ESTRUCTURALISMO GENÉTICO Y SOCIOLOGÍA DE LA LITERATURA. 1. EL ESTRUCTURALISMO GENÉTICO DE L. Goldmann (1913-1970) Durante la década de los sesenta, en Francia confluyeron las ideas marxistas con las del existencialismo y el estructuralismo. En ese contexto, Lucien Goldmann, rumano establecido en París, combina el estructuralismo con la crítica sociológica de Lukács, para crear un método al que llamará estructuralismo genético. En Le Dieu caché (1955), donde estudia a Pascal y Racine, y en Pour une sociologie du roman (1964), donde analiza a Malraux y le nouvau roman, precisa este método en el que toma de Lukáks conceptos como totalidad o estructura significante. Según Goldmann, las clases sociales y las relaciones entre ellas ejercen un papel determinante en la historia de la humanidad, de manera que los grupos sociales se convierten en los verdaderos sujetos en la creación cultural. La función del crítico literario será encontrar una homología de estructura que se establece entre la ideología de un grupo social concreto y el pensamiento que se desarrolla en una obra literaria (por ejemplo, Goldmann cree que hay una homología estructural entre las tragedias de Racine y el jansenismo). La relación entre la obra literaria y la realidad (o sea, entre la base y la superestructura) no es una relación de analogía, sino de co-participación en la misma estructura, y esta relación no se refleja en el nivel de los contenidos, sino en el de las estructuras. En la literatura, además de la realidad y el texto hay que tener en cuenta al escritor. El autor, a través del lenguaje, es capaz de crear una visión de mundo propia, es decir, un universo que significa un conjunto coherente de problemas y respuestas, y su misión es conseguir que dicha visión de mundo sea llevada al extremo y se articule mediante una representación estructurada. Si esa es la función del escritor, el crítico debe deducir de los propios textos la visión del mundo y extrapolarla a una estructura más amplia que es posible identificar en determinadas tendencias de un grupo social, es decir, el realismo es “la creación de un mundo cuya estructura es análoga a la estructura esencial de la realidad social en el seno de la cual la obra ha sido escrita”.(Goldmann, 1964). Los motivos de la homología se relacionan con la sustitución en la realidad capitalista del valor de uso por el valor de cambio: no se consumen los objeto por sus cualidades intrínsecas, sino por su valor como fetiches (el fetichismo de la mercancía señalado por Marx que, en el plano de la literatura, implicó un paso del coeficiente de realidad del individuo al objeto); Goldman intenta demostrar que esa homología existe entre la estructura de la novela clásica y la estructura del cambio en la economía liberal, y que, además, hay paralelismos entre las evoluciones posteriores. 1. Presupuestos del estructuralismo genético. La sociología estructuralista genética establece cinco premisas: Presupuestos del ESTRUCTURALISMO GENÉTICO 2. Ejemplo de estudio estructuralista-genético: Un ejemplo de análisis desde la perspectiva estructuralista-genética, sería el estudio Nouveau roman et réalité, sobre la evolución de la novela, incluido en Pour une sociologie du roman.(1964). Goldmann acepta que las novelas de Natalie Sarraute y Alain Robbe Grillet son, como ellos afirman, realistas, frente a los críticos que ven en ellas simples experimentos formales. Para él la novela está ligada a las estructuras de cambio, y se relaciona directamente con la burguesía, pero eso no significa que sea la expresión de su conciencia. Si las novelas delNouveau roman adoptan formas diferentes de las del s.XIX es porque ha cambiado la realidad que tienen que describir. Los cambios sociales que han conducido a un nuevo tipo de novelas implican, incluso, cambios en el plano literario, como el cambio “de una desaparición más o menos radical del personaje y de un reforzamiento correlativo no menos considerable de la autonomía de los objetos” (1964). Goldmann considera que esta “autonomía del objeto” puede ser explicada desde la perspectiva de las estructuras económicas. Desde los estudios de Marx hasta la aparición de la novela sin personaje pasa casi un siglo de transformaciones en las que reside la base de la homología estructural entre la historia de las estructuras reificadoras y la de las estructuras novelescas: 1. En las sociedades occidentales, productoras para el mercado, se produce una reificación(la reificación se da cuando los valores naturales de uso son sustituidos por los valores abstractos de cambio) como proceso psicológico social permanente a lo largo de tres etapas sucesivas (señaladas a continuación) 2. Hasta principios del s. XX la economía liberal mantiene aún la función esencial del individuo en la vida económica y los objetos sólo tienen importancia en su relación con él (novelas de Flaubert, Stendhal…en las que se cuenta la historia de un individuo problemático). 