Estrategias frente a los desastres: 2 Gabriela Vera Cortés Larga historia de desastres en México L En la Colonia resultaban comunes las a historia de México está llena de procesiones, novenarios, rogativas y ple- amores y desamores, alegrías y tris- garias a varios santos, cuyas imágenes tezas, solidaridades y traiciones, be- eran sacadas de los templos cada vez que llezas y singularidades. En este país de había preocupación o “necesidad” de los enorme riqueza cultural existe también habitantes a causa de sequías, inundacio- una larga lista de desastres y dolor aso- nes, epidemias y cualquier manifestación ciados con fenómenos naturales: inunda- considerada extraordinaria, por parte de ciones, sequías, huracanes, sismos… Tan la naturaleza y de Dios mismo. Fue un pe- larga es esta lista, que marca las historias riodo vinculado a una concepción religiosa de vida de muchas poblaciones, y ha dado cristiana que conducía la moralidad públi- lugar a que las diferentes autoridades y ca y estaba fuertemente permeada por la la población hayan implementado un con- idea de que lo sobrenatural intervenía en MXQWRGHHVWUDWHJLDVTXHVHKDQPRGL¿FD- la vida cotidiana. Además, era evidente la do e incrementado cada vez que un nuevo corrupción y avaricia de ciertos sectores, desastre desborda los límites de su con- así como una notable desigualdad jurídi- cepción y experiencia. ca, económica, política y social; todo esto En una revisión de siglos pasados so- aunado a las manifestaciones cíclicas de la bre la presencia de desastres en la historia naturaleza, provocaba una gran vulnerabi- de México, se pueden encontrar diversas lidad en buena parte de la sociedad. disposiciones legales y a veces inerciales por las autoridades prehispánicas, colo- Control social en épocas de calamidades niales y de tiempos de la Independencia. La población india representaba la fuerza de Para quien pueda interesarse por datos trabajo; ellos eran quienes daban sus vidas más concretos, me basé en gran parte en en la extracción de minerales y metales en catálogos sobre desastres agrícolas coor- las minas, y también trabajaban en la tierra dinados por los académicos Virginia García del encomendero y después del hacendado; y Antonio Escobar, así como en materiales funcionaban como instrumento y fuente de de los historiadores Enrique Florescano y riqueza. En ese contexto, se hizo necesa- América Molina, entre otros autores. rio buscar mecanismos de control social, y que fueron propuestas y llevadas a cabo Resulta claro que la atención de un de- se instauraron propuestas para mantener el sastre por parte de la sociedad depende de orden y evitar sublevaciones u oleadas mi- la concepción que ésta tiene sobre el even- gratorias, que eran frecuentes durante las to, y las concepciones van cambiando con calamidades (término utilizado en ese pe- el tiempo. En épocas pasadas, permeaba la riodo para referirse a los desastres). idea de que la causa de los desastres tenía Durante las crisis agrarias, la gente del un origen divino, debido al capricho o cas- campo migraba a las ciudades, a las hacien- tigo de las diferentes deidades concebidas das, o se perdían en el monte; eran mo- en la época prehispánica; o bien, durante vimientos de población que se podían ver el periodo colonial, como castigo por el mal como un recurso para evadir el hambre y la comportamiento del ser humano y sus mu- pobreza. También ocurrían amotinamientos chos pecados ante el dios católico. y revueltas, sobre todo cuando había espe- de la Colonia a nuestros días 3 Ya desde el siglo XVI hay evidencia clara de que virreyes u obispos repartían alimentos y ropa a la llamada población menesterosa. Las diferentes autoridades a lo largo de la historia del país han heFKRORPLVPRFRQHOÀQGHPDQWHQHUODHVWDELOLGDG\GHTXHWRGR se conserve como estaba antes del desastre; sin embargo, volver a las condiciones previas puede dar lugar a un nuevo desastre. ejército no sólo para facilitar el apoyo a la po- culación y algunos comerciantes escondían México), entre otros lugares, y se vendían rona dispusieran una serie de medidas los granos para venderlos más caros. a sí mismos o a sus descendientes. que mitigaran el hambre, pero también blación, sino para garantizar el orden. Estrategias