Oficio 220-106416 Del 11 de Agosto de 2009

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Oficio 220-106416 Del 11 de Agosto de 2009
REF.
Recursos ante decisiones adoptadas por la Superintendencia de Sociedades (artículo 3º Ley
1285 de 2009)
Acusa recibo esta Entidad de su comunicación radicada con el número 2009-01-201808, a través de la cual
consulta, sobre la base de lo señalado en el artículo 3º de la Ley 1285, si “ las decisiones adoptadas por la
Superintendencia de Sociedades como autoridad administrativa son susceptibles de recursos ante los órganos
de la Rama Jurisdiccional del Estado” .
Previo a resolver, se le comunica a la consultante que la respuesta brindada se realiza en los términos y con
los alcances del artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.
Entrando en materia, uno de los avances que introdujo la Constitución Política de Colombia de 1991, es la
relacionada con la estructura de la administración de justicia, comoquiera que no sólo incorporó en el concepto
a los particulares y autoridades administrativas 1, sino que igualmente amplió los órganos encargados de dicha
función (artículo Superior 116).
Se desprende de la citada norma, que su base fue la creciente incapacidad del aparato judicial para atender
el volumen de los procesos en marcha, lo que se traducía para la época, y hoy después de 18 años se mantiene,
en problemas de congestión de los despachos judiciales, lo que a su vez se traduce en un atraso considerable
en la resolución de los conflictos puestos a su consideración, y por ende, en impunidad judicial, a pesar incluso
de la apertura de despachos de descongestión.
Esta realidad jurídica fue el motivo para que el legislador haya tendido a la desjudicialización de aspectos que
se mueven por ejemplo en la órbita de lo privado, al considerar que dificultades de tipo económico o social,
visto desde la perspectiva del tráfico mercantil, necesitaban, además de trámites expeditos que colaboraran
en su solución, la presencia de una autoridad como la Superintendencia de Sociedades que por su trayectoria
y experiencia en precisas materias, lo permitieran, lo que redunda en una pronta y cumplida justicia.
Descendiendo a la norma sobre la cual se erige el interrogante, la textualizaremos, no sin antes advertir que
el artículo 3º de la Ley 1285 es modificatoria del artículo 8º de la Ley 270 de 1996. El tenor literal es como
sigue:
“ Mecanismos Alternativos. La ley podrá establecer mecanismos alternativos al proceso judicial para
solucionar los conflictos que se presenten entre los asociados y señalará los casos en los cuales habrá lugar al
cobro de honorarios por estos servicios.
Excepcionalmente la ley podrá atribuir funciones jurisdiccionales a ciertas y determinadas autoridades
administrativas para que conozcan de asuntos que por su naturaleza o cuantía puedan ser resueltos por
aquellas de manera adecuada y eficaz. En tal caso la ley señalará las competencias, las garantías al debido
proceso y las demás condiciones necesarias para proteger en forma apropiada los derechos de las partes.
Contra las sentencias o decisiones definitivas que en asuntos judiciales adopten las autoridades
administrativas excepcionalmente facultadas para ello, siempre procederán recursos ante los
órganos de la Rama Jurisdiccional del Estado, en los términos y con las condiciones que determine
la ley.
Los particulares pueden ser investidos transitoriamente de la función de administrar justicia en la condición de
conciliadores o en la de árbitros debidamente habilitados por las partes para proferir fallos en derecho o en
equidad.
El Consejo Superior de la Judicatura, en coordinación con el Ministerio del Interior y Justicia, realizará el
seguimiento y evaluación de las medidas que se adopten en desarrollo de lo dispuesto por este artículo y cada
dos años rendirán informe al Congreso de la República” .
(Toda la negrilla base de la pregunta, la subraya base de la respuesta).
En este orden las cosas, y con base en lo inicialmente señalado, decía el maestro Hans Kelsen 2 que: “ la
validez de una norma está siempre en otra norma, nunca en un hecho” , es decir, la validez e interpretación
1
Si bien desde la década de los años setenta se dio con respecto a la Superintendencia de Sociedades la
facultad de asumir el conocimiento de los concordatos preventivos obligatorios, es hasta la expedición del
Decreto 350 de 1989 cuando empieza al menos para la Entidad, la facultad cada vez más amplia de ejercer
como verdadero juez.
2
Teoría General del Derecho y del Estado,
del artículo 3º de la Ley 1285 debe buscarse en la disposición superior que le sirve de respaldo, que para el
caso que nos ocupa es el artículo 116 constitucional.
