fallo sala 2 Drogas - Centro de Información Judicial

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Sala II- Causa n° 29.444 “Antola,
Néstor
Fabián
procesamiento
y
otros
con
s/
prisión
preventiva”
Juzg. Fed. n° 12, Sec. n° 24
Expte. n° 6501/2010/10
Reg. n° 32.002
USO OFICIAL
///////////////nos Aires,
7
de octubre de 2010.
VISTOS Y CONSIDERANDO:
I- Llegan las presentes actuaciones a conocimiento y decisión de
este Tribunal con motivo de los siguientes recursos de apelación interpuestos contra la
resolución que en copias se agregó a fs. 1/20 de esta incidencia:
- El Dr. Juan Martín Hermida, defensor oficial de Néstor Fabián
Antola, apeló el punto I en cuanto dispone el procesamiento del nombrado en orden a
los delitos de tenencia ilegítima de explosivos, tenencia ilegítima de arma de fuego de
uso civil y tenencia ilegítima de armas de guerra -todos en concurso real- (artículos 55
y 189 bis, apartado “1”, tercer párrafo y apartado “2”, primer y segundo párrafo del
Código Penal).
-el Dr. Daniel Castiñeiras, por la defensa de Víctor Oscar
Rodríguez, apeló el punto II en el que se procesó al nombrado en orden a los delitos de
tenencia de estupefacientes con fines de comercialización -agravada por haberse
servido de menores de dieciocho años y por haber intervenido en los hechos tres o más
personas organizadas para cometerlos- (artículos 5°, inciso “c” y 11, incisos “a” y “c”
de la ley 23.737), tenencia ilegítima de explosivos, tenencia ilegítima de arma de fuego
de uso civil y tenencia ilegítima de armas de guerra -todos en concurso real-.
-la Dra. Carla Yanina Bakay, defensora de Miguel Ángel Herrera y
de Luis Alberto Ramos Arbitres, recurrió los puntos III, IV y IX en los que se
ordenaron los procesamientos de los nombrados en orden a la calificación legal
mencionada en el párrafo que antecede y se trabó embargo sobre sus bienes hasta
cubrir la suma de seis mil pesos ($6.000).
-el Dr. Jorge A. Glauche, defensor de Antonio Gregorio Quintana
Vázquez, apeló el punto V en cuanto dispuso el procesamiento del nombrado en orden
al mismo encuadre jurídico.
- el Dr. Sergio Daniel Cortés, defensor de Emmanuel Sebastián
Lezcano, apeló el punto VII en cuanto procesó al nombrado en orden a los delitos de
tenencia de estupefacientes con fines de comercialización -agravada por haber
intervenido en los hechos tres o más personas organizadas para cometerlos-, tenencia
ilegítima de explosivos, tenencia ilegítima de arma de fuego de uso civil y tenencia
ilegítima de armas de guerra -todos en concurso real-.
- Asimismo, todos los letrados referidos recurrieron los puntos VI
y VIII en virtud de los cuales el juez a quo dispuso la prisión preventiva de sus
respectivos defendidos.
II- En primer lugar, se advierte que las argumentaciones que se
efectuaron atribuyendo falta de fundamentación suficiente a la resolución dictada por el
juez instructor se apoyan en consideraciones vinculadas a la interpretación de los
hechos y las pruebas de la causa, que serán analizadas como materia de agravio de los
recursos de apelación.
Tampoco habrán de tener acogida favorable los planteos de
nulidad introducidos por las defensas de Luis Alberto Ramos Albitres, Miguel Ángel
Herrera y Víctor Oscar Rodríguez, quienes cuestionaron la validez de lo actuado en la
causa por infracción al principio ne procedat iudex ex officio.
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Es que en el caso se procedió en los términos del artículo 186 del
Código Procesal Penal de la Nación (ver fs. 1,4, 5, 6, 9 y 10/1vta., todas del principal),
por lo que la intervención dada a fs. 8 al Sr. Fiscal resultó a todas luces superflua -en
tanto se contaba con la noticia sobre la investigación a partir del télex de fs. 2 ppal.- a
partir de lo cual la actuación prevencional llevada a cabo bajo la dirección del juez
deviene válida, máxime si se advierte además su convalidación por el Ministerio
Publico Fiscal a raíz de la notificación de fs. 11 ppal. y el posterior dictamen de fs.
171/2 ppal.
