22 de Julio de 1867. Núm, 7, Año s e g u n d o . ^=>oCSí^íDo« SE SUSCRIBE: En Madrid : en la Administración. calle de Isabel la Católica, 18, tercero. En los almacenes de música de los señores Romero, Eslava, Martin Salazar, Bernareggi, Carrafa y Casimiro Martin. En las librerías de San Martin. Puerta del Sol. 6; Victoria, 9, y L. López, Carmen, 13. En provincias, en los almacenes de música y principales lilirerías. Milán: affencia Lamperti, Lupa, 7.—Albergo di Francia. P. Clerici, corso Vittorio Emmanuele, 20. Paris: M. Boura, hotel Dalayrac, 2, rué Monsiffny,frente al teatro de los Italianos. REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN: ISABEL L A C A T Ó L I C A , 18. PRECIOS DE SUSCRICION. Madrid . 6 rs. por un mes. Provincias 24 rs. por tres meses. Ultramar 10 pesos un año. Extranjero 8 pesos id. id. El pago de la suscricion es siempre adelantado. Este periódico se publica los días 7,15,22 y 30 de cada mes. Número suelto, DOS reales. EL ARTISTA MÚSICA, TEATROS, SALONES. Con el presente número repartimos á nuestros suscritoros de la tercera sección de música, una lindísima candon habanera á dúo, titulada Amor sin esperanza, letra y música de D. A. Bernabé Lentisco, impresa en gran tamaño y lujo, y con una preciosa cubierta de color. Esta obra, que es una de las mejores en su género, y que creemos llamada á alcanzar una gran popularidad por su mérito especial y gracia, acaba de ponerse á la venta en el almacén de su editor, D. Antonio Romero, al precio de DOCE REALES. A nuestros suscritores únicamente cuesta DOS REALES. SUMARIO.—LA MÚSICA, LA POESÍA, LA MUJER Y EL ARTISTA, por Osear ' 'Camps y Soler.—CLARINETE DE D . ANTONIO ROMERO, por C.—CAR- una nota que, dulce y vaporosa como un suspiro, se ha desprendido del corazón de una mujer. Sí; es una nota que los céfiros trasportan sobre sus alas ligeras; para elevarla al cielo; para depositarla en el tiono de Dios; para hermanarla con las notas de las arpas angélicas. ¡La mujer...! la creación mas gentil, mas pura y mas sublime del pensamiento de Dios...! ¡La música. .! el lenguaje mas espresivo y mas elocuente de la armonía celeste... Hé aquí dos ángeles que Dios ha creado en la espansion de su amor; hé aquí dos ángeles que, si en su peregrinación sobre la tierra se encuentran un dia, se dan el ósculo de la fé, se identifican y no se separan jamás. Todo es belleza; todo es poesía; pero no hay nada mas dulce que el canto de una mujer. ' "TAS QUE JUAN PEDRO PÉREZ ESCRIBE Á SU AMIGO ÍNTIMO TEÓTIMO, DE LAS COSAS DE MADRID, por Juan Pcdro Pérez.—EL BUSCADOR DE PERLAS, por Armando de Pontmartin.—Miscelánea.—Anuncios. LA MÚSICA, LA POESÍA, LA MUJER Y EL ARTISTA. FANTASÍA. I. Una pintada mariposilla descansa con sus alas recogidas sobre el cáliz de un oloroso jazmia... ¡Qué hermosa! —Escuchad que triste es el arrullo de esa tórtola inocente, que escondida entre las ramas del verde olivo, Uora^ tal Vez, su amarga soledad. —La melancólica sonrisa de la noche estrellada se refleja en las aguas del Océano, que á su influjo se agita... ¡Todo es encanto; todo es poesíal Pero un estraño acento ha vibrado en el aire... ¡ah! es II. Era allá en el reinado feliz de la inocencia, cuando perdido por la inmensidad del empíreo vagaba desasosegado un querube en busca de asilo. Ofrecióselo la mujer en su corazón, y (¡recuerdo venturoso!) la hija de la tierra y el morador celeste desde aquel dia se amaron. Una triste aurora sobrevino después. Por decreto de su dueño inmortal, hubo de remontar el querube su vuelo hacia lo infinito, y la mujer desconsolada vio, á través de sus lágrimas, cómo se perdían su amado y su esperanza entre las nubes mas remotas del firmamento. Como prenda de indeleble recuerdo, dejó caer el ángel sus alas, que la virgen de sus amores recogió. Era ese recuerdo un poderoso talismán; era el instinto de lo bello y lo sublime, y el ser que ella amaba tanto; era el genio de la poesía. 50 EL ARTISTA. Desde entonces se elevaron los ojos de la mujer al cielo, y resplandecieron de santa y misteriosa luz. Percibió sus ardorosos destellos el hombre, y hé aquí cómo el simple mortal se trasformó en artista. En esa cuna se mecieron Dante, Rafael, Murillo, Bellini, Rossini y Petrarca. La mujer hizo que el hombre se levantase del lodo en que yacia postrado, y se elevase á mas puras regiones cantando las glorias de Dios con el sublime acento de los colores, de la poesía y de la música. Ella en su angélico deseo, busca en todo la belleza, la poesía del alma y el idealismo; es un capullo gentil, aunque arraigado en la tierra, que eavia sus efluvios al cielo. M. P. Lacombe, referente á la invención de nuestro compatriota D. Antonio Romero y Andía, profesor de clarinete de la real capilla de S. M. y del Conservatorio. Dice así: He prometido hablar de los clarinetes espuestos por el Sr. Romero, Hasta ahora no me habia ocupado de este útil instrumento, porque en los escaparates que han atraído precedentemente mi atención no he hallado nada digno de escribirse. Felizmente puedo llenar est© vacío por el estudio del nuevo sistema presentado por el Sr. Romero. El clarinete, como nadie ignora, juega un papel capital en la música militar. Reemplaza las tres partes del cuarteto, primer violin, segundo y viola. El bajo en otro tiempo completaba el conjunto h a ciendo la parte del violoncello; se le ha suprimido, ignoramos el por qué. De este modo el clarinete, un antiguo y respetable instrumento, ha sido objeto de modificaciones importantes, que, sin embargo, na hablan llegado á corregir sus imperfecciones. IIL Entre estas, y como la mas importante, señalaré el defecto de afiLa mujer ama la música, como la mariposa á las flo- nación de ciertas notas; el sonido velado, sordo, desigual de otras, y res, la tórtola la soledad, y á la noche los mares. por último, la gran dificultad, por no decir imposibilidad, de ejecutar frases por la mala disposición de las llaves. El artista la ama también. El clarinete no data de ayer. Al decir artista, no pretendo hablar precisamente de los Viene de Nuremberg, patria de las arcas de Noé y de los soldadoa que han conseguido que su nombre resuene de polo á polo, de plomo, donde fué inventado en la última mitad del siglo xvu, por sino de los apóstoles del sentimiento, que por amor al arte un constructor de instrumentos, llamado Cristóbal Deuner. saben sacrificarlo todo: honores, riquezas y vida; de aqueEl clarinete no salid como Minerva del cerebro de Deuner armada llos, en fin, que encendidos en el