Universidad de Pinar del Río “Hermanos Saíz Montes de Oca” Facultad de Geología y Mecánica Carrera de Geología Trabajo de Diploma. “Las maclas de calcita y las deformaciones de los minerales en los metacarbonatos como indicadores de temperaturas de deformación, en la cúpula de Trinidad, macizo Escambray”. Autores: AnaVivian Prieto Acosta. Marbelys Riverón Hernández. Tutor: Dra. Ana Ibis Despaigne Díaz “Año 52 de la Revolución.” “Todas las batallas en la vida sirven para enseñarnos algo, incluso aquellas que perdemos.” “Solo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar.” Pablo Cohelo. Trabajo de diploma de Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández. DECLARACIÓN DE AUTORIDAD Declaramos que somos autores de este Trabajo de Diploma y autorizamos a la Universidad de Pinar del Río, a hacer uso del mismo, con la finalidad que estime conveniente. Firma: __________________________________ Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández autorizamos la divulgacióndel presente trabajo de diploma bajo licencia Creative Commons de tipo Reconocimiento No Comercial Sin Obra Derivada, se permite su copia y distribución por cualquier medio siempre que mantenga el reconocimiento de sus autores, no haga uso comercial de las obras y no realice ninguna modificación de ellas. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández.autorizan al Dpto. de Geología adscrito a la Universidad de Pinar del Río a distribuir el presente trabajo de diploma en formato digital bajo la licencia Creative Commons descrita anteriormente y a conservarlo por tiempo indefinido, según los requerimientos de la institución. Agradecimientos. Quiero agradecerle a Dios por permitirme llegar hasta aquí y amarme tanto especialmente a mis padres y hermano por ser tan dedicados a mi, por infundirme valores que me han ayudado a salir adelante y llegar a ser lo que soy hoy: GRACIAS desde lo mas profundo de mi corazón. Para ustedes van todos los triunfos de mi vida. A mi primo Juan Carlos le estoy eternamente agradecida, por orientarme cuando estoy perdida, por escucharme y enterderme. A William por su amor, apoyo, entrega, porque esta tesis también pertenece a él. A mis suegros por sus consejos, su ayuda, por hacerme sentir como una hija más. Mis mas sinceros agradecimientos a todos los profesores del departamento de geología por su ayuda incondicional, por brindarnos sus conocimientos, por sus exigencias y su esfuerzo para integrarnos como verdaderos profesionales. Y en especial a nuestra tutora Ana Ivis por su tiempo, entereza, por ayudarnos a hacer realidad nuestro sueño. A todos mis compañeros de aula por ayudarme en estos cinco largos años, principalmente en los momentos difíciles. Nunca los olvidaré. A todas las persona queridas que me han ayudado a formarme como persona y como profesional (a Iris, Ilia, Evelin, Pilar, Juan Miguel, Yohan, mi tío Juan Carlos, Maira, Nory, Noraida, Candy, las muchachas de tercer año Alenia, Violeta, Marisleidy). Y por último a aquellas personas que han pasado en algún momento por mi vida y me han enseñado algo nuevo. A TODOS MUCHAS GRACIAS. Ana Vivian. Agradecimientos. Quiero agradecer a primero que todo a la revolución por darme la oportunidad de estudiar y superarme. A las personas que hicieron posibles de una forma u otra la realización del presente trabajo en especial a nuestra tutora Ana Ibis Despaigne por brindarnos un gran caudal de conocimiento durante todo el transcurso de la tesis. A mi compañera de trabajo Ana Vivian por comprenderme y apoyarme durante todo este tiempo. A Yania, Elizabeth, Esther María, Loly y a todos aquellos que aportaron su granito de arena en la realización del presente trabajo. Gracias a Dios por la gran familia que tengo y ser mi sustento en durante todo este tiempo. Gracias a mi papá (Rafael) por no perder la fe en mí, apoyarme en todo momento y consolarme en los momentos más difíciles. Gracias a mi mamá (Dionila) por ser tan dulce y tan especial. Gracias a mi abuelita querida por ser la luz que ilumina mi vida. Gracias a tata por ser una madre más para mi y darme ese amor incondicional. Gracias a mi prima Ania, mis tías María y Pura, por sus oraciones y su amor. Gracias a mis hermanos Nardelys, Ardenys y Darmays por su ayuda y cariño. Gracias a Marcelino por enseñarme y guiarme por el camino de la vida. Gracias a Ali por tu cariño y comprensión. En general a toda mi familia “Gracias” por su confianza y amor. A mis compañeros de aula que no por que los menciones de último dejan de ser importantes (Yania, Wendys, Ana Vivian, Loly, Mely, Elizabeth, Helio, Teofilo, Luis, Wilmer, Danger, Cristian), gracias por compartir durante todos estos años momentos de felicidad y tristezas. A mis amigas por permitirme ser parte de sus vidas y por todos los momentos inolvidables que pasamos juntas. A Wendys por su gran amistad y apoyo. En fin gracias a todos aquellos que en estos momentos no puedan compartir esta alegría pero formaron parte de mi vida. A los profesores del departamento de Geología por ser nuestros padres y por brindarnos todo su conocimiento y formarnos como buenos humanos y futuros profesionales durante estos años. Marbelys. Dedicatoria. A mis padres Ana Celia y José Vivo por ser el centro de mi vida. A mi hermano Roberto por ser la luz que me orienta. A mis sobrinos Elaine y Roberto J.; el tesoro más grande y hermosos que me han dado. A mis abuelos Noelio y Migdalia por ser los ángeles de mi guarda. Los extraño mucho. A Iris (mi cuñada) la figura femenina que siempre he visto como hermana. A William por su amor infinito. A mis suegros Elizabeth y Guillermo, a mi cuñada Elianys, por su apoyo incondicional, y ser partes de mi vida. A cada uno de mis compañeros de aula por estos hermosos años juntos. A ustedes va dedicada mi tesis con todo mi amor. Ana Vivian. Dedico el presente trabajo a mi padre, mi madre y a mi abuelita por ser la inspiración y el sentido de mi vida. A mi familia por brindarme su apoyo y su amor en todo momento. Marbelys Resumen. En el área La Sierrita, cúpula Trinidad, macizo Escambray se realizó un estudio encaminado al análisis de las maclas de calcita y las deformaciones de los minerales formadores de rocas, teniendo en cuenta los rangos de temperatura a las cuales se formaron. Este estudio se realizó con la finalidad de establecer la evolución tectonometamórfica (termal) del área. Se analizaron un total de 23 muestras metacarbonatadas en secciones delgadas, donde las maclas de tipo II y III respectivamente, son las de más amplia distribución, brindando temperaturas en un rango de los 150˚ y 300˚C asociados a las fase D2. Esta fase se corresponde con un proceso de subducción–colisión. Durante D3 las temperaturas descendieron a un rango de 150˚–250˚C según las temperaturas de las maclas que presentan las vetas tardías que cortan a la foliación principal S2. La fase D3 ocurrió durante la exhumación de las unidades. En las vetas de calcita más jóvenes no aparecen granos maclados, sino calcita recristalizada formada durante la disminución paulatina de las temperaturas en la fase D4. Las maclas de calcita no están vinculadas al pico metamórfico (subducción), sino a los estadíos de subducción–colisión, colisión–exhumación y exhumación. Las deformaciones observadas en las micas, plagioclasas y el cuarzo indican que las temperaturas alcanzaron elevarse hasta los 400˚C. De modo general se puede decir que tanto las maclas de calcita como las deformaciones manifestadas en los minerales formadores de rocas demuestran que las rocas metacarbonatadas sufrieron deformaciones a temperaturas de 150˚ a 400˚C, relacionados a una facies de esquistos verdes tanto en el nappe de alta presión (Monforte) como en los restantes nappes: La Sierrita y Río Chiquito. Palabras claves: maclas de calcita, rocas metacarbonatadas, cuarzo, micas, plagioclasas, maclas tipo I, II, II y IV. Abstract. Calcite twinning and deformation in rock forming minerals were analized to achieve deformation temperatures in metacarbonates. The study was carried out in La Sierrita area, Trinidad dome, Escambray massif, to establish the tectono metamporphic history of the area. Analysis of 23 rock samples under the optical microscope showed twins type II and III in metacarbonates formed at temperatures ranging from 150º–300º C. These twinning in calcite is related to the D2 deformation associated with a subduction–collision process. During D3 deformation temperatures decreased from 150˚ to 250˚C according to late veins cross cutting the main S2 foliation. This phase is related to the exhumation history of the tectonic units. Recristalized calcite fills the youngest veins and no twinning is reported thus the veins formed in shallower crustal levels at expense of continuous temperature decrease. These late veins could occur during D4 deformation phase in a continuous exhumation process. Calcite twinning is not related to the metamorphic peak (subduction) thus were formed during the subduction–collission– exhumation of the belt. Deformation observed in micas, plagioclases and quartz demonstrated that temperatures could reach up to 400ºC. Calcite twinning as well as deformation in rock forming minerals in the metacarbonates suggests these rocks were deformed at temperatures from 150º C to 400º C under a green schist metamorphic phase. Key words: calcite twins, metacarbonates, quartz, plagioclase, micas, calcite twin type I, II, II and IV. ÍNDICE Introducción. _______________________________________________________________ 1 CAPÍTULO I: CARACTERÍSTICAS GEOGRÁFICAS Y ECONÓMICAS DE LA REGIÓN._____ 3 1.1 Ubicación geográfica.____________________________________________________ 3 1.2 Relieve. ______________________________________________________________ 4 1.3 Vías de comunicación. ___________________________________________________ 4 1.4 Vegetación. ___________________________________________________________ 4 1.5 Hidrografía. ___________________________________________________________ 4 1.6 Clima. _______________________________________________________________ 5 1.7 Recursos naturales. _____________________________________________________ 6 1.8 Actividad económica fundamental.__________________________________________ 6 1.9 Historia de los trabajos realizados anteriormente. ______________________________ 6 CAPÍTULO II: GEOLOGÍA REGIONAL DEL MACIZO METAMÓRFICO ESCAMBRAY Y DEL ÁREA DE ESTUDIO.________________________________________________________ 10 2.1 Geología del macizo Escambray.__________________________________________ 2.1.1 Tectónica. ________________________________________________________ 2.1.2 Metamorfismo._____________________________________________________ 2.1.3 Edad del metamorfismo. _____________________________________________ 2.1.4 Magmatismo.______________________________________________________ 10 12 15 15 16 2.2 Geología y tectónica del área de estudio. ___________________________________ 2.2.1 Geología y tectónica por perfiles. ______________________________________ 2.2.2 Estratigrafía. ______________________________________________________ 2.2.3 Tipos de rocas metacarbonatadas. _____________________________________ 17 18 22 27 CAPÍTULO III: METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN ___________________________ 29 3.1 Revisión bibliográfica. __________________________________________________ 29 3.2 Trabajo de campo. _____________________________________________________ 29 3.2.1 Toma de muestras. _________________________________________________ 29 3.3 Preparación de las muestras._____________________________________________ 29 3.4 Análisis de secciones delgadas. __________________________________________ 29 3.5 Determinación de tipos de maclas. ________________________________________ 30 3.6 Determinación de las temperaturas de deformación. ___________________________ 32 3.7 Procesamiento e interpretación de los datos._________________________________ 32 3.8 Evolución tectonometamórfica. ___________________________________________ 32 CAPÍTULO IV: ANÁLISIS DE LAS MACLAS DE CALCITA Y DEFORMACIONES EN MINERALES FORMADORES DE ROCAS._______________________________________ 35 4.1 Origen de las maclas. __________________________________________________ 35 4.1.2 Maclas de deformación en los metacarbonatos. ___________________________ 36 4.2 Tipos de maclas identificadas en los perfiles geológicos.________________________ 37 4.3 Vetas tardías._________________________________________________________ 41 4.4 Mecanismos de deformación en minerales formadores de rocas. _________________ 42 4.4.1 Deformaciones intracristalinas en minerales formadores de rocas. _____________ 44 4.5 Análisis de las temperaturas de deformación en los minerales formadores de rocas. __ 45 4.5.1 Análisis de las temperaturas de deformación en los minerales formadores de rocas por perfiles. ___________________________________________________________ 45 4.5.2 Análisis de temperaturas de deformación en los diferentes nappes. ____________ 49 4.6 Muestras anómalas.____________________________________________________ 52 CAPÍTULO V: EVOLUCIÓN TECTONOMETAMÓRFICA DEL ÁREA DE ESTUDIO. _______ 56 5.1 Interpretación tectónica._________________________________________________ 56 5.2 Evolución tectonometamórfica del área de estudio. ____________________________ 59 Conclusiones. _____________________________________________________________ 62 Recomendaciones. _________________________________________________________ 63 Bibliografía consultada. ______________________________________________________ 64 Anexos gráficos____________________________________________________________ 72 Anexos textuales ___________________________________________________________ 84 Introducción. Las maclas de calcita han sido utilizadas en numerosos trabajos para la estimación de las temperaturas de deformación en las rocas metacarbonatadas (Weiss, 1954; Groshong et al., 1984; Burkhard, 1990; Ferril, 1991; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009). Hasta hace unas décadas atrás las mismas carecían de interés práctico para el análisis del metamorfismo en rocas, sin embargo se ha demostrado que las maclas de calcita han ofrecido buenos resultados en estudios tectónicos para la determinación de temperaturas de deformación en diferentes facies metamórficas (Weiss, 1954; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009). De igual manera los minerales formadores de rocas como el cuarzo, micas y plagioclasas bajo ciertas condiciones de presión y temperaturas se deforman, comportándose de forma dúctil o frágil (Passchier y Trouw, 1998; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009).y ofrecen datos sobre las temperaturas a las cuales se deforman las rocas poliminerales. El estudio conjunto de las maclas de calcita y las deformaciones observadas en los minerales acompañantes permiten establecer los rangos de temperaturas a las cuales estuvieron expuestas las rocas metacarbonatadas. En el macizo Escambray se han realizados estudios sobre las temperaturas de deformación en rocas metapelíticas, metabasitas, rocas exóticas y diferentes variedades de esquistos pero no existen estudios referentes a los metacarbonatos. En la cúpula de Trinidad perteneciente al macizo Escambray, afloran una gran variedad de rocas metacarbonatadas agrupadas en distintos nappes, metamorfizadas en su gran mayoría, en la facies de esquistos verdes. Esto permite realizar estudios de las maclas de calcita y los minerales en las rocas metacarbonatadas para la estimación de las temperaturas de deformación a las que estuvieron expuestas estas rocas. El trabajo se desarrolló en la cúpula de Trinidad específicamente en el área La Sierrita, no reportándose en Cuba estudios de esta índole. Los resultados obtenidos demuestran la importancia que pueden tener los metacarbonatos para el estudio del metamorfismo, en el aporte de las temperaturas a las cuales se deformaron las rocas. Los datos que se obtengan mediante este análisis nos permitirán revelar cómo ocurrieron los diferentes eventos tectónicos y metamórficos del área en el tiempo, para así poder establecer una evolución tectonometamórfica de la misma. 1 Diseño teórico de la investigación. Problema. No existen datos petrológicos de detalle sobre las temperaturas a las cuales se deformaron las rocas metacarbonatadas en la cúpula de Trinidad lo que crea incertidumbre, de si los metacarbonatos participaron o no en el proceso de subducción durante el Cretácico, y si poseen importancia práctica en el estudio del metamorfismo del Escambray. Objeto de estudio. Las rocas metacarbonatadas del área La Sierrita, cúpula de Trinidad, macizo Escambray, Cuba Central. Objetivo general. Estudio de las maclas de calcita y los rangos de temperatura a las cuales se formaron estas y se deformaron los minerales formadores de rocas, para establecer la evolución tectonometamórfica (termal) en el tiempo del área de estudio La Sierrita, cúpula de Trinidad, macizo Escambray. Objetivos específicos. Determinar las maclas de calcita y sus tipos en los metacarbonatos del área La Sierrita, macizo Escambray, apoyándonos de las secciones delgadas. Establecer los rangos de temperatura a los cuales se formaron las maclas de calcita. Determinar los rangos de temperauturas en los cuales se deformaron los minerales acompañantes de la calcita en las rocas metacarbonatadas. Vincular los tipos de maclas, las deformaciones en los minerales y sus rangos de temperatura, para definir la evolución tectonometamórfica de la región de estudio empleando las rocas metacarbonatadas. Hipótesis. Si se determinan los tipos de maclas de calcita en las rocas metacarbonatadas así como las temperaturas en las que se deformaron los minerales acompañantes a la calcita en los metacarbonatos del área La Sierrita, cúpula de Trinidad, macizo Escambray, a través de perfiles, y teniendo en cuenta las temperaturas a la cual se formaron, se podrá establecer la evolución tectonometamórfica de la zona. 2 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010 . CAPÍTULO I: CARACTERÍSTICAS GEOGRÁFICAS Y ECONÓMICAS DE LA REGIÓN. 1.1 Ubicación geográfica. El macizo Guamuhaya, más conocido como Escambray se encuentra situado en la región sur central de la isla de Cuba, emplazado en territorios de las provincias de Cienfuegos, Villa Clara y Sancti Spíritus (figura 1.1). El mismo está dividido en dos grandes cúpulas: la cúpula de Trinidad y la cúpula de Sancti Spíritus. Los principales poblados ubicados en esta zona son: El Nicho, Condado, Meyer, Caracusey, La Ceiba, Banao, La Guira, Alonzo. El área de estudio se encuentra específicamente al suroeste de la cúpula de Trinidad comprendiendo los poblados de La Sierrita, Gavilanes y San Juan, abarcando un área de 29 km2 aproximadamente con coordenadas lambert mínimas de (564 000; 235 000) y máximas de (480 400; 240 600). La Sierrita Figura 1. 1: Ubicación del área de estudio (Encarta 2005). 3 Capítulo I. Características geográficas y económicas del área de estudio. . 1.2 Relieve. El área de estudio se caracteriza por presentar un relieve elevado abrupto, casi en toda su generalidad, con excepción de pequeños lugares ubicados hacia el suroeste perteneciente a la costa, con llanuras costeras aluviales. Hacia el centro de la zona de estudio hay un predominio de montañas y premontañas bajas, escalonadas ligeramente diseccionadas y carsificadas (800 < H < 1000 m; h = 500 m–60 m; 300 < H < 500 m, h = 100 m–200 m), además de presentar llanuras y terrazas fluviales erosivas y colinosas. Hacia el oeste del área de estudio predominan las premontañas, monoclinales, escalonadas y ligeramente diseccionadas (300 < H < 500 m; h = 100 m–150 m). Hacia la costa hay un predominio de llanuras marinas abrasivas, plegadas formando monoclinales, aterrazadas y carsificadas. El punto más elevado en el área de estudio es el Pico San Juan con 1140 m (Atlas Nacional de Cuba, 1989). 1.3 Vías de comunicación. Las principales vías de acceso en el área de estudio son la carretera que va desde La Sierrita– Topes de Collantes, Manicaragua–Trinidad y Arimao–San Juan–Trinidad. 1.4 Vegetación. Hacia el centro del área de estudio hay un predominio, en la vegetación de bosques tropicales entre los 800 y 1600 m y hacia las partes adyacentes de la cúpula de Trinidad, la vegetación que prevalece es la vegetación secundaria (bosques, matorrales y comunidades herbáceas secundaria). El área costera se caracteriza por presentar montes secos (costeros y subcostero) y maniguas costeras. En pequeñas zonas hacia el sur–suroeste se ubica una vegetación característica de mogotes (Atlas Nacional de Cuba, 1989). 1.5 Hidrografía. Los recursos hídricos de la zona de estudio no son muy representativos. En la pequeña porción que coincide con la costa, al oeste de Cienfuegos, no hay prácticamente drenaje fluvial. En toda la región central de la zona de estudio, la red fluvial se torna un poco más densa, con valores que van desde los 1,00–1,50 Km–km–2. Los principales ríos ubicados en la región del Escambray son Manatí, Alabama y en la zona de estudio se encuentra río San Juan, río Arimao con sus afluentes (Gavilanes). La dirección más predominante de los ríos es de Sur a Norte, aunque hay una gran cantidad de afluentes que desembocan en el mar (sur). A continuación hacemos referencia a los ríos que presentan mayor extensión en su cuenca y mayor densidad de drenaje (Atlas Nacional de Cuba, 1989). 4 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010 . Ríos Área de la cuenca en Km2 Densidad de drenaje en Km.Km–2 Arimao 979,0 0,90 Agabama 1713,0 1,20 Tabla 1.1: Ríos con mayor densidad de drenaje y mayor área en sus cuencas, en la region de estudio (Atlas Nacional de Cuba, 1989). Algunos de los parámetros que caracterizan esta zona son: El escurrimiento fluvial superficial varía desde los 600–1 200 mm, desde el interior de la cúpula y hacia la costa. La humedad total del territorio es de 1 000–1 400 mm. La evaporación es de 1 200–2 100 mm. 1.6 Clima. El área de estudio se identifica por presentar un clima trópical húmedo con lluvias todo el año. Las temperaturas máximas absolutas pueden alcanzar de 30°–34°C, mientras que los valores mínimos oscilan entre 2°–4°C y las medias anuales están entre 16°–26°C, hacia la costa los máximos no llegan a sobrepasar los 38°C y los mínimos los 6°C (tabla 1.2). Las precipitaciones pueden fluctuar de 1 600–2 500 mm hacia la parte montañosa, aumentando hacia la periferia de la cúpula de Trinidad. Mientras que hacia el sur, es decir hacia la costa no llegan a sobrepasar los 1 200 –1 400 mm (tabla 1.2). Los períodos secos (noviembre–octubre) varían desde los 200–600 mm y en los periodos lluviosos (mayo–octubre) llegan a sobrepasar los 1 000–1 600 mm. La humedad relativa media anual es de 65–95% (Atlas Nacional de Cuba, 1989). 5 Capítulo I. Características geográficas y económicas del área de estudio. . Indicadores Precipitación media Relieve montañoso con Llanuras con humedecimiento alto. humedecimiento. 2500 –1901 1900 –1601 1400 –1201 Anual 23 –16 24 –20 26 –24 Enero 21 –13 22 –19 24 –22 Julio 25 –18 27 –25 28 –26 1800 –1200 1800 –1400 2100 –1800. anual (mm). Temperatura media anual (°C). Evaporación media anual (mm). Tabla 1.2: Comportamiento de las precipitaciones, temperaturas y evaporación media anual en diferentes sectores del área de estudio (Atlas Nacional de Cuba, 1989). 1.7 Recursos naturales. En la zona de estudio se localizan varios recursos naturales como son yacimientos metálicos de origen hidrotermal (piríticos y calcopiríticos), que pueden ser medianos, los mismos son utilizados en industria metalúrgica y química. En el caso de los yacimientos no metálicos no son muy abundantes siendo la arcilla el más representativo, el cual se utiliza en la cerámica y fabricación de cemento. (Atlas Nacional de Cuba, 1989). 1.8 Actividad económica fundamental. La actividad económica principal que sustenta las comunidades del área de estudio es la actividad agropecuaria aunque también existe un gran desarrollo en la industria azucarera, tabacalera y la construcción. En la mayoría del territorio el suelo es utilizado para usos forestales y en menor medida para el cultivo del tabaco y la caña de azúcar. Por su gran belleza natural la zona es propicia para el desarrollo turístico. (Atlas Nacional de Cuba, 1989). 1.9 Historia de los trabajos realizados anteriormente. La geología del Escambray ha sido una gran polémica entre geólogos desde principios del siglo XX en cuanto a su origen, estructura, tectónica, edad y metamorfismo. Los primeros trabajos de la región de estudio datan de los años 1937 y 1959 (Thiadens, 1937; Hill, 1959), donde en 1937 se realizan trabajos basados principalmente en la litología y estratigrafía, sin profundizar 6 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010 . en la estructura y tectónica del área describiéndola como simple. Durante aproximadamente 25 años se abandonan casi por completo los estudios sobre esta zona y no es hasta el año 1961 que se efectúa el primer levantamiento aereomagnético donde se relevó la compleja tectónica del área de estudio y la presencia de cuerpos intrusivos en la misma (Rimanov, 1961). Durante los años sesenta y setenta numerosos geólogos estimaron la edad del macizo antes que las secuencias del Escambray se metamorfizaran ubicando las misma durante el Paleozoico (Allende, 1928; Rigassi–Studer, 1961; Pusharoswsky, 1966; Hatten, 1967; Tijomirov, 1967; Khudoley y Meyerhoff, 1971). Otros geólogos plantearon la gran similitud entre las secuencias de la Formación San Cayetano, Cordillera de Guaniguanico, Pinar del Río con el macizo Guamuaya, considerándola de edad Jurásico –Cretácico (Butterlin, 1956; Judoley et al., 1963, Furrazola Bermúdez et al., 1964; Khudoley, 1967; Khudoley y Meyerhoff, 1971). Millán y Myszynsky, (1978) se encuentran restos de ammonites en el Grupo San Juan, corroborando la edad entre el Jurásico Inferior y el Cretácico Inferior. Esta edad fue considerada para todas las investigaciones posteriores hasta la actualidad. Somin y Millán, (1981) plantearon la existencia de tres zonas metamórficas principales: Zona 1: Metamorfismo en la facies esquistos verdes (centro de las cúpulas). Zona 2: Metamorfismo en la parte baja de facies anfibolítica (periferia de las cúpulas). Zona 3: Metamorfismo en la parte alta de facies anfibolítica (periferia de las cúpulas). Millán, (1997) replantea la presencia en el macizo de tres unidades principales; la primera unidad, está constituida por las rocas de la facies esquistos verdes; la segunda unidad está formada por rocas de la facies de esquistos azules y la tercera unidad está compuesta por rocas de la facies esquistos azules, con lentes de eclogitas. Durante los años 1981–1984 se realizaron estudios principalmente encaminados a la estratigrafía designando varias formaciones. Stanik et al., (1981) plantean que existen sobrecorrimientos con direcciones hacia el suroeste, en la periferia del macizo y delimitaron la Formación Yaguanabo. Pszcolkowski, (1982) estableció la existencia de la Formación La Sabina, así como también estudió los cuerpos de rocas metadiabásicas y metagabroides asociados a serpentinitas dentro de esta Formación. Millán y Somin, (1984) reconocen las formaciones Los Cedros (Charco Azul) y El Tambor. Entre 1994 al 2000 un equipo de geólogos alemanes efectúa estudios petrológicos de detalle e introducen nuevos datos estructurales y de metamorfismo principalmente en la cúpula de Sancti Spíritus. Stanek et al., (2006) distinguen 7 Capítulo I. Características geográficas y económicas del área de estudio. . diferentes nappes y plantean la posible asociación de estos con un proceso de subducción y exhumación. La geología del Escambray es muy compleja manifestándose en la ubicación de las diferentes unidades tectónicas lo que ha creado disímiles modelos geotectónicos. Algunos geólogos suponen que el Escambray es parte de la zona norte del bloque de Sur América (Puscharosvky et al., 1989), y otros proponen que es parte del bloque de Yucatán junto con el macizo metamórfico de la Isla de la Juventud y el terreno Guaniguanico (Iturralde–Vinent, 1994). En el 2000 aparece una nueva teoría planteada por el geólogo Jorge L. Cobiella donde considera que el Escambray es parte de la corteza del Protocaribe que fue sobrecorrida hacia el Sur y que producto de los sobrecorrimientos el mismo se encuentra emplazado actualmente bajo en el arco volcánico Cretácico. El origen de los cuerpos de eclogitas, piroxenitas, metabasitas constituye una de las incertidumbres sobre el macizo Escambray. Debido a esto se han creado varios criterios sobre su origen, donde según Millán y Somin, (1984) plantearon que pueden existir cuatro criterios que explican la posible existencia de estos. El primero, que las rocas intrusivas que afectaron la zona metamórfica III antes del metamorfismo del macizo, segundo que constituyen el basamento del Escambray, tercero que son rocas derivadas del comienzo del proceso metamórfico bajo condiciones específicas y cuarto fueron tectónicamente mezclados con las rocas del Escambray antes del proceso metamórfico. Los criterios más aceptados según Millán y Somin, (1981) sobre su origen, son el 1 y 2. Un grupo de investigadores alemanes entre los años 1994–2000 realizaron estudios petrológicos de detalle en la cúpula de Sancti Spíritus, aportando nuevos datos de estimaciones de presión, temperaturas y estructurales para todas las unidades. Se diferencian distintos nappes y se plantea la relación de los mismos con un proceso de subducción y exhumación (Stanek et al., 2006). En esta misma etapa un grupo de investigadores franceses realizaron una serie de estudios encaminados a aspectos sobre el metamorfismo de las rocas eclogíticas de alta presión y edades geocronológicas del Escambray (Schneider et al., 2004), aportando nuevos datos sobre el origen de los bloques exóticos, derivados de un ambiente de tipo MORB. Las interpretaciones que se han realizado referente a las presiones y temperaturas en el Escambray han sido establecidas a partir de muestras de eclogitas pertenecientes a la unidad tectónica III (Grevel, 2000; Schneider et al., 2004; García–Casco et al., 2006; Despaigne–Díaz, 2009). Grevel, (2000) realizó evaluaciones de presiones y temperaturas para eclogitas de la 8 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010 . unidad III. Los resultados obtenidos estuvieron entre los 16–20 Kbar y 580o–630oC. Estos valores están relacionados a la etapa de exhumación aún estando activa a la subducción. Schneider et al., (2004) revelan condiciones de presiones y temperaturas de 15–16 Kbar y 600o–650oC respectivamente, obtenidas en tres muestras de eclogitas. García–Casco et al., (2006) aportaron y perfeccionaron nuevos datos obtenidos sobre las condiciones de presión, temperaturas y retrogresión de las rocas de alta presión. En ambas investigaciones se demuestra que las temperaturas y presiones del pico metamórfico están relacionadas a la subducción y el gradiente termal frío corresponde a la etapa de exhumación (Schneider et al., 2004). Las investigaciones realizadas en la cúpula de Trinidad, macizo Escambray desde el punto de vista estructural y metamórfico no han sido muy detallados, siendo de carácter general. En la actualidad existe en el área de estudio solo un trabajo relacionado a las temperaturas y el grado de metamorfismo que sufrieron las rocas metacarbonatadas en el sector oeste de la cúpula de Trinidad (Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009) En el área afloran rocas metamorfizadas en facies de esquistos verdes y rocas de alta presión. Las maclas analizadas respondieron principalmente a procesos de subducción–colisión y exhumación durante el Cretácico Campaniano. Las deformaciones de micas, plagioclasas, cuarzo y epidota en las muestras tomadas en este trabajo demostraron que las temperaturas de deformación de las secuencias estuvieron alrededor de los 400°C (Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009). Por los resultados satisfactorios obtenidos durante este trabajo es indiscutible la necesidad de un estudio detallado en la cúpula de Trinidad, referente a aspectos que permitan establecer las diferentes deformaciones y las temperaturas a las cuales ocurrieron los distintos eventos en el Escambray. El estudio solo se realizó en una pequeña área de la zona.La cúpula occidental del macizo Escambray exhibe una gran diversidad de rocas metacarbonatadas en sus distintos nappes, esto permite realizar estudios relacionados con las temperaturas de deformación y el grado de metamorfismo a las que estuvieron expuestas estas rocas. Las maclas de calcita y algunos minerales que se deforman bajo las mismas condiciones de presión en las rocas metacarbonatadas ofrecen datos relevantes sobre las diferentes temperaturas de deformación, que nos son de gran utilidad para el estudio de las rocas metamórficas de la cúpula de Trinidad. Nuestro país no cuenta con este tipo de estimaciones hasta el momento siendo este estudio, único en su tipo en Cuba. Los resultados que se obtengan mediante este análisis nos permitirán revelar cómo ocurrieron los diferentes eventos tectónicos y metamórficos del macizo en el tiempo, para así establecer la evolución tectonometamórfica del macizo Escambray. 9 Capítulo II: Geología Regional y del área de estudio. CAPÍTULO II: GEOLOGÍA REGIONAL DEL MACIZO METAMÓRFICO ESCAMBRAY Y DEL ÁREA DE ESTUDIO. 2.1 Geología del macizo Escambray. La constitución geológica del territorio de Cuba es una de las más complejas de toda la región del Caribe y las Antillas, dividiéndose en dos niveles estructurales principales: El sustrato plegado y el neoautóctono. El sustrato plegado se encuentra formado por diferentes tipos de terrenos de naturaleza continental y oceánica con distinto grado de desplazamiento, y el neoautóctono está representado por las rocas y estructuras originadas a partir del Eoceno Superior tardío (Iturralde–Vinent, 1997). Las unidades de naturaleza continental presentan rocas de edad jurásica y cretácica acumuladas en un ambiente de margen continental pasivo, las cuales son: los terrenos del margen del bloque Yucatán (terreno Guaniguanico, Pinos y Escambray), partes del bloque estrecho de la Florida (Megaplataforma Florida–Bahamas, Plataforma de Bahamas y sedimentos del protocaribe, figura 2.1). Estos elementos son cubiertos por sedimentos del Paleoceno al Eoceno Superior de las cuencas del antepaís (Khudoley, 1967; Meyerhoff y Hatten, 1974; Hatten et al., 1988; Iturralde–Vinent, 1994, 1997). Las unidades de naturaleza oceánica están compuestas por fragmentos de la antigua corteza del Caribe (Ofiolitas septentrionales) y tres generaciones del arco volcánico (arco volcánico primitivo, arco volcánico Cretácico y el arco volcánico Paleógeno (figura 2.1). Sobre estas unidades yacen sedimentos del Campaniano tardío al Eoceno Superior temprano en varias cuencas superpuestas (Iturralde–Vinent, 1995, 1997). La división planteada por Iturralde–Vinent, (1997) no es la única existiendo una segunda división del corte geológico de Cuba, que separa las secuencias en dos grandes pisos estructurales, el zócalo y la cubierta (Cobiella–Reguera, 2000). El zócalo está representado por dos cortes geológicos bien definidos que son el basamento precenozoico en el nivel inferior y el cinturón plegado y fallado del Paleoceno y Eoceno Medio en el nivel superior. El basamento precenozoico a su vez está dividido en cuatro unidades tectonoestratigráficas las cuales son: el paleomargen pasivo mesozoico de América del Norte, el cinturón ofiolítico septentrional, el arco volcánico Cretácico y los terrenos metamórficos meridionales (Cobiella–Reguera, 2000). 10 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. Figura 2.1: Mapa geológico general de Cuba (Iturralde-Vinent, 1997) con indicación de los elementos geológicos mencionados en el texto. La geología de Cuba central está representada por las diferentes unidades tectonoestratigráficas de Cuba siendo el Arco Volcánico Paleógeno el único que no se conoce referencias editadas de su existencia en la región central, pero existen evidencias de tufitas muy finas, constituidas por cenizas volcánicas y materiales sedimentarios de laFormación Santa Clara con edad Paleoceno cerca de la ciudad de Santa Clara (Jakus, 1983; Albear e Iturralde– Vinent, 1985; Cobiella–Reguera, 1988, Iturralde–Vinent, 1981, 1988; Iturralde–Vinent, 1997). Las unidades oceánicas (cinturón de ofiolitas y el Arco Volcánico Cretácico) y la unidad continental (Plataforma de Bahamas) en la región de Cuba central se encuentran en contacto tectónico unas con otras, apareciendo de sur a norte: El terreno metamórfico Escambray, el terreno de arco volcánico Cretácico, la asociación ofiolítica septentrional y el paleomargen pasivo de América del Norte (Cobiella–Reguera, 2000). Según sus características geológicas se ha determinado que las unidades tectonoestratigráficas del sur sobreyacen tectónicamente a las del norte como resultado de la acción de los sobrecorrimientos (Cobiella–Reguera, 2000). Las ofiolitas del cinturón septentrional se encuentran en mantos en forma de franjas alargadas y muy fragmentadas, que durante su desplazamiento fueron combinadas con las escamas tectónicas del arco volcánico Cretácico. (Iturralde–Vinent, 1997). El macizo metamórfico Escambray se localiza al sur de Cuba central, siendo el terreno metamórfico más amplio. El mismo se puede dividir en dos grandes antiformas: la occidental (Trinidad) y la oriental (Sancti Spíritus) separadas por la cuenca Terciaria de Trinidad (figura 2.2), ambas buzan del núcleo a la borde y el grado de metamorfismo aumenta del centro a la periferia (Cobiella–Reguera, 1984; Millán, 1997; Despaigne–Díaz, 2009). La formación de las 11 Capítulo II: Geología Regional y del área de estudio. cúpulas, fue un proceso tardío, posterior al metamorfismo y plegamientos asociados, que se inicio en el Maestrichtiano y se ha extiendo hasta nuestros días. Todo esto ocasionó una concentricidad de la zonación metamórfica invertida que identifica a ambas cúpulas (Cobiella– Reguera, 1984; Millán y Somin, 1985a). La cúpula occidental del macizo (antiforma de Trinidad), es más complicada que la cúpula oriental, esto se debe al grado superior de desmembramiento tectónico que presenta la misma. Esta fue más levantada y erosionada, es por eso que en la misma se exponen otras dos posibles unidades tectónicas principales (figura 2.2), que no afloran en la cúpula anterior por ocupar cortes más bajos en la columna litológica (Cobiella– Reguera, 1984; Millán y Somin, 1985b). La unidad tectónica más inferior, constituye el núcleo aflorado de esta antiforma, se destaca una gran parte de los afloramientos que fueron sometidos al menor grado de metamorfismo, es decir en la facies de esquistos verdes (Millán y Somin ,1985a; Alazales–Capetillo, 2007; Despaigne–Díaz, 2009). El macizo Escambray aflora como una ventana tectónica bajo las anfibolitas del complejo Mabujina que constituyen la base del arco volcánico Cretácico (Somin y Millán, 1981; Dublan y Álvarez Sánchez, 1986; Millán, 1997; Despaigne–Díaz; 2009). Se caracteriza por presentar una sucesión de mantos tectónicos que incluyen rocas principalmente metasedimentarias y metavolcánicas, asociándose a ellas cuerpos de eclogitas, esquistos azules, anfibolitas granatíferas, esquistos cuarzo–micáceos con granates, metabasitas y cuarcitas (Somin y Millán, 1981; Millán y Somin, 1985 b; Millán, 1997; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009). El macizo Escambray muestra evidencias de su inserción en una zona de subducción durante el Cretácico tardío (Schneider et al., 2004; Stanek et al., 2006; García–Casco et al., 2006; Despaigne–Díaz, 2009). Las diferentes condiciones metamórficas indican una subducción en diferentes niveles estructurales (Iturralde–Vinent, 1994, 1998; Despaigne–Díaz, 2009). 2.1.1 Tectónica. La posición tectónica del Escambray en la pila tectónica es la menos estudiada, existiendo en la literatura geológica trabajos que plantean disímiles escenarios y tipos de movimientos del Escambray con las unidades limítrofes tanto de dirección como sentido (Somin y Millán, 1981; Stanik et al., 1981; Stanek et al., 2006; Despaigne–Díaz, 2009). Los elementos litológicos del macizo fueron escamados, despegados de su basamento, metamorfizados y plegados (Millán, 1997). Los movimientos que originaron la superposición de los nappes en el Escambray tienen dirección noreste manifestada por un gran número de indicadores cinemáticos desde un nivel macro hasta el microtectónico. Esto se puede observar en las lineaciones de minerales y orientación de los ejes de los pliegues que nos revelan una dirección al noroeste en todos los nappes (Despaigne–Díaz, 2009). 12 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. La estructura interna del macizo se caracteriza por ser muy complicada, lo cual se manifiesta en la distribución de sus diferentes unidades litoestratigráficas. El macizo Escambray está compuesto por cuatro unidades tectónicas principales (Millán, 1997) (figura 2.2). La unidad I está formada por rocas metamorfizadas en la facies de los esquistos verdes y presenta tanto protolitos jurásicos como cretácicos. Se caracteriza por presentar rocas metacarbonatadas, esquistos cuarzo–micáceos, mármoles, esquistos carbonatados y rocas metavolcánicas. Pueden estar presentes cuerpos de serpentinitas metagabros y metadiabasas. Ocupa la mayor parte del interior de la mitad occidental de la megaestructura occidental del macizo y su metamorfismo parece ser de tipo invertido (Millán, 1997). La unidad II (figura 2.2) se caracteriza por presentar un metamorfismo de alta presión y baja temperatura y está constituido por mármoles, metareniscas, metapelitas, micaesquistos carbonatados con grafito, metavolcánicos, serpentinitas, metabasitas, metadiabasas. La unidad III (figura 2.2) está constituida por mantos y escamas tectónicas dispuestos estructuralmente sobre los elementos de las unidades tectónicas primera y segunda, rodeando las cúpulas de Trinidad y Sancti Spíritus. Sus rocas fueron metamorfizadas en condiciones de altas presiones y un mayor grado de temperatura, durante la fase metamórfica más antigua del macizo (Millán, 1997 b). Se caracteriza por presentar esquistos cuarzo–micáceos con grafitos, mármoles grafíticos y esquistos carbonatados. Los micaesquistos incluyen cuerpos de eclogitas, metabasitas, serpentinitas, micaesquistos granitífiros y anfibolitas granitíferas. La unidad IV (figura 2.2) constituye una franja estrecha en todo el borde septentrional del macizo, ocupando un nivel estructural superior. Está formada por esquistos metaterrígenos, cuarcíferos, cuarzo–moscovíticos, calcáreos, mármoles negros grafíticos, aunque pueden aparecer pequeños cuerpos de serpentinitas y de metagabros aunque en menor medida. Su metamorfismo parece ser de alta presión y bajas temperaturas, menor que el de la tercera (Millán, 1997 b). 13 Capítulo II: Geología Regional y del área de estudio. Figura 2.2: Unidades tectónicas principales del macizo Escambray (Millán, 1997; Despaigne-Díaz, 2009) con la localización del área de estudio. En el macizo Escambray la yacencia de la foliación buza del núcleo a la periferia de ambas cúpulas. En las dos antiformas se destacan cuatro fases superpuestas de plegamiento (Somin y Millán, 1977; Cobiella–Reguera, 1984). El carácter de la sucesión indica una tendencia hacia la disminución de la ductibilidad y plasticidad de las rocas con el transcurso del tiempo. Los pliegues de la primera fase son isoclinales y tiene una amplitud de pocos metros. Con ellos se asocia la foliación principal de las rocas (Somin y Millán, 1977; Cobiella–Reguera, 1984). La segunda fase está compuesta por pliegues originalmente acostados de diversos órdenes generalmente de tipo similar, que varían entre isoclinales y muy apretados. Los pliegues de la tercera fase son de distintos órdenes, a veces muy disarmónicos, con estilo, intensidad, y vergencia muy variada. Los pliegues de la segunda y tercera fases alcanzan varios kilómetros de amplitud (Somin y Millán, 1977; Cobiella–Reguera, 1984). La cuarta fase de plegamiento está representada por pliegues concéntricos muy abiertos (clivaje de fractura). Las tres primeras fases son sinmetamórficas (asociadas con el metamorfismo) y la cuarta fase es post–tectónica (Somin y Millán, 1977; Cobiella–Reguera, 1984). Según estudios hechos recientemente por Despaigne–Díaz, (2009) plantea que las deformaciones relacionadas al proceso de subducción existe hasta una quinta fase dividiéndola 14 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. en: D1 –Subducción, D2 –Subducción–Colisión, D3 –Colisión, D4 –exhumación y D5 la fase más joven en un régimen distensivo y formación de fallas normales en un estadío final. 2.1.2 Metamorfismo. El Macizo Escambray posee un metamorfismo regional de alta presión y uno más joven en la facies de esquistos verdes, relacionados a la inserción del Escambray en una zona de subducción (Millán, 1997; Grevel, 2000; Schneider et al., 2004; García–Casco et al., 2006; Stanek et al., 2006; Despaigne–Díaz, 2009). El macizo sufrió un metamorfismo regional invertido lo cual corresponde a las condiciones físico–químicas de una presión elevada o una baja relación entre temperatura–presión (Millán y Somin, 1985a; Despaigne–Díaz, 2009). Según el grado de metamorfismo que sufrieron las rocas del Escambray el macizo se divide en cuatro unidades tectónicas principales por su diferente historia metamórfica y su zonación, es decir con un metamorfismo progresivo en diferentes fases y facies (Millán, 1997; Despaigne– Díaz, 2009). De esta forma se diferencian tres fases metamórficas superpuestas en el tiempo: una más antigua de alta presión y mayor grado; otra de alta presión y bajo grado; y una tercera (la más joven) que corresponde con la facies de los esquistos verdes (Millán, 1997; Depaigne– Díaz, 2009). Las secuencias que estuvieron expuestas al metamorfismo de alta presión (unidades de II, III y IV orden) ocupan gran parte del macizo y se identifica por presentar secuencia de esquistos azules y eclogíticas (actual unidad III del macizo). Las asociaciones minerales metamórficas características de los esquistos verdes son las siguientes: albita, actinolita, clorita, clinozoicita–epidota, mica blanca y parda verdosa, cuarzo, calcita y esfena (Millán, 1997). La facies metamórfica de esquistos verdes es la más joven del Escambray, aflorando solo en la parte central de la cúpula de Trinidad (figura 2.2). 2.1.3 Edad del metamorfismo. En cuanto a la edad de los eventos metamórficos, se puede decir que el metamorfismo de alta presión fue formado en un sistema de subducción relacionado con una zona de arco volcánico (Millán, 1997; Grevel, 2000; Schneider et al., 2004; García–Casco et al., 2006; Stanek et al., 2006; Despaigne–Díaz, 2009). La facies más joven, la de esquistos verdes ocurrió en el Cretácico Inferior durante la colisión de las rocas del Escambray y el arco volcánico Cretácico (Millán, 1997; García–Casco et al., 2008; Despaigne–Díaz, 2009). El metamorfismo de la facies más antigua (alta presión de la unidad III) pudiera ser aproximadamente de 65–70 millones de años obtenidas por muestras de eclogitas, relacionándolas al pico metamórfico (subdución) (Hatten et al., 1988; Iturralde–Vinent et al., 1996; Millán, 1997, Schcneider et al., 2004; García– Casco et al., 2006; Stanek et al., 2006; Despaigne–Díaz, 2009). Se puede estimar una edad 15 Capítulo II: Geología Regional y del área de estudio. cercana a los 85 millones de años, es decir después de los 70 millones de años, a la colisión y el metamorfismo de la facies de los esquistos verdes del Escambray (Millán, 1997; Schcneider et al., 2004; García–Casco et al., 2006; Despaigne–Díaz, 2009). Según datos aportados por estos autores el metamorfismo del macizo Escambray se formó a finales del Cretácico Maestrichtiano, durante las etapas de subducción y subducción–colisión (Despaigne–Díaz, 2009). En la actualidad no contamos con datos geocronológicos en lo referente al pico metamórfico de las unidades tectónicas del área de estudio (La Sierrita, cúpula Trinidad, macizo Escambray). 2.1.4 Magmatismo. Extensas áreas del Escambray están cubiertas por rocas metamórficas, algunas de las cuales sus protolitos son intrusivos, efusivos o vulcanógeno–sedimentarios. Varias de estas secuencias pertenecen al sistema Jurásico como por ejemplo la Formación Yaguanabo. Esta formación se compone principalmente por metavulcanitas de composición básica con otros tipos de esquistos y lentes de mármoles (Millán y Somin, 1981; Stanik et al., 1981; Dublan y Álvarez– Sánchez, 1986; Linares E., 1997). Otra de las secuencias que está formada por metavulcanitas es el Grupo Felicidad cuyos protolitos eran principalmente tobas que aparecen como intercalaciones en el Grupo Naranjo (Loma La Gloria, Cobrito y La Chispa) y en menor proporción en los mármoles del Grupo San Juan (Stanik et al., 1981; Cobiella–Reguera, 1984; Millán y Somin, 1985b; Linares E., 1997). El metamorfismo de estas rocas varía desde la facies de esquistos verdes a la de esquistos azules (glaucofánico). Otra de las secuencias de metavulcanitas presentes en el Escambray son las capas del Grupo Yayabo el cual puede provenir de rocas volcánicas máficas (Stanik et al., 1981; Millán y Somin, 1985b). La representación de intercalaciones de rocas metavulcanógenas evidencia una actividad magmática relacionada al desarrollo del margen (García–Casco et al., 2008; Despaigne–Díaz, 2009). Los granitoides del arco volcánico Cretácico en la región central se ubican principalmente al norte y este del macizo metamórfico del Escambray, formando una serie de intrusivos en un cinturón granitóidico (Sukar. K. y Pérez. M, 1997). Estos se encuentran emplazados en la zona límite entre el Complejo Anfibolítico Mabujina y el Complejo Volcánico–sedimentario Cretácico y otros están representados por una pequeña franja extendida en dirección noroeste aflorando dentro de las anfibolitas de Mabujina (Sukar. K. y Pérez. M, 1997). 16 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. 2.2 Geología y tectónica del área de estudio. El macizo Escambray se encuentra dividido en cuatro unidades tectónicas principales (I, II, III, IV), donde en el área de estudio se han identificado dos unidades (I, III) que pertenecen los nappes La Sierrita y Río Chiquito, metamorfizadas en la facies de esquistos verdes y el nappe Monforte, con un metamorfismo de alta presión, en la facies de esquistos azules (figura 2.2). El nappe Monforte está constituido por rocas de las formaciones Loma La Gloria y Cobrito (anexo 2.1). La litología representativa en esta unidad son: esquistos cristalinos metaterrígenos de composición cuarzo moscovítica, mármoles y esquistoscalcáreos. Asociados a estas rocas aparecen cuerpos de metabasitas y eclogitas. Estos cuerpos revelan la presencia de un metamorfismo de alta presión previo y un metamorfismo posterior de retrogrado en la facies de esquistos verdes (Millán y Álvarez–Sánchez, 1992). Su composición mineralógica típica es: esfena, clorita, moscovita, cuarzo, calcita, plagioclasas, granates y anfíboles (actinolita y glaucofana). El nappe Sierrita se identifica por presentar rocas cuyos protolitos son cretácicos. La litología más representativa son los esquistos verdes calcáreos con clorita y mica blanca aunque también se pueden encontrar calcoesquistos, mármoles, metasilicitas, metareniscas, cuarcitas, cuerpos de metabasitas y de serpentinitas antigoríticas, rocas metasomáticas compuestas por anfíbol (actinolita) y talco (Millán y Álvarez–Sánchez, 1992). La composición mineralógica general es: clorita, plagioclasa, micas, anfíbol, epidota, esfena. El nappe Río Chiquito se caracteriza por presentar esquistos metapelíticos, esquistos verdes calcáreos, mármoles y metasilicitas. Asociados a estas rocas aparecen cuerpos de rocas metavolcánicas básicas y cuerpos de serpentinitas aunque en menor medida en comparación con el nappe La Sierrita (Millán y Álvarez–Sánchez, 1992). Aparecen cuerpos de zoisitas masivas de colores claros con presencia de anfíboles que aparecen atrapadas en zonas de contacto tectónico (Millán y Álvarez–Sánchez, 1992). Los trabajos de campo realizados en el área de estudio fueron efectuados durante el desarrollo de la tesis doctoral de Ana Ibis Despaigne con un total de cinco perfiles geológicos los cuales son: Cafetal–Gavilanes (CG), Sierrita–Ojucal (S–O), Sierrita–Monforte (S–M), Sierrita– Monforte2 (S–M2) y Guajímico–San José–Río Chiquito (GSR), (anexo 2.1). A continuación se hará una breve descripción de la tectónica de los mismos. 17 Capítulo II: Geología Regional y del área de estudio. 2.2.1 Geología y tectónica por perfiles. Perfil Cafetal–Gavilanes (CG) El perfil Cafetal–Gavilanes se encuentra ubicado hacia el norte del área de estudio con una dirección noroeste–este abarcando los nappes La Sierrita y Monforte (anexo 2.1 y 4.1). Las rocas predominantes son esquistos pelíticos y mármoles con aisladas intercalaciones de cuarcitas en lo que se desarrolla una foliación principal S2. En dirección a Gavilanes surge una nueva foliación (S3), planar axial a S2. El nappe Monforte presenta una foliación de carácter dúctil S2. La foliación S2 durante todo el perfil buza al oeste mientras que la S3 buza hacia el suroeste. Los pliegues de la fase F1 son asimétricos mientras que los pliegues fase F3 son de pocos centímetros y sus ejes se hunden hacia el noroeste y sureste respectivamente, pueden existir también milonitas carbonatadas con indicadores cinemáticos de movimiento (figura 2.3). Existen escamas de calcita en planos de fallas que indican movimientos tectónicos al noroeste (Despaigne–Díaz, 2009; Ricardo–Machado y Maldonado, 2009). N Figura 2.3: Milonita carbonatada con porfiroclastos de calcita, cuyas colas indican movimientos tectónicos al norte. Muestra CG-2, perfil Cafetal-Gavilanes Perfil Sierrita–Ocujal (SO). El perfil Sierrita–Ocujal se encuentra ubicado hacia el centro del área de estudio con una dirección norte–sur (anexo 2.1 y 4.2). Las rocas que afloran pertenecen al nappe La Sierrita, donde son abundantes los esquistos calcáreos con mica blanca y clorita, esquistos pelíticos calcáreos y mármoles, orientados en dirreción de la foliación principal S2. Aparecen escamas de calcita en los planos de falla indicando movimientos inversos al noroeste. Los pliegues de fase F2 son escasos, isoclinales y están relícticos dentro de la foliación S2. Los pliegues de la fase F3 18 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. son de gran escala y sus ejes son abruptos. Existen gran cantidad de fallas normales que º afectan todo el corte del perfil (anexo 4.2). Estas fallas poseen ángulos bajos (hasta 25 ) y las estrías muestran una fuerte componente de desplazamiento horizontal localizadas hacia el borde de la cúpula de Trinidad (Despaigne–Díaz, 2009; Ricardo–Machado y Maldonado, 2009). Perfil Sierrita–Monforte (SM) El perfil se encuentra ubicado hacia el centro del área de estudio con una dirección noroeste– suroeste (anexo 2.1). Las rocas que afloran en este perfil pertenecen al nappe La Sierrita. La foliación S2 es la más predominante con restos de una foliación antigua S1. La foliación S1 (relíctica) se encuentra englobada en la foliación S2 y se halla plegada y alargada paralelamente con la nueva dirección, esto se puede observar por la presencia de charnelas aisladas en los planos de S2 (Despaigne–Díaz, 2009; Ricardo–Machado y Maldonado, 2009). En este perfil predominan los esquistos verdes calcáreos, mármoles y esquistos cuarzo–micáceos, esquistos cuarzo–micáceos con granate y calcoesquistos (anexo 4.3). La foliación S2 está plegada en todo el dominio del perfil y posee buzamientos constantes hacia el oeste, el plegamiento S2 da lugar a un clivaje planar axial S3 en variados tipos de rocas. Las estructuras plegadas están representadas en todo el perfil y se han originado fundamentalmente en el proceso de superposición de nappes en la zona a través de fallas inversas y de sobrecorrimientos (Despaigne–Díaz, 2009; Ricardo–Machado y Maldonado, 2009). Los pliegues más representativos y abundantes son los de fase tres (F3). Son pliegues asimétricos cuya vergencia indica movimientos al noreste. Los pliegues de fase F4 son abiertos y con planos axiales casi verticales y poseen un clivaje de fractura asociado S4, sus ejes se hunden hacia suroeste y noroeste. Las estructuras disyuntivas están representadas por fallas inversas que indican movimiento noreste y sureste y que se han formado, al igual que el plegamiento, producto de la superposición de los nappes (Despaigne–Díaz, 2009; Ricardo–Machado y Maldonado, 2009). 19 Capítulo II: Geología Regional y del área de estudio. Figura 2.4: Clivaje planar axial S3 en mármoles Muestra SM49. Perfil Sierrita–Monforte (SM2) Este perfil se sitúa en la parte más central del área de estudio, presentando una dirección noroeste–sureste (anexo 2.1). En el afloran rocas que pertenecen la nappe La Sierrita y al nappe Monforte (anexo 4.4). Abundan los mármoles grafíticos, intercalados con esquistos cuarzo–micáceos, predominando estos últimos. Se observan charnelas de pliegues, erosionados, con una foliación antigua relíctica S1, imperando la foliación principal S2. Este plegamiento (S2) origina una foliación S3, mostrando buzamientos abruptos (> 40°C) hacia el oeste, similar semejante sucede con S3. El sentido en el que aparece orientado la lineación de intersección L3, señalan que los ejes de pliegues F3 se hunden en dirección noroeste y sureste, con ángulos suaves entre 0–15°. Predominan los micropliegues (centrímetros) de la foliación S2, correspondiendo a una fase F3. Los pliegues a mayor escala no se observan en el recorrido de este perfil todo el perfil. No se observaron estructuras disyuntivas, predominando las deformaciones plicativas (Despaigne–Díaz, 2009; Ricardo–Machado y Maldonado, 2009). Perfil Guajímico–San José–Chiquito (GSR) El perfil Guajímico–San José–Río Chiquito, es el que abarca mayor área de los cuatro perfiles (anexo 2.1). El mismo se encuentra ubicado en la parte sur del área de estudio con una dirección suroeste–noreste y comprende tres de los cuatro nappes en que se encuentra dividido la unidad I (nappes Monforte, Río Chiquito, La Sierrita, anexo 4.5). El perfil se inicia sobre las rocas del nappe Monforte y termina sobre las rocas del nappe Río Chiquito. 20 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. En el nappe Monforte el buzamiento de la foliación es abrupto (55°). Las rocas que predominan son mármoles grafíticos mientras que las intercalaciones de esquistos cuarzo–micáceos, esquistos verdes carbonatados con clorita y mica blanca y metareniscas están en menor proporción (Despaigne–Díaz, 2009; Ricardo–Machado y Maldonado, 2009) (anexo 4.5). La foliación principal de orden dos es la más evidente con un buzamiento hacia el suroeste y sur. Todo el paquete es afectado por un clivaje de fractura (S4) con orientación este–oeste. Existen brechas en el área, que no presentan indicadores cinemáticos que puedan mostrar la naturaleza tectónica (Despaigne–Díaz, 2009; Ricardo–Machado y Maldonado, 2009). En el nappe La Sierrita la litología que predomina son los esquistos verdes micáceos con calcita y clorita, capas de metareniscas, esporádicas capitas de milímetros de metasilicitas y mármoles, y en algunos casos caliza recristalizada (figura 2.5 y anexo 4.5). La foliación S2 se pliega en pliegues menores que generan la aparición de una nueva superficie planar S3. Se desarrolla una potente lineación de intersección L3 por la intersección de las superficies S2 y S3. Las lineaciones de intersección L3 están plegadas y se hunden al noroeste–sureste. Las grietas de cizalla en el nappe Río Chiquito, muestran dos concentraciones diferentes: unas de orientación sureste, y otras norte. Las de orientación sureste tienen una orientación de σ1 de 113° mientras que las de orientación norte tienen un σ1 de 005° (Despaigne–Díaz, 2009; Ricardo–Machado y Maldonado, 2009). Figura 2.5: Calizas recristalizadas plegadas del nappe La Sierrita. Muestra G-104. En el nappe Río Chiquito predominan los mármoles, y aparecen cuerpos de esquistos verdes metavulcanógenos (anexo 4.5). En este nappe la foliación principal S2 está plegada, a diferencia del borde de la cúpula los ángulos son más suaves. El plegamiento de la S2 origina 21 Capítulo II: Geología Regional y del área de estudio. un nuevo clivaje planar axial S3 cuya orientación es suroeste. El clivaje de fractura afecta a todas las litologías y tiene orientación noreste y suroeste con ángulos de 0–40°. La lineación L3 tiene escasas mediciones y se hunde en dirección sureste y noreste. Los esquistos verdes metavulcanógenos son concordantes con las litologias adayacentes (mármoles y esquistos cálcareos) (Despaigne–Díaz, 2009; Ricardo–Machado y Maldonado, 2009). Hacia el final del perfil se hacen más abundantes los esquistos metapelíticos y las intercalaciones de metasilicitas (pedernal). Los pliegues F1 en este perfil se desarrollan en calizas y son abiertos, similares, con espesor constante en flanco y charnelas. La foliación principal S2 está plegada en todos los nappes. La S2 presenta buzamientos hacia el suroeste en el nappe Monforte y La Sierrita pero aparece más intensamente plegada en el nappe inferior Río Chiquito. Los pliegues F3 son asimétricos vergentes desde centímetros hasta metros y su asimetría indica movimientos al noreste. La lineación de intersección L3 muestra que los ejes de estos pliegues se hunden hacia el noroeste y sureste con ángulos desde suaves hasta abruptos (Despaigne–Diaz, 2009; Ricardo–Machado y Maldonado, 2009). 2.2.2 Estratigrafía. La estratigrafía en el macizo Escambray se caracteriza por presentar casi en su totalidad rocas metasedimentarias y metavolcánicas. Las secuencias presentes difieren unas de otras por: el ambiente en que se sedimentaron, las diferentes fuentes de aporte del material, así como por los distintos procesos que sufrieron. Las particularidades de la distribución de las diferentes secuencias y formaciones litoestratigráficas del macizo es un reflejo de su estructura interna nappe–escamada (Millán y Somin, 1985b). Según referencias en el epígrafe de tectónica existen cuatro unidades tectónicas de orden principal en el macizo Escambray, donde cada una de ellas poseen diferentes particularidades litoestratigráficas y diferente historia metamórfica (Millán, 1995). En la zona de estudio se encuentran aflorando las unidades de orden principal I y III representado por secuencias que van desde el Jurásico Inferior hasta el Cretácico Superior (figura 2.6). 22 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. A continuación se realizará la caracterización de las unidades tectónicas de orden principal I y III con las respectivas formaciones presentes en el área. Primera unidad tectónica de orden principal (Unidad I). Unidades jurásicas. Formación La Yamagua (Millán y Somin, 1985b). Litología: Esquistos metaterrígenos cuarcíferos y cuarzo–moscovíticos. Son comunes las intercalaciones de filitas ricas en mica blanca y material carbonoso. Contactos: Subyace a la Formación Narcizo en la base del Grupo San Juan. Edad: Jurásico Inferior–Superior Oxfordiano. Unidades cretácicas. Formación Los Cedros (lcd) (Millán y Álvarez–Sánchez, 1992 inédito). Litología: mármoles grises de tono medio, que en masa se aprecian con tonalidades azulosas; son de granos finos hasta medios, generalmente con un contenido apreciable de laminillas de moscovita. También contienen delgadas bandas enriquecidas de cuarzo, estos mármoles están bien foliados, e incluso finamente laminados. Composición mineralógica de mármoles: moscovita, calcita y cuarzo. Contactos: Tiene un contacto estratigráfico con el Grupo San Juan (Formación Collantes), también contacta con la Formación Yaguanabo que le sobreyace y la Formación Sabina. Edad: Cretácico Inferior. Formación La Sabina (lsb) (Millán y Somin, 1985b). Litología: Presenta una sucesión característica de cuarcitas metasilicíticas bien estratificadas de granos finos y muchas veces bandeadas; esquistos metapelíticos lustrosos de grano fino; algunas capas de metareniscas. También contienen intercalaciones de esquistos verdes metavulcanógenos. Composición mineralógica cuarcitas metasilicíticas: sericita, clorita clinozoicita, actinolita 23 Capítulo II: Geología Regional y del área de estudio. Composición mineralógica esquistos metapelíticos: cuarzo, albita, circón detrítico, hidróxido de manganeso. Contactos: Contacta estratigráficamente y tectónicamente con la Formación Loma Quivicán que la sobreyace, también contacta con la Formación Collantes del Grupo San Juan. Edad: Cretácico Inferior. Formación Yaguanabo (yg) (Stanik et al., 1981; redefinida por Millán y Somin, 1985b). Litología: Constituye una secuencia de ortoesquistos metavulcanógenos, generalmente bien estratificada y de grano fino a medio, cuyas asociaciones metamórficas son típicas para las facie de los esquistos verdes sin indicadores de alta presión. Su protolito parece tratar esencialmente de rocas tufogénicas y lavas basálticas. Contiene ocasionalmente lechos intercalados de mármoles grises hasta negros y de cuarcitas metasilicíticas. Composición mineralógica asociaciones metamórficas de los esquistos verdes: albita, actinolita, clinozoicita–epidota, clorita, esfena y en ocasiones mica blanca y mica pardo verdosa. Raras veces contienen poco cuarzo y carbonatos muchas veces superpuestas. Contactos: Contacta estratigráficamente con la Formación La Sabina Edad: Cretácico Inferior–Superior Formación El Tambor (et) (Millán y Somin, 1985b; Millán y Álvarez–Sánchez, 1992) Litología: Esquistos verdes metaflysh o metaturbidíticos, a veces calcáreos en estratos finos y rítmicos desde metapsamitas y hasta metapelíticos. Contienen lechos intercalados de cuarcitas metasilicíticas de mármoles grises y de esquistos verdes metavulcanógenos. Composición mineralógica de la fracción de esquistos verdes: albita, actinolita, clorita, clinozoicita–epidota, mica blanca y parda verdosa, carbonatos, cuarzo y esfena. Composición mineralógica de la fracción calcárea: calcita, albita, clinozoisita, clorita, mica blanca, esfena, actinolita, hidrobiotita. Contactos: Contacta estratigráficamente sobre la Formación Yaguanabo también se pueden producir contactos tectónicos. Edad: Cretácico Superior. 24 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. Tercera unidad tectónica de orden principal (Unidad III). Unidades jurásicas. Formación Loma la Gloria (lg) (Millán y Somin, 1985b; Millán y Álvarez–Sánchez, 1992). Litología: Constituye una sucesión de esquistos cristalinos metaterrígenos de composición cuarzo–moscovítica, a veces albita bien estratificada, con intercalaciones generalmente subordinadas desde varios milímetros hasta decímetros de esquistos moscovíticos enriquecidos en grafito, en ocasiones contienen granates y zoisitas. Dentro del corte de esta Formación pueden destacarse intercalaciones de rocas eclogíticas y zoisíticas hasta varios decenas de metros de potencia, también pueden contener cuerpos de gabros por su origen presumiblemente intrusivos, convertidos en rocas eclogíticas o anfibolíticas. Composición mineralógica de esquistos metaterrígenos: glaucofana, cuarzo, circón detrítico, clinopiroxeno, granate, raramente cianita, carbonato de calcio, moscovita y albita. Contactos: Estratigráfico con la Formación Cobrito. Edad: Jurásico Inferior. Formación Cobrito (cbr) (Millán y Somin, 1985 b; Millán y Álvarez –Sánchez, 1992). Litología: Compuesta por una sucesión de mármoles grises a negro y de esquistos calcáreos moscovíticos grafítico, en estratos finos (desde milímetros hasta varios centímetros). Los mármoles generalmente contienen laminillas de moscovita y contienen granos de cuarzo y albita, cuyos contenidos aumentan en los esquistos calcáreos. Estos metacarbonatos a veces presentan una estructura brechosa, algunas fracciones negras o gris oscura que preservan un grano muy fino suelen concentrar restos de radiolarios. Estos esquistos calcáreos contienen estratos aislados de algunas capas o cuerpos de esquistos verdes y de rocas granate– anfibolíticas, en los cortes de esta Formación también aparecen cuerpos de rocas eclogíticas y zoisíticas. Composición mineralógica de los esquistos calcáreos moscovíticos: moscovita, cuarzo, carbonato de calcio, plagioclasas ácidas, grafito, a veces granates y anfíboles (tremolita) y manganeso. Contactos: Estratigráfico con la Formación Loma la Gloria. Edad: Jurásico Inferior–Medio. 25 Capítulo II: Geología Regional y del área de estudio. Figura 2.6: Columna litológica del área de estudio (Despaine – Díaz, 2009). 26 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. 2.2.3 Tipos de rocas metacarbonatadas. En el presente trabajo para la clasificación de las diferentes rocas metacarbonatada presentes en el área de estudio se tuvo en cuenta: la composición mineralógica, textura, por ciento de maclas y sus temperaturas correspondientes, las deformaciones intracristalinas de los minerales, así como también las vetas tardías. Las rocas metacarbonatadas que están presente en el área de estudio son: esquistos carbonatados de variada composición, mármoles y milonitas. Milonitas: La palabra milonita es un término estructural que se refiere a la textura de la roca y no aporta información acerca de la composición mineral. Es una roca usualmente foliada que evidencia una deformación dúctil (Bell y Etheridge, 1973; Hobbs et al., 1976; White et al., 1980; Tullis et al., 1982; Hanmer y Passchier, 1991; Passchier y Trouw, 1998). Ocurre en zonas de altas deformaciones conocidas como zonas de shear. Muchas milonitas contienen porfiroclastos con granos resistentes (Passchier y Trouw, 1998). A continuación se hará una breve descripción de las rocas presentes en el área de estudio: Milonitas carbonatadas Las milonitas carbonatas son características de ambientes dúctiles. Están compuestas fundamentalmente por calcita recristalizada (50–80%), minerales metálicos (10–30%) y en menor medida por cuarzo, micas, cloritas y plagioclasas (tabla). La calcita se encuentra maclada en muy pocos granos orientados (2–6%) presentando una fuerte extinción ondulatoria (deformación intracristalina). Los granos no maclados aparecen de forma alargada en dirección de la foliación principal S2, estos granos son la evidencia de la textura de la roca antes de la milonitización. Este mineral se encuentra también en vetas tardías posteriores a la foliación principal S2 (figuraSO–36a2). Esquistos carbonatados Los esquistos carbonatados son los más representativos en el área de estudio y están constituidos mayormente por calcita (30–60%), cuarzo (5–30%), micas (5–20%), cloritas (2– 15%), minerales metálicos (5–20%) y en menor proporción las plagioclasas (albita) zoisita y esfena (tabla 4.1). La textura característica es la foliada y en ocasiones en algunas muestras, las micas suelen presentar de un 10–20%, considerando la roca con una textura granolepidoblástica (tabla 4.3). Los granos de calcita en la mayoría de los casos se encuentran maclados y elongados en la dirección de la foliación principal S2, aunque también la podemos 27 Capítulo II: Geología Regional y del área de estudio. encontrar redepositada en las vetas tardías (G–83, G–85, CG–12) que atraviesan la roca. En ocasiones los cristales de calcita presentan una fuerte extinción ondulatoria. Se pueden observar maclas de deformación. La calcita en algunas muestras (CG–10, CG–11) se halla recristalizada representado del 60 al 70% del total de calcita presente en la roca. El cuarzo se encuentra en menor proporción que la calcita. Es común encontrarlo elongado en dirección de la foliación principal S2. Las plagioclasas se encuentran formando estructuras esqueléticas por procesos de fragmentación mecánica, y en ocasiones suelen mostrar inclusiones de micas, maclas finas y extinción ondulatoria. Las micas se encuentran en forma de cristales prismáticos, orientados en dirección a la foliación principal S2, presentando en la mayoría de las muestras fracturación mecánica, plegamiento y en algunos casos una fuerte extinción ondulatoria (figura a, b, c). La clorita se localiza entre los planos S2 rellenando pequeñas oquedades ó en pressures fringes de cristales de hematíes. Las micas, además de la calcita, el cuarzo y la clorita están relacionadas en estas rocas a la foliación principal S2. Mármoles La composición mineralógica de los mármoles está representada por los minerales calcita (50– 80%), cuarzo (2–10%), micas (1–20%), cloritas (1–10%), minerales metálicos (5–15%) y en menor abundancia las plagioclasas (albita), epidota, zoisita y esfena (tabla 4.1). En estas rocas la foliación S2 no está bien definida, presentando una textura granoblástica. El mineral calcita se encuentra generalmente formando granos maclados y granos no maclados respectivamente. También se puede encontrar pero en menor medida en forma de matriz recristalizada y rellenando vetas tardías que cortan la roca perpendicular a la foliación principal S2 (SM–83, SO–34). El cuarzo es subordinado al igual que en los esquistos carbonatados, pueden aparecen pero en menor frecuencia cristales pequeños en franjas ó se comporta de forma dúctil formando bandas de granos elongados en muy pocos casos. Las micas son poco abundantes están muy deformadas definiendo una foliación S2 muy leve, presentando en la mayoría de los casos plegamiento, extinción ondulatoria y fracturación mecánica. Las plagioclasas se encuentran formando estructuras esqueléticas que pueden presentar maclado, inclusiones de micas extinción ondulatoria y fracturación mecánica. Los minerales metálicos están emplazados entre los planos de la foliación principal S2 y en cristales de hematíes muy bien definidos, que en algunos casos se encuentran orientados. La clorita aparece casi siempre entre los planos de la foliación S2. 28 Capítulo III: Metodología de la investigación. CAPÍTULO III: METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN 3.1 Revisión bibliográfica. Para la realización del presente trabajo de diploma, en la primera etapa se realizó la revisión bibliográfica de artículos, libros, tesis doctórales y de diplomas. Esta actividad nos permitió obtener la información necesaria para ampliar los conocimentos del área de estudio. 3.2 Trabajo de campo. 3.2.1 Toma de muestras. En el trabajo de campo se realizó la toma de muestras, en los perfiles geológicos Cafetal– Gavilanes (CG), Sierrita–Ocujal (SO), Sierrita–Monforte (SM), Sierrita–Monforte2 (SM2) y Guajímico–San José–Río Chiquito (GSR), con un total de 23 muestras (anexo 2.1 y 2.2). Estas muestras fueron tomadas en el campo durante el desarrollo de la tesis doctoral de Ana Ibis Despaigne en el área La Sierrita, macizo Escambray, Cuba Central. Las muestras seleccionadas fueron metacarbonatadas, principalmente mármoles, esquistos carbonatados y milonitas carbonatadas. 3.3 Preparación de las muestras. La preparación de las secciones delgadas analizadas en el presente trabajo se efectuó en los laboratorios de las Universidades de ¨Ernst Morritz¨, Greifswald, Alemania, y la Universidad de Granada, España. Estas fueron preparadas y cortadas a 30 µ y por último prepulidas para ser analizadas en el microscopio petrográfico. 3.4 Análisis de secciones delgadas. En el trabajo de laboratorio se realizó el análisis de secciones delgadas en el microscopio petrográfico de polarización estándar modelo “Carl Zeiss” con ocular 10 y distintos objetivos 4 x; 10 x; 40 x (figura 3.1). Esta actividad se efectuó en el laboratorio de Petrología, de la Facultad de Geología –Mecánica de la Universidad de Pinar del Río. Mediante este análisis se determinaron los diferentes tipos de maclas existentes en cada sección delgada y los rangos de temperatura a las cuales se formaron las mismas. También se determinarán los tipos de minerales presentes, por ciento de los mismos en las muestras, así como texturas y asociaciones mineralógicas para la clasificación de las rocas. Además se observaron las diferentes deformaciones producidas en los mismos y sus temperaturas correspondientes. Finalmente se establecieron las temperaturas generales en las diferentes 29 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. muestras y se estableció el tipo de metamorfismo (facies) que sufrieron las rocas presentes en el área de estudio. Figura 3.1. Microscopio de polarización estándar modelo “Carl Zeiss” con ocular 3.5 Determinación de tipos de maclas. En la zona de estudio existen tres mantos principales, uno de metamorfismo de alta presión (nappe Monfote) y dos en la facies de esquistos verdes (nappe La Sierrita y nappe Río Chiquito) (Tabla 3.1). En el presente trabajo se establecieron los tipos de maclas de deformación existentes por mantos siguiendo la siguiente metodología: Las muestras de rocas se analizaron, clasificaron y separaron por mantos tectónicos (tabla 3.1). Posteriormente se determinaron los tipos de maclas de deformación existentes en las rocas metacarbonatadas en cada uno de los mantos a través de los diferentes perfiles realizados. Se seleccionaron las maclas de deformación y se clasificaron según su tipo, así como también se comparó el tipo de macla que predomina en las diferentes secciones delgadas ubicadas en los referentes mantos. 30 Capítulo III: Metodología de la investigación. No. de muestra Manto Cantidad de muestras Monforte 5 G–101 La Sierrita 17 G–104 Río Chiquito 1 CG–11 CG–12 SM–83 G–81 G–83 CG–1 CG–2 CG–7 CG–7a CG–10 SO–34 SO–35 SO–36a1 SO–36a2 SO–36a3 SO–40 SM–45b SM–46 SM–49 G–84 G–85 Tabla 3.1: Cantidad de muestras por mantos. 31 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. 3.6 Determinación de las temperaturas de deformación. Posterior a la determinación de los tipos de maclas existentes en las secciones delgadas y las deformaciones observadas en los diferentes minerales formadores de rocas, se establecieron los rangos de temperaturas a los cuales se formaron las maclas y se deformaron los minerales (figura 3.2). Donde se puede ultimar que al aumentar la complejidad de las maclas de calcita aumenta el rango de temperatura a las cuales estas se formaron (Friedman et al., 1976, Groshong et al., 1984; Ferrill, 1991; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009). 3.7 Procesamiento e interpretación de los datos. Atendiendo al tipo de roca, tipos de maclas, las temperaturas de deformación de dichas maclas, además de las deformaciones indentificadas en los minerales formadores de rocas con sus temperaturas correspondientes, se interpretaron los datos obtenidos para establecer las temperaturas a las que se deformaron las rocas metacarbonatadas. Para la complementación e interpretación de los datos obtenidos se utilizaron los sofwares, corelDRAW 12 y Grapher 4. 3.8 Evolución tectonometamórfica. La primera etapa de la investigación consistió en una revisión detallada de la bibliografía relacionada con el tema. La segunda etapa radicó en el trabajo de campo por perfiles y la toma de muestras durante el desarrollo de la tesis doctoral de Ana Ibis Despaigne, (2009). A continuación de esta segunda etapa se realizó el trabajo de laboratorio que consistió en dos estadíos fundamentales, uno de petrología con la clasificación de las rocas según la composición mineralógica de las rocas, y el segundo estadío con el análisis microtectónico de los tipos de maclas de calcita, y las deformaciones presentadas en los diferentaes minerales formadores de rocas, en las secciones delgadas. Se complementó este trabajo con el análisis de las temperaturas de deformación de las maclas y minerales. Por último se realizó la interpretación y procesamiento de los datos obtenidos, incorporando la información recopilada de la zona de estudio durante las diferentes etapas de la investigación, para finalmente establecer un modelo de la evolución tectonometamórfica del área La Sierrita ubicada en el macizo Escambray (figura 3.3). 32 Capítulo III: Metodología de la investigación. Unidades Tectónicas Facies de alta presión Facies de los esquistos verdes Nappe Monforte Nappe La Sierrita Nappe Yaguanabo Nappe Río Chiquito Rocas Metacarbonatadas Mármoles, esquistos carbonatados, milonitas carbonatadas Maclas de calcita y deformación en minerales formadores de rocas. Determinación de las temperaturas de deformación. Figura 3.2. Diagrama de determinación de los tipos de maclas por mantos y la determinación de las temperaturas de deformación. 33 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. Figura 3.3: Diagrama de flujo de la metodología utilizada en la presente investigación. 34 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. CAPÍTULO IV: ANÁLISIS DE LAS MACLAS DE CALCITA Y DEFORMACIONES EN MINERALES FORMADORES DE ROCAS. Las maclas de calcita han sido muy utilizadas en numerosos trabajos para la estimación de las temperaturas de deformación a las cuales fueron expuestas las rocas metacarbonatadas (Groshong et al., 1984; Burkhard, 1990; Ferril, 1991; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009). El estudio de las maclas de calcita y las deformaciones en otros minerales como las micas, plagioclasas y cuarzo nos pueden servir de ayuda para obtener los rangos de temperaturas a los cuales fueron sometidas las rocas metacarbonatadas del área de estudio. Con el apoyo de las investigaciones realizadas en La Sierrita y los resultados obtenidos en el presente trabajo lograremos alcanzar un mayor conocimiento del área con el objetivo de apoyar ideas propuestas por numerosos autores y exponer nuestros criterios para realizar la evolución tectonometamórfica del área. A continuación se hará referencia a algunos dominios que se deben tener en cuenta para el desarrollo del siguiente capítulo. 4.1 Origen de las maclas. Existen numerosos minerales que bajo ciertas condiciones, tienden a crecer conjuntamente formándose las denominadas maclas. La calcita es un mineral que se caracteriza por desarrollar maclas en un amplio rango de temperaturas, desde condiciones normales a temperatura ambiente hasta elevadas temperaturas. A continuación se abordarán algunos aspectos de importancia para el desarrollo del presente capítulo. Macla: Dos o más granos de minerales ó cristales que crecen conjuntamente de forma racional y simétrica bajo determinadas condiciones. Estos crecimientos conjuntos y controlados cristalográficamente se le pueden llamar también cristales gemelos. (Bloss, 1971; Buerger, 1945, 1956, 1971; Phillips, 1971; Dana, tercera edición). Existen dos tipos de maclas: las maclas de contacto y las maclas de penetración. Las maclas de contactos están unidas por una superficie definida que separa los dos cristales. Las maclas de penetración están formadas por diferentes cristales interpenetrados unidos por una superficie irregular. Si los planos son paralelos resulta una macla polisintética y si los planos no son paralelos resulta una macla cíclica (Bloss, 1971; Buerger, 1945, 1956, 1971; Phillips, 1971; Dana, tercera edición). 35 Capítulo IV: Análisis de las maclas de calcita y las deformaciones en los minerales formadores de rocas. Las maclas de calcita según el mecanismo de formación (Buerger, 1945) se pueden dividir en: Macla de crecimiento: Son el resultado de un emplazamiento de átomos o iones (o grupos) sobre la parte exterior del cristal en crecimiento de tal forma que la distribución regular de la estructura del cristal original se ve interrumpida. Las maclas de crecimiento reflejan, por tanto, accidentes que tiene lugar durante el crecimiento libre (errores de nucleación) y puede considerarse como macla primaria (Bloss, 1971; Buerger, 1945, 1956, 1971; Phillips, 1971; Dana, tercera edición). Macla de deformación: Ocurre en cristales que se deforman por la aplicación de una tensión mecánica produciendo el deslizamiento de átomos a escala pequeña produciendo cristales maclados. Pueden variar desde finas hasta gruesas, presentan bordes irregulares aserrados. La principal característica de ellas es su forma de lensoide, curvas y las terminaciones en puntas que no llegan al borde del grano. (Bloss, 1971; Buerger, 1945, 1956, 1971; Phillips, 1971; Dana, tercera edición). 4.1.2 Maclas de deformación en los metacarbonatos. Se conocen cuatro grupos de maclas correspondientes a determinados rangos de temperaturas asociadas con deformaciones tectónicas en los metacarbonatos, las cuales son: maclas de tipo I, II, III y IV (Weiss, 1954; Ferrill, 1991, Burkhard, 1993; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009). Maclas de tipo I: Maclas finas y rectas, con una y hasta tres series de maclas. Sus espesores son menores ó iguales a 1m. Estas maclas son distintivas de deformaciones ligeras en las rocas a bajas temperaturas, pueden representar maclas tardías post–metamórficas ó post– tectónicas. Las mismas se forman a temperaturas entre los 100–150C (figura 4.1a). Maclas de tipo II: Maclas gruesas, rectas, con forma de lensoide hacia el borde del grano. Sus espesores son mayores de 1m. Estas maclas son propias de deformaciones fuertes y su grano se observa completamente maclado, pueden ser sinmetamórficas ó postmetamórficas. El rango de temperatura de formación de dichas maclas oscila entre 150–250C (figura 4.1b). Maclas de tipo III: Maclas curvas, donde aparecen un maclado secundario dentro de las maclas, donde los granos están completamente maclados. Los espesores varían entre 1–5m y mayores. Estas maclas representan grandes deformaciones producidas por mecanismos de deformación intracristalina a través de los planos de maclas y representan maclas 36 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. sinmetamórficas. Las temperaturas a las cuales se forman oscilan entre los 200–300C (figura 4.1c). Maclas de tipo IV: Maclas gruesas con bordes aserrados y saturados donde se manifiestan trazos de pequeños granos. Estas maclas son propias de deformaciones grandes y responden a procesos de recristalización dinámica a través de migración de borde del grano, pueden ser pre ó sinmetamórficas. Se forman a temperaturas mayores de 250C (figura 4.1d). Figura 4.1: Maclas de deformación en el mineral calcita; a-Maclas de tipo I finas y rectas; b-Maclas de tipo II gruesas . ; c-Maclas de tipo III curvas, en ocasiones muestran un maclado secundario; d-Maclas de tipo IV gruesas con bordes aserrados (Weiss, 1954; Ferrill, 1991, Burkhard, 1993; Despaigne-Díaz y Cáceres-Govea, 2009). A temperaturas inferiores a los 200C los granos de calcita se caracterizan por desarrollar un maclado intenso (denso) producto del estrés y a temperaturas superiores a los 200C comienzan la extensión (grosor) de sus maclas (Ferrill, 1991; Burkhard, 1993; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea). 4.2 Tipos de maclas identificadas en los perfiles geológicos. En el presente trabajo se estudiaron muestras por perfiles analizando los tipos de maclas y las temperaturas a las cuales estas se formaron. Perfil Cafetal–Gavilanes En el perfil Cafetal–Gavilanes en la mayoría de las muestras metacarbonatadas, la calcita se encuentra elongada en dirección de la foliación principal S2. Los granos de calcita maclados presentan un set de maclas (tabla 4.1). La calcita maclada prevalece sobre la no maclada con excepción de las muestras CG–7a, CG–10, CG–11 donde la calcita se halla recristalizada o formando granos no maclados en la mayoría de los casos (tabla 4.1 y 4.2). Las maclas que predominan en estas muestras son las de tipo II (40–60%) y tipo III curvas (10–30%), siendo menos abundantes las de tipo I (5–20%) y los granos no maclados no llegan a sobrepasar el 15% (figura 4.2a, b y tabla 4.1 y 4.2). 37 Capítulo IV: Análisis de las maclas de calcita y las deformaciones en los minerales formadores de rocas. a b Figura 4.2: Granos de calcita maclados; a-Maclas de tipo I con dos sets.Muestra CG-1; b-Maclas de tipo II con dos sets y combinaciones de maclas de tipo II con tipo I, predominando las últimas. Muestra CG-2. Las combinaciones de maclas que existen son las de tipo II cruzadas por maclas de tipo I (2– 15%) predominando las últimas (figura 4.2b), y las maclas de tipo III interceptadas por tipo I, dominando las maclas de tipo I (2–6%), aunque también pueden existir granos con maclas de tipo III combinadas con tipo II (figura 4.3a, b y tabla 4.3). La vetas tardías rellenas de calcita, no son muy representativas existiendo solo en la muestra CG–12 perteneciente al nappe Monforte. Esta muestra se describirá en epígrafes posteriores por las características específicas que presenta la misma. Las temperaturas que proporcionaron las maclas de calcita oscilan en el rango de los 100–300C (Weiss, 1954; Ferrill, 1991, Burkhard, 1993; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009) (anexo 4.1 y tabla 4.4, 4.5). . a b Figura 4.3: Granos con maclas combinadas; a-Maclas de tipo III curvas con tipo I más finas, predominando las últimas (muestra CG-7); b-Maclas de tipo III curvas interseptadas por maclas de tipo II (muestra CG-2). 4.2.2 Perfil Sierrita–Ocujal. a 38 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. En este perfil el 95% de la calcita que se halla en estas muestras está maclada, con excepción de las milonitas carbonadas (tabla 4.1). Predominan los granos con un set de maclas sobre los que presentan dos sets de maclas (tabla 4.1). Las maclas que prevalecen en este perfil son de tipo II (figura 4.2b) menos las muestras SO–36a1, SO–36a2, SO–36 a3, SO–40, donde dominan las maclas de tipo III y tipo IV (figura 4.4 y tabla 4.1). Estas muestras se especificarán en epígrafes posteriores. En el caso de los mármoles aparecen un por ciento considerable (8–9%) de maclas de tipo I que interceptan a las maclas de tipo II, predominado las primeras (figura 4.2b y tabla 4.3). La calcita que no se encuentra maclada, está recristalizada y no llega a sobrepasar el 20% (tabla 4.2). Cuatro de las muestras presentes en este perfil (SO–34, SO– 36a1, SO–36a2, SO–36a3) contienen vetas tardías posteriores a la foliación principal S2. Las características de estas vetas se abordarán en epígrafes posteriores. Las temperaturas que mostraron las maclas de calcita fluctúan entre los 150–300C (Weiss, 1954; Ferrill, 1991, Burkhard, 1993; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009) (anexo 4.2 y tabla 4.4 y 4.5). a a b Figura 4.4: Maclas de calcita; a-Maclas de tipo III (maclado secundario, maclas dentro de maclas); b-Grano de calcita con maclas de tipo IV que presentan dos sets. Observe los bordes aserrados de las maclas producto de la migración del borde de grano. Muestra SO-36 a3. Perfil Sierrita–Monforte En el perfil Sierrita–Monforte la mayoría de los granos de calcita se encuentran maclados y los no maclados, no son representativos con excepción de la muestra SM–49 que contiene un 20% (tabla 4.1 y 4.2). Predominan los granos con dos sets de maclas sobre los que presentan un set (tabla 4.1). Las maclas de deformación en la calcita que predominan en estas rocas son las de tipo II y tipo I (figura 4.2a y b) siendo menos abundantes las maclas de tipo III curvas, maclas de tipo IV (figura 4.4b) y los granos no maclados (tabla 4.1 y 4.2). Las combinaciones de maclas que son más comunes son las maclas de tipo II con tipo I predominado las últimas (figura 4.2b y tabla 4.3). Las muestras que pertenecen a este perfil no muestran vetas tardías. Las 39 Capítulo IV: Análisis de las maclas de calcita y las deformaciones en los minerales formadores de rocas. temperaturas a las que se formaron la gran mayoría de las maclas presentes en este perfil están en el rango de los 150–300C (Weiss, 1954; Ferrill, 1991, Burkhard, 1993; Despaigne– Díaz y Cáceres–Govea, 2009) (anexo 4.3 y tabla 4.4 y 4.5). Perfil Sierrita–Monforte2 Los granos de calcita maclados con un set de maclas predominan sobre los no maclados que representan el 15% del total de la calcita que aparece en esta muestra (G–83) (tabla 4.1 y 4.2). Las maclas que dominan son las de tipo II (60%), siendo menos abundantes las de tipo I y tipo III curvas (figura 4.2a, b y tabla 4.1). También existen granos con maclas de tipo II que son cruzadas por maclas de tipo I (figura 4.2b y tabla 4.3) predominando las últimas (7%). No existen vetas tardías en esta muestra. Las maclas de calcita presentes revelan temperaturas que oscilan entre los 200–250C (Weiss, 1954; Ferrill, 1991, Burkhard, 1993; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009) (anexo 4.4 y tabla 4.4, 4.5). Perfil Guajímico–San José–Río Chiquito En este perfil (anexo 2.6) los granos de calcita maclados con dos sets predominan sobre los granos no maclados que no llegan a sobrepasar el 20% del total de la calcita presente en estas muestras. La calcita en la mayoría de las muestras se halla elongada en dirección de la foliación principal S2 (figura 4.5). Las maclas de calcita que predominan son las de tipo II (25– 50%) y tipo I (10–30%) con excepción de las muestras G–101 y G–81, donde predominan las de tipo III y tipo II respectivamente (tabla 4.1). Las maclas de tipo III, IV y los granos no maclados no llegan a sobrepasar el 15% siendo los menos abundantes en estas rocas. Existen también granos con maclas de tipo I que cruzan maclas de tipo II (4–7%) predominando las primeras (figura 4.2b y tabla 4.3). Las que muestran vetas tardías son la G–81, G–83 y G–85 que responden a dos estadíos diferentes. Las temperaturas en estas muestras que mostraron las maclas de calcita fluctúan de los 150–300C (Weiss, 1954; Ferrill, 1991, Burkhard, 1993; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009) (anexo 4.5 y tabla 4.4 y 4.5). 40 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. S2 Figura 4.5: Calcita elongada en dirección de la foliación principal S2. Muestra G-85. 4.3 Vetas tardías. Existen nueve muestras (G–81, G–83, SM–83, SO–34, SO–36a3 y CG–12) que presentan vetas tardías posteriores a la formación de S2 con excepción de la muestra (SO–36a1 y SO–36a2) (tabla 4.7). Estas vetas se dividen en tres estadíos según su posible formación: Las vetas más antiguas presentan en su gran mayoría maclas de tipo III y tipo IV (SO–36a1 y a2). Las maclas que predominan tienen tanto uno o como dos sets, manifestando temperaturas entre los 200– 300C (Weiss, 1954; Ferrill, 1991, Burkhard, 1993; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009). Las vetas donde predominan las maclas de tipo II y los granos no maclados (CG–12, SO–34, SO–36a3, G–81, G–83) revelan temperaturas entre los 200–250C (figura 4.6a) (Weiss, 1954; Ferrill, 1991, Burkhard, 1993; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009), considerándolas posteriores a las vetas que presentan maclas de tipo III y maclas de tipo IV (tabla 4.7). Estas muestras (CG–12, SO–34, SO–36a3, G–81, G–83) poseen en menor proporción en sus vetas, granos con maclas de tipo II cruzadas por tipo I. Se destacan en dichas vetas los granos maclados con un set de maclas aunque pueden existir dos sets en menor proporción. Las vetas más jóvenes (G–85 y CG–12) se caracterizan por ser finas y estar rellenas con calcita recristalizada (figura 4.6b), sin aportar un rango de temperaturas, demostrando con su presencia que las deformaciones siguieron en un nivel superior con una disminución paulatina de las temperaturas. 41 Capítulo IV: Análisis de las maclas de calcita y las deformaciones en los minerales formadores de rocas. Dirección de la Dirección de la veta veta S2 S2 b a a b Figura 4.6: Vetas de calcita en las rocas metacarbonatadas; a-Veta de calcita con maclas de tipo II y granos no maclados que se encuentran perpendicular a la foliación principal S2; b- Veta de calcita recristalizada. 4.4 Mecanismos de deformación en minerales formadores de rocas. Los minerales bajo ciertas condiciones de estrés tienden a deformarse, es decir sufren transformaciones en sus redes cristalinas que se reflejan en las partes externas del cristal. Para la comprensión del presente epígrafe es necesario aclarar algunos términos que se utilizarán en el texto. Porfiroblastos: Son cristales relativamente largos en una matriz granulada fina. Se forman por el crecimiento de cristales específicos mientras que los cristales de la matriz no crecen con la misma extensión (Passchier y Trouw, 1998). Porfiroclastos: Se forman por la disminución del tamaño del grano en la matriz. Son típicos de milonitas y cataclasitas. Forman estructuras relícticas de una textura original más granulada. Los minerales comunes que forman los porfiroclastos son feldespatos, granates, piroxenos y horblenda (Passchier y Trouw, 1998). Franjas de presión (Pressure fringes): Los strain fringes también son conocidos como pressure fringes y son objetos rígidos (pirita, hematite) en un flujo coaxial o no coaxial que causa perturbaciones de los patrones de flujo y estrés. En caso de bajas temperaturas de deformación y alta presión de fluidos puede ocurrir un aumento de la presión solución adyacente a los objetos rígidos formando nuevos materiales cristalinos fibrosos creando los pressure fringes. Estos aportan información de la historia del flujo y la deformación de la forma externa e interna y son usados por lo tanto como indicadores cinemáticos (Passchier y Trouw, 1998). Usualmente los minerales que lo forman son el cuarzo calcita y clorita (MÜgge, 1930; Willians 1972; Passchier y Trouw, 1998). 42 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. A continuación se dará una breve explicación de algunos de los mecanismos.de deformación intracristalinas que pueden presentar los minerales formadores de rocas. Presión solución: La presión de las soluciones se localizan donde los granos están en contacto a lo largo de las superficies con un ángulo grande y donde el estrés del grano es alto. La solubilidad del cristal al estar expuesta a un alto estrés es relativamente baja provocando que se compacten los puntos de contactos entre ellos y el material que se redeposita va hacia los espacios de los adyacentes. Los planos en los cuales la presión de las soluciones tiene un gran efecto, comúnmente son ricos en material micáceo y ópalo, puede ser visible también en la presencia de granos nuevos, venas fibrosas rellenas e intercrecimientos fibrosos de granos (Wheeler, 1987; Knipe, 1989; Passchier y Trouw, 1998). Deformación intracristalina: La forma de un cristal puede ser cambiada cuando el mismo es sometido a un estrés, esto solo puede ser producido por un cambio en las posiciones relativas de las moléculas ó átomos. Una de las evidencias que ocurren a gran escala como consecuencia de las dislocaciones es la extinción ondulatoria, aunque también se pueden presentar pequeñas fracturas invisibles microscópicamente (microkinks). Ocurre en pequeños y aisladas estructuras del cuarzo y feldespato (Tullis y Yund, 1987; Passchier y Trouw, 1998). Algunos minerales como la calcita también pueden mostrar deformación de maclado (Hirth y Tullis, 1992; Passchier y Trouw, 1998). Migración del borde de grano: Es un proceso que reduce la energía libre interna de los cristales que presentan una alta densidad de dislocación en las rocas. Los átomos ubicados en el límite del grano que presenta mayor densidad de dislocación son desplazados ligeramente hacia el cristal con baja densidad de dislocación. Como resultado los límites del grano con mayor densidad de dislocación son desplazados y el cristal menos deformado crece en las cercanías de su vecino más deformado formando nuevos cristales (Goottstein y Mecking, 1985; Urai et al., 1986; Drury y Urai, 1990; Passchier y Trouw, 1998). Recristalización dinámica: Se caracteriza por presentar texturas recristalizadas, parcial y completamente. En la textura recristalizada parcial se distingue por una distribución del tamaño del grano bimodal con pequeños granos agregados entre granos grandes con extinción ondulatoria; muchos de los pequeños granos son formados por la recristalización dinámica y su tamaño uniforme se debe a la deformación y recristalización de un estrés diferencial específico (Urai, 1983; Jessell, 1986, 1987; Tullis et al., 1990; Passchier y Trouw, 1998). 43 Capítulo IV: Análisis de las maclas de calcita y las deformaciones en los minerales formadores de rocas. 4.4.1 Deformaciones intracristalinas en minerales formadores de rocas. Existen minerales que de acuerdo a su comportamiento (frágil o dúctil) nos indican las condiciones de temperatura a la cual estuvieron expuestos. Algunos de estos minerales que nos revelan las temperaturas de deformación de las rocas son: el cuarzo, plagioclasas, micas y anfíboles (Passchier y Trouw, 1998). Debido al escaso porcentaje de los anfíboles en las muestras analizadas no se tendrá en cuenta las deformaciones presentes en estos minerales. El cuarzo (Qtz): La presión solución es muy importante, especialmente a bajas temperaturas (Linker y Kirby, 1981; Linker et al., 1984; Hobbs, 1985; Passchier y Trouw, 1998). A condiciones de muy bajo grado de temperaturas inferiores a los 300C se puede observar fracturación mecánica, presión solución, extinción ondulatoria y redeposición de este mineral en venas. Entre los 300C y 400C el cuarzo presenta extinción ondulatoria en bandas y lamelas de deformación. De los 400C a los 700C presenta estructuras de recristalización dinámica (Den Brok, 1992; Hirth y Tullis 1992; Passchier y Trouw, 1998). Las plagioclasas (Plg): Se ha mostrado que las deformaciones del feldespato dependen fuertemente de las condiciones metamórficas (Tullis y Yund, 1980, 1985, 1987; Hanmer, 1982; Tullis, 1983; Dell´ Angelo y Tullis, 1989; Tullis et al., 1990; Tullis y Yund, 1991; Pryer 1993; Passchier y Trouw, 1998). A un bajo grado de metamorfismo por debajo de 300C las plagioclasas se deforman principalmente por procesos de fracturación mecánica, plegamiento, extinción ondulatoria y flujo cataclástico. Los fragmentos de granos muestran una fuerte deformación presentando planos de clivaje y maclas (Seifert, 1964; Vernon 1965; Borg y Heard, 1969, 1970; Lawrence, 1970; Kronenberg y Shelton, 1980; Passchier, 1982 ; Jensen y Starkey, 1985; Passchier y Trouw, 1998). A temperaturas entre los 300 y los 400C los feldespatos pueden deformarse por fracturas internas pero esta asistido por dislocaciones menores, presentado en la mayoría de los casos maclas de deformación curvas y deformación en bandas. Se encuentran de forma aislada los kink bands y los porfiroclastos de nappes están ausentes al igual que las texturas mirmekíticas y pertíticas (Pryer, 1993; Passchier y Trouw, 1998). Los procesos de deformación que pueden presentar entre 400–500C son principalmente la recristalización en especial hacia el borde del grano y al mismo tiempo están presentes los porfiroclastos de nappes en microzonas de shear (Borges y White, 1980; Gapais, 1989; Gates y Glover, 1989; Tullis y Yund, 1991; Passchier y Trouw, 1998). A temperaturas mayores de los 500C los porfiroclastos de nappes no son muy abundantes y están ausentes las texturas mirmekíticas y pertíticas (Montardi y Mainprice, 1987; Ji y Mainprice, 1988; Dornbush et al, 1994; Ullemer et al, 1994; Passchier y Trouw, 1998). 44 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. Las micas (Ms): a temperaturas mayores de 250C pueden presentar fracturación mecánica, plegamiento, extinción ondulatoria, presión solución y kink bands (Wilson, 1980; Lister y Snoke, 1984; Bell et al., 1986; Passchier y Trouw, 1998). 4.5 Análisis de las temperaturas de deformación en los minerales formadores de rocas. Las asociaciones mineralógicas que muestran las rocas metacarbonatas analizadas en el área de estudio poseen un contenido similar (calcita, cuarzo, micas, clorita, óxidos y plagioclasas). Donde las deformaciones producidas en los minerales acompañantes de la calcita revelaron rangos de temperaturas a las que estuvieron expuestas estas rocas. 4.5.1 Análisis de las temperaturas de deformación en los minerales formadores de rocas por perfiles. Perfil Cafetal–Gavilanes En este perfil prevalecen los esquistos carbonatados sobre los mármoles y la textura que predomina es la foliada (tabla 4.3). La composición mineralógica que esta asociada a estas rocas en orden de abundancia es: La calcita (35–80%), cuarzo (5–25%), micas (5–20%), óxidos (5–15%), clorita (2–15%), plagioclasas (3–7%), y en menor proporción esfena, zoisita y actinolita (tabla 4.1). El cuarzo en todos los casos (CG–1, CG–2, CG–7, CG–7a, CG–10, CG–11, CG–12) muestra extinción ondulatoria y en menor medida fracturas, recristalización y granos elongados en dirección de la foliación principal S2 (figura 4.7a y tabla 4.6) .Las temperaturas que manifestaron estas deformaciones son menores 300C (Den Brok, 1992; Hirth y Tullis 1992; Passchier y Trouw, 1998) (anexo 4.1). Las micas se presentan en forma de cristales prismáticos alargados, fracturados y plegados con una fuerte extinción ondulatoria (figura 4.7b y tabla 4.6) dando temperaturas mayores de 250C (Wilson, 1980; Lister y Snoke, 1984; Bell et al., 1986; Passchier y Trouw, 1998) (anexo 4.1). En las muestras donde están presentes las plagioclasas se caracterizan por mostrar una estructura esquelética en la mayoría de los casos con inclusiones de micas y extinción ondulatoria (figura 4.8) mostrando temperaturas menores 300C (Seifert, 1964; Vernon 1965; Borg y Heard, 1969, 1970; Lawrence, 1970; Kronenberg y Shelton, 1980; Passchier, 1982; Jensen y Starkey, 1985; Passchier y Trouw, 1998) (anexo 4.1 y tabla 4.5). Los mecanismos de deformación que se observan son la presión solución representados por los minerales clorita y micas (5–10%) y la recristalización dinámica (tabla 4.7) por el cuarzo (5–15%). 45 Capítulo IV: Análisis de las maclas de calcita y las deformaciones en los minerales formadores de rocas. a b Figura 4.7: Deformaciones presentes en los minerales acompañantes de la calcita; a-Cuarzo recristalizado elongado en dirección de la foliación principal S2; b- Plegamiento de las micas con una fuerte extinción ondulatoria. Perfil Sierrita–Ocujal a b En este perfi se analizaron seis muestras metacarbonatadas (SO–34, SO–35, SO.36a1, SO– 36a2, SO–36a3, SO–40) de las cuales dos son esquistos (SO.36a1, SO–36a3), dos son b mármoles (SO–34, SO–35) y dos son milonitas carbonatas (SO–36a2, SO–40). Los esquistos carbonatados como su nombre lo indica están formados principalmente por calcita y en menor proporción por cuarzo, micas y óxidos (tabla 4.1). Los minerales se encuentran orientados según la dirección de la foliación principal S2 presentando una textura foliada. Los mármoles se diferencian de los esquistos por poseer un mayor contenido de calcita y una textura granoblástica (tabla 4.1 y 4.3). También se presentan esporádicamente minerales como el cuarzo, micas, cloritas y minerales metálicos (tabla 4.1). Las milonitas carbonatadas se caracterizan por contener más del 40% de calcita recristalizada y la asociación mineralógica que aparece en estas rocas son calcita, cuarzo, micas, clorita, óxidos y plagioclasas (albita) (anexo 4.1 y 4.2). Los minerales acompañantes como el cuarzo en la mayoría de los casos (SO–34 y SO–35) tienen extinción ondulatoria y fracturas, dando temperaturas menores de 300C (Den Brok, 1992; Hirth y Tullis 1992; Passchier y Trouw, 1998) (anexo 4.2 y tabla 4.6). Las micas presentan fragmentación mecánica, plegamiento y extinción ondulatoria mostrando temperaturas mayores 250C (Wilson, 1980; Lister y Snoke, 1984; Bell et al., 1986; Passchier y Trouw, 1998) (anexo 4.2 y tabla 4.6). En este perfil existe solo una muestra que contienes plagioclasas mostrando fracturación mecánica e inclusiones de micas (figura 4.8 y tabla 4.5), aportando temperaturas menores de 300C (Seifert, 1964; Vernon 1965; Borg y Heard, 1969, 1970; Lawrence, 1970; 46 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. Kronenberg y Shelton, 1980; Passchier, 1982 ; Jensen y Starkey, 1985; Passchier y Trouw, 1998). Los mecanismos de deformación intracristalinos que se pueden presenciar en estas rocas son la presión solución para los mármoles (3–5%) por los minerales clorita y micas (tabla 4.7). Plg Figura 4.8: Porfiroblasto de plagioclasa (estructuras esqueléticas) y micas con fracturación mecánica. Perfil Sierrita–Monforte En el perfil Sierrita–Monforte se tomaron un total de tres muestras (SM–45b, SM–46, SM–49) clasificadas como esquistos carbonatados con texturas foliadas (tabla 4.3). La asociación mineralógica que presenta según en el orden de abundancia es la calcita (40–60%), cuarzo (18–30%), micas (6–15%), plagioclasa (5–20%), óxidos (5–15%), clorita (5–12%) (tabla 4.1). Las deformaciones intracristalinas que presentan estas muestras en el cuarzo son la extinción ondulatoria y las fracturas (tabla 4.6) manifestando temperaturas menores de 300C (Den Brok, 1992; Hirth y Tullis 1992; Passchier y Trouw, 1998) (anexo 4.3). Las micas muestran plegamiento, fracturación mecánica y extinción ondulatoria (tabla 4.6) manifestando temperaturas mayores de 250C (Wilson, 1980; Lister y Snoke, 1984; Bell et al., 1986; Passchier y Trouw, 1998) (anexo 4.3). Las muestras que contienen plagioclasas (SM–45b, SM– 46) se encuentran formando estructuras esqueléticas además de presentar, maclado, extinción ondulatoria, inclusiones de micas (tabla 4.5) y en ocasiones la calcita aparece sustituyéndola (figura 4.9). Las temperaturas que arrojaron las deformaciones en este mineral son menores de 300C (Seifert, 1964; Vernon 1965; Borg y Heard, 1969, 1970; Lawrence, 1970; Kronenberg y Shelton, 1980; Passchier, 1982; Jensen y Starkey, 1985; Passchier y Trouw, 1998) (anexo 4.3). Los mecanismos de deformación que dominan en estas rocas es la presión solución 47 Capítulo IV: Análisis de las maclas de calcita y las deformaciones en los minerales formadores de rocas. representados por los minerales clorita y micas oscilando entre un 5–15%, la migración del borde del grano y la recristación dinámica en la calcita en la muestra SM–49 con un 18% (tabla 4.7). Plg calcita tardía Figura 4.9: Plagioclasa fracturada sustituida por calcita. Muestra SM-46. Perfil Sierrita–Monforte2 Este perfil solo esta representado por una muestra metacarbonatada clasificada como mármol (SM–83) con textura granoblástica (tabla 4.3). La composición mineralógica de la misma es la siguiente: Cc–60%; Ms–15%; Qtz–10%; Mat.C–10%; Cl–1%; Ox–4% (tabla 4.1). Los mecanismos de deformación intracristalinas están representados por el cuarzo que muestra extinción ondulatoria dando temperaturas menores de 300C (Den Brok, 1992; Hirth y Tullis 1992; Passchier y Trouw, 1998) y las micas presentan fracturación mecánica y plegamiento mostrando temperaturas mayores 250C (Wilson, 1980; Lister y Snoke, 1984; Bell et al., 1986; Passchier y Trouw, 1998) (figura 4.10a, anexo 4.4 y tabla 4.6). Las plagioclasas están ausentes en la muestra G–83 que pertenece a este perfil. El mecanismo de deformación intracristalina que se muestra es la presión solución por las micas que se encuentran rellenando oquedades entre los planos S2 con un 7% (figura 4.10b). 48 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. a b Figura 4.10: Deformaciones en los minerales formadores de rocas; a- Moscovita plegada. Muestra G-81.; bMecanismo de deformación intracristalina (presión solución). Note la fuerte extinción ondulatoria del cristal de mica en el centro. Muestra SM-83. Perfil Guajímico–San José–Río Chiquito a predominan los esquistos carbonatados con unab En el perfil Guajímico –San José–Río Chiquito textura foliada y en menos proporción los mármoles representados solo por dos muestras (tabla 4.3). La composición mineralógica de estas rocas son principalmente: calcita (50–70%), cuarzo (5–20%), micas (5–20%), óxidos (5–20%) y clorita (2–10%) (tabla 4.1). El cuarzo en todos las muestras (CG–1, CG–2, CG–7, CG–7a, CG–10, CG–11, CG–12), manifiesta extinción ondulatoria y en algunos casos fracturas mostrando temperaturas menores de 300C (Den Brok, 1992; Hirth y Tullis 1992; Passchier y Trouw, 1998) (anexo 4.5). Las micas presentan fracturación mecánica, plegamiento y extinción ondulatoria, proporcionando temperaturas mayores de 250C (Wilson, 1980; Lister y Snoke, 1984; Bell et al., 1986; Passchier y Trouw, 1998) (anexo 4.5 y tabla 4.6). Los mecanismos de deformación intracristalinos presentes en estas muestras son: presión solución representados por las micas y la clorita con 5–10%; la recristalización dinámica lo muestran los minerales calcita y cuarzo (G–83, G–85) que oscila entre un 10–20% y la migración del borde del grano representado por el mineral calcita con un 20% en la muestra G–85 (tabla 4.7). 4.5.2 Análisis de temperaturas de deformación en los diferentes nappes. Las maclas de deformación de la calcita así como también los minerales formadores de rocas brindaron información sobre las temperaturas a las cuales se deformaron las rocas analizadas. A continuación se resume por nappes, la información obtenida de la combinación de ambos métodos. 49 Capítulo IV: Análisis de las maclas de calcita y las deformaciones en los minerales formadores de rocas. Nappe Monforte Las muestras que se analizaron en el nappe Monforte fueron la CG–12, SM–83 y G–81 predominando las maclas de tipo II y tipo III, además de presentar maclas de tipo I y granos no maclados en menor proporción. Las temperaturas que proyectaron las maclas en los granos de calcita están en el rango de los 200 a 300C (Weiss, 1954; Ferrill, 1991, Burkhard, 1993; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009) (anexo 4.1, 4.4 y 4.5). La existencia de vetas tardías paralelas y perpendiculares a la foliación principal S2 nos demuestra que las venas se formaron posteriores a S2 probablemente relacionadas a la fase D3. Los granos de las vetas dan temperaturas en el rango de 100 a 250C (Weiss, 1954; Ferrill, 1991, Burkhard, 1993; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009). En el caso de la muestra CG–12 presenta una veta fina rellena con calcita recristalizada perpendicular a la foliación principal S2 que nos indica que las mismas son posteriores a las vetas que presentan maclas de tipo I y de tipo II. Las deformaciones intracristalinas observadas en los diferentes minerales formadores de rocas nos revelan temperaturas menores de 300C (anexo 4.1, 4.4 y 4.5). Los mecanismos de deformación que se manifiestan en estas rocas es la recristalización dinámica por el cuarzo y la calcita; la presión solución por las micas y la clorita; la migración del borde del grano en el mineral calcita, donde pueden llegar en algunas muestras hasta un 20%. Nappe Río Chiquito El nappe Río Chiquito solo está representado por la muestra G–101, predominando las maclas de tipo II y tipo III siendo las últimas las más abundantes. Las maclas de tipo I y los granos no maclados son los menos abundantes representando el 25% del total de granos de calcita de la muestra. Las temperaturas que revelaron las maclas presentes en este nappe oscilan en el rango de los 200–300C (Weiss, 1954; Ferrill, 1991, Burkhard, 1993; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009) (anexo 4.5). Los granos que presentan dos sets de maclas prevalecen sobre los granos que muestran un set de macla. Las deformaciones intracristalinas observadas en los diferentes minerales formadores de rocas nos revelan temperaturas menores de 300C (anexo 4.5). El mecanismo de deformación que se presentan en estas rocas es la presión solución la presión solución presentando solo un 5% por las micas presentando solo un 5%. Nappe La Sierrita En las muestras (CG–1, CG–2, CG–7, CG–7a, CG–10, CG–11, SO–34, SO–35, SO–36a1, SO– 36a2, SO–36a3, SO–40, SM–45b, SM–46, SM–49, G–83, G–84, G–85, G–104) estudiadas en el 50 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. nappe La Sierrita, las maclas que prevalecen son las de tipo II y tipo I principalmente, dando temperaturas que oscilan desde los 150–250C (Weiss, 1954; Ferrill, 1991, Burkhard, 1993; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009) (anexo 4.1, 4.2, 4.3 y 4.5). Las maclas de tipo III y los granos no maclados son pocos abundantes, además de existir maclas de tipo IV en áreas muy locales. En los granos con maclas de tipo IV los bordes de las maclas son muy irregulares lo que evidencia un proceso de migración del borde del grano y recristalización dinámica (Weiss, 1954; Ferrill, 1991, Burkhard, 1993; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009). Este nappe se destaca por presentar en los granos de calcita un solo set de macla con excepción de las muestras G–84 y G–85 que predominan tanto los granos con un set de maclas como con dos sets de maclas. Existen algunas muestras (SM–46, CG–7, CG–7a, SO–40) en este nappe que difieren en cuanto al predominio de maclas de tipo II y tipo I, prevaleciendo las maclas de tipo III y de tipo II dando temperaturas de 200–300C (Weiss, 1954; Ferril, 1991; Burkhard, 1993; Despaigne– Díaz y Cáceres–Govea, 2009) (anexo 4.1, 4.2 y 4.3). La presencia de granos no maclados y maclas de tipo I son menos abundantes. Para las muestras CG–7 y CG–7a predominan tanto los granos con un set de macla como los granos con dos sets y en la muestra SM–46 predominan los granos con dos sets de maclas. Se puede presenciar aunque en un menor por ciento maclas de tipo III con tipo I predominando las últimas y los granos con maclas de tipo I cortantes con tipo II predominando las primeras (tabla 4.3). La muestra SO–40 está compuesta en su gran mayoría por calcita recristalizada y escasos granos con maclas de tipo III curvas de un solo set, ofreciendo temperaturas de 200–300C (Weiss, 1954; Ferril, 1991; Burkhard, 1993; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009) (tabla 4.1 y 4.5), donde al parecer estos granos se formaron antes de la milonitización (recristalización). Las temperaturas que arrojaron las deformaciones intracristalinas presentes el cuarzo en la mayoría de las muestras son menores de 300C (Linker y Kirby, 1981; Linker et al., 1984; Hobbs, 1985) (anexo 4.1, 4.2, 4.3 y 4.5). La moscovita presenta plegamiento, fracturación mecánica y extinción ondulatoria la cual revela temperaturas mayores de 250C (Wilson, 1980; Lister y Snoke, 1984; Bell et al., 1986) (anexo 4.1, 4.2, 4.3 y 4.5). Las plagioclasas solo están presentes en algunas muestras (SM–46, CG–10, CG–2, CG–7a y G–104), no presentando una dirección preferencial. Todas las deformaciones intracristalinas analizadas brindan temperaturas menores de 300C (Seifert, 1964; Vernon 1965; Borg y Heard, 1969, 1970; Lawrence, 1970; Kronenberg y Shelton, 1980; Passchier, 1982; Jensen y Starkey, 1985) (anexo 4.1, 4.3 y 4.5). 51 Capítulo IV: Análisis de las maclas de calcita y las deformaciones en los minerales formadores de rocas. Los mecanismos de deformación que se encuentran presentes en este nappe son principalmente la presión solución con un 3–20% y la recristalización de la calcita con un 5– 70%. Los minerales que evidencian el mecanismo de presión solución son las micas y la clorita, donde en ocasiones pueden estar acompañados de minerales metálicos. 4.6 Muestras anómalas. En la muestra CG–12 perteneciente al nappe Monforte predominan las maclas de tipo II y tipo III curvas con un set, manifestando temperaturas entre los 200–300C (Weiss, 1954; Ferril, 1991; Burkhard, 1993; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009) (anexo 4.1y tabla 4.5). En el caso de las maclas de tipo II predominan los granos que presentan dos sets de maclas sobre los que presentan un set. Los granos no maclados, las maclas de tipo I y las de tipo II interceptadas por tipo I, son las menos abundantes. En la misma existen, vetas tardías que se hallan cortando la foliación principal S2 con un predomino de granos de gran tamaño con maclas de tipo II, aportando temperaturas en el rango de 100–250C (Weiss, 1954; Ferril, 1991; Burkhard, 1993; Despaigne–Díaz y Cáceres Govea, 2009).Existe una veta fina que corta la roca, perpendicular a la foliación S2 que al parecer son posteriores a las anteriormente descritas pues la calcita que se encuentra rellenado estas veta está recristalizada. En la muestra SO–36a1, SO–36a3, pertenecientes al nappe La Sierrita son predominantes las maclas de tipo III y IV dando temperaturas de 200–300C (Weiss, 1954; Ferril, 1991; Burkhard, 1993; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009) (anexo 4.2). Las maclas de tipo II y los granos no maclados no son muy significativos. En el caso de la muestra SO–36a2 el 80% de la calcita se encuentra recristalizada presentando un 60% de porfiroclastos de calcita y hematíes considerándose una protomilonita (figura 4.11a). Los cristales de hematíes en esta muestra se comportan como cuerpos rígidos mostrando en algunos casos pressure fringes con el mineral clorita en sus colas. Esta muestra presenta escasos granos maclados con maclas de tipo III curvas con dos sets, en la mayoría de los casos, mostrando temperaturas de 200–300C (Weiss, 1954; Ferril, 1991; Burkhard, 1993; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009) (anexo 4.2). 52 b Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. Porfiroclastos de calcita Figura 4.11: Muestra SO-36a2; a- matriz de la roca compuesta por calcita recristalizada que contienen porfiroclastos de calcita con maclas de tipo III. En la muestra SO–40 perteneciente al nappe La Sierrita clasificada como una milonita carbonatada, abundan los porfiroclastos de manto representados por los cristales de calcita y hematíes (figura 4.12), constituyendo de un 20–60% en comparación con la matriz de la roca (calcita). Los minerales clorita y el cuarzo forman junto con los cristales de hematíes los llamados pressure fringes, al comportarse estos últimos como cuerpos rígidos dentro de una matriz mas dúctil. Posee escasos granos maclados elongados en dirección de la foliación principal, con maclas de tipo III manifestando temperaturas 200–300C (Weiss, 1954; Ferrill, 1991, Burkhard, 1993; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009) (anexo 4.2). Figura 4.12: Porfiroclasto de hematite que muestra pressure fringes, con colas rellenas por cuarzo dentro de una matriz carbonatada. 53 Capítulo IV: Análisis de las maclas de calcita y las deformaciones en los minerales formadores de rocas. En la muestra G–81 que pertenece al nappe Monforte predominan los granos maclados con dos sets sobre los granos no maclados. Posee maclas de tipo II y tipo III respectivamente, revelando temperaturas entre los 200–300C (Weiss, 1954; Ferrill, 1991, Burkhard, 1993; Despaigne– Díaz y Cáceres–Govea, 2009) (anexo 4.5). Las maclas de tipo I y IV no son muy representativas, donde no llegan a sobrepasar el 15% del total de granos de calcita maclados en la muestra. Posee vetas tardías que cortan a la roca perpendicular a la foliación principal S2. Las características de estas vetas fueron descritas anteriormente. En las muestras anteriormente descritas (CG–12, SO–36 a1, SO–36 a2, SO–36 a3,SO–40, G– 81) los minerales acompañantes a la calcita como el cuarzo, se hallan en ocasiones elongados en la dirección de la foliación principal (SO–36 a1, G–81) con una fuerte extinción ondulatoria en bandas (figura 4.13a) y algunas veces poseen extinción ondulatoria y fracturas, reflejando temperaturas que se encuentran en el orden de los 300–400C (Den Brok, 1992; Hirth y Tullis 1992; Passchier y Trouw, 1998) (anexo 4.1, 4.2 y 4.5). En la muestra SO–36a2 el cuarzo se halla disperso, formando en ocasiones bandas de granos muy pequeños alrededor de granos más grandes (figura 4.14b) en dirección de la foliación principal S2, donde al parecer sufrieron procesos de recristalización dinámica. Las micas presentan fracturación mecánica y plegamiento y en ocasiones extinción ondulatoria manifestando temperaturas mayores de 250C (Wilson, 1980; Lister y Snoke, 1984; Bell et al., 1986; Passchier y Trouw, 1998) (anexo 4.1, 4.2 y 4.5). Las plagioclasas que se encuentran presentes solo en las muestras SO–36a3 y SO–40, muestran procesos de fragmentación mecánica, inclusiones de micas y sustitución de la calcita (4.13b), mostrando temperaturas menores de 300C (Seifert, 1964; Vernon 1965; Borg y Heard, 1969, 1970; Lawrence, 1970; Kronenberg y Shelton, 1980; Passchier, 1982; Jensen y Starkey, 1985; Passchier y Trouw, 1998) (anexo 4.2). Los mecanismos de deformación presentes en estas muestras están representados por la recristalización dinámica de la calcita con un 40% y del cuarzo con un 15% aproximadamente (CG–12, SO–36a1, SO–36a2). La migración del borde del grano se observa en granos de calcita que poseen maclas de tipo IV de un 20–40% (figura 4.4b) (SO–36a1, SO–36a3). La presión solución esta representada por los minerales clorita y las micas que se encuentran entre los planos S2 representando de un 7–10%. Qtz Plg 54 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. Cc Plg Qtz Cc b a Figura 4.13: Deformaciones intracristalinas en los minerales acompañantes de la calcita. Muestra SO-40; aExtinción ondulatoria en bandas en el cuazo; b-Porfiroblasto de plagioclasa sustituido por el mineral calcita. Qtz a Cc b Figura 4.14: Procesos de deformación en el mineral cuarzo; a-Pequeños cristales de cuarzo recristalizado dentro de una matriz carbonatada. Muestra SO-36a2; b- Recristalización dinámica y extinción ondulatoria en el cuarzo. Muestra SO-40. Es necesario destacar que las temperaturas obtenidas en este trabajo no son temperaturas absolutas determinadas por métodos petrológicos. Las mismas constituyen temperaturas relativas de deformación pero que ha sido demostrado como efectivas, en el estudio de las rocas metacarbonatadas (Weiss, 1954; Groshong et al., 1984; Burkhard, 1990; Ferril, 1991; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009). 55 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. CAPÍTULO V: EVOLUCIÓN TECTONOMETAMÓRFICA DEL ÁREA DE ESTUDIO. 5.1 Interpretación tectónica. Una vez analizadas las muestras por perfiles se procedió a la interpretación tectónica de las temperaturas obtenidas por las maclas de calcita y las deformaciones observadas en los minerales formadores de rocas. Esta información fue analizada por mantos. Nappe Monforte Las maclas de calcita conjuntamente con los procesos de deformación intracristalina del cuarzo, micas y plagioclasas presentes en las rocas del nappe Monforte revelaron un rango de temperaturas entre los 200–300C (figura 5.1, anexo 5.1, 5.4 y 5.5 y tabla 4.4 y 4.8). Las secuencias de este nappe muestran un metamorfismo de alta presión primario evidenciado por cuerpos de esquistos cuarzo-micáceos con granate, eclogitas, esquistos azules, anfibolitas granatíferas, cuarcitas y metabasitas, que se encuentran asociados con micaesquistos (Somin y Millán, 1981; Millán, 1997; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009). Posee un metamorfismo retrógrado sobreimpuesto en la facies de esquistos verdes (Somin y Millán, 1981; Millán, 1997; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009), indicado por los resultados obtenidos en las diferentes muestras donde las temperaturas no suelen ser superiores a los 300C. La existencia de maclas de tipo II y maclas de tipo III en granos elongados de calcita que se encuentran orientados según la foliación principal S2 en las muestras G–81 y CG–12, nos demuestra que las deformaciones presenten en estas rocas pueden estar asociadas a la disminución de las temperaturas durante la fase de deformación D2 (anexo 5.6). Las vetas tardías que atraviesan a las rocas del nappe Monforte están representadas por dos sistemas de vetas principales: las que muestran en su mayoría maclas de tipo II y granos no maclados (SM–83, CG–12 y G–81) siendo las mas antiguas. Las mismas están rellenas con calcita recristalizada (CG–12) que constituyen las más jóvenes y que pudiera ser el resultado de la continua disminución de las temperaturas y un aumento del estrés. Esto trajo como consecuencia la recristalización de la calcita durante la descompresión (D3 ó D4). La representación de ambos sistemas nos evidencia que las deformaciones continuaron en un nivel superior con una disminución paulatina de las temperaturas durante la fase deformación D3. Los granos con maclas de tipo I, maclas de tipo II cortadas por tipo I, predominando las últimas, y los no maclados pueden haberse formado durante la disminución de las temperaturas en el estadío de exhumación. Las maclas presentes en las muestras metacarbonatadas analizadas en este nappe no se encuentran relacionadas con el pico metamórfico (subducción), sino que se formaron probablemente durante el estadío de exhumación en el cual estas rocas 56 CapítuloV: Evolución tectonometamórfica del área de estudio. ascendieron hasta la superficie a través de fallas (Despaigne–Díaz, 2009; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009). Nappe Río Chiquito En el nappe Río Chiquito las temperaturas que manifestaron los diferentes procesos de deformación intracristalina en las maclas de calcita y los minerales acompañantes (cuarzo, micas y plagioclasas), fluctúan entre los 200–300C (figura 5.1, anexo 5.5 y tabla 4.4 y 4.8). Este nappe solo esta representado por la muestra G–101, donde prevalecen los granos elongados con maclas de tipo II y maclas de tipo III, formadas probablemente durante la disminución de las temperaturas durante la fase D2. La existencia de granos con maclas de tipo I, maclas de tipo II cruzadas con maclas de tipo I predominando las últimas, y los granos no maclados, explica la posible formación de estos durante el estadío de exhumación (D3), con una continua disminución de las temperaturas. Los granos que muestran maclas de tipo III cortando a las maclas de tipo II con un predominio de las primeras y que muestran un solo set, pueden indicar la existencia de un ligero aumento en las temperaturas durante la fase D2 (Despaigne– Díaz, 2009), (anexo 5.6). Nappe La Sierrita Las temperaturas obtenidas por las maclas de calcita y los procesos de deformación intracritalina presentes en el cuarzo, micas y plagioclasas aportaron un rango de temperaturas que oscila entre los 150–300C (figura 5.1, anexo 5.1, 5.2, 5.3 y 5.5 y tabla 4.4 y 4.8). En la gran mayoría de las muestras metacarbonatas (CG–1, CG–2, CG–7, CG–7a, CG–10, CG–11, SO–34, SO–35, SM–45b, SM–46, SM–49, G–83, G–84, G–85, G–104) dominan los granos elongados en dirección de la foliación principal S2, con un set de maclas, sobre los que no están orientados. Estos granos contienen fundamentalmente maclas de tipo II y tipo I prevaleciendo las de tipo II, relacionados posiblemente a la disminución de las temperaturas y el estrés dirigido durante la fase final de la deformación D2. En las muestras SO–36a1, SO–36a2, SO–36a3, que predominan los cristales de calcita con maclas de tipo III y maclas de tipo IV donde la temperaturas de deformación llegan a alcanzar los 400C debido por la ubicación cercana a fallas inversas ubicada entre el contacto entre la formación La Sabina y El Tambor, relacionadas al cabalgamiento de las diferentes unidades durante la fase deformación D2. La muestra G–83 posee estas mismas características pero no está cercana a alguna falla ó a contactos entre unidades por lo que pudieron haberse formado durante el aumento de las temperaturas producidas por la disminución del ángulo de buzamiento durante la subducción, con una disminución paulatina de las temperaturas hacia finales de la deformación D2. Durante 57 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. esta etapa se formaron las maclas de tipo II y tipo I las más predominantes en este nappe. Las maclas de tipo IV no son muy representativas (hasta un 10%) con excepción de la muestra G– 85 y SO–36a1 que contiene hasta un 20% de estas maclas. Los granos no maclados pudieron haberse formado durante la fase de deformación D3 o D4 con las disminuciones de las temperaturas y el estrés dirigido. Las vetas tardías presentes en este nappe se pueden dividir en tres sistemas principales relacionadas a las fases de deformación D2, D3 y D4. Las primeras contienen maclas de tipo III y de tipo IV predominando los granos con un set de maclas, dando temperaturas entre los 200– 300C (Weiss, 1954; Ferril, 1991; Burkhard, 1993; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009). Estas vetas están relacionadas con la fase de deformación D2, durante el aumento de las temperaturas por la disminución del ángulo de buzamiento en la zona de subducción (Stanek et al., 2006; García–Casco et al., 2008; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009), (anexo 5.6). Posterior a las anteriormente descritas se formaron las vetas que presentan en su gran mayoría maclas de tipo II y granos recristalizados y en menor proporción granos con maclas de tipo II cruzadas con maclas de tipo I, predominando las las últimas, dando temperaturas entre los 200–250C (Weiss, 1954; Ferril, 1991; Burkhard, 1993; Despaigne–Díaz y Cáceres Govea, 2009), que indican la disminución de las temperaturas durante la fase de D3 (anexo 5.6). El hecho de que prevalezcan los granos con un set de maclas, aunque pueden existir escasas muestras que predominen los granos con dos sets de maclas nos demuestra que, conjuntamente con la disminución de las temperaturas también disminuía el estrés. Esto puede estar relacionado con la fase de deformación final D3 o durante D4 (anexo 5.6). En los sistemas más jóvenes aparecen vetas finas rellenas con calcita recristalizada, que nos revelan que las mismas son posteriores a las anteriormente descritas y pudieran haberse formado durante la fase de deformación D4. . Figura 5.1: Gráfico esquemático de las temperaturas de las muestras en los diferentes nappes 58 CapítuloV: Evolución tectonometamórfica del área de estudio. A modo general podemos plantear que las temperaturas a las cuales se deformaron las rocas metacarbonatadas presentes en el área de estudio oscilan entre los 150 y los 400C (figura 5.1), evidenciado por las deformaciones reflejadas en los minerales formadores de rocas y las maclas de calcita que predominan en los diferentes mantos. Estas temperaturas pueden corresponder a los estadíos de subducción–colisión o colisión–exhumación, durante la fase de deformación D2 (anexo 5.6). 5.2 Evolución tectonometamórfica del área de estudio. En el área La Sierrita han sido reveladas cinco fases de deformación (D1, D2, D3, D4, D5), las cuales están asociadas a diferentes estadíos (Despaigne–Díaz, 2009), (anexo 5.6). Con la intrepretacion de los resultados obtenidos en en el siguente trabajo, y la información recopilada de los trabajos realizados en el área se explicarán a continuación cada una de estas fases. La deformación D1 se produce durante la inserción del Escambray en una zona de subducción introduciéndose primero el nappe Monforte, seguido por los nappes La Sierrita, Yaguanabo y Río Chiquito, durante el Cretácico Campaniano temprano (García–Casco et al., 2008; Despaigne–Díaz, 2009) (anexo 5.6). A esta etapa se asocia la foliación S1. La deformación D1 se desarrolló en un ambiente dúctil apareciendo solo en relictos, en pliegues antiguos, definidos por porfiroblastos de albita y epidota (Despaigne–Díaz, 2009). Esta se asocia al pico metamórfico revelando temperaturas de 400C y presiones de 11kbar (anexo 5.7) (Massone y Szpurka, 1977; Simpson y Thompson, 2000; Despaigne–Díaz, 2009). No se obtuvieron resultados de maclas asociadas a esta fase. La deformación D2 se produce durante el estadío de subducción–colisión en el Cretácico Campaniano tardío (anexo 5.6). Esta etapa se desarrolla en un ambiente dúctil, formándose la foliación S2 y asociada a ella aparecen reorientados, los granos de calcita y minerales formadores de rocas (cuarzo, micas, plagioclasas) (Despaigne–Díaz, 2009). Las maclas de tipo II y tipo III observadas en la gran mayoría de las rocas presentes en el área y la elongación de los granos de calcita en dirección a la foliación principal S2, evidencian que las mismas están relacionadas a esta fase D2 y no al pico metamórfico (subducción). Las temperaturas obtenidas por las maclas de calcita y las deformaciones observadas en los diferentes minerales durante esta fase, oscilan entre los 150–300C, alcanzando en ocasiones hasta los 400C (anexo 5.7), en muestras localizadas en las cercanías de fallas y límites entre nappes que pueden estar relacionados al cabalgamiento de los mismos durante el proceso de exhumación. Algunos autores plantean que durante esta fase se produjo un calentamiento relacionado a la disminución del ángulo de subducción donde las temperaturas pudieron alcanzar los 400 hasta 59 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. 800C (Otsuki y Bano, 1990; Okamoto y Torumi, 2005; Stanek et al., 2006; García Casco et al., 2008; Despaigne–Díaz, 2009). En esta etapa ocurre la superposición de las unidades tectónicas del Escambray (Stanek et al., 2006; Despaigne–Díaz, 2009). La deformación D3 se produce en condiciones dúctiles–frágiles y se relaciona a la continua exhumación de las unidades del Escambray durante el Cretácico Maestrichtiano–Eoceno Temprano (anexo 5.6). En la misma se forma una foliación S3 planar axial, perpendicular al plegamiento de S2 y relacionada a ella también aparecen agrietamientos en las rocas, que son evidencia de condiciones frágiles (Despaigne–Díaz, 2009). En las muestras estudiadas no se presentó la foliación S3 pero se observaron vetas rellenas de calcita indicadoras de ambientes frágiles. Las temperaturas de deformación durante esta fase se representan por la existencia de maclas de calcita en vetas tardías que cortan la foliación S2 dando temperaturas entre los 150 y 250C (Weiss, 1954; Ferrill, 1991, Burkhard, 1993; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009) (anexo 5.7), esto nos indica que las deformaciones continuaron en un nivel superior con una continua disminución de las temperaturas. Las presiones disminuyen paulatinamente hasta valores menores o iguales a 5 kbar (Despaigne–Díaz, 2009). En esta etapa se consolida la estructura de nappes y se invierte la posición de los mismo quedando desde el interior hasta el exterior Río Chiquito, Yaguanabo, La Sierrita y Monforte, en la parte más superficial. Continúa el plegamiento del mismo originando mesopliegues que buzan hacia el noreste (Despaigne–Díaz, 2009). Durante la fase D4 se forma la estructura de domo de ambas cúpulas durante el Eoceno (anexo 5.6) y a ella pueden estar relacionadas las vetas más jóvenes observadas en las muestras CG– 12 y G–81. Estas vetas recristalizadas que no aportan temperaturas, pues la calcita no esta maclada, demuestran que las deformaciones continuaron en niveles superiores a las formadas durante la fase de deformación D3. Es la etapa final de exhumación del Escambray donde se producen pliegues abiertos con un clivaje de fractura asociado (Despaigne–Díaz, 2009). A la fase de deformación D5 se asocian fallas transcurrentes, diestras con orientación sureste– noreste (anexo 5.6), constituyendo el último evento tectónico que sufrió el Escambray en una etapa de relajamiento tectónico desarrollada durante Eoceno Superior (Despaigne–Díaz, 2009). Es necesario destacar que las temperaturas obtenidas en este trabajo no son temperaturas absolutas determinadas por métodos petrológicos. Las mismas constituyen temperaturas relativas de deformación pero que ha sido demostrado como efectivas en el estudio de las 60 CapítuloV: Evolución tectonometamórfica del área de estudio. rocas metacarbonatadas (Weiss, 1954; Groshong et al., 1984; Burkhard, 1990; Ferril, 1991; Despaigne–Díaz y Cáceres–Govea, 2009). 61 Recomendaciones. Conclusiones. En las rocas metacarbonatadas analizadas en el área de estudio se observaron maclas de tipo I, II, III y IV predominando en la mayoría de los casos las maclas de tipo II y III respectivamente. Los rangos de temperaturas obtenidos por las maclas de calcita oscilan entre los 100 y 300C. Los rangos de temperaturas que reflejan las deformaciones mostradas en los minerales acompañantes de la calcita (Qtz, Ms, y Plg) en las rocas metacarbonatadas establecen temperaturas menores de 300C. La existencia de muestras (SO–36a1, SO–36a2, SO– 36a3, SO–40, G–81) donde las temperaturas de los minerales formadores de rocas son ligeramente superiores a las demás muestras, llegando a alcanzar los 400C, pueden estar relacionadas a que las mismas se encuentran en las cercanías de fallas o contactos entre nappes principales. La existencia de maclas de tipo II y maclas de tipo III en granos elongados orientados según la foliación principal S2 en las muestras, nos evidencia que las deformaciones presenten en estas rocas están asociadas a la disminución de las temperaturas durante la fase de deformación D2. Las maclas de calcita observadas en las muestras no estan relacionadas al pico metamorfico (D1–subducción) sino que se formaron probablemente durante los estadíos de subducción–colisión (D2), colisión–exhumación (D3) y exhumación (D4), en el cual estas rocas ascendieron hasta la superficie a través de fallas. Las vetas presentes en la muestras se pueden dividir en tres estadíos fundametales según su posible formación; un primer estadío representado por las vetas antiguas mostrando en su gran mayoría maclas de tipo III y tipo IV revelando temperaturas entre los 200–300C (post D2); un segundo estadío mostrado por vetas que cortan la foliación principal S2, con maclas de tipo II y granos no maclados principalmente, dando temperaturas entre los 200–250C (D3), y un tercer estadío lo constituyen las vetas más jovenes, que se hallan rellenas de calcita recristalizada indicandonos que las mismas pudieron haberse formado durante la fase de deformación D4. 62 Conclusiones Recomendaciones. Ampliar los estudios realizados en La Sierrita hacia otras áreas de la cúpula de Trinidad, con el objetivo de comparar el comportamiento de las rocas metacarbonatdas en otras áreas del macizo Escambray, con los resultados obtenidos durante la presente investigación. Realizar estudios de las maclas de calcita y deformaciones en minerales en rocas metacarbonatadas de otras facies metamórficas dentro del Escambray. Facies anfibolítica, esquistos azules y eclogítica de las unidades II y III del Escambray. Este tipo de análisis permite corroborrar que las rocas metacarbonatadas también participaron en el proceso de subducción y que brindan datos sobre temperaturas de deformación. 63 Bibliografía. Bibliografía consultada. Alazales–Capetillo, L., 2007. Microestructuras, metamorfismo y polideformaciones en el borde SW de la cúpula Trinidad, macizo Escambray, Cuba central. Tesis de diploma. 102 pp. Albear, J.F., Iturralde–Vinent, M., 1985. Estratigrafía de las provincias de La Habana y Cuidad de La Habana. Edit: Científico–Técnico, La Habana. 12–54 pp. Allende, R., 1928. “Yacimientos piritosos de la sierra de Trinidad, mina Carlota”, Cuba. Bol de minas, 12: 50–57pp. Atlas Nacionales de Cuba. Academia de Ciencias de Cuba., 1989. 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J Struct Geol 2:203–209 pp. 71 Anexos gráficos Anexos gráficos Anexo 2.1: Esquema litológico del área La Sierrita, cúpula de Trinidad. Mapa realizado por los trabajos de Millán y Álvarez-Sánchez, (1992). Escala 1.25 000. 72 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. Anexo 2.1: (continuación) Leyenda del esquema litológico del área La Sierrita, cúpula de Trinidad. Mapa realizado por trabajos de Millán y Álvarez-Sánchez, (1992). Escala 1.25 000. 73 Anexos gráficos Anexo 3.1: Esquema tectónico del área La Sierrita, cúpula de Trinidad con la ubicación de los perfiles geológicos realizados (CG–Cafetal–Gavilanes, SO–Sierrita Ojucal, SM–Sierrita–Monforte, SM2–Sierrita–Monforte2, GSR– Guajímico–San–José–Río Chiquito) y las muestras metacarbonatadas tomadas en los diferentes perfiles. El mapa contiene tanto las unidades dentro del macizo Escambray (unidad I y III) como unidades adyacentes fuera del límite del área. Mapa realizado por trabajos de Millán y Álvarez-Sánchez, (1992). Escala 1.25 000. 74 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. Anexo 4.1: Perfil Cafetal–Gavilanes con ubicación de muestras y sus correspondientes gráficos de temperaturas de las maclas de calcita y sus minerales acompañantes (cuarzo, micas y plagioclasas). Los procesos de deformación en los minerales formadores de rocas están representados por letras. e.o: extinción ondulatoria, e.b: extinción en bandas, r: recristalización, plgto: plegamiento, f: fracturas, eg: elongado, f.m: fracturación mecánica, mcldo: maclado, i.m: inclusiones de micas Escala vertical 1cm–100 m, escala horizontal 1cm–250m. 75 Anexos gráficos Anexo 4.2: Perfil Sierrita–Ocujal con ubicación de muestras y sus correspondientes gráficos de temperaturas de las maclas de calcita y sus minerales acompañantes (cuarzo, micas y plagioclasas). Los procesos de deformación en los minerales formadores de rocas están representados por letras. e.o: extinción ondulatoria, e.b: extinción en bandas, r: recristalización, plgto: plegamiento, f: fracturas, eg: elongado, f.m: fracturación mecánica, mcldo: maclado, i.m: inclusiones de micas, D.b: deformación en bandas. Escala vertical 1cm–100 m, escala horizontal 1cm–250 m. 76 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. Anexo 4.3: Perfil Sierrita–Monforte con ubicación de muestras y sus correspondientes gráficos de temperaturas de las maclas de calcita y sus minerales acompañantes (cuarzo, micas y plagioclasas). Los procesos de deformación en los minerales formadores de rocas están representados por letras. e.o: extinción ondulatoria, plgto: plegamiento, f: fracturas, f.m: fracturación mecánica, mcldo: maclado, i.m: inclusiones de micas. Escala vertical 1cm–100 m, escala horizontal 1cm–250 m. 77 Anexos gráficos Anexo 4.4: Perfil Sierrita–Monforte2 con ubicación de muestras y sus correspondientes gráficos de temperaturas de las maclas de calcita y sus minerales acompañantes (cuarzo, micas y plagioclasas). Los procesos de deformación en los minerales formadores de rocas están representados por letras. e.o: extinción ondulatoria, f.m: fracturación mecánica. Escala vertical 1cm–100 m, escala horizontal 1cm–250 m. 78 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. Anexo 4.5: Perfil Guajímico–San José–Río Chiquito con ubicación de muestras y sus correspondientes gráficos de temperaturas de las maclas de calcita y sus minerales acompañantes (cuarzo, micas y plagioclasas). Los procesos de deformación en los minerales formadores de rocas están representados por letras. e.o: extinción ondulatoria, e.b: extinción en bandas, plgto: plegamiento, f: fracturas, eg: elongado, f.m: fracturación mecánica. 79 Anexos gráficos Anexo 5.1: Gráficos de las temperaturas de las muestras del perfil Cafetal–Gavilanes. Anexo 5.2: Gráficos de las temperaturas de las muestras del perfil Sierrita–Ocujal Anexo 4.6: Gráficos de las temperaturas de las muestras del perfil Sierrita–Ocujal. Anexo 5.3: Gráficos de la temperaturas de las muestras del perfil Sierrita–Monforte. 80 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. Anexo 5.4: Gráficos de la temperatura de la muestra G–83 del perfil Sierrita–Monforte2. Anexo 5.5: Gráficos de las temperaturas de las muestras del perfil Guajímico–San José–Río Chiquito. Anexo 5.5: (continuación) Leyenda de los perfiles geológicos. 81 Anexos gráficos Anexo 5.6: Evolución tectonometamórfica del macizo Escambray en sus diferentes fases de deformación, además de sus complejos adyacentes y unidades estudiadas (Despaigne–Díaz, 2009). Subducción durante el Cretácico Campaniano. B) Inserción de unidades en la zona de subducción. C) Colisión e inicio de la exhumación de las unidades, movimientos al noreste. D) Consolidación de la estructura de nappes, plegamiento y movimientos al noreste. E) Exhumación final (formación de la estructura de domo) y configuración actual del Escambray y unidades adyacentes. 82 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. Anexo 5.7: Gráfico de evolución P–T durante las diferentes fases de deformación de área La Sierrita, macizo Escambray. Propuesta para las rocas estudiadas.con indicación del esquema de Liou et al., (2004). Se indica la posición del solidus hidratado de MORB de Peacok et al., (1994) y las geotermas calculadas por Peacok y Wang (1999) para láminas subducentes frías del noreste de Japón y lámina subducente caliente del suroeste de Japón.). Se puede observar que las rocas sufrieron un metamorfismo prográdo en facies de esquistos verdes y esquistos azules durante la subducción (D1), calentándose y retrogradándose durante la exhumación y el desarrollo de la foliación S2, en la parte baja de las facies de anfibolitas con epidota, y en la facies de los esquistos verdes. En D3 continua la exhumación y el enfriamiento progresivo, mientras que D4 se produce en niveles estructurales someros con predominio deformaciones frágiles, (Despaigne–Díaz, 2009). 83 Anexos textuales. Anexos textuales Tabla 4.1: Composición mineralógica de las diferentes muestras y por ciento de granos de calcita maclados. Abreviaturas utilizadas en la tabla: CG–Cafetal–Gavilanes; SO– Sierrita– Ojucal; SM– Sierrita–Monforte; SM2– Sierrita–Monforte2; G–Guajímico San José –Río Chiquito; Cc–calcita; Qtz–cuarzo Ms–micas; Cl–clorita; Ox–óxidos e hidróxidos; Plg–plagioclasa; Zo–zoisita; Es–esfena; Mat. C–material carbonoso; Hem–hematíes. Tipo de roca Composición mineralógica Tipos de maclas (%) No de set de maclas CG–12 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo Cc–40%; Qtz–15%; Ms–20%; Cl–10%; Ox–15% II (40%), III(30%), I(5%) 1 SM–83 Mármol Cc–60%; Qtz–10%; Ms–15%; Cl–1%; Ox–4%; Mat.C–10% II (60%), I (15%), III (10%) 1 G–81 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo Cc–60%; Qtz–20%; Ms–10%; Cl–5%; Ox–5% III (47%), II(28%), I(15%), IV (5%) 1 G–83 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo Cc–50%; Qtz–20%; Ms–7%; Cl–2%; Ox–20%; Mat. C–1% II (40%), I (30%), III (10%) 2 CG–1 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo Cc–35%; Qtz–25%; Ms–10%; Cl–10%; Ox–15%; Plg–5% II (60%), I (20%), III (10%) 1 o N de muestra CG–2 Mármol Cc–65%; Qtz–10%; Ms–13%; Cl–2%; Ox–5%; Plg–5% II (60%), III (10%), I (8%) 1 CG–7 Mármol Cc–80%; Qtz–10%; Ms–1%; Ox–9% III (70%), II (2%), I (2%) 1 CG–7a Esquisto carbonatado tremolítico Cc–60%; Qtz–7%; Ms–5%; Tm–25%; Plg–3% III (50%), II (25%), I (10%) 1 CG–10 Esquisto carbonatado moscovítico Cc–40%; Qtz–5%; Ms–20%; Cl–10%; Ox–15%; Plg–7%; Zo–2%; Es–1% II (5%), I (5%),III (3%) 1 CG–11 Esquisto carbonatado actinolítico Cc–35%; Qtz–5%; Act–10%; Cl–15%; Ox–10%; Zo– 5%;Mat. C–20% II (50%), III (15%), I (5%) 2 SO–34 Mármol Cc–57%; Qtz–5%; Ms–10%; Cl–3%; Ox–15%; Mat. C– 10% II (45%), I (15%), III (10%) 2 SO–35 Mármol Cc–83%; Qtz–1%; Ms–1%; Cl–5%; Ox–10% II (50%), III (10%), IV (2%) 1 SO–36a1 Esquisto carbonatado cuarzoso Cc–50%; Qtz–30%; Ms–5%; Cl–5%; Ox–10% III (45%), IV (40%), II (10%) 1 SO–36a2 Protromilonita–carbonatada Cc–53%; Qtz–10%; Ms–2%; Cl–5%; Ox–30% III (6%),II (2%) 2 84 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. SO–36a3 Cc–50%; Qtz–20%; Ms–10%; Cl–5%; Ox–5%; Mat. C–5%; Plg–5 % III (65%),IV (20%), II (10%) 2 Esquisto carbonatado cuarzoso SO–40 Milonita carbonatada Cc–80%; Qtz–3%; Ms–5%; Cl–1%; Plg–3%; Hem–8% III (5%) 1 SM–45b Esquisto carbonatado Cc–50%; Qtz–20%; Ms–15%; Cl–5%; Plg–5%; Ox–5% I (55%), II(40%) 1 III (60%), I (25%), II (5%) 2 SM–46 Esquisto carbonatado cuarzo–clorítico Cc–40%; Qtz–18%; Ms–6%; Cl–12%; Plg–20%; Hem–2% SM–49 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo Cc–40%; Qtz–30%; Ms–10%; Cl–5%; Ox–15% II (45%), IV (25%), III (5%) 2 Cc–50%; Qtz–10%; Ms–20%; Cl–10%;Hem–5%; Mat. C– 5% II (50%), I (25%) 1y2 Esquisto moscovítico G–85 Mármol Cc–70%; Qtz–7%; Ms–5%; Cl–3%; Hem–5%; Mat. C–10% II (50%), I (30), IV (10%) 1y2 G–101 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo Cc–50%; Qtz–20%; Ms–15%; Ox–15% III (50%), II(25%), I(10%) 2 G–104 Mármol Cc–65%; Qtz–2%; Ms–8%; Cl–10%; Ox–15% II (55%), I (30%), III (10%) 2 G–84 85 Anexos textuales. Tabla 4.2: Por ciento de granos no maclados en las rocas metacarbonatadas. Muestra Nombre de la roca Granos no maclados (%) Calcita recristalizada (%) CG–1 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo 10 X CG–2 Mármol 22 X CG–7 Mármol X 26 CG–7a Esquisto carbonatado–tremolítico 25 X CG–10 Esquisto carbonatado moscovítico 20 67 CG–11 Esquisto carbonatado actinolítico 30 X CG–12 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo 25 X SO–34 Mármol 15 15 SO–35 Mármol 18 20 SO–36a1 Esquisto carbonatado cuarzoso 5 X SO–36a2 Protromilonita–carbonatada X 92 SO–36a3 Esquisto carbonatado cuarzoso 5 X SO–40 Milonita carbonatada X 95 SM–45b Esquisto carbonatado 5 X SM–46 Esquisto carbonatado cuarzo–clorítico 10 X SM–49 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo 25 X SM–83 Mármol 15 X G–81 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo X X 86 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. G–83 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo 20 X G–84 Esquisto moscovítico 60 15 G–85 Mármol 10 X G–101 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo 15 10 G–104 Mármol 5 X 87 Anexos textuales. Tabla 4.3: Texturas de las rocas metacarbonatadas y combinaciones de maclas en los granos calcita. Muestra Nombre de la roca Textura I/II%) III/I (%) II/III (%) III/IV (%) CG–1 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo Foliada X X X X CG–2 Mármol Foliada 15 6 1 X CG–7 Mármol Granoblástica X 4 X X CG–7a Esquisto carbonatado–tremolítico Foliada X X X X CG–10 Esquisto carbonatado moscovítico Foliada 2 X X X CG–11 Esquisto carbonatado actinolítico Foliada X X X X CG–12 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo Foliada 5 2 1 1 SO–34 Mármol Granoblástica 9 X X X SO–35 Mármol Granoblástica 8 X X X SO–36a1 Esquisto carbonatado cuarzoso Foliada X X X X SO–36a2 Protromilonita–carbonatada Milonítica X X X 1 SO–36a3 Esquisto carbonatado cuarzoso Foliada X X X X SO–40 Milonita carbonatada Milonítica X X X X SM–45b Esquisto carbonatado Foliada X X X X SM–46 Esquisto carbonatado cuarzo–clorítico Foliada 4 1 X X SM–49 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo Foliada X X X X SM–83 Mármol Granoblástica 7 3 X X G–81 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo Foliada X X X X 88 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. G–83 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo Foliada 5 X 2 X G–84 Esquisto moscovítico Foliada 4 X X X G–85 Mármol Foliada 7 1 X X G–101 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo Foliada X X X X G–104 Mármol Granoblástica X X X X 89 Anexos textuales. Tabla 4.4: Temperaturas de las diferentes muestras analizadas. Abreviaturas utilizadas en la tabla: CG–Cafetal–Gavilanes; SO–Sierrita– Ojucal; SM–Sierrita–Monforte; SM2–Sierrita–Monforte2; G–GuajímicoSan José–Río Chiquito; Temps. de defor. Mclas. Cc–temperaturas de formación de las maclas de calcita; Temps. de defor.mins. acomp–temperaturas de deformación de los minerales acompañantes de la calcita; Temps. de defor. de la mtras.–temperaturas de deformación de las muestras. Temps. de for. Muestra Tipo de roca Mclas. Cc (°C ) Temps. de defor. mins. Acomp. (°C ) Temps. de defor de la mtras. (°C ) CG–12 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo 200–300 200–400 200–400 SM–83 Mármol 200–250 200–300 200–300 G–81 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo 200–300 200–400 200–400 G–83 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo 150–250 150–300 150–300 CG–1 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo 150–250 150–250 150–300 CG–2 Mármol 200–250 200–300 200–300 CG–7 Mármol 200–300 200–300 200–300 CG–7a Esquisto carbonatado tremolítico 200–300 200–300 200–300 CG–10 Esquisto carbonatado moscovítico 100–250 100–300 100–300 CG–11 Esquisto carbonatado actinolítico 200–250 200–300 200–300 SO–34 Mármol 150–250 150–300 150–300 SO–35 Mármol 200–250 200–300 200–300 SO–36a1 Esquisto carbonatado cuarzoso 200–300 200–400 200–400 SO–36a2 Protromilonita–carbonatada 200–300 200–400 200–400 SO–36a3 Esquisto carbonatado cuarzoso 200–300 250–400 200–400 SO–40 Milonita carbonatada 200–300 200–400 200–400 90 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. SM–45b Esquisto carbonatado 150–250 150–300 150–300 SM–46 Esquisto carbonatado cuarzo–clorítico 200–300 200–300 200–300 SM–49 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo 200–250 200–300 200–300 G–84 Esquisto moscovítico 150–250 200–300 150–300 G–85 Mármol 150–250 150–300 150–300 G–101 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo 200–300 200–300 200–300 G–104 Mármol 150–250 150–300 150–300 91 Anexos textuales. Tabla 4.5: Temperaturas obtenidas por los minerales acompañantes (plagioclasas) y las maclas de calcita en las diferentes muestras metacarbonatadas del área de estudio. o Muestra Nombre de la roca Plg Temp. ( C) Proc. Defor. Intracrst. Cc Temp. (ºC) CG–1 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo ext. ond. 270–290 Maclado 150–250 CG–2 Mármol mcldo., incls. micas 270–290 Maclado 200–250 CG–7 Mármol ext. ond., fracm. mec. 260–290 Maclado 200–300 CG–7a Esquisto carbonatado–tremolítico X X Maclado 200–300 CG–10 Esquisto carbonatado moscovítico fracm. Mec. 260–270 Macld., recrst. 100–250 CG–11 Esquisto carbonatado actinolítico X X Macld., recrst. 200–250 CG–12 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo X X Maclado 200–300 SO–34 Mármol X X Maclado 150–250 SO–35 Mármol X X Maclado 200–250 SO–36a1 Esquisto carbonatado cuarzoso X X Maclado 200–300 SO–36a2 Protromilonita–carbonatada X X Macld., recrst. 200–300 SO–36a3 Esquisto carbonatado cuarzoso fracm. mec., incls. micas 260–270 Maclado 200–300 SO–40 Milonita carbonatada X X Maclado 200–300 SM–45b Esquisto carbonatado fracm. mec., ext. ond. 260–290 Maclado 150–250 SM–46 Esquisto carbonatado cuarzo–clorítico fracm. mec., mcldo., incls. micas 260–290 Macld., recrst. 200–300 SM–49 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo X X Maclado 200–250 SM–83 Mármol X X Maclado 200–250 92 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. G–81 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo X X Maclado 200–300 G–83 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo X X Maclado 150–250 G–84 Esquisto moscovítico X X Maclado 150–250 G–85 Mármol X X Maclado 150–250 G–101 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo X X Maclado 200–300 G–104 Mármol X X Maclado 150–250 93 Anexos textuales. Tabla 4.6: Temperaturas obtenidas por los minerales acompañantes (cuarzo y micas) presentes en las diferentes muestras metacarbonatadas del área de estudio. Abreviaturas utilizadas en la tabla: CG–Cafetal–Gavilanes; SO–Sierrita– Ojucal; SM–Sierrita–Monforte; SM2–Sierrita–Monforte2; G–GuajímicoSan José–Río Chiquito; Temps–temperaturas; Qtz–cuarzo; Ms–micas; fract–fracturas; ext. ond–extinción ondulatoria; ext. ond. band–extinción ondulatoria en bandas, recrist–recristalización; def. band–deformación en bandas; fracm. mec.–fracturación mecánica; plgto–plegamiento. o o Muestra Nombre de la roca Qtz Temps. ( C) Ms Temps. ( C) CG–1 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo fract,ext. ond. 250–270 plgto., fracm. mec. 260–290 CG–2 Mármol ext. ond. 250–270 plgto., fracm. mec. 260–290 CG–7 Mármol ext. ond., elongado 260–290 fracm. mec. 250–270 CG–7a Esquisto carbonatado–tremolítico ext. ond.recrist. 250–270 ext. ond. 250–270 CG–10 Esquisto carbonatado moscovítico ext. ond. 250–270 fracm. mec., plgto., ext. ond. 250–270 CG–11 Esquisto carbonatado actinolítico ext. ond. 250–270 fracm. mec., plgto., ext. ond. 250–270 CG–12 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo ext. ond., ext. ond. band., recrist. 300–400 plgto, fracm. mec., ext. ond. 260–290 SO–34 Mármol ext. ond., fract 250–270 fracm. mec., plgto. 250–270 SO–35 Mármol ext. ond 250–270 fracm. mec., ext.ond. 250–270 SO–36a1 Esquisto carbonatado cuarzoso ext. ond. band.recrst., elongado 300–400 plgto., ext. ond. 260–290 SO–36a2 Protromilonita–carbonatada fract., ext. ond., ext. ond. band., recrist., def. band. 300–400 fracm. mec. 250–270 SO–36a3 Esquisto carbonatado cuarzoso ext. ond. band. 300–400 plgto. 260–290 SO–40 Milonita carbonatada ext. ond. band, recrist. 300–400 fracm. mec., plgto., ext. ond. 260–290 SM–45b Esquisto carbonatado ext. ond., fract. 250–270 plgto., ext. ond. 260–290 94 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. SM–46 Esquisto carbonatado cuarzo–clorítico ext. ond. 250–270 plgto., fracm. mec., ext. ond. 260–290 SM–49 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo fract., ext. ond. 250–270 fract. mec., plgto. 250–270 SM–83 Mármol ext. ond. 250–270 fracm. mec., ext. ond. 250–270 G–81 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo ext. ond. band, elongado 300–400 ext. ond, plgto. 260–290 G–83 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo fract., ext. ond. 260–290 fract. mec., plgto. 250–270 G–84 Esquisto moscovítico ext. ond. 250–270 fracm. mec., plgto, ext. ond. 250–270 G–85 Mármol ext. ond. 250–270 ext. ond. 250–270 G–101 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo fract., ext. ond. 250–270 plgto. 260–290 G–104 Mármol ext. ond. 250–270 plgto., fracm. mec. 260–290 95 Anexos textuales. Tabla 4.7: Mecanismos de deformación presentes en los minerales formadores de rocas. Abreviaturas utilizadas en la tabla: CG–Cafetal–Gavilanes; SO–Sierrita– Ojucal; SM–Sierrita–Monforte; SM2–Sierrita–Monforte2; G–Guajímico–San José–Río Chiquito;P.S–presion solucion;R.D–recristalización dinamica; MBG–Migración del borde del grano; Ms-micas; Cc-calcita; Qtz–cuarzo; G.N.M–granos no maclados, R–recristalizada. Muestra Nombre de la roca P.S. (%) R.D (%) MBG (%) Vetas CG–1 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo 10 (Cl, Ms) X X X CG–2 Mármol X 1 (Cc) 1 (Cc) X CG–7 Mármol X 5 (Qtz) X X CG–7a Esquisto carbonatado–tremolítico X X X X CG–10 Esquisto carbonatado moscovítico 5 (Ms, Cl) X X X CG–11 Esquisto carbonatado actinolítico X X X X CG–12 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo 10 (Ms, Cl) 15 (Qtz) X II, (G.N.M), I; R SO–34 Mármol 5 (Ms) X X II, (G.N.M), I SO–36a1 Esquisto carbonatado cuarzoso X 39 (Cc) 39 (Cc) IV SO–36a2 Protromilonita–carbonatada 7 (Ms, Cl) 15 (Qtz) X III, IV SO–36a3 Esquisto carbonatado cuarzoso X X 19 II, (G.N.M); IV SO–40 Milonita carbonatada X X X X SM–45b Esquisto carbonatado 7 ( Ms, Cl) X X X SM–46 Esquisto carbonatado cuarzo–clorítico 15 (Ms, Cl) X X X SM–49 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo 5 (Ms, Cl) 18 (Cc) 18 (Cc) X SM–83 Mármol 4 (Ms) X X X 96 Tesis de diploma. Ana Vivian Prieto Acosta y Marbelys Riverón Hernández, 2010. G–81 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo X X X II, (G.N.M) G–83 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo 7 (Ms, Ox) 10 (Qtz), 2 (Cc) 2 (Cc) II, (G.N.M), I G–84 Esquisto moscovítico 10 (Cl, Ms) X X X G–85 Mármol 5 (Ms) 20 (Cc) 20 (Cc) R G–101 Esquisto carbonatado cuarzo–micáceo 5 (Ms) X X X G–104 Mármol X X X X 97 Anexos textuales. Tabla 4.8: Temperaturas obtenidas en los diferentes nappes presentes en el área de estudio. Muestras o Nappe Temp.( C) Monforte 200–300 La Sierrita 150–300 Río Chiquito 200–300 CG–12 SM–83 G–81 CG–1 CG–2 CG–7 CG–7a CG–10 CG–11 SO–34 SO–35 SO–36a1 SO–36a2 SO–36a3 SO–40 SM–45b SM–46 SM–49 G–83 G–84 G–85 G–104 G–101 98