Cal para San Francisco de Borja: una Misión para Chihuahua Desde sus orígenes, los templos patrimoniales de los centros rurales de nuestro Estado ocupan el lugar mas importante de la comunidad, la iglesia sigue dominando el perfil del paisaje y en ella tienen lugar todas las celebraciones mas relevantes de sus habitantes. Tal es el caso de la antigua misión Jesuita de San Francisco de Borja, que fue uno de los centros de evangelización mas importantes del Rectorado de la Tarahumara en el siglo XVII. Es un magnífico templo que originalmente era de una sola nave de enormes proporciones, con dos torres y una escalinata de trazado circular en cantera para el campanario y con un casetonado policromo en el baptisterio. Según relatos de la gente mayor hace tan solo 60 años contaba con un forjado de vigas decoradas y pisos de madera en su interior. En la actualidad permanece para ser admirado por los visitantes, pero lamentablemente se ha visto amenazado por los estragos de las primeras lluvias, que han estado penetrando en el terrado de techos y muros ocasionando graves daños a la estructura y poniendo en peligro a los feligreses del lugar. Puede parecer extraño que un edificio reparado con una enorme inversión hace pocos años presente este deterioro, puesto que el piso, vigas y enjarres fueron sustituidos por elementos modernos. Desgraciadamente estas acciones fueron ejecutadas con desconocimiento del daño que los materiales agregados causarían a este edificio de adobe. Por supuesto sabemos que en su momento fueron labores desempeñadas con la mejor intención de mejorar las condiciones del inmueble. Por suerte no todo está perdido, el interés demostrado por parte de la sociedad de San Francisco de Borja, encabezados por el Presidente Municipal y el Párroco es el de conservar el edificio aportando su esfuerzo y voluntad para el aprendizaje de la recuperación del uso de la cal, fabricada a la manera tradicional con la ayuda de especialistas del INAH y de Misiones Coloniales de Chihuahua, A.C. ¿Porqué recuperar el uso de la cal? Desde tiempos milenarios, gente de distintas culturas trabajaba en la preparación artesanal de cal para su uso en diversas aplicaciones, por tradición conocían las cualidades del material y transmitían esos conocimientos a través de las generaciones. Gracias a esa perfección del conocimiento de la técnica podemos admirar hoy en día obras arquitectónicas tales como las pirámides de Egipto, los templos prehispánicos, y todo el legado de estructuras Romanas, por mencionar algunos ejemplos. Su desaparición en Chihuahua es reciente, esta técnica ancestral fue altamente utilizada y muchos de nuestros abuelos aún participaron en estas labores. A finales del siglo XIX el cemento Pórtland causó asombro como un invento revolucionario para la construcción de estructuras de alta resistencia en todo el mundo, y su valor en campos concretos de uso sigue siendo indiscutible. Sin embargo en algunas regiones se empezó a utilizar en las reparaciones de edificios de tierra como un sustituto de la cal, pero los morteros de cemento en combinación con los adobes son rígidos y superiores en resistencia, por eso se rompen, se desprenden y forman grietas que dan lugar a la penetración de humedad y sucesivamente la aparición de sales. El mesurado procedimiento de hacer “buena cal” requiere de la óptima elección de la piedra caliza, que cocida en altas temperaturas la convierte a cal viva, y posteriormente de un riguroso tiempo de apagado en agua se alcanza la máxima madurez. Una vez completo el ciclo la piedra retorna a su estado natural de carbonato cálcico. Es como un proceso de liturgia mágica entre muerte y resurrección. No solo se trata de retomar viejas técnicas en desuso, sino de comprender el misterio del buen hacer de aquellos artesanos que empíricamente crearon un lenguaje perdurable a través de los años. Pero lo que es mas importante, por esos gritos que nos exigen en su silencio edificios como San Francisco de Borja para que sepamos leerlos, interpretarlos y para el futuro conservarlos. La construcción del templo, como primer gesto de congregación de los indígenas en el lugar puede hacer de su restauración un motivo de reunión entre los habitantes y oriundos que han salido de allí por distintas causas. Usted puede ser parte de ese encuentro histórico participando con nosotros en la restauración del templo. Su colaboración es imprescindible para la ejecución de este y otros proyectos de esta Asociación Civil. Puede participar con nosotros ya sea prestando servicios profesionales, proporcionando ayuda económica en especie o en efectivo a la Cuenta BBVA Bancomer No.: 0134622510, o bien participando como voluntario en las actividades que se realicen para el rescate de este invaluable legado. Puede comunicarse a los teléfonos (16) 424 02 25 o al 439 50 00 Extensión 4750 o bien si prefiere visitarnos en el Tecnológico de Monterrey, H. Colegio Militar 4700 Chihuahua, Chih. Wendy Gabriela Suárez Tena Misiones Coloniales de Chihuahua, A.C.