sacro fuego del entu- de punta en blanco. Al principio no poseia mas que una llave, faltándole totalmente la siasmo, saben despreciar el mundo y su esplendor, y arrosigualdad en la sucesión de los diferentes registros; el pato nacia así-trar con faz serena el infortunio y la miseria antes que demismo y se multiplicaba en paz. gradar y prostituir su genio. Pesado en estremo seria, no digo nombrar, porque ignoro sus nomEl artista y la mujer se parecen, porque tienen una mis- bres, sino investigar cuáles fueron los hombres atrevidos que, poco á, ma fisonomía moral. poco, elevaron el número de sus llaves hasta cinco. ¿n fin, Muller a-pareciót quien fué el primero,... que le aDadió Entrambos abren su corazón á las dulzuras del idealismo; hasta trece llaves. Este fué un gran paso, una mejora considerable, aliméntanse los dos con los encantos de la gloria, y sueñan y salvo insignificantes modificaciones, la mayor parte de los clarinedespiertos con un paraíso de esperanzas y dichas, cual no ha tistas vulgares aun tienen su clarinete de MuUer. existido jamás sobre la tierra. Sin embargo, este es singularmente imperfecto, y la razón fácil El vulgo ha hallado cierta asimilación espiritual entre la de comprender. Los agujeros del clarinete fueron desde un principio construidos imaginación caprichosa de la mujer, y la estravagante oride modo para que concordasen las exigencias de la acústica con las ginalidad del artista. de la mano, cuyos dedos, dispuestos por la Providencia con otro obIV. jeto muy diverso del de tocar el clarinete, parecía rechazar la posición reclamada por la física. lAíí'IS Pero escuchad de nuevo... La física, en efecto, con el absolutismo propio de las ciencias, queEs la mujer que con mano temblorosa pulsa el arpa de ría que los agujeros, modificando la columna de aire, correspondiesen castos sonidos... su voz se confunde con la voz melancólica exactamente á las divisiones indicadas por el monocordio, calculadas en la proporción de los sonidos templados. del instrumento... su rostro se irradia de fulgor divino... La física y la fisiología se entendieron bastante mal, y las conce¡Callad! el artista ha creído, sin duda, oir el lenguaje de siones de la una no pudieron arreglarse de modo alguno con los asunlos ángeles, y ved cómo esas dos almas se estasian, se agi- tos de la otra. En vano se trató de torturar un dedo, alejar un agujetan por un mismo deseo; y vuelan, vuelan perdidas por las ro desmesuradamente, tapar otro á medias, solo se conseguía un insesferas del ideali -mo en busca de asilo. trumento incompleto, emitiendo entonaciones viciosas, notas veladas ó chillonas, un mecanismo de llaves lleno de dificultad, hasta de imUn querube los ha acogido bajo sus alas. posibilidad, puesto que á él se debe el que en las orquestas se usen ¡Es el genio de la música! permanentemente tres clarinetes en la, sí bemol y do. ¡Ay! que la mujer y el artista no volverán á pisar la Si añadiera que la nauta, unida al clarinete por ciertas relaciones tierra en que nacieron! de familia, adolecía del mismo mal, y se veia con frecuencia acusada ¡Vedlos... cómo recorren victoriosos por los ámbitos del del crimen de falsa, comprenderáse cómo la invención de Boehm pudo cielo! también influir en los destinos del instrumento amado de loa ÓSCAR CAMPS T SOLER. ciegos. Teobaldo Boehm, autor del sistema al que está ligado su nombre, y del que se habla las mas veces sin saber á punto fijo lo que hizo, CLARINETE DE DON ANTONIO ROMERO. era por los años de 1830 flautista de la capilla real de Munich y además hábii constructor. Admirado de las grandes imperfecciones do Como anunciamos en nuestro número anterior, á continuación tras- su instrumento, sobre todo en lo concerniente á la afinación, la facilicribimos el erudito artículo publicado en La Frunce CAoral, por dad del fraseo, del arpegio, etc., intentó una grao revolución, imagi- EL ARTISTA. 51 nó la apertura racional en la flauta de doce agujoros, abiertos su- todas clases y especies, hasta el punto de hacerlos todos igualmente cesivamente, y procediendo por semitonos según las leyes del tem- brillantes y limpios; después, en los pasajes rápidos, en losque entran peramento. las_tres notas ya nombradas, sol sostenido, la sostenido, ^«becuadro, Abierta de este modo la flauta, Boehm, hallóse algún tanto emba- y por último,.generalmente todas las especies de adornos é fioritura razado, porque uo tenia doce dedos para tapar sus doce agujeros; era grwppetti, mordenti, appoffiature, etc. pr3CÍso, pues, que un solo dedo produjese un doble efecto. Entonces Como he dicho anteriormente, es en todos los tonos y modos donel ingenioso coustructor tuvo i lea de los anillos móviles que rodean de el Sr. Romero ejecuta con una facilidad igual y una calidad de los agujeros tapados por los dedos, y haciendo mover las pequeñas sonido perfecto los pasajes que hasta aquí hacian necesario el camvarillas que comunicaban con apartadas llaves. Por este medio po- bio de tono en el instrumento y la trinidad de la orquesta en do, la y díase con nueve dedos solo abrir y cerrar muchos agujeros, y el pro- si bemol. El sistema del Sr. Romero es la abolición inmediata de esta blema estaba resuelto, obteniendo por este medio un instrumento dificultad grandísima, y contra, la que los clarinetistas protestaban, nuevo propio para facilitar la ejecución de todas las dificultades, y como es sabido, al dejar en su casa el claripete en do. además de una afinación matemática. A mayor abundamiento, la ejecución en su instrumento no preDe esta manera es fácil comprender todo lo que constituye el sis- senta sino bien escasa diferencia con el clarinete Boehm, y pocos tema Boehm.Esta es, en dos palabras, la facultad para el constructor dias bastan para acostumbrarse. No pudiendo llevar mas lejos este estudio ya muy largo, me limide producir instrumentos arreglados á las leyes mas rigorosas de la física, y I ara el ejecutante la de usar sin dificultad de este instru- taré á decir que, si me he estendido, ha sido á causa de que hasta mento, gracias á los anillos que comunican el movimiento á llaves el presente, escepto quizás el cilindro de rotación y de pistón de Pelitti, no he visto nada mas interesante y completo entre los proque no se podrían emplear sin ellos. gresos efectuados en la factura de instrumentos. No tengo palabras El sistema Boehm fué al punto generalmente apreciado y aplicacon que encomiar é impulsar á los directores de mílbica y profesores, do por MM. Brod á los