Dossier de la exposición Francisco Pacheco

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Consejería de Cultura
Francisco PACHECO
Teórico, artista y maestro
Museo de Bellas Artes de Sevilla
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Consejería de Cultura
DOSSIER
'Francisco PACHECO. Teórico, artista y maestro'
Museo de Bellas Artes de Sevilla
16 marzo - 12 junio 2016
“Pintura es Arte que con variedad de lineas, i colores reprefenta perfetamente
a la vifta, lo que ella puede percebir de los cuerpos “
Francisco Pacheco
Extraído del tratado Arte de la Pintura
(Libro Primero de la Pintvra. Su antigüedad, i grandezas)
La exposición Francisco Pacheco. Teórico, artista y maestro tiene como protagonista al complejo personaje histórico que fue un exponente clave del arte, la cultura y la sociedad de su tiempo. Personaje poliédrico, teórico del arte, tratadista, técnico, poeta, dibujante excepcional, escritor y editor: un artista completo cuya labor implicó a todas las
artes y saberes, sin olvidar que contribuyó a afirmar la presencia de la escuela sevillana en
el panorama artístico y a configurar un modo de entender la pintura de la época.
La muestra, una producción propia del Museo de Bellas Artes de Sevilla, propone
una revisión de la figura de Francisco Pacheco del Río (Sanlúcar de Barrameda, 1564 - Sevilla, 1644) exhibiendo su producción y el ambiente cultural y artístico que creó en su entorno como ejemplo fundamental de la trascendencia de su personalidad. Este objetivo se
hace particularmente necesario debido al importante papel que ha jugado en la historia
del arte español y, en concreto, del sevillano. La historiografía tradicional ha limitado a Pacheco casi exclusivamente al papel de maestro y suegro de Velázquez, ignorando el alcance fundamental de su figura, quien ejerció la profunda influencia de sus ricos planteamientos teóricos y prácticos sobre pintores como el propio Velázquez y Alonso Cano, o
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colaborando con el escultor Martínez Montañés, dejando su huella en amplios aspectos
de la cultura y en el arte de la Sevilla de fines del XVI y de todo el Barroco.
A través de 58 obras se construye un discurso expositivo que se divide en tres ámbitos (El teórico del arte, El artista y El Maestro) y discurre por la Sala IV del Museo, la Sala
de Exposiciones Temporales y el Claustro. Junto a las pinturas figuran también manuscritos, libros, dibujos y esculturas que ayudarán a percibir la rica y profunda labor de Pacheco. Junto a obras de este maestro también están presentes las de otros artistas fundamentales como Diego Velázquez, Alonso Cano y Martínez Montañés. Además de las piezas pertenecientes a la colección del Museo de Bellas Artes de Sevilla se exponen otras de
otros museos, coleccionistas particulares e instituciones de toda España.
ESTRUCTURA Y RELACION DE OBRAS QUE FORMAN PARTE DE LA EXPOSICIÓN
Primera parte: Teórico
Francisco Pacheco siempre estuvo bien relacionado no solamente entre los artistas,
sino también entre los más grandes poetas, escritores, filósofos y miembros de la nobleza
y el clero más destacados de la época. Estas conexiones y el afán de dejar constancia de la
existencia de este ambiente lo plasmó en el libro Retratos y, desde el punto de vista de las
teoría artísticas, fruto de las discusiones y reflexiones compartidas con diversos personajes, es el tratado artístico más completo de la historia del arte en España de todas las épocas, El Arte de la Pintura.
OBRAS:
1. Libro de descripción de verdaderos retratos. Entre 1599-1644. Francisco Pacheco
(Manuscrito). Fundación Lázaro Galdiano, Madrid.
2. Retrato de un poeta, hacia 1600. Francisco Pacheco (Dibujo) Biblioteca Nacional de
España.
3. Versos. 1619. Fernando de Herrera, editado por Francisco Pacheco (Libro). Biblioteca
Nacional de España.
4. Torso de escultura, 1595. Francisco Pacheco (Dibujo). Biblioteca Nacional de España.
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5. La caída de Faetón, 1604. Francisco Pacheco (Dibujo). Fundación Rodríguez-Acosta,
Granada.
6. La Envidia, 1604. Francisco Pacheco (Dibujo). Biblioteca Nacional de España.
7. Tratados de erudición de varios autores, 1631. Autores Varios. (Manuscrito). Biblioteca Nacional de España.
8. Arte de la pintvra, sv antigvedad, y grandezas..., 1649. Francisco Pacheco (Libro). Biblioteca Universidad de Sevilla.