En consecuencia, no se verifica en el sub examine un perjuicio real
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que pueda conllevar a la sanción propiciada por los apelantes (ver en similar sentido
causa n° 22.740 “Herrera”, reg. n° 23.856, del 28/06/05 y causa n° 24.753 “Paesa
Sanchez”, reg. n° 26.487, del 6/3/07, entre otras).
III- Ya en el ámbito de los recursos de apelación propiamente
dichos, habrá de efectuarse un breve repaso de las constancias reunidas en el legajo con
el fin de lograr un adecuado orden expositivo.
La pesquisa tuvo su origen en la denuncia formulada vía telefónica
ante la Comisaría n° 19 de la Policía Federal Argentina con fecha 14 de mayo del
corriente año. En el acta labrada en esa dependencia, se consignó que “se recepciona
llamado (…) de una persona del sexo masculino quien no aportó dato filiatorio
alguno, refiriendo ser un vecino del barrio de Recoleta y que desde hace un tiempo
atrás, cada vez que pasa por la Plaza Monseñor de Andrea, que queda entre la Av.
Córdoba y las calles Anchorena, Cabrera y Jean Jaures de esta ciudad, puede
observar que en el lugar hay venta y consumo de estupefacientes, siendo el vendedor
una persona que podría llamarse Jorge y se apodaría Pipín…” (fs. 1 del legajo
principal).
Ante tales circunstancias, el Sr. Juez de grado dispuso la
producción de actividades investigativas tendientes a constatar los hechos denunciados.
Convocado a prestar declaración testimonial para deponer acerca de los datos
obtenidos en las primeras tareas, el Principal Diego Bravo manifestó que “el resultado
sería en principio positivo, resultando responsable de la venta de droga en la plaza
investigada un sujeto de nombre Néstor Fabían Antola. Asimismo, quien proveería la
sustancia estupefaciente al nombrado sería Víctor Oscar Rodríguez, propietario del
kiosco ubicado en la calle Jean Jaures número 1017 de esta ciudad, que se encuentra
emplazado directamente frente a la plaza de mención” (fs. 13/vta. ppal.).
En apoyo de tal conclusión, se aportaron sendos informes
confeccionados a partir de las observaciones realizadas en las inmediaciones de la
plaza aludida, de los que surge que “en cuanto al modus operandi de ambos, el primero
[Rodríguez] recibiría a sus clientes directamente dentro del local. Respecto del
segundo [Antola] al contactar un comprador, este ´NESTOR´ le manifestaría al cliente
que aguarde unos minutos en la plaza ya que la tiene que ir a retirar a otro lugar. Una
vez que el cliente abona la suma de dinero acordada, el mismo da una vuelta a la
manzana para no llamar la atención, pasa por el kiosco, toma el pedido y regresa
nuevamente a la plaza transcurrido[s] unos minutos para luego entregar la sustancia”
(fs. 18/9 y en el mismo sentido fs. 23/30, todas del ppal.).
Particularmente, en una de aquellas oportunidades -4 de junio del
corriente año-, visualizaron “que (…) Rodríguez se encontraba dentro del local
atendiendo al público (…) Siendo las 21.15 horas aproximadamente ingresó al kiosco
Néstor Fabián Antola (…). Luego de conversar algunas palabras se pudo ver como
´VITIN´ o ´EL INDIO´ sale detrás del mostrador y se deplaza hasta el exhibidor de
papas fritas, donde coloca ambas manos entre los paquetes de dicho producto
comestible, tomando un envoltorio muy pequeño similar al utilizado para introducir
sustancias tóxicas y se la entrega al nombrado Antola, quien la recibe (…) para luego
desplazarse hacia el interior de la Plaza (…) donde a su vez se la entrega a otro
joven…” (fs. 31/6 y 64/74 ppal.).
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Dos días después, que “se detuvo frente al local una moto mediana
color azul de la que descendió un tripulante de sexo masculino (…) quien ingresó al
comercio, tomó unas bebidas de una de las heladeras allí existentes para luego
dirigirse hacia la trastienda del local junto a Rodríguez. Luego de unos instantes dicho
masculino abordó la moto y se retiró por Jean Jaures hacia Córdoba (…) Comienzan
a seguir a dicho masculino (…) dejaron que circule casi hasta Córdoba y Gallo de esta
Ciudad, siendo interceptado frente al número 3189 de la primer arteria aludida”.