oboes, Beer y Klosé al clarinete y Gebaner al para que se den cuenta por sí mismos del hermoso trabajo del señor bajón. Romero, para suplir á este estudio árido. Esto nos conduce directamente al clarinete. M. Klosé, como anuncia él mismo en el prefacio de su método, no Como se ha conservado unido á las obras de MM. Boehm y Klosé, tenia la pretensión de crear un instrumento nuevo. Convencido de las el nombre de M. Buffet, su hábil constructor, no creo deber omitir el imperfecciones del clarinete de trece llaves, de que hemos hablado ya, nombre de M. Pablo Bié, inteligente intérprete del invento del señor juzgó, después de muchas tentativas, que los anillos de Boehm era lo Romero.» que habia mejor, y cou ellos enriqueció su instrumento. No tengo Hasta aquí el artículo de la Frunce Ohoral. tiempo ni los documentos necesarios para manifestar precisamente Inútil creemos decir á nuestros lectores, si nos habrán agradado cuál fué el papel que representaron, en sus diferentes mejoras, en estremo los elogios tributados por toda la prensa francesa, con M. Beer y M. Klosé, su discípulo. Lo que resultó de todo esto fué que particularidad los de L'Instrumental y el Progres Musical á un el juego de los dedos en el clarinete ordinario se modificó solo para maestro compatriota, cuando por lo general se muestra siempre, las notas de horca que hizo desaparecer, ó sean el si bemol, mi bemol al tratar de un instrumentista estranjero, estremadamente parca. y fa natural. En efecto, el invento del Sr. Romero es de una importancia tal, Por otra parte creo bueno, para juzgar con acierto de las mejoras entraña en sí tal adelanto en un instrumento, hasta el presente tan presentadas por el Sr. Romero, y que juzgo como muy fundamenta- incompleto y falto de afinación, que en vano la coterie y la envidia les, tomar del mismo M. Klosé la comparación entre el clarinete de tratarían de oscurecer su trascendencia y su notable perfección. trece llaves y el de anillos móviles. C. El clarinete ordinario está atravesado por veintiún agujeros , de * los que nueve están cerrados por llaves. CARTAS La diferencia consiste eu la supresión de las tres horcas, Í^ bemol, mi bemol, fa natural, obtenidas por la adición de tres nuevos QUE JUAN PEDRO PÉREZ ESCRIBE Á SU AMIGO ÍNTIMO TEÓTIMO, agujeros. DE LAS COSAS DE MADRID. El clarinete del Sr. Romero está provisto de veintidós agujeros que se tapan»coa nueve dedos, por medio de siete anillos y Je diez y MADRID 22 de julio.—Parece que la cosa se anima, querido Teóseis espátulas. timo. * El objeto que se promete el Sr. Romero primeramente, es hacer Esta cosa es la cuestión de teatros, la cual desde hace algún tiempo perfectamente afinada é igual la ostensión general del instrumento, ha adquirido entre nosotros grandísima importancia, hasta el punto y además su ejecución mas fácil. de dar lugar á intrigas, negociaciones, apuros y afanes de marca El Sr. Romero ha aprobado la obra de-sus antecesores, tomando mayor. el clarinete eu el punto que lo ha dejado Klosé, llevando á buen fin Yo tengo alquilado ya mi balcón para poder disfrutar de la fiesta las mejoras iniciadas, é introduciendo otras en las que no se pensaba. con toda comodidad y regalo; un balcón altito, pues como soy bastante He oido al mismo inventor tocar su instrumento, y puedo asegurar viejo, no quiero esponerme, si por acaso hay bulla, á que me den alque ejecuta, con una afinación perfecta, los pasajes reputados mas gún empujón y tenga que lamentar algún desperfecto en mi persona, difíciles, los trinos menos practicibles, las escalas diatónicas y cro- que, aunque de poco mérito, la cuido mucho, porque deseo ver lo quo máticas en todos los tonos y modos, y esto, sin ningún esfuerzo apa- dura un viejo bien cuidado. rente, sin trabajo, sin contorsiones*, sin aparecer, como muchos ejeEl teatro mas llevado y mas traido es el de la Plaza de Oriente. cutantes, querer tragarse el clarinete. [Y que cosas se cuentan de él estos dias! He dicho que el Sr. Romero, profesor del Conservatorio de Madrid, Si yo fuera empresario, que* no lo soy ni probablemente lo seré clarinete á solo de la capilla real, y caballero de Carlos III, se pro- nunca, te aseguro que ya estarla temblando como un azogado. ponía, por sus mejoras, llenar un doble objeto. Y te digo, querido Teótiíao, que hay motivo para ello, motivos, En primer lugar, al continuar la obra de Klosé, ha hecho perfecta como dice el buen Sancho Panza. la igualdad y la afinación de su instrumento, modificando algunos Es cosa de llenarse de susto y de tener que rodearse de mil presonidos que dejaban aun mucho que desear, tales como las tres notas cauciones. Los pelos se ponen tiesos con solo pensarlo. sol sostenido, /a natural, la sostenido, y ciertos intervalos de duo¡Hay una conspiración! Si, amigo mió; una conspiración hecha y décima, como sol, re, do sostenido, sol sostenido, e t c . . derecha, como si dijéramos, crecidita, pues asegurase que lleva ya En segundo, facilitar la ejecución en el ataque de los trinos de Testido de cola y miriñaque. 52 EL ARTISTA. Han -venido agentes secretos que han minado y contraminado el terreno y preparado el campo para la gran campaña, que se dará para vengar el ultraje de no haber accedido á los deseos del público (co.mpuesto de media docena de amigos), que deseaba imponer á cierta artista. Esto de querer imponer artistas te juro, querido Tedtimo, qup me hace mucha gracia, y estoy seguro de que te la ha de hacer también. Creo una obra de caridad decir á una empresa: —Mire V. que va mal por ese camino ajustando á tales ó cuales artistas, y que seria mucho mas conveniente contratar á estos otros, porque reúnen mejores condiciones. Pero imponerlos á la fuerza ¿por qué? ¿Qué gana la reputación de un artista con esto? Si el artista tiene un mérito real y positivo, el público lo echará de menos; y si la empresa por sus miras particulares, 6 por acceder á los caprichos 6 exigencias de alguna persona, no lo contrata para contentarlo, el público no recurrirá á conspiraciones, ni cabalas, sino que tomará otra venganza mas positiva y dolorosa. No asistirá á los espectáculos. Y cree que para una empresa esta os la peor venganza que contra ella se pueda tomar. Déjeselas entera libertad, no se coarte su autonomía, que si lo hacen mal, en el pecado llevan la penitencia; y mientras en la sala del teatro aplauden con furor los amigos de los artistas contratados, en la contaduría las arcas están vacías. Se las da un consejo amistosamente, se las advierte lo que la esperiencia ha demostrado que es lo mejor, y si no lo hacen, peor para ellas. Pero ¿por qué empeñarse en lleva.rlas al bien á la fuerza? ¿Qué necesidad hay de imitar al dictador Sila, que llevaba al pueblo romano á palos á la libertad? Sobre todo, cuando ya en otra ocasión que se les ha dado consejos, que se les ha insinuado artistas, que se les ha predicho lo malo que les iba á suceder, no han querido escuchar razones. Lo mas lógico seria á mi parecer, que los encargados de dar cuenta de lo que acontece en los teatros, dijesen la verdad lisa y llanamente, sin ambajes ni rodeos, y no llamasen sublime á lo mediano, y buenc^ á lo malo; no prodigasen elogios inmerecidos á artistas en decadencia, que ya debieran estar descansando de su gloriosa carrera; no alentasen la vanidad de personas de escaso mérito, que se creen eminencias cuando solo son nulidades; en una palabra, que el crítico fuese crítico sin hacer caso de parientes, amigos y conocidos. Así sabrían todos á qué atenerse, y se evitarían los disgustos, las desazones y las pretensiones de los que, olvidando que los aplausos qu^reciben les cuesta el dinero, ó figurándose que el público ignora que sus triunfos están aj ustados, pagados y preparados de antemano, ornan estos elogios por el lado serio y los quieren hacer valer después como positivos. Traiga la empresa del teatro Real en buen hora la compañía que quiera; si es buena, ganará gloria y dinero; pero si no lo es, perderá la una y el otro. El público es mayor de edad y sabe manejar con mucho acierto sus intereses, y no hay peligro de que lo engañen muchas veces, como él no se quiera dejar engañar. Estoy seguro que mas de un empresario de teatros me dará la razón inpectore. También estoy seguro de que te estarás riendo de mí al verme tomar este asunto tan á pechos, y dar mi parecer con la misma seriedad que 8i yo entendiera de estas cosas. Ya creo crirte decir: ¡Tu quoquel ¡Qué quieres! Esto de meterse donde á uno no le llaman y de dar su opinión en lo que no entiende, es una enfermedad contagiosa, de la que es muy difícil librarse, y se necesita mucha filosofía y grandísima fuerza de voluntad para resistir á la tentación cuando se ve á cada paso á los demás hablar, perorar y dar consejos en cosas que no saben. Acerca de esta debilidad y flaqueza humana, dijo Horacio en su Arte poética: Sapientia prima stultitia caruisse... pero como yo no soy sabio, ni cosa que lo valga, me puedo permitir muy bien el lujo de caer en estos escesos cuando veo á otros que me dan el ejemplo. Parece que los señores han levantado una punta del velo que cubre los misterios de bastidores y no han quedado contentos ni satisfechos. Yo no sé lo que habrán visto 6 lo que les habrá faltado que ver, porque no estoy iniciado en estos secretos; pero á muchos les he oido gritar: —¡Traición! Si puedo descubrir lo que hay, te lo contaré al momento para qua te prepares á divertirte, pues si son ciertos los furores y los brios que alientan á los que se encuentran ultrajados, mucho mas violentos que los de Orestes, hemos de presenciar algún San Quintín teatral, que ha de dejar en mantillas á los mas famosos del corral del Príncipe entra chorizos y polacos. ¡Ténganos Dios de su mano y cójanos confesados, Teótimo mió! Aunque en confianza te diré, y con todo el sigilo que requiere asunto tan peliagudo, que no pases pena; pues 6 mucho me equivoco, 6 no ha de llegar la sangre al rio. Dios Nuestro Señor, por medio de algún mensajero que oportunamente mandará cuando sea la ocasión propicia, lo arreglará todo á gusto de los señores. Hasta ahora solo te puedo decir que hay definitivamente contratados para el Teatro Real los artistas siguientes: Sra. Sonieri soprano; Sras. Nantier y Peruzzi, mezzo soprani; señorita Llanes, contralto; Sres. Tamberlick, Naudin y Palermi, t e nores; Sres. Bonnehée, Bartolini y Varvoni, barítonos; y Sres. Selva y Atry, bajos profundos. El Sr. Naudin no vendrá hasta diciembre, y para los dos primeros meses, octubre y noviembre, parece que la empresa está en n e gociaciones con el Sr. Nicolini. Sabrás como hay un proyecto de condiciones para la subasta del teatro del Príncipe, en el cual se piden 80,000 rs. de alquiler por el local, adjudicándose al que presente mejor compañía. Me parece bien lo de pedir 80,000 rs. por el alquiler del edificio, porque cada uno es muy dueño de pedir por lo (yie es suyo lo que crea mas conveniente para sus intereses; pero me parece mal lo de la mejor compañía. ¿Quién es el que va á emitir su opinión acerca de esto? Sin duda alguna se formará un jurado. ¿Pero la opinión del jurado será la del público? ¿Quien puede asegurarlo? ¿No podria ser muy fácil que lo que al jurado le pareciese bueno, al público le pareciese malo? Yo no encuentro lógico psto de obligar á las empresas á que formen sus compañías de tal ó" cual manera. Me parece lo mejor dejarlas en entera libertad, y que allá se las avengan con el público. Si las cosas serias fuesen cosas de juego, y yo fuese muchacho, y jugase alguna vez á ser dueño de algún teatro, mis condiciones serian un poco á la rusa. Así por este estilo: Concederé la esplotacion de mi coliseo al qae me dé por él maa alquiler y me asegure mejores garantías de instabilidad y buen cumplimiento de sus obligaciones. Será libre de traer la compañía que mas le cuadre y de presentar los espectáculos que mas le agraden; pero en la inteligencia, de que al primer escándalo que haya en el teatro por su culpa, sin recibir amonestación ni aviso alguno desalojará al punto el local, perdiendo cuanto en él hubiese'gastado. Y yo,to aseguro que por miedo de que el público dejara de asistir á^su teatro si la compañía que presentaban era mala, y por temor de tener que desalojar el local si habia escándalo, porque los espectáculos que disponían eran poco dignos y convenientes, los empresa- EL ARTISTA. rios andarían con mas cuidado que van ahora, y el público estaría mejor servido. Pero como puedes dar por seguro, que yo no jugaré nunca á los teatros, será fácil que mi pensamiento se quede siempre entre tú y yo. Dicen los que lo saben que dos empresas están preparadas á disputarse la posesión del coliseo del Príncipe. En una figura D. Florencio Romea, y en otra los hermanos Catalina y el Sr. Delgado. Entre los artistas contratados para la compañía dramática que ha de trabajar este invierno en el teatro de la Zarzuela, figuran la Sra. Lamadrid y el Sr. Tamayo. Al frente de esta compañía estará D. Joaquín Arjona. Desde que el