El Español de Canarias

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Tema 5
EL ESPAÑOL DE CANARIAS
1. Origen
Las hablas canarias presentan muchos de los rasgos señalados para las
demás evoluciones meridionales del castellano, que llegó a estas islas en el siglo
XV, al tiempo que acababa la Reconquista peninsular. Portugueses y españoles se
disputaron las Canarias, que, a la larga, quedaron en manos españolas, sin que ello
impidiera la presencia abundante de portugueses, venidos fundamentalmente de
Madeira y ocupados en diversos cultivos, como el de la caña azucarera o el de las
viñas. En cuanto a la lengua, los nativos perdieron pronto la suya, el guanche
-emparentado, al parecer, con el beréber- y las islas se castellanizaron con
pobladores procedentes, sobre todo, de Andalucía.
A lo largo de la historia, las Canarias han sido un puente con América y, han
mantenido ese contacto histórico, dando emigrantes a Cuba, Venezuela, Puerto
Rico, Costa Rica, Luisiana -donde aún se conserva el canario llevado en el siglo
XVIII-, etc. En este viaje atlántico, el castellano se vio por primera vez enfrentado a
realidades muy distintas a las tradicionales en su cultura y fue sometido a procesos
de adaptación diferentes de los peninsulares.
GARCÍA MOUTON, PILAR, Lenguas y dialectos de España, Arco Libros, Madrid,
1996, p. 40
Como consecuencia de la llegada de la lengua en el siglo XVI, el canario
mantiene algunas de las diferencias lingüísticas que se estaba produciendo en el
castellano de la península Ibérica. Algunas de las más importantes son el seseo y el
yeísmo. Hay otras características del dialecto canario que también se van a analizar
más abajo, como el uso de algunas formas verbales, uso de adverbios,
pronombres...
Una de las características principales es que existe cierta diferencia entre el
español hablado y el español escrito. Para la norma culta canaria, hay algunos
rasgos propios, en el español hablado. Pero en cuanto al español escrito no hay
ninguna diferencia con el español estándar. En palabras de Humberto Hernández
("El español de Canarias y la Reforma de las enseñanzas: propuestas
metodológicas"): "La modalidad escrita es en nuestra lengua, como en todas las
lenguas de cultura, la representación de la norma culta general o lengua ejemplar,
y en ella no se admiten otros elementos no estandarizados como no sean las
unidades léxicas propias de las distintas modalidades dialectales. No existe, pues,
una modalidad escrita del español de Canarias y cualquier intento de fomentarla
sólo contribuiría a crear una diferenciación injustificada y constituiría un atentado
contra el modelo de referencia obligado de que disponemos los hablantes y que, en
gran medida, garantiza la unidad del idioma."
2. Características principales
2.1.
Rasgos fonéticos
2.1.1. seseo
Fenómeno que consiste en confundir el sonido de la s con el de la z (o c
delante de las vocales palatales e, i), pronunciando el primero en lugar del
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segundo. Es característico de grandes áreas de Andalucía, Canarias y en la mayor
parte de Hispanoamérica.
Este fenómeno se produjo en Andalucía occidental durante los siglos XV y
XVI al confluir los dos sonidos en la ç, letra cuya articulación alveolar era muy
parecida al a de la /s/. Se conoció por eso como çeçeo, ya que ç era la grafía con la
que se representaba el fonema medieval sordo /ts/. Después, este fenómeno se
extendió a otras zonas de España y al Nuevo Mundo. El fenómeno contrario es el
ceceo (confluencia de los dos sonidos en el único /z/).
Según la RAE, Mientras que el seseo meridional peninsular (andaluz y
canario) y el hispanoamericano gozan de total aceptación en la norma culta del
español, no ocurre lo mismo con el resto de los seseos peninsulares, que se
asocian, por lo general, a personas de bajo nivel cultural.
Hay unas cuantas palabras que basan su diferenciación fonológica en la
grafía /s /c,z/. Conviene, pues, tener cuidado para escribirlas correctamente.
