PERIÓDICO OFICIAL LA SOCIEDAD FARMACEUTICA DE SOCORROS MUTUOS, DEL COLEGIO DE FARMACEUTICOS DE MADRID Y DE LA ASOCIACION FILANTRÓPICA FARMACÉUTICA, AÑO XXI. MADRID: DOMINGO 29 DE ENERO DE SECCION EDITORIAL. cir Convenimos todos en el fin á que debe condula creación de l a Sociedad. NUM. 5, 500 asociados; resultarán, p u e s , 15 fallecidos y por }o tanto 15 boticas adquiridas por l a Sociedad. Como no podia menos de s u c e d e r , el S r . Diaz B a r o n a h a respondido al llamamiento que en el RESTAURADOR FARMACÉUTICO hicimos á ]a clase entera con el fin de d i s c u t i r l a cuestión que indicó sobre el objeto de este escrito. Consecuente al pensamiento de l a Sociedad E l Porvenir del Farmacéutico, viene á defenderlo en el n ú m . 2, último de este periódico, combatiendo , aunque no directamente, el plan de a s o c i a r o n mútua que con las salvedades del preámbulo presenté á l a consideración de mis compañeros en el número 52 del espresado RESTAURADOR del año pasado. A l recordar el contenido de uno de s u s p á r r a fos , se comprende que admito toda Clasa de enmiendas en la forma, si bien tengo por convicción que rechazar las que a l fondo se refieran; sin pretender por e l l o , lo repito, que el completo acierto sea el mió en materia tan difícil y trascendental. 1865, Calculado el n ú m e r o de estudiantes que terminan la carrera de farmacéutico en todas las escuelas de España, creo poder fijarlo en 60. De e s tos , 20 no se establecen, pasan á Beneficencia, al Ejército, r e g e n c i a s , etc. Quedan 4 0 , que van á ejercer la farmacia civil. ¿Será exajerado afirmar que entre los 40, h a de haber 15 que adquieran con sumo gusto u n a botica p u e s t a , s u r t i d a , acreditada, que desde el día en que l a pisen empieza á producirles con que v i v i r desahogadamente? ¿Qué sucede hoy cuando v a c a uno de nuestros establecimientos de a l g ú n crédito?.... L o que no p¿iede menos de acontecer: los aspirantes á colocación se presentan; y así como a h o r a los herederos se apresuran á vender por temor de no hallar otro comprador y tener que cerrar l a botica, y venden á menos p r e c i o , el día en que no exista ese temor, la Sociedad y el sócio con l a c a l m a que ofrece la garantía sacarán muchísimo m a s partido de los establecimientos, y en vez de déficit obtendrá beneficios como inmediato resultado de l a c o m p e tencia. E n cada vacante que o c u r r a , l a Sociedad anunciará y llamará á licitación, fijando por m i n i m i m de tasación el tanto del compromiso social, y, ó estoy m u y equivocado y l a esperiencia de a l g u nos años me e n g a ñ a , ó creo que siempre h a de pujarse en beneficio social el tipo de l a subasta. Convenimos también en qué gastos se han de originar e n su administración. P e r o no c o n v e n i m o s : 1.° en que la Sociedad tenga pérdidas de importancia en s u ejercicio arreglado á las bases que espongo. 2. ° No convenimos, en que sea mas ú t i l la f o r Dos dificultades veo en m i sistema y en todos: m a de Sociedad establscida por uno y con la g a rantía de un insignificante capital, á l a Sociedad el modo de tasar las boticas y s u desempeño d u rante el período que medie entre el fallecimiento m ú t u a sin fondo de reserva. 3. ° No convenimos, en aceptar las complica- del propietario y l a realización de l a botica por la ciones que resultan del Proyecto del Porvenir del Sociedad; pero estas creo podrán resolverse al fin Farmacéutico, que se ven y a á la simple lectura de satisfactoriamente. • él y que en l a práctica serán centuplicadas. 4. ° Y no convenimos, en fin, en que el seguro según nuestro pensamiento, sea mas gravoso que el del S r . B a r o n a p a r a los socios que sobrevivan muchos añas á su inscripción. V a m o s á dar razones en pró de lo objetado. Admitamos el 3 por 100 de fallecidos al año, ^ue es bastante admitir. Pongamos por minimum Téngase presente que el objeto p r i n c i p a l de la Sociedad que proponemos es, mas bien que la venta del material de una botica, la de su crédito, que es el resultado de los afanes y vigilias del fallecido: la venta del material solo no vale por lo general la pena de una asociación de esta clase , y puede a s e gurarse con ventaja en "otra forma indirecta sin menoscabo ó pérdidas de grande importancia. L a 84 venta de los enseres y productos constituye el o b - da en la forma dicha. L a comprendo como un g r a n jeto principal en el pensamiento de l o s S r e s . B a r o n a laboratorio donde se preparen los productos quíy Lafuente. L a enagenacion del crédito es el punto micos y farmacéuticos que por s u difícil y costosa de partida de nuestro proyecto. Estos señores s u - obtención en pequeño es engorroso elaborar con m a n el valor de los efectos adquiridos, calculan el economía en las boticas particulares. C o m o un cencoste de embales, trasportes, quiebras, e t c . , c o m - tro donde con entera confianza podíamos acudir; paran con lo que á ellos ha de producirles s u v e n - centro que estimulara a l trabajo y honrara á l a t a , y de aquí deducen las ventajas. Nosotros nos F a r m a c i a Española, tributaria h o y día con m e n g u a atenemos á la probabilidad de venta de estableci- nuestra de los laboratorios f r a n c e s e s ; c e n t r o , en mientos puestos y acreditados, m a s ó menos ven- f i n , no propiedad ni asunto de especulación mert a j o s a , según lo sea l a altura de s u crédito; por cantil de u n particular tan asequible á la codicia y eso vemos mas conveniente para el socio nuestro á sus consecuencias, que no llenarla el objeto, sino proyecto, y mas sencillo y productivo para l a aso- que aumentaría el m a l ; solo sí propiedad de todos ciación. Solo l a esperiencia podrá convencernos los farmacéuticos españoles, y dirigido por homdel error de convicción, si en él estuviéramos. bres de aptitud científica r e c o n o c i d a , c u y a sufi- Convengo en q u e , caso de una asoladora epide- ciencia sirviera de garantía a l resultado que apetemia 6 estremo decaimiento de l a f a r m a c i a , tal que cemos. E n una palabra , centro científico, no cenm u y pocos fueran los que se dedicasen a l estudio tro comercial. Eéstame, para c o n c l u i r , probar que la Sociedad de e l l a , peligrarla la existencia de nuestra Socied a d ; pero si esta dejara de ser por las causas i n d i - E l Porvenir del Farmacéutico es .ma» cara que l a de cadas , no hay que decir lo que sucedería á la del seguros mútuos. Según nuestro p r o y e c t o , supongamos que,las S r . B a r o n a ; aun en estos estremos veo m a s ventajas en el seguro mutuo que las que ofrece el s e - 15 boticas adquiridas a l año por l a Sociedad valen 15.000 duros. < guro en comandita. S i miramos el asunto bajo el aspecto comercial, Que á s u venta esta no solo no g a n a , sino que se gana ó se pierde en el pierde l a mitad, — que es mucho suponer. T e n d r á , p u e s , u n déficit de 7,500 duros que re negocio; si se g a n a es preferible lo gane una asociación mútua en provecho m ú t u o , que no lo uti- partir entre los 500 a s o c i a d o s , tocándoles por c o n . lice un especulador; si se pierde, l a c a r g a es mas siguiente 300 r s . á cada u n o . haremos tm dilema: llevadera entre 500 que entre d o s ; un peso que Supongamos también que esto se repite todos entre los años, y que por consiguiente nos cuestaácada aquellos seria un átomo' de gravitación apenas per- uno 300 r s . anuales sostener el derecho y l a s o ceptible para ellos. E l proyecto del Porvenir F a r - ciedad. agobiarla y derribarla á estos, distribuido macéutico es u n negocio puramente mercantil como Como se v é , es llevar las suposiciones al m á x i . otro c u a l q u i e r a ; el nuestro es un asunto de frater- m u n de i n s u t e s o . Veamos ahora el mismo cálculo p a r a l a sociedad nidad y decoro farmacéutico. L a fundación del seguro en el negocio de venta del S r . B a r o n a . Pagados por p r i m a de entrada — siendo 20.000 de productos á los asegurados, l a conceptúo tan embrollada, tan sujeta á quiebras y peripecias, de reales el valor a s e g u r a d o — 2.000 r s . Gastos que ocasionará surtiéndose del almacén tan escasa g a r a n t í a , y me ocurren tantas razones para comprobar m i opinion, que al esponerlas se- central el trasporte, e m b a l e s , v a s i j a s , e t c . , de los r i a l a r g o ; baste decir que para organizar l a Socie- efectos remitidos a l socio a l a ñ o , y calculando u n dad en buenas condiciones costaría mas el perso- pequeño c o n s u m o , 300 r s . Mayor coste que naturalmente tendrán muchos locales y contribuciones, que el n a l , material, producto que rindieran los suscritores. Que á estos productos adquiridos en el central que el que tenles es imposible surtirse de todos los productos á drían comprados á domicilio y en épocas oportumedida de su necesidad de punto distante á su do- n a s , y mas s i se atiende á que el c o n s u m i r de dimicilio , si han de atender como es debido a l servi- cho centro es obligatorio, calculémosle en Vio del cio público, y que s i l a Soiiedad ha de establecer valor total; s i se da a l í n f i m o gasto de 3.000 r s . , para subvenir á esta necesidad sucursales en todas a l año ascenderá dicho esceso á 300 r s . las capitales y centros de distritos, necesita emplear T e n e m o s , p u e s , que además de los 2.000 r s . de u n capital inmenso que h a de producir p o c o , y que jprima p a g a r á el suscritor a l año 600 r s . no creo que el S r . B a r o n a , s i lo p o s e y e r a , quisiera Comparemos los resultados. ocuparlo en tal asunto. C o n el P o r v e n i r , 2.000 r s . de entradayGOO anuaComprendo, y a ú n m á s , a n s i o , l a existencia de les ; c o n l a Sociedad m ú t u a , marchando c o n m u c h a una F a r m a c i a Central Española, pero no combina- d e s g r a c i a , 300 r s . a n u a l e s ; marchando regular- 35 mente, ni im r e a l ; marchando muy b i e n , se gana- ría reclama. En toda lucha, Señores, hay un momento en que los combatientes se sienten fatigados, necer á dinero. sitando hacer alto por un instante para volver de nue. Se comprende que los gastos de administración vo á la pelea con mayor empuje y brio. A l llamar á se deducen del producto de las ventas y poco gra- esas puertas confieso sin rubor, Ilustrísirao Señor, que varán al socio en la forma propuesta por nosotros. m i mano t i e m b l a , m i corazón late con estreraada preY queda probado que no es mas gravoso m i siste- cipitación, mi vista vacila, sintiendo por momentos que las fuerzas me abandonan. Este cansancio, es el resulm a que el del P o r v e n i r , al socio que v i v a muchos tado también de una larga lucha, entablada entre el años. deber y el temor. En este estado no puedo menos de al recobrar mis perNada digo de las pensiones ofrecidas por la So- hacer una corta pausa ciedad E l Porvenir por ser agenas al proyecto de didas fuerzas, me siento mas sereno, respiro con mas libertad, mi corazón late sin ninguna violencia, sin la s e g u r o s ; debiendo solo considerarse en dicho caso mas leve agitación, pudiendo distinguir con perfecta como un aguinaldo ofrecido por una casa de co- claridad, loque hace poco no percibía sino en la m a mercio al parroquiano'constante y que mas l u c r o yor confusion y desorden. Si es una verdad innegable, le ha proporcionado. E s u n a fineza que debe a g r a - que todos los efectos tienen sus causas ¿cuál habrá sido la que haya determinado este cambio? ¿Qué especdecerse equivalente á u n premio sorteado. táculo se ha presentado á mis ojos y obrado esta transL o s límites del periódico n o ' s o n suficientes p a r a formación? Os lo diré con franqueza. A la vista de prolongar mas este artículo; con lo espuesto,y sin tanta nave empavesada no dudo hallarme en el puerl a menor intención a g r e s i v a , por el contrario, de- to de la ciencia; observo esos variados y brillantes colores que sobre nuestros hombros campean, emblema seando lo mejor p a r a l a clase y solo por l a clase, de las diferentes ramas en que se halla dividida la he tratado de fijar á mis compañeros en l a idea que ciencia, sobre vuestras cabezas se ciernen espléndidas debe i m p e r a r , á m i j u i c i o , en la futura sociedad; coronas, sobre vuestros pechos se ostenta la mas n o recalcando demasiado quizás que a l crédito de ble insignia, cual es, la del magisterio, y todo r e u n i nuestras boticas y solo á él debe atenderse en ella, do indica hallarme rodeado de la ciencia y sabiduría. pues este e s , á mi parecer, el valor perdido , puesto que el material es siempre realizable con a l g u n a no importante pérdida. Zaragoza y E n e r o de 1865. Angel Bazan. EGCION 0 ! E I T ! F ! C á , BISGüISSO LEIDO ANTE EL CLAUSTRO DE L