Manu Chao, el trotamundos de la música

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Manu Chao,
el trotamundos de la
música
Escrito por Alejandra Rojas
Fotografías de Juan Esteban Santacruz
José Manuel Arturo Tomás Chao, más conocido como Manu Chao, nació en París el 21
de Junio de 1961, hijo de periodista gallego y
madre vasca. Este cantautor francés de origen español creció en una familia rodeada de
intelectuales, cantantes, compositores y artistas, muchos de ellos refugiados de dictaduras
sudamericanas. Desde pequeño, mostró gusto
por la música, lo que lo llevó a acercarse a
instrumentos como la guitarra y los instrumentos de percusión, este último regalado por
el célebre amigo de su padre, Alejo Carpentier.
A los 14 años ya vivía enamorado del punk,
especialmente de la banda The Clash y a partir de eso, desde 1985 empezó a tocar en
bandas como los Hot Pants o Los Carayos, que
formó con su hermano mayor Antoine, con estas bandas logró
adentrarse en el mundo alternativo de la escena parisina, la cual
se desarrollaba en las locales improvisados como bares, casas
ocupadas o fábricas abandonadas.
Dos años después, en la Ciudad Luz nació Mano Negra, banda
multirracial y heterogénea que formó con su hermano Antoine
(trompetista) y su primo Santiago Casiriego (Batería), en esta
banda mezclaron ritmos como rock, rumba, hip-hop, salsa, rai y
punk, las canciones eran cantadas en francés, español, inglés y
árabe, Manu era el encargado de escribir las letras y era el líder
del grupo.
La banda de Manu en 1988 estrenó Patchanka, la cual no definió el sonido característico de la propuesta pero fue un magnífico
adelanto, ya que precedió el impacto profundo al año siguiente
de Putaís Fever, una placa que los sacó de Francia para capturar
Estados Unidos. El ritmo latino fiestero y pachanguero combinado
con un discurso afilado e insurgente, fichó a Mano Negra como
una banda desatada y peligrosa cuya ideología captaba rápidamente adeptos en Japón o India, en Brasil o México, en Israel o
China.
En 1992 hicieron lo que en la jerga marxista se llama “trabajo
de masas”, se metieron en un barco e iniciaron una gira por América Latina, pero se detuvieron más tiempo en Colombia. Recorrieron cada pueblo adonde los condujo el tren que tomaron, entre la guerrilla, la represión, las mafias de la droga, los dominios
de los paramilitares. Una historia que el padre de Manu describió
en Un tren de fuego y de hielo, y que el grupo convirtió en música en Casa Babylon (1994), uno de los mejores álbumes de Mano
Negra. Tiempo después la banda se disolvió. Algunos miembros
de la banda actuaron entonces bajo el nombre de Radio Bemba
por culpa de disputas legales derivadas de la separación.
Ya en solitario, Manu realizó colaboraciones externas (los mexicanos Tijuana no, los brasileños Ckank, los argentinos todos tus muertos, el español Tonino Carotone, entre otros) además
de que realizó una peregrinación por África y América con un “estudio de grabación” que cabía
en su mochila. En estos viajes recopiló fragmentos y sonidos de diferentes culturas, los cuales
reunió en su primer disco como solista: Clandestino.
Clandestino es la representación de la complicidad de amigos, la recopilación de instantáneas
llenas de ritmos melancólicos, poesías de amor, melodías invitando al baile, todas ellas enmarcadas en un disco único que de manera inesperada ocupó un sitio de máxima importancia en el
panorama musical. Potente y rudo, enérgico y trotamundo, callejero y festivo, tres millones de
discos después manu Chao fue convertido en mito no por quienes compraban su álbum, sino
por quienes se reconocían en sus canciones.
Este artista es un compositor compulsivo, por eso extraña demasiado que “Próxima estación:
Esperanza” no ofrezca algún tema deslumbrante. Será porque todo el disco parece en realidad
una sola canción difundida por una radioemisora de un pueblo perdido en algún rincón olvidado de América Latina. Algunos de esos lugares donde suele dedicarse a escribir canciones, en
español, francés, inglés, portugués. No tiene límites. Tarda en publicar porque es un perfeccionista obsesivo, de lo contrario al año podría estrenar tres discos. “Me cuesta mucho acabar los
álbumes”, le dijo a la revista Rock de Lux “Lo de escribir y sacar canciones para mí es un proceso bastante fácil. Pero también creo que lo importante es no forzar. Si hay inspiración, hay;
y si no, no pasa nada. Para mí eso de crear con el sufrimiento se acabó”.
A partir de estos álbumes el status de Manu Chao como artista libertario se posicionaría a
nivel mundial, componiendo canciones sobre el amor, la vida en ghettos y la inmigración con
un fuerte mensaje de izquierda. A lo largo de su carrera musical ha estado comprometido con
diversas causas sociales siendo el portavoz de varios movimientos antisistema (desde los okupas a los manifestantes antiglobalización) y su popularidad le ha convertido en influyente figura pública a la cual todo el mundo quiere asociarse.
Manu Chao en su gira por Sudamérica, se presentó en tres ciudades de Colombia entre la
última semana de marzo y la primera de abril. Medellín fue la primera en recibir al artista el 29
de marzo en el Aeroparque Juan Pablo II junto Alcdrikoz y Providencia. En Cali el concierto se realizó el 31 de marzo en las canchas de
Beisbol Panamericano en compañía de Herencia de Timbiquí y Zalama. Y en Bogotá se realizó el 3 de abril frente a treinta mil personas
que abarrotaron la colonial Plaza de Bolívar, en el llamada concierto
de La Esperanza, auspiciado por la alcaldía de la ciudad.
Manu Chao deleitó a Bogotá con canciones como Radio Bemba,
Clandestino, El Señor Matanza, Me gustas tú, Bienvenido Tijuana,
entre otros temas, hicieron las delicias de un público que no dejó de
saltar y aplaudir a Manu, quién lució una camiseta multicolor y su
infaltable gorra. Los que no pudieron seguir el concierto lo vieron a
través de gigantescas pantallas de televisión dispuestas por la Alcaldía de Bogotá en los alrededores de la plaza. Entre las bandas que
acompañaron a Manu Chao estuvieron Skampida, Nawal y La Etnia y
la Derecha.
Con conciertos deslumbrantes como los que dio en Colombia, Manu
Chao deja entrever una vez más su singularidad como cantante, su
desparpajo a la hora de subirse al escenario y su capacidad para representar a una sociedad golpeada y que tiene mucho por decir y
denunciar. Se ha convertido a lo largo del tiempo en la voz de varias generaciones inconformes con el sistema y dispuestas a generar
cambio en el statu quo. La música de Manu Chao se ha convertido
en medio de protesta ante tantas injusticias que se ven a diario en el
mundo. Por ahora, este extravagante y único cantante seguirá su tour
La Ventura por Europa, el cual se llevará a cabo de Junio a Agosto del
presente año.
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