Veamos algunos casos en los que hay diferencia:
bracero: jornalero, peón.
brasero: recipiente en el que se hace fuego
para calentarse.
sebo: grasa sólida de los animales.
cebo: comida para animales; engaño para
atraer.
cegar: dejar ciego; deslumbrar; tapar
cenador: espacio en los jardines, cercado y
rodeado de plantas
cerrar: asegurar una puerta con la
cerradura; tapar.
cesión: renuncia, traspaso, entrega.
ciervo: animal rumiante.
cima: la parte más alta de una montaña.
cocer: someter algo a la acción de cualquier
líquido caliente.
abrazar: dar abrazos
azar: casualidad, suerte
bazar: tienda, establecimiento
caza: acción de cazar
cazo: recipiente usado en la cocina
encauzar: encerrar en un cauce una
corriente o darle dirección por él
maza: herramienta para golpear
pozo: hoyo en la tierra
segar: cortar la hierba o las mieses.
senador: persona que pertenece al senado.
serrar: cortar con la sierra.
sesión: reunión.
siervo: servidor, esclavo
sima: cavidad muy profunda en la tierra.
coser: unir con hilo.
abrasar: quemar.
asar: cocinar un alimento al fuego.
basar: asentar sobre una base.
casa: vivienda, domicilio.
caso: suceso, acontecimiento
encausar:
proceder
contra
alguien
judicialmente
masa: mezcla; conjunto, multitud.
poso: sedimento que dejan los líquidos en
los recipientes.
rebozar: Bañar un alimento en huevo
batido, harina, miel, etc.
rebosar: Derramarse un líquido por encima
de los bordes de un recipiente en que no
cabe
zumo: líquido que se saca de las frutas o
plantas
taza: recipiente pequeño con asa para
líquidos
zeta: la última letra
sumo: Supremo, altísimo o que no tiene
superior; deporte de lucha.
tasa: Tributo que se exige con motivo del
uso ocasional de ciertos servicios generales.
seta: planta del bosque sin clorofila
2.1.2 yeísmo
Es la pronunciación como sonido /y/ de los dos sonidos /y/ y /ll/ del
castellano. En esto se coincide también con el sur de la península, y gran
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parte de Hispanoamérica. No se puede diferenciar poyo (referido al asiento)
de poyo (en canario, animal).
2.1.3 confusión de –r y –l
Es fenómeno de confusión de /r/ y /l/ no parece propia de la norma
culta canaria, aunque tiene bastante extensión en su uso, sobre todo en las
islas orientales y en Tenerife. Como ejemplos podemos poder:
[Garda] por Gáldar
[Térde] por Telde
[polque] por porque
Se puede llegar a la eliminación de estas consonantes en final de
palabra, considerándose asimismo un rasgo popular:
[Garda] por Gáldar
[fúrbo] por fútbol
2.1.4 Pronunciación de /r/ como /s/
La consonante /r/ tiene otra serie de pronunciaciones que en muchos
casos son producto de una confusión con otra consonante (sobre todo la s),
lo que hace que pueda parecer asimilada y aspirada, o simplemente
eliminada:
[chehne] o [chesne] por cherne
2.1.5.
aspiración de s
Es un fenómeno muy normal la aspiración de la s en posición final de
sílaba o de palabra, de manera que esta letra viene a pronunciarse como la h
inglesa:
[pehkádo] por pescado, [íhla] por isla, [animáleh] por animales.
En ocasiones, esta aspiración se hace tan fuerte que puede llegar a
sonar como /j/, pronunciación que debe evitarse en el habla esmerada:
*[bójke] por bosque, *[únoj animáleh] por unos animales.
La situación descrita más arriba es la más habitual en algunas de las
islas, sobre todo en la zona oriental del Archipiélago. En otras islas, como El
Hierro, la s se conserva prácticamente como en la península. La
pronunciación de la s depende fundamentalmente de la consonante
siguiente: la asimilación interviene de forma decisiva, en mayor o menor
grado den su realización, y según las islas. Pero no es raro oír a gente de
Tenerife que encuentra realmente curiosa y divertida la forma de pronunciar
de los grancanarios:
[dod donu] por dos donuts.
2.1.6 pronunciación de ch
En muchas zonas, sobre todo en Gran Canaria y en las islas orientales, la
pronunciación de la consonante “ch” se relaja de modo que se acerca mucho a
la consonante “y”; así muchacho se percibe como muyayo.