9. Inmaculada Concepción con Miguel Cid, 1619. Francisco Pacheco. Catedral de Sevilla.
10. Inmaculada Concepción con Vázquez de Leca,1621. Francisco Pacheco. Colección
particular.
11. Inmaculada Concepción, hacia 1630. Francisco Pacheco. Colección Granados, Madrid.
12. Crucificado expirante, 1611. Francisco Pacheco. Parroquita de Nuestra Señora de la
Consolación de El Coronil (Sevilla).
13. Cristo crucificado, 1614. Francisco Pacheco. Instituto Gómez Moreno de la Fundación Rodríguez-Acosta, Granada.
14.
Cristo crucificado, 1637. Francisco Pacheco. Colección particular.
Segunda Parte: Artista
Al mismo tiempo, Francisco Pacheco tuvo una actividad artística no menos importante que la de humanista y teórico que se plasmó en la práctica de la pintura, de la policromía y, particularmente, del dibujo. Fruto de su experiencia, defendió en diversas ocasiones la dignidad profesional del artista.
OBRAS:
15. La Anunciación, 1602. Francisco Pacheco. Iglesia de Santiago de Sevilla.
16. Santa Ana, la Virgen y el Niño, 1602. Francisco Pacheco. Iglesia de Santiago de Sevilla.
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17. Aparición Virgen a San Pedro Nolasco, hacia 1600. Francisco Pacheco. Museo de
Bellas Artes de Sevilla.
18. S. Pedro Nolasco embarcando. Francisco Pacheco. Museo de Bellas Artes de Sevilla.
19. Desembarco de cautivos redimidos por San Pedro Nolasco, hacia 1602. Francisco
Pacheco. Museu Nacional d’Art de Catalunya.
20. San Juan Bautista, hacia 1608. Francisco Pacheco. Museo Nacional del Prado.
21. San Juan Evangelista, hacia 1608. Francisco Pacheco. Museo Nacional del Prado.
22. San Francisco de Asís, hacia 1605-1610. Francisco Pacheco. Museo de Bellas Artes
de Sevilla.
23. Santo Domingo de Guzmán, hacia 1605-1610. Francisco Pacheco. Museo de Bellas
Artes de Sevilla.
24. San Juan y san Mateo, 1605-1610. Francisco Pacheco. Museo de Bellas Artes de Sevilla.
25. San Lucas y san Marcos, 1605-1610. Francisco Pacheco. Museo de Bellas Artes de
Sevilla.
26. San Luis, rey de Francia, hacia 1610. Francisco Pacheco. Museo de Bellas Artes de
Sevilla.
27. Santa Isabel, reina de Portugal, hacia 1610. Francisco Pacheco. Museo de Bellas Artes de Sevilla.
28. San Benito Abad, hacia 1610. Francisco Pacheco. Museo de Bellas Artes de Sevilla.
29. San Francisco de Asís, hacia 1610. Francisco Pacheco. Museo de Bellas Artes de Sevilla.
30. San Pedro, hacia 1610. Francisco Pacheco. Museo de Bellas Artes de Sevilla.
31. San Jerónimo, hacia 1610. Francisco Pacheco. Museo de Bellas Artes de Sevilla.
32. La Virgen del Rosario, hacia 1612. Francisco Pacheco. Real Parroquia de Santa María Magdalena, Sevilla.
33. El Juicio Final, hacia 1610-14. Francisco Pacheco (Dibujo). Museo Nacional del
Prado.
34. San Joaquín y santa Ana arrodillados ante la Puerta Dorada, 1617-1620. Francisco
Pacheco. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid.
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35. Sueño de san José, 1617-1620. Francisco Pacheco. Real Academia de Bellas Artes
de San Fernando, Madrid.
36. San Francisco de Asís, hacia 1615-1625. Francisco Pacheco. Museo de Bellas Artes
de Sevilla.
37. La Virgen de la Anunciación, 1623. Francisco Pacheco. Universidad de Sevilla.
38. El arcángel Gabriel, 1623. Francisco Pacheco. Universidad de Sevilla.
39.
Inmaculada, 1624. Francisco Pacheco. Parroquia de San Lorenzo de Sevilla.
40.
Los desposorios místicos de santa Inés, 1628. Francisco Pacheco. Museo de Bellas
Artes de Sevilla.
Tercera parte: Maestro
Esta idea del arte como un oficio superior le llevó a concebirlo como una práctica
universal, sin fronteras, que influyó en su fecunda función y misión de maestro. En torno
a él se estableció un selecto grupo de pintores y artistas, entre los que sobresalen Velázquez y Alonso Cano. Además de ello, Pacheco fomentó la colaboración entre los artistas,
como consta de su papel como policromador con el escultor Juan Martínez Montañés.
