RESUMEN INTERVENCIÓN RAMIRO BEJARANO GUZMÁN REFORMA PROCESAL CIVIL EN COLOMBIA. La reforma procesal civil en Colombia principalmente pretende modernizar el proceso y además agilizarlo. Por esa razón, la más reciente reforma procesal civil gira sobre dos ejes fundamentales: • el primero, la implantación de la oralidad en todos los procesos civiles; • y, el segundo, la adopción de medidas administrativas de descongestión. La implantación de la oralidad en todos los procesos civiles En lo que tiene que ver con la implantación de la oralidad, el Gobierno desde el año 2010 ha venido expidiendo varias leyes, concretamente la ley 1395 de 2010 y la 1564 de 2012 ( Código General del Proceso CGP). En la ley 1395 de 2010 se sentaron las bases para que los juicios civiles se adelanten en forma oral, dejando atrás el engorroso sistema escrito. Dada la complejidad de la transformación, la ley dispuso que entre el 1 de enero de 2011 y la misma fecha de 2014, el Estado debería implementar los recursos logísticos y proveer la capacitación de los jueces, para que puedan desenvolverse en un sistema de justicia oral. En ese término de 3 años, el Consejo Superior de la Judicatura (CSJ) debería dotar los despachos judiciales de todos los recursos necesarios para que opere la oralidad en los procesos, de manera que a medida que en cada distrito judicial - de los 33 que hay en el país - se tuviere la certeza de que ya estaba dotado de todos los instrumentos necesarios, se dispusiera la entrada en vigor de la oralidad. Ese RESUMEN INTERVENCIÓN RAMIRO BEJARANO GUZMÁN plazo está por expirar y salvo en tres distritos judiciales, en el resto del país todavía no se han acondicionado los despachos judiciales en el resto de lugares. Mientras corría el término de 3 años previstos por la ley 1395 de 2010 para que se implementara la oralidad, el nuevo gobierno presidido por el doctor JUAN MANUEL SANTOS, impulsó la reforma al código de procedimiento civil, vigente desde 1971, y fue así como acogió el proyecto de Código General del Proceso elaborado por el Instituto Colombiano de Derecho Procesal. Como consecuencia de ello, se tramitó el proyecto de ley en el Congreso y finalmente se expidió el CGP como la ley 1564 de 2012, la cual no ha entrado a regir en su integridad, salvo algunas disposiciones especiales. En efecto, este nuevo estatuto pretende que se implante la oralidad en los juicios civiles, para lo cual igualmente se estableció un plazo de tres años contados a partir del 1 de enero de 2014, para que durante ese período en forma gradual el CSJ disponga en cuáles lugares puede empezar a aplicarse la oralidad, lo que dependerá de que se hayan dotado los despachos judiciales de los recursos técnicos necesarios y que se haya capacitado suficientemente a los jueces. En ese orden de ideas, en Colombia en este momento está por expirar el próximo 1 de enero de 2014 el término de tres años previsto en la ley 1395 de 2010 para que sea implementada la oralidad, y, ese mismo día, debe iniciarse el cómputo de otro plazo de tres años previsto en el CGP, para que gradualmente se vaya disponiendo la vigencia de la oralidad en los diferentes distritos judiciales. Esa pluralidad de plazos para que entre a regir la oralidad - el de la ley 1395 de 2010 y el del CGP - en cierta forma revela la ansiedad y necesidad por lograr que, finalmente, se implante la oralidad en los procesos civiles, donde hay un atraso mayúsculo de la justicia. RESUMEN INTERVENCIÓN RAMIRO BEJARANO GUZMÁN En la hora actual, salvo en algunos pocos distritos judiciales ya está operando la oralidad reglada por la ley 1395 de 2010, pero en los demás todavía se están dotando los despachos de los recursos necesarios. El término de los tres años de esta ley para que ello ocurriera está por vencerse, por lo que la Sala Administrativa del CSJ ha presentado un proyecto de ley al Congreso con el que se pretenden dos objetivos: el primero, prorrogar por un año más el plazo de entrada en vigor de la oralidad decretada por la ley 1395 de 2010; y el segundo, disponer que una norma crucial sobre la duración de los procesos no entre en vigencia sino cuando ya esté operando plenamente la oralidad. La adopción de medidas administrativas de descongestión. El otro frente que se viene desarrollando en Colombia para provocar la reforma y mejoramiento de la justicia civil, son las relacionadas con la adopción de medidas administrativas de descongestión. Estas medidas administrativas de descongestión buscan apoyar la labor de os jueces regulares, con el nombramiento de los denominados jueces de descongestión, a quienes se les encomienda el trámite y definición de aquellos asuntos que ameriten la presencia de este auxilio. Como consecuencia de ello, en todo el país y particularmente en las ciudades donde se presenta la congestión y atraso de procesos civiles, vienen actuando jueces de descongestión. Su intervención no ha conseguido descongestionar los despachos judiciales, porque estos jueces de descongestión deben resolver tales asuntos represados con base en las normas del estatuto procesal civil, y no con el sistema oral, con lo cual esa dilación o morosidad termina trasladándose de un despacho a otro. Asimismo, aunque se trata de una disposición prevista en el nuevo CGP, que ya debería estar operando porque así además lo habían dispuesto tanto la ley 1395 de 2010 como la ley del plan general de desarrollo, en materia civil el RESUMEN INTERVENCIÓN RAMIRO BEJARANO GUZMÁN propósito del legislador es que los procesos en primera instancia no duren más de un año, mientras que en segunda instancia no tarden más de 6 meses. Esta prescripción no ha tenido valor práctico aun. Esta disposición legal que tiene sabor de medida administrativa porque se relaciona con la forma como se ha de administrar el proceso civil al definir el tiempo máximo de duración, ha tenido la resistencia del poder judicial y de muchos sectores de litigantes y practicantes del derecho. En la actualidad se ha conformado una Comisión de Seguimiento a la Reforma del CGP, integrada por el gobierno, magistrados de altas cortes, expertos litigantes y docentes, que viene auscultando el adelantamiento de las tareas que han de ejecutarse para que pueda empezar a operar definitivamente la oralidad en los procesos civiles.