3. A principios del s. XX y hasta 1945, el capitalismo entra en su etapa imperialista y desaparece “la importancia esencial del individuo y de la vida individual en el interior de las estructuras económicas” (1964), lo que supone una “independización” creciente de los objetos. (Novelas en las que se da una disolución del personaje, como las de Joyce, Kafka, Sartre, Camus y, en su forma más radical, de Nathalie Sarraute). 4. Después de la II Guerra Mundial, con la intervención estatal de la economía. Se generan mecanismos de regulación derivados del propio mercado, de la ley de la oferta y la demanda. Los nuevos valores son los de valor de cambio y precio (homo economicus), con lo que los objetos se constituyen en realidades autónomas. El elemento cualitativo desaparece tanto en la relación hombre-hombre como hombre-naturaleza y aparece todo un universo autónomo de objetos (novelas de A. Robbe-Grillet) 2. LITERATURA Y POLÍTICA Es inevitable aludir al triunfo del partido bolchevique en la Revolución Soviética (octubre de 1917) al estudiar esta etapa de la crítica literaria. Lenin y Trotski, protagonistas de muchos acontecimientos políticos, adoptan posiciones sobre la literatura determinadas por la necesidad de hacer del arte un arma al servicio de la revolución. Se trata de la instrumentalización de la obra artística para usarla como arma ideológica en la lucha de clases:”La literatura tiene que convertirse enana parte de la causa general del proletariado” (Lenin, en La organización del Partido y la literatura de partido, 1905) 2.1. Vladimir Lenin (1870-1924) y Leon Trotski (1879-1940) , cuestionan la existencia de una literatura específica para obreros y el papel de la literatura como arma revolucionaria. Lenin desaprueba una literatura exclusivamente destinada a los obreros, que deben adquirir la cultura necesaria para leer e interpretar la literatura a secas, o literatura para todos. Entre 1908 y 1911 dedicó unos estudios a la obra de Tolstoi, defendiendo la obra de este escritor de gran autoridad popular con fines revolucionarios: considera su obra desde el punto de vista del realismo, como un espejo de la situación del campesinado en la revolución rusa de 1905. Es la misma idea de Engels cuando defendía el valor literario de Balzac en el sentido de que la obra realista es independiente de la ideología y los propósitos del autor (“las intenciones objetivas de los escritores no siempre corresponden a la significación objetiva de sus escritos”); para Lenin, Tolstoi ataca al capitalismo y facilita al pueblo un mejor conocimiento de sus enemigos sociales. Para él el mejor arte es el arte tradicional de tipo realista, en el que la literatura refleja y debe reflejar la realidad. Trotski, por su parte, aunque reconoce las aportaciones de los formalistas los ataca en Literatura y revolución, porque considera arrogante reducir el fenómeno poético a la forma, al considerar la literatura como parte del conjunto general de otras actividades sociales. Para Trotski el arte tiene su génesis en la sociedad y expresa una determinada concepción del mundo. Por tanto, si se admite que cada clase dominante crea su propia cultura, y, por otra parte, que con el triunfo del proletariado la sociedad se encamina hacia una sociedad sin clases, -el triunfo del proletariado implica la posibilidad de que aparezca y se desarrolle un arte y una literatura proletarios, – esta cultura nueva proletaria, como muestra la historia que ha ocurrido a todas las culturas anteriores, exige tiempo y alcanza su cumbre justo en el momento precedente a la decadencia política de esa clase, -en un periodo de tiempo breve, de unas pocas décadas, se fija el papel histórico del proletariado; ese período será de transición a una sociedad sin clases. Por tanto, la nueva cultura no será una cultura de clase, sino, simplemente, una cultura humana, luego “no sólo no hay una cultura proletaria, sino que nunca la habrá” (Sobre arte y cultura, 1971). Trotski no considera las ideas de Engels sobre la influencia de la ideología y la cultura (la superestructura) en la sociedad, y concibe la literatura como una mera superestructura. 