Provincia de Medellín - Actividad Cultural del Banco de la República

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Este libro conserva
la ortografía de la
época.
JEOGRAFÍA FÍSICA Y POLÍTICA DE LAS PROVINCIAS DE LA NUEVA GRANADA
PROVINCIA DE MEDELLÍN
GEOGRAFIA
FISICA Y POLITICA DE LA PROVINCIA DE MEDELLIN
SITUACIÓN, EXTENSIÓN Y POBLACIÓN
El hermoso valle de Aburrá, que se encuentra enclavado en la cordillera que
separa las aguas de los dos ríos Magdalena y Cauca, fue descubierto en 1541,
habiendo sido Luis Tejedo, enviado a recorrer el país por el infortunado conquistador
Jorge Robledo, el primero entre los españoles que penetrara en él. Luego que tuvo
noticia de este suelo fecundísimo y que halló en él hermosas campiñas, pastales
abundantes, árboles fructíferos, así como también una población crecida, la cual
habitaba el valle de Aburrá, partió del punto Arma, donde estaba acampado, a
incorporarse a su vanguardia. Después de algunos días de permanencia, mandó a
explorar el país y salió el 4 de agosto de 1541, circunstancia a que debe el valle el
nombre de San Bartolomé. No debe causar extrañeza que el conquistador no fundara
por aquel entonces una población en aquel ameno lugar, puesto que su intento era el
de descubrir más tierras, y hallar el punto de comunicación con el mar o el golfo de
Urabá.
Dirigiose hacia el Cauca; mas las dificultades que encontró para cruzar ese río
caudaloso y turbulento, no le dejaron fundar la ciudad de Antioquia en el valle de
Aburrá, teniéndolo que hacer al otro lado del ramal occidental de la cordillera de los
Andes, en el llano que hoy se llama del Frontino, en donde no duró mucho tiempo.
Erigiose Medellín en el valle de Aburrá como villa, en el sitio de Aná, por Real
Cédula expedida en Madrid el 22 de noviembre de 1674, cometida para su
cumplimiento al doctor Miguel de Aguinaga, Gobernador y Capitán general de la
Provincia de Antioquía; ignorándose la época en que se trasladó al punto que hoy
ocupa cerca de Aná.
Bajo la República, Medellín no solo ha llegado a ser ciudad, sino capital de la
antigua Provincia de Antioquia, territorio inmenso de que se formaron tres Provincias.
Su posición es pintoresca y su terreno fértil y sano, y de una temperatura media entre el
calor y el frío; circunstancias todas que hacen apetecible ese lugar para residir; a lo que
se debe la acumulación que ahí se ha hecho de intereses subidos, lo que le da la
preponderancia sobre todos los otros puntos circunvecinos, habiendo tomado en él su
principal incremento las especulaciones mineras.
El comercio y la industria hicieron de Medellín un gran mercado concurrido
crecidamente; al paso que el genio emprendedor de sus habitantes le daba cada día
un impulso mayor. Así es que, quedándose estacionaria por su falsa posición la antigua
capital, Antioquia, vio casi de repente que una de sus hijas, y no la primogénita
siquiera, no solo la igualaba, sino que en mucho se le adelantaba, hasta el término de
llegar a verse gobernada por ella.
Este hecho viene a confirmar la necesidad que hay de buscar sitios ventajosos
para fundar los pueblos, consultando siempre su porvenir en el comercio y en la
industria del mundo.
Por no haberlo hecho así, de nada aprovecharon sus títulos de ciudades a
Cáseres, Remedios, Rodas y Zaragoza, las que, o ya desaparecieron o están casi
abandonadas.
Con la importancia de Medellín se han olvidado hasta los nombres de Aburrá y San
Bartolomé. De Medellín se denomina el hermoso valle sembrado de pueblos, caseríos
y haciendas, en que se halla la ciudad, capital de la Provincia del mismo nombre. Esta
Provincia se encuentra situada entre los 5’ 18’ y 8 9’ de latitud N., y 00 5’ de longitud
oriental a 20 2’ de longitud occidental del meridiano de Bogotá.
La forma de su territorio es particular. Si ha sido permitido decir que la Italia
representa una bota, también debe serlo asemejar la figura del territorio de que
hablamos, a la de un águila con el cuello estirado. La cabeza, sin pico, está formada
por el cantón Amagá, así como también el principio del cuello; lo restante de éste y el
pecho son formados por el prolongado valle de Medellín, y lo demás del cantón de este
nombre; el extenso cantón del Nordeste, representa el cuerpo, la cola y un ala abierta.
De modo que este país es más largo que ancho, pues tiene en la dirección del
Nordeste, desde las cabeceras del río San Juan, en el ramal occidental de los Andes, o
del Chocó, hasta más allá de la boca del Nechí, en el Cauca, donde termina, 66½
leguas. Su mayor anchura de E. a O., desde las orillas del Magdalena, frente a la boca
de Opón, hasta las riberas del Porce en la desembocadura de la quebrada Gómez, es
de 30½ leguas granadinas. Su perímetro mide, por líneas rectas, 266 leguas. Contiene
pocos altos páramos en la serranía del Chocó; pero sí hay en muchas partes cerros
elevados, unos con habitantes, otros desiertos, con gramíneas no más, o con una fuerte
vegetación.
Vese una gran planicie llena de pastos, a la que llaman llanuras de Cancán, lecho
indudablemente de un lago antiguo, cuyos terrenos sedimentosos y deleznables, han
formado multitud de pequeños cerros, promontorios y colinas, semejando un laberinto
de cerros, que diariamente mudan de forma a causa de los constantes derrumbes a
que da lugar la infiltración de las aguas en tierras de ninguna consistencia.
Hay también hermosos y fértiles valles en el de Medellín, donde existió un lago
andino, lo mismo que en el de Amalfi. Valle es igualmente el del Cauca, poco habitado,
y cuyas planicies, así como el ningún desnivel del cauce del río, llamadas aquellas
llanuras de Caramanta, prueban que antiguamente hubo allí un lago, que ocuparon en
su irrupción las aguas del Cauca, cuando rompieron los diques de su gran lago,
atravesando los lugares por donde corre hoy el río de este nombre.
Por el prolongado valle del Nuz, va el manso río así llamado, caminando muchas
leguas, hasta que, estrechado en la serranía, se precipita primero por una cascada,
después por un salto, para ir a dejar sus aguas en el Nare.
El extenso valle del río Nechí que es navegable, está todo desierto, hallándose
habitado en las orillas, en donde se encuentra Zaragoza, la que solo necesita para
hacerse interesante, que se desmonten los viejos árboles y se desequen los pantanos
que hacen ahora insalubre su clima.
Hay, por último, multitud de cerros no muy altos, ramificados diversamente, y
quebradas y ríos que casi todos llevan oro abundantemente y que están desiertos
aguardando las poblaciones que descuajen los bosques de que se hallan cubiertos, y
que exploten sus innumerables riquezas.
La reunión de todas estas secciones mide una extensión de 907 leguas cuadradas
granadinas, de las cuales están sin habitarse 442, que son baldías. En i852 la
población alcanza a 77.508 almas, de manera que, tomando el total de las leguas,
tocan 85 a cada legua cuadrada; y tomando solo las que se hallan ocupadas, sale a
184 por legua cuadrada.
Al fin se da lugar a un cuadro especial en que se manifiestan las diferentes
calidades de terrenos que hay en la Provincia, los poblados, los despoblados y baldíos,
y la magnitud de cada extensión de ellos.
LÍMITES
Esta Provincia confina con las de Chocó, Antioquía, Cartagena, Mompós, Soto,
Socorro, Vélez, Zipaquirá, Mariquita, Córdoba y Cauca.
Tomando por punto de partida la parte más meridional, en las cabeceras del río
San Juan, que están en la cumbre de la cordillera occidental de los Andes granadinos,
llamada vulgarmente del Chocó, se sale del cerro Paramillo, se pasa por toda la cresta
escarpada de la cordillera en dirección al N., el cerro de Caramanta, que se une a los
farallones del Citará, después de los cuales presenta una grande depresión la
cordillera, la que se extiende algo repentinamente, levantándose de nuevo en el
Plateado, donde termina el límite con el Chocó, que se extiende por 12 leguas.
Empieza a colindar en seguida con Antioquía, desde el cerro del Plateado hasta el
de San Mateo; sigue después la quebrada Comiá que se dirige hacia el E., hasta su
confluencia con el Cauca. Tómase por el otro lado la quebrada de Amagá por una
legua, y después la de Horcones, aguas arriba, en dirección al N., por otra legua.
Tomando la cordillera en la misma dirección, vase a atravesar la quebrada de
Zabaleta, yendo por un estribo de la cordillera a la boca de aquélla, en la de Guaca,
que sigue hacia arriba hasta la de los Morros, y ésta hasta su origen en el alto de
Canoas. La cumbre de la serranía sirve entonces de lindero, pasando por el Boquerón,
Alto Delgadito y Julio. La cordillera toma en este punto la dirección del N. E. y la línea
pasa por los altos de Medina y Angostura, yendo a concluir a la desembocadura del río
Grande en el Porce. Sigue después el Porce, aguas abajo, hasta la boca del Nechí; el
Nechí, aguas arriba hasta la boca de la quebrada Cruz de Cáseres; esta misma quebrada, aguas arriba, hasta su origen, llamándose allí de la Concepción.
En seguida se toma la cumbre de la serranía, ya muy baja, la cual separa las
aguas que van al Cauca y las que van al Nechí, hasta el nacimiento de la quebrada
Mandinga, por cuyo curso se sigue hasta su desembocadura en el Cauca, frente al
caño de la ciénaga de San Lorenzo, la cual y su caño sirven de límite hasta concluirse
éste con la Provincia de Antioquía, el cual se extiende por 89 leguas.
Empieza después a colindar con Cartagena por el caño Agua-clara, que cae a la
ciénaga de San Lorenzo hasta el camine que va de Ayapel a Santa Lucía, sobre la
ribera del Cauca, donde termina este límite -de 8½ leguas.
Atravesando el Cauca empieza a colindar con la Provincia de Mompós por la
quebrada de Santa Lucía hasta su origen; luego por la serranía hasta la cabecera de la
de Santa Isabel; ésta, aguas abajo, hasta su unión con la de Siguaná. En seguida se
toma por los cerros para llegar al alto Siguaná en el camino de Guamocó, y después
por los cerros de la Hebilla hasta encontrar la unión del río Tiquí con el Cañaverales;
atraviésase en este lugar en busca de las aguas que bajan al río Puná de la serranía
del Sacramento, y por la cumbre de ésta en busca del cerro Tamar, origen del río de
este nombre; el mismo’ río aguas abajo, hasta su unión con el Ité, en el cual punto estas
aguas toman el nombre de Simitarra; de aquí se traza una recta hacia el E., a las casas
de Bohórquez sobre el Magdalena, donde termina el límite con la Provincia de
Mompós, que es de 75 leguas.
Entra entonces a lindar con la de Soto, de la que la separa el Magdalena por tres
leguas hasta en frente de la desembocadura del Sogamoso. Sigue la del Socorro del
otro lado del Magdalena por cuatro leguas, hasta frente a la desembocadura del Opón.
Continuando el mismo río de por medio, sigue lindando con la de Vélez hasta la
desembocadura de la quebrada Ermitaños. Confina por legua y media con la de
Zipaquirá, hasta frente de la boca del Nare y solo por una legua con la de Mariquita
hasta la boca del río Nuz. Entra, por último, a colindar con la de Córdoba, teniendo de
por medio el río Nare, hasta la mitad de la distancia que separa la bodega de San
Cristóbal de la de Remolino. Sigue después por unos cerros hasta frente de la
cabecera de la quebrada Orná, punto en el cual la línea divisoria vuelve a tomar el río
Nare para no dejarlo hasta la boca del río Santo Domingo. Sigue este río, aguas arriba,
hasta la quebrada San Pedro, por la cual se continúa hasta su origen en la cordillera
del valle de Medellín; sigues e de allí por el alto Cardal y Cerrobravo hasta la cabecera
de la Magdalena, donde deja la cumbre para bajar a la unión de las quebradas Ovejas
y Pantanillo; esta última sigue marcando el límite hasta su origen en la cumbre de la
serranía, la que sigue haciéndolo hasta el alto de San Miguel, tomándose en seguida el
origen del río Poblanco y todo su curso, hasta su confluencia con el Cauca. Síguese por
la orilla izquierda de este río hasta la boca de Arquía, donde termina el límite con la
Provincia de Córdoba, de 52 leguas. Empieza ahí a lindar con la del Cauca por todo el
Arquía hasta su origen en el cerro de Santa Isabel, y por la cumbre que separa las
aguas que caen al río San Juan de las que van directamente al Cauca del lado del
Supia, hasta encontrar el Paramillo, que es el punto de donde partimos, por la
extensión de 12 leguas.
Por consiguiente sus linderos con las once provincias con que confina abarcan una
extensión de 266 leguas granadinas, medidas en líneas rectas por todo el contorno, sin
tener en cuenta las pequeñas sinuosidades de los ríos, quebradas y cordilleras, las que
aumentarían en un tercio la distancia directa.
MONTAÑAS, SUS RAMIFICACIONES Y ALTURAS
Esta Provincia tiene dos sistemas de cordilleras, de los cuales uno es la
continuación de los Andes occidentales granadinos, llamados también del Chocó, y el
otro pertenece a la cadena de los Andes centrales. Uno y otro sistema tiene su origen
entre Pasto y Popayán, y encierran el extenso valle del Cauca. El prímero no tiene
cimas elevadas que lleguen al nivel de las nieves perpetuas, mientras que el segundo
alza dilatadas masas hasta esa altura. Los últimos nevados se hallan en los confines
meridionales de esta Provincia en la gran mesa de Herbeo. El eje de la cordillera va
después disminuyendo en los páramos de Herbeo y de Sonsón, rebajándose en
seguida hasta más abajo de la región del frailejón. Su ramo principal, que vuelve al O.,
en el alto’ Pantanillo, solo tiene 2.488 metros sobre el nivel del mar. Es en este punto
donde se observa la continuación del eje de la cordillera, la cual, aunque disminuyendo
en elevación, va aumentando en anchura para encerrar los antiguos lagos donde están
Rionegro, Medellín, Amalfi, Caucán y en la Provincia de Antioquía los de Osos, Ovejas y
Carolina.
En el alto Romeral, al O. del Retiro, en lugar de seguir la dirección al O., que era la
que tenía, tuerce al N. E., y envía simultáneamente un ramo hacia el 5. 0., hasta el alto
de San Miguel. En este punto prosigue hacia el N., enviando algunos estribos en la
dirección antigua del 5. 0., estribos que van a perderse sobre el Cauca, sobresaliendo
el Cerro-bravo en forma de pan de azúcar a la altura de 3.310 metros; el cerro de la
Tusa, muy parecido a lo que dice su nombre, a la de 2.106 metros y entre estos dos el
del Sillón, cuya forma está indicada por el nombre que lleva. Siguiendo el ramal su
dirección hacia el N., se eleva en el cerro del Romeral a 2.779 metros; baja después en
el Boquerón a 2.548, alzando otra vez a 2.750 en el cerro de Canoas. En el alto Julio se
desprenden dos ramificaciones que forman el elevado valle de las Ovejas, y que,
unidos, entran en la Provincia de Antioquía a formar el gran ramal que divide las aguas
tributarias del Cauca de las que lo son del Nechí. De este ramal se hablará
oportunamente en la parte que corresponde a la Provincia de Antioquía; volvamos al
alto de Julio. En este punto la cordillera, que llamaremos occidental del valle de Medellín, ya se ha puesto paralela a la oriental que dejamos en el alto del Romeral en la
dirección N. E.
La cordillera occidental de Medellín sigue este mismo rumbo; y se halla tan cerca
de la occidental, que sus cumbres están a la distancia una de otra, de una y media
legua a tres leguas, hasta que en el punto en que el Riogrande, o más bien, las voluminosas aguas del valle de Osos se desbocaron rompiéndola, atraviesa la Provincia
de Antioquia hacia el salto de Guadalupe. Describiendo aquella Provincia se hablará
de este ramal; volvamos al que se dejó en el alto de Romeral, el que llamaremos
oriental del valle de Medellín. Este conserva generalmente la misma dirección y altura,
exceptuando algunas pequeñas sinuosidades y elevaciones, como la del alto de San
Ignacio, que está a 2.730 metros, el Cerro-bravo y el alto Cardal, punto en que se le
reúne un ramo de los Andes que se había desprendido cerca de Pantanillo en el alto
Pereira, para encerrar la parte oriental del antiguo lago de Rionegro. Entonces la
cordillera se vuelve hacia el N. N. E., y lanza hacia el Magdalena un largo brazo que se
divide y subdivide entre el curso del Nare y el del Nuz. El eje principal se rebaja
después en el punto llamado la Quiebra y torna a elevarse con el rumbo al N., en el
Pantanillo, siguiendo así hasta el alto del Contento, punto en que arroja un ramo hacia
el E., el cual, en el cerro de Patiburra, que está a 1.700 metros, se trifurca. Uno de sus
brazos se pierde sobre el río San Bartolomé, en su confluencia con el Cupiná, otro
sobre el Nuz en la quebrada de los Monos, mientras que el brazo principal, que se
disminuye más y más a medida que avanza hacia el Magdalena, va a concluir en
Garrapatas. En el cerro del Contento toma la cordillera la primitiva dirección del N. E., y
en el cerro Verdugo, que está a 1.800 metros, desprende un ramo pequeño que se
pierde
en
la
unión
de
los
ríos
Volcán
y
San
Bartolomé, elevándose el cerro de la Tetona, notable por sus dos picos que alcanzan a
1.550 metros sobre el nivel del mar y 500 sobre los cerros convecinos. La cordillera
principal había lanzado antes, en el alto Guayabita, un corto ramal hacia el Porce, que
es el río de Medellín, para formar el antiguo lago de Amalfi.
Si seguimos el curso del eje principal de la cordillera, la vemos en el cerro del
Retiro arrojar un ramal hacia la Vetilla al N. N. E., en el cual se repliega en el punto
Rabochucho para encerrar el antiguo lago de Rioarriba o Riochón, y luego se subdivide
para correr paralelo al Porce. Cerca del alto de la Ceja, que está a 1.636 metros de
altura, se pierde casi confundido entre los muchos ramales que se desprenden, de los
cuales dos van hacia el E., y acaban en las bocas del San Bartolomé y la Honda, y
otros dos van al N. N. E., y concluyen en las bocas Pocoró y Maní, destacándose en
seguida dos larguísimos, uno que se abre al E. y que después se repliega paralelo al
Magdalena, casi al N. E., yendo a terminar en las llanuras de este gran río, cerca de
Simitarra. El otro, que es más corto y menos abierto, se dirige al N. E., paralelamente
al que le dio origen y va a terminar sobre el río Bagre.
La cordillera principal baja mucho; en Remedios solo tiene 1,000 metros de altura
sobre el mar, allí da nacimiento a un ramo corto que se pierde en la confluencia del
Bagre y del Pocuné y se vuelve bruscamente al E., tomando el nombre de Serranía de
los Remedios. En las cabeceras del Bagre busca el N. y envía dos brazos hacia el
Magdalena, los que concluyen en los ríos Ité y Tamar, dejando entre ellos y el
Magdalena espaciosas llanuras. Repliégase luego al O., cobrando en el cerro Tamar
su antigua dirección al N. E., y dando origen a cinco grandes y largos brazos que van a
encerrar las hoyas de otros tantos ríos, y que se pierden en las sabanas del Magdalena
o
en
la
Provincia
de
Mompós.
En
la
Provincia
de
Medellín
acaban
algunos estribos nacidos de la Serranía de Guamocó, que es la misma de los
Remedios y Tamar, llamada también de la Burra y de San Lucas; son esos los únicos
ramales que, ya muy rebajados, piérdense pronto en el valle del Nechí abajo de la
antigua ciudad de Zaragoza.
La cordillera central de los Andes va a concluir muy pigmea en la Provincia de
Mompós, habiéndose antes ramificado de tantos modos en la misma Provincia, que
cubre una inmensa extensión, supliendo la altura con la cantidad de tierra quebrada. El
geólogo examina este país bajo otro punto de vista, como que no se le debe ocultar
que el levantamiento de estos cerros, diversamente ramificados, tiene el mismo origen
y data de la misma época que la colosal masa compacta donde descuellan los
nevados del Tolima, Quindío, Santa Isabel, Ruiz y Herbeo. La fuerza volcánica fue en
estos puntos más enérgica, pues parece que todo el terreno que constituye los helados
páramos precitados estaba unido al que hoy forma la serranía del Chocó, teniendo en
tal caso el total de la masa levantada una anchura de E. a O., de 45 leguas granadinas.
El terreno más bajo que acabamos de describir, y que forma los cerros de esta
Provincia, parece también haber estado unido a la misma serranía del Chocó con la
parte elevada del Frontino y cerro de León, cuya anchura seria de 60 leguas. Tanto en
la orilla derecha, por donde corre el Cauca, como en la izquierda, se ven las mismas
formaciones, en las cuales predomina el syenita o el syenita porfídico. En algunos
puntos el syenita pasa al grustein, y las ricas minas de oro de esta Provincia existen
generalmente en este terreno de syenita grustein.
El segundo sistema está formado por la cordillera de los Andes occidentales, la
cual principia en esta Provincia en el punto de Pantanillo y de los cerros de Caramanta,
de donde salen las primeras aguas que dan origen al río San Juan, que
va a descargar en el Cauca formando un valle estrecho de 5. a N. Toda la parte oriental
de esta cordillera pertenece a esta Provincia, desde los puntos indicados hasta el alto
San Mateo, teniendo una extensión de 12 leguas. Algunos gruesos estribos, no muy
largos, sirven de apoyo a sus escarpadas crestas casi inaccesibles, cuyas bases se
pierden sobre el río San Juan o sobre el Cauca.
En los puntos de Santa Isabel y Caramanta que hacen parte de un ramal del cerro
de Paramillo, que ha formado las montañas que llaman del Oro, salen algunos estribos
con dirección al N., los que se confunden en los llanos de Caramanta cerca del río
Cauca.
La cordillera principal de los Andes occidentales y del Chocó se eleva en los
farallones del Citará a 3.300 metros sobre el nivel del mar, bajando en la Quiebra a
solo 2.100, y volviendo a alzarse en el Plateado a 2.600. Casi a igual altura está el
cerro de San Mateo, donde termina esta Provincia; pero esta cordillera prosigue a
formar todo el sistema de la del Chocó, en la ribera izquierda del Cauca, de la que se
hablará al tratar de la Provincia de Antioquía.
RíOS, SU ORIGEN Y CURSO
El río principal de esta Provincia es el Nechí, que más bien debiera llamarse
Porce, tanto por ser este el que trae a la confluencia un volumen mayor de agua, cuanto
porque su curso es más extenso; a pesar de todo eso, su nombre es Nechí, mientras
que entra en el Cauca con una corriente recogida en una extensión de 500 leguas
cuadradas.
Nace este río en el valle de Osos, antiguo lago desecado, precisamente cerca de
la Villa de Santa Rosa, formando, con varias quebradas que se le unen, los ríos Minavieja y Teneche.
Después de haber reunido las corrientes de 10 ríos, se encuentra con el río Porce, que
pasa por Zaragoza ya ancho y profundo, dirigiendo su rumbo al N. N. E. En su nueva
dirección se le agrega el Bagre, que nace en la serranía de los Remedios, habiendo
recibido antes el Puná, que sale de la cordillera llamada del Sacramento, y que es
prolongación de la central de los Andes, muy disminuida ya en altura, aunque bastante
ramificada hacia el Magdalena, en territorio de la Provincia de Mompós, en donde se
pierde. Recibe también el río Pocuné, que sale de un ramal de la cordillera que
desaparece en la llanura cerca de Zaragoza. El Bagre le tributa las aguas de una
extensión de 60 leguas cuadradas. Poco después recibe el Nechí el Hebilla y la Llana,
que se forman en la cordillera llamada también de Guamoco.
El río Porce, cuya riqueza no es inferior a la de ningún otro de la Provincia, es
también el que baña y fertiliza el valle más hermoso de este país.
En el alto de San Miguel, a 2.800 metros sobre el nivel del mar, surgen las
primeras aguas que forman el río que se llama de Medellín, y que da el nombre a un
estrecho, rico y pintoresco valle, donde se halla la capital de la Provincia, a 1541
metros sobre el nivel del mar.
Más allá de Barbosa recibe el primer río que viene del país aurífero del valle de los
Osos de la Provincia de Antioquia, llamado Riogrande, unido con los ríos Chico y
Chocó. A la distancia de una legua se le reúne una quebrada llamada Porcesito, y
entonces las aguas cuyo caudal se denominaba río de Medellín, toman el de Porce,
para no perderlo hasta mezclarse a las del Nechí, ricas también en arenas de oro,
como que su origen está al O., de la boca del Riogrande en la alta planicie de Santa
Rosa, aurífera totalmente. A las seis leguas le caen las aguas del río Guadalupe, que se
despeña de una altura de 250 metros por una hermosa cascada, para pasar del lindo y
templado valle de Carolina al estrecho y caluroso del Porce. Casi a igual distancia
recibe por la derecha el Riochón, que se desprende también de una grande elevación
por una serie de cascadas para arrojarse en el Porce. Corre este entre faldas
escarpadas de cerros altos, que dejan apenas en sus bases algunas playas donde se
depositan las arenas auríferas. Este río es presuroso, a causa del plano inclinado, y se
precipita como deseoso de salir de los límites estrechos en que lo encierran los cerros.
Antes de unirse al Nechí recibe las aguas del río Mata que recorre una parte del
dilatado territorio aurífero de ese país, y que ha juntado los ríos Maní, Pocoró y Tinitá,
abundantes en minerales. Ya entonces empieza el Porce a ser navegable para
embarcaciones pequeñas que vienen desde el puerto por el Mata, distante poco más
de una legua de su confluencia.
En el punto de las bodegas del Guayabal, el Porce está a la altura de 241 metros
sobre el nivel del mar. Hasta su desembocadura en el Nechí, distante tres leguas del
curso del río, su corriente es impetuosa, y pasa por medio de peñas y rocas levantadas
del fondo del río, lo que hace peligrosa su navegación, la cual es necesaria en el día
por la falta de camino para ir a Zaragoza, a donde llegan cómodamente y sin peligro
los champanes desde Mompós, sobre el Magdalena.
El Porce deposita en el Nechí las aguas de una extensión de 165 leguas
cuadradas, de las cuales las 65 son de la Provincia de Antioquia, aguas tributadas por
nueve ríos y por multitud de quebradas; al paso que el Nechí solo lleva las de 146
leguas cuadradas, pertenecientes casi todas a la Provincia de Antioquia, aguas que ha
recogido en su curso por un terreno aurífero también, de diez ríos y muchísimas
quebradas.
Cuando pasa por Zaragoza, distante 6 leguas de curso desde la unión al Porce,
tiene el Nechí reunidas las aguas de una extensión de 344 leguas cuadradas, y al llegar
al Cauca tiene las de una de 500.
La distancia de buena navegación de Zaragoza a su confluencia con el Cauca es
de 25 leguas granadinas.
En cuanto al volumen de agua, y en cuanto a la navegación, es un río importante en
esta provincia el de San Bartolomé, que lleva al Magdalena la masa de aguas que ha
recogido por 170 leguas cuadradas del extenso cantón del Nordeste. Tiene su origen
en el cerro del Contento, que está a 2.000 metros sobre el nivel del mar; únensele el
San Lorenzo que se forma cerca de Yolombó y después el río de La Cruz y el Volcán
reunidos que salen de los cerros de Verdugo y Retiro. Casi al salir de una serranía
imbricada recibe los ríos Alicante y Cupiná unidos, y allí mismo los del Pescado y
Quebrada-honda en una sola corriente. El terreno que cruzan estos afluentes es
desierto casi totalmente, aunque rico en minerales.
Este río se conoce al llegar a las llanuras con el nombre de Caño-regla, y
solamente recuerda su nombre de San Bartolomé la aldea que está en las barrancas
del Magdalena, cerca de su desembocadura. Hay actualmente una bodega a tres
leguas de su desagile, pero es navegable por tres leguas más en línea recta hasta la
boca de la Quebrada-honda, que serían doce leguas granadinas de navegación.
Por longitud de su curso merece ese nombre el río Ité; mas como pasa por un país
desierto, aún no tiene toda la importancia que llegará a tener. Nace entre Caucán y
Remedios, lo forman los ríos Utú y Pantanillo, ricos en minerales, al unirse los cuales
recibe el nombre de Ité, que conserva hasta juntarse al Tamar, después de recibir en un
curso de 37 leguas solamente, el Bagre. El Ité recoge las aguas de 85 leguas
cuadradas y el Tamar, que marca el límite con la Provincia de Mompós las de 14.
Unidos los dos toman el nombre de Simitarra y van a tributar al Magdalena atravesando
una tierra llana, cubierta de selvas pantanosas pertenecientes a la Provincia de
Mompós, desembocando en el punto llamado San Pablo. El rio Nuz sería también
importante al no haber cerca de su desagile en el Nare, poco antes de que entre este
en el Magdalena, una cascada y un salto que impiden la navegación, que algunas
gentes que habitan cerca de Tolobó hacen por balsas. Recorre este río un terreno hoy
desierto pero que es bastante extenso.
A 6 leguas de distancia directa de su origen, en el cerro de Paramillo y alto
Guayabito, después de habérseles juntado el Nucito, rico en minerales, corre el mismo
río un valle espacioso cuyo clima es mortífero. Es esta la causa única de que esté
despoblado y de que su navegación que diremos interior, no valga nada. De un lado
recibe las aguas de los ríos San Roque, San Juan y Socorro y del otro solamente el de
los Monos. Una extensión de cien leguas de terrenos desiertos envía sus aguas a este
río navegable en una distancia de 20 leguas.
Por último el Nare costea esta Provincia, separándola de la de Córdoba por el
espacio de 19 leguas y recibe de este país los ríos Santo Domingo, otro Nucito y San
Miguel, que con otras quebradas recogen las aguas que caen en una extensión de 25
leguas cuadradas.
El Cauca cruza esta Provincia y la de Córdoba por ocho leguas y pasa después
por medio del cantón de Amagá, siendo navegable casi en diez leguas por pequeñas
embarcaciones. Para bajar hasta Antioquía usan solo balsas. Después de dejar la
Provincia de Córdoba en la boca del Poblanco, cae en el Cauca el río Cártama
formado por el de este nombre, el de Conde, el Claro, el San Antonio y el Riofrio; más
abajo recibe el Cauca el río Piedras, todos los cuales nacen en la serranía de Cártama
y Santa Isabel, que son los estribos de un ramo de los Andes occidentales o serranías
del Chocó. Después recibe el San Juan, que nace en el cerro Paramillo de la misma
cordillera y de los cerros del Citará, el cual recoge las aguas de 51 leguas cuadradas, y
que le dan las quebradas Santa Bárbara y Santa Rita, que son como ríos; y los ríos
Taparó, Guadalupe, La piedra, Quebradona y el Barroso, que nacen de la vertiente del
E., de la cordillera occidental de los Andes granadinos. De modo que el Cauca recibe
del cantón Amagá, de esta Provincia, las aguas de una extensión de 135 leguas
cuadradas.
Resulta, finalmente, que el Nechí lleva al Cauca las aguas de 500 leguas
cuadradas que unidas a las tributadas por el cantón Amagá hacen 635; mientras que al
Magdalena van directamente las de 354 en los ríos Nare, San Bartolomé y Simitarra y
en otros pequeños afluentes las de 129, que hacen un total de 483 de extensión
territorial, sobre la cual caen anualmente como 80 pulgadas cúbicas de agua. Si se
deducen de las dos cantidades, 211 leguas cuadradas que salen de la Provincia de
Antioquia y que dan sus aguas al Nechí, quedan para el Cauca 424, y 483 para el
Magdalena, que forman las 907 de la extensión de esta Provincia.
LAGUNAS Y CIÉNAGAS
La ciénaga de Posa, casi de una legua de largo y media de ancho, desagua en el
San Bartolomé, lo mismo que la de Dura, de una y media de largo y una de ancho. Las
ciénagas llamadas de Adentro y Barbacoas desaguan al Magdalena; la una tiene casi
dos leguas de largo y más de media de ancho y la otra, que es casi redonda, tiene más
de una legua en su mayor diámetro. La ciénaga Sardinita se compone de tres unidas;
su parte más larga es de tres leguas y su anchura mayor es de media legua. La gran
Ciénaga-blanca, casi oblonga, tiene 4 leguas de largo y casi 1½ de ancho. Todas
estas ciénagas ocupan una extensión de 5 leguas cuadradas y se comunican por
caños con el Magdalena.
En las orillas del Nechí y cerca de su desembocadura en el Cauca, hay una porción
de pequeñas ciénagas que ocupan un país bajo y anegadizo de cuatro leguas
cuadradas de extension.
ISLAS
Hay en el Magdalena algunas islitas, de las, cuales las que más se aproximan a la orilla
izquierda deben pertenecer a esta provincia, bien que todas estén desiertas por
hallarse expuestas a las inundaciones del río cuando crece. No obstante, anualmente
se levanta su suelo por el limo fértil que de período en período depositan las aguas.
Algún día serán útiles. Su extensión es de 4 leguas cuadradas.
ASPECTO DEL PAíS
Como dijimos que la figura del territorio de esta Provincia de Medellín es la de un
águila, empezaremos su descripción por la parte meridional, donde está el cantón de
Amagá que forma precisamente la cabeza y parte del cuello.
Fue este país de los que primero exploraron los conquistadores y hoy solo nos
queda el nombre de la antigua Caramanta, donde se disputaron la dominación y la
riqueza de sus pobladores. Nadie se atrevía a habitar este territorio proverbialmente
malsano, después de que por la destrucción de las razas indígenas lo dejó yermo la
insaciable sed de oro de los atrevidos conquistadores. Muy pocos años hace que los
industriosos habitantes de Titiribí y Fredonia penetraron en sus regiones abandonadas,
donde, aprovechando los pastales y las selvas para la ceba y el cultivo, dieron lugar a la
fundación de la Nueva Caramanta y de las aldeas Piedras y Soledad, puntos llamados
a prosperar por la feracidad de sus terrenos y por las varias salinas y las minas de oro
y
hulla
que
en
ellos
se
encuentran.
Hállanse
aquí
vestigios de los conquistadores y de las sepulturas se extraen grandes cantidades de
oro acuciosamente labrado por los aborígenes.
Forman la cresta o copete del águila los picos graníticos de los cerros del Citará y
los farallones del Chocó, que se presentan sobre los Andes a modo de ruinas
encumbradas, de torres y castillos almenados. De sus costados se desprenden
copiosas corrientes de agua, que formando ríos y quebradas de varia magnitud, van de
dejarla en el valle de San Juan, riquísimo en oro.
Las heladas cimas de esta cordillera, que es el ramo occidental de los Andes,
están a veces coronadas por la roca pura, extraña en sus formas, sea por su
cristalización primitiva, o sea por la descomposición efectuada por la acción del agua y
de la atmósfera; a veces entapizadas de frailejón o de gramíneas, en medio de las
cuales asoma la peña; y muy raramente están cubiertas de vegetación vigorosa. Al
descender por los estribos o por las quiebras profundas que las separan, se encuentra
frondoso el bosque y se llega hasta las orillas del San Juan. Frecuentemente parece
que en el punto equidistante de la altura y de la base hay tierra en la que predomina la
arcilla, la que impide que los altos troncos de los árboles puedan extender las raíces
que los sostuvieran; o si no, su tenacidad es tal que no permite crecer a las plantas
leñosas con la fuerza y hasta el volumen necesarios, de modo que solo algunos árboles
y pocos arbustos se ven entre las tupidas gramíneas que cubren estas lomas.
Allí empiezan ya a multiplicarse los rebaños de los nuevos habitantes, de los que
se presentan a larga distancia una u otra vivienda. Solo dos caminos atraviesan el
territorio de Caramanta, el uno pasa por esta población para ir a las muy nombradas
minas de Marmato y a las vegas de Supía; el otro pasa por la aldea de Piedras para ir
a la de Soledad, cerca de las cabeceras del San Juan, donde existen ricas minas que
se empiezan a explotar.
El terreno alto y onduloso contrasta admirablemente con el tendido y casi llano de
las orillas del Cauca, en donde parece haber existido en tiempos pasados un gran
lago, cuyas aguas servían a los habitantes, así como también cerros peñascosos
conocidos con el nombre de Farallones de Caramanta, que se presentan como torres
aisladas y lo mismo el que llaman Cerro-amarillo, que se asemeja a una fortaleza
elevada sobre una eminencia. Los llanos por donde corre el Cauca son el lecho de un
antiguo lago que tenía a derecha e izquierda planos inclinados, por resulta de los
consecutivos acarreos de tierras desprendidas de los cerros circunvecinos por las
aguas pluviales, que en su curso hacia las partes inferiores traían capas vegetales,
preparando así a las futuras generaciones un terreno feraz. Estos llanos hoy desiertos
son malsanos, pero dejarán de serlo con los derrumbes de los viejos árboles que darán
lugar a la ventilación para destruir los miasmas deletéreos producidos por la putrefacción y evaporación de las materias orgánicas sujetas a una temperatura media de:
26 del centígrado, que asciende a veces hasta 30 sin bajar nunca a menos de 20.
En el llamado paso de Caramanta, el Cauca se encuentra a 620 metros sobre el
nivel del mar y se teme su tránsito a causa de las emanaciones malignas que a dicho
punto lleva la hoya del Poblanco encerrada entre cerros y cercada por una vegetación
crecida y fatal.
Parece que el antiguo lago comunicaba con el que estaba donde es hoy la capital
de Antioquia y también con el país de Sopetrán. Sus diques debieron indudablemente
romperse cuando el volumen de agua que abandonó el extenso valle de la Provincia del
Cauca se precipitó sobre él y desbordándose por sobre las barreras que lo contenían,
se
abrió
campo
hacia
las
partes
bajas
de Cáseres, a donde casi va a terminar la cordillera central de los Andes granadinos.
Las peñas desmoronadas que se ven cerca del camino del paso de Caramanta a
Fredonia, que son prolongación de las que dominan esta última, en cuyas cercanías se
eleva el Cerro-bravo en forma de pan de azúcar, parecen haber sufrido grandes trastornos. No muy lejos y en la misma línea, está el cerro del Sillón; más adelante, después
de una depresión notable de la roca viva, se eleva como un obelisco el singular cerro
de la Tusa, que se alza a 250 metros sobre los otros que le sirven de base, y que van
perdiéndose por planos inclinados en las llanuras del antiguo lago.
Si admirables son en realidad estos cerros que se alzan en tan pintorescos como
variados paisajes, no lo son menos las caprichosas configuraciones de los que se
elevan entre Titiribí y Amagá, y entre este cantón y Heliconia, que es la parte de
territorio que forma el principio del cuello del águila.
Es este el país más raro por sus formaciones primordiales y secundarias,
intercaladas las unas en las otras; la roca ígnea al lado de la sedimentosa, el oro al
lado de la hulla, esta al lado de las fuentes salinas, yodíferas y bastante saturadas. Esta
es la antigua comarca que los conquistadores llamaron pueblo de la Pascua y de
Munguía, donde abundaba la sal, que los naturales extraen bien, aunque toscamente.
Los cerros de estos lugares ostentan diversas formas: el Corcovado sus peñas
inclinadas; el de la Candela, desmoronado por la acción del agua, cuyos fragmentos de
todos tamaños salen de la roca porfídica, en los cuales se encuentran cristales de
anfibolio bien conservados. En su cima se encuentra muy descompuesto el pórfido, el
terreno todo quebrantado e inmensas masas de roca removidas de su lugar; en sus
fragmentos se halla el oro con una arcilla amarillenta, que llaman azufre; diríase que es
una mina de aluvión descansando sobre la roca misma en que se formó, y que ha sido
levantada por una fuerza volcánica produciendo la cumbre de un cerro. Son dignas
igualmente de atención las rocas areniscas (gres), parecidas a las de Supía y de
Guaca, encerradas entre el pórfido.
Por la estructura de los cerros con picos elevados y las profundas quiebras que los
separan, parece como si el fuego subterráneo hubiera obrado después del
levantamiento general de la masa primitiva,, rompiéndola para hacer salir a la superficie porciones considerables.
En este país se encuentran extensos minerales de hulla, pastales excelentes, ricas
salinas y multiplicadas vetas de oro, no menos que climas sanos, tierras muy bien
cultivadas y una población infatigable y emprendedora. El viajero halla las abundantes y
bien elaboradas minas de oro en Titiribí; de sal en Guaca y Fredonia, cuya elaboración
favorecen considerablemente los anexos depósitos de hulla que se explotan muy bien.
La aproximación de estos lugares, que al mismo tiempo ejercen la industria
minera, la agrícola y la de las crías, al muy poblado y rico valle de Medellín, donde están
la capital y los hombres pudientes, cuya riqueza en circulación anima la industria
siempre creciente de esa población activa y trabajadora, ha influido poderosamente en
que parte de sus habitantes hayan pasado al Cauca a hacer producir las tierras incultas
de la antigua Caramanta despobladas por los conquistadores.
El resto del prolongado cuello del águila que hemos dicho, representada por el
territorio de esta Provincia, está ocupado por parte del cantón de Medellín y
precisamente el antiguo valle de Aburrá, fértil y bien poblado por los aborígenes, y
emporio ahora de la agricultura y del comercio de estos países. De cualquiera de sus
puntos que se llegue a las cordilleras que encierran este hermosísimo valle, se
encuentra un paisaje pintoresco y sorprendente, como que a la vez se alcanzan a ver
cinco o seis pueblos, multitud de casas de recreo y caseríos esparcidos en las llanuras
o en las faldas de los cerros que bajan a perderse en ellas. El contraste de los variados
colores de la caña de azúcar, las papas, las arvejas, los bosquecillos de plátano, los
árboles frutales y la multitud de sauces regados en contorno de las más bellas
praderas, es de un efecto magnífico. Completa la belleza del cuadro el río de Medellín,
más abajo denominado Porce, cuyas aguas ruedan sobre arenas de oro. Sentada
sobre sus vegas se mira a la ciudad de Medellín, cuyas calles aseadas y tiradas a
cordel, están divididas en ángulos rectos; sus fábricas anuncian el bienestar de
aquellos habitantes. Las manzanas de la ciudad están decoradas por las grandes
copas de los árboles que se extienden sobre las calles, de cuyas paredes penden f estones de jazmines y de rosas. Los bien formados jardines que adornan los primeros
patios de las casas, dan una idea del buen gusto de sus moradores, así como el
interior de aquéllas indica la riqueza y comodidad de éstos.
Este valle, que se prolonga por cuatro leguas más allá de Barbosa, encierra 11
distritos parroquiales, cada uno de los cuales está bien poblado, hallándose en ellos,
en medio de las flores, árboles frutales y ricas sementeras. Puede muy bien decirse,
que este valle es un panorama hermosísimo, encerrado por dos cordilleras de casi
igual altura, de que a veces se distinguen los picos, viéndoselas otras veces cubiertas
de pastales, y más frecuentemente vestidas de una lujosa vegetación.
El resto del cantón de Medellín forma el pecho del águila, y aunque al principio está
habitado y tiene ricos minerales de oro, en medio de una serranía diversamente
ramificada, cuyas bases sientan sobre el tortuoso río Nare, y que abundan mucho en
ese mismo metal, el resto es un país desierto y montañoso, entre ese río y el Nuz, pero
con bastante oro de aluvión. Recorre y fertiliza un hermoso valle, sobre el cual se
pierden en planos inclinados los estribos de la cordillera que lo limitan, ya con pajonales, ya, que es lo más común, con una vegetación vigorosa, siendo su clima
insalubre, a causa de una hondura en extremo húmeda y calurosa. Cuando este valle
sea ocupado, ya por la población creciente, ya por la inmigración, y estén cambiadas
en haciendas productivas sus selvas vírgenes, mudándose por su puesto también el
clima, esta comarca se transformará en un valle riquísimo, como que sus moradores
transportarán sus productos por el río hasta cerca del Nare, y con un corto camino
podrán embarcarlos por este río para que vayan al Magdalena. Las malas trochas que
de este último conducen hoy a Medellín, y que han mantenido por tanto tiempo
desconocido este bello cuanto rico país, serán pronto sustituidas por las vías comerciales que la naturaleza ha preparado, pasando por el interesante vallecito de Amalfi, para
de allí buscar el Magdalena, aprovechando una parte de la navegación que a estos
habitantes ofrece el río de San Bartolomé o Caño-regla.
El progreso de estos países será extraordinario cuando los caños conduzcan las
mercancías en 3 días a Amalfi, y en otros tantos a Medellín, y entonces las abundantes
minas de oro, que hoy no pueden explotarse por los crecidos gastos de conducción de
víveres, podrán ser trabajadas, porque la agricultura se extenderá por las rutas
comerciales, dará vida a nuevas poblaciones, y unida a la minería enriquecerá estas
comarcas.
El viajero contemplará con satisfacción el movimiento comercial del lugar donde
estaba el antiguo lago de Aburrá, al retrollevar su imaginación a los lejanos tiempos en
que las aguas se encumbraban a 150 metros sobre el nivel actual de la ciudad de
Medellín, como lo demuestran, a no dejar duda, las señales que han quedado en los
cerros, precisamente en el camino por donde bajaron los conquistadores al valle,
viniendo de Guaca (la antigua Munguía), que hoy llámase Fredonia. Ninguno de
los lugares en que existen actualmente pueblos pudo estar en aquella época habitado
por la raza indígena, por cuanto que las aguas se extendían desde más arriba del
actual Caldas, hasta más abajo de Barbosa, alzándose hasta una altura considerable, y
reposando tranquilas en aquella prolongada y estrecha cuenca, de modo que sus
únicos habitantes debían ser los peces, y estos mismos reducidos a pocas especies,
puesto que no tenían comunicación con otros lagos superiores ni inferiores, ni con ríos
que pudieran conducir otras familias acuáticas.
Como los cerros se aproximaban tanto que sus cumbres distaban solo una legua
entre sí, y las más lejanas tres, es evidente que el acarreo anual de las tierras que las
frecuentes lluvias desprendían de la faldas, venía a unirse en el fondo del estanque, y
éste, como era natural, debía levantarse hasta que con el transcurso de los siglos,
siguiendo siempre el mismo acarreo, llegó la época en que las aguas se elevaron a
una altura mayor que la del dique boreal que las contenía, y demoliendo parte, se
precipitaron en cascadas a los puntos más bajos, abriéndose cauce hacia las llanuras
de Zaragoza, donde concluye casi la cadena central de los Andes granadinos.
De manera que las aguas iban descendiendo de año en año, como que,
asimismo, de año en año debía rebajarse el dique ya desmoronado, hasta que quedó
en seco el lago, dejando su lecho para deliciosa morada del hombre. Habitáronla,
primero los indígenas y en seguida los conquistadores. En el camino de Amalfi a Clara
o Carolina, hacia el punto en que se pasa el Porce por un puente, a la altura de 194
metros sobre el nivel del mar, se ve patentemente la ruptura en la cascada, que todavía
tiene hoy, por la cual se precipitaron en tumulto las aguas, golpeándose de roca en
roca, cuyas paredes alisadas por la acción continua de las olas, parecen paredones de
altos edificios, entre los multiplicados arcos iris que forman la perenne lluvia que hace
levantarse
el
choque
seguido
del
oleaje.
Esta
lluvia,
herida
por
los rayos de luz, representa los colores primitivos en arcos concéntricos, cuya posición
varía según que se eleva o que baja el sol, que ve muy bien el espectador; admirando
al mismo tiempo la fuerza del agua que en el transcurso del tiempo ha excavado y
labrado las inmensas rocas de sienita porfídico, la cual formación es la dominante en
esta Provincia.
El cantón Nordeste representa el resto del cuerpo, la cola y un ala abierta del
águila. Es tan extenso como rico en minerales de oro, como que no hay en él ríos ni
quebradas que no arrastren arenas de este precioso metal. En los mismos cerros se lo
encuentra diseminado entre la tierra, pareciendo que antiguos aluviones, han cubierto
este país en todas direcciones, o bien que las vetas auríferas, descompuestas por la
fuerte acción de los agentes químicos de la naturaleza, se han pulverizado, llevándose
consigo las partículas de oro, que antes contenían cristalizadas en sus intersticios.
A causa de lo bajo del terreno, aunque casi todo es quebrado y onduloso, de los
espesos bosques que cubren una capa vegetal no muy gruesa, del calor abrasador que
reina constantemente, mitigado apenas por el fresco de las noches, y, en fin, de las
frecuentes y copiosas lluvias que en distintas épocas del año se descargan en estos
lugares, s~ ha retardado la época en que sean habitados, a pesar de que convida la
riqueza de su suelo casi virgen, que ha hecho superar los obstáculos de una naturaleza
tan poco propicia. Empezó el hombre a situarse en los puntos que le parecieron más
ricos, yendo adelantando poco a poco hasta las antiguas ciudades de Remedios y
Zaragoza, fundada la primera el 15 de diciembre de 1560, por Francisco Ospina, y la
segunda, llamada Zaragoza de las Palmas, por el Gobernador de Antioquía, Gaspar de
Rodas, en 1581.
Estos antiguos lugares que gozaban del título pomposo de ciudades, en medio de
un desierto, no pudieron progresar por lo pestífero del clima; solo era dado a la raza
africana habitarlos impunemente; ella sería la única moradora de estos sitios auríferos,
a no ser por la actividad de los blancos. Estos, que habitan principalmente partes del
sur y del centro de esta Provincia, se hallan dotados de una rara inteligencia y de un
grande espíritu de empresa y de especulación, desde los pudientes hasta los hombres
del pueblo; así es que se ven individuos sin más recursos que su trabajo personal,
acometiendo empresas de agricultura o minería con un valor y una constancia
admirables; sin amilanarse por los reveses de la suerte, hasta llegar a un éxito feliz a
fuerza de perseverancia. Los más acomodados son más prudentes en sus empresas,
como que temen arriesgar el fruto de su trabajo y de sus ahorros, pudiendo notarse
que, en virtud del mismo amor propio bien entendido, que los hace laboriosos y
emprendedores, llegan acaso en ocasiones a no considerar en todo sino sus propios
intereses. Hay, a pesar de esto, en Medellín, una cosa altamente honorífica para sus
habitantes y en especial para el bello sexo, cosa que evidencia no ser incompatible el
amor del lucro y la caridad cristiana. Esta cosa es un hospital admirable por su buena
dirección, su orden y su acertada administración. Gran número de las más respetables
señoras se dedican en él espontáneamente, y con una piedad ejemplar, a asistir a los
enfermos, consolarlos y prodigarles todos los auxilios que una cuidadosa madre
pudiera proporcionar a sus hijos. Este espectáculo, magnífico en cualquier lugar, es
además admirable en el que se presenta, cuyos aires de grandeza son puramente
monetarios. Un escritor extranjero residente muchos años en este país, M. Carlos
Greiff, consagra en sus apuntamientos geográficos de este país, la misma opinión que
acabamos de emitir, y llama a sus habitantes los verdaderos yankees, a causa de su
genio especulativo; nombre que, a pesar de faltar a los acomodados la firme decisión y
la actividad de aquéllos, les viene bien comparándolos con los demás pueblos de la
Nueva Granada.
El hombre de campo, sea agricultor o minero, procura siempre ser propietario,
como condición indispensable para ser independiente. Los hombres se casan de 15 a
18 años de edad y las mujeres de 11 a 14, lo que prueba la confianza que abrigan de
obtener la subsistencia para sí y para sus crecidas familias, merced a su labor e
industria. Estos rasgos de índole moral y social, son de las tres Provincias en que se
dividió Antioquia, puesto que dicha división no será nunca sino política comoquiera que
las tres Provincias no formarán nunca sino un solo grupo, con idénticos caracteres,
inclinaciones y costumbres, diferentes en un todo de los de las otras Provincias que
llevamos recorridas. Los pueblos del Socorro son más decididos para buscar mejor
fortuna en ajenos territorios; los de la antigua Antioquía, por el contrario, no abandonan
su país natal, sino que se fijan en sus extremidades en busca de mejores tierras y de
mercado mejor; mientras que el antioqueño rico atraviesa los ríos y los mares en pos
de negociaciones mercantiles en uno o en otro de los dos mundos.
El genial espíritu de asociación que anima a estos hombres, su deseo de
enriquecerse lo más pronto posible, la sobriedad que los caracteriza, sus costumbres
puras y su valor y perseverancia en las empresas, los han hecho explotar desde tiempo
atrás la parte baja del Porce; pero solo de doce años acá es que han formado
poblaciones, las que están a las inmediaciones de ese río, llamado por el mismo M.
Greiff, el Pactolo de los antiguos. Entre todas descuella la villa de Amalfi, fundada en un
hermoso y pequeño valle, lecho de un antiguo lago desecado. Hace doce años que era
un espeso bosque no frecuentado, cuando el presbítero Juan José Rojas Muñoz, Cura
de una corta población situada a una legua de distancia sobre el Riachón, le agradó el
valle, abrió una pica y edificó una capilla y su casa, forzando así a los habitantes de
aquel lugar minero a ir allí, para asistir al sacrificio del altar. Poco a poco logró con sus
insinuaciones y sus predicaciones juntar ahí a los vecinos, hasta que hoy este punto es
ya cabecera del cantón Nordeste, tiene varias tiendas, casas de teja, buena iglesia y
es el centro de un comercio activo con los mineros.
Hanse convertido en terrenos sanos y feraces las antiguas selvas, preparando así
abundantes cosechas a los que hacen la explotación de los ricos minerales que se
encuentran por todas partes. Contando con esta nueva población, hanse abierto varias
vías de comunicación con los lugares más auríferos conocidos hasta ahora hacia las
partes lejanas, como son Vetilla, Maba, Clara, Bolivia, Cristales y Bagre.
Amalfi ha llegado a ser un punto importante, donde tienen sus dependientes los
ricos de Medellín, que, o bien trafican con mercancías, o hacen anticipaciones de
dinero para las nuevas especulaciones agrícolas y mineras. Estando a 1.475 metros de
altura sobre el nivel del mar, puede comunicar fácilmente, por su posición geográfica,
con el país aurífero por excelencia de Santa Rosa, de la Provincia de Antioquia; con
todo el de su cantón, y además con la capital de Medellín, por medio de un camino
carretero que puede abrirse proporcionado por la naturaleza, en las faldas y los flancos
de los cerros de la hoya del Porce. Estas ventajas le proporcionan grandes progresos,
que lo serán más si se abre la vía que la buena suerte le ha procurado para comunicar
directamente con el Magdalena por unas lomas de la serranía de la Ceja, que van a
terminar en las llanuras sobre el río San Bartolomé, llamado también Caño-de-regla, el
que ofrece muchas leguas de navegación hasta las barrancas del gran canal natural de
la Nueva Granada. Cuando Amalfi vea llegar por la vía comercial los cerros desde el
Magdalena, para pasar luego a Medellín como punto intermedio, podrá progresar del
mismo modo que lo ha hecho la capital, pues que su clima es sano y delicioso, e
inmejorable su posición comercial.
Está en el centro del país aurífero, en medio de terrenos cultivables, cerca de ricos
minerales, a las inmediaciones de las llanuras ligeramente onduladas del Caucán, muy
propias para la ceba de grandes rebaños y la cría de mulas, y gozando además de
aguas perennes. No dista tampoco de las feraces llanuras del Magdalena, que serán
pronto cultivadas cuando se active el comercio por esta vía, puesto que entonces el
habitante de aquellos ardientes lugares, estimulándose con el progreso de los de la
serranía, que podrá visitar con frecuencia, no se dedicará solo al simple cultivo de
algunas matas de maíz, sino que hará grandes siembras, cuyo producto cambiará por
el oro de estas comarcas casi incomunicadas hoy con las riberas de este río
importante.
Puede decirse que solo es habitada la línea que describe la parte superior del
cuerpo del águila con que figuramos esta Provincia, junto con una pequeña extensión
cerca de Remedios. Casi todo lo demás está enteramente desierto, y solo va un mal
camino de este punto a la bodega de Reglas.
Por el centro del ala del águila pasa el río Nechí, cuyas orillas son explotadas por
los habitantes de la antigua Zaragoza, arruinada varias veces por los incendios a causa
de tener sus casas entechadas de palmas. Hoy cuenta ya dos espaciosas de tej a,
ejemplo que debieran seguir todos para evitar las destrucciones del fuego.
A pesar de su mal clima, Zaragoza será siempre un punto interesante, por hallarse
en las orillas de un río navegable fácilmente, que tiene cerca minas de carbón mineral,
que lleva abundantes arenas de oro, y en cuya vecindad se encuentra este metal, en
muchos parajes. Grandes embarcaciones traen desde la Provincia de Mompós,
víveres, licores y géneros, llevan el rico mineral, que, recogido en todas partes por los
llamados mazamorreros, va a dar a la mano de los comerciantes establecidos aquí, los
que aguijoneados por el deseo del lucro, exponen su existencia, o a lo menos arrastran
las fiebres intermitentes casi periódicamente.
Los habitantes de esta región calurosa, son descendientes de los esclavos que
trabajan en las minas, o de la raza que habita las orillas del Magdalena, que aquí, como
allá, prospera; pero que carece de la actividad y del amor propio de los habitantes de
las tierras altas, por lo que serán menos rápidos sus progresos, hasta que una nueva
generación más ávida de comodidades, adelante más en su instrucción personal, y se
aplique más al trabajo de las minas, sin descuidar la agricultura. Cuando estas llanuras,
ricas por su limo fértil, den grandes cosechas, no solo de comestibles, sino de esos y
otros productos exportables, entonces será cada día más rico el minero por el precio
inferior de la subsistencia, y la agricultura prosperará con rapidez, no solo por la venta
fácil y pronta de sus productos, sino porque los extranjeros le pagarán con usura las
cosechas de cacao, café, azúcar, añil, algodón y tabaco, que desde las haciendas se
pueden embarcar en los vapores que algún día surcarán estos ríos.
No es agradable la perspectiva que representa el resto del país aurífero del
Nordeste, pues no se ven sino cerros que van debilitándose más y más hasta perderse
en las dilatadas y desiertas llanuras del Magdalena o del Nechí, cubiertas de árboles
gigantescos. Las muchas quiebras por donde corren los ríos y quebradas que llevan en
sus arenas pajitas de oro cristalizado en varias formas y tamaños, están yermas, y son
casi desconocidas.
Desde las alturas del Cerro-grande, el alto de la Tetona o de la Ceja, puede el
espectador medir el dilatado país enteramente desierto. Parece un océano de verdura
que se confunde con el horizonte, distinguiéndose apenas, en perspectiva remota, en
los días despejados, las cordilleras de Ocaña, bajas en extremo a causa de la gran
distancia.
Este solo cantón pudiera formar una vasta Provincia, al estar habitado como las
del Norte de la República. Su población apenas costea las inmediaciones del Porce y
de Remedios; ocupa una extensión de 659 leguas cuadradas, que forman el cuerpo, el
ala desplegada y la cola del águila. Representa la mayor parte del cuello y el pecho el
cantón de Medellín, de 108 leguas cuadradas, y la cabeza con el principio del cuello el
de Amagá, de 140 leguas cuadradas; formando un total de 907, extensión mayor que
las de las Provincias de Tunja, Tundama y Vélez.
Descritos así los tres cantones de la Provincia, sería bueno examinar el territorio
bajo el punto de vista geológico, si esta ciencia nos fuera familiar; pero no siéndonoslo,
procuraremos solo explanar nuestras ideas, tomando por guía, en cuanto a caracteres y
variaciones mineralógicas, al sabio Boussingault, que hizo una excursión geológica en
la antigua Antioquía. Veremos, si es posible, aclarar algunas dudas sobre puntos
interesantes, dudas que ocurren a primera vista, y que solamente nuestro geólogo, el
malogrado general Acosta, habría podido resolver científicamente.
En las memorias que el señor Boussingault presentó al Instituto de Francia,
publicadas por el general Acosta, dice: “Que el terreno dominante de la antigua
Antioquia es el sienita. Esta roca pasa en algunos puntos al grustein, y las ricas minas
de oro de esta Provincia existen generalmente en este terreno de sienita grustein. El
oro se encuentra frecuentemente diseminado en un grustein porfiditico, y algunas veces
también en filones de cuarzo granujiento. En partes se ve el gneis salir de debajo del
terreno sienítico; este último está en relación con algunas calizas granujientas y
esquistos negros que sin duda son deformación intermediaria. Esta formación, que
parece constituir una gran parte del valle del Cauca, sostienen aquí y allí algunos depósitos de origen más reciente, como por ejemplo la arenisca roja antigua. Como la
Salina de Guaca está situada en un ramo de la cordillera, que separa el río Magdalena
del Cauca, es probable que ella pertenece a los depósitos de yeso de época más
antigua: poca duda puede quedar de ello si se atiende a los fragmentos de yeso
anhidro y de hulla esquistosa que se encuentran en Guaca, como en Zipaquirá, Tausa,
Cumaral, (llanos de San Martín); el terreno salífero reposa inmediatamente sobre la arenisca roja antigua”.
En otra parte se expresa así: “las fuentes saladas sobre las cuales me propongo
llamar por un momento la atención de los geólogos y de los químicos, presentan un
doble interés. Bajo el punto de vista geológico, es curioso ver salinas independientes,
por decirlo así, de la naturaleza de los terrenos, mostrándose a la vez en las rocas más
antiguas y en los depósitos más modernos, y cuyo origen es coetáneo con el de los
Andes; en una palabra, salinas que deben considerarse como resultado del levantamiento de las rocas cristalinas que constituyen estas masas gigantescas. Bajo el
punto de vista de salubridad, estas salinas son de la más alta importancia”.
Más adelante prosigue: “son muchas las salinas que se trabajan en la Provincia de
Antioquia, pero las más importantes son las de Guaca, cerca del valle de Medellín. El
valle de Medellín presenta un terreno sienítico muy extenso, y en Guaca la sienita cubre
una roca arenisca de origen muy reciente. Es una arenisca compuesta de fragmentos
de cuarzo grueso en los estratos superiores y muy menudos en los inferiores. Esta
arenisca existe en estratos horizontales y contiene depósitos de lignitos, que pasan
algunas veces a la hulla o carbón mineral, pero que otras veces presentan troncos de
árboles apenas carbonizados. Todas estas materias carbonosas están muy
impregnadas de piritas. El agua salada se extrae de un pozo cavado en la roca, que es
una pudinga”.
En otro lugar: “la salina de Río-grande, en el camino de Medellín a Santa Rosa de
Osos, se encuentra en una hermosa sienita colocada mil metros más arriba de los
depósitos de arenisca que se ven en las márgenes del río Cauca. Abundan ejemplos
semejantes en la explanada sobre la cual está fundada la ciudad de Rionegro. Al Sur,
cerca del pueblo del Cuarzo, se benefician las salinas yodíferas del Retiro. La
explanada de Rio-negro está formada por un granito escaso de cuarzo, abundante de
feldespato lechoso y de mica negro. Esta roca es sin duda una modificación de la
sienita, con la cual está relacionada por grados insensibles. En esta sienita el anfibolio
se halla reemplazado por una mica hexagonal, sustitución que tengo a menudo
observada en distintos lugares”.
Hablando de las salinas de la vega de Supía, confinante con esta Provincia, que
salen de una arenisca, dice: “esta arenisca, semejante a la de Guaca, es difícil de
caracterizar porque carece de fósiles. En la salina del Peñol esta roca abunda en
fragmentos de piedra lidiana. La parte superior de la arenisca está cubierta por una
arcilla roja, muy fusible, en la cual se ven vetas delgadas de yeso hidratado. En el fondo
de la vega de Supía la arenisca existe en lechos horizontales; mas, hacia las orillas sus
capas están más o menos inclinadas, y su inclinación es hacia el centro de la hoya, de
manera que parecen haber sido levantadas por las montañas que se ven en forma de
anfiteatro circular alrededor del pueblo”.
La sienita porfídica constituye el terreno principal de la vega de Supía. Esta sienita
es rica en vetas (filones) de minerales y la roca misma es aurífera. Podría presumirse
que la arenisca reciente que reposa sobre la sienita porfídica es producida la
desagregación de esta roca; a primera vista todo parece autorizar tal suposición; mas,
reflexionando se presenta luego la siguiente dificultad, que no permite adoptarla. El
pórfido es abundante en oro; las arenas de este pórfido, los aluviones antiguos como
los que se forman todos los días a expensas de esta roca, son igualmente auríferas,
mientras que la arenisca no contiene ni señales de este metal. El valle de Supía está,
pues, cubierto por un terreno aluvial porfidítico que descansa sobre la arcilla roja
superior a la arenisca. La parte inferior de este terreno aluvial es riquísima, como que la
arena misma que toca la arcilla es la que se beneficia para sacar el oro, mas el minero
sabe que al llegar a la arcilla el metal desaparece. En efecto, por más que se ha
trabajado, nunca ha podido hallarse oro en la roca fragmentaria. Así, es casi seguro
que la roca arenacea no debe su origen al pórfido, en cuyo caso sería difícil concebir
que dejara de contener oro diseminado”.
Finalmente, en otro lugar se expresa de este modo: “ya he dicho antes que el
terreno de sienita y de grustein porfidítico es propio de la Provincia de Antioquía; ahora
añado que este terreno comprende también el valle alto del Cauca. Los depósitos
areniscos que se ven en aquella región y que por sus caracteres pudieran calificarse
como arenisca abigarrada, son quizá más bien pequeñas formaciones locales. De
estos depósitos o sedimentos arenáceos, nacen algunas fuentes de agua salada, que
tienen su origen en la roca porfídica que le sirve de base, como me lo ha persuadido un
estudio detenido de estos terrenos. En muchos lugares el agua sale directamente de la
roca cristalina”.
Por todo lo expuesto sobre las salinas y el oro, se ve patentemente, que en los
terrenos de la antigua Antioquía y del Cauca, que constituyen la cordillera central y la
occidental de los Andes granadinos, predominan las rocas feldespáticas. Los pórfidos
se encuentran por todas partes y parecen, según los geólogos, formar la transición al
terreno granítico. En cuanto a sus pormenores geognósticos, los datos faltan
totalmente, y se cree que han sido resultado de una serie de emisiones durante una
gran parte del período de las rocas ígneas. El célebre Humboldt opina, que las masas
cristalinas compuestas de feldespato y anfibolio oscilan entre el terreno volcánico, el
gres rojo y el terreno de transición. Estas enormes masas, pues, que constituyen dos
grandes cadenas de los Andes, pertenecen a los terrenos ígneos de la primera época
de los geólogos y como porfídicos feldespáticos, intermediarios entre ella y la segunda
época de los terrenos sedimentales, y precisamente entre el de transición, el gres rojo
y la formación carbonífera.
Conocidos estos datos ocurre a la imaginación la idea de si las grandes masas de
los Andes granadinos pueden haber salido del fondo de los mares a un mismo tiempo,
o en épocas distintas. Si miramos la cordillera Oriental, vemos predominar los terrenos
sedimentosos que constituyen la segunda época, y admiramos sus estratos hasta en
las regiones de las nieves perpetuas, como sucede en la sierra nevada del Cocuy. El
terreno carbonífero se halla en los altos páramos, y en ellos hay también fósiles,
amonitas, conchas e impresiones, en fin, restos orgánicos por donde quiera. En
muchas partes se hallan salinas yodíferas, y sal gema. Apenas en uno u otro punto se
asoma en medio de los enormes estratos, la peña granítica, con excepción de
Pamplona y Soto, en las que, además del granito, hay el gneis y el mica esquisto. Las
formaciones de sienita y de grustein porfídico, existen solamente en la Baja y Cácota
de Velazco; pero en las Provincias de la antigua Antioqueña, en el valle alto del Cauca
y en el Chocó según el mismo Boussingault, esta formación constituye todo el terreno
en el que hay salinas yodíferas que salen del pórfido. No se encuentran fósiles, ni
conchas, ni impresiones, y los pocos grupos carboníferos no se pueden considerar sino
como alteraciones accidentales. Parece, pues, que estas dos grandes masas, no se
han levantado a un mismo tiempo, porque si hubiesen salido simultáneamente a la
superficie de la tierra, debería verse el terreno sedimentoso encima de las rocas
ígneas o primitivas, como se observa en los Andes orientales, cuyos estratos testifican
un largo período que han demorado bajo las aguas para poder llegar a formar una
estratificación, tan enorme. Nada de esto sucede en las cadenas central y occidental, y
los cortos depósitos de areniscas de Guaca y de la vega de Supía, parecen, según la
opinión del mismo Boussingault, ser más bien pequeñas formaciones locales.
Al haber sido posterior al oriental el levantamiento de los ramales del centro y del
O., la fuerza espantosa que lo hubiera ocasionado, habría levantado también
necesariamente las capas sedimentosas de la segunda época geológica, o bien
habría penetrado por ella y volcándola, debiendo encontrarse sus vestigios al pie de los
ejes principales de las rocas cristalinas, lo cual no sucede. Si las fuerzas ígneas
hubieran penetrado por diversos puntos, en estas grandes masas sedimentosas, y
hubieran derramado en estado líquido las formaciones porfídicas, las veríamos
intercaladas, en las rupturas, cavidades y grietas del suelo de los terrenos
estratificados que hubieran atravesado y estarían estos inclinados o revolcados del
todo. De manera que todo hace creer que las grandes cadenas central y occidental,
aparecieron antes que la oriental sobre las aguas del Océano, más bien como una isla
inmensa que como un continente. En esta grande isla debió quedar una cantidad
grande también de agua, en lagos más o menos extensos situados a diferentes alturas,
en medio de las montañas paralelas divididas por diques más o menos fuertes que
formaban sus extremidades. Tal debe haber sido el origen del gran lago del Cauca y
de los de Caramanta, Antioquía, Santa Rosa, Medellín, Rionegro, Nuz, Caucan, Urrao,
Murrí, Amparado, Curazamba, y de los pequeños de Ovejas, Riachón, Amalfi y
Carolina.
Una gran suma de siglos ha debido transcurrirse mientras que se levantaba el
terreno de la gran cadena oriental con sus colosales masas sedimentosas, formando
un continente de la inmensa isla, y dejando entre el uno y el otro la gran hoya del
Magdalena. Al salir del seno de los mares esta enorme masa debió ocasionar la
irrupción de las aguas en lo existente; trastornar en cierto modo la configuración del
terreno, y puede ser también, ayudar a romper los diques de los grandes lagos de la
antigua isla; mientras que otros aparecían como suspendidos en las montañas
nuevamente levantadas y escalonadas, según las diferentes cuencas que contenía la
masa, en las que se había quedado aprisionada gran cantidad de las aguas del mar.
Tales debían ser los lagos de Bogotá y Fúquene, los de Tunja, Leiva, Sogamoso y
Santa Rosa, de los páramos de Pamplona, y en el alto Magdalena,
El punto de intersección de los dos sistemas de esta parte de los Andes
granadinos debe haber sufrido una dislocación en el terreno antiguo o en el moderno, y
es de presumirse que se puedan ver los estragos entre Popayán y la Buenaventura. Si
así sucediere, podría asegurarse que los Andes centrales y Occidentales granadinos
aparecieron sobre las aguas del Océano, antes que los Andes orientales, en los que
están hoy las Provincias de Bogotá, Neiva, Vélez y las demás del Norte de la
República.
CLIMAS
En todos los cantones hay partes sanas y partes enfermizas. En Amagá hay
terrenos fríos, templados y cálidos. En estos últimos, que se hallan en las márgenes del
Cauca, y en la parte baja de San Juan, se está expuesto a las fiebres intermitentes, y
son poco habitados.
Casi todo el territorio de Medellín es templado y sano; sus partes cálidas sobre el
Nuz, y en las cercanías del Nare son enfermizas, y están desiertas, así como también
las orillas del mismo Nare.
El cantón del Nordeste posee partes templadas y algunas que son frías en las
cordilleras poco habitadas; casi la mayor parte habitada es cálida, siendo naturalmente
enfermizas las honduras sin ventilación, en medio de una vegetación abundante.
A pesar de estos climas diferentes vénse las razas blanca, etiópica y mongólica,
gozando de robustez, sin padecer de la papera, y solo uno u otro individuo de la
africana con las manchas del carate, que tanto abunda en los lugares análogos de
otras Provincias, particularmente en las márgenes del Magdalena en el punto
colindante con este cantón.
ESTACIONES
Llueve en esta Provincia, primero por los meses de abril, mayo y parte de junio, y
después en los de septiembre, octubre y noviembre. En el vasto cantón del Nordeste
llueve desde la mitad de mayo hasta la de junio, volviendo las aguas a mediados de
agosto y siguiendo hasta ya entrado noviembre, pareciendo ser aquí más copiosas que
en el valle de Medellín, sin duda por las inmensas selvas que cubren este país.
Es durante la época de las lluvias que los caminos se ponen malísimos, llegando
algunos a ser intransitables. Donde no se forman profundos lodazales de que apenas
pueden arrancar las mejores bestias, se ponen tan resbaladizos que los animales que
carecen de herraduras, con dificultad crecida suben o bajan las pendientes de los
cerros. A falta de estos estorbos se encuentran las vías encajonadas entre zanjas
profundas formadas por las aguas, y tan estrechas que hay que colmar esas zanjas
para tener donde sentar el pie.
DIVISION TERRITORIAL
Hállase esta Provincia dividida en 3 cantones. El de Medellín tiene nueve distritos
parroquiales, dos aldeas y seis grandes vecindarios. El de Amagá, nueve distritos
parroquiales, dos aldeas y seis vecindarios. Y el del Norte, tiene cuatro distritos
parroquiales, cinco aldeas y ocho vecindarios. Fórmase, pues, un total de 22 distritos
parroquiales, nueve aldeas y veinte vecindarios, con una población de 77.508
habitantes.
El área de la Provincia es de 907 leguas cuadradas granadinas, de las cuales hay
422 baldías y desiertas.
Con respecto a todo el territorio, la población se halla en la relación de 85
habitantes por legua cuadrada; pero no considerando sino las 485 leguas habitadas, la
relación es de 184 habitantes por legua cuadrada.
AGRICULTURA Y MANUFACTURAS
Los principales artículos que se cultivan son: maíz, frisoles, arroz, papas, yucas,
trigo, plátano, ahuyama, arveja, arracachas, caña de azúcar, de la que sacan azúcar,
panela y aguardiente; café, tabaco, algodón, anís, linaza, ajos, cebollas y algunos
cocos.
Hay bastantes herrerías, en las que se fabrican los instrumentos para la agricultura
y la minería. Hay también carpinterías en las que se hacen pianos y muebles de gusto.
En cuanto a los trabajos en oro y en plata, pueden competir en finura y pulidez con
los extranjeros. Hacen perfectamente caireles bordados en lana o seda, y se tejen
especies de fajas muy bien labradas.
MINAS
El cantón de Medellín posee minas riquísimas de oro en Nudillales, Playa-rica,
Curazao, Nuz, Nucito, Sardina y la Vaca. Las tiene también de plomo pero sin
explotarlas.
El terreno del cantón del Nordeste, es de los más auríferos. Elabóranse las vetas
de Clara, la Unión, Vetilla y San Jorge. El oro se saca puro en los lavaderos de Tinitá,
Pacoró, Mata, Riachón, Porce, Caracolí, las Gómez, Viboral, Viborita, las Animas,
Quebradona, Coloradas, San Roque, los Perdidos, el Cerro, Tigre, Clara, Vélez,
Arenas-blancas, Gómez de Vetilla, Volcán, Pescado, Punta, Moná, Quebrada-delmorro, Cruz-de-Aguirre, Quebrada-Sapo, San Basilio, La Gonzata, Timitivá, la Piedra,
Romazón, donde se recogen granos y pepitas grandes de oro.
En Remedios se explotan las ricas vetas de Bolivia, Cristales y Santa Teresa; y se
saca oro corrido en la Honda, Pantanillo, Pocuné, Bagre, Santiago, Santa Teresa,
Moná, Utú, Ité, y Tierradentro. En todo el río Yolombó hay oro y muchas minas en
Caucán, entre las cuales se encuentran amatistas y una piedra verde afin de la
esmeralda. En Zaragoza hay las abundantes vetas de oro, de Cuturú, la Llana, Claras,
Malanza, Real, Yobo, Guinea, Playa-mariara, San Pedrito, los Martínez, Pinca,
Pantanillo, Pascualito, Santa Martica, Santa Marta, Buenavista, La Raya, Poquera,
Toldadero, Caño-abajo, Caño-arriba, Latillo, San Francisco, Santa Bárbara, Camburí,
Patos, Machuca, Popales, Playa, Barrita, Juan Negrín, Playón, Culebra, Playa-arriba,
Sardina y San Gregorio.
Se encuentra hulla o carbón de piedra en Hedionda, y además vertientes salobres,
piedra de cal, yeso y fierro.
En el cantón Amagá hay salinas productivas y yodíferas, en Horcones, Animas,
Poblanco, Río San Juan, Caramanta, y la afamada de Guaca, con abundante carbón
mineral que facilita la elaboración de las sales. En Titiribí hay ricas minas de oro, y la
del Zancudo, que es la mejor explotada, con la ventaja de una riquísima mina de hulla
para los hornos de fundición del metal. En el río San Juan hay hulla, salados y un oro
fino en las arenas del río. La producción minera de esta Provincia, es de 1.360.000
pesos anuales, en esta forma: 250.000 el cantón de Medellín; 810.000 el del Nordeste;
y 300.000 el de Amagá.
TINTES, MADERAS Y PLANTAS PRECIOSAS
Los grandes bosques que cubren la mayor parte de esta Provincia, abundan en
producciones varias, tanto de tierra templada como de tierra cálida; se enumeran
conocidas hasta ahora:
MADERAS DE LUSTRE
Guáimaros, excelentes para bastones, gateado, con venas y colores diversos,
laurel comino, seino, nazareno, pananeo morado, para muebles de gusto, guayacán
polvillo, cedros blancos y colorados, amargos y dulces, el avinje, que tiene la propiedad
de no romperse, martin-doble, para bastones, laurel, yucito y membrillo.
PARA CONSTRUCCIÓN
El canelo, que se conserva en el agua sin podrirse, el puente, eterno en la tierra,
castaño, el chupalo, incorruptible, chaquiro blanco, yayo-pino para casas, zaragoza,
para barras de casa, carade-fierro y culo-de-fierro, para lata de bogas; hediondo, para
canaletes, que no se corrompe en el agua, totumo-mayordomo, cambo, algarrobito,
para masas de trapiche, cuero-de-sapo, cuya corteza se petrífica en el fuego con el
hierro, almendro silvestre, quimilá, caunse, para dientes de trapiche y masas, bayabarba, naranjo y aguacate silvestres, caimito, balso, que da lana como la ceiba,
barrablanca, carbonero de dos clases, uva de manteca o fresno, cartagtleño,
cañafístola, guaduas, caracolí y algarrobo, cuya fruta verde sirve de emplastro para las
roturas.
PARA TINTES
Añil silvestre, bejuco de buey, que da tinta negra; mora, limpiadientes, que da un
color de rosa, sangre de drago, brasil, guayaquil, que da tinta colorada, yagua, tinta de
los indios, cuyas hojas cocidas dan colorado. La fruta del roble da negro, guarubosel,
morado, achirilla, el amarillo, y azafrán.
RESINAS
Algarrobo, que sirve para alumbrado, caraña, tacamaca, estoraque, copey, yobo,
suelda con suelda, yanuro, cuya resma sirve para descomposiciones, punta de lanza,
que da resma como lacre y pegajosa, aceite Maria, que da resma para llagas y los
histéricos y nerviosos.
PLANTAS MEDICINALES
Zarzaparrilla, cedrón, vainilla, anis, fresno, que da aceite para medicamentos,
aceite canime, guaco de tres clases, orejón, cuya raíz sirve para la vista, machacado
con un poco de alumbre, saúco cimarrón, malva, palo de vaca o perillo, bejuco de agua,
tamarindo, cañafístola, cañaflota, para pócimas, zábila para el mismo efecto, tuna de
penca, fique, barba de piedra, guacharaco, yerbabuena, aguacate cimarrón, que hiede
como aceite y sirve para alejar las cucarachas, quemándolo en las cocinas, dormidera,
pica-pica,
yerba
de
vidrio,
caballera,
que
sirve
para
la
gonorrea, ruda, cardo-santo, yerbamora, salvia, bejuco de anís, que sirve para baños
en la cabeza, por reumas, piñones, avellana, arbusto que sirve para purgar con una o
una cuarta parte, caspín, árbol que sirve para el pecho, itamo-real que sirve en tallos
para fresco, y las hojas para dolores ventosos, caliente y sobando exteriormente;
gaveche, arbusto para frialdad en los huesos, llantén, guimbombó, refrescante para
comer en sopa y ensalada, papayola, como papaya, la hoja la usan para viento y la
leche para lombrices, maquimaqui, muy amargo todo él y venenoso, copachí, como la
quina, la flor y la cáscara, y ésta sirve también para llagas, y además todas las resinas
las aplican para remedios.
PALMAS
Mil pesos, que da aceite para peinarse y para enfermedades, maquenque, útil
para corrales, caña mata-culebra, palmita para cercar, iraca para sombreros, palmamagué, corozo, de la que sacan cantidad de aceite, corumuta, de la que es buena la
fruta para comer, rabiahorcado, para casas, palma real, barrigona, chonta, que da
macana negra para bastones, y sirve para las casas, carrizos o popas.
FRUTAS
Ciruela, uvas de parra, mangos, naranjas, limones, cocos, icacos, granadilla,
papayas, guayabas, guayaba de sabana, guanábana, almendras, poma-rosa,
aguacate, piña, zapote, caimito, guamos de varias clases, perchas, granadas, patilla,
melones de olor, anón casero y montuno, chupo, árbol grande y de buena fruta,
curubito, que da una granadilla larga, madroño, árbol con fruta ácida, sirpo con fruta, y
la hoja para pulir maderas.
ANIMALES SILVESTRES
En las montañas se encuentran leones, tigres, oso hormiguero, oso palmero,
monos, titíes, micos, ardillas, puerco espín, gran bestia, parecido al tití y blanquito,
danta, bandadas de zahínos, marimondas, zorros, zorro chucha, zorro mochilero, tejón,
parecido al zorro y es el lobo de estos países, tigrillo, guardatinaja, venados, neques,
parecidos al guardatinaja, nutrias, lobos, especie de lagarto que se come los pollos,
iguana, lagartos, guataquí, que es una especie de lagarto que anda sobre el agua,
perico ligero, comadreja, lobo, cosumbo, como zorro y mata los perros, perro de
monte, marrano de monte, vaquiros, ratas, ratones y ratoncitos.
VOLÁTILES
Paují, pavas, perdices, codornices, corcovado, guaco, tórtolas, guarúmeras,
torcazas, palomas, gavilanes, águilas, aguiluchos, halcón, arrendajo, grupéndola,
cohingulo, cocinera, carpintero, palma de la virgen, loro, pericos, gallo de monte,
firigilelo, firigí.ielo negro, ave del paraíso, luna y sol, tominejos, de muchas variedades,
cardenales, sangre toro, valdivia, especie de gavilán, murciélagos de varias clases,
garzas, tangas, pato aguja, pato real, lechuzas, golondrinas, gallinazos, gumas, lauras u
oripopo, turpiales, cucarachero, azulejo, y hay también verdes y colorados, checas,
canarios, yobofo negro, comedor de maíz, soledad y el afrechero doméstico.
PESCADOS
En el río Nechí abundan estos pescados: bagre, dorados, tetudos, bocachicos,
picudo, chango, barbudo, coroncoro, sardinas, arenques, bentón, anguilas, doncella,
bagre sapo, capitán, mazorca, bagre blanco, casón, mojarra, mayopa; además hay
tortugas, morrocoy, icoteas, galápagos, cangrejos, camarones, bayas, torpedos,
babillas y caimanes.
CULEBRAS
La más venenosa es la corocorá, que tiene cuatro patas y la cresta como un
lagarto, cascabel, mapanare, tigre, corales, guarda-camino, patoquilla, pequeña como
hojita y muy venenosa, biní, arará, bejuco, mapanare de agua, lobo machete, traga-venado, boa, cazadora, toche, víbora, yarrona, equis, yerga, raboají, reina, ciega y coclí.
INSECTOS
Escorpiones, araña mata-caballo, alacranes, cien-pies, zancudos, mosquitos,
jejenes, chinche, comején, pito, cucarachas, abureñas, hormigas de muchas clases,
abarjono o barchaco, garrapatas, naivies, coloraditos, sansaguatas, más pequeños
que los coloraditos, niguas y gusanos.
COMERCIO INTERIOR
De la Provincia de Córdoba: reciben, cera de laurel, ganado, queso, mantequilla,
papas, frisoles, marranos, algunas veces maíz, oro, verduras, maderas, sales, harina y
plata; y dan en cambio: plátano, yuca, frutas dulces, azúcar, panela, a veces maíz,
mercancías extranjeras y del país, cacao, arroz, café y plata.
En Antioquia, reciben de esta Provincia: cacao, sombreros, cocos, azúcar y frutas;
y dan: alpargatas, y plata en retomo.
De la Provincia del Cauca: reciben, mulas, cacao, caballos, tabaco, marranos,
anís, ropa de Pasto; y dan: plata, oro y algunas mercancías.
De la Provincia de Mariquita: reciben, tabaco, ganado, mulas, cacao, dando oro y
plata.
De la de Ocaña: reciben anís, en cambio de dinero.
Con Bogotá, el comercio es de ropa del país, fierro de Pacho, mulas y avíos de
montar; dando oro en cambio.
Este comercio con el interior de la República, representa en valores de cambios
recíprocos casi un millón de pesos.
COMERCIO EXTERIOR
Se hace directamente con Francia, Inglaterra y Estados Unidos, llevando allá oro
en pasta o en polvo de 22 quilates, y trayendo toda clase de mercancías secas y
caldos. Anualmente pasa de dos millones el oro que va a los mercados europeos
directamente de esta Provincia; y se puede considerar - el giro comercial que lleva el
retorno. Esto no debe parecer extraordinario si se considera que el producto minero de
esta sola Provincia, es de 1.360.000 pesos, y que la producción agrícola monta, al
valor del mercado de los diferentes puntos donde se expende, a 3.773.025; con los’
cuales debe vivir, vestir y dar aumento si sus empresas los individuos de ‘toda la
Provincia.
PARTICULARIDADES
El pintoresco valle de Medellín era en otros tiempos un prolongado lago cuyas
aguas alcanzaban a la altura de 150 metros sobre el nivel de la capital. La rotura se
verificó cerca del paso del Porce, en el camino de Amalfi a Carolina o Clara, y en el día
se precipitaii aún las aguas por saltos seguidos, estrechadas entre enormes rocas, en
las que reflectan los arco-iris del turbulento Porce. Los puntos de Amalfi y Río-arriba
eran también pequeños lagos que se desaguaban al Porce, y se ven todavía deslizarse
de una inmensa altura, por un plano extraordinariamente inclinado, las aguas del
Riachón convertidas en cascada.
Todo el terreno del Caucán son restos de un extenso lago, y sus tierras
desmoronadas, pero aniveladas en las cumbres, lo demuestran, y su desagtle se
efectuó cerca de la boca de Quebrada-honda. Los llanos de Caramanta demuestran el
asiento de un lago que se rompió con la irrupción de las aguas del Cauca. Son
particularidades los cerros Babo, Tusa y Casillo, como el Amarillo y los Farallones, y
dignos de la atención del geólogo los de Guaca y Titiribí, en los que alternan las rocas
ígneas con las sedimentosas, y al lado del oro está la hulla, aquél en vetas horizontales
y éste en vetas verticales.
CERROS DE LA PROVINCIA
Altura sobre el mar
Farallones del Citará
3. 300
Alto Canoa
2.750
Alto Romeral
2.779
Alto San Ignacio
2.730
Alto Obispo
2.610
Boquerón
2.548
Alto Santa Elena
2.600
Alto Chuscal
2.432
Alto las Cruces
2.360
Alto Caracolí
1.339
Cerro Bravo
2.310
Alto Candela
2.147
Alto Quiebra del Toro
2.173
Cerro Tusa
2.106
Cerro Mamotá
1.990
Cerro Grande
1.985
Cerro Tetona
1.550
Cerro Verdugo
1.800
Alto Corral
1.908
Cerro Patiburá
1.750
Alto Riachón
1.704
Alto Habana
1.945
Alto de la Ceja
1.636
CANTON MEDELLÍN
SITUACIÓN, CONFINES Y CLIMA
La ciudad de Medellín, capital de la Provincia de su nombre, trae su origen del
pueblo de Aná, fundado en el antiguo valle de Aburrá, cerca del lugar en que está hoy
edificada, en virtud de real cédula, expedida en Madrid a 22 de noviembre de 1674. Su
posición es bella y el valle pintoresco, sobre todo si se mira el conjunto desde el alto de
Santa Elena.
Se encuentra en la latitud de 6 5’ 16” N. y en la longitud de 1 34’ y 30” al Occidente
del meridiano de Bogotá, a la altura de 1.541 metros sobre el nivel del mar. Está
situada a la orilla del río que lleva el mismo nombre y más abajo el de Porce, casi en el
centro de los pueblos que ocupan el antiguo lago desecado y que hoy forma uno de los
más hermosos valles de la República.
Confina el cantón al N., con el llamado del Nordeste, al 5., con el de Amagá, por
una parte, y por otra con los cantones Rionegro y Marinilla, al E., con el mismo
Rionegro, Provincia de Córdoba, y al O., con los de Sopetrán y Santa Rosa de la
Provincia de Antioquia. El límite con el cantón Nordeste es delineado por el río Nuz y la
quebrada Porcesito. La quebrada de Angeles, el río Medellín y el filo de una loma la
separan del de Amagá. Una cordillera es de Rionegro, y el río Nare de éste y del de
Marinilla. Otra cordillera separa los de Sopetrán y Santa Rosa.
El clima de todo el cantón es templado y sano en los cerros, o frío, y en las orillas
del Nuz y del Nare, sobre todo abajo hacia el Magdalena, es caliente y enfermizo.
En la capital la temperatura media es de 20 5, del termómetro centígrado; el
máximum de calor llega a 26 y el mínimum a 15. El higrómetro de Saussure se sostiene
en 600 y oscila hasta 700.
SUPERFICIE, RíOS, POBLACION Y TIERRAS BALDíAS
El territorio de este cantón mide 108 leguas cuadradas granadinas, que son 5 de
llano y 103 de cerros; de las cuales hay 1 de selvas y 23 de cerros baldíos.
El valle de Medellín, que comprende la parte llana, tiene las faldas de los cerros
que se pierden suavemente en la llanura, las que forman un terreno casi llano del doble
de extensión; es la parte más poblada y mejor cultivada y sin ninguna exageración se
podría llamar el jardín de toda la antigua Antioquía, y con más razón el de la Provincia.
Los cerros del valle están casi en su totalidad aprovechados para el cultivo o para la
cría y solamente los cerros entre el Nuz y el Nare están yermos, si se exceptúan los
vecinos al pueblo de Santo Domingo y alguno que otro punto cerca de los ricos
minerales. El valle llano del Nuz está totalmente desierto desde abajo del camino que
va a Yolombó.
La población del cantón ascendió en este año de 1852 a 38.630 habitantes, los
cuales, con respecto al territorio total, están en la proporción de 358 por legua
cuadrada; pero, deducidas las 24 baldías, en las 84 restantes pobladas y ocupadas,
estarían en la de 460 habitantes por legua cuadrada.
Baña y fertiliza este cantón el río de’ Medellín. Lo costean los ríos Nare y Nuz; estos
dos caen al Magdalena y aquél al Nechí, tributario del Cauca. Los ríos San Roque, San
Juan y Socorro riegan unas tierras desiertas y van al Nuz, mientras que Santo
Domingo, Nucito y San Miguel van al Nare.
PRODUCCIONES AGRíCOLAS
Papas, yucas, maíz, frisoles, arvejas, ahuyamas, arracachas, plátanos, anís,
cebollas, ajos, caña y café.
MANUFACTURAS
Sacan azúcar, panela, aguardiente. Fabrican muebles de lujo y pianos. En los
trabajos de joyería, compiten con los extranjeros. Tejen anchas cintas de algodón y de
lana y caireles de todas clases bien bordados, hacen muchas alpargatas y sacos de
fique.
MINERALES
Las ricas minas de oro de Nudillales, Playa-rica, Curazao, Nuz, Nucito, Sardina y
La-vaca; y también hay de plomo sin explotarse.
MADERAS Y PLANTAS APRECIABLES
Gateado, laurel-comino, nazareno, guayacán, cedro blanco y colorado, roble,
laurel, para lustre; y de construcción, chaquiro, yoyo, totumo, hediondo, quimulá,
caimito, pavo, estoraque, ensenillo, haya, huesito y chagualo.
PLANTAS MEDICINALES
Saúco, estoraque, zarzaparrilla, quina, manzanilla, linaza, guaco, culantrillo,
higuerilla, espadilla, raíz de China y guásimo.
RESINAS
Aceite-maría, caraña, bálsamo, sangre de drago, chavalo, bejuco de incienso,
estoraque, anime y caucho.
PARA TINTES
Brasil, añil silvestre, azafrán, sangre de drago, encenillo, cumulá, curadó y ovillo.
COMERCIO Y CON QUIEN SE HACE
Comercia con la Provincia de Córdoba, recibiendo víveres, ganado, quesos,
mantequilla, cera laurel, papas, frisoles, algunas veces maíz, marranos, verduras,
maderas, sales, harina y plata; dando en cambio, plátano, yuca, frutas, dulces, azúcar,
panela, mercancías extranjeras y del país, cacao, café, arroz y plata.
Con la Provincia de Antioquía, recibiendo cacao, sombreros, cocos, azúcar y
frutas, dando en retorno alpargatas. De Sopetrán recibe los mismos artículos y además
arroz y esteras, dando en cambio herramientas, caldos y ropa, y con Santa Rosa
reciben oro y dan efectos extranjeros y del país, plata, sales, azúcar y sombreros.
Con la Provincia del Cauca, recibiendo mulas, cacao, tabaco, marranos, anís y
ropa de Pasto; dando oro, plata y algunas mercancías extranjeras.
Con la Provincia de Mariquita; recibiendo tabaco, ganado, mulas y cacao, y dando
oro y plata.
Con el extranjero, recibiendo toda clase de mercancías y caldos, y dando oro de
22 quilates.
Con Bogotá, recibiendo ropa del país, fierro de Pacho, mulas y avios de montar, y
dando oro y plata.
Con el cantón Amagá, recibiendo, maíz, frisoles, dulces, azúcar, marranos y
ganados, y dando en cambio cacao, tabaco, harina, ropa, caldos, fierro, acero y loza.
Con el Nordeste, dando sales, azúcar, maíz, herramientas, caldos, mercancías
extranjeras y del país, plata, ganados, cacao, tabaco, mulas y marranos, y recibiendo
oro.
CANTÓN AMAGA
SITUACIÓN, CONFINES Y CLIMA
La villa de Amagá, cabecera del cantón de su nombre, hace poco que alcanzó
este título; no se sabe su fundación. Su prosperidad la debe a la feracidad de sus
terrenos y a su aproximación a los ricos minerales de Titiribí, al valle de Medellín y a los
buenos pastales de su territorio, sin tener en cuenta la laboriosidad de sus habitantes.
Se encuentra en la latitud de 5 56’ 45” N., y en la longitud de 1 40’ 20”, al O., del
meridiano de Bogotá, a 1.380 metros sobre el nivel del mar.
Su posición es en una explanada cerca de la quebrada de su nombre, casi
circundada de cerros de varias formas, gozando de una vista hermosa hacia las
cumbres de todos ellos.
Confina el cantón, al N., con el de Medellín, mediante una loma, el río Medellín y la
quebrada Los Angeles, y también con el de Sopetrán por unos cerros y varias
quebradas, pertenecientes a la Provincia de Antioquia; y con el cantón de este nombre,
por la quebrada Comía del otro lado del Cauca; al 5., con el cantón Supía, Provincia del
Cauca, mediante la quebrada Arquía y una cordillera, con la cual también linda en
pequeña parte con el cantón de Anserma, de la misma Provincia, y con el Chocó; al E.,
con los cantones Salamina y Rionegro, de la Provincia de Córdoba, mediante el Cauca
y el río Poblanco; últimamente al O., con el Chocó por la serranía de los Andes occidentales.
El clima de todo el cantón es templado y sano, tiene puntos cálidos a las orillas del
Cauca, Poblanco y San Juan, enfermizos y sanos, fríos en la alta cordillera del Chocó.
En la cabecera del cantón el máximum de calor es de 28 del termómetro
centígrado; el mínimum de 16, y la temperatura media de 21. El higrómetro de
Saussure marcaba 750 de humedad.
SUPERFICIE, RíOS, POBLACION Y TIERRAS BALDíAS
El territorio de este cantón mide 140 leguas cuadradas granadinas, de las que son
6 de llano, 132 de cerros y 2 de páramos, de las cuales estas 2 son baldías y 18 de
cerros.
La parte llana está casi en totalidad cubierta de selvas desiertas, la de la serranía
tiene muchos terrenos cultivados, otros destinados a la cría, y una gran parte con
pastales sin rebaños; y selvas sin habitantes. Por lo que toca a los páramos, están
totalmente yermos.
La población del cantón asciende a 30.536 habitantes, los cuales, con respecto a
la totalidad del territorio, están en la proporción de 218 por cada legua cuadrada; y si
se deducen las 20 baldías, en las restantes 198 habitadas y ocupadas, estarán en la de
254 por cada legua cuadrada granadina.
El río principal que riega este cantón es el Cauca, en parte le sirve de límite, y en
parte atraviesa el país. El río San Juan forma un extenso y estrecho valle y recibe los
ríos Taparó, Guadualejo, Piedra, Quebradona y Barroso, cuyas aguas van al Cauca; a
este río caen juntos los de Cartagena, Clara, San Antonio y Frío, y por separado el de
las Piedras y el Poblanco, que parte límites con el cantón Rionegro. Por último en una
pequeña parte fertiliza el país el río Medellín.
PRODUCCIONES AGRíCOLAS
Trigo, cebada, papas, yuca, maíz, frisoles, arroz, arvejas, ahuyamas, arracachas,
plátano, anís, algodón, tabaco, linaza, cebollas, ajos, caña, café, cacao.
MANUFACTURAS
Sacan azúcar, panela y aguardiente.
MINERALES
En este cantón están las salinas productivas de Horcones, Animas, Poblanco, río
San Juan, Caramanta, y la afamada de Guaca con abundante hulla que facilita la
elaboración de las sales. En Titiribí hay ricas minas de oro y la del Zancudo, la mejor
explotada, con la ventaja de una riquísima mina de hulla para los hornos de fundición de
metal.
En el río San Juan hay hulla también, salados y oro fino en las arenas del río.
MADERAS Y PLANTAS APRECIABLES
Gateado, laurel comino, nazareno, guayacán, cedro blanco y colorado, roble, laurel
para lustre y de construcción, chaquiro, yayo, zaragoza, hediondo, totumo, almendro,
quimulá, caimito y carbonero.
PLANTAS MEDICINALES
Zarzaparrilla, caraña, estoraque, tacamaca, vainilla, arizá, copey, yobo, algarrobo,
aceite canime, palo vaca, cañafístola, picapica, suelda-con-suelda, cardosanto, aceite-
maría, orozuz y multitud de obras.
Resinas—Aceite-maría, bálsamo, sangre de drago, chavalo, caraña, bejuco de
incienso, estoraque, anime y caucho.
Para tinte—Brasil, añil silvestre, azafrán, sangre de drago, ensenillo, cumulá,
carador y uvillo.
COMERCIO Y CON QUIEN SE HACE
Comercia con Medellín, llevando maíz, frisoles, dulces, azúcar, marranos, ganados,
sales, y recibiendo cacao, tabaco, harina, ropas, caldos, fierro, acero, loza.
Con el Cauca, reciben mulas, cacao, marranos y caballos; dando dinero.
Con Rionegro, el mismo comercio que se hace en Medellín.
Con Antioquia, reciben cacao, marranos, sombreros y dan dinero.
Con el Chocó, traen caldos y loza; y dan plata.
CANTÓN NORDESTE
SITUACION, CONFINES Y CLIMA
La villa de Amalfi cabecera del cantón Nordeste, fue erigida hacia 1840 en
parroquia, sobre un vallecito cubierto de selvas, debiendo su fundación a los esfuerzos
del Cura de las Minas de Riachón, y en 12 años dejó atrás en fábricas, cultivo y habitantes a las antiguas ciudades de Remedios y Zaragoza, creadas en 1560 y 1581, y
que hoy día son parroquias dependientes de Amalfi Su bella posición en un llano sano y
fértil, cerca de buenos terrenos de cultivo y de las llanuras del Caucán, ricas en
pastales, y sobre todo, en el centro de las productivas minas de oro, la ha hecho
preferir a los demás pueblos de su extenso territorio en su mayor parte totalmente
desierto. Si tanto ha progresado dependiendo enteramente de Medellín para su comercio, ¿ qué no hará cuando lo pueda tener directamente por el Magdalena habiendo la
naturaleza proporcionado una vía cómoda y verdaderamente mercantil?
Se encuentra en la latitud de 6 45’ 2” N., y en la longitud 1 13’ 30” al occidente del
meridiano de Bogotá, a 1.475 metros sobre el nivel del mar. Su posición es un vallecito
redondo, resto de un antiguo lago circundado de cerros, por el cual corren abundantes
aguas.
Confina este cantón, al N., por serranías desiertas con el de Simití, Provincia de
Mompós; al 5., con el de Medellín, por el río Nuz y la quebrada Porcesito; al E., con las
Provincias de Vélez, Socorro y Soto, separadas por el Magdalena; y al O., con el
cantón de Santa Rosa, de la Provincia de Antioquia, por medio del río Porce, parte del
Nechí, la quebrada Cruz de Cáceres, y la serranía baja que separa las aguas del
Cauca de las del Nechí.
El clima de todo el cantón es cálido, sano y una gran parte enfermizos; hay puntos
templados y de consiguiente sanos.
En la cabecera del cantón el máximum de calor es de 25 el mínimum de 18, y la
temperatura media de 22 del termómetro centígrado. El higrómetro de Saussure,
marca 770 de humedad.
SUPERFICIE, RíOS, POBLACION Y TIERRAS BALDíAS
El territorio de este cantón mide 659 leguas cuadradas granadinas, de las cuales
128 son de llano, 515 de cerros, 4 de anegadizos, 8 de ciénagas y 4 de islas; hay 378
que están baldías, en esta forma: 120 de selvas llanas, 242 de cerros con selvas, 4 de
anegadizos, 5 de ciénagas y 4 de islas. La parte llana está sobre las márgenes del
Magdalena o del Nechí; apenas conocidas en sus orillas y el resto totalmente desierto.
Algún día será la parte más rica de este país. La serranía está en su mayor parte
desierta y no explorada; se ve desde las eminencias de los cerros, pero no hay sino
unos pocos y malos caminos o trochas que la atraviesan. La parte anegada está cerca
del Nechí, y las ciénagas del Magdalena; las islas en este río están sin habitarse.
Una gran extensión de cerros con gramíneas, que parecen llanuras, más bien restos de
un terreno de aluvión, ofrecen excelentes pastos en el distrito de Caucán.
La población asciende a 8.348 habitantes, de los cuales, con respecto a la
extensión total del territorio, están en razón de 13 por cada legua cuadrada, y si se
deducen las baldías en las restantes 281 habitadas inocupadas, estará la población en
razón dC 30 habitantes por cada legua cuadrada granadina,
Riegan el cantón los ríos, abundantes en oro, del Porce y del Nechí, a los cuales
tributan los de Riachón, Tinitá, Mata, Maní, Pocuné, Paná, Bagre, Ebilla, y la Llana, no
menos ricos en arenas de oro. Van al Magdalena los ríos Utú, Ité, otro Bagre y Tamar,
que van a formar la Cimitarra. Los de la Honda, Pescado, Volcán, La Cruz, San
Bartolomé, San Lorenzo, Cupiná, y Alicante forman el Caño Regla y, en fin, el Nuz, que
cruza esta Provincia y cae al Nare, son tributarios también del Magdalena.
PRODUCCIONES AGRíCOLAS
Papas, yucas, maíz, frisoles, arroz, ahuyamas, arracachas, plátanos, tabaco,
cebollas, caña, y un poco de cacao y café.
MANUFACTURAS
Hacen panela y sacan aguardiente.
MINERALES
Todo el cantón es un terreno aurífero; se elaboran las vetas de Clara, La Unión,
Vetilla, y San Jorge. Se saca el oro puro en los lavaderos de Tinitá, Pacoró, Mata,
Riachón, Porce, Caracolí, Las Gómez, Viboral, Viborita, las Animas, Quebradona,
Coloradas, San Roque, los Perdidos, el Cerro, Tigre, Clara, Vélez, Arenas-blancas,
Gómez de Vetilla, Volcán, Pescado, Punta, Moná, Quebrada del Morro, Cruz de
Aguirre, Quebrada Sapo, San Basilio, la Gonzata, Tinitá, la Piedra, y Romanzón, que
da pedazos de oro y pepitas grandes. En Remedios, se explotan las ricas vetas de
Bolivia, Cristales y Santa Teresa, y se saca oro corrido en la Honda, Pantanillo,
Pocuné, Bagre, Santiago, Santa Teresa, Moná, Utú, Ité, y Tierradentro.
En todo el río Yolombó hay oro y muchas minas en Caucán, entre las cuales se
encuentran amatistas, y una piedra verde muy parecida a la esmeralda. En Zaragoza
hay las abundantes de oro de Cuturá, la Llana, Claras, Matanza, Real, Yobo, Quinea,
Playa Mariara, San Pedrito, las Martínez, Penca, Pascualito, Pantanillo, Santamartica,
Santamarta, Buenavista, la Raya, Porquera, Toldadero, Caño-abajo, Caño-arriba,
Saltillo, San Francisco, Santa Bárbara, Camburá, Patos, Machuca, Popales, Playabarrita, Juan Negrín, Playón, Culebra, Raya-arriba, Sardina y San Gregorio. Hulla, en
Hedionda, y además vertientes salobres, piedra de cal, yeso y fierro.
MADERAS Y PLANTAS APRECIABLES
Para lustre—Guáimaro, gateado, laurel-comino, seino, nazareno, pananeo,
guayacán polvillo, cedro blanco y colorado, avinaje, roble y Martín-doble.
Para construcción—Canelo, castaño, avipalo, cháquiro, yayo, zaragoza, culo de
fierro, hediondo, totumo, mayordomo, cambo, algarrobo, cuero-de-sapo, almendro
silvestre, quimulá, caunse, repabarba, naranjo, caimito, balso, barrablanca, carbonero y
fresno.
Medicinales—Zarzaparrilla, caraña, yacamaica, estoraque, cedrón, vainilla, anzá,
copey, canime, orejón, saúco cimarrón, palo-de-vaca, bejuco de agua, tamarindo,
cañafístola, zábila, tuna, fique, barro-de-piedra, guacharaco, yerbabuena, aguacate,
cimarrón, dormidera, yerba de vidrio, caballera, ruda, cardosanto, yerba-mora, salvia,
bejuco de anís, piñones, avellana, paico, punta-de-lanza, caspín, itamaral, gaveche,
guamacho, papayola y maquimaqui.
Resinas-Aceite-María, yarumo, yobo, algarrobo, copey, estoraque y caraña.
Para tintes-Añil silvestre, bejuco de buey, mora, limpia-diente, sangre de drago,
brasil, guayaquil, yagua, guarubo, cochinilla y azafrán.
COMERCIO Y CON QUIÉN SE HACE
Con Medellín: reciben sales, azúcar, maíz, herramientas, caldos, mercancías
extranjeras y del país, plata, ganados, cacao, tabaco, mulas y marranos; dando en
cambio oro.
Con Rionegro: ganado, caballos, mulas, marranos, herramientas, maíz, sales,
panela y aguardiente; dando en cambio oro.
Con Mompós y Cartagena, reciben caldos, loza, efectos de comercio y cerdos;
dando en cambio oro.
Con Santa Rosa: reciben artículos de comercio, papas, arroz y dan dinero:
también reciben varios pueblos mineros de este cantón, por la vía de Zaragoza, lozas,
caldos, azúcar, sal, mercancías, herramientas y dan en cambio oro.
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