calor ha establecido defiaitivamente sus reales en esta cdrte, acude una concurrencia numerosa, todas las noches que hay concierto, á los Campos Elíseos, donde se disfruta á la vez de dos cosas agradables, la una en todo tiempo y la otra en la actualidad: buena música y fresco. En el concierto que se efectuc5 la noche del martes último, entre otras piezas escogidas y de mucho mérito, perfectamente interpretadas por la orquesta que dirige el señor Barbieri, ejecutaron una bella sinfonía del maestro español señor Balart, titulada Concepción, que te aseguro que es una buena composición, que agradé mucho á los inteligentes, y unos Recuerdos de Don Juan, arreglados por el maestro señor Arrieta, que también agradaron sobremanera por el buen gusto é inteligencia que preside en esta obra. Asimismo hemos oido en estas últimas noches la sinfonía de il Barbiere di Siviglia, que escribió el maestro Carnicer, ejecutada con mucho acierto y maestría. Te confieso, amigo mío, que la idea del señor Barbieri de hacer interpretar á la escelente orquesta que dirige las obras de nuestros maestros españoles con objeto de que los que no las conocen puedan juzgarlas y apreciarlas, me había parecido digna de todo elogio; pero mira tu lo que es no entenderlo; me he equivocado. Los sabios no aprecian esta idea en el mismo valor que yo, y no pasa dia sin que se les oiga poner el grito en el cielo, lamentándose de que el señor Barbieri no haga tocar mas á menudo á su orquesta música clásica, sobre todo muy vieja. Tú sabes muy bien que para poder interpretar con la perfección debida, con todos sus mil detalles y bello colorido cualquiera obra de Haydn, Mozart, Mendelssohn ó Beethoven, se necesita por lo menos veinte ó treinta dias de ensayos consecutivos, y para eso han de ser profesores tan inteligentes como los que dirige el señor Barbieri; de modo, que para agradar á los señores de buen gusto, la orquesta deberá pasarse la vida estudiando música clásica esclusivamente. Esto sin contar el poco amor que revela por sus glorias nacionales el que todo el dia está clamando por obras estranjeras, máxime cuando la mayor parte de los que esto piden, si de antemano no se les repartiese un programa en el que se anuncia el título de las obras que se van á ejecutar y el nombre de los autores, puedes estar seguro que no sabrían distinguir la música do Auber ó Thomas de la de Mehul, Mozart 6 Beethoven. ¡Con qué, Señor, perdonadlos, porque no saben lo quese hacen! No te olvides de tu buen amigo, JUAN PEDRO PERKZ. EL BUSCADOR DE PERLAS. III. (Continuación) (1). Se encendieron antorchas; reuniéronse los arrendatarios y guardas para hacer las debidas investigaciones, y toda esta gente corrió á los bosques, guiada por Alfonsina y por Eugenia, que marchaban á la cabeza, y cuya inquietud era inesplicable. Se recorrió el bosque en toda su ostensión, y todas las pesquisas parecían inútiles, cuando un grito desgarrador salió de repente ea el silencio de la noche, (1) Véase el número 5. 53 del lado de un pequeño estanque que aun no había sido esplorado, y que se hallaba situado á la orilla del bosque. Aquel grito había sido lanzado por Mad. de Overlay, que habiéndose adelantado á los esploradores y conducida por una especie dé presentimiento, acababa de hallar á M. de Mersen tendido en tierra y á Tristau en sus brazos, .medio muerto de dolor, de fatiga y espanto. A sus gritos, corrió hacía ella todo el mundo; se reunió á Tristan, que contó con voz interrumpida por los suspiros y sollozos, que, espantándose su caballo del tronco de un árbol colocado al través dol camino, y no pudiendo él sujetarle, había sido arrastrado hacia el estanque en que iba á ser precipitado, cuando su padre, lanzado al galope detrás de él y tirándose de pronto al suelo, le habia detenida al bordo de aquel precipicio; poro sea que el salto de M. Mersen estuviera mal calculado, sea que la angustia paternal le hiciese perder la cabeza, cayó de la altura del caballo, enredada la brida en la mano y el pié en el estribo, y el caballo arrastrado por el peso de su cuerpo, habia caido-sobre él; un grito ahogado salió de su pecho, después Tristan no habia visto, oido, ni sentido nada, y el pobre niño tampoco sabia cuánto tiempo habia trascurrido después del funesto accidente. Levantaron á M. Mersen que respiraba aun, y lo trasladaron á Lavernia, en donde Alfonsina y Eugenia no le abandonaron ni un solo momento en los tres dias que duró su agonía: al tercero hizo uu gesto como si quisiese hablar; pero las palabras se helaron en sus labios, y solo se limitó á recomendar, con una tierna mirada, á las dos hermanas, al joven Tristan que iba á quedar solo en el mundo, y espiró. Al llorarle estas, comprendieron lo mucho que le querían; E u g e nia fué la que derramó mas lágrimas; el dolor de Alfonsina, mas reprimido, fué mas profundo y corrosivo. Acostumbrada á refrenar todas sus pasiones, intentó hacer 1 o mismo con esta; pero su corazón se destrozó con este nuevo esfuerzo. Hay heridas en el alma como eu el cuerpo, y sucede muchas veces que la última que se recibe las abre todas. Mad. de Overlay languideció durante algún tiempo.— Mucho le amabas: le dijo Eugenia un día que hablaba de su muerte próxima con una resignación triste y dulce.—Sí, hermana mia, respondió sencillamente.—Murió quince dias después. Aunque Esteban era todavía niño, su dolor fué el de un hombre; el alma de su madre habia pasado toda entera á él; ñel á sus lecciones, se decía que muerta su madre, ninguna mujer le amaría ya como quería ser amado. ¿Tenemos necesidad de decir que Tristan fué adoptado por las dos viudas, que Alfonsina al morir habia encargado á su hermana que lo casara un dia con Alina, y que este casamiento habia llegado á ser el deseo mas ferviente de mad. Senac, en medio de aquellas fechas fúnebres que se multiplicaban detrás de ella como las cruces de madera negra al borde de un camino recorrido? Alina tenia entonces nueve años, Esteban y Tristan quince. Brevannes y Lavernia, despoblados por la muerte, no traían á la memoria de Alina de Senac mas que lúgubres recuerdos; dejólos y vino á fijarse en París para ocuparse en la educación de su hija, y en la de aquellos dos niños, de los que también era madre, puesto que habían quedado huérfanos. IV. Tristan de Mersen y Esteban de Overlay fueron puestos en un mismo colegio, y la casa de Mad. de Senac quedó siendo para ellos lo que la casa paterna para los estudiantes. La dulce intimidad de Brevannes y de Lavernia se continuó en