durante la Colonia Durante la Colonia, la preocupación por PDQWHQHUHORUGHQVRFLDOIXHPRWLYRVX¿ciente para que las autoridades de la Co- Antes de la llegada de los españoles a Los movimientos poblacionales a causa cualquier resquebrajamiento del orden so- la Nueva España, las migraciones también de desastres se siguen realizando hasta la cial, derivado de las calamidades. Algunas eran una respuesta a los desastres. Por fecha; ejemplo de ellos fueron las migracio- de estas medidas fueron las siguientes: ejemplo, cada vez que se presentaba una nes derivadas del huracán Paulina en Oaxa- larga sequía, los emperadores solían abrir FDHQRSRUHOKXUDFiQ6WDQHQ&KLDSDV gularmente excesivos –pagos que debían sus trojes y suspender los tributos a súb- HQ(VWDVPRYLOL]DFLRQHVKDQVLGRXQD hacerse a las autoridades administrativas ditos y vasallos, y hasta les daban liber- estrategia de sobrevivencia de las poblacio- e incluso eclesiásticas–, podían ser eximi- tad para que buscaran donde abastecerse nes, aunque en ocasiones han sido coordi- dos durante meses y aun años. de alimentos. Un acontecimiento relevan- nadas por autoridades gubernamentales que Control de la especulación. Las autorida- te fue que en los siglos XV y XVI, durante no siempre consideran todos los elementos des buscaron impedir que los comercian- periodos largos de sequías, oleadas de na- para tomar las mejores decisiones en cuanto tes y hacendados guardaran las semillas huas del centro del país migraron a la pro- a la reubicación. Por otra parte, en los sitios para luego venderlas más caras, así que vincia del Totonacapan (hacia el Golfo de de desastre, es frecuente la intervención del por medio de la circulación de bandos o Suspensión de tributos. Los tributos re- reglamentos intentaron controlar la especulación e investigar qué personas podían estar escondiéndolas. Construcción de alhóndigas y pósitos (almacenes de granos en general). Ante las crisis agrícolas y epidémicas se introdujeron dos instituciones ubicadas preferentemente HQODVFLXGDGHVFX\D¿QDOLGDGIXHPDQWHner el abasto de maíz en época de carestía. Siembras ordinarias obligatorias. Los campesinos tenían la obligación de sembrar en la tierra que se les había repartido, con la intención, según las autoridades, de evitar escasez. Pero muchos naturales no tenían tiempo debido al exceso de tributos y de servicios que estaban obligados a dar a las diferentes autoridades, fuera la justicia, clérigos o encomenderos. Fondos públicos. Las autoridades buscaron diferentes formas para abastecerse durante las calamidades e incluso idearon algunos mecanismos de prevención. Entre otras MARCO ANTONIO GIRÓN disposiciones, se enviaban emisarios para la 4 compra de bastimentos o provisiones a otras provincias. En diversas ocasiones, el gobierno utilizó fondos para que se atendieran las necesidades causadas por calamidades. Obras hidráulicas. Así como se les obli- tuviera una continuidad, ya que a los enco- gaba a los naturales a ir a las minas y a menderos y posteriormente a los grandes las tierras del encomendero, también ha- hacendados no les convenía que la pobla- cían servicio en la construcción de diques, ción muriera por inanición o se perdiera en albarradas, bordos, limpieza de acequias y otras provincias. En el caso de la península otras obras de mayor envergadura. de Yucatán, tampoco convenía que los ma- Juntas de caridad. Algunos virreyes y ar- yas se internaran en la selva durante meses OHGDQXQSHU¿OFDUDFWHUtVWLFRDORVVHFWRUHV zobispos aportaron dinero, alimentos y en busca de comida, pues los españoles se vulnerables y al desastre mismo, por lo que bastimento en general, para el apoyo de TXHGDEDQVLQVX¿FLHQWHIXHU]DGHWUDEDMR muchas soluciones estarían ligadas a elevar necesitados. A veces enviaban el dinero di- Por otro lado, ya desde el siglo XVI hay la calidad de vida de la población. Entonces, rectamente al ayuntamiento, o bien, en- HYLGHQFLDFODUDGHTXHODV¿JXUDVGHDXWR- es fundamental la respuesta que las propias tregaban semillas y en otras ocasiones ridad, como virreyes u obispos, repartían autoridades puedan aportar para lograr la paseaban entre la población repartiendo co- alimentos y ropa a la llamada población mitigación de futuros desastres. mida. Se formó también, por