Ante tales circunstancias, se requisó a quien resultó ser Pablo
Nelson Núñez Noguera, secuestrándosele tres envoltorios de nylon verde que contenían
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clorhidrato de cocaína (fs. 40/8 y 78, todas del ppal.).
Posteriormente, en virtud de las prórrogas ordenadas para
identificar los lugares donde se podría estar almacenando la sustancia estupefaciente,
se pudo determinar que “podrían llegar a proceder de una finca tomada ubicada sobre
el pasaje Carlos Gardel entre Jean Jaures y Anchorena de esta ciudad, información
esta que surgió de los mismos comentarios que se pudieron recabar en dicha plaza,
sumado a que en dos oportunidades se lo vio al nombrado Antola desplazarse por Jean
Jaures hasta el pasaje Carlos Gardel (…) donde tomó contacto con personas del sexo
masculino que salían de una vivienda de tres plantas” (fs. 106/11 ppal.).
En cuanto a este último inmueble, los preventores entendieron que
“claramente allí se comercializarían sustancias en infracción a la ley 23.737, ya que el
ingreso y egreso de personas de distintos sexos y edades era por la noche casi en
forma permanente, actividad esta que se desarrollaba hasta altas horas de la
madrugada, lográndose advertir que por (…) las diversas formas en que consumían
las sustancias adquiridas allí, ya que en algunos casos los posibles compradores se
retiraban del lugar y en otros las consumían allí”.
Agregaron que “se pudo apreciar que en la terraza del inmueble
se hallaba una persona del sexo masculino (…) quien munido de un equipo telefónico
al parecer NEXTEL monitoreaba en forma permanente lo que ocurría en la vía
pública…” y que“…También se observó que detrás de la puerta de ingreso al
inmueble se ubica en forma permanente otra persona del sexo masculino (…). Este
último sería quien se encargaría de abrir y cerrar la puerta de la vivienda, y al
parecer le abriría a aquellas personas que golpean de una determinada manera, como
ser dos o tres golpes como si fuera una contraseña” (fs. 114/9 ppal.).
A su vez, los funcionarios policiales detectaron la constante
ocurrencia -en las inmediaciones de la finca- de hechos compatibles con los de
“pasamanos” de estupefacientes, destacando que de acuerdo a las averiguaciones
realizadas, los encargados de dichas maniobras serían dos individuos identificados
como “Iván” y “Chavo” (fs. 114/9, 123/5, 127/8, 130/1, 133/40, 143/9, 151/5 y 157,
todas del ppal.).
Cabe mencionar -especialmente- que el día 15 de junio de este
año, en el marco de las tareas de vigilancia, se observó a Néstor Fabián Antola
dirigiéndose hacia la mencionada vivienda, “donde se contactó con un masculino (…)
con quien entabló una conversación frente a la puerta (…) para luego ingresar u
retirarse transcurridos unos dos minutos. Acto seguido caminó por el pasaje C. Gardel
hasta Jean Jaures, tomando esta última hasta el kiosco de Rodríguez, donde al arribar
ingresó al mismo (…) y se retiró nuevamente hacia el interior de la plaza” (fs. 120/1
ppal.).
En otra ocasión, “se entrevistó en la esquina de Jean Jaures y Pje.
Carlos Gardel con una persona del sexo masculino a quien ANTOLA le habría
entregado dinero. Acto seguido el masculino que recibió el dinero se dirigió hasta la
puerta de la vivienda investigada, se entrevistó con el sujeto conocido como ´IVÁN´ y
luego se acercó nuevamente hasta donde se encontraba ANTOLA, entregándole algún
elemento que muy bien no se pudo precisar de que se trataba, pero cree que era algún
envoltorio conteniendo sustancias prohibidas” (fs. 123/4, 131, 133/40, todas del ppal.).
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A la vista de los datos reunidos, el magistrado instructor ordenó
los allanamientos del comercio emplazado en la calle Jean Jaures 1017 y del inmueble
ubicado sobre el pasaje Carlos Gardel entre las calles Jean Jaures y Anchorena de esta
ciudad, para ser llevados a cabo entre las 20:00 horas del 29 de junio y las 03:00 horas
del día siguiente (fs. 173/7 ppal.).
Como consecuencia de ellos, se lograron las detenciones de
Miguel Ángel Herrera, Antonio Gregorio Quintana Vázquez, Emmanuel Sebastián
Lezcano, Luis Alberto Ramos Albitres, Victor Oscar Rodríguez y Néstor Fabián
Antola (fs. 187/9, 191/3, 196/200, 220/6, 268/70, 302/4, 392/8, todas del ppal.).
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Llegado a este punto, cabe adelantar que todo lo relatado describe
un cuadro probatorio unívoco que conduce a tener por acreditado con el grado de
provisoriedad requerido a esta altura que los encausados obraban organizadamente para
la puesta en venta de estupefacientes en los términos de los incisos “c” y “a” del
artículo 11 de la ley 23.737 –este último por cuanto el grupo era conformado por
Emmanuel Lezcano, menor de dieciocho años al momento de los hechos-.
En tal sentido y como puede desprenderse de lo dicho hasta aquí,
lo obtenido en las tareas investigativas da cuenta de la connivencia existente entre
Víctor Oscar Rodríguez y Néstor Fabián Antola y la de estos con los procesados que,
como se estudiará en el considerando siguiente, se encargaban de llevar a cabo también de acuerdo a una ordenación de funciones- aquél accionar ilícito en la finca
sita en el pasaje Carlos Gardel de esta ciudad.
Así las cosas, cabe recordar que esta Sala ha afirmado que dados
los diferentes roles que pueden llegar a cumplir los involucrados en casos como el que
nos ocupa, a efectos de responsabilizarlos por sus respectivas participaciones no es
indispensable que se los individualice ejecutando personalmente un acto de comercio o
incluso con droga en su poder -extremo que sí sucedió en el presente- pues ellos
pueden ejercer diversas actividades, todas ellas fundamentales para la concreción de las
operaciones (ver causa n° 27.589 “Huayta Quispe”, reg. n° 29.656 del 25/3/09).
Sin embargo, en atención a la forma en que fueron descriptos los
hechos atribuidos a los encartados al formular sus descargos (fs. 320/3, 325/8, 330/3,
334/8, 339/43 y 345/50, todas del ppal.) corresponde analizar pormenorizadamente los
restantes resultados de los registros practicados en la causa previo a definir sus
situaciones procesales.
IV- a) En el kiosco de la calle Jean Jaures n° 1017 fue incautado
un total de aproximadamente 290 gramos de una sustancia que contenía clorhidrato de
cocaína, distribuida en un envoltorio de nylon negro sujeto con una banda elástica y
cuarenta y nueve de nylon verde; un revolver calibre 32 apto para el disparo y
denunciado como robado; la suma de $5.600 en billetes de distintas denominaciones
que se encontraban algunos sobre un cajón de cerveza y otros dentro de un artefacto
comúnmente utilizado para la cocción de salchichas; y una balanza de plástico.
Asimismo, se halló dentro de un caño de desague pluvial ubicado
en las adyacencias del kiosco una bolsa de nylon blanca que contenía once envoltorios
de nylon verde con cocaína. También, tres envoltorios similares fueron habidos en
poder de Néstor Antola al ser requisado, y uno en el limpiaparabrisas de un automóvil
perteneciente a Rodríguez estacionado frente al local (fs. 191/3, 196/8, 268/70,304 y
402, todas del ppal.).
b) En las distintas habitaciones del inmueble ubicado en el pasaje
Carlos Gardel de esta ciudad, se secuestraron los siguientes elementos (fs. 219/22,
228/35, 268/70, 304, 376 y 402, todas del ppal.):
-En la identificada con el número 201 (segundo piso), donde
residía Miguel Ángel Herrera: 31 envoltorios de nylon con cocaína (306,737 gramos),
2 trozos en forma de “panes” de marihuana compactada y una bolsa roja con la misma
sustancia (2.054,5 grs.), un envoltorio con hojas de la planta vulgarmente denominada
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“coca” (74,67 grs.), dos balanzas electrónicas, la suma de $2.100 en billetes de
diversas denominaciones, 32 botellas -algunas con etiquetas que rezaban “ácido
clorhídrico” y “oil para cabello gessika” y 3 celulares, entre otras cosas.
- En el interior de la n° 208 (segundo piso), en la que moraba Luis
Alberto Ramos Albitres: 25 envoltorios de nylon con cocaína (70,9 grs.), trozos de
nylon que según los preventores “comúnmente se utilizan para confeccionar
envoltorios o ´bochitas”, un rallador, un colador, una cuchara con restos de polvo
blanco y 4 celulares.
- En la n° 213 (segundo piso): Dentro de un placard un chaleco
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anti-balas “similar a los utilizados por la Policía de Buenos Aires, una pistola calibre 9
milímetros apta para el disparo y con 11 cartuchos colocados, y una granada de mano;
debajo de una cama 65 envoltorios de nylon con cocaína (7,106 grs.); y próximos a la
puerta de entrada un trozo de marihuana compactada con 10 centímetros de diámetro y
31 envoltorios con la misma sustancia ya fraccionada (en total 351,245 grs.).
- n° 117 (primer piso): 18 envoltorios en papel revista con cocaína
(1,83 grs.) y trozos de “la misma revista al parecer utilizada para el armado de los
denominados ´papelitos´ de cocaína”.
Con respecto a las dos ultimas habitaciones mencionadas y a raíz
de lo planteado por las defensas de Emmanuel Lezcano y de Antonio Gregorio
Quintana Vázquez, ha de destacarse que existen elementos que alcanzan para afirmar
que se domiciliaban –respectivamente- en la n° 213 y la n° 117, puesto que tales
circunstancias les fueron comunicadas a los funcionarios policiales por vecinos del
edificio y que ambos indicaron vivir en ellas al momento de ser aprehendidos. En el
caso de Lezcano, a lo anterior se agrega que adentro de la pieza fue hallada su cédula
de identidad y que su pareja Antonella Ortíz informó en sede policial que “su novio
vive en el mismo domicilio que ella, con diferente número de habitación, siendo esta la
213” (fs. 219/22, 256, 367/9, todas del ppal.).
Precisado lo anterior, cabe señalar que Luis Alberto Ramos
Albitres fue detenido tras ser identificado como el individuo apodado “chavo”, uno de
los responsables de la presunta comercialización de estupefacientes en el lugar,
mientras que Antonio Quintana Vázquez, como el que había sido observado en la
terraza del inmueble vigilando todo lo que ocurría en la puerta (ver supra,
Considerando III y fs. 219/22 y 367/9, todas del ppal.).
Además, en el marco de las medidas de vigilancia los preventores
habían destacado que “el movimiento en el lugar se desarrollaba tanto en la puerta
como en las habitaciones ubicadas en el piso 2°, al frente, ya que por las tres ventanas
que daban al pasaje, las que siempre se hallaban con las luces encendidas se podía ver
claramente que en su interior había movimiento de personas que entraban y salían
casi en forma constante” y que al llevar a cabo el allanamiento se dirigieron
directamente hacia esas habitaciones, “ya que según surgía de las averiguaciones
previas (…) allí se almacenarían las sustancias prohibidas” (fs. 106/7 y 219/22, todas
del ppal.).
Con relación a ello, el principal Diego Bravo precisó que al
efectuar esas actividades investigativas “el mayor movimiento fue observado en las
habitaciones del segundo piso que tienen su ventana al frente (…) como también una
de las habitaciones del segundo piso cuya entrada se ubica al finalizar el pasillo
central, alejándose del frente, en esa misma planta. Sin embargo, se observó a la
distancia que las personas involucradas se mueven libremente entrando y saliendo de
otras habitaciones de ese y los demás pisos, incluso la planta baja…” (fs. 168 ppal.).
c) A partir de lo desarrollado, a lo que debe adunarse el hecho de
haberse hallado una considerable cantidad de distintos tipos de material estupefaciente
en -también diversas- formas de acondicionamiento, así como de variados elementos
necesarios para su preparación y fraccionamiento y otros vinculados con su posible
destino de tráfico en el interior de las cuatro habitaciones referidas, es dable aseverar a
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esta altura que Luis Alberto Ramos Albitres, Antonio Gregorio Quintana Vázquez,
Miguel Ángel Herrera y Emmanuel Sebastián Lezcano disponían conjuntamente de
dichas sustancias.
En cambio, advirtiéndose –por un lado- que durante el devenir de
la pesquisa en ningún momento se observó por parte de ninguno de los encausados la
utilización de armas de fuego para posibilitar o facilitar la concreción de las actividades
ilícitas y, por otro, los lugares concretos donde fueron habidas la pistola 9 mm y la
granada en la habitación de Lezcano, corresponde que la tenencia de esos objetos le sea
endilgada únicamente a este y no a los restantes moradores de la finca del pasaje Carlos
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Gardel de esta ciudad.
De otra parte, en torno a la tenencia que se les atribuyó a todos los
domiciliados en este último inmueble de las drogas y el arma incautados en el kiosco
que pertenecía a Víctor Oscar Rodríguez, ante la ausencia de un análisis comparativo
entre los estupefacientes encontrados en uno y otro inmueble, los ya reseñados
resultados de las tareas de inteligencia no revisten entidad suficiente como para
sostener que Ramos Albitres, Quintana Vázquez, Herrera y Lezcano tuvieron en sus
esferas de custodia lo habido en poder de Rodríguez, ni -a la inversa- que este último
haya podido disponer de lo que tenían los primeros.
Consecuentemente, habrán de confirmarse los procesamientos de
Luis Alberto Ramos Albitres, Antonio Gregorio Quintana Vázquez, Miguel Ángel
Herrera y Emmanuel Sebastián Lezcano, con la salvedad efectuada en el párrafo que
antecede y en orden al delito de tenencia de estupefacientes con fines de
comercialización agravado en virtud de lo previsto por el artículo 11, incisos “a” y “c”
de la ley 23.737, en el caso del último nombrado sin la aplicación de la agravante del
mencionado inciso “a” y en concurso real con los delitos de tenencia ilegítima de
explosivos y de arma de guerra (art. 189 bis, apartado “2”, primer y segundo párrafo
del Código Penal).
En lo atinente a Victor Oscar Rodríguez y Néstor Fabián
Antola, las averiguaciones realizadas en la causa -como se expuso en el anterior
considerando- muestran que este último colaboraba con el primero en la venta al
menudeo de estupefacientes en las inmediaciones de la plaza Monseñor de Andrea de
esta ciudad, lo que fue después corroborado con el secuestro en su poder de envoltorios
similares a los encontrados dentro del comercio de Rodríguez y luego de haber sido
observado contactando posibles adquirientes.
Desde tal panorama, las pruebas reunidas más bien indican que se
desempeñaba a las órdenes del propietario del kiosco, lo que impide suponer que,
tuviera -conjuntamente con éste- señorío sobre las sustancias ilegales y el arma allí
incautados, y conlleva a avalar el reproche que se le formuló únicamente en cuanto a la
droga hallada al requisarlo.
Por ello, serán confirmados los procesamientos de Néstor Fabián
Antola y Víctor Oscar Rodríguez, con las salvedades efectuadas a lo largo de este
apartado y con relación al delito de tenencia de estupefacientes con fines de
comercialización agravado en virtud de lo previsto por el artículo 11, incisos “a” y “c”
de la ley 23.737, en el caso del último nombrado en concurso real con el de tenencia
ilegítima de arma de fuego de uso civil (art. 189 bis, apartado 2° del C.P.).
V- Por otra parte, la restricción cautelar de la libertad de los
procesados luce ajustada a las pautas que rigen su aplicación y por ende será
homologada (arts. 312 y 319 C.P.P.N.).
Como primer punto, cabe tener en cuenta la amenaza de pena que
se cierne sobre ellos en función de los delitos que se le endilgan, pues ello constituye
un factor importante para discernir el riesgo procesal que se presenta en su caso (ver de
esta Sala, causa n° 27.501 “Lerch”, reg. n° 29.376 del 29/12/08, causa n° 27.594
“Larrosa Chiazzaro” reg. n° 29.654 del 23/3/09 y causa n° 27.740 “Cullari”, reg. n°
29.705 del 1/4/09, entre otras).
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Pero además, como se sostuvo al confirmar la denegatoria de la
excarcelación solicitada a favor de Víctor Oscar Rodríguez (reg. n° 31.724 del
29/07/10), las características propias de los eventos investigados sugieren la
concurrencia de un ostensible peligro de fuga y entorpecimiento de la pesquisa en los
términos de la última norma citada.
En ese sentido, debe considerarse el grado de organización y
coordinación entre los involucrados, algunos de los cuales todavía no pudieron ser
localizados y respecto a quienes se ha dispuesto profundizar la instrucción, los medios
económicos con que contarían producto del accionar desplegado -conforme surge del
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resultado de los allanamientos- y las demás circunstancias constatadas durante los
procedimientos, tales como el secuestro de armas de fuego, granadas y un chaleco antibalas en poder de algunos de ellos.
También debe valorarse que los testimonios vertidos por los
funcionarios policiales en el marco de las tareas investigativas, dan cuenta de la
conformación de un operativo de seguridad tendiente a asegurar la concreción de las
actividades ilícitas -ver lo expuesto en el Considerando III de la presente-.
Asimismo, en el caso de Emmanuel Lezcano –quien adquirió la
mayoría de edad el 5 de julio del corriente año- refuerza tales conclusiones el hecho de
que no se ha logrado constatar fehacientemente su domicilio debido a las imprecisiones
en que incurrió para indicarlo –fs. 219/22, 225, 254/6 y 298, todas del ppal.- (ver de
esta Sala, causa n° 28.525 “Saciga Salas”, reg. n° 30.692 del 24/11/09 y causa n°
28.343 “Aguilera Montiel”, reg. n° 30.476 del 8/10/09; entre otras).
En el de Antonio Quintana Vázquez y Luis Alberto Ramos
Albitres, que ambos poseían pedido de paradero a requerimiento de la Dirección
Nacional de Migraciones con el fin de regularizar su situación migratoria (fs. 237 y
239, ambas del ppal.) y la actitud asumida por el último mencionado en los momentos
previos a ser aprehendido, cuando intentó sustraerse del accionar policial (fs. 187/9,
219/22, y 367/9, todas del ppal.).
Y para finalizar, en el de Néstor Antola y Víctor Rodríguez, no ha
de soslayarse que de acuerdo a lo relatado por los preventores que llevaron a cabo el
procedimiento que culminó con sus detenciones, habrían intentaron descartarse de
algunos de los elementos probatorios que constituyen el cuerpo de los delitos que aquí
se les reprochan provisoriamente.
VI- Por último, en torno a los embargos trabados en autos, dada la
escala de la pena pecuniaria que prevé el delito por el que se encuentran procesados los
encausados así como las características de los sucesos endilgados y las demás
constancias de la causa –particularmente el dinero secuestrado en su poder-, el monto
fijado luce ajustado a las pautas previstas en el artículo 518 del Código Procesal Penal
de la Nación.
Por lo expuesto, este Tribunal RESUELVE:
I- NO HACER LUGAR a los planteos de nulidad introducidos
por los defensores de los imputados.
II- CONFIRMAR los procesamientos de Miguel Ángel Herrera,
Luis Alberto Ramos Albitres y Antonio Gregorio Quintana Vázquez en orden al delito
de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización agravado en virtud de lo
previsto por el artículo 11, incisos “a” y “c” de la ley 23.737, con las salvedades
formuladas en el Considerando IV, apartado c) de la presente.
III- CONFIRMAR el procesamiento de Emmanuel Sebastián
Lezcano en orden a los delitos de tenencia de estupefacientes con fines de
comercialización -agravada por haber intervenido en los hechos tres o más personas
organizadas para cometerlos-, tenencia ilegítima de explosivos y de armas de guerra todos en concurso real-, y con las salvedades formuladas en el Considerando IV,
apartado c) de la presente.
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IV- CONFIRMAR el procesamiento de Víctor Oscar Rodríguez
en orden a los delitos de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización
agravado en virtud de lo previsto por el artículo 11, incisos “a” y “c” de la ley 23.737 y
tenencia ilegítima de arma de fuego de uso civil -ambos en concurso real-, con las
salvedades formuladas en el Considerando IV, apartado c) de la presente.
V- CONFIRMAR el procesamiento de Néstor Fabián Antola en
orden al delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización agravado
en virtud de lo previsto por el artículo 11, incisos “a” y “c” de la ley 23.737, y con las
salvedades formuladas en el Considerando IV, apartado c) de la presente.
USO OFICIAL
VI- CONFIRMAR las prisiones preventivas dictadas respecto de
todos los procesados mencionados.
VII- CONFIRMAR el monto de los embargos trabados sobre los
bienes de los encartados.
Regístrese, hágase saber al Sr. Fiscal General y remítase a la
anterior instancia, donde deberán efectuarse las restantes notificaciones a que hubiera
lugar.
Fdo.: Horacio Rolando Cattani. Martín Irurzun.
Nota: El Dr. Farah no firma la presente por hallarse en uso de licencia.
Ante mí: Pablo J. Herbon. Secretario de Cámara.
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