esta nueva esfera, trasformándose poco á poco, á medida que Tristan y Esteban entraban en esa edad en que impresiones mas vivas y agitadas principian á mezclarse eu las amistades de los niños. Eran dias de fiesta para Alina aquellos en que los dos pensionistas, libertados por algunas horas de su prisión clásica, venían á dividir sus juegos como en otros tiempos, y sentarse á la mesa de Mad. de Senac. Pero un inteligente observador hubiera sospechado muchas diferencias, ya en la acogida que hacia á sus jóvenes compañeros, ya en las maneras de estos con respeto áella. Su preferencia á Tristan se revelaba por mil indicios de 54 EL ARTISTA. los que Esteban no perdía ni uno, y los cuales le afirmaban en su resolución de no ser jamás para su prima otra cosa que el mas cariñoso y el menos exigente de los camaradas y hermanos. Tan bondadoso como su madre, no intentó hacer de este espíritu una arma para indemnizarse de esas desventajas esteriores que sufría tan profundamente, y solo pens(5 en servirse de ellas para adivinar, en sus fibras mas secretas y en sus mas misteriosos rodeos, las almas con que iba á encontrarse en contacto, y para arreglar su conducta á estos descubrimientos. Háse dicho con razón, que la soledad debilita á los débiles y fortifica á los fuertes; y se puede añadir también, que la soledad del corazón, tal como se la imponia Esteban, exaspera las naturalezas vulgares y ennoblece las delicadas. Mucho antes que Alina, y que la misma Mad. de Senac, descubrió que su prima, adelantándose á los proyectos de su madre, sentia por Tristan uno de esos amores en que la adolescencia pone todas sus ignorancias, y lajuventud todas sus ilusiones, y que, en ciertas organizaciones de una sensibilidad viva y precoz, pueden decidir de todo un destino. Esteban estaba prevenido, pues sabia de antemano que era este el sueño favorito de su tia, la última recomendación de madama de Overlay, el último voto del coronel de Mersen; que todos estaban de acuerdo para casar á Tristan con Alina, y que la principal interesada no tardaría en entrar con toda su alma en este proyecto de familia; él sabia todo esto, y por lo tanto se preparó á sufrir. Mad. de Senac quizás estuvo imprudente en favorecer estas relaciones amistosas y familiares, cuando su hija y Tristan eran jóvenes, para que sus esperanzas pudieran cambiarse en una certidumbre; pero Mad. de Senac, ya lo hemos dicho, había vivido constantemente en el campo, en un círculo íntimo, que no había podido enseñarle nada de la ciencia del mundo, ni de las peripecias del corazón humano. Su hermana mayor, Mad. de Overlay, tan superior en talento como inferior en belleza, se había encargado casi siempre en pensar y obrar por ella. Ni su padre que la mimaba, ni aquella hermana cuya afección tenía alguna cosa de maternal, ni su marido mucho mas viejo que ella, y á quien no había amado sino con una ternura filial, no habían podido hacerle esperimentar ni entrever mas que sentimientos naturales y apacibles, que no enseñan nada, porque no tienen nada que ocultar. Su mismo amor á M.de Mersen,—suponiendo que le hubiese amado,—había quedado para ella en los horizontes vagos del sueño ó del recuerdo; y no la había colocado frente á frente de esas realidades punzantes que revelan en un momento las luchas, las desconfianzas y las tempestades de la vida. ¡Por otra parte, era tan bonita Alina! ¡Su frente de diez seis años se coronaba de una frescura tan virginal, de una gracia tan esquísita, de un candor tan irresistible! Amar á esta encantadora joven, llegar á ser su marido, y encontrar en esta unión una dicha sin nubes y sin límites, era lo que veía Mad. de Senac para Tristan; fuera de este porvenir brillante y fácil, no pensaba que pudiese existir nada sin estraviarse en malos caminos. Los primeros años íustíficaron su confianza: tierno y espresivo el joven Mersen para con Alina, pareció muy dispuesto á tomar su parte en aquel fresco idilio de amor primaveral, preludiando, bajo la mirada materna, las graves felicidades del matrimonio. Así pasaron p^ra todos,—escepto quizá para Esteban,—algunos dulces años: camaradas de colegio, salidos el mismo día, sentados en los mismos bancos de la escuela de derecho, Esteban y Tristan no se separaban nunca; dos veces por semana se reunían en casa de Mad. de Senac, y se iban juntos al campo, á los alrededores de París. Algunas veces, en estos divertidos paseos al través de los bosques de Bolonia, Bongival ó Viile-d'Avray, Esteban y su tia detenían el paso para dejar á Tristan y Alina correr libremente con las manos «nlazadas; de cuando en cuando se mostraban con la mirada esta pareja encantadora, y Mad. de Senac, absorta en su alegría, no se preguntaba jamás si su sobrino, de la misma edad de Tristan, teniendo como él ojos para ver, uo tenia un corazón para sufrir y para envidiarle. Era entonces el ano 1844; año que parece tan cerca de nosotros, si consultamos la cifra de los años; y bien lejano, si medímos el abismo que nos separa. En esta época lá calma y el reposo esterior, la agitación y el desorden se habían, por decirlo así, encerrado en las almas, á la vez sobreescitadas y enternecidas, que no encontrando el empleo de sus facultades en las luchas activas, en los peligros visibles, en las condiciones precisas de utilidad y trabajo, se lanzan á los países quiméricos, y la literatura de la época parecía hecha espresamente para abrírselos. No se veian, como sabemos todos, en la poesía y en la novela, sino paradojas y antítesis, desprecio de todo lo que el mundo adora, glorificación de lo que marchita y desprecia, ideal de grandeza en el crimen, de pureza en el vicio, sustituidas con ficciones ridiculas y simples emociones del bien y del mal. Tristan de Mersen bebió de estos filtros, aspirando sus capciosos vapores; y su imaginación viva se acostumbró á estas perspectivas y á la atmósfera de este mundo ficticio, creado por cerebros enfermizos para diversión de una sociedad envejecida. Aceptó, pues, con una complacencia de neófito estos refinamientos corruptores que no atacan la idea del deber, sino que la sacan de su lugar; que no predican á los corazones honrados el abandono y el olvido de un amor digno de ellos, sino que lo muestran donde no está ni puede estar. (Se continuará.) MISCELÁNEAS. El jueves pasado comenzó sus tareas en el teatro de la Granja la escelente compañía organizada para aquel real sitio, por el activo é inteligente empresario Sr. Ugalde. La obra escogida para esta p r i mera función