Análisis pragmaestilístico de las novelas

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Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas
Facultad de Humanidades
Departamento de Lingüística y Literatura
Trabajo de Diploma
Análisis pragmaestilístico de las novelas El corazón de
Voltaire y El silencio de Galileo, de Luis López Nieves
Autora: María Caridad Pérez Díaz
Tutoras:
MsC. Adriana Pedrosa Ramírez
MsC. Aliney Santos Gallardo
Año 2014
Dedicatoria
A Samy, porque cuando todos perdieron la fe,
tú jamás dejaste de creer en mí.
Agradecimientos
A mi mamá y mi papá, porque todo esfuerzo siempre les pareció
poco para ayudarme a cumplir mis sueños
A mis tutoras, Adriana y Aliney, por su entrega, su dedicación y
sobre todo su paciencia.
A mi tío, porque desde que “este bicho habla” siempre ha tenido su
apoyo incondicional.
A Albe, porque a pesar de las constantes discusiones, mi hermano,
siempre está ahí para mí.
A Yeny y sus dos “angelitos”, porque sin mis tres niños nada tiene
sentido.
A las pelusas: Nory, Yine y Zaida, por las muchas risas, los buenos
ratos y esta amistad que ya se muere con nosotras.
A Grise y Lisdán, Gise, Humbe y Clarita, porque la vida me premió
al dármelos por familia, así los siento.
A Yamy, porque a esta amiga le debo gran parte de lo que soy.
A Lisva, porque le tocó la peor parte: soportar mi mal humor y mis
histerias sin quejarse.
A todos mis profesores, unos por ayudarme a crecer y otros por
darme la posibilidad de demostrarle que sí podía.
Resumen
La presente investigación tiene como objetivo describir los recursos que caracterizan
pragmaestilísticamente las novelas, El corazón de Voltaire y El silencio de Galileo, de
Luis López Nieves. El primer capítulo muestra las consideraciones teóricas y
metodológicas necesarias para el estudio. Primeramente, aborda la definición entre
estilística y pragmática y su relación, además, hace referencia a las investigaciones que
sirvieron como antecedentes. Más adelante expone las principales nociones sobre el
correo como tipología textual, el léxico, la deixis como categoría de la pragmática y los
enunciados imperativos e interrogativos. También se refiere a algunas cosideraciones
sobre el autor y las novelas que se estudian y sobre la metodología empleada. El
segundo capítulo realiza un análisis pragmaestilístico de los elementos empleados con
recurrencia en ambas novelas, así como de los valores que estos aportan al texto en la
conformación de un estilo particular.
Índice
Introducción ...................................................................................................................... 1
Capítulo I Consideraciones teóricas y metodológicas para el estudio de los recursos
pragmaestilísticos en las novelas de Luis López Nieves .................................................. 6
1.1 Estilística y pragmática. Definición y relación ....................................................... 6
1.1.1 Principales antecedentes en los estudios estilísticos y pragmáticos ............. 14
1.2 El correo electrónico como tipología textual........................................................ 16
1.3 El léxico: conceptos oportunos para la investigación .......................................... 18
1.4 La deixis como categoría de la pragmática .......................................................... 22
1.5 Relación entre oración y enunciado. Los enunciados imperativos e interrogativos
.................................................................................................................................... 24
1.5.1 Los enunciados imperativos .......................................................................... 25
1.5.2 Los enunciados interrogativos ...................................................................... 27
1.6 Acerca del autor y las novelas que se estudian ..................................................... 28
1.7 Metodología .......................................................................................................... 33
Capítulo II: Análisis pragmaestilístico de las novelas El corazón de Voltaire (2005) y El
Silencio de Galileo (2009) .............................................................................................. 36
2.1 Características generales de las novelas ............................................................... 36
2.2 Análisis del léxico empleado en las novelas ........................................................ 40
2.3 El uso de los elementos deícticos en las novelas .................................................. 47
2.4 Análisis de los enunciados imperativos presentes en las novelas ........................ 51
2.4.1 El modo imperativo en su forma simple ........................................................ 51
2.4.2 Formas negativas del modo imperativo ........................................................ 52
2.4.3 Formas verbales del modo imperativo con pronombre enclítico .................. 53
2.5 Análisis de los enunciados interrogativos ............................................................ 54
2.5.1 Interrogativas parciales introducidos por pronombres ................................ 55
2.5.2 Interrogativas parciales introducidas por adverbios .................................... 58
2.5.3 Interrogativas parciales introducidas por Formas Verbales ........................ 59
2.5.4 La interrogación retórica .............................................................................. 60
2.5.5 Apéndices interrogativos o muletillas interrogativas.................................... 62
Conclusiones................................................................................................................... 65
Recomendaciones ........................................................................................................... 67
Bibliografía ..................................................................................................................... 68
Anexos
Introducción
A pesar de que los estudios estilísticos han abierto el camino en cuanto al análisis del
texto literario, es visible que aún resultan insuficientes las investigaciones de este tipo,
realizadas a obras narrativas del Caribe. Teniendo en cuenta el desafío que esto supone
para la literatura caribeña más contemporánea se pretende con la presente investigación
cubrir un espacio vacío que persiste sobre esta temática. Demostrar el estilo y los
valores comunicativos que pueden atribuirse a la escritura de Luis López Nieves en sus
novelas El corazón de Voltaire (2005) y El silencio de Galileo (2009) es la tarea que se
propone la presente investigación.
Estas novelas se inscriben en la modalidad literaria denominada Nueva Novela
Histórica, la cual tiene características que la distinguen de la novela histórica tradicional
debido a lo que Viviana Plotnik (citada por Giada Biasetti, 2009) identifica como un
cambio de perspectiva y una falta de fe en las grandes narrativas.
Las obras que se asocian a dicha modalidad intentan construir un discurso que desdibuje
los límites entre ficción y realidad; para ello se valen del empleo de recursos lingüísticos
que son novedosos para la tradición literaria. Las dos novelas objeto de estudio han sido
asociadas a esta modalidad. Su autor es uno de los más reconocidos en la narrativa
actual puertorriqueña y, en su intento por cuestionar la validez del discurso histórico
oficial, ha incorporado a sus obras de ficción elementos que tradicionalmente no
pertenecen al género.
El autor de las novelas estima la historia lo suficientemente subjetiva como para
cambiarla.1 Esto lo lleva a crear obras literarias con técnicas y mecanismos lingüísticos
para confundir el plano que representa la realidad con el imaginario. Para esto López
Nieves se vale de dos personajes que tienen un referente real en las historias —Voltaire
y Galileo—, que como personajes ficticios de las novelas El corazón de Voltaire (2005)
y El silencio de Galileo (2009), respectivamente, hacen cuestionarse al lector dónde se
encuentra la verdad de lo narrado.
1
En este sentido, el propio Luis López Nieves ha planteado: «He dedicado toda mi vida a buscar la
verdad histórica, pero me tomé esta pequeña licencia para escribir la historia que me conviene. Todos los
historiadores lo han hecho y lo hacen. Cuando la realidad molesta demasiado, simplemente se cambia. ¿A
quién le hace daño?», disponible en: www.ciudadseva.com/obra/2006/09/05sep06.htm
1
Debe decirse que, si bien Luis López Nieves no es el primer escritor que utiliza este
formato de novela epistolar, sí lo hace con un estilo muy propio y ameno, al emplear el
correo electrónico para sus narraciones. Al realizar una pesquisa bibliográfica, se ha
visto que existen algunos trabajos donde se analiza la obra de Luis López Nieves; sin
embargo ninguno profundiza en las cuestiones pragmaestilísticas de sus novelas. Este
argumento es el que ha movido nuestro interés por estudiar el estilo de dos de sus
novelas, siguiendo uno de los enfoques de la lingüística actual: el pragmático.
De igual manera debe decirse que no se pueden ver estas novelas únicamente como
cuestionadoras de la historia oficial, pues traen consigo, además, la esencia que
caracteriza a los seres humanos estableciendo jerarquías de poder y conocimiento entre
los personajes, que rigen el mundo entero, tanto en nuestra realidad latinoamericana
como en la europea.
Es significativo el hecho de encontrar a un escritor latinoamericano describiendo otra
realidad, la europea, e intentando además simular esta realidad desde el lenguaje, que se
logra, entre otros recursos, al utilizar extranjerismos de las lenguas que emplea en la
conformación de los personajes de sus novelas.
Luis López Nieves desde el intercambio de correos electrónicos configura la
personalidad de cada uno de los personajes refractando en sus parlamentos la visión e
ideologías de cada uno de ellos. Mediante el léxico que emplea y las combinaciones
sintácticas y semánticas recrea una visión crítica de la especie humana. Es fácil
distinguir la ironía, la parodia, los formalismos convencionales, los registros
profesionales y hasta las jerarquías sociales mediante el empleo de estructuras
recurrentes en las que se evidencian los distintos actos de habla.
La utilización de una estructura de e-mails para narrar ambas novelas tributa a la
sencillez y agilidad que se puede apreciar en cada narración, elementos que presentan la
dimensión más cercana a la realidad que intentan refractar las dos novelas.
El elemento básico en la conformación de ambas obras es la intriga, que va siendo
sostenida a lo largo de toda la narración mediante las interrogaciones; las cuales además
de mantener la tensión de la trama, traen consigo múltiples valores comunicativos que el
lector tendrá que decodificar.
2
Disímiles han sido los estudios estilísticos realizados en las dos últimas décadas en Villa
Clara, pero en su mayoría a obras poéticas, tal como se presenta en el Estudio estilístico
de la entonación en la poesía versolibrista perteneciente a Las breves tribulaciones, de
Norge Espinosa; trabajo de diploma realizado en el 2011 por Noel Alejandro Miranda
Agüero. Otros trabajos fueron: la tesis de maestría de Yaimara Diéguez Pérez, Análisis
de los recursos sintáctico-estilísticos en el poemario En lo callado de la hoguera, de
Mireya Piñeiro Ortigosa. Uno de los estudios que nos sirvió de más apoyo como
antecedente en la investigación, por la interrelación con el tema en cuanto a cuestiones
teóricas, fue el realizado por Yoelvis Lázaro Moreno Fernández (2011), El estilo en las
crónicas periodísticas de Juventud Rebelde. Análisis desde el nivel léxico.
Otros antecedentes que sirvieron de base a esta investigación fueron, la tesis de
maestría Caracterización lexical de textos periodísticos de José Lezama Lima, de
Gonzalo Méndez Vázquez, así como el trabajo de diploma Acercamiento estilístico a la
obra poética de Nancy Morejón en Cuerda Veloz: los recursos léxico-semánticos, de
Yudisleisy Ramona González Rodríguez. Asimismo, sobre el estilo en los estudios
lingüísticos, la tesis de maestría Sistema de puntuación y estilo en las novelas de José
Saramago traducidas al español y publicadas en Cuba, de Yamilé Pérez García ayudó a
definir algunas consideraciones teóricas sobre la estilística por las cuales se rige esta
investigación.
Los análisis pragmáticos, sin embargo, resultan poco tratados. Aun cuando teóricamente
han sido numerosos los trabajos consultados sobre esta temática,2 la aplicación de sus
postulados ha sido escasa. Los principales resultados se han obtenido del análisis de
conversaciones espontáneas, como por ejemplo el estudio del lenguaje del chat, la
interacción alumno-profesor, entre otras, pero los abordajes desde la pragmática a obras
de la literatura son reducidos. Entre los antecedentes consultados se encuentra la tesis de
licenciatura titulada Propuesta de un análisis semántico-pragmático de El presidio
político en Cuba (1871) de José Martí, de Diliana Miyar Sánchez.
Asimismo, no se ha podido constatar la existencia de investigaciones que se preocupen
por una interiorización en las particularidades pragmaestilísticas —de obras narrativas,
mucho menos— de las que se vale Luis López Nieves para construir sus textos. Por eso,
la principal motivación del presente trabajo está relacionada con la necesidad de indagar
2
Entre ellos Stephen Levinson (1989), Graciela Reyes (1994) y María Victoria Escandell (1996).
3
sobre los principales rasgos pragmaestilísticos que logran particularizar la escritura de
López Nieves en dos de sus novelas: El corazón de Voltaire y El silencio de Galileo.
Para ello se ha planteado el siguiente problema científico:
¿Qué recursos pragmaestilísticos configuran el estilo en las novelas El corazón de
Voltaire y El silencio de Galileo, de Luis López Nieves?
Con el fin de dar solución a la anterior interrogante se proponen los siguientes objetivos.
Objetivo general:
Describir los recursos que caracterizan pragmaestilísticamente las novelas, El corazón
de Voltaire y El silencio de Galileo, de Luis López Nieves.
Objetivos específicos:
1- Determinar los recursos pragmáticos más relevantes presentes en las novelas.
2- Explicar el funcionamiento de los recursos pragmáticos en la configuración
estilística de las novelas.
El aporte teórico del presente trabajo consiste en la ampliación de los estudios
pragmaestilísticos en obras narrativas de la contemporaneidad latinoamericana. La
aplicación práctica de la investigación radica en el hecho de que los resultados arrojados
se pueden incorporar a la enseñanza universitaria y a profesionales cuya labor requiera
de la ampliación y actualización constantes de conocimientos de nuestra literatura
caribeña.
El presente trabajo se estructuró en dos capítulos; en el Capítulo I se presentan los
principales presupuestos de la Estilística y del estilo, así como las polémicas
definiciones que se han emitido de ambos. Además, se define la pragmática y se
establece su relación con la estilística. También se reseñan y analizan los principales
antecedentes en los estudios estilísticos, sobre todo en nuestro país, y específicamente
en nuestra universidad. Se dedicó un epígrafe también a profundizar en los elementos
pragmaestilísticos que se analizarán, entre ellos: la deixis, los enunciados imperativos e
interrogativos. El último epígrafe se dedica a las cuestiones acerca del autor y las
novelas que serán estudiadas.
En el Capítulo II se parte del análisis de la estructura general de las dos novelas, que
tiene como principal característica el empleo del correo electrónico y, además, se realiza
4
un estudio pragmaestilístico teniendo en cuenta el léxico que se utiliza, el uso de los
elementos deícticos en las novelas y los enunciados imperativos e interrogativos.
5
Capítulo I Consideraciones teóricas y metodológicas para el
estudio de los recursos pragmaestilísticos en las novelas de
Luis López Nieves
1.1 Estilística y pragmática. Definición y relación
Sobre estas dos disciplinas se han emitido diversos criterios y definiciones.3 En este
epígrafe se han sintetizado los postulados fundamentales y seleccionado aquellos
encaminados a justificar y apoyar el análisis que propone la presente investigación.
Estas definiciones han girado en torno a diferentes puntos de vista. Cada investigador y
teórico ha atendido a uno u otro criterio según sus intereses particulares, sin obviar que
cuando se habla de estilo, se ve implicado no solo lo lingüístico sino también lo
subjetivo, lo relacionado con lo estético, con el gusto, con las emociones.
En la obra de Oswald Ducrot y Tzvetan Todorov, Diccionario enciclopédico de las
ciencias del lenguaje (1974), Todorov establece algunas de estas opiniones encontradas,
al analizar las direcciones tomadas por Charles Bally y Leo Spitzer. En este sentido,
Todorov plantea:
La primera Estilística, la de Charles Bally (1905) ante todo, es descriptiva, y no
normativa; por lo demás, no se ocupa de los escritores o siquiera de la literatura
en general. Bally quiere hacer la estilística de la lengua, no de las obras
literarias. Partiendo de la idea de que el lenguaje expresa el pensamiento y los
sentimientos, considera que la expresión de los sentimientos constituye el objeto
propio de la estilística. Lo cual equivale a decir que el interés de la estilística no
es el enunciado, sino la introducción de la enunciación en el enunciado. Bally
distingue dos tipos de relaciones, que llama los efectos naturales y los efectos
por evocación: los primeros informan sobre los sentimientos experimentados por
el hablante; los segundos, sobre su medio lingüístico. Según Bally, esos efectos
se obtienen mediante una elección consciente en el ámbito léxico y, en grado
menor, en el sintáctico. Ambos poseen formas idénticas en cuanto a la expresión
del pensamiento, pero son de una afectividad expresiva diferente (:93).
A esta concepción de Bally contrapone la de Leo Spitzer, otro gran iniciador de la
estilística moderna, que aparece según él unos diez años después. «Durante un primer
período, Spitzer procura establecer una correlación entre las propiedades estilísticas de
un texto y la psiquis del autor, en un segundo período, Spitzer abandona la idea de un
autor exterior al texto y describe únicamente el sistema de procedimientos estilísticos
presentes» (: 93).
3
Entre los autores que han definido la estilística se encuentran Oswald Ducrot y Tzvetan Todorov (1974),
Roberto Fernández Retamar (1976), B. Sandig y M. Selting (1997), etc.
6
Según Todorov, la noción de hecho estilístico es más amplia en Spitzer que en Bally.
Las ideas de Spitzer pueden referirse tanto al pensamiento como a los sentimientos.
Continúa afirmando que «lo que distingue el hecho estilístico es más bien su modo de
existencia en el texto: impresiona al lector (al crítico) de maneras diversas, ya porque es
demasiado frecuente, ya porque es injustificado en su contexto, ya porque está
desmesuradamente acentuado, etc. En el curso de los dos períodos, Spitzer se atiene al
análisis de las obras y nunca procura construir el sistema estilístico de una lengua. Esta
actitud (llamada a veces New Stylistics) encontró después frecuentes adeptos».
Resume Todorov que ambas actitudes prefiguran la ambigüedad de la actual
investigación estilística y la define entonces asumiendo que «su objeto sería
exclusivamente todo lo que se relaciona con lo que hemos definido como el aspecto
verbal del texto» (: 95).
Otro de los grandes teóricos que ha tratado esta polémica cuestión es Roberto Fernández
Retamar en su libro Idea de la estilística (1976) definiéndola como «el estudio de lo que
haya de extralógico en el lenguaje» (: 11). Y entiende así que para una comprensión
cabal de los hechos lingüísticos hay que partir de esta ciencia. En esta obra Retamar
asume que la estilística desempeña tres funciones diversas: la función representativa, la
apelativa y la expresiva. Comprende este autor que estas dos últimas funciones son
constituyentes del aspecto extralógico del lenguaje, viéndolas así como el objeto de
estudio de la estilística, y donde privilegia la función expresiva.
Retamar analiza la postura tomada por Vossler, la de mantener la lengua y el habla
dentro de estos estudios, asumiendo que fue Vossler «el que permitió llevar la estilística
más allá de los límites impuestos por la lengua (lo social, es decir, lo impersonal) y
trascender hacia lo individual, lo que merece el nombre de estilo» (: 15).
El hecho de no establecer una separación tajante entre habla corriente y habla literaria es
uno de los criterios que Retamar comparte con Vossler y a partir de ahí establece la
siguiente definición: «la estilística, después de realizadas búsquedas cuidadosas e
imprescindibles en la lengua, se acerca precisamente a aquellas creaciones del habla en
que la atención expresiva es mayor; en que el hombre hace menos concesiones a la
lengua, lucha por no ser sorbido por el anonimato, peso muerto, y frente a él levanta su
realidad, su expresión, su estilo. En la literatura, más cuajada de estilo, haya su felicidad
la estilística» (: 19).
Otros estudios más recientes abordan la estilística, considerando que es una disciplina
que puede ser estudiada desde múltiples perspectivas. En este sentido, B. Sandig y M.
Selting (1997) definen cinco líneas en las que se divide la estilística. Sus
consideraciones se resumen a continuación:
1. Estilística tradicional: clasifica los rasgos estilísticos de una lengua dada, con un
enfoque marcadamente estructuralista. En esta línea aparecen autores como Geoffrey
7
Leech y Michael Short. Se determinan, también, los estilos de los textos literarios con
métodos también estructuralistas; las figuras más representativas aquí son Roman
Jakobson, Claude Lévi-Strauss, Michael Riffaterre y Francisco Rodríguez Adrados. Con
estas mismas herramientas, la escuela de Praga trabajó con mayor énfasis en la
clasificación y descripción de todo tipo de estilos —científico, administrativo,
periodístico, coloquial—, mientras que la escuela de Europa occidental se interesó
específicamente en el texto literario.
2. Estilística pragmática: estudia, en los textos orales y escritos, cómo se componen
en forma recurrente determinados actos de habla, y describe los rasgos de realización de
estos actos de habla.
3. Estilística de la lingüística textual: se ocupa de «determinadas elecciones de
palabras, de estructuras de oración recurrentes o de diferentes tipos de conexiones entre
oraciones» y se dedica «al estudio de aspectos de los textos que resultan pertinentes en
términos de estilo, como por ejemplo, la descripción y comparación de las convenciones
estilísticas de los tipos textuales» (Ídem: 215).
4. Estilística sociolingüística: vincula el estilo y las categorías sociales para realizar un
estudio de las funciones del habla y la competencia lingüística.
5. Estilística de la interacción: estudia específicamente la conversación, con énfasis en
la descripción de la negociación entre el destinatario y el emisor, la descripción del
destinatario, las señales de contextualización y los estilos de interacción.
Como se ha visto, estas variadas perspectivas, privilegian unas veces la obra literaria y
otras, se centran en el estudio del texto oral, específicamente, la conversación.
Además de las cuestiones referidas a la estilística debe definirse el concepto de estilo
como núcleo de esta disciplina. Kayser es uno de los teóricos que aborda la cuestión del
estilo en su obra Interpretación y análisis de la obra literaria (1970), aceptando el estilo
como la médula misma de la ciencia general de la literatura. Este parte, como la gran
mayoría de los teóricos que se han adentrado en esta ardua tarea, de las definiciones de
otros estudiosos; tal es el caso de la definición que da Dámaso Alonso al decir: «El
estilo es el único objeto de la crítica literaria, y la misión verdadera de la historia de la
literatura consiste en diferenciar, valorar, concatenar y seriar los estilos particulares» (:
361).
De la exposición y el análisis de los disímiles criterios acerca del estilo, Kayser
concluye que si bien hay muchos puntos en que divergen estas opiniones no se pueden
desconocer los aspectos que son comunes en ellas. De estos aspectos Kayser establece
dos concepciones de las cuales una es anticuada y la otra es la normativa que queda
fuera del ámbito de la literatura. Según el propio crítico ha manifestado:
8
La concepción de estilo que podríamos de nominar anticuada es la que
predominaba en los métodos de trabajo del siglo XIX y aún hoy lleva una
existencia nada oscura en algunos tratados populares. En último término, se basa
en la interpretación de la obra poética como algo “fabricado” conscientemente,
algo que no es más que lenguaje adornado y embellecido con determinados
recursos. Estos medios de embellecimiento son las conocidas “figuras” de la
retórica antigua (…) No ocurre lo mismo con la otra concepción de la
“estilística”. Sin duda también esta se aparta de la concepción de la ciencia de la
literatura, pero nunca puede quedar anticuada, porque corresponde siempre a las
necesidades actuales (: 362-363).
Kayser desecha la opinión de que el estilo solo puede ser expresión de una personalidad
humana, así como también la opinión de que el estilo no puede ser sino expresión de las
fuerzas emocionales del alma. Sin embargo, debe considerarse que aunque, ciertamente,
las emociones, al igual que la expresión de una personalidad humana no componen todo
el estilo, sí forman parte de este.
Por su parte, Tzvetan Todorov (1974) establece varios sentidos corrientes de la palabra
estilo para su definición; entre los que están:
1. Se habla de estilo de una época, de un movimiento artístico: el estilo
romántico, barroco, etc. Sería preferible referirse aquí a conceptos como
período, género, tipo.
2. Cuando se habla del "estilo de una obra", se entiende su unidad, su
coherencia: "esta obra tiene un estilo, aquella otra no lo tiene". Pero esta
categoría de unidad es demasiado general y abstracta para que pueda utilizársela
en el estudio de los discursos.
3. A veces se considera el estilo como un desvío con relación a una norma. Pero
no puede decirse que el estilo de Víctor Hugo sea un desvío con relación a la
norma de su tiempo: ante todo porque el establecimiento de esa norma plantea
problemas insuperables; además, porque lo que caracteriza a Hugo no es
forzosamente lo que lo distingue del uso corriente.
4. Es superfluo utilizar el término estilo para designar un tipo funcional del
lenguaje, por ejemplo el estilo periodístico, o administrativo, etcétera.
Definiremos más bien el estilo como la elección que debe hacer todo texto entre
cierto número de disponibilidades contenidas en la lengua. El estilo así
entendido equivale a los registros de la lengua, a sus subcódigos; a esto se
9
refieren expresiones tales como "estilo figurado", "discurso emotivo", etc. Y la
descripción estilística de un enunciado no es otra cosa que la descripción de
todas sus propiedades verbales (: 344).
Del mismo modo, Roberto Fernández Retamar (1976) analiza las tres acepciones
distintas que da Middleton Murry, en su libro El problema del estilo, que son:
1. Individualidad de expresión gracias a la cual reconocemos a un escritor,
2. Técnicas de expresión,
3. Fusión completa de lo personal y lo universal, la más alta conquista de la literatura.
Teniendo en cuenta estas concepciones de Middleton Murry , Retamar concluye:
El sentido actual de la palabra estilo queda así reservado a las otras dos
posibilidades (la primera y la tercera de las acepciones) pero no a una de ellas
solo: en verdad podría decirse que oscila de una a la otra: unas veces se toma en
el sentido de manifestación peculiar de alguien —sea quien fuere— ; otras, es
menester que ese alguien lo sea de veras: es decir, que tenga individualidad
suficiente y valiosa en grado tal como para dejar marcada con una impronta
peculiar y estimable toda obra suya. Por extensión se concede la tendencia de un
estilo a una época, a un círculo cultural, etc., de similares virtudes (: 80-81).
Esta conclusión a la que llega el estudioso cubano viene a completar las consideraciones
expuestas en la obra de W. Kayser.
Por su parte, Teun van Dijk en su obra La noticia como discurso. Comprensión,
estructura y producción de la información (1980) expone cuestiones acerca de la
denominación de estilo que resulta también de gran ayuda para un esclarecimiento del
término. Acerca del estilo dice van Dijk: «La posible selección de una variante provoca
una determinada característica de estilo, solo si existen alternativas. A continuación, el
estilo presupone implícitamente la comparación. Es perfil específico solo cuando se
compara con el estilo de otras situaciones o personas» (: 109).
Más adelante aclara que «dado que esta visión es actualmente obsoleta y todo uso del
lenguaje se reconoce hoy día como poseedor de un estilo, sigue siendo cierto que la
mayoría de las descripciones del estilo tienen implícita una perspectiva de
comparación» (: 109).
Esta aclaración de van Dijk que denomina “perspectiva de comparación” se encuentra
implícita en la mayoría de las descripciones de estilo y viene a fijar un patrón
fundamental en los estudios estilísticos. Si bien es cierto lo afirmado por el propio van
Dijk de que todo uso de lenguaje se reconoce como poseedor de un estilo, se incurriría
10
en un error si aceptamos que para establecer la definición de un estilo propio no se
necesita la “perspectiva de comparación”. Según el teórico «El estilo también puede ser
un señalador de detalles personales específicos del uso del lenguaje» (: 111).
Pueden resumirse estas ideas definiendo el estilo personal como el conjunto de detalles
estilísticos del uso del lenguaje (discurso) de una persona individual a través de
situaciones diferentes.
De igual modo, Jan Renkema (1996) habla de tres perspectivas acerca de del
estilo. Estas son:
1. Cuando el aspecto simbólico del lenguaje —su referencialidad— es central, el
estilo puede verse como una forma posible para un contenido específico.
2. Desde el ángulo del aspecto sintomático de la expresión —desde la
perspectiva del autor o del hablante—, el estilo puede percibirse como la
elección de formas o patrones específicos.
3. Desde el aspecto de señal de persuasión —desde la perspectiva del lector u
oyente— el estilo puede verse como una desviación de la expectativa dada.
Estas dos últimas interpretaciones de la cuestión del estilo son las que prevalecen en la
investigación estilística actual, debido a que el análisis de la obra literaria se centra en
las dos funciones del lenguaje que según Retamar constituyen el aspecto extralógico de
este.
Finalmente, Barbara Sandig y Margret Selting (1997) establecen que solo se puede
hablar de estilo en plural, entendiéndolo como las variantes disponibles al formular un
discurso. Y explican que:
Nuestro concepto de estilos cubre cualquier tipo de variaciones significativas en
el discurso escrito y oral. Por estilo, entonces, entendemos los estilos literarios
(de diferentes períodos, autores o géneros), estilos escritos no literarios (como
los estilos de los diversos periódicos o revistas así como las variantes dentro de
un mismo periódico, por ejemplo el estilo de las noticias, de las secciones de
arte o literatura, o de los avisos publicitarios), y los diversos estilos del discurso
oral (: 207).
A los efectos de esta investigación es necesario comprender el estilo como la expresión
particular de cada autor, imprimiendo así en sus obras un sello único e individual que
hace de su escritura una marca prácticamente inconfundible, sin obviar el hecho de que
puede haber estilo también en una época cultural o en un grupo de individuos del mismo
grupo cultural.
11
Una vez analizados los diferentes criterios sobre los postulados de la estilística y las
diversas concepciones sobre la noción de estilo, debe analizarse la pragmática
concebida como disciplina que opera en estrecha relación con la primera.
De modo que, la mayoría de los autores coinciden en definir la pragmática como una
disciplina que tiene en cuenta tanto los factores lingüísticos como los extralingüísticos
que influyen en la interpretación de los significados de los signos. Al igual que con la
conceptualización de la estilística, diversos han sido los criterios al tratar de definir esta
disciplina.4 La pragmática es vista como un saber multidisciplinario en el cual
intervienen la semántica, la sociolingüística y la gramática, entre otras. Así lo afirma
Graciela Reyes (1994): «El significado que se produce al usarse el lenguaje es mucho
más que el contenido de las proposiciones enunciadas. Gesto, postura, tono de voz,
entonación, longitud de pausas, frases cortadas, todo significa, y muchos de estos
materiales pueden integrarse en una descripción lingüística» (: 21).
Por otro lado, tal y como explica Francisco Chico Rico (s/a) diferentes han sido los
objetos de atención de las diversas orientaciones pragmáticas; teniendo en cuenta las
consideraciones de Blanche N. Grunig, Chico Rico plantea que este distingue cuatro
tipos de pragmática diferentes. «En primer lugar habla de una pragmática indexical o
deíctica (o pragmática del hic y nunc), [...] que se ocupa, fundamentalmente, del estudio
de las expresiones deícticas o de las coordenadas espacio-temporales de la enunciación
en relación con el productor y el receptor, considerados como valores físicos» (: 27).
Además de este tipo distingue otros tres; ellos son: pragmática psicológica que focaliza
su objetivo hacia el hablante visto en sus procesos mentales; la pragmática de la
performatividad y los actos de habla, y la pragmática de grandes unidades (o
megapragmática), que se encamina hacia un análisis más global del texto.
El criterio de Teun van Dijk en su artículo La pragmática de la comunicación literaria
esclarece su postura sobre la pragmática al decir que esta es la parte del estudio del
lenguaje que centra su atención en la acción. Dicha acción fue definida en la década del
60 por Austin y Searle como acto de habla. En su artículo, van Dijk define actos de
habla como: «el acto llevado a cabo cuando un hablante produce un enunciado en un
tipo específico de situación comunicativa. Tal situación recibe el nombre de contexto» (:
172).
4
Entre ellos Stephen Levinson (1989) Graciela Reyes (1994), Teun van Dijk, María Victoria Escandell
(1996), etc.
12
Explica el teórico en esta definición el aspecto social de los actos de habla mediante los
cuales los miembros de una comunidad entran en interacción mutua. Asume también
van Dijk la relevancia especial que cobra el contexto dentro de los estudios pragmáticos.
El contexto es, dentro de la pragmática, un elemento clave ya que es a través de él que
se pueden comprender múltiples enunciados que de otra manera serían incomprensibles.
En este criterio van Dijk unifica los dos elementos claves de la pragmática para enunciar
su función: «la pragmática se ocupa de la formulación de las reglas según las cuales un
acto verbal es apropiado en relación con un contexto» (: 172).
El contexto según Xavier Frías Conde (2001) en su artículo Introducción a la
pragmática, «es definible como las circunstancias de la realidad en las que se desarrolla
un enunciado» aunque es importante aclarar que según el propio Frías Conde hay
distintos tipos de contexto aunque el de interés para la investigación es el que define
como: «contexto lingüístico: se le conoce también con el nombre de cotexto y se refiere
al material que precede o sigue a un enunciado» (: 6).
La visión de María Victoria Escandell en su libro Introducción a la pragmática (1996)
acerca de la relación entre la pragmática y la literatura es que las obras literarias se
apartan de otros tipos de discurso en cuanto a la comunicación:
Hemos visto cómo una parte central está ocupada por un proceso de
fictivización: se finge la comunicación, se finge la existencia de un emisor y un
destinatario, se fingen acciones y personajes, se finge una actividad ilocutiva…
la ficción debe, ser además, abierta, transparente. Para que ello sea posible, se
necesita una suspensión temporal de las reglas usuales que gobiernan los
intercambios comunicativos: quedan en suspenso los mecanismos de asignación
de referencia, los criterios que determinan la verdad de los enunciados y las
condiciones de adecuación que regulan los actos ilocutivos. Como consecuencia
de ello, y al no existir una situación compartida, se produce una inversión del
sentido habitual de los procesos de inferencia, que parten del texto para inferir
todo el contexto (: 214-215).
Al analizar los presupuestos básicos de estas dos disciplinas es perceptible que
ambas tienen la función común de ocuparse de la naturaleza lingüística y
extralingüística del texto y sus relaciones con el contexto. Por lo mismo, resulta
difícil establecer fronteras precisas.
13
Es por ello que hay teóricos que abogan por la desintegración de la estilística,
afirmación esta demasiado absoluta. El criterio de Leo Hickey (1987) es más integrador
al analizar el concepto de pragmaestilística, considerándola capaz de investigar «todas
las condiciones —lingüísticas y extralingüísticas, situacionales o contextuales— que
hacen que algunas reglas y posibilidades de la lengua abstracta se combinen con ciertos
factores reales y concretos para producir un texto con la potencialidad de efectuar
cambios en su receptor» (: 78).
De este modo, L. Hickey entiende que la función de la pragmaestilística es la de denotar
el estudio de la relación entre el acto realizado y el estilo elegido o de cómo el elemento
pragmático repercute en el estilo.
El estudio pragmaestilístico de estas novelas es importante porque permite considerar la
progresiva afirmación del texto como unidad de análisis lingüístico y la necesidad de
entenderlo en relación con sus determinantes contextuales.
1.1.1 Principales antecedentes en los estudios estilísticos y pragmáticos
Además de los abordajes teóricos sobre la estilística y el concepto de estilo, se han
desarrollado un grupo de trabajos que aplican los presupuestos de esta disciplina a
determinados hechos del lenguaje, algunos orales, otros pertenecientes a textos escritos.
La Universidad Central de Las Villas en las dos últimas décadas ha desarrollado un
grupo de investigaciones que abordan el hecho literario o lingüístico desde una
perspectiva estilística.
La tesis de maestría titulada Sistema de puntuación y estilo en las novelas de José
Saramago traducidas al español y publicadas en Cuba (2009), hace un análisis de los
signos de puntuación, considerando su valor estilístico. Constituye este trabajo un
importante acopio teórico que sirve a la presente investigación en la búsqueda de
definiciones muy recientes sobre los conceptos de estilística y estilo. En este trabajo se
analizan las traducciones según los códigos lingüísticos de la lengua receptora y,
además, defiende la funcionalidad estilística que los signos de puntuación pueden
adquirir en el texto, analizando la complejidad del uso de estos signos de puntuación
para la edición de la obra literaria. Por último, en esta investigación se describen los
oficios que, con funcionalidad expresiva, estética, comunicativa y pragmática,
adquieren los signos de puntuación en el sistema utilizado por José Saramago en sus
novelas. El trabajo arriba a la conclusión que a través de este sistema de puntuación se
14
le imprime a las novelas de J. Saramago traducidas al español y publicadas en Cuba, un
dinamismo expresivo peculiar y que los signos de puntuación más utilizados son el
punto y la coma, estableciendo que el uso de este último signo viene a ser responsable
de la configuración del diálogo dentro de bloques narrativos.
Entre los trabajos que sirvieron de antecedentes a esta investigaciòn también puede
encontrarse la tesis de maestría de Yaimara Diéguez Gutierrez, Análisis de los recursos
sintáctico-estilísticos en el poemario En lo callado de la hoguera, de Mireya Piñeiro
Ortigosa (2011). Este trabajo analiza desde una perspectiva estilística un poemario.
Debe decirse que los estudios estilísticos que con más recurrencia pueden encontrarse
en el devenir investigativo de las dos últimas decadas en nuestra provincia, son,
precisamente, en la poesía. En este trabajo se hace un acercamiento a la obra poética de
Guantánamo y se describe el uso de los recursos sintáctico-estilísticos en el poemario en
cuestión logrando de este modo describir estos recursos y estableciendo además los que
predominan.
El trabajo de maestría de Yoelvis Lázaro Moreno Fernández, El estilo en la crónicas
peridísticas de Juventud Rebelde. Un análisis desde el nivel léxico (2011) aportó a la
presente investigación cuestiones importantes acerca de la metodología. En este trabajo
se resumen las características de estilística y estilo perfilando estas en función de
analizar las crónicas periodísticas para describir en un estudio sincrónico a través de los
recursos léxico-semánticos, un estilo en ellas.
Por último, el otro estudio en el que se encontraron fundamentos básicos sobre las
cuestiones del estilo en una obra literaria de la narrativa es el presentado por la
profesora Eliana Suárez Rivero de la Universidad de Arizona, El estilo literario de
Perromundo: Análisis de una novela de Carlos Alberto Montaner (s/a). En este trabajo
la autora establece que las formas del estilo de Perromundo están correlacionadas con
la concepción del mundo de Carlos Alberto Montaner.
Todos estos estudios, por su pertinencia para la presente investigación, sirvieron como
principales antecedentes. Se advierte un interés en ellos por el abordaje desde la
estilística a obras de la poesía y también a algunas obras de la narrativa. Otros trabajos
sintetizan las características estilísticas de un género periodístico, tratando de revelar el
estilo de algún autor.
15
1.2 El correo electrónico como tipología textual
Se hace imprescindible para la presente investigación, por la estructura de las novelas
que se estudian definir el correo electrónico como una tipología textual. La tesis
doctoral, El correo electrónico: El nacimiento de un nuevo género (2006) de Cristina
Vela Delfa define certeramente las cuestiones sobre este tipo de mensajes y las
polémicas acerca de si se puede considerar o no un nuevo género. Aunque algunos
estudiosos5 han seguido las posturas que entienden el correo electrónico como una
simple evolución de la carta; en este estudio se sigue la postura que lo entiende como un
nuevo género textual independiente.
A pesar de las similitudes en la estructura de ambos textos, las múltiples coincidencias
en su funcionalidad y sus relaciones con el modelo epistolar clásico, se asume que la
carta y el correo electrónico no son equivalentes, puesto que este último posee
propiedades que no comparte con las cartas y viceversa. En dicha tesis se ponen como
ejemplos las características que tiene el correo electrónico que lo diferencian de la
epístola: la disminución del lapso temporal que separa la emisión de la recepción y la
agilidad de la interacción, modificando de esta forma las condiciones efectivas en la
comunicación.
Cristina Vela Delfa entiende que lo que propicia el surgimiento de un nuevo género es
la introducción de un nuevo contexto de interacción sociopersonal (Internet) y el empleo
de una nueva herramienta de comunicación (el ordenador). Respecto a esta cuestión es
importante exponer la cita de López Alonso que muestra Cristina Vela Delfa en su
tesis: «No se trata, a mi modo de ver, de una modificación continua y gradual del género
epistolar sino que los correos se perciben como un tipo distinto de mensaje, sin duda por
estar colocados en un espacio virtual y, ante ese contexto cultural, se crea un producto
lingüístico nuevo» (López Alonso, 2003b: 189).
Más adelante la propia
autora define el correo electrónico como: «un sistema de
interacción mediatizada que soporta intercambios de tipo individual o colectivo, real o
virtual y que sustenta en la transacción de textos digitalizados con una forma, función,
estructura, lengua y estilos propios» (2006: 198).
5
Entre ellos Ivanova (1999), citado por Cristina Vela Delfa en su tesis doctoral El correo electrónico: El
nacimiento de un nuevo género (2006).
16
En su tesis, además de precisar el correo electrónico como un nuevo género, Vela Delfa
define los tipos de mensajes que pueden aparecer en los correo ilustrando así la gran
variedad de usos que brinda este medio de comunicación. Define los siguientes tipos:
Correo personal: Los correos personales tratan temáticas muy variadas cuya seña de
identidad es su carácter particular, íntimo y privado. Desde un punto de vista lingüístico
presentan un registro distendido y muchos rasgos de coloquialismo.
Correo profesional: algunos pueden manifestar un carácter semipúblico —aunque
siempre de carácter restringido— ya que, en ocasiones, el intercambio atañe a un grupo
de profesionales o a un equipo dentro de una institución. Estos correos se ocupan de
asuntos relativos al ámbito profesional o a las relaciones laborales. En la definición de
este último, Vela Delfa continúa explicando que:
El estilo de lengua de los correos profesionales tiende a ser más cuidado que en los
correos personales. No obstante, en función del grado de familiaridad de los
interlocutores y de las relaciones de jerarquías que se establezcan entre ellos, la lengua
de los mensajes profesionales puede filtrar rasgos de naturaleza poco formal, llegando a
igualarse con el estilo de los correos de tipo personal, provocando, una vez más, una
frontera difusa (: 214).
En su investigación define otros tipos6 de correos electrónicos, pero solo se han
explicado las definiciones de los que son de interés para el estudio de las novelas de
Luis López Nieves.
Analizadas las cuestiones básicas sobre el correo electrónico como un nuevo género
textual, resulta pertinente estudiar la aplicación de esta tipología a la literatura.
Debe decirse que los estudios sobre el uso del correo electrónico y su aparición en la
literatura no son abundantes. Sin embargo, resultan acertadas las consideraciones que
emite Diego Marín Abeytua en su artículo titulado El correo electrónico como nuevo
género epistolar en la literatura actual (s/a), en el que esclarece las cuestiones que
propician la utilización de este nuevo género en la literatura. Al respecto dice Marín
Abeytua: «La literatura, como reflejo de la vida, está de acuerdo con esta porque
pretende ser su espejo. Por eso, al imitar conductas de los hombres y escenarios también
incluye sus hábitos y elementos, como el que ahora nos ocupa: internet y el correo
electrónico» (: 744).
6
Los otros tipos de correo que se definen son: correo institucional, correo comercial y publicitario, correo
de listas, mensajes de cadenas de reenvío, correo spam o no solicitado, mensajes generados
automáticamente y postales virtuales.
17
En su análisis Marín Abeytua estudia varias novelas de la literatura española actual,
entre ellas una de Andrés Neuman de la que expresa:
La novela de Neuman no es el primer texto narrativo en castellano que utiliza
este formato (véase, por ejemplo, el relato Correo de Ignacio Sánchez en la
revista literaria Fábula nº 6/7), pero lo que sí ha realizado novedosamente es
hilvanar una trama completa y larga como la de una novela por medio de un
género tan clásico como el epistolar, pero con su equivalente evolucionado
actual: el correo electrónico (: 745).
Esta explicación revela la concepción de Marín Abeytua de que el correo electrónico es
un género que ha evolucionado del epistolar. Además, en su estudio explica las
características fundamentales que adquieren estos correos en la novela:
También es de destacar que, aunque no procura ninguna falta ortográfica ni
tipográfica (común en los correos electrónicos) teniendo siempre en mente que
primero escribe una obra literaria y por lo tanto debe respetar el correcto uso del
lenguaje; sí que mantiene el tono coloquial comúnmente usado en los correos
electrónicos e incluso muchas veces también prescinde de presentaciones (:
746).
De esta manera queda explicada la definición del correo electrónico como un nuevo
género y los aportes que este brinda a la literatura.
1.3 El léxico: conceptos oportunos para la investigación
La lingüística contemporánea parte del postulado de que la lengua constituye un sistema
organizado, un todo orgánico cuyos elementos están vinculados regularmente unos con
otros y mantienen relaciones de diversa naturaleza.
Como apuntó Pierre Guiraud en su libro La semántica (1955), la lengua «es un sistema
de signos que nos sirve para comunicar nuestras ideas, evocando en la mente de otro las
imágenes conceptuales de las cosas que se forman en nuestra propia mente. La palabra
no transmite la cosa sino la imagen de la cosa» (: 34).
Por su parte, entre las consideraciones de Bárbara Sandig y Margret Selting (1997) se
hace alusión al concepto de Rasgo de estilo léxicos. Para definirlo estas autoras plantean
que:
18
Nuestro vocabulario nos ofrece una gran variedad de alternativas para denotar
una misma cosa, pero estas difieren parcialmente en cuanto a su significado.
Esas "connotaciones" de significado pertenecen a diferentes "niveles estilísticos"
e indican con nitidez distintas esferas de acción, tipos de actividades, temas o
"mundos sociales" dentro de una comunidad discursiva. Y estos niveles no se
mezclan al azar: al hacerlo, o bien se trata de un error estilístico, o se busca
crear un significado estilístico específico (: 208).
Ahora bien, la estructuración de la lengua en planos y niveles permite estudiarla desde
diferentes perspectivas y centrando la atención solamente en una de sus partes, no sin
negar sus interrelaciones que muestran su riqueza y complejidad.
Atendiendo a la estructuración en niveles, se puede advertir la existencia de un nivel
lexical, considerado por algunos autores como de tránsito (criterio negado
completamente por otros), por su innegable y estrecha relación con la morfología y la
sintaxis. Sin embargo, numerosos lingüistas y estudios realizados han demostrado no
solo la existencia de este nivel, sino también su complejidad, al advertir la presencia de
un inventario infinito (abierto) de unidades que surgen, y en otros casos desaparecen,
debido al dinamismo que adquiere la lengua en su relación con la sociedad, también en
constante cambio.
Aproximándose a estas cuestiones relacionadas con el nivel lexical y su plano
semántico, la profesora cubana Ana Curbeira Cancela (2001: 25) plantea que el sistema
léxico-semántico no solo es menos estudiado, sino que es el más complejo por su
organización y estructura. Curbeira apunta que:
Como en cualquier otro sistema, y más que en cualquier otro, en el sistema
léxico-semántico existen fenómenos irregulares que requieren de una cantidad
de reglas para ser descritos. Lo más importante es que la mayoría de los
elementos de este subsistema con sus diversas relaciones pueden ser, en
principio, descritos con ayuda de una cantidad pequeña de reglas y conceptos
originales. La existencia de algunos fenómenos asistémicos en un sistema tan
dinámico como el léxico-semántico no debe en modo alguno socavar la
concepción desarrollada por la ciencia contemporánea sobre el carácter
sistémico de léxico (: 25).
Debe decirse además, que la existencia de un lenguaje figurado implica acudir, entre
otros recursos, al uso de la polisemia, al uso de palabras con un significado connotativo,
19
que surge —como plantea Umberto Eco en su libro Semiótica general (s/a)— «a partir
de un código precedente y no puede trasmitirse antes de que se haya denotado el
contenido primario» (: 93). El significado connotativo, según esta teoría de los códigos
planteada por Eco, constituye, por tanto, un código secundario que se añade al anterior,
es decir, al significado denotativo o código primario. De igual modo, autores posteriores
han sistematizado esta teoría al definir la connotación como el significado que se asocia
al significado básico conceptual y que se vincula estrechamente con el contexto en que
se produce el enunciado por la capacidad de activar otras significaciones.
Los estudios sobre léxico —no obstante las complejidades que pueda implicar como
asegura Curbeira Cancela— han sido privilegiados dentro de los análisis lingüísticos.
Varios autores, en función de caracterizar el estilo de un autor privilegian este nivel de
la lengua por la riqueza en los significados denotativos y connotativos que adquieren
dentro de un texto, sea literario o de otra naturaleza. Aunque tradicionalmente se ha
entendido la literatura como un hecho que privilegia los significados connotativos, con
sentidos metafóricos, el acercamiento a diferentes tipos de literatura nos llevaría a
pensar que esta idea no es absoluta.
El nivel léxico estudia fenómenos como la polisemia, la sinonimia, el cambio de
significado y así también se ha dedicado al análisis del léxico técnico o profesional y a
estudiar la entrada de palabras desde otras lenguas. Al realizar un análisis preliminar de
las novelas que conforman la muestra del presente estudio, se ha visto de manera
recurrente el uso un lenguaje técnico en los parlamentos de algunos personajes y la
utlización de préstamos de otras lenguas que componen el discurso de los que
intervienen en las novelas. Atendiendo a esta exploración inicial, se han elegido para
determinar las características del léxico empledas en las novelas objeto de estudio los
conceptos de extranjerismo y jerga.
Los intereses en definirlos obedecen a las peculiaridades de las novelas que se estudian
pues en ellas prevalece un lenguaje sencillo que no destaca por el empleo de figuras
retóricas y que centra sus necesidades en autentificar al personaje que lo utiliza.
El término de jerga es definido por Amalio Ordoñez Gallego en su artículo: Jerga,
cultura e información (1993), como un lenguaje especial de ciertas profesiones o
grupos. La definición que se expone en este estudio es la de Lázaro Carreter, quien
define el término como: «Lenguaje especial de un grupo social diferenciado usado por
20
sus hablantes solo en cuanto miembros de ese grupo social. Fuera de él hablan la lengua
general» (: 243).
Ordoñez Gallego entiende la jerga como necesaria y conveniente, siempre que se
emplee en un contexto en el cual esta sea provechosa para la comunicación. De igual
modo, concibe las jergas profesionales como buscadoras de una precisión y
universalidad, contribuyendo así al caudal léxico.
Otra de las definiciones de jerga es la emitida por Marisela Dzul Escamilla en su
artículo Comprensión lectora. Tipos de Lenguaje (s/a), al decir: «Jerga es el nombre que
recibe una variedad del habla diferenciada de la lengua estándar e incluso a veces
incomprensible para los hablantes de esta, usada con frecuencia por distintos grupos
sociales con intenciones de ocultar el verdadero significado de sus palabras» (: 3).
Para los propósitos de la presente investigación, es necesario, además, definir el
concepto de extranjerismo.
El Gran Diccionario de la Lengua Española (GDLE) (1996) lo define en su segunda
acepción como:
Voz o locución de procedencia extranjera: los puristas intentan evitar el uso de
extranjerismos en el lenguaje.
Los criterios de Sthepen Ullmann en su libro Semántica. Introducción a la ciencia del
significado (1961) sobre el concepto de extranjerismo han sido de sumo interés en este
estudio. El propio Ullmann entiende, en correspondencia con las teorías de Bally, que
los arcaísmos, las palabras extranjeras, los término técnicos o dialectales, los
vulgarismos y las germanías transportan al lector al clima estilístico al que normalmente
pertenecen. A estos valores se les conoce con el nombre de “efectos evocadores”.
De esta forma entiende que el uso estilístico de palabras extranjeras se debe distinguir
entre efectos evocadores primarios y secudarios. Al respecto aclara: «La función
estilística primaria de los términos extranjeros es producir “color local”: descubrir un
personaje o un ambiente extraño empleando palabras peculiares de ellos» (: 150). Esto
refiriéndose a la función primaria de las palabras extranjeras.
Más adelante Ullmann se refiere a la aplicación del uso de estas palabras al decir:
«Cuando se emplea una palabra extranjera, no porque haya necesidad real para ello,
sino por su valor de esnobismo, por el aire de distinción que confiere al que habla,
tenemos lo que puede llamarse “efectos evocadores secundarios» (: 151).
21
De este modo, quedan explicadas las nociones sobre el léxico y las definiciones que
conciernen al estudio que se propone en la presente investigación.
1.4 La deixis como categoría de la pragmática
El nombre de deixis procede de la palabra griega δειξις que significa "exposición,
indicación, demostración". La deixis como categoría de la pragmática ha sido estudiada
por varios autores, entre ellos John Lyons (1980), Stephen Levinson (1989) y José Luis
Cifuentes Honrrubia (1989), entre otros.
Una de las primeras cuestiones que salta a la vista en el acercamiento a estos estudios es
la diversidad de criterios para nombrar el mismo fenómeno; es por ello que se hace
alusión indistintamente a la deixis, a los elementos deícticos, a las expresiones
indéxicas o a las expresiones indicadoras. A los efectos de esta investigación, puede
utilizarse cualquiera de estas denominaciones.
Según Levinson: «La manera más obvia en que la relación entre lenguaje y contexto se
refleja en las estructuras mismas de las lenguas es a través del fenómeno de la deixis» (:
47). De modo que estudiar el fenómeno de la deixis constituye una herramienta de
análisis que propicia la indagación en fenómenos del lenguaje vinculados a la situación
de comunicación en que se producen.
Bien valdría la pena, entonces, en la presente investigación analizar el comportamiento
de las expresiones deícticas en función de la configuración del estilo del autor en las dos
novelas que se estudian porque se ha visto de manera recurrente la aparición de este
fenómeno en la muestra seleccionada.
En la definición de la deixis se aduce siempre que está relacionada con las palabras que
sirven para indicar otros elementos (pueden ser internos y también externos); se han
incluido habitualmente palabras como tú, hoy, aquí, esto, considerándolas como
expresiones deícticas, que sirven para señalar personas, situaciones, lugares, etc.
Dentro de los ejemplos más comunes de deícticos la bibliografía señala el uso de
demostrativos, los pronombres de primera y segunda personas, el tiempo verbal,
adverbios específicos de tiempo y lugar (ahora, aquí) y varios otros rasgos gramaticales
ligados directamente a las circunstancias de la enunciación.
En el sentido de su definición John Lyons (1980) apunta: «Por deixis, se entiende la
localización e identificación de las personas, objetos, eventos, procesos y actividades de
los que se habla, o a los que se alude, en relación con el contexto espacio-temporal
22
creado y sostenido por la enunciación y por la típica participación en ella de un solo
hablante y al menos un destinatario» (: 290).
Por su parte, José Luis Cifuentes Honrrubia (1989) plantea que: «Los deícticos son
unidades
lingüísticas
cuyo
funcionamiento
semántico-referencial implica una
consideración del papel que tienen en el proceso de enunciación los actantes del
enunciado, la situación espacio-temporal» (1989: 123).
Atendiendo a estos criterios puede señalarse como característica principal de las
expresiones indicadoras, o deícticos, su dependencia del contexto.
En esta dirección puede añadirse también que según Bar-Hillel (1973) (citado por
Cifuentes Honrrubia: 124) ninguna expresión es completamente independiente de su
contexto pragmático, pero habrá ocasiones en las que este contexto pragmático será el
fenómeno fundamental para su ser comunicativo: las expresiones indicadoras.
Tal y como indica Cifuentes Honrrubia «el papel de las expresiones deícticas es el de
ligar la información expresada a algún componente del contexto, más específicamente a
la información situacional: oyente, tiempo, espacio de la expresión son ayudas para la
identificación de entidades particulares» (: 158).
Además de las consideraciones sobre la definición de la deixis, Levinson (1989) expone
las categorías tradicionales de la deixis, considerando que estas son: persona, lugar y
tiempo. Del siguiente modo define cada una:
La deixis de persona concierne a la codificación del papel de los participantes en
el evento de habla en que es expresado el enunciado en cuestión.
La deixis de lugar concierne a la codificación de situaciones espaciales relativas
a la situación de los participantes en el evento del habla.
La deixis de tiempo se refiere a la codificación de puntos y periodos temporales
relativos al tiempo en que se pronunció un enunciado (o se escribió un mensaje
escrito) (: 51).
Siguiendo a Lyons (1968, 1977) y a Fillmore (1971, 1975) deben añadirse la deixis del
discurso (o del texto) y la deixis social.
La deixis del discurso tiene que ver con la codificación de la referencia a porciones del
discurso en desarrollo en que se sitúa el enunciado (lo que incluye la expresión que se
refiere al texto).Como ejemplo señala: Puf, puf, puf: ese es el ruido que hacía/es así
como sonaba eso/ Esto es lo que los fonetistas llaman voz chirriante.
Por su parte entiende Lyons que la deixis social se refiere a la codificación de
distinciones sociales relativas a los papeles de los participantes, en particular a los
23
aspectos de la relación social entre el hablante y el destinatario o el hablante y algún
referente. Constituyen ejemplos los pronombres corteses o fórmulas de tratamiento.
Además del establecimiento de estas tipologías, una de las cuestiones que desarrolla
Levinson en torno a la problemática de la deixis es su relación con la pragmática. Al
respecto plantea: «Según algunos de los enfoques (…), la deixis pertenece al dominio
de la pragmática, porque concierne directamente a la relación entre la estructura de las
lenguas y los contextos en que son utilizadas» (: 49).
En tal sentido, será entonces considerada la deixis como un fenómeno lingüístico que se
estudia en su interacción con la pragmática, en tanto es el contexto quien ayuda a
decodificar los significados de cada expresión indéxica que se ubique dentro de un
enunciado.
1.5 Relación entre oración y enunciado. Los enunciados imperativos e interrogativos
Es necesario para la mejor comprensión del presente epígrafe esclarecer las cuestiones
en cuanto al término enunciado y su relación con la oración, por las diferenciaciones
que se han establecido en sus definiciones. La modalidad de enunciado surge en la
década del setenta como resultado de las vacilaciones entre las definiciones de la
oración que ofrecía resultados contradictorios.
Este desacuerdo demostraba que existían dos dimensiones para definir el término
oración. La fundada en los criterios semánticos o formales, se corresponde con la
definición con que se denomina ahora el enunciado. La otra dimensión, la fundada en
criterios sintácticos es la que hoy se entiende como oración. Se concibe, de este modo,
la oración como una unidad abstracta, aislada de contexto, por lo que su contenido
dependerá de su estructura y no de su uso.
Ahora bien, debe destacarse que el enunciado es también estudiado desde la Pragmática.
Algunos autores7 han planteado que el enunciado pragmático se actualiza en cada acto
de discurso y puede adquirir distintos valores y realizarse como un acto de habla
diferente en cada caso.
En el caso de la definición de oración, tradicionalmente se ha definido como una
estructura compuesta de dos funciones o sea, sujeto y predicado. Así, en el artículo
Enunciado y oración simple (s/a) se plantea que: «Es oración gramatical toda
7
Para ampliar este concepto se puede consultar Enunciado y oración simple disponible en:
ebamiren.files.wordpress.com/2011/02/teoria-6.pdf
24
secuencia de palabras que tiene un verbo en forma personal como núcleo. Es una noción
gramatical: se define por su estructura interna, no por su mayor o menor grado de
autonomía» (s/p).
El criterio de la Nueva Gramática de la Lengua Española (NGLE) entiende que si se
dan las condiciones contextuales y discursivas apropiadas, las palabras, los grupos de
palabras y las oraciones pueden constituir por sí solos enunciados. Advierte
el
enunciado como la unidad mínima capaz de constituir un mensaje verbal. Con respecto
a los enunciados lingüísticos explica que «Los enunciados lingüísticos no solo expresan
informaciones sino que pueden también constituir acciones cuando se usan en las
circunstancias comunicativas y sociales adecuadas» (: 793).
Al considerar el enunciado, aun cuando la Nueva Gramática identifica este concepto
con el de oración, en la presente investigación se entiende que el enunciado es una
secuencia lingüística concreta, realizada por un emisor en una situación comunicativa,
en la que su interpretación dependerá de su contenido semántico en relación con el
contexto. De modo que, entendida como una unidad de la pragmática y el discurso, se
han considerado las diferencias que otros autores han señalado.
Una vez esclarecidas las definiciones de enunciado y oración se ha podido concluir que
la distinción se resalta para entender el concepto de enunciado en la relación entre la
sintaxis y su valor semántico y también pragmático; tal distinción permitirá analizar las
características formales de los enunciados imperativos e interrogativos para luego
examinar sus valores pragmáticos en las novelas que se estudian.
1.5.1 Los enunciados imperativos
A pesar de la variedad de criterios sobre los enunciados imperativos estos no distan
demasiado en cuanto a sus definiciones. En el Manual de Gramática Española (2003)
este tipo de oraciones se reconocen como imperativas o exhortativas y se explican en
cuanto a su función de expresar «toda la escala comprendida entre el ruego y la orden.
Instan al interlocutor a la acción, de ahí su nombre» (: 63). Además se reconoce que
pueden utilizar formas verbales del imperativo, del subjuntivo, del indicativo y del
infinitivo.
Migdalia Porro Rodríguez en su libro Sintaxis del Español Contemporáneo (1982)
registra que este tipo de oraciones tiene distintos matices y que emplean las dos únicas
personas del imperativo, o sea las segundas personas, advirtiendo que en el caso de la
25
segunda persona de cortesía, usted, las formas verbales que se emplean son las del
subjuntivo.
Un teórico que hace aportes significativos en la definición de estos enunciados es
Samuel Gili y Gaya en su libro Curso superior de sintaxis española (1975). Entiende
que el hecho de que el imperativo español solo tenga las formas propias de las segundas
personas y todas las demás sean del subjuntivo, hace que en un gran número de casos
solo la entonación y el sentido que parezca predominante guiará al receptor a incluir la
oración de que se trate en uno u otro grupo. Además reconoce el sentido restrictivo que
tienen estos enunciados en cuanto a la negación cuando dice: «El uso de del imperativo
ha sufrido, además, otra restricción: no puede emplearse en las exhortativas negativas.
Para expresar la prohibición no se dice no ven, sino no vengas; no volved, sino no
volváis; jamás entrad, sino jamás entréis; es decir, el subjuntivo reemplaza al
imperativo» (: 54-55).
Como se puede reconocer, estos enunciados se complementan unos a los otros, pero no
poseen posturas ambiguas o encontradas en cuanto a su definición. A pesar de lo
acertado de estas consideraciones el criterio a seguir en la investigación es el de la
NGLE del año 2010 debido a que en ella se muestra un mayor alcance en cuanto a
estructuras de los enunciados imperativos, además de la evidente actualización del
manual al ser una versión integradora de las gramáticas anteriores, como se puede
apreciar en la definición que brinda de estos enunciados en cuanto a sus propiedades
formales, sintácticas y semánticas.
Este tipo de enunciados según la NGLE constituye en «acto verbal con el que se solicita
algo» (2010: 797).
En el manual se reconoce el hecho de que estos enunciados se construyen en la mayoría
de los casos con un verbo imperativo, caracterizado así desde el punto de vista
morfológico
por representar un paradigma defectivo constituido generalmente por
formas de segunda persona. También esclarece que hay formas que no son exclusivas
del imperativo sino que existen algunas que se comparten con el subjuntivo como
venga, vengan, vengamos. Explica también que «las formas exclusivas del imperativo,
es decir, las que no comparten con el subjuntivo, no admiten la negación:*No ven;*No
sal.» Se destaca, entonces, que en estos casos se sustituyen
por las formas del
subjuntivo.
26
Con respecto al sujeto de estos enunciados afirma «el sujeto del imperativo no designa a
la persona que emite la orden, consejo, petición, etc., sino la que las recibe: Ten
paciencia (tú); Salgan de ahí (ustedes)» (: 799).
El manual reconoce también que: «con las oraciones de verbo imperativo se solicitan
típicamente comportamientos sujetos a la voluntad de los individuos, es decir, acciones
u omisiones sobre las que el referente del sujeto del imperativo pueda ejercer cierto
control» (:800). Entendiendo que es por esta razón que muchos de los predicados que
designan estados o propiedades tienden a rechazar el imperativo, observando que
«algunos predicados de este grupo admiten los imperativos en las oraciones en que se
requieren comportamientos y otras formas de actuar sujetas a control, como en Sé
valiente, Sean sinceros o en Sé bueno, déjame dormir en tu cuarto (Marsé, Muchacha)»
(: 800). Estas son las cuestiones fundamentales sobre los enunciados imperativos de
interés para la presente investigación.
1.5.2 Los enunciados interrogativos
Al igual que en el caso de los enunciados imperativos, los criterios acerca de este tipo
de enunciado han sido varios, si bien su definición no ha presentado grandes polémicas.
Samuel Gili y Gaya en su libro Curso superior de sintaxis española (1975) aclara que
en el español, a pesar de que existen tendencias sintácticas propias de la oración
interrogativa, estas no pasan de ser tendencias sin carácter obligatorio. Al respecto dice:
«desde luego, no ha necesitado nuestra lengua desarrollar sintagmas fijos, porque la
entonación le basta para dar carácter interrogativo a la oración y saber dónde empieza y
dónde acaba» (: 47). Este criterio comprueba la gran variedad de estructuras sintácticas
interrogativas que se hallan en el español.
En la mayoría de los materiales consultados se dividen este tipo de enunciados en dos
grupos: las oraciones interrogativas generales y las parciales. En la definición que se
ofrece en Sintaxis del español contemporáneo (1982) sobre las interrogativas generales
se expresa que: «al adelantar el verbo, indicamos pleno interés sobre él. También puede
anteponerse el sujeto; en ese cao, puede separarse de la interrogación (: 40)». Se
reconoce también el carácter retórico de un tipo de oraciones interrogativas que se
emplean con el fin de destacar más aun la respuesta afirmativa que se espera. Acerca de
las parciales refiere este texto que: «Mediante las parciales podemos sugerir respuestas
negativas, hay en ellas una negación implícita: De tantas cuestiones explicadas en una
misma clase, ¿qué me queda? (nada)» (: 42).
Según Henk Hawerkate (2006) «la interrogación es un acto de habla polifacético, cuyo
análisis puede abordarse desde una perspectiva sintáctica, semántica y pragmática» (:
27
28). Resulta visible en esta definición que los enunciados interrogativos son
susceptibles de ser analizados desde distintos puntos de vista. En la presente
investigación se analizan los mismos desde su estructura sintáctica hasta las
implicaciones pragmaestilísticas que tienen en las novelas.
Una vez analizados los puntos de vista de distintos gramáticos, se analizarán los que
brinda el manual de la NGLE. Este brinda una definición minuciosa acerca de las
características fundamentales de los enunciados interrogativos partiendo de las
estructuras sintácticas de estas construcciones y analizando también los valores que
estos enunciados le aportan a la comunicación. Así, se explican no solo sus rasgos
formales sino
también su alcance funcional. Se le atribuye a los enunciados
interrogativos otras funciones distintas a las de pedir información puesto que «las
oraciones interrogativas pueden constituir enunciados en los que no se solicita
propiamente información: ¿En qué puedo ayudarle? (ofrecimiento); ¿Aún estás así?
(reconvención); ¿No te vendría bien descansar un poco? (recomendación); ¿Tienes un
lápiz de sobra? (solicitud de acción), etc.» (: 804).
De esta manera se muestra que independientemente de la estructura sintáctica de estos
enunciados que los ubica en la interrogación, estos tienen la capacidad de poseer
interpretaciones y significados diversos.
La NGLE reconoce también la interrogación retórica definiéndola de la siguiente forma:
«se llaman INTERROGATIVAS RETÓRICAS las que contienen implícitamente su
respuesta o sugieren de una forma velada la inclinación del hablante que las formula
hacia una respuesta particular» (: 809).
Asimismo, la NGLE reconoce los apéndices interrogativos o muletillas interrogativas
que se distinguen como expresiones que «se usan para enfatizar lo dicho, presentarlo
como evidente, lógico o natural, pedir la aquiescencia del interlocutor o simplemente
intentar averiguar si se está siendo atendido o comprendido» (: 806).
Además, se aclara también en el manual que el uso de estos enunciados es recurrente en
el habla coloquial para anticipar al hablante una información, presentándola en la
mayoría de los casos como «novedosa, interesante, inesperada u oportuna» (Ídem).
Aunque se puntualiza que pueden aparecer también tras una afirmación.
1.6 Acerca del autor y las novelas que se estudian
28
Luis López Nieves (1950) es un escritor puertorriqueño que ha ganado el Primer Premio
del Instituto de Literatura Puertorriqueña (Premio Nacional de Literatura) en dos
ocasiones: la primera, en 2000, por su libro de cuentos históricos La verdadera muerte
de Juan Ponce de León; la segunda, en 2005, por su novela El corazón de Voltaire.
También ha recibido el Premio José de Diego, otorgado por el Instituto de Cultura
Puertorriqueña por "Su aportación al enriquecimiento del idioma español" (1996). Ha
escrito, entre otros, los cuentos Seva, Escribir para Rafa, La última noche de Rodrigo
de las Nieves, Los pedazos del corazón y las novelas El corazón de Voltaire (2005) y El
silencio de Galileo (2009).
Estas novelas de Luis López Nieves narran historias diferentes, sin embargo, poseen
gran cantidad de rasgos que las aúnan y que forman en conjunto el estilo propio del
autor.
En sentido general, la obra de López Nieves establece mecanismos para confundir los
planos de la historia y la ficción. A este diálogo entre dos instancias aparentemente
divorciadas, le llama “historia trocada”, y agregó: «donde mezclo elementos del pasado
y termino confundiendo al lector que no sabe qué sucedió realmente desde el punto de
vista histórico».
Sin embargo, lo que el autor declara como su propio estilo escritural y llama historia
trocada, en realidad forma parte de una modalidad mucho más abarcadora que se ha
impuesto en la narrativa latinoamericana a partir de la influencia de la sociedad
contemporánea. En el trabajo de Giada Biasetti, titulado El poder subversivo de la
nueva novela histórica femenina sobre la conquista y colonización: la centralización de
la periferia (2009), se exponen y analizan ideas acerca de la nueva novela histórica,
tendencia donde se afilia la obra literaria de Luis López Nieves.
Una de estas ideas que se analizan en el artículo es la de Seymour Menton, quien
expone que la nueva novela histórica nació en anticipación a la celebración del quinto
centenario del primer contacto con la civilización occidental. Este fenómeno, según él,
se manifiesta principalmente en una subcategoría (subcorpus) de novelas que reescriben
las crónicas del descubrimiento, la conquista, y la colonización de las Américas. Como
consecuencia se genera un cuestionamiento de la historia oficial, un aumento de la
conciencia latinoamericana de descolonización y un cuestionamiento del papel de
Latinoamérica en el mundo después de 500 años de contacto con la cultura occidental.
La novela histórica del siglo XIX, llena de héroes y villanos, describía un pasado pre-
29
colonial y colonial que permitía exaltar las raíces culturales de una nueva nación
hispanoamericana independiente y ayudar a consolidar una conciencia nacional. Ahora
bien,
en comparación con la nueva novela histórica, según muchos críticos
contemporáneos la novela histórica del siglo XIX se considera demasiado fiel a la
historiografía.
Biasetti se refiere a esta contradicción entre novela histórica y nueva novela histórica
desde las visiones de Georg Lukács y de Francisco R. Álvarez. La teoría que elaboró
Lukács sobre este tipo de novela implica que las obras pertenecientes a este género
debían representar la realidad de la manera más fiel y transparente. Por lo tanto, en estas
novelas no se incorporaba una crítica de la realidad sino que simplemente se le
reflejaba. En la nueva novela histórica se incorpora el cuestionamiento de una única
verdad y se exalta la opacidad de lo real. Según Francisco R. Álvarez (citado por
Biasetti):
La opacidad de lo real, acentuada por la no inmediatez del pasado y por tener
que recurrir por lo tanto a otros textos o visiones ya condicionadas y
fragmentadas del evento histórico. La nueva novela histórica rompe con esa
supuesta “fidelidad al evento, documento o texto histórico”. Estas novelas logran
este cuestionamiento y quiebre por medio de la incorporación de ciertas técnicas
narrativas (2009: 30).
Esta afirmación de Francisco R. Álvarez sustenta las bases para la contextualización de
las novelas estudiadas, quien asevera también que los rasgos principales de esta nueva
novela histórica son la mezcla de historicidad e imaginación; la recreación del pasado
que puede generar críticas del presente; la incorporación del género policíaco o la
novela detectivesca; la distorsión consciente de la historia; la ficcionalización de
personajes históricos; la metaficción; la intertextualidad; el dialogismo; el carnaval; la
parodia; la heteroglosia; y la polifonía (Menton,: 42-45).
Todos estos elementos, según Biasetti, se usan para poner en evidencia la falta de fe en
la historiografía y la manipulación que el autor de la novela histórica puede llevar a
cabo. Estas características se incorporan en la nueva novela histórica para dar una
perspectiva descentralizada de los hechos. Este género también se incorpora a otras
formas narrativas, muchas de las cuales se han considerado géneros marginales:
30
literatura de viajes, crónicas, sátiras, autobiografías, biografías, literatura picaresca,
narrativa epistolar y aspectos de la historiografía.
Antes de llegar a tal disquisición de la nueva novela histórica, la novela histórica más
tradicional fue evolucionando a lo largo del tiempo y su definición fue cambiando.
En su ensayo, Giada Biasetti analiza las posturas de críticos como Enrique Anderson
Imbert y Amado Alonso, quienes por ejemplo, sostienen que para que una novela se
pueda considerar histórica, la época en la que se enfoca la trama debe ser anterior al
autor. También existen críticos que van en contra de esta afirmación. Por un lado,
Anderson Imbert afirma que «una novela es histórica, no porque presente una época
pasada para nosotros, lectores, sino una época que ya era pasada para el novelista». Por
otro, Alexis Márquez Rodríguez, en contraposición con la definición de Anderson
Imbert, afirma que:
Lo que le da carácter histórico a una novela es la presencia de personajes y
episodios históricos, tratados de un modo tal que sufran un proceso de
ficcionalización. Y no que relate hechos de un tiempo que ya era pasado para el
autor. El que determinados sucesos y personajes sean históricos no puede
depender de que quien los narra haya sido actuante o testigo de ellos, o de que,
contrariamente, correspondan a tiempos más o menos remotos con respecto a él.
Lo que hace históricos a ciertos hechos es que hayan tenido una determinada
trascendencia, que hayan influido en el desarrollo posterior de los
acontecimientos (: 33).
Esta definición de Márquez Rodríguez permite la inclusión de muchas más obras en la
categoría de novela histórica.
La construcción de una conciencia nacional era el objetivo fundamental de las novelas
históricas tradicionales mientras que la nueva novela histórica se destaca justamente por
ser lo contrario a la edificación positiva de proyectos nacionales. De hecho, como
expone Carlos Pacheco (citado por Biasetti): «La energía de obras como estas y de
muchas otras que les seguirán se vuelca ahora no a legitimar sino a cuestionar, no a
edificar sino a reconstruir, a poner en tela de juicio esos símbolos arcos del triunfo de la
ideología nacionalista» (2009: 34). Por lo tanto, esta afirmación subraya nuevamente el
carácter subversivo de la nueva novela histórica y su intento de cuestionar y
desautorizar el discurso histórico oficial.
31
Las novelas estudiadas asumen el género como un recurso literario que pretende atrapar
al lector a partir de una compleja madeja de acontecimientos que entrecruzan realidad
histórica y ficción.
El corazón de Voltaire, novela publicada en el 2005, está escrita siguiendo las pautas
del modo epistolar, pero con formato de correos electrónicos. La trama se muestra a
través de una compleja red de e-mails en la que se incluyen envíos y respuestas, lo que
proporciona agilidad, sencillez y fluidez al texto, al tiempo que ofrece un matiz de
urgencia e intimidad. Así, estructura una historia que mantiene al lector en suspenso e
interesado hasta el final.
La novela está escrita en primera persona y expresa conflictos del hombre versus
hombre, dado que se establecen las estructuras de poder a partir de las jerarquías en
puestos políticos, religiosos y profesionales. Luis López Nieves mueve al receptor por
un túnel que teje entre dos tiempos; el siglo XVIII de la ilustración francesa y el siglo
XXI de los grandes descubrimientos científicos, como el del genoma humano.
En su ensayo titulado El corazón de Voltaire y otras artimañas (2011) Manuel García
Verdecia establece tres componentes seductores, como el mismo los llamara, que
distinguen la novela:
1.
Uno es la imaginación, el autor emplea su capacidad imaginativa para lograr
relatos de alto interés que, además, consigan conducir eficientemente a los elementos
por los cuales le interesa discurrir.
2.
El segundo componente es la amenidad, que brinda una lectura grata, placentera
y deleitable.
3.
El tercer componente es el desenfado al manejar lo histórico, lo que está muy
vinculado con sus dotes imaginativas.
Otra de las aseveraciones que hace García Verdecia acerca de la novela, ahora sobre la
cuestión de las relaciones que se establecen en la misma, es la siguiente:
Además de resultar, en primer lugar, una disquisición acerca de la identidad y el
sentido de la intimidad en el individuo, representado en el personaje Voltaire, la
novela se extiende hacia otras alternativas interesantes. Entre estas tenemos:
verdad versus información mediática que generalmente no son coincidentes.
Ciencia versus Poder, el cual controla, manipula e incluso determina los influjos
de aquella, aunque a la larga ella venza a pesar del criminal y doloroso coste.
Razón humana versus razón de estado o realidad versus historia, zonas donde
32
imperan los intereses creados y las potestades que organizan y deciden sobre lo
práctico vital. Otro elemento no menos interesante es el lugar que cumple la
ficción en nuestras vidas, manifiesto en el doble que se agencia Voltaire o en los
modos para acceder a determinados datos, así como en el recurso que emplea el
estado para no variar el enfoque conocido sobre los restos del pensador. Es
innegable que la ficción no es habilidad de determinados autores sino recurso de
la necesidad humana de complementar para sus fines lo que no aporta la realidad
objetiva.
Otra de las técnicas narrativas que dan un toque de intriga a la obra es la utilización de
enunciados imperativos e interrogativos a lo largo de toda la narración. Esto permite
deslindar las fronteras e ir enfrentando las suposiciones y los prejuicios en una etapa en
la que había una crisis en Francia.
Por su parte, en El silencio de Galileo, publicada en el 2009, el autor continúa con la
línea de trabajo que ya había establecido con El corazón de Voltaire. La historia
conserva el empleo de recursos muy similares y hasta mantiene a los personajes
principales de su novela anterior. La diferencia está en que esta vez la diégesis se refiere
a la vida de Galileo Galilei y su principal descubrimiento: el telescopio.
1.7 Metodología
El estudio que se realiza tiene dos etapas de análisis: una exploratoria y otra descriptiva.
En su parte exploratoria examina el tema del análisis estilístico, fundamentalmente en lo
que tiene que ver con este tipo de abordaje en el texto narrativo y las definiciones y
elementos tenidos en cuenta en el nivel léxico-semántico y sintáctico, así como el
funcionamiento pragmático de ambos recursos y su impacto estilístico.
En su parte descriptiva, busca ilustrar lo anterior, analizando cómo se manifiesta el
léxico y su funcionalidad estilística, tomando como muestra las tres novelas de Luis
López Nieves: El corazón de Voltaire y El silencio de Galileo.
De ello se infiere que el análisis que se realiza haya tomado como base el enfoque
sincrónico, porque trabaja con dos novelas como hechos temporalmente estáticos, con
objetivos descriptivos.
Métodos
Teóricos:
33
A partir de los datos hallados, se explican los hechos, se profundiza en sus relaciones
esenciales y cualidades fundamentales, se formulan las principales regularidades del
funcionamiento y desarrollo de los procesos objetos de la investigación, y se ofrecen
e interpretan conclusiones derivadas del propio desarrollo del trabajo.

Analítico-sintético: permite analizar la información de que se dispone: los criterios
para la conceptualización de la estilística y el estilo, así como su relación con la
pragmática y los elementos que dentro del análisis se tienen en cuenta.

Inductivo-deductivo: a partir de aspectos generales sobre la estilística y el estilo, así
como de la pragmática se especifican las características y los elementos que se
consideran en la investigación.

Histórico-lógico: se utiliza para lograr una ubicación en el estado actual del objeto de
estudio y del campo de acción, así como para describir el desarrollo del proceso de
investigación.

De lo abstracto a lo concreto: teniendo en cuenta las concepciones teóricas sobre el
tema se realiza un análisis pragmaestilístico de dos novelas del autor puertorriqueño
Luis López Nieves.
Empíricos:
A partir de la búsqueda y acopio de la información como resultado, básicamente, del
método bibliográfico-documental, se establecen los principios teóricos de la estilística y
la pragmática, así como su relación. Se definen, igualmente, las nociones de léxico,
ajustándolas a los intereses de la investigación, así como las características
fundamentales de los enunciados imperativos e interrogativos y los elementos deícticos
en su funcionamiento pragmaestilístico.
Especializados:
Análisis textual: Dentro de los métodos especializados se ha hablado de método de
análisis estilístico donde se analizan las características en el estilo de un autor o de una
obra específica, sea literaria o no. Además, más recientemente, sobre la década del
cincuenta del siglo XX se ha planteado el método de análisis pragmático que permite
interpretar los significados contextuales: entender no lo que se dice, sino lo que se
quiere decir; explicar el uso del lenguaje en la comunicación y explicar la influencia del
contexto en el uso lingüístico. En las últimas décadas se ha insistido en este tipo de
análisis denominado pragmaestilístico donde se analiza el estilo teniendo en cuenta los
valores comunicativos que adquieren los enunciados en un contexto determinado.
34
Para el presente estudio, como se ha dicho, se ha trabajado con una muestra integrada
por dos novelas del escritor Luis López Nieves: El corazón de Voltaire (2005) y El
silencio de Galileo (2009). Aunque caracterizar el estilo de un autor llevaría un análisis
de todas o casi todas sus obras, para un primer acercamiento, se han escogido ambas
novelas que tienen en común el uso del formato de correo electrónico para la narración.
En el capítulo II de análisis de los resultados se presentan ejemplos de ambas obras en
la explicación de cada fenómeno. Esta ejemplificación aparece siempre en cursiva para
distinguirlo bien del cuerpo del trabajo y se han colocado, además, el número de la
página y el año; este último permite indicar la novela a la que pertenece el ejemplo.
En la explicación de los fenómenos, se ha tenido en cuenta su aparición abundante.
Aunque no se realizó un análisis estadístico de la presencia de estos en las novelas, se
consideraron los que resaltan de un modo más recurrente.
35
Capítulo II: Análisis pragmaestilístico de las novelas El
corazón de Voltaire (2005) y El Silencio de Galileo (2009)
2.1 Características generales de las novelas
En las novelas objeto de estudio, El corazón de Voltaire (2005) y El silencio de Galileo
(2009) el autor falsea dos realidades distantes en el tiempo. El constante
cuestionamiento de la verdad se consigue en las novelas con la introducción de técnicas
narrativas novedosas. Estas técnicas narrativas sustentan las bases para que se puedan
mezclar en ambas novelas la historicidad y la imaginación, para lograr así que en la
reescritura del pasado surjan dudas en el presente.
En las ediciones cubanas de estas novelas, los diseños de cubierta también juegan un
papel importante para la decodificación de los textos. La peculiar cubierta de El corazón
de Voltaire muestra en la esquina superior izquierda los tres botones básicos en una
presentación electrónica, el de minimizar, maximizar y el de cerrar, poniendo a la vista
así desde la misma presentación del libro, las tecnologías informáticas que luego serán
clave en la estructura de la novela. Alrededor del retrato de Voltaire, que está situado en
el centro de la cubierta, se dibujan múltiples líneas que simbolizan el ir y venir de Luis
López Nieves a través de los e-mails, de la ficción a la realidad y a la inversa.
Estos elementos visuales de la cubierta, además de servir como ornamento estético,
tienen una función: la de mostrar al receptor todo cuanto va a encontrar y va a necesitar
para entender o por lo menos disfrutar a cabalidad la obra. No es un hecho casual que el
signo que identifica la ayuda para los navegantes esté situado justo en el medio de la
parte inferior del retrato; este muestra al lector que necesitará ayuda, la mayoría de las
veces bibliográfica para poder dilucidar en la obra el plano real del ficticio.
Estos elementos anuncian la forma en que será narrada la historia. El propio hecho de
situar en la cubierta un retrato de la figura clave del siglo XVIII y de la Ilustración
francesa junto a iconos que representan los avances tecnológicos hace que se unan en la
obra el pasado histórico con el presente donde todo se vuelve cuestionable.
De similar forma ocurre con la cubierta y contracubierta de El silencio de Galileo. En la
cubierta se muestra una mujer que observa por un telescopio. La parte del telescopio
que está sujeta por la mano de la mujer es la única de toda la imagen que se puede ver
con los colores en su máxima nitidez; el resto de la imagen está totalmente opaca o
difusa. Esta imagen expone intencionalmente lo manejable que puede ser la verdad
36
asimilando en ella las dos realidades narradas en la novela: el mundo irreal creado por la
imaginación del autor y el que muestra la realidad histórica concreta.
El autor mezcla en esta novela también el pasado distante con el presente. Esta imagen,
asimismo, adelanta al receptor la verdadera intención del autor de trocar la historia. En
la contracubierta sitúa el formato de un correo electrónico; formato que es utilizado en
ambas novelas.
El fin del autor es el de cuestionarse verdades históricas concretas. Para crear este
efecto viola tanto las formas establecidas por la historia oficial como las establecidas
por la literatura.
El autor utiliza en las dos novelas un formato de e-mails para poder fundir los dos
planos que pone en controversia, al punto de que todo lector se cuestione la veracidad
de lo narrado. Así, las obras no tienen un solo narrador, sino que esta instancia se hace
múltiple. Cada narrador acredita una verdad palpable; la que él mismo cuenta. Son las
vivencias de cada personaje, su privacidad y sus secretos puestos al descubierto. De este
mecanismo se vale el autor para instaurar la verosimilitud que necesita para poder
transformar y adulterar la historia.
Cada correo electrónico tiene una secuencia lógica en cuanto a la fecha. En El corazón
de Voltaire el primer e-mails tiene fecha del 15 de julio de 2003 y el último 20 de abril
de 2003, comprendiendo este período de tiempo suficiente para los hechos que se
narran. De igual forma sucede en El silencio de Galileo, en esta los correos están
comprendidos en fechas del 7 de mayo de 2007 hasta el 5 de septiembre del 2008,
simulando así una fecha real en la que se realizan las acciones.
El manejo de los adelantos tecnológicos en la estructura de ambas obras logra en estas
una dimensión muy cercana a la realidad. Al no haber una voz narrativa que lidere la
narración, cada personaje ejerce la función de enunciador.8
Este formato hace que cada personaje posea una voz narrativa: por tanto la enunciación
coloca, según Todorov (citado por Tacca) al enunciado en una situación que presenta
elementos no verbales al emisor, el que habla o escribe, el receptor, el que percibe y el
contexto en que esta articulación tiene lugar. Todos estos elementos propios de la
utilización del formato de e-mails en la estructura de las obras lejos de debilitar
8
En su artículo titulado «El narrador», Oscar Tacca (s/a) plantea: «es la voz de este básicamente la que
constituye la única realidad del relato». Tacca asume que el tono y el concierto del discurso son obra de
un narrador. Según él mismo sitúa la entidad del narrador no en el plano del enunciado sino en el de la
enunciación.
37
textualmente las novelas, las enriquecen pues al presentar un narrador múltiple se
estimula el diálogo que da la escritura.
Un componente clave para fusionar la realidad con la ficción es el hecho de otorgarle a
los personajes cargos y profesiones de referencia única, y a su vez direcciones de
correos y nombres a los personajes que no tienen un referente “real” fuera de la obra
literaria; solo se puede referir a ellos como personajes de ficción. Estrategia que ayuda a
crear el aspecto verosímil de lo narrado y el cuestionamiento de la historia oficial. En El
corazón de Voltaire le asigna direcciones como:
MathieuDevereux
Viceministro de Cultura República Francesa
[email protected]
RogierMeurisse
Primer Secretario Embajada Francesa en Brasil
[email protected]
Nicole Dugardin
Embajadora de la RepúblicaFrancesa en Brasil
[email protected]
El protagonista de la obra es Roland Luziers <[email protected]> quien es profesor
en La Sorbona al igual que sus dos colegas y amigos; Ysabeau de Vassy
<[email protected]> y Jérôme Batailles <[email protected]>.
De igual forma estructura Luis López Nieves El silencio de Galileo. En esta obra la
protagonista es Ysabeau de Vassy e interactúa con colegas como Luziers y, además, con
funcionarios como:
Monique d´ Avignon [email protected] Presidenta de la Fundación del Comité
Avignon por la Conservación del arte Religioso.
Dra. Joanna Archer [email protected] Profesora de Astrofísica en la Universidad de
Oxford.
Ernest Middelkoop [email protected] Ministro de Asuntos Exteriores Reino de
los Países Bajos.
38
Al narrar las obras a través de correos electrónicos estas quedan despojadas de todos los
elementos que dilatan y extienden la trama. Esta estructura epistolar a base de e-mails
da agilidad a ambas novelas para mantener su ritmo y tensión.
En El corazón de Voltaire a pesar de su formato electrónico hay un momento en la
narración en el que se entremezclan cartas verdaderas (en cuanto a formato) de Gustave
de Tamerville, de Voltaire y del Abad de Aurillac. En este entremezclar de cartas con emails se puede percibir aún más la contradicción de estos géneros en cuanto a la
inmediatez del tiempo y el espacio. Con la utilización de internet los corresponsables no
corren el riesgo de que se dilate la repuesta. Este formato hace que la trama sea más
dinámica.
Críticos como Carmen Luisa Puerta en su artículo Lenguaje de generaciones:
Dicotomía discursiva en El corazón de Voltaire (2010), sugiere que en la novela se
complementan dos estructuras epistolares: una verbalizada representada por la
estructura de las dos novelas en correos electrónicos y otra sugerida por los anejos,9
terminología que es aplicable también a la segunda novela que se estudia.
La
importancia de este tipo de estructura epistolar sugerida, como se nombra en el artículo
radica en que estos anejos intentan imitar a la perfección los beneficios y posibilidades
que brinda el correo electrónico, ratificando una vez más lo creíble de la narración. En
El corazón de Voltaire se encuentran los siguientes ejemplos:
Anejo: Carta del Dr. Jérôme Batailles (: 16).
Anejo: Notas del abad Philippe de Sadaine (: 132).
Anejo: Carta del secretario del Estado del Vaticano (: 166).
En El silencio de Galileo:
Anejo: Señas del abogado Kasper Esselinkpas (: 140).
Anejo. Varios (: 166).
Anejo. Árbol familiar de los Condes de Avignon (: 230).
De forma general, se ha visto en las novelas la fusión de los ornamentos de la cubierta
de las ediciones cubanas con la estructura interna que estas presentan, organizadas
9
Anejo, ja. (Del lat. annexus). Adj: Unido o agregado a alguien o algo; con dependencia, proximidad y
estrecha relación respecto a él o a ella. U. t. c. s. Tomado del DRAE (2010).
39
mediante los correos electrónicos. Esto se hace visible al integrar elementos como los
botones de una ventana digital (en la cubierta) con las direcciones de e-mail que se
asignan a cada personaje y por los anexos que se consignan.
2.2 Análisis del léxico empleado en las novelas
Cabe referir que el léxico juega un papel decisivo en las dos obras ya que funciona
como estrategia comunicativa mediante la cual el lenguaje moldea conductas tomando
en cuenta la nacionalidad del remitente, su profesión y su posición social. Aun cuando
el autor se inscribe dentro de la literatura caribeña, la realidad que narra es ajena, por
cuanto es la realidad europea, siendo esta una de las razones por las cuales utiliza gran
cantidad de extranjerismos. Este mecanismo garantiza su afán de autentificar la
nacionalidad de cada uno de los personajes en la narración
Sin duda se considera, como Renato Prada Oropeza (s/a) apunta en su artículo El
estatuto del personaje, que «negar toda relación entre personaje y persona sería
absurdo: los personajes representan a personas, según modalidades propias de la
ficción» y este propio hecho es el que lleva a Luis López Nieves a establecer mediante
el lenguaje elementos básicos para configurar sus personajes y lograr verosimilitud y de
esta forma confundir la realidad con la ficción.
Aunque se observa en las obras un lenguaje claro, sencillo y acelerado, puede
encontrarse como generalidad estilística la utilización de préstamos lingüísticos.
Empleados estos para resaltar la veracidad de lo narrado y poder así autentificar su
discurso.
En El corazón de Voltaire los pies de firma de cada correo perteneciente a algún
miembro de La Sorbona aparecen escritos en francés.
Dr. Philippe Lassale
Recteur de L'Académie de París
Dr. Roland de Luziers
Professeur de GénétiqueUniversité de la Sorbonne.
40
En El silencio de Galileo la gran mayoría de los pies de firma se encuentran escritos en
francés e italiano, dándole así mayor credibilidad a la realidad que se inventa y
validando la nacionalidad de cada personaje.
Moniqued'Avignon
Présidente Fondation Comte d'Avignon pour la Conservation de L'Art Religieux
Dr. Luigi Nolfo
Professore di Storia di Scienza Pontificia Universtá Gregoriana
La mayoría de los extranjerismos que se encuentran en las obras son de origen francés
al igual que los protagonistas de las dos novelas. Es más recurrente la utilización de
estos vocablos en la fórmula de tratamiento, marcando desde el comienzo de la
conversación la nacionalidad de los personajes.
Estimado monseiur Devereux (2005: 7).
Son utilizados también con el fin de marcar la estratificación social de los personajes:
Madame Nicole Dugardin (2005: 10).
En otras ocasiones muestran el respeto y la profesionalidad propia de un personaje que
es miembro de una de las universidades que más prestigio tiene en el mundo entero:
Estimada madame Costa (2005: 25).
Otros vocablos del francés muy recurrentes sobre todo en El silencio de Galileo son:
Ma chère; Ma chère copine; Mon petit. Estos son utilizados en la mayoría de los casos
para establecer relaciones entre personajes que mantienen una íntima amistad. A pesar
del estrato social y de las formalidades que caracteriza a estos personajes, con el empleo
de estos vocablos se exponen rasgos de naturaleza poco formal y signos de afectividad.
A: Dra. Ysabeau de Vassy<[email protected]>
De: Monique d'Avignon<[email protected]>
Asunto: Papá está grave
Fecha: 7 de mayo de 2007
Ma chère:
¿Estás en París? Te necesito con urgencia (2009: 7).
A: Dra. Ysabeau de Vassy<[email protected]>
De:Moniqued'Avignon<[email protected]>
41
Asunto: Papá está grave
Fecha: 8 de mayo de 2007
Ma chère copine:
Estoy desolada. Gracias, gracias pero no hace falta que vengas por ahora (2009: 8).
A: Dra. Ysabeau de Vassy<[email protected]>
De: Monique d'Avignon<[email protected]>
Asunto: Abandonada y sola y triste
Fecha: 4 de junio de 2007
Ma chère copine:
Perdón, perdón, perdón, perdón. De rodillas te suplico que disculpes mis patéticas
dudas (2009: 91).
A: Dr. Roland de Luziers<[email protected]>
De: Dra. Ysabeau de Vassy<[email protected]>
Asunto: Galileo
Fecha: 10 de mayo de 2007
Mon petit Roland:
¡Gracias! Yo sabía que podía contar con un caballero como tú. ¡Mil gracias! ¡Mil
besitos! (2009: 15).
A: Dr. Roland de Luziers<[email protected]>
De: Dra. Ysabeau de Vassy<[email protected]>
Asunto: ¡Victoria!
Fecha: 19 de julio de 2007
Mon petit:
¡Victoria! ¡Victoria! ¡Victoria!
Al fin, querido Roland, todo ha caído en su sitio (2009: 156).
En todos los ejemplos se puede percibir la íntima relación de amistad que mantienen los
personajes. Relación esta muy importante, aunque a pesar de que en el caso de Monique
e Ysabeau se quiebra al final de la novela, en ambos casos es la fuente principal para
que se desarrolle la trama en las dos obras.
42
Además de los extranjerismos del francés, Luis López Nieves utiliza, aunque en menor
medida palabras del latín y del italiano, las cuales no impiden la compresión del texto
sino que dan distinción al personaje que las utiliza. A su vez, estos extranjerismos
ayudan a autentificar las voces de los personajes otorgándole verosimilitud, esta vez
desde el léxico, a la caracterización de cada uno de ellos en cuanto a su nacionalidad y
profesión. En El corazón de Voltaire el uso de palabras del latín da a cada personaje que
las utiliza un nivel de conocimiento y distinción en cuanto al nivel de profesionalidad de
cada uno de ellos, como veremos en los ejemplos siguientes:
Al principio fue el escritorium de la Abadía, pero en el siglo XVI ya empezó a
coleccionar libros. Lo que más llama mi atención es su luz (2005: 91).
Nunca dejaré de reverenciar la memoria de este gran hombre Resquiescat in pace
(2005: 108).
Gracias a su legendaria amabilidad, que no tiene límites, he leído el artículo de
Sösemann sobre el Siderus Nuncius (2009: 134).
Comuníquese con el Dr, Roland de Luziers y dígale que cuento con él para que
resuelva esta mierda. Disculpe, doctor que yo transcriba esa palabra soez, pero he
citado la nota verbatim (2009: 136).
Es un perspicillum. Lo inventó un profesor pisano que se llama Galileo Galilei (2009:
164).
Los extranjerismos del italiano fueron todos encontrados en El silencio de Galileo y
muestran o más bien ratifican el hecho de autentificar el discurso. Estos extranjerismos
ayudan a configurar a algunos personajes, en tanto que apoyan la nacionalidad de
quienes los utilizan:
Distinguida dottoressa de Vassy (2009: 41).
Caro Rolando
¡Carissimo amico! ¡Es un honor saludarte! ¡Un gran honor! ¡Siempre! (2009: 23).
43
La anciana signora Galilei, como usted debe saber es la última de ese infame linaje
(2009:181).
Direttora Museo di Arte Catlolica di Pisa (2009: 178).
El lenguaje como ya se había mencionado logra caracterizar a cada personaje para
afirmar la verosimilitud del discurso. Cada personaje es portador de una jerga específica
que lo caracteriza. Se manejan terminologías científicas, religiosas y coloquiales de
acuerdo con la profesión de cada uno de los personajes.
La jerga científica queda mejor ejemplificada en los parlamentos de personajes como:
Dr. Roland de Luziers
Professeur de Génétique Université de la Sorbonne
El manuscrito contesta casi todas las preguntas que me he estado haciendo desde que
comencé esta investigación hace unos nueve meses. Por ejemplo, ya hice las pruebas de
ADN y no hay dudas: el cadáver que sacamos de Aurillac es de Voltaire. Tengo su
cuerpo aquí, al lado mío. También tengo su corazón, en un estado de preservación
inaudito. El parentesco de Voltaire con el mechón de cabellos negros es absoluto.
Asimismo, queda probado que Gabriel Daumart, al igual que Gracielita y el padre de
Gabriel, son todos parientes del Filósofo y de su madre, Marie-Marguerite Daumart…
tal y como decía el informe final del Comité de Voltaire (2005: 185).
Dra. Joanna Archer
Professor of Astrophysics University of Oxford
En efecto, en enero del 1610 la luna Calixto no podía verse desde la Tierra. Además, he
comprobado sin la menor duda que el mapa solar que describe Galileo en su libro del
1610 (Siderus Nuncius) corresponde al 1601, no concuerda con el 1610 (2009: 81).
También se pueden encontrar diferentes registros, uno de ellos es el de la alta burocracia
gubernamental donde se pueden apreciar tonos irónicos, como en el primer ejemplo, al
resaltar que quien solicita la información además de ser la embajadora de Francia en
Brasil es la sobrina del presidente de Francia. Así se establece una de las relaciones de
poder que se ponen de manifiesto en la obra. El segundo ejemplo es más explícito,
puesto que representa un mandato directo:
44
El corazón de Voltaire:
Estimado Monsieur Devereux:
Muchas gracias por su gentil respuesta. Madame Nicole Dugardin, embajadora de
Francia en Brasil y sobrina del presidente de la República Francesa, solicita al
Ministerio de Cultura un informe completo y minucioso sobre el destino de los restos de
Voltaire (2005: 10).
Estimado Monsieur Molyneux:
El presidente de la República Francesa le ordena al ministro de relaciones Exteriores
que movilice los recursos de las embajadas y los consulados franceses, en el mundo
entero para encontrar a Monsieur Gabriel Daumart, ciudadano argentino de
ascendencia francesa (2005: 32).
Imita también a la perfección el lenguaje de los personajes religiosos, sobre todo en El
corazón de Voltaire donde estos son parte fundamental de la trama. Es importante hacer
hincapié en la diferencia entre el lenguaje utilizado por los practicantes de una religión
del siglo XVIII y el empleado por los personajes en el tiempo en que transcurre la
novela (2005); el de estos últimos es menos conservador y más autoritario.
Esa diferenciación se percibe por:
26 de noviembre de 1789:
¡Ave María Purísima!
Ítem: Hoy dimos Cristiana Sepultura al cuerpo de nuestro hermano Antoine. ¡Que el
Señor lo acoja en Su Seno! Amén (2005: 136).
15 de febrero de 1790:
¡Ave María Purísima!
Ítem: ¡Se cumplen las profecías del Apocalipsis! Ha llegado la guerra, el hambre, el
sufrimiento, el fin del mundo. Acabamos de recibir la noticia: hace dos días, el 13 de
febrero, la Asamblea Nacional decretó la supresión de las Órdenes Religiosas (2005:
140).
45
También se observa en El silencio de Galileo la diferencia en el lenguaje de los
practicantes de la religión, dado en buena medida por la distancia en el tiempo y las
cosmovisiones en cada siglo.
Aunque es cierto, como usted debe saber, que Nuestro señor vino a la Tierra para
enseñarnos a perdonar, es muy obvio que todo tiene un límite. Quien intenta destruir la
fe de una ciudad, una nación, un planeta…no merece el perdón de Dios, como usted
debe saber.
Saludos cordiales
GiuliaMarcenaro
Direttora Museo di Arte Cattolica di Pisa (2009: 178).
También se puede encontrar manifestaciones del registro coloquial. En El corazón de
Voltaire se encuentran en la voz del personaje de Cecilia Acosta y el peluquero llamado
Frédéric Sarre. En El silencio de Galileo es más difícil hallar el tono coloquial pues la
trama se mueve en su mayoría alrededor de personalidades con un alto nivel cultural.
Quiero aclararle lo siguiente: algo raro tal vez ocurrió durante ese estudio de hace
veinte años. Algo raro tal vez sucedió durante la vida de Voltaire. Algo raro tal vez
sucedió en los últimos doscientos y pico de años de su muerte. De todas esas cosas, al
igual que de los libros de historia, documentos, genes o estudios genealógicos, no sé
nada. Lo admito: soy muy ignorante.
Cecilia Costa (2005: 29).
Estimado doctor de Luziers
No, no, profesor, de verdad que no me aburriría. No fui a la universidad y tampoco leo
libros, pero mire, siempre me han gustado las biografías. Las leo en revistas y las veo
cuando las llevan al cine. Son tremendas.
Muchas gracias,
Frédéric (2005: 58).
A partir del estudio de las situaciones comunicativas se ha podido observar que el
lenguaje se utiliza para autentificar el discurso narrativo utilizado en las novelas y
desacreditar la historia oficial. La ejemplificación de la utilización de distintos tonos y
46
matices en los parlamentos de los personajes corrobora lo planteado. Podemos encontrar
el tono coloquial, el profesional, el amistoso, el gubernamental, el religioso, entre otros.
Con el uso cuidadoso del léxico en el discurso narrativo, Luis López Nieves le
proporciona a su narración la unidad y comprensión que necesita para establecer una
comunicación efectiva. Resulta importante enfatizar que es mediante el lenguaje que se
consigue que el hombre triunfe socialmente, según las características del ambiente, la
situación y los fines en que se enmarca el acto lingüístico-comunicativo. Esto resultado
es el que acentúa el autor en sus novelas.
2.3 El uso de los elementos deícticos en las novelas
Como se ha visto en el capítulo I, los elementos deícticos desempeñan un papel
importante para advertir los valores pragmáticos de un texto. La recurrencia de estos
obliga a comprender bien el contexto en que se producen los enunciados para entender
el discurso en todas sus dimensiones. Es por ello que resulta provechoso en el análisis
de las novelas que se estudian, examinar el uso de los deícticos y los valores que
adquieren en sus contextos.
En el ejemplo siguiente se puede apreciar las estructuras de poder y los
convencionalismos que rigen las distintas estructuras e instituciones del Estado, además
de los prejuicios que existen aún entre los funcionarios. Es visible el tono prejuicioso
que trae consigo la utilización del pronombre ese, empleado para designar a Voltaire
como la figura a la que la Iglesia aún no puede dejar de injuriar. El prejuicio del
Ministro de Cultura se percibe en las últimas palabras al pedir que no se sepa que fue él
quien dio esta orden, que lo hace partícipe de estas posturas obsoletas de la Iglesia.
Para empezar, dile al doctor de Luziers que redacte una nueva versión de la carta sin
mencionar a Voltaire, ya que ese nombre jamás será grato a la Iglesia Francesa. No le
digas a Luziers que yo lo pedí.
Vincent Nuttin
Ministro de Cultura
República Francesa (2005: 148).
En el caso que sigue, por su parte, el elemento deíctico está afirmando la voluntad de
agradecimiento que siente el Rector del Instituto Católico de París por la ayuda que
47
Vincent le ha brindado, apareciendo en este caso después del elemento al que hace
referencia.
Estimado Vincent:
Estoy en deuda contigo, de eso no tengas duda. Tu apoyo solidario ha sido constante.
Por eso debes de creerme cuando digo que he hecho todo lo posible por complacerte
(2005: 151).
En la novela se reflejan las relaciones que tiene la iglesia con el gobierno, a pesar de
que por pura burocracia se tratan de disimular sus relaciones con formalismos. Así el
tono de reproche se hace palpable en el deíctico del enunciado que sigue. En este caso,
también aparece después del elemento al que hace referencia pero esta vez su matiz es
el del reproche. El pronombre este en otro contexto pudiera solo denotar un elemento,
pero en este caso se utiliza con un valor despectivo por las características del personaje
al que se refiere y por la molestia del emisor por la obstinación del monje.
Primero me entrevisté con el Abad, fray Víctor. Este monje, Monsieur, no conoce la
razón. No es posible hablarle. Aunque le dije sin ambigüedad que mi visita era oficial y
que venía de parte suya, no quiso escucharme. Tenía los ojos vidriosos, como
enajenado (2005: 152).
El siguiente ejemplo es una muestra de otro de los matices que puede adquirir un mismo
elemento deíctico en un contexto distinto. Es empleado para indicar al emisor con un
matiz irónico. El hecho de que el deíctico este haga referencia al mismo personaje que
lo emplea, muestra de una forma irónica y aparentemente cortés la sugerencia de una
pronta solución al problema en cuestión.
Tanto el Ministro como este servidor tenemos la esperanza de que, ahora que el
problema está en manos de Su Eminencia, veremos una solución en pocos días (2005:
156).
Se puede apreciar en el próximo ejemplo que el elemento deíctico aparece antes del
elemento al que denota, adquiriendo así un carácter puramente informativo. Le anticipa
al destinatario el lugar de la reunión.
48
Lo he referido al Secretario para la relaciones con los Estados, quien se ha
comprometido a discutirlo personalmente con el Nuncio Apostólico en Francia durante
la reunión de nuncios europeos que se llevará a cabo el mes próximo aquí en la Santa
Sede. Dada la delicadeza del asunto, consideramos que es preferible manejarlo en
persona, y no por medio de los canales diplomáticos ordinarios (2005: 165).
El tono de reproche en este enunciado que sigue se puede apreciar mediante la
utilización del pronombre este. La condición moral del Ministro de Cultura ante la
hostilidad de las autoridades religiosas hace que deje a un lado los formalismos
burocráticos y se refiera ante el director del Gabinete de forma despectiva a una
autoridad religiosa
Pero ahora confieso mi desolación y admito que no sé qué más puedo hacer para
convencer a este abad imbécil y fanático (2005: 167).
En el próximo ejemplo el pronombre deíctico cumple una función meramente
afirmativa. Afirma y ratifica el lugar donde se llevó a cabo el acto.
Se fue a la poderosa república de Venecia y allí, en el campanario de la Plaza de San
Marcos, llevó a cabo una demostración ante el Dux, el Senado, el ejército y la marina
(2009: 30).
La elección del pronombre ese como pronombre demostrativo en el siguiente enunciado
alude a un tiempo que no es cercano, tal y como lo explica el propio enunciado que hace
mención a los 400 años que han pasado. Sin embargo, en aras de no colocar esta
realidad tan distante utiliza ese y no aquel, pues su intención es volver sobre esa
realidad para descubrirla.
Te creo, no dudo lo que dice tu familia, pero han pasado 400 años y cualquier cosa
pudo haber sucedido en ese tiempo (2009: 36).
La función del deíctico ella, en el ejemplo que se ofrece a continuación, es la de ratificar
el hecho de que es la propia madame Livia quien posee la información acerca de su
linaje.
49
En el aura de madame Livia hay un no sé qué que transmite la presencia de Galileo… y
es evidente que ella lo sabe: en su hablar se nota el orgullo de ser la descendiente
directa de uno de los hombres más celebres de todos los tiempos (2009: 48).
Haciendo alusión a la supuesta paranoia del personaje Sösemann, el deíctico en este
ejemplo siguiente cumple la función de reproche y hasta resentimiento hacia un antiguo
compañero suyo.
Ese maldito Baumeister fue uno de los primeros que me hizo la vida imposible en Berlín
¿Ahora la manda a usted? ¿A qué? ¿A seducirme, acaso? ¡En realidad creen que soy
tan imbécil! (2009: 63).
Finalmente, en el ejemplo siguiente, su hace referencia a una carta anterior al
enunciado, puesto que el contenido del e-mail en el que se encuentra el deíctico es el de
analizar cada una de las afirmaciones de dicha carta. Por otro lado, utiliza eso para
reafirmar la idea de cuál es el propósito y fin único de su vida: la ciencia.
Ah, pero llegamos al punto más importante de su carta. Soy un científico de verdad. Lo
primero para mí es la ciencia. Para eso vivo (2009: 68).
Los deícticos presentes en las novelas corresponden, cuando se refieren a personas, al
papel de los participantes en el acto comunicativo. Este uso refuerza las características
de los personajes e incluso, con la utilización de los deícticos quedan al descubierto
algunos sentimientos y la manera de pensar de cada uno de ellos. Cuando su referencia
es a un lugar, atañen a las situaciones espaciales relativas a la situación de los
personajes en el evento del habla. Esclarecen y enfatizan los lugares donde la trama se
lleva
a cabo. El empleo de este tipo de enunciado además de caracterizar a los
personajes que los emplean, simula la conversación cotidiana otorgándole a la narración
los matices de verosimilitud que necesita el autor para el propósito de crear un aspecto
creíble de la narración.
50
2.4 Análisis de los enunciados imperativos presentes en las novelas
Es necesario aclarar que la estructura de estos enunciados es la que propicia el
significado semántico-pragmático sin separarlo, como es claro del contexto en el que
estos se encuentren y de la intención comunicativa de su emisor.
Como se ha dicho ya en capítulo I, los enunciados imperativos según la Nueva
Gramática de la Lengua Española (2010) se construyen generalmente con la presencia
de un verbo en modo imperativo. En las dos novelas objeto de estudio las estructuras
que más abundan son:
 El modo imperativo en su forma simple
 Formas negativas del modo imperativo
 Formas verbales del modo imperativo con pronombre enclítico.
2.4.1 El modo imperativo en su forma simple
La estructura de estas novelas en forma de e-mails es propicia para encontrar este tipo
de formas del modo imperativo, ya que indican cercanía entre el emisor y el receptor.
Ven, ven a Marsella, para que veas esto con tus propios ojos (2005: 71).
También le ordeno a usted que escolte al doctor Luziers para garantizar que ningún
miembro de las Fuerzas Armadas impida sus labores (2005: 82).
Sé cuidadoso, meticuloso, paciente (2005: 93).
Estos enunciados a pesar de que son una realización del modo imperativo en su forma
simple, cada uno tiene una significación distinta, debido al contexto y a la situación
comunicativa de la que estos forman parte. Los tres ordenan o piden algo de maneras
distintas; en el primer caso se emite la orden a manera de súplica, de añoranza, dejando
al descubierto ante el receptor la gran amistad que existe entre Roland y Ysabeau. En el
segundo ejemplo se emite una orden directa, utilizando para ello una forma verbal del
modo subjuntivo dado que, como se había analizado ya en el capítulo I hay formas que
no son exclusivas del imperativo y las comparte con el subjuntivo. Esta orden directa
deja claro el rango de la persona que la emite en las jerarquías sociales, o sea, la
Ministra de Defensa de la República Francesa. Así establece Luis López Nieves las
estructuras de poder en la obra. Con la utilización del modo imperativo en el tercer
51
ejemplo el acto de habla que se percibe es el de aconsejar, Ysabeau le aconseja a su
amigo no dejar pasar ningún detalle.
Ponte a trabajar. Estoy esperando…esperando…esperando (2005: 103).
Y ahora…prepárate para leer lo que nadie ha leído en más de doscientos años, excepto
yo y ahora.
Abrazos Roland (2005: 131).
¡Regresa a París ¡Hoy mismo Coge el primer avión, tren, autobús, lo que sea.
¡Hemos sido torpes, torpes(…)¡Ven, ven Haz la prueba con el ADN de Gabriel
(2005: 125).
El imperativo en estos ejemplos va adelantando al lector lo que sucederá en la trama. A
su vez va perfilando la intriga y el suspenso en el receptor, factores estos que no le
permiten dejar la lectura. Las órdenes emitidas en los dos primeros ejemplos pueden ser
ejecutadas por el receptor en el instante de tiempo en que se emiten, solo depende de
este el realizarlas o no.
En los demás ejemplos se percibe que los enunciados imperativos demuestran la
complejidad para cumplir la orden. El empleo de estos enunciados permite dinamizar la
secuencia de acciones de la trama, dándole de esta forma mayor verosimilitud al texto.
2.4.2 Formas negativas del modo imperativo
Según lo reglamentado en la NGLE, y como ya se comentaba en el anterior capítulo
«las formas exclusivas del imperativo, es decir, las que no comparten con el subjuntivo,
no admiten la negación:*No ven;*No sal». Se esclarece entonces que en estos casos se
sustituyen por las formas del subjuntivo.
¡No demores! (2005: 125).
No se haga la loca (2009: 64).
No te pongas a buscar soluciones que no existen (2009: 224).
No me des la espalda (2009: 226).
52
No te atrevas a venir para acá (2009: 227).
Estas formas del modo imperativo además de emitir una orden, dejan planteada
explícitamente una advertencia. El hecho de que estos enunciados simulen tan bien la
naturaleza del ser humano en cuanto a los sentimientos que son parte de su esencia, hace
que el diálogo adquiera mayor veracidad. En estos enunciados negativos del modo
imperativo es donde más claro quedan establecidas las jerarquías de un personaje
respecto de otro. En el primer ejemplo se puede percibir el tono de súplica que se refleja
con el enunciado negativo al pedir a su amiga que no demore, con lo que muestra la
necesidad que siente el protagonista de tener a su amiga y cómplice a su lado.
El tercer ejemplo permite observar la falta de prudencia y cordura del doctor Sösemann
al referirse de esa manera a quien es, en la obra, una prestigiosa profesora de la
Sorbona. No obstante, se puede ver que, aunque utiliza una forma violenta al referirse a
Ysabeau cuando la tilda de «loca» en el sentido de desorientada, este utiliza una forma
más cortés al utilizar el pronombre se y no te.
En el cuarto y el sexto ejemplos sucede justamente lo contrario. Se puede percibir que
el hecho de anteponer el pronombre personal delante de la forma verbal carga a los
enunciados de un tono coloquial y amistoso, porque a pesar de ser una orden directa y
de ir dirigida a un personaje de alto prestigio, el autor no utiliza el pronombre se, debido
a la amistad que existe entre estos dos personajes.
2.4.3 Formas verbales del modo imperativo con pronombre enclítico
La utilización del pronombre enclítico en las formas verbales del imperativo indica una
apelación directa a la persona a la que se refiere. Así se hallan en la novelas casos como:
Salúdalo de mi parte (2009: 55).
Por favor, si no es una molestia para usted, oriénteme y después le explicaré por qué
(2005: 59).
Envíame las señas de tu hotel y resérvame una habitación para mañana. Invitaré a
Marie (2009:113).
53
Estos enunciados indican el sujeto que se beneficia con la acción que exige la forma
imperativa, dan autoridad al discurso y a su vez contribuyen al fin del autor, el de
legitimar lo narrado, de hacerlo lo más verosímil posible. El uso de formas verbales del
imperativo con pronombre enclítico da firmeza al diálogo, logrando de esta forma que
el receptor de la obra literaria sienta que esta autoridad y firmeza que caracteriza a los
diálogos donde estos enunciados son empleados, solo puede encontrarse en la realidad
inmediata de cada persona. Así, confunde el plano real con el imaginario y consigue el
cuestionamiento de las verdades que narra.
2.5 Análisis de los enunciados interrogativos
Las construcciones interrogativas juegan un papel básico y fundamental en ambas
novelas. Con la utilización de estos enunciados Luis López Nieves recrea la esencia
humana en tiempos donde todo parece ser relativo y comienzan a cuestionarse verdades
contundentes. Al mismo tiempo, va perfilando la trama y estructurándola de una manera
muy peculiar. La intriga, la ironía y, en ocasiones, el humor son elementos claves para
el desarrollo y el éxito de las dos obras.
Estos
enunciados
interrogativos
son
los
que
en
el
enredo
de
e-
mails dan paso a la corrupción, la mentira, la traición, el engaño y el deseo de fama;
sentimientos estos que habitan en la conciencia de cualquier ser humano. Estos
elementos le atribuyen mayor veracidad a la caracterización de cada personaje,
moldeando a través del lenguaje conductas en las novelas.
Es importante recurrir a la pragmática al analizar este tipo de enunciados ya que
disciplina muestra que hay distintas codificaciones de la información en lo relativo a los
interlocutores. Es importante, además, conocer el contexto en el que se emite el
enunciado para poder descifrar su verdadera intención.
Los enunciados interrogativos encontrados en ambas novelas presentan diversas
estructuras de acuerdo con lo reglamentado por la Nueva Gramática de la Lengua
Española. La significación de cada uno de estos enunciados varía según la intención
comunicativa del emisor, por tanto la función semántico pragmática de cada uno de
ellos dependerá de eso.
Estos enunciados interrogativos según la NGLE no solo solicitan propiamente
información, sino que ejercen
en las obras funciones de ofrecimiento, asombro,
recomendación, reproche, duda, entre otras. Estas funciones dependen del contexto y de
54
la situación comunicativa en que se empleen los enunciados; por lo mismo se analizarán
las estructuras más recurrentes en las obras y luego se realizará el análisis semánticopragmático.
2.5.1 Interrogativas parciales introducidos por pronombres
Los enunciados más recurrentes son los introducidos por los pronombres qué y cuál. En
El corazón de Voltaire:
Estimado Philippe:
Todavía no puedo confirmarte mi asistencia a la apertura del Seminario Panafricano
Francófono. ¿Qué te parece si almorzamos la semana próxima para discutir las
razones? (2005: 17).
Por tanto, le propongo una opción que ayudará a contestar tanto sus preguntas como
las mías: ¿Qué tal si exhumamos los cadáveres de mis padres y les hacemos las
pruebas de ADN? (2005: 42).
Me dices que estás a punto de darte por vencido y que necesitas una pista. Entonces,
¿qué pierdes con escuchar a Claude? (2005: 54).
En los ejemplos anteriores es perceptible el tono de sugerencia que traen consigo los
enunciados interrogativos introducidos por el pronombre qué. El tono de sugerencia y
exhortación está dado en estos casos por las jerarquías de cada personaje que emite el
enunciado y del que lo recibe. En el primer ejemplo, el personaje que hace uso del
enunciado interrogativo con matiz exhortativo es el Ministro de Cultura y su pregunta
va destinada al Rector de la Academia de París. Ante la posibilidad de no poder asistir a
una actividad de la Academia, el Ministro de Cultura le sugiere al Rector de la misma
reunirse para discutir las razones. El tono de sugerencia está dado por el hecho de que
ambos ocupan cargos importantes y, además, hay amistad entre ellos.
En el segundo ejemplo es más evidente aún el tono de sugerencia dado que el escritor
pone el enunciado interrogativo en la voz de uno de los pocos personajes de la novela
que no pertenecen a una élite y el mensaje está dirigido al personaje protagónico quien,
además, tiene como característica la de ser un profesor de genética de La Sorbona. Por
este motivo, el tono de sugerencia en este enunciado está sustentado en la base de la
subordinación frente al conocimiento.
55
La sugerencia viene de parte de Jérôme, historiador y amigo de Luziers, por lo que el
matiz de sugerencia en este caso funciona como consejo.
En su intento de autentificar el corazón de la biblioteca, el personaje de Luziers tiene
que interactuar con otros de cargos sumamente importantes, por lo que Luis López
Nieves tiene que cuidar cada enunciado, en este caso los interrogativos.
O sea, quisiera saber si la gente compra muchos libros sobre Voltaire como sucede con
las biografías de Piaf, Aznavour, Deneuve y Depardieu, que yo he visto que se venden
en las vitrinas y las estaciones de tren, lo cual trae mucho dinero, y quisiera saber si
sería lo mismo con Voltaire. O sea, ¿cuál es su importancia? ¿La gente lee mucho
sobre él? (2005: 63).
Pero te confieso que la mayoría de las veces, debido a mi grandísima frustración, lo
que hago es luchar contra el impulso de ir a la tumba, de sacar a Tamerville por las
solapas y gritarle a la calavera:! ¿Quién eres?! ¿Para qué te pagaba Voltaire? ¿Cuál
es tu secreto? (2005: 92).
Debo hacerte una pregunta muy importante, muy urgente: ¿Cuál es la fecha de los
cabellos de la mamá de Gustave de Tamerville? ¿1701 ó 1710? Por favor, confírmame
este dato (2005: 112).
El acto de habla que se refleja en el primer caso es el de la duda, expresada por el
personaje más inculto de la novela, característica que hace que presente dudas, sobre
todo acerca de cuestiones editoriales e históricas.
En los otros dos ejemplos el tono de impaciencia se hace visible, uniéndose al de la
impotencia y la desesperación. Expresadas en los parlamentos de Luziers e Ysabeau al
encontrarse con enigmas que parecen indescifrables en un momento de la novela,
técnica que mantiene la intriga y la expectativa.
El silencio de Galileo (2009):
¿Por qué preguntas? ¿No estás en Berlín para estudiar los archivos de Federico el
Grande? ¿Qué tiene que tiene que ver Federico con Galileo? ¿Qué cosas trama tu
mente inquieta? (: 13).
Con la emisión de este enunciado interrogativo el autor deja entrever matices de
valoración, ofreciendo datos sobre su personalidad de la protagonista. De esta forma,
56
adelanta que la trama de la novela va a ser emotiva y dinámica, al valorar desde el
comienzo de la novela a Ysabeau como un personaje de «mente inquieta».
Tú me conoces: sé trabajar mucho y rápido. Eso no me asusta y estoy preparada. Pero
¿Qué se yo sobre Galileo? (: 18).
En este caso es evidente el matiz de desconfianza presente en el enunciado
interrogativo. La desconfianza de la protagonista acerca del tema de la novela lo
muestra el autor mediante un enunciado interrogativo, estrategia que lleva a cuestionar
una verdad histórica.
1. ¿Historiadora? ¿Usted? ¿Me permite que me ría? ¡Me río, me río!
a. ¿Qué tipo de rigor intelectual se ejerce ahora en París? ¿La lógica del
cancán? (: 66).
Es comprobado el valor irónico de este enunciado interrogativo ya que forma parte del
parlamento de un personaje que carece de una visión lúcida del mundo. La ironía en el
enunciado se hace visible al observar la interrogación que lo sucede. Sösemann le
atribuye, en su estado mental crítico, las características de una bailarina del Moulin
Rouge a la protagonista.
Te conozco bien: eres atrevida y capaz de cualquier cosa. ¿Cuál es tu plan? (: 56)
¿A ver? ¿Qué quiere saber usted? ¿Cuál es la trampa? Ni se le ocurra que vamos a
vernos en persona. Pero pregunte. Pregunte (: 64).
De todos modos, por si acaso, ¿cuál era el nombre de la estación? Recuerdo cómo
llegar y todo el asunto, pero olvidé el nombre de la estación (: 73).
En los dos primeros ejemplos es perceptible en los enunciados interrogativos el matiz de
desonfianza. En el primer ejemplo es Roland quien desconfía de su amiga por el hecho
de conocer su manera de pensar y actuar. En el segundo, Sösemann desconfía, en su
estado de paranoia, sobre cuál es la verdadera intención de Ysabeau, respecto a lo que
quiere conseguir de él. En el tercer caso, el matiz del enunciado interrogativo es el de la
duda, que se evidencia pues Corinne, aunque recuerda cómo llegar al lugar a la estación,
ha olvidado su nombre.
57
2.5.2 Interrogativas parciales introducidas por adverbios
En el caso de los enunciados introducidos por adverbios, se hace necesario destacar que
los que más se emplean en las novelas son los adverbios cómo y cuándo:
¿Cómo se exhuma un cadáver para tomar muestras de ADN? (2005: 44).
¿Cómo proclamar falso el corazón de Volatire? ¿Te imaginas la decepción de Francia
y del mundo? No tengo fuerzas para hacerlo. No puedo. Prefiero encerrarme en casa y
no salir nunca más (2005: 51).
Yo no entiendo por qué razón Gustave de Tamerville habría de guardar consigo los
cabellos de la madre de Voltaire. ¿Cómo los consiguió? ¿Para qué? (2005: 121).
¿Cuándo regresas a París? Tenemos que discutir varios puntos (2005: 111).
¿Cuándo usaba Voltaire al doble? (2005: 128).
En estos enunciados interrogativos introducidos por adverbios es perceptible el matiz de
la duda; es en estos enunciados donde más claro queda la función de la interrogación, la
de preguntar. La función de estas interrogaciones es la de ir adelantando la trama de la
novela.
En El silencio de Galileo estos enunciados interrogativos introducidos por los adverbios
cómo y cuándo tienen valores pragmáticos distintos al de solamente preguntar.
¿Cómo es posible que dos personas que viven en un mismo pueblo inventen el
telescopio independientemente durante una misma semana? (2009: 89).
¿Cómo es que, con una mentira tan evidente, se atrevieron a reclamar la paternidad del
telescopio ante el gobierno? (2009: 90).
En estos ejemplos se evidencia el asombro de Ysabeau ante el mal manejo de la
información acerca de los creadores del telescopio.
58
¿Cuándo se ha visto semejante muestra de amistad? Y te voy a decir una cosa, aunque
no te guste escucharlo: cuando todo este asunto termine voy a remunerarte por tu
tiempo. No me digas que no (2009: 97).
Se puede avistar la ironía implícita que trae este enunciado en su significación.
Mediante la utilización de un tono jocoso, Monique, que es quien emite el e-mail,
pretende convencer a Ysabeau para que acepte una remuneración que en tono formal
pudiera considerarse como una ofensa a la amistad que media entre estos dos
personajes.
¿Cuándo tendrá la fuerza necesaria? (2009: 126).
¿Cuándo regresas a Pisa? (2009: 129).
En estos dos ejemplos sí se pone de manifiesto el acto de preguntar.
2.5.3 Interrogativas parciales introducidas por Formas Verbales
En la NGLE, como ya se referenció en el capítulo anterior, se reconocen estos
enunciados también como oraciones interrogativas totales. El objetivo de este tipo de
enunciado es que el interlocutor afirme o niegue lo que se le pregunta, aunque como ya
se ha mencionado pueden expresar también duda.
¿Cree usted que yo podría sacar dinero si vendo el libro? Si tiene planes de visitar
Marsella en los próximos días, ¿podría leer el libro y orientarme? (2005: 65).
El acto de habla que se evidencia en este enunciado es el deseo. La expresión de deseo
muestra mediante los parlamentos de cada personaje las relaciones de poder de cada
uno, además de que caracteriza la naturaleza humana que los mismos refractan. En este
caso es Frédéric quien desea ser ayudado por Luziers al ver en sus manos la posibilidad
de enriquecerse, pero necesita algo que no tiene: el conocimiento, por lo que pide a
modo de deseo, de súplica su ayuda a Luziers.
¿Tienes alguna información sobre este apellido? (2005: 75).
59
El acto de habla latente en este enunciado es la solicitud de información, en este caso
dejando claro que, aunque no esté explícitamente en la pregunta, de tener esta
información, el otro interlocutor debe ofrecérsela.
El cardenal Rovereto me dijo que vienes a Roma mañana. Me urge hablarte. ¿Cenamos
pasado mañana? (2005: 160).
El valor de este enunciado es el de la invitación. Ambos personajes poseen en la novela
altos cargos, lo que implica que la interrogación hubiese podido tener una respuesta
negativa ante esta invitación.
¿Tienes alzhéimer? (2009: 43).
Es importante llamar la atención acerca de que, aunque el acto de habla que se evidencia
en este enunciado interrogativo es el de la ironía, no es utilizado con un fin hiriente. El
autor pone este parlamento en la voz de un personaje que tiene una gran amistad con la
protagonista y utiliza la ironía para jugar con los recuerdos de su amiga.
¿Necesitas mi ayuda? (2009: 56).
Mediante este enunciado se expresa un ofrecimiento; en este caso es Luziers quien
ofrece a Ysabeau su ayuda incondicional.
¿Hace falta un permiso especial para estudiarlos? (2009: 177).
El matiz de la duda se hace visible en este enunciado; el desconocimiento de Ysabeau
sobre cómo proceder para estudiar los datos del Museo de Arte Católico la lleva a
expresar la duda a su interlocutora.
2.5.4 La interrogación retórica
Estos enunciados se denominan así porque, según la NGLE, «contienen implícitamente
su propia respuesta o sugieren de forma velada la inclinación del hablante que las
formula hacia una respuesta particular» (: 809).
60
¿Para qué necesitamos saberlo? Durante esta década y algunas de las siguientes, es
probable que debamos conformarnos con la mera confirmación de que es, en efecto, el
corazón de Voltaire (2005: 23).
El matiz de la duda es perceptible en este enunciado. En el afán del personaje
protagónico por explicar a Daumart (su única pista para poder descifrar la verdad a
cerca del corazón de Voltaire) Roland plantea la interrogación con tono de duda para
darle aún más importancia a la colaboración de Gabriel Daumart con el estudio genético
del corazón del filósofo.
¿Cómo darle la cara al mundo y admitir que he sido un soberbio? (2005: 52).
El reproche es palpable en este enunciado. Ante la posibilidad de que sea falso el
corazón de Voltaire, Roland se reprocha a sí mismo no haber podido demostrar su
autenticidad. Esto lo hace mostrando con una interrogación retórica la molestia que
siente el personaje hacia sí mismo. Este enunciado deja claro la actitud del personaje de
no poder enfrentarse al mundo, mostrando su debilidad ante una posible derrota.
De todos modos, ¿qué importa que Voltaire haya cambiado durante los últimos años de
su vida? ¿No nos sucede a todos? (2005: 72).
El tono afirmativo de este enunciado es perceptible ya que quien lo emite ve la situación
que le plantea Roland del cambio de Voltaire desde la perspectiva de todos los seres
humanos. Afirma con este enunciado la condición inconstante del hombre.
¿Sabes quién es mi amiga Ysabeau de Vassy, verdad? (2009: 23).
¡Papá sonrió muy levemente! ¡Una lágrima! ¿Lo puedes creer? (2009: 170).
El matiz afirmativo es perceptible también en estos dos enunciados ya que se está
corroborando el conocimiento de la información que se muestra.
Ese es su problema. A mí no me molesta descender de un bastardo. Si ni siquiera creo
en el matrimonio, ¿Por qué me molestaría ser bastarda? (2009: 258).
61
El acto de habla en este enunciado es la ironía. Ysabeau se pregunta a sí misma en la
conversación con Roland por qué va a molestarle ser una bastarda, pregunta retórica que
infiere una respuesta negativa. Cómo no tiene por qué importarle viendo todo cuanto va
a ganar, resulta irónico el enunciado, pues deja entrever la ambición y la codicia que
caracteriza a los seres humanos, sean profesionales o no.
2.5.5 Apéndices interrogativos o muletillas interrogativas
En las dos novelas objeto de estudio los apéndices interrogativos encontrados, en todos
los casos, forman parte de los parlamentos de personajes que a pesar de representar altos
cargos en los estratos de la sociedad, mantienen a su vez una íntima amistad. Es
precisamente la utilización de estos enunciados uno de los elementos que marca en el
discurso narrativo de Luis López Nieves el tono real de lo contado. Aunque hay una
menor utilización de estos enunciados en El corazón de Voltaire, se pudieron encontrar
los siguientes ejemplos:
Yo creo que un libro nuevo podría venderse bien y ganar dinero, ¿verdad? (2005: 65).
En este caso es mostrado el asombro de Frédéric al querer corroborar una información
que desconoce.
No están las respuestas de Voltaire, lo cual es muy raro, ¿verdad? (2005: 103).
En este ejemplo, a pesar de que es utilizada la misma muletilla, el matiz que trae
consigo en su significación es el de la afirmación. Ante lo raro de la ausencia de las
respuestas de Voltaire a las cartas, Roland busca con este apéndice interrogativo la
respuesta afirmativa de su amiga historiadora, buscando el consentimiento de su
interlocutor.
Al contrario se daba buena vida como amante del conde de Vire. ¿No te das cuenta,
Roland? ¿No lo ves? ¡Dios mío! ¡Son los cabellos de la madre de Voltaire! (2005: 113).
Al poder explicar a Roland las pautas de su investigación, Ysabeau muestra en su
parlamento un tono de asombro ante la falta de claridad de su amigo.
62
Descartaste el ADN de Gabriel cuando no hubo relación con el corazón de la
Biblioteca, pero ahora tenemos los cabellos de Marie Marguerite. ¿Me entiendes?
(2005: 125).
En este enunciado se vuelve a evidenciar el matiz afirmativo; la Dra. busca la
afirmación de su interlocutor ante el descubrimiento que tienen en sus ojos.
Es en El silencio de Galileo donde se puede encontrar el mayor número de estos
enunciados:
Inventó el telescopio pero se lo robaron por envidia. ¿Te fijas? (2009: 11).
Con este enunciado se busca también confirmar la información dada o más bien
Monique busca, con un tono de ironía, sembrar el desconcierto que siente ante quienes
han supuestamente desacreditado la memoria de su antepasado, en quien debe realizarle
su pedido.
¿Ahora vas a estudiar a Galileo? Pues sólo sé lo que aprendí en la escuela y he leído
en la prensa. Creo que inventó el telescopio. Además, lo más famoso es el juicio que le
hizo la iglesia, ¿no? (2009: 13).
Este enunciado es muy recurrente en la novela y en casi todas la ocasiones se utiliza
como acto de habla informativo, busca encontrar la verdadera información que le
antecede al apéndice interrogativo.
Al menos ya tengo un contacto en Holanda, tu amiga muy amable, ¿Cómo es que se
llama? ¿Google, verdad? No recuerdo ahora (2009: 85).
En este ejemplo a pesar de que el acto de habla que se evidencia es el de la afirmación
se puede percibir el tono irónico al referirse Ysabeau al nombre de una persona como el
del navegador de internet.
En las novelas es notable la funcionalidad pragmaestilística de los enunciados
interrogativos. Estos traen consigo las verdaderas intenciones comunicativas del autor,
quien pretende, con la utilización de los mismos expresar estados de ánimo y juicios de
63
cada uno de los personajes. Se pueden encontrar en estos enunciados matices como la
ironía, la afirmación, el asombro, el reproche, la duda, entre otros. Su valor fundamental
es el de hacer avanzar la trama, por cuanto los enunciados interrogativos que aparecen
en los correos electrónicos, exigen, la mayoría de las veces, una respuesta por medio de
otro correo que dará respuesta al anterior; otras veces se traducen en un
autocuestionamiento de cómo debe actuar el personaje ante cada situación.
Al analizar los enunciados interrogativos, se ha visto que aparecen de forma abundante
en las novelas analizadas, de modo que se convierte en un elemento que caracteriza el
estilo de Luis López Nieves. En estas novelas narradas en forma de correo electrónico
sirven para mantener la correspondencia entre los personajes, ayudan algunas veces a
caracterizarlos y mantienen la intriga en la narración.
64
Conclusiones
1- Las novelas se estructuran mediante un mecanismo de las nuevas formas de
comunicación: el correo electrónico, a través del cual el autor logra una
dimensión más cercana a la realidad. Esta estructura propicia la aparición de
múltiples narradores, desde cuyos mensajes se produce la secuencia de acciones
que integran la obra literaria.
2- Los recursos pragmáticos que intervienen en la configuración estilística de las
novelas son: el uso de un vocabulario especializado, la introducción de
extranjerismos, el empleo de elementos deícticos y de enunciados imperativos e
interrogativos.
3- En las novelas estudiadas se emplea un vocabulario especializado con el fin de
autentificar la configuración de los personajes, a partir de las profesiones que
desempeñan.
4- Los extranjerismos se utilizan con el fin de autentificar la nacionalidad de cada
personaje. En el caso de los latinismos, estos se utilizan como índice de alta
cultura.
5- Las formas simple, negativa y con pronombre enclítico en que se presentan en
las novelas los enunciados imperativos tienen un valor pragmaestilístico, puesto
que proporcionan un dinamismo en las acciones de la trama y configuran las
relaciones entre los personajes en dependencia de los actos de habla que realicen
(mandato, sugerencia, súplica, valoración).
6- En el análisis se identificaron los enunciados interrogativos introducidos por
pronombre, adverbios y formas verbales, así como interrogaciones retóricas y
apéndices interrogativos. Su valor fundamental es el de mantener la
comunicación entre los personajes por cuanto exigen una respuesta por medio de
otro correo. Otras veces indican autocuestionamiento o reflexión del personaje
sobre su proceder o tienen valor irónico, afirmativo, de asombro, de reproche o
de duda.
7- Los elementos deícticos enfatizan y esclarecen los lugares donde la trama se
lleva a cabo; además, con su utilización se resaltan algunos sentimientos de los
personajes y hasta la manera de pensar de cada uno de ellos. Su valor aparece
65
dado en que los participantes comparten una determinada información que se
actualiza por el contexto en que aparece.
66
Recomendaciones
1. Ampliar el estudio desde una perspectiva pragmática a otras novelas del autor.
2. Caracterizar el estilo de Luis López Nieves teniendo en cuenta el análisis de
otras de sus novelas y considerando otros recursos y niveles de la lengua.
3. Estudiar las novelas de Luis López Nieves desde la teoría de la recepción.
67
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