Resistencia Sistémica

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Resistencia Sistémica
Adquirida: El "Arma Secreta"
de las Plantas
Despertar la Respuesta Inmunológica de las Plantas Ofrece Protección Contra las
Enfermedades
Durante casi un siglo, los científicos especialistas en plantas saben que cuando una planta sobrevive a una
enfermedad con frecuencia se vuelve más resistente a infecciones subsecuentes. Tal parece que el sistema
inmunológico de la planta se vuelve más fuerte; lo cual es realmente verdad.
Debido a que están enraizadas en la tierra, las plantas parecen estar a merced de todas las enfermedades e
insectos provenientes del suelo. No obstante, las plantas en realidad tienen una serie de mecanismos de
defensa. Uno de esos mecanismos es la Resistencia Sistémica Adquirida (SAR), gracias al cual, la planta
produce una respuesta de defensa ante la presencia de enfermedad. Cuando un patógeno invade la planta, ésta
envía una señal química de larga distancia desde el sitio de infección, para activar la respuesta SAR.
Aún cuando continúan desarrollándose las investigaciones en este campo y quedan muchas preguntas por
responder, parece ser que el ácido salicílico (AS) desempeña un papel esencial en la transmisión de señales a
larga distancia, la cual se lleva a cabo a través del floema, que es el sistema de transporte de nutrientes. Los
científicos creen que la infección provoca el acumulamiento de AS y éste a su vez activa los genes vegetales
específicos de la respuesta SAR que producen proteínas relacionadas con la patogénesis implicada. Estas
proteínas, algunas de las cuales poseen actividad antimicrobiana, según se ha comprobado, permanecen dentro
de la planta para ayudar a protegerla de ataques infecciosos posteriores.
Es importante mencionar que no todos los patógenos producen una respuesta SAR y no todas las plantas
reaccionan de la misma manera. Lo que sí está claro es que la respuesta SAR es un componente importante de
la salud vegetal. Sin embargo, el verdadero potencial para la agricultura yace en el desarrollo de esa capacidad
de producir la respuesta antes de que se presente la primera infección, a fin de evitar la pérdida inicial de
plantas y de rendimiento. El fitomejoramiento para inducir resistencia a las enfermedades en las plantas se ha
practicado desde hace muchos años y funciona bien, sin embargo es un proceso que requiere muchos años.
Tener la capacidad de inducir la resistencia sistémica durante el ciclo de cultivo, desencadenando una
respuesta química en el interior de la planta, es una herramienta poderosa que pueden utilizar los productores
como parte del programa de protección de cultivos, para reducir el uso de plaguicidas convencionales.
Se han descubierto inductores (también llamados "elicitores") químicos de la respuesta SAR. Debido a que los
inductores no tienen acción antimicrobiana, tienen menor impacto en el medio ambiente que los plaguicidas
convencionales. Se han realizado estudios utilizando varios inductores en diversos cultivos. La eficacia de los
inductores y de la respuesta SAR depende de una serie de factores, incluyendo la dosis, la genética de las
plantas, la frecuencia de las aplicaciones y el patógeno. En algunos casos, la respuesta SAR generada fue poco
efectiva, mientras que en otros casos la respuesta fue tan efectiva como el tratamiento convencional. Aún
cuando la respuesta haya sido efectiva en ciertos casos, los mejores resultados fueron los obtenidos al
combinar los inductores con otros insumos para el cultivo.
Muchos productos KeyPlex contienen inductores probados que activan la respuesta SAR junto con
micronutrientes esenciales para el crecimiento vegetal. Combinar los nutrientes que requieren las plantas con
inductores que refuerzan el sistema inmunológico es una manera de garantizar que los cultivos crezcan hasta
alcanzar todo su potencial y así permanezcan
Las 4Rs:
El Programa de Manejo de
Nutrientes que Promueve la Sustentabilidad y Reduce Costos
Guía para Desarrollar un Plan de Nutrición Vegetal Específico para cada Operación,
Basado en las Mejores Prácticas de Manejo
La industria de los fertilizantes y los productores a los que presta sus servicios reconocen la importancia de
manejar los nutrientes correctamente, para aumentar al máximo la rentabilidad y mejorar la sustentabilidad
agrícola. El exceso de fertilizante se lixivia en las corrientes de agua y canales, además de representar un costo
adicional para los productores. La falta de fertilizante tiene un impacto bien conocido en los rendimientos y
también puede contribuir a la erosión del suelo, al dejar de sustentar la vida vegetal que mantiene al suelo en su
lugar.
Sin fertilizantes, los productores no pueden mantener los rendimientos que se requieren para alimentar al
número siempre creciente de la población mundial. A pesar de que se han hecho avances en las industrias de la
genética y la biotecnología de semillas, que permiten producir plantas con potencial de mayores rendimientos;
es necesario proporcionar los niveles de nutrientes óptimos para que las variedades desarrollen todo su
potencial genético. Al reconocer la necesidad de proporcionar soluciones basadas en ciencia bien
fundamentada, las siguientes instituciones: The Fertilizer Institute (El Instituto del Fertilizante), The
International Plant Nutrition Institute ( El Instituto Internacional de Nutrición Vegetal), The Canadian
Fertilizer Institute (El Instituto del Fertilizante Canadiense), The Conservation Technology Information
Center (El Centro de Conservación de Información Tecnológica) y la Association of American Plant Food
Control Officials (Asociación de Inspectores Estadounidenses de Control de Alimentos Vegetales) han
aprobado la Guía: 4Rs of Nutrient Stewardship. (Las 4Rs del Manejo de Nutrientes), la cual también fue
aprobada recientemente por USDA-NRCS como parte de la nueva Norma de Manejo de Nutrientes: 590 Nutrient
Management Standard.
Las 4Rs se refieren a aplicar la Fuente de fertilización Correcta, a la Dosis Correcta, en el Momento Correcto y
en el Lugar Correcto. Aplicar sólo la cantidad correcta y el tipo de nutrientes que requiere un cultivo en el
momento correcto de su ciclo de crecimiento y sólo en aquellas áreas donde se requiere, aumenta al máximo el
rendimiento, reduce costos y disminuye al mínimo los escurrimientos de exceso de nutrientes, beneficiando al
medio ambiente. Las 4Rs sirven de guía para que los productores, las compañías de fertilizantes, los expertos
ambientales y los asesores de cultivos desarrollen un plan de nutrición específico para cada operación, basado
en investigación científica confiable y métodos de cultivo que cumplen con las Mejores Prácticas de Manejo
(BMPs). Las metas económicas, ambientales y sociales son definidas por los principales actores, quienes
también determinan los parámetros utilizados para medir el éxito.
La presión normativa para reducir el uso de fertilizantes va en aumento, debido a que los organismos como la
EPA , U.S. Environmental Protection Agency (Agencia de Protección Ambiental) y The National Academy
of Sciences (Academia Nacional de Ciencias), mencionan continuamente que los insumos de nutrientes
agrícolas son causa de la grave contaminación que sufren las principales corrientes de agua. Asimismo, la
acción legislativa para limitar el uso de fertilizantes está alcanzando los niveles estatales y municipales.
Cumplir con los principios de las 4Rs puede ayudar a los productores a mejorar la productividad de sus cultivos
y a reducir al mismo tiempo el impacto de sus actividades sobre el medio ambiente. Mantener a los nutrientes
dentro de los límites de los campos de cultivo mediante aplicaciones directas a la zona radicular o por
alimentación foliar, ayuda a aumentar la producción de las tierras de cultivo ya establecidas, protegiendo los
ecosistemas naturales. Aplicar únicamente la cantidad de nutrientes que requieren los cultivos es sólo una de
las metas del programa de las 4Rs para el manejo de nutrientes.
