La Ley de ciencia, tecnología e innovación

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Rev. Tecnol. • Vol. 10 No. 2 - Á. Araujo A.
La Ley de ciencia, tecnología e innovación: Un necesario cambio de énfasis y estrategia. p. 99-104
La Ley de ciencia, tecnología e innovación:
Un necesario cambio de énfasis y estrategia
The science, technology and innovation law:
A necessary change in emphasis and strategy
Álvaro Araujo Arizala1
Resumen
Abstract
Este artículo presenta el estado actual del cambio en Colombia
como resultado de la modificación legislativa en ciencia,
tecnología e innovación (Ley 1286, 2009). Se señala como
disyuntiva del país la creación de conocimiento para afrontar las
situaciones locales apremiantes o dirigir la investigación como
generación de conocimiento para otras latitudes o para atender
requerimientos extranjeros. Claramente, se recomienda la
primera alternativa, con lo cual es posible esperar que haya
desarrollo económico (no sólo crecimiento económico) y se
presentan las cuatro actividades de la variable conocimiento que
debe impulsar la universidad colombiana para coadyuvar a los
demás agentes económicos para la creación de un entorno
propicio al desarrollo.
This paper introduces the current state of the change in
Colombia as a result of the legislative modification in science,
technology and innovation (Ley 1286, 2009). Creation of
knowledge to confront local urgent situations or conduct
research to solve problems in other countries or foreign
requirements is identified as a dilemma of Colombia.
Explicitly, the first alternative is recommended in order to
generate economic development (not just economic growth)
and four activities of the knowledge variable are introduced
as activities that universities should perform to contribute
the remaining economic agents to create an adequate
environment to accomplish economic development.
Palabras clave: Desarrollo económico, gestión tecnológica,
innovación tecnológica.
Keywords: Economic development,
management, technological innovation.
technology
Recibido: Agosto 12, 2011. Aceptado: Septiembre 8, 2011
Artículo de Reflexión no derivado de investigación.
El autor declara no tener conflictos de interés.
Consultor de TECNOS - Fundación Andina para el Desarrollo Tecnológico y Social.
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I. INTRODUCCIÓN
La puesta en marcha de la nueva ley de ciencia, tecnología e
innovación a inicios de 2009 (Ley 1286 [1]), es portadora
de un mensaje de gran importancia para el país, para el sector
empresarial y para la comunidad científica y tecnológica: hay
que cambiar.
No obstante, a casi tres años de su divulgación, tan sólo dos
cambios pueden percibirse, primero, la transformación de
Colciencias de Instituto a Departamento Administrativo, lo
cual trajo consigo algunas variaciones en las acciones y
representatividad ante el gabinete ministerial y, segundo, de
carácter más reciente, la creación del "Programa Alejandro
López" con el propósito de estimular a las empresas para
vincular doctores con la finalidad de crear y fortalecer
capacidades de investigación, desarrollo e innovación de las
empresas huéspedes [2].
Todos los esfuerzos que ha hecho Colciencias desde su
creación en 1968, batallando sola durante cuarenta y cuatro
años, ante un país en donde el factor conocimiento no es
reconocido, sino como un factor marginal que ayuda a mantener
el estatus de país moderno, en donde la ciencia la tecnología y
la innovación son sólo importantes a nivel teórico, en donde
los esfuerzos de inversión en el desarrollo de proyectos y
programas de investigación, así como en la formación de
recursos humanos de alto nivel, también son marginales,
requiere un cambio de énfasis urgente, radical y estructural.
Los próximos años no pueden ser más de lo mismo, es
determinante encontrar una estrategia que revele el
verdadero papel que puede desempeñar la variable
conocimiento para que, efectivamente, pueda aportar al
desarrollo económico y social de la nación. Es muy
importante que la política de ciencia y tecnología e innovación
que se diseñe a partir de la nueva ley [1] esté en capacidad
de llegar a los líderes de la nación que toman decisiones de
política económica y social, para que, dentro de una estrategia
integral, reconozcan el valor singular que tiene el manejo
adecuado de la tecnología como el instrumento más
importante para el desarrollo, la cual por sus características
es menos costosa que la inversión que se hace en cualquier
otro factor de producción, pues se hace fundamentalmente,
a partir de la utilización inteligente de recurso humano, factor
que explica el origen y el destino de cualquier sociedad.
