidad de testigo ocular del acontecimiento ilustrada
por el comentario y por una fotografïa de la época («[Franco] fue atendido por el
Capitân médico don Enrique Blasco Salas»); y por otra parte en su calidad de
portavoz del cuerpo medical, de la ciencia («esa herida calificadapor ustedy otros
médicos 3 como milagrosa»).
A lo largo de la entrevista, hay una acumulaciôn de elementos que subrayan
esta asociaciôn entre testimonio y verdad. Primero, toda la escenificaciôn: la
entrevista tiene lugar en el despacho profesional del médico, sitio de la objetividad
cientifica, con unos aparatos modernos en el trasfondo, con libros y papeles
amontonados en la mesa de despacho en primer piano, signos de seriedad. Blasco
Salas esta vestido con una bâta blanca y viene filmado sentado detrâs de su mesa
de despacho, como si fuera una consulta médica. Por otra parte, la forma en la que
se da la entrevista se asemeja a una encuesta policiaca: preguntas cortas, con voz
tajante, como si estuviera diciendo «la verdad, toda la verdad».
Su discurso también se caracteriza por una obsesiôn por lo veridico: primero
a nivel de detalles que, al fin y al cabo, no anaden nada : por ejemplo, la precision
geogrâfica («Encima de Ceuta, en la câbila de Enciefa, en el poblado moruna de
Biutz, precisamënte en la Loma de las Trincheras»), el numéro de «bajas» (247)
para demostrar la violencia del combate, en la reproducciôn mimética de las
palabras de Franco en discurso directo y con el tono adecuado - «Me dijo ^Doctor,
me moriré?» — etc.
Esta obsesiôn por el detalle veridico alcanza una forma de apogeo en la
segunda parte de la entrevista, cuando se pone a ensenar la supuesta radiografia del
vientre de Franco. Con la especie de zoom monstruoso que permite hacer la
radiografia, penetramos en las entranas del futuro Caudillo, siguiendo
detenidamente, con el comentario del médico, la trayectoria de la bala. A un nivel
explicito, el comentario del Doctor se présenta como una explication técnica — o
sea, verdadera - de la salvaciôn de Franco:
[. . .] el diafragma se levantaba para arriba y la bala rozô el diafragma por abajo y saliô
por atrâs.
Pero en un piano denotativo, lo que se afirma, lo que se prueba de manera
tajante y muy sutilmente, es la realidad del milagro:
Si Franco tiene una respiraciôn natural [...], pues la bala le hubiese atravesado el higado y se hubiera quedado muerto.
3.
Subrayo yo.
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29 1
Franco, en el momento de la herida, no ténia una respiration natural ; en esto
radica el milagro: lo que hacia falta demostrar. . .
Con esta prueba irrefutable y a priori objetiva (es un documento cientifico),
documento histôrico - «que se archiva» -, la radiografïa, Blasco Salas demuestra
cientificamente el milagro.
De manera que, al final de la secuencia, cuando se reanuda con el comentario
en voz en off el discurso puede ya asumir completamente el carâcter milagroso del
acontecimiento:
La muerte estaba alli para todos. También para Franco [lo normal]. Pero este sonriente
Capitân, tan repetidamente ofrecido a las balas, parecia tener, en efecto, lo que los moros que mandaba llamaban en su lengua baraka; tener baraka es para ellos tener la
protecciôn de las fuerzas prodigiosas [lo milagroso].
La inscription del milagro dentro de un esquema explicativo sacado del
sistema de creencias arabe, ademâs del significado que ya hemos dado
anteriormente, remite, en ultima instancia, a una voluntad de autentifïcaciôn
radical : da la impresiôn de que hasta los moros - representados metonimicamente
en la imagen con la inserciôn de algunos retratos -, hasta el enemigo, reconocen la
superioridad excepcional de Franco , aunque no asumen directamente las
palabras.
Implicitamente, detrâs de esta figura de héroe legendario en contacto con los
moros, se perfila la figura de otro héroe, Rodrigo Diaz de Vivar, llamado El Cid
(precisamente a partir de la palabra arabe «szidi», «senor»), en reconocimiento de
sus virtudes excepcionales como guerrero, El Cid cuyas relaciones privilegiadas
con los musulmanes - por ejemplo, con el rey poeta de Sevilla, Al-Mutamid habian sido cantadas a lo largo de la historia.
Si es verdad que la menciôn explicita del Cid no aparece aqui aunque sea
évidente el proceso de identificaciôn entre él y Franco, en cambio, un poco antes
en la pelicula, se habia aludido a dicho paralelismo:
Era el 13 de julio de 1910, cuando en el patio de esta fortaleza5 que tuvo precisamente
por primer Alcaide a ese Cid enterrado bajo siete llaves, [. . .] el Alférez Franco juraba,
ante esta histôrica bandera, consagrar su vida a defender Espana.
4.
5.
Ver también: Luis de Galinsoga, Centinela de Occidente, Barcelona, Editorial AHR, 1956,
p. 76. «En la Légion, en tantos combates en que Franco tomô parte, en los puestos que tuvo con
sus tropas y en el puesto que él elegia para mandarlas, era forzoso irremisiblemente que las balas
le tocasen, y asi cuando era capitân de Regulares, en el Biut, en Ceuta, una le atravesô su cuerpo
poniéndolo en las puertas de la muerte. En las demâs veces las balas de los moros, si nos es
permitido esta figura retôrica, comprendiendo que habia de ser elpadre amante de los marroquies, le rindieron homenaje, limitândose a tocar sus vestiduras, al igual que andando el tiempo
habrian de besar en ellas sus hijos predilectos: los musulmanes». Subrayo yo.
El Alcâzar de Toledo.
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Esta asimilaciôn entre la figura de Franco y la figura del Cid, sugerida al final
del episodio de la herida, ocasionada por el episodio de la herida, funciona como
una coronaciôn legitimadora: la Cruzada franquista no hace sino repetir la Cruzada
de la Reconquista y, como tal, no tiene que buscarse otra legitimaciôn.
Por otra parte, el hecho de que detrâs de la evocaciôn de este episodio de la
herida de Franco se imponga la figura del Cid - y, como en un eco lejano, la del
Santiago Matamoros -, cobra un sentido nuevo si se le situa dentro del contexto
politico de los sesenta, es decir, en un momento en que se plantea el problema de
la succesiôn de Franco desde una perspectiva monârquica. Acerca de otra pelicula,
El Cid, de Anthony Mann, realizada en el afio 1961, Marcel Oms presentaba el
siguiente anâlisis :
A la hora en que se plantea en Espana la cuestiôn de la succesiôn de Franco, esta peli
cula llegô muy a propôsito para recordar al futuro Rey de Espana que a menudo la
espada de los héroes légitima la corona y que el pasado mitico es testigo de ello6.
Este anâlisis podria aplicarse perfectamente, aunque de una forma menos
directa, a Franco ese hombre.
Por fin, la alusiôn a la sonrisa de Franco - «este sonriente Capitân» - no es
mero detalle en esta parte conclusiva. Remite a toda una literatura que ya se habia
difundido sobre el tema desde la misma guerra civil. Manuel Machado, por
ejemplo, en su famoso poema dedicado al Caudillo, habia escrito:
Caudillo de la nueva Reconquista,
Senor de Espana, que en su fe renace,
sabe vencer y sonreir, y hace
campo de pan la tierra de conquista7.
Y Ernesto Giménez Caballero, en Espana y Franco, decia:
En su sonrisa vemos que el hombre de mas poder de Espana y el que puede fulminar
los destinos de los demâs hombres, sabe perdonar, sabe comprender, sabe abrazar8.
7.
8.
.
«À l'heure où se posait en Espagne le problème de la succession du Caudillo, ce film est venu
fort apropos rappeler au futur Roi d'Espagne que l'épée des héros fonde souvent la légitimité
de la couronne et que le passé mythique en témoigne», Marcel 0ms, A comme Andalousie,
L'héritage arabe en Espagne. ' ■<■
», -,;■ - -■'•
Manuel Machado, «Horas de oros», Poesia de guerra y de posguerra, (ediciôn y prôlogo de
Miguel d'Ors), Granada, Universidad de Granada, 1992, p. 16K ,
'
Ernesto Giménez Caballero, Espana y Franco, citado en Julio Rodriguez Puértolas, Literatura
fascista espanola, 1. 1, Madrid, Akal, 1986, p. 291..
t
.
6.