A UNIVERSIDAD DE GRANADA EN EL ACTO SOLEMNE DE L A RECEPCION DEL C A TEDRÁTICO DE FARMACIA QüíMICO-INORGÁNICA DOCTOR DON IGNACIO GARCIA—CARRERO Y PÉREZ. l i m o . Señor: El severo cumplimiento de la ley, me obliga hoy á levantar la voz en este sagrado r e c i n t o , en esta mansion del saber. Seguro está que por inspiración propia viniera á ocupar esta tribuna y molestar á tan respetable Claustro,\pues estoy firmemente persuadido de la imposibilidad en que me hallo de poder atraer sobre m i vuestra atención, por la carencia de las dotes necesarias é indispensables; comprendiendo perfectamente de que esto solo les seria dable conseguirlo á grandes talentos y profundos pensadores á la par que á brillantes imaginaciones. Diversas y encontradas emociones se agitan y se agolpan en tropel á m i corazón y á mi cerebro. De temor unas, de desconíianza otras. De un lado el recuerdo de las inspiraciones del genio, los acentos de la elocuencia y las voces del saber , que desde este sitio han resonado en ocasiones análogas y que han salido de los labios de esa pléyade de brillantes jóvenes que me han precedido en esta solemnidad; de otro la vacilación y la duda que sin cesar me atormenta de no corresponder como quisiera á lo que vuestra ilustración exige, vuestra sabidu- Ofenderos altaménte seria, reclamar vuestra benignidad é indulgencia. Si estas cualidades negarse no pueden á los que á las ciencias se dedican, menos aún han de faltar á los encargados de enseñarlas, p r o p a garlas y difundirlas. Si lleno de confianza llego hasta vosotros, es porque no dudo concederéis u n asiento, siquiera sea el último, pues que otro no merece al l a do de tan insignes varones, al joven que desde hoy viene á compartir con vosotros, la noble tarea, la e l e vada misión que le está encomendada: asegurándoos, que siempre os contemplará con profundo respeto, con alta veneración. De antemano agradecido á tan sincero recibimiento aceptad, el testimonio de agradecimiento que de lo íntimo de su corazón os envia, el que en este momento tiene el honor de dirigiros la palabra. II. Cuál habia de ser el t e m a , que en este solemne acto debiera someter á vuestra consideración, fué la p r i mera dificultad con que tropecé al tomar la pluma para comenzar este trabajo. Esta dificultad no era nacida, de que la Historia natural, la Física y la Q u í m i ca que agrupadas designamos con el epíteto de c i e n cias naturales no brindaran con m u l t i t u d de puntos á cual mas interesantes y dejaran de ofrecer ancho campo á la imaginación y la razón. Era motivada sobre á cuál debiera dar la preferencia, en la. seguridad siempre de que fuera el que quisiera el elejido, merecería ser tratado con mas erudición y desenvuelto por pluma mejor cortada que la míaPrecisado pues á decidirme, he creído oportuno presentaros un paralelo entre el hierro y el oro h a c i é n dolo estensivo á alguno de los 'principóles compuestos que ambos f o r m a n . Su sola enunciación os hará c o m prender que no deja de ser digno; fijemos hoy n u e s tra atención sobre estos dos metales. Las sociedades modernas no podrían subsistir sin la existencia del primero, ni hubieran llegado á la a l t u ra en que hoy las contemplamos, si las ciencias no 80 ^ " h i e r a n adelantado y de estos adelantos no hubieran nacido igualmente sus estensas y numerosas aplicacio^ s . Hemos querido poner frente á frente del hierro e^ oro, ese rey de los metales que tan escaso se halla en la naturaleza, que tan cuidadosamente se guarda, que tan codiciado es, con el hierro que lo es tan abundante, que con tanta profusion se encuentra, y que tan indiferente bajo nuestras plantas hollamos, sin que por gratitud siquiera, detengamos nuestra marcha un solo instante, doblando la cerviz para fijaren él nuestra atención. Haremos en cuanto nos sea posible un detenido estudio de ambos, examinaremos sus principales propiedades, como las de sus compuestos, veremos sus aplicaciones, todo con severa imparcialidad, no se crea tratamos de hacer resaltar las del uno sobre »1 otro, porque así á nuestro objeto pudiera c o n venir. Después de esto podremos deducir fácilmente, cuál de los dos es mas ú t i l , cuál mas interesante, y por lo tanto cuál merece hoy con mas justicia ser d e nominado, rey de los metales. IIÍ. E l hierro es un cuerpo simple metálico cuyo descubrimiento se pierde en la mas remota antigüedad. Ya en el Génesis leemos ( l) que Tubalcain, hijo de Sella, q u e j i v i a 4000 años antes de Jesucristo, fué artííice en trabajar de martillo toda especie de obras de cobre y de hierro. Tubalcain ha servido indudablemente á los autores profanos para formar el mito de Vulcano. Los alquimistas le denominaron Marte á causa d é l a relación misteriosa que suponían existir entre el metal y el planeta de este dios, designándose con este m i s mo nombre en toda la antigüedad, por ser con el que se fabrican las armas para la guerra: de ahí la denominación de pintas marciales, azafrán de marte, etc., etc. que daban á los compuestos de hierro, y que hoy aun conservamos para muchas de las preparaciones que tienen por base este metal. E n los tiempos antiguos va se le tenia en mucho aprecio, deduciéndose, de que los griegos daban por premio una bola de hierro al vencedor de algunos juegos olímpicos. Si se ha de creer á la fábula , la aplicación del hierro en la t e r a péutica es muy antigua. Hace tres mil doscientos años que el pastor llelampo, hizo tomar en vino el orín de hierro para curar de su impotencia á Elides,, hijo de Filaco. Existe en las plantas y en los animales, encontrándose muy esparcido en la naturaleza mineral, no solo en estado metálico, sino que presenta una gran variedad de compuestos. L e hallamos en estado metálico, formando el hierro meteórico; podiendo clasificarse las segundas, en minerales oxidados, constituyendo el peróxido ánhidro, hidratado, óxido magnético y la francklinita; sulfurados y telurados, ó sean las piritas amarillas, blancas, magnéticas, sulfates y telururos; en minerales fosforados y arseniados como son los fosfatos, arseniuro, sulfo-arseniuro, arseniatos y sulfo arseniatos, en forma de silicatos muy abundantes ó carbonatados; en la de oxalate, (humboldtita) y en combinación con ácidos metálicos, ó sean los cromatos, tungsiatos, tautalatos, tantalitos y finalmente titanatos. E l hierro nativo se halla en vetas, envuelto con óxido de hierro y diversas sales, ó en masas considerables aisladas a la superficie de la tierra y á distancia de toda minado hierro. E n veta, existe según S c h r e i ber en las montañas de Oulle, cerca de Grenoble, en forma de estalactitas ramosas, cubierto de óxido de (1) Génesis. Cap. I V , vers. ? 2 . hierro, arcilla y cuarzo. Karstem a f i r m a , que tamílica se halla en Kamsdorf (Sajonia) diseminado en una masa de óxido, carbonato de hierro y sulfato de barita, pero parece no está puro según el análisis que de él hizo K l a p r o t h . Bergman en su Geografía física, habla de un fragmento de hierro nativo en filamentos m a leables hallado en la matriz ó venero del granate pardo de Steinback (Sajonia). Proust dice haberle encontrado también en algunas muestras de sulfuro de h i e r ro en América. Se vé pues que esla clase de hierro nativo es muy r a r a , por loque dudan de su existencia algunos m i n e ralogistas. No así de la segunda, es decir, del hierro nativo en masas aisladas. Esta especie, aunque no muy abundante, se halla diseminada por todas partes sobre la t i e r r a , y cuyas masas á veces considerable no dan lugar á a t r i b u i r su formación á la mano del hombre por hallarse á largas distancias de todo país civilizado. Dícese haber encontrado en una llanura de la A m é r i ca Meridional cerca de San-Yago de T u c u m a n , en el lugar llamado Olumpa una masa de hierro del peso de m i l quinientos kilogramos; otra cerca de Durango en la nueva Vizcaya, que H u m b o l d t calculó en veinte mil kilógraraos. M. Pallas observó otra en Siberia de setecientos kilógramos. E n la colección de la academia de Ciencias de San Petersburgo se ve otra masa de hierro nativo que pesa mil setecientos treinta y siete kilógramos hallada en Siberia cerca de los MoñtesK e m i r . Hácese mención también de una masa de h i e r r o maleable del peso de ocho m i l kilógramos h a llada debajo del empedrado de la ciudad de A k é n , cerca de Magdeburgo. Valerio dice que existe en A f r i c a una de estas m a sas m u y considerable y se beneficia por los moros, de suerte que básta forjar el hierro para poderle usar. Por ú l t i m o , en los Anales de química y física (1) se menciona una masa de hierro nativo muy dulce de veinte y ocho pies cúbicos, hallada en el Brasil. H e mos dicho que esta especie de hierro se hallaba muy esparcida en el globo, siendo digno de notarse la s i n gularidad que ofrece, y es que en todas partes presenta c a ^ los mismos caracteres físicos. Es celular estando llenas sus cavidades de una materia silícea de la naturaleza del perídoto ó del olivilo y siempre aunque en cantidad variable, contiene níquel que á veces llega á un 16 por IOÜ. Mas abundantes son las d i f e r e n tes variedades de minerales de h i e r r o que hemos d a do á conocer y de los cuales se estrae este m e t a l . E n lo general, para este objeto se hace uso únicamente del óxido de hierro magnético, del peróxido ó hierro d i g i s t o , del hidrato de peróxido de h i e r r o .v del c a r bonato ferroso. Pero como todos estos cuerpos calcinados en contacto del aire, dan óxido férrico, podemos decir que solo de este compuesto es de donde se estrae el h i e r ro. No son utilizados los que contienen mucho azufre, fósforo ó arsénico porque le q u i t a n la mayor parle dé su tenacidad. Antes de dar á conocer las propiedades de este metal y sus principales usos, reseñaremos l i geramente los procedimientos que se emplean para su estraccion. Precede á esta operación la preparación de los minerales y que los mineros dividen en dos clases: minas terrosas y minas en r o c a . Pertenece á las primeras el hidrato f é r r i c o , impurificado por s u s t a n cias terrosas, y las segundas todas las demás especies. Son preparados los minerales en roca calcinándolos al aire Ubre, en disposición parecida á los hornos c o n t í (1) Tomo 2, pág. 379, 37 míos de cal, mediante cuya operación pierde el hierro toda el agua y ácido, q u ^ a ^ d o una masa porosa mas fácil de reducir. Los terrosos son preparados de otra manera: SG p o ne el mineral en una g r a n caja de madera ó fundición, cuyo fondo está encorvado y se llena de agua. Es r e movido el mineral, mediante una rueda hidráulica que hace g i r a r un árbol provisto de barras de hierro; como el agua continuamente se renueva, las partes mas pesadas son las que quedan en el fondo y las mas ligeras que son las terrosas van por encima, siendo arrastradas por la corriente de agua. Guando la loción está terminada se abre uno de los lados de la caja y se deja salir el agua que ha servido para este objeto. Una vez preparados los minerales, precédese á su estraccion. Dos son los métodos generalmente seguidos en la industria forrera para esplotar el metal que nos ocupa, á saber, el llamado los altos hornos y el conocido con el nombre de procedimiento catalán. Para la estraccion del hierro por este método que es el mas simple y el mas pronto, siempre se emplean minerales ricos, puesto que perdiéndose mucho hierro, en el silicato ferroso que se f o r m a , produce solo un 33 por 100, no pudiéndose aplicar con ventaja á los minerales pobres. Nada mas sencillo por otra parte que la construcción de una forja catalana. Está reducida á un g r a n crisol cuadrangular de 0,m 7 á 0,m 8 de profundidad, recibido sobre un macizo de ladrillo, debajo de una tobera cuya dirección forma u n ángulo de 35° á 40° con la abertura del crisol. A l comenzar la operación esta cavidad se halla llena de carbon incandescente, á la vez que de dos masas distintas pero contiguas, de carbon una, de mineral otra, si bien la primera es mayor que la segunda, y recibe sobre su masa el cañón de la tobera. Cuando el horno está en disposición se ponen en movimiento los fuelles para calentar el horno, primero lentamente y luego tan fuerte como sea posible. A medida que la combustion avanza, desaparece la doble masa, reemplazándose solo la de carbon. La ganga de la otra se convierte en silicato muy f e r r u g i noso y cae al crisol arrastrando al ¡mineral reducido. Los fenómenos químicos que tienen lugar en esta operación, son los siguientes: el aire violentamente l a n zado por el fuelle convierte en ácido carbónico el c a r bon inmediato á la tobera, pero al desprenderse el gas, halla la masa de carbon incandescente que le reduce al estado de óxido de carbono; este descompone el óxido férrico y vuelve á pasar á ácido carbónico á espensas de su oxígeno, con lo que queda reducido el óxido ál estado metálico; por ú l t i m o , una parte del óxido férrico escapa á la acción reductora del óxido de carbono, que uniéndose á la ganga, forma la escoria, que es u n silicato doble de alumina y de hierro. V e mos pues comprobado la sencillez del método como igualmente la pérdida que se esperimenta; razón por la que no puede aplicarse como dejamos dicho, sino á minerales ricos y en aquellos puntos en donde existan á la par la abundancia del mineral y el c o m b u s tible. Este método ha debido ser el primitivamente p r a c ticado, por siderurgistas ambulantes que recorrían diferentes países cargados con sus forjas esplotando allí donde les convenia su industria nómada, como lo demuestran los escoriales de hierro, que desde hace muchos siglos se encuentran en ciertas selvas. E l procedimiento adoptado generalmente en todos los países para la esplotacion del h i e r r o , es el de los altos, hornos, ío que equivale á decir á alta temperat u r a . Con este nombre se designa un g r a n horno de fusion, cuya forma interior es la de dos conos t r u n c a dos y unidos por su base mayor. No descendemos á mas pormenores en cuanto á su construcción por no creerlo propio de este lugar. Puede decirse que su disposición general siempre es la misma, aun cuando la estructura de estos aparatos cambia según la n a t u r a leza del combustible empleado; así es, que la longitud es próximamente de diez metros, cuando son a l i m e n tados con carbon de madera, y de veinte metros cuando se usa de coke. Después de haber hecho la p r e p a ración anteriormente indicada, se necesita hacer una mezcla de minerales, para que de ella resulte una cantidad regular de metal y que este sea de lo mas puro posible. Esta mezcla es del mayor interés en el buen éxito de la estraccion, y por ella se puede conocer muy bien el mérito del que tiene bajo su dirección las operaciones metalúrgicas del metal en cueslion. Otra de las cosas que se deben tener presente es la ganga del mineral, para saber el fundente que se d e be echar. Si la ganga es arcillosa, que es lo mismo que decir si contiene mucha sílice, se le añade un fundente calcáreo, cual es la cal ó su carbonato, que se l l a ma castina-, si la ganga es calcárea se le añade un fundente silíceo, que denominan erhua. Méchala mezclado los minerales y la de estos con el fundente, se pone el todo mezclado por capas con carbon en estos hornos. Los fenómenos químicos que tienen lugar en la estraccion del hierro por el método de los altos hornos son: l .0 Prodúcese gas ácido c a r bónico á la vez que se desarrolla una elevada t e m p e r a t u r a , quemándose el carbon que llega por la tobera: 2 . ° A medida que el ácido carbónico asciende por la columna de carbon y mineral, halla al combustible iíicandescente y se convierte en óxido de carbono: 3.° E l óxido de carbono halla á su vez al óxido de hierro el que bajo la influencia de una elevada temperatura se reduce, pasando aquel al estado de ácido c a r b ó n i co: 4 . ° El hierro reducido desciende, mientras que el ácido carbónico vuelve á cambiarse en óxido de carbono, á espensas de la columna de carbon caliente por donde atraviesa. Existen otras reacciones que consideramos como accesorias, razón por la que prescindimos de ellas, añadiendo únicamente que como agente calorífico en esta operación, además del carbon e m pleado utilízase el óxido de carbono originado en la misma. Reasumiendo diremos, que si con el pensamiento dividimos u n alto horno en cuatro zonas las clasificaremos de la manera siguiente: 1 .a zona de destilación ó de desecación en donde son e s p u l sadas las sustancias volátiles del combustible y del m i n e r a l ; 2.a zona de reducción que es en donde el mineralqueda reducido bajo la forma metálica: S a z o na de carburación que es en donde el metal se c o m bina con el carbono y se convierte en fundición de hierro; 4.a zona de fusion que es en donde se efectúa la fusion completa de la fundición de hierro y de las escorias, hallándose esta zona inmediata al plano de la tobera. E n el fondo del horno ó crisol hay una abertura que, durante la operación se halla tapada con arcilla; terminada aquella se dá salida por esta al hierro fundido, recibiéndole sobre moldes de narea ejecutados casi al pie del mismo horno con arreglo á los modelos de madera hechos conforme á los objetos que de hierro fundido se han de vaciar. El resultado i n mediato de esta reducción, es lo que se designa con el nombre colectivo de f u n d i c i ó n , es decir, hierro i m p u - 38 ro, ó sea hierro combinado con el carbono y el silicio. Por el color de la fundición se viene en conocimiento del modo cómo ha marchado la operación. Cuando es negra es señal de que tiene mucho carbono, y por consiguiente que se ha echado mucho combustible; si es g r i s la operación ha marchado bien, y si es blanca señal de h a b e r ' u n esceso de mineral. "En los primeros dias sin embargo, la fundición que se obtiene siempre es blanca, por no ser la temperatura bastante elevada para obtener fundición gris. Recórrese á una s u b s i guiente operación que tiene por objeto privarle de la mayor p á r t e l e las sustancias que le i m p u r i f i c a n , l l a mada afinación. Consigúese sometiendo ulteriormente, la fundición de hierro blanca (pues la gris se destina en lo general á la construcción de objetos ordinarios) a una elevada temperatura en hornos á propósito. El silicio y parte del hierro se oxidan á espensas del oxígeno del aire, formándose un silicato de hierro muy básico; el carbon reduce el esceso de base de este silicato y se convierte en óxido de carbono; sien la fundición hay algo de manganeso, formará parte del silicato férreo, y si hay fósforo se acidificará produciendo comp el silicio, fosfato férreo. Estas son en resumen las principales reacciones en v i r t u d de las que pasa la fundición á ser hierro casi puro ó dulce, puesto que aun conserva un poco de carbono, silicio y a l g u nas otras sustancias estrañas, que todo reunido hacen al hierro algo mas duro y mas propio para los objetos á que se le destina. No descenderemos á la práctica, detalles y pormenores, por idénticas razones que anteriormente hemos manifestado. . A los adelantos de la Física, la Química y la Mecánica, se debe la perfección á que hoy ha llegado la estraccion de este metal. Sin su auxilio todas estas operaciones no darian resultados tan satisfactorios, sino que serian bien pobresconíiándolas á la r u t i n a . A l a ciencia tocaba únicamente resolver una porción de problemas bien inleresanles, como son los fenómenos q u í m i cos relativos á los métodos que se emplean, la teoría de lo que pasa en las diferentes zonas del alto horno, los efectos del aire caliente ó frió inyectado por las máquinas soplantes y el cálculo de estas para p r o d u cir efectos dados. Lo mismo podemos decir respecto á los hornos de afinación. La ciencia sola ha podido dar la solución en cuanto á los que se referían para el cálculo de los martillos y cilindros enpleados en las f o r j e n el de las máquinas que le dan movimiento y de otras muchas á cual mas ingeniosas. De todo esto podemos deducir qur los procedimientos usados por los a n t i guos, no podían tener la generalidad y perfección de los que hoy se siguen, debiendo variar mucho con la naturaleza de los minerales, las necesidades, los r e cursos y el genio de los pueblos. Sin mejorar sensiblemente los métodos primitivos, trascurrieron siglos enteros, cuyo primer cambio favorable fué el de sust i t u i r la leña poc el carbon v e g e t a l , para la fusion de la mena en los hornos de piedra, agregándose mas tarde sopletes movidos á brazo, para establecer una corriente continua de a i r e , que elevando la t e m p e r a tura en el hogar convenientemente, permitiese hacer las operaciones todas con la mayor regularidad, ü n vuelo rápido imprimió á la fabricación del h i e r r o , especialmenre enSuecia, Inglaterra, Alemania y F r a n cia la adopción de las altos hornos y de losliornos de aíinacion. . A fines del siglo pasado disminuyó en todas partes el número de los altos hornos establecidos y aumentó el producto en cada uno de ellos. A los adelantos continuos fué debida esta segunda circunstancia, p r i n c i - palmente á las mejoras introducidas e n la a l i m e n t a ción del aire, por la sustitución de los sopletes t r a p e zoidales de madera c e n i a s máquinas soplantes de c i l i n d r o . La disminución general de los aparatos, fué ocasionada por el aniquilamiento de los bosques y la consiguiente escasez cada día mayor del carbon de leña. Esto que á primera vista pudiera hacer pensar fuese una desgracia, por el contrario, señores, produjo en la metalurgia del hierro un inmenso progreso. De aquí nació el empleo del carbon mineral. La I n g l a t e r ra fué la primera nación que empezó á sentir los afectos de l a falta de combustible v e j e t a l , pues veía con dolor apagarse sus hornos uno tras o t r o , a l paso que en el continente se m u l t i p l i c a b a n . Idean en tal estado sustituir el carbon de leña con la u l l a de N e w castle, llegándose á producir la fundición en tan buenas condiciones como la que se obtenía con el otro combustible, y con una notabilísima disminución en el coste, pero esto después de m i l contrariedades y de infructuosas tentativas. Contribuyó también y no poco á facilitar y apresurar la fabricación por este medio, la aplicación de las máquinas de vapor, estableciéndose las fábricas cerca de las cuencas carboníferas y terrenos metalíferos, libertándose de este modo de ía servidumbre de los saltos de agua. Llégase por e s te medio á obtener cantidades inmensas de f u n d i c i ó n , aumentando las dimensiones de los hornos y el poder de las máquinas soplantes. Omitimos descender á m u l t i t u d de consideraciones á. que se prestan estos adelantos, y para terminar esta parte nos limitaremos á hacer notar que nuestra nación, tan rica en minerales y criaderos de c a r b o n , no podía ni debía p e r m a necer insensible á estos adelantos. Desde muy a n t i guo se hallaba establecida la industria del h i e r r o p u ro solo por e l sistema llamado á la catalana, e l a b o rándose en Vizcaya hierros tan superiores como los mejores ingleses, pero en tan corta cantidad que no bastaban ni con mucho para las necesidades del c o n sumo. E n el año de 1830 va principiaron á funcionar en Andalucía algunos-altos hornos, que sucesivamente han ido estendiéndose, y hoy contamos ya con catorce grandes fábricas con altos hornos á la inglesa en Málaga, S e v i l l a , A s t u r i a s , provincias Vascongadas, Castilla, L e o n , Galicia y Cataluña. Abrigamos una m u y fundada esperanza de que nuestra nación llegará en este ramo á figurar en p r i mera l í n e a , tan luego como los medios de trasporte sean mas fáciles y económicos, adquiriendo entonces u n portentoso desarrollo su fabricación, podiendo presentar en los mercados nuestros hierros, obtenidos empleando e l carbon m i n e r a l . Realizárase esto el día en que los criaderos deBelraezy Espiel se comuniquen por el f e r r o - c a r r i l con las fábricas de Andalucía; cuando suceda lo propio con los criaderos de San Juan de las Abadesas y las fábricas catalanas;, las de H i e res y Babero y las asturianas y gallegas con los de Leon y Falencia. Pasemos á estudiar las principales propiedades de este metal y reseñemos sus aplicaciones. El h i e r r o en el estado de pureza presenta u n color blanco, parecido a! de la plata; es súmamete tenaz y mas blando que el h i e r r o ordinario, f r a c t u r a escamosa, concoidea y algunas veces cristalina. Su cristalización es en cubos. Mas el que comunmente se nos presenta es el de u n color gris azulado, testura de grano fino, cuando no ha recibido la impresión del martillo ó de la testura fibrosa, si es m u y p u r o . Este es el hierro de p r i m e r a c a l i d a d . Su forma cristalina es también cúbica ú oc- tácdrica. L a cristalización hace al hierro m u y agrio, necesitando reconocerle y forjarle para que pierda esa agriez. Toma origen la forma cristalina, no solo por el débil enfriamieuto del metal, sino también por el m o vimiento vibratorio á que está espuesto muchas veces en los usos á que se destina. Es maleable y muy d ú c t i l , poseyendo esta ú l t i m a propiedad en más alto g r a do que la p r i m e r a . W o l l a s t o n ha conseguido hacer alambres tan finos que la vista no los percibe sino con d i f i c u l t a d . Posee la tenacidad en alta escala; pues un alambre de hierro de u n tercio de línea de diámetro resiste sin romperse un peso de mas de treinta k i l o gramos. Bajóla influencia del calor se dilata como sucede á todos los cuerpos en general, y cuando llega á la temperatura á 130° del pirómetro de"arcilla, se f u n d e , pero se ablanda muchoantesde la fusion, encuyoestado se le puede forjar y soldar sin intermedio alguno. Esta propiedad es de mucha aplicación y hasta ahora se conocen pocos cuerpos que ta posean. El aire y el oxígeno secos á la temperatura ordinaria no le atacan, pero oxídase rápidamente al calor rojo. E l aire húmedo ejerce la misma acción lentamente. Es el metal mas atraible por el i m á n y aun puede quedar magnético; en el estado de pureza mantiene por poco t i e m po esta propiedad, y se dice ser debido á la poca fuerza coercitiva que tiene, la cual se aumenta por la combinación con otros cuerpos como el oxígeno, a z u f r e , carbono, fósforo, etc., máxime disponiendo la barra de modo que el eje magnético forme ángulo recto con el meridiano magnético. El conjunto de es!as propiedades hace que sus usos sean m u y multiplicados. Las fundiciones que hemos dado á conocer no son h i e r r o p u r o , ni tampoco podemos considerarlas c o mo simples carburos puros, sino impurilicados además por otras sustancias. La fundición negra, es mas f u sible que las otras fundiciones; recibe bien la i m p r e sión del m a r t i l l o ; su fusibilidad la hace ú t i l para const r u i r ruedas dentadas mediante una segunda fusion. L a gris es de color menos oscuro que la a n t e r i o r ; es m u y sólida y tenaz, podiendo recibir la impresión de la lima; cortarse por medio de la t i j e r a , y taladrarse fácilmente. Estas fundiciones contienen 2,5 por '100 de carbono, 1 de silicio, cerca de 1 de fósforo y señales de manganeso, lo demás de h i e r r o . Sí la fundición contiene fósforo, disminuye su tenacidad, pero a u menta su fluidez, y la hace mas ú t i l para construir algunos objetos, como son, ruedas dentadas en primera fusion ó para la afinación del h i e r r o . L a blanca que es m u y agria y tan d u r a que raya el c r i s t a l , no la hace impresión la l i m a y se rompe por los golpes del m a r tillo. dicho seaor guardaba en uno de los cajones de la mesa de su despacho, pertenecientes á la sociedad de Socorros mutuos de Farmacia, como encargado que estaba de hacer algunos pagos. A pesar do las diligencias que por parte de la a u t o r i dad se han hecho para averiguar quienes pued«n ser los a u tores del robo, hasta ahora todo ha sido inútil , y el dueño del laboratorio no sospecha, n i mucho menos, en sus d e p e n dientes. Los papeles donde estaba el dinero han sido hallados en la cueva; pero ni en la me.-a y puertas de la casa se ha notado la más ligera señal de fractura. Hay quien dice que tal vez alguno de los antiguos criados del D. Juan, conocedor déla casa, habrá aprovechado alguna oportunidad para e s conderse en la cueva y efectuar el i'obo por la noche.» Hemos copiado íntegramente lo qne antecede de dicho periódico de noticias, con objeto |de fundar la rectificación que afecta á nuestro comprofesor y amigo Sr. Talegon, e l cual, por su acreditada honradez y delicadeza no podia dejar sin correctivo dicho suelto á que se refiere en el siguiente comunicado. «Señor director de L a Correspondencia de E s p a ñ a : Muy señor mío: Bajo la dolorosa impresión de la desgracia ocurrida en m i casa en la mañana de ayer, leí anoche con estrañeza u n suelto de su,digno d i a r i o , el cual ha venido á hacer mas profundo el disgusto en que me hallaba. Es un hecho consumado la sustracción de la citada c a n t i dad, habiendo solo una ligera diferencia en el modo de e s plicar los hechos. De una manera incidental, para mayor claridad del a s u n to, y con objeto de averiguar si era posible quién fuese el l a d r ó n , di algunas esplicaciones á las autoridades respecto á la sociedad Farmacéutica de Socorros mutuos, déla que hace cinco años soy tesorero , y nunca pensé que dichas esplicaciones pasaran al dominio del público; de esto á lo que en e l suelto se asegura, diciendo que son fondos de la citada sociedad , hay gran diferencia, que viene á perjudicar la honra de mi c a r g o . La sociedad Farmacéutica de Socorros m u t u o s , i n d e p e n diente de la desgracia que lamento, tiene garantidos sus f o n dos bajo mi custodia, lo mismo hoy que el primer dia que merecí su ilimitada confianza. Cumple á mi decoro ó intachable probidad, ya como ciudadano honrado, y a como profesor digno y pundonoroso, suplicará V . encarecidamente se digne consignar estas líneas en el número p r ó x i m o , á cuya deferencia le quedará muy reconocido su afectísimo amigo S. S. Q. B. S. M.—Juan G. Talegon.» Sentimos este fatal incidente y deseamos que la justicia (SQ c o n t i n u a r á ) . encuentre medio de aliviarle, pudiendo repetir como lo hace naestro amigo y compañero, que la Sociedad nada tiene que SECCION VARIA. temer por resultado de esta circunstancia, como lo prueba el estarse pagando sin interrupción las nóminas de los haberes anunciados últimamente. A s c e n s o s . Con este epígrafe dice E l Siglo Médico l o Ocurrencia laméntable. Según verán nuestros lectores en el siguiente suelto de L a Correspondencia de Espa- siguiente: «Al empleo de secretario de Sanidad ha ascendido el o f i ñ a , aunque mal redactado como se advierte en el escrito q u e le rectifica, nuestro comprofesor D. Juan G. Talegon, ha s i - cial primero de la secretaría, D. Julian Saiz Cortés, y para do víctima de alguno de esos finos rateros que pululan por llenar la Vacante de este y las sucesivas, se ha corrido la escala como era razonable y j u s t o . Queda, p u e s , dicha secrela Cortesía ser vistos ni hallados. Dice asís taría con el siguiente personal: D. Julian Saiz C o r t é s , secre«En las primeras horas del dia de hoy se ha efectuado un tario; D. Ciríaco Ruiz Jimenez, oficial primero; D. Juan Villa robo de bastante consideración en la botica de D. Juan Gual- y V i l l a , oficial segundo; D. José Pastor y M a g a n , oficial berto Talegon, establecida en la calle de Toledo, n ú m . 