La comunidad científica y el país tienen que decidirse a
enfrentar el dilema, si van a continuar apoyando la supuesta
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creación de nuevo conocimiento a nivel universal para
empujar fronteras a las cuales es muy difícil acceder, por las
propias características de nuestros desarrollo científico y
tecnológico, incipiente y marginal o nos decidimos a
reconocer que lo que necesitamos es, a partir del
conocimiento que está disponible en el mundo, atacar
nuestros problemas locales y regionales, mediante la
formación de un recurso humano del más alto nivel posible,
que esté en capacidad de agregar valor conocimiento a
nuestras industrias, que lo requieren para salir al exterior; a
los productos naturales, que hemos exportado en bruto para
que otros los transformen y a los servicios que prestamos
sin los estándares internacionales requeridos. Ya habrá tiempo
y recursos, más adelante, para empujar fronteras universales,
ampliar nuestra capacidad de producir ciencia de alto nivel,
por ahora, tenemos que definir prioridades e intervenir en
lo que es crítico y urgente para nuestra sociedad.
I. LA
CIENCIA, LA TECNOL
OGÍA Y LA INNO
VACIÓN
TECNOLOGÍA
INNOV
AS
NO FUNCIONAN AISLAD
AISLADAS
El desarrollo de la variable conocimiento, per se, no tiene
sentido, su valor radica en que debe estar al servicio de los
sectores productivos, al servicio de la industrialización, del
crecimiento y desarrollo de la agroindustria y del apoyo a
los servicios; por lo tanto, si no tenemos políticas integrales
que promuevan la expansión de dichos sectores el aporte
del conocimiento al desarrollo económico y social se queda
en algunos casos exitosos, como la excepción a la regla, en
otros: en especulaciones teóricas, alejadas de la realidad, sin
objetivos concretos con quién y para quién trabajar.
Al país le están haciendo falta estrategias integrales de
desarrollo, de mediano y largo plazo, que permitan visualizar
con claridad en qué forma interviene la variable conocimiento
en el proceso de transformación de nuestro aparato
productivo y de servicios; las universidades, los centros de
investigación, los empresarios, las instituciones cooperativas,
el SENA, los centros de desarrollo tecnológico e innovación
deben saber hacia dónde se dirige el crecimiento y desarrollo
de los diferentes sectores: industriales, agroindustriales y de
servicios; esto es lo hoy llaman locomotoras del desarrollo;
pero alguien tiene que indicar cuál es la autopista en la que
nos vamos a mover hacia el logro de objetivos concretos de
producción y de exportaciones, la sola señal del mercado
no es suficiente, menos aun en los tiempos de crisis que
estamos viviendo, en donde el papel del Estado cada día se
hace más importante y crucial en el direccionamiento de la
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inversión, esa es la señal que requieren las instituciones y el
talento humano que trabaja en el desarrollo de la variable
conocimiento.
II. EL
PAPEL DE
EST
ADO: D ETERMINANTE
STADO
E INDISPENSABLE
La nueva ley de ciencia y tecnología [1] plantea como objetivo
general: "fortalecer el Sistema Nacional de Ciencia y tecnología
y a Colciencias para lograr un modelo productivo sustentado
en la ciencia, la tecnología y la innovación, para darle valor
agregado a los productos y servicios de nuestra economía y
propiciar el desarrollo productivo y una nueva industria
nacional". Es claro, entonces, que ese objetivo sólo es posible
conseguirlo si el Estado asume el papel determinante de
imponer disciplina y propiciar su intervención en los
diferentes sectores económicos y sociales de nuestra
sociedad; con una visión de largo plazo, con una estrategia
de inclusión de todos los actores del sistema productivo,
reconociendo el alto grado que la intervención estatal debe
hacer, en algunas ocasiones, inclusive, estar dispuesto a
distorsionar los precios relativos con el fin de sobreponerse
a la desventaja que implica el ser atrasado; por lo tanto, debe
estar dispuesto a conceder subsidios a ciertas industrias para
estimular su crecimiento y su papel en las exportaciones;
desde luego, fijando estrictos estándares de desempeño a
cambio de dichos subsidios y prebendas.
III. EL
PAPEL DE LA UNIVERSID
AD:
UNIVERSIDAD
C REA
TIV
O
REATIV
TIVO
Y FORMADOR
Los vientos de cambio que trae la nueva ley [1], también
tienen que llegar a las instituciones de educación superior, el
abanico de posibilidades de trabajar en las actividades
científicas y tecnológicas es muy amplio, se requiere que la
universidad colombiana reconozca que son cuatro las
actividades de la variable conocimiento que debe impulsar
simultáneamente.
