Armónicas

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Armónicas: algunas preguntas y respuestas
(la verdad está ahí fuera)
Por David García
Antes de que comencéis a leer, queridos aficionados al blues con inquietudes
armoniqueras, vaya por delante la siguiente advertencia: es éste un escrito
completamente subjetivo, personal e intransferible, y por tanto surtido de opiniones y
enjuiciamientos que quizas no coincidan con los vuestros propios, ni necesariamente
con los de la administración de esta web (de lo cual evidentemente no se hacen
responsables los administradores). Probablemente podría haber escrito algo más
aséptico y despersonalizado, pero simplemente no me apetecía, así que he aquí lo que
mi mente calenturienta tiene que decir por el momento sobre éste nuestro instrumento.
Un principio como otro cualquiera puede ser el aclarar de antemano que la grafía
correcta es armónica, esto es, sin h y con tilde en la o. Es habitual encontrar escrito
harmonica, por ser así como los sajones lo hacen y muchas veces por desconocimiento
de la existencia de una palabra propia en nuestro idioma. Y sí, cuando veáis u oigáis por
ahí la palabra harp, también se refiere a la armónica (viene de French harp, si bien no
se sabe a ciencia cierta por qué surgió esta expresión, y en algunas ocasiones os podéis
encontrar la expresión mouth harp, o arpa de boca, que es otra forma, más antigua y en
desuso, de referirse a ella).
Dicho esto, y como aunque la voluntad es grande, pero el tiempo y los
conocimientos son escasos, no pretendo escribir un tratado completo sobre la armónica,
ni un método de aprendizaje (bastante tengo con aprender yo), ni una historia de la
armónica en el blues, ni nada por el estilo, aunque estaría bien, dada la carencia de
buenos libros al respecto en español (animo desde aquí a quien posea el tiempo y los
conocimientos necesarios a enmendar esta falta). Como suele suceder, en inglés hay
libros a patadas, así que si algún angloparlante está interesado, luego hay una pequeña
bibliografía, en la que, también como suele suceder, no están –ni mucho menos- todos
los que son, pero sí son todos los que están. La opción que he elegido para darle un
mínimo de coherencia formal a mis desvaríos es una especie de compendio de
respuestas a las dudas que he observado que con más frecuencia asaltan la mente de
quienes por primera vez se acercan al mundo de la armónica: una lista de FAQs
(Frequently Asked Questions), como dicen los guiris. Cualquier duda que tengáis y no
se haya incluido podéis consultarla libremente con un mail a [email protected]. Si
sé responderla, lo haré encantado, y se haría la oportuna actualización del documento
que estáis leyendo. Así pues, empecemos...
¿Qué es una armónica?
Una armónica es un instrumento (musical). Su sonido procede del
desplazamiento de una columna de aire que hace vibrar unas lengüetas metálicas que se
encuentran en su interior. Ésta era fácil, jeje...
¿Es fácil tocar la armónica?
Digamos que tocar la armónica es muy fácil, debido a que cualquiera que haya
tenido una en sus manos y la haya soplado habrá observado que suena, y que no lo hace
cacofónicamente, al contrario de lo que pasa si uno le da zarpazos aleatoriamente a un
piano o una guitarra. Eso es debido a la distribución de las notas a lo largo del
instrumento (hablaremos de eso después), y es la causa, además de ser un instrumento
barato, de que sujetos como Bob Dylan, Bruce Springsteen, Van Morrison o, a nivel
local, el ínclito Ramoncín, perpetrador del riff más inefable de todos los tiempos en su
hit internacional “Litros de alcohol”, hayan trascendido al público general como
armonicistas, y la gente se crea que tocan bien...Lo realmente complicado, por tanto, no
es tocar, sino tocar bien. Aprovechar convenientemente la versatilidad del instrumento,
mucho mayor de lo que a priori se podría pensar, no es tarea sencilla, y requiere
dedicación y esfuerzo (algo que parece que nuestros amigos de arriba no están muy
dispuestos a desperdiciar, teniendo en cuenta el enorme gasto de energías que les
produce componer sus poemas cantados –por decir algo-, ensalzar el American way of
life y las virtudes de los maravillosos EEUU o participar en animadas e intelectuales
tertulias televisivas tras años de micciones sobre las cabezas del público extasiado).
¿Qué clases de armónicas existen?
Las armónicas más conocidas y de uso más extendido son las llamadas
diatónicas, también conocidas como “armónicas de blues”. Tienen diez agujeros
(aunque también las hay de doce o incluso catorce), cada uno con dos lengüetas, una
para el sonido aspirado y otra para el soplado, y una afinación Richter o diatónica (ver
afinaciones más adelante). Sin embargo, éstas no son sino la punta de un iceberg de
armónicas que pueden no tener nada que ver con éstas salvo que suenan al vibrar una (o
varias) lengüetas de metal. Hay armónicas cromáticas, octavadas, trémolo..., y
continúan apareciendo nuevos tipos de armónica, como las overblow.
Las armónicas cromáticas son ésas que tienen una “palanquita” en un extremo.
Su afinación es distinta a la de las diatónicas, sus lengüetas están cubiertas por unos
trocitos de plástico llamados en inglés valves (se me hace raro llamar a esas cosas
válvulas, de ahí que dé el nombre en inglés), y las hay de 10, 12 y 16 agujeros.
Hohner Chromonica64
Se utilizan, además de para el blues, para tocar jazz y clásica. Alguna vez os
habréis preguntado para qué sirve esa palanquita. Pues simplemente, la nota que se
obtiene en cualquier agujero con ella pulsada es medio tono más alta que la que se
otiene sin pulsarla. Eso permite tener fácilmente disponibles todos los semitonos de
cualquier escala. Existe (mas bien existía, porque yo no conozco ningún sitio donde
todavía se venda) un modelo de armónica cromática sin palanca. Consiste esencialmente
en una armónica de casi medio metro de largo en la que cada agujero da, soplando,
medio tono más que el agujero anterior. De ahí que se necesiten tantos agujeros para
cubrir varias octavas de medio tono en medio tono y la armónica sea tan larga.
Curiosamente, en esos agujeros sólo se puede soplar, no hay notas aspiradas.
Existen también unos modelos de armónicas de diez agujeros que tienen
“palanquita”, pero cuya afinación es diatónica: las Hohner Koch y Slide Harp. Se
supone que se crearon para aportar más versatilidad a la armónica en su uso para el
blues, de forma que su afinación diatónica permitiera por medio de los bendings (ver
más adelante) obtener ese sonido característico del blues, y además se le añadiera la
comodidad de poder subir medio tono la nota de cada agujero por medio de la palanca.
La única diferencia entre la Koch y la Slide Harp es que ésta tiene algunas de sus
lengüetas provistas de las “válvulas” de las que hablábamos antes, lo que le confiere un
sonido algo distinto. Por cierto, por si os lo preguntáis, la forma en la que la palanca
sube medio tono la nota es muy sencilla: en lugar de haber dos lengüetas por agujero, en
las diatónicas hay cuatro: dos para soplar y dos para aspirar, uno de los pares afinado
medio tono por encima del otro. Lo que hace la palanca es obturar una u otra parte del
agujero, descubriendo así un juego de lengüetas u otro.
Las armónicas octavadas también tienen cuatro lengüetas por agujero, solo que
tanto soplando como aspirando suenan dos a la vez. Además, de esas dos que suenan en
cada caso, una está afinada una octava por encima de la otra, con lo cual se produce un
sonido octavado al tocar: siempre suenan al mismo tiempo una nota y su
correspondiente octava. Las armónicas trémolo son muy parecidas, con la diferencia de
que en lugar de estar en cada agujero uno de los pares de lengüetas una octava por
encima del otro, en éstas están solamente un poco (unos pocos hertzios, ni siquiera
medio tono) por encima, con lo cual al tocar se produce un efecto de trémolo. Estos dos
tipos de armónicas se utilizan principalmente para tocar folk, aunque ha habido
armonicistas de blues que las han usado en sus discos.
Las armónicas overblow son un poco más complejas de describir. Cuando hable
acerca de la técnica del overblow procuraré acordarme de hablar de ellas.
Finalmente, cada uno puede crearse su propio tipo de armónica. Basta con afinar
la que tenga según le apetezca (sí, una armónica se puede afinar). Si os hacéis
armonicistas reconocidos y convencéis a alguna marca de que comercialice vuestra
armónica podéis sacaros una pasta. Así lo hizo Steve Baker, y ahora hay una Hohner
Marine Band Steve Baker Tuning. Hay también afinaciones menores, afinaciones
country...en fin, para escoger lo que queráis.
¿Qué armónica me compro para empezar?
Bueno...lo habitual es comprarse una diatónica de las de diez agujeros. El
mercado está inundado por Hohner, pero hay otras marcas. Posiblemente la que más se
conozca, aparte de Hohner, sea Lee Oskar. Hay otras: Huang, Suzuki, Hering...pero esas
sólo las podéis pillar, que yo sepa, a traves de internet. En las tiendas encontraréis unos
pocos modelos de Hohner y con suerte, alguna Lee Oskar. Entre estas dos marcas hay
una discusión interminable, como la de Fender vs. Gibson: Hohner vs. Lee Oskar. Pero
antes de seguir, veamos cómo es una armónica por dentro* :
Por cortesía de Steve Baker, The Harp Handbook 1989
*
← Cubierta superior
← Placa de lengüetas superior
← Peine
← Placa de lengüetas inferior
← Cubierta inferior
Como veis, es bien sencillo...Y ahora las diferencias entre modelos y marcas. El
dibujo corresponde a una Hohner Meisterklasse. Se supone que es la mejor diatónica de
Hohner, vale unas 9000 pelas. El peine es de aluminio y las lengüetas de mayor calidad
que las del resto de modelos. De éstas llevaba el impresentable de Bruce Willis dos
maletines llenos cuando quiso hacernos creer que sabía tocar la armónica en cierto
programilla de televisión. Será raro que os las encontréis en vuestra tienda habitual.
Sigamos con Hohner.
Si os gusta que el peine sea de
plástico
tenéis
con
bastante
disponibilidad la Pro Harp, una que
distinguiréis bien porque tiene las
cubiertas negras. Unas tres mil y poco.
La Cross Harp es un poco mejor.
También es negra y su peine es de
plástico dorado, pero las lengüetas son
mejores. Anda sobre las cinco mil.
Hohner Cross Harp
Hay otros modelos con el peine de plástico (Big River Harp, American Ace...)
pero no merecen la pena. De todas formas, el modelo con peine de plástico más
utilizado de Hohner es la Special20. Las cubiertas son plateadas y su calidad es en
EEUU algo superior a la Pro Harp, pero aquí no (luego explicaré por qué). Pero sin
duda las más conocidas y usadas de Hohner son sus dos modelos con peine de madera:
la Marine Band y la Blues Harp (algo menos de 3000 y algo más de 3000 pelas,
respectivamente).
Hohner Marine Band
Hohner Blues Harp MS
Respecto a peine de madera vs. otros materiales, eso va según los gustos...el
peine de plástico es ligeramente más cómodo que el de madera, pero éste le da otro tono
al sonido, además del sabor, el tacto con la lengua...no sé, como os digo, cada uno tiene
sus preferencias. A mí, por ejemplo, me gusta mucho más la madera.
Y una vez hayáis elgido el material, ¿cuál escoger?. Salvo las que comenté que
tenían lengüetas especiales, hoy por hoy la cosa es así de fácil: la que más guapa os
parezca; suenan exactamente igual. Desde hace algún tiempo, Hohner monta en la Pro
Harp, Special20, Blues Harp y Marine Band las mismas placas de lengüetas. ¿Por qué
es esto así?. Pues porque a Hohner le dio un día por implantar lo que llamaron Modular
System (MS). Me explico: observaréis que las cubiertas van atornilladas entre sí por los
tornillos que aparecen en la figura. A su vez, aunque no se vea, las placas van a su vez
atornilladas al peine. Esto permite intercambiar componentes, poner un peine de una
Marine Band con unas cubiertas de Pro Harp y unas placas de Cross Harp (la cross harp
es la única MS que monta unas placas distintas, con mejores lengüetas), por ejemplo.
Antes no era así, cada armónica venía unida con remaches en lugar de tornillos, y cada
modelo tenía sus propias placas. Así, las Marine Band antiguas sonaban distinto a las
Blues Harp y duraban más (de hecho, las Marine Band son, si queréis, las “genuínas”
armónicas de blues, puesto que son las que usaron todos los grandes; Hohner lanzó en
su momento las Blues Harp “específicamente” para blues, ya que el hecho de que sus
lengüetas fueran ligeramente más finas, permitía hacer bendings -ver más adelante- con
más facilidad; justo por eso se rompían antes). En Estados Unidos aún no se ha
implantado por defecto el sistema MS y casi todo lo que hay es a la vieja usanza. Por
aquí las antiguas son escasas, de vez en cuando se encuentra alguna tienda a la que le
queda alguna suelta. Para distinguirlas, simplemente hay que mirar a las cubiertas: si
tienen un tornillo a cada lado son MS; si tienen dos remaches a cada lado son de las
antiguas (Hand Made –hechas a mano-, que las llaman los de Hohner). Y si no, en todo
caso, las MS tienen grabadas las siglas MS en la cubierta.
Así que por parte de Hohner esto es lo que hay. En lo que a mí concierne, uso
casi siempre Marine Band, aunque sólo sea por nostalgia de los antiguos, jeje...Y si
puedo pillar de las antiguas, mejor, porque esas sí que suenan como a mí me gusta.
Respecto a Lee Oskar, todos sus modelos llevan piezas completamente
intercambiables y montan peines de plástico.
A diferencia de las Hohner, los
recambios de las placas de lengüetas sí
están disponibles en las tiendas de música
españolas (Hohner tiene recambios, pero
por alguna razón no se distribuyen por
aquí), evidentemente a menos precio que
una armónica nueva. Lee Oskar fabrica
cuatro modelos distintos de diez agujeros:
Major diatonic, Melody maker, Natural
Minor y Harmonic minor (Hohner también
tiene modelos con afinaciones menores,
pero son difíciles de encontrary además no
me acuerdo de cómo se llaman...).
Despiece de una Lee Oskar
La única diferencia existente entre ellas es la afinación. La más habitual, como
podréis suponer, es la Major diatonic.Las otras son variaciones, todas ellas diseñadas
para poder tocar en segunda posición (ver más adelante), que es a la que uno se
acostumbra porque es la más normal, con facilidad en modos y estilos en los que de otra
forma se haría complicado tocar con la afinación diatónica. En mi opinión son
armónicas para vagos, pero es sólo una opinión...A lo que debería(mos) aspirar todos a
los que nos gusta esto de la armónica es a poder tocar lo que sea con una diatónica.
Poder se puede, pero es muy, muy difícil...Yo no conozco personalmente a nadie que
pueda, así que por otra parte me parece lógico que tengan salida estos modelos. Las
diferencias respecto a las Hohner son principalmente tres: precio, sonido y facilidad de
toque.
Las Lee Oskar valen unas cuatro
mil y pico pelas, aunque los recambios
de placas son algo más baratos, claro.
Tienen un sonido, digamos, más
brillante, incluso a veces, para mi gusto,
chillón, que las Hohner. Ahí entran, por
tanto, los gustos de cada cual entre un
Armónica Lee Oskar
sonido u otro. Lo mejor que se puede
sin destripar
hacer es comparar, desde luego, osea,
comprar la Hohner que más os guste y una Lee Oskar en el mismo tono y ver cuál os
convence más. Es más barato que comprarse una Les Paul y una Telecaster para decidir
cuál va a ser vuestra guitarra...Y en cuanto a su dureza (entendiendo por dureza lo que
cuesta hacer un bending) son unas armónicas bastante blandas, más que las Marine
Band y desde luego más que las antiguas Marine Band, y sorprendentemente, no por
ello duran poco. Charlie Musselwhite decía en una entrevista que le duran como tres
veces más, creo recordar, que las Marine Band...Claro que a Charlie Musselwhite los de
Lee Oskar le pagan por promocionar sus armónicas...En cualquier caso, sí que es cierto
que son bastante duraderas, sí, aunque no tengo datos numéricos porque mi cantidad de
Lee Oskars es muy reducida como para hacer un estudio.
¿Cómo se distribuyen las notas en una armónica?
La distribución de las notas o afinación de una armónica depende del tipo que
sea. Las dos afinaciones más comunes son la diatónica o Richter y la cromática. En
primer lugar, utilizaré la notación habitual para las tonalidades y las notas, esto es, C, D,
E, F, G, A, B, que corresponden, respectivamente, a Do, Re, Mi, Fa, Sol, La y Si.
Supongamos que tenemos una armónica diatónica en Do (C). Su afinación es:
Soplado
Aspirado
1
C
D
2
E
G
3
G
B
4
C
D
Agujero
5
6
E
G
F
A
7
C
B
8
E
D
9
G
F
10
C
A
Lo que permite esta afinación es que tanto soplando como aspirando se tengan
acordes propios de la tonalidad de Do. Como yo no tengo ni idea de armonía ni teoría
musical no puedo deciros los nombres de los acordes, pero a poco que os fijéis en la
tabla y a poco que sepáis podréis identificarlos perfectamente (CEG, DGB, ...). En
principio la afinación Richter fue creada para que con una armónica en Do se tocaran
canciones que estuvieran en Do, lo que hoy en día conocemos como tocar en primera
posición o “straight harp”, pero posteriormente se descubrieron muchas más
posibilidades, siendo la más destacada y a la vez la más usada en el blues el hecho de
tocar en la quinta del tono del que está la armónica, esto es, por ejemplo, con una
armónica en Do, tocar en Sol. Es lo que se llama segunda posición o “cross harp”, pero
de eso hablaremos más adelante. Esto por lo que respecta a una armónica en Do. Para
obtener la tabla de cualquier otra armónica basta observar los intervalos entre notas que
hay en la tabla anterior y tener en cuenta que el primer agujero soplado da siempre la
nota en la que está afinada la armónica. Cosa curiosa, si alguna vez intentáis afinar una
guitarra a partir de una armónica y después váis a comprobarlo con el afinador, veréis
que vuestra guitarra no está perfectamente afinada. Eso es porque el patrón de afinación
de las armónicas Richter no sigue el tradicional de los 440 Hz del La, sino que hay una
ligera desviación en las frecuencias.
Observaréis que faltan notas en lo que uno esperaría que fuera una escala normal
do-re-mi-fa-sol-la-si. Por ejemplo, en la octava baja de la armónica, es decir, en los
agujeros del 1 al 4, faltarían el Fa y el La, aparte de todos los semitonos intermedios.
Pues el hecho es que las notas estar están, pero digamos que están “ocultas”. De las
veinte notas que se pueden dar de forma natural, un armonicista técnicamente (muy)
hábil es capaz de pasar a poder dar nada menos que 42 notas. Eso es posible a través de
lo que se llaman bendings, overblows y overdraws, que veremos después. Un
armonicista normal debería ser capaz de obtener unas 33 notas sin demasiados
problemas (todas las notas “naturales” + todos los bendings + overblow en el agujero 6,
que es el más fácil).
En una armónica cromática las cosas son mucho más sencillas: todas las notas
están ahí, no se requiere ninguna técnica especial para sacarlas, claro que luego hay que
saber usarlas...Por ejemplo, la afinación de una cromática de dieciséis agujeros, la más
habitual, sería
Agujero
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16
Soplado C E G C C E G C C E G C C E G C
Aspirado D F A B D F A B D F A B D F A B
Como se ha dicho antes, existen otras afinaciones, como las menores (noten los
que sepan del tema que los acordes que se obtienen en una Richter son mayores en la
primera y segunda posición, o al menos eso tengo entendido...), aparte del hecho de que
cada uno puede crear sus propias afinaciones. Comentaremos más adelante cómo afinar
una armónica.
¿Cómo funciona una armónica?
En principio, el funcionamiento de una armónica es sencillo: las lengüetas que
están en su interior vibran al paso de una columna de aire, ya sea producto de un soplido
o de una aspiración. Según la longitud y peso de cada lengüeta, ésta vibrará con una
determinada frecuencia, que produce un sonido en una determinada longitud de onda.
Así, una armónica no es más que un conjunto de lengüetas de longitud y peso variables
cuya vibración produce determinadas notas. La pregunta lógica es ¿por qué no suenan
las dos lengüetas de un mismo agujero cuando soplamos o aspiramos por él?. Cuando
desmontéis una armónica podréis ver la respuesta: las lengüetas están colocadas de
forma opuesta. La lengüeta que suena al soplar tiene el extremo libre hacia la parte
posterior de la armónica, mientras que la que suena al aspirar lo tiene hacia la
embocadura, y una lengüeta vibra con su frecuencia natural cuando la columna de aire
va desde el extremo fijo hacia el extremo libre. Vale, sí, es una perogrullada, pero me
parecía conveniente contarlo. Lo curioso del caso es que esto no es siempre así. De
hecho, el fundamento físico de los bendings y overblows se basa en que, cuando la
presión de la columna de aire que pasa por el agujero es suficiente, las lengüetas pueden
vibrar respondiendo a un flujo en sentido opuesto al que de forma natural responderían.
Esto lo veremos a continuación.
¿Qué es un bending?
Bueno, pues sí, después de dar la coña todo el tiempo con los bendings, al fin
explicaré lo que son. En el poco tiempo que llevo con esto de la armónica me he
encontrado con gente que me pregunta cómo es eso de que esté sonando una nota y de
repente, sin dejar de sonar, esa nota suba o baje así, como quien no quiere la cosa.
Bueno, pues eso es esencialmente lo que se hace con los bendings, subir y bajar a partir
de una determinada nota, exactamente igual que se hace con una guitarra. Esto es lo
primero que un aspirante a armonicista debe dominar tras ser capaz de hacer sonar los
agujeros individualmente y por grupos. Por medio de los bendings es posible obtener
notas que de forma natural no es posible. Concretamente, en una armónica diatónica
afinada en Do, se obtendrían las siguientes notas:
Bendings
Posibles
Soplado
Agujero
Aspirado
Bendings
posibles
C
1
D
Db
E
2
G
F#,F
G
3
B
Bb,A
Ab
C
4
D
Db
E
5
F
G
6
A
Ab
C
7
B
Eb
E
8
D
F#
G
9
F
Bb,B
C
10
A
Observad que en los agujeros en los que es posible hacer bendings hay un
intervalo entre las notas sopladas y aspiradas de al menos un tono entero, y a través de
los bendings se obtienen todos los semitonos intermedios, ya sea aspirando si es que la
nota soplada es más baja que la aspirada, o soplando, si se da el caso contrario (con el
bending siempre se baja el tono de la nota natural). Por ejemplo, en el agujero tres, hay
un intervalo de tres semitonos entre la nota soplada, Sol, y la aspirada, Si. Por tanto,
aspirando se pueden obtener todas las notas intermedias, es decir, Si bemol, La y La
bemol.
Antes de intentar (nótese el grado de tentativa) explicar de forma escrita cómo
se hacen los bendings, voy a explicar por qué se hacen, o, mejor dicho, por qué suenan.
La cosa es más sencilla de lo que parece, y podréis encontrar una explicación más
detallada en las últimas ediciones del libro de Steve Baker (echad un vistazo al final
para ver la referencia completa). Resulta que cuando se hace un bending, por ejemplo,
aspirado, la que suena no es, como cabría esperar, la lengüeta propia de la nota aspirada,
sino la otra, la que corresponde a la nota natural soplada. Esto sucede porque cuando la
presión de la columna de aire excede un cierto límite y la caja de resonancia que forman
la boca y el aparato respiratorio adoptan una forma distinta, la lengüeta que está
sonando mientras aspiramos para de vibrar, se bloquea y comienza a vibrar la lengüeta
opuesta con una frecuencia mayor que con la que responde de forma natural. Por
ejemplo, en el segundo agujero, si aspiramos suena un Sol, que es la nota que da la
lengüeta de abajo, la que corresponde al sonido aspirado. Si progresivamente se
aumenta la presión de la columna de aire y se cambia la forma de la caja de resonancia,
la lengüeta de arriba (la que sonaría si se soplara normalmente) comienza a vibrar, a la
vez que la de abajo deja de hacerlo. Sin embargo, en lugar de vibrar con la frecuencia
correspondiente al Mi, lo hace con una frecuencia correspondiente al Fa sostenido, y si
se aumenta aún más la presión, llega al Fa. De hecho, si se abre la armónica y se tapa
con el dedo la ranura de la lengüeta aspirada y se aspira fuerte, solamente sonará la nota
correspondiente al bending. De forma análoga pasa cuando los bendings son soplados:
deja de sonar la lengüeta que suena al soplar y empieza a sonar la de la nota aspirada.
¿Cómo se hace un bending?
Aaaaaaahhhh...Buena pregunta, sí...La cosa, a pesar de ser sencilla una vez que
se descubre y se controla, es terriblemente complicada de explicar. Lo mejor, desde
luego, es tener delante a alguien que lo haga para oir cómo debe sonar lo que se tiene
que hacer. Básicamente la idea consiste en adaptar la forma de la cavidad de resonancia
(osea, de la boca y la garganta) para conseguir que resuene una nota más grave de la que
de forma natural se produce en el agujero en el que se esté intentando el bending, a la
vez que se aspira o sopla con más fuerza de lo habitual. Para conseguir esto hay que
bajar la mandíbula y echar la lengua un poco hacia atrás y hacia abajo, pero sin que la
embocadura pierda presión de sellado sobre la armónica, más bien al contrario. Para
empezar, el más fácil es el bending del agujero cuatro aspirado. Los bendings soplados
son algo más complicados, pero no mucho más, y la forma de conseguirlos es
esencialmente la misma, salvo que en vez de aspirar hay que soplar (gracias,
Perogrullo). No sé qué más decir, salvo que se intente una y otra vez hasta que
salga...Ya dije al principio que esto no pretendía ser ningún curso de armónica, y el que
avisa...
¿Qué son los overblows y overdraws?
Esencialmente se trata del mismo efecto físico que el del bending, salvo que lo
que se consigue, en lugar de bajar el tono, es subirlo. En un overblow, si se hace algo
parecido a lo que se hace en un bending soplado sobre el canal del agujero que se esté
soplando, la lengüeta de soplado irá bloqueándose y comenzará a vibrar la de aspirado,
como cabría esperar, a una frecuencia superior a la suya. Lo que pasa es que como en
los agujeros en los que se pueden hacer overblows la nota aspirada es más aguda que la
soplada, el efecto que se consigue es subir al menos un tono. Por ejemplo, el agujero
seis: en este agujero la nota soplada es un Sol, y la aspirada un La. Al hacer un
overblow, dejará de sonar el Sol de la lengüeta de soplado y sonará la lengüeta de
aspirado por encima de su afinación, esto es, dando un Si bemol, con lo que hemos
subido un tono y medio. El overdraw es exactamente lo mismo, pero aspirando. En
total, se pueden hacer los overblows y overdraws que aparecen en la tabla.
Overblows
Posibles
Soplado
Agujero
Aspirado
Eb
Ab
C
Eb
F#
Bb
C
1
D
E
2
G
G
3
B
C
4
D
E
5
F
G
6
A
Overdraws
posibles
C
7
B
E
8
D
G
9
F
C
10
A
Db
F
Ab
Db
De esta forma, alguien que maneje con precisión las técnicas de bending,
overblow y overdraw puede llegar a tocar una armónica diatónica de forma
completamente cromática. Ojo, que esto de los overblow/draw es bastante más
complicado que los bendings, así que despacito y buena letra, que dicen por ahí...
¿Qué es eso del “tono”?
El tono es, a mi juicio, lo más importante y personal que puede tener un
armonicista, es lo que le imprime carácter a la hora de tocar. Viene a ser algo asi como
el “sonido” característico de un armonicista, y no depende de qué armónicas, qué micro
o qué amplificador utilice, sino de sí mismo, de su cuerpo y de su alma (de acuerdo, me
ha quedado un poco hortera esto último, pero sabéis lo que quiero decir). Para conseguir
un buen tono entran en juego muchos factores, pero sobre todo lo fundamental es cómo
se utilice la caja de resonancia que conforma todo el aparato respiratorio. La boca, la
lengua, la garganta, la nariz, el diafragma...Todo cuenta. Haced la prueba: tocad una
nota con la boca casi completamente cerrada, con la lengua casi pegada a la armónica,
sin apenas hueco para el aire, y, sin que cese el sonido, abrid la boca (es decir, bajad la
mandíbula, pero sin separar los labios de la armónica, evidentemente) y echad la lengua
hacia atrás todo lo que podáis. Suena distinto, ¿verdad?...Pues ahí está la cuestión. Algo
esencial para dotar de personalidad el sonido de uno es el control del diafragma: poder
mantener una nota sin vibrato, con un vibrato muy corto y rápido, con uno lento, largo y
profundo...Todo son matices y todos cuentan a la hora de conseguir un buen tono. La
técnica está muy bien, uno puede dominar muchas escalas, tocar a mucha velocidad, ser
un gran improvisador...pero si no se tiene un buen sonido, un buen tono, eso no sirve
para nada.
¿Cómo consigo una buena amplificación?
Para esto son fundamentales dos cosas: un buen micro y un buen amplificador.
“Nos ha jodido Mayo con las flores”, pensaréis...Pues sí, es una perogrullada (una más),
en efecto. La cuestión es qué micro y qué amplificador comprar, claro. Bueno, todo
depende del tipo de música que queráis hacer. Como de lo único que yo puedo hablar es
de blues, al blues me restringiré. En él hay que diferenciar dos tipos de amplificaciones,
según el estilo que se quiera tocar: acústico (country blues, delta, Piedmont...) o
eléctrico (Chicago, Texas, West Coast...). Cuando uno toca en acústico la idea es que se
recoja de la mejor manera posible el sonido natural de la armónica. Ahí no hay trucos:
un buen micro de voz y el tono de uno es lo que da un sonido óptimo. Dónde se enchufe
el micro depende de la infraestructura del sitio donde se toque. Si es un local pequeño
sin mesa de sonido (lo ideal sería que fuera lo suficientemente pequeño y el público lo
suficientemente respetuoso como para poder tocar a pelo, si micros ni nada, pero eso
sucederá las menos de las veces) o bien se enchufa uno el micro al equipo de voces que
se lleve o bien a un amplificador de transistores que dé un sonido limpio. Para esto no
van bien los amplificadores de válvulas, porque éstos tienden a saturar un poco, y eso
no conviene en este caso. La ecualización debe ser casi plana, si acaso enfatizando un
poco la gama media-alta del registro. Como decía, un buen micro de voz es preferible a
un micro específico de armónica, precisamente por proporcionar un sonido natural, sin
la saturación que dan estos otros micrófonos. Los más utilizados para esto son los Shure
SM58 y SM57 (este realmente es un micrófono que se utiliza más, por ejemplo, para
sonorizar amplificadores a través de una mesa de sonido, apuntando al cono, pero por el
registro que tiene da bastante buen resultado), o sus versiones mejoradas Beta58 y
Beta57.
Shure SM58
Shure Beta58
Shure SM57
Shure Beta57
Personalmente creo que la diferencia de calidad entre los SM y los Beta no
justifica la diferencia de precio, pero se supone que éstos son mejores. Hay otras
muchas marcas: Senheiser, Beyern-Dynamic, Electrovoice, Behringer, AKG...Mi
experiencia con ellas es reducida y, en la mayoría de los casos, inexistente, así que no
puedo comentar nada de ellos, pero los Shure son unos micrófonos muy utilizados, y la
serie 58, bien SM, bien Beta, es hoy en día el estándar en la sonorización de voz.
La amplificación de la armónica en el blues eléctrico da mucho más de sí. Los
armonicistas de Chicago en los años 40 y 50 marcaron la pauta del sonido que hoy en
día se busca para la armónica amplificada: un sonido grave, profundo, cerrado, oscuro y
saturado. Para ello utilizaban amplificadores de válvulas (aún no existían los de
transistores) y micrófonos de los que se usaban en centralitas de comunicaciones, como
las de los taxis, la policía o las conserjerías de centros públicos para la megafonía. Aquí
podéis ver una colección de micros de época Astatic, Shure y Electrovoice,
respectivamente.
El uso que le dieron a estos micrófonos provocó que hoy en día dos de ellos se
hayan erigido como los estándares en amplificación de armónica y se vendan para este
propósito: el Shure Green Bullet y el Astatic JT-30 (que Hohner vende bajo su propia
marca como Blues Blaster, con la única diferencia de que la carcasa es azul marino
cromado en lugar de negro mate, como la del JT-30).
Hohner Blues Blaster
Shure 520DX Green Bullet
Ambos proporcionan un sonido más saturado, con la diferencia de que en el
Astatic la saturación es algo menor, menos “guarro”, por decirlo de alguna forma, y su
sonido ligeramente más brillante, con más respuesta en agudos. Existe una modificación
del JT-30, el JT-30 Mr. Downchild Custom, cuyo sonido, a pesar de ser parecido al del
original, gana algo más en saturación. Otros micros utilizados en el mundo de la
armónica amplificada son el Shaker, el Shaker Madcat, el Strnad, o los que fabrica
Frank Ruskin, todos ellos adquiribles a través de internet.
Shaker Mic
Shaker Madcat
Strnad Harmonica Pickup
Ruskin Original
El otro elemento fundamental es el amplificador. Hoy en día existen
amplificadores diseñados y construidos específicamente para armónica, como el Harp
King (el original con seis conos, seis, de diez pulgadas, aunque hay un modelo con
cuatro), el Sonny Jr., el Spirit Harp Pro o el JMS Harmonica.
Harp King
Sonny Jr.1
Spirit Harp Pro
Sin embargo, la inmensa mayoría de los armonicistas utilizan amplificadores de
guitarra. De ellos los que se llevan la palma son los modelos antiguos de Fender y la
reedición del Fender Bassman del 59.
La elección del amplificador es
una cosa muy personal, ya que depende
del sonido que a uno le guste. En líneas
generales se suele convenir en que los
amplificadores antiguos o “vintage” son
mejores y más duraderos, debido a que
no se basan en un circuito impreso,
como la mayoría de los de ahora, sino
en un circuito electrónico más robusto,
con mejores soldaduras y mejor
cableado. Se suele decir también que lo
ideal para la armónica son los conos de
diez pulgadas, frente a los de doce que
suelen montar muchos amplificadores
Fender Bassman59 RI
.
de guitarra, pero como decía, esto es
una cuestión de gustos.
Algunos armonicistas utilizan
un Fender Twin Reverb, que lleva dos
altavoces de doce pulgadas, aunque
muchos prefieren modelos como el
Fender Champ, el Princeton Reverb, el
Super Reverb
Fender Twin Reverb de 1968
y los Bassman de los 50 y 60, todos ellos con conos de diez pulgadas, además del
mencionado Bassman59 RI (de reissue –reedición-).
Fender Champ de 1968
Fender Princeton Reverb de 1968
Fender Super Reverb de 1969
Un amplificador parecido al
Bassman es el Peavy Classic50 4x10, que
aunque tiene un sonido bastante bueno y un
precio
asequible,
sobre
todo
en
comparación con el Bassman, no es lo
mismo, aunque no deja de ser una buena
opción para un presupuesto ajustado,
especialmente considerando la dificultad
que hay en nuestro país para conseguir
material vintage.
Peavey Classic50 4x10.
De lo que fabrica Fender actualmente, aparte del Bassman59 RI y la reedición
del Twin Reverb del 65, por un precio más asequible están el Blues Junior o el Hot Rod
Deluxe. Como siempre, depende todo de la pasta que uno pueda gastarse, además de
que hay que tener siempre presente que un buen amplificador ayuda a conseguir un
buen sonido, pero recordad que si uno no tiene un buen tono, no hay ampli que valga...
Una vez que se tiene el amplificador y el micrófono, ¿cómo se consigue ese
sonido saturado y oscuro?. A pesar de las guías que se puedan dar, la única verdad es la
que uno encuentra...Hay que experimentar con el ampli, con el micro, con todo...Variar
la forma de coger el micro, la separación con la armónica, el sellado que las manos
hacen en torno al micro y la armónica (cuanto más hermético sea el sellado y más se
aleje la armónica del micro, más opaco y cerrado será el sonido), la ecualización del
amplificador...Todo ello contribuye. Como norma general, en el amplificador deben
tenerse los graves altos (yo los pongo en torno a 8 sobre 10) y los agudos bajos (2 sobre
10). No sabría decir exactamente qué hacer con los medios, si el amplificador tiene
control para ellos (ninguno de los míos lo tiene), pero desde luego no conviene que su
presencia destaque ni que estén ausentes completamente. Si el amplificador tiene
reverb, es recomendable que no esté muy alta (entre 2 y 3 sobre 10 está bien). El
Bassman, por ejemplo, no tiene reverb. Si el amplificador tiene volumen general y
volumen del canal, tened en cuenta que el volumen de canal aporta más saturación que
el general, puesto que actúa sobre las válvulas de preamplificación, mientras que el
general lo hace sobre las de potencia. Hay que tener mucho cuidado también con los
micros de armónica porque se acoplan muy fácilmente. Esto de acoplarse se llama más
correctamente “retroalimentación” (feedback, en inglés), y es un fenómeno que consiste
en que si el micrófono está apuntando hacia la fuente de sonido por la que se amplifica
(osea, los altavoces), el micro recoge su propio sonido, que a su vez es amplificado y
recogido de nuevo más alto por el micro...Eso produce esos típicos pitidos
rompetímpanos tan característicos, y los micrófonos de armónica, como saturan más el
sonido que los de voz, son más propensos a este tipo de problemas.
¿Cómo se afina una armónica?
Pues sí, una armónica se puede afinar, entre otros muchos ajustes que se le
pueden hacer. Si hay que afinar una armónica es porque una o más lengüetas están
desafinadas, es decir, suenan fuera de tono. El principio básico de la afinación es el
siguiente: si se quiere subir el tono de una lengüeta se le debe quitar metal de la parte
libre, de la que vibra, mientras que si se quiere bajar el tono, debe quitársele por la parte
del remache que la une a la placa metálica. Antes de explicar cómo hacer esto, voy a
contar por qué es así. La lengüeta vibra a una determinada frecuencia, que es la que a
través de nuestro oido, nosotros percibimos como un determinado sonido, y cuanto más
rápido vibre la lengüeta, mayor será la frecuencia, y por tanto más agudo el sonido. Si la
lengüeta pierde peso en la parte libre vibrará a mayor velocidad, luego subirá el tono,
mientras que si pierde peso en la parte remachada, la parte libre, comparativamente, será
más pesada, con lo que le costará más vibrar, lo hará a una menor frecuencia y su tono
bajará. Una vez que sabemos por qué tenemos que hacer lo que tenemos que hacer,
veamos cómo hacerlo. Tanto Hohner como Lee Oskar venden kits de reparación y
mantenimiento de armónicas, pero la verdad es que no merece la pena gastarse la pasta
que piden por algo que se puede hacer perfectamente con un par de destornilladores y
una lima de uñas. Lo primero es quitar la cubierta de la placa correspondiente a la
lengüeta que esté desafinada. Si la armónica es de las que vienen ensambladas con
tornillos, necesitaréis un destornillador de estrella, y si es de las que vienen con
remaches basta con hacer palanca en varios puntos cercanos a los remaches para que la
cubierta se desprenda con facilidad. Bien. Si la lengüeta desafinada es de aspirado la
cosa es más fácil, puesto que veréis que las lengüetas están montadas por la parte de
fuera de la placa.
De lo que se trata es de levantar
un poco la lengüeta, por ejemplo
colocándole un destornillador plano
finito o una placa de metal debajo, y,
bien limar, bien rascar con una lezna, la
parte correspondiente de la lengüeta: la
libre si queremos subir el tono o la del
remache
si
queremos
bajarlo.
Obviamente esto debe hacerse con
cuidado de no dañar ni la lengüeta en
reparación, ni ninguna de las
adyacentes. Lo mejor es probar primero
con alguna armónica vieja que ya esté
desechada
Subiendo el tono*
Bajando el tono*
Si la lengüeta desafinada es de soplado, cuando se quita la cubierta de arriba
para descubrir las lengüetas, uno se da cuenta de que éstas están fijadas por la otra parte
de la placa, es decir, hacia el interior de la armónica. Tenemos entonces dos opciones.
La primera es desmontar la placa del peine y proceder de forma análoga a la
anteriormente descrita.
La otra consiste en introducir un
destornillador plano finito, o
herramienta semejante, por el agujero
desafinado y levantar la lengüeta de
arriba hasta que sobresalga por encima
del hueco de la placa. De esa forma se
puede acceder a ella con la lima o la
lezna y llevar a cabo las mismas
Levantando la lengüeta*
operaciones que en el caso anterior.
Por cortesía de Steve Baker, The Harp Handbook 1989
*
Obviamente en esta situación será más fácil subir el tono que bajarlo, por
cuestiones de accesibilidad, pero también hay que tener en cuenta que por lo general las
lengüetas suelen desafinarse hacia abajo, es decir, su tono se vuelve más grave, con lo
cual, la afinación más corriente será la de agudizar el tono.
Hay que tener en cuenta también que durante el proceso pueden producirse
pequeñas alteraciones involuntarias que conduzcan a que la lengüeta no suene o lo haga
con dificultad, como por ejemplo la desviación horizontal de la lengüeta en la placa (en
cuyo caso lo único que hay que hacer es centrarla en el agujero) o el excesivo
incremento o disminución del ángulo de apertura de la lengüeta con respecto a la placa
(fácil de reajustar de forma evidente: aumentándolo si ha disminuido o disminuyéndolo
si ha aumentado). También hay que tener en mente que cuando una armónica se
desafina al cabo de cierto tiempo es debido a su uso, y la pérdida de tono vendrá dada
por la fatiga del metal que compone la lengüeta. Si la fatiga aún no es total, afinando la
lengüeta se conseguirá que vuelva a su tono correspondiente, pero es muy probable que
al cabo de relativamente poco tiempo vuelva a desafinarse, y tanto menor será el tiempo
que dure afinada cuanto mayor sea la fatiga del metal. En última instancia, si la lengüeta
ha pasado a mejor vida, no hay afinación que valga. O bien se sustituye la lengüeta, o
bien la placa, o bien la armónica.
¿Qué es eso de las “posiciones”?
Posiblemente habréis oido alguna vez eso de “toca en segunda posición”, o
puede que os hayan contado vagamente que no se toca con una armónica que esté en el
mismo tono que la canción que se esté tocando...Lo cierto es que existen muchas formas
de tocar, según el tono en el que se haga. Esto de las formas de tocar se llaman
“posiciones”, y decir que se toca en una u otra posición simplemente denota el hecho de
estar tocando en un determinado tono con una armónica afinada en otro cierto tono. Por
ejemplo, tocar en Sol con una armónica en Do es hacerlo en segunda posición, tocar en
La con una armónica en La es hacerlo en primera, tocar en Do con una armónica en Si
bemol es hacerlo en tercera...A pesar de parecer complicado es muy sencillo. Todo se
basa en lo que se ha dado en llamar el círculo de las quintas:
C
F
G
Bb
D
Círculo de las
quintas
Eb
A
Ab
E
Db
B
F#
Observad que la disposición de las notas en el círculo en el sentido de las agujas
del reloj es avanzando una quinta (es decir, tres tonos y medio, o siete semitonos) en
cada paso. Supongamos que tenemos una armónica en Do. Se dice que tocamos en
primera posición cuando lo hacemos en el mismo tono de la armónica, en este caso, en
Do. Tocar en segunda posición consiste en tocar en la quinta del tono en el que tenemos
la armónica, en este caso, en Sol. Tocar en tercera posición se define como tocar en la
segunda del tono en el que está afinada nuestra armónica, en Re, en este caso. Pero
obsérvese que Re es a su vez la quinta de Sol. Si continuamos así, vemos que tocar en
cuarta posición es tocar en La, que es la quinta de Re, tocar en quinta es hacerlo en Mi,
que es la quinta de La, y así sucesivamente hasta completar las doce posiciones
existentes aumentando de quinta en quinta. Y lo mismo que se ha dicho para una
armónica en Do es aplicable a cualquier otra afinación. No hay más que mirar el círculo
para saber, para cualquier armónica, a qué posición corresponde tocar en cada tono
posible.
Muy poca gente es capaz de tocar con fluidez en las doce posiciones, puesto que
hay que dominar completamente toda la técnica de bendings, overblows y overdraws,
pero teóricamente es posible hacerlo. Hay tres posiciones que son las más utilizadas, las
tres primeras, y de éstas es la segunda posición la que con mucha diferencia se emplea
en los discos de blues, rythm’n’blues y rock que oigáis en los que aparezca una
armónica. La distribución de notas en la armónica diatónica hace posible que tocar en
estas tres posiciones, en especial en la segunda, haga óptimo el aprovechamiento de los
bendings, que es lo que todo el mundo debe saber manejar con soltura, a la vez que se
puedan utilizar acordes, tanto soplados como aspirados para apoyar la melodía.
Cualquier buen libro en el que se enseñe técnica de armónica os contará cómo tocar en
cada una de estas tres posiciones.
¿Qué discos me compro?
Bueno, ésta es una pregunta comprometida, porque cada cual tiene sus gustos, y
aunque no voy a dar una lista de discos, sí creo conveniente citar algunos nombres que
deben ser imprescindibles en la discoteca de cualquiera que pretenda tocar blues con la
armónica. Evidentemente no están todos los que son, porque tampoco es procedente ser
exhaustivo, sino dar unas indicaciones sobre qué camino seguir, pero sí son todos los
que están. Veamos, como decía antes, el sonido de la armónica amplificada se definió
en los años cuarenta, en Chicago. Cualquier armonicista de esta época será interesante
de escuchar, pero hay dos individuos que sentaron cátedra: Big Walter “Shakey” Horton
y Little Walter Jacobs. Cualquier disco que se compre de ellos será una inversión
inmejorable. De la misma época, pero con un sonido más natural, sin amplificar, es Rice
Miller, también conocido como Sonny Boy Williamson II. Éste es otro genio de la
armónica de blues del que hay que tener algo. Es la máxima expresión de cómo se
puede decir mucho con poco, de cómo con una sola nota se pueden poner los pelos de
punta...Estos tres son imprescindibles. Hay otros de la misma escuela cuya audición y
estudio no es ningún desperdicio, más al contrario: James Cotton, Junior Wells, Carey
Bell, George “Harmonica” Smith...Y luego los armonicistas de blues rural, esenciales
para dominar técnicas de acompañamiento y efectos de lengua y manos: John Lee
“Sonny Boy” Williamson I, Sonny Terry, Slim Harpo (bueno, éste no es exactamente
blues rural, sino más bien blues de los pantanos de Louisiana, pero se le puede meter
por aquí), Hammie Nixon, Joe Hill Louis, Hotshot Love, Jazz Gillum, DeFord Bailey o
Willie Nix...
Hoy en día hay muchísimos armonicistas de blues muy buenos: Jerry Portnoy,
William Clarke (éste se murió hace poco, pero es coetáneo del resto de los que se
mencionan aquí), Rod Piazza, Rick Estrin, Billy Branch, Charlie Musselwhite, y
muchos, muchos más...Pero la primera referencia deben ser los del párrafo anterior.
Tiempo habrá para aumentar la discoteca.
Supongo que debería hablar un poco de algo que no sea blues...Por citar algunos
nombres, Howard Levy, Toots Thielemans, Douglas Tate, Larry Adler, Greg
Szlapczynski, Jean-Jacques Milteau, Robert Bonfiglio o el español Antonio Serrano son
una mínima representación de lo que la armónica es capaz en estilos musicales distintos
del blues, como el Jazz, la Bossa Nova o la música clásica.
¿Cómo aprendo a tocar la armónica?
La pregunta del millón (o una de ellas...). Sin duda alguna lo mejor es encontrar
a alguien que pueda enseñar los primeros pasos. La armónica es un instrumento en gran
parte autodidacta, pero creo que una guía al principio ahorra muchísimo tiempo. Los
libros están bien, pero nada mejor que una persona física para ver y oir a la vez cómo se
hacen las cosas que deben hacerse. Si no tenéis forma de encontrar un buen profesor,
estos son algunos libros y autores cuya lectura merece la pena.
“The Harp Handbook”. Steve Baker (1989, última edición que conozco de
1999), Wise Publications, a division of Music Sales. Un gran libro. Un compendio sobre
lo que hay que saber de la armónica además de una buena guía para dar los primeros
pasos.
“Blues Harp”. Tony “Little Sun” Glover I (1967), Oak Publications. Tiene el
regusto de lo antiguo bien hecho.
Como yo no tengo más libros no puedo comentar nada más, pero lo cierto es que
hay una cantidad importante de material de aprendizaje, como siempre, complicado de
encontrar en las tiendas del país, pero fácilmente accesible a través de internet. A
continuación va una lista de autores que se han dedicado a poner por escrito sus
conocimientos y enseñanzas armoniqueras, y cuyas obras podréis encontrar fácilmente
en tiendas virtuales:
-
Tom Ball (tiene un libro muy guapo sobre Sonny Terry)
David Barret
Phil Duncan
Kim Field
Jon Gindick
David Harp
Richard Hunter (un buen libro sobre jazz con la armónica)
Jerry Portnoy (un curso con libro + 3 CDs, nada menos)
Douglas Tate (cromática de la buena)
¿Dónde encuentro información en internet?
Como no podía ser de otra forma, daré por concluidos mis desvaríos con una
lista de links interesantes para saciar durante un tiempo curiosidades weberas
relacionadas con la armónica. Muchas de estas páginas tienen a su vez links a otras
muchas más, con lo que os podéis tirar muuuuucho tiempo navegando por ahí mientras
descubrís cosas nuevas...
http://www.hohnerusa.com, http://www.hohner.de
Obviamente, páginas de armónicas
Hohner.
http://www.leeoskar.com Página
de armónicas Lee Oskar.
http://www.heringharp.com Página
de armónicas Hering.
http://www.huang-inc.com Página
de armónicas Huang.
http://www.suzuki-music.co.jp
Página de armónicas Suzuki.
http://www.customharmonicas.com Página
de los tres “luthiers” de armónica más
reconocidos.
http://www.harmonicaspain.com Página en español bastante completa, con artículos
sobre técnica y metodología, un montón de links a páginas de armonicistas en la red y la
posibilidad de suscribirse a la lista de correo sobre armónicas en español.
Esta página es muy buena. Trata muchos temas
sobre la armónica. Muy instructiva. Merece la pena perder algo de tiempo en ella.
http://www.angelfire.com/tx/myquill
http://www.harmonica.org/virtharp.htm Fundamental. La web oficial de la mejor lista
de correo sobre armónica. La sección de consulta de mensajes antiguos permite resolver
muchísimas dudas, planteadas previamente en la lista.
http://www.planetharmonica.com Id
a la sección en inglés, que tiene más contenidos.
http://www.harpinon.demon.co.uk Cosas
varias sobre armónica. Venden un curso que,
francamente, no sé qué tal está.
http://www.harmonicamasterclass.com Un
http://www.harmoniblues.com También
http://www.kharps.com
poco de todo.
variadita, centrada en el blues.
Para comprar armónicas y demás cosas relacionadas.
http://www.joesvirtual.com Más
http://www.harpdepot.com Y
para comprar.
otra...Si no recuerdo mal, ésta tenía unos precios
bastante interesantes.
http://www.harmonicas-direct.com/index2.html Otra tienda de armónicas. Ésta en UK.
Según cómo estén la libra y el dólar tendrá ventaja respecto a las americanas.
http://www.themusicdepot.net
Venta de amplis y componentes vintage.
http://www.ampwares.com/ffg/index.html Una página cojonuda para informarse sobre
amplis Fender a válvulas, con todos los modelos desde que se empezaron a fabricar
http://www.oaktreeent.com/microphones.htm Venta
de micros antiguos.
http://www2.prestel.co.uk/r-w-rinn/harplink.htm Links
de páginas relativas a micros y
amplificación.
http://www.harpmaster.com Página
oficial de Jerry Portnoy, un armonicista muy
bueno (estuvo en la banda de Muddy Waters y grabó con Clapton el From the Cradle,
por ejemplo). Tiene a la venta un método del que he oido hablar bastante bien. Lo malo
es que es caro.
http://www.harmonicalessons.com Su
propio nombre lo dice todo...
Y como despedida y cierre...
Sonny Boy Williamson II...¿Quién da más?
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