Informe_Patologización - Ministerio de Educación y Cultura

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Hacia un Plan Nacional contra el Racismo y
la Discriminación
INFORME FINAL
Montevideo, 2011
1
Hacia un Plan Nacional contra el Racismo y la Discriminación
Informe Diagnóstico sobre el componente Patologización y Riesgo de
Transmisión
Lic. Verónica Pérez Horvath
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RESUMEN
Este informe analiza el mecanismo de discriminación denominado Patologización y Riesgo de
Transmisión, a partir del análisis de la situación de estigmatización de personas viviendo con
VIH, personas con padecimientos psiquiátricos, y personas que consumen drogas (consumo
problemático y no problemático). A través del análisis de entrevistas con actores sociales
vinculados a las diferentes temáticas, y del análisis de bibliografía y documentos sobre el
tema, el informe intenta problematizar los motivos de la estigmatización en los tres casos, e
identificar los ámbitos más sensibles donde se produce la discriminación. En cada caso, son
señaladas las propuestas de la sociedad civil, que emergen como líneas de acción posibles para
el combate al estigma y la discriminación. En función de la importancia de la temática,
agregamos un capítulo específico sobre afrodescendencia, donde analizamos la vulnerabilidad
existente en este grupo para el acceso a la salud en general, como llave para pensar el
agravamiento de la discriminación en personas afrodescendientes que sufren además de un
estigma referente a alguna de las patologías mencionadas. Al final del informe, y a modo de
conclusión, presentamos una serie de líneas generales que se desprenden del análisis
conjunto de las tres situaciones relevadas.
Palabras clave: estigma; patologización; personas viviendo con VIH; consumo de drogas;
enfermedades psiquiátricas.
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Índice de Contenidos:
1.
Introducción
1.1 Marco teórico y definiciones
2.
Discriminación hacia personas que consumen drogas (consumo problemático y no
problemático)
2.1 Principales situaciones relevadas
2.2 Ejes transversales (geografía, pobreza, sexo/género, pobreza, edad)
2.3 Propuestas emergentes del diálogo con la sociedad civil
3.
Discriminación hacia personas con padecimientos psiquiátricos
3.1 Estigmatización del paciente psiquiátrico, externado o en rehabilitación y
principales situaciones relevadas
3.2 Ejes transversales (edad, pobreza)
3.3 Propuestas emergentes del diálogo con sociedad civil
4.
Discrimación hacia personas viviendo con VIH
4.1 Estigmatización de la persona viviendo con VIH y principales situaciones
relevadas
4.2 Ejes transversales (geografía residencial, pobreza, edad, sexo/genero)
4.3 Propuestas emergentes del diálogo con sociedad civil
5.
Eje transversal: Afrodescendencia
5.1 Propuestas emergentes del diálogo con sociedad civil
6.
Consideraciones finales a este estudio
7.
Bibliografía
ANEXOS 1 Instituciones que participaron de la Investigación
ANEXO 2 Ejemplos de cobertura sobre Situación de Colonia Etchepare y Rossi.
4
1. INTRODUCCIÓN
Este informe estudia el mecanismo de discriminación denominado Patologización y Riesgo de
Transmisión, a partir del análisis de la situación de estigmatización de personas viviendo con
VIH, personas con padecimientos psiquiátricos, y personas que consumen drogas (consumo
problemático y no problemático).
La metodología utilizada fue el análisis de las entrevistas realizadas con actores sociales
vinculados a las diferentes temáticas1, de los encuentros sostenidos con la sociedad civil a
través de los diferentes Talleres consultivos organizados por el Plan, y de producciones
bibliográficas, estudios y documentos que ya existen sobre el tema. De esa forma, el informe
intenta problematizar los motivos de la discriminación en los tres casos, e identificar los
ámbitos más sensibles donde esta se produce.
En primer lugar, incluimos un apartado que pretende contextualizar las tres situaciones
relevadas. Luego, y para cada uno de los temas, presentamos el tipo de estigmatización
predominante, seguido de un levantamiento de las situaciones más importantes que sugieren
vulnerabilidad de derechos. En cada caso, son señaladas también las propuestas de la
sociedad civil, que emergen como líneas de acción posibles para el combate al estigma y la
discriminación. En función de la importancia de la temática, agregamos un capítulo específico
sobre afrodescendencia, donde analizamos la vulnerabilidad existente en este grupo para el
acceso a la salud en general, como llave para pensar el agravamiento de la discriminación en
personas afrodescendientes que sufren además de un estigma referente a alguna de las
patologías mencionadas.
Al final del informe, y a modo de conclusión, presentamos una serie de líneas generales que se
desprenden del análisis conjunto de las tres situaciones analizadas.
1.1 Marco teórico y definiciones
Partimos, en primer lugar, de la constatación, realizada por las ciencias sociales, de que no
existe naturalidad de las enfermedades, en la medida en que todas ellas pasan por el tamiz y
son modeladas por las representaciones sociales predominantes en cada lugar y época.
Cuando hablamos de Patologización, nos referimos a procesos, social e históricamente
determinados, a través de los cuales, se va adjudicado paulatinamente el carácter de
patológico a estados o comportamientos humanos que antes no lo tenían. Condiciones
biológicas o psíquicas pueden adquirir, debido a los significados sociales que se le agregan,
valores negativos, lo que puede llevar a la estigmatización y discriminación de los sujetos que
la padecen. También, la patologización recae, muchas veces, sobre características o
comportamientos humanos considerados desórdenes o desvíos en el contexto de una
sociedad, ejerciéndose, en ese sentido, un efecto de control sobre trazos considerados
indeseables.
El primer caso de patologización abordado, será el caso de las enfermedades psiquiátricas, que
refieren a un tipo particular de sufrimiento psíquico (pathos). A lo largo de las entrevistas
realizadas, varios términos, algunos contradictorios, surgieron para denominar esta categoría
de personas: en este informe utilizamos, a sugerencia del Colectivo La Grieta, la expresión
personas con padecimientos psiquiátricos: con ello intentamos focalizar un tipo específico de
sufrimiento, que es aquel que se genera a partir de la condición de psiquiatrización y
patologización de un sujeto con determinadas características, temporarias o crónicas, de
1
Para la lista de instituciones que participaron, ver el ANEXO A.
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funcionamiento psíquico. En este sentido, estamos analizando el sufrimiento derivado de la
condición de ser o haber sido paciente psiquiátrico.
Con esto no estamos abogando, en absoluto, la inexistencia de las enfermedades mentales.
Estamos señalando apenas, el hecho de que, encima de las denominadas enfermedades
mentales, - tomadas como modos de funcionamiento psíquico pasibles de provocar
sufrimiento psíquico intenso, y/o de instaurar formas de relacionamiento poco comunes con el
otro- existe toda una construcción social que se le añade a la persona del enfermo,
colocándole un aura de desadaptación, incapacidad, invalidación social, y peligrosidad,
construcción que aísla, amplifica y cristaliza, de varias maneras, la enfermedad y el
sufrimiento.
Si bien las enfermedades mentales parecen haber existido desde tiempos remotos, la
exclusión de la locura del campo de las interacciones sociales y su invalidación como discurso
social, es un fenómeno propio de la civilización occidental. Durante siglos, el lugar de los
enfermos mentales fue relegado a las instituciones de caridad, hospicios y hospitales
psiquiátricos. El avance de la medicación psiquiátrica y de diferentes métodos terapéuticos,
así como el surgimiento del movimiento pro-desmanicomización, generaron nuevas
posibilidades de inserción social de estas personas. Sin embargo, el estigma social todavía
recae sobre las personas que pasaron por internaciones y tratamientos psiquiátricos, siendo
en particular las personas con diagnóstico de esquizofrenia (el diagnóstico más común en las
clínicas de rehabilitación) las más sujetas a situaciones de discriminación, y en la infancia, el
caso de los denominados autismos.
El segundo caso de patologización analizado, será el consumo de drogas, en particular el
denominado problemático. El consumo de drogas es una práctica antigua de la humanidad,
asociado muchas veces a rituales mágicos y religiosos, y a determinadas formas de
sociabilidad. La distinción entre drogas lícitas e ilícitas, y la prohibición del uso de
determinadas drogas, fenómeno reciente en la historia de nuestra civilización, tuvo tres
efectos fundamentales: el surgimiento de una fuerte economía ilegal asociada al narcotráfico,
la generación de drogas no controladas de alto poder adictivo, y el traslado de la temática al
campo jurídico, objeto de la criminología. El surgimiento, en las últimas décadas, de un tipo de
consumo problemático, está asociado a la generación de drogas con alto poder adictivo, pero
también a la emergencia de padrones de consumo e individualismo exacerbados en todos los
sectores de nuestra sociedad, que hicieron surgir el “problema de las drogas”, con una
perspectiva, ya no solo criminológica, sino también de salud pública (KEUROGLIAN). La última
ENH ampliada, identificó que las drogas más utilizadas por la población uruguaya son las
drogas lícitas, el alcohol y el tabaco, seguido por la marihuana y la cocaína. La Pasta Base (PB)
posee, a nivel de la población, una incidencia mucho menor, pero las características más
lesivas del consumo de esta droga la colocan en el foco de todas las atenciones por parte de
las políticas públicas.
En tercer lugar, analizaremos una patología estigmatizada debido al riesgo de Transmisión, a
través del caso de las personas que viven con VIH. El desconocimiento de las formas
transmisión es uno de los motivos principales para la discriminación; sin embargo, los estudios
sociales han demostrado que la evaluación del riesgo es siempre subjetiva, imponiéndose,
frente a la evaluación de un riesgo, otros elementos, que tienen que ver con la proximidad
social de la persona, su estatus moral, su apariencia, y todos los estigmas que puedan estar
confluyendo previamente en el sujeto que vive con VIH.
En el caso del VIH, los primeros casos surgieron en la década de 80. Asociado primeramente a
una situación social muy estigmatizada, como era la homosexualidad masculina, y al SIDA
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como fase final del tratamiento, la enfermedad adquirió connotaciones muy negativas, que la
asociaban a la muerte y la culpa por una sexualidad vivida como desorden. Al igual que la sífilis
en el siglo XIX, el VIH adquirió connotaciones morales y de castigo divino, promoviendo en
todo el mundo la estigmatización de los sujetos que viven con la enfermedad, y su
discriminación en varias esferas de la sociedad. El desconocimiento de los mecanismos de
transmisión de la enfermedad, que caracterizaron la primera década de la epidemia, hizo
surgir el miedo al “contagio”, quedando así la patología asociada al peligro en un doble
registro, social y biológico. El VIH se tornó, de esa forma, una de las enfermedades más
estigmatizadas de todos los tiempos. Gracias a los avances de la medicina, y a los avances en la
terapéutica antirretroviral, el VIH pasó a ser considerado una enfermedad crónica, con la que
es posible convivir, prolongándose por tiempo indeterminado el período asintomático previo
al estadio de SIDA. La discriminación y estigmatización de las personas viviendo con VIH, sin
embargo, se mantiene.
2. DISCRIMINACIÓN HACIA CONSUMIDORES PROBLEMÁTICOS Y NO PROBLEMÁTICOS
DE DROGAS
2.1 Principales situaciones relevadas
Imagen estereotipada del consumidor problemático de drogas
La imagen del consumidor de drogas que está instaurada en nuestra sociedad, está asociada a
la de una persona en general muy joven, con dificultades de adaptación, dificultades de
aceptar límites, tendencia a la mentira, al robo y a la manipulación, que no trabaja, se distancia
de la familia, y muestra, en general, una conducta denominada antisocial, estereotipo
generado fundamentalmente a partir de la percepción de los casos más extremos de consumo
problemático de Pasta Base (PB). Existe, sin embargo una gran variedad de tipos de consumo,
habiendo también personas que son capaces de consumir la droga manteniendo una “vida
paralela”, sin que la sociedad perciba el consumo, y sin daños a terceros. La discriminación
surge, en general, cuando el consumo es identificado, o sospechado, a partir de la
presentación por parte del consumidor de por lo menos una de las señales previamente
mencionadas.
Como refirió uno de los profesionales entrevistados, en los últimos tiempos, el consumidor de
drogas adquirió para nuestra sociedad el estatus de “enemigo público número uno”. Esto
puede ser explicado por el hecho de que el estigma del consumidor parece atentar contra las
dos instituciones básicas de la sociedad: la familia y la propiedad privada, elemento que
contrasta con una identidad uruguaya asentada en una valoración importante del trabajo y los
valores familiares. Lo mismo parece establecer una brecha generacional muy importante entre
el joven consumidor y sus padres, que torna muy difícil la comprensión del problema por parte
de estos últimos.
Este papel de “chivo expiatorio” atribuido al joven consumidor de drogas (APUD)
no
debe ser desconsiderado como mecanismo social que reúne y con eso justifica, en las
cualidades de una única figura, problemáticas sociales de origen muy diverso.
La tendencia al robo, virtual o perpetrada realmente, es el elemento que más estigmatiza al
joven consumidor: una vez identificado el consumo en el joven, la expectativa es de que robe,
y si ya robó una vez, la expectativa es que siga robando siempre. “Mi patrón le dijo al cliente
que yo me estaba rehabilitando, y yo estoy seguro que la persona salió de ahí pensando, ah,
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este me va a robar todo”. “En mi barrio, siempre que desaparece algo, enseguida miran a los
pastabaseros” (usuario, Portal Amarillo).
La Pasta base aparece como la droga más estigmatizada entre los informantes de esta
pesquisa, la que provoca mayor número de epítetos negativos (pastero, pastoso, latoso entre
otros), y la que, por su padrón de uso, parece generar el estereotipo de todos los
consumidores.
Este estereotipo y estigma del consumidor, como personaje transgresor y enemigo público,
parece generar un efecto de adhesión en el joven de contexto vulnerable, donde las
oportunidades y las posibilidades de movilización social son mínimas en función de la
desigualdad estructural. Jóvenes que, según indica SILVA (2006), son excluidos de la circulación
de bienes sociales y materiales, confinándose al vínculo tóxico y exclusivo con la droga, como
forma de concretizar lo que la sociedad parece mostrarles en todo momento: que ellos no
tienen un lugar.
La adhesión al “personaje”, del cual el joven tiene dificultad de salir, hace parte del léxico
utilizado entre jóvenes y coordinadores grupales del Portal Amarillo, aludiendo a una asunción
integral, por parte de los adolescentes, del rol negativo atribuido por la sociedad. Por otra
parte, KEROUGLIAN (2007) identificó, como parte de la dinámica de los centros de
rehabilitación, el trabajo por la concientización de ese estigma de consumidor, como una
estrategia primera para que el joven pueda, después, pasar a combatirlo, en una suerte de
carrera moral a través de la cual el sujeto busca demostrar que no es igual al estigma que
porta (GOFFMAN, 1989).
Sin embargo, este estereotipo del consumidor hace que algunas personas con consumo
problemático de drogas tengan miedo a la visibilidad, lo que dificulta en algunos casos el
acceso a los centros de tratamiento cuando lo necesitan.
Los efectos de este estigma se sienten a nivel de las relaciones interpersonales, que marcan el
aislamiento del joven consumidor. Amigos, colegas, y muchas veces la propia familia expulsan
al consumidor del círculo de las relaciones sociales, a través de comportamientos velados o
explícitos (no lo saludan, no lo visitan, lo señalan con epítetos, y muchas veces lo insultan).
Esta situación se corresponde, y actúa como un círculo vicioso, con el propio aislamiento del
consumidor problemático, que va substituyendo, paulatinamente, todos sus vínculos y lazos
sociales por el vínculo con la droga, hasta el punto que se produce un rechazo de ambas
partes, que justifica ambos comportamientos.
Los adolescentes entrevistados en el Portal Amarillo, muestran la vulnerabilidad de los más
jóvenes al consumo problemático de la droga, que entra en el circuito de oferta de droga entre
pares. En este grupo, fueron manifiestas las diferencias en cuanto al tipo de consumo, su
intensidad y su tiempo, no correspondiendo, en todos los casos, al concepto de “consumidor
problemático”. Sin embargo, el hecho de que varios integrantes del grupo refirieran historia
familiar de abuso de drogas, y que casi todos tuvieran algún hermano que había muerto o que
había estado preso por consumo o tráfico de drogas, actúa para estos sujetos, como una toma
de consciencia extrema de la crisis social y familiar en la que están inseridos, lo que se torna el
motivo principal de la búsqueda de ayuda.
Ausencia de una perspectiva de derechos en los discursos sobre el consumo
Fue relevada la ausencia, en la sociedad civil en general, de un discurso de derechos vinculado
a la temática del consumo problemático y no problemático de drogas. Los jóvenes son vistos
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como peligrosos, de quienes es necesario protegerse, y nunca como sujetos que demandan
protección. Lo mismo se vio reflejado en la ausencia significativa de este tema en los Talleres
promovidos por el PLAN, y la dificultad y la demora en generar entrevistas con actores sociales
para tratar este tema, siendo el Portal Amarillo el único lugar en que las entrevistas fueron
viabilizadas.
Naturalización de la tendencia al consumo por parte del joven
Existe un elemento de naturalización del hecho de que todo joven, por el simple hecho de ser
joven, se encuentra en una situación de vulnerabilidad y puede ser seducido a “caer en la
droga”. Todo joven (bueno, preservado) puede ser corrompido por la droga, o por su vehículo,
el joven que consume (malo, irrecuperable) y tornarse un nuevo consumidor. Esta perspectiva
binaria, muestra la enorme ambivalencia con que son vistos los jóvenes en general,
remitiendo al establecimiento de una línea muy tenue entre lo que DONZELOT (1997)
denomina, el joven en peligro y el joven peligroso. Esta ambigüedad, que muchas veces
señala y discrimina el sujeto que hace consumo experimental y ocasional de drogas, promueve
situaciones de exclusión y estigmatización, que cristalizan a la larga consumos más
problemáticos de la droga.
Discurso drogo-céntrico
Se maneja, a nivel de los medios de comunicación, y en la opinión pública, un discurso drogocéntrico, que coloca la substancia como causa y efecto de todos los problemas, sin llegar a
problematizar el tipo de consumo que se hace de la droga, que es lo que determina, en última
instancia, su problematicidad o no problematicidad. A partir de esta visión drogo-céntrica del
tema, son escotomizadas las causas subjetivas (culturales, familiares y psíquicas) que llevan al
consumo problemático. Esta visión drogo-céntrica es la que más promueve la discriminación
del usuario real o potencial, por considerarlo irrecuperable, impidiendo además, acciones
consistentes de prevención al uso problemático de drogas.
Manejo inadecuado del tema por parte de los medios de comunicación
Por otro lado, existe consenso entre los usuarios y entre los actores especializados, de que el
discurso sobre las drogas presentado por los medios de comunicación, es un elemento
importante de estigmatización, ya que asocia en forma permanente las temáticas de la
delincuencia juvenil, la violencia, la fuga de menores de los centros de detención, y las drogas.
Este discurso no establece diferencias entre los diferentes tipos de vínculo con la droga ni las
variables socioculturales de su uso, ni hace referencia a las personas que, sin entrar en ninguna
de las categorías anteriores, tienen un padrón de consumo que no genera daños a terceros.
Ambigüedad en la percepción del consumidor: Enfermo vs delincuente.
Esta asociación genera una serie de ambigüedades, a nivel del propio usuario, a nivel de la
familia, y a nivel de la sociedad, en la medida en que faltan elementos para discernir si el
consumidor problemático es un enfermo que hay que tratar, una víctima social que hay que
amparar, o un delincuente al que hay que penalizar. La superposición de estos tres elementos
resulta paradigmática del dilema de las familias cuando denuncian a sus hijos por robo, y de la
policía que no recibe las denuncias por evaluarlo como “problema familiar y no acto delictivo”.
Ambigüedad del cuidado a nivel de instituciones públicas
Surgieron denuncias de discriminación por parte de las emergencias móviles, siendo que
algunos usuarios relataron que la atención es relegada cuando se declara que el enfermo es
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consumidor de drogas. También fueron presentadas algunas quejas en relación a la falta de
apoyo de la policía cuando es accionada por los familiares desesperados frente a situaciones
de desaparecimiento por varios días de un consumidor. Este elemento puede estar basado
también en la suposición de una dificultad en el manejo: algunas personas, oriundas de las
ciencias sociales, que intenté entrevistar, me dijeron que mejor le preguntara a un profesional
de la salud, porque ellos no se consideraban con conocimiento para hablar del tema. De
hecho, es un asunto del cual, en general, pocos parecen querer hacerse cargo, rechazo que
resuena en las vivencias de haberse sentido desde siempre rechazados que continuamente,
traen los jóvenes usuarios.
Ausencia de información adecuada sobre drogas a nivel de salud pública
Según los informantes, hay una lógica a nivel de salud pública de que no se puede hablar del
tema drogas, como si estuviera prohibido, brindándose poca información, con base en una
lógica de que “si se habla se estimula”, siendo la demonización el único recurso de combate de
la situación.
Los usuarios destacaron la gran desinformación en la población en general sobre la temática
del consumo de drogas, principalmente la falta de conocimiento de lo que implica el proceso
de tratamiento y rehabilitación de un consumidor, y de los lugares de asesoramiento, siendo
la mayoría de las informaciones vehiculizadas por el ministerio del interior y la prensa amarilla,
y poca por parte de autoridades en la materia y representantes de salud pública.
Dificultad de acceso a servicios de asesoramiento y atención al consumidor problemático
Los usuarios y familiares que participaron en esta investigación señalaron la dificultad de
acceder a las clínicas de rehabilitación privadas, que no están al alcance de la población en
general. Ni las policlínicas zonales ni las mutualistas poseen toda la estructura de talleres,
centro diurno, internación, consejerías y atención a los familiares que posee, por ejemplo, el
Centro de referencia Portal Amarillo. El mismo se encuentra desbordado, recibiendo inclusive
la demanda del interior del país.
Interferencia de intereses de mercado en el combate al consumo problemático
Para algunos informantes, las medicinas con las cuales se combate en el consumidor
problemático la abstinencia, movilizan un importante mercado a nivel de laboratorios. Eso
hace que muchas clínicas ofrezcan medicinas a cambio de las drogas, en lugar de investigar los
procesos familiares, sociales y psicológicos a través del cual la persona llegó a un consumo
problemático.
Muchas comunidades terapéuticas, que ofrecen servicios muy parecidos a los que brindan las
ONG de tipo gratuitas, lucran con la internación de los pacientes, utilizando un filtro
socioeconómico para la inclusión en los programas. Las comunidades terapéuticas ofrecen un
buen apoyo, pero mantienen al consumidor en el circuito de la droga, convirtiéndolo en ex
adicto en ayuda de otros adictos. “En la lógica del mercado actual, los adictos son muy buena
mercancía” (informante profesional salud).
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2.2 EJES TRANSVERSALES
Geográfico/residencial:
Existe dificultad de acceder a cualquier tratamiento en el interior del país, donde no hay
equipos ni centros especializados en el tema, obligando a las personas a trasladarse a
Montevideo. Este punto, teniendo en cuenta la dificultad que a veces implica conseguir que el
consumidor problemático se implique en su tratamiento, es un elemento de enorme dificultad
para el tratamiento en el interior. La mayoría de las consultas recaen en el Portal Amarillo.
Existe, así, mucha necesidad de capacitar a los profesionales del interior para la atención al
consumo problemático. Es importante señalar que el índice de personas que consultan en
estos centros es ínfimo en relación a la demanda existente de consumo problemático,
problemática que se agudiza en el interior del país.
Sexo/Género:
Según el levantamiento realizado por el Portal Amarillo, 85% de los usuarios del servicio son
hombres y 15 % mujeres, por lo cual es necesario investigar la incidencia de las identidades de
género en el proceso de entrada en un consumo problemático.
Los casos de consumo en mujeres, si bien tienen incidencia menor, son de fundamental
importancia, debido a su gravedad. Según los informantes, remiten a situaciones vitales mucho
más desoladoras, de violencia y abuso intrafamiliar. Su asociación con la prostitución del
cuerpo a cambio de la droga, genera riesgos secundarios de embarazos no deseados y
enfermedades sexualmente transmisibles entre ellas el VIH.
Pobreza:
En función del propio deterioro de los vínculos, o de la fluidez de los lazos familiares, y la
práctica de vender los objetos personales existentes para financiar la droga, llevan al
consumidor a una situación de calle que constituye el máximo ejemplo de exclusión social.
Como en el caso de las enfermedades psiquiátricas, la pobreza asociada a la falta de apoyo
familiar (sea porque no lo tenían, o porque lo perdieron por causa del estigma o el
comportamiento delictivo al que lleva a veces el consumo), constituye el mayor elemento de
vulnerabilidad para que se cristalice en el sujeto un consumo problemático.
Existe un censo reciente, realizado por el MIDES (ver ANEXO 3) que señala que 8 de cada diez
personas que viven en la calle padecen de problemas psiquiátricos o son consumidores de
drogas, población que viene en aumento. La vida en la calle representa la ruptura más
profunda que puede tener un sujeto en relación a la sociedad, su máxima exclusión, y deja al
descubierto la desarticulación de las políticas de asistencia y de salud en el actual escenario
social: siendo que el MIDES atiende indigencia, y Salud Pública atiende salud mental, y de que
existe falta de preparación de los refugios para atender las necesidades de las personas con
trastorno psiquiátrico o usuarios de drogas, se genera un gran agujero negro, en una creciente
población que queda desasistida y con riesgo serio para la salud, al enfrentar condiciones de
extrema precariedad, no teniendo, tampoco, tratamiento adecuado para su patología
psiquiátrica.
Creemos que la ambigüedad referida anteriormente, en cuanto a la ilegalidad, y al carácter
esencialmente “criminoso” con que es visto el consumidor, impide la implementación de
programas que los incluyan en base a sus derechos como personas que sufren y precisan de un
11
apoyo social consistente para enfrentar sus condiciones de vida. Considerar que estos sujetos
se excluyen de la sociedad por opción, es ignorar todos los determinantes sociales, de previa
exclusión y estigmatización, que llevaron al consumo problemático extremo, y considerarlos
irrecuperables, una forma de manutención de su condición social.
El “pastero” sucio, mal vestido y en situación de calle, que se encierra en los containers de
basura para fumar, constituye el máximo ejemplo de exclusión social de una población que no
encuentra inserción profesional ni encaja en el perfil de los diferentes programas asistenciales
del Estado.
2.3 PROPUESTAS EMERGENTES DEL DIALOGO CON LA SOCIEDAD CIVIL:
Implementación de campañas educativas no discriminadoras
La mayoría de los informantes concordaron en que hoy en día no se brinda información sobre
las drogas, apenas crónicas policiales. Es importante que las campañas generen una diferencia
entre la delincuencia común, y los actos delictivos perpetrados por algunos consumidores para
obtener la droga, evitando la estigmatización del adicto como delincuente, que es lo que más
genera dificultad para abordar el tema públicamente, para que las personas que precisan
ayuda puedan animarse a acceder a un tratamiento. Las campañas tienen que incluir una
perspectiva de no discriminación que preserve a los consumidores problemáticos que están
buscando rehabilitarse, y a los usuarios que realizan un consumo que no perjudica al resto de
la sociedad, y eventualmente, ni siquiera a si mismos.
Ampliación de los servicios de atención al consumidor problemático
En la medida en que los servicios están desbordados, y los servicios privados son poco
accesibles para la población en general, se requiere nuevos centros de atención e información
que atiendan al consumidor y a su familia en una perspectiva vincular, que integre los aspectos
psíquicos, familiares y socio-comunitarios, y no apenas servicios de desintoxicación.
Capacitación de profesionales en el interior del país y descentralización de centros de
referencia que atiendan a la población del interior que reclama de estar totalmente
desabastecida.
Invertir en estudios sociales sobre los significados asociados al consumo en cada grupo
específico. Es necesario conocer las historias de vida y los vínculos de los jóvenes que llegan al
consumo problemático, que esclarezcan cual es la función social del consumo de substancias
en los diferentes contextos críticos, con miras a la prevención.
Singularizar la atención al usuario que consume drogas por parte de los equipos de salud,
evitando la estigmatización que existe por detrás del concepto de que la droga provoca lo
mismo en todas las personas. Es necesario rescatar las historias singulares, y los modos
singulares en que se llegó a la situación de consumo problemático.
Acompañamiento específico según género, debido a la prevalencia en hombres, y al extremo
riesgo agravado del consumo problemático en la mujer.
Informaciones más positivas en los medios de comunicación, acerca de los consumidores que
están en proceso de rehabilitación, para que la sociedad conozca sus dificultades y sepa que
detrás del “adicto” existe un sujeto con una historia, con un sufrimiento, y muchas veces con
deseo de cambio.
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A nivel de educación, elaborar campañas de información/prevención que contrarresten la
estigmatización y faciliten el acceso a los consumidores que no se identifican con el perfil más
estigmatizado. La información sobre drogas debe ser democratizada, rompiendo los tabús
existentes para hablar del tema.
Capacitar equipos y profesores especializados para abordar el tema drogas en las escuelas,
incluyendo en esta instancia, el trabajo con las familias.
Incluir como capacitadores a referentes pares, para que hablen en el mismo lenguaje.
Propuesta de incluir a los promotores juveniles, que están preparados para eso, desde un
enfoque de derechos, y no son utilizados.
3. DISCRIMINACIÓN HACIA PERSONAS CON PADECIMIENTOS PSIQUIÁTRICOS
3.1 Estigmatización del paciente psiquiátrico, esternado o en rehabilitación y principales
situaciones relevadas
Falta de información a nivel de la población en general
Es notoria la falta de información general en la población sobre las consecuencias de la
patología psíquica; las personas en general desconocen los avances de la medicina y los
tratamientos disponibles hoy día. Así, el interés por recibir información, y la duda sobre como
incluir a las personas con padecimientos psiquiátricos y como tratarlos, fue recurrente en los
diálogos con la sociedad civil. Este elemento parece clave, en la medida en que el mayor
problema para la inserción social de la persona con padecimiento psiquiátrico es la dificultad
que tienen los otros de comprender las implicaciones de su condición psíquica, y
fundamentalmente, de dimensionar su lugar social como “enfermo”, estigma que muchas
veces empeora, cristaliza y perpetúa su sufrimiento psíquico inicial.
La realidad de los usuarios de los centros de rehabilitación, en tratamiento y trabajando por su
rehabilitación, queda como borrada. “La forma en que se nos conoce públicamente es como
locos, cuando hay un alerta rojo de alguien que se escapa. En realidad, no reconocen que
existimos” (participante Radio Vilardevoz). “nunca divulgan en la prensa los casos de suceso en
la rehabilitación, y las reformas, lo bien que quedó el Vilardebó.” (usuario Vilardebó).
Ausencia de una legislación específica
La Ley del Psicópata, por la cual se rige la salud mental en el Uruguay, si bien fue pionera en su
momento, permitiendo muchos avances en los derechos humanos de los pacientes
psiquiátricos, tiene ya 73 años, y está desactualizada en su vocabulario y en su contenido.
No existe una legislación específica para salud mental, la temática es regida por la Ley de
discapacidad, y en las especificidades, suplida por la legislación internacional sobre el tema.
Reducción de la temática de la locura a un problema de discapacidad
La legislación actual, que reduce el tema de la patología mental a un problema de
discapacidad, dificulta la aceptación social del paciente psiquiátrico como un discurso
socialmente válido. La continua sobreposición, en los discursos, del tema de la locura con el
tema de la discapacidad, tiene relación con el hecho de que la discapacidad tiene un lugar
13
social más definido, es más tolerada, y hay leyes específicas sobre el tema, no siendo así en
relación a las personas con patologías psíquicas. La locura parece, en todo caso, más
inquietante, no hay términos ni leyes específicas para definirla. A partir de este informe,
consideramos que la reducción de la temática de la locura a un problema de discapacidad,
resulta “tranquilizador”, e implica más tolerancia del medio, pero al mismo tiempo, anula el
carácter productivo, de resistencia psíquica, por momentos creativa, que posee la locura. Es
innegable, en muchos casos, la discapacidad temporaria o crónica, consecuencia del deterioro
en los vínculos que produce la patología, sumada al efecto de la medicación que se toma, los
tratamientos por electroshock y micronarcosis, que provocan pérdida de memoria, y la propia
condición de internación, que genera pérdida de identidad e inseguridad en relación a sus
capacidades. Pero ciertamente, la locura no es reductible a la discapacidad, elemento este que
es secundario, y que podría ser disminuido si se generase una buena contención del medio
social, y tolerancia a la singularidad de su forma de comunicarse y vincularse con los otros.
El papel de los medios de comunicación en la estigmatización del paciente psiquiátrico como
peligroso
Uno de los estigmas que más pesa, todavía, sobre las personas con padecimientos
psiquiátricos, es el de la supuesta peligrosidad, persistiendo en el imaginario popular la imagen
del loco peligroso, que puede atacar o hacer cosas imprevisibles. Según los usuarios
entrevistados, esta imagen es de alguna forma reforzada por la prensa, que únicamente da
visibilidad a estas personas cuando ocurre algún acto delictivo o cuando se fuga algún paciente
grave de la internación.
Nomenclatura desfasada y estigmatizante a nivel de salud pública y asistencia social
La propia nomenclatura de algunos establecimientos, en particular la palabra psicópata, que
aparece no sólo en la denominación Patronato de psicópatas, Ley de psicópata, y en el cartel
de entrada del Departamento de contralor del Psicópata en el MSP, contribuyen a la
perpetuación de este estigma.
Abusos perpetrados a nivel de las curatelas y tutores
Son comunes los abusos, caracterizados por maltrato y apropiación de las pensiones y bienes
del paciente por parte de su tutor, o uso para beneficio propio del préstamo que le
corresponde al paciente psiquiátrico
Dificultades de reinserción después de una internación
La pérdida de identidad vinculada a permanencia durante mucho tiempo en las instituciones
totales, ha sido debatida extensamente en toda la bibliografía sobre el tema (Ver GOFFMAN,
2000). El efecto de la internación prolongada, además, provoca un estigma que promueve en
muchos casos el alejamiento de los lazos sociales y familiares, condenándolo muchas veces al
olvido y a la soledad. La internación es tanto más prolongada cuanto menos apoyo familiar y
social posea la persona. En este sentido, la falta de red familiar adecuada constituye una
vulnerabilidad extrema para la persona con padecimiento psiquiátrico.
Discriminación en el ámbito educativo
Siendo que una gran parte de las patologías psiquiátricas comienzan en la adolescencia,
implicando varios años de tratamiento y rehabilitación, existe una alteración del curso normal
de su recorrido académico. Lo que puede generar, a su vez, menores oportunidades
profesionales. Más allá del ausentismo y la discapacidad cognitiva que pueda estar presente,
14
es el rechazo velado que sufre la persona con padecimiento psiquiátrico, lo que lleva la
mayoría de las veces al abandono paulatino de las actividades escolares.
Dificultades de acceso a trabajo formal e informal
Existen dificultades para el acceso a un trabajo “normalizado”, dado, fundamentalmente, por
las características del mercado laboral actual, altamente competitivo, basado en plazos cortos
y en resultados, y generador de alto estrés y sufrimiento psíquico (consideremos la cantidad de
licencias asociadas a problemas depresivos que invaden el campo laboral).
Hay resistencia de los empleadores a contratar personas con padecimientos psiquiátricos, con
diferentes estrategias de apagamiento del paciente psiquiátrico, que es puesto a trabajar en
sectores mal remuneradas y con pésimas condiciones de trabajo, o bien contratados para
llenar la cuota de discapacidad, a sabiendas de que el paciente no va a adaptarse en la función
y que irá a renunciar unos días después, debido a la exigencia y el tipo de demanda que
implica.
Dificultades de acceso a la vivienda
Fue mencionada dificultad de acceso a vivienda. El paciente sin apoyo familiar, y con largo
tiempo de internación, tiene particular dificultad para acceder a vivienda y vivir de forma
autónoma. Las casas de salud intermediarias, fueron vistas por los profesionales de la salud,
como lugares donde la expectativa es “que no molesten mucho”. En ese sentido, ni siempre
contribuyen a la inserción social del paciente, además de que el paciente insume toda su
pensión en este tipo de servicios, comprometiendo su autonomía.
Inadecuaciones de la seguridad social:
El tratamiento de las pensiones y la seguridad social precisaría ser mejor aprovechado. Los
actuales criterios son poco claros, dependiendo de la disponibilidad del funcionario que esté
de turno (que en general, no tiene ningún conocimiento de las implicaciones que tiene la
patología psiquiátrica). Mientras las exigencias son bastante estrictas para el otorgamiento de
la pensión, con criterios inadecuados muchas veces, y no contempladoras de la complejidad de
las situaciones implicadas en la problemática de la salud mental, los préstamos del Banco de
Previsión Social, por el contrario, suelen ser bastante fáciles, y son otorgados a los pacientes
sin ningún tipo de acompañamiento o asesoramiento, lo que provoca que los pacientes se
endeuden rápidamente durante las crisis, y pasen años teniendo que pagar la deuda con sus
pensiones, que quedan así, muy disminuidas.
Falta de una política consistente a nivel de salud pública:
La falta de recursos destinados a la salud mental fue considerada un elemento de
discriminación.
Fueron mencionadas también irregularidades estructurales recurrentes en las colonias para
pacientes psiquiátricos crónicos (incluimos en el ANEXO II ejemplos de la cobertura hecha por
la prensa años atrás sobre violación a derechos humanos en las Colonias Etchepare y Rossi.)
15
3.2 EJES TRANSVERSALES
EDAD:
El tema de la edad se trabajó fundamentalmente con familiares de niños y jóvenes con
trastornos del espectro autista, por considerarse que es una de las categorías que sufre más
discriminación.
Hay pocos centros de atención adecuados e información a respecto de los lugares que ofrecen
servicios para esta población. “Todo es muy difícil, nada está señalizado, depende de la
disponibilidad de quien esté allí en ese momento” (familiar de usuario).
Los lugares que reciben población con diferentes tipos de discapacidad, no tienen personal
especializado que auxilie en la adaptación del niño con autismo, que requiere un abordaje
singular. Lo principal en el niño con autismo es su sufrimiento psíquico, vinculado a la forma
particular de relacionarse con el otro, siendo la discapacidad tributaria de esta falta de lazo
con el entrono. En ese sentido, es necesaria una aproximación específica para que este niño
pueda aprovechar los servicios de un determinado local. Entre la población general
participante de los talleres, docentes en particular, fue mencionada la falta de información, y
el deseo de poder tener más información para poder colaborar con la inclusión de estos niños.
POBREZA
La pobreza es un elemento de alta vulnerabilidad para la discriminación de la persona con
padecimiento psiquiátrico. La falta de recursos y la falta de apoyo familiar, tornan las
internaciones psiquiátricas más prolongadas, siendo más factible el olvido del miembro
familiar, temporariamente improductivo. La falta de oportunidades sociales implica también,
una mayor dificultad para la rehabilitación. En cuanto a la marginalidad, encontramos el
mismo panorama que en los consumidores problemáticos de drogas, de desarticulación de las
acciones sociales para atender a la población en situación de calle. El “loco pobre”
caracterizado por Barrán, constituye una de las figuras de exclusión más relevantes en nuestra
sociedad.
3.3 Propuestas emergentes del dialogo con la sociedad civil
Legislación
Es necesario aprobar una LEY DE SALUD MENTAL que resguarde los derechos de las personas
con padecimientos psiquiátricos. La ley actual genera incapacidad de por vida, impidiendo a la
persona de votar, casarse, tener la guarda de sus hijos y administrar sus bienes. Remitimos al
lector a la lectura del anteproyecto de ley elaborado por una comisión del Ministerio de Salud
Pública, que puede servir como base para la concretización de una ley más adecuada2. El
mismo apunta, entre otras cosas, para varios de los aspectos aquí mencionado, proponiendo
mayor autonomía del paciente en relación a las decisiones de su tratamiento, al acceso a la
información, la presencia de curatelas parciales y temporarias, que rompan con la condición de
dependencia e incapacidad vitalicia que la ley actual determina para las personas con
padecimiento psiquiátricos.
2
El Anteproyecto creado en 2007, por Comisión Del Ministerio de Salud Pública con apoyo de la
Universidad, puede ser leído en la integra en el site de la Coordinadora de Psicólogos del Uruguay.
16
Lenguaje inclusivo en las leyes y centros de salud
Remisión a un lenguaje más inclusivo, que elimine la nomenclatura que discrimina y perpetúa
el estigma, en particular, la palabra “psicópata” presente en la ley y los servicios públicos.
Sensibilización
Es necesario sensibilizar y ofrecer información a la sociedad civil sobre la realidad actual de los
pacientes psiquiátricos, que ayude a romper el estigma de peligrosidad, degeneración e
incapacidad vitalicia que se asocian con la enfermedad mental.
Debe ser una información que apunte a los sujetos y a las historias de vida que están por
detrás del padecimiento psiquiátrico, y a las posibilidades y potencialidades de inserción social
y participación de estos sujetos, más que a los déficits ocasionados por la patología.
Espacios de asesoría jurídica
Es necesario generar espacios de asesoría jurídica y acompañar los procesos de curatela por
equipos especializados.
Salud Pública
Destinar mayores recursos a la Salud Mental.
Es necesario implementar el cuidado del cuidador, fundamentalmente para los profesionales
que trabajan en hospitales psiquiátricos e instituciones asilares (totales). De esta forma se
generaría un trato más humanizado para el paciente, y mejor salud para el cuidador.
A nivel de Salud Pública, es necesario apostar en proyectos que estimulen el protagonismo, la
autonomía, inclusive en la toma de decisión, cuando es posible, en relación con su
tratamiento. La persona precisa conocer los efectos de la medicación y tratamiento que recibe,
y el motivo de la internación. Este elemento llevaría a una formulación a partir del rol de
usuario de un servicio de salud, más que de paciente, garantizando con eso varios derechos.
Contralor de las Instituciones Totales (Colonias para crónicos)
Necesidad urgente de implementar el contralor de las instituciones totales (hospitales
psiquiátricos y colonias para pacientes crónicos)
Adecuación de escuelas y centros de convivencia para recibir a la Infancia con patologías
psiquiátricas
Sería necesario que locales de convivencia para niños con discapacidades, dispusieran de
acompañantes terapéuticos o pedagógicos especializados en autismo y otras patologías
psiquiátricas en la infancia. La adaptación escolar requiere también de un acompañamiento
por terceros, por lo cual sería necesario accionar la figura del acompañante pedagógico o
terapéutico, y que este fuera disponibilizado por el Estado en estos casos. Son necesarias
propuestas singularizadas para el abordaje de niños con padecimientos psiquiátricos en
general, lo que haría necesaria la presencia de un equipo multidisciplinar en las escuelas que
pueda estar haciendo una mediación que posibilite el acceso de estos niños a una escuela
común, si así lo desea su medio familiar.
17
Opciones laborales más protegidas
El acceso al trabajo debe incluir, fundamentalmente, una perspectiva de inclusión social,
asociado a la participación, la autonomía, y la productividad, que hacen parte de la definición
de la OMS sobre Salud mental. En ese sentido, debe ser garantizado un trabajo ajustado a sus
posibilidades y digno, con un ambiente de aceptación para esa persona.
Sería papel del Estado, en ese sentido, generar propuestas de trabajo inclusivas para las
personas con padecimientos psiquiátricos, no apenas en la formulación de los llamados, sino
fundamentalmente en el acompañamiento posterior de la inserción en las actividades, con
remuneraciones, horarios y flexibilidad que contemple esta población.
Ofrecer opciones laborales más protegidas, donde pueda haber mayor tolerancia a los
tiempos, y las responsabilidades puedan ser compartidas. Esto no implica necesariamente la
creación de talleres protegidos, sino que podría ser implementado a través de equipos
multidisciplinares que asesoren y acompañen la integración de la persona con padecimiento
psiquiátrico a diferentes tipos de empleo según sus posibilidades e intereses. Fue señalada la
importancia de disponibilizar equipos interdisciplinares que puedan estar trabajando por la
inclusión de estos pacientes en los espacios laborales: profesionales que puedan acompañar al
paciente y promover la información y la sensibilización de empleadores y colegas, para que
entiendan las necesidades del funcionario o alumno con problemas psiquiátricos, y puedan
ayudarlo en su inserción.
Fue destacado como importante, el impulso a los emprendimientos protegidos, de tipo
Talleres, y al Cooperativismo, que permite un trabajo colectivo, del cual la persona con
padecimiento psiquiátrico puede comenzar a apropiarse. Estos emprendimientos precisan ser
acompañados por profesionales, de la salud u otros, sensibilizados y disponibles, para
garantizar su continuidad. Asociado a esto, es necesario implementar incentivos económicos y
de recursos humanos para la formación de cooperativas autogestionadas por ex pacientes
psiquiátricos, con reglas más flexibles, apuntando a la inclusión por encima de todo.
Educación
Seria necesario flexibilizar los criterios de los centros educativos, inclusive terciarios, para que
la persona con padecimiento psiquiátrico consiga concluirlos. El sistema educacional
precisaría contemplar ritmos de aprendizaje más lentos, o tolerar dificultades en el uso del
lenguaje oral y escrito que puede presentar un paciente psiquiátrico. Algunos profesionales
mencionaron el actual criterio de Tolerancia, aplicado en esos casos por algunas escuelas, a
partir de iniciativa de ANEP, como un elemento muy valioso para facilitar la continuidad del
joven con padecimiento psiquiátrico en la educación.
Equipos de mediación entre la persona con padecimiento psiquiátrico y el entorno serían
bienvenidos.
Seguridad Social
Es necesario repensar el sistema de pensiones y préstamos, para que cumplan una función de
garantía de derechos (vivienda y alimentación) cumpliendo así una función inclusiva, evitando
trámites engorrosos, poco claros, y situaciones que terminan provocando el endeudamiento
del paciente. Un asesoramiento del sector por asistentes sociales o profesionales con
conocimiento en materia de salud mental sería interesante para evitar este tipo de
situaciones.
18
4. DISCRIMINACIÓN HACIA PERSONAS VIVIENDO CON VIH.
4.1 Estigmatizacion de la persona viviendo con VIH y principales situaciones relevadas
Falta de campañas sistemáticas de prevención en Salud
Desde 2007 no se realizan más campañas de prevención contra el VIH, ya que el Programa
dejó de ser prioritario para el Ministerio de Salud Pública. Esta ausencia de debate público
sobre el tema determina que las personas estén más expuestas, ya que no se están
protegiendo contra la transmisión del VIH; por otro lado, la falta de información hace que el
temor recaiga, paradójicamente, sobre la persona que vive con VIH, a la que debería
ofrecérsele protección. O sea, la sociedad uruguaya no se protege contra el virus, sino contra
las personas que portan el virus, con lo cual, se promueve la discriminación y el desamparo
social de las personas con VIH, quedando el resto de las personas vulnerables frente a la
infección.
La evaluación por parte de la sociedad civil de la última campaña realizada, señaló como
negativo su carácter de esporádico y sin continuidad. El material utilizado en las últimas
campañas fue visto como muy creativo pero demasiado sofisticado, de difícil comprensión
inclusive para los profesionales de la salud habituados a tratar el tema del VIH.
Las campañas precisan ser inseridas en un Plan Estratégico, y tener continuidad suficiente. Las
informaciones precisan ser transmitidas con explicaciones claras y realistas sobre las formas de
transmisión y como no se contrae el virus.
Fue sugerido que las campañas sean realizadas por personas idóneas en el tema, no apenas
por publicitarios, y con apoyo de las organizaciones de la sociedad civil, que ya produjeron
mucho material al respecto.
Las campañas deben ser dirigidas a toda la población, para evitar la sensación de que existen
grupos de riesgo, y que no es un problema de todos (sobre las acciones específicas para la
población afrodescendiente, trataremos en el próximo capítulo) .
Algunos informantes cuestionaron la estrategia que se centra apenas en el diagnóstico precoz
de la enfermedad (que mejora la sobrevida) sin invertir en la prevención de nuevos casos, y en
formas de tratamiento adecuado para las personas que ya conocen su diagnóstico. El
diagnostico precoz no fue considerado una herramienta suficiente de enfrentamiento de la
epidemia. Es necesario prevenir y atender integralmente, no sólo diagnosticar.
Falta de información en la población sobre formas de transmisión
Derivado de la falta de campañas públicas, el miedo al “contagio” es un elemento que
contribuye a la estigmatización de la persona con VIH, resultado del desconocimiento de los
mecanismos de transmisión del Virus. Sin embargo, el temor al contagio es accionado de
forma diferente dependiendo de la apariencia, o en presencia de un estigma que provoque
discriminación agravada.
Estigmatización con base a concepciones moralizantes de la sexualidad
El estigma más importante, continúa siendo el tabú relacionado con la sexualidad, y las
prácticas sexuales, reales o imaginadas de la persona que contrajo el virus. Para el imaginario
social, la persona con VIH cometió algún tipo de exceso o desvío sexual. Esto determina la
19
mayor estigmatización de personas con orientaciones sexuales diversas (homosexualidad,
transexualidad) y trabajadores del sexo.
Discriminación contra Trabajadoras sexuales
No existe atención integral a las trabajadoras sexuales, apenas control de las enfermedades de
transmisión sexual. Existen enfermedades ocupacionales que no son tratadas, generando la
impresión de que Salud Pública sólo se preocupa de lo que podría ser “contagioso”, no
ocupándose de su salud integral, mental o física.
Discriminación contra transexuales
La población transexual es una de las categorías más excluidas y estigmatizadas del punto de
vista social, constituyendo un caso de “patologización” en si mismo. La exclusión social lleva a
una prevalencia del trabajo sexual y prostitución en esta categoría, como único espacio posible
de inserción social. La baja tendencia al autocuidado (asociada a la baja autoestima y bajo
acceso a información y medios de prevención, asociados con la exclusión social) han
aumentado significativamente la incidencia del VIH en esta población. El VIH genera una
condición de dificultad para el trabajo sexual, sea por enfermedad física, por temor de
transmitir el virus, o por presión de sus colegas. De esa forma, el trabajador sexual trans sufre
un proceso mucho más acentuado de exclusión sexual, en la medida en que su único medio de
vida, y de inserción social, queda dificultado.
Discriminación en Personas privadas de libertad (PPL):
Las personas privadas de libertad tienen menos calidad de vida, fundamentalmente carencias
nutricionales, lo que implica mayor vulnerabilidad frente al VIH. Fueron referidos casos de
negligencia hacia personas enfermas en general, por miedo al contagio de virus, lo que sugiere
mayor dificultad para recibir apoyo en caso de ser un recluso viviendo con VIH. Fueron
relatadas intervenciones por parte de ONGs para que la PPL fuera autorizada a trasladarse
para recibir tratamiento, o en caso de estadio avanzado de SIDA, recibiese autorización para
pasar sus últimos tiempos de vida en casa, como una medida humanitaria. La situación se
torna más crítica en el interior, donde hay menos acceso a la acción de las ONGs.
Falta de cuidado en la exposición de datos sensibles
Fue detectado como un importante problema el tema de la exposición de datos sensibles,
tanto en los servicios públicos, BPS, Escuelas, y otras instituciones.
Discriminación en el ámbito laboral
Fueron relevadas situaciones de irregularidad por parte de empresas, que para evitar contratar
personas con VIH, solicitaban la realización del carné de salud en lugares especializados donde
el examen era hecho sin consentimiento de la persona. La medida de no contratar personas
con enfermedades recae sobre otras enfermedades crónicas y no sólo el VIH, y parece tener el
sentido de evitar el ausentismo por enfermedad. Las empresas argumentan, en este sentido, el
temor de que, habiendo una demisión, la persona alegue discriminación por causa del VIH, y
no puedan así demitir al funcionario. Este fenómeno sucede también en sectores públicos,
como Escuelas de Policía, que piden a sus candidatos la realización del examen.
La comprobación de discriminación (de cualquier índole) en el ámbito laboral, es siempre muy
dificultosa, porque opera de forma sutil.
20
El análisis de algunas situaciones específicas, como la de profesores que fueron demitidos o
alejados de su función por ser personas viviendo con VIH, es la que muestra de forma más
clara y evidente el trasfondo de estigmatización que puede existir en la justificativa de
demisión de profesionales viviendo con VIH. Estos casos dejan de manifiesto la presencia, en
el imaginario social, de una expectativa de pureza moral, o desexualización, en la figura del
educador (FERNANDEZ 1990). El hecho de ser el VIH un virus de transmisión sexual genera la
sanción social negativa, que recae de forma muy pesada sobre personas que trabajan
directamente en la educación de niños y adolescentes.
Incidencia de la cooperación internacional
La cooperación internacional fue traída como un elemento facilitador, en la medida en que,
históricamente, ha permitido más libertad de acción, e inclusive hacer frente a organismos
estatales que muchas veces han ejercido un control, casi una censura sobre campañas,
folleterías y consejerías, a partir de un criterio muy conservador. Por otro lado, la
ideologización de las ayudas internacionales, en algunos momentos vienen a interferir con
procesos y en algunos casos confundir la percepción de necesidades. En la medida en que se
elaboran proyectos por presión internacional, es notorio que a veces no existe, en la sociedad
civil y en el sistema de salud, un cabal convencimiento de la necesidad de ese tipo de
proyectos. Llevar a cabo proyectos cuando no existe suficiente sensibilización de la población,
y cuando no hay investigaciones de campo que materialicen su prioridad, tiene como efecto la
falta de continuidad de las acciones, que corren el riesgo de no ser mantenidas ni asumidas
por el estado una vez terminada la ayuda internacional.
Politización del campo de las ONGs por y para personas con VIH
En la medida que más protagonismo implica más recursos, existe una politización importante
de las ONGs de personas por y para el VIH. Es común que el activismo en relación al VIH sirva
como bandera para dar visibilidad a otras situaciones de estigmatización y discriminación,
complejizando el campo político de las organizaciones. Dentro de este escenario, se repiten
muchas veces situaciones de discriminación preexistentes, notoriamente, en la mayor
dificultad de inserción y menor visibilidad que poseen las organizaciones de mujeres viviendo
con VIH en relación a otro tipo de organizaciones, inclusive frente a las organizaciones
coordinadas por HSH, que aún cuando sufren mucha discriminación social, parecen, por ser
hombres, ser un poco más escuchados que las organizaciones exclusivamente de mujeres.
La revelación pública del diagnóstico, asumido como identidad por algunas personas viviendo
con VIH, puede ser visto como un elemento de resistencia contra el estigma del que son
objeto. Por otro lado para algunas personas, resulta más fácil convivir con el posible rechazo
social, que con el encubrimiento permanente de su serología. Esta opción, que es
extremamente singular, debería ser respetada en cualquiera de sus formas. Del punto de vista
psíquico, la participación y el trabajo de las personas que viven con VIH en consejerías son
elementos muy importantes para su inserción social y para la aceptación interna de su
condición, que les permite enfrentar mejor la convivencia con el virus. “Si no tuviera la
posibilidad de realizar consejería, me habría vuelto loca (mujer, ICW)”. Por ese motivo, es
necesario estimular el apoyo a las organizaciones, sobre todo a las de menos recursos, porque
la participación y el activismo es, para muchos, un elemento fundamental en la estrategia de
conservación de la salud y de la calidad de vida.
21
4.2 EJES TRANSVERSALES (Geografía, sexo/género/edad/pobreza)
Geográfico residencial:
Si bien los datos del informe sugieren, que en el interior del País, existe mayor integración
entre las acciones municipales y del tercero sector, permitiendo campañas más sistemáticas y
consejerías mejor organizadas que en algunos espacios de Montevideo, existe el impedimento
de que es mucho más difícil atenderse en el interior, debido a la casi imposibilidad de
preservar el sigilo. Esto hace que muchas personas que viven con VIH opten por viajar a
Montevideo para tratarse.
Para las personas que optan por tratarse en Montevideo, para evitar el estigma, existe el
problema del hospedaje. AMISEU, posee un albergue transitorio. Pero es el único, y posee la
impronta de una organización que atiende los derechos de las minorías sexuales. Sería
necesario mayor apoyo para el traslado y la estadía de las personas viviendo con VIH de modo
más amplio.
Los informantes refirieron que muchos niños viviendo con VIH son derivados a Montevideo en
función de que los médicos no se consideran preparados para atenderlos. Considerando que el
acompañamiento médico del VIH se realiza como mínimo cada tres meses, implica un gasto
importante de dinero en tiempo y en viajes.
Pobreza:
La pobreza implica una vulnerabilidad para el VIH, en función de la falta de acceso a los
servicios de salud, diagnóstico tardío, disminución del autocuidado, condiciones de vida
deficitarias que dificultan el estado nutricional y de higiene adecuados.
El VIH empeora la condición financiera, en particular en el caso de familias monoparentales,
por la necesidad de adaptar horarios de trabajo para cuidado del familiar con VIH y los niños,
con VIH o no. Tener un familiar con VIH implica una condición de vulnerabilidad social y socioeconómica para toda la familia, debido a la necesidad de ocultamiento por el estigma, a la
necesidad de horarios de trabajo más flexibles para poder tratarse, y a la frecuencia de
consultas, exámenes e internaciones, lo cual queda amplificado en el caso de haber más de un
integrante con VIH, y sumamente difícil en el caso de tratarse de una familia monoparental,
por fallecimiento o abandono de uno o ambos progenitores.
Edad:
El niño con VIH recibe una cierta mirada de pesar, accionada por la creencia errónea de que
estos niños son inocentes condenados a una muerte prematura, debido a la irresponsabilidad
(sexual) de los adultos. Esta mirada de pesar, que pende sobre la categoría mencionada, no
evita la estigmatización y discriminación de estos niños en diferentes ámbitos. A nivel del
ámbito escolar, si bien no existen más casos de negativa a la incorporación de estos niños, por
lo menos en las escuelas públicas, existen estrategias de bloqueo de la participación del niño
cuando es conocida su serología.
Ha habido casos de adolescentes que dejaron el liceo en medio del año lectivo debido a la
ruptura de sigilo por parte de la maestra, sobre la condición de persona con VIH, lo que
interfiere con su socialización y recorrido académico.
El informe sobre huérfanos del VIH, realizado por UNICEF, indica la prevalencia de problemas
escolares y repetición en niños que viven con VIH. Este elemento fue explicado en función de
22
las faltas por internaciones e idas al médico, y la dificultad de lidiar con el secreto impuesto
sobre su condición serológica.
Sexo/Género
Es notoria la forma en que todavía recae en la mujer una mayor responsabilidad de no
“haberse cuidado” o bien, la suposición (cuando no alusión explicita) de que hubo algún tipo
de promiscuidad. Es por ese motivo que la mujer embarazada o madre es discriminada como
una mala madre, o irresponsable en la medida en que manifieste el deseo de tener hijos.
Fueron mencionados momentos de desacuerdo entre profesionales de la salud, cuando
indican atadura de trompas para algunas mujeres con VIH, y las ONG que abogan por los
derechos sexuales reproductivos de la mujer con VIH. Sería interesante establecer un marco
comparativo entre estas mujeres con VIH y otras mujeres con condiciones de embarazo
riesgoso para ellas o para el bebé: fue sugerida en las entrevistas una mayor penalización
social de la mujer con VIH que desea tener hijos, en relación a otras patologías que implicarían
también riesgo para la madre o para el bebé, que provocan, en general, mayor apoyo social.
A través de los diálogos con la comunidad, es posible ver que el hombre heterosexual es en
general menos responsabilizado, como si su padrón de comportamiento sexual asociado a
valores de masculinidad (menos auto-cuidado, más riesgo, más parejas sexuales) estuviera
naturalizado y fuera mejor tolerado. Todas las estrategias actuales de manejo del VIH están
actualmente focalizadas en la identificación temprana del virus en la mujer, a través de los
programas de salud reproductiva y del examen ginecológico anual. Curiosamente, no se
menciona la necesidad, en todo caso, de implementar la misma estrategia para los
consultantes hombres del sistema de salud. Existe un sentimiento en los usuarios en general,
de que la indagación médica sobre sus prácticas sexuales y la forma en que se previene contra
las enfermedades de transmisión sexual (elementos que son considerados como de la esfera
íntima), implica un posible cuestionamiento de su sexualidad. El hecho paradójico de que ni
siquiera se sugiera la posibilidad de indagar sobre estos temas con la población masculina
heterosexual, nos hace suponer que la sexualidad masculina heterosexual es algo que
permanece, en el imaginario social, y médico, como incuestionable, como si al hombre no se le
pudiese solicitar la responsabilidad sobre la prevención de las enfermedades de transmisión
sexual (al igual que no se le solicita responsabilidad en la evitación de los embarazos
indeseados). Este elemento genera una vulnerabilidad importante para el hombre, en la
medida en que se lo excluye de esta prevención, y coloca en riesgo a sus eventuales parejas.
Todos estos elementos de estigmatización pueden estar contribuyendo a la presentación
actual de la epidemia, que tiene incidencia muy alta en algunos grupos (transexuales, HSH) y
en la población masculina en general, con un nítido avance en los últimos años de los casos de
VIH en la mujer.
4.3 Propuestas emergentes del diálogo con sociedad civil:
A nivel de seguridad social:
Mejorar los criterios para obtención de pensión, que son actualmente muy limitantes (refieren
a personas que por la gravedad de su estado, no pueden ya trabajar). La pensión debería tener
el sentido de un apoyo económico para que la persona pueda mejorar la nutrición y la vivienda
y así tener mejor calidad de vida y no enfermarse. Este elemento es fundamental en el caso de
familias monoparentales y con niños en tratamiento.
23
La canasta de alimentos del INDA es deficitaria, ya que contiene exceso de triglicéridos, que
son poco recomendados para las personas viviendo con VIH.
El pase libre debería corresponder también a la/os abuelo/as o parientes que se hacen cargo
de niños con VIH.
Existe necesidad de informar a las familias sobre los recursos existentes y acciones de ONGs.
Estimulación de redes sociales desde los programas sociales, para facilitar la permanencia del
niño en la familia en caso de orfandad o abandono por uno o ambos padres.
Importante el apoyo a la mujer pobre, con VIH e hijos. Necesidad de incluirla en Programas
sociales de apoyo cuando es familia monoparental.
Salud pública:
Facilitación, por parte del MSP, de medicación en versión pediátrica de los antirretrovirales en
caso de que existan. Los antirretrovirales pediátricos facilitan la adhesión. El formato
pediátrico precisa tener continuidad, para facilitar la adhesión del niño
Sensibilización de los profesionales de salud y funcionarios en todas las áreas para tratamiento
humanizado de las personas viviendo con VIH. El tema debe entrar dentro del currículo de
medicina.
Existe necesidad de sensibilizar a los profesionales y a la población sobre la importancia de
mantener el sigilo sobre datos que podrían generar la estigmatización de una persona.
Inclusión de la consulta ginecológica en los programas de atención a la mujer con VIH, debido a
la alta incidencia de HPV en esa población, y a los controles más frecuentes que requiere.
Necesidad de atención integral de estos aspectos en un único local.
Incluir la temática del VIH, de modo preventivo, en los programas de atención básica, a partir
de los programas de salud reproductiva. Esta acción facilitaría la prevención y la naturalización
de la enfermedad, rompiendo el estigma. Es importante que el ginecólogo y el urólogo puedan
asesorar y ofrecer el test de VIH. Sería una forma de naturalizar el VIH, al ser tratado junto con
otras enfermedades de transmisión sexual.
Incluir a la población masculina en la prevención del VIH.
Para las trabajadoras sexuales, importancia de recibir beneficios de tratamiento y vivienda
por el porte de carné para trabajar, para que nos sirva apenas como control policial. Atender a
su salud integral en espacios dignos y no discriminatorios.
Inclusión del enfoque raza/etnia, con estudios de prevalencia y acciones específicas que
vehiculen información para grupos más estigmatizados.
Campañas:
Importante que se hable más del tema, con información adecuada sobre las formas de
transmisión, que rompa con los mitos que rodean el VIH. Es necesario mostrar los avances de
la terapéutica antirretroviral y la calidad de vida posible, para naturalizar la presencia del VIH,
mostrándola como una condición crónica pero tratable.
La información tiene que ser dada de forma continuada y atendiendo a la no discriminación y
estigmatización de las personas.
24
En la medida en que la transmisión del VIH es evitable, deben implementarse acciones
preventivas adecuadas. Las comunicaciones e informaciones deben ser tendientes a estimular
la prevención de la transmisión, y no apenas a establecer el diagnóstico precoz.
Familia y sociedad
No reducir el tema del VIH a una cuestión de Salud Pública. Una vez que la persona adhiere a la
medicación, y el virus está controlado, la mayor parte de la problemática pasa a estar centrada
en el estrés generado por el ocultamiento y el manejo social de la condición de
seropositividad, y en las dificultades para organizar la vida profesional y doméstica para hacer
frente al tratamiento. El estigma genera muchas veces situaciones de ruptura familiar,
abandono parental, y orfandad de uno u ambos padres que son situaciones de mucha mayor
dramaticidad que la propia presencia del VIH. Debido al estigma, suele darse un aislamiento
social de todo el núcleo familiar, inclusive de los niños, lo que sugiere la necesidad de generar
programas de asistencia social y comunitaria para estas personas, que puedan ayudar a
resolver situaciones conflictivas en la familia, la escuela, y el entorno más directo (barrial,
comunitario) de la persona que vive con VIH.
Trabajo
En materia de trabajo, seguir la resolución internacional número 200 sobre SIDA, que sugiere
la necesidad de realizar talleres informativos en todos los sectores de empleo, trabajadores y
empresarios, como forma de desmitificar los miedos en relación a la transmisión, y al mismo
tiempo, estimular la prevención de los trabajadores que manejan fluidos corporales o pasibles
de accidentes.
Educación
Implementación de programas educativos en escuelas y liceos, con información realista, y a
partir de las temáticas de sexualidad y salud reproductiva. La educación sobre VIH debería ser
parte de la temática de sexualidad junto con otras enfermedades de transmisión sexual.
Abordaje no discriminatorio, que estimule la aceptación de la persona con VIH. Tiene que
incluir una perspectiva de reconozca y estimule el respeto por todas las orientaciones sexuales,
y que introduzca la problemática de la desigualdad de género (presente por ejemplo, en la
dificultad para negociar el uso del condón por parte de la mujer) como forma de prevenir la
estigmatización y la discriminación.
Apoyo al trabajo de ONGS
Apoyo al trabajo de las ONGs dentro de los centros de salud: la mayoría tienen experiencia
adecuada y potencial para buenas consejerías, así como más facilidad de acceso a la población,
por tener una aproximación menos técnica. Promover el diálogo y la participación de todas las
ONGs, priorizando los grupos organizados de personas viviendo con VIH, cuya participación es
fundamental para el propio enfrentamiento psicológico de la epidemia por parte de estas
personas.
Legislación pertinente
Elaboración de una LEY de SIDA específica, para no estar incluidos dentro de la ley para
discapacitados.
25
Cooperación internacional
Mejorar la articulación de la Cooperación Internacional con las propuestas locales, y del Estado
con la Sociedad Civil, para concretización de las propuestas ya realizadas y que nunca fueron
llevadas a cabo.
5. EJE TRANSVERSAL: AFRODESCENDENCIA
Invisibilidad del tema como dificultad principal del análisis
El levantamiento de datos sobre este tema fue bastante dificultoso, en la medida en que existe
una gran invisibilidad de la discriminación contra afrodescendientes en el Uruguay. Hubo así
discrepancias en las opiniones de informantes afro y no afro, así como diversidad de posturas
entre los grupos afro, que serán referidas a continuación.
Otras priorizaciones de la comunidad, no consideradas en el informe
Desde los informantes afro entrevistados, surgieron como relevantes, otras priorizaciones en
el tema de salud y patologización, que no fueron implementadas desde la planificación de este
Informe Diagnóstico, como ser las enfermedades de prevalencia étnica (lupus, hipertensión,
algunos tipos de anemia y el síndrome del tamborilero). Fue señalizado que el tema está muy
poco estudiado, y que es necesario profundizar en la biología y en los significados sociales de
estas enfermedades. El deseo de no ser identificados como personas con mayor incidencia al
VIH, puede haber tornado más difícil la evaluación de este tema con la comunidad
afrodescendiente.
Patología psiquiátrica
Algunos informantes afro mencionaron una mayor incidencia de Esquizofrenia en la población
afro, pero eso no surgió como elemento visibilizado en las entrevistas de profesionales de la
salud. Estas más bien minimizaron la variable etnia/raza, inclusive diciendo, prácticamente en
presencia de estos, que no había pacientes afrodescedientes en sus instituciones. En mi
impresión personal, y a simple vista, si hay un número significativo de afrodescendientes en los
centros de rehabilitación, inclusive privados, que visité.
Consumo de alcohol y drogas
También fue mencionado un vínculo entre adicciones y afrodescendencia, considerado por
una informante como una patología social, “herencia de la esclavitud”. Diversos estudios
históricos refuerzan este dato, que asocia la masculinidad afrodescendendiente y el consumo
de alcohol en nuestro país, que desde la época de la colonia, asociaban la caña y otras bebidas
a su dieta básica, recibiendo muchas veces alcohol como pagamento para presentación de sus
comparsas (NIEREZ; MONTAÑO). Si bien no fueron localizados datos referentes a la
prevalencia del alcohol y drogas en esta población, es un elemento que precisa ser investigado,
en la medida en que, como vimos en este informe, la expectativa social y la identificación al
estigma operan como elementos importantes para la aproximación al uso problemático de
drogas.
Incidencia del VIH
Tampoco existen datos desagregados sobre la incidencia del VIH en la población
afrodescendiente. La inclusión de la variable etnia/raza en la elaboración de informes sobre las
26
diferentes patologías, es un procedimiento que está apenas comenzando, y que
probablemente arrojará sus frutos en los próximos años, a propósito de conocer la
vulnerabilidad de la población afrodescendiente para las diversas enfermedades de
transmisión sexual.
Algunas de las personas entrevistadas, consideraron que interrogar sobre la incidencia del VIH
en la población afrodescendiente, podría tener un efecto contraproducente, de asociar un
problema aparentemente inexistente, y altamente estigmatizado, a una población usualmente
discriminada. Algunos informantes no afro entrevistados me preguntaron, explícitamente, si
conocer la incidencia “tan ínfima”, del VIH en la población afrodescendiente era un dato
relevante.
Por su parte, los informantes afro entrevistados consideraron importante conocer la incidencia
étnica de todas las enfermedades, para mejorar la prevención y la atención en general. Para
los informantes afro, la falta de políticas públicas que contemplen la variable afrodescendencia
fue considerado como un elemento de discriminación. Una de las dificultades para la
implementación de estas políticas, es la no inclusión de la variable etnia/raza en los registros
de Salud Pública, lo que impide la generación de datos desagregados sobre la incidencia de
algunas patologías, en particular las trabajadas en este estudio, sobre la población
afrodescendiente.
En función de la ausencia de datos específicos, los grupos que vienen trabajando la incidencia
afro en los estudios sobre VIH, se fundamentan en los datos epidemiológicos existentes en
otros países, como ser Brasil y Estados Unidos, que indican de forma consistente una mayor
vulnerabilidad de los sujetos afrodescendientes a las enfermedades de transmisión sexual y al
VIH.
La única investigación de corte cualitativo, realizada específicamente con un enfoque de
afrodescendencia (promovida por el Grupo Etnia y Salud de la Udelar, ACSUN, ASSE y el
Programa Prioritario VIH/SIDA) arrojó informaciones sobre dificultades específicas de esta
población en el acceso a la información, y a los servicios de calidad, así como percepciones
sobre la sexualidad que sugieren un imperativo social de alto rendimiento sexual con bajo
cuidado.
Aunque no existan datos específicos sobre VIH, los datos de la afrodescendencia arrojados por
la Encuesta de Hogares Ampliada, que incluyó una variable para preguntar la ascendencia
racial, apuntó para características que sugieren vulnerabilidad para esta enfermedad.
Entre esos datos, señaló que la población con ascendencia afro presenta niveles de instrucción
inferiores a los de la población no afro, sobre todo en los niveles medios y superiores; mayor
tasa de desempleo y empleo en categorías ocupacionales de menor calificación, siendo que el
39% de los afrodescendientes viven en hogares afro, lo que para los niños afro, corresponde a
un 55%. Es una población más joven, porque en ella nacen más niños, y el promedio de vida es
menor. El estudio también arroja que la edad de iniciación sexual de la mujer afrodescendiente
es más temprana que en otros grupos sociales, y la maternidad más amplia (tienen más hijos y
más temprano, y terminan el ciclo reproductivo más tarde). Como podemos observar, muchas
de estas vulnerabilidades encontradas en la población afro, son también vulnerabilidades
específicas para la mayor incidencia de enfermedades de transmisión sexual y VIH.
Con respecto al VIH, es interesante señalar, además, que cuando cruzamos los datos
departamentales de mayor prevalencia de VIH, es visible a simple vista que los cuatro
27
departamentos con mayor población afro, están también entre los cinco departamentos con
mayor incidencia del VIH.
A partir de estos datos, podríamos afirmar que existe necesidad de investigar, con prioridad, la
variable afrodescendencia en la incidencia del VIH, así como es importante estudiar y señalar
su importancia en los casos de agravamiento de estigmatización por patologización.
Relación médico paciente en usuarios afrodescendientes
Trabajando el tema Patologización y Riesgo de Transmisión, un tema que pasa, en gran
medida, por el abordaje desde los centros de salud, vimos como importante referir a la
perspectiva que los informantes afro tenían en relación al atendimiento que reciben en los
centros de salud.
En todos los casos considerados, fue señalada la dificultad inherente a la comunicación médico
paciente, y a las vivencias de discriminación, sutil o explícita, ligadas a racismo,
experimentadas por esta población en diferentes situaciones.
El sentimiento de estar siendo rechazados, y la percepción de falta de cuidado o desatención
por parte del personal médico fue extensamente referida por los usuarios afro del sistema de
salud, que se vieron sometidos, en varios momentos de la vida, a comentarios racistas por
parte de los profesionales de la salud (lo que recae también sobre los profesionales
afrodescendientes).
Fundamentalmente la relación médico-paciente, aparece siempre profundamente atravesada
por representaciones de raza/etnia de connotación colonialista. El acto médico, como acto de
poder y saber, parece reactualizar la desigualdad en la jerarquía social, entre un médico
blanco, de etnia dominante, y un paciente afro, que tiene en su haber, todavía, el recuerdo de
la convivencia con bisabuelos que fueron esclavos.
En este grupo, los entrevistados refirieron que sienten, en general, que el médico, llegado el
caso, no hace todo lo que está a su alcance para ayudar al paciente afrodescendiente, de la
misma forma que haría con otro paciente. Existe un sentimiento de desconfianza en el
compromiso del médico, cuando no la percepción subjetiva de que el médico los rechaza por
su ascendencia étnica. “por eso mucha gente no va al médico” “yo prefiero, que si el médico
tiene problema para atender a un afro, que mejor no me atienda y me derive a otro que sí
pueda. Si no, es como revivir de nuevo todo el rechazo de la sociedad”. “ ¿y por que no te va a
atender? ¿Por qué el negro siempre se tiene que correr? Ser negro es un color, no una
patología” (Taller Afrodescendencia).
Existe un racismo encubierto a través de una actitud políticamente correcta de no informar o
no profundizar con el paciente aquellas enfermedades que se sabe podrían tener una
prevalencia étnica, como si indagar sobre esos temas, fuera incurrir en una discriminación. “El
médico te pregunta sin ningún problema cuantos compañeros sexuales tuviste, pero no se
anima a preguntarte si tenés parientes negros” (mujer, afrodescendiente).
También parece haber una tendencia a pensar que el paciente va a ser relapso o descuidado
con su salud, antes de que manifieste esta actitud, como si el profesional de salud se manejase
con un estereotipo.
28
5.1 Propuestas surgidas a partir del diálogo con informantes afro:
- Sensibilización a profesionales de la salud en relación a las diferentes situaciones de
discriminación y estigmatización, para que pueda tener en cuenta este dato en el vínculo
médico paciente.
- necesidad de transversalización de todas las áreas de la salud, que puedan identificar
vulnerabilidades de la población afrodescendiente.
- necesidad de abordar los temas de salud (en particular el VIH) con materiales y perspectivas
étnicas específicas, para que el usuario pueda identificarse, y no vivir como algo ajeno que no
le va a pasar a él, y teniendo en cuenta la menor accesibilidad de esta población a la
información y a una relación médico-usuario horizontal.
- La comunidad prioriza el estudio de la prevalencia de todas las enfermedades con prevalencia
étnica.
- Que existan en todas los equipos de salud técnicos con perspectiva étnica, y representantes
afro de ser necesario.
6. CONSIDERACIONES FINALES A ESTE ESTUDIO:
A partir de este estudio, surgen algunas líneas generales para abordaje de situaciones de
discriminación por patologización y riesgo de transmisión.
A) SENSIBILIZACIÓN DE PROFESIONALES DE LA SALUD Y DOCENTES PARA EL TRABAJO CON
GRUPOS ESTIGMATIZADOS
Siendo que uno de los elementos de discriminación más importante levantado fue la falta de
humanización en el trato y la sensibilización de los profesionales de la salud

implementar sensibilización a través de las Cátedras de las Universidades.

Inclusión del punto de vista del usuario.

Entrenamiento para el manejo cuidadoso de datos sensibles. Sensibilizar a
profesores, funcionarios y profesionales de la salud, sobre los efectos de la
estigmatización producidos por la divulgación, sin la autorización del paciente, de
datos sensibles que refieran a tratamientos o patologías estigmatizadas.
B) SENSIBILIZACIÓN DE LA POBLACIÓN EN GENERAL PARA LA ACEPTACIÓN DE GRUPOS
ESTIGMATIZADOS
No reducir el tema a la salud pública, abarcando también el ámbito familiar, laboral y
comunitario, que es donde más se encuentra instalada la discriminación.
En la medida en que en todos los casos estudiados, el estigma es más perjudicial que la propia
enfermedad, es necesario implementar acciones sociales afirmativas y apoyar movilización de
la sociedad civil para inclusión de las personas con patologías estigmatizadas.
29
C) CAMPAÑAS PREVENTIVAS
Destinadas a la población en general, tornando el problema de salud (vih, drogas, salud
mental) un problema de todos. Material y abordaje especializado para grupos minoritarios y
estigmatizados: adecuar el lenguaje para aquellos grupos que, debido a su exclusión, no se
identifican con el discurso dominante, y tienen más dificultad en el acceso a la información y al
auto-cuidado.
D) GENERACIÓN DE ESPACIOS DE DEBATE
Participantes de esta investigación indicaron la falta de espacios de debate sobre este tema, y
la ausencia de discusión, es resumida por uno de los participantes de esta investigación,
cuando indica que el Estado no promueve suficientes espacios de debate, lo que hace que los
temas se discutan “en las esquinas”, donde no tiene incidencia política.
E) DEMOCRATIZACIÓN DE LA INFORMACIÓN
Diversos actores sociales señalaron la relativa “mojigatería” con que ha sido tratado el tema de
la sexualidad y las drogas, donde existe la lógica de que informar es estimular.
30
7. BIBLIOGRAFÍA
APUD, Ismael
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http://www.henciclopedia.org.uy/autores/Apud%20Ismael/Dr
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Por que necesito de vos para poner mi voz al aire: Etnografía
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31
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Pasta Base de cocaína en el Uruguay de hoy –Hacia una Clínica
Implicada. Octubre de 2006.
TRIACA,J. SILVA,M. DIOGO,S. APRILE,M
Fronteras, Tramas, Destramas.
Consumo de pasta base de cocaína. II
Coloquio Emergencia Social APU.
DOCUMENTOS CONSULTADOS
ASEPO
Manual para personas con VIH-SIDA.
ASEPO
A.M.I.S.E.U
Juntas recorremos el camino de la prevención. Manual
mujeres con VIH-SIDA
para
Estigma y discriminación por VIH-SIDA.
Promoviendo un Lenguaje Inclusivo. Estigma y discriminación
asociados al VIH/SIDA.
DIAZ,A. DIAZ, J. RICARTE, C. RORRA, O. “Percepción sobre las creencias, actitudes y prácticas
relacionadas a la salud sexual reproductiva y las infecciones de
transmisión sexual y el VIH en la población afrouruguaya”
Montevvideo: Publicación del Ministerio de Salud
Pública/ACSUN/OMS/PPITS/SIDA.
IELSUR
El derecho a la intimidad. Columna vertebral del VIH-sida y los
derechos humanos. Sistematización de consultas legales.
VIHsida: manual básico de derechos para un abordaje integral.
Relevamiento de los instrumentos jurídicos sobre VIH-SIDA y
derechos humanos aplicables en Uruguay. Observatorio y
veeduría en materia de VIH y Derechos Humanos.
INMUJERES
La población afrodescendiente en Uruguay desde una
perspectiva de género. Cuadernos del Sistema de Información
de Género – Uruguay, n. 1 julio, 2010.
La inclusión de la dimensión racial en la producción de
información. Diagnóstico sobre programas y políticas para la
equidad de género y raza en organismos del Estado.
JUNTA NACIONAL DE DROGAS
Cuarta Encuesta Nacional en Hogares sobre consumo
de Drogas. [en línea] Disponible
en:http://www.infodrogas.gub.uy/html/informesdocumentos/
docs/Presentacion_4a_Encuesta_Hogares_Drogas.pdf
MIDES
Descompartimentando
Derechos.
Instrumentos
internacionales para hacer efecivos los derechos económicos,
sociales y culturales + ambientales.
32
MSP/JUNTA NACIONAL DE DROGAS Programa Nacional de atención a usuários problemáticos
de drogas.Montevideo, diciembre 2007.
PPITS/SIDA
Marco Normativo en relación AL VIH/SIDA en Uruguay.
UNICEF
Conocer para intervenir: Panorama de niños y adolescentes en
situación de orfandad a causa del Sida en Uruguay. R
33
ANEXO 1
Instituciones que participaron de la Investigación
Vih/SIDA
ASEPO
FRANSIDA
ICW
Visión Nocturna
Colectivo Ovejas Negras
Centro de referencia materno infantil para VIH/SIDA
Patologías psiquiátricas
Radio Vilardevoz
Colectivo La Grieta
Asociación de padres Nuestro Horizonte
Cooperativa gastronómica (ex pacientes vilardebó)
Centro Sur Palermo
Consumo de drogas
Centro de referencia en drogas Portal Amarillo
Afrodescendencia
Grupo de investigación “Etnia y Salud” Facultad de Psicología
Derechos Humanos
IELSUR
34
ANEXO II
Noticias de la cobertura periodística sobre situación de Colonias
Etchepare y Rossi.
| EL DIRECTOR OSVALDO DO CAMPO Y EL CURA JOSE MOREIRA SERAN CITADOS A DECLARAR
Fiscales pidieron a la Justicia que investigue denuncias vinculadas a las colonias
17.08.2010 | Los fiscales de San José pidieron a la Justicia Penal que investigue una serie de
hechos denunciados en las últimas semanas, vinculados a la situación de las colonias
psiquiátricas.
Por Wilman Reyes
Do Campo, Director de las colonias
La jueza Dolores Sánchez recibió una solicitud de los fiscales Fernando Romano y Silvia
Mascaro para que disponga el inicio de una investigación a partir de las declaraciones
formuladas por el director de las colonias Etchepare y Santín Carlos Rossi, Osvaldo Do Campo,
al diario El País, según informó ayer La República. Primera Hora pudo saber que la
intervención de los representantes del Ministerio Público no implica que se esté ante un
hecho delictivo, pero los fiscales entienden que las expresiones vertidas alcanzaron una
dimensión que amerita la investigación penal. El objetivo de Romano y Mascaro es aclarar la
situación.
Las declaraciones de Do Campo fueron vertidas al diario El País el domingo 8 de agosto. El
director hizo referencia a las declaraciones del cura párroco de Santa Lucía, José Moreira, en la
Comisión de Derechos Humanos del Parlamento. Como se recordará, el sacerdote denunció
estado de deshumanización, miseria, suciedad y abandono en las colonias.
En la nota del diario, se afirma que Moreira fue curador de varios internos y recibía la pensión
para que pudieran disponer de las compras; que formó parte de las comisiones de Patronato y
firmó actas por manejo de dinero y bienes. Do Campo agregó que en esa época se vació el
Piñeiro del Campo, trayendo a las colonias hasta 20 personas, situación que estaba en
conocimiento del párroco. También se incluyeron las declaraciones de Graciela Piñeiro,
enfermera de la colonia, quien afirmó que el cura “era el tesorero de acá y se hizo rico con los
pacientes” porque “tenía un quisco y les vendía las cosas a precio de oro, los robaba”.
La Fiscalía pidió a la Justicia que cite a Do Campo, Piñeiro y Moreira para profundizar en sus
declaraciones. El Ministerio Público también pidió que se solicite a Asse y al MSP información
sobre la participación del cura en las comisiones del Patronato; si hubo traslados del hogar
Piñeiro del Campo a las colonias y si existen investigaciones administrativas del MSP a partir
de las denuncias presentadas por Moreira.
35
Los fiscales realizaron en febrero una inspección ocular en la colonia Etchepare, donde
constataron situaciones dramáticas, pero no una omisión en la atención de los pacientes.
FUENTE: Primera Hora http://www.primerahora.com.uy/2608-fiscales-pidieron-a-la-justiciaque-investigue-denuncias-vinculadas-a-las-colonias.html
Pabellón 27 de la Colonia Bernardo Etchepare en Pueblo Nuevo, departamento de San José.
(archivo, diciembre de 2007) Foto: Pablo Nogueira
Una tarde en las colonias
Evaluación formal de la situación de Etchepare y Rossi.
Continúa el análisis de pericias en el tratamiento judicial de la situación de los pacientes de las
colonias de asistencia psiquiátrica Santín Carlos Rossi y Bernardo Etchepare. La primera
semana de agosto el fiscal Enrique Viana presentó una acción de amparo contra el Ministerio
de Salud Pública (MSP) y la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) en defensa
de las personas internadas en las colonias. El recurso fue motivado por las denuncias del cura
párroco de Santa Lucía, quien habló de pésimas condiciones de hábitat.
Informe paralelo
Es de destacar que en ninguna parte del informe se dice que la colonia Santín Carlos Rossi
“está para cerrar”, tal como lo adelantó el diario El País el jueves 19, un día antes de que el
informe llegara al juzgado. Dicha nota citaba a una fuente no identificada del ITF que
explicaba: “El gran problema es la parte edilicia. Son estructuras de dos plantas por escalera”,
36
lo que señalaba como una inconveniencia para que lo habiten pacientes psiquiátricos.
la diaria consultó a la subdirectora del ITF, Mónica Etcheverry, sobre el desfasaje en esta
información. La jerarca se limitó a decir que el informe del ITF es el que fue enviado al juez.
El viernes pasado el Instituto Técnico Forense (ITF) presentó el informe elaborado por los dos
médicos de dicho instituto que acudieron a ambas colonias psiquiátricas en la tarde del
viernes 13 de agosto. Ésta fue una de las pruebas solicitadas por la Fiscalía Letrada Nacional
en lo Civil de Tercer Turno, que tomó la acción de amparo presentada por el fiscal Enrique
Viana.
En la audiencia del viernes comparecieron los abogados apoderados del MSP y de ASSE. Viana
explicó a la diaria que en plena audiencia, mientras él tomaba conocimiento del informe, el
juez del caso “empezó, junto con la parte demandada, a hacer comentarios que a mi juicio
eran valoraciones sobre lo que decía el informe, y yo entendí que lo que estaba haciendo
suponía adelantar opinión”. Por ese motivo, el fiscal presentó una recusación verbal
solicitando al juez el apartamiento del caso. Se supone que la resolución de ese punto llevará
hasta la semana que viene; mientras tanto, el proceso queda detenido.
Visita médica
En el informe se expresa que los técnicos recorrieron “casi la totalidad de su superficie
habitada” y recibieron información del personal de la dirección. Describe la infraestructura y
explicita que “las condiciones de los edificios varían entre los recientemente construidos [tres]
y los que datan de 1936. Estos últimos se encuentran en malas condiciones y alguno de ellos,
según se nos informó, por la parte de arquitectura no se puede reciclar. Los demás se
encuentran en óptimas condiciones y otros se están reciclando”. Además de describir, los
técnicos del ITF tenían que realizar recomendaciones. En cuanto a la infraestructura,
aconsejaron “continuar con la estrategia actual de recuperar y rehabilitar los pabellones que
tengan posibilidades” y “completar las necesidades de equipamiento de los pabellones y
demás sectores”.
Los especialistas detectaron que la calefacción en algunos pabellones es insuficiente, que las
camas presentan buenas condiciones de higiene y abrigo y que “se cocina comidas
balanceadas y abundantes, supervisadas por nutricionistas”. Establecieron que hay stock de
medicación y que el hospital general que funciona en Etchepare cuenta con equipos de
reanimación y monitoreo, provisión de medicamentos y un laboratorio de análisis clínicos.
El peritaje realizado cataloga como buenas las condiciones de higiene en el interior de los
pabellones, pero malas en el exterior de Santín, “donde se ve perros merodeando”, menciona
la presencia de roedores y deja sentado que “no se constató basura tirada”, como mostraban
las fotos difundidas por el cura párroco meses atrás. Recomienda “eliminar” a los perros y a
los roedores.
El documento expresa que “la vigilancia externa es insuficiente” y es “realizada por diez
funcionarios no especializados de la institución que no pueden controlar adecuadamente los
robos, las fugas y actos de violencia, propios de este tipo de pacientes”. En este sentido,
37
recomienda “aumentar el número de vigilantes y en lo posible tercerizar toda la vigilancia”.
“La caminería interna se encuentra en mal estado. El parque automotor es relativamente viejo
y sufre desperfectos frecuentemente”; se aconseja mejorar ambos ítems.
Afirma que en Etchepare viven 436 pacientes y en Santín, 400, mientras que 200 residen “en
la comunidad”, es decir, con cuidadores en el marco de los programas de egreso.
Se explica que se trata de “pacientes crónicos, en su mayoría esquizofrenias, oligofrenias y
demencias”, y que entrevistaron a “algunos de ellos y no expresan disconformidad por su
situación existencial”. Aclara que “se trata en su mayoría de personas que provienen de un
medio socioeconómico bajo donde las comodidades de higiene, vivienda y de alimentación
son considerablemente peores que las que tienen en las colonias”. Destaca que hay “diversos
emprendimientos de rehabilitación, escuela y laborterapia”, aunque recomienda “desarrollar
aun más actividades de rehabilitación y de esparcimiento, quizás con convenios con alguna
ONG [organización no gubernamental] o tercerizándolas”. Afirma que “los pacientes se
encuentran en adecuadas condiciones de aseo y con vestimentas humildes, acordes a su
situación socioeconómica y psíquica”.
Da cuenta de que “funcionan dos cantinas atendidas por intereses privados, una de cada lado,
donde los pacientes y funcionarios compran provisiones (yerba, refrescos, galletas, máquinas
de afeitar, pilas, etcétera). También hay una feria semanal”. Si bien el texto no brinda más
detalles, se recomienda “eliminar o determinar un estricto control de las ‘cantinas’ y la feria,
que pueden ser fuente de tráfico de drogas y objetos peligrosos”.
En Etchepare hay 669 funcionarios y en Santín 348, dice el informe, y remarca que “el número
de funcionarios es insuficiente para las tareas asistenciales”: sólo hay 150 funcionarios en
cada colonia para la asistencia directa a los pacientes durante las 24 horas (es decir, alrededor
de 50 funcionarios por turno para atender a más de 400 pacientes). A esto se suma el hecho
de que “existe un ausentismo importante de causa médica y psiquiátrica”, que se incrementa
por “fenómenos naturales”, como la crecida del río Santa Lucía, que tapa el puente sobre la
ruta 11, con lo que se multiplican los tiempos de viaje de buena parte de los funcionarios.
El informe reúne otras tres recomendaciones. Una es “continuar con la estrategia actual de
reinserción de los pacientes en su medio familiar, cuando lo haya, o en su lugar de origen, en
instituciones adecuadas. Además del beneficio para el paciente se lograría descongestionar la
población al disminuir el número de pacientes, permitiendo al tiempo inhabilitar
definitivamente los pabellones irrecuperables”. Las otras dos recomendaciones son “darle
más atribuciones a la dirección, para el manejo de las pensiones de los pacientes” y “mejorar
la relación personal técnicos-pacientes”.
Amanda Muñoz3
3
FUENTE: La Diaria http://ladiaria.com/articulo/2010/8/una-tarde-en-las-colonias/
38
ANEXO 3
Nueve de cada diez tienen problemas psiquiátricos o son adictos a las drogas
Aunque bajó la cantidad de pobres e indigentes, en los últimos cuatro años creció 30% el
número de personas que viven en la calle
Jueves, 23 de junio de 2011
Fuente: Búsqueda
Escribe Daniel Lema
Los primeros días de julio serán de los más fríos del invierno que comenzó el martes 21,
según los pronósticos de los meteorólogos. Por esa razón en el Ministerio de Desarrollo
Social (Mides) prevén reforzar la atención de unas 550 personas que viven en la calle,
mientras el Parlamento considera un proyecto de ley que permitirá la internación
compulsiva de personas con enfermedades graves o riesgo de muerte, lo que generó dudas
dentro del propio Estado respecto a cómo se hará para "retener" en los centros de atención
a quienes no quieren estar allí.
Las patologías psiquiátricas y las adicciones a las drogas (tanto ilegales como también al
alcohol) son, según los especialistas, la explicación para que el número de personas en la
calle pasara de 380 en 2006 a 550 en 2010, según el último conteo realizado por el Mides. Se
trata de un aumento de 30,9% en un período en que los datos indican un descenso tanto de
la pobreza como de la indigencia.
"Es que el aumento no está relacionado directamente a temas de indigencia o pobreza. Hay
hogares en los que hay personas con problemas psiquiátricos o adicciones y terminan en la
calle", dijo a Búsqueda el director de Integración Social del Mides, Sebastián Pereyra.
Según una investigación realizada por el Mides, 90% de las personas que actualmente viven
en la calle son adictas a las drogas o tienen enfermedades mentales, y de ellos 89% son
hombres de entre 30 y 50 años.
Sin consentimiento. La Comisión de Población del Senado está trabajando en un proyecto
presentado por la bancada del Frente Amplio para reglamentar la atención de personas que
viven en la calle. El texto de la iniciativa -de un artículo- establece que quienes vivan en
situación de "intemperie completa" con "riesgo de graves enfermedades o incluso con
riesgo de muerte, podrán ser llevadas a refugios y otros lugares donde puedan ser
adecuadamente asistidas, aun sin que presenten su consentimiento". Para que se configure
este escenario será necesario que un médico acredite por escrito que existe riesgo de
muerte.
"Lo que nosotros queremos es que no se nos muera más gente en la calle, aunque tengamos
que ir todas las noches a buscarlos para que pasen la noche en un refugio y que al otro día
se vayan. Si la persona permanece en el refugio será porque se le encontró algún tipo de
patología que amerita su tratamiento compulsivo", explicó en comisión la senadora Mónica
Xavier (Partido Socialista), una de las impulsoras del proyecto.
39
Y añadió: "Cada vez hay más gente en situación de calle que está amenazando su propia
vida. (La idea) no es votar una norma legal con carácter represivo, sino de protección al
derecho a la vida de esas personas que, tal vez por una situación circunstancial, no tienen
claro qué es lo que deben hacer".
Xavier sostuvo que aunque ha "mejorado la situación del país y los mecanismos sociales
como para tener políticas que desarrollen diferentes alternativas para estas personas", el
número de gente en la calle "crece".
"Seguramente no se trata de que las políticas sean malas, sino de que en el perfil de estas
personas que componen el contingente de calle hay un elemento del cual no tenemos
acabado conocimiento ni la mejor política para evitarlo, pero es un fenómeno que ocurre en
todas las ciudades del mundo", opinó la legisladora.
El senador colorado Alfredo Solari (Vamos Uruguay) advirtió que el proyecto puede afectar
"la libertad individual", y propuso que se utilice la "Ley del Psicópata", que permite la
internación luego de obtener la opinión de dos médicos.
"Reforzar" el trabajo. Pereyra, en tanto, dijo que el Mides respalda el proyecto porque le
permite superar "algunas limitantes" que hoy tienen para obligar a asistir a un centro de
atención. Explicó que en la actualidad no les es posible atender patologías psiquiátricas o
adicciones de personas que no están "compensadas o con tratamiento" porque se
"desbarajusta" el trabajo que allí se realiza. Añadió que hoy los centros no están pensados ni
cuentan con infraestructura para atender pacientes internados contra su voluntad, por lo
que deberán "reforzar" el trabajo en esa área.
En el futuro se prevé aumentar en 150 plazas más los actuales 800 lugares en Montevideo y
300 en el interior y se está buscando coordinar el trabajo con el Ministerio de Salud Pública,
la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), el Instituto del Niño y el
Adolescente del Uruguay, y el Instituto de Alimentación.
"Obviamente, el Ministerio solo no puede cumplir con este mandato que podría establecer
el proyecto de ley, ya que la institución que se debe encargar del asunto cuando existe
riesgo de vida es ASSE. Además es un médico quien debe establecer la situación particular, y
si bien estamos trabajando con ASSE, creemos que debemos fortalecer esa pata, así como
trabajar con el Ministerio del Interior, pues se trata de una población con patologías
psiquiátricas muy agudas o problemas de adicciones", dijo el jerarca en el Senado.
Asimismo, Pereyra dijo que "no ayuda" al trabajo que lleva adelante el Mides, las
intervenciones de organizaciones que reparten comida y ropa a quienes viven en la calle. Si
bien destacó la "buena voluntad" de estos grupos, explicó que en general producen que se
"asienten" en la calle y no se dirijan a los refugios.
Una alternativa. En la misma sesión, la secretaria de la Comisión Honoraria del Patronato del
Psicópata del MSP, Ana Roca, se preguntó cómo hacer para retener a quien no quiere estar
allí. "No podemos terminar dejándola presa. Entonces nos preguntamos cómo mantenemos
en un refugio a una persona joven que no quiere salir de la calle. En ese sentido creo que
debemos tener una alternativa mediante la cual podamos decir que no se trata de un
refugio, sino de un centro de rehabilitación, por lo que podríamos decir al muchacho que
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estamos trabajando para que tenga otra calidad de vida y que no puede salir hasta tanto no
pasen equis días", explicó.
Por su parte, la directora general interina de Salud Pública, Raquel Ramilo, sostuvo que "será
necesario incluir a un psicólogo y a un psiquiatra" en el equipo de atención, y planteó buscar
"alternativas jurídicas", porque tal como está planteada la iniciativa será "difícil de aplicar".
"Puede pasar que en algunos casos no encontremos un autorizante, como lo exige la ley de
pacientes y usuarios de los servicios de salud", advirtió.
El lunes 20, el director general del Ministerio del Interior, Charles Carrera, también concurrió
al Parlamento a plantear la opinión de su cartera sobre la iniciativa. Afirmó que será una
"herramienta que servirá para solucionar algunas de las complejas situaciones" actuales, y
señaló que el Ministerio asumirá un "conjunto de obligaciones menores" que consistirán en
"acompañar a los médicos en el traslado de las personas que se encuentran en situación de
riesgo".4
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FUENTE: MIDES
http://www.mides.gub.uy/mides/colgado.jsp?contentid=12842&site=1&channel=mides
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