A. Investigación científica y tecnológica
La investigación científica y tecnológica en sus modalidades
de: básica, aplicada y desarrollo experimental, debe ser
reconocida explícitamente y se le debe asignar los recursos
necesarios para su desarrollo de acuerdo con las posibilidades
reales de producir resultados concretos que tengan impacto
directo en la sociedad o en su aparato productivo; la
comunidad científica y tecnológica debe ser lo
suficientemente lúcida y honesta para reconocer en qué
campos puede, verdaderamente, dadas nuestras
características, empujar fronteras de conocimiento universal,
o por el contrario tiene que reconocer que lo principal de
su acerbo de conocimiento lo debe dedicar a resolver
problemas locales, o regionales, suficientemente
diagnosticados, que le permitan aportar a la soluciones que
requiere el aparato productivo en aquellos sectores en donde
las ventajas comparativas o nuestra tradición así lo indican.
El desarrollo experimental o la invención está íntimamente
ligado a la innovación, por esta razón la comunidad científica
y tecnológica debe encontrar nuevas metodologías y nuevas
estrategias que le permitan disponer del recurso humano
suficientemente entrenado para detectar cuáles son los
métodos que le permiten llegar al mercado, nacional o
internacional, con el desarrollo de productos novedosos que
le agreguen valor a nuestros productos naturales y/o materias
primas que, tradicionalmente, hemos exportado en bruto.
B. FFormación
ormación de recurso humano de alto nivel
La formación del recurso humano de alto nivel debe hacerse
obedeciendo a estrategias que tengan en cuenta los planes
integrales de desarrollo del país; la nueva ley [1] plantea como
un objetivo específico: "fortalecer la incidencia del Sistema
Nacional de Ciencia Tecnología e Innovación - SNCTI- en el
entorno social y económico, regional e internacional, para
desarrollar los sectores productivo, económico, social y
ambiental de Colombia, a través de la formación de ciudadanos
integrales, creativos, críticos, proactivos e innovadores, capaces
de tomar decisiones trascendentales que promuevan el
emprendimiento y la creación de empresas y que influyan
constructivamente en el desarrollo económico, cultural y social".
Como esta es una ley general, abarca todo lo deseable; pero
esto debe traducirse en estrategias concretas, precisas; no
es posible seg1uir formando doctores con la carga emocional
y financiera que esto significa para que luego nadie los emplee
en su justa valía y utilidad; la estrategia debe decir; requerimos
ingenieros relacionados con la producción, en sectores
específicos del sector industrial; en sectores específicos de
la agroindustria, en sectores específicos de los servicios, por
ejemplo [4]. La nueva ley [1] establece que subvencionará
con veinte (20) salarios mínimos mensuales legales vigentes
el salario de los doctores vinculados a las empresas que
decidan acudir a la convocatoria de Colciencias [2], con la
obligación de que esas organizaciones que reciban a los
doctores cumplan con el pago de las prestaciones sociales
de ese sueldo. Con un estado de cosas en la que existen
empresas que "subfacturan" el salario de los empleados con
la excusa de disminuir sus cargas por las obligaciones
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parafiscales que deben efectuarse, con unas empresas en las
que aún se considera que la inspiración, la tradición o la
herencia es la directriz para gerenciar las empresas, con un
entorno en el que los medios de comunicación propician la
creencia de que la administración se aprende por imitación
con base en escuchar los foros y conferencias de "expertos"
extranjeros, muchas de ellas descontextualizadas de la
realidad nacional, ¿cuántas de las empresas que atiendan la
convocatoria [2] comprenderán a conciencia la oportunidad
de generar ventaja competitiva que está brindando
Colciencias?
El problema del aprendizaje también debe examinarse en su
justa dimensión: los éxitos de los países denominados de
"industrialización tardía", en sus primeras etapas, según Alice
Amsden [3], tuvieron en común un proceso de
industrialización sobre la base del aprendizaje; tomaron en
préstamo tecnología extranjera en lugar de generar nuevos
productos o procesos que fue la característica común de los
países de industrialización temprana; bajos salarios en vez
de ventajas tecnológicas, luego, la nueva política de desarrollo
industrial, agropecuario y de servicios debe tener muy en
cuenta, a esta altura de la revolución tecnológica, cual camino
es nuestra mejor opción; una de las dos o una combinación
de ambas, aportando parámetros precisos que la delimiten,
de esa forma las instituciones de educación superior tendrán
un objetivo a dónde dirigirse y así podrán aportar,
eficientemente, al desarrollo de la nación.
C. Extensión y difusión del conocimiento
Las actividades de extensión y difusión del conocimiento
han tenido un desarrollo muy lento y precario y en un alto
grado academicista; las comunidades de investigadores,
ingenieros de planta y procesos, deben contar con un recurso
humano especializado que sea capaz de difundir, adaptar y
transferir el conocimiento que está disponible, en el entorno
mundial, a aquellos usuarios, llámense empresarios,
campesinos, gobernantes, legisladores, los ciudadanos en
general quienes son los encargados de utilizar el
conocimiento, en la práctica, para producir soluciones
concretas a los problemas que es su responsabilidad resolver.
Mas no por esto, el conocimiento debe entregarse en forma
precaria, ni la difusión de las innovaciones [5] en las
microempresas, pequeñas y medianas empresas debe
efectuarse en desventaja de las formas como lo hacen las
grandes empresas. Tampoco puede relevarse a la empresa,
como organización social productiva, del deber de
proyectarse en el futuro como exportador de sus productos
y servicios y, además, de sus propias formas de hacer las
cosas [6], es decir, sus propias tecnologías.
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D. Actividades de apoyo o servicios científicos y
tecnológicos
Finalmente, se deben contemplar también las denominadas
actividades de apoyo o servicios científicos y tecnológicos.
Estas actividades que utilizan el conocimiento que está
disponible a nivel local o internacional y que se concreta a
través de: las labores de consultoría y asesoría en cualquier
sector económico; los servicios de relevamiento de datos,
las transferencias de tecnología en productos y procesos; las
encuestas, las estadísticas, los servicios de laboratorio, las
certificaciones de calidad, la aplicación de normas y estándares
en productos y servicios, tanto para el consumo local como
para los productos y servicios de exportación, son actividades
que requieren un reconocimiento explícito de su valor
estratégico para impulsar actividades productivas; mucho
del trabajo que se realiza hoy en día en las instituciones de
educación superior está relacionado con estos servicios
científicos y tecnológicos, sin reconocerles su verdadero rol,
confundiéndolos con la investigación, y el aporte sustancial
que hacen al desarrollo de la variable conocimiento.
IV
IV.. EL
PAPEL DE LOS EMPRESARIOS: GENERADORES
AR
DE RIQUEZA Y BIENEST
BIENESTAR
La principal preocupación de Colombia frente a sus
empresarios es que se evidencia que el país se está desindustrializando, y esto, frente al papel que puede jugar la
ciencia, la tecnología y la innovación es algo muy grave. En
el mundo de hoy, basados en el desempeño de la tecnología,
siguen existiendo los procesos de industrialización en los
cuales las empresas tienen que escoger sobre qué modelo
de competencia basan su estrategia. Unas empresas, cuya
tendencia es el aprendizaje y no la invención o la innovación
de tecnología significativamente novedosa; las otras, que
incluyen explícitamente las funciones de investigación y
desarrollo basan su estrategia de competencia en la
innovación.
Científicos de las ciencias sociales aseguran que ningún país
puede pasar de un estado de subdesarrollo a uno de desarrollo
sino implementa una estrategia de industrialización; las pocas
opciones que nos quedan, ya sea como aprendices o seguidores
basados inicialmente sobre la base de bajos salarios, subsidios
estatales, productividad incremental y mejoras cualitativas
relacionadas con productos existentes, o la otra opción; a través
de estrategias de competencia basadas en la innovación, en donde
la organización y operación del área de investigación y desarrollo
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es de crucial importancia porque es allí donde se crean las
oportunidades generadoras de utilidades, que son las que
finalmente mueven a las compañías y generan los atractivos de
la inversión.
El país no puede continuar basando su desarrollo económico
y social en producción y exportación de commodities,
principalmente; es fundamental tener una visión de futuro
de mediano y largo plazo de nuestro crecimiento, en donde
la variable conocimiento representada en un recurso
humano, especializado, esté en capacidad de agregar valor a
aquellos productos y servicios donde, efectivamente tenemos
ventajas comparativas o donde tradicionalmente los hemos
exportado en bruto, pero es allí, donde el nuevo conocimiento
nos da la opción de enriquecerlos y al mismo tiempo generar
un empleo de mayor calificación y cobertura. Con respecto a
nuestros empresarios lo ideal sería contar con los llamados
"entrepreneur": migrar de aquellos personajes que tienen una
visión menos amplia de lo que significa hacer industria y obtener
ganancias, en ocasiones especulativas; por aquellos que piensan
en la sociedad integralmente y en su país y sus compatriotas,
los que le dan sentido a sus esfuerzos y conquistas.
Los empresarios deben estar interesados en las actividades
de vigilancia tecnológica, también llamada inteligencia
tecnológica [7-8], realizadas por el gobierno colombiano
como es el caso de la encuesta de desarrollo e innovación
tecnológica EDIT [9] y si consideran que no es una actividad
útil asumir una posición crítica y sugerir modificaciones para
que la vigilancia tecnológica no se restrinja a resultados de
diagnóstico y caracterización [10-15] que caen en la
indeterminación teórica pues ni son útiles para la operación
las empresas y tampoco para la formulación de política de
Estado.
Con una meta de crecimiento de la economía colombiana
para 2011 de un poco más del 5%, ubicándose en la categoría
de rango medio dentro de las expectativas de la región, y en
un entorno de incertidumbre frente al efecto de la posible
entrada a un ciclo recesivo en las economías desarrolladas y
proyección de inflación apenas por encima del 3%, se puede
preguntar por qué la industria no es una de las "locomotoras"
del desarrollo de este país y, en cambio, sigue priorizándose
la explotación básica de los recursos naturales -en esta década
parece ser la minería- sin que se conduzcan paralelamente
las transferencias tecnológicas al país, repitiendo el esquema
de emplear fuerza de trabajo colombiana sin calificación,
mientras que el grueso de la mano de obra calificada procede
de los países que logran los contratos de utilización minera,
situación que trae como consecuencia obvia que ni siquiera
se propicie la adopción tecnológica para beneficio nacional,
más allá de los pírricos márgenes percibidos por la extracción
de las riquezas del subsuelo colombiano.
V. CONCL
USIÓN
ONCLUSIÓN
El advenimiento de la nueva ley es una segunda oportunidad
que se nos brinda, para que de una vez por todas el país
pueda tener planes de desarrollo de mediano y largo plazo,
eficientes, productivos y realistas, en donde los operadores
de la variable conocimiento se las ingenien para convencer a
los que hacen las políticas de desarrollo económico y social
de que el país no puede salir de su estado de subdesarrollo
sino es con el decidido apoyo de, de lo que hoy se conoce
como valor "conocimiento". Es casi seguro que la universidad
colombiana, los centros de investigación, la comunidad
científica y las instituciones que trabajan alrededor de esa
función de producción, estratégica, sepan cuáles son los
problemas inmediatos, en donde la ciencia, la tecnología y
la innovación saben los qué; y que lo que falta es intervenir
más decididamente en los problemas que nos agobian para
no seguir haciendo diagnósticos, en diferentes campos del
saber, que hemos estudiado hasta la saciedad y que ya
sabemos; lo que necesitamos, ahora, es que todos esas
instituciones, personas, funcionarios y líderes de nuestra
sociedad nos concentremos en investigar los cómos, es aquí
donde aparece el gran reto, para nuestra comunidad científica
y para sus instituciones; tenemos que privilegiar la formación
del recurso humano, tanto en el país, como fuera del él,
tenemos que propiciar una mejora sustancial en la calidad
de la educación que impartimos, tenemos que utilizar todo
el poder que detenta el Estado: como planificador y ejecutor
de políticas de desarrollo y bienestar, como el principal
demandante de bienes y servicios a todo lo largo y ancho de
nuestra geografía para utilizar su poder de compra en el
desarrollo de nuestra industria y así podamos utilizar la
variable conocimiento en forma plena y efectiva; tenemos
que convencer a los industriales, a los inversionistas y en
general a la clase dirigente del país que hay otras formas de
acometer el desarrollo, que en verdad existen y que están
disponibles y que solo nos falta utilizar las herramientas que
genera la variable conocimiento para acceder a nuevas
estrategias que coadyuven a encontrar la paz, tanto en los
corazones de los colombianos, como en la utilización de los
instrumentos económicos y sociales que nos incluyan a todos
en la búsqueda de la felicidad en un país que, para muchos,
es un verdadero paraíso.
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R EFERENCIAS
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[2]
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29 de 1990, se transforma a Colciencias en
departamento administrativo, se fortalece el sistema
nacional de ciencia, tecnología e innovación en
Colombia y se dictan otras disposiciones", Bogotá D.C.
República de Colombia, Departamento Administrativo de
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D.C., Universidad Nacional de Colombia, 1999.
El A
utor
Autor
Álvaro Araujo Arizala
Consultor de Tecnos - Fundación Andina Para El Desarrollo Tecnológico Y Social. Ha sido Director de
Fomento a la Investigación en Colciencias, Director del Sistema Universitario de Investigaciones en la
Universidad Autónoma de Colombia, y profesor en la Universidad del Rosario y Universidad Central.
Especialización en desarrollo económico, Universidad de Mánchester, Reino Unido. Administrador
de empresas, Universidad Nacional de Colombia, experiencia en gestión de programas y proyectos
de ciencia, tecnología e innovación.
[email protected]
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