80. tercero y D. Gerónimo Blasco, auxiliar. Todos son licenciaEl robo consiste en unos 24,000 r s . en billetes de Banco, que dos 5 doctores en medicina. Hasta hace poco nunca se ha 40 visto la socrotaría d e l Gonsojo do Sanidad compuesta de médicos, y mucho Ayudante farmacéutico D. Estéban Herrera y Plaza, que s i r - esclusivamente ve en dicho hospital en comisión. menos la do la ostinguida 6 i d . Goncodiondo cuatro meses do Real licencia al p r i - Junta suprema. Poco á poco se vá á lejos.» mer Ayudante farmacéutico supernumerario procedente del Acompañamos á nuestro'colega en la satisfacción que demuestra por esto suceso. Pero se nos ocurre p r e g u n t a r l e , si ejército de G u b a , D . José Rodriguez y P u e r t o , para que hallaría aun mas satisfactoria la circunstancia do que en la pueda permanecer en Sevilla al lado de su familia con o b - jeto de atender á la curación de las dolencias adquiridas en secretaría de dicho Consejo hubiese algún empleado f a r m a - U l t r a m a r , quedando céutico , ya que existen tres consejeros de nuestra f a c u l t a d , sin que nadie les preste el auxilio indispensab'e en ol des- de oposición de segundos Ayudantes farmacéuticos, que han ciable colega reconoce la justicia de que los asuntos módicos de celebrarse en M a d r i d , al practicante de tercera clase do no dudamos .que la primera Compañía sanitaria, D . Eduardo A l c u v i l l a y M a r - estará á nuestro lado para que los asuntos farmacéuticos se tinez , á condición de estinguir en el Cuerpo el tiempo de s u hallen en igual caso, y así esperamos que nos lo manifieste empeño si llegase á obtener ingreso en el mismo. para que la satisfacción de todos sea completa. Aniversario. La Real Academia de Medicina de M a - d r i d celebra l a sesión inaugural del presente año académico de sus h a - 6 i d . Concediendo permiso para presentarse al concurso pacho de los asuntos propios de l a misma. Si nuestro a p r e sean evacuados por sus comprofesores, agregado para el percibo beres al hospital m i l i t a r de dicha plaza. Diccionario d e F a r m a c i a . A la vez de repartirse el periódico de hoy se d i s t r i b u i r á la p r i m e r a entrega d e l 2.o t o - el día 29 de Enero á la una de la t a r d e , en su local sito en mo de dicha obra, enviándose luego también á provincias á la Facultad de Medicina, antes colegio de San Gárlos. todos los que-han avisado de seguir suscritos á la misma, y En ella dará cuenta, á n o m b r o de la Junta d i r e c t i v a , del cuyo pago harán cuando gusten, según se indica en la c u - estado y de los trabajos desempeñados por la Corporación bierta; teniendo entendido que áfinde aprovechar las exis- en el año 1865-, el Secretario perpetuo. D r . D . Matías Nieto tencias de pliegos del primer tomo para los nuevos suscritores, Serrano, y leerá el discurso de Reglamento, que versa sobre solo se servirán durante u n mes los pedidos de reclamacio- Las potencias ó agentes que d e t e r m i n a n los fenómenos o r - nes atrasadas que tanto han perjudicadt) la obra. gánicos, el D r . D-. Gabriel Usera, académico numerario. En seguida se adjudicarán los premios ofrecidos en el programa del año próximo pasado, á los autores de las memorias que ANUNCIOS. la Academia ha juzgado dignas de este h o n o r , publicándose después los que ha acordado nuevamente c o n f e r r . Objetos les. pertenecientes á las Ciencias natura- Los ciento y tantos cajones con objetos enviados por la Comisión científica española del Pacífico, se encuentran ya en la Aduana de M a d r i d . Lástima es que estos objetos, entre Se necesita u n regente para una oficina de farmacia establecida en la capital de p r o v i n c i a , y otro para una botica de pueblo situado entre Guadalajara y S o r i a : dirigirse á la r e dacción de este periódico para saber mas detalles. los cuales los hay sumamente raros y curiosos , no puedan El farmacéutico que necesite u n practicante con nueve tener una colocación digna por falta de espacio en el Museo^ años de práctica, podrá dirigirse á D . Juan Galán, en Toledo, d o n d e , como ya hemos dicho repetidas veces, se hallan a r - quien dará r a z ó n . rinconadas muchas otras colecciones. E l ministro que acierte á buscar u n m e d i o , siquiera fuese i n t e r i n o , para remediar U n practicante de farmacia con mas de diez años de este m a l , prestaría u n inmenso servicio á la ciencia, con práctica en poblaciones i m p o r t a n t e s , desea colocarse. D i r i tanta mas r a z ó n , cuanto que al verlos tirados p o r el suelo, girse á D. Mariano M a r t i n , calle del C o r r e o , 6, Santander. puesto que no hay otro punto donde colocarlos, se lastima el decoro nacional y se menosprecian los esfuerzos hechos por los hombres de la ciencia para reconocer y estudiar aquellos objetos. De los ochenta y tantos anímales vivos enviados por l a Comisión científica del Pacifico , solo t r e i n t a han sobrevivido á la travesía , habiendo muerto Se vende u n a oficina de farmacia establecida en Cabezas de San J u a n , que tiene de despacho 30.000 r s , anuales y esta dotada con 5.000 por la asistencia para los pobres, que se pagan por mensualidades: dirigirse á D. Juan Antonio Moreno, farmacéutico en dicha residencia. algunos desde el Havre á Un Licenciado en Farmacia desea colocarse de Regente M a d r i d . E n t r e l o s muertos se encuentran tres preciosos c i s - en una botica. Dirigirse á D. Miguel Caballero, calle de San nes blancos de cuello negro. E n t r e los vivos quedan a l g u - Ildefonso, n ú m . 34, en esta Corte. nas especies rarísimas, como son : cuatro guánacos , animal análogo al l l a m a , y dos liebres de Patagonia, cuya propagación seria útilísima por su gran t a m a ñ t , su fina piel y su delicada carne. Sanidad militar. E l D i r e c t o r y E d i t o r responsable , Q u i n t í n Chiarlone. Por Real orden de 6 de Enero de 4 865 se destina al hospital militar de Valladolíd al segundo Madrid: — I m p . de J . M. Ducazcal, Plazuela de Isabel W , 8. E l Res ta. TJ-ra. do r F a rixiacéiat-ico" se p u b l i c a todos los domingos. — Redacción, Plaza de Isabel I I número 3 , oficina de farmacia, á doiulo se d i r i g i r á n las reclainaciouos y pedidos enviando su valor en m e t á l i c o , letras de giro ó sellos de franqueo.—Precios de s i a s c r i c i o n : ea M A D R I D , por ua año, 50 nmles; por aa semestre 2 6 ; p o r u n trimestre ^ 4 , l i u PROVINCIAS, pof Uü año, 6 0 ; por un semestre, 3 2 ; pot un trimc-sire, l i k e n e l ÜSTRíVNJÍillO, p o r un ano, 8 0 . E n U L T R A M A l l , -1Ü0. (Jada aúnaero suelto tamo del periódico COBTJ de la ü i s l o r i a de l a Farmacia que ss publica adjunta a l mismo, u n real para los suscritores y dos para los que ao l o soaa.