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293
Respecto con esto, Emmanuel Larraz subraya por otra parte que, en las
representaciones fotogrâficas y cinematogrâfîcas de Franco, «[l]os asesores de
imagen eliminaban sistemâticamente las tomas en las que Franco aparecia serio
t...]»9.
.=
■...
Es decir que la sonrisa es un componente casi obligatorio de la
representaciôn de Franco. El hecho de que se la mencione en el marco de la
interpretation de su herida en clave de milagro anade un elemento mas en cuanto
al sentido que se le puede dar: la especie de complicidad de Franco respecto con el
destino que le asigna la providencia. La sonrisa del Capitân es signo de su fe en si
mismo, senal tangible en su rostro del dedo de Dios. Por otra parte, matiza un poco
la imagen tôpica del militar como ser insensible, como mâquina de guerra. Le
confîere humanidad, le asemeja al resto de los mortales y, al hacerlo, remite a un
proyecto fïlmico mas global, présente ya en el titulo y que consiste en mostrar, mas
alla de Franco, aquel nombre, a Franco, ese nombre10. . . La dimension humana de
Franco-Caudillo por la gracia de Dios acaba dibujando una imagen de FrancoCristo, cuya obra y cuyos sacrificios traerân la salvaciôn de todos : idéntico y al
mismo tiempo distinto. Esta idea del sacrifïcio por la patria, con todo lo que
conlleva, no dejarâ nunca de aparecer en los discursos de Franco; por ejemplo, en
1966, harâ el balance de su vida de la manera siguiente:
Nunca me moviô la ambition de mando. Desde muy joven echaron sobre mis hombros responsabilidades superiores a mi edad y empleo. Hubiera deseado disfrutar de
la vida como tantos espanoles; pero el servicio de la Patria embargo mis horas y ocupô
mi vida11.
Mas generalmente, la figura de Franco-Cristo atraviesa de par en par Franco
ese hombre, magistral compendio fïlmico de los tôpicos discursivos del regimen.
En efecto, esta secuencia no es un caso aislado en Franco ese hombre sino
que se incluye en un discurso mas amplio que hace que, a lo largo de la pelicula,
paralelamente al discurso informativo, a la presentaciôn de los datos cronologicos,
se va dibujando la figura mesiânica de un Franco «Caudillo por la gracia de
Dios»12. Si he elegido analizar mas detenidamente esta secuencia, es porque el
9.
10.
11.
12.
Emmanuel Larraz, «La imagen del Caudillo y la revision de la historia oficial en el cine de la
Espana democrâtica», Actas del I encuentro Franco-alemân de Hispanistas, Frankfurt, 1991 .
Luis de Galinsoga, Centinela de Occidente, op. cit., p. 71: «[...] aparece Franco con su sonrisa
clàsica, comparera inseparable durante toda su vida de su gran serenidad de espiritu y de su
tierna bondad de aima».
«Palabras con motivo del Referendum nacional», 12 de diciembre de 1966. Citado en Manuel
Vazquez Montalbân, Los demonios familiares de Franco, Barcelona, Planeta, 1987, p. 71.
Solo citaré algunas manifestaciones verbales del fenômeno: - «Su Ferrol marinera, donde Dios
quiso que viniera al mundo» (la expresiôn comùn «dios quiso» se «resemantiza» dado lo que la
rodea). - «Al contrariar su vocaciôn, la Providencia empezaba a marcar el rumbo de su destino».
— «Por mâs de una razôn este destino de Oviedo sera el tercer hecho providencial en la vida del
future Caudillo».
294
'
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episodic de la herida ocupa un lugar aparté. En efecto, el milagro de la salvaciôn
de Franco y las «llagas» que recibe desempefian el papel de senales de su elecciôn
divina. Se imponen contra la incredulidad. Tienen la misma funciôn que las llagas
de Cristo, las llagas de los santos y los milagros evangélicos. Lo sobrenatural es el
elemento por excelencia de la manifestaciôn de la presencia divina.
*
*
*
A pesar de su peculiaridad, este episodio es ejemplar de algo mucho mas
amplio: el funcionamiento de la propaganda franquista respecto con su principal
problema, el de su legitimaciôn.
,
En efecto, ^qué tipo de legitimaciôn politica e ideolôgica ténia el grupo de
los vencedores de la Guerra Civil? Intereses diversos de grupos heterogéneos que
solo se habian puesto de acuerdo respecto con una meta: acabar con el bando
opuesto. Franco habia llevado a cabo esta batalla como militar; no era un politico,
o por lo menos no lo era en el sentido estricto de la palabra, es decir que no
obedecia en su acciôn de mando a motivaciones politicas. De modo que el
franquismo como sistema politico e ideologia encontre su legitimaciôn, definiô su
legitimaciôn, no en torno a unas ideas sino en torno a un hombre, el mismo Franco:
justificar a Franco era justificar el franquismo.
La justificaciôn de Franco como jefe politico en la posguerra se articulé en
torno a la leyenda del hombre providencial. Poco a poco, se fue elaborando la idea
de que Franco, «Caudillo por la gracia de Dios», habia sido designado por una
voluntad divina para dirigir el destino de Espana. La historiografïa franquista
interpretaba el desarrollo y el sentido de la historia en funciôn de este nuevo
criterio. Luis de Galinsoga, en su libro biogrâfîco, Centinela de Occidente ,
formulaba explicita y sistemâticamente esta idea. Pero ya era aceptada, expresada
desde el mismo periodo de la guerra civil -pensemos en la carta pastoral del
obispo de Salamanca Pla y Deniel de 1936, que da un carâcter ofïcial al término
Cruzada -, difundida en todas partes, desde los propios discursos de Franco hasta
revistas que no tenian nada que ver con la politica.
La difusiôn de esta idea, la creaciôn de una especie de liturgia colectiva en
torno al personaje de Franco, mas alla de contingencias politicas, fue el cemento
sobre el que el franquismo asentô su justificaciôn. Mas: fue su «mythe-fondateur»
13.
Ver: Luis de Galinsoga, Centinela de Occidente, op. cit. La tesis del libro es la siguiente: «[. . .]
Franco ha sido instrumenta, desde los primeros aiïos de su adolescencia, de un designo provi
dencial que ha trazado a través de su vida interesantisima, aparté de trascendental, los mâs insospechables arabescos del destino», p. 12.
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y, como tal, su eficacia fue decisiva, porque se dirigia mas a la perception
imaginativa que a la perception lôgico-racional del individuo14.
Por otra parte, esta inscription de la biografïa de Franco dentro de un
paradigma religioso entra en una problemâtica mas general: la de la identificaciôn,
a lo largo de todo el franquismo, entre Estado e Iglesia, de lo que se llamô el
Nacionalcatolicismo. Como lo analiza Juan Carlos Losada Malvârez en su libro
Ideologia del Ejército franquista, tiene sus raices en la ideologia militar del
Ejército franquista:
Esta identification entre religion y patria sera una constante en el pensamiento militar15.
Pero, en el fondo, tiene unos origenes mas remotos. Al mencionar el apoyo
mutuo que se prestan Estado e Iglesia durante el franquismo, Giuliana di Febo, en
La santa de la raza, explica que su
[. . .] lejano origen se halla en aquella osmosis, tan difundida en la época barroca y particularmente en Espana entre lo «sacro» y la monarquia, alli donde la «oculta afînidad» entre lo sobrenatural y el rey sacralizaba, haciéndola omnipotente, a la
institution monârquica16.
La fïrma, en 1953, del Concordato entre Espana y el Vaticano, asi como el
hecho de que Pio XII se le concéda a Franco aquel mismo ano la Orden Suprema
de Cristo, darân nueva actualidad a la asociacion Estado / Iglesia a finales de los
cincuenta y principios de los sesenta. Las ceremonias de inauguraciôn del Valle de
los Caidos en 1959, el paseo del brazo-reliquia de Santa Teresa por toda Espana en
196217, el estreno de Franco ese hombre, etc., celebran a principios de los arlos
sesenta esta simbiosis entre poder e Iglesia, y esto, precisamente en un momento
en que, mas que nunca, las criticas al mesianismo empiezan a manifestarse con
mas fuerza, dentro y fuera18...
14.
15.
16.
17.
18.
Ver, mâs generalmente, acerca de la estética del franquismo: Alexandre Cirici, La estética del
franquismo, Gustavo Gili, Barcelona, 1977, p. 15: «El arte se ha visto asi empujado a una
semântica excitante dirigida hacia la consecuciôn de ciertos mitos capaces de llegar a impresionar el universo escogido, que se sentia gratificado participando en ellos».
Juan Carlos Losada Malvârez, Ideologia del Ejército franquista 1939-1959, Madrid, Istmo,
1990, p. 40.
Giuliana di Febo, La santa de la raza, Barcelona, Icaria Editorial, 1987, p. 71.
«Ultimo y espectacular reposiciôn de un modelo de culto de inspiraciôn barroca», ibidem,
p. 117.
En 1964 sale precisamente el libro de Luis Ramirez, Francisco Franco, historia de un mesia
nismo, Ruedo Ibérico, 1964. Su critica del mesianismo se fundamenta en la idea siguiente:
«Franco, en cuanto mesias permanente e inamovible, no es mâs que el producto de un momento
de desesperaciôn de la burguesia en trance de perder, de la burguesia que no quiere resignarse,
y después la historia del masoquismo de un pueblo que no desea responsabilidades», p. 265. Sale
también, en la misma casa editorial, el libro critico de Herbert R. Southworth, Le mythe de la
croisade de Franco, Ruedo Ibérico, 1964.
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NANCY BERTHIER
DOCUMENTO ADJUNTO
(Texto del comentario en voz en off de la secuencia analizada).
Fue aqui mismo, en el lugar que perpétua
este monolito, donde en junio del 1916, le
alcanzô la primera bala. En el furioso
combate del Biutz ténia que tomar, al mando
de su compania, estas lomas conocidas por
su buena fortification y emplazamiento,
como Las Lomas de las Trincheras. A mitad
del asalto, se encontre con la bala que le
atravesô el vientre. Sigue, a pesar de ello, al
frente de sus soldados y conquista la
posiciôn, pero poco después la hemorragia
le desvanece. En una Camilla es
transportado al puesto de socorro, donde fue
atendido por el Capitân médico don Enrique
Blasco Salas.
Predominan vistas
contemporâneas del
paisaje marroqui donde se
supone que tuvo lugar la
batalla.
II
El entonces Capitân es hoy Coronel, y
vamos a pedirle ayuda para poder rememorar los detalles de aquel trascendental
suceso.
- Doctor Blasco Salas, ^donde recibiô usted
al herido?
- Encima de Ceuta, en la câbila de Enciefa,
en el poblado moruna de Biutz, precisamente en la Loma de las Trincheras.
- ^Fue el combate muy violento ?
-Fue un combate demasiado violento.
Hubo 247 bajas y se ganô la batalla. En una
intensa lluvia de balas, Franco cogiô un fusil
y empezô. . . y al ir a disparar cayô herido, y
unos Regulares de él lo trajeron al puesto de
socorro, que estaba cerquita, se lo euro y se
le mandô a Cudia federico.
- ^Cuâl fue su diagnôstico antes de reconocerle ?
Iras haber mostrado una
fotogrqfïa del «entonces
Capitân», la câmara
pénétra en el despacho del
Doctor Salas donde tiene
lugar la entrevista.
EL COMBATE DEL BIUTZ EN FRANCO ESE HOMBRE
297
III
-^Puede usted decimos, doctor Blasco
Salas, en que consistiô esa herida calificada
por usted y otros medicos como milagrosa?
-Pues hay que venir aqui y ver la
radiografïa que se hizo y que se archiva.
Pulmones y el vientre ; y este es el
diafragma. La bala le interesô por el vientre,
siguiô al higado, pero estaba Franco en
inspiraciôn forzada, o sea que el diafragma
se levantaba para arriba y la bala rozô el
diafragma por abajo y saliô por atrâs, pero
claro, si Franco tiene una inspiraciôn
natural, una respiraciôn, no inspiraciôn,
pues la bala le hubiese atravesado el higado
y se hubiera quedado muerto.
La câmara sigue al doctor
que se levantay empieza a
ensenar la radio del
vientre de Franco.
IV
De la dureza de aquel combate nos da idea el
elevado numéro de bajas que tuvimos. La
muerte estaba alli para todos. También para
Franco. Pero este sonriente Capitan, tan
repetidamente ofrecido a las balas, parecia
tener, en efecto, lo que los moros que
mandaba llamaban en su lengua «baraka»;
«tener baraka» es para ellos tener la
protecciôn de las fuerzas prodigiosas.
Montaje de imâgenes de
archivo.
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