En efecto, la utilización por el legislador de la expresión siempre procederán recursos ante los órganos
de la Rama Jurisdiccional del Estado, vista aisladamente, daría a pensar sin reparo que a partir de la
entrada en vigencia de la Ley 1285, las sentencias o actos definitivos pronunciados por la Superintendencia
de Sociedades en su carácter de autoridad jurisdiccional son susceptibles de apelación. Sin embargo, la
norma a renglón seguido concreta la voluntad parlamentaria al determinar que aquella sólo es factible en los
términos y con las condiciones que determine la ley.
Así, con base en esta última expresión, encuentra este Despacho que el análisis que antecede permite concluir
que el artículo 3º, no tiene la vocación de afectar las normas que a la fecha le conceden a la Superintendencia
facultades jurisdiccionales, o lo que es igual, no procede el recurso de apelación por las decisiones que emane
en forma definitiva, ya que las mismas deben interpretarse en la forma como han sido concebidas para que
produzcan efectos, todos lo cual permite recordar el principio de hermenéutica jurídica según la cual no debe
distinguirse donde la ley no distingue (Ubi lex non distinguit nec nos distinguiere debemus).
Respecto a las leyes que facultan a la Entidad para ejercer funciones jurisdiccionales, y en relación con el tema
encontramos lo abajo descrito, previa advertencia que tal normatividad reafirma la no procedencia del recurso
de apelación a pesar de la existencia del artículo 435 del C.P.C.
La Ley 222 de 1995 contempla en el artículo 224 la posibilidad de apelar ciertas decisiones, sólo que alude a
aquellas proferidas por el juez en el transcurrir del concordato o liquidación obligatoria de las personas
naturales o jurídicas diferentes de las sociedades comerciales. Es decir, no procede ante esta Superintendencia
el recurso de alzada en comento.
En concordancia la Ley 446 de 1998 al disponer en el inciso 2º del artículo 148 que “ Los actos que dicten las
Superintendencias en uso de estas facultades jurisdiccionales no tendrán acción o recurso alguno ante las
autoridades judiciales” .
También guarda corresponsalía la Ley 550 de 1999 con lo señalado, al disponer en su artículos 15 que frente
a las discrepancias sobre la ineficacia, las mismas son decididas por la Superintendencia de Sociedades en
ejercicio de funciones jurisdiccionales, mediante el procedimiento verbal sumario, lo cual conduce a dar
aplicación a los artículos 435 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, de donde extraemos el parágrafo
50 del artículo 439, que al remitir a los parágrafos 5º y 6º del artículo 432 ibidem, excluye expresamente la
apelación.
Por su parte los articulo 26; 34 (numerales 4 y 5); 37; 38 y 39 parágrafo 1º señalan que los asuntos a que
estas se refieren son decididas por la Superintendencia de Sociedades en única instancia por el proceso verbal
sumario.
Mientras tanto, la Ley 1116 de 2006, en el parágrafo 1º del artículo 6º dispone que mientras el proceso de
insolvencia adelantado ante la Superintendencia de Sociedades es de única instancia, las providencias que
profiera el juez civil del circuito, igualmente competente para conocer de estos procesos, solo tendrán recurso
de reposición, a excepción de aquellas que la misma disposición enlista.
Y la ley 1258 en su artículo 40 establece que la resolución de conflictos societarios en las SAS, mientras no se
pacte arbitramento o amigable composición, los conflictos a que alude el inciso 1º son resueltos por la
Superintendencia de Sociedades, mediante el trámite del proceso verbal sumario.
Para finalizar, la Corte Constitucional en la sentencia C-713 de 2008 expresó: “ El artículo 3º del proyecto
resulta ajustado a la Constitución, pues la propia Carta reconoce expresamente la posibilidad, por supuesto
excepcional, de atribuir funciones jurisdiccionales a ciertas y determinadas autoridades administrativas. Más
aún, la norma precisa que esas funciones serán aquellas que por su naturaleza y cuantía puedan ser resueltas
por éstas de manera adecuada y eficaz, siempre y cuando no implique la instrucción de sumarios o
investigación de delitos y el juzgamiento de los mismos, lo que armoniza plenamente con la restricción prevista
en el artículo 116 de la Constitución. Así mismo, la exigencia de que este tipo de decisiones sea siempre
susceptible de recursos ante los órganos de la Rama Judicial del Estado, es una regulación propia de la libertad
de configuración atribuida al Congreso, que se refleja como garantía adicional y de alguna manera pretende
asegurar una cierta coherencia e integridad en las decisiones judiciales. Igualmente, se encuentra acorde con
la Constitución el que transitoriamente los particulares puedan ser investidos de la función de administrar
justicia, pues se ha indicado que tal habilitación es transitoria. No obstante, la Corte debe recordar que la
conciliación es un mecanismo alternativo de solución "asistida" de conflictos, donde la intervención de un
tercero es meramente propositiva y no dispositiva” .
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