2.2. Antonio Gramsci (1891-1937), comunista italiano encarcelado por Mussolini, escribió en fragmentos y cartas sus opiniones sobre la literatura. Cree que en la literatura se encuentran las actitudes del autor ante la realidad. Por otra parte, no encuentra una relación mecánica entre arte y política, sino que el literato tiene que representar “lo que hay” en un cierto momento, de personal, inconformista, ya que, aunque sus planteamientos son menos definidos que los del hombre político, su obra, si es auténtica, reflejará de manera realista aquello que hay en el entorno social. De otro lado, Gramsci admite la posibilidad de utilizar viejos métodos en una crítica literaria de carácter marxista. 2.3. Bertolt Brecht (1898-1956), fue un creador comprometido con la causa revolucionaria y, a la vez, cercano al marxismo más evolucionado de la escuela de Frankfurt (fue muy amigo de Walter Benjamin). Para él, la obra literaria no es autónoma en la línea de Adorno y Marcuse, sino que está conectada con la realidad histórica. La literatura es un arma fundamental en la lucha revolucionaria, en la praxis transformadora de la realidad. Por eso, la literatura debe ser realista en cuanto que motivada por la realidad. Para Brecht el realismo no supone una “fotografía” de la realidad, sino el ejercicio de una acción crítica que resulta decisiva sobre el entorno social. Además, en esa función crítica, hay que tener en cuenta también la forma, ya que “la descripción de un mundo en perpetua transformación exige sin cesar nuevos modos de expresión” (Les arts et la révolution, 1970) 2.4. Mao Tse-tung (1893-1976) intervino en el foro de Yenán sobre arte y literatura en 1942, donde reconoció el carácter instrumental del arte como mecanismo y arma de la revolución. Para él no existe el arte por el arte, ni un arte que esté por encima de las clases o al margen de la política o sea independiente de ella. Mao defiende dos principios para valorar la obra de arte: el artístico y el político, siendo el segundo el más importante ya que cuanto más reaccionario sea el contenido de una obra y más elevada sea su calidad artística, tanto más fácil es que envenene al pueblo y mayor razón existe para rechazarla (en lo que recuerda los planteamientos platónicos de la necesidad de la censura poética) 2.5. Jean-Paul Sartre (1905-1980) se plantea el papel que desempeña el artista en su existencia social, y enfoca el problema desde una perspectiva marxista. Su obra ¿Qué es literatura? (1948), está estructurada en tres partes que abordan tres cuestiones fundamentales: – “¿Qué es escribir?”, Sartre señala la diferencia entre el arte de la palabra (literatura) y las otras artes (pintura, escultura…), porque el escritor se las tiene que ver con la significación de las palabras, que no tienen los colores ni la piedra. Luego, Sartre distingue entre prosa, en que destaca el “imperio de los signos”, y poesía, que se halla más próxima a otras artes como la pintura desde el momento en que el poeta rehúsa utilizar el lenguaje y se refugia en una actitud poética “que considera las palabras como cosas y no como signos”. Así, al poeta no se le exige un compromiso, mientras que al ser utilitaria la prosa, el prosista toma partido: la palabra se convierte en acción. Escribir es descubrir un aspecto del mundo y, por tanto, cambiarlo. En la prosa es importante el estilo, pero lo es más el tema: la forma siempre queda supeditada al contenido. – “¿Por qué escribir?” Sartre dice que uno de los principales motivos de la creación artística es la necesidad de hacernos sentir esenciales con relación al mundo, donde lo importante es el lector. En la lectura se produce la síntesis de la percepción y de la creación, se escribe para llamar al lector de modo que este colabore en la existencia objetiva de la obra. – “¿Para quién escribir?” Según este autor, aunque en teoría el escritor escribe para toda la sociedad, como la sociedad está dividida en clases, el artista sólo se dirige a unos hombres. De ahí el papel ideológico de la literatura en una determinada sociedad. Y sólo en una sociedad utópica sin clases sería posible la toma de conciencia de la literatura sobre ella misma.