OBRAS:
41. Santo Domingo de Guzmán penitente, 1605-1609. Martínez Montañés (Escultura).
Museo de Bellas Artes de Sevilla.
42. Retrato de C. Suárez de Ribera. Hacia 1600. Francisco Pacheco (Dibujo). Real Academia Española.
43. Cristóbal Suárez de Ribera, 1620. Diego Velázquez. Hermandad de San Hermenegildo de Sevilla depositado en el Museo de Bellas Artes de Sevilla.
44. San Pedro Celestino?, 1611-1620. Francisco Pacheco. Colección Granados, Madrid.
45. Santa Justa, hacia 1617-1618. Francisco Pacheco. Colección particular.
46. Santa Rufina, h. 1618, Francisco Pacheco. Colección particular.
47. San Francisco de Borja, 1624. Alonso Cano. Museo de Bellas Artes de Sevilla.
48. Aparición de Cristo crucificado a santa Teresa de Jesús, 1629. Alonso Cano. Museo
Nacional del Prado.
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49. Aparición de Cristo Salvador a santa Teresa de Jesús, 1629. Alonso Cano. Museo
Nacional del Prado.
50. Cabeza de apóstol, hacia 1619-1620. Diego Velázquez. Museo Nacional del Prado.
51. Retrato de don Diego González de Mendoza. Francisco Pacheco. Colección particular. Sevilla.
52. Retrato de la esposa de don Diego González de Mendoza. Francisco Pacheco. . Colección particular. Sevilla.
53. Retrato de fraile dominico. Francisco Pacheco. Colección particular. Sevilla.
54. Retrato de clérigo. Francisco Pacheco. Colección particular. Sevilla.
55. Retrato de dama y caballero orantes ancianos, hacia 1623. Francisco Pacheco. Museo de Bellas Artes de Sevilla.
56. Retrato de dama y caballero orantes jóvenes, hacia 1623. Francisco Pacheco. Museo
de Bellas Artes de Sevilla.
57. Autorretrato?, hacia 1623. Diego Velázquez. Museo Nacional del Prado.
58.
Francisco Pacheco, hacia 1620. Diego Velázquez. Museo Nacional del Prado.
PRESTADORES:
Museo Nacional del Prado, Madrid.
Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona.
Museo Lázaro Galdiano, Madrid.
Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid.
Real Academia Española, Madrid.
Biblioteca Nacional, Madrid.
Fundación Rodríguez Acosta, Granada
Universidad de Sevilla
Parroquia de Nuestra Señora de La Consolación, El Coronil
Catedral de Sevilla
Parroquia de la Magdalena, Sevilla
Parroquia de San Lorenzo, Sevilla
Iglesia de Santiago, Sevilla
Colecciones particulares
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OBRAS DESTACADAS
Francisco Pacheco (1564-1644)
Los desposorios místicos de Santa Inés,
Inés, 1628
Óleo sobre lienzo
Museo de Bellas Artes de Sevilla
Esta obra es una de las más brillantes de toda su trayectoria artística. El pintor realiza
un esquema compositivo en diagonal de cierta rigidez utilizado en varias ocasiones a lo largo
de los últimos años de la década de 1620. Representa aquí el momento simbólico de la entrega de Inés a Dios, mediante unos desposorios místicos materializados en un anillo de oro que
el Niño Jesús, en el regazo de su madre, ofrece a la santa. Introduce algunos rasgos de naturalismo mediante la anécdota del reclinatorio con el libro abandonado, las flores caídas en el
suelo o la minuciosidad con que representa la indumentaria de la santa.
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Francisco Pacheco (1564-1644)
Cristo crucificado, 1614
Óleo sobre tabla
Instituto Gómez-Moreno de la Fundación Rodríguez-Acosta, Granada
La figura de Cristo en la cruz se halla perfectamente plasmada en esta imagen: sereno,
sin signos de dolor y clavado al madero con cuatro clavos, uno en cada mano y uno en cada
pie que apoya en el subpedáneo, de acuerdo con la primitiva iconografía cristiana, y tal como
lo hicieran dos de los grandes artistas del Renacimiento, Alberto Durero y Miguel Ángel Buonarroti. Lo que representa el cuadro no es la crucifixión de Cristo, sino una escultura policromada de Cristo en la cruz. La sombra que proyecta sobre el fondo plano da prueba de ello
subrayando el efecto ilusionista.
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Francisco Pacheco (1564-1644)
Santa Justa, hacia 1616-18
Santa Rufina, hacia 1616-18
Óleo sobre madera
Colección particular
La representación de las santas Justa y Rufina ha formado parte del acerbo iconográfico propio del arte sevillano desde la Edad Media, estando relacionadas con la producción alfarera. El naturalismo presente en el tipo físico de las santas indica que estamos ante dos retratos fruto de la observación directa del natural, apuntándose en el caso de Santa Justa, que
mira de frente, a su hija Juana como posible modelo, alejándose así de su encorsetado estilo.
El cercano parecido entre esta Santa Rufina y la Cabeza de muchacha de la Fundación Lázaro
Galdiano realizada por Velázquez prueba la utilización de modelos cercanos por ambos artistas, y señalan cómo la presencia de éste último pudo suponer para Pacheco un revulsivo para
crear obras de excepcional calidad dentro de su producción. El maestro se desmarca en estas
obras de su habitual técnica, al utilizar empastes que dejan discernir las mismas pinceladas
presentes ya en las primeras obras de Velázquez y que lo elevaron a la categoría de genio. Estas pinturas ejemplifican cómo Pacheco acaba influenciado por su propio discípulo, aprende
de él, y sucumbe ante su arrolladora personalidad. Estas obras son consideradas entre de las
de mayor calidad de toda la producción del pintor, tras su descubrimiento en 2011.
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Diego Velázquez (1599-1660)
Retrato de Francisco Pacheco, hacia 1620
Óleo sobre lienzo, 41 x 36 cm
Museo Nacional del Prado, Madrid
Esta obra permite conocer los rasgos de Pacheco, así como su expresión, viva, atenta e
inteligente. El rico cuello que enmarca su cabeza nos habla de la relativa prosperidad de la
que llegó a gozar, y de la dignidad que otorgó a su oficio a lo largo de su vida. Una de las
principales aportaciones de Pacheco es el impulso que, como artista y maestro, dio al género
del retrato. Esta obra manifiesta el magisterio sobre su yerno Diego Velázquez, que creó con
este cuadro su primera obra maestra en este género, con una mezcla de fluidez técnica y viveza expresiva que el joven pintor no retomaría hasta su vuelta del primer viaje a Italia.
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Francisco Pacheco (1564-1644)
Libro de descripción de verdaderos retratos, de ilustres y memorables varones.
1599-1644
1599 1644
Dibujos a tinta, aguada y lápiz. Textos a tinta.
Biblioteca Lázaro Galdiano, Madrid.
El Libro de descripción de verdaderos retratos, de ilustres y memorables varones es
uno de los manuscritos más bellos del Siglo de Oro y en él Francisco Pacheco quiso mantener
viva la memoria de algunos de los más insignes ingenios de la época y celebrar su obra y virtudes. En muchos casos ésta es la única efigie que se conserva de artistas, escritores o religiosos, en su mayoría andaluces y contemporáneos suyos y las noticias que aporta, especialmente cuando les conoció y trató personalmente, son referencias fiables y válidas para sus biografías. El manuscrito incluye 56 bustos realizados a lápiz negro y sanguina para resaltar los elementos más significativos.
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Francisco Pacheco (1564-1644)
Arte de la pintvra, sv antigvedad, y grandezas... 1649
Biblioteca de la Universidad de Sevilla
Impreso en Sevilla en 1649 por Simón Faxardo, en edición póstuma, esta publicación constituye una de las referencias bibliográficas más relevantes y de mayor repercusión para la historia
de la pintura en España. A lo largo de los últimos años de su vida, concretamente entre 1632 y
1638, fruto de su experiencia y erudición, Pacheco escribió un compendio de carácter teórico y, en
menor medida, técnico, en el que resumía su ideología respecto a los modos de proceder en el
oficio de pintor. Su teoría fue dividida aquí en tres partes, denominadas “libros”, cada una de las
cuales fue dedicada a una parcela muy concreta de los distintos contenidos del arte de pintar. En
el libro primero, Su antiguedad, i grandezas, el autor profundiza acerca de la importancia de la
pintura respecto a otras artes, en concreto sobre la escultura. En el segundo de estos libros, Su
Teorica, i partes de que se compone, Pacheco se ocupó de analizar las distintas teorías propugnadas por el Renacimiento italiano, concretamente de artistas como Leonardo da Vinci o Rafael. El
último de los libros, De su pratica, i de todos los modos de exercitarla , fue quizás el que mayor relevancia tuvo para los distintos pintores que lo sucedieron, sobre todo en lo concerniente a las
maneras de pintar asuntos religiosos. En él, Pacheco detalla de manera exhaustiva las distintas iconografías y, sobre todo, el modo más ejemplar de representarlas a través de la pintura.
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