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2.1.7 Pronunciación de la h
•
Se puede pronunciar una h- aspirada en palabras que en latín tenían f- :
latina:
[hotárse] (confiarse) del antiguo hoto (lat. fautu),
•
también a su vez se da la pronunciación de la h como una j relajada:
jinojo" en vez de "hinojo
2.2. Rasgos morfosintácticos
2.2.1.
Sistema pronominal personal
El uso de los
fundamentalmente
segunda persona
correspondiente va
El uso de la serie de pronombres átonos de tercera persona hasta no hace
mucho tiempo era el más correcto etimológicamente. No había
problemas de laísmo, leísmo o loísmo. En los últimos veinte años, por
influencia de los medios de comunicación oral y visual sobre todo, se ha
ido extendiendo el uso, correcto para la RAE, de le como objeto directo de
persona de género masculino.
Vi a María en la playa > La vi en la playa
Vi a Juan en la playa > Lo vi en la playa
Vi a Juan en la playa > Le vi en la playa
Vi a María y a Ana en la playa > Las vi en la playa
Vi a Juan y a José > en la playa Los vi en la playa
Sin embargo, hay un uso incorrecto de los por lo, cuando funciona como
objeto directo singular neutro, y en la frase hay un complemento indirecto
en plural:
[Se los dije] por se lo dije
Este uso, que no es la norma culta canaria, se da en todas las capas
sociales, incluidas la universidad.
También hay un uso no propio de la norma culta canaria: el uso de los
por nos como pronombre:
[Vámolos] por vámonos
2.2.2.
pronombres del dialecto canario se caracteriza
por el uso de ustedes en lugar de vosotros para la
de plural. Como se usa ustedes,
el verbo
en tercera persona de plural.
Ciertos usos verbales
Uso personal de haber:
Hay un uso característico del verbo haber en el dialecto canario.
La norma del RAE es que el sustantivo o grupo nominal que acompaña
el verbo haber en 3ª persona es el complemento y no el sujeto. Sin
embargo, aquí la percepción psicológica de este sustantivo como
sujeto ha hecho que se considere así y por tanto concuerde en número
con el verbo:
Había un niño en la playa
Habían unos niños en la playa.
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Este uso es considerado incorrecto par la norma culta canaria,
sobre todo en los textos escritos, no tanto en la lengua oral.
Uso del pretérito perfecto simple
Hay un uso oral prácticamente único, el pretérito perfecto
simple, en la norma culta canaria; sin embargo en los textos escritos,
también se suele usar el pretérito perfecto compuesto, con las
diferencias significativas pertinentes.
Usos vulgares de formas verbales
• Un uso vulgar, con cierta extensión en capas populares no muy
cultas, es el uso de la forma del perfecto de primera conjugación con
terminación en –emos, en lugar de –amos:
El otro día bajemos a la playa un poco tarde
• Otro uso, coincidente prácticamente en todo desde el punto de vista
de origen social, es el uso de haiga por haya, aunque su uso va
disminuyendo.
2.3.
Rasgos léxicos
2.3.1.
Uso de diminutivos
El uso de los diminutivos tiene un carácter fuertemente afectivo, y que
conlleva respeto si se trata de personas.
Anita, Feluco, Antoñito
Su uso es posiblemente más abundante que en la variante peninsular
del norte. Se asemeja en su uso mucho más al español de Hispanoamérica.
Hasta lueguito. Pon un vinito
La formación de los diminutivos es en líneas generales más simple que
la del español peninsular: no suele colocar ningún interfijo, mientras que sí lo
hace el español peninsular:
cochito frente a cochecito
golpito frente a golpecito
suavito por suavecito
2.3.2.
Uso de adverbios
Como raso peculiar dentro de los adverbios se debe destacar el uso de
media, concordando en género con un sustantivo femenino, cuando funciona
como adverbio, frente el uso del invariable medio en el español peninsular:
Encontré la botella media llena
También hay usos vulgares de adverbios, pero no más que los que se
encuentran en otras regiones del español: asín, ansina, toavía, tamién...
2.3.3.
Préstamos léxicos
Es frecuente la presencia de guanchismos (baifo, tabaiba..),
americanismos (papa, guagua…), portuguesismos (enchumbar, magua…),
arcaísmos (liviano = ligero, demorarse = retrasarse..)
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