El Rol de la Nutrición Vegetal
en la Resistencia
Creando Resistencia en las plantas a las plagas y enfermedades a través de una buena
nutrición
Los médicos recetan medicamentos para tratar enfermedades y evitar que vuelvan a presentarse. Sin embargo,
cuando los pacientes no se toman los medicamentos, es muy difícil que mejoren. El desequilibrio en los
minerales tiene el mismo efecto en las plantas. Cuando hay insuficiencia de minerales, las plantas se debilitan y
encuentran muy difícil luchar contra la enfermedad.
Los avances recientes en fitomejoramiento han vinculado la genética con el éxito de variedades resistentes a
las enfermedades, mientras que se olvidan del impacto que tiene una nutrición adecuada en el control de
enfermedades. El hecho es que incluso las mejores variedades resistentes a las enfermedades necesitan estar
saludables para alcanzar su potencial máximo. Las plantas bien alimentadas, creciendo en el medio ambiente
óptimo son capaces de soportar mucho mejor el asalto constante de plagas y enfermedades.
Las plantas parecen indefensas en contra de los ataques despiadados de los patógenos, sin embargo están bien
equipadas con sistemas inmunológicos naturales. Estos sistemas se asemejan a pequeñas fortalezas en las que
la defensa inicia en los muros exteriores. Una vez traspasados esos muros, se utilizan los métodos de defensa
adicionales provenientes del interior. Las paredes celulares gruesas, las cutículas cerosas y la corteza son
algunas de las barreras mecánicas pre-formadas que han sido diseñadas para bloquear la entrada de virus. El
calcio y el boro son necesarios para el desarrollo saludable de las paredes vegetales celulares y las
membranas. El calcio también inhibe la producción de enzimas patógenas que disuelven el tejido vegetal. El boro
desempeña un papel importante en la producción de lignina. La lignina es un polímero vegetal y uno de los
principales componentes de la madera. El zinc y el silicio ayudan a incrementar la efectividad de las barreras
mecánicas y hacen que los insectos chupadores encuentren muy difícil penetrar las paredes exteriores; lo cual
a su vez reduce al mínimo la diseminación de la enfermedad. El cobre es un catalizador importante de las
reacciones químicas que se realizan dentro de las células vegetales y puede neutralizar los efectos dañinos de
los radicales de oxígeno y el peróxido de hidrógeno en el tejido vegetal saludable.
Cuando se rompen las barreras mecánicas, las plantas utilizan las barreras inducibles, al liberar substancias
químicas defensivas y proteínas relacionadas con patogénesis (proteínas PR ). Incluso tienen la habilidad de
inocularse a sí mismas para protegerse de infecciones posteriores, mediante un proceso conocido como
resistencia sistémica adquirida (SAR). El potasio, el boro y el manganeso son necesarios para la producción de
substancias químicas y proteínas defensivas. El silicio influye cuando los compuestos son liberados. Una vez que
ha pasado la amenaza de la enfermedad, el cobre y el manganeso ayudan a la planta a desintoxicarse. El cloro
como micronutriente también puede ayudar a las plantas a resistir las infecciones por fungosis.
Algunas veces, el exceso o la falta de algún nutriente pueden servir para inhibir o para fomentar el desarrollo
de patógenos. Un buen ejemplo es el nitrógeno, un macronutriente necesario para obtener un buen crecimiento
vegetal. En cantidades moderadas, el nitrógeno puede inhibir el crecimiento de patógenos; sin embargo, en
cantidades excesivas les abre la puerta de par en par. Lo mismo ocurre con el cobre.
La nutrición adecuada garantiza que las plantas tengan sistemas inmunológicos fuertes, listos para responder
de manera agresiva a las enfermedades, cuando sea necesario. Los productos KeyPlex estimulan los
mecanismos de resistencia de las plantas y ayudan a reducir al mínimo o a erradicar los efectos de los
distintos tipos de estrés ambiental. KeyPlex 350 contiene alfa-ceto ácidos, que facilitan el aprovechamiento de
micronutrientes y aumentan la Resistencia a los distintos tipos de estrés ambiental. Los productores tienen la
opción de utilizar una alternativa segura y efectiva que al mismo tiempo aporta beneficios al medio ambiente.
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