Ibrtes 15 !• mayo im ISSS Náaero 560. 8USGBIGION, «USGBIGION. Madrid: 8 reales al mes. DIARIO OFICIAL M CaUo del Príncipe, núm. 14. AVISOS DE MADRID San Isidro Labrador, patrón de Madrid.—Cuarenta horas en la iglesia parroquial SECCIÓN OFICIAL. ORDEN DE LA PLAZA. del 14 de mayo de 1855. Servicio para el 15. . "arada.—Los cuerpos de la guarnición y Milicia Nacional. («fe de dia.—Primer comandante ^^¡ipitandel regimiento infantería del ''í"cipe don Alejandro Berbiela. Visita de hospital. Artillería de niontaña. Habiéndose encargado del cantón uluitar del Rio de esta capital el co•"oneldon Rafael Muñoz, nombrado par* este destino por real orden de 28 Y^l anterior, se avisa piuiiconocíinienjo de quien corresponda; y cuyo gefe Habita calle del Arenal, núm. ü , ^lí^to principal izquierda. JíT-R' L 2 *i lixcmo. señor capitán general de Castilla la Nueva, en 11 del actual ™e dice lo que copio. .„*2''den general del H de mayo de loas en Madrid.—Habiendo sidodesiinados en virtud de real orden de 16 ral 1 ^ último á esta capitanía geneAÁ' ^"'ente coronel, comandante aei cuerpo de E. M. del ejército, don íiusebio Ruiz, y el comandante graauado capitán del mismo don Antonio luero y Madrid, este último en reemplazo del de igual clase don Joa4uin Blake y ((rbaneja, que ha pasa"0 al depósito de la guerra, se hace •«ber de orden de S. E.en k general e este dia para conocimiento de las Clases militares del distrito.» , Lo que se hace saber en la orden "e este dia con igual objeto. El brigadier gobernador interino, _ SERRANO. Secretaria del gobierno militar. El capitán de infantería de reemPiazo don Vicente Alvarez, doña Ma^'ade los Dolores Guerra y Muñoz y ^ofia María de la Encarnación Fernandez y Romero, se presentarán en ®s'a dependencia para enterarles de '^"os documentos que les incumben. •~-0. O. de S. S., Juan Rubio. ^^íado mayor de la plaza.—Fiscal I.n« ' j militar. •onorandose la habitación que ocupa en esta el capitán retirado, don ornas Labayen, que perteneció al ¿^l'miento infantería de Córdoba, se jj. a por medio de este anuncio en el ,'ario oficial de Avisos, para que tan «^0 como llcRue á su noticia S3 resoné con el liscal que suscribe, en i¿r ^'i'resuelos de la antigua casa de ^ r e o s y iinhitacion contigua á la seetaria del Gobierno Militar de esta L^^'.eon objeto de prestar una del»t!*='0"- Madrid 13 de mayo de -^^^CJjL''^'^"* militar, José Rubio. ^ftSS¡DENCL\ DElTcÓNSEJO DE „ ^ MINISTROS. ^ ; M. la reina (Q. D. G.) y su au" * real familia, continúan sin no- FOLLETÍN. i35 i-i mm immi POR EUGENIO SUE. EPILOGO. Señora, hay un gentío inmenso en ''rededores del Elíseo... ¿por que no hace el batidor sePar^V esos grupos? añadió brúsca•^ttite g„ --Es inconcebible que se oponn "**• ^^ P ^ ^ ^^^ coche del rey... jj •^'^erida amiga mía, dijo el príncipe 5y''-"iiiUano, esa multitud es muy j^j^'pacta y seria muy imprudente el gj^i^T atravesarla en este instante... gQ^'^incs un poco; todo se reduce á tarí^' Pn palacio un poco mas Pase-Walter "i"'"^'"' ^*J* y ^^ orden de que «íiop° la princesa con doble mal hujj^ . es mdigno tenerse que parar L'^ausa de la plebe. seti_??"erdl, como buen cortesano, aRua»i"^*'' "^"^ '^ portezuela y, sin <^rr^- '"»^' '*1'<^ ligeramente del ^ " a j e al suelo. *b^a»^^*^''^''^' q'"^"^^ raía» que rji. ^* Y^ la complacencia del geneel L r , ® *^^ ^ él lo que debe hacer "*iidor. ** co abuso de él, anadió la princetUi * .amargura, tú has abusado de paciencia esta noche... 4VWé quieres decir? Provincias: 12 reales al mes^ Galle del Pñnotp«, Aúm. 14. deSanAndreSí Los individuos que á continuación se espresan, se presentarán á la referida comisión, sita en las casas consistoriales el dia 16 del corriente, de una á tres de la tarde, para ser alistados ó alegar exención caso de tenerla. D. Manuel Tomás Segur^i, id., id., I D. ManuelJCuadriello, id., id., piso tercero. cuarto. I D. Antonio Prudenza, calle de VerD. Antonio Sánchez, Pavía, 2, prinD. Juan CuadricUo, id., id., id. gara, número 6, piso principal. cipal. D. José Esteban, id., id., id. D. José Rodríguez, id., id., seD. Segundo Ruiz Belin, id., id., enD. Cándido Campo, id., id., id. gundo. tresuelo. D. Francisco Montero, id., id., terD. Valeriano Ramírez, id., id., D.Francisco dePauIaRuiz, id.,id., cero. ^ tienda. segundo derecha. D. Modesto Oñoro, id., id., id." D. Juan Sainz Fada, id., id., bajo. D. Francisco Cerda, id., 10, seD. Antonio Larra, id., id., tercero D. RoFcndo Rivas, id., id., id. gundo. Ídem. D. Jofé López Cano, id., 8, quinto, D. Nicolás Galo de Lema, id., id., D. José Larra, id., id., id. D. JuanAnchet, id , id., principal Ídem. ^ . * ^ D. Juan Fernandez, plazuela de la D. Guillermo Nagal, id., id., id. D. Carlos Galo de Lema, id., id., Armería, 1. bajo. D. Antonio López, id., id., id. tercero. D, José Eí!fBand<^,id.. ¡d-, id-. D. Antolin Fernandez de Villa, id., D. Vicente Contreras, id., id., bajo D. Francisco Beindo, id., id , id. ídem, tercero. interior. D. José Murna, id., id., id. D. Juan Vázquez Parra, id., id. D. José Jouve, id., id., id. D. Tiburcio Via, id., id., principal piso cuarto déreclia. 1). Antonio Luenia, plaza de la interior. D. Joaquin María Coronado, id. Armería, 1. bajo. D. José Prida Valdés, id., id., se10, tercero, id. D. José Platas, id., 5, piso cuarto. gundo derecha. D. Santiago León Arroza. D. Felipe Patino, id., id., id. D. Roque Meneudez, id., id.,entreD. José Francisco Fandenes, id. id. J|D. Luis Albarez, id., id., id. suelo. piso cuarto. D. Luís López, id., id., bajo. D. Juan Antonio Castaños, id., id., D. Andrés Garcia Sidra, id., id D. Carlos Billar, calle Mayor, 118, segundo. botica. segundo. D. Juan Orejón, id., id., id. D. AntonioRedondoGarcia id., id. D. Francisco Crespo, id., id., id. D Ángel Menendez, id., id., terpiso cuarto derecha. D. Rafael López, id., id., tienda. cero. D. Manuel Menendez, id., id., terD. Emilio López, id., id., id. D. Domingo Gómez Fuente, id., id., cero izquierda. D. Vicente Sarto, id., id , id. principal. D. Santiago Cáceres, id., 12, seD. José Esquilón y Barbero, id., id. D. José Maria Martínez, id.,id., id. gundo, id. Ídem. D. Juan Narredo, id., id., bajo. D. Andrés López, id., id., bajo. D. Prudencio Menendez, id., id., D. Tomas Andrés y Andreí, id., id., D, Andrés León, id., id., id. entresuelo. ídem. D.RafaelSanRoman,id., id.,prinD. Agustín Fernandez, id., id., D. Antonio Sainz López, id., id.. cipal. patio. Ídem. D. Ángel Sol, id., 14, bajo. D. José Moretón, id., id., bajo. D. Augusto Malmet, id., id., seD. Manuel Caldeiro, id., id., id. D. Juan Villamíl, Mayor, 127, ter- gundo. D. Manuel Caldeiro (2.°), id., id. id. cero derecha. a D. Bernardo Garcia, id., id., id. D. Antonio Arias, id. id., tienda. Sr. marqués de Ormenar, San QuinD. José Garcia, id., id., id. D. José Fernandez, id., id., id. tín, 4, principal. D. FranciscoPlímargall, id.,id. id. D. Jacobo de Lara, id., 16, prinD Enrique Boner, id., id., id. D. Francí«co Pérez, id., id., id. cipal. D. Agustín Prol, id., 4, tercero. Excmo. Sr. duque de Ábranles, D. Juan Camarina, id., id., tienda. D. Rufino Garcia Nogueira, id., id. Ídem, 120, principal. D. Benigno María Ibarra, Lepaulo, ídem izquierda. D. Pedro José Llaarado, id., id., id. 2, entresuelo. D. Rafael Nuñez, id., id., id. D. León Diez, id., id., id. D. Ramón Vallejo, id., id., tercero. D. Rafael González del Valle, id., D. Ramón Pintado, id., id., id. D. Luis Claudio Gómez, id., id., pi- 6, segundo interior. D. Ensebio Martínez, id., id., id. so cuarto. D. José Fernandez, id., id., id. D. Camilo Lomas, id., id., id. D. Miguel Agustín Príncipe, id. D! Isidoro Cordón, id., id., id. D. Carlos Azeña, id., id., id. idern, principal. D. Ramón Méndez, id 127, bajo. 1). Francisco Garcia, id., id., id. D. Julián Príncipe, id., id., id. D. Carlos Pérez, id., id,, entreD. Marcelino Peña, id., id., id. D. Gabriel Muñoz Sobrino, id., 4, D. Antonio Domínguez, id., id., suelo. bajo. D. Valentín Alvarez, id., id., prinídem. b . Tomás Izquierdo, id., id., porD. Francisco Soto, id., id., tercero. cipal. tería. D. Manuel Carnero y Aparicio, id.. D. José Pérez, id., id-, id. D. Manuel María Sánchez, id., id., ü. Alvaro Pérez, id., id., piso Ídem, segundo. sotabanco, número 3. D. Cayetano Rodríguez de Llano, cuarto. D. Manuel Vorcus y Briza, id., id., ídem, id., id. D. Antonio Rodríguez Crallo, id., piso cuarto. D. Joaquin Rodríguez de Llano, D. Lorenzo Azcona, id., id., se- ídem, sotabanco. ídem, id., id. D. J»sé Notario, id., id., id. gundo D. Ramón Rodríguez de Llano, id., D. Alonso deNavaGr mon, id., id., D. Pedro de la Puente, id., o, id. segundo. id , id. D. Miguel Avellana, id id., bajo D. Atanasio Rodríguez de Llano, ü. Tomás González, id., id., piso Ídem, derecha. id., id. quinto. D. Francisco Carbajal, id., id. piD. José de Marcos, id., id., id. so cuarto. D. Francisco Ramírez, id., id , id. D. Antonio Suarez, id., id., seD. Vicente García Quijada, id., 8, gundo. D. Silvestre Garcia, id., id., boarpiso cuarto. dilla. 1). Juan García Bellas, id., id., id. D. Luis Maria de la Torre, id., id., D. Pablo Maria Sacz, id., id prinD. José Gamarra, San Quintín, 10, bajo. cípal. tercero. D. Vicente Varó, id., id tercero D. Benito Am.nrtoy, id., id., id. D. José Murías, Factor, 4, prinderecha. D. Vicente Okendo, id., id., id. cipal. D. José Sonda Arganda, id., ¡d. D. Eugenio Donoso Corles, id., id., D. Juan José González, id., id., enbajo izquierda. ' entresuelo. tresuelo. ' iíí D. Francisco González, id., ídem. Ídem. D. CristóbaltRíeFgo, id., id., bajo. D. Juan Franco, id., id., id. D. Gabriel López, id., 6, id. H-^n D. Manuel Alonso, id., id., segundo. D. Antonio Fernandez, id., id., entresuelo. , ^ D . Julián Samaniego, id., id., principal. D. Juan Gil, id., 8, ba'o. D. Eustasio del Rey, id. 10, cuarto* D. Antonio Villalba, id., id., segundo. a|»P' D. Martin Platel, id., id., id. D. Juan Zazo de Larez, id., idera, principal. D. José Villar y Salcedo, id., 14, Ídem. B . Manuel {Gante, id., id., segundo. D.'Juan Martínez, id., id., tercero. D.f Antonio Marqués, id., id. D. Santos González, id., id., bajo. D. Felipe Vegas y la Cámara, id., ídem, id. D. Jacinto Garcia, id., id., principal. D. Andrés Orejas, id. id., segundo. D. Juan Francisco de las Herrerías, id., 16, id. D. José Antonio Gutiérrez, id., id., boardilla. D. Feliz Millan, id.. 7, cerrajería. D. Lesmes Hernando, id., id., id. D. Víctor Romero, id., id., id. D. José Montero, id., id., bajo. D. Pedro López, id., id-, id. D. Ambrosio Casas, id., id., derecha. D. Ramón Pérez, id., id., id. D. José Allende, id., id., id. D. Pedro Guardado, id., id., id. D. Antonio Santa Maria, id. ídem, ídem. D. Pedro Francisco, id., id., id. D. Juan García, id., id., id. D. Martin López, Factor, 7, principal interior. D. Lucas Villar, id., id., id. D. Manuel Montero, id. id. bajo. D. Antonio Lezo, id., 9, entresuelo derecho. D. José Arranz, id., id., id. D. Alejo del Peral, id., id., segundo izquierda. D. CarlosFeijóo, id., id., id. D. Juan Manuel Pérez, id., id., id. D. Andrés Méndez, id., id., id. D. Domingo Rodríguez, Plazade Oriente, 4, principal. D. Tomás de Ancos, id., id., bajo. D. Ángel Morales, id., id., cuarto. D. Ramón Valencia, id., id., tercero derecha. ü. Jo«é Acel)cdo, id , id., cuarto. D. l.*ídio Acebedo, id., id-, id. D. Andrés Abelmo, id., 10, Iwiio. D. Gregorio Ramos, id., id., id. D. Sebastian del Olmo, id., id., piso cuarto. D. José Ramos ^ueipo, id., id., tercero. .—Esta noche, á la vista de todo el mundo, se ha portado Vd. bien ligeramente delante de la joven Fitz Clarence... y yo... —Vamos, respondió el principe encogiéndose de hombros, volvemos á los celos... —Cuida Vd. mucho de justificarlos, caballero... yo creía que la edad calmaría sus pasiones, y que los escándalos de que la villa Farnesia fue vergonzoso teatro antes de nuestro enlace, no se repetirían... y veo que me he engañado. Aquellas reprensiones llamaron inopinadamente á la memoria del principe los recuerdos de la bella condesa de Villetaneuse y se sonrió con una satisfacción secreta, pensando en aquella brillante conquista de su juventud. Iba, sin embargo, á tratar de apaciguar á su esposa cuando oyó crecientes rumores que salían del centro de los grupos, y á la luzrogiza de las hachas que tenían los lacayos, de pié á la trasera del coche, vio el principe á la muchedumbre, contigua al cuerpo de guardia, agitarse al rededor de una camilla, llevada [)or dos mujeres, y ([ue cubierta con una sábana ensangrentada, dibujaba unas formas humanas... y cerca do aquella especie de camilla caminaba Fortun ea traje de miliciano.^ Carlos Maximiliano no reconoció al platero y se conmovió vivamente á vista de aquella escena, que pasó delante de él como una fúnebre visión iluminada por el resplandor délas hachaSí Aquellos resplandores llamaron la atención de Fortun hacia la carroza del principe... le reconoce... y se lanza pálido, terrible... á través de la multitud... y abriendo bruscamente la portezuela coje convulsivamente á Cár:os Maximiliano por un brazo, gritando con amenazadora voz: —De rodillas... caballero... de ro- dillas.. delante de todo moribundo se arrodilla uno... y esa que pasa es una víctima de V. A. —Insolente! dijo Carlos Maximiliano confundido y absorto, no reconociendo todavía bajo su uniforme al platero, y volviéndose al fondo del carruaje al lado de la princesa, lleno de terror é indignación. Qué es lo que quieres? quién eres? —Soy Fortun Sauval, señor: la mujer que allí llevan bajo el ensangrentado paño, y muere de un navajazo... ef Aurelia de Villetaneuse... la mu jer que V. A. ha seducido! —Gran Dios! murmuró el príncipe, desvanecido y asustado: ella!... asesinada!... oh... eso es horrible! —Venid, señor... respondió el platero, con temblorosa voz... y no pudiendo dominarse, tiró violentamente del príncipe, dicíéndole: Venid á presenciar la agonía de la mujer que habéis perdido!... venid á pedir perdón, á Dios y á los hombres, del mal que habéis hecho!... Carlos Maximiliano, herido de una especie de vértigo y bajo el peso del horror y de los remordimientos, se precipitó del coche á pesar de los atronadores gritos de la princesa, y siguió raaquina'mente á Fortun, atravesando en pocos pasos la embobada muchedumbre, que presenciaba aquella escena, tan rápida como vehemente, y entró en al cuerpo de guardia en que el doctor Pascal se apresuraba ya en suministrar los primeros auxilios á Mad. de Villetaneuse, colocada desde cortos instantes sobre un catre. Las sales y una cucharada de ethcr reanimaron por un momento á Aurelia moribunda, y medio abrió los ojos en ocasión en que Fortun y Carlos Maximiliano entraban en el cuerpo de guardia, cerrando en seguida la puerta para (jue no so precipitase la multitud. por tan justas y enormes palabras, dichas en medio de un silencio profundo, no se atrevió, no [)udo responder, á pesar del orgullo de su raza soberana. Sin embargo, iba á balbucear alguna justificación, cuando la puerta del cuerpo de guardia se abrió, y entró pi-ecípitadamente el general W^alter, diciendo: —Señores, no está aquí S. A.? Y reparando en el principe, se adelantó vivamente á el y añadió: —Señor, la señora princesa meenvía cerca de V. A. —Oh! si, ven... Walter... ven... esclamó Carlos Maximiliano azorado y saliendo seguido del general. Hay una justicia eu él cielo!... Los restos de Aurelia de Villetaneuse fueron trasladados á casa de' Fortun Sauval, donde Mariana cerró piadosamente los párpados de su hermana, y ella misma la amortajó. Angelo Grimaldi espió sus crímenes en un patíbulo, y Mad. Bayeul fué condenada á reclusión perpetua. Mr, Joufroy, murió lenta y dulcemente sin recobrar la razón. Miguel, consocio de Fortun Sauval, llegó á ser tan grande artista conlo stt maestro, vivió dichoso al lado de su mujer y de Catalina cuya heroica rehabilitación admiró mas cada vez. El señor Laurencio vivió todavía bastante, y la tía Prudencia no dejó de hacer rabiar á su marido Roussel y de rodearle de los cuidados mas puros y entrañables. Mariana y Fortun compartieron la felicidad de sus amigos, y el tiempo, ese inexorable compensador, aquietó y pocoá poco borró las dolorosas impresiones que, por la muerte de Aurelia de Villetaneuse, entristecían los días de los que la sobrevivieron. ' vedad en su importante salud, en el real sitio de Aranjuei. Gobierno de la provincia de Madrid. Según los partes sanitarios dados en las últimas 24 horas por los señores profesores de la ciencia de curar y que están de manifiesto en estas oficinas para satisfacción del que quiera examinarlos, resulta lo íiguiente: MADRID. Invadidos del cólera-morbo. . 22 Muertos de los anteriormente invadidos 7 Id. de los invadidos en estedia 4 El estado de salud pública en los demás pueblos de la provincia no ofrece novedad alguna, scfiiin los partes recibidos de los señores alcaldes. Madrid á las doce de la noche del 13 de mayo de 18So.—Luis Sagasti. QUINTAS. Distrito del Congreso. El jueves próximo 17 del corriente y hora de las nueve en punto de su mañana, he acordado se termine definitivamente el acto del juicio de exenciones y declaración de soldados: al efecto se previene que todo individuo comprendido en la adjunta lista se presente á deducir las exenciones de que se crean asistidos, en la inteligencia que el que no compareciese le parará el perjuicio á que dé lugar su morosidad. 4 Venancio Pérez. 6 Pedro García y Soriano. 10 José Granda. 12 Joaquín Ugarte. 14 Pedro Labarrera. 29 Bautista Mombuela. 42 Ignacio García Caballero. 43 lídro Rodríguez. 47 Manuel Pérez. S9 Antonio Pérez. 62 Pedro Nuñez. 63 Julián Montalvo. 76 Celedonio ^García. 77 José Antonio Sular. 80 José Garcia. 96 Ramón Mares. 101 Ramón Fernandez. 1P,9 FrantíisopOto. 114 Andrés Garcia Sierra. 118 Francisco Garcia. 129 Francisco Canoa. 131 Pedro ürcar. Madrid 14 de maj'o de 1833.—El alcalde constitucional, presidente, L-.IÍS de Emlrambasaguas. 3 Ayuntamiento conslilucional de Madrid. COMISIÓN DE MILICIA NACIONAL. Nombres y apellidos. El principe se creyó juguete de un sueño horroroso, cuaudo vio sobre aquel indecente colchón, y en un cuerpo de guardia, tendida y espirante, y con el. pscho traspasado, á aquella mujer tan radiante en otro tiempo de belleza y juventud, y que ahora permanecía petrificada y con la mirada fija. Fortun se arrodilló al lado de Aurelia, y los demás milicianos, repartidos por el cuarto, guardaron el ma« melancólico silencio. Las tres mujeres que habían conducido á la condesa lloraban, y el doctor Pascal, moviendo tristemente la cabjza, consultando aun otra vez el pulso de la victima, parecía reniuiciar á toda esperanza. Mad. de Villetaneuse reconoció en seguida á Fortun y después á Carlos Maximiliano y llevó sus débiles manos á la írente, como si despertase de un sueño: sus hundidos ojos empañados par la proximidad de la muerte se abrieron del todo... y sus labios cárdenos se agitaron imperceptibles, sin articular una sola palabra. Después, por un esfuerzo supremo murmuró estas palabras entrecortadas por los frecuentes ahogos de la respiración en la última hora. —Fortun... no esperaba morir átu lado... mi amigo de la niñez... perdóname... ruega á Mariana... á mi tía... á mi padre si ha recobrado la razón.... que rae perdonen También... yo... Aur-ilia tuvo que interrumpirse por un instante; hizo entonces un movimiento para volver su lánguida cabeza hacia el principe que de pie y con el rostro entre sus manos, sollozaba; pero no pudo dirigirle mas que una espirante mirada, y añadió con voz cada vez mas debilitada y oprimida: —Maximihano... me habéis... abandonado... cruelmente... y... esc abandono... tal vez ha... causado... mi desgracia!... yo... os... per... dono... Y sintiendo que su vista se ofuscaba y la embargaba el frió de la muerte balbuceó: —Fortun.... tu mano.... ah! yo... su... Tales fueron las últimas palabras inteligibles de la condesa: echó hacia atrás la cabeza y sus dedos se crisparon. Sin embargo, aun pronunció el nombre de Angelo... y después exhaló su alma entre los brazos de Fortun Sauval, que dando desgarrares gritos no sabia separarse del cadáver. Horrorizado el príncipe le temblaban las rodillas, y pudiendo apenas contenerse parecía clavado cerca del lecho fúnebre... El doctor Pascal se adelantó lentamente, y apoyando una mano sobre el brazo de su alteza serenísima, le dijo en voz baja y grave, señalándole con un gesto á las tres mujeres compañeras de la condesa: —Señor... ya veis á esas tres desgraciadas: el abandono, la miseria y tal vez el hambre, las han sumergido en el fango mas horrible en que pueda arrastrarse criatura humana... Madama de Villetaneuse cayó de desgracia en desgracia en ese mismo fango... era la compañera de esas mujeres... y en la tasca en que vivia es donde-ha sido asesinada... —Oh! basta... basta... caballero... Murmuró Carlos Maximiliano confundido: basta... porjjjedad... basta... —No, una vez siqiuera oiréis en vuestra vida la verdad, señor... V. A, ha empleado medios infames para seducir á Mad. de Villetaneuse... y después la ha abandonado cruelmente... V. A. es una de las causas principales de su desgracia... y merece el odio y el desprecio de todo hombre de bien: salid, señor, salid... porqde nos inspiráis horror!.... Anonadado su alteza seveuisima mm FIN.