disposición menesterosa. Esto continuó durante el Mé- Es preciso enfatizar que tanto en el pe- R¿FLDO\FXDQGRODVDXWRULGDGHVQRWHQtDQ xico independiente, y las diferentes autori- riodo prehispánico como en el colonial se IRQGRV VX¿FLHQWHV XQD OLVWD GH SHUVRQDV dades a lo largo de la historia del país han presentaron condiciones de vulnerabilidad pudientes para solicitarles donar maíz y hecho lo mismo, sin olvidar el trabajo de social distintas de las actuales, que tendrán dinero. Las juntas eran dirigidas por per- las damas de sociedad en el reparto de que ser explicadas en función de las con- sonas consideradas como “honorables”, bienes para atender las necesidades más diciones socioeconómicas y políticas im- frecuentemente representadas por cabil- HVHQFLDOHVFRQHO¿QGHPDQWHQHUODHVWD- perantes. Hoy en día, ciertas políticas de dos, eclesiásticos, ganaderos y hacenda- bilidad y de que todo se conserve como es- desarrollo han profundizado los problemas dos, quienes después se encargaban de taba antes del desastre. En este sentido, es causados por desastres. Un ejemplo, entre solicitar a la población pudiente apoyos en común que en la reconstrucción de los da- muchos otros, son las graves inundaciones especie y en moneda. ños se haga un gran esfuerzo en regresar a HQ7DEDVFRHQ\6HWUDWD Mendigos como fuerza de trabajo gra- las condiciones previas, sin considerar que de un estado que normalmente es afectado tuita. Ante las calamidades, mucha gen- esas mismas condiciones probablemente por el agua, debido a su ubicación geográ- te migraba y se dirigía a las ciudades; al darán lugar a un nuevo desastre. ¿FDIRUPDSDUWHGHGRVFXHQFDVLPSRUWDQ- llenarse éstas de mendigos, en especial la Actualmente ya no domina la idea de tes, la del río Grijalva y la del Usumacinta, Ciudad de México, el Virrey Bernardo de que las “calamidades” tienen un origen di- y es un espacio de ciénagas y lagunas. De- Gálvez pensó que una forma de mante- vino, pero es común que las sigamos ligan- bido al desarrollo económico de la entidad nerlos ocupados y evitar robos o subleva- do sólo a la naturaleza, como eventos que y al crecimiento poblacional por la gente ciones era aprovechar su mano de obra no podemos controlar, así que por lo ge- que llega en busca de trabajo, se han de- para construir obras arquitectónicas o hi- neral, gran parte de las medidas que se forestado grandes zonas, se han rellena- dráulicas, y el pago era la comida diaria. establecen en torno a ellos siguen enfocán- do ciénagas y pantanos, se han desviado Las mujeres eran enviadas a sus casas o dose a paliar las necesidades de los damni- ríos, entre otras acciones que han resulta- en todo caso, a un hospicio. ¿FDGRVGHVSXpVGHORVSHUFDQFHV$SHQDV do desafortunadas por no contar con la de- Medidas sanitarias. Construcción de en las últimas décadas está empezando a bida consideración de riesgos. hospitales, cierre de caminos o cuarente- considerarse la participación social en la Los desastres, entonces, son producto na por epidemias. reducción de los riesgos ante los desas- de todo un proceso social, político y econó- Reubicación por desastres. Varias ciuda- tres, destacando la importancia de la pre- mico, y la prevención y mitigación de sus des de nuestro país y pueblos enteros fue- vención, de la valoración de las estrategias efectos depende también de diversos fac- ron reubicados después de una calamidad. que las propias poblaciones han desarro- tores, entre ellos, la propia experiencia de llado, y partiendo de que los desastres son las comunidades humanas para sobrevivir, El ejemplo de Tabasco provocados más por la vulnerabilidad de la junto con adecuadas políticas públicas y la Las medidas implementadas por las di- población que por los fenómenos naturales conciencia de que los riesgos pueden ser ferentes autoridades españolas, civiles y en sí mismos. reducidos y aun evitados. religiosas, dieron una respuesta a las pre- Hay que enfatizar que varios elementos ocupaciones tanto espirituales como físicas de la vulnerabilidad social están dados por de los habitantes y permitían que la vida procesos socioeconómicos y políticos que Gabriela Vera es investigadora del Departamento de Sociedad, Cultura y Salud, ECOSUR Villahermosa ([email protected]). 5