fué El tanto por ciento, en la cual la Sra. fiaena y el Sr. Casañer fueron muy aplaudidos. Se dice que en el teatro de la calle de Jovellanos habrá este invierno una compañía de zarzuela que alternará con la dramática, que ya está disponiéndose para aquel coliseo. Dice el Faro de Vigo, que la compañía dramática que dirige el apreciable actor Sr. Quintana, ha comenzado sus tareas en el teatro improvisado en el circo ecuestre de aquella capital, poniendo en escena tres comedian en un acto. La Gasa de Campo, Al año de estar casados y Los dos sordos, en las cuales fueron muy aplaudidos la primera actriz señora Serra y el primer actor del género cómico Sr. Hernández. Han comenzado ya en este teatro los ensayos de la comedia de magia La almoneda del diablo, para la cual están pintando unas magníficas decoraciones. En el teatro de San Fernando de Sevilla ha dado el tenor español 3r. Castro un concierto, siendo muy aplaudido en todas las piezas que interpretó. La compañía do ópera italiana contratada para el teatro de San Fernando de Sevilla, en el próximo invierno, se compone de las prime dome, soprani, Sras. Marziali-Passerini y Fumigaili; de la prima doma, contralto, Sra. María Martetli; de los tenores Sres. Petrovich y Landi; del barítono Sr. Coliva, y del bajo Sr. Mazzarini. La empresa á petición de los abonados está haciendo grandes proposiciones á los distinguidos artistas Sra. Spezia y Sr. Aldighieri, á fin de que consientan en venir á Sevilla á dar algunas funciones. El tenor Sr. Steger cantará este invierno en el teatro del Liceo de Barcelona. Tenemos detalles acerca de la representación del Lohengrin, de Ricardo Wagner, que se ha efectuado en Munich. La representación duró cinco horas, y S. M. el rey de Baviera estuvo en el teatro desdo que comenzó hasta que terminó. Los niúsicos que se quejaban antes de Meyerbeer, y ahora acusan á Verdi por el cuidado prolijo con que ensaya sus obras, pueden comenzar á temblar por si Ricardo Wagner los necesita alguna vez para ejecutar sus óperas. EL ARTISTA. Primero hace ensayar solos á los primeros violines; cuando estos están ya á su gusto, hace la misma operación con los segundos, y después sucesivamente con loa* demás. Luego siguen, siempre solos, los violoncellos. después los contrabajos, y por último, los instrumentos de madera,'de latón y los timbales. Después ensayan todos los instrumentos de cuerda reunidos, y luego los de madera y metal. Después con todo el instrumental y en presencia de los cantantes, sentados como mártires en el palco escénico, ensaya tres veces consecutivas cada acto (¡y tiene cinco!) La noche del ensayo general, la prima donna, señora Bertrán Meyer y el tenor Sr. Tichatschek, encargados, la primera de la parte de Ortrade y el segundo de Lohongrin, cayeron enfermos á consecuencia de tantos y tan penosos ensayos, declarando que les era de todo punto imposible cantar en mucho tiempo. Por mandato del rey se encargaron de la parte de Ortrade, la señorita Thomas, y de ladeLohengrin el Sr. Vogl; pero Ricardo "Wagner llevó muy á mal esta sustitución, y se marchó aquella misma noche á Zurich. El gran teatro Internacional de París ha fallecido. Dios lo haya perdonado. So pensó en reunir en di los mejores cantantes del mundo filarmónico, y después de haberlo pensado mucho tiempo, se inauguró con una ópera cómica de escaso mérito, interpretada por artistas que, á la verdad, tampoco tenian mucho. A la ópera cómica siguió una opereta de escasísima importancia, hue tuvo peor suerte que su predecesora; á la opereta siguió un baile 1 baile ejercicios de trapecio, y por último, la clausura. Se dice que la ópera de Gounod, Romeo y Julieta, ha tenido en el teatro Covent Garden de Londres un éxito regular, á pesar de haber tomado parte en su interpretación la Patti y Mario. En Chicago está cantando una hermana de Adelina y Carlota Patti, llamada Amalia, y dicen que no desmerece en nada de sus hermanas. Parece que \a, prima donna señora Murska ha sido contratada por M. Bagier para cantar en el teatro Italiano de París en el mes de setiembre. Hemos recibido el primer número de un periódico semanal de música y teatros que, con el título de II Mondo Artístico, ha comenzado á publicarse en Milán, dirigido por el inteligente crítico musical Sr. Filippi. El primer número contiene bellos y razonados artículos literarios, científicos y biográficos. En Hong-Kong (China) se ha cantado la Traviata, de Verdi, con gran éxito, siendo obsequiada la señora Bouché, que interpretaba la parte de Violetta, con flores y objetos de mucho valor que los mandarines entusiasmados le arrojaban desde sus palcos. En Calcuta habrá este invierno compañía de ópera italiana. El teatro de Variedades de Filadelfia, ha sido presa de las llamas. Durante el próximo mes de agosto cantarán en Fano, á beneficio de los pobres del país, las señoras Lotti y Nantier, y los señores Tamberlick, Squarcia y Selva. Las óperas destinadas son; / / Trovatore, Un bailo in maschera y Guglielmo Tell. El tenor Fancelli cantará en el próximo invierno en San Petersburgo. La Presse musical habla de la aparición de una brillante estrella en el cielo filarmónico, la señorita Elena Reville. ¡Dios quiera que no se eclipse antes de tiempo, como acontece con todos esos portentos que nos suelen anunciar de cuando en cuando! 55 En el próximo invierno se cantará en el teatro de San Carlos de Ñápeles una ópera nueva del maestro Serrao, titulada: Jl Figliuol prodigo. El caricato Sr. Ciampi ha sido contratado para el teatro Italiano de París. Se dice que la prima donna, Sra. Lagrua, va á contraer matrimonio con el coronel Carini. Han muerto en Bérgamo, víctimas del cólera, el maestro Petreli y el barítono Cantú. EL ARTISTA REVISTA^ DE, MÚSICA, TEATROS, SALONES. AÑO SEGUNDO. La creación de este periódico tiene por objeto la esposicioñ y adelantamiento del arte en todas sus ig^nifestaciones y proteger á todas aquellas personas que se dedican á su cultivo. Los compositores y publicistas de mayor nombradía, tanto nacionales como estranjeros, contribuyen á su colaboración. Además publica una BIBLIOTECA MUSICAL que comprende cuatro secciones á saber: primera, música religiosa; segunda, de fiano; tercera, de canto y piano; y cuarta, de danda militar; compuesta de las mejores obras editadas por D. Antonio Romero, cuyo repertorio encierra piezas de las mas sobresalientes de los principales maestros conocidos, y las que únicamente cuestan á sus suscritores una SESTA PARTE lo menos. Los suscritores de E L ARTISTA que quieran tener opción á las secciones de la Biblioteca, pagarán: Por un mes y una sección, en Madrid, 8 rs. Por un trimestre id., en provincias, 30 id. Por año y una sección, en el estranjero, 10 pesos. Por id. id., en Ultramar, 12 id. Los suscritores manifestarán á esta administración cuál dtf las secciones de música desean. Los que quieran mas de una, abonarán sobre la anterior proporción y para gasto de correo: 2 reales los de Madrid por sección. 2-1/2 id. los de provincias, y 3 id. los del estranjero y Ultramar. Como comprenderán nuestros suscritores, por DOS REALES al mes podrán adquirir piezas de música, cuyo valor en los almacenes es por lo menos el de DOCE REALES, Ó lo que es lo mismo, cada fagina de música costará por suscricion DOS CUARTOS. Los antiguos suscritores á E L ARTISTA y los que en adelante d e seen serlo al periódico solo, únicamente pagarán: En En En En Madrid provincias Ultramar el estranjero. Q rs. por mes. 24 rs. por tres meses. 10 pesos por un año. 8 pesos id. id. El pago de la suscricion es siempre adelantado. Los pedidos d& suscriciones, reclamaciones, etc., se dirigirán á la dirección-administración de E L ARTISTA, calle de Isabel la Católica, núm. 18, 3.® Director y editor, D. VICENTE CUENCA. MADRID: 1867. Imprenta á cargo de J. E. Morete, calle de Preciados, núm. 74. EL ARTISTA. 56 MÚSICA CLÁSICA ALEMANA. EL ECO DE ITALIA. Melodías estractadas de las óperas mas célebres, fara canto y piano, en clave de sol, para uso de los aficionados. , Ra. vn Auber.—La Multa di Portici, h&rca.ro\&, phra, tenor T Bellini.—I Puritani, aria para contralto 6 Bellini.—ídem, Eomanza, medio tiple ...'... 6 'QQWmx.--Beatrice di Tenda, romanza de tiple.. . 6 Bellini.—Za (SoM^íMÍM^a, duettino, tiple y tenor 8 Bellini.—/ Capuletti, Cantabile en la última escena, para contralto 6 Bellini.—ídem, romanza de contralto 6 Bellini.—ídem, cavatina para medio tiple 5 Flottow.—Marta, romanza de contralto, canción de la Rosa. 4 ídem.—Romanza medio tiple 2 Gounod.—Fausto, romanza de tenor •. . . 8 ídem.—Romanza de las Flores, para contralto 8 ídem.—Aria de los Diamantes, para tiple. 12 Donizetti.—El Furioso, cantabile del duetto de bajos, para contralto 6 ídem.—La Favorita, romanza de tenor, acto cuarto 4 ídem.—Lucrezia Borgia, ballata para medio-tiple 6 contralto 6 ídem.—Largo en el aria final de medio-tiple 6 ídem.—María de Riidenz, romanza 8 Meyerbeer.—Roberto el Diablo, romanza de contralto 8 Meyerbeer.—Hugonotes, cavatina de tiple 6 Mercadante.—Los Normandos, célebre romanza 5 Petrel!a.ifaí-co Visconti, romanza para medio tiple 6 Petrella.—ídem, canzone, Rondinella Pellegrina, medio tiple. 8 Petrella.—Morosina, romanza para medio tiple 5 Petrella.—Jone, romanza id. id 5 Rossini.—O^e^^o, romanza y plegaria para tiple . 10 Verdi.—El Corsario, romanza para medio tiple 8 Verdi.—Attila, romanza id. id. 6 Yerdi.—ídem, cavaletta del aria de tiple 9 Se remiten á provincias franco el porte. Almacén de música é instrumentos de todas clases, del editor A. Romero, calle de Preciados, núm. 1. COLEGIO DE SEÑORITAS EN TORO, TRIOS, CUARTETOS, QUINTETOS, ETC., EN PARTICIÓN, EDICIÓN Vadc meCUm. Rs. Tn. Boccherini.—Op. 47.—Quinteto para instrumentos de cnerda, en mí bemol 8 Haydn.—Op. 76.-^Cuarteto para instrumentos de cuerda, en re menor 8 Mozart.—Célebre quinteto en sol menor 10 Beethoven.—Op. 97.—Gran trio con piano, en sí bemol. . . 14 Beethoven.—Op. 74.—Cuarteto de cuerda, en mí bemol. . . 10 Hummel.—Op. 87.—Quinteto con piano, en mí bemol. . . . 16 Meudelssohn.—Op. 2.—Cuarteto de cuerda, e n / a íWí«or. . . Mendelssohn.—Op. 87.—Quinteto de cuerda, en sí bemol.. . 12 Beethoven.—Op. 18.—Seis cuartetos de cuerda: cada uno.. . 8 Beethoven.—Op. 20.—Gran septeto en ÍW^ bemol (célebre). . 12 Se venden y remiten á provincias, franco el porte, en el almacén del editor D. Antonio Romero, calle de Preciados, núm. 1. ENSEÑANZA DE ARMONÍA, CONTRAPUNTO, FUGA Y COMPOSICIÓN POR CORRESPONDENCIA, dirigida por DON JOSÉ PIIVILLA. PROFESOR PRIMER PREMIO DEL CONSERVATORIO. Esta escuela, que cuenta ya cinco años de existencia, sigue dando los mas escelentes resultados. Su objeto principal es difundir en toda España las verdaderas doctrinas del arte. La obra de testo es la Escuela de armonía y composición del maestro Eslava. Los que deseen ser inscritos en esta enseñanza, pueden hacerlo en cualquiera de los almacenes de música de Madrid. STABILIMENTO TIPOGRÁFICO Dell'Editore R I A G I O MORETTI, in Torino, Via del Teatro d'Angennes, N. 28. ANNO XXXlV-1867. PROVINCIA DE ZAMORA, BAJO LA DIRECCIÓN DE LAS SEÑORAS HERMANAS DEL AMOR DE DIOS. Este colegio se baila establecido en un bonito y espacioso palacio. La educación que se da en él, es la mas completa y esmerada que desearse pueda. El trato es escogidísimo. El clima de la población es de los mas sanos que se hallan en España. La retribución de las niñas internas se reduce á 5 rs. diarios. Los padres de familia que deseen aprovecharse de esta casa para proporcionar á, sus hijas una educación sólida y brillante á la par que económica, pueden dirigirse á la misma superiora de dicho colegio, la cual facilitará, á los que lo deseen, todos los datos y noticias que se le pidan. NOVEDADES MUSICALES. Gounod.—Romeo y Gíuletta, ópera, canto y piano, palabras italianas (fijo) 80 Verdi.—ZJore Carlos, ópera completa, palabras italianas (fijo). 80 Verdi.—La misma, para piano solo (fijo). . .' 60 Mozart.—Don Juan, ópera completa para piano solo (fijo). . 14 Mozart.—Za/a«¿a ¿«caaíarffl, idem, idem (fijo) 14 Weber.—Freischutz, idem, idem (fijo) 14 Almacén de música é instrumentos del editor A. Romero, calle de Preciados, núm. 1, Madrid. IL ilRATA GIORNALE LETTERARIO ARTÍSTICO-TEATRALE Si publica in Torino, il Mercoledi d' ogni settimana Prezzo d'abbonamento; Italia franco a destinazione per un anno L. 34. Estero L. 40. Semestre inproporzione.—Un numero sepárate centesimi 50. Questa Direzione eá Agencia teatrale che conta giá tanti anni di vita, e che sempre fu onorata della confidenza e stima di tutti gli artisti, impresari e corrispondenti teatrale, continuerá nel sistema tenuto dall'antico suo Direttore, e spera che le sará puré coütinuata la medesima fiducia. L'ufficio é in via dell'Academia Albertina, N. 3, primo piano, Torino. TABLEAUX DES MEILLEURES EGOLES ITALIENNES ET AUTORES depuisle quinziéme jusqu'au dixseptiéme siécle. rué Altabella, núm. 1637, Bologne (Italia). rué Maggore, núm. 244, Bologne (Italie.) GALERÍE SANGIORGI, GALERIE SAMPIERI,