Este libro conserva la ortografía de la época. JEOGRAFÍA FÍSICA Y POLÍTICA DE LAS PROVINCIAS DE LA NUEVA GRANADA PROVINCIA DE MEDELLÍN GEOGRAFIA FISICA Y POLITICA DE LA PROVINCIA DE MEDELLIN SITUACIÓN, EXTENSIÓN Y POBLACIÓN El hermoso valle de Aburrá, que se encuentra enclavado en la cordillera que separa las aguas de los dos ríos Magdalena y Cauca, fue descubierto en 1541, habiendo sido Luis Tejedo, enviado a recorrer el país por el infortunado conquistador Jorge Robledo, el primero entre los españoles que penetrara en él. Luego que tuvo noticia de este suelo fecundísimo y que halló en él hermosas campiñas, pastales abundantes, árboles fructíferos, así como también una población crecida, la cual habitaba el valle de Aburrá, partió del punto Arma, donde estaba acampado, a incorporarse a su vanguardia. Después de algunos días de permanencia, mandó a explorar el país y salió el 4 de agosto de 1541, circunstancia a que debe el valle el nombre de San Bartolomé. No debe causar extrañeza que el conquistador no fundara por aquel entonces una población en aquel ameno lugar, puesto que su intento era el de descubrir más tierras, y hallar el punto de comunicación con el mar o el golfo de Urabá. Dirigiose hacia el Cauca; mas las dificultades que encontró para cruzar ese río caudaloso y turbulento, no le dejaron fundar la ciudad de Antioquia en el valle de Aburrá, teniéndolo que hacer al otro lado del ramal occidental de la cordillera de los Andes, en el llano que hoy se llama del Frontino, en donde no duró mucho tiempo. Erigiose Medellín en el valle de Aburrá como villa, en el sitio de Aná, por Real Cédula expedida en Madrid el 22 de noviembre de 1674, cometida para su cumplimiento al doctor Miguel de Aguinaga, Gobernador y Capitán general de la Provincia de Antioquía; ignorándose la época en que se trasladó al punto que hoy ocupa cerca de Aná. Bajo la República, Medellín no solo ha llegado a ser ciudad, sino capital de la antigua Provincia de Antioquia, territorio inmenso de que se formaron tres Provincias. Su posición es pintoresca y su terreno fértil y sano, y de una temperatura media entre el calor y el frío; circunstancias todas que hacen apetecible ese lugar para residir; a lo que se debe la acumulación que ahí se ha hecho de intereses subidos, lo que le da la preponderancia sobre todos los otros puntos circunvecinos, habiendo tomado en él su principal incremento las especulaciones mineras. El comercio y la industria hicieron de Medellín un gran mercado concurrido crecidamente; al paso que el genio emprendedor de sus habitantes le daba cada día un impulso mayor. Así es que, quedándose estacionaria por su falsa posición la antigua capital, Antioquia, vio casi de repente que una de sus hijas, y no la primogénita siquiera, no solo la igualaba, sino que en mucho se le adelantaba, hasta el término de llegar a verse gobernada por ella. Este hecho viene a confirmar la necesidad que hay de buscar sitios ventajosos para fundar los pueblos, consultando siempre su porvenir en el comercio y en la industria del mundo. Por no haberlo hecho así, de nada aprovecharon sus títulos de ciudades a Cáseres, Remedios, Rodas y Zaragoza, las que, o ya desaparecieron o están casi abandonadas. Con la importancia de Medellín se han olvidado hasta los nombres de Aburrá y San Bartolomé. De Medellín se denomina el hermoso valle sembrado de pueblos, caseríos y haciendas, en que se halla la ciudad, capital de la Provincia del mismo nombre. Esta Provincia se encuentra situada entre los 5’ 18’ y 8 9’ de latitud N., y 00 5’ de longitud oriental a 20 2’ de longitud occidental del meridiano de Bogotá. La forma de su territorio es particular. Si ha sido permitido decir que la Italia representa una bota, también debe serlo asemejar la figura del territorio de que hablamos, a la de un águila con el cuello estirado. La cabeza, sin pico, está formada por el cantón Amagá, así como también el principio del cuello; lo restante de éste y el pecho son formados por el prolongado valle de Medellín, y lo demás del cantón de este nombre; el extenso cantón del Nordeste, representa el cuerpo, la cola y un ala abierta. De modo que este país es más largo que ancho, pues tiene en la dirección del Nordeste, desde las cabeceras del río San Juan, en el ramal occidental de los Andes, o del Chocó, hasta más allá de la boca del Nechí, en el Cauca, donde termina, 66½ leguas. Su mayor anchura de E. a O., desde las orillas del Magdalena, frente a la boca de Opón, hasta las riberas del Porce en la desembocadura de la quebrada Gómez, es de 30½ leguas granadinas. Su perímetro mide, por líneas rectas, 266 leguas. Contiene pocos altos páramos en la serranía del Chocó; pero sí hay en muchas partes cerros elevados, unos con habitantes, otros desiertos, con gramíneas no más, o con una fuerte vegetación. Vese una gran planicie llena de pastos, a la que llaman llanuras de Cancán, lecho indudablemente de un lago antiguo, cuyos terrenos sedimentosos y deleznables, han formado multitud de pequeños cerros, promontorios y colinas, semejando un laberinto de cerros, que diariamente mudan de forma a causa de los constantes derrumbes a que da lugar la infiltración de las aguas en tierras de ninguna consistencia. Hay también hermosos y fértiles valles en el de Medellín, donde existió un lago andino, lo mismo que en el de Amalfi. Valle es igualmente el del Cauca, poco habitado, y cuyas planicies, así como el ningún desnivel del cauce del río, llamadas aquellas llanuras de Caramanta, prueban que antiguamente hubo allí un lago, que ocuparon en su irrupción las aguas del Cauca, cuando rompieron los diques de su gran lago, atravesando los lugares por donde corre hoy el río de este nombre. Por el prolongado valle del Nuz, va el manso río así llamado, caminando muchas leguas, hasta que, estrechado en la serranía, se precipita primero por una cascada, después por un salto, para ir a dejar sus aguas en el Nare. El extenso valle del río Nechí que es navegable, está todo desierto, hallándose habitado en las orillas, en donde se encuentra Zaragoza, la que solo necesita para hacerse interesante, que se desmonten los viejos árboles y se desequen los pantanos que hacen ahora insalubre su clima. Hay, por último, multitud de cerros no muy altos, ramificados diversamente, y quebradas y ríos que casi todos llevan oro abundantemente y que están desiertos aguardando las poblaciones que descuajen los bosques de que se hallan cubiertos, y que exploten sus innumerables riquezas. La reunión de todas estas secciones mide una extensión de 907 leguas cuadradas granadinas, de las cuales están sin habitarse 442, que son baldías. En i852 la población alcanza a 77.508 almas, de manera que, tomando el total de las leguas, tocan 85 a cada legua cuadrada; y tomando solo las que se hallan ocupadas, sale a 184 por legua cuadrada. Al fin se da lugar a un cuadro especial en que se manifiestan las diferentes calidades de terrenos que hay en la Provincia, los poblados, los despoblados y baldíos, y la magnitud de cada extensión de ellos. LÍMITES Esta Provincia confina con las de Chocó, Antioquía, Cartagena, Mompós, Soto, Socorro, Vélez, Zipaquirá, Mariquita, Córdoba y Cauca. Tomando por punto de partida la parte más meridional, en las cabeceras del río San Juan, que están en la cumbre de la cordillera occidental de los Andes granadinos, llamada vulgarmente del Chocó, se sale del cerro Paramillo, se pasa por toda la cresta escarpada de la cordillera en dirección al N., el cerro de Caramanta, que se une a los farallones del Citará, después de los cuales presenta una grande depresión la cordillera, la que se extiende algo repentinamente, levantándose de nuevo en el Plateado, donde termina el límite con el Chocó, que se extiende por 12 leguas. Empieza a colindar en seguida con Antioquía, desde el cerro del Plateado hasta el de San Mateo; sigue después la quebrada Comiá que se dirige hacia el E., hasta su confluencia con el Cauca. Tómase por el otro lado la quebrada de Amagá por una legua, y después la de Horcones, aguas arriba, en dirección al N., por otra legua. Tomando la cordillera en la misma dirección, vase a atravesar la quebrada de Zabaleta, yendo por un estribo de la cordillera a la boca de aquélla, en la de Guaca, que sigue hacia arriba hasta la de los Morros, y ésta hasta su origen en el alto de Canoas. La cumbre de la serranía sirve entonces de lindero, pasando por el Boquerón, Alto Delgadito y Julio. La cordillera toma en este punto la dirección del N. E. y la línea pasa por los altos de Medina y Angostura, yendo a concluir a la desembocadura del río Grande en el Porce. Sigue después el Porce, aguas abajo, hasta la boca del Nechí; el Nechí, aguas arriba hasta la boca de la quebrada Cruz de Cáseres; esta misma quebrada, aguas arriba, hasta su origen, llamándose allí de la Concepción. En seguida se toma la cumbre de la serranía, ya muy baja, la cual separa las aguas que van al Cauca y las que van al Nechí, hasta el nacimiento de la quebrada Mandinga, por cuyo curso se sigue hasta su desembocadura en el Cauca, frente al caño de la ciénaga de San Lorenzo, la cual y su caño sirven de límite hasta concluirse éste con la Provincia de Antioquía, el cual se extiende por 89 leguas. Empieza después a colindar con Cartagena por el caño Agua-clara, que cae a la ciénaga de San Lorenzo hasta el camine que va de Ayapel a Santa Lucía, sobre la ribera del Cauca, donde termina este límite -de 8½ leguas. Atravesando el Cauca empieza a colindar con la Provincia de Mompós por la quebrada de Santa Lucía hasta su origen; luego por la serranía hasta la cabecera de la de Santa Isabel; ésta, aguas abajo, hasta su unión con la de Siguaná. En seguida se toma por los cerros para llegar al alto Siguaná en el camino de Guamocó, y después por los cerros de la Hebilla hasta encontrar la unión del río Tiquí con el Cañaverales; atraviésase en este lugar en busca de las aguas que bajan al río Puná de la serranía del Sacramento, y por la cumbre de ésta en busca del cerro Tamar, origen del río de este nombre; el mismo’ río aguas abajo, hasta su unión con el Ité, en el cual punto estas aguas toman el nombre de Simitarra; de aquí se traza una recta hacia el E., a las casas de Bohórquez sobre el Magdalena, donde termina el límite con la Provincia de Mompós, que es de 75 leguas. Entra entonces a lindar con la de Soto, de la que la separa el Magdalena por tres leguas hasta en frente de la desembocadura del Sogamoso. Sigue la del Socorro del otro lado del Magdalena por cuatro leguas, hasta frente a la desembocadura del Opón. Continuando el mismo río de por medio, sigue lindando con la de Vélez hasta la desembocadura de la quebrada Ermitaños. Confina por legua y media con la de Zipaquirá, hasta frente de la boca del Nare y solo por una legua con la de Mariquita hasta la boca del río Nuz. Entra, por último, a colindar con la de Córdoba, teniendo de por medio el río Nare, hasta la mitad de la distancia que separa la bodega de San Cristóbal de la de Remolino. Sigue después por unos cerros hasta frente de la cabecera de la quebrada Orná, punto en el cual la línea divisoria vuelve a tomar el río Nare para no dejarlo hasta la boca del río Santo Domingo. Sigue este río, aguas arriba, hasta la quebrada San Pedro, por la cual se continúa hasta su origen en la cordillera del valle de Medellín; sigues e de allí por el alto Cardal y Cerrobravo hasta la cabecera de la Magdalena, donde deja la cumbre para bajar a la unión de las quebradas Ovejas y Pantanillo; esta última sigue marcando el límite hasta su origen en la cumbre de la serranía, la que sigue haciéndolo hasta el alto de San Miguel, tomándose en seguida el origen del río Poblanco y todo su curso, hasta su confluencia con el Cauca. Síguese por la orilla izquierda de este río hasta la boca de Arquía, donde termina el límite con la Provincia de Córdoba, de 52 leguas. Empieza ahí a lindar con la del Cauca por todo el Arquía hasta su origen en el cerro de Santa Isabel, y por la cumbre que separa las aguas que caen al río San Juan de las que van directamente al Cauca del lado del Supia, hasta encontrar el Paramillo, que es el punto de donde partimos, por la extensión de 12 leguas. Por consiguiente sus linderos con las once provincias con que confina abarcan una extensión de 266 leguas granadinas, medidas en líneas rectas por todo el contorno, sin tener en cuenta las pequeñas sinuosidades de los ríos, quebradas y cordilleras, las que aumentarían en un tercio la distancia directa. MONTAÑAS, SUS RAMIFICACIONES Y ALTURAS Esta Provincia tiene dos sistemas de cordilleras, de los cuales uno es la continuación de los Andes occidentales granadinos, llamados también del Chocó, y el otro pertenece a la cadena de los Andes centrales. Uno y otro sistema tiene su origen entre Pasto y Popayán, y encierran el extenso valle del Cauca. El prímero no tiene cimas elevadas que lleguen al nivel de las nieves perpetuas, mientras que el segundo alza dilatadas masas hasta esa altura. Los últimos nevados se hallan en los confines meridionales de esta Provincia en la gran mesa de Herbeo. El eje de la cordillera va después disminuyendo en los páramos de Herbeo y de Sonsón, rebajándose en seguida hasta más abajo de la región del frailejón. Su ramo principal, que vuelve al O., en el alto’ Pantanillo, solo tiene 2.488 metros sobre el nivel del mar. Es en este punto donde se observa la continuación del eje de la cordillera, la cual, aunque disminuyendo en elevación, va aumentando en anchura para encerrar los antiguos lagos donde están Rionegro, Medellín, Amalfi, Caucán y en la Provincia de Antioquía los de Osos, Ovejas y Carolina. En el alto Romeral, al O. del Retiro, en lugar de seguir la dirección al O., que era la que tenía, tuerce al N. E., y envía simultáneamente un ramo hacia el 5. 0., hasta el alto de San Miguel. En este punto prosigue hacia el N., enviando algunos estribos en la dirección antigua del 5. 0., estribos que van a perderse sobre el Cauca, sobresaliendo el Cerro-bravo en forma de pan de azúcar a la altura de 3.310 metros; el cerro de la Tusa, muy parecido a lo que dice su nombre, a la de 2.106 metros y entre estos dos el del Sillón, cuya forma está indicada por el nombre que lleva. Siguiendo el ramal su dirección hacia el N., se eleva en el cerro del Romeral a 2.779 metros; baja después en el Boquerón a 2.548, alzando otra vez a 2.750 en el cerro de Canoas. En el alto Julio se desprenden dos ramificaciones que forman el elevado valle de las Ovejas, y que, unidos, entran en la Provincia de Antioquía a formar el gran ramal que divide las aguas tributarias del Cauca de las que lo son del Nechí. De este ramal se hablará oportunamente en la parte que corresponde a la Provincia de Antioquía; volvamos al alto de Julio. En este punto la cordillera, que llamaremos occidental del valle de Medellín, ya se ha puesto paralela a la oriental que dejamos en el alto del Romeral en la dirección N. E. La cordillera occidental de Medellín sigue este mismo rumbo; y se halla tan cerca de la occidental, que sus cumbres están a la distancia una de otra, de una y media legua a tres leguas, hasta que en el punto en que el Riogrande, o más bien, las voluminosas aguas del valle de Osos se desbocaron rompiéndola, atraviesa la Provincia de Antioquia hacia el salto de Guadalupe. Describiendo aquella Provincia se hablará de este ramal; volvamos al que se dejó en el alto de Romeral, el que llamaremos oriental del valle de Medellín. Este conserva generalmente la misma dirección y altura, exceptuando algunas pequeñas sinuosidades y elevaciones, como la del alto de San Ignacio, que está a 2.730 metros, el Cerro-bravo y el alto Cardal, punto en que se le reúne un ramo de los Andes que se había desprendido cerca de Pantanillo en el alto Pereira, para encerrar la parte oriental del antiguo lago de Rionegro. Entonces la cordillera se vuelve hacia el N. N. E., y lanza hacia el Magdalena un largo brazo que se divide y subdivide entre el curso del Nare y el del Nuz. El eje principal se rebaja después en el punto llamado la Quiebra y torna a elevarse con el rumbo al N., en el Pantanillo, siguiendo así hasta el alto del Contento, punto en que arroja un ramo hacia el E., el cual, en el cerro de Patiburra, que está a 1.700 metros, se trifurca. Uno de sus brazos se pierde sobre el río San Bartolomé, en su confluencia con el Cupiná, otro sobre el Nuz en la quebrada de los Monos, mientras que el brazo principal, que se disminuye más y más a medida que avanza hacia el Magdalena, va a concluir en Garrapatas. En el cerro del Contento toma la cordillera la primitiva dirección del N. E., y en el cerro Verdugo, que está a 1.800 metros, desprende un ramo pequeño que se pierde en la unión de los ríos Volcán y San Bartolomé, elevándose el cerro de la Tetona, notable por sus dos picos que alcanzan a 1.550 metros sobre el nivel del mar y 500 sobre los cerros convecinos. La cordillera principal había lanzado antes, en el alto Guayabita, un corto ramal hacia el Porce, que es el río de Medellín, para formar el antiguo lago de Amalfi. Si seguimos el curso del eje principal de la cordillera, la vemos en el cerro del Retiro arrojar un ramal hacia la Vetilla al N. N. E., en el cual se repliega en el punto Rabochucho para encerrar el antiguo lago de Rioarriba o Riochón, y luego se subdivide para correr paralelo al Porce. Cerca del alto de la Ceja, que está a 1.636 metros de altura, se pierde casi confundido entre los muchos ramales que se desprenden, de los cuales dos van hacia el E., y acaban en las bocas del San Bartolomé y la Honda, y otros dos van al N. N. E., y concluyen en las bocas Pocoró y Maní, destacándose en seguida dos larguísimos, uno que se abre al E. y que después se repliega paralelo al Magdalena, casi al N. E., yendo a terminar en las llanuras de este gran río, cerca de Simitarra. El otro, que es más corto y menos abierto, se dirige al N. E., paralelamente al que le dio origen y va a terminar sobre el río Bagre. La cordillera principal baja mucho; en Remedios solo tiene 1,000 metros de altura sobre el mar, allí da nacimiento a un ramo corto que se pierde en la confluencia del Bagre y del Pocuné y se vuelve bruscamente al E., tomando el nombre de Serranía de los Remedios. En las cabeceras del Bagre busca el N. y envía dos brazos hacia el Magdalena, los que concluyen en los ríos Ité y Tamar, dejando entre ellos y el Magdalena espaciosas llanuras. Repliégase luego al O., cobrando en el cerro Tamar su antigua dirección al N. E., y dando origen a cinco grandes y largos brazos que van a encerrar las hoyas de otros tantos ríos, y que se pierden en las sabanas del Magdalena o en la Provincia de Mompós. En la Provincia de Medellín acaban algunos estribos nacidos de la Serranía de Guamocó, que es la misma de los Remedios y Tamar, llamada también de la Burra y de San Lucas; son esos los únicos ramales que, ya muy rebajados, piérdense pronto en el valle del Nechí abajo de la antigua ciudad de Zaragoza. La cordillera central de los Andes va a concluir muy pigmea en la Provincia de Mompós, habiéndose antes ramificado de tantos modos en la misma Provincia, que cubre una inmensa extensión, supliendo la altura con la cantidad de tierra quebrada. El geólogo examina este país bajo otro punto de vista, como que no se le debe ocultar que el levantamiento de estos cerros, diversamente ramificados, tiene el mismo origen y data de la misma época que la colosal masa compacta donde descuellan los nevados del Tolima, Quindío, Santa Isabel, Ruiz y Herbeo. La fuerza volcánica fue en estos puntos más enérgica, pues parece que todo el terreno que constituye los helados páramos precitados estaba unido al que hoy forma la serranía del Chocó, teniendo en tal caso el total de la masa levantada una anchura de E. a O., de 45 leguas granadinas. El terreno más bajo que acabamos de describir, y que forma los cerros de esta Provincia, parece también haber estado unido a la misma serranía del Chocó con la parte elevada del Frontino y cerro de León, cuya anchura seria de 60 leguas. Tanto en la orilla derecha, por donde corre el Cauca, como en la izquierda, se ven las mismas formaciones, en las cuales predomina el syenita o el syenita porfídico. En algunos puntos el syenita pasa al grustein, y las ricas minas de oro de esta Provincia existen generalmente en este terreno de syenita grustein. El segundo sistema está formado por la cordillera de los Andes occidentales, la cual principia en esta Provincia en el punto de Pantanillo y de los cerros de Caramanta, de donde salen las primeras aguas que dan origen al río San Juan, que va a descargar en el Cauca formando un valle estrecho de 5. a N. Toda la parte oriental de esta cordillera pertenece a esta Provincia, desde los puntos indicados hasta el alto San Mateo, teniendo una extensión de 12 leguas. Algunos gruesos estribos, no muy largos, sirven de apoyo a sus escarpadas crestas casi inaccesibles, cuyas bases se pierden sobre el río San Juan o sobre el Cauca. En los puntos de Santa Isabel y Caramanta que hacen parte de un ramal del cerro de Paramillo, que ha formado las montañas que llaman del Oro, salen algunos estribos con dirección al N., los que se confunden en los llanos de Caramanta cerca del río Cauca. La cordillera principal de los Andes occidentales y del Chocó se eleva en los farallones del Citará a 3.300 metros sobre el nivel del mar, bajando en la Quiebra a solo 2.100, y volviendo a alzarse en el Plateado a 2.600. Casi a igual altura está el cerro de San Mateo, donde termina esta Provincia; pero esta cordillera prosigue a formar todo el sistema de la del Chocó, en la ribera izquierda del Cauca, de la que se hablará al tratar de la Provincia de Antioquía. RíOS, SU ORIGEN Y CURSO El río principal de esta Provincia es el Nechí, que más bien debiera llamarse Porce, tanto por ser este el que trae a la confluencia un volumen mayor de agua, cuanto porque su curso es más extenso; a pesar de todo eso, su nombre es Nechí, mientras que entra en el Cauca con una corriente recogida en una extensión de 500 leguas cuadradas. Nace este río en el valle de Osos, antiguo lago desecado, precisamente cerca de la Villa de Santa Rosa, formando, con varias quebradas que se le unen, los ríos Minavieja y Teneche. Después de haber reunido las corrientes de 10 ríos, se encuentra con el río Porce, que pasa por Zaragoza ya ancho y profundo, dirigiendo su rumbo al N. N. E. En su nueva dirección se le agrega el Bagre, que nace en la serranía de los Remedios, habiendo recibido antes el Puná, que sale de la cordillera llamada del Sacramento, y que es prolongación de la central de los Andes, muy disminuida ya en altura, aunque bastante ramificada hacia el Magdalena, en territorio de la Provincia de Mompós, en donde se pierde. Recibe también el río Pocuné, que sale de un ramal de la cordillera que desaparece en la llanura cerca de Zaragoza. El Bagre le tributa las aguas de una extensión de 60 leguas cuadradas. Poco después recibe el Nechí el Hebilla y la Llana, que se forman en la cordillera llamada también de Guamoco. El río Porce, cuya riqueza no es inferior a la de ningún otro de la Provincia, es también el que baña y fertiliza el valle más hermoso de este país. En el alto de San Miguel, a 2.800 metros sobre el nivel del mar, surgen las primeras aguas que forman el río que se llama de Medellín, y que da el nombre a un estrecho, rico y pintoresco valle, donde se halla la capital de la Provincia, a 1541 metros sobre el nivel del mar. Más allá de Barbosa recibe el primer río que viene del país aurífero del valle de los Osos de la Provincia de Antioquia, llamado Riogrande, unido con los ríos Chico y Chocó. A la distancia de una legua se le reúne una quebrada llamada Porcesito, y entonces las aguas cuyo caudal se denominaba río de Medellín, toman el de Porce, para no perderlo hasta mezclarse a las del Nechí, ricas también en arenas de oro, como que su origen está al O., de la boca del Riogrande en la alta planicie de Santa Rosa, aurífera totalmente. A las seis leguas le caen las aguas del río Guadalupe, que se despeña de una altura de 250 metros por una hermosa cascada, para pasar del lindo y templado valle de Carolina al estrecho y caluroso del Porce. Casi a igual distancia recibe por la derecha el Riochón, que se desprende también de una grande elevación por una serie de cascadas para arrojarse en el Porce. Corre este entre faldas escarpadas de cerros altos, que dejan apenas en sus bases algunas playas donde se depositan las arenas auríferas. Este río es presuroso, a causa del plano inclinado, y se precipita como deseoso de salir de los límites estrechos en que lo encierran los cerros. Antes de unirse al Nechí recibe las aguas del río Mata que recorre una parte del dilatado territorio aurífero de ese país, y que ha juntado los ríos Maní, Pocoró y Tinitá, abundantes en minerales. Ya entonces empieza el Porce a ser navegable para embarcaciones pequeñas que vienen desde el puerto por el Mata, distante poco más de una legua de su confluencia. En el punto de las bodegas del Guayabal, el Porce está a la altura de 241 metros sobre el nivel del mar. Hasta su desembocadura en el Nechí, distante tres leguas del curso del río, su corriente es impetuosa, y pasa por medio de peñas y rocas levantadas del fondo del río, lo que hace peligrosa su navegación, la cual es necesaria en el día por la falta de camino para ir a Zaragoza, a donde llegan cómodamente y sin peligro los champanes desde Mompós, sobre el Magdalena. El Porce deposita en el Nechí las aguas de una extensión de 165 leguas cuadradas, de las cuales las 65 son de la Provincia de Antioquia, aguas tributadas por nueve ríos y por multitud de quebradas; al paso que el Nechí solo lleva las de 146 leguas cuadradas, pertenecientes casi todas a la Provincia de Antioquia, aguas que ha recogido en su curso por un terreno aurífero también, de diez ríos y muchísimas quebradas. Cuando pasa por Zaragoza, distante 6 leguas de curso desde la unión al Porce, tiene el Nechí reunidas las aguas de una extensión de 344 leguas cuadradas, y al llegar al Cauca tiene las de una de 500. La distancia de buena navegación de Zaragoza a su confluencia con el Cauca es de 25 leguas granadinas. En cuanto al volumen de agua, y en cuanto a la navegación, es un río importante en esta provincia el de San Bartolomé, que lleva al Magdalena la masa de aguas que ha recogido por 170 leguas cuadradas del extenso cantón del Nordeste. Tiene su origen en el cerro del Contento, que está a 2.000 metros sobre el nivel del mar; únensele el San Lorenzo que se forma cerca de Yolombó y después el río de La Cruz y el Volcán reunidos que salen de los cerros de Verdugo y Retiro. Casi al salir de una serranía imbricada recibe los ríos Alicante y Cupiná unidos, y allí mismo los del Pescado y Quebrada-honda en una sola corriente. El terreno que cruzan estos afluentes es desierto casi totalmente, aunque rico en minerales. Este río se conoce al llegar a las llanuras con el nombre de Caño-regla, y solamente recuerda su nombre de San Bartolomé la aldea que está en las barrancas del Magdalena, cerca de su desembocadura. Hay actualmente una bodega a tres leguas de su desagile, pero es navegable por tres leguas más en línea recta hasta la boca de la Quebrada-honda, que serían doce leguas granadinas de navegación. Por longitud de su curso merece ese nombre el río Ité; mas como pasa por un país desierto, aún no tiene toda la importancia que llegará a tener. Nace entre Caucán y Remedios, lo forman los ríos Utú y Pantanillo, ricos en minerales, al unirse los cuales recibe el nombre de Ité, que conserva hasta juntarse al Tamar, después de recibir en un curso de 37 leguas solamente, el Bagre. El Ité recoge las aguas de 85 leguas cuadradas y el Tamar, que marca el límite con la Provincia de Mompós las de 14. Unidos los dos toman el nombre de Simitarra y van a tributar al Magdalena atravesando una tierra llana, cubierta de selvas pantanosas pertenecientes a la Provincia de Mompós, desembocando en el punto llamado San Pablo. El rio Nuz sería también importante al no haber cerca de su desagile en el Nare, poco antes de que entre este en el Magdalena, una cascada y un salto que impiden la navegación, que algunas gentes que habitan cerca de Tolobó hacen por balsas. Recorre este río un terreno hoy desierto pero que es bastante extenso. A 6 leguas de distancia directa de su origen, en el cerro de Paramillo y alto Guayabito, después de habérseles juntado el Nucito, rico en minerales, corre el mismo río un valle espacioso cuyo clima es mortífero. Es esta la causa única de que esté despoblado y de que su navegación que diremos interior, no valga nada. De un lado recibe las aguas de los ríos San Roque, San Juan y Socorro y del otro solamente el de los Monos. Una extensión de cien leguas de terrenos desiertos envía sus aguas a este río navegable en una distancia de 20 leguas. Por último el Nare costea esta Provincia, separándola de la de Córdoba por el espacio de 19 leguas y recibe de este país los ríos Santo Domingo, otro Nucito y San Miguel, que con otras quebradas recogen las aguas que caen en una extensión de 25 leguas cuadradas. El Cauca cruza esta Provincia y la de Córdoba por ocho leguas y pasa después por medio del cantón de Amagá, siendo navegable casi en diez leguas por pequeñas embarcaciones. Para bajar hasta Antioquía usan solo balsas. Después de dejar la Provincia de Córdoba en la boca del Poblanco, cae en el Cauca el río Cártama formado por el de este nombre, el de Conde, el Claro, el San Antonio y el Riofrio; más abajo recibe el Cauca el río Piedras, todos los cuales nacen en la serranía de Cártama y Santa Isabel, que son los estribos de un ramo de los Andes occidentales o serranías del Chocó. Después recibe el San Juan, que nace en el cerro Paramillo de la misma cordillera y de los cerros del Citará, el cual recoge las aguas de 51 leguas cuadradas, y que le dan las quebradas Santa Bárbara y Santa Rita, que son como ríos; y los ríos Taparó, Guadalupe, La piedra, Quebradona y el Barroso, que nacen de la vertiente del E., de la cordillera occidental de los Andes granadinos. De modo que el Cauca recibe del cantón Amagá, de esta Provincia, las aguas de una extensión de 135 leguas cuadradas. Resulta, finalmente, que el Nechí lleva al Cauca las aguas de 500 leguas cuadradas que unidas a las tributadas por el cantón Amagá hacen 635; mientras que al Magdalena van directamente las de 354 en los ríos Nare, San Bartolomé y Simitarra y en otros pequeños afluentes las de 129, que hacen un total de 483 de extensión territorial, sobre la cual caen anualmente como 80 pulgadas cúbicas de agua. Si se deducen de las dos cantidades, 211 leguas cuadradas que salen de la Provincia de Antioquia y que dan sus aguas al Nechí, quedan para el Cauca 424, y 483 para el Magdalena, que forman las 907 de la extensión de esta Provincia. LAGUNAS Y CIÉNAGAS La ciénaga de Posa, casi de una legua de largo y media de ancho, desagua en el San Bartolomé, lo mismo que la de Dura, de una y media de largo y una de ancho. Las ciénagas llamadas de Adentro y Barbacoas desaguan al Magdalena; la una tiene casi dos leguas de largo y más de media de ancho y la otra, que es casi redonda, tiene más de una legua en su mayor diámetro. La ciénaga Sardinita se compone de tres unidas; su parte más larga es de tres leguas y su anchura mayor es de media legua. La gran Ciénaga-blanca, casi oblonga, tiene 4 leguas de largo y casi 1½ de ancho. Todas estas ciénagas ocupan una extensión de 5 leguas cuadradas y se comunican por caños con el Magdalena. En las orillas del Nechí y cerca de su desembocadura en el Cauca, hay una porción de pequeñas ciénagas que ocupan un país bajo y anegadizo de cuatro leguas cuadradas de extension. ISLAS Hay en el Magdalena algunas islitas, de las, cuales las que más se aproximan a la orilla izquierda deben pertenecer a esta provincia, bien que todas estén desiertas por hallarse expuestas a las inundaciones del río cuando crece. No obstante, anualmente se levanta su suelo por el limo fértil que de período en período depositan las aguas. Algún día serán útiles. Su extensión es de 4 leguas cuadradas. ASPECTO DEL PAíS Como dijimos que la figura del territorio de esta Provincia de Medellín es la de un águila, empezaremos su descripción por la parte meridional, donde está el cantón de Amagá que forma precisamente la cabeza y parte del cuello. Fue este país de los que primero exploraron los conquistadores y hoy solo nos queda el nombre de la antigua Caramanta, donde se disputaron la dominación y la riqueza de sus pobladores. Nadie se atrevía a habitar este territorio proverbialmente malsano, después de que por la destrucción de las razas indígenas lo dejó yermo la insaciable sed de oro de los atrevidos conquistadores. Muy pocos años hace que los industriosos habitantes de Titiribí y Fredonia penetraron en sus regiones abandonadas, donde, aprovechando los pastales y las selvas para la ceba y el cultivo, dieron lugar a la fundación de la Nueva Caramanta y de las aldeas Piedras y Soledad, puntos llamados a prosperar por la feracidad de sus terrenos y por las varias salinas y las minas de oro y hulla que en ellos se encuentran. Hállanse aquí vestigios de los conquistadores y de las sepulturas se extraen grandes cantidades de oro acuciosamente labrado por los aborígenes. Forman la cresta o copete del águila los picos graníticos de los cerros del Citará y los farallones del Chocó, que se presentan sobre los Andes a modo de ruinas encumbradas, de torres y castillos almenados. De sus costados se desprenden copiosas corrientes de agua, que formando ríos y quebradas de varia magnitud, van de dejarla en el valle de San Juan, riquísimo en oro. Las heladas cimas de esta cordillera, que es el ramo occidental de los Andes, están a veces coronadas por la roca pura, extraña en sus formas, sea por su cristalización primitiva, o sea por la descomposición efectuada por la acción del agua y de la atmósfera; a veces entapizadas de frailejón o de gramíneas, en medio de las cuales asoma la peña; y muy raramente están cubiertas de vegetación vigorosa. Al descender por los estribos o por las quiebras profundas que las separan, se encuentra frondoso el bosque y se llega hasta las orillas del San Juan. Frecuentemente parece que en el punto equidistante de la altura y de la base hay tierra en la que predomina la arcilla, la que impide que los altos troncos de los árboles puedan extender las raíces que los sostuvieran; o si no, su tenacidad es tal que no permite crecer a las plantas leñosas con la fuerza y hasta el volumen necesarios, de modo que solo algunos árboles y pocos arbustos se ven entre las tupidas gramíneas que cubren estas lomas. Allí empiezan ya a multiplicarse los rebaños de los nuevos habitantes, de los que se presentan a larga distancia una u otra vivienda. Solo dos caminos atraviesan el territorio de Caramanta, el uno pasa por esta población para ir a las muy nombradas minas de Marmato y a las vegas de Supía; el otro pasa por la aldea de Piedras para ir a la de Soledad, cerca de las cabeceras del San Juan, donde existen ricas minas que se empiezan a explotar. El terreno alto y onduloso contrasta admirablemente con el tendido y casi llano de las orillas del Cauca, en donde parece haber existido en tiempos pasados un gran lago, cuyas aguas servían a los habitantes, así como también cerros peñascosos conocidos con el nombre de Farallones de Caramanta, que se presentan como torres aisladas y lo mismo el que llaman Cerro-amarillo, que se asemeja a una fortaleza elevada sobre una eminencia. Los llanos por donde corre el Cauca son el lecho de un antiguo lago que tenía a derecha e izquierda planos inclinados, por resulta de los consecutivos acarreos de tierras desprendidas de los cerros circunvecinos por las aguas pluviales, que en su curso hacia las partes inferiores traían capas vegetales, preparando así a las futuras generaciones un terreno feraz. Estos llanos hoy desiertos son malsanos, pero dejarán de serlo con los derrumbes de los viejos árboles que darán lugar a la ventilación para destruir los miasmas deletéreos producidos por la putrefacción y evaporación de las materias orgánicas sujetas a una temperatura media de: 26 del centígrado, que asciende a veces hasta 30 sin bajar nunca a menos de 20. En el llamado paso de Caramanta, el Cauca se encuentra a 620 metros sobre el nivel del mar y se teme su tránsito a causa de las emanaciones malignas que a dicho punto lleva la hoya del Poblanco encerrada entre cerros y cercada por una vegetación crecida y fatal. Parece que el antiguo lago comunicaba con el que estaba donde es hoy la capital de Antioquia y también con el país de Sopetrán. Sus diques debieron indudablemente romperse cuando el volumen de agua que abandonó el extenso valle de la Provincia del Cauca se precipitó sobre él y desbordándose por sobre las barreras que lo contenían, se abrió campo hacia las partes bajas de Cáseres, a donde casi va a terminar la cordillera central de los Andes granadinos. Las peñas desmoronadas que se ven cerca del camino del paso de Caramanta a Fredonia, que son prolongación de las que dominan esta última, en cuyas cercanías se eleva el Cerro-bravo en forma de pan de azúcar, parecen haber sufrido grandes trastornos. No muy lejos y en la misma línea, está el cerro del Sillón; más adelante, después de una depresión notable de la roca viva, se eleva como un obelisco el singular cerro de la Tusa, que se alza a 250 metros sobre los otros que le sirven de base, y que van perdiéndose por planos inclinados en las llanuras del antiguo lago. Si admirables son en realidad estos cerros que se alzan en tan pintorescos como variados paisajes, no lo son menos las caprichosas configuraciones de los que se elevan entre Titiribí y Amagá, y entre este cantón y Heliconia, que es la parte de territorio que forma el principio del cuello del águila. Es este el país más raro por sus formaciones primordiales y secundarias, intercaladas las unas en las otras; la roca ígnea al lado de la sedimentosa, el oro al lado de la hulla, esta al lado de las fuentes salinas, yodíferas y bastante saturadas. Esta es la antigua comarca que los conquistadores llamaron pueblo de la Pascua y de Munguía, donde abundaba la sal, que los naturales extraen bien, aunque toscamente. Los cerros de estos lugares ostentan diversas formas: el Corcovado sus peñas inclinadas; el de la Candela, desmoronado por la acción del agua, cuyos fragmentos de todos tamaños salen de la roca porfídica, en los cuales se encuentran cristales de anfibolio bien conservados. En su cima se encuentra muy descompuesto el pórfido, el terreno todo quebrantado e inmensas masas de roca removidas de su lugar; en sus fragmentos se halla el oro con una arcilla amarillenta, que llaman azufre; diríase que es una mina de aluvión descansando sobre la roca misma en que se formó, y que ha sido levantada por una fuerza volcánica produciendo la cumbre de un cerro. Son dignas igualmente de atención las rocas areniscas (gres), parecidas a las de Supía y de Guaca, encerradas entre el pórfido. Por la estructura de los cerros con picos elevados y las profundas quiebras que los separan, parece como si el fuego subterráneo hubiera obrado después del levantamiento general de la masa primitiva,, rompiéndola para hacer salir a la superficie porciones considerables. En este país se encuentran extensos minerales de hulla, pastales excelentes, ricas salinas y multiplicadas vetas de oro, no menos que climas sanos, tierras muy bien cultivadas y una población infatigable y emprendedora. El viajero halla las abundantes y bien elaboradas minas de oro en Titiribí; de sal en Guaca y Fredonia, cuya elaboración favorecen considerablemente los anexos depósitos de hulla que se explotan muy bien. La aproximación de estos lugares, que al mismo tiempo ejercen la industria minera, la agrícola y la de las crías, al muy poblado y rico valle de Medellín, donde están la capital y los hombres pudientes, cuya riqueza en circulación anima la industria siempre creciente de esa población activa y trabajadora, ha influido poderosamente en que parte de sus habitantes hayan pasado al Cauca a hacer producir las tierras incultas de la antigua Caramanta despobladas por los conquistadores. El resto del prolongado cuello del águila que hemos dicho, representada por el territorio de esta Provincia, está ocupado por parte del cantón de Medellín y precisamente el antiguo valle de Aburrá, fértil y bien poblado por los aborígenes, y emporio ahora de la agricultura y del comercio de estos países. De cualquiera de sus puntos que se llegue a las cordilleras que encierran este hermosísimo valle, se encuentra un paisaje pintoresco y sorprendente, como que a la vez se alcanzan a ver cinco o seis pueblos, multitud de casas de recreo y caseríos esparcidos en las llanuras o en las faldas de los cerros que bajan a perderse en ellas. El contraste de los variados colores de la caña de azúcar, las papas, las arvejas, los bosquecillos de plátano, los árboles frutales y la multitud de sauces regados en contorno de las más bellas praderas, es de un efecto magnífico. Completa la belleza del cuadro el río de Medellín, más abajo denominado Porce, cuyas aguas ruedan sobre arenas de oro. Sentada sobre sus vegas se mira a la ciudad de Medellín, cuyas calles aseadas y tiradas a cordel, están divididas en ángulos rectos; sus fábricas anuncian el bienestar de aquellos habitantes. Las manzanas de la ciudad están decoradas por las grandes copas de los árboles que se extienden sobre las calles, de cuyas paredes penden f estones de jazmines y de rosas. Los bien formados jardines que adornan los primeros patios de las casas, dan una idea del buen gusto de sus moradores, así como el interior de aquéllas indica la riqueza y comodidad de éstos. Este valle, que se prolonga por cuatro leguas más allá de Barbosa, encierra 11 distritos parroquiales, cada uno de los cuales está bien poblado, hallándose en ellos, en medio de las flores, árboles frutales y ricas sementeras. Puede muy bien decirse, que este valle es un panorama hermosísimo, encerrado por dos cordilleras de casi igual altura, de que a veces se distinguen los picos, viéndoselas otras veces cubiertas de pastales, y más frecuentemente vestidas de una lujosa vegetación. El resto del cantón de Medellín forma el pecho del águila, y aunque al principio está habitado y tiene ricos minerales de oro, en medio de una serranía diversamente ramificada, cuyas bases sientan sobre el tortuoso río Nare, y que abundan mucho en ese mismo metal, el resto es un país desierto y montañoso, entre ese río y el Nuz, pero con bastante oro de aluvión. Recorre y fertiliza un hermoso valle, sobre el cual se pierden en planos inclinados los estribos de la cordillera que lo limitan, ya con pajonales, ya, que es lo más común, con una vegetación vigorosa, siendo su clima insalubre, a causa de una hondura en extremo húmeda y calurosa. Cuando este valle sea ocupado, ya por la población creciente, ya por la inmigración, y estén cambiadas en haciendas productivas sus selvas vírgenes, mudándose por su puesto también el clima, esta comarca se transformará en un valle riquísimo, como que sus moradores transportarán sus productos por el río hasta cerca del Nare, y con un corto camino podrán embarcarlos por este río para que vayan al Magdalena. Las malas trochas que de este último conducen hoy a Medellín, y que han mantenido por tanto tiempo desconocido este bello cuanto rico país, serán pronto sustituidas por las vías comerciales que la naturaleza ha preparado, pasando por el interesante vallecito de Amalfi, para de allí buscar el Magdalena, aprovechando una parte de la navegación que a estos habitantes ofrece el río de San Bartolomé o Caño-regla. El progreso de estos países será extraordinario cuando los caños conduzcan las mercancías en 3 días a Amalfi, y en otros tantos a Medellín, y entonces las abundantes minas de oro, que hoy no pueden explotarse por los crecidos gastos de conducción de víveres, podrán ser trabajadas, porque la agricultura se extenderá por las rutas comerciales, dará vida a nuevas poblaciones, y unida a la minería enriquecerá estas comarcas. El viajero contemplará con satisfacción el movimiento comercial del lugar donde estaba el antiguo lago de Aburrá, al retrollevar su imaginación a los lejanos tiempos en que las aguas se encumbraban a 150 metros sobre el nivel actual de la ciudad de Medellín, como lo demuestran, a no dejar duda, las señales que han quedado en los cerros, precisamente en el camino por donde bajaron los conquistadores al valle, viniendo de Guaca (la antigua Munguía), que hoy llámase Fredonia. Ninguno de los lugares en que existen actualmente pueblos pudo estar en aquella época habitado por la raza indígena, por cuanto que las aguas se extendían desde más arriba del actual Caldas, hasta más abajo de Barbosa, alzándose hasta una altura considerable, y reposando tranquilas en aquella prolongada y estrecha cuenca, de modo que sus únicos habitantes debían ser los peces, y estos mismos reducidos a pocas especies, puesto que no tenían comunicación con otros lagos superiores ni inferiores, ni con ríos que pudieran conducir otras familias acuáticas. Como los cerros se aproximaban tanto que sus cumbres distaban solo una legua entre sí, y las más lejanas tres, es evidente que el acarreo anual de las tierras que las frecuentes lluvias desprendían de la faldas, venía a unirse en el fondo del estanque, y éste, como era natural, debía levantarse hasta que con el transcurso de los siglos, siguiendo siempre el mismo acarreo, llegó la época en que las aguas se elevaron a una altura mayor que la del dique boreal que las contenía, y demoliendo parte, se precipitaron en cascadas a los puntos más bajos, abriéndose cauce hacia las llanuras de Zaragoza, donde concluye casi la cadena central de los Andes granadinos. De manera que las aguas iban descendiendo de año en año, como que, asimismo, de año en año debía rebajarse el dique ya desmoronado, hasta que quedó en seco el lago, dejando su lecho para deliciosa morada del hombre. Habitáronla, primero los indígenas y en seguida los conquistadores. En el camino de Amalfi a Clara o Carolina, hacia el punto en que se pasa el Porce por un puente, a la altura de 194 metros sobre el nivel del mar, se ve patentemente la ruptura en la cascada, que todavía tiene hoy, por la cual se precipitaron en tumulto las aguas, golpeándose de roca en roca, cuyas paredes alisadas por la acción continua de las olas, parecen paredones de altos edificios, entre los multiplicados arcos iris que forman la perenne lluvia que hace levantarse el choque seguido del oleaje. Esta lluvia, herida por los rayos de luz, representa los colores primitivos en arcos concéntricos, cuya posición varía según que se eleva o que baja el sol, que ve muy bien el espectador; admirando al mismo tiempo la fuerza del agua que en el transcurso del tiempo ha excavado y labrado las inmensas rocas de sienita porfídico, la cual formación es la dominante en esta Provincia. El cantón Nordeste representa el resto del cuerpo, la cola y un ala abierta del águila. Es tan extenso como rico en minerales de oro, como que no hay en él ríos ni quebradas que no arrastren arenas de este precioso metal. En los mismos cerros se lo encuentra diseminado entre la tierra, pareciendo que antiguos aluviones, han cubierto este país en todas direcciones, o bien que las vetas auríferas, descompuestas por la fuerte acción de los agentes químicos de la naturaleza, se han pulverizado, llevándose consigo las partículas de oro, que antes contenían cristalizadas en sus intersticios. A causa de lo bajo del terreno, aunque casi todo es quebrado y onduloso, de los espesos bosques que cubren una capa vegetal no muy gruesa, del calor abrasador que reina constantemente, mitigado apenas por el fresco de las noches, y, en fin, de las frecuentes y copiosas lluvias que en distintas épocas del año se descargan en estos lugares, s~ ha retardado la época en que sean habitados, a pesar de que convida la riqueza de su suelo casi virgen, que ha hecho superar los obstáculos de una naturaleza tan poco propicia. Empezó el hombre a situarse en los puntos que le parecieron más ricos, yendo adelantando poco a poco hasta las antiguas ciudades de Remedios y Zaragoza, fundada la primera el 15 de diciembre de 1560, por Francisco Ospina, y la segunda, llamada Zaragoza de las Palmas, por el Gobernador de Antioquía, Gaspar de Rodas, en 1581. Estos antiguos lugares que gozaban del título pomposo de ciudades, en medio de un desierto, no pudieron progresar por lo pestífero del clima; solo era dado a la raza africana habitarlos impunemente; ella sería la única moradora de estos sitios auríferos, a no ser por la actividad de los blancos. Estos, que habitan principalmente partes del sur y del centro de esta Provincia, se hallan dotados de una rara inteligencia y de un grande espíritu de empresa y de especulación, desde los pudientes hasta los hombres del pueblo; así es que se ven individuos sin más recursos que su trabajo personal, acometiendo empresas de agricultura o minería con un valor y una constancia admirables; sin amilanarse por los reveses de la suerte, hasta llegar a un éxito feliz a fuerza de perseverancia. Los más acomodados son más prudentes en sus empresas, como que temen arriesgar el fruto de su trabajo y de sus ahorros, pudiendo notarse que, en virtud del mismo amor propio bien entendido, que los hace laboriosos y emprendedores, llegan acaso en ocasiones a no considerar en todo sino sus propios intereses. Hay, a pesar de esto, en Medellín, una cosa altamente honorífica para sus habitantes y en especial para el bello sexo, cosa que evidencia no ser incompatible el amor del lucro y la caridad cristiana. Esta cosa es un hospital admirable por su buena dirección, su orden y su acertada administración. Gran número de las más respetables señoras se dedican en él espontáneamente, y con una piedad ejemplar, a asistir a los enfermos, consolarlos y prodigarles todos los auxilios que una cuidadosa madre pudiera proporcionar a sus hijos. Este espectáculo, magnífico en cualquier lugar, es además admirable en el que se presenta, cuyos aires de grandeza son puramente monetarios. Un escritor extranjero residente muchos años en este país, M. Carlos Greiff, consagra en sus apuntamientos geográficos de este país, la misma opinión que acabamos de emitir, y llama a sus habitantes los verdaderos yankees, a causa de su genio especulativo; nombre que, a pesar de faltar a los acomodados la firme decisión y la actividad de aquéllos, les viene bien comparándolos con los demás pueblos de la Nueva Granada. El hombre de campo, sea agricultor o minero, procura siempre ser propietario, como condición indispensable para ser independiente. Los hombres se casan de 15 a 18 años de edad y las mujeres de 11 a 14, lo que prueba la confianza que abrigan de obtener la subsistencia para sí y para sus crecidas familias, merced a su labor e industria. Estos rasgos de índole moral y social, son de las tres Provincias en que se dividió Antioquia, puesto que dicha división no será nunca sino política comoquiera que las tres Provincias no formarán nunca sino un solo grupo, con idénticos caracteres, inclinaciones y costumbres, diferentes en un todo de los de las otras Provincias que llevamos recorridas. Los pueblos del Socorro son más decididos para buscar mejor fortuna en ajenos territorios; los de la antigua Antioquía, por el contrario, no abandonan su país natal, sino que se fijan en sus extremidades en busca de mejores tierras y de mercado mejor; mientras que el antioqueño rico atraviesa los ríos y los mares en pos de negociaciones mercantiles en uno o en otro de los dos mundos. El genial espíritu de asociación que anima a estos hombres, su deseo de enriquecerse lo más pronto posible, la sobriedad que los caracteriza, sus costumbres puras y su valor y perseverancia en las empresas, los han hecho explotar desde tiempo atrás la parte baja del Porce; pero solo de doce años acá es que han formado poblaciones, las que están a las inmediaciones de ese río, llamado por el mismo M. Greiff, el Pactolo de los antiguos. Entre todas descuella la villa de Amalfi, fundada en un hermoso y pequeño valle, lecho de un antiguo lago desecado. Hace doce años que era un espeso bosque no frecuentado, cuando el presbítero Juan José Rojas Muñoz, Cura de una corta población situada a una legua de distancia sobre el Riachón, le agradó el valle, abrió una pica y edificó una capilla y su casa, forzando así a los habitantes de aquel lugar minero a ir allí, para asistir al sacrificio del altar. Poco a poco logró con sus insinuaciones y sus predicaciones juntar ahí a los vecinos, hasta que hoy este punto es ya cabecera del cantón Nordeste, tiene varias tiendas, casas de teja, buena iglesia y es el centro de un comercio activo con los mineros. Hanse convertido en terrenos sanos y feraces las antiguas selvas, preparando así abundantes cosechas a los que hacen la explotación de los ricos minerales que se encuentran por todas partes. Contando con esta nueva población, hanse abierto varias vías de comunicación con los lugares más auríferos conocidos hasta ahora hacia las partes lejanas, como son Vetilla, Maba, Clara, Bolivia, Cristales y Bagre. Amalfi ha llegado a ser un punto importante, donde tienen sus dependientes los ricos de Medellín, que, o bien trafican con mercancías, o hacen anticipaciones de dinero para las nuevas especulaciones agrícolas y mineras. Estando a 1.475 metros de altura sobre el nivel del mar, puede comunicar fácilmente, por su posición geográfica, con el país aurífero por excelencia de Santa Rosa, de la Provincia de Antioquia; con todo el de su cantón, y además con la capital de Medellín, por medio de un camino carretero que puede abrirse proporcionado por la naturaleza, en las faldas y los flancos de los cerros de la hoya del Porce. Estas ventajas le proporcionan grandes progresos, que lo serán más si se abre la vía que la buena suerte le ha procurado para comunicar directamente con el Magdalena por unas lomas de la serranía de la Ceja, que van a terminar en las llanuras sobre el río San Bartolomé, llamado también Caño-de-regla, el que ofrece muchas leguas de navegación hasta las barrancas del gran canal natural de la Nueva Granada. Cuando Amalfi vea llegar por la vía comercial los cerros desde el Magdalena, para pasar luego a Medellín como punto intermedio, podrá progresar del mismo modo que lo ha hecho la capital, pues que su clima es sano y delicioso, e inmejorable su posición comercial. Está en el centro del país aurífero, en medio de terrenos cultivables, cerca de ricos minerales, a las inmediaciones de las llanuras ligeramente onduladas del Caucán, muy propias para la ceba de grandes rebaños y la cría de mulas, y gozando además de aguas perennes. No dista tampoco de las feraces llanuras del Magdalena, que serán pronto cultivadas cuando se active el comercio por esta vía, puesto que entonces el habitante de aquellos ardientes lugares, estimulándose con el progreso de los de la serranía, que podrá visitar con frecuencia, no se dedicará solo al simple cultivo de algunas matas de maíz, sino que hará grandes siembras, cuyo producto cambiará por el oro de estas comarcas casi incomunicadas hoy con las riberas de este río importante. Puede decirse que solo es habitada la línea que describe la parte superior del cuerpo del águila con que figuramos esta Provincia, junto con una pequeña extensión cerca de Remedios. Casi todo lo demás está enteramente desierto, y solo va un mal camino de este punto a la bodega de Reglas. Por el centro del ala del águila pasa el río Nechí, cuyas orillas son explotadas por los habitantes de la antigua Zaragoza, arruinada varias veces por los incendios a causa de tener sus casas entechadas de palmas. Hoy cuenta ya dos espaciosas de tej a, ejemplo que debieran seguir todos para evitar las destrucciones del fuego. A pesar de su mal clima, Zaragoza será siempre un punto interesante, por hallarse en las orillas de un río navegable fácilmente, que tiene cerca minas de carbón mineral, que lleva abundantes arenas de oro, y en cuya vecindad se encuentra este metal, en muchos parajes. Grandes embarcaciones traen desde la Provincia de Mompós, víveres, licores y géneros, llevan el rico mineral, que, recogido en todas partes por los llamados mazamorreros, va a dar a la mano de los comerciantes establecidos aquí, los que aguijoneados por el deseo del lucro, exponen su existencia, o a lo menos arrastran las fiebres intermitentes casi periódicamente. Los habitantes de esta región calurosa, son descendientes de los esclavos que trabajan en las minas, o de la raza que habita las orillas del Magdalena, que aquí, como allá, prospera; pero que carece de la actividad y del amor propio de los habitantes de las tierras altas, por lo que serán menos rápidos sus progresos, hasta que una nueva generación más ávida de comodidades, adelante más en su instrucción personal, y se aplique más al trabajo de las minas, sin descuidar la agricultura. Cuando estas llanuras, ricas por su limo fértil, den grandes cosechas, no solo de comestibles, sino de esos y otros productos exportables, entonces será cada día más rico el minero por el precio inferior de la subsistencia, y la agricultura prosperará con rapidez, no solo por la venta fácil y pronta de sus productos, sino porque los extranjeros le pagarán con usura las cosechas de cacao, café, azúcar, añil, algodón y tabaco, que desde las haciendas se pueden embarcar en los vapores que algún día surcarán estos ríos. No es agradable la perspectiva que representa el resto del país aurífero del Nordeste, pues no se ven sino cerros que van debilitándose más y más hasta perderse en las dilatadas y desiertas llanuras del Magdalena o del Nechí, cubiertas de árboles gigantescos. Las muchas quiebras por donde corren los ríos y quebradas que llevan en sus arenas pajitas de oro cristalizado en varias formas y tamaños, están yermas, y son casi desconocidas. Desde las alturas del Cerro-grande, el alto de la Tetona o de la Ceja, puede el espectador medir el dilatado país enteramente desierto. Parece un océano de verdura que se confunde con el horizonte, distinguiéndose apenas, en perspectiva remota, en los días despejados, las cordilleras de Ocaña, bajas en extremo a causa de la gran distancia. Este solo cantón pudiera formar una vasta Provincia, al estar habitado como las del Norte de la República. Su población apenas costea las inmediaciones del Porce y de Remedios; ocupa una extensión de 659 leguas cuadradas, que forman el cuerpo, el ala desplegada y la cola del águila. Representa la mayor parte del cuello y el pecho el cantón de Medellín, de 108 leguas cuadradas, y la cabeza con el principio del cuello el de Amagá, de 140 leguas cuadradas; formando un total de 907, extensión mayor que las de las Provincias de Tunja, Tundama y Vélez. Descritos así los tres cantones de la Provincia, sería bueno examinar el territorio bajo el punto de vista geológico, si esta ciencia nos fuera familiar; pero no siéndonoslo, procuraremos solo explanar nuestras ideas, tomando por guía, en cuanto a caracteres y variaciones mineralógicas, al sabio Boussingault, que hizo una excursión geológica en la antigua Antioquía. Veremos, si es posible, aclarar algunas dudas sobre puntos interesantes, dudas que ocurren a primera vista, y que solamente nuestro geólogo, el malogrado general Acosta, habría podido resolver científicamente. En las memorias que el señor Boussingault presentó al Instituto de Francia, publicadas por el general Acosta, dice: “Que el terreno dominante de la antigua Antioquia es el sienita. Esta roca pasa en algunos puntos al grustein, y las ricas minas de oro de esta Provincia existen generalmente en este terreno de sienita grustein. El oro se encuentra frecuentemente diseminado en un grustein porfiditico, y algunas veces también en filones de cuarzo granujiento. En partes se ve el gneis salir de debajo del terreno sienítico; este último está en relación con algunas calizas granujientas y esquistos negros que sin duda son deformación intermediaria. Esta formación, que parece constituir una gran parte del valle del Cauca, sostienen aquí y allí algunos depósitos de origen más reciente, como por ejemplo la arenisca roja antigua. Como la Salina de Guaca está situada en un ramo de la cordillera, que separa el río Magdalena del Cauca, es probable que ella pertenece a los depósitos de yeso de época más antigua: poca duda puede quedar de ello si se atiende a los fragmentos de yeso anhidro y de hulla esquistosa que se encuentran en Guaca, como en Zipaquirá, Tausa, Cumaral, (llanos de San Martín); el terreno salífero reposa inmediatamente sobre la arenisca roja antigua”. En otra parte se expresa así: “las fuentes saladas sobre las cuales me propongo llamar por un momento la atención de los geólogos y de los químicos, presentan un doble interés. Bajo el punto de vista geológico, es curioso ver salinas independientes, por decirlo así, de la naturaleza de los terrenos, mostrándose a la vez en las rocas más antiguas y en los depósitos más modernos, y cuyo origen es coetáneo con el de los Andes; en una palabra, salinas que deben considerarse como resultado del levantamiento de las rocas cristalinas que constituyen estas masas gigantescas. Bajo el punto de vista de salubridad, estas salinas son de la más alta importancia”. Más adelante prosigue: “son muchas las salinas que se trabajan en la Provincia de Antioquia, pero las más importantes son las de Guaca, cerca del valle de Medellín. El valle de Medellín presenta un terreno sienítico muy extenso, y en Guaca la sienita cubre una roca arenisca de origen muy reciente. Es una arenisca compuesta de fragmentos de cuarzo grueso en los estratos superiores y muy menudos en los inferiores. Esta arenisca existe en estratos horizontales y contiene depósitos de lignitos, que pasan algunas veces a la hulla o carbón mineral, pero que otras veces presentan troncos de árboles apenas carbonizados. Todas estas materias carbonosas están muy impregnadas de piritas. El agua salada se extrae de un pozo cavado en la roca, que es una pudinga”. En otro lugar: “la salina de Río-grande, en el camino de Medellín a Santa Rosa de Osos, se encuentra en una hermosa sienita colocada mil metros más arriba de los depósitos de arenisca que se ven en las márgenes del río Cauca. Abundan ejemplos semejantes en la explanada sobre la cual está fundada la ciudad de Rionegro. Al Sur, cerca del pueblo del Cuarzo, se benefician las salinas yodíferas del Retiro. La explanada de Rio-negro está formada por un granito escaso de cuarzo, abundante de feldespato lechoso y de mica negro. Esta roca es sin duda una modificación de la sienita, con la cual está relacionada por grados insensibles. En esta sienita el anfibolio se halla reemplazado por una mica hexagonal, sustitución que tengo a menudo observada en distintos lugares”. Hablando de las salinas de la vega de Supía, confinante con esta Provincia, que salen de una arenisca, dice: “esta arenisca, semejante a la de Guaca, es difícil de caracterizar porque carece de fósiles. En la salina del Peñol esta roca abunda en fragmentos de piedra lidiana. La parte superior de la arenisca está cubierta por una arcilla roja, muy fusible, en la cual se ven vetas delgadas de yeso hidratado. En el fondo de la vega de Supía la arenisca existe en lechos horizontales; mas, hacia las orillas sus capas están más o menos inclinadas, y su inclinación es hacia el centro de la hoya, de manera que parecen haber sido levantadas por las montañas que se ven en forma de anfiteatro circular alrededor del pueblo”. La sienita porfídica constituye el terreno principal de la vega de Supía. Esta sienita es rica en vetas (filones) de minerales y la roca misma es aurífera. Podría presumirse que la arenisca reciente que reposa sobre la sienita porfídica es producida la desagregación de esta roca; a primera vista todo parece autorizar tal suposición; mas, reflexionando se presenta luego la siguiente dificultad, que no permite adoptarla. El pórfido es abundante en oro; las arenas de este pórfido, los aluviones antiguos como los que se forman todos los días a expensas de esta roca, son igualmente auríferas, mientras que la arenisca no contiene ni señales de este metal. El valle de Supía está, pues, cubierto por un terreno aluvial porfidítico que descansa sobre la arcilla roja superior a la arenisca. La parte inferior de este terreno aluvial es riquísima, como que la arena misma que toca la arcilla es la que se beneficia para sacar el oro, mas el minero sabe que al llegar a la arcilla el metal desaparece. En efecto, por más que se ha trabajado, nunca ha podido hallarse oro en la roca fragmentaria. Así, es casi seguro que la roca arenacea no debe su origen al pórfido, en cuyo caso sería difícil concebir que dejara de contener oro diseminado”. Finalmente, en otro lugar se expresa de este modo: “ya he dicho antes que el terreno de sienita y de grustein porfidítico es propio de la Provincia de Antioquía; ahora añado que este terreno comprende también el valle alto del Cauca. Los depósitos areniscos que se ven en aquella región y que por sus caracteres pudieran calificarse como arenisca abigarrada, son quizá más bien pequeñas formaciones locales. De estos depósitos o sedimentos arenáceos, nacen algunas fuentes de agua salada, que tienen su origen en la roca porfídica que le sirve de base, como me lo ha persuadido un estudio detenido de estos terrenos. En muchos lugares el agua sale directamente de la roca cristalina”. Por todo lo expuesto sobre las salinas y el oro, se ve patentemente, que en los terrenos de la antigua Antioquía y del Cauca, que constituyen la cordillera central y la occidental de los Andes granadinos, predominan las rocas feldespáticas. Los pórfidos se encuentran por todas partes y parecen, según los geólogos, formar la transición al terreno granítico. En cuanto a sus pormenores geognósticos, los datos faltan totalmente, y se cree que han sido resultado de una serie de emisiones durante una gran parte del período de las rocas ígneas. El célebre Humboldt opina, que las masas cristalinas compuestas de feldespato y anfibolio oscilan entre el terreno volcánico, el gres rojo y el terreno de transición. Estas enormes masas, pues, que constituyen dos grandes cadenas de los Andes, pertenecen a los terrenos ígneos de la primera época de los geólogos y como porfídicos feldespáticos, intermediarios entre ella y la segunda época de los terrenos sedimentales, y precisamente entre el de transición, el gres rojo y la formación carbonífera. Conocidos estos datos ocurre a la imaginación la idea de si las grandes masas de los Andes granadinos pueden haber salido del fondo de los mares a un mismo tiempo, o en épocas distintas. Si miramos la cordillera Oriental, vemos predominar los terrenos sedimentosos que constituyen la segunda época, y admiramos sus estratos hasta en las regiones de las nieves perpetuas, como sucede en la sierra nevada del Cocuy. El terreno carbonífero se halla en los altos páramos, y en ellos hay también fósiles, amonitas, conchas e impresiones, en fin, restos orgánicos por donde quiera. En muchas partes se hallan salinas yodíferas, y sal gema. Apenas en uno u otro punto se asoma en medio de los enormes estratos, la peña granítica, con excepción de Pamplona y Soto, en las que, además del granito, hay el gneis y el mica esquisto. Las formaciones de sienita y de grustein porfídico, existen solamente en la Baja y Cácota de Velazco; pero en las Provincias de la antigua Antioqueña, en el valle alto del Cauca y en el Chocó según el mismo Boussingault, esta formación constituye todo el terreno en el que hay salinas yodíferas que salen del pórfido. No se encuentran fósiles, ni conchas, ni impresiones, y los pocos grupos carboníferos no se pueden considerar sino como alteraciones accidentales. Parece, pues, que estas dos grandes masas, no se han levantado a un mismo tiempo, porque si hubiesen salido simultáneamente a la superficie de la tierra, debería verse el terreno sedimentoso encima de las rocas ígneas o primitivas, como se observa en los Andes orientales, cuyos estratos testifican un largo período que han demorado bajo las aguas para poder llegar a formar una estratificación, tan enorme. Nada de esto sucede en las cadenas central y occidental, y los cortos depósitos de areniscas de Guaca y de la vega de Supía, parecen, según la opinión del mismo Boussingault, ser más bien pequeñas formaciones locales. Al haber sido posterior al oriental el levantamiento de los ramales del centro y del O., la fuerza espantosa que lo hubiera ocasionado, habría levantado también necesariamente las capas sedimentosas de la segunda época geológica, o bien habría penetrado por ella y volcándola, debiendo encontrarse sus vestigios al pie de los ejes principales de las rocas cristalinas, lo cual no sucede. Si las fuerzas ígneas hubieran penetrado por diversos puntos, en estas grandes masas sedimentosas, y hubieran derramado en estado líquido las formaciones porfídicas, las veríamos intercaladas, en las rupturas, cavidades y grietas del suelo de los terrenos estratificados que hubieran atravesado y estarían estos inclinados o revolcados del todo. De manera que todo hace creer que las grandes cadenas central y occidental, aparecieron antes que la oriental sobre las aguas del Océano, más bien como una isla inmensa que como un continente. En esta grande isla debió quedar una cantidad grande también de agua, en lagos más o menos extensos situados a diferentes alturas, en medio de las montañas paralelas divididas por diques más o menos fuertes que formaban sus extremidades. Tal debe haber sido el origen del gran lago del Cauca y de los de Caramanta, Antioquía, Santa Rosa, Medellín, Rionegro, Nuz, Caucan, Urrao, Murrí, Amparado, Curazamba, y de los pequeños de Ovejas, Riachón, Amalfi y Carolina. Una gran suma de siglos ha debido transcurrirse mientras que se levantaba el terreno de la gran cadena oriental con sus colosales masas sedimentosas, formando un continente de la inmensa isla, y dejando entre el uno y el otro la gran hoya del Magdalena. Al salir del seno de los mares esta enorme masa debió ocasionar la irrupción de las aguas en lo existente; trastornar en cierto modo la configuración del terreno, y puede ser también, ayudar a romper los diques de los grandes lagos de la antigua isla; mientras que otros aparecían como suspendidos en las montañas nuevamente levantadas y escalonadas, según las diferentes cuencas que contenía la masa, en las que se había quedado aprisionada gran cantidad de las aguas del mar. Tales debían ser los lagos de Bogotá y Fúquene, los de Tunja, Leiva, Sogamoso y Santa Rosa, de los páramos de Pamplona, y en el alto Magdalena, El punto de intersección de los dos sistemas de esta parte de los Andes granadinos debe haber sufrido una dislocación en el terreno antiguo o en el moderno, y es de presumirse que se puedan ver los estragos entre Popayán y la Buenaventura. Si así sucediere, podría asegurarse que los Andes centrales y Occidentales granadinos aparecieron sobre las aguas del Océano, antes que los Andes orientales, en los que están hoy las Provincias de Bogotá, Neiva, Vélez y las demás del Norte de la República. CLIMAS En todos los cantones hay partes sanas y partes enfermizas. En Amagá hay terrenos fríos, templados y cálidos. En estos últimos, que se hallan en las márgenes del Cauca, y en la parte baja de San Juan, se está expuesto a las fiebres intermitentes, y son poco habitados. Casi todo el territorio de Medellín es templado y sano; sus partes cálidas sobre el Nuz, y en las cercanías del Nare son enfermizas, y están desiertas, así como también las orillas del mismo Nare. El cantón del Nordeste posee partes templadas y algunas que son frías en las cordilleras poco habitadas; casi la mayor parte habitada es cálida, siendo naturalmente enfermizas las honduras sin ventilación, en medio de una vegetación abundante. A pesar de estos climas diferentes vénse las razas blanca, etiópica y mongólica, gozando de robustez, sin padecer de la papera, y solo uno u otro individuo de la africana con las manchas del carate, que tanto abunda en los lugares análogos de otras Provincias, particularmente en las márgenes del Magdalena en el punto colindante con este cantón. ESTACIONES Llueve en esta Provincia, primero por los meses de abril, mayo y parte de junio, y después en los de septiembre, octubre y noviembre. En el vasto cantón del Nordeste llueve desde la mitad de mayo hasta la de junio, volviendo las aguas a mediados de agosto y siguiendo hasta ya entrado noviembre, pareciendo ser aquí más copiosas que en el valle de Medellín, sin duda por las inmensas selvas que cubren este país. Es durante la época de las lluvias que los caminos se ponen malísimos, llegando algunos a ser intransitables. Donde no se forman profundos lodazales de que apenas pueden arrancar las mejores bestias, se ponen tan resbaladizos que los animales que carecen de herraduras, con dificultad crecida suben o bajan las pendientes de los cerros. A falta de estos estorbos se encuentran las vías encajonadas entre zanjas profundas formadas por las aguas, y tan estrechas que hay que colmar esas zanjas para tener donde sentar el pie. DIVISION TERRITORIAL Hállase esta Provincia dividida en 3 cantones. El de Medellín tiene nueve distritos parroquiales, dos aldeas y seis grandes vecindarios. El de Amagá, nueve distritos parroquiales, dos aldeas y seis vecindarios. Y el del Norte, tiene cuatro distritos parroquiales, cinco aldeas y ocho vecindarios. Fórmase, pues, un total de 22 distritos parroquiales, nueve aldeas y veinte vecindarios, con una población de 77.508 habitantes. El área de la Provincia es de 907 leguas cuadradas granadinas, de las cuales hay 422 baldías y desiertas. Con respecto a todo el territorio, la población se halla en la relación de 85 habitantes por legua cuadrada; pero no considerando sino las 485 leguas habitadas, la relación es de 184 habitantes por legua cuadrada. AGRICULTURA Y MANUFACTURAS Los principales artículos que se cultivan son: maíz, frisoles, arroz, papas, yucas, trigo, plátano, ahuyama, arveja, arracachas, caña de azúcar, de la que sacan azúcar, panela y aguardiente; café, tabaco, algodón, anís, linaza, ajos, cebollas y algunos cocos. Hay bastantes herrerías, en las que se fabrican los instrumentos para la agricultura y la minería. Hay también carpinterías en las que se hacen pianos y muebles de gusto. En cuanto a los trabajos en oro y en plata, pueden competir en finura y pulidez con los extranjeros. Hacen perfectamente caireles bordados en lana o seda, y se tejen especies de fajas muy bien labradas. MINAS El cantón de Medellín posee minas riquísimas de oro en Nudillales, Playa-rica, Curazao, Nuz, Nucito, Sardina y la Vaca. Las tiene también de plomo pero sin explotarlas. El terreno del cantón del Nordeste, es de los más auríferos. Elabóranse las vetas de Clara, la Unión, Vetilla y San Jorge. El oro se saca puro en los lavaderos de Tinitá, Pacoró, Mata, Riachón, Porce, Caracolí, las Gómez, Viboral, Viborita, las Animas, Quebradona, Coloradas, San Roque, los Perdidos, el Cerro, Tigre, Clara, Vélez, Arenas-blancas, Gómez de Vetilla, Volcán, Pescado, Punta, Moná, Quebrada-delmorro, Cruz-de-Aguirre, Quebrada-Sapo, San Basilio, La Gonzata, Timitivá, la Piedra, Romazón, donde se recogen granos y pepitas grandes de oro. En Remedios se explotan las ricas vetas de Bolivia, Cristales y Santa Teresa; y se saca oro corrido en la Honda, Pantanillo, Pocuné, Bagre, Santiago, Santa Teresa, Moná, Utú, Ité, y Tierradentro. En todo el río Yolombó hay oro y muchas minas en Caucán, entre las cuales se encuentran amatistas y una piedra verde afin de la esmeralda. En Zaragoza hay las abundantes vetas de oro, de Cuturú, la Llana, Claras, Malanza, Real, Yobo, Guinea, Playa-mariara, San Pedrito, los Martínez, Pinca, Pantanillo, Pascualito, Santa Martica, Santa Marta, Buenavista, La Raya, Poquera, Toldadero, Caño-abajo, Caño-arriba, Latillo, San Francisco, Santa Bárbara, Camburí, Patos, Machuca, Popales, Playa, Barrita, Juan Negrín, Playón, Culebra, Playa-arriba, Sardina y San Gregorio. Se encuentra hulla o carbón de piedra en Hedionda, y además vertientes salobres, piedra de cal, yeso y fierro. En el cantón Amagá hay salinas productivas y yodíferas, en Horcones, Animas, Poblanco, Río San Juan, Caramanta, y la afamada de Guaca, con abundante carbón mineral que facilita la elaboración de las sales. En Titiribí hay ricas minas de oro, y la del Zancudo, que es la mejor explotada, con la ventaja de una riquísima mina de hulla para los hornos de fundición del metal. En el río San Juan hay hulla, salados y un oro fino en las arenas del río. La producción minera de esta Provincia, es de 1.360.000 pesos anuales, en esta forma: 250.000 el cantón de Medellín; 810.000 el del Nordeste; y 300.000 el de Amagá. TINTES, MADERAS Y PLANTAS PRECIOSAS Los grandes bosques que cubren la mayor parte de esta Provincia, abundan en producciones varias, tanto de tierra templada como de tierra cálida; se enumeran conocidas hasta ahora: MADERAS DE LUSTRE Guáimaros, excelentes para bastones, gateado, con venas y colores diversos, laurel comino, seino, nazareno, pananeo morado, para muebles de gusto, guayacán polvillo, cedros blancos y colorados, amargos y dulces, el avinje, que tiene la propiedad de no romperse, martin-doble, para bastones, laurel, yucito y membrillo. PARA CONSTRUCCIÓN El canelo, que se conserva en el agua sin podrirse, el puente, eterno en la tierra, castaño, el chupalo, incorruptible, chaquiro blanco, yayo-pino para casas, zaragoza, para barras de casa, carade-fierro y culo-de-fierro, para lata de bogas; hediondo, para canaletes, que no se corrompe en el agua, totumo-mayordomo, cambo, algarrobito, para masas de trapiche, cuero-de-sapo, cuya corteza se petrífica en el fuego con el hierro, almendro silvestre, quimilá, caunse, para dientes de trapiche y masas, bayabarba, naranjo y aguacate silvestres, caimito, balso, que da lana como la ceiba, barrablanca, carbonero de dos clases, uva de manteca o fresno, cartagtleño, cañafístola, guaduas, caracolí y algarrobo, cuya fruta verde sirve de emplastro para las roturas. PARA TINTES Añil silvestre, bejuco de buey, que da tinta negra; mora, limpiadientes, que da un color de rosa, sangre de drago, brasil, guayaquil, que da tinta colorada, yagua, tinta de los indios, cuyas hojas cocidas dan colorado. La fruta del roble da negro, guarubosel, morado, achirilla, el amarillo, y azafrán. RESINAS Algarrobo, que sirve para alumbrado, caraña, tacamaca, estoraque, copey, yobo, suelda con suelda, yanuro, cuya resma sirve para descomposiciones, punta de lanza, que da resma como lacre y pegajosa, aceite Maria, que da resma para llagas y los histéricos y nerviosos. PLANTAS MEDICINALES Zarzaparrilla, cedrón, vainilla, anis, fresno, que da aceite para medicamentos, aceite canime, guaco de tres clases, orejón, cuya raíz sirve para la vista, machacado con un poco de alumbre, saúco cimarrón, malva, palo de vaca o perillo, bejuco de agua, tamarindo, cañafístola, cañaflota, para pócimas, zábila para el mismo efecto, tuna de penca, fique, barba de piedra, guacharaco, yerbabuena, aguacate cimarrón, que hiede como aceite y sirve para alejar las cucarachas, quemándolo en las cocinas, dormidera, pica-pica, yerba de vidrio, caballera, que sirve para la gonorrea, ruda, cardo-santo, yerbamora, salvia, bejuco de anís, que sirve para baños en la cabeza, por reumas, piñones, avellana, arbusto que sirve para purgar con una o una cuarta parte, caspín, árbol que sirve para el pecho, itamo-real que sirve en tallos para fresco, y las hojas para dolores ventosos, caliente y sobando exteriormente; gaveche, arbusto para frialdad en los huesos, llantén, guimbombó, refrescante para comer en sopa y ensalada, papayola, como papaya, la hoja la usan para viento y la leche para lombrices, maquimaqui, muy amargo todo él y venenoso, copachí, como la quina, la flor y la cáscara, y ésta sirve también para llagas, y además todas las resinas las aplican para remedios. PALMAS Mil pesos, que da aceite para peinarse y para enfermedades, maquenque, útil para corrales, caña mata-culebra, palmita para cercar, iraca para sombreros, palmamagué, corozo, de la que sacan cantidad de aceite, corumuta, de la que es buena la fruta para comer, rabiahorcado, para casas, palma real, barrigona, chonta, que da macana negra para bastones, y sirve para las casas, carrizos o popas. FRUTAS Ciruela, uvas de parra, mangos, naranjas, limones, cocos, icacos, granadilla, papayas, guayabas, guayaba de sabana, guanábana, almendras, poma-rosa, aguacate, piña, zapote, caimito, guamos de varias clases, perchas, granadas, patilla, melones de olor, anón casero y montuno, chupo, árbol grande y de buena fruta, curubito, que da una granadilla larga, madroño, árbol con fruta ácida, sirpo con fruta, y la hoja para pulir maderas. ANIMALES SILVESTRES En las montañas se encuentran leones, tigres, oso hormiguero, oso palmero, monos, titíes, micos, ardillas, puerco espín, gran bestia, parecido al tití y blanquito, danta, bandadas de zahínos, marimondas, zorros, zorro chucha, zorro mochilero, tejón, parecido al zorro y es el lobo de estos países, tigrillo, guardatinaja, venados, neques, parecidos al guardatinaja, nutrias, lobos, especie de lagarto que se come los pollos, iguana, lagartos, guataquí, que es una especie de lagarto que anda sobre el agua, perico ligero, comadreja, lobo, cosumbo, como zorro y mata los perros, perro de monte, marrano de monte, vaquiros, ratas, ratones y ratoncitos. VOLÁTILES Paují, pavas, perdices, codornices, corcovado, guaco, tórtolas, guarúmeras, torcazas, palomas, gavilanes, águilas, aguiluchos, halcón, arrendajo, grupéndola, cohingulo, cocinera, carpintero, palma de la virgen, loro, pericos, gallo de monte, firigilelo, firigí.ielo negro, ave del paraíso, luna y sol, tominejos, de muchas variedades, cardenales, sangre toro, valdivia, especie de gavilán, murciélagos de varias clases, garzas, tangas, pato aguja, pato real, lechuzas, golondrinas, gallinazos, gumas, lauras u oripopo, turpiales, cucarachero, azulejo, y hay también verdes y colorados, checas, canarios, yobofo negro, comedor de maíz, soledad y el afrechero doméstico. PESCADOS En el río Nechí abundan estos pescados: bagre, dorados, tetudos, bocachicos, picudo, chango, barbudo, coroncoro, sardinas, arenques, bentón, anguilas, doncella, bagre sapo, capitán, mazorca, bagre blanco, casón, mojarra, mayopa; además hay tortugas, morrocoy, icoteas, galápagos, cangrejos, camarones, bayas, torpedos, babillas y caimanes. CULEBRAS La más venenosa es la corocorá, que tiene cuatro patas y la cresta como un lagarto, cascabel, mapanare, tigre, corales, guarda-camino, patoquilla, pequeña como hojita y muy venenosa, biní, arará, bejuco, mapanare de agua, lobo machete, traga-venado, boa, cazadora, toche, víbora, yarrona, equis, yerga, raboají, reina, ciega y coclí. INSECTOS Escorpiones, araña mata-caballo, alacranes, cien-pies, zancudos, mosquitos, jejenes, chinche, comején, pito, cucarachas, abureñas, hormigas de muchas clases, abarjono o barchaco, garrapatas, naivies, coloraditos, sansaguatas, más pequeños que los coloraditos, niguas y gusanos. COMERCIO INTERIOR De la Provincia de Córdoba: reciben, cera de laurel, ganado, queso, mantequilla, papas, frisoles, marranos, algunas veces maíz, oro, verduras, maderas, sales, harina y plata; y dan en cambio: plátano, yuca, frutas dulces, azúcar, panela, a veces maíz, mercancías extranjeras y del país, cacao, arroz, café y plata. En Antioquia, reciben de esta Provincia: cacao, sombreros, cocos, azúcar y frutas; y dan: alpargatas, y plata en retomo. De la Provincia del Cauca: reciben, mulas, cacao, caballos, tabaco, marranos, anís, ropa de Pasto; y dan: plata, oro y algunas mercancías. De la Provincia de Mariquita: reciben, tabaco, ganado, mulas, cacao, dando oro y plata. De la de Ocaña: reciben anís, en cambio de dinero. Con Bogotá, el comercio es de ropa del país, fierro de Pacho, mulas y avíos de montar; dando oro en cambio. Este comercio con el interior de la República, representa en valores de cambios recíprocos casi un millón de pesos. COMERCIO EXTERIOR Se hace directamente con Francia, Inglaterra y Estados Unidos, llevando allá oro en pasta o en polvo de 22 quilates, y trayendo toda clase de mercancías secas y caldos. Anualmente pasa de dos millones el oro que va a los mercados europeos directamente de esta Provincia; y se puede considerar - el giro comercial que lleva el retorno. Esto no debe parecer extraordinario si se considera que el producto minero de esta sola Provincia, es de 1.360.000 pesos, y que la producción agrícola monta, al valor del mercado de los diferentes puntos donde se expende, a 3.773.025; con los’ cuales debe vivir, vestir y dar aumento si sus empresas los individuos de ‘toda la Provincia. PARTICULARIDADES El pintoresco valle de Medellín era en otros tiempos un prolongado lago cuyas aguas alcanzaban a la altura de 150 metros sobre el nivel de la capital. La rotura se verificó cerca del paso del Porce, en el camino de Amalfi a Carolina o Clara, y en el día se precipitaii aún las aguas por saltos seguidos, estrechadas entre enormes rocas, en las que reflectan los arco-iris del turbulento Porce. Los puntos de Amalfi y Río-arriba eran también pequeños lagos que se desaguaban al Porce, y se ven todavía deslizarse de una inmensa altura, por un plano extraordinariamente inclinado, las aguas del Riachón convertidas en cascada. Todo el terreno del Caucán son restos de un extenso lago, y sus tierras desmoronadas, pero aniveladas en las cumbres, lo demuestran, y su desagtle se efectuó cerca de la boca de Quebrada-honda. Los llanos de Caramanta demuestran el asiento de un lago que se rompió con la irrupción de las aguas del Cauca. Son particularidades los cerros Babo, Tusa y Casillo, como el Amarillo y los Farallones, y dignos de la atención del geólogo los de Guaca y Titiribí, en los que alternan las rocas ígneas con las sedimentosas, y al lado del oro está la hulla, aquél en vetas horizontales y éste en vetas verticales. CERROS DE LA PROVINCIA Altura sobre el mar Farallones del Citará 3. 300 Alto Canoa 2.750 Alto Romeral 2.779 Alto San Ignacio 2.730 Alto Obispo 2.610 Boquerón 2.548 Alto Santa Elena 2.600 Alto Chuscal 2.432 Alto las Cruces 2.360 Alto Caracolí 1.339 Cerro Bravo 2.310 Alto Candela 2.147 Alto Quiebra del Toro 2.173 Cerro Tusa 2.106 Cerro Mamotá 1.990 Cerro Grande 1.985 Cerro Tetona 1.550 Cerro Verdugo 1.800 Alto Corral 1.908 Cerro Patiburá 1.750 Alto Riachón 1.704 Alto Habana 1.945 Alto de la Ceja 1.636 CANTON MEDELLÍN SITUACIÓN, CONFINES Y CLIMA La ciudad de Medellín, capital de la Provincia de su nombre, trae su origen del pueblo de Aná, fundado en el antiguo valle de Aburrá, cerca del lugar en que está hoy edificada, en virtud de real cédula, expedida en Madrid a 22 de noviembre de 1674. Su posición es bella y el valle pintoresco, sobre todo si se mira el conjunto desde el alto de Santa Elena. Se encuentra en la latitud de 6 5’ 16” N. y en la longitud de 1 34’ y 30” al Occidente del meridiano de Bogotá, a la altura de 1.541 metros sobre el nivel del mar. Está situada a la orilla del río que lleva el mismo nombre y más abajo el de Porce, casi en el centro de los pueblos que ocupan el antiguo lago desecado y que hoy forma uno de los más hermosos valles de la República. Confina el cantón al N., con el llamado del Nordeste, al 5., con el de Amagá, por una parte, y por otra con los cantones Rionegro y Marinilla, al E., con el mismo Rionegro, Provincia de Córdoba, y al O., con los de Sopetrán y Santa Rosa de la Provincia de Antioquia. El límite con el cantón Nordeste es delineado por el río Nuz y la quebrada Porcesito. La quebrada de Angeles, el río Medellín y el filo de una loma la separan del de Amagá. Una cordillera es de Rionegro, y el río Nare de éste y del de Marinilla. Otra cordillera separa los de Sopetrán y Santa Rosa. El clima de todo el cantón es templado y sano en los cerros, o frío, y en las orillas del Nuz y del Nare, sobre todo abajo hacia el Magdalena, es caliente y enfermizo. En la capital la temperatura media es de 20 5, del termómetro centígrado; el máximum de calor llega a 26 y el mínimum a 15. El higrómetro de Saussure se sostiene en 600 y oscila hasta 700. SUPERFICIE, RíOS, POBLACION Y TIERRAS BALDíAS El territorio de este cantón mide 108 leguas cuadradas granadinas, que son 5 de llano y 103 de cerros; de las cuales hay 1 de selvas y 23 de cerros baldíos. El valle de Medellín, que comprende la parte llana, tiene las faldas de los cerros que se pierden suavemente en la llanura, las que forman un terreno casi llano del doble de extensión; es la parte más poblada y mejor cultivada y sin ninguna exageración se podría llamar el jardín de toda la antigua Antioquía, y con más razón el de la Provincia. Los cerros del valle están casi en su totalidad aprovechados para el cultivo o para la cría y solamente los cerros entre el Nuz y el Nare están yermos, si se exceptúan los vecinos al pueblo de Santo Domingo y alguno que otro punto cerca de los ricos minerales. El valle llano del Nuz está totalmente desierto desde abajo del camino que va a Yolombó. La población del cantón ascendió en este año de 1852 a 38.630 habitantes, los cuales, con respecto al territorio total, están en la proporción de 358 por legua cuadrada; pero, deducidas las 24 baldías, en las 84 restantes pobladas y ocupadas, estarían en la de 460 habitantes por legua cuadrada. Baña y fertiliza este cantón el río de’ Medellín. Lo costean los ríos Nare y Nuz; estos dos caen al Magdalena y aquél al Nechí, tributario del Cauca. Los ríos San Roque, San Juan y Socorro riegan unas tierras desiertas y van al Nuz, mientras que Santo Domingo, Nucito y San Miguel van al Nare. PRODUCCIONES AGRíCOLAS Papas, yucas, maíz, frisoles, arvejas, ahuyamas, arracachas, plátanos, anís, cebollas, ajos, caña y café. MANUFACTURAS Sacan azúcar, panela, aguardiente. Fabrican muebles de lujo y pianos. En los trabajos de joyería, compiten con los extranjeros. Tejen anchas cintas de algodón y de lana y caireles de todas clases bien bordados, hacen muchas alpargatas y sacos de fique. MINERALES Las ricas minas de oro de Nudillales, Playa-rica, Curazao, Nuz, Nucito, Sardina y La-vaca; y también hay de plomo sin explotarse. MADERAS Y PLANTAS APRECIABLES Gateado, laurel-comino, nazareno, guayacán, cedro blanco y colorado, roble, laurel, para lustre; y de construcción, chaquiro, yoyo, totumo, hediondo, quimulá, caimito, pavo, estoraque, ensenillo, haya, huesito y chagualo. PLANTAS MEDICINALES Saúco, estoraque, zarzaparrilla, quina, manzanilla, linaza, guaco, culantrillo, higuerilla, espadilla, raíz de China y guásimo. RESINAS Aceite-maría, caraña, bálsamo, sangre de drago, chavalo, bejuco de incienso, estoraque, anime y caucho. PARA TINTES Brasil, añil silvestre, azafrán, sangre de drago, encenillo, cumulá, curadó y ovillo. COMERCIO Y CON QUIEN SE HACE Comercia con la Provincia de Córdoba, recibiendo víveres, ganado, quesos, mantequilla, cera laurel, papas, frisoles, algunas veces maíz, marranos, verduras, maderas, sales, harina y plata; dando en cambio, plátano, yuca, frutas, dulces, azúcar, panela, mercancías extranjeras y del país, cacao, café, arroz y plata. Con la Provincia de Antioquía, recibiendo cacao, sombreros, cocos, azúcar y frutas, dando en retorno alpargatas. De Sopetrán recibe los mismos artículos y además arroz y esteras, dando en cambio herramientas, caldos y ropa, y con Santa Rosa reciben oro y dan efectos extranjeros y del país, plata, sales, azúcar y sombreros. Con la Provincia del Cauca, recibiendo mulas, cacao, tabaco, marranos, anís y ropa de Pasto; dando oro, plata y algunas mercancías extranjeras. Con la Provincia de Mariquita; recibiendo tabaco, ganado, mulas y cacao, y dando oro y plata. Con el extranjero, recibiendo toda clase de mercancías y caldos, y dando oro de 22 quilates. Con Bogotá, recibiendo ropa del país, fierro de Pacho, mulas y avios de montar, y dando oro y plata. Con el cantón Amagá, recibiendo, maíz, frisoles, dulces, azúcar, marranos y ganados, y dando en cambio cacao, tabaco, harina, ropa, caldos, fierro, acero y loza. Con el Nordeste, dando sales, azúcar, maíz, herramientas, caldos, mercancías extranjeras y del país, plata, ganados, cacao, tabaco, mulas y marranos, y recibiendo oro. CANTÓN AMAGA SITUACIÓN, CONFINES Y CLIMA La villa de Amagá, cabecera del cantón de su nombre, hace poco que alcanzó este título; no se sabe su fundación. Su prosperidad la debe a la feracidad de sus terrenos y a su aproximación a los ricos minerales de Titiribí, al valle de Medellín y a los buenos pastales de su territorio, sin tener en cuenta la laboriosidad de sus habitantes. Se encuentra en la latitud de 5 56’ 45” N., y en la longitud de 1 40’ 20”, al O., del meridiano de Bogotá, a 1.380 metros sobre el nivel del mar. Su posición es en una explanada cerca de la quebrada de su nombre, casi circundada de cerros de varias formas, gozando de una vista hermosa hacia las cumbres de todos ellos. Confina el cantón, al N., con el de Medellín, mediante una loma, el río Medellín y la quebrada Los Angeles, y también con el de Sopetrán por unos cerros y varias quebradas, pertenecientes a la Provincia de Antioquia; y con el cantón de este nombre, por la quebrada Comía del otro lado del Cauca; al 5., con el cantón Supía, Provincia del Cauca, mediante la quebrada Arquía y una cordillera, con la cual también linda en pequeña parte con el cantón de Anserma, de la misma Provincia, y con el Chocó; al E., con los cantones Salamina y Rionegro, de la Provincia de Córdoba, mediante el Cauca y el río Poblanco; últimamente al O., con el Chocó por la serranía de los Andes occidentales. El clima de todo el cantón es templado y sano, tiene puntos cálidos a las orillas del Cauca, Poblanco y San Juan, enfermizos y sanos, fríos en la alta cordillera del Chocó. En la cabecera del cantón el máximum de calor es de 28 del termómetro centígrado; el mínimum de 16, y la temperatura media de 21. El higrómetro de Saussure marcaba 750 de humedad. SUPERFICIE, RíOS, POBLACION Y TIERRAS BALDíAS El territorio de este cantón mide 140 leguas cuadradas granadinas, de las que son 6 de llano, 132 de cerros y 2 de páramos, de las cuales estas 2 son baldías y 18 de cerros. La parte llana está casi en totalidad cubierta de selvas desiertas, la de la serranía tiene muchos terrenos cultivados, otros destinados a la cría, y una gran parte con pastales sin rebaños; y selvas sin habitantes. Por lo que toca a los páramos, están totalmente yermos. La población del cantón asciende a 30.536 habitantes, los cuales, con respecto a la totalidad del territorio, están en la proporción de 218 por cada legua cuadrada; y si se deducen las 20 baldías, en las restantes 198 habitadas y ocupadas, estarán en la de 254 por cada legua cuadrada granadina. El río principal que riega este cantón es el Cauca, en parte le sirve de límite, y en parte atraviesa el país. El río San Juan forma un extenso y estrecho valle y recibe los ríos Taparó, Guadualejo, Piedra, Quebradona y Barroso, cuyas aguas van al Cauca; a este río caen juntos los de Cartagena, Clara, San Antonio y Frío, y por separado el de las Piedras y el Poblanco, que parte límites con el cantón Rionegro. Por último en una pequeña parte fertiliza el país el río Medellín. PRODUCCIONES AGRíCOLAS Trigo, cebada, papas, yuca, maíz, frisoles, arroz, arvejas, ahuyamas, arracachas, plátano, anís, algodón, tabaco, linaza, cebollas, ajos, caña, café, cacao. MANUFACTURAS Sacan azúcar, panela y aguardiente. MINERALES En este cantón están las salinas productivas de Horcones, Animas, Poblanco, río San Juan, Caramanta, y la afamada de Guaca con abundante hulla que facilita la elaboración de las sales. En Titiribí hay ricas minas de oro y la del Zancudo, la mejor explotada, con la ventaja de una riquísima mina de hulla para los hornos de fundición de metal. En el río San Juan hay hulla también, salados y oro fino en las arenas del río. MADERAS Y PLANTAS APRECIABLES Gateado, laurel comino, nazareno, guayacán, cedro blanco y colorado, roble, laurel para lustre y de construcción, chaquiro, yayo, zaragoza, hediondo, totumo, almendro, quimulá, caimito y carbonero. PLANTAS MEDICINALES Zarzaparrilla, caraña, estoraque, tacamaca, vainilla, arizá, copey, yobo, algarrobo, aceite canime, palo vaca, cañafístola, picapica, suelda-con-suelda, cardosanto, aceite- maría, orozuz y multitud de obras. Resinas—Aceite-maría, bálsamo, sangre de drago, chavalo, caraña, bejuco de incienso, estoraque, anime y caucho. Para tinte—Brasil, añil silvestre, azafrán, sangre de drago, ensenillo, cumulá, carador y uvillo. COMERCIO Y CON QUIEN SE HACE Comercia con Medellín, llevando maíz, frisoles, dulces, azúcar, marranos, ganados, sales, y recibiendo cacao, tabaco, harina, ropas, caldos, fierro, acero, loza. Con el Cauca, reciben mulas, cacao, marranos y caballos; dando dinero. Con Rionegro, el mismo comercio que se hace en Medellín. Con Antioquia, reciben cacao, marranos, sombreros y dan dinero. Con el Chocó, traen caldos y loza; y dan plata. CANTÓN NORDESTE SITUACION, CONFINES Y CLIMA La villa de Amalfi cabecera del cantón Nordeste, fue erigida hacia 1840 en parroquia, sobre un vallecito cubierto de selvas, debiendo su fundación a los esfuerzos del Cura de las Minas de Riachón, y en 12 años dejó atrás en fábricas, cultivo y habitantes a las antiguas ciudades de Remedios y Zaragoza, creadas en 1560 y 1581, y que hoy día son parroquias dependientes de Amalfi Su bella posición en un llano sano y fértil, cerca de buenos terrenos de cultivo y de las llanuras del Caucán, ricas en pastales, y sobre todo, en el centro de las productivas minas de oro, la ha hecho preferir a los demás pueblos de su extenso territorio en su mayor parte totalmente desierto. Si tanto ha progresado dependiendo enteramente de Medellín para su comercio, ¿ qué no hará cuando lo pueda tener directamente por el Magdalena habiendo la naturaleza proporcionado una vía cómoda y verdaderamente mercantil? Se encuentra en la latitud de 6 45’ 2” N., y en la longitud 1 13’ 30” al occidente del meridiano de Bogotá, a 1.475 metros sobre el nivel del mar. Su posición es un vallecito redondo, resto de un antiguo lago circundado de cerros, por el cual corren abundantes aguas. Confina este cantón, al N., por serranías desiertas con el de Simití, Provincia de Mompós; al 5., con el de Medellín, por el río Nuz y la quebrada Porcesito; al E., con las Provincias de Vélez, Socorro y Soto, separadas por el Magdalena; y al O., con el cantón de Santa Rosa, de la Provincia de Antioquia, por medio del río Porce, parte del Nechí, la quebrada Cruz de Cáceres, y la serranía baja que separa las aguas del Cauca de las del Nechí. El clima de todo el cantón es cálido, sano y una gran parte enfermizos; hay puntos templados y de consiguiente sanos. En la cabecera del cantón el máximum de calor es de 25 el mínimum de 18, y la temperatura media de 22 del termómetro centígrado. El higrómetro de Saussure, marca 770 de humedad. SUPERFICIE, RíOS, POBLACION Y TIERRAS BALDíAS El territorio de este cantón mide 659 leguas cuadradas granadinas, de las cuales 128 son de llano, 515 de cerros, 4 de anegadizos, 8 de ciénagas y 4 de islas; hay 378 que están baldías, en esta forma: 120 de selvas llanas, 242 de cerros con selvas, 4 de anegadizos, 5 de ciénagas y 4 de islas. La parte llana está sobre las márgenes del Magdalena o del Nechí; apenas conocidas en sus orillas y el resto totalmente desierto. Algún día será la parte más rica de este país. La serranía está en su mayor parte desierta y no explorada; se ve desde las eminencias de los cerros, pero no hay sino unos pocos y malos caminos o trochas que la atraviesan. La parte anegada está cerca del Nechí, y las ciénagas del Magdalena; las islas en este río están sin habitarse. Una gran extensión de cerros con gramíneas, que parecen llanuras, más bien restos de un terreno de aluvión, ofrecen excelentes pastos en el distrito de Caucán. La población asciende a 8.348 habitantes, de los cuales, con respecto a la extensión total del territorio, están en razón de 13 por cada legua cuadrada, y si se deducen las baldías en las restantes 281 habitadas inocupadas, estará la población en razón dC 30 habitantes por cada legua cuadrada granadina, Riegan el cantón los ríos, abundantes en oro, del Porce y del Nechí, a los cuales tributan los de Riachón, Tinitá, Mata, Maní, Pocuné, Paná, Bagre, Ebilla, y la Llana, no menos ricos en arenas de oro. Van al Magdalena los ríos Utú, Ité, otro Bagre y Tamar, que van a formar la Cimitarra. Los de la Honda, Pescado, Volcán, La Cruz, San Bartolomé, San Lorenzo, Cupiná, y Alicante forman el Caño Regla y, en fin, el Nuz, que cruza esta Provincia y cae al Nare, son tributarios también del Magdalena. PRODUCCIONES AGRíCOLAS Papas, yucas, maíz, frisoles, arroz, ahuyamas, arracachas, plátanos, tabaco, cebollas, caña, y un poco de cacao y café. MANUFACTURAS Hacen panela y sacan aguardiente. MINERALES Todo el cantón es un terreno aurífero; se elaboran las vetas de Clara, La Unión, Vetilla, y San Jorge. Se saca el oro puro en los lavaderos de Tinitá, Pacoró, Mata, Riachón, Porce, Caracolí, Las Gómez, Viboral, Viborita, las Animas, Quebradona, Coloradas, San Roque, los Perdidos, el Cerro, Tigre, Clara, Vélez, Arenas-blancas, Gómez de Vetilla, Volcán, Pescado, Punta, Moná, Quebrada del Morro, Cruz de Aguirre, Quebrada Sapo, San Basilio, la Gonzata, Tinitá, la Piedra, y Romanzón, que da pedazos de oro y pepitas grandes. En Remedios, se explotan las ricas vetas de Bolivia, Cristales y Santa Teresa, y se saca oro corrido en la Honda, Pantanillo, Pocuné, Bagre, Santiago, Santa Teresa, Moná, Utú, Ité, y Tierradentro. En todo el río Yolombó hay oro y muchas minas en Caucán, entre las cuales se encuentran amatistas, y una piedra verde muy parecida a la esmeralda. En Zaragoza hay las abundantes de oro de Cuturá, la Llana, Claras, Matanza, Real, Yobo, Quinea, Playa Mariara, San Pedrito, las Martínez, Penca, Pascualito, Pantanillo, Santamartica, Santamarta, Buenavista, la Raya, Porquera, Toldadero, Caño-abajo, Caño-arriba, Saltillo, San Francisco, Santa Bárbara, Camburá, Patos, Machuca, Popales, Playabarrita, Juan Negrín, Playón, Culebra, Raya-arriba, Sardina y San Gregorio. Hulla, en Hedionda, y además vertientes salobres, piedra de cal, yeso y fierro. MADERAS Y PLANTAS APRECIABLES Para lustre—Guáimaro, gateado, laurel-comino, seino, nazareno, pananeo, guayacán polvillo, cedro blanco y colorado, avinaje, roble y Martín-doble. Para construcción—Canelo, castaño, avipalo, cháquiro, yayo, zaragoza, culo de fierro, hediondo, totumo, mayordomo, cambo, algarrobo, cuero-de-sapo, almendro silvestre, quimulá, caunse, repabarba, naranjo, caimito, balso, barrablanca, carbonero y fresno. Medicinales—Zarzaparrilla, caraña, yacamaica, estoraque, cedrón, vainilla, anzá, copey, canime, orejón, saúco cimarrón, palo-de-vaca, bejuco de agua, tamarindo, cañafístola, zábila, tuna, fique, barro-de-piedra, guacharaco, yerbabuena, aguacate, cimarrón, dormidera, yerba de vidrio, caballera, ruda, cardosanto, yerba-mora, salvia, bejuco de anís, piñones, avellana, paico, punta-de-lanza, caspín, itamaral, gaveche, guamacho, papayola y maquimaqui. Resinas-Aceite-María, yarumo, yobo, algarrobo, copey, estoraque y caraña. Para tintes-Añil silvestre, bejuco de buey, mora, limpia-diente, sangre de drago, brasil, guayaquil, yagua, guarubo, cochinilla y azafrán. COMERCIO Y CON QUIÉN SE HACE Con Medellín: reciben sales, azúcar, maíz, herramientas, caldos, mercancías extranjeras y del país, plata, ganados, cacao, tabaco, mulas y marranos; dando en cambio oro. Con Rionegro: ganado, caballos, mulas, marranos, herramientas, maíz, sales, panela y aguardiente; dando en cambio oro. Con Mompós y Cartagena, reciben caldos, loza, efectos de comercio y cerdos; dando en cambio oro. Con Santa Rosa: reciben artículos de comercio, papas, arroz y dan dinero: también reciben varios pueblos mineros de este cantón, por la vía de Zaragoza, lozas, caldos, azúcar, sal, mercancías, herramientas y dan en cambio oro. Regreso al índice Siguiente Capítulo